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Este mensaje fue predicado en el púlpito de la Iglesia Bíblica de la Trinidad en Santo Domingo Oeste, República Dominicana. Mastuve por necesario enviaros a Epafrodito. mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, administrador de mis necesidades. Porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado. Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir, pero Dios tuvo misericordia de él. y no solamente de Él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza. Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él. Porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí. Amén. Oremos. Oh Dios, alabamos Tu nombre por Tu fidelidad, por Tu amor, y rogamos que Tú tengas misericordia de nosotros, pues como pecadores nos acercamos a Ti. Lávanos y límpianos con la sangre carmesí. Perdona, oh Dios, nuestros pecados y ayúdanos a tomar Tu Palabra y a guardarla por Tu Espíritu en nuestros corazones. Ven, Señor, santificanos por ella. Te lo rogamos por Cristo nuestro Salvador. Amén. El título del mensaje es Epafrodito, un hombre de completa entrega a Cristo. En esta carta, en especial en estos versículos del capítulo número 2, vemos una idea básica, y es que Dios reconoce y honra a aquellos siervos que se entregan por completo a la obra de Cristo. Los tales recibirán gran honor y allanan el camino a los que vienen detrás. Dios reconoce y honra a aquellos siervos que se entregan por completo a la obra de Cristo. Y el ejemplo que encontramos en Epafrodito al realizar la obra de Cristo en el servicio un ejemplo de entrega total hacia su Salvador y hacia aquellos que Cristo les mandó le mandó a servir por lo que esto se convirtió en una honra su servicio desinteresado y de entrega completa se convirtió en una honra y en alabanza de Dios Dios fue alabado Dios fue exaltado por esta ofrenda, por este sacrificio que este hombre realizó, y esto también produjo que se abrieran puertas para que otros siervos del Señor que realizan la misma entrega también fuesen reconocidos. Y es algo interesante ver, queridos hermanos, que cuando vemos en el pueblo de Dios a hombres que se entregan a la obra de Dios. Esto produce gloria a Dios, alabanza a Dios. La gente lo reconoce, pero también estimula a otros para que también trabajen con firmeza, con diligencia. De igual manera, cuando vemos un servicio que se entrega a Dios que no sirve, un servicio que al que lo entrega no le interesa lo que está haciendo, mediocre, eso también trae mucha tristeza y vergüenza a la obra de Cristo. Y en vez de estimular, desinfla a todo aquel que le gustaría ir a la obra o al servicio al Señor. De ahí que espero en el Señor que el mensaje de esta noche pueda servir de estímulo para que si algunos de nosotros estamos deseosos de entregarnos a la obra del Señor, así lo hagamos. Así nos entreguemos. Porque hay una gran y buena paga para aquellos que sirven al Señor. Dios no es un Señor que paga mal. Dios paga bien, hermano. Dios paga bien. Y es algo que un hermano me dijo una vez, si el Señor te llama a su obra, a su servicio, va allí y entréguese a eso. Él no paga mejor que los empleadores de este mundo. Perdón, Él no paga peor que los empleadores de este mundo. Él paga bien. Y no necesariamente de riquezas y bienes. No necesariamente. Sin embargo, hasta aquí No nos ha faltado nada y hasta aquí nos ha ayudado el Señor. Es decir que es realmente así. Veamos en primer lugar a Epafrodito, un hombre estimado por su servicio y su entrega. Eso lo encontramos en el versículo 25. Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito. Escuchen como Pablo le llama a este que había sido enviado a él en primer lugar. Pablo le llama mi hermano, colaborador, compañero de milicia, vuestro mensajero, administrador de mis necesidades. El nombre de Pafrodito es digno de ser amado, ese es el significado, o amado. Y este verdaderamente alcanzó una dignidad por cada sustantivo que Pablo utilizó aquí para referencia a él. Pablo le agregó algunos nombres a Epafrodito. Además de Epafrodito, él le puso el nombre de el colaborador, el hermano. A veces ustedes ven que en algunos trabajos o empresas le dicen al creyente el varón, el hermano, La sierva, el siervo. No son títulos porque sí. Comúnmente la gente se gana ese título por su servicio, por su trabajo, por su amor y la gente por su testimonio, porque testifica del Señor. De igual manera como le pueden decir a uno, este es el tíguere, este es el ladrón, este es el mentiroso. Pueden ser adjetivos que se nos den por nuestra actitud, por nuestros actos. Epafrodito se ganó otros nombres, que fue según el trabajo que él hizo, un trabajo reconocido por el apóstol, reconocido por su servicio de amor y de entrega total a Cristo, el cual acompañaron y embellecieron las ayudas enviadas por los hermanos de Filipe. Porque lo más interesante de todo esto es que el carácter de Epafrodito embelleció la ayuda. Si algo le faltaba a la ayuda que ellos enviaban, ni cuéntase del apóstol Pablo. Porque fue tal aquel que lo fue a entregar que se olvidó de toda situación o necesidad que hubiera quedado pendiente. Epafrodito no solamente llenó sino que sobrepasó la medida de lo que se espera de un siervo. En su servicio al Señor Jesucristo recibió el nombre de hermano. Su testimonio fue de un verdadero Hijo de Dios, de un hermano en la fe. Pablo le llamó hermano, su hermano. Él fue su hermano en la fe. Mientras Pablo estuvo preso, Epafrodito fue su hermano en la fe. Mientras Pablo estuvo preso, este hombre pudo notar en Epafrodito una piedad personal impactante, la de un verdadero siervo de Dios. Una piedad que lo llevaba a pensar en Epafrodito. como un verdadero creyente. Epafrodito era un hermano, no un hermano en la abundancia, sino un hermano en la necesidad. Alguien que estaba allí en la necesidad del apóstol, en la cárcel del apóstol. Epafrodito era su hermano, quien oraba con el apóstol, quien oraba por el apóstol, quien leía la palabra con el apóstol. Tepazodito era alguien que acompañó como creyente al apóstol. Él no solamente fue y resolvió una necesidad del apóstol. Aquí estoy, Pablo, mira, te mandaron esa fundita, te mandaron esa ayudita. Ahora me tengo que ir, que ando rápido. Pablo, cómo tú estás, Pablo. Vamos a orar, Pablo. Qué bueno encontrarte, Pablo. Pablo, vamos a leer las Escrituras, Pablo. Vamos a interactuar es como si Pablo a través de Pafrodito hubiese estado en la iglesia de Filipe es como si Pablo hubiese absorbido el aroma el amor de estos hermanos a través de Pafrodito Pablo pudo disfrutar del amor de sus hermanos allá en Filipe a través de de Epafordito. Este hombre poseía una fe genuina, pero también Pablo le llamó a él compañero de trabajo y compañero de armas. Compañero de trabajo y compañero de armas. Un hombre que estuvo llegó donde Pablo, inmediatamente puso manos a la obra para trabajar junto a Pablo, para edificar a Pablo, hombro a hombro. Ambos hombres pelearon la buena batalla. Pablo no veía a este hombre como alguien menos que él. Era su compañero. No, que yo el apóstol, entonces el siervo que ustedes me enviaron, ese hombre que ustedes me enviaron, no, ese es mi compañero. Él se ha atrevido a tomar la carga junto conmigo. Él se ha atrevido a llevar la carga conmigo. Él se ha atrevido. a trabajar hombro a hombro conmigo, a estar conmigo aquí en esta cárcel. Lo consideraba su compañero, quien le acompañaba en la obra de Cristo. Este hombre de Dios no estaba solo, tenía a alguien que compartía con Él. Compartía sus penurias, compartía sus debilidades, Pero también alguien que le acompañaba en la batalla de la fe, era un compañero de milicia, uno que estaba al lado de él para defender el Evangelio. Pablo no estaba solo. En otras ocasiones mis apóstoles decía, estoy solo, el Señor está conmigo, pero me han dejado solo. Cuando Epafordito estaba allí, tenía un hermano, a un compañero y a un guerrero al lado de él. Eran dos guerreros. A veces usted ve esas películas donde hay un guerrero que está peleando por aquí, tiene que pelear por aquí y también tener ojo en la espalda porque le van a dar por la espalda. Con Epafrodito al lado, no era necesidad que él mirara para atrás. Ahí cabe Epafrodito. Satán no se va a meter por ahí. El Evangelio va a ser protegido, predicado, anunciado. Epafrodito estaba ahí, Pablo no te preocupes, yo estoy al lado tuyo. Avanza. Oremos. en la ardua batalla contra Satanás, en la intercesión, en oración por las iglesias, Pablo no estaba solo. Pablo oraba continuamente por las iglesias. Pablo no oraba solo. Mientras Espafrodito estaba allí, Pablo tenía un compañero de lágrimas, un compañero de oración, un compañero de ayuno, un compañero para levantar el Evangelio y para predicarlo. Por eso le llamó le llamó compañero hermano pero también por causa de los hermanos de filipo por cuanto ellos lo enviaron a él también recibió el nombre de mensajero o apóstol y en este es un sentido un poquito más amplio no es apóstol en igualdad a los discípulos del señor jesucristo en un sentido de mensajero alguien que fue enviado con un ministerio específico a realizar. Él fue, y la palabra que se utiliza en el griego es apóstol. Él fue enviado como un representante de la iglesia, en una misión especial, un oficial autorizado por la iglesia. Lo que estuviera haciendo Eva Rodito, lo hacía la iglesia. Él era representante de la iglesia de los Filipos. Así lo vio el apóstol Pablo. Así lo señaló el apóstol Pablo. Él representaba a estos hermanos y amados hermanos. ¡Qué representación! ¡Qué representación! Pablo podía decir claramente, de todo estoy completo, la obra de Cristo ha sido completa. Este hombre no solamente ha traído un bien físico o material, sino que ha sufrido con su propia vida lo que faltaba. ha suplido todo lo que me era necesario. Pero también le llama un servidor o ministro de las necesidades del apóstol. Él no solamente era una ayuda enviada por ellos, él fue enviado para encontrar a Pablo en la cárcel que fuese por causa del Evangelio y por causa de Dios y allí servir al apóstol Pablo. no solamente era para enviar una ayuda. Él estaba allí sirviendo al apóstol Pablo. Era un servidor de sus necesidades. Y amados hermanos, aquí nosotros podemos ver lo importante de lo que es nuestro servicio por el Señor hacia los demás. Y ahí nuestra importancia del servicio. ¿Quién es glorificado cuando nosotros servimos bien a los demás Dios Dios es glorificado el Señor es alabado el Señor es engrandecido cuando nosotros hacemos bien y el que recibe el bien de parte del Señor a través de nosotros puede decir el que me lo trajo es un hermano fiel es un hermano lleno de amor es un hermano lleno de misericordia Amados hermanos, eso da gloria a Dios. Y eso completa lo que se le envió. Eso completa lo que se le envió. Cuando este hermano que recibe algún bien de alguno de nosotros, en nombre de Cristo, él puede ver nuestro sacrificio de amor, de que estamos allí, estoy aquí para orar por ti, para luchar lado tuyo. Amados hermanos, eso estimula y fortalece a ese hermano, pero también da gloria a Dios, embelleciendo la obra de Cristo, embelleciéndola mucho más. Pablo dice en el versículo 25 al final que era necesario mandarlo a ellos. Pablo entendía que Pafrodito debía ser despachado hacia Filipo, eso es parte del versículo 25, porque aunque era un hombre tan importante para él, por causa de la necesidad que ahora había surgido en el mismo Epafrodito y en los hermanos allá en la iglesia, él debía demandarlo. Él determinó en cierta manera dar el permiso a este hombre para que se fuera. Imagínense en la milicia cuando a un militar se entrega a un grupo o a una... ¿cómo se le llama? a una compañía, inmediatamente este militar se pone delante del encargado de la compañía. Ya. Ah, tú eres fornito de tal. Ah, sí, tú fuiste referido a esta compañía. Entra a la fila. Ya yo soy responsable de ti y tú me debes a mí responsabilidad, sujeción. Y es aquí donde el apóstol, con la autoridad que poseía sobre este hombre, no por ser el apóstol, sino porque él fue enviado como un ministro para sus necesidades. Este es el apóstol que da la orden para que, no hermano, váyase tranquilo. Vuelva a traer a la iglesia. Es el apóstol quien determina el permiso, no hermano, váyase en paz. váyase para allá que lo allá lo están esperando este hombre había sido enviado a su servicio para hacerlo volver a los hermanos allá en la iglesia enviado por el apóstol por aquel que lo había recibido para la obra del señor queridos hermanos un servicio de amor de entrega a cristo trae honra trae gloria trae alabanza a nuestro Dios. Esta es una implicación que se puede ver en el trabajo y el servicio de amor que este hombre dio al Señor Jesucristo. Él no estaba básicamente sirviendo a Pablo. Él estaba sirviendo a Cristo. Él estaba mirando a Cristo y de ahí la entrega total. y de ahí el esfuerzo completo y de ahí su servicio de amor y de ahí su trabajo. Observen cómo dice nuestro pasaje. Recibidle pues en el Señor con todo gozo y tened en estima los que son como él, porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte. Este hombre estaba mirando a Cristo a través de su servicio al apóstol. servía a Cristo a través del servicio del apóstol. ¿Y cómo fue su servicio? Más allá de la excelencia. Más allá de la excelencia, demostró ser un verdadero creyente, demostró ser un verdadero compañero en la aflicción, un verdadero compañero militante de la fe, demostró ser un hombre de entrega total, un ministro que cumplió lo que se le encomendó. Y, queridos hermanos, esos hombres son difíciles de encontrar. Hombres así, mujeres así, son difíciles de encontrar. Me imagino que para Pablo fue difícil mandarle el pasaportito. Fue difícil. Pablo, estamos hablando por ti. Sí, gracias, hermano. Pero este está hablando por mí aquí y yo lo estoy viendo. Y yo estoy ahí con él. Y cuando hay que dar una respuesta, ahí estamos los dos. Y cuando hay que predicar, ahí estamos los dos. Y cuando el fuego está enfermo, ahí está el pasprodicto. Y viceversa. Son compañeros, trabajan juntos. 1 Timoteo 3.13 Porque los que ejercen bien el diaconado ganan para sí un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. quienes servimos al Señor adquirimos un grado honroso el que lo hace bien cuando usted sirve a algún hermano en la fe y lo hace por amor al Señor con la entrega que debe de hacerlo por amor al Señor como el Señor amado hermano usted puede ser que reciba un grado honroso y mucha confianza como dice 1 Timoteo 3 13 mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús. Miren el grado honroso que recibió Epafrodito, que el apóstol Pablo lo llamara su hermano. Usted quiere más honra que un siervo de Dios lo llame, no, no, este es mi hermano, hola, ¿qué tal? Mira, un abrazo ahí, es mi hermano. el que estaba ahí cuando yo estaba cojo, este es mi compañero, no, no, no, no manda fulano, manda sultano porque este es mi compañero, con este yo sé, es un verdadero creyente, era un testimonio, no que lo había vendido, sino que lo había dado en base a su servicio de amor y de entrega a un hombre por causa de Cristo, Y la implicación tiene que ver con esto, amados hermanos. Quienes servimos bien al Señor Jesucristo, de Él recibiremos un grado honroso y mucha confianza. Esto nos dice que nuestra honra no depende de los hombres a los que servimos. Nuestro servicio no debe estar supeditado a la manera en como los demás van a responder a él. No debe estar supeditado a eso. Nuestro servicio no debe de estar con los ojos puestos en la respuesta que van a dar las personas. Porque si es así, usted va a terminar triste, molesto, menospreciado, irritado, porque son una mala agradecida. Obviamente todos los pecadores tendemos a mostrar eso en un momento u otro. Pero si usted coloca su servicio por encima de los hombres y lo lleva a Cristo, si usted hace y trabaja con los demás no mirando a los que sirve sino al Señor poniendo sus ojos en Jesús es muy posible que la honra que reciba no sea la de los hombres sino la del Señor porque cuando usted sirve esperando algo a cambio usted va a recibir la honra de los hombres y le van a pagar su trabajo pero eso no es un servicio del Señor y ya tienes tu pago, te puedes ir. Si tú lo que querías era que te pagaran, toma ahí tienes tu pago. Por eso es que este hombre pudo entregarse, entregarse, entregarse a un servicio que hacía por Cristo, porque Él miraba a su Salvador. Él estaba mirando a su Salvador Lo importante de que nosotros reconozcamos esto, amados hermanos, es básico para nuestro servicio. Pero de igual manera podríamos implicar allí lo importante que nosotros también reconozcamos a aquellos que nos sirven. No solamente una vida de entrega, no solamente yo estoy sirviendo, hay otros que me están sirviendo a mí. ¿Sabe lo que es mi deber? Mi deber es yo reconocer al que me sirve. No es mi deber reconocerme a mí mismo, sino reconocer al que me sirve. Mira lo que Pablo hace con este hombre. Pablo reconoce a este hombre que le sirvió y se lo dice a los hermanos. Y para ambas cosas se necesita humildad. Para reconocer el servicio que otro nos hace, como también para callar el servicio que nosotros realizamos a los demás. Necesita humildad para ambas cosas. Pero cuando yo sirvo, aquí llegó el siervo y serví. Y si yo sirvo esperando que se toque la fanfarria y empiezan los aplausos, ahí está el siervo. Usted ve que pone la cara así. El humilde. Si usted estaba esperando eso, ha perdido el norte. Más bien olvide su servicio. Y procure alabar a los que le sirven a usted. Como lo hizo Pablo. Pablo se olvidó de él. Aquí yo, el apóstol, ya ustedes saben, el apóstol Pablo, el gran apóstol, siervo de Cristo, le envió a su hombre, Pabrodito, Envíeme otro menorcito, por favor, que esté cerca. No vemos eso en Pablo. No lo vemos en una autoalabanza. No lo vemos en una autoexaltación. Él estaba exaltando y alabando al que le pidió a él. Y esto es importante, hermanos. Usted puede tener una señora en su casa que ha durado 15 años trabajando, sirviéndole, limpiándole el piso, y después la mujer se enferma, te dice, ay no, ya, Juanita, ya no te necesito. Ajá. ¿Qué más? Tiene 15 años trabajando. ¿Qué más? ¿Falta el reconocimiento? ¿Tenemos que dar el reconocimiento? ¿Tenemos que pagarle lo que trabajó? Eso es lo que está haciendo el apóstol Pablo, hermanos. Honrando al que honra merecía. ¿Y quién era el que merecía la honra? El que le estaba sirviendo a Él. ¿Quién era quien merecía la honra? No el gran apóstol. Él no lo buscó eso, ni lo pidió. El apóstol había callado su apellido y estaba exaltando al que le servía a Él. No somos los que servimos, que tenemos que auto-exaltarnos. Yo soy el pastor, hermano. ¿Qué pasó? ¿Dónde está la bendición? No, hermano. Yo no puedo hacer eso. Ni tampoco usted puede hacer lo mismo, pastor. Aquí estoy yo. Te sabes que yo le he servido mucho. No podemos vender el egoísmo y el orgullo como algo bueno. Tenemos, sin que nos lo pidan, alabar al que sirve. ¿Y qué hacemos con eso, hermanos? Promover el bien. promover el servicio yo me imagino que cuando Epafrodito llegó con esa carta y con todo su apellido y nombre que le puso el apóstol de segurito que aparecieron dos o tres más que querían ser Epafrodito obviamente porque se alabó lo bueno se alabó lo bueno en segundo lugar vemos a un Epafrodito enfermo por causa de su servicio a Cristo, versículo 26 al 28, porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros y gravemente se angustió, porque habías oído que había enfermado, pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir. pero Dios tuvo misericordia de él y no solamente de él sino también de mí para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza así que lo envío con mayor solicitud para que al verle de nuevo os gocéis y yo esté con menos tristeza hermano Zepafrodito se enfermó su servicio al Señor Jesucristo lo enfermó o por lo menos se enfermó durante el servicio al Señor Jesucristo. Tal vez no se enfermó por el servicio, no lo sabemos, ni cuál fue la enfermedad, no lo sabemos, pero lo cierto es que casi se muere, por poquito y se muere Epafrodito. Trabajó, fue compañero de Pablo, demostró ser un hermano fiel a Pablo, y en su servicio de amor a Cristo enferma el versículo 26 vemos que para Frodito al entender o al saber que los hermanos se han dado cuenta de su enfermedad se angustia la cosa fue seria en su enfermedad y esto llegó a los oídos de los hermanos este siervo da evidencias de un amor genuino hacia los hermanos de allá de Filipo porque Él tenía grandes odeveros a todos vosotros y gravemente se angustió porque habíais oído que estaba enfermo Él tiene un gran anhelo por estos hermanos Él deseaba el bien de estos hermanos Este hombre amaba a su iglesia y por amor a su iglesia estaba ahí sirviéndole al Señor y sirviéndole al apóstol Pablo Este hombre no le causaba molestia a su iglesia. Estos hombres amaban a Epafrodito. Y hay una traducción interesante que nos dice, ya que el anhelo de él eran todos vosotros. Esta traducción habla del anhelo que tenía Epafrodito por sus hermanos. Un anhelo muy fuerte por esta iglesia. Da la impresión de que este hombre, si lo hubiesen ofrecido, a escoger entre su servicio y sus hermanos hubiera dado como en medio de una ambivalencia y no sé qué hacer. Es que yo amo a mis hermanos y me angustia saber que ellos supieron que yo estuve muy enfermo. Me angustia saber, me angustia qué estará pensando fulanita de tal, qué estará pensando Giovanna, qué estará pensando ¿Qué estará pensando? Él pensaba en sus hermanos y le angustiaba el hecho de que ellos se angustiaran por él. Por esta causa, Pablo confirma lo que sucedió. Por esta causa, Pablo confirma que la enfermedad de él, versículo 27, fue grave, muy grave. Él estaba enfermo casi hasta la muerte. Y se lo dice claramente. Él estaba enfermo casi hasta la muerte. Así describe el estado de su hermano, de su compañero. Pablo aparentemente estuvo muy cerca de este siervo Epafrodito. Posiblemente se intercambiaron los lugares de servicio, porque mientras Epafrodito estuvo bien, estaba sirviéndole, pero cuando Epafrodito se enfermó. Tal vez se intercambiaron los lugares en ese momento. Tal vez era Pablo entonces que cuidaba de él. Pablo estuvo muy cerca de este siervo. Pablo atendió posiblemente a este siervo. Y el mismo Pablo se sintió consolado porque el Señor guardó a Epafrodito de la muerte. Pablo sintió una gran consolación. No se estaba muriendo un desconocido, se estaba muriendo su hermano en la fe. Era su hermano que se estaba muriendo. Bueno, miren lo importante de la relación que surgió entre estos dos hombres. Pablo estaba angustiado, en verdad estuvo enfermo, a punto de morir, pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí. Aparentemente el apóstolo oró al Señor, clamó al Señor, Señor ten misericordia del paprodito. ten misericordia por amor de mí por amor de mis hermanos allá en filipo cuida este hermano restaura a mi amado hermano protégelo señor queridos hermanos miren como este pavrodito no solamente fue allá como un medio o un don con una o un medio de la gracia de dios para pablo los siervos también se enferman el siervo se enfermó. ¿Y qué se tuvo que hacer con el siervo? Cuidar. El mismo apóstol Pablo se sintió consolado, vio la compasión de Dios al guardar a Epafrodito. Él vio la compasión de Dios. la palabra allí no es misericordia sino compasión no solamente de él sino también de mí para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza recuerden que el apóstolo está en la cárcel y ya estaba angustiado con la necesidad de las iglesias y angustiado con su propia situación y ahora que se le murió a su hermano y el señor tuvo compasión de él tuvo misericordia de él Es difícil en una cárcel encontrar a alguien que verdaderamente ame a Cristo. Es difícil encontrar en una cárcel a alguien que verdaderamente sea un siervo de Cristo. Y cuando uno lo encuentra, ha hallado una joya. ¿No la quiere perder? ¿No la quiere perder? Amados hermanos, quiera Dios que nosotros podamos hallar entre nosotros muchas joyas así muchas joyas así que no querramos que se mueran que no querramos que se vayan a otro lugar el versículo 28 vemos así que le envío con mayor solicitud para que al verle de nuevo os gocéis, hermanos el amor que Pablo tenía por esta iglesia estaba profundamente interesado como epafrodito por el bienestar de ellos por el gozo de ellos para que os goceis por eso me estoy yo desprendiendo de este siervo que me es muy útil que me ha servido que me ha ayudado que me ha acompañado me desprendo de él para que os goceis para que ustedes sean consolados qué diligencia al enviarlo era un siervo que había ganado un amor y respeto en toda la iglesia y aún un respeto y un amor por el apóstol había ganado su amor sin embargo el apóstol entendía que debía enviarlo para calmar apaciguar la tristeza de los hermanos y también para que ellos estuvieran tranquilos también Pablo lo estaría. Si ellos estaban tranquilos, Pablo también lo estaría. ¿Qué podemos ver en todo esto, queridos hermanos? Tenemos una implicación importante. Estos pasajes son un llamado a entender que el Evangelio debe hacernos sensibles a las necesidades de los demás y debemos de convertirnos en compañeros, en amigos, en hermanos en compañeros de oración de aquellos que están en debilidad y necesidad. Tenemos que estar allí para ellos, tenemos que orar por ellos, tenemos que buscarlos. Miren cómo este hombre estaba tan unido a su iglesia, que cuando él se enferma, los hermanos yacen en tristeza. Es así que debe de ser entre nosotros. Cuando alguno de nosotros se enferma, creemos ser todos nosotros, somos parte de un mismo cuerpo, o enfermarnos con él. Si se duele el pie, todo mi cuerpo se duele, hermano. Y no solamente el dedo cojea, yo cojeo completamente. No, porque el dedo está cojeando, yo entero cojeo. y lo trato con cuidado, me pongo una chancleta, me pongo algo, un zapato fresco, holgado, para cuidar el pisecito que está enfermo. Me duele la cabeza. Ahí te vas y se acuesta, se toma un... Se toma lo que está necesario, vela, para... Si es por estrés, se relaja. Si es calor, se baña. y estamos preocupados por aquella parte del cuerpo que está enferma. De igual manera nosotros tenemos que interesarnos los unos por los otros. De igual manera tenemos que interesarnos y enfermarnos y orar por el enfermo y visitar al enfermo y cuidar por el necesitado y llamar al que no tiene y proveer para el que le falta. Esa es la mente y el corazón del Señor. No debemos servir a los hermanos por paga o por beneficios personales, sino por amor a Cristo, con una entrega real y cabal. Y tenemos que tratarnos con ese amor y ese cuidado de hermanos en la fe, protegernos como hermanos en la fe. ¿Qué sucede cuando un hermano le visita? ¿Qué sucede en su casa? ¿Qué pasa? ¿Qué sucede cuando un hermano está enfermo? ¿Qué usted hace? ¿Qué usted hace cuando un hermano ha muerto? ¿Qué usted hace? Ah, no, para allá va el pastor. Yo no tengo que ir. Esa no es realmente ni el corazón de lo que estamos viendo aquí. Ah, no, que yo tengo muchas cosas. y la gente lo sabe. Pero cuánto se aprecia cuando usted ve a una gente muy ocupada sacando una brecha para ir a visitar al hermano enfermo. Quien está enfermo lo sabe y lo aprecia mucho más que cualquiera. Pero sobre todo quien más lo aprecia es el Señor. que un malo aprecia es el Señor, hermanos. El Señor conoce mi situación, sí, y tú también te vas a enfermar. Con todo y situación, ¿y sabes qué va a pasar con tu situación? Nada, se va a parar. Y tal vez el Señor en su misericordia te quiera enviar a ese hermano que también estuvo enfermo, al cual tú no visitaste, pero él sí fue a visitarte a ti. Y ¿sabes qué Dios está haciendo con eso? Te está amonestando. Te está amonestando, pero también te está amando, a pesar de que eres un pecador orgulloso y arrogante que no tiene tiempo para entregarse al amor y al servicio de los demás. Dios está haciendo ambas cosas. Te está amando. cuando Epafrodito fue a servir, ¡qué bueno! Y cuando él se enfermó, a él le sirvieron. A él le sirvieron, hermanos. Por eso tenemos que ver estos ejemplos y entender que el Señor habla a nuestros corazones y nos estimula no involucrarnos de boca a que nos ensuciemos las manos. a que nos unseamos las manos. Muchos diáconos no surgen, amados hermanos, de tener buenas respuestas en la mente, sino del servicio a los demás. Del servicio a los demás. Cada vez que usted ve a una persona, yo quiero hacer tal cosa, tal cosa, eso implica esto, servicio, amor al prójimo, amor a esto, amor a lo otro, sacrificio personal, esfuerzo. ¿Sabe quién se autodescalifica? Yo mismo, yo mismo, porque los hermanos saben quiénes son los que visitan, los hermanos saben quiénes son los que oran, los hermanos saben, lo conocen y también saben Lo que no hacen nada. También lo saben, lo conocen. Ah, sí, ahí está la silla de fulano. Sí, está ahí. Pero no más de ahí. Él no viene a orar corto oración. Él no visita a nadie. A él hay que buscarlo. Y cuando él está enfermo, a mí nadie me visita. Eso es lo único que se oye. No hay entrega de amor. Hay egoísmo público. mira a fulano, yo te vi visitando a otro, ponte un poquito en mi casa hasta hacemos eso hermanos, llamamos a los demás para amonestarlos los amonestamos porque no nos visitaron a nosotros la gran cosa a eso llegamos, a ese nivel de orgullo y de egoísmo queridos hermanos, el Señor mismo dice en su palabra haber aventurado a los misericordiosos porque en su tiempo de necesidad, porque a todos nos llega la necesidad, alcanzará misericordia. Por ello dice, echa tu pan sobre las aguas. Cuando tú tengas pan, échalo sobre las aguas para que lleguen a la mano de otros. Para que cuando seas tú el que tenga necesidad, tal vez Dios quiera acordarse de tus obras de misericordia. Y no es que te va a pagar, pero Él te pueda hacer bien. el Salmo 50, 54 habla sobre viraventurado el que se acuerda del pobre en el día malo lo librará Jehová viraventurado el que se acuerda del pobre en el día malo quien lo va a librar es el Señor queridos hermanos es importante que veamos esto y que entendamos que Dios no quiere una iglesia ambivalente que no sabe qué hacer porque Él ha dicho qué hacer. Misericordia, sacrificio, esfuerzo, implican estas cosas. Y en tercer y último lugar vemos que Epafrodito fue honrado por el costo que pagó por su servicio a Cristo. Él se enfermó por servir a Cristo, sí. Él se entregó completamente por servir a Cristo, sí. Pero el Señor lo honró. El Señor los roba, en el siglo XXIX. Recibidle pues en el Señor, con todo gozo, y tened estima a los que son como Él. Y lo señala. Lo señala a los que son como Él. Tened en alta estima. Pablo les pide que les reciban con alegría, con gozo, con honra. Y no sólo a Él. Y no sólo a Él. sino a todos aquellos que igualmente se entregan a Cristo y sirven a sus hermanos como a Cristo. A los tales, honren los hermanos, recíbanlo con gozo. Así el mismo apóstol espera dicha honra, según el Timoteo 4.8. por lo demás me está guardada la corona de justicia la cual me dará el señor juez justo en aquel día y no sólo a mí sino también a todos los que aman su venida hermano habrá un día en que todos seremos honrados con una corona de justicia no por nuestro sacrificio u obra personal sino por la obra de cristo en nuestras vidas se nos darán corona pablo esperaba esta corona esa recepción debía de ser en el Señor la gratitud de un excelente servicio dado por un siervo de Dios no puede faltar debía agradecérsele al Señor del siervo esa gratitud no puede faltar al Señor no puede faltar esa gratitud no le puede faltar esta alabanza al Señor Señor te alabo por esta obra de amor mire como este hermano me ayudó con esos 200 pesos para mi pasaje gracias Señor eso no puede faltar hermanos no puede faltar la alabanza por el buen servicio que Dios ha dado a través de sus siervos eso no puede faltar no puede faltar la gloria que le pertenece a Cristo Esta recepción debía de producir gloria a Dios, alabanza al Señor por el buen servicio que el Señor había dado a través de su siervo. Porque ¿saben a quién están viendo las personas? Al Señor. Mírenla cómo me trató. Y eso, que cristiana. Ese desprecio, ¿a quién fue? Al Señor. ¡Wow! Mira qué paciencia, mira qué amor, mira qué trato. ¡Wow! Verdaderamente. ¡Ay Dios! Y el impío está leyendo la Biblia a través de nuestras vidas. Está conociendo a Dios a través de nosotros. Mira lo que ella hizo, mira lo que Él hizo. ¡Wow! Yo tengo que ir a esa iglesia. Yo tengo que escuchar lo que esta gente está escuchando. Yo tengo que ver qué es lo que ellos tienen. Pero también vemos que en el versículo 29, la última parte dice, Y tened en estima los que son como él, a los tales en honor Sostenedles, dice otra traducción, a los tales, a los que son como Él, en honor sosténganle, a los que son como Él, en su vida de entrega de amor total, sosténganle en honor, es decir, apóyenlo, defiendan a los tales hombres, presten su apoyo a tales hombres, den aliento a los tales, para que no desmayen, sino que sigan haciendo la obra del Señor. Wow, mi hermano, gracias, doy gracias al Señor por lo que tú estás haciendo. Hermano, gracias por venir aquí. Gracias, Señor, por este hombre de Dios. A los tales, apóyenlos, honrenlos, anímenlos. Este trabajo, este servicio fiel a Cristo, le abrió puertas a otros siervos. preallanó el camino para otros siervos. Cuando llegaran otros siervos, llegó un siervo del Señor. ¡Cuidado! ¡Abran paso! ¡Muévanse! ¿Y por qué? Preguntar a él. ¿Por qué me tratan así? De un siervo del Señor. Y ya por aquí han pasado otros siervos del Señor. Y ya conocemos cómo esos siervos del Señor viven y se entregan a la obra de su Señor. Tú eres siervo del Señor, ¿verdad? ¿Sí? Ah, pues es lo que esperamos de ti. me esperamos menos de ahí y ahí hay un pequeño problemita bueno pero un problemita porque se está esperando algo de ti algo bueno y eso es bueno hermano que se espera algo bueno porque se ha hecho un buen trabajo un buen servicio yo recuerdo a una profesora que cuando yo en una aula como de 60 muchachos que había un cristiano Estas mujeres, ¡ay sí!, los cristianos, ¡ay sí!, oran al Señor, leen la Palabra. Mientras todos se pusieron enemigos del muchacho, porque llamó la atención de la profesora. La profesora estaba muy contenta porque había por lo menos un cristiano en un aula de 60 en la UAS. ¡Ay qué bueno! Aquí está la bendición del Señor. a través de esa persona, ella veía la bendición del Señor, veía al Señor y ese cristiano no había hecho nada, ni había dicho nada, era su primer día de clase. Es decir, que otro cristiano había hecho un excelente servicio al Señor. Pero imagínese que otro cristiano hubiera hecho un toño. Un cristiano, tú. Toditos son iguales. Por eso la importancia del servicio de amor de Epafrodito y de ahí la importancia de nuestro servicio de amor. De la importancia de nuestro servicio de amor y que seamos conocidos como hombres de amor y fe en el Señor. Somos nosotros, amados hermanos, la iglesia de Cristo, la que debe honrar a los siervos de Cristo. el mundo odiará su servicio y su obra de amor pero nosotros debemos de procurar reconocer esa obra de amor Dios tiene corona para sus siervos como leíamos romanos 13 7 dice pagada todo lo que debéis al que tributo tributo al que impuesto impuesto al que respeto respeto al que honra honra no te crees con lo de otro Pagad. Y de esa manera Efrafrodito recibió lo que merecía. Versículo 30 dice al final, porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí, por causa, porque por el bien del trabajo u obra de Cristo. llegó cerca de la muerte después de haber hecho caso omiso a su vida. Dice otra traducción. Por el bien del trabajo o de la obra de Cristo. Llegó cerca de la muerte. Por causa del trabajo llegó cerca de la muerte. ¿Por qué y qué pasó con él? Después de haber hecho caso omiso a su vida. Así lo escribió el apóstol a estos hermanos. Este fue el trabajo que este hombre hizo. Hermanos, es sorprendente. Literalmente, Pafrodito echó a un lado su vida por causa de Cristo. Echó a un lado sus deseos por causa de Cristo. Echó a un lado su vida para terminar el mandato de Cristo. de servir a un hombre en necesidad que en ese momento era Pablo pero podría haber sido cualquier otro llegó cerca de la muerte para completar lo deficiente en el servicio de amor que los hermanos habían enviado ese servicio de amor que la iglesia había enviado allá el trabajo excelente de este hombre que llegó casi ahí Le faltaba un, como decimos nosotros, un chililín. Le faltaba un chin para morirse. Ese acto de amor perfeccionó todo el sacrificio que los hermanos de los Filipos enviaron a este cielo. Y esto es lo que señala, queridos hermanos, que es aquello que completa nuestra adoración y servicio a Dios. Nuestro sacrificio. Ya Cristo hizo todo sacrificio. Nuestro sacrificio en la obra de Dios también es parte. También es parte. Cuando hablo de que Cristo hizo un sacrificio completo, lo hablo, me refiero a que Él, en Él ya somos perdonados por nuestros pecados. Ya le hice un sacrificio que satisface el juicio de Dios, que satisface a Dios. Ya no tenemos que hacer sacrificios para alcanzar la salvación. Ya Cristo lo hizo. Sin embargo, hay un sacrificio que hay que vivir, que hay que tener para completar el servicio a Dios. Y no me refiero, vuelvo y repito, a la salvación. sino al servicio que nosotros damos a los demás y que Dios lo está haciendo a través de nosotros. Nuestro sacrificio en la obra de Dios es necesario porque esto completa lo deficiente de nuestra adoración. Nuestra adoración es deficiente. Aquí y en cualquier otra iglesia es deficiente. ¿Quién lo está presentando? Pecadores. no es perfecta. Sin embargo, nuestros sacrificios se unen a esas debilidades que presentamos delante del Señor. Y Dios recibe ambas cosas por causa de Cristo, por amor a Cristo. Primera de Crónica 21-24 dice David a Ornán, efectivamente compraré por su justo precio aquella heredad que le pertenecía a Ornán porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo ni sacrificaré lo causto que nada me cueste hay un costo del sacrificio hay un esfuerzo personal que tenemos que hacer para presentar nuestra alabanza nuestra adoración al Señor Existe un costo en el sacrificio de labios que elevamos a nuestro Dios, no para alcanzar la salvación, sino por causa de nuestra propia debilidad. Hay un costo que hay que pagar. Para la predicación de la Palabra, hay un costo. Para instruir a nuestros hijos en el temor a Dios, hay un costo que hay que pagar. Hay que pagar un precio, y si no estamos dispuestos a pagarlo, entregaremos un servicio incompleto, inicuo, que no completará la debilidad de nuestra ofrenda. Ya sabemos que Cristo ha completado todo con Su sacrificio. Sin embargo, hay penalidades que como buenos soldados de Cristo debemos sufrir por causa de la misma obra de Cristo. Eso se dice en Pablo, en 2 Timoteo 2,3. Tú pues sufres penalidades como buen soldado de Cristo. Hay penalidades que vienen con la obra de Cristo. ¿Sabe quién la va a sufrir? Usted y yo. Cuando llueve y estamos predicando, ¿quién es que se moja? El Espíritu Santo. No soy yo. No, no el Espíritu Santo soy yo que me mojo. Cuando voy con un ofrenda de amor a un hermano y me menosprecia, ¿quién sufre? Dios, no soy yo. Cuando me tengo que quitar unos zapatos para dárselo a otro, ¿quién pierde el zapato? Soy yo que lo pierdo. Hay un sacrificio, hay un esfuerzo, que fue lo que realizó este hombre, embelleciendo, adornando, completando aquella ofrenda débil provista por esta mala iglesia. Primera de Pedro 4.13, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría somos participantes de los padecimientos del Señor no para alcanzar la salvación no para alcanzar la salvación sino como parte de nuestro servicio y ofrenda en un mundo pecador y caído Las misiones tienen un costo de dinero, de vida, de trabajo, de padecimiento, de aflicción. Pero debemos estar dispuestos como Pablo, como Timoteo, como Pafrodito y muchos, muchos otros siervos de Dios a entregarlo todo, a darnos nosotros. A esto nos lleva este pasaje, a entender que si deseamos ser discípulos, debemos tomar nuestra cruz cada día y seguir en pos de él. Hay un sacrificio. ¿O qué usted cree? ¿Que la cruz no pesa, no puya, no raya, no corta? Pero hay una carga que hay que llevar. Si no fuera así, el Señor no lo hubiera dicho. Pero Él ha dicho, en el mundo tendréis aflicción. En el mundo habrá lucha, problema, dolor y algunos de ustedes tendrán que morir por causa de Cristo. Eso le dice Pablo, eso le dice Juan en Apocalipsis, allá, a aquellas iglesias. Permanece. Algunos de ustedes serán entregados. y tendrán que sufrir pero no te preocupes mantente fiel mantente fiel y observen en toda la historia de la iglesia cuántos mártires tenemos y lo que siguen en estos días en el siglo 21 y los que faltan cuántos mártires faltan Falta un sacrificio todavía. Repito, no para la salvación, porque ese sacrificio fue perfecto y no se necesita otro. Pero nosotros vamos a padecer como este hombre que se enfermó por estar buscándole el agua a la pauta del pablo y por servirle y por ayudarle, se enfermó y tuvo altrí de morirse. Por un poco se muere, el Señor tuvo compasión de él y de Pablo y de los hermanos amados hermanos que el Señor nos estimule a la obra de Dios que el Señor nos estimule a visitarnos que el Señor nos estimule a servirnos con excelencia como siervos de Cristo, como hermanos, como compañeros de milicia que somos los unos a los otros, que el Señor se estimule a salir de nuestro ambiente de comodidad. Este es mi espacio de comodidad. Yo estoy bien aquí. No, no, el Señor quiere que tú te muevas de ahí. Muévete de ahí y ve a servir allí a Alemán Lizaro, que está enfermo. Vete a servir allá a Cornelio, que está malo. Vete a Andrés Luis, que necesita ayuda. Vete a andar de fulana, vete a andar de fulano. Muévete, que estás ahí sentado. Muy bonito con tu corbatica. Muévete, vamos. Ve a servir. Ve a dar. Ve a dar tu vida como Cristo. Que el Señor nos conceda poder estimularnos unos a otros a un amor de entrega y de sacrificio a nuestro Dios.
Un hombre consagrado a Cristo #15
Series Epístola a los Filipenses
Dios reconoce y honra aquellos siervos que se entregan por completo a la obra de Cristo, los tales reciben gran honor y allanan el camino a los que vienen después
Sermon ID | 9217183110 |
Duration | 1:07:17 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Language | Spanish |
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