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Le damos la bienvenida a la Iglesia Evangélica de la Gracia en Barcelona, España, y le invitamos a que visite nuestra página web por gracia.es. Deseamos que Dios le bendiga ahora a través de su palabra. Empezamos en esta tarde una serie de sermones que nos ocupará seguramente hasta navidades sobre las cartas del apóstol Pablo a Timoteo, su querido discípulo, y a Tito. Primera de Timoteo, segunda de Timoteo. Y la carta a Tito. Y creo que puede ser de mucha bendición para nuestra iglesia porque en estas cartas el apóstol Pablo está instruyendo a sus queridos discípulos sobre cuáles son los fundamentos de la fe y los fundamentos de la iglesia. Así como ellos van visitando iglesias, fundando iglesias, ayudando a iglesias a establecerse. y puede ser de mucha bendición para nosotros. Así que empezamos hoy con Primera de Timoteo, pero no en Primera de Timoteo 1, sino en Primera de Timoteo 3. Y voy a explicar enseguida por qué empezamos por el capítulo 3 y luego reemprendemos con el 1 la semana próxima. El capítulo 3 versa sobre cuáles son los requisitos que Timoteo, incito, han de buscar en aquellos varones que han de ser líderes de la Iglesia. los ancianos o pastores y los diáconos y es que la introducción al sermón de esta tarde es un anuncio y es que quisiera presentaros en nombre de la iglesia un candidato al oficio de pastor dentro de nuestra iglesia aquí en Barcelona y es nuestro hermano Jairo Chaur durante tiempo los pastores hemos estado examinando a Jairo hemos estado orando, hemos estado reflexionando Y después de todo este tiempo, también entrevistar a su familia, como nos ha parecido bien delante del señor, pues que él reunía estos requisitos que vamos a estar meditando en esta tarde. y quisiéramos presentarlos como candidato al oficio de pastor a la función de pastor dentro de la iglesia y sé que este anuncio despierta muchas preguntas en vuestra cabeza por eso este anuncio debe ir acompañado de este sermón o este sermón debe ir acompañado de este anuncio ambos han de ir de la mano después del culto, los que sois miembros vais a recibir una carta donde explica esto en más detalle y a partir de hoy sencillamente abrimos un tiempo de unos tres meses Esta es nuestra costumbre para que la Iglesia también pueda hacer preguntas y examinar a nuestro hermano Jairo y a su familia a la luz de estos requisitos que vemos aquí en 1º de Timoteo capítulo 3 que vamos a reflexionar en esta tarde. Por tanto abrimos este tiempo de oración, de reflexión, de preguntas y si no hay impedimentos que no debiera haberlos dentro de tres meses podemos reconocer a nuestro hermano Jairo también al Ministerio Pastoral en nuestra iglesia. Vamos a leer 1 Timoteo capítulo 3 y luego vamos a responder a muchas preguntas en cuanto a este pasaje y en cuanto a la anuncia que acabamos de hacer sobre la candidatura de nuestro hermano Jairo. Dice así, 1 Timoteo 3 Palabra fiel, si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprehensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro, que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad. Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la Iglesia de Dios? No un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. Los diáconos, asimismo, deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas, que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia, y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejercen el diaconado si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. porque los que ejercen bien el diaconado ganan para sí un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. Indiscutiblemente grande es el misterio de la piedad. Dios fue manifestado en carne, justificado en el espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. Vamos a tener una palabra de acción. Señor Dios nuestro, tu palabra es como fuente de agua fresca para nosotros. Te pedimos que nos refresques en esta tarde, que en ella encontremos tanta sabiduría tuya, tanta vida que proviene del Señor Jesucristo. Señor, que tú nos des también claridad. Señora, ¿cómo guiar tu iglesia? a cómo hacer lo que aquí te agrada, para tu gloria y para el bien de la extensión del Evangelio. Señor, dame palabras para llegar al corazón de mis hermanos, palabras que sean de edificación, que sean de ánimo, que sean de estímulo en la vida cristiana. Y Señor, sigue conduciendo tú nuestros pasos, en nombre del Señor Jesús. Amén. Después del anuncio que acabo de hacer, seguramente la primera pregunta en vuestras mentes sea esta, ¿por qué otro pastor si ya tenemos uno? ¿Por qué otro si ya hay uno? Bueno, estamos acostumbrados a ver un presidente del gobierno. Anda que si hubiera dos no iban a partir el país, ¿verdad? Estamos acostumbrados a ver un jefe en nuestra empresa. Estamos acostumbrados a entrar en una iglesia y preguntar dónde está el pastor. estamos acostumbrados a ver un hombre al frente en todas las cosas de esta vida pero recordemos que uno de nuestros distintivos de nuestras convicciones como iglesia es que creemos en el liderazgo bíblico no en el liderazgo según el mundo sino en el liderazgo bíblico según Dios según Dios describe y todo lo que voy a decir en esta tarde lo voy a decir con mucho respeto por muchas iglesias hermanas que no han llegado a las mismas convicciones que nosotros pero como decimos en buen castellano lo cortés nos quita lo valiente así que aunque lo digamos con mucho respeto lo vamos a decir con mucha claridad porque si hemos llegado a estas convicciones es porque las vemos en la palabra y es lo que hay que enseñar y es lo que hay que predicar creemos en liderazgo bíblico creemos que Dios es el que ha inventado la iglesia y Él dice cómo ha de ser no nosotros Dios le da a Noé las instrucciones sobre cómo construir el arca, ¿sí? Le da las instrucciones y Dios no va a hablar con Noé hasta al cabo de 100 años, cuando Noé ha acabado el arca. Durante esos 100 años, Noé guarda en su corazón las instrucciones de Dios y construye ese arca fielmente, al centímetro, según el plan que Dios le ha dado. Y ha de tener tres pisos. Y ha de tener un ventanal arriba. Y ha de tener una sola puerta. Etcétera, etcétera, etcétera. Y a Noé por el camino no se le ocurre. ¿Sabes, señor? A mí me gustaría hacer una terraza con jacuzzi. O, señor, ¿por qué solo un ventanal arriba? Pero qué fea queda. Esto no es estético. Debería haber una ventanita por camarote. Noé no empieza con esas cosas, ¿verdad? Noé guarda en su corazón las instrucciones de Dios y así lo hace. Porque sabe que es la única manera de que ese arca flote. Y flota. Vaya que flota. Dios, en su palabra, nos encomienda seguir trabajando y seguir edificando en su iglesia. Pero nos dice cómo. Y no podemos irnos ni un centímetro de las instrucciones que nos da. Porque si no, no flota. La Iglesia no flota. Se va a pique. Es tremendo. Las palabras que vemos aquí del apóstol Pablo a Timoteo. En el versículo 15 dice que estas palabras te doy, aunque espero ver que pronto, pero te escribo esto para que sepas cómo conducirte en la casa de Dios. Para que sepas cómo hacer las cosas. Y fijémonos que después añade que la Iglesia es del Dios viviente. columna evaluarte de la verdad. Coloquialmente decimos, ven te invito a la iglesia, acompáñame a mi iglesia, no es tu iglesia, no es mi iglesia, no es nuestra iglesia, es la iglesia del Dios viviente, y eso nos hará hacer temblar, nos hará hacer tomar estos temas con mucho respeto, es su iglesia, la iglesia de Dios, y es según sus instrucciones que queremos edificarla con fe, con confianza, siguiendo sus instrucciones. ¿Cómo es el liderazgo bíblico? En su libro Biblical Eldership, que podríamos traducir así como liderazgo bíblico, el autor Alexander Straw Strobe tiene cinco características que vemos en la Palabra de Dios respecto al liderazgo. Cinco características, y en la quinta nos vamos a quedar mucho rato porque es Primera de Corintios, Primera de Timoteo, perdón, Capítulo 3. Las cualificaciones de un líder cristiano. Cinco características, y la primera que él cita es que el liderazgo de la Iglesia es un liderazgo pastoral. El pastor no es un simple gestor. El pastor no es meramente un director general que vigila que cada departamento funcione correctamente. El pastor es un pastor que cuida, que ama, que vela, que se entromete en la vida de sus abejas. 1 Pedro 5, versículo 1 al 3, dice, Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, escribe Pedro. apacentar la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella no por fuerza sino voluntariamente, no por ganancia deshonesta sino con ánimo pronto, no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey, ejemplos de la grey. El pastor cuida del rebaño, protege al rebaño, vigila que el rebaño no se descarrie, que sus ovejas no caigan en mentiras, Como el rey David le escribía cuando era pequeño, cuando era jovencito, que cuidaba al rebaño y había acabado con muchos leones y muchos osos y luego con Goliat. El pastor ha de estar dispuesto a agarrar la onda hacia levanta y proteger a la iglesia y defender a la iglesia. Un líder de iglesia cuida del rebaño, alimenta al rebaño, guía al rebaño, ama al rebaño porque ama al Dios del rebaño. Es un rebaño que Dios le ha encomendado y ha pedido que cuide. Y esa es su disposición. Y así lo describen todas las palabras que usamos para describir a los pastores. La primera de ellas, la más conocida, la más popular en el Nuevo Testamento es anciano. En la antigüedad los jefes del pueblo eran los ancianos, ¿sí? Porque eran aquellos varones que por cuestión de edad y de experiencia en la vida habían adquirido mayor sabiduría. los líderes se llamaban ancianos o el consejo de ancianos ese mismo lenguaje se adopta a la iglesia y a los líderes en la iglesia les llamamos también ancianos aunque algunos ancianos sean jóvenes pero les llamamos ancianos porque lo que cuentan en este caso no es tanto la experiencia o los muchos años que uno haya vivido sino en la madurez espiritual en el señor, así que un anciano puede ser joven sino que el primer término que utilizamos es éste, anciano los gobernantes en la iglesia Timoteo no era anciano en edad por eso el apóstol Pablo le escribe en el capítulo 4 versículo 12 ninguno tenga en poco tu juventud si no sea ejemplo de los creyentes algunos comentaristas dicen que Timoteo debe tener entre los 30 y los 40 lo que en el tiempo era joven un hombre joven Cuando decimos anciano, el griego dice presbítero. De ahí nosotros adoptamos la palabra presbiterio cuando hablamos del conjunto de los pastores. Los pastores juntos lo llamamos presbiterio. Otro término que solemos usar, que la Biblia utiliza, es el de episcopo. Del griego epi, sobre, y scopo, que es ver, visión. Utilizamos la palabra telescopio, por ejemplo, para decir que miramos algo para mirar lejos. Episcopo es aquel que mira por encima, el que supervisa, el sobreveedor de las cosas del Señor. Y del término griego epíscopo nosotros heredamos al castellano obispo, que es el que utiliza aquí este pasaje que acabamos de leer. Obispo. Por tanto, esta es la primera característica del pastor, o anciano, o presbítero, o obispo, utilicen el término que más os convenga. Son sinónimos o describen diferentes aspectos de esta función pastoral. La primera característica es la de pastorear, la de cuidar el rebaño de la soledad. Y cuidar muchas veces implica gobierno, y cuidar muchas veces implica consejería, y cuidar implica enseñanza, y cuidar implica autoridad, y cuidar implica corrección, todo eso implica cuidar el rebaño que el Señor nos ha dado para cuidar. Según la palabra, dice este hermano Strott, la segunda característica que vemos en el liderazgo cristiano es que es un liderazgo compartido, plural, Y no plural en el sentido de que los pastores han de tener ideas muy diferentes. No. ¿En qué debe haber más de uno? Ha de ser compartido por ellos. Y esta pluralidad en los pastores la vemos en todas partes en el Nuevo Testamento. Pastores que están al mismo nivel. Pastores que están en un mismo nivel de autoridad. Pastores que entre ellos se pueden exhortar y confrontar y animar y consolar y aconsejar el uno al otro. Santiago 5.14 nos exhorta a que llamemos a los ancianos de la iglesia para que oren por nosotros. Hechos 14.23 Pablo y Silas van en su viaje misionero y se nos dice que constituyeron ancianos en cada iglesia. ¿Ancianos? En plural. En cada iglesia. En singular. Liderazgo compartido. Hechos 20.17 Pablo se quiere despedir de la iglesia de Éfeso y dice que hizo llamar a los ancianos de la iglesia. Tito 1.5, Pablo escribe a Tito y le dice, por esta causa te dejé en Creta para que corrigieses lo deficiente y establecieses ancianos en cada ciudad, así como te mandé. Filipenses 1.1, el apóstol Pablo saluda a la iglesia en Filipo, saluda a los santos y añade colosobistos y diáconos. y de largo compartido, tanto entre los obispos como entre los diáconos. Y no acabaríamos la lista de pasajes que podríamos ir citando. Lo que vemos en el Nuevo Testamento es esto, que no hay un solo pastor. No hay un solo pastor en cada congregación, sino varios. Y tampoco acabaríamos la lista de explicar las muchísimas bendiciones que esto supone. Si hay más de un pastor, se complementan los unos a los otros. Porque el Señor, entre aquellos pastores, pone diferentes dones, diferentes llamados, diferentes metas, diferente visión. Proverbios 11, 14. Donde no hay dirección sabia caerá el pueblo, mas en la multitud de consejeros hay seguridad. Varios pastores comparten la carga del gobierno y del cuidado de la iglesia. Dice Bruce Sabert, un escritor, un equipo de ministerio provee pastores para cada pastor. El día de mañana cuando reconozcamos a Jairo como pastor en esta iglesia, vosotros tendréis dos pastores, pero es que yo tendré uno. ¿Sí? Cuando hay pastores, los pastores tienen pastores. Que los pastoren y que velen por sus almas. Comparten la carga del ministerio. Eclesiastes 4.10 dice que si uno cayere, el otro levantará a su compañero, pero hay del solo cuando cayere. No habrá segundo que lo levante. Aire el solo cuando cayera, no habrá segundo que lo levante. Varios pastores hacen también que uno haya de rendir cuentas al otro. El historiador inglés Lord Acton dijo una vez, el poder corrompe. ¿Y el poder absoluto? Corrompe absolutamente. Si no nos engañemos, somos pecadores y todos podemos caer en la inercia pecaminosa de vernos en una situación de influencia o de poder de la cual acabemos abusando al cabo del tiempo. Necesitamos quien nos vigile, quien nos exhorte, quien nos corrija. Todos nosotros. Incluso entre los apóstoles queda registrado en la Palabra del Señor que el apóstol Pedro peca de hipocresía delante de los judaizantes. Nos dice Gálatas 2.14 que viene el apóstol Pablo y lo exhorta. Pablo corrigiendo a Pedro. Pero es que hace falta un Pablo para que corrija a un Pedro. Si Pedro fuera el gran Papa, intocable, ¿quién va a corregir a Pedro? Hace falta un Pablo para corregir a Pedro. Ambos están al mismo nivel de responsabilidad y de autoridad en la iglesia. Esta es la segunda característica, liderazgo compartido. La tercera que vemos en la palabra del Señor es liderazgo masculino, liderazgo del varón. Y ya cuando veíamos la serie sobre el matrimonio cristiano hablamos bastante de esto. De qué tipo de esposo ha de ser el esposo cristiano. Ha de ser líder en su hogar. Ha de ser un líder como Cristo que amó a la iglesia y se entregó por ella y se sacrificó por ella. Y Dios ha encomendado al varón esa responsabilidad del liderazgo y el varón ha de asumir esa responsabilidad en el liderazgo. Aquello que decíamos del varón es cierto en el hogar cristiano pero es cierto en la familia de familias que es la iglesia cristiana. El liderazgo sigue estando en manos del varón. Dios ha creado al hombre para ser líder en su hogar Dios ha creado al hombre para servir en su iglesia. Aquí en la iglesia del Señor. Dios creó a Adán y después creó a Eva. Dios hizo pacto con Noé. Dios hizo pacto con Moisés. Dios hizo pacto con Jacob. Dios hizo pacto con Abram. Dios hizo pacto con todos esos hombres. El Señor Jesucristo se encarnó en un hombre para ser nuestra vida. El Señor Jesucristo escogió doce apóstoles, varones. Los apóstoles escogieron siete diáconos, varones. El liderazgo está en manos de la iglesia y los hombres van de asumir ese liderazgo que el Señor les encomendaba. Y Jesucristo no estaba siendo machista, como algunos quieren decir. No hay hombre en la tierra que haya sido más generoso, cuidadoso, amoroso, tierno y considerado por las mujeres que el Señor Jesucristo. Nadie. Puedes acusar a cualquier hombre en este planeta de machista, pero al Señor Jesús no lo puedes acusar de machista. Nadie como Él. No es una cuestión de machismo, es una cuestión de diseño. Dios ha diseñado al hombre para que esté al frente, en la trinchera, liderando, en primera línea de batalla. Dios ha diseñado a la mujer para ser su ayuda y domina, para acompañarme, para distinguir, para ser su consejera. En el capítulo 2, en el cual meditaremos dentro de un par de semanas. En el capítulo 2, de primera de Timoteo, la palabra del Señor dice claramente, versículo 12, no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Y dentro de dos semanas explicaremos lo que quiere decir estar en silencio. Uy, dentro de dos semanas la iglesia estará llena, porque no lo pienso explicar ahora. Dicen, no permito a la mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre sino estar en silencio. Está poniendo el 100% de esa responsabilidad, el liderazgo, en el varón. Había el peligro de que la mujer estuviera en el liderazgo y pone ese peso de liderazgo en el varón. Pero es que ahora hay otro peligro, y por eso el apóstol Pablo escribe 1 de Timoteo capítulo 3, y es que la iglesia piensa que porque el liderazgo está en manos del varón, cualquier varón puede estar en el liderazgo. y eso también sería desastroso, ¿verdad? No cualquier varón puede estar en el liderazgo. Es necesario que el obispo sea, y ahí viene todo el capítulo 3, que no piense el varón por el hecho de ser varón que él es líder. Es necesario que el obispo sea así, de esta manera. Y fijémonos que no dice lo que el varón ha de hacer, sino cómo ha de ser. Todas las características que vamos a ver apelan a su carácter, a su carácter. Y es más de reconocer que muchas veces este tema del varón y la mujer y el ministerio dentro de la iglesia lo tratamos injustamente, porque muchas veces nos enfocamos sólo en lo que la mujer no debería hacer, cuando deberíamos enfocarnos en lo que la mujer debe de hacer, y más aún, en lo que el hombre debe de hacer, porque muchas veces las mujeres están haciendo algo porque el varón no agarra un paso al frente. Y muchas veces las mujeres están haciendo algo para nuestra vergüenza. Sí hubo una Débora en el Antiguo Testamento, y los hombres debían estar con la cara por el suelo de que hubiera una Débora, porque era su responsabilidad, como varones. Así que domestar los posueños, ¿Dónde están los Gedeón? ¿Dónde están los Daniel? ¿Dónde están los Moisés? ¿Dónde están los Pedro? Estos son los que han de salir al frente a predicar, a orar, a evangelizar, a tomar las riendas de la iglesia, a tomar las riendas de sus casas. Y queridos hermanos y amigos, es fruto del pecado que la mujer quiera estar donde no le corresponde, pero es fruto del pecado que el hombre no quiera estar donde le corresponde y se acomode, y se apoltrone, y prefiere una película y un sofá y una cerveza a estar donde Dios le haya amado. A estar. Tercera característica, liderazgo masculino. Cuarta característica, liderazgo servicial. Servicial. Poco o nada tiene que ver el liderazgo que vemos en el mundo con el liderazgo de la Iglesia. El liderazgo de la Iglesia es un liderazgo que se da, que se entrega, que sirve, que se sacrifica. como Cristo por su iglesia. Especios 5.25, como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. El Señor Jesucristo era el maestro, el Señor Jesucristo era el rabí, y él toma la coalla y lava los pies de sus discípulos. Ese es el tipo de liderazgo que el Señor quiere ver en nosotros. Vosotros me llamáis maestro y señor y decís bien por qué lo soy. Pues si yo, el señor y el maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos a los otros, porque ejemplo os he dado. Para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Juan capítulo 3. Se equivocan mucho los que piensan que optando una posición de liderazgo en la iglesia, ya sea diácono, ya sea pastor, van a ser servidos. o van a tener cierta preeminencia, o van a poder mandar, o van a poder tener privilegios, o un lugar más respetable. Liderazgo es servicio, es cenizas en la toalla, es entregarse por los hermanos. Y aquellos que quieren liderazgo pero no quieren servir, estos son los que arman los grandes pitotes en las iglesias, los que las dividen. Los que quieren liderazgo pero no están dispuestos a servir, sino que esperan ser servidos. Liderazgo es servicio. Y aquí la cita hermosa de Spurgeon que tenéis también en vuestros boletines. Amado hermano mío, tú no ocupas el puesto de ministro o de pastor para ser respetado, sino para que en todo adornes la doctrina de Dios tu Salvador. No eres ordenado, amado hermano mío, para ser un anciano o un diácono en una iglesia para que nuestro Señor te cubra de honor, aunque te honra con ello, sino para que puedas dar gloria a Dios, para que la gente vea la gracia de Dios en ti y engrandezca a Dios en ti. Esta es la misión de los líderes en la iglesia. Servicio. En quinto lugar, y aquí estaremos más tiempo, liderazgo cualificado. Como decía antes, el varón, sí, pero no cualquier varón. No cualquier varón. Un varón respecto de acorde a 1º Deo capítulo 3. Como decíamos antes, que la mujer no haya de ser líder en la iglesia, no quiere decir que cualquier hombre deba de ser líder en la iglesia. La mujer es llamada a sujetarse al liderazgo de su esposo, y la mujer es llamada a sujetarse al liderazgo de sus pastores, pero no es llamada a sujetarse al liderazgo del varón. Del varón. En abstracto. En general. Estos son los varones que han de ser líderes en la Iglesia. Hombres, pero no cualquier hombre, hombres cualificados. como dice la palabra del Señor. Escribe John MacArthur en uno de sus comentarios. Así como son los líderes, así será el pueblo. Así será el pueblo. Dijo Jesús que el discípulo será como su maestro. Lucas 6, 40. La historia bíblica demuestra que el pueblo rara vez supera el nivel espiritual de sus líderes. Alguien lo dijo en estas palabras. No puedes llevar a alguien tan lejos como tú no hayas llegado. Por eso el Señor apunta que en su iglesia busquemos en los líderes la máxima calidad espiritual, el máximo compromiso, la máxima santidad, la máxima integridad, para que arrastren y guíen a la iglesia hacia allá, hacia sus perpetrados, no hacia cualquier otra parte. Por eso hemos de seguir los criterios de Dios a la hora de escoger nuestros líderes, no los criterios del mundo. Porque Dios no mira lo que nosotros miramos. Dios ve más allá de lo que nosotros vemos. En 1 Samuel leemos que el pueblo de Israel quiere escogerse un rey. ¿Y a quién escogen? A ver si estoy despierto, os he hecho una pregunta. A quién escogen a Saúl. ¿Y por qué escogen a Saúl? Hombre, míralo, qué fornido, qué guapo, qué músculos, qué... ¡Oh! ¡Qué apuesto! ¡Esto es un rey! Hombre, si nos tiene que representar y tiene que ir a alguna reunión de las Naciones Unidas, ¡que vaya este! no cualquier otro, eso es un rey, Saúl, alto, fuerte, apuesto. Dios envía al profeta Samuel a escoger al rey, al rey que Dios quiere. ¿Y quién acaba siendo? Ninguno de los hijos de Isaíl, va desde el más grande hasta el más pequeñito. ¿Pequeña alguno? Sí, el pequeño que está cuidando de las orejas, tráelo. Y Dios le dice, éste es el que quiero, que debía pensar Samuel en ese momento, pero si es un niño. Rubito, chiquitín, si es un niño, probablemente tenía unos doce años, más o menos, pastorcillo de ovejas. Pero Dios le dice lo siguiente al profeta Samuel, no mires su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho. Porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. Y tristemente muchas iglesias buscan la apariencia a la hora de escoger sus líderes, en vez de mirar la instrucción del Señor a la hora de escoger sus líderes. Dios no se impresiona por la apariencia, por la inteligencia, por lo bien que uno hable, por los títulos universitarios, o por lo bien que vaya su negocio. Dios no se impresiona con esas cosas. Dios mira al corazón. Mira al corazón. Pero si hay iglesias que buscan un pastor que sea majo... Bueno, vosotros lo tenéis, ¿qué vamos a hacer, no? O que hable 8 idiomas. O que tenga 7 títulos universitarios y 3 de seminario. Hay muchas iglesias que están buscando a un Saúl. Un Saúl, cuando Dios quiere, Camilio. Dios mira al corazón de ese pastor joven y ve un hombre de acuerdo al corazón de Dios. Y dice, éste, éste lo he amado, éste va a ser rey. Veamos las cualificaciones que encontramos aquí en 1 Timoteo 3. Y la primera es muy sencilla. Versículo 1. Palabra fiel, si alguno anhela, si alguno anhela obispado, buena obra desea. El pastor no es aquel que lo votan y dicen, mira pues tu pastor, ah bueno pues si vosotros lo decís, yo no venía pensando nada de esto, pero... El pastor anhela, desea el obispado. Lo quiere. Es llamado por el Señor. ¿Por qué no lo llamamos nosotros? Es el Señor el que lo llama. Nosotros vemos lo que el Señor está llamando. Pero es el Señor quien lo pone ahí. El Señor de la miez envía obreros a su miez. Y la iglesia tan solo reconoce lo que Dios está haciendo. Pedro, ¿me amas? Sí, Señor, Tú sabes que te amo. Apágale ya mis correos. Cuida del rebaño que te han comentado. Y ese llamado del Señor es personal, es irresistible. Dios llama a los pastores porque su obra es suya. Y el Espíritu Santo va creando esa inquietud en el corazón. Y uno finalmente dice, esto es lo que yo quisiera hacer. Servir de esta manera a la iglesia del Señor. Por supuesto, no es suficiente ese llamado interior. No es suficiente. Los hermanos han de ver también. Ese llamado, porque el Espíritu del Señor lo tenemos todos nosotros, ¿verdad? Yo me puedo sentir muy llamado a la medicina. Mañana por la mañana me voy a un hospital aquí en Barcelona, me pongo una bata blanca, entro en el quirófano, agarro un pistolillo y digo, ¿a quién opero? Y los demás médicos allá me dirán, ¿por favor sal de aquí? Y era muy bien echarme de la sala, ¿verdad? Yo me siento muy llamado a operar en un quirófano, pero no soy apto. Puede haber hombres que se sientan muy llamados a la obra pastoral o al diaconado y no sean aptos. Y la Iglesia ha de ver que no son aptos. Por tanto, no hace falta solo un llamado interior, sino que el Señor confirma ese llamado interior en un llamado exterior. La Iglesia lo ve. La Iglesia está convencida. Cuando Dios llama a un anciano o a un diácono no se puede esconder. Es evidente. La Iglesia dice, sí, claro, es evidente. No puede escapar de ese llamado del Señor. Esa es la primera característica que queremos ver en un anciano y en un diácono también. El Señor le ha puesto ese anhelo, ese deseo, ese llamado. Y la segunda característica es un carácter santo. Y esta no sólo para los pastores de diáconos, ¿eh? es para todos lo que voy a decir a partir de ahora es para todos porque si esto que voy a decir ahora mismo es bueno para un pastor y para un diácono es bueno para ti es bueno para cada uno de nosotros un carácter santo Dios no mira lo que ese pastor o ese diácono hace mira lo que ese pastor o ese diácono es lo que es su carácter Si alguno anhela obispado, buena obra desea, pero es necesario que el obispo sea, sea, en primer lugar, irreprensible. Irreprensible. Alguien que no puedes reprender. Alguien que está viviendo su vida en tal orden, en tal búsqueda de santidad, en tal búsqueda de compromiso, que no puedes echarle en cara nada. Y fijémonos que no dice perfecto. Fijémonos que no dice que no sea pecador. porque si no, no tendríamos ni pastores ni neáconos. Dice irrefrensible que esté viviendo su vida en tal integridad que no se le pueda arrepender, que no se le pueda corregir por ello, que lucha a ser humanamente con el pecado en su corazón, que vive una vida de pureza buscando el rostro del Señor. que entiende que no hay llamado más excelente y más grande que ser llamado a cuidar de la Iglesia del Señor. Dijo Spurgeon, si te llaman para ser ministro del Señor, no abandones por el camino para que te coronen como rey. No hay llamado más grande, no hay privilegio más grande que cuidar de la Iglesia del Señor. No hay nada de mayor responsabilidad, ni nada más hermoso. que sea irreprensible. En segundo lugar, aún en el versículo 2, que sea marido de una sola mujer. Bueno, en nuestros tiempos es un poco difícil eso de la poligamia, ¿no? Pero en aquel entonces pasaba. Había hombres que tenían más de una mujer y aquello era, sin lugar a duda, inaceptable para los cristianos y mucho menos para un líder. Algunos cristianos interpretan marido de una sola mujer como que el pastor ha de ser un hombre casado, necesariamente. Otros interpretan marido de una sola mujer como que el pastor ha de haber estado solo una vez casado en su vida. O sea que un viudo o un divorciado no pudiera casarse en segundas lucias. Yo no creo que se refiera a nada de todo esto. Marido de una sola mujer, fijémonos, está dentro de ese versículo 2 que está describiendo el carácter, repito, el carácter de ese hombre. Ese hombre es marido de una sola mujer. Es un rasgo de carácter. El marido de una sola mujer es un hombre fiel. Es un hombre puro. Es un hombre del cual no se le puede acusar de ninguna sombra de cualquier escándalo. Es un hombre cuyos ojos solo miran a su esposa y son para su esposa. Ese es un hombre de una sola mujer. Y bien pudiera un hombre estar casado con una sola mujer y no ser un hombre de una sola mujer. Irse de los ojos detrás de todas las palmas que pasen por el barrio. ¿Sí? Hombre de una sola mujer. Está describiendo un rasgo de carácter. Un carácter fiel, puro, sin sombra de escándalo, de ninguna inmoralidad sexual de ningún tipo. Un hombre que ama a su esposa y es fiel a su esposa. Este es marido de una sola mujer. Versículos 2 y 3, habla de un carácter puro, prudente, amable. Y utiliza varias palabras aquí, sobrio, prudente, decoroso, amable, apacible, no avaro. En general está describiendo un hombre que tiene dominio sobre sí mismo, que tiene templanza, que tiene dominio propio, que tiene un carácter moderado, que no vive una vida de excesos, que no se le va la olla. que no se deja llevar por su ira, o por sus apetitos, o por sus emociones, o por su codicia, alguien que está sereno, que se guía por principios, no por emociones. Alguien que tiene dominio propio. Por eso dice no dado al vino, porque tiene dominio sobre su estómago. Por eso dice no pendenciero, porque es un hombre que no se mete en peleas, que tiene dominio sobre su carácter, sobre su ira. Por eso dicen no codicioso, porque tiene el dominio de sus deseos. Un hombre al cual el Espíritu del Señor ha dado templarza, dominio propio. El pastor ha de ser alguien amable y apacible, alguien que atraiga a las ovejas, no que asuste a las ovejas. Con su carácter severo, rudo, alguien que es consejero. que es de apoyo, que es de dirección, que es de consuelo. Un pastor es alguien prudente, alguien que no es sabio en su propia opinión, que no es engreído, que no es orgulloso, sino que escucha, que no es testarudo, sino que puede ceder para poder sujetarse a la palabra del Señor y para poder sujetarse a los otros pastores. ¿Cómo no? Que descansa, que confía en el Señor y en sus compañeros, en el ministerio. Y es que no podía ser de otra manera. Si hubieran pastores en una iglesia y fueran orgullosos, cabezosas, desparudos, esa iglesia no tiene dos días de vida. Se destruye, se divide. En cuarto lugar, nos habla el versículo 2 de que ha de ser hospedador. Sabemos que la hospitalidad era un don, era una virtud preciosa en los tiempos bíblicos. Era muy importante ser hospitalario, hospedar a alguien. Había mucha necesidad Habían viajes y podías acoger a otros. Entre los cristianos sobre todo se nos dice que habían de practicar la hospitalidad. Hemos de practicar la hospitalidad nosotros también. ¿Por qué un pastor ha de ser hospedador? Porque el que lo espera no busca recibir, busca dar. Es parte de ese servicio y de esa entrega. Cuando tienes a alguien en casa estás dando. de ti, no dando cosas, dando de ti, dando de lo más precioso que es tu hogar, es tu familia, son los tuyos. Hasta cierto punto es fácil dar algo que no me va a involucrar personalmente, pero abrir mi casa es darme, es darme a los demás. Alguien dijo que en un pastor ha de haber un corazón abierto y una casa abierta, hospedador. y no solo el pastor. Todos somos llamados a ser hospedadores, hospitalarios los unos con los otros. En quinto lugar, versículo 2 también nos dice apto para enseñar. La palabra aquí en el griego didaktikon, sobran los comentarios. Apto para enseñar. Es un maestro. El pastor, entre muchas funciones, es un maestro que fielmente guarda la palabra del Señor y fielmente transmite, enseña la palabra del Señor. a los demás. Dice también Tito 1.9 que sea retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada. No es un maestro que aprende y luego da una versión según le interesa, que según sus propios intereses modifica, cambia, distorsiona la palabra del Señor. Es fiel en guardarla y es fiel en transmitirla. Porque es un mensajero de lo que Dios le ha dado, apto para enseñar. fielmente guarda, fielmente transmite la Palabra de Dios. Muchas iglesias ponen como requisito, y voy a romper otro mito, que los pastores hayan estado en el seminario. ¿Dónde lo dice? Primera de Timoteo capítulo 3. Que hayan estado en Westminster. Yo he estado en el seminario y lo considero una gran privilegio, una gran bendición, pero Primera de Timoteo capítulo 3 no dice que sea un requisito para ser pastor en una iglesia. Si lo pusiéramos, nos privaríamos de muchos grandes hombres de Dios. No podríamos tener aquí como profesor a Stauss Spurgeon, porque no fue al seminario, y fue maestro en tantísimos seminarios. Apto para enseñar, que conozca bien la Palabra de Dios, y enseñe fielmente la Palabra de Dios. En sexto lugar, que gobierne bien su casa, Leemos en el versículo 4, que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad. El versículo paralelo en Tito, Tito 1.6, donde el apóstol Pablo enseña estas mismas cosas a Tito, dice que tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Y algunos toman este creyentes al pie de la letra, que todos los hijos del pastor han de ser creyentes para que pueda ser pastor. ¿Pero cómo se puede medir eso? O sea, si son pequeños nos tenemos que esperar a que algún día hagan profesión de fe, a que algún día se bauticen y entonces sí puedo ser pastor, cuando todos sean creyentes. Pero si uno abandona la iglesia tiene que dejar de ser pastor. ¿Cómo se puede medir eso? Y es que aquí la palabra creyentes, en Tito 1, 6, no significa que hayan ejercido fe en el Señor Jesucristo. significa del griego pistos, significa fieles, obedientes. Obedientes. Que los hijos que están en casa, porque aquellos que son adultos y se van, toman sus propias decisiones en la vida, que los hijos que están en casa estén sujetos y sean obedientes. Y el versículo siguiente nos da enseguida la respuesta el apóstol, versículo 5. Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios? Os aseguro que la casa ya es algo complicado, pero la iglesia es un poquito más complicado. ¿Sí? Pues primero medirlo en lo que es más pequeño. ¿Sabe gobernar bien su casa? Sí, pues probablemente sabrá gobernar las cosas de la iglesia del Señor. Que gobierne bien su casa. En séptimo lugar, el versículo 6 nos dice, no un neófito, no un neófito. no uno que acaba de ser alcanzado, no un árbol recién plantado, no un nuevo creyente. Un nuevo creyente no debe de estar en posiciones de liderazgo en la iglesia. Y muchos pueden caer también en esta tentación. Se convierte a Cristo un cantante, un futbolista, un empresario del barrio que le va muy bien los negocios, y a los cuatro días de creyente, pastor moniaco. No, dice el Señor, no un neómito, no un neómito. ¿Por qué? Recículo 6. No sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. ¿Cuál fue la condenación del diablo? Oh, yo, Luzbel, el más hermosa. Mira a los otros angelitos, va, normales y corrientes. Dios, el más hermoso, con una gloria comparable a la del mismísimo Jehová. Esa fue la condenación del diablo, la vana gloria en los mundos. Alguien que acaba de convertirse, pone en la posición de liderazgo de la iglesia y cae en la misma condenación, en el mismo hoyo que el diablo cayó. Ah, Dios, que acabo de llegar. Y mirad donde me han puesto ya. y aquel pobrecito que lleva 20 años de creyente sí que sabe valorar lo que fue. La misma condenación del diablo, la vanagloria. No un neófito, alguien que lleve tiempo en la fe, alguien que sea maduro en la fe, alguien que lleve años en la fe. En octavo lugar, de buen testimonio, dice el versículo 7, o sea, no sólo de buena reputación en su casa, de buena reputación fuera, En el trabajo, en la universidad, con los vecinos, id y preguntad a cualquiera que tenga buen testimonio como cristiano, que no pueda ser acusado por el mundo. Sí, claro, el mundo va a acusar a los pastores, pero que todo lo que digan sea mentira, ¿vale? Que no puedan decir ninguna verdad en contra de los pastores, que sea de buen testimonio para los de afuera, que puedan sólo hablar bien de él. Hasta aquí las cualificaciones de un pastor. Llevo medio salmón, ¿os parece? Pero el otro medio va a ser muy cortito. Luego el apóstol Pablo empieza a decir lo mismo de los diáconos. Así que todo lo que hemos dicho hasta ahora es aplicable a los diáconos, porque está describiendo el mismo tipo de hombre, los mismos rasgos de carácter en un pastor y en un diácono. También el diácono es responsable de cuidar de su casa de la misma manera, ha de tener la misma piedad, ha de tener el mismo buen testimonio, etc. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre pastores y diáconos? Los pastores tienen el llamado de Dios de gobernar la iglesia, de orar por la iglesia y de enseñar en la iglesia. Los diáconos tienen el llamado, el difícil llamado, de hacer que los pastores hagan esto y sólo esto. de cuidarse de toda la administración, de cuidarse de la logística, de cuidarse de la organización de esos aspectos que no son menos espirituales porque pertenecen a la Iglesia del Señor pero no debieran de hacerlo los pastores Hechos capítulo 6 si queréis acompañarme durante unos versículos tenemos aquí a los primeros diáconos Hechos capítulo 6 y dice así la palabra del Señor En aquellos días, como creciera el número de los discípulos o sea que la iglesia se estaba haciendo grande, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce, estos son los apóstoles, convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron, no es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos de entre vosotros, a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo, y nosotros persistiremos en la oración y el ministerio de la palabra. Agradó la propuesta toda la multitud, y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, a Nicolás, prosélito de Antioquía, a los cuales presentaron ante los apóstoles quien orando les impusieron las manos. No era correcto que los pastores, en este caso eran los doce apóstoles, no era correcto que se ocuparan de esos temas, atender las necesidades de las viudas y desatendieran la oración y la predicación de la palabra. Era necesario que hubiera estos otros hombres, diáconos, que se ocuparan de esos temas de organización en la iglesia. De hecho, diácono viene del griego diakoneo, que significa servir. Un diácono es un servidor, un ayudador. Y estaréis pensando, bueno, yo recuerdo cuando has leído Primera de Timoteo, capítulo 3, que cuando habla de los diáconos, también habla de mujeres. Habla de mujeres, las mujeres. Entonces eso quiere decir que puede haber diaconistas, ¿verdad? Está claro que la mujer no puede enseñar ni ejercer dominio sobre el varón. Hasta ahí lo entiendo. Pero ¿y las diaconisas? Si es un ministerio de servicio. Y con mucho respeto, como he dicho antes, por otras iglesias que lleguen a conclusiones diferenciadas nuestras. Es decir, que mi entender es que no. Que no puede haber diaconisas. Porque todo lo que hemos dicho respecto a los pastores es cierto de los diáconos. Todo. Todo lo que hemos dicho hasta ahora. Y las cualificaciones de un diácono son las mismas que las de un pastor. En el versículo 11 leemos, las mujeres a sí mismas sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo, y algunos de este versículo entienden que se refiere a las mujeres diaconistas. Y yo entiendo y me parece bastante claro que se refiere a las mujeres de los diáconos. Las mujeres de los diáconos, no a las diaconisas. Bueno, dirás, bueno yo recuerdo un versículo en el Nuevo Testamento que habla de una diaconisa. Romanos 16, 1. El apóstol Pablo cita a una diaconisa. Febe, diaconisa en la iglesia en Cencrea. diaconisa en la iglesia en Sencrea y es que la palabra diácono como decía antes proviene del griego diakoneo diakoneo significa servir y diácono tanto se puede traducir como el diácono la responsabilidad dentro de la iglesia de diácono como servidor así que entiendo que en Romanos 16.1 está diciendo que esta hermana Cede es una servidora dentro de la iglesia de Fencrea. Está animando y exhortando a los hermanos en Roma que reciban a esta hermana con honor y con respeto y con amor, porque es muy valiosa, es muy preciada, es servidora en la iglesia de Fencrea. Es conocida por su hospitalidad, por su servicio, por su amabilidad, por sus muchos dones. Recibidla de esta manera. Porque es servidora en la iglesia. No diaconista, como entendemos el cargo o el oficio dentro de la Iglesia del Señor. ¿Cuáles son los requisitos de un diácono? Los mismos que los pastores. En Hechos 6, que ya hemos leído y estamos acabando, en Hechos 6, los apóstoles dicen a la Iglesia que busquen entre ellos siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría a quienes encargar este trabajo. Así que los diáconos, igual que los pastores, han de ser hombres de carácter santo, que tengan su familia en orden, como si se tratara de un pastor. Irreprensibles, honestos, no codiciosos, que guarden el misterio de la fe, maridos de una sola mujer, que gobiernen bien su casa... ¿Pero hay alguna diferencia entre los dos, entre un pastor y un diácono? Voy a hacer un baile, en tono de broma. Versículo 3. Dice que el pastor no puede ser dado al vino. Versículo 8. Dice que el diácono no puede ser dado a mucho vino. O sea que los diáconos tienen permiso para beber más. ¿Sí? No, no es esta la única diferencia. La diferencia principal es que el pastor ha de ser apto para enseñar. Cosa que no se sigue en el diálogo. El pastor ha de ser apto para enseñar. Ha de conocer la palabra y ha de ser capaz de comunicarla, de enseñarla, de transmitirla, porque ese va a ser uno de sus ministerios principales dentro de la iglesia del Señor. Por lo demás, en cuanto se refiere al carácter, estamos hablando de hombres espirituales y de carácter probado. Y si no fijémonos a qué diácono se escogen. Esteban. Esteban, el primer mártir de la fe. ¿Cómo predicó cuando estaba siendo lapidado? por aquello. ¡Felipe! Felipe es el que se encontró con el eunuco de Candace que iba leyendo Isaías y le dijo ¿entiendes lo que estás leyendo? y le explicó el evangelio y bautizó al eunuco allí en aquella árbol. ¡Hombres de un calibre espiritual tremendo! Esto es lo que Dios pide, también para aquellos que se ocupan de la logística en la iglesia. Ya para concluir, después de todo lo que hemos dicho, no sé si estáis pensando en destituirme de mi pastorado o qué, pero después de todo lo que hemos dicho, porque nos es necesario reflexionar y madurar como Iglesia en estos temas, ahora con el anuncio que acabamos de hacer sobre Jairo y en el futuro para que el Señor nos dé sabiduría, entendimiento, para que podamos ver a estos hombres, a los pastores y a los diáconos que el Señor nos haya dado o nos vaya a dar. en el futuro. Necesitamos esta sabiduría, esta percepción, esta inteligencia espiritual para discernirlo, para verlo. Repito, si todo esto es bueno, es bueno también para ti. Aunque no sientas el llamado a ser pastor o a ser diácono. Es bueno para ti meditar en todo esto y aplicarlo en tu vida. Y sabéis, tenemos una inercia innata en mirar hacia arriba. Entras en una empresa, Tienen ahí el organigrama con todas las fotos, ¿verdad? Desde el de abajo de todo hasta el de arriba de todo. El jefe de departamento, el superintendente, no sé cuántos. ¿Y a dónde se te van los ojos? A ver quién es el director general. A ver quién es el mandamán. Se nos van los ojos hacia arriba. Y no sólo eso, sino que tenemos un deseo, a veces de figurar, en estar arriba. Nos gusta estar arriba. Arriba de lo que sea. Pero arriba. Que se nos vea. Pero, queridos hermanos, Dios no ha puesto arriba un hombre, Dios ha puesto arriba el Hijo del hombre y abajo de él pastores y diáconos. Para que si alguien entra a la iglesia del Señor y se siente tentado a mirar hacia arriba, no se encuentre con uno de nosotros, pobre de él. Que vea al Señor Jesucristo. Si alguien entra aquí y vea los pastores y diáconos, piensa, bueno, estos solo son jefes de departamento. ¿Quién es el que manda más? ¿Quién está en la cúspide? ¿Quién está en lo más alto? El Señor Jesucristo. Él es el auténtico Director, Amo, Señor, Cabeza del Cuerpo. Que somos nosotros, Su Iglesia. El Señor nos ha dado pastores y diáconos. Y arriba, el Príncipe de los Pastores. El Rey de los Pastores. el Pastor de los Pastores, el Señor Jesucristo. Amén. Que el Señor bendiga su Palabra en nuestros corazones y nos haga crecer a todos como Iglesia en sabiduría.
Pastores y Diáconos
Series Palabras a Timoteo
Un tema fundamental para la iglesia cristiana es saber cómo reconocer a los líderes que la han de gobernar y han de servir en ella. En pasajes como este el Señor nos instruye sobre cuales han de ser esas cualificaciones, no según el mundo, sino según Aquel que ha diseñado la iglesia.
Sermon ID | 9709433354 |
Duration | 57:52 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Timothy 3 |
Language | Spanish |
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