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El título del mensaje es Edificando para la Gloria de Dios, la Escritura Primera de Reyes, capítulo 7, nuestra serie El Reino Eterno. Salomón edificó su propia casa y en 13 años la terminó toda. Edificó la casa del bosque del Líbano que tenía 100 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto, sobre cuatro hileras de columnas de cedro con vigas de cedro sobre las columnas. Estaba cubierta de cedro sobre las cámaras laterales que estaban sobre las 45 columnas, 15 en cada hilera. Y había tres hileras de ventana con celosias, una ventana frente a la otra en tres filas. Todas las puertas y los postes tenían marcos cuadrados, una ventana frente a la otra en tres filas. Salomón hizo el pórtico de las columnas de 50 codos de largo y 30 codos de ancho. Había otro pórtico delante de ellos, con columnas y una umbral delante de ellas. También hizo el pórtico del trono donde había de juzgar el pórtico del juicio que fue cubierto de cedro desde el suelo hasta el techo. Y la casa donde él había de vivir tenía un atrio dentro del pórtico de la misma chura. Salomón también hizo una casa con un pórtico similar. para la hija de Faraón que la había tomado por mujer. Todas estas obras eran de piedras valiosas cortadas a la medida, cortadas con sierras por dentro y por fuera desde el cimiento hasta la cornisa y por fuera hasta el gran atrio. Y el cimiento era de piedras valiosas, piedras grandes, piedra de 10 codos y piedras de 8 codos. Y más arriba había piedras valiosas cortadas a la medida en madera de cedro. El gran atrio tenía de redor tres hileras de piedras talladas y una hilera de vigas de cedro, igual que el atrio interior de la casa del señor y el pórtico de la casa, que el rey Salamón envió a buscar a Eram de tiro. Este era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí y su padre era un hombre de tiro, artífice de bronce. Estaba lleno de sabiduría e inteligencia, y perecía para hacer cualquier obra de bronce. Y él vino al rey Salamón e hizo toda su obra. Fundió las dos columnas de bronce, la altura de una columna era de 18 codos y un cordel de 12 codos, media de la circunferencia de las dos. Hizo también dos capitales de bronce, fundido para colocarlos en las cabezas de las columnas. la altura de un capital era de cinco codos y la del otro capital era cinco codos. Había redes de obra de malla y trenzas de obra de cadenilla para los capitales que estaban en la cima de las columnas, siete para un capital y siete para el otro capital. Así hizo las columnas y todas las hileras alrededor de la malla que cubría las capitales que estaban sobre las granadas y así hizo para el otro capital. Los capiteles que estaban en las cabezas de las columnas del pórtico tenían forma de lirios y medían cuatro codos. Había también capiteles sobre las dos columnas junto a la protuberancia que estaba al lado de la malla y había 200 granadas en hileras alrededor de los dos capiteles. Elegió, pues, las columnas en el pórtico de la nave erigió la columna derecha y la llamó yaquín, y erigió la columna izquierda y la llamó boaz. En lo alto de las columnas había lirios tallados. Así fue terminada la obra de las columnas. Hizo así mismo el mal de metal fundido de 10 codos de borde a borde en forma circular. Su altura era de 5 codos y tenía 30 codos de circunferencia. Debajo del borde había calabazas alrededor, diez por cada codo, rodeando al mar por completo. Las calabazas estaban en dos hileras fundidas en una sola pieza. El mar descansaba sobre doce bueyes, tres mirando al norte, tres mirando al occidente, tres mirando al sur y tres mirando al oriente. El mar descansaba sobre ellos y todas sus ancas estaban hacia adentro. Y el grueso era de un palmo y el borde estaba hecho como el borde de un caliz, como una flor de lirio, tenía capacidad para dos mil vatos. Entonces, hizo las diez vasas de bronce, la longitud de cada vasa era de cuatro codos, su anchura de cuatro codos y su altura de tres codos. Él diseñó de las brasas, el diseño de las brasas era este, tenía bordes y los bordes estaban dentro de las molduras. Y en los poldres que estaban entre las molduras había leones, bueyes y querubines. Y en las molduras había un pedestal arriba. Y debajo de los leones y bueyes había guirnaldas en bajo relieve. Cada vasa tenía cuatro ruedas de bronce con ejes de bronce. Y sus cuatro patas tenían soportes. Debajo de la pila había soportes fundidos con guirnaldas a cada lado. La boca de la pila dentro de la corona de la parte superior medía un codo y su boca era redonda como el diseño de un pedestal de 1.5 codos. También en esa boca había entalladuras y sus bordes eran cuadrados no redondos. Las cuatro ruedas estaban debajo de los bordes y los Los ejes de las ruedas estaban en la basa. La altura de una rueda era de 1.5 codos. La hechura de las ruedas era como la hechura de una rueda de caro. Sus ejes, sus aros, sus rayos, sus cubos eran todos de fundación. Había cuatro soportes de las cuatro esquinas de cada basa. Sus soportes eran parte de la basa misma. En la parte superior de la vasa había una pieza redonda de medio códobe de alto y en la parte superior de la vasa sus soportes y sus bordes formaban parte de ella. En las planchas de sus soportes y en sus bordes grabó querubines, leones y palmeras conforme al espacio disponible de cada una, con guirnaldas alrededor. Hizo las diez vasas de esta manera. Todas ellas eran de una misma fundación. de una misma medida y de una misma forma. También hizo 10 pilas de bronce, cada pila que había 40 vatos, cada pila medía cuatro codos y sobre cada una de las 10 bazas había una pila. Entonces colocó las bazas 5 al lado derecho de la casa y 5 al lado izquierdo de la casa. El mal del metal fundido lo colocó al lado derecho de la casa hacia el sureste. Irán hizo también los calderos, las palas y los tazones, así terminarán toda la obra que hizo para el rey Salamón en la casa del señor. Las dos columnas y los tazones de los capiteles que estaban en lo alto de las dos columnas, las dos mallas para cubrir los tazones de los capiteles que estaban en lo alto de las columnas, las 400 granadas para las dos mallas, dos hileras de granadas por cada malla para cubrir los dos tazones de los capitales que estaban en lo alto de las columnas. Las 10 bazas con las 10 pilas sobre las bazas, el mar y los dos esbuelles debajo del mar, los calderos, las palas, los tazones, todos esos utensilios que Irán hizo para el rey Salamón en la casa del señor Eran de Bronce Brunido. El rey los fundió en la llanura del Joldán, en la tierra, arcillosa entre Sucut y Zaratán. Salomón dejó todos los utensilios sin pesarlos porque eran demasiados. El peso del bronce no se pudo determinar. Salomón hizo todos los utensilios que estaban en la casa del Señor, el altar de oro y la mesa de oro sobre el cual estaba el pan de la presencia, los candelabros de oro puro, cinco a la mano derecha y cinco a la izquierda frente al santuario interior, las flores, las lámparas y los tenazas de oro, las copas, las despabiladeras, las tazones, las cucharas y los incensos de oro puro y los gosnes para las puertas de la casa interior, el lugar santísimo y para las puertas de la casa, es decir, de la nave también de oro. Así fue terminada toda la obra que el rey Salomón hizo en la casa del señor Salomón trajo las cosas consagradas por su padre David, es decir, la plata, el oro y los utensilios, y los puso en los tesoreros de la casa del Señor. 51 versículos. Amén. Padre, te damos gracias por tu palabra. Pidimos que nos hable en medio de ella. Es una palabra tan importante hoy. Y creo que por tanto detalle a veces se nos escapa la importancia de un capítulo como este. Habla por medio de él. Pido por tu pueblo que le des oídos para escuchar las grandes verdades que se encuentran en este versículo, en este capítulo. Pido por el predicador, Padre, ayúdame a predicar tu palabra. Sabes que he estado muy emocional, han venido olas tras olas de dolor, Padre, pero ahora pido que por este tiempo tu espíritu cargue a este tu servidor y que traiga tu palabra a tu pueblo. en el nombre de Jesús y para tu gloria. Amén. Pueden tomar asientos, amados. Nuestro pasaje es una continuación realmente del capítulo 6. No debe de haber división. El capítulo 6 y el 7 realmente es una unidad. Y podemos resumir estos dos capítulos de la siguiente manera. El capítulo 6 era la construcción del templo. Este capítulo, ¿se recuerda? Describió el edificio como fue construido afuera, el exterior y el interior. Y ahí miramos la gloria de Dios en todo el oro, ¿se recuerdan? Esta gran construcción. Ahora, en el capítulo 7, miramos la segunda parte, la construcción de la casa de Salamón y los edificios gubernamentales. Realmente, el palacio no era solamente el palacio, sino ahí estaba la sala de donde él podía juzgar, estaban los apartamentos para los oficiales, estaba la casa de la ida de Faraón. Realmente, no era solo un palacio, sino que eran edificios del gobierno. Y después, los últimos casi 40 versículos, los muebles del tiempo, los muebles del tiempo. Al estudiar Primera Reyes 7 hoy, debemos recordar que estamos entrando en un capítulo rico en detalles, pero también con gran significado a nuestras vidas. Estos versículos pueden parecer inicialmente un inventorio detallado de materiales y medidas, Son más que esto, porque realmente, amados, revelan verdades profundas sobre el templo de Dios y sus expectativas para la adoración. Al observar este capítulo, vemos cómo la estructura del templo señala a Jesucristo y nos recuerda su papel central en nuestra adoración y nuestra fe. Bueno, con todo esto dicho, miremos la primera parte, el versículo 1 al 12. Le he dado por título a estos 12 versículos la siguiente. la centralidad de Dios en la vida de su pueblo, la centralidad de Dios en la vida de su pueblo. Los versículos uno al doce nos dan una descripción sorprendente del complejo del palacio de Salomón. Pero si damos un paso hacia atrás y tomamos una perspectiva más amplia, vemos algo muy interesante aquí. ¿Qué es esto? Bueno, miramos que estos versículos están agrupados entre dos secciones mucho más largas. sobre la construcción del templo en el capítulo 6 y la otra sobre los muebles del templo en el capítulo 7, versículos 13 al 51. En otras palabras, la mayoría de los versículos, treinta y pico versículos al principio sobre la construcción del templo y casi cuarenta y pico, casi cuarenta versículos al final sobre los muebles del templo. Y lo que tenemos para la construcción de la casa de Salamón Son doce versículos entre esas dos porciones escrituras, solo doce. Aquí está el palacio, el complejo que él va a crear, los edificios del gobierno, el poder del gobierno sobre Israel, solo doce versículos. Setenta, casi setenta versículos sobre el templo y doce sobre la casa de Salamón. Al dedicar menos versículos a su hogar y los edificios del gobierno, Salomón está enfatizando la mayor importancia del templo. Al hacerlo, él magnifica el significado del templo de Dios, mostrándonos que si bien el poder terrenal tiene un lugar aquí, tiene su lugar, pero nuestro verdadero enfoque como cristianos siempre debe estar en la presencia y la adoración de Dios. Aquí está la verdadera autoridad a la que todo cristiano debe someterse. Y esto es lo que nos enseña Salomón con estos versículos, solo 12 sobre el palacio. 70 versículos sobre el templo. ¿Cuál es el énfasis? ¿Cuál es el enfoque? Es que el templo de Dios. No el asiento de poder del gobierno, sino el asiento de poder ¿de quién? De Dios. Es algo increíble considerarlo de esta manera. Salomón nos enseña que el gobierno no debe ser primero nuestros corazones, sino ¿quién? Dios. Al dedicar estos versículos se nos enseña esta realidad. Salomón nos recuerda que el corazón del pueblo de Dios siempre debe estar centrado en reconocer la autoridad de Dios y ofrecerle a Dios la adoración que Él ricamente merece. Amados, en cada momento nuestra devoción debe reflejar la majestad de Dios. La verdadera adoración comienza con reconocer a Dios como la máxima autoridad, el enfoque de nuestras vidas. Esta porción nos enseña dos verdades entonces vitales acerca de la adoración. ¿Cuáles son estas dos verdades? Número uno. Primera, vemos que el templo no representaba cualquier forma de adoración, sino específicamente el tipo de adoración pública que Dios mismo demanda a su pueblo, lo que llamamos el principio regulador de la adoración. El principio. ¿Por qué? Porque Dios determina cómo él puede ser qué adorado. Y cuando Salomón construyó este templo, lo construyó, como hemos ya leído previamente, acerca los detalles, las dimensiones, lo que Dios le había dado, lo que Dios. Cuando tú construyes el templo, así se tiene que ver. Y Salomón exigió las direcciones de Dios que fueran reveladas a él. Específicamente. Él las siguió. ¿Por qué? Porque adoramos al Dios que nos deja entrar a su presencia, que nos deja alabarlo, que nos deja buscarlo, que nos deja adorarlo. Pero tenemos que venir como Él dicta que nosotros vayamos a venir. Glória sea a Dios. Y Salomón entendió este principio. Dios le dio el plan, le dio los detalles, le dio la arquitectura. Y Salomón dice, yo no me atrevo a decir, ya sabe que eso no me gusta, lo voy a hacer de esta manera porque creo que va a ser. No, no, no. Salomón siguió las que? Las instrucciones de Dios, porque el templo le pertenece a quien? Dios. La adoración le pertenece a quien? A Dios. Nos deja entrar. Mira, Dios está dando su templo. Dios está dando un lugar central donde puede venir todo Israel. Dios está dando su presencia. Él va a habitar en el templo. Ahí podemos ir, conocernos y entrenarnos y conocer a Dios. Pero tenemos que venir al templo como Dios lo diseña, como Dios nos da. Pueden ver en la manera que Él dicta. Así que el principio regulador de la adoración se puede ver en las instrucciones detalladas de Dios para la construcción del templo. Cada parte del templo, desde sus dimensiones hasta los materiales usados, cada parte no se deja a la imaginación o la preferencia humana de Salomón, sino que cada parte tiene que seguir el modelo preciso que Dios reveló. Salomón tiene que construir, pero tal como Dios le dice. Salomón tiene que usar materiales, pero solo esos materiales que Dios le permite usar. Salomón tiene que construir a ciertas dimensiones, pero solo las dimensiones que Dios da. ¿Pueden ver? Salomón tiene que seguir lo que Dios ha revelado, porque Dios es santo. Y esto lo sabemos. ¿Qué ocurre cuando nos vamos afuera de esa verdad, cuando le ofrecemos a Dios lo que a nosotros nos gusta, las preferencias nuestras, como queremos modernizar la adoración de Dios? ¿Qué ocurre cuando el pueblo de Dios se desvía de la palabra de Dios y empieza a adorar a Dios como ellos quieran? Bueno, miramos, si ustedes se recuerdan, los hijos de Aarón. que le ofrecieron a Dios un fuego extraño, algo que Dios nunca había pedido, algo que Dios nunca había revelado. Ellos decidieron, no, ¿por qué no? Podemos hacerlo. Y además estamos alabando a Dios, ¿qué importa? Y ofrecieron a Dios este fuego extraño. Si usted recuerda, fuego divino cayó del cielo y Dios los consumió, los quemó hasta que no quedara nada. Y para hacerlo más, el Señor le dice a Aarón, no lo llores, no lamentas a tus hijos como que yo hice algo mal. Lo que yo hice era santo, porque yo soy un Dios que, santo, me tienen que adorar, como yo dicto. Les dejo adorar, les dejo adorar. Les permito que vengan en mi presencia, pero tienen que venir tal y como yo dicto. Amén. Bueno, la bendición es que Dios nos permita adorar, pero tenemos que venir como él dicta. Tenemos otro ejemplo en David. que trató de modernizar la adoración de Dios. ¿Cómo? Bueno, el arca de Dios tenía que ser cargada aquí en los hombros de los sacerdotes. Él decidió, lo vamos a poner en un carrillo, lo ahí con un, que lo jale un buey y ahí lo vamos a modernizar, lo vamos a hacer lo más fácil. El buey estaba caminando, se tropezó, el carrillo se iba a caer y ahí viene que el arca de Dios cae en el piso y ¿qué hace? Usa lo mismo que haría usted y yo, pone su mano y lo empúa para que no caiga y Dios lo mata. ¿Por qué? Porque Dios había revelado específicamente cómo se tenía que adorar, cómo se cargaba el arca de Dios. Usa sabía que ningún hombre podía tocar el arca de Dios. Y en un momento de instante de no pensar, hacer lo que creo que cada uno de nosotros hubiéramos hecho, tocó lo que él no podía tocar, porque estaba en una posición para hacerlo, porque David decidió modernizar la adoración a Dios. y Dios lo mató. Abusa. Tenemos ejemplo en la Palabra del Señor donde Dios dice mira la gracia es que te permito que vengas en mi presencia, pero tienes que venir tal y como yo dicte, no como tú quieras o se te pegue la gana. Pueden verlo. Y aquí es lo que tenemos, aquí miramos esto que Salomón construyó tal y como Dios le dijo, no varió en ningún punto. Esto demuestra que la adoración como se llevaría a cabo en el templo, debe estar moldeada por los mandamientos de Dios, no por las ideas humanas. La obediencia de Salomón al construir el templo, de acuerdo con las instrucciones de Dios, es un poderoso ejemplo al pueblo de Dios de cómo nuestra adoración debe alinearse con la voluntad revelada de Dios. ¿Usted adora a Dios? ¿Acerca el principio regulador de la adoración, tal y como él dicta? ¿Usted tiene la actitud de venir a este lugar para adorar a Dios con un corazón humilde y con triste, un corazón que se arrepiente de su pecado. Usted mira el día del Señor como el día mejor de toda la semana para glorificar al Señor y buscarle su presencia. Usted viene con una humildad porque sabe que se está presentando delante del Rey del Cielo, el Santo que se siente entronado sobre todo el universo. ¿Cuál es su principio de adoración? Amado, nuestra adoración debe estar guiada por la Biblia. No podemos acercarnos a Dios de manera desordenada, como hacen los carimáticos, pragmática, como hacen las iglesias grandes, o irreverente, como hacen los pentecostales. Como muchos lo hacen hoy, no podemos llegar al Señor. El adorador debe recordar que Dios es santo, y como lo dio nuestro querido hermano, Él busca a aquellos que lo darán en el Espíritu y en verdad. Y no podemos venir a Dios de otra manera, pero como Él dicte. Bueno, esa es la primera cosa que miramos en la construcción del templo, en cómo Salomón construyó. El segundo, en segundo lugar, el templo también era el lugar del sacrificio donde se haría la expiación por el pecado. Este ritual anual tenía como propósito recordarle al pueblo la necesidad constante del perdón que necesitaban. Cada año el sumo sacerdote se atrevía estoy seguro temblando y con gran miedo, abrir el lugar santo de los santos, entrar, rociar el arca de Dios. ¿Con qué? Con sangre para expiar por el pecado por un año por el pueblo del Señor. Los pueblos, el pecado del pueblo estaba cubierto por un año nuevo y tenía que esperar para el próximo año para hacer lo mismo. Cada año sus pecados iban a ser ¿qué? Cubiertos por la sangre de un animal perfecto. que murió por ellos en sustitución. Bueno, ¿a qué apunta todo esto? A Cristo Jesús, que entró al lugar de los santos solo una vez, no año por años, y Él no estaba nuevamente siendo el sumo sacerdote, Él era el perfecto sacrificio, el animal que inocente, el sacrificio de Dios, que murió, roció el trono, el trono de Dios con esa sangre, trayéndole que no la cobertura de pecado, sino que la eliminación del pecado de la vida del creyente. Amados, tenemos que entender que cuando Dios da el templo, Él también está dando ¿qué? El lugar donde el templo iba a traer la sangre, este sacrificio. Esto que siempre apuntaba ¿a quién? A Jesucristo. Le estaba dando a Cristo. Le estaba dando la profecía de Cristo. Con razón el templo tiene que ser construido de cierta manera. Porque apunta ¿a quién? A Cristo por venir. Y esto es lo que miramos aquí. Todo esto prefiguraba el sacrificio final que vendría. El templo tenía que construirse según las especificaciones de Dios, porque el templo iba a señalar directamente al Cristo, al coldero de Dios, quien proporcionaría la expiación perfecta y final por los pecados de su pueblo. Corazón Salomón, construyó tal como Dios le dijo. Es el lugar de adoración específica. Es el lugar que apunta a quién? A Cristo por venir. Que enseña que el templo es un solo edificio si no la presencia de Dios habita en él. Amados, ¿lo ven? ¿Lo ven? El templo representaba la adoración pública apropiada que se centra siempre en Cristo Jesús. El que hace proporción y el que limpia y quita los pecados de su pueblo. Ese era el punto del templo. Dios entre nosotros. Amén. Dios expiando los pecados a su pueblo. El lugar donde el pueblo de Dios puede venir y estar en la presencia de Dios. Salomón la construyó tal y como Dios le dio que la construyera. Bueno, creo que es necesario que haga esta pregunta. ¿Usted no cree que nosotros necesitamos que Dios nos recuerde de esto hoy como cristianos. Los gobiernos a menudo se elevan tomando más autoridad de la que deberían tomar. El gobierno generalmente quiere reemplazar a Dios en los corazones del pueblo. El gobierno quiere que el pueblo lo busque a ellos, que lo miren a ellos como guía, autoridad y el bienestar. Tenemos estos programas, tenemos esta ayuda, tenemos esta educación para tus hijos, tenemos estas reglas para tu bien. Mira al gobierno. Nosotros somos la autoridad. Nosotros queremos su bienestar. Mira al gobierno. Pero Primera Reyes 6 y 7 Nos recuerda que la autoridad, la verdadera realidad, autoridad, no se encuentra en las instituciones humanas, sino en el hecho de que Dios habite entre su pueblo. El templo fue construido, Dios habitó en el templo, Dios estaba entre su pueblo. Y un pueblo que tiene la presencia del Señor, ahí se encuentra la realidad, la autoridad, el bienestar, lo bueno, Saramón nos muestra que incluso los gobiernos más poderosos deben someterse a la autoridad de Dios. Yo siempre le indiqué a mis hijos creciendo, recuerden, ustedes son cristianos primero, americanos después. ¿Amén? ¿Ustedes son qué? Cristianos primeros, americanos después, hondureños después, salvadoreños después, mexicanos después, puertorriqueños después, guatemaltecos después, lo que sea. Primero somos ¿qué? Cristianos. Nuestra autoridad primera es ¿quién? Dios. Dios entre su pueblo, qué maravilla. Respetamos al gobierno, pero no en lugar de Dios. Y en una temporada de elección que se va a poner terrible entre nosotros, no miremos a un partido mejor que al otro, no pongamos nuestra esperanza, nuestra nuestro amor, nuestro querer, nuestra energía en un partido. Vote, vote su conciencia, pero sigamos siempre aquí. Adiós. ¿Amén? Adiós. Versículo 3 al 22. En el versículo 3 al 22, quiero hablar sobre la confiabilidad de Dios en la vida de su pueblo. En esta sección, el enfoque se cambia a dos columnas de bronce que Irán hizo para colocarlas frente al templo Estas columnas tenían aproximadamente 27 pies de alto, 18 pies de circunferencia y aproximadamente 3 pulgadas de espesor y eran huecas. Las capiteles sobre las columnas añadían más de 7 pies a la altura de las columnas. Las dos columnas tenían aproximadamente 34 y medio pies de alto y se sostenían por sí solas y no soportaban ningún peso. Y es importante que pongamos atención a los últimos puntos. Se soportaban solas, no tenían una pared para soportar. Si usted quitaba las columnas, el templo no se iba a caer como Sansón. No soportaban el peso del edificio. Estaban ahí, independientes del templo, a la entrada. Una a tu mano derecha y otra a tu mano izquierda. Y cuando todo adorador entraba al templo, tenía que mirar estas dos columnas. Ahí estaban como centenales, como guardias. Ahí recordándole al pueblo Argo, estas dos columnas, que parecían no tener propósito ninguno, no soportaban peso, pero tenían un propósito increíble. Irán erigió las dos columnas frente al templo y nombró a la que estaba a la derecha, Yaquín, y a la que estaba a la izquierda, Boaz. Le dio nombres, Yaquín y Boaz, o Boaz. Dado que las columnas se sostenían por sí solas y no soportaban peso, Sabemos que eran entonces simbólicas o proféticas. Veamos el simbolismo de estas. Miremos la primera, Yaquín, la que estaba a la derecha. ¿Qué significa el nombre Yaquín? Bueno, significa él, hablando de Dios, establecerá. O podría leerse como una oración, que Dios establezca. Como sea, Dios es el que puede establecer algo. El nombre proviene del verbo Kun, usado tres veces en la promesa del pacto de Dios a David. en el pacto, en el pacto davídico. Kun. So, Ya-kun o Ya-kin, como se dice corrido. Ya, Yahweh, Shobah, Kun, establece. ¿Pueden ver el nombre? Ya-kin, Dios establece. Y miramos esta palabra Kun, Kun, la miramos en 2 Samuel 7, 2 al 13. Cuando tus días se cumplan y tú, David, reposes con tus padres, Levantaré a tu descendiente después de ti, el cual saldrá de tu extrañas. Y Kun estableceré su reino. Él edificará casa a mi nombre. Y yo, Kun, estableceré el trono de su reino para siempre. Pueden verlo? Es la promesa de quien? De Jesucristo. Es la promesa de Jesucristo. Cuál es el descendiente de David? Que se sentará sobre su trono para siempre. Jesucristo. ¿Cuál es el descendiente de David que reinará sobre todo el universo? Jesucristo. Y a quien Jehová establecerá el trono de David para siempre. Es la promesa de Dios. Qué lindo el nombre. Amén. Que lindo el nombre de la columna a la derecha. Yaquín, Dios establecerá el reino davídico para siempre. Cuando usted entraba a la adoración, a la derecha miraba, Dios va a mandar el Mesías. Dios establecerá su reino eterno. Era una promesa para el pueblo del Señor. Miramos esa promesa repetirse a David en el versículo 16 del mismo capítulo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre. Delante de mí tu trono será Kun, establecido para siempre. Pueden verlo. Y esa misma promesa se le hizo también a Salomón en el versículo 12, 24, 45, 46 de Primera de Reyes, capítulo 2. Dios le dice a él, la promesa de tu padre a ti, te estableceré y de ti vendrá otro rey, Kun, Kun, Kun. Estableceré el reino, estableceré el rey, estableceré la línea del pacto davídico. ¿Qué cosa más linda? Que entrar al templo, Cristo ya te está prometiendo a quien? Perdón, entrar al templo, el Padre se está prometiendo a quien? Cristo Jesús. Entra por las puertas, pasa por las columnas, Te prometo a Cristo, Él viene. Te prometo un nuevo templo, mejor que este, hecho de los ladrillos de las vidas de cada uno de los creyentes. Te prometo mi presencia entre ustedes, el Espíritu Santo habitando en el pueblo de Dios. te prometo la salvación en Jesucristo, te prometo la resurrección de Jesucristo, te prometo la glorificación de Jesucristo, te prometo la segunda venida de Jesucristo, el establecimiento del reino para siempre, donde Él se sentará sobre la que, el trono de quien, David para siempre, te lo prometo. Entra, ven y búscame, que Él viene. Qué lindo, ¿verdad? Qué lindo esa columna de Dios. Y aquí simboliza la promesa de Dios de que la familia de David sería el medio a través del cual él establecería su reino en la tierra para siempre. Dios prometió establecer el linaje real de David y esta promesa encontraría su cumplimiento máximo y final en Jesucristo, el hijo de David. Aún la gente lo llamaron hijo de David, sálvanos. Y aún el ángel cuando nació le dijo, Y tú le responderás por nombre de Manuel, porque Dios está con nosotros. Y a él le daré el trono. ¿De quién? De su padre David. Y él se sentará sobre él. ¿Para qué? Para siempre. Cool. Y aquí Dios establecerá la línea davídica, el prometido, el Hijo de Dios. Amados, tenemos que entender esto. Jesús es el heredero verdadero y perfecto del trono de David, a través de quien el reino de Dios se establece plenamente. Amados, Jesús no es solamente una continuación del linaje real, sino el cumplimiento completo de la promesa de Dios de Ecun, de establecer su reino en la tierra. En Cristo encontraremos el cumplimiento de toda esperanza y profecía con respecto al linaje davídico, ya que Él reina como Rey y Salvador, estableciendo el reino eterno de Dios. entre nosotros hoy. Querido Cristo, arrepiéntense porque el reino de Dios está aquí, en medio de ustedes. Hay una forma en que el reino, las promesas fueron cumplidas y otra en que las promesas están por cumplir. Pero Kun, Dios ha establecido, Dios traerá esto por realidad. Después llegamos a la segunda columna, la columna tu de izquierda. Entras a la derecha, Dios establece. Mira, a la izquierda está la otra columna, Boaz, que significa en él, en Dios, está la fuerza. O por Dios el rey es poderoso, tiene fuerza. El pensamiento es aquí que la fuerza viene de quién? De Dios. Este nombre resaltaba la dependencia completa del rey y, por lo tanto, del gobierno en Dios. Y enfatizaba que el Señor era su única fuente verdadera de fortaleza y guía. sirvió como una poderosa recordatorio de que, sin importar los desafíos o las circunstancias, el recurso final del rey tenía que ser buscar de Dios, porque en él hay el poder. Gloria a Dios. Es lo que miramos en Salmos 21.1, donde dice el rey, oh Señor, en tu fortaleza, en tu fuerza, se alegra ¿quién? El rey. Boas, en tu fuerza, boas. Dios. En ti hay fuerza, en ti hay alegría. Aquí entonces tenemos estas dos grandes columnas que se alzan a la entrada del lugar sagrado donde habitaba la presencia de Dios. Sus nombres eran Dios establecerá y en Dios está la fuerza. Estas columnas no eran sólo decoraciones sino profecías y profetizaban algo mucho más grande. Se mantenían como recordatorio constante para el pueblo de las promesas inquebrantable de Dios y aquí, y el poder de Dios ilimitado para cumplir esas promesas. Boas. Yo prometo, yo voy a establecer, viene Cristo, viene el Rey, yo tengo el poder, yo lo haré. Yo no hago promesas vacías. Yo no te prometo y después no cumplo. Yo no prometo y después estoy limitado. Yo no prometo y no puedo. Yo prometo y yo tengo la fuerza para que cumplir. Y miremos la realidad de eso aún en su vida. Por favor, sigan conmigo. Tan importante. Pongan atención a esto. Dios no le prometió a Israel en estas dos columnas que Cristo vendría. Vino Cristo. Promesa, poder para cumplir. Dios no le prometió al pueblo la salvación mediante el sacrificio perfecto en cada ritual, cuando ellos mataban los animales, cada año. ¿No estaba prometiendo Dios hacer algo sobre el pecado de su pueblo? Claramente que sí, ¿verdad? Que sí. Había promesa, ¿y Dios qué? Tenía el poder y lo cumplió. ¿Dios no prometió vida eterna? Absolutamente. Dios, el poder, levantó a Cristo. Y si Él se levantó, lo muertos nosotros también. Y ahora queda la última parte. Dios promete establecer el reino perfecto. Estamos esperando en ese cumplimiento y el Dios que mandó a Cristo, que cumplió, que tiene el poder para cumplir todas sus promesas, va a cumplir esta también. Vamos hermanos, que gozo, que gozo. Aquí nos recuerda la palabra de Dios, que la primera columna recuerda al pueblo lo que Dios dijo. Y la segunda, le recuerda al creyente lo que Dios puede hacer. Esto es lo que Dios dijo y esto es lo que Dios puede hacer. Amén. Así que Romanos 4, 21, miramos esta realidad donde dice, estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, Yaquín, poderoso, Boaz, era también para cumplirlo. Pueden verlo? Ahí están las dos columnas. Lo que Dios prometió, poderoso para qué? Cumplir. Ahí se encuentran las dos columnas. Amados ustedes y yo, no entramos a este lugar y no vemos dos columnas de bronce fuera de su lugar de adoración. Y no la vamos a poner. No vamos a poner dos columnas afuera. Pero debemos recordar el testimonio de estos dos guardias. Debemos recordar continuamente las promesas de Dios a su pueblo, simbolizada por Jah King. Y también recordar profundamente, estar conscientes de que nuestro Dios tiene el poder para cumplir, Boaz. Amén. El poder de Dios cumplirá todas sus promesas a su pueblo. Amén. Tan importante que ustedes reconozcan esto. Porque estas dos columnas lo va a guardar usted. Va a usted tener en su vida momentos pero super altos Donde como Pedro usted dice Aquí voy a construir una tienda Y aquí me voy a quedar a Dios para el resto de mi vida No quiero bajar de este lugar altísimo Donde veo la gloria transformatoria de Dios Donde veo a Cristo transformado delante de mi sol Puedo ver al cielo, puedo ver a Moisés Puedo ver los profetas, puedo ver la gloria Oigo la voz de Dios Aquí yo no me bajo, aquí me quedo para siempre con Cristo Y en los momentos más altos usted se va a recordar la promesa de Cristo y el poder de Dios para cumplir sus promesas. Amén. Pero cuando usted desciende de ese lugar, como hizo uno de los discípulos, se encontraron con una lucha espiritual real. Fueron al valle de la sombra de la muerte. Y en ese lugar usted tiene que recordar estas dos columnas también. Este dolor que estoy sintiendo ahora, después de haber estado en este lugar tan lindo, bajamos a un lugar, mi esposa y yo, tan terrible. Y en el lugar alto, Dios establece, Dios es poderoso para cumplir sus promesas. Pero en los lugares más bajos, Dios establece y Dios tiene el poder para cumplir sus promesas. Y eso nos ayuda a no estar como otras personas que dicen que son cristianos. súper arriba y súper abajo. Dios es grande, Dios es poderoso, Dios es ¡Ay cuánto lo amo! ¿Dónde estás Dios? ¿Me has abandonado? ¡Ay Dios ya no me quiere! No, amados. Dios es grande, Dios es hermoso, lo amamos. Dios es grande, Dios es poderoso, lo amamos. Dios establece, Dios cumple. Mi confianza está. Los momentos más altos son temporales y los momentos más bajos son ¿qué? temporales. Consistente son que Dios establece, Dios tiene el poder para cumplir. Amén. Gloriese a Dios. Miremos los últimos versículos del 23 al 51. Este le ha dado por título a las ofrendas traídas a Dios por su pueblo. Las ofrendas traídas a Dios por su pueblo. Nuestra última porción de las escrituras se centra en la maravillosa artesanía del resto de los muebles del templo. Esta sección describe los detalles de las herramientas y utensilios ceremoniales. Dice que Iram elaboró pedestales de bronce, cada uno de seis pies cuadrados y cuatro pies en medio de alto. Cada pedestal tenía cuatro ruedas de 27 pulgadas en diámetro y sostenían una palagana de seis pies de ancho, con una capacidad de más de 200 galones. Se estima que esto todo pesaba, cada uno de ellos, más de una tonelada, imagínense, algo increíble, impresionante. Las intricadas descripciones, incluidos los panales, los soportes y los elementos decorativos, enfatizaban la importancia y la magnificencia de estos objetos sagrados, porque eran para quién. para Dios. El capítulo anterior, no se olvide, nos dijo que Irán, este hombre que construyó estas cosas, Dios le dio toda habilidad, amén, de artesanía para construir, para trajar en el bronce, toda parte de arte. El capítulo 6 nos dice que Dios equipó a este hombre con toda habilidad. Y que miramos en el capítulo 7, el hombre dotado por Dios, usar lo que Dios le dio, los dones de Dios, para alabar al Dios que se los dio. Él le regresa a Dios lo que Dios le dio. Y amado, esto tiene que predicarle a usted y a mí. Amén. Dios le dio a él lo que le dio, y él usa lo que Dios le dio para glorificar a Dios. Es algo increíble, es algo hermoso. Pero quizá usted me pregunte a mí, pero pastor, ¿por qué tanta importancia en los detalles como las granadas y los lirios grabados, los querubines tallados, las palmeras, los leones y las coronas, sin mencionar el uso del oro y el bronce y los muebles con forma de bueyes, con formas del mar. Usted me diría, la mayoría de los israelitas nunca verían ni recordarían estos, todos estos detalles. Si usted puede caminar por el templo mirar, no solamente estaba todo en oro y todo lindo por dentro y por afuera todo hermoso, no solo había bronce por afuera por donde quiera sin límite, no podían ni pasar el bronce porque usaron todo, pero el bronce tenía decoraciones de granadas y lirios y leones y huellas y por donde quiera había un detalle específico. Algo que Hiram hizo con sus manos, con las herramientas del día, no con las herramientas de hoy. El tiempo, la habilidad, la precaución con los detalles, el amor genuino que Irán derramó en su trabajo al Señor usando todo lo que Dios le dio. Creando las lirias para que se miran como flores que usted puede casi tocar y tomar y llevárselas. Las granadas que parecían granadas verdaderas, como que si pudiera comérselas, pero eran hechas de bronce. los leones majestuosos, los bueyes grandes, todo lo que creó. Usted hubiera sido abrumado con tanto detalle. Usted diría, pero ¿por qué tanto detalle? Primero, porque el Señor lo mandó a hacer. Y segundo, porque este hombre quería expresar en su trabajo su adoración, su amor, su pasión por Dios. Amén. Esto predica, amados. La lección clave es que Irán comprendió que el don de Dios, de la habilidad artística y la tarsenía que Dios le dio, desempeñaba un papel vital en su servicio al Dios viviente. Cada objeto elaborado reflejaba la belleza y la reverencia que se le debía a Dios. Y con este mismo cuidado y devoción, también usted y yo debemos abordar el servicio a Dios. Irán usó toda la habilidad que Dios le dio para crear algo espectacular en detalle, algo abrumador, algo que el pueblo dice, no puedo captarlo todo, no había habilidad de fotos para tomar todas las fotos, no había la habilidad de estar y mirar todo. El israelita no más ni pudiera entrar a los ciertos lugares donde estaba toda esta belleza, pero no fue hecha para Israel. ¿Fue hecha por quién? Dios le dio, pon granadas porque representaban a los leones, porque representaban a los bueyes y no tenemos el tiempo para mirar todo lo que todo representa. Estuviéramos en este capítulo por más de tres meses creo. Pero en general, mirad, todos estos detalles que Dios le dio, que Él lo hizo con su mejor habilidad. ¿Por qué? Porque Él amaba ¿a quién? A Dios. El amor de Dios se miraba en como él sirvió a Dios, dándole a Dios su absolutamente mejor habilidad. Y esto tiene que predicar y traer convicción a nuestras vidas también. El escritor de Primera de Reyes, capítulo 7, quiere que aprendamos esta clara lección. El Dios de la Biblia siempre merece el mejor y más hermoso esfuerzo de la criatura. ¿Dirían amén a usted? El Dios de la Biblia es el mejor y más bello esfuerzo de la criatura. Amados, nada es demasiado bueno, lujoso o bien hecho para nuestro maravilloso Dios. Y Dios no aceptará nada menos que lo mejor que nosotros traigamos a Él. Nuestra mejor habilidad, amor, dedicación, devoción. dádivas, corazón, esfuerzo, motivación. Dios espera lo mejor de nosotros. ¿Por qué? Porque ha hecho tanto para nosotros. Amén. Y déjame explicárselo a usted. Uno de los profetas menores, así se dice, reprende a Israel y le dice ¿Por qué usted trae los sacrificios ciegos? Los sacrificios imperfectos. Y me lo ofrecen a mí. ¿Por qué no se lo ofrecen mejor a su gobernador? A ver cómo le aceptaría que a usted le traigan lo que queda, lo que sobra, lo que no es perfecto. Usted no se atrevería a traer esto a su gobernador, porque usted sabe que él sería, qué, grandemente ofendido. ¿Y por qué me lo traen a mí, yo el Dios del cielo? ¿Pueden ver? El Señor le esperaba, qué, su mejor. Pero no era solamente su mejor, porque el sacrificio perfecto que ellos tenían que traer representaba a quien? A Cristo. Un coldero sin mancha, un coldero perfecto, porque representaba a quien? A Jesucristo. Y en ofrecerle a Dios un coldero manchado, imperfecto, un coldero con fallas, Estaban diciendo que el hombre puede venir a Dios como él quiera. Estaban hablando de Cristo que no era perfecto. Estaban diciendo que Cristo no era el perfecto coldero de Dios que quita el pecado del mundo. Dicen ellos, ¿por qué no se lo ofrecen a su gobernador? Delen las obras a él a ver cómo le va a gustar. Nos atreven ustedes, dicen. Porque usted sabe que él sería grandemente ofendido con ustedes. ¿Y por qué me lo traen a mí? Yo soy el Dios del cielo. ¿Pueden verlo, amados? Así que Dios nos enseña específicamente que al servir a Dios le traemos nuestro qué? Mejor esfuerzo. Nuestros almas completamente. Siempre debemos darle a Dios lo mejor de nosotros. Nunca ofrecerle nada menos que lo mejor. En Primera de Reyes capítulo 7 vemos Cuánto cuidado y precisión se puso en la construcción del templo. El Espíritu Santo usa este capítulo para recordarnos que nuestra actitud ante la adoración debe ser igualmente considerada irreverente. Su mejor esfuerzo en su vida, su mejor esfuerzo en su casa, su mejor esfuerzo en su matrimonio, su mejor esfuerzo con sus niños, con sus nietos, su mejor esfuerzo con sus vecinos, su mejor esfuerzo evangelizar, su mejor esfuerzo a encantar al Señor, su mejor esfuerzo a leer la Biblia, su mejor esfuerzo en su adoración corporativa y individual. Todo requiere su mejor para Dios. Pero específicamente su mejor esfuerzo también en la adoración de Dios, específicamente en el Día del Señor. Amén. Nosotros le llamamos el Día del Señor porque debe pertenecer a quien? Bueno, todos los días les pertenecen a Dios, pero este es el día que el Señor la ha separado para que el pueblo alabe. Imagínense, el Dios sentado sobre el trono del universo nos permite un día específico para venir corporativamente y nos promete que Él se hará menos para estar entre nosotros. Y nosotros a veces venimos al Día del Señor como que le estamos obsequiando un regalo a Dios, como que Él debe estar honrado que nosotros hemos llegado. Llegamos tarde a veces, llegamos sin preparar nuestros corazones. A veces el Día del Señor se convierte en el día del trabajo. El Día del Señor se convierte en el día de ver los niños jugar el soccer, mis nietos, y no venir a la iglesia porque ellos son más importante que Dios. Y le damos a Dios pero le vamos a dar el próximo domingo, él debe estar bien con eso. Le estamos dando algo, le estamos dando lo que sobra. Este principio que se ve aquí es Dios merece lo absoluto que mejor de nosotros, no lo que sobra. ¿Cómo está usted con el Señor en esta área? ¿Qué le está ofreciendo a Dios? Este Dios que metió su mano al infierno y lo sacó a usted de esa ciudadanía y lo puso, lo lavó y lo hizo ¿qué? Hijo de Dios. ¿Qué merece ese Dios? Amados, ¿qué merece este Dios? Lo mejor. Y le traemos lo mejor y lo mejor no es suficiente ¿por qué? ¿Qué le podemos dar a él? Pero por lo menos estamos dando lo mejor. El significante que sea nuestro mejor todavía es nuestro ¿qué? mejor. ¿Pero darle lo que sobra? ¿Hacer el Día del Señor lo que sobra? ¿Hacer nuestra devoción lo que sobra? Es una ofensa este gran Dios. Siempre debemos dar al Señor lo mejor. Amados, podemos sentirnos tentados a tratar la adoración con indiferencia, pero este pasaje nos desafía a examinar nuestros corazones y nuestras prácticas y la condición de nuestros corazones. ¿Estamos dándole a Dios el honor y el respeto que Él merece o le estamos ofreciendo lo que nos sobra? Esa es la pregunta aquí de este pasaje. Irán le dio a Dios todo lo mejor. ¿Cuántos años le tardó? Trece años por completar todo, dice la palabra del Señor. De elaborar doscientas granadas Imagínense, hacer una con todos los detalles y decir, ay, que me enfadé estas granadas, a llegar al cien. No, doscientos, cada una como que si fuera la primera, cada una con la pasión que la estoy haciendo para quién, para Dios. Doscientos flores de los lirios, leones, bueyes, querubines, el mar, columnas, yaquín, boas, capiteles, baños encima de esos. Amados, trece años laburando, trece años fuera de su nación, él era medio israelita. Trece años sirviendo, dándole a Dios su mejor esfuerzo. Cada detalle como que si fuera el primero. ¿Por qué? Porque este templo representaba a quien? Al Dios que prometía ¿qué? Sus promesas y prometía el poder para cumplirlas. A ese Dios que prometía que vendría el Salvador. Cada adorador que entraba miraba al Señor, promete a Cristo, promete que tiene el poder para traerlo, promete salvación. Este Dios que no ha hecho tantas grandes promesas, que no ha dado tanta bendición. le voy a dar a él lo mejor. Amén. ¿Estamos dándole lo mejor o lo que sobra a Dios? Bueno, me gustaría concluir dejándolos con dos pasajes para que consideren y contemplen su adoración delante de Dios. Es su adoración seria, es su adoración dedicada, es la adoración que usted le ofrece a Dios verdaderamente lo que él merece. Escuchemos la palabra de Hebreos 10, 19 a 22. Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al lugar santísimo por la sangre de Jesús, paremos ahí. Confianza, entrar en la presencia de Dios sin miedo a que Él nos mate. ¿Por qué? Por lo que ha hecho Jesús ensangrar por ustedes. Por un camino nuevo, y vivo que él inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, su carne. Y puesto que tenemos un gran sacerdote Cristo sobre la casa de Dios, acerquémonos a la adoración con corazón sincero, en plena sintiedumbre de fe, teniendo nuestros corazones purificados de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura. Vengan a Dios puros. Vengan a Dios con sinceridad. Vengan a Dios con todo su corazón. Mira lo que Cristo ha hecho. Podemos entrar al trono sin terror que nos vaya a matar. Él cortó el velo, el velo de su carne. Él hizo el trabajo para que usted pueda entrar. Cuando venga, vengan sinceros, vengan puros. Él merece su mejor. Amén. Y lo que leyó nuestro querido hermano Juan, Juan 4, 23 al 24, pero la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Es su adoración espiritual, con todo su alma, corazón y vida. Es su adoración verdadera, no lo que le sobra, sino su mejor para Dios. Porque ciertamente a los tales el padre busca que lo adoren. Dios es espíritu y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad. Así que, amados, miremos a nuestro capítulo. Miremos que la autoridad cristiana no puede ser el gobierno, tiene que ser ¿quién? Dios. Y porque Dios es nuestra autoridad, cuando vayamos a adorar, estamos entre dos grandes columnas. Él establecerá y Él tiene el poder para establecerlo. Él promete a Cristo, Él ha dado a Cristo. Él promete a Cristo de nuevo, Él tiene el poder para atraer a Cristo de nuevo a nuestras vidas en la segunda venida. Amén. Y si Él es el centro, y si Él da promesa y Él cumple, entonces, ¿qué debemos hacer nosotros? Adorarle con todas nuestras vidas, dándole a Él lo absoluto que mejor. Estos son los tres puntos de ese sermón. Ojalá que sean las tres anclas de sus vidas. En el nombre de Jesús. Amén. Padre, te damos gracias por tu palabra. Una palabra bendita y perfecta. Una palabra que nos llama a considerar, Padre, que el centro de la comunión, comunidad cristiana, no puede ser este mundo, pero tiene que ser el Dios que habita entre el pueblo de Dios. El Dios que manda que lo alabemos como él dicta, pero hace acceso para nosotros entrar. Increíble. Te damos gracias, Padre, que somos recordados que tú estableces, tú traes el reino por mediante de Jesucristo, la promesa de él, y que tú tienes el poder para cumplir. Has cumplido y seguirás cumpliendo. Por último, Padre, te damos gracias que si tú estableces, si tú cumples, si tú eres el centro de nuestras vidas, Damos gracias por enseñarnos hoy que lo que tú mereces es absolutamente lo mejor de nuestras vidas. Oh, Padre, que seamos el pueblo tan agradecido, que no nos atrevemos, atrevamos nunca más a ofrecerte nada más que lo mejor y nunca lo que sobra. Pidimos todo esto en el nombre de Jesús y para tu gracia y tu gloria. Amén.
Edificando para la gloria de Dios
Series El Reino Eterno
El capítulo 6 de 1 Reyes nos enseña tres lecciones valiosas: aprendemos que la primera obediencia del cristiano es al Señor, que Dios establecerá su pacto y tiene el poder para hacerlo y, por último, que estamos obligados por amor a ofrecerle a Dios lo mejor que tenemos.
Sermon ID | 92224228321382 |
Duration | 1:00:46 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Kings 7 |
Language | Spanish |
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