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Vamos a abrir nuestras Biblias en Lucas capítulo veintidós. Lucas capítulo veintidós. No el próximo domingo, porque tendremos al pastor Rafael Alcántara predicando, sino el siguiente. Continuaremos con la serie expositiva de Primera de los Corintios. Y nos encontramos en el capítulo quince, pero por hoy vamos a estudiar este tema. Sermón titulado La Mirada de Jesús. Vamos a orar, hermanos. Señor, ante ti nos postramos porque débiles somos, más débiles de lo que nosotros en nuestro orgullo queremos reconocer. Confiamos en tu palabra, Señor, que nos dice que sin ti nada podemos hacer, y por ello venimos a aclamar a ti una vez más, que tú seas con nosotros en la exposición de tu palabra, Nos apropiamos de nuevo a lo último, al último himno que hemos cantado, donde te imploramos, Señor, que tú nos hables. Háblanos al corazón, háblanos provechosamente, háblanos de modo que seamos santificados y transformados por tu palabra. Glorifícate entre nosotros, te lo pedimos en Cristo. Amén. Los ojos suelen ser descritos como las ventanas del alma. De seguro han oído esa descripción, que es una descripción que en realidad resume el papel tan importante que desempeñan los ojos en la comunicación humana. Más allá de las palabras, nuestros ojos comunican emociones, intenciones, reacciones de maneras muy sutiles y poderosas. Con una simple mirada tú y yo podemos expresar alegría, tristeza, enojo y amor también, entre otras emociones. Al igual que nuestra mirada, la de nuestro Señor Jesucristo comunicaba también el corazón suyo a aquellos que estaban a su alrededor. Por eso encontramos varios pasajes en los evangelios donde los autores resaltan la mirada del Señor en ciertos momentos en particular. Tenemos por ejemplo aquella vez que los escribas y fariseos estaban atentos a ver si el Señor sanaba a alguien en un día de reposo y el texto nos dice en Marcos 3 5 y mirándolos en torno con enojo, una mirada de enojo entristecido por la dureza de sus corazones dijo al hombre extiende la mano y ustedes conocen el resto de la historia en marcos 10 21 hablando el señor aquel joven que no quiso dejar sus riquezas por venir a él porque era un idólatra dice el texto Jesús mirándolo lo amó pero hubo un día hermanos en que el señor le dio una mirada a un hombre Y este hombre jamás por el resto de su vida olvidó esa mirada. Este hombre fue Pedro. Y vamos a leer el pasaje que vamos a estudiar hoy. Ese pasaje tan conocido de la negación de Pedro. Aunque estaremos concentrándonos principalmente en la manera en que el Señor reaccionó frente a la negación de Pedro con esa mirada. vamos a leer el pasaje que va de en Lucas capítulo 22 del 54 al 62 leamos leo de la versión nueva biblia de las américas después de arrestar a Jesús se lo llevaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote y Pedro lo seguía de lejos Después que encendieron una hoguera en medio del patio y de sentarse juntos, Pedro se sentó entre ellos. Una sirvienta, al verlo sentado junto a la lumbre, fijándose en él detenidamente, dijo, también este estaba con él. Pero él lo negó, diciendo, mujer, yo no lo conozco. Un poco después, otro, al verlo, dijo, tú también eres uno de ellos. Hombre, no es cierto, le dijo Pedro. Pasada como una hora, otro insistía diciendo, ciertamente ese también estaba con él, pues él también es Galileo. Pero Pedro dijo, hombre, yo no sé de qué hablas. Al instante, estando él todavía hablando, cantó un gallo. El Señor se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro recordó la palabra del Señor de cómo le había dicho, antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, Lloró amargamente. He dividido este pasaje en tres puntos. En primer lugar, vamos a ver lo que precedió la mirada de Jesús, es decir, lo que sucedió antes de esa mirada. En segundo lugar, el momento de la mirada de Jesús. En tercer lugar, el efecto de la mirada de Jesús. Y en cuarto lugar, veremos algunas aplicaciones. Veamos primero lo que precedió esta mirada, lo que sucedió antes de esa mirada. como pudimos leer hermanos antes de que el Señor mirara a Pedro pasó algo muy triste y vergonzoso Pedro negó rotundamente que conocía al Señor Jesús y lo sorprendente es que horas antes de ese suceso bien triste Pedro muy confiado de sí mismo le dijo a Jesús le prometió y aseguró a Jesús que eso no iba a pasar miren en Lucas capítulo 22 versículo 31 al 34 el contexto inmediato Simón, Simón mira que Satanás los ha reclamado para zarandearlos como a trigo pero yo he rogado por ti para que tu fe no falle y tú una vez que hayas regresado fortalece a tus hermanos antes de seguir hermanos se dieron cuenta una vez hayas regresado es decir Pedro tú te vas a desviar pero cuando regreses fortalece a tus hermanos por eso Pedro reacciona y dice Pedro le dijo señor estoy dispuesto a ir contigo tanto a la cárcel como a la muerte en otras palabras yo no me voy a desviar pero Jesús le dijo te digo Pedro que el gallo no cantará hoy hasta que tú hayas negado tres veces que me conoces eso sucedió antes de este suceso tan triste Pedro le aseguró a Jesús que él estaba dispuesto a ir con él tanto a la cárcel como a la muerte y por lo que vemos en el versículo 54 podemos decir que Pedro fue sincero en lo que dijo de hecho él trató de cumplir su promesa aunque en parte miren el versículo 54 de nuevo habiéndole arrestado se lo llevaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote oigan ahora más Pedro le seguía de lejos ¿Dónde están los demás apóstoles, discípulos, apóstoles? Nadie, nadie estaba ahí desde que lo arrestaron lo abandonaron todos pero por lo menos de Pedro se nos dijo que se nos dice que lo seguía aunque de lejos pero lo seguía Fue sincero el cuando le dijo al Señor que no lo abandonaría que estaba dispuesto a ir con él a la cárcel y hasta la muerte Pero tristemente tal como el Señor se lo había dicho a él Pedro lo negó tres veces. Y vamos a ver brevemente lo que el texto nos dice sobre ese acontecimiento tan triste de la negación de Pedro. Luego de que Pedro viene siguiendo al Señor de lejos cuando se lo llevan apresado y se dirigen a la casa del sumo sacerdote para ser sometido a un juicio. Se nos dice en el versículo 55, después que encendieron una hoguera o una fogata en medio del patio y de sentarse juntos, Pedro se sentó entre ellos. Cuando dice patio, no pensemos en la parte trasera de la casa allá atrás, donde está el césped, árboles y cosas así. Aquí patio se refiere a lo que se conocía como patios internos o patios centrales en el centro de las viviendas donde no había ni techo. Es decir, que si este fuera donde estamos sentados nosotros, sería el patio interno. Estas serían, cada ventana serían puertas que llevan a diferentes lugares. Estas personas estaban quizás en el centro o allá atrás donde está el hermano Tony con una fogata encendida mientras Jesús está aquí podría. Eso es lo que me imagino por lo que presenta aquí más adelante. Jesús está entonces en esta sección siendo enjuiciado y de espalda a ellos porque él dice que se volvió a él, verdad? Es decir que eso está ocurriendo allá mientras Pedro está con esas personas calentándose. ¿Por qué? Porque era más o menos marzo o abril y en las noches en Jerusalén baja la temperatura a los 40 y pico Fahrenheit. Es decir que estaba frío. Y estaban allí Pedro sentado juntamente con ellos pensando que iba a pasar desapercibido. pero para sorpresa suya ocurre algo que se nos relata en los versículos 56 y 57 leamos una sirvienta al verlo sentado junto a la lumbre a la luz que emitía el fuego fijándose en él detenidamente se quedó mirando a Pedro dijo también este estaba con él pero él lo negó diciendo mujer yo no lo conozco Este es un pasaje donde se nos presentan varias miradas. Lo que nos interesa más es la mirada de Jesús a Pedro, ¿verdad? Pero aquí empezamos con una mirada a Pedro por parte de una sirvienta. Una mirada que le resultó incómoda a él porque fue una mirada para descubrir quién él estaba tratando de fingir que era. Y él presenta aquí su primera negación. y me imagino que para ese entonces Pedro habrá dicho déjame yo mejor echarme para acá para que esta mujer no siga insistiendo y se va quizá por otro lado cerca de esa fogata dice el versículo 58 lo que ocurre más adelante un poco después estamos hablando desde madrugada ya recuerden un poco después otro al verlo dijo también eres uno tú también eres uno de ellos hombre no es cierto dijo Pedro segunda negación pasa el tiempo versículo 59 pasada como una hora otro insistía diciendo ciertamente ese también estaba con él pues él también es galileo y me imagino que será porque como ya lo oyeron hablar dos veces y los galileos tienen un acentito particular habrá dicho pero tú un galileo oye lo hablando pero Pedro dijo hombre yo no sé de qué hablas al instante estando él todavía hablando. Es decir, nosotros tenemos lo que él dijo, hombre, yo no sé de qué hablas, pero en un momento dado, quizás antes de decir de qué hablas, canta el gallo y termina de hablar. Pedro niega de nuevo rotundamente que conoce a Jesús siendo esta su tercera negación. El gallo canta mientras él todavía tiene la palabra en la boca. El canto de ese gallo habrá sonado como algo común y corriente para el resto de las personas que estaban ahí. Lo más seguro es que ni se dieron cuenta que cantó un gallo, pero no para Pedro. El canto de ese gallo fue diferente para Pedro. Ellos habrán notado la tensión en Pedro cuando ese gallo canta. Quizás estaba nervioso, quizás estaba moviendo. Y las demás veces que ese gallo cantó después de ahí habrá sido para Pedro como un martillazo a su conciencia cada vez que lo oía cantar El temor en el corazón de Pedro fue más fuerte que su resolución de ser fiel a Cristo Cuando llegó la hora del ataque feroz satánico del cual el Señor Jesucristo le había advertido que venía, Pedro sucumbió y pecó gravemente. La lealtad de Pedro se evaporó al punto de recurrir a la mentira para tratar de disfrazar lo que era una verdad, que él sí conocía a Jesús y que sí él era un discípulo de Jesús. en ese momento Pedro entendió que no le convenía identificarse con Jesús ya se convirtió en algo peligroso para él fíjense el que tiempo antes le había dicho a Jesús a quien iremos solo tú tienes palabras de vida eterna en aquel momento en aquella noche en aquel patio Pedro llegó a la conclusión de que el asociarse con Jesús se le había convertido algo que ponía su vida en peligro ya no le convenía asociarse con aquel que estaba lleno de gracia y de verdad con aquel que con gran amor y paciencia le enseñó por tres años y medio a él con el que le había dado a él el privilegio de ser uno de sus amigos más íntimos el que tenía el que tuvo el privilegio de ver a Cristo transfigurado de este Jesús Pedro ahora dice yo no lo conozco esto fue lo que sucedió hermanos y amigos antes de la mirada veamos en segundo lugar el momento de la mirada de Jesús versículo 61 son pocas palabras pero poderosas entonces el señor se volvió o dio la vuelta imagínese a Pedro allá con el grupo con la fogata Jesús aquí de espaldas entonces el señor se volvió y miró a Pedro entonces empieza el versículo entonces cuando miren la última parte del versículo 60 cantó un gallo entonces inmediatamente terminó de cantar el gallo la primera vez el señor inmediatamente da la vuelta y mira a Pedro esa mirada del señor no fue una mirada casual no fue que en el mirar de aquí para allá de repente el señor lo movieron porque iba a otro sitio y de repente miró y casi por accidente se encontró con Pedro no hermanos la mirada del señor fue intencional y muy oportuna fíjense cuándo y cómo fue cuando aquellas personas reconocen a Pedro y empiezan a interrogarlo el señor aquello estaba pasando allá pero aquí donde está el señor estaba siendo enjuiciado falsamente falsos testigos declarando en contra suya estaba siendo blasfemado, condenado a muerte, le escupen en la cara, lo abofetean todo eso sucediendo por amor aquel que lo está negando allá en ese mismo instante bueno en un momento dado mientras estaban ocurriendo todas estas cosas Pedro lo niega tres veces, el gallo canta Y mientras todavía se está llevando a cabo aquel juicio, mientras Pedro todavía estaba acabando de negarlo por tercera vez, el gallo canta y el Señor vuelve la cabeza para darle esta mirada intencional a Pedro. Es decir, que en ese momento el Señor se desentiende de todas las falsas acusaciones y blasfemias e insultos y burlas para atender algo que era de suma importancia para su corazón. Ministrarle a su oveja desviada por más distante que él estuviera de Pedro no conocemos la distancia Jesús no lo había perdido de vista nada de lo que estuviera haciéndole a él le impidió estar atento a su discípulo Pedro Lo cual quiere decir que aunque Pedro trató de desligarse del Señor negándolo, el Señor nunca se desligó de Pedro. Pedro quiso hacer creer que no le conocía mintiendo, pero el Señor muestra lo mucho que él conocía a Pedro. El Señor no, el Señor pudo haberse olvidado de Pedro para siempre y pudo haberlo negado delante de su padre por él haberlo negado a él. Pero que misericordioso es el Señor hermanos, Él nunca nos trata a nosotros como lo tratamos a Él. De ahí lo que dice el versículo 61. Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro. La acción de Pedro era para Jesús jamás volverse, sino darle la espalda a Pedro para siempre. Pero Él es grande en misericordia. ¿Y cómo fue esa mirada que el Señor le dio a Pedro? Aquí vamos a usar un poquito de imaginación santificada, como le llaman. Bueno, fue una mirada personal. Evidentemente, no fue al grupo que él miró, fue a Pedro solamente. Fue una mirada personal. Una mirada que sólo Pedro entendía. Los que estaban allí habrán dicho, ¿y qué está mirando este? Pedro entendía. Nadie más. Eso era un asunto entre Jesús y Pedro, sus discípulos. No fue que Pedro llamó a Jesús, Jesús. y Jesús dio la vuelta no el Señor dio la vuelta en el momento oportuno y fue el Señor que fue en busca de los ojos de Pedro y cuando los encontró los ancló los suyos allí para mirar a aquel hombre y ministrarle a su corazón sin palabras Pedro supo muy bien lo personal que era aquella mirada aunque el Señor no le tuvo que decir nada con su mirada le dijo Pedro no mientas diles la verdad Pedro Tú sí me conoces, es más, no tan solo me conoces, eres uno de mis discípulos más íntimos ¿Por qué me niegas Pedro? ¿Por qué? Sin embargo, como vemos, el Señor se limita a decirle eso mismo, pero sin palabras, con una mirada, sólo con una mirada que quedó entre Pedro y Él, porque la meta no era avergonzar públicamente a Pedro, sino ministrarle a Pedro. Fue una mirada personal. También fue una mirada de reprensión. Obviamente no fue una mirada para animarlo y alentarlo, ¿verdad? Fue una mirada de reprensión y Pedro seguro lo entendió así. Los ojos del Señor y los de Pedro se encuentran inmediatamente después de Pedro haberlo negado por tercera vez. No sabemos si el rostro del Señor en ese momento manifestaba indignación contra Pedro pero no hay duda de que fue una mirada de reprensión para él y por tal razón podemos inferir que con esta mirada el Señor le dijo a Pedro, Pedro, Pedro tú acabas de jurar que no me conoces pero es eso verdad Pedro mírame a los ojos y diles que no me conoces atrévete a decírselo Has pecado contra mí, yo fui el que te llamé, yo fui el que te salvé, el que te dio grandes privilegios, el que te ha usado y te habrá de usar para el avance de mi reino y así me pagas Pedro no me dijiste que estaba dispuesto a ir conmigo a la cárcel y aún hasta la muerte mírame aquí Pedro siendo acusado falsamente para luego ser condenado a muerte de cruz para allí recibir la ira de Dios por amor a ti para que tú seas librado de eterna condenación y así me agradeces Pedro hermanos es curioso ver cómo Lucas tan pronto termina de decirnos que Pedro se va y llora amargamente nos da otro relato que tiene que ver con la manera en que aquellas personas estaban tratando a Jesús. Aquel a quien Pedro acababa de negar, seguía padeciendo porque él se humilló hasta los humos. Dice el versículo 63, los hombres que tenían a Jesús bajo custodia, se burlaban de él y lo golpeaban, le vendaban los ojos y le preguntaban, adivina, ¿quién es el que te ha golpeado? También decían muchas otras cosas contra él, blasfemando. En el Señor le dolían esas cosas. Le resultaban humillantes. Él era 100% hombre. Pero lo que más le dolió fue lo que Pedro hizo. Le dolió mucho más que esas cosas. Creo que con esto Lucas nos quiere llevar a ver que el Señor, que el Jesús al que Pedro negó fue el que se había humillado hasta lo sumo, hasta el punto de ser crucificado. Lo que nos dicen estos versículos que acabamos de leer contrasta el amor infinito de Cristo con el amor efímero de uno de sus discípulos. En tercer lugar, esta fue una mirada compasiva también. Solo podemos imaginarnos la compasión que había en los ojos del Señor mientras miraba a su discípulo infiel. Recordemos que este es el mismo Jesús que después de haber estado escribiendo en tierra miró a la mujer adúltera y la perdonó. La miró con ojos de compasión. Fue el mismo que miró aquel joven que estuvo dispuesto a perder su alma inmortal por amor a su dinero. Lo miró con amor. con compasión igualmente podemos suponer que él también miró con compasión a Pedro de hecho fue por compasión que el Señor le dio la advertencia que le dan los versículos 31 y 32 Simón, Simón mira que Satanás los ha reclamado a ustedes para zarandearlo como a trigo al darle esa advertencia al Señor le está diciendo te estoy preparando Pedro para que cuando venga este fuerte ataque estés listo para que tú vayas clamando y pidiendo la gracia necesaria para permanecer firme y hasta le dijo que él regresaría porque no le iba a ir muy bien y que fortaleciera a sus hermanos lo iba a seguir usando Pues con la misma compasión que el Señor predijo su caída, la caída de Pedro así de seguro lo miró aquella noche. Y con esa mirada compasiva le habrá dicho, Pedro, Pedro, sin palabras, cuán débil es tu corazón y no lo entiendes. Si no fuera por mi gracia, tú me hubieras abandonado totalmente. El diablo te ha zarandeado como te dije que lo haría y has pecado gravemente. yo conozco tu debilidad y te quise hacer entender lo muy débil que eres pero tú te creíste fuerte Pedro pero yo te sigo amando confiesa tu pecado y te perdonaré el Señor pudo haber castigado a Pedro en ese mismo instante pudo haberlo destituido de su apostolado pero no lo hizo por compasión El Señor se acordó de que estaba hecho su siervo Pedro al igual que tú y yo somos polvo y lo trató con compasión. Hemos visto en primer lugar lo que precedió esta mirada, en segundo el momento de la mirada, por último el efecto de la mirada de Jesús. ¿Qué produjo esa mirada? Porque algo produjo y ustedes lo vieron. Permítanme abundar un poco al respecto. el efecto de la mirada de Jesús después del canto del gallo y la mirada personal de reprensión y de compasión del Señor se nos dice en el versículo 61 y recordó Pedro la palabra del Señor como le había dicho antes que el gallo cante hoy me negarás tres veces y salió fuera y saliendo fuera lloró amargamente Aquella mirada intencional del Señor a Pedro fue una mirada poderosa y eficaz. Aquella mirada impidió que Pedro siguiera en ese camino resbaladizo en el cual entró tan pronto lo negó por primera vez, lo cual condujo a una segunda vez y a una tercera vez y del Señor dejarlo en esa condición. ¿Quién sabe? Si jamás hubiéramos sabido de la restauración de Pedro. Hermanos que poderoso Salvador tenemos tan solo una mirada logró traer de vuelta con cuerdas de amor al corazón desviado de uno de sus siervos una sola mirada bastó para ablandar y quebrantar el corazón de Pedro por su gran confianza en sí mismo a Pedro se le había olvidado por completo lo que el Señor le había dicho a él horas antes no estamos hablando de semanas antes, horas antes hermanos miren qué débiles somos leemos algo en el devocional personal en la mañana y en la tarde estamos violando eso mismo que leímos leemos de la mansedumbre de Jesús cómo mantenía bajo control su enojo en momentos de grande provocación a las siete y media de la mañana lo leímos y a las dos de la mañana dos de la tarde hablando con nuestra esposa por teléfono explotamos en ir en contra del carácter manso de Cristo del cual estuvimos leyendo así de débiles somos pocas horas antes el Señor le dijo te digo Pedro que el gallo no cantará hoy hasta que tú me hayas negado tres veces que me conoces. La pregunta es, ¿qué hizo Pedro con esas palabras? Evidentemente las desestimó como palabras que no se aplican a mí, se aplicarán a aquel y aquel, pero a mí no. Yo soy Pedro y el nombre que el Señor me dijo fue de adorno. Pedro significa roca. Eso habla de firmeza, de fortaleza. Algo bueno habrá visto el Señor en mí, fortaleza habrá visto Él en mí. Por eso yo soy el líder del grupo de los discípulos. Cuando Él preguntó ¿Quién dicen ustedes que yo soy? ¿Quién fue que respondió? Tú eres el Hijo de Dios. Fui yo. ¿Y quién fue que le voló la oreja al hombre este que fue a arrestar al Señor? ¿Fui yo? ¿Eh? Ni una bajita sacaron Todas esas cosas, ¿Quién sabe? Aunque no en esas palabras, pero ciertamente él confiaba mucho en sus propias fuerzas. Por lo tanto, eso que el Señor hace horas le había dicho yo me voy a quedar callado para no contradecir el señor y darle la impresión de que no estoy recibiendo lo que me está diciendo yo no voy a discutir pero yo no creo que eso se aplique a mí y se lo voy a mostrar al señor pero hermanos el señor tuvo que usar el canto del gallo en combinación con su mirada para hacerle recordar a Pedro estas palabras que él había echado a un lado es decir usó su providencia y su santa palabra y Pedro se sintió convicto de pecado y con razón El Señor despertó su conciencia adormecida y Pedro llegó a ver la grandeza de su rebelión, su indignidad, su falta de lealtad, su falta de amor al Señor y la gran afrenta que acababa de cometer contra él negándolo tres veces Dice el versículo 62 cuál fue su reacción y saliendo lloró amargamente Fue tanto el dolor que Pedro sintió en las profundidades de su alma que lo único que pudo hacer, hermanos, fue salir, alejarse de aquella multitud en aquel patio, lejos de aquella gente y llorar amargamente por haber negado a su amante Salvador. Pedro sinceramente se arrepintió de lo que había hecho. Su llanto dio a conocer lo dolido que estaba y lo quebrantado que estaba su corazón por haber contristado al Señor. Esta fue la obra eficaz de esa mirada poderosa del Señor. Hemos visto lo que precedió esta mirada. Vimos cómo Pedro hizo lo que estaba muy seguro que nunca iba a ocurrir. Negó al Señor, o sea, a su Señor y Salvador. Negó que lo conocía. En segundo lugar, vimos el momento de esa mirada, el Señor en el momento más oportuno hizo contacto directo con los ojos culpables de Pedro su oveja descarriada en ese momento y le da una mirada personal y poderosa con la que le reprende y también le muestra su compasión en tercer lugar vimos el resultado de esa mirada la mirada del señor no fue una mirada cualquiera fue una mirada directa y poderosa del que todo lo conoce una mirada que logró el efecto deseado el quebrantamiento y restauración de Pedro Pues entonces ahora a nosotros nos toca preguntarnos ¿y qué aprendemos nosotros de este pasaje? ¿Qué nos dice este pasaje a ti y a mí en el 2024? En el contexto de nuestras propias debilidades, en el contexto de nuestro propio compromiso con el Señor y a la luz de que también vivimos rodeados de tentaciones y de presiones Bueno, en primer lugar, la primera aplicación que tengo es cuídate, porque tú también puedes negar al Señor. ¡Yojo! Ya empezaste mal. Si esa es tu reacción, empezaste mal. Entonces, estás cayendo lo mismo que Pedro cayó. cuídate porque tú también puedes negar al Señor cuando el Señor le dijo a Pedro que Satanás lo había pedido para zarandearlos en vez de confiar en su propia carne él debió de haberse puesto a orar al Señor que lo sostuviera pero evidentemente no fue lo que hizo puede que él quizás haya confiado en el privilegio que tenía de ser uno de los apóstoles del Señor Jesucristo puede que haya confiado en otros privilegios más que tenía pero no tuvo en cuenta que ninguno de los privilegios que tenemos pueden impedir nuestra caída y pueden impedir que nos apartemos del Señor es sólo la gracia poderosa de Cristo la que nos puede sostener bajo la tentación es de esa gracia que debemos depender tú y yo en todo momento y mucho más oigan cuando al pasar de los años Especialmente ahora quiero hablarte a ti que llevas muchos años en la fe. Es con el pasar de los años y con el aumento de nuestro conocimiento y nuestros privilegios que viene el peligro. Por eso es que muchos grandes hombres de Dios y mujeres de Dios han caído ¿sabe cuándo? En su vejez. hermano tú que tienes muchos años en la fe que conoces mucho de la palabra de Dios y que estás ahí sentado te pregunto te has visto recientemente coqueteando con aquellas tentaciones de las que antes te mantenías muy alejado pero ahora te has sentido en la libertad de coquetear con esas tentaciones creyéndote que así como años antes ha sido guardado por el Señor ya tú eres lo suficientemente fuerte para descuidarte un poquito has llegado a caer recientemente en pecados sobre los cuales habías tenido victoria en años antes y que te creías invencible en cuanto a esas cosas antes pero hoy te has visto cayendo en esos pecados no habrá sido porque llegaste a creer que tus muchos años en la fe se convirtieron en una gruesa muralla que te protegían a tu alrededor no será porque confiaste en tu experiencia y en tus años y tu conocimiento en vez de la gracia de Cristo o habrá sido por confiar en tu mucho conocimiento de la Biblia el hecho de que conoces mucho de teología o te sabes muchos versículos de memoria será porque te crees fuerte que tan fácilmente descuidas tu comunión con el Señor y tu asistencia a los cultos yo estoy bien Yo puedo darme el lujo de descuidar mi devocional personal y mi asistencia a los cultos. Yo no necesito tanto esos medios de gracia como los más nuevos. Tremendo error. Además de desobedecer al Señor y pecar contra Él, si te descuidas, tremendo error que cometes. Pedro vio al Señor, durmió al lado de Él, comió con Él, lo vio haciendo milagros, lo oyó hablarle directamente, tocó al Cristo resucitado y lo vio, lo vio transfigurarse y cayó tú y yo no hemos tenido esos privilegios mi hermano el Señor nos ama demasiado como para dejar que la soberbia de nuestro corazón nos engañe Escucha lo que el Señor le dice al pueblo de Edom en Abdias, versículos 3 y 4. Edom era una ciudad edificada sobre una peña inmensa. Era una ciudad bien alta que se creía invencible por el lugar geográfico en el cual se encontraba. O geológico donde se encontraba. Mira lo que dicen estos versículos 3 y 4. Recibe esa palabra y yo la recibiré también del Señor a ti y a mí hoy. La soberbia de tu corazón te ha engañado. Tú que habitas en las hendiduras de la peña Ve la conexión, la sobrevive de tu corazón ¿De dónde vienes a sobrevivir? Tú vives allá arriba, tú te crees invencible En las alturas de tu morada ¿Qué dices en tu corazón? Ahí está el engaño ¿Quién me derribará por tierra? En otras palabras, yo soy invencible ¿Qué dice el Señor? Aunque te remontes como el águila Y aunque entre las estrellas pongas tu nido de allí te derribaré, declara el Señor. La única manera de saber si eso es así, si el Señor cumple su palabra, sigue entonces el engaño de tu corazón, descuida tu andar con el Señor, descuida tu asistencia a los cultos, descuida tu comunión con los hermanos, descuida la lectura de buenos libros cristianos, descuida realmente el alimentar tu alma y estarás diciendo yo soy invencible, Y de ahí vas a caer. Y espiritualmente, te verás con dientes menos, labios quebrados, huesos rotos, porque la caída no va a ser bonita. Pues mis hermanos, miremos a Pedro en este pasaje que el Señor nos ha dado, pero no lo miremos para menear la cabeza diciendo, ¡qué bárbaro ese Pedro! Sino que nos sirva de advertencia. y nos mantengamos aferrados a la gracia fortalecedora de la cual Pedro nos aferró porque de no ser así tú y yo también caeremos sea que prediques aquí o no sea que sirvas aquí en alguna manera o no o seas un hermano que viene todos los domingos aquí eso no tiene que ver con tu función tu privilegio los privilegios no guardan a nadie en la gracia de Cristo clamemos a él a diario para que nos guarde del maligno y del mal y del mal de nuestros propios corazones para que cuando cante el gallo no tengamos que llorar amargamente. En segundo lugar, este pasaje nos revela la gran compasión de nuestro Salvador. ¿Verdad que lo pudimos ver? Se dieron cuenta cómo el Señor se desentiende del juicio falso que le están haciendo para atender a una oveja suya que le acababa de deshonrar grandemente. ¿Qué habrán pensado aquellos que lo están enjuiciando y lo ven darse la vuelta dirán pero este hombre no le da importancia a lo que estamos haciendo aquí a él no le importa que lo estamos enjuiciando que lo podemos condenar a muerte que es lo que está mirando por allá no le importó eso él tiene una abeja descarriada que tenía que atender así nos ama el señor hermanos aunque Pedro lo niega a él el señor por su gran amor no niega a Pedro Él nos dice tú ves aquel que está allá, yo te voy a decir porque yo mire la cabeza, tú ves aquel que está allá, sí, ese ya le quité su apostolado, ese no es siervo mío ya, Él no hace eso, con razón dicen 2 Timoteo 2 13 si somos infieles Él permanece fiel, qué bendición hermanos, no había pecado que iba a ser que el Señor dejara de amar a su siervo Pedro, por eso es que en su misma advertencia le da a entender que él seguiría usándolo a él en vez en vez que una vez hayas regresado fortalece a tus hermanos por eso también vemos como en aquella playa el Señor los restaura en Juan capítulo 21 y empieza diciéndole Pedro me amas más que a estos que pregunta es decir Pedro Tú sigues siendo, sigues estando tan confiado en ti mismo como antes, que tú crees que tú realmente me amas más que esto que está aquí. O la caída te dio una lección que no vas a olvidar jamás. Y le dice a paciente a mis ovejas, oh señor, pero yo pensaba que tú me ibas a quitar, no me vas a dejar servirte más. Yo te voy a restaurar, Pedro. Eso es lo que le estás diciendo en otras palabras. Así de compasivo es Nuestro Señor para con nosotros también, hermano. ¿Te has visto retratado en Pedro hoy? ¿Todavía resuena en tus oídos el canto del gallo y la culpa de conciencia de ese pecado que has vuelto a cometer esta semana? Aunque el diablo te ha estado sugiriendo que sigas entregándote a él porque ya te embarraste, ¿para qué vas a ser hipócrita ahora como que no te gustó? ¡Siga adelante! aunque el diablo te haya sugerido eso por lo que hemos estudiado hoy el señor te llama a dejar ese pecado y hacer lo que Pedro hizo a llorar amargamente por el en arrepentimiento no sigas en él pues mi hermano si has pecado llora pero no llores por auto lástima llora pero no principalmente por la vergüenza de que te descubrieron en lo que hiciste Llora pero no porque la carga de tu culpa es muy grande Más bien llora porque has ofendido a tu redentor Llora porque has contristado su espíritu Pero llora con la seguridad y la esperanza De que en Cristo hay perdón para el que se arrepiente el que llora amargamente en arrepentimiento delante del señor conocerá la dulzura del perdón suyo porque él ha dicho el que encubre su pecado no prosperará por el que lo confiesa y se aparta alcanzará misericordia cuando pecamos el señor se vuelve en cierto sentido el señor se vuelve para mirarnos a los ojos él trata con nosotros nos da convicción de pecado no para aplastarnos sino para decirnos que Él se compadece de nosotros y nos llama a confesar nuestros pecados para Él perdonarnos cada uno de ellos. En tercer y último lugar este pasaje nos revela la eficacia de la gracia restauradora de Cristo. con tan solo comparar lo que se nos relata en nuestro pasaje con lo que vemos en Pedro a partir del capítulo 2 de Hechos y el denuedo de este hombre predicando el evangelio y aunque lo apresaron seguía predicando el evangelio ese otro Pedro porque Cristo lo restauró porque la gracia de Cristo es suficiente jamás volvemos a ver a Pedro negando a Jesús de nuevo sino todo lo contrario dando testimonio valientemente de Jesús y es curioso que desde que Pedro lo niega y llora amargamente en Lucas 22 jamás se oye de Pedro y lo más que uno puede pensar es se habrá recluido a tiempos de reflexión, tiempo de oración, tiempo de ayuno, tiempo de confesión de su maldad pidiendo el Señor restauración pero su restauración vino aunque fue un proceso Empezó ese mismo día cuando él negó al Señor, cuando el Señor lo miró y lloró amargamente, ahí empezó su restauración. Amado hermano, a ti tampoco te ha abandonado el Señor como él no abandonó a Pedro. Aunque piensas que eres un desastre de cristiano, si en verdad el Señor te ha salvado de la culpa y del poder de tu pecado, él jamás te abandonará tampoco. Él no ha terminado su obra contigo, Ninguna de tus caídas le harán dejar de amarte. Recuerda que nadie ni nada nos podrá separar del amor de Dios en Cristo Jesús. Nada, ni nuestro pecado. Ah, pero eso animará a los cristianos a entregarse al pecado. Si eso lo anima a entregarse al pecado, yo cuestiono que realmente Cristo lo ha salvado, porque el Señor nos transforma cuando nos salva y quebrante ese amor al pecado que teníamos antes. No, eso no es una excusa para el cristiano. El cristiano más bien se anima más a ser fiel al Señor, a ver la inmensidad de su amor y de su compasión. Lo contrario. A lo largo de tu vida, te puedo decir, mi hermano, a lo largo de toda tu vida cristiana, tú vas a escuchar gallos cantar. Que te recordarán de lo débil e infiel que eres a Cristo. Pero después del canto del gallo, el Señor te mirará con compasión y con gracia. Nunca esquives su mirada. Nunca huyas de su mirada. ¿Y sabes dónde es que podrás encontrarte con los ojos del Señor? ¿Tú sabes dónde es que tú puedes encontrarte a diario con esos ojos penetrantes, compasivos, poderosos? Cada vez que tú abres la palabra de Dios. descuida la palabra de Dios Cristo no estará mirándote poderosamente no encontrará su rostro dicen hebreos 4 versículos 12 y 13 oye estas palabras porque la palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que cualquier espada de dos filos penetra hasta la división del alma y del espíritu de las coyunturas y los tuétanos es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón y no hay cosa creada oculta a su vista los ojos del Señor sino que todas las cosas están al descubierto y desnuda ante los ojos la mirada del Señor de aquel a quien tenemos que dar cuenta el medio que el Señor usa para volverse y mirarte a los ojos a ti y a mí, es su palabra. Y al mirarnos nos dice cómo estamos, al mirarnos nos dice qué nos falta en nuestro crecimiento, nos dice de sí mismo, de su hermosura, de su gracia, de su poder y demás cosas que necesitamos conocer esa mirada suya penetra hasta lo más profundo tan profundo que dice aquí que entra hasta la división del alma y del espíritu las coyunturas y los tuétanos espirituales nuestros y es poderosa para discernir los pensamientos de las intenciones del corazón es esa palabra suya que te va a decir está mal ese amor que tú tienes por esto o aquello está mal la intención carnal con la que haces esto y lo otro hasta ahí se mete el señor allá adentro Esa mirada penetrante es suya por su palabra, la necesitamos a diario hermanos. No podemos darnos el lujo de descuidar la comunión con el Señor. Exponte con frecuencia a los ojos penetrantes del verbo de Dios, a leer su poderosa palabra. Es la palabra que te santificará, es la palabra que te guardará de negar al Señor, y es la palabra que te restaurará y te llevará al nivel espiritual en el cual deberías estar. Mi amigo que no conoces a Cristo en este pasaje que hemos estudiado, tú has visto la debilidad de un siervo de Dios. Nosotros también somos débiles. Nadie aquí es fuerte por estar en Cristo. Pero versículos antes, aunque no lo leímos, se nos habla de otro hombre. De otro hombre que también estuvo cerca de Jesús y tuvo los mismos privilegios que Pedro tuvo. Ese hombre se llama Judas. cuando Judas el Señor les reveló su pecado la grandeza de lo que había hecho que había entregado sangre inocente al vender a Jesucristo por unas cuantas monedas de plata la culpa fue tal y a la vez la desesperación fue tal por no tener su fe en Cristo que lo que hizo fue que se ahorcó y se fue a la eterna condenación Pedro sin embargo lloró amargamente y fue aquel que es fuente de gracia perdón y misericordia halló perdón y restauración mi amigo tú también al igual que nosotros eres un pecador culpable delante de Dios culpable delante de esos ojos santos y puros que no pueden ver el mal Culpable delante de esos ojos que ven las intenciones de tu corazón. Aunque todo el mundo hable bien de ti externamente y lo bueno que tú eres en la sociedad y las demás cosas, pero el Señor sabe que en tu corazón no hay un verdadero amor a Él. En tu corazón no hay una verdadera confianza en Él como tu único Salvador, sino que confías en tu supuesta bondad para llegar al cielo. Todas esas cosas lo deshonran a Él. Ese Señor que te ve con esos ojos ha hecho provisión para el perdón de tus pecados en la persona y obra del Señor Jesucristo. Y a Él te llamo a venir por la fe y el arrepentimiento hoy para que en Él tú halles salvación. Y si al igual que nosotros habrán tiempos tristes también al tú ver tu caída, al ver tu descuido, al ver... Pero hay esperanza para nosotros. Oramos amargamente y somos consolados grandemente por la gracia y misericordia de Cristo. Vamos a orar. Señor, te agradecemos por presentarnos y permitirnos ver este cuadro de la hermosura de nuestro Salvador, de su gran compasión, de su gracia poderosa y restauradora. Pero también confesamos que nos vemos retratados en el débil y muy confiado Pedro. Interrogamos que nos libres de confiar en nuestro propio corazón. Que nos libres de ser engañados por la soberbia de nuestro corazón. Que seamos un pueblo que ande cerca de ti, que ande constantemente exponiéndose a tu mirada penetrante y santa, al exponernos a tu santa palabra. Use esa palabra, Señor, para fortalecernos, para sostenernos y guardarnos del mal y del maligno. Te rogamos esto en el nombre de Cristo. Amén.
La Mirada De Jesus (Lucas 22:54-62)
Sermon ID | 93241658576124 |
Duration | 49:39 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 22:54-62 |
Language | Spanish |
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