Romanos 3.23 dice, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 6.23 dice, la paga del pecado es muerte. Entonces, como Adán pecó, como tú y yo hemos pecado, tenemos dos grandes problemas. Todos los hombres entran a este mundo con dos grandes problemas. Primero, estamos separados de Dios. estamos separados de Dios. Ya no lo podemos ver en forma visible, ya no podemos caminar con él como caminaba con él Adán, no podemos hablar con él cara a cara, incluso en cuanto a esto de ver a Dios como un hombre pecador o hablar con él cara a cara, Éxodo nos dice que no podemos ver a Dios cara a cara porque el que lo vea morirá. Dios es tan santo, su santidad es tan poderosa, su gloria es tan poderosa que si un ser caído se presentara a él frente a frente nos destruiría, acabaría con nosotros. Ningún hombre puede ver el rostro de Dios y vivir. Si viéramos a Dios, moriríamos. Todo esto es a causa del pecado. Todos vivimos estas consecuencias que estamos separados de Él y no lo podemos ver porque todos hemos pecado. La Biblia dice que si creemos que no hemos pecado, si yo pienso, esto aplica a todo aquel que es pecador, pero yo no he pecado. Bueno, Primera de Juan 1.10 dice que si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él, es decir, a Dios, mentiroso. Y su palabra no está en nosotros. Todo el que piense que esto no le aplica a él, está muy equivocado. Está diciéndole a Dios que es mentiroso. Entonces, vámonos de nuevo aquí a la ilustración. Del lado izquierdo tenemos al hombre. Todos los hombres han pecado. Primera de Juan 1.10 nos dice eso, que todos hemos pecado. Y por lo tanto, Hay consecuencias del pecado. Todos estamos sufriendo las consecuencias del pecado, que es, en primer lugar, la separación. Estamos separados de Dios. Y luego tenemos otra consecuencia del pecado. Tardo o temprano nos vamos a morir. Vamos a sufrir la muerte física. Y al final, si morimos en nuestros pecados, el último paso, muerte eterna. Esa es la cadena de eventos. Todos los hombres hemos pecado, hay consecuencias, consecuencia 1, separación, consecuencia 2, muerte física, consecuencia 3, muerte eterna, separación eterna de Dios, lo que la Biblia llama la muerte segunda. Leemos que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después el juicio. Leemos en Apocalipsis, el que no se halló inscrito en el libro de la vida. Fue lanzado al lago de fuego. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. O sea, hasta aquí las cosas van muy mal. Muy, muy mal. Y este es el destino de todos. Este es el destino que enfrentamos todos los hombres al entrar a este mundo por nuestra propia culpa. No es culpa de Dios. No es culpa de alguien más. Ya lo leímos, por cuanto todos pecaron, la consecuencia es esta, destituidos de la gloria de Dios. Es nuestra culpa. Por nuestra culpa estamos separados de Dios. Por nuestra culpa ya no podemos verlo. Por nuestra culpa no tenemos una relación real con Él, porque le hemos ofendido, porque hemos pecado contra Él. Pero aquí ya llegamos a las buenas noticias. Gracias a Dios hay esperanza, hay un camino para ser reconciliados. Si regresamos a nuestro texto principal, Romano 6, 23, solo hemos leído la primera parte. Ahora vamos a leerlo completo, Romano 6, 23. La paga del pecado es muerte, pero el don de Dios, el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús. Señor nuestro. Otras versiones dicen la dádiva de Dios. Un don, una dádiva, ¿qué es? Es un regalo. Un regalo es algo que es gratis para el que lo recibe, pero que le cuesta, y en razón a qué tan valioso es el regalo, le cuesta mucho al que lo procuró, al que lo regaló. Al que lo recibe no le cuesta nada, es gratis, pero al que lo compró le cuesta mucho. Dios dice que la vida eterna El mejor regalo que cualquier persona pudiera recibir es algo que Cristo compró. Y Él lo compró para dárselo a quienes Él quiera, y dice específicamente a quienes se entregan a Él, a quienes creen en Él, a quienes se entregan a Él. Romano 6.23 es un versículo muy importante en la Biblia, es crítico. Nos habla de los dos lados, la paga del pecado, la consecuencia del pecado, y nos habla del don de Dios, el Evangelio, el camino de salvación. Dios proveyó, compró un camino para reconciliarnos con Él. Para que el hombre pueda pasar, y la ilustración que tenemos aquí es de Dios de este lado, el hombre de este lado, separados, pero el hombre, la idea es que el hombre puede pasar por un puente. ¿Qué es este puente? La cruz de Cristo. Esa es la idea de la Ilustración. Que el hombre pase de un lado al otro. Dios acaba con su don, acaba con la separación, nos restaura una relación viva con Él, y el camino es Cristo, el Salvador. Cristo dijo, yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí. No hay otro puente, no hay otro camino, no hay otra manera. Cristo es la única manera. Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Y luego nos vamos A estos dos textos. Lucas 19 y Marcos 10. Aquí leemos que el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Vino a buscar y a salvar a estos. Leemos en Marcos que el Hijo del Hombre no vino para ser servido, o sea, no vino para que lo exaltaran como Rey, para que... No, no vino para ser servido, sino para servir. Y para dar su vida en rescate por mucho. ¿En dónde? Ahí, en la cruz. Eso fue lo que vino a hacer, a morir en la cruz. Dimos hace unos domingos el sermón de poder para poner su vida. Cristo vino con poder para poner su vida. Él dijo, nadie me la quita, yo la pongo. Cristo hizo todo eso, hizo todo esto para que nosotros pudiéramos tener vida eterna, para que no tuviéramos que pasar el resto de esta vida y la eternidad con esta separación vigente, todavía separados de él. Leemos en Isaías, ¿cómo hizo eso? Vino a buscar, a rescatar, pero como lo hizo nada más así, por un chasquido, ¿qué tuvo que hacer? Hubo que pagar. Hubo que pagar. Hubo que realizar un pago. Leemos en Isaías, todos nosotros nos descarriamos como ovejas. Cada cual se apartó por su camino, mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Versículo 5, más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre él y por su llaga nosotros fuimos jurados. Dios no quiere que nadie se pierda. Todos entramos al mundo así separados, pero Dios no quiere que nadie se pierda. Dios proveyó un camino. Quiere que todos miren a Cristo, que todos acudan a Cristo para vida eterna. Esta es la voluntad del que me ha enviado. Esta es la voluntad de Dios. Que todo aquel que vea al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el día postrero. Entonces, brevemente, ¿qué significa creer en Cristo? ¿Qué significa entregarnos a Él? Significa creer que Él es quien la Biblia dice que es, que es el Salvador, que es el Hijo de Dios, totalmente Dios, totalmente hombre. Creer que él murió y que murió por mí. Y es entregarnos a él como Señor. Querer que él tome el control de mi vida. Querer vivir por el resto de nuestros días por él, para él, ser su siervo, que él sea tu rey por el resto de tus días. Y la persona que tiene esto en su corazón es salvo, es alma. Esa es la verdad de la palabra. Ese es el camino de salvación. Y Romanos 10, para terminar, nos describe a esta persona que se entrega a Él como Señor, a esta persona que está entregada a Él, que ha creído en Él, que vive para Él. Romanos 10.8, ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra. en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos. Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice, todo aquel que en él cree no será avergonzado. No hay diferencia entre el judío y el griego, pues el mismo que es Señor de todos es rico para con todos los que le invocan, porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.