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Dice, Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndolos exhortado y abrazado, se despidió y salió para irse a Macedonia. Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia. Después de haber estado allí tres meses y siéndole puestas acechanzas por los judíos para cuando se embarcara para Siria, tomó la decisión de volver para Macedonia, y le acompañaron hasta Asia, Zopater de Berea, Aristarkos y Segundo de Thessalonica, Cayo Perdón, Gallo de Derbe y Timoteo, y de Asia, Tiquico y Trófimo. Estos, habiéndose adelantado, nos esperaron en Troas. Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos a Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete días. Hasta ahí nada más, hermanos. Cuando leemos una porción de la escritura es como esta debemos de poner atención. ¿De quién está hablando? En este caso es Lucas que está narrando los eventos. ¿De quién está hablando y qué de esa persona? ¿Qué es lo que esa persona está haciendo? En primer lugar vamos a ver los versículos número uno al versículo número tres que son una oración que nos muestra que la obra debe de ser algo que se debe de hacer de continuo. La obra del Señor Jesucristo debe de ser continua en nuestras vidas. No existe tal cosa como que, por ejemplo, hoy yo sirvo como maestro de escuela dominical, ya serví 5 años, voy a darme un break de 20, un descanso de 20 años. O yo ya serví 10 años, ahora me retiro y que sirvan otros. No, la obra del Señor Jesucristo es continua. Noten ahí en los versículos 1 al 3 y comenzamos en el 1 donde dice después que cesó el alboroto. Llamó Pablo a los discípulos y habiéndoles exhortado y abrazado se despidió y salió para ir a Macedonia. En primer lugar lo que vemos al apóstol Pablo aquí después de los eventos que están ocurriendo, que es un alboroto, Él busca encontrarse con la iglesia, reúne a los discípulos y se después que cesó el alboroto. Esto se refiere a los plateros que hacían figuras del templo de la diosa Diana o Afrodita. que ellos hicieron un alboroto porque la predicación de Pablo había ganado tantas personas para el cristianismo que muchos estaban dejando de comprar las figuras de plata que hacían esos hombres y el negocio estaba siendo afectado y como una gran protesta se fueron contra Pablo porque querían matarlo, querían lincharlo. Pero aquí nos dice que por la gracia de Dios cesó el alboroto. Aquel gran ruido, aquella gran confusión cesó. Y Lucas nos dice que después de que pasó ese alboroto, ¿no dice que Pablo se retiró por temor? Vean cómo reaccionó Pablo al alboroto. No dice que se escondió por algún tiempo. No dice que se dejó dominar por el temor de perder la vida. Dice, llamó Pablo a los discípulos. No se atemorizó, él continuó y llamó a los discípulos No para decirles hermanos sería bueno Que cada uno de ustedes se vaya a sus casas Que tengan un perfil bajo durante algunos días Porque la cosa está muy difícil No, dice ahí que Pablo llamó a los discípulos Dice y habiéndolos exhortado La primera cosa que hizo Pablo es exhortar a los discípulos ¿Por qué los exhorta? Los exhorta para que ellos sigan su ejemplo. Los exhorta para que a pesar de la oposición que iban a experimentar ahí en Éfeso, no dejaran de perseverar en la obra. y aquí es importante porque cuando vemos nosotros esta palabra exhortar ya la hemos estudiado aparece 22 veces en el libro de los hechos y la palabra es una palabra muy importante que es en griego la palabra paracaleo de donde viene la raíz que se utiliza para el Espíritu Santo, paracletos Y la idea de Paracaleo es venir a estar a un lado de la persona y exhortarla, apoyarla, animarla a tomar un curso de acción y perseverar. Entonces Pablo les dice, hermanos, no se desanimen hermanos no paren de congregarse hermanos no se amedrenten por la persecución ustedes tienen que perseverar y esta palabra ya la hemos visto por ejemplo en el libro de los hechos quiero ver tres ocasiones en las que se usa en hechos capítulo número 2 en el versículo número 40 Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba diciendo, sed salvos de esta perversa generación. Pedro está predicando el mensaje del evangelio y está exhortando a aquellos que habrían de creer en Cristo a que fueran salvos y se escaparan de esa perversa generación. ¿Qué le está diciendo? Créanle al Señor Jesucristo, escápense de esta perversa generación. Ahora en el mismo Libro de los Hechos, en el capítulo número 8, en el versículo número 31, Hechos 8.31. Y le dijo, ¿y cómo podré si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. Aquí vemos que un hombre etíope viene leyendo la escritura del profeta Isaías, lo que conocemos como el capítulo 53. Y Felipe se acerca al carro y le habla del evangelio. Pero en el versículo número 31 se utiliza la palabra para caleo. Y dice el versículo, Y cómo podré si alguno no me enseñare. Y ve la palabra y dice, Y rogó a Felipe. Y rogó a Felipe. Es decir, le pidió, le insistió. Él tiene que ver con exhortar. Le dijo, ven, apóyame, ayúdame. Otro uso de la palabra está en el capítulo número nueve, en el versículo número treinta y ocho. Capítulo nueve, versículo treinta y ocho. Y como Lidia estaba cerca de Job los discípulos, oyendo que Pedro estaba ahí, le enviaron dos hombres y otra vez a rogarle. No tardes en venir a nosotros. Entonces esta palabra se utiliza de esta manera y lo que está haciendo aquí Pablo es rogar a los hermanos, animar a los hermanos, exhortar a los hermanos y este es el trabajo hermanos de todo pastor y es el trabajo de todo creyente. Cada uno de nosotros nos debemos de exhortar los unos a los otros. Oye, hermano, ¿qué libro estás leyendo de la Escritura ahorita? Fíjate que tengo días que no leo la Palabra de Dios. No, te animo, mira, comienza con un libro pequeño, Filemón. Es un libro que tiene un solo capítulo, lo comienzas y lo terminas, y te va a dar ganas para seguir leyendo. ¿Y qué otro libro leo después de eso? Léete Filipenses, tiene solo cuatro capítulos. Y después de eso, Gálatas, tiene solo seis. hasta que vayas agarrando condición y después empiezas con otro libro más grande. Está exhortándole a tomar un curso de acción. Y aquí es lo que está haciendo Pablo con los discípulos, exhortándoles a que sigan. Entonces, según Lucas, Pablo los reúne para una asamblea para exhortarlos, para animarlos a que continuaran valerosamente siguiendo a Cristo a pesar de las circunstancias, a pesar del enfrentamiento que tienen aquí. Ahora, noten hermanos algo importante ahí mismo en el versículo número uno. Dice, y habiéndolos exhortado y abrazado. Esto tiene que ver con el amor de Pablo para con la iglesia. Les mostró afecto. Y estas dos cosas siempre van de la mano. La exhortación no es bueno que siempre vaya sola, porque puede parecer dura, ruda. Pero cuando nosotros a un hermano le damos una exhortación y le animamos a hacer algo, es algo hermoso. Yo no sé si ustedes se dieron cuenta, el domingo el pastor Larry le dio un beso al hermano Héctor, dando un ejemplo de cómo dos hermanos se piden perdón y cómo se reconcilian y se piden perdón y luego se abrazan y una buena ilustración para nosotros. Y los hermanos así hacemos, tenemos un afecto. Lucas nos dice aquí que Pablo los abrazó y se despidió porque Pablo amaba a la iglesia como pocos individuos aman la iglesia. Él es uno de los que podemos ver en el Nuevo Testamento que realmente amaba a la iglesia. Miren un ejemplo en Gálatas capítulo número 4, en los versículos número 19 al 20, dice, Los gálatas se habían alejado del evangelio. Estaban yendo en pos de otro evangelio que no es el evangelio. Un evangelio de fe en Jesucristo, pero también de obras. Y Pablo lo está exhortando aquí y les dice, no se vayan en esa dirección, cambien de dirección, vuelvan hacia donde estaban. Otro ejemplo de ese amor entre creyentes se encuentra ahí mismo en Hechos capítulo número 20, Cuando Pablo llama a los ancianos de Éfeso que se encuentren con ellos en Mileto y en el capítulo 20 versículo 36 al 38 dice, cuando hubo dicho estas cosas se puso de rodillas y oró con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos. Y echándose al cuello de Pablo le besaban, diciéndole en gran manera, perdón, doliéndose en gran manera por la palabra que dijo de que no vería más su rostro. y la acompañaron al barco. Estos hombres amaban a Pablo. Pablo los amaba a ellos. Y si hay una característica hermosa en la vida de la iglesia es que los hermanos los amemos los unos a los otros. Hermanos, de nada sirve ser miembro de una iglesia si uno no tiene amor para con los hermanos. No importa cómo son. No importa. Y este amor es algo así parecido como el que uno tiene por sus hijos. hermanos nosotros amamos a nuestros hijos no importa cómo sean no importa si los exhortamos no nos deshacemos de ellos tengo un amigo pastor que su esposa dice que llega a la casa su esposa le dice estoy cansada dijo ya me tienen cansada estos muchachos y le dijo él pues si quieres escógete de los cuatro unos dos y nos deshacemos de dos no como crees no nadie se quiere deshacer de sus hijos Entonces no podemos decir nosotros en la iglesia, mira si tan solo fuéramos fulanito, sutanito y perenganito la iglesia se iría bien. Ah que bueno sería que se fuera fulano y sutano. No hermanos, no es así, no es así. Todos estamos en un proceso de crecimiento, de conformarnos a la imagen de Cristo. Y debemos de entender eso, que unos van más rápido, otros somos medio lentos, y otros súper lentos, pero en todos está obrando Dios. Solamente piense cuando vea a ese hermanito problemático, o que no le cae bien, o que tiene actitudes que no le gustan, piense que un día será conformado a la imagen del Señor Jesucristo. porque será conformado la imagen de Cristo. Entonces hermanos, damos aquí el amor de Pablo por la iglesia. Él realmente ama a la iglesia. Y luego dice en nuestro versículo ahí mismo que él va a irse de entre ellos para la región de Macedonia. Su partida es para la región de Macedonia donde se va a encontrar con otros hermanos. Noten ahora hermanos que Pablo No pierde tiempo. Él no se detuvo para continuar evangelizando. Dice el versículo, miren, vean la dinámica del versículo. Dice, después de que cesó el alboroto, o sea, luego, luego, llamó Pablo a los discípulos y exhortándoles, y exhortando, habiéndolos exhortado, los abrazó, dice, y se despidió y salió. Noten el ritmo de las palabras. Es como un tren que no para. Salió para irse a Macedonia. Pablo no perdió tiempo. No se detuvo por la oposición. No se detuvo. Él continuó evangelizando. Esto es admirable. Este es un hombre que tiene un objetivo en mente y no va a parar. No se va a detener. No se va a detener. ¿Por qué? Porque es un hombre que quiere llegar a un lugar. Y quiere ser encontrado en Cristo fiel. Entonces después de que reúne a los hermanos, vemos aquí a Pablo que les dice que él va a partir para Macedonia. Y Pablo hermanos, era un hombre que no oía el conflicto, no era cobarde, sino más bien era un seguidor de Cristo que estaba dispuesto a dar su vida por el Evangelio. Ya había pasado mucho tiempo en Éfeso invirtiendo su vida, guiando a los hermanos, enseñándolos, animándolos, equipándolos, y él nunca dejó de trabajar. Y esto es algo, hermanos, que nosotros lo vemos, por ejemplo, vean cómo él describe su tiempo entre los hermanos cuando llama a los ancianos, a los ancianos ahí a la isla de Mileto. Capítulo 20, versículo 17. enviando pues desde Mileto a Éfeso y su llamar a los ancianos de la iglesia. Estos son los ancianos de la iglesia de Éfeso. Cuando vinieron a él les dijo, vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor, y escucha esto, con toda humildad y con muchas lágrimas y pruebas que me han sobrevenido de las acechanzas de los judíos. Y como nada que fuese útil, he rehuido de anunciaros y enseñaros públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora, he aquí ligado yo en espíritu voy a Jerusalén sin saber lo que allá me ha de acontecer, salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero vean lo que dice el versículo 24. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo. con tal que acabe mi carrera con gozo y el ministerio que recibí del Señor Jesús para darte simonio del evangelio de la gracia de Dios hermanos este versículo número 24 es un versículo que podríamos decir que es el himno de vida de Pablo es su marcha Es como la marcha que tiene un país para ir adelante. Es su himno personal. Ya ve que todos los países tienen un himno nacional, ¿verdad? El de México, mexicanos al grito de guerra. Pero aquí Pablo dice, de ninguna cosa hago caso, no estimo preciosa mi vida para mí mismo. Esto, hermanos, es lo opuesto de la sociedad en la que nosotros vivimos. Lo opuesto. Este mundo se considera demasiado valioso a sí mismo. Todo mundo dice que su vida es una vida valiosa y maravillosa y que tiene mucho que dar a este mundo. Mis amados hermanos, no debemos de considerar nuestra vida como una cosa valiosa. Consideremos el evangelio como algo valioso a llevar a pesar de que nuestra vida se acabe llevando el evangelio. Lo valioso es llevar el evangelio, no nosotros. Es como por ejemplo, ustedes han visto en las películas de vaqueros antiguas la carroza esa que se llama el Fargo, ¿verdad? Y el fargo no tiene valor en sí mismo. Lo que tiene valor es lo que lleva al fargo, lo que va acarreando. Pueden ser documentos, pueden ser oro, pueden ser dólares. Eso es lo que importa. Y si en nuestro camino como creyentes se nos rompe una llanta y nos pone una nueva y nos pasa algo en nuestra carrocería, nos acabamos, nos avejentamos y terminamos como una carreta vieja, al terminar con tal de que ya hemos llevado el tesoro que se nos encomendó llevar. Eso es lo que importa. Y eso es lo que Pablo está haciendo aquí. Por eso Pablo está exhortando a los hermanos. Él va a Macedonia. Macedonia era el hogar de las iglesias donde encontramos a los filipenses, tesalonicenses e iberéa. Esas tres ciudades. Filipos, tesalónica e iberéa. Y Pablo continúa predicando el evangelio en esa ciudad. Por alguna razón Pablo con frecuencia regresaba a donde había estado antes con el ánimo de exhortar a los hermanos, de animarlos, de asegurarse que estuvieran perseverando. Este hombre, este misionero, Pablo, nunca se reunió con la iglesia para expresarles de que ahora él se iba, los dejaba ahí en Éfeso, pero los exhorta a que sigan perseverando. Versículos 2 y 3. El ministerio, perdón, el ministerio del misionero. Vean cómo esos versículos describen su trabajo. Dice, y después de recorrer aquellas regiones, Pablo recorrió las ciudades que acabo de mencionar. la ciudad de Filipo, Tesalónica, Iberia. Él ha recorrido ese lugar de haber estado ahí tres meses y siéndole puestas acechanzas por los judíos para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver para Macedonia. Vean ahí hermanos el versículo número 4, perdón, versículo 3, hasta ahí terminamos. Vean en primer lugar, 2, 3, 4 son importantes. En primer lugar, el recorrido de su trabajo, dice, y después de recorrer aquellas regiones. Esto ocurre alrededor del año 60 después del Señor Jesucristo. Y Él recorre las regiones y posiblemente hay algunos versículos que nos ayuden a entender todo esto. Versículo 6 dice, Y nosotros, pasado los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipo y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas donde nos quedamos siete días. Estas son las regiones de esa área que ya mencioné, Macedonia y las ciudades que están circunvecinas ahí. Y noten que Pablo hacía lo mismo a dondequiera que iba. ¿Qué hizo en el versículo número dos? Y exhortarles con abundancia de palabras. ¿Qué es lo que hacía? Pablo llegaba a una región donde ya había predicado el evangelio y ¿qué les hacía hermanos? Les exhortaba. Les hacía lo mismo en todas partes. No cambiaba. Pablo no era un hombre que hoy está haciendo una cosa, mañana hace otra, pasado mañana hace otra y está siempre cambiando. Y dicen, es que yo vivo de etapa en etapa. Ahora las cosas son diferentes. Por ejemplo, hace muchos años un hombre que se llama Ed Silbozo. Si lo escuchan, no lo escuchen, no es un buen maestro. Tiene predicación en español y en inglés. Es un hombre, creo que es de origen argentino, pero este hombre predica mucho en inglés. Y Ed Silbozo tenía una serie de enseñanzas que se llamaba ¿Cómo atar al hombre fuerte de tu ciudad? Todo era supuestamente puro guerra espiritual. Yo escuché una serie de cassettes, estamos hablando hace más de 25 años, y por alguna razón me volví a encontrar con Ed Silboso, no que lo encontré personalmente, sino que lo vi en YouTube, y pues es el mismo Ed Silboso, con la misma enseñada, pero con otro paquete diferente. Y hermanos, son hombres que siempre están cambiando, siempre están cambiando. Y aquí vemos a Pablo, radicando el mismo evangelio, de la misma forma y exhortando siempre. Y luego Pablo no era como esos que... que dicen hoy en día mira hay que predicarle a la iglesia un mensaje de 25 a 30 minutos porque el alcance de atención de la iglesia no es tan grande la gente hoy no te puede escuchar más de 25 minutos entonces predícales un mensaje cortito no era así Pablo vea lo que dice ahí y exhortándoles con que hermanos con abundancia de palabras si ustedes leen todo este capítulo 20 un muchacho se le duerme y se cae del tercer piso y muere, y Pablo lo resucita. ¿Por qué se durmió? Porque el mensaje era largo, hermano. El mensaje pudo haber sido, dice que fue toda la noche prácticamente. No eran mensajes de una hora, ni de hora y media, de horas. Y la gente escuchaba, escuchaba, y Pablo tenía mucho que decir y mucho que exhortar. Y esto nos habla no solamente de su ministerio, sino de la necesidad que usted y yo tenemos de ser exhortados. ¿No es así, hermanos? Tenemos una gran necesidad de ser exhortados. Hermanos, no dejen nunca de exhortarse unos a otros en la familia, en la iglesia, aquí entre los creyentes, y unos para con otros. Aunque cuando exhortamos a nuestros hijos, nos dije, sí, sí, ya me dijiste lo mismo, son a veces medio rebeldones, no quieren escuchar, pero dígaselos y vuélvaselos a decir, y sígaselos diciendo, y no importa cómo reacciones, sígaselos diciendo, sígaselos diciéndole, Como dice la verdad la palabra de Dios y con amor, con paciencia. Dígales, no importa. Seguirles diciendo lo mismo porque es nuestro trabajo exhortar. Y cuando dice aquí con abundancia de palabras, vean por ejemplo, en el versículo número 7, capítulo 20, versículo número 7. El primer día de la semana reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo enseñaba. Y habiendo de salir al día siguiente, Dice, y alargó el discurso hasta la medianoche. Qué bárbaro, ¿verdad? Alargó el discurso hasta la medianoche. Era tremendo. Bueno, esto quiere decir que la gente quería escuchar. Versículo número 11. Después de haber subido y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba. Y así salió. O sea, hermanos, toda la noche estuvo hablando. Toda la noche. Hay necesidad. Por eso es necesario. de que nuestros sermones no sean sermones cortitos. Hay una frase que se utiliza para decir sermonetes para cristianetes, ¿no? Sermonete para cristianetes, para aquellos que no son cristianos, que quieren nada más algo rapidito, así empáquetalo bien, bonito, que no tenga mucho contenido, que me diga lo que yo quiera escuchar. Vámonos. No, hermanos. Yo entiendo que tenemos que manejar un horario y todo, pero un mensaje de una buena hora, de una hora a diez minutos, es necesario. Apenas se le calienta la garganta al predicador en una hora, déjalo que siga hablando. El caso de Pablo, pues, se le calentaba la garganta en una hora, por eso tenía que seguir hablando hasta la madrugada. Vean ahí, hermanos, en el capítulo Otros pasajes, quiero salir de Hechos. Hay muchos versículos en Hechos que tienen que ver con esto de exhortar. Pero vamos a ver Colosenses 1.28. Libro de Colosenses, acuérdense que está Efesios, Filipenses y luego Colosenses. En Colosenses capítulo número 1, en el versículo número 28, Colosenses 1.28, Dice, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, más para vosotros es salvación, y esto de Dios. Hablando del mensaje del evangelio, los que se oponen al mensaje y no les importa, no quieren saber nada, Pero ellos, los creyentes, es un mensaje de salvación. Es un mensaje que debe de ser escuchado. Vamos a ver, hermanos, aquí. Perdón, hermanos, otro versículo. Leí el versículo equivocado. Ahorita vamos a volver a este, pero me adelanté a otro versículo. Coloses 1, 28. Dice, a quien anunciamos amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre en toda sabiduría a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre. O sea que es el ministerio de el hablar con abundancia de palabras. No quiere decir hermanos que una persona se pare frente a una congregación y hable como un merolico. ¿Conocen los merolicos hermanos? En las grandes ciudades hay mucho merolico que vende agua milagrosa, ¿no? Y es unas botellitas de aguas de colores, mire señora, compre esto, si a la niña le duele el estómago, si al niño tiene lombriz, si al niño le está cayendo el cabello, todo locura. Y las personas en su necesidad compran esas cosas. Es triste. Eso es muy triste. Yo lo llegué a ver en mi propia familia. Yo estuve enfermo con un dolor en mi estómago por mucho tiempo. Y mi madre me llevó con una señora Era doctora, pero no era graduada, era doctora, no sé doctora en qué, era doctora, ¿no? Y la doctora me pasó a su consultorio, que era su casa, me presionó el estómago fuerte, oh, tienes esto, y me dio una botella, que era una botella de una caguama vacía, ¿ustedes saben qué es una caguama vacía, verdad? Una cerveza, oscura, le quitan la etiqueta, la lavan, y con un corcho lo tapan, y el agua es amarga. Entonces, a mi mamá, no sé qué tenía, le di una botella de agua amarga. Y le digo a mamá, mamá, ¿a qué sabe tu agua? Amarga, horrible. ¿Y la tuya? Igual. Era la misma agua, hermanos. Era la misma agua, con un pezito de madera que seguramente le producía eso, ¿no? Nuestros dolores siguieron. Pero, hermanos, volviendo a mi punto, porque ya me estoy saliendo. Mi punto es que no es una abundancia de palabras de hablar por hablar. Noten lo que acabamos de leer aquí. En este versículo, en Colosenses dice que enseña con toda sabiduría y en toda ciencia la predicación de la palabra del Señor. Entonces aquí volvamos a nuestro versículo, Hechos 20. Dice, después de haber estado allí tres meses y siéndole puestas acechanzas por los judíos, aquí Pablo se encuentra con que su predicación tiene resistencia. Después de tres meses Pablo vuelve a experimentar la resistencia de los judíos como lo hacía en cada ciudad. Y esta palabra resistencia es una palabra que se traduce en otras porciones de la escritura como un complot, un complot. Y es una palabra que tiene que ver un plan contra alguien, es decir, un complot de acecho. Esta palabra nos dice que los judíos planeaban hacerle daño a Pablo. Dicen, mira, déjalo que se embarque y ahí en el barco le vamos a dar corte de cuello. Lo aventamos al mar y quién sabe dónde quedó Pablo. Tenía esos planes malvados para matarlo. Quizás quería matarlo en el barco y tirarlo al mar y nadie se iba a dar cuenta de Pablo, pero Pablo se da cuenta de que hay un complot para matarlo. Ya había antes él escapado de las agitaciones de los judíos y ahora el Señor le permite saber que los judíos cambian su estrategia esta vez. Y ahora lo que quieren hacer es apresarlo en el barco para deshacerse de él. Ahora hermanos, ven ahí otra vez el versículo, versículo 3, dice, después de haber estado ahí tres meses y siéndole puestas acechanzas por los judíos para cuando se embarcase para ir a Siria. Ahora, ¿qué hace cuando Pablo se da cuenta? Toma la decisión de volverse para Macedonia. Ahora hermanos, esto no es cobardía, esto es sabiduría. Si usted está frente al toro y el toro viene de usted para embestirlo con los cuernos, no se crea el Paquiri. Paquiri era un torero, para los que no sabían. No se crea el paquirri, corra, huya por su vida, escápese, escápese. Y Pablo lo que está haciendo aquí, Dios usó algunas personas para que Pablo supiera lo que debe pasar y lo que él hace es irse, es escaparse. Él hace un reajuste del trabajo. No para, no cesa de hacer lo que está haciendo, simplemente hace un reajuste. Y hubo momentos en los que tuvo que reajustar su agenda de viaje y moverla a otro lado. Pero una cosa hizo Pablo, él se mantuvo concentrado en su misión siendo fiel a su Señor. Y eso es lo que importa. Versículo 4. Mi segundo punto son los versículos 4 al 6, donde vemos los acompañantes de la obra. Este es un cuadro hermoso, hermanos. Este es un cuadro hermoso Porque no hay nada más hermoso en la vida cristiana que tener compañeros para servir al Señor. Es algo hermoso. Dice el versículo número 4, nos escribe la gente del ministerio de Pablo. Dice, y la acompañaron hasta Asia, Zopater de Berea, Aristarco y Segundo de Tesalónica, Gallo de Derbe y Timoteo de Asia, Tiquico y Trófimo. Noten hermanos que Pablo tiene compañeros de todas las ciudades donde él ha predicado el evangelio. O sea que llegaba a un lugar y de ahí se le pegaba uno. Sin contar a Lucas que él se va a mencionar, se incluye en la narrativa un poco más adelante. Pero vemos aquí los compañeros de viaje de Pablo. Ellos venían de diferentes provincias en las que Pablo ya había predicado. Y esos hombres pudieron ser los representantes oficiales de las iglesias donde ya se habían establecido en esos lugares. Eran hombres escogidos por Pablo, eran representantes de un verdadero cristianismo. Y Lucas nos dice que esos hombres eran de diferentes lugares. Vamos a empezar con el primero, Sopater. ¿Cómo? El acento es S-O y tiene acento es Sopater, ¿verdad? Sopater. Sopater. Bueno, éste era de la ciudad de Verea. ¿Se recuerdan cómo eran los creyentes de Verea? ¿Sí? Los vereanos. Amaban las Escrituras. Éste era un hombre que amaba las Escrituras. Éste hombre era de Verea. Después viene Aristarco y Segundo, que eran de Tesalónica, tesalonicenses. ¿Ven el nombre Segundo, hermanos? ¿Saben por qué se llamaba Segundo? Porque éste había sido un esclavo. A los esclavos les daban números y a este, en alguna forma, alguno tenía 20 esclavos, le puso hasta el segundo. Y por eso se llamaba Segundo, porque este fue un esclavo. Y viene de la región de Tesalónica. También viene Gallo, que es de Derbe. Timoteo, que se lo encuentra en su viaje en listra. Y este era un compañero fiel de Pablo. También viene Tiquico y Trófimo, que ellos eran de Asia. Entonces, vemos aquí un grupo de compañeros hermanos que según leemos, por ejemplo, en Hechos 21-29, Trófimo era de Asia y era también compañero de Pablo. Pero aquí el punto, hermanos, es que esos eran hombres que estaban dispuestos a dar su vida por el Evangelio. Estos eran fieles compañeros, eran hombres con los que Pablo podía confiar. Y esto nos muestra también que el ministerio no es algo que se hace a solas. Uno tiene que tener sus compañeros del ministerio. Yo no sé si ustedes se dieron cuenta el domingo, pero el domingo creo que tuvimos una muy linda experiencia de que yo estoy enfermo y yo no podía hacer la cena del Señor por cuestiones de higiene también. Y Larry lo hizo, y fue una experiencia hermosa. A mí me llenó de gozo verlo, cómo explicó las cosas, cómo dijo las cosas. Y Larry es una persona muy especial, y él es un buen compañero. Yo conocí a Larry, ¿cuánto hace, Rodolfo, que lo conocemos? Ya hace muchos años, como 16 años, ¿no? unos 15 años, 15, 16 años. Y yo nunca pensé que íbamos a trabajar con Larry juntos, jamás pensé en eso, pero el señor ordenó las cosas y parece que como él ya no va a volver al campo misionero por cuestiones de la salud de su mamá y la edad de él y también que está expulsado de China, se va a quedar por acá y ha decidido quedarse entre nosotros y le damos gracias al Señor por él. Yo amo al Pastor Larry, es un hombre que no le va a ocultar nada, se lo va a decir claro, como se puede decir las cosas, va a confrontarlo, pero lo hace con amor, Entonces es un hombre que vale, vale. Y cuando leo los nombres que tenemos aquí, uno se puede identificar con esos hermanos, ¿no? Sin contar a los diáconos de nuestra congregación, a los cuales también amo y valoro profundamente. En el versículo número 5, hermanos, dice, estos Habiéndose adelantado, nos esperaron en troas. Noten cómo esos van como una especie de avanzada. Van adelante a ver qué es lo que está ocurriendo. Y aquí hay algo importante gramaticalmente que es bueno subrayar. Es bueno subrayar, y si usted tiene una Biblia de Estudio MacArthur, yo tomé una nota de ahí que dice de la siguiente manera. El pronombre plural en primera persona revela que Lucas volvió a encontrarse con Pablo en Filipos, versículo 6. Como gentil pudo quedarse a ministrar el lugar después de que Pablo y Silas fueron forzados a salir. Hechos 16, 20, 39 y 40. Este versículo comienza el segundo de los tres pasajes donde Lucas incluye a nosotros, en lo que Lucas acompañó a Pablo en sus viajes misioneros. Es importante esa nota, hermanos, porque cuando leemos ahí, dice, noten otra vez el versículo, dice, dice, estos habiéndose alantado, nos esperaron en Troas. Lucas fue un compañero fiel de Pablo también que se automenciona aquí. Y es importante también incluirlo en lo que estamos viendo. Y eso nos lleva al versículo número 6, que vemos el lugar de su reunión. Dice, y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos y en cinco días nos reunimos con ellos. Otra vez Lucas está dando información. Se reúnen en Troas. Dice, donde nos quedamos siete días. Aquí vemos que Pablo está siendo acompañado por Lucas y quizá también por Tito, los cuales en su viaje tienen que cruzar lo que se conoce como el mar Egeo desde Filipo hasta Troas. Y por motivo de la geografía, cuando uno... Hagan Google y busquen el mar Egeo y busquen las características del mar Egeo. Y ustedes se van a dar cuenta que una de sus características es que durante una época del año hay unos vientos que son tan potentes que un viaje que se puede hacer, por decir así, en unas horas puede convertirse en días por causa de los vientos. Por eso dice aquí el versículo, por motivo de los vientos, perdón, dice aquí el versículo, navegamos de Filipos en cinco días. Y esto quiere decir que se encontraron seguramente vientos difíciles que no les permitían navegar como ellos quisieran. Pero ellos van juntos y llegan a Troas cerca de Neápolis y cuando leemos ahí vemos que hay un puerto que está al puerto de Filipos. Y ahí en Troas se reunieron con el resto de los hermanos que van adelante de ellos. y los días que están pasando ahí son los días de los panes sin levadura, es decir, que están celebrando la Pascua. Ellos están celebrando la Pascua recordando al Señor Jesucristo y esto es sumamente importante. Hermanos, para concluir hay dos cosas que quiero hacer. Primero, en primer lugar, ¿cómo llevamos este pasaje a una conclusión para que no quedemos simplemente en datos e información? Lo que vemos aquí es que aprendemos unas lecciones que son muy valiosas para nuestra vida cristiana. Son lecciones que aprendemos de Pablo, de cómo él veía la obra, cómo veía la iglesia, cómo la exhortaba la iglesia y cómo quería que el evangelio avanzara a toda costa. Y al perseverar a Pablo aquí, ver lo perseverante las pruebas, esto nos enseña a nosotros de que no importa cómo llegamos hoy en esta noche, con qué dificultades, tal vez con enfermedades, con un problema familiar, debemos de perseverar firmes en nuestra devoción al Señor Jesucristo. Esa es una lección que aprendemos aquí. Es un ejemplo que tomamos de Pablo. Una segunda lección es que debemos de ser buenos compañeros del Evangelio. Debemos de ser, entre nosotros mismos en esta congregación, hombres y mujeres que amamos a Cristo, que nos amamos unos a nosotros, y que estamos dispuestos como congregación a empujar para que la obra del Evangelio vaya hacia adelante. Para que la obra del Evangelio vaya hacia adelante. Así que, anímese a seguir los pasos de Pablo, hermanos. Anímese a difundir el mensaje del Evangelio. Anímese a hacerlo con determinación. Anímese a hacerlo con un punto de vista de que quiere llegar a la meta de su vida, al final de su vida cristiana y ser encontrado fiel en el Señor Jesucristo. Ahora, quiero reflexionar un poco en cuanto al pasaje que hemos leído. Y quiero reflexionar en forma de preguntas. Preguntas que nos tienen que hacer pensar a nosotros. Debemos de reflexionar sobre cómo podemos aplicar estas lecciones en nuestras propias vidas. Por ejemplo, ¿qué pruebas o desafíos estamos enfrentando que puedan estar poniendo a prueba nuestra fe? Posiblemente usted está yendo a través de una enfermedad y que su fe está siendo puesta a prueba. posiblemente tiene algún problema con un hijo y su fe está siendo puesta a prueba. Está pasando por una temporada de falta de trabajo, su fe está siendo puesta a prueba. Hermanos, no importa qué enfrentemos, tenemos que ser fieles a Cristo. Segunda pregunta, ¿cómo podemos ser más intencionales al cumplir con nuestro llamamiento de predicar el Evangelio? Mire, ahí hay tratados, ahí están dos cajas, una española y una de inglés. Toma unos tratados, los cinco de uno y cinco de otro. Váyase, délos, repártelos. Si es muy temeroso, déjelos pegados en una gasolina con tape. El punto es que hay que hacerlo. ¿Sí me entiendes, hermano? El punto es que tenemos que buscar cómo predicar el evangelio. Se dice de Spurgeon que cuando él viajaba de una ciudad a otra, iba con pequeños tratados o sermones de los de él, los libritos que imprimían, que se llamaba el Penny Saver, esos pequeños libritos, y dicen que en las estaciones donde llegaba, él no se iba a bajar, que agarraba un montón y lo tiraba para que la gente lo levantara y lo leyera. Y él decía, quizá alguien, quizá alguien lo lea y escuche el evangelio. ¿Estás buscando activamente en la comunidad de creyentes en la que te congregas, en la congregación, el ser de apoyo y el ser apoyado y ser fielmente en las responsabilidades de tu congregación? Es algo para meditar. Aquí el punto, hermanos, es que esa lección de este pasaje nos exhorta a que nos comprometamos a orar por la obra misionera, a orar por aquellos que están fuera. Nosotros tenemos algunos nombres con los que nos hemos hecho un compromiso delante del Señor. Ustedes conocen a los misioneros. Ya tenemos, por la gracia del Señor, a una pareja de nuestros hermanos que se van a encargar de promover las misiones. Y se los voy a decir de una vez de ahorita. Nuestro hermano Rigo y nuestra hermana Laura se van a encargar de promover las misiones. Ellos van a comenzar, si el Señor lo permite, ya el primero del mes que viene y van a darnos un pequeño reporte con los nombres de los misioneros. Va a haber una mesa aquí con toda la información. ¿Cuál es el propósito? Que tomemos un nombre, tomemos una necesidad y oremos fielmente por esa persona, por ese misionero. Un ejemplo les doy que ustedes ya conocen. El ejemplo de Rubén Videira, su fe ha sido probada, ¿verdad hermanos? La fe de este hermano ha sido probada. Ha sido muy difícil y no solo por el aspecto del ministerio, la esposa, una esposa joven, niños jóvenes, chiquitos, pequeños, comenzando a crecer y con una enfermedad que te puede dejar paralítico, no en el sentido físico, pero como una parálisis de sentido, no puedes funcionar. No puedes funcionar, pero por la gracia de Dios estás saliendo adelante, ahí va poco a poco, y de hecho nos va a visitar en marzo 9. Va a venir aquí a la congregación, ya hablamos y él va a estar aquí con nosotros. Entonces, oremos por este hermano, oremos por otros nombres que tengamos, otros misioneros que conozcamos. Ellos necesitan de nuestras oraciones. Segundo, hermanos, ofrendemos por la obra misionera. Ofrendemos por la obra misionera. Tercero, prediquemos el evangelio donde nosotros nos encontramos. ¿Cuál es el punto? Que seamos fieles. que seamos como Pablo, que seamos como los compañeros de Pablo y que se pueda decir de nuestra generación que nos dedicamos a predicar el evangelio. Hermanos, va a haber un tiempo en el que ninguno de los que estamos aquí, con la excepción de los jovencitos, va a estar acá. Pero va a haber otros creyentes. Y algo se tiene que decir de nosotros. Por lo menos, mira, se esforzaron en predicar el evangelio. La iglesia sigue. El evangelio se ha predicado. Mira, existe esto. Mira, existe lo otro. Imitemos su ejemplo. Sigamos haciendo lo que ellos, hasta donde llegaron. Sigamos edificando donde ellos edificaron. Y ese es el punto. Pero para eso, amados hermanos, necesitamos ser hombres y mujeres que estén determinados a que no importa que estemos enfrente de nuestra vida, no importa, seamos como esas máquinas que se encuentran en los basureros, esas grandes máquinas mecánicas que su trabajo es apelmazar, comprimir toda la basura para que la superficie, cuando la dejen plana, no se hunda con el agua. que van sobre todo, no importa cuál es el obstáculo, no se detiene, sigue subiendo lentamente, va avanzando. Y será así en otros con el Evangelio, hermanos. Ser determinados, no importa qué tengamos enfrente, hermanos, siempre tendremos problemas, siempre. Siempre hablan aflicciones. Si esperamos el momento en que no tengamos ninguna dificultad para ser fieles, jamás estará acá. ¿Qué te está consumiendo en tu mente hoy? ¿Cuál es el problema que tienes? ¿Cuál es la tristeza que te embarga? Hermanos, no consideres tu vida como cosa valiosa. Sigamos adelante. Sigamos adelante. ¿Qué importa que nuestra vida se acabe? Si nuestra vida se va a acabar, que se consuma predicando el Evangelio, no de otra manera. ¿Amén, hermanos? Vamos a orar. Padre, te damos muchas gracias por el gran ejemplo que tenemos frente a nosotros en las Escrituras acerca de la vida del amado apóstol Pablo. Un hombre que ha sido de ejemplo para muchas generaciones porque exhortó a los creyentes a que lo imitaran a él porque él imitaba a Cristo. Ayúdanos Señor a no quejarnos por las dificultades que tenemos en nuestra vida. Ayúdanos Señor a sobreponernos a todo lo que viene frente a nosotros y seguir adelante enfocados en nuestra perseverancia y nuestra fidelidad a ti Señor Jesús. Ayúdanos a ser fieles en la obra. Ayúdanos a ser creyentes que se exhortan unos a otros. Ayúdanos a ser creyentes que se aman unos a otros y que están dispuestos a ser colaboradores con otros acerca del Evangelio, como lo hemos visto con este grupo hermoso de hombres fieles, valerosos, que confiaban en Ti, Señor, y estaban dispuestos a perder sus propias vidas y perder la junta con su compañero Pablo. Ayúdanos, Señor, a nosotros. hacer fieles unos a otros hacer fieles a ti señor sobre todas las cosas y estás dispuestos a ir con los brazos juntos mano a mano sirviendo en el evangelio estas cosas te las suplicamos padre y las rogamos en el nombre de cristo jesús
Perseverando en la Obra Misionera
Series Hechos
Sermon ID | 9132421244141 |
Duration | 51:13 |
Date | |
Category | Midweek Service |
Bible Text | Hosea 14:1-6 |
Language | Spanish |
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