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Vamos a entrar, hermano, en la enseñanza de la carta de Santiago. Estamos en el versículo... Capítulo 1, versículo 21 al 23, 24, 25 más bien. Vamos a leer desde el versículo 19. Santiago 1, versículo 19 hasta el versículo 25. Dice la Palabra Santa, por esto mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios, por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural, porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oídor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Oramos al Señor. Soberano Padre, te damos gracias en esta hora del día. y queremos pedirle señor tu bendición sobre esta porción que tengamos oído como dice tu palabra oído para oír y verdaderamente señor nos has dado dos oídos para que nosotros oigamos más pronto y aprendamos señor con más diligencia señor ayúdenos para Obedecerla, no solo escuchar, ser oidor, olvidadizo, sino hacedor de la palabra, hacedor de ella. Te ruego, Señor, por cada necesidad que hay entre nosotros y también entre las otras congregaciones que se reúnen el día de hoy. Padre, reconocemos que solo Tú puedes suplir la necesidad espiritual y dar sabiduría, Señor. a cada uno. Padre, rogamos por nuestros hermanos de Oaxaca, de la sierra, todos, Señor, a mis hermanos que se reúnen el día de hoy, los de Tabasco, también, hermanos en otras partes de la República, sabemos que hay un pueblo, Señor, tuyo, seleccionado, allamado, escogido desde antes de la Fundación del Mundo en la Unión Americana. También, Señor, en el Caribe, Señor, Padre, en Centroamérica, Sudamérica aún, también del otro continente. Padre, sabemos que, como dice tu palabra, desde donde nace el sol hasta donde se pone, tu nombre es grande entre las naciones. Padre, gracias, te damos en esta hora del día, y Señor, por la oportunidad que nos has dado de poder entonar alabanzas a tu nombre, Señor, dejamos en tu mano todo, que la gloria y la honra sea para Cristo, el único Redentor, quien murió, resucitó y ahora vive por los siglos de los siglos. Amén. Vamos a tomar otra vez, a retomar el pensamiento. El pensamiento, hermano, parece que viene desde el versículo 18, donde dice, Él de su voluntad nos hizo nacer por la palabra de verdad. para que seamos primicias de sus criaturas. Entonces, aquí se retoma el pensamiento, por eso dice, por estos mis amados, o sea, para que seamos, para que lleguemos a ser la primicia de Dios, la primicia de sus criaturas. Santiago dice que necesitamos tomar en cuenta ciertas advertencias. Por esto, mis amados hermanos, la primera dice la diligencia en oír la palabra. Todo hombre sea pronto para oír. También se requiere Segundo, la diligencia para el segundo dice se requiere, también dice la limpieza espiritual, que es el versículo que dice el versículo 21, por lo cual desechando toda inmundicia, toda inmundicia. y abundancia de malicia. Entonces hermano, necesitamos nosotros recibir la palabra con prontitud, con diligencia, recibir la palabra, dice, de una forma correcta, es decir, habiendo Dice Santiago, desechando, habiendo desechado toda inmundicia, toda malicia o abundancia de malicia. Y también otra correcta, otra forma correcta de recibir la palabra es recibirla con mansedumbre. Es la forma correcta de recibir la palabra con mansedumbre. Esa palabra implantada La palabra implantada habla de la eternidad de la palabra, pero también habla de la semilla sembrada en los corazones de cada creyente. La palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Recibí. Entonces hermano, estamos detenidos aquí con la gran responsabilidad de cada creyente con Aceptar, recibir la Palabra, pero recibirla en una forma correcta. Dice Santiago que debemos recibirla con prontitud. Dice recibirla pronto, pronto para oír la Palabra. Recibí la comprontitud a Santiago presente a las disposiciones con que se ha de recibir la palabra que son las que ya vimos, la pureza, la pureza mental, pureza de corazón y también la humildad, la mansedumbre. Entonces necesitamos recibir la palabra con una pureza de corazón, con una pureza de mente. Por eso dice, debemos desechar, debemos desechar lo malo, toda malicia y abundancia de, de, toda, toda inmundicia, abundancia de malicia. Y debemos disponer nuestro corazón para recibirla con mansedumbre. Es la forma correcta de recibir la palabra, con mansedumbre. Entonces se requiere, se necesita estar el creyente en un buen estado espiritual. Tener una mente sana, una mente pura, un corazón puro, una vida pura. Eso quiere decir que al estudiar la palabra se requiere que haya una sincera confesión de todo pecado. Ahora, por eso Salmo 68, Salmo 68, versículo 19, dice que gracias a la verdadera y sincera confesión de pecado, Dios no desechó la oración de este varón. Salmo 68, versículo 18, es una aclaración que hace aquí el varón de Dios. Salmo 68, versículo 18, dice Salmo 60 68. y contaré lo que ha hecho a mi alma ahora está dando un testimonio el varón de Dios diciendo que que él nos va a contar su experiencia lo que Dios ha hecho eh con él a él clamé con mi boca y fue exaltado con mi lengua claro este esto eh habla de la oración que clamó a Dios y que cantó a Dios hubiese yo mirado la iniquidad el Señor no me habría escuchado claro dice que Dios le escuchó gracias a esa verdadera y sincera confesión porque si no fuera así el Señor no me hubiera escuchado más ciertamente me escuchó Dios atendió a la voz de mi súplica y por eso dice bendito sea Dios que no des que no he hecho decir mi oración ni de mí su misericordia hermano no podemos nosotros avanzar espiritualmente si nosotros no estamos dispuestos a buscar la vida de santidad la vida Perfecta o en este caso este pura más bien por eso Santiago dice que el creyente debe ser pronto para recibir la palabra pero recibirla en una forma en una forma correcta habiendo habiendo tenido una una vida de confesión, habiendo confesado su pecado, es decir, habiendo desechado la inmundicia, esto habla, hermano, de la limpieza espiritual, a toda abundancia de malicia y recibirla con un espíritu manso, con un espíritu humilde, La palabra, esa palabra que puede salvar nuestras almas. Segundo, es necesario también, no solo la pureza, la pureza de vida para recibir la palabra, también la humildad, es necesario la humildad, es decir, tener una actitud correcta ¿Qué es la mansedumbre? Esto es lo que Dios hace que obre a favor de uno. Por eso Santiago 4.6 dice que Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes. La humildad es la clave para ser enseñado. Recuerde. Por Dios, como lo enseña David en el Salmo veinticinco, versículo ocho y versículo nueve, que Dios enseñará a los mansos su carrera. Dios se junta con los humildes. Aquí tenemos entonces la clave para el crecimiento espiritual. Aquí tenemos también el poder, el poder de la palabra, la cual puede puede, esto habla de que la palabra es sin límite, puede o podemos decir los beneficios que se obtienen del estudio sincero de la palabra de Dios, pero de también recibir la palabra con toda humildad y con la pureza de vida. Entonces, quien quiera ser enseñado por Dios, hermano, necesario es que nosotros tengamos una vida, una vida transparente, una vida limpia o una conciencia, hermano, no manchado o no lleno de de de inmundicia, ¿verdad? Desechar, dice, desechar, dice Santiago, desechar todo y recibir con, dice, es decir, es como vaciar una vasija. Es como vaciar una vasija y dejarlo listo para recibir otra sustancia. Es como si usted tenga que vaciar un vaso lleno de algo y luego llenarlo otra vez pero de agua limpia. Así es como Santiago está describiendo. Desechad y recibid. Ahora, la forma de recibir la Palabra, dice, es con toda humildad, con toda humildad. Ahora, entonces, para llegar a ser verdaderamente primicia de la criatura de Dios, necesitamos primeramente recibir la Palabra con prontitud, con diligencia, dice, a recibirla con mansedumbre, habiendo primeramente, este, desechado todo aquello que estorba. Ahora, la segunda responsabilidad que, primeramente, es recibirla, segundo, es practicarla. Entonces, la palabra se recibe, se recibe de una forma correcta, con diligencia y con mansedumbre. Ahora, una vez que haya recibido la Palabra con diligencia, con un corazón puro, una mente pura, con un corazón humilde, dice Santiago que ahora se requiere otra cosa que es la práctica en hacer la Palabra, vivir la Palabra, obedecer la Palabra. Recibir la Palabra es la primera responsabilidad. Segunda, practicar la palabra por eso dice el 22 pero ser pero ser hacedores de la palabra ahora a después de recibir la palabra con toda macedumbre hermano dice que debemos ahora Hacer la Palabra, Obedecer, Pero Sed Hacedores De La Palabra Y No Tan Solamente Oídores, Engañando A Vosotros Mismo, No Basta Entonces Despojarnos de toda la inmundicia y abundancia de malicia. Es necesario también no sólo inclinar el oído a la sumisión, a la obediencia a la palabra, pero también dice Pablo, dice Santiago, perdón, que requiere una acción. Se requiere una disposición o una, en ese caso, hacer vivir La Palabra, la Palabra de Dios, se requiere la obediencia. Entonces, este, con promptitud también. Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañando a vosotros mismos. Es decir, entonces, la responsabilidad del creyente con la Palabra tiene dos fases. Primero se recibe, segundo se hace. Ahora, hay unos que se quedan en la primera fase, solamente la reciben, pero no la obedecen, no la practican, no son hacedores. Entonces, Santiago dice que hay peligro de ser tan solamente oidores, olvidadizo, El oídor es el que olvida, en otras palabras, es el que se puede llegar a engañar. Dice, o el que se auto engaña. El peligro, el peligro que corre el creyente es de auto engañarse. ¿Cuál es ese peligro de auto engaño? Dice, el no para La palabra Santiago dice que los a los que no practican la palabra se engañan a sí mismo. No hay efecto en ello. No, no, no, no es este el mero este meramente escuchar la palabra este entonces porque dice que entonces nos estaríamos engañando nada más si nosotros solamente recibimos la palabra pero no la ponemos por obra poner ponerlo en práctica quien se contenta con sólo escuchar la palabra pero no ponerla por obra Santiago dice que es semejante a aquel que se mira en un espejo su rostro natural y después de mirarse, de contemplarse, se marcha inmediatamente y luego olvida de su propia fisonomía. Así lo compara Santiago, como aquel que mientras está en el espejo puede ver su rostro, conocer cómo, pero apenas se aleja del espejo dice ya ni se acuerda cómo era. Esto habla, hermano, de los oidores olvidadizos, de los oidores olvidadizos. Ahora, entonces el gran peligro que corre la persona de aquellos que solamente son oidores, son los que olvidan la palabra de ponerlo por obra. el estancamiento, el peligro de no practicar la palabra es el, no solo el estancamiento, pero es el conformismo. El conformismo, no tan solamente, por eso dice Santiago, no tan solamente oidores, oidores engañándoos a vosotros mismos. La exhortación constante es a no conformarse, a ser tan solamente un OIDOR, UN OIDOR. Ahora, debemos ser OIDOR, pero OIDOR dice OIDOR QUE HACE, no OIDOR OLVIDADIZO. Ahora, en el libro de Deutronomio tenemos exhortaciones de la antigüedad también, donde siempre la palabra hacía énfasis que el OIDOR debe ser HACEDOR, no solamente oírla, oírla, sino a practicarla. Porque Santiago está catalogando que el oidor que se engaña es el oidor olvidatizo. Deuteronomio capítulo 15, vamos a ir a Deuteronomio capítulo 15, versículo 5. Deuteronomio 15, 5 dice, Si escuchares fielmente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y cumplir todos esos mandamientos que yo te ordeno hoy ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido como te ha dicho prestarás entonces a muchas naciones más tú no tomarás prestado tendrás dominio sobre muchas naciones pero no pero sobre ti no tendrán dominio entonces la bendición La bendición de la palabra no solamente es oírla, sino dice efectuarla, ejecutarla, obedecerla, llevarla a cabo. Por eso Dios le dice a su pueblo que si ellos fielmente oyen la palabra, pero la guardan. la cumplen, la ponen por orden, obedecen el mandamiento, entonces la bendición dice viene sobre ellos, llegará a ser una gran nación, una nación poderosa, una nación que domine a otras naciones, pero ellos nunca serán dominados, entonces aquí el pensamiento es que el efecto El efecto de la palabra de Dios es la obediencia, no es la primera fase que solamente es oírla, oírla. Ahora también es lo mismo que dijo el Señor en Mateo 7, 24. Ahí el Señor también hace otra vez una Este, una observación, este, aquí del, del, solamente oídores y hacedores, este, dice que los que van a, a, a, a, a entrar en la presencia de Dios es, no los oidores, sino aquellos que la obedecen. Mateo 7, 24. Mateo capítulo 7 versículo 24 dice cualquiera pues que me oye estas palabras cualquiera pues que me oye estas palabras y las ahí está la otra fase la primera fase hermano es oírla pero no debemos quedarnos en esa primera fase de haber oído la palabra Si no dice Cristo cualquiera pues que me Oye esas palabras y las hace y las hace le compararé a un Hombre prudente que edificó su casa sobre la roca Descendió lluvia y vio un río y soplaron Viento y golpearon contra aquella casa y no cayó Porque estaba fundada sobre la roca ahora versículo 26 pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace o sea que se queda nada más en la primera fase el que oye pero no la ejecuta le compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la roca y descendió lluvia y vieron río y sobre un viento y vinieron con y dieron con ímpeto contra aquella casa y cayó y fue grande su ruina. Entonces, ¿dónde está el éxito, hermano? ¿Dónde está el efecto que hace? Hermano, es como una medicina que ya lo tienes, la primera fase es comprarla, es tenerla en tu poder. ¿Pero qué tal si no lo tomas? Nada va a suceder. Entonces, así la palabra dice, hermano, se recibe y se debe recibir con toda humildad y se debe recibir, dice, habiendo se despojado de esa inmundicia, abundancia de malicia, se debe recibir en una forma correcta, pero no solo recibirla, pero dice, debe ahora, dice, practicarse, que es hacerla. Cristo dice que el hacedor es aquel que es sólido, firme, El que no se mueve. El oídor olvidadizo es aquel que será grande su ruina. Dice grande su ruina. Entonces hay muchos que están oyendo la palabra hermano. Hay muchos oídores. Pero el problema es que son oídores olvidadizos. En otras palabras, no estamos viviendo la Palabra de Dios. No estamos ejerciendo la Palabra. Y como no la ejercemos, es como si no tomáramos la pastilla. Entonces hermanos, no hay efecto en nosotros, no hay, no hay ese éxito, esa bendición en nosotros, porque sólo nos quedamos en la primera fase. Ahora, por eso Santiago dice que para llegar a ser primicia de la criatura de Dios, que ya, que es la razón, el porqué nos hizo renacer por la palabra de verdad, es para que nosotros, dice, perdón, llegásemos a ser primicia de su criatura. Ahora, entonces, hay peligro, hermano, de quedar de la primera fase y no llegar a la segunda. El conformismo. Perdón. El conformismo es lo que dice también Lucas 6. Vamos a ver Lucas capítulo 6. Lucas capítulo 6, versículo 47. Lucas 6, 47 dice ahí la palabra del Señor. Voy a leer el 46. ¿Por qué me llamáis Señor, Señor y no hacéis lo que os digo? Todo aquel que viene a mí y oye mis palabras. En la primera fase es oír la palabra y las hace. Es la segunda fase. Os indicaré a quien es semejante. Semejante es al hombre que al edificar su casa, ahondó y puso el fundamento sobre la roca, y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover porque estaba fundada sobre la roca. Entonces, la solidez espiritual viene mediante la obediencia de oír y hacer. más el que oye y no hizo, ese es el oído olvidadizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre la tierra, sin fundamento, sobre la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó y fue grande la ruina de aquella Entonces, hermano, si nosotros vamos a edificar nuestra fe solamente en oír, oír, oír, pero nunca practica la palabra, entonces dice Cristo que será grande la ruina de esa persona que no practica la palabra. Cerra grande su ruina. ¿Dónde está el fracaso entonces de muchos creyentes en la vida espiritual? Está en que no viven la palabra, no obedecen la palabra, no ejecutan la palabra, no la viven. Y entonces dicen, ah, hace poquito fui a cargar combustible aquí en la gasolinera, andaba con, no sé, no recuerdo, con uno de mis hijos, creo que con mi hijo David, Un joven, muy joven, despachando combustible, le regalé un folleto. Le digo, mire, te regalo este folleto, te gusta leer, le digo, te regalo. No, dice, yo ya, yo ya fui, dice. me dio a entender que ya fue a la religión y le pregunté cuál y ya me dijo cuál pero pero lo hizo en una forma desdeñable así como como diciendo ya lo probé y no me gustó entonces así así lo expresó el joven Entonces entiende que esos son los oidores hermanos. Terminan muy triste. Porque esas personas dicen, pero si ese hermano es un hermano. Dicen, ese es de la religión. Pero es un oidor olvidatizo. Es el verdadero problema hermano, de los supuestos evangélicos que, o hermanos más bien, de los hermanos que están en un tiempo en la iglesia y de repente se fueron, se abandonaron, se hicieron peores que antes. ¿Dónde está el problema? El problema no es que la palabra no tenga el poder, no tenga eficacia, sino el problema está en que ellos no obedecieron, no vivieron, no practicaron. Por eso Santiago insiste no ser oidor olvidadizo, no oír nada más la palabra, sino dice hacer, pero ser hacedores de la palabra. Ahora, el señor aquí, en Lucas 8.21, vamos más adelante, Lucas 8.21, dice... Dice, Él entonces respondió, le digo, mi doctrina, mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra y la hacen. Entonces, Cristo también enfatiza que los de su verdadera familia, la verdadera familia de Dios, dice que son aquellos que oyen la palabra de Dios y la hacen. Entonces, tú puedes ser un oídor, Tu Puedes Oír La Palabra Pero Si No Hace La Palabra Entonces Cristo Desconoce A Esas Personas Cristo Dice Mi Madre Mis Hermanos Son Los Que Oyen La Palabra De Dios Y La Hacen Juan 13 17. También el Señor alabó al que oye y hace, al que practica la palabra. Juan 13, versículo 17. Juan 13, 17. Dice ahí la palabra, si sabéis estas cosas, bienaventurado seréis si las hicierais. Entonces, la dicha, la bendición, De Dios viene, ¿dónde? No en oírla nada más. Claro, desde el momento que la persona, oye, ya está siendo bendecido. Pero la verdadera bendición dice, bienaventurados seréis si las hizo. Ahora, si ves el contexto, si estudiamos el contexto, el contexto viene de una enseñanza que el Señor estaba dándole a su discípulo acerca de la humildad. Estaba enseñando la humildad cuando él tomó agua en un lebrillo y se ceñó la toalla y empezó a lavar los pies de su discípulo enseñándole humildad. Cristo dice, si ustedes saben lo que yo hice, pero lo hacen entonces. serán bienaventurados, dice el Señor. No solo es, hermano, saberla. Hay muchas cosas que sabemos, pero hay muchos, hermano, que saben de la palabra, tienen el conocimiento lleno, su mente está llena de conocimiento, pero no hay ¿Por qué? Porque no la viven, no la practican. Hay un abismo muy grande entre oír y hacer. Entonces, se requiere también acción, hermano, acción. Hay peligro, entonces, que el oído solamente se quede conforme con sólo oír. con sólo oír. Por eso Pablo también condena el oído aquí en el libro de Romano 2 capítulo 2 versículo 13. Vea cómo el apóstol Pablo condenó también el simple oído. Romano 2 13 dice así. Romano 2.13 Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Entonces, ¿Quiénes son los que Según el apóstol, los justificados, los que oyen la ley, los que saben de la ley, no. Los que practican, dice la palabra, sino los hacedores serán justificados. El autoengaño. Ahora vamos a volver a Santiago. Santiago dice que el peligro del autoengaño es aquel que solamente oye, oye, oye y no hace. Santiago dice, es un autoengaño, engañando a vosotros mismos. El simple oídor, Santiago, dice que se engaña a sí mismo. O sea, no está engañando ni a Dios, ni está engañando a los demás. Hay gente que es muy fiel. Pero hermano, la gente piensa, la gente piensa que nosotros nos pueden engañar. Hay gente que piensa que que puede engañar. Hermano, el que piensa que está haciendo la palabra a sí mismo, él mismo se engaña. Porque a veces, hermano, nosotros nos damos cuenta, simplemente, si no se vive la palabra, entonces es un engaño. Es un engaño. Tiene que ser un engaño. Hay personas que solamente quieren oírla. pero practicarla no la quieren. Esa persona se engaña y Santiago dice que se engaña a sí mismo. No engaña a Dios, ni engaña a los hermanos, ni mucho menos a Dios. Sino que a sí mismo se engaña. El simple oídor se engaña a sí mismo. ¿Por qué? Porque dice que es como cuando se miró nada más, mientras estaba oyendo la palabra, es como si estuviera en el espejo. Pero apenas se sale del frente del espejo, ni se acuerda cómo era. Ni se acuerda, este, ni de su peinado, ¿verdad? Entonces, este, es semejante, dice Santiago, a aquel que mira en un espejo su rostro natural y luego se va y olvida cómo era. Bien puede compararse la palabra, bien puede compararse con la con la de un espejo, o sea, ilustrar con un espejo, ya que por medio de la ley dice la palabra es el conocimiento del pecado. Según Romanos 3.20, el vocablo griego con que Pablo, perdón, con que Santiago expresa el autoengaño de sí mismo, se haya implicado en el oír, en el oír la palabra y no ponerla por obra. El oírla es el paralogisomenoi, que significa una falsa argumentación, es decir, una sofisma o silogismo. Una persona que tiene una falsa argumentación en contra de él. Es una persona que se justifica, no, pues si yo estoy, dice, aquí estamos, ahí, dice. Es una persona que tiene un problema de sofismo, es decir, un como un espejismo. Está viendo, está viendo, ahí hay agua, ahí, dice, sí hay, y no hay nada. Otra palabra, el silogismo dice que es una falsa argumentación contra él. Es como defenderse, pero no tiene razón nada, no tiene sustento su defensa. Entonces. Un sujeto así se engaña a sí mismo, sin... Ahora, el problema del filoísmo es que en la falsa argumentación que hace de sí mismo, no se percata de que es pura falacia lo que está haciendo. O sea, es pura falsedad. Es decir, ahora aquí entra un poco más, entonces Santiago da a entender que el que se engaña no se da cuenta. Tiene un espejismo a sí mismo. Piensa que está bien. Son como esos. Ustedes saben que hay personas que, que, que, este, ah, cuando se ven en un espejo, dicen se ven, se ven demasiado grande. Dicen, se espantan. Aunque estén así, pero se ven grande. Yo, yo escuché hace poco una, una persona me espanté cuando, cuando escuché. Y por eso llegan a la anorexia. Porque piensan que... piensan que... es decir, tiene un espejismo de sí mismo. Y eso es lo que exactamente significa el silogismo. Es decir, está viendo algo que no es real. Es un problema. Y así en la vida espiritual hay gente que piensa que está bien. Y hay otros al revés. Hay otros que están así, pero se ven... Así, aunque la realidad, entonces es un problema también. Hermano, es esa es exactamente la vida espiritual. Dice pues si yo estoy, yo aquí estoy, dice mira aquí, pero aunque está ahí, hermano, entonces Santiago dice. engañándoos, por eso usa la palabra paralogisomenoi, que significa una falsa argumentación a su favor, algo engañándoos a vosotros mismos. Este engaño, Santiago dice que es algo que no se percata de la falacia de su raciocinio, es decir, Es como que no está bien de la cabeza, en otras palabras, hablando espiritualmente. Entonces, no es congruente en lo que está razonando. Ahora, por eso, este, la promesa al que, por eso Santiago vuelve, vamos a regresar, Santiago 1, versículo 22, pero sed hacedor de la palabra, no tan solamente oidor, engañandoos a vosotros mismos, la palabra engañando, esa es la palabra que usa el apóstol, a vosotros mismos, porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, entonces compara, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural, porque él se considera a sí mismo. Y se va. Y luego, ¿qué dice? Olvida cómo era. Olvida. Ahora, la promesa o la bendición, el que practica la palabra, dice San Diego, más el que mira, ahora, fíjese, más el que mira atentamente en la perfecta ley de la libertad. La perfecta ley, la de la libertad, y perseverar en ella, no siendo oídor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Mira atentamente y persevera. para expresar Santiago lo que para expresar la palabra mira atentamente Santiago usa otro vocablo griego que es Paracusa, Paracupsa. Este verbo Paracupsa ocurre también O se usa también en Lucas 24.12, en Juan 20.15, dice, y en 1 Pedro 1.12. Estos textos, si usted ve Lucas 24.12 o Juan 20.15, cuando la resurrección de Cristo, dijo el ángel, mirad, ven, dice, ven, es decir, contempla el sepulcro vacío. Entonces, el ángel estaba invitando a las mujeres para que vieran el sepulcro vacío. Vean, dice, mirad, contempla, dijo el ángel. Ahora, esa palabra usa también el paracupsa, que habla de contemplar una cosa, pero cuando dice Santiago, mira atentamente, no quiere decir que el creyente tenga que estar siempre. Mira, no, no, no, sino que dice que contempla la palabra y luego esa palabra lo impresiona en su mente y lo guarda en su mente y lo tiene siempre, la imagen siempre lo tiene en su mente. Es una verdad que se guarda en la mente y donde quiera que vaya lo tiene presente. Es como cuando las mujeres vieron el sepulcro vacío, no está, entonces ellos captó esa verdad en su mente y lo llevó corrió y fue y dio aviso. Esa imagen lo llevaba dentro ya de ella. Esa verdad que vieron mediante la impresión que tuvieron, entonces lo llevaban siempre consigo mismo. Es lo que quiere decir el Pastor Santiago cuando dice, cuando dice mira atentamente. Es decir hermano, habla, significa inclinarse para mirar con sumo interés o vivamente para observar algo. El verbo está en participio de autorista y da a entender que no es menester, continuar mirando, sino después de una observación atenta pasamos a actuar con la consecuencia, con lo visto, es decir, lo contemplas Y lo crees, entonces vas y lo haces. Es lo que está diciendo Santiago. Mira atentamente en la perfecta ley. Es decir, te impresiona la verdad, lo guardas en tu mente y lo llevas consigo mismo. Siempre lo tienes en tu mente. Hay cosas que siempre tenemos en nuestra mente, este, guardado. Ese verbo para Custa es un verbo que está en participio. Pero en un participio de ahoristo y da a entender que no hay que estar clavando ahí mirando, sino que hay que guardar la verdad en nosotros para actuar en consecuencia. La perfecta ley de la libertad, el evangelio comparado con la ley antigua, es llamada la ley perfecta. ¿Por qué? Porque al contrario de la ley mosaica, la ley de la libertad nos conduce a la perfección, es decir, perfecciona la misma ley mosaica. El Evangelio perfecciona la ley de la libertad, perfecciona la misma ley mosaica, porque nos libra totalmente de la servidumbre de la ley, de la ley de la obra, nos libra del pecado y nos libra de la muerte. y nos hace Hijo de Dios. La ley, la ley de la libertad, dice Santiago. Por el contrario, la ley de Moisés es la ley de la esclavitud. Por eso dice Hechos 15, 10, que los padres nunca pudieron guardar esa ley. Galatas 4, 3 y Galatas 5, 1 dice que ya estuvimos libres de esa yugo de ley. La ley era impotente para borrar los pecados. La ley era... La ley solamente, la ley mosaica, impulsaba al hombre a servir a Dios más por temor. que por amor es el verdadero problema de la ley, que muchos querían guardar la ley, pero por miedo de ser castigado por la ley, no por amor. Y es la gran diferencia. Por eso Santiago usa la expresión la ley de la libertad. Se refiere el evangelio y se refiere a la ley del evangelio, que la cual nos hace servir a Dios por amor y no por temor, no por temor. El mismo versículo El mismo versículo veinticinco de Santiago uno continúa diciendo que el escritor que al dirigirse no resulta, no resulta el oído no olvidadizo, sino hacedor de la obra y que ese será dichoso en su acción, en su obra, en su hacer. Lo de lo de oír o lo del oído olvidadizo y lo del hacedor. Hay dos vocablos también que Santiago usa para analizar. y que sería provecho de entenderlo. Claro, nos faltaría mucho tiempo. Hay una expresión que usa Santiago, según el griego, es el epilesmones, procede de un verbo epilatomoy, que significa hoy, olvidar por falta de atención. Entonces, cuando dice Santiago, ahí en el versículo 25, más el que mira atentamente la perfecta ley de la libertad y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, dice, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra. No siendo oidor olvidadizo. El primero es, entonces, viene del verbo epilatomonoi, que significa Dice olvidar por falta de atención. Esto nos enseña una lección clara. Dicen los psicólogos que cuando olvides algo es con frecuencia es porque hay falta de atención y y la falta de atención es producto de la falta de interés. Así de fácil. Ahora, un ejemplo. Muchos jóvenes estudiantes no recuerdan ni siquiera los principales ríos de tu país. Si le preguntas a un joven, a ver, uno de secundaria, dígame todos los nombres de ríos de tu país. No sabe. Bueno, yo pienso que no lo sabe, no sé. Le preguntas, ¿cuáles son los ríos que hay en el país de México? No sabe todos los ríos. ¡Ah! Pero si le preguntas, ¿cuáles son los equipos de fútbol de primera división, ¡ah! te lo dicen así. ¿Por qué la diferencia? ¿Por qué te dicen ¡ah! dice el fútbol, ¡ah claro! ¿Cuál te va a nombrar? ¿Te va a decir su favorito? ¿Te va a decir que Puma, que Chivas, que Cruz Azul, que América, que Monarca, que Atlántica? ¿Quién sabe qué? ¿Y cómo lo sabe? Porque tiene interés. ¡Ah! Pregúntale a Los Ríos. No te conoce el río bravo, río... río... ni el río hondo. ¿Pero por qué no sabe dónde está el río hondo? Porque no le interesa el río. Entonces, así el creyente. Ah, cuando algo te interesa, entonces dice, no serás oído olvidadizo. Pero cuando no te interesa algo, puedes oírla, pero se te olvida. Muy seguramente el maestro te dijo, oye, dame todos los libros, todos los ríos del país, o todas las lagunas. Y lo hiciste, pero ya se te olvidó porque no te interesó. Ese es el problema. Entonces Santiago está usando un verbo, un verbo donde da a entender que el oído olvidadizo es porque realmente el mero problema es porque no hay interés en ello. Por eso hay, por eso la gran diferencia. La gran diferencia está únicamente en el distinto interés que pone uno y el otro. Entonces, por eso nos preguntamos, ¿cómo memorizamos la Palabra de Dios? Así como memorizan los grupos del partido de de fútbol o el partido de fútbol americano también. Yo qué sé de... No me interesa el fútbol americano. Nunca me... Veo que están corriendo y ¡pum! se choca. ¿Cuál es el chiste? No entiendo nada. Ahora sí, como decía un anciano una vez, nos vio jugando a pelota y todos queriendo agarrar el pelín. Porque no se compran cada quien su balón y no se peleen, dice. Pues lo mismo diría yo de los americanos, es que le tire a otro y el otro lo quiere agarrar, pues cada quien tenga sus pelotas y no hay problema. Pero hermano, sabemos que ahí están los pitbulls, ahí están los, este, no sé. Hermano, ¿quiénes están ahí? No sé cuántos. De la misma manera, hermano, este, Hasta tengo una gorra que me trajo el hermano hace poco, que yo ni lo conozco. Pero bueno, ¿por qué no me interesa? Hay otros que sí le interesa y están metidos y saben todo. Así es hermano, de la misma manera, cuando no nos interesa la palabra, tú puedes oírla mil veces y no te entra, no entra, no queda en la mente. Así también hermano, entonces tenemos que, tenemos que poner diligencia, por eso Santiago dice, pero sed hacedores. Ahora, para terminar, el segundo vocablo que usa Santiago del Griego es el poisei, el poisei, que la reina Valera lo traduce bienaventurado en lo que hace. dice que el bienaventurado es aquel que distingue La palabra, la palabra poisei, que es hacer, y poisema, que es lo que he hecho, entonces hay una diferencia, hay una diferencia ahí. Esto quiere decir que, ni más ni menos, en el caso presente, que el Hacedor de la Palabra de Dios no sólo será dichoso en lo que haga, y en la recompensa por lo que le otorga Dios, sino también en su propio hacer. Este es el cumplimiento de la ley perfecta, la de la libertad. Salmo 1.1.3 dice, es como árbol plantado junto a corriente de agua. Bien, los beneficios de la palabra de Dios entonces será bienaventurado en lo que hace. Deja grato recuerdo que fluyen de la vida de los demás. En otras palabras, como dice Salma 111, 10, su Loor permanece para siempre. Su Loor permanece para siempre. Hermano, un Hacedor de la Palabra es una persona que no se olvida tan fácil. Es bienaventurado lo que hace. Ahora, ¿por qué nosotros conocemos a ciertos personajes, hermano, antiguos? ¿Por qué siempre están renombrados ahí? ¿Por qué conocemos a Abraham, Isaac, Jacob, todos esos santos? ¿Por qué aún los puritanos Todavía, su dolor permanece para siempre porque ellos practicaron la palabra de Dios. No solo oyeron la palabra, pero practicaron. Fueron de una gran bendición para los demás. Así, hermano, entonces, de la misma manera con nosotros. Si tú vas a ser oidor solamente, nadie te recordará de aquel segundo siglo. Nadie, jamás. Ni siquiera tus propios hijos van a acordarse. Pero dice que el hacedor No olvides que será bienaventurado. Su honor permanece para siempre. Es decir, siempre estará presente. Hermano, este siempre será. de bendición en la vida de los demás. Entonces, es una bendición oír la palabra. Bienaventurada en lo que hace. Que sea así con nosotros. Ahora, Santiago, ahora va a mostrar la eficacia de la verdadera religión, que es el versículo 26 y versículo 27. Vamos a dejar esto, hermano. Y vamos a ponernos de pies para despedirnos en esta mañana.
Nuestro Deber Con La Palabra De Dios
Series Estudio Expositivo De Santiago
Sermon ID | 92715174822 |
Duration | 52:06 |
Date | |
Category | Teaching |
Language | Spanish |
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