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perseverancia, más ansias de llegar allí y disfrutar de lo verdadero. Y en segundo lugar, hay un mejor ya, un ya mejor. Es decir, cuando morimos, disfrutamos de ese estado intermedio del cual hemos hablado. Los que creen en Cristo hoy mueren y, como dijo el pastor noble, inmediatamente son ausentes del cuerpo, pero presentes con el Señor. ya hay algo disponible a creer, no tiene que esperar miles de años al morir, inmediatamente empiece a disfrutar de la eternidad, de espíritus hechos perfectos, libres del pecado en la presencia de nuestro Señor, disfrutando de la seguridad eterna, esperando la resurrección de nuestros cuerpos. Y eso es el todalieno, el día del juicio final, cuando Cristo vendrá y causará la resurrección de nuestros cuerpos. reivindica a todos sus siervos y entramos en la nueva creación donde disfrutaremos de él por toda la eternidad. Una manera que yo podría describir la gloria celestial es explicar brevemente y quiero leer sólo un versículo bíblico que habla de lo que muchos santos a lo largo de la historia han sido dispuestos a sufrir para recibir la gloria celestial. La gloria celestial es tan hermosa, tan increíble que otros fueron atormentados no aceptando el rescate a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes y a más de estos presiones y acárceles fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras pobres, angustiados, maltratados, de los cuales el mundo no era digno, errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Sufrieron todo esto porque habían puesto sus ojos en la ciudad celestial. Estaban dispuestos a sufrir estas cosas y muchas cosas más. porque tenían una expectativa celestial. Iban a su señor y cualquier sufrimiento en esta vida no iba a poder comparar con la gloria que les esperaba. Hay muchos a lo largo de la historia que han decidido, como Moisés, ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios. teniendo por mayores, perdón, porque tenía fuerza la mirada en el galardón. Todos esos y muchos otros han sufrido grandes cosas, pero al llegar al cielo nunca han preguntado, ¿por qué hice todo eso? ¿Por qué soporté tantas cosas? Antes bien dicen, pude haber sufrido mucho más y todavía habría sido, todavía habría valido la pena. En todos mis hermanos podemos pensar de lo que tan glorioso debe ser el cielo, si personas pueden sufrir tales cosas para entrar ahí. Mis hermanos, la bendición más grande del cielo, la cosa más que me da expectativa, más me llena de ansias, es que un día ver a mi Señor. Lo que se llama la visión beatífica. La visión de Dios, como dice nuestra confesión de fe, el contemplar la faz de Dios. Al morir en esa vida, el cristiano va directamente a cielo, donde entra en una etapa mayor y más completa de comunión con Cristo. Hoy día tenemos comunión con Cristo. Él está en nosotros por su espíritu, pero al morir entramos directamente a su presencia. Eso hace referencia principalmente al desfrute de cristiano, de la comunión con y vista de Dios. Eso es lo que llenaba a Pablo de ansias y deseo de morir, diciendo que era mejor morir y estar con el señor en Filipenses 1 23. Esa es la bendición más grande y lo que hace la muerte lo más soportable. Podemos morir ahora como cristianos no en tristeza y lágrimas, sino con gozo. Por fin voy a cerrar mis ojos en esta tierra y abrirlos en. La presencia de mi señor muere aquí y se despierta ya para recibir la mano de su señor. Diciendo bienvenido, te he estado esperando. Mirar cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Amados, ahora somos hijos de Dios. Ya, ya somos hijos de Dios. Pero aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Todavía no. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como es. tal como es el Dios grandísimo y lleno de gloria. Como hemos visto también, según el Corintios 5 6 a 10, hablando de que ser ausente aquí del cuerpo, somos presentes con el Señor, con los ancestrales también dice si pues habéis resucitado con Cristo, buscar las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la diestra de Dios, poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto ya y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Y cuando Cristo vuestra vida se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Ya son resucitados con Cristo, entonces ya viven con sus mentes arriba y esperen que un día serán manifestados en la gloria de Cristo. La salvación que Cristo tiene planificada para sus elegidos es la salvación que está en Cristo Jesús con gloria eterna, dice Simón de Timoteo 2. Y la gracia de Cristo nos ha enseñado esto a vivir en este mundo, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo. También el libro de Apocalipsis describe esta nueva creación, esta gloria celestial como un lugar donde no hay necesidad de sol, porque el cordero mismo es la lumbrera. Andaremos a la luz de su gloria todos los días, como hoy disfrutamos del sol tan bonito de hoy. Allá será siempre el calor de la presencia de Cristo, que besa nuestro piel y nos da el gran disfrute de siempre estar con él. Es precisamente este punto, la gloria de Cristo, que hace esta conferencia tan imposible. Porque describir lo hermoso de Cristo. Condensar una eternidad de deleite y gloria en 45 minutos. Imagínate. Ni la décima parte, ni cerca de un centavo de lo que hoy vamos a disfrutar, te puedo dar hoy. Pero otros lo han hecho un poco mejor que yo. Entonces aquí son algunas palabras del puritano John Flamel citando a otro puritano Samuel Rutherford. Dice algo, escuchen lo que dice. Es una consideración especial para realzar el amor de Dios al dar a Cristo, que al darlo dio la joya más rica de su gabinete, una misericordia del mayor valor y del valor más inestimable. El cielo mismo no es tan valioso y precioso como lo es Cristo. Él es la mejor mitad del cielo, y así lo consideran los santos en Salmos 73, 25. A quien tengo en el cielo sino a ti. diez mil mil mundos, dice uno tantos mundos como pueden contar los ángeles y luego como pueden multiplicarse un nuevo mundo de ángeles. No serán todos el grueso de una balanza para pesar la excelencia, el amor y la dulzura de Cristo. Oh, qué hermoso, qué único, qué excelente, encantador y deslumbrante es Cristo. Pongan la belleza de diez mil paraíso. como el jardín del Edén, cada uno, en uno solo. Pongan todos los árboles, todas las flores, todos los olores, todos los colores, todos los sabores, todas las alegrías, toda la dulzura, toda la hermosura en este mundo. Oh, qué cosa excelente sería eso. Y sin embargo, sería menos para ese hermoso y queridísimo Cristo bien amado, que una gota de lluvia para todos los mares ríos, lagos y fuentes de diez mil tierras. Cristo es la maravilla del cielo y la maravilla de la tierra. Esa gloria, mis hermanos, es lo que te espera. Ver a ese Cristo, lo más hermoso que nunca ha existido. No hay nada que se puede comparar con Cristo. No hay palabras lo suficientemente elocuentes en lengua humana para describir la gloria de Cristo. Thomas Goodwin dice que el cielo mismo sería como un infierno si Cristo no estuviera ahí. El ver la gloria de Dios entrar a la perfección de su comunión es lo más hermoso del cielo. El esperar esta visión de Cristo es como los novios esperando el día de sus bodas. Se acuerda del día en que se casó. Qué ansias, ¿cierto? Qué mariposas en su barriga. Así es el cristiano. Se acerca el día en que voy a ver a mi amado. Él es mío y yo soy suyo y pronto voy a estar con él. Quiero darles algunas razones. Quizás usted no es cristiano y dice ver a Cristo. Por qué? Aquí son algunas razones para aumentar su expectativa. En primer lugar, Dios es lo más hermoso que hay. Toda la creación con todos sus hermosuras, bellezas, joyas, riquezas, dulzuras, felicidades y placeres es un brillo de la gloria divina. Dios ha creado todo el mundo para proclamar su gloria. Si alguna vez usted haya disfrutado de una rica comida, una rica carne asada, eso es sólo una muestra de la gloria divina. Si alguna vez ha disfrutado de la comunión con seres queridos y el gozo de encontrar de nuevo con un ser querido después de un largo alajamiento, eso es sólo un brillo de la gloria divina. Si alguna vez has sentido lo más amado y más querido en toda tu vida por una esposa o una esposa, eso es sólo un brillo de la gloria divina. Si alguna vez has visto un atardecer que te quitó el aliento y te quedó asombrado, ¡qué hermoso! Es sólo un brillo, un destellito de la gloria divina. Todo lo que has disfrutado en esta vida es una señal. apuntándote a lo que es mejor. Son gotas tomadas del manantial mismo, que es Dios. Y puedes disfrutar en primicia hoy de esas cosas, pero que siempre te lleva de vuelta a decir, si ese mundo es tan hermoso, tan rico, tan dulce, cuánto mejor debe ser nuestro Dios. Dios es lo más hermoso, es Él que llena lo hermoso de este mundo. Es porque Él es hermoso que este mundo es hermoso. Es por eso que tu esposa es hermosa, porque Dios es hermoso. Es por eso que te encanta una rica comida, porque Dios es riquísimo. Salmo 16, 11, lo dice de esa manera. Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre. El Salmo 17, 15. En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia, estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza. Esa fue la esperanza que Hope tuvo también. En medio de gran aflicción, pudo decir, yo sé que mi Redentor vive y al fin se levantará sobre el polvo y después de desechar está mi piel y mi carne he de ver a Dios. O luego en Salmos 73, Me has guiado según tu consejo y después me recibirás en la gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en toda la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen, mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Aquí usa la palabra porción, la herencia que él espera, como los levitas, ¿cierto? Que no tenían una porción de tierra, para disfrutar porque su porción era servir en la casa de Dios. Es ese cristiano diciendo, no necesito una porción de esa tierra, no necesito un gran legado, una gran herencia, gran riqueza terrenales. Dame a Cristo. Incluso quítame, quita de mí este mundo. Está bien, tenlo, tenlo todo, pero dame más de Cristo y estaré satisfecho. Esa bendición es tan grande, en segundo lugar, porque para esto fuimos criados. A veces el deleite de algo es en qué proporción es conforme al diseño de algo. Y nosotros fuimos diseñados para Dios, criados a su imagen, para disfrutar de comunión con él. Entonces, cuando llegamos a la gloria, estamos cumpliendo a su máxima expresión. el propósito para el cual fuimos criados. ¿Cuál es el fin principal del hombre? Glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre, plenamente para siempre. La bendición y felicidad de esto es porque nuestro ser es diseñado para eso. El autor San Agustín dijo que fuimos criados inquietos y nuestra alma sigue inquieta hasta que encuentre su paz. en Dios. Ecclesiastes habla de que la eternidad fue creada dentro de nosotros y no podemos estar satisfechos con las cosas de este mundo. Si usted está viviendo ahora en pecado, te puedo asegurar que no te puede satisfacer. Porque tú fuiste creado para el Creador, no para las criaturas. Tu alma vale mucho más que todo lo que este mundo tiene que ofrecer. Porque tu alma fue criada para Dios. Y si tú estás entregando toda tu alma a las cosas de este mundo, solo te queda insatisfacción. Porque en Dios, y únicamente en Dios, tu alma se puede satisfacer. Porque fuiste criado para Él. Eso es lo absurdo de la idolatría. cuando cambiamos la gloria de Dios incorruptible por cosas criadas corruptibles. Un alma incorruptible, una alma inmortal, criada para disfrutar de comunión eterna con Dios, adorando polvo y ceniza. En el lodo de este mundo, cuando es criado para los palacios de gran rey, Otra cosa que hace esta bendición tan preciosa es la historia de la Biblia. ¿Cuántas veces la frase, hemos visto a Dios y no morimos, ocurre en la Biblia? ¿Cuántos, al ver algo de la gloria de Dios, tenían tanto temor de ver su gloria? Porque su gloria era tan hermosa, así derretía sus ojos en su cabeza. Incluso tan glorioso que los israelitas huyeron y se escondieron de la voz y de la vista de la gloria divina en el monte Sinai. Incluso que Moisés, el quien llegó más cerca de ver esa gloria, ni pudo ver toda la gloria. Y fue tan glorioso que su cara brillaba de la gloria, y tanto que los israelitas no podían soportar el brillo de su cara. ¡Cuánta gloria que hace todo lo demás brillar! como hemos dicho. Pero mis hermanos, en Cristo el camino está abierto, no al tabernáculo terrenal, donde casi nadie podía entrar en la historia del Antiguo Testamento, solo una vez al año. Pero Cristo en su carne ha abierto el camino plenamente, no al tabernáculo terrenal, sino al tabernáculo celestial mismo. directamente al lugar celestial, que es el gran modelo en base a lo que todo en este mundo es creado. Otra cosa que hace esta bendición tan preciosa es que está tan por encima del intelecto humano, tan por encima de nuestras palabras, de nuestros ojos, de nuestros oídos, que requiere una obra sobrenatural del Espíritu Santo para que nosotros podamos entender una pequeña parte de ella. Es tan glorioso que el Espíritu Santo tiene que iluminar nuestros ojos porque no son capaces de verlo. Nuestras mentes iluminarlas porque no son capaces de imaginar algo tan hermoso. Antes bien, como está escrito, cosas que ojo no vio, ni oído o oyó, ni han subido en corazón de hombre son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escondría a uno profundo de Dios. Requiere una obra divina para que mentes tan finitas puedan captar algo de la gloria celestial. Y espero que el Señor haga eso en sus corazones el día de hoy. Finalmente, en cuanto a esta bendición, algo que lo hace tan glorioso es que es el lugar preparado precisamente para nosotros. Alguna vez has ido a un lugar, a la casa de alguien, a una fiesta, y es obvio que no te quieren ahí. Empiezas a sentirte incómodo. Estás ahí y te están mirando loco. ¿Por qué está aquí? ¿No lo invitamos a él? Quizás algunos cristianos piensen que así van a sentirme, ¿cierto? Van a estar allí en un rincón tratando de esconderse para que nadie se dé cuenta que está realmente ahí. Y quizás comen algunas migajas. De vez en cuando salir de su hueco para comer algo que se cayó de la mesa porque sabe que no realmente debe estar ahí. Pero quiere disfrutar de algo. Cristo quiere que todos sus hijos estén ahí. Incluso oraba el día de su muerte. Horas antes de ir a la cruz, uno pensaría que estaría preocupado pensando, pues, tengo que soportar cosas tan terribles aquí en unos minutos. Pero, ¿sabes de qué estaba pensando? Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación, del mundo. Hijo de Dios, si tú has creído en Cristo, este versículo habla de ti. Está hablando de sus apóstoles y aquellos que han de creer en él por palabra de Dios. Esta palabra tiene que ver contigo. Cristo te ama a todos sus hijos y está orando al Padre. Guárdalos para que vengan acá. para que pronto puedan estar conmigo. Porque yo quiero que donde yo estoy, también estén allí contigo. El Padre, antes de la fundación del mundo, ha preparado un lugar para nosotros. Y por eso, no sea vergüenza de llamarse Dios de ellos. Imagínate eso. Con todo lo que hemos visto, tiene todo sentido en el mundo que nosotros quisiéramos estar con Él. que nosotros quisiéramos ver su gloria. Pero el Dios eterno, sublime, hermosísimo, quiere vernos a nosotros, quiere estar con nosotros. No sea vergüenza de llamarse el Dios de ellos, porque Él ha preparado una ciudad para ellos. Dios está preparando un lugar para llevarte ahí, a morar con él, para que seas santo y sin mancha delante de él. Nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. a lo cual os llamó mediante nuestro Evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Hijo de Dios, antes de la fundación del mundo, el Padre, Hijo y Espíritu Santo te escogió para que entres en este lugar y estés con Él por toda la eternidad. Es tu lugar, preparado para ti. Como vimos que Judas fue a su propio lugar, tú también tienes tu propio lugar. está en el seno de nuestro Cristo. Y Él nunca se avergonzará de ti. ¿Por qué lo salvamos a Él? A veces me siento así. Pero Cristo ama a sus hijos. Y no se avergüenza de llamarse Dios de noble materno. No se avergüenza de llamarse Dios de Javier Castro. No se avergüenza de llamarse Dios de todo creyente porque Él tiene un lugar preparado para ti. Y si Dios nos ha dado a Cristo, si nos ha dado de su gloria, ¿cuánto más pudiéramos pedir? ¿Estamos bien con eso? Pero este hecho es lo opuesto. Dios no dice, pues ya te di mi hijo, ¿por qué pedirías algo más? Sino dice, el que no escatimó a su propio hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, como no nos dará también con todas las cosas. Como si Cristo no fuera suficiente, como si sólo Cristo no estuviera suficiente para satisfacernos por miles de eternidades. Dios decide darnos mucho más en Cristo. Cristo no es sólo la mayor bendición en sí, es la manantial misma de todas las otras bendiciones. Y en primer lugar, voy a solo ir rápidamente por algunas aquí, porque creo que lo que ya hemos visto nos puede consolar para el resto de nuestras vidas. Pero en primer lugar, también nos va a librar completamente del pecado. Libres de la tentación, libres de la vergüenza, como nos dice el pastor. Como dice Sofonías 3 11, un texto que afirma lo que el pastor afirmaba ayer. En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que rebelaste contra mí. Y ya no entrará más la vergüenza. Ya no vendrá más el acusador de los hermanos. Ya no vendrán más esas lugurias y esas semillas de pecado en tu corazón. Ya no hay más peligro. Porque serés puro como Él. Nuestro gozo será completo. Cristo quiso que nuestro gozo fuera completo, y para eso Él ha preparado una morada para nosotros. El puritano John Flavel otra vez dice, será una visión plenamente satisfactoria. Dios será entonces todo en todo, y la curiosidad misma será satisfecha. El alma bienaventurada se sentirá dichosa, colmada, satisfecha en todo. Ah, qué felicidad la de mirar y amar, beber y cantar y volver a beber en la fuente de la más alta gloria. Y si en algún momento su ojo se desvía de una visión directa, una visión reflexiva, mirándose a sí mismo sobre lo que una vez fue, cómo fue forjado, cómo Dios lo preparó para su gloria, cuán maravillosamente distinguido por gracia especial de los que están aullando en llamas, mientras que él mismo está gritando en voz alta de júbilo en su lecho de descanso eterno. Y esto aún mucho más aumentará la gloria. Por eso Judas también dice aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría. Su gozo será completo. Otra vez, volviendo a la idea anterior, Si usted alguna vez haya sentido gozo en este mundo, saltado con gozo y dices, sí, por fin logré esa meta que tenía, alcancé ese trabajo. Esa mujer tan hermosa me ha amado y me ha escogido para su esposo y ha sentido gran gozo en este mundo. Ese es sólo un destellito del gozo de estar en la presencia de Cristo. También otra bendición. No simplemente el mayor tesoro de Cristo, pero Cristo nos ha prometido tesoros y recompensas en este mundo. Y uno quizás diría. Ah, pues eso no es para mí. Recompensas celestiales. Eso es para los misioneros, para los pastores, para los conferencias. Ellos tienen muchas recompensas. Qué dice Cristo? Si uno da incluso un vaso de agua fría a uno de esos pequeños, no a mí, no a un predicador, a un chiquito, a un recién nacido de Cristo, nunca perderá su recompensa. Cuántos de nuestros hermanos aquí nos han servido, no perderá su recompensa. Cristo será, aquí estoy yo, Y eso es suficiente. Perdirá aquí soy yo y todas las recompensas que te he guardado. Porque tú amaste a mis hijos. Tú amaste a los que son míos. Serviste a los míos. A aquellos que yo amo, tú les serviste en vida. Y ahora yo te sirvo a ti en muerte. El temor y la muerte se serán Temor. Ya no habrá más muerte. Escuchen este lenguaje. Este es uno de mis pasajes favoritos. Isaías 25, 6 a 9. Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétenos y de vinos purificados. Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos sus pueblos. Y el velo que envuelve a todas las naciones destruirá a la muerte para siempre. Y enjugará Jehová al Señor toda lágrima de todos sus rostros. Y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra. Porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día, E aquí, ese es nuestro Dios, le hemos esperado. y nos salvará. Este es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación. En ese gran día la muerte misma será tirada al lago de fuego. La muerte misma ya no nos atormentará. Otra bendición que viene junto con esto. ¿Cuántos hoy, aquí mismo, sufren de grandes dolores? a veces por la edad, a veces por cosas con las cuales nacimos. Cuántos dolores, tristezas, depresiones, ansiedades, pérdidas sufrimos en esta mundo. Pero Dios quitará toda enfermedad. Esos cuerpos corruptibles se vestirán de incorruptibilidad. Esa imagen de Fanny Crosby, qué hermosa imagen que usa el pastor ayer. Lo primero que mis ojos van a ver es la faz de Cristo. ¿Y cuántos aquí? Lo primero que voy a hacer con esas nuevas piernas es saltar por gozo delante del Señor y de arrodillarme para agradecerle. Cuántos dolores y enfermedades uno sufre aquí puede saber que Tenga por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria vinidera que nosotros ha de manifestarse. Por tanto, dice en otro texto, no nos desmayamos. Antes, aunque es de nuestro hombre exterior, se va desgastando y el interior, no obstante, se renueva de día en día, porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. Hoy yo sé que muchos de ustedes sufren dolores de corazón por pérdidas, dolores físicos por enfermedad. Un día todas esas lágrimas para ser enjugadas, todo ese dolor quitado, toda esa debilidad fortalecida, todo ese cansancio reposado. ¡Qué hermoso! Tener a Cristo es suficiente, tener a Cristo allí en mi lecho de muerte, estar allí como no poder moverme, no poder hacer nada, sería suficiente solo tener una vista de su gloria. Pero te han prometido también nuevas piernas, nueva fuerza, fuerza juvenil para saltar y correr y disfrutar de Cristo con toda la fuerza que este cuerpo pueda tener. Como si Cristo no fuera suficiente, así, Dios ha amado a sus hijos, que da lo mejor y de ahí le da también todo lo demás. ¿Y quieres saber una de las cosas más preciosas de todo esto? En ese día será una paz, una seguridad eternas. Eso no es un disfrute temporal. No es sólo una visa de Cristo y de ahí vas a morir. No es algunos días con Cristo y de ahí el enemigo va a venir y atacarte de nuevo. No es algunos años de disfrute de la gloria y de ahí Dios se va a acordar de tus pecados y echarte fuera y decir, no debería haberte salvado. No van a ser pocos días en esa gloria. Vas a estar allí como estás ahora. ovejas en sus manos a quienes nadie puede arrancar. ¿Nadie hoy te puede arrebatar de las manos de Cristo? ¿Cuánto más entonces? ¿Cuánto más cuando la muerte esté muerta? ¿Cuánto más cuando el enemigo satanás esté muerto? ¿Cuánto más cuando tus tentaciones sean derribadas y arrojadas al lago de fuego? Estarás seguro, más el Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayamos padecido un poco más de tiempo. Él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá. Qué esperanza, todo lo que yo he descrito por toda la eternidad, una vista perpetua de la gloria de Cristo. Libertad de pecado perpetuo. Cómo decirle hermano? En cuanto a los sufrimientos del infierno, sin fin, Cristo, mis hermanos, sin fin, pureza, sin fin, felicidad, sin fin, paz, sin fin, la gloria de los cielos y de los santos y los ángeles y los querubines y los serafines, sin fin, salud eterna y fortaleza en nuestros huesos, sin fin, lo más suculento de la nueva creación sin fin. Comunión eterna con Dios sin fin. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tripulación? ¿Angustia? ¿Persecución? ¿Hambre? ¿Desnudez? ¿Peligro? ¿Espada? Por causa de ti somos muertos todo el tiempo. Somos contados como ovejas de matadero. Esa vida es difícil, pero esa dificultad nos puede separar del amor de Cristo. Antes, en todas esas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos ha amado. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida. ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. Mis hermanos, esa es su herencia. Eso es lo que te espera. Espero que el Señor nos dé para poder decir con esa vista ¿Quién tengo yo en el cielo sino a ti? En esta tierra no hay nada que yo deseo fuera de ti. El Señor es mi porción. Ahí voy, quita de mí este mundo. Hágame sufrir en este mundo si quisiera. El Señor es mi porción y Él va a enjuagar toda lágrima y Él va a hacer todo dolor vale la pena. Volviendo a la idea evangelística al principio, si hoy crees en Cristo y llegas a ese lugar, te puedo asegurar, no serás decepcionado. No te estoy engañando. De hecho, vas a decir, me engañó, fue aún mucho más glorioso de lo que decía. No te estoy dando una trampa un lazo para hacerte daño. Cree en Cristo y nunca serás desilusionado. Oremos mis hermanos. Gracias al Señor por Cristo. Gracias por tu gran amor eterno que nos ha elegido por tanta gloria antes de la fundación del mundo. Consuela a tu pueblo con esas palabras que pueden luchar un poco más fervientemente contra el pecado. un poco más de perseverancia, un poco más de consuelo en las ansiedades y en las aflicciones. Y salva a los perdidos para que ellos también puedan decir, el Señor es mi porción. En el nombre de Cristo, el gran Mediador, la gran joya que esperamos. Amén.
Sesión 6 Las Bendiciones del Cielo Pr. Taylor Walls
Series Conf. El Cielo y El Infierno
Conferencia 2024 El Infierno y el Cielo, Realidad o Fantasía
Sesión 6 Las Bendiciones del Cielo Pr. Taylor Walls (Septiembre 8)
Sermon ID | 916241837354845 |
Duration | 40:30 |
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Category | Conference |
Language | Spanish |
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