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El título del sermón es Sabiduría
Divina, Escritura Primera, Reyes, Capítulo 4, serie El Reino Eterno,
El Reino Eterno. Perdónenme, vamos a liderar con
unos nombres y son difíciles en inglés y en español, que el
Señor ayude esta lengua. El Rey Salomón fue el rey sobre
todo de Israel, y estos eran sus oficiales, Hazarías, hijo
de Sadoc, era el sacerdote, Elioré, Yahías, hijo de Sisa, eran secretarios. Josafat, hijo de Ahilud, era
el cronista. Penanía, hijo de Juaira, estaba
sobre el ejército. Isador y Abitar eran sacerdotes. Hazarías, hijo de Natán, estaba
sobre los oficiales. Izabut, hijo de Natán, un sacerdote,
era amigo del rey. Ahizar era el mayordomo. y Adoniram, hijo de Abda, estaba
sobre los hombres que hacían trabajos forzados. Salomón tenía
doce oficiales, sobre todo Israel, los cuales abastecían al rey
y su casa. Cada uno tenía que hacerlo un
mes en el año. Y estos son sus nombres, Ben-Ur,
en la región montañosa de Efraín, Ben-Dekar, de Macás, en Salvín,
en Bet-Semes y en Elón Bet-Anán. Ben-Hesed en Arobot, de él eran
Soco y toda la tierra de Efer. Ben-Abin-Arab en toda la altura
de Edor, Tafad, hija de Salamón, era su mujer. Bana, hijo de Ajilub,
en Tanac y en Megiddo y en todo Bet-Sean, que está junto a Zaratén,
más abajo de Jezreíl, desde Bet-Zean hasta Abel-Mehola, hasta el otro
lado de Jokmien. Ben-Geber en Ramot de Galad,
los aldeas de Jair, hijo de Mananías, que están en Galad. Era de él
la región de Agob, que está en Bazán, 60 ciudades. Perdón, 60
ciudades grandes con muros y cerojos de bronce eran de él. Ajit Nadab, hijo de Ido en Mahanín. Aymaz en Neftalí, también se
casó con Basmat, hija de Salamón. Baana, hijo de Husay en Aser
y Belot. Josafat, hijo de Parúa en Issacar,
Semií. hijo de Ela en Benjamín, que
ver, hijo de Uri en la tierra de Galad, la región de Zejón,
rey de los Samoreos, y de Og, rey de Bazán, y él era el único
gobernador que estaba en aquella tierra. Judá y Israel eran tan
numerosos como la arena que está en abundancia en la orilla del
mar. Comían, bebían y se alegraban. Salomón gobernaba todos los reinos
desde el río hasta la tierra de los Filisteos y hasta las
fronteras de Egipto. Ellos trajeron tributos y servieron
a Salomón todos los días de su vida. Las provisiones de Salomón
para un solo día eran 30 coros, 6,600 litros de flor de harina
y 60 coros, 13,200 litros de harina, 10 bueyes cebados, 20
bueyes de pasto, y cien ovejas, sin contar los
ciervos, gracelas, corvos y aves cebadas. Porque Salomón tenía
dominio sobre todos los reinos al oeste del río, desde Tipsa
hasta Gaza, sobre todos los reyes al oeste del río, y tuvo paz
por todos los lados a su alrededor. Y Judá e Israel vivieron seguros,
cada uno bajo su para y bajo su higuera, desde Dan hasta Bersabé,
todos los días de Salomón. Salomón tenía 40,000 establos
de caballos para sus carros y 12,000 jinentes. Y los gobernadores
abastecían cada uno un mes al Rey Salomón y a todos los que
venían a la mesa del Rey Salomón. No dejaban que faltara nada. También llevaban cada uno, según
su obligación, cebada y paja para los caballos de tiro y los
corceles al lugar donde deberían estar. Dios dio a Salomón sabiduría,
gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que
está en la orilla del mar. Y la sabiduría de Salomón sobrepasó
la sabiduría de todos los hijos del oriente y de toda la sabiduría
de Egipto, porque era más sabio que todos los hombres, más que
tan de Esraíta, el Esraíta, Emán, Calcol, Hidarda, hijos de Mahol,
y su fama fue conocida por todas las nociones de alrededor. También
pronunció 3,000 proverbios y sus cantares fueron 1,005. Dissertó
sobre los árboles, desde el cedro que estaba en el Líbano hasta
el hisopo que crece en la pared. También habló de ganados y aves,
reptiles y peces. Y venían de todos los pueblos
para oír la sabiduría de Salamón, de parte de todos los reyes de
la tierra que habían oído de su sabiduría. Padre, te damos gracias por lo
que acabamos de leer. En ella encontramos la sabiduría divina. Padre, pedimos que abra nuestra
mente para recibir la corrección de tu palabra. La sabiduría divina
es necesaria para lidiar con todos los problemas grandes espirituales
en nuestras vidas, pero también para vivir en nuestras vidas
cotidianas. Padre, pedimos, enséñanos esta realidad. Enséñanos la amplitud
de la sabiduría divina. ¿Qué debe abarcar en nuestras
vidas? Pedimos todo esto. A primera vista, nuestro capítulo
parece cubrir una variedad de temas. Cómo debemos interpretar
las listas de funcionarios del gabinete y de los funcionarios
del distrito, las notas sobre la felicidad de la población,
las necesidades de alimento para la mesa real, los informes sobre
la cebada para los caballos, y los comentarios sobre las plantas
de hisopo que crecen en una pared. Cuando yo primero llegué a esto,
estaba yo, señor, esto es mucha información, y no miraba el tema
formal, qué es lo que está ocurriendo aquí. Sin embargo, tras un examen
más profundo, vemos que el capítulo tiene por tema la sabiduría divina
de Dios y su aplicación en la vida del creyente. La Biblia
frecuentemente llama a los creyentes a buscar la sabiduría divina. Usted recuerda que eso fue lo
que pidió Salomón. En el capítulo 3, él es el nuevo
rey y llega Dios a él en un sueño, en una visión y Dios le dice
pide lo que tú quieras, lo que tú quieras yo te daré. Salomón
le dice al Señor lo que yo quiero es que me des que sabiduría espiritual. Yo reconozco que soy impotente,
que soy joven, que no sé cómo entrar ni salir como mi padre
David. El pueblo es numeroso. Los problemas
son grandes. Y yo no sé, yo soy joven y no
tengo experiencia. Yo necesito, por favor, dame
sabiduría divina. Bueno, nos enseña en el Antiguo
Testamento lo que dice el Nuevo Testamento en el Libro de Santiago,
el que le falte sabiduría, que le pida a Dios. Dios es generoso
para dar y da sin reproche y se le dará dado lo que ellos piden.
Entonces, Salomón le pide al Señor, dame sabiduría, porque
te quiero amar a ti y quiero conducir al pueblo de una manera
que el pueblo sea bendecido y que te ame y que se goce en tu presencia.
dame sabiduría. Inmediatamente el Señor le dice
porque tú has pedido esto y no has pedido riquezas, no has pedido
larga vida, no has pedido la vida de tus enemigos, yo te daré
no solamente la sabiduría que tú has pedido, no habrá un hombre
más sabio que tú en todo el mundo, pero también dice Dios te daré
riquezas y esas cosas que tú nos pidiste. Salomón se despierta
del sueño y podemos realizar que Dios le dio la sabiduría
cuando hubo un gran problema espiritual en Israel. Dos mujeres
prostitutas tuvieron sus hijos, uno se murió, estaban peleando
sobre quién era la madre real del hijo sobreviviente. Una estaba mintiendo, nadie sabía
quién, no habían testigos, no había una manera de verificar
de quién era el hijo. Caso fue a la corte menor, fue
a la corte del medio, fue a la corte suprema. Nadie pudo ayudar
a esta pareja de mujeres que estaban peleando. Aquí hay una
amenaza al reino. El reino tiene que ser conducido
en justicia, verdad y sabiduría. Y aquí tenemos un problema que
nadie puede resolver. Se lo traen a la autoridad de
autoridades a Salomón. Usted recuerda lo que él dice,
dame una espada. corten el bebé dos, denle cada
pareja de mujeres, denle cada una de las mujeres una parte,
ahí todo el mundo se va con una parte del bebé. Sabiendo que
la madre real no permitiría que en un mal venga su hijo, sabiendo
que las emociones y el amor maternal conquistarían el día y que una
de ellas diría, no, por favor, no maten al bebé, déselo a la
otra mujer, mejor que viva el bebé. Y él pudo discernir quién
era la madre. Todo el mundo quedó asombrado,
¿se recuerda? Ese era un gran problema espiritual.
Nadie podía liderar con él. Salomón lo resuelve usando la
sabiduría que Dios le dio. Y el pueblo está atónito, dicen,
entonces al rey nadie le puede mentir. Entonces el Rey va a
conducir un reino de justicia y de sabiduría. Y inmediatamente
miramos el tono del reinado y va a ser un reino bajo la autoridad
de Dios en la sabiduría que Dios da al hombre Salomón. Miramos
esa sabiduría prácticamente en este gran problema. Pero yo creo
y he aprendido por este capítulo que nosotros Como humanos, creemos
que la sabiduría divina tiene un límite a los grandes problemas,
a las grandes situaciones del mundo. Y no miramos que necesitamos
la sabiduría divina en cómo organizamos nuestras vidas, en cómo pensamos
de la naturaleza. Necesitamos la sabiduría divina
en cómo manejamos nuestras emociones y nuestro tiempo libre Necesitamos
la sabiduría divina en cómo vamos a trabajar y qué tipo de trabajadores
vamos a ser. Necesitamos la sabiduría divina
en cómo vamos a manejar nuestras financias para tener un poquito
que queda para que la gloria de Dios, para usarlo para que
el propósito de Dios. Necesitamos la sabiduría de Dios
en los grandes problemas como las mujeres que trajeron este
gran problema, pero necesitamos sabiduría divina en nuestras
vidas cotidianas, normales. ¿Qué vamos a comer? ¿Y cómo vamos
a comer? ¿Y cuándo vamos a comer? La sabiduría divina se necesita
en todas las facetas de nuestras vidas. Y yo tengo que admitirle
a ustedes que nunca lo había pensado así, hasta que llegué
a este capítulo. Este capítulo es una extensión
del capítulo 3 y creo que hay un gran deservicio en poner el
capítulo 3 y poner el capítulo 4 porque realmente este capítulo
debe estar unido. Nos enseña como Salomón usó la
sabiduría de Dios en los grandes problemas y en las cosas comunes.
Nos enseña la sabiduría de Dios en todos aspectos de sus vidas.
La Biblia entonces frecuentemente llama a los creyentes a buscar
la sabiduría divina como la buscó Salomón. Estamos llamando a buscar
sabiduría en Proverbios 4, 5 al 9 Donde se quiere, dice la Palabra
de Dios Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia No te olvides ni
te apartes de las palabras de mi boca No la abandones, y aquí
la sabiduría es comparada a una mujer Le dicen no la abandones
y ella velará sobre ti, amala y ella te protegerá. Lo principal
es la sabiduría. Adquiere sabiduría y con todo
lo que obtengas adquiere inteligencia. Estímala y ella te ensalzará. Ella te honrará si tú la abrazas. Guirnalá la desgracia pondrá
en tu cabeza. Corona de hermosura te entregará. Entonces, aquí miramos la sabiduría
comparada a una mujer hermosa que un hombre se quiere casar
con ella. Abrazala, traela a su vida, tenela en parte de su vida
y mira a la sabiduría de esta manera, ve tras de ella, hazla
tuya, embrazala, acariciala, hazla lo que tú puedes, hazla
el tesoro de tu vida y sabes que ella te pondrá a ti un gran
tesoro sobre tu cabeza, te enseñará a mirar a Cristo en todos aspectos
de tu vida Aprendemos que la sabiduría es mejor que la riqueza
de esta tierra en Proverbios 8, del 10 al 11. Donde dice la
palabra de Dios, reciban mi instrucción y no la plata y conocimiento
antes que el oro escogido, porque mejor es la sabiduría que las
joyas y todas las cosas deseables no pueden compararse con ella. No sé cuántos de nosotros miramos
así la sabiduría de Dios. Creo que el mundo por igualmente
mira el oro como algo increíble, sabiduría divina como algo que
no tiene mucho valor. Pero para el cristiano debe ser
el opuesto. El cristiano puede mirar que la sabiduría es más
preciosa que todo oro. ¿Y cómo podemos comprobar esto?
Miramos otra vez a Salomón. ¿Qué es lo que tú quieres? Dice
Dios. Te daré lo que tú quieras. Él no pide oro, él no pide plata,
él no pide joyas, él no pide riquezas. ¿Qué es lo que pide
Salomón? Sabiduría, porque él sabe que era más preciosa la
sabiduría de Dios que todas las joyas de todo el mundo. Salomón
nos enseña el valor de la sabiduría. Nuestro capítulo enseña, nuestro
capítulo enseña por qué esta búsqueda de sabiduría
es tan esencial. La sabiduría guía a cada cristiano
a vivir una vida justa y plena en la tierra, alineando sus acciones
con la voluntad divina de Dios, pero también nos prepara para
el estado eterno. Cuando yo veo a Cristo en el
sol, cuando yo veo a Cristo en la araña, cuando yo veo a Cristo
en la hormiga, cuando yo veo a Cristo en la naturaleza, cuando
yo veo a Cristo en mi trabajo, cuando yo veo a Cristo en mi
pensar, cuando yo veo a Cristo en todo lo que hago y quiero
honrarlo en todo lo que hago, entonces estoy preparándome aquí
en esta tierra para ese estado eterno. Recuerda que Salomón
te dice a ti, considera la grandeza de Dios, considera todas las
estrellas, pero también te dice considera la hormiga. ¿Verdad
que sí? Él nos habla de la hormiga. Aprende
de ella. Mira como ella trabaja y pone
al lado un poco de su comida para cuando venga el invierno
tener algo de comer y no le falte y no se muera de hambre. Considera
a la hormiga, dice. Trabaja como la hormiga trabaja.
Él miró a Dios, un principio que Dios quería que nosotros
aprendiéramos en la vida de una ¿qué? Hormiga. Esa es sabiduría. A la mujer le dices no seas una
mujer que siempre estés taqueando y siempre estés, siempre estés
con tu esposo regañando y estas cosas, vas a ser como un gotero
¿verdad? que va a volver a todo el mundo,
no seas esa mujer. Y el Proverbios al final te dice
cómo debe ser una mujer cristiana que ama al Señor, qué bendición
debe ser a su esposo. Nos enseña cómo ser buenos esposos
la sabiduría, nos enseña a ser como buenos hombres Nos enseña
como mirar a Cristo. Nos enseña que una gota de lluvia
contiene la maravilla de la potencia de nuestro Dios. Como llueve,
los ciclos de la tierra. Todo apunta a quien? A Dios. Y no miremos todo como que si
es algo destacado o algo que no esté en liga con otro. Todo
apunta a quien? A Dios. Salomón entonces aprendió,
dice, de los reptiles y de los animales y de los peces. Él construyó,
si miramos sus escrituras, ciudades, era arquitecto. Él aprendió de
todos los libros. Él sabía algo de todo porque
todo apuntaba aquí en a Dios. Y en su tiempo libre, en su tiempo
libre, él lo dedicó no al entretenimiento nada más, sino para aprender
y mejorarse y conocer a Dios, sabiduría. En las cosas grandes,
en las cosas que normales, sabiduría. Y no fue hasta que llegué a este
capítulo y lo pude entender así que yo pude ver la amplitud de
la sabiduría. Hoy veremos las bendiciones espirituales
que fluyen de la sabiduría de Dios. Y es mi oración que nuestro
Señor despierte en nosotros una profunda sed por su sabiduría. Miremos versículos 1 al 19. No
se lo voy a leer otra vez, una vez es suficiente con todos los
nombres. Pero versículo 1 al 19 le di por tema, la sabiduría
de Dios es el fundamento de la vida cristiana. Otra vez, la
sabiduría de Dios es el fundamento de la vida cristiana. Estos versículos
contienen dos listas, los nombres de los funcionarios del gabinete
de Salamón y los nombres de los funcionarios del distrito y sus
áreas de servicio. Versículo 17 al 19. Una simple lectura de nuestros
versos nos muestra la enorme responsabilidad de estos funcionarios.
Cada uno tenía un mes para traer las provisiones a la mesa del
rey. ¿Qué provisiones eran? La treinta mil estos, mil quinientos
lo otro, animales por donde quiera para comer. Era una provision
grande. Él tenía un gobierno estrecho
y amplio y entonces Cada una de estas personas tenía que traer
la provisión para ese mes, el mes designado para ella. Pero
miren la sabiduría de Dios concedida aquí en Salamón. Él pudo manejar
su sabiduría y darle un mes solo a una persona y un mes al otro.
Y ellos tenían todo un año para prepararse, para traer lo que
era necesario. Todo estaba funcionando en orden. Todo estaba funcionando en orden,
no había desorden en ninguna parte de su gobierno. ¿Por qué?
Por la sabiduría que él pidió a Dios para manejar el pueblo
de Dios que Dios le dio a él. Vio que la sabiduría no solo
era para los problemas grandes, sino también cómo iba a funcionar
el gobierno, qué tipo de gobierno, qué tipo de reinado iba a ser.
Entonces, miramos aquí a estos hombres trabajando, Y en su mes
trayendo lo que iban a traer, tenían todo un año para prepararse
para que nada faltara. Y dice que nada faltó de la mesa
de Salomón, porque todo estaba designado en orden. Todo estaba
designado de acuerdo a la sabiduría que Dios le había dado. Así que
preguntamos, ¿qué significa todo esto para nosotros? ¿Por qué
importa que Zabud sea el consejero del Rey y amigo? En el versículo
5. ¿Qué importa que Ahinarab está
a cargo de las provisiones reales alrededor de Mahaní? en el versículo
14. ¿Por qué estas listas? Y amados,
las listas muestran el alcance de la sabiduría de Dios, dada
Salomón en el capítulo 3. Enseña que la sabiduría de Dios
se aplica a cada aspecto de nuestras vidas, incluyendo cómo organizamos
nuestros asuntos diarios. ¿Cómo manejo mi tiempo? ¿A qué
hora me levanto? Para tener el tiempo para hacer
esto y lo otro. ¿A qué tiempo me acuesto a la noche? Para traerle
gloria al Señor. Y tener la fuerza necesaria el
próximo día para hacer todo lo que el Señor ha puesto en mi
vida. Pueden ver, organizando mi vida. Organiza su cocina para
poder cocinar y hacer todo lo que usted necesita para traer
algo a su familia. Organiza su trabajo. Organiza
su manera de pensar. La sabiduría del Señor trae el
orden de Dios. La sabiduría bíblica, como hemos
dicho, es más amplia de lo que pensamos. Se trata no sólo de
juicios morales y precisos, como miramos en el capítulo 3, en
esto de las mujeres que trajeron este problema a Salomón, sino
también de crear estructuras eficientes y ordenadas en nuestras
vidas para evitar el caos y el desperdicio. Nada se desperdició
en el reino de Salomón. Todo tenía uso, todo tenía su
tiempo. Gloria sea a Dios. Amén. Entonces,
Primera de Reyes capítulo 4, muestra que la organización del
Reino de Salomón refleja la sabiduría de Dios. Según la Biblia, lo
ordinario de nuestra vida también requiere sabiduría divina. Debemos
vivir para Dios en cada faceta de nuestras vidas, dejando que
su sabiduría guíe cada, cada decisión. Incluso esas decisiones
que no parecen ser importantes. Mira lo que dice Primera de Corintios
10 31. Entonces, ya sea que coman, o que beban cosas cotidianas,
normales, que no pensamos en ellas, o que hagan cualquier
otra cosa, háganlo todo para qué? La gloria de Dios. ¿Pueden verlo? Cualquier cosa
que hagan, coman, beban, las cosas normales, las cosas grandes,
háganlo todo para qué? Para la gloria de Dios. Ese debe
ser El tema de nuestras vidas. Y esa es la sabiduría divina.
Yo quiero vivir para traerle ¿Qué? Gloria a Dios. Para que
mi familia sea bendecida viviendo en mi casa, en mi hogar. Que
todo esté organizado en las vidas de ellos para traer el gozo y
que ellos puedan mirar a Cristo. Oh Señor, dame tu sabiduría.
Amados, la sabiduría es necesaria porque sabemos que Dios está
muy presente en todo lo que hacemos. Las últimas palabras registradas
de Jesús en Mateo en el capítulo 28 Versículo 20, la segunda parte. Estas son las últimas palabras
de Cristo. Yo estoy con ustedes todos los
días hasta el fin del que? Del mundo. Usted ha pensado el
significado de que Cristo esté en su vida todos los días. Significa
en cada momento, en cada segundo de su vida Dios está presente.
Cristo está presente cuando está durmiendo, cuando está despierto.
Cuando tiene su tiempo de entretenimiento, cuando está trabajando, cuando
usted se esfuerza para leer un libro, para ver la gloria y conocer
y crecer en su sabiduría, cuando usted está cantando, cuando usted
está comiendo, cuando usted está haciendo en todo momento de tu
vida, Cristo está que, presente. Y queremos vivir entonces cada
momento de nuestras vidas para traerle gloria. Oh Señor dame
que, sabiduría. porque no quiero desperdiciar
ni un segundo de mi vida no trayéndole gloria a Dios en como vivo. La
sabiduría de Dios está destinada a guiarnos en los pequeños y
grandes asuntos de nuestras vidas. Oh amados, la sabiduría divina
es el fundamento del vivir cristiano. En versículo 20 y 28 entonces
viene y se enseña que la sabiduría de Dios es la fuente del gozo
cristiano. Si la sabiduría es la fundación
de la vida cristiana, también es la fuente del gozo cristiano. ¿Cómo miramos? Mire el tono del
texto, de los textos en el versículo 20 al 28. Hay un gozo obvio en
nuestro texto. Leemos el versículo 20 que, Judá
e Israel era tan numeroso como la arena que está en la abundancia
a la orilla del mar. comían, bebían y dice la Palabra
de Dios, se alegraban. Pueden ver el gozo. Estaban contentos
viviendo en el reino de Salamón. Vemos la seguridad y el contentamiento
de Israel en el versículo 25, donde dice, y Judá e Israel vivieron
seguros, cada uno bajo su para y bajo su higuera, desde Dan
hasta Versíba, todos los días de Salamón. Estaban seguros,
no tenían este pensamiento de un ataque inminente. Escuchamos
el gozo del escritor por el alcance del gobierno de Salomón en el
versículo 21 al 24, cuando él dice mientras se concentra en
la paz del pueblo de Dios, él dice acerca de la paz sobre todos
los reyes al oeste del río y Salomón tuvo paz por todos lados al su
que alrededor. Había paz, había seguridad, había
comida, Había tanta riqueza, nos enseña otra porción de la
escritura, que la plata era despreciada, la plata se miraba como nada,
porque todo el mundo tenía platos y vasos hechos de que? De oro,
porque la plata no valía nada, de tanto oro que había en el
reino de Salomón. Vemos que él construyó edificios
y jardines y que él traía animales de otros lugares y traían oro
las financias y la seguridad del, qué tipo de reino. Era la
época de oro. Qué tiempo para vivir en Israel.
Amén. Para la autoridad del rey más
sabio que haya existido. La teología del texto es esta. Dios mantiene el pacto con su
pueblo y ese pacto, ese mantenimiento del pacto causa el gozo del pueblo.
Detrás del gozo del capítulo se encuentra su fundamento, el
cumplimiento de las promesas del pacto de Dios. La fidelidad
al pacto es la fuente de gozo para el pueblo de Dios. Mire
lo que dice el doctrinonomio 7.9. Reconoce pues que el Señor
tu Dios es Dios, el Dios fiel que guarda su pacto y su mesicoldia
hasta mil generaciones con aquellos que lo aman y guardan sus mandamientos. ¿Pueden ver? Señor, guálda su
pacto. Nuestros versículos, entonces,
analizan tres promesas clave cumplidas durante el reinado
de Salomón, por cual trajo el gozo al pueblo de Dios. Tres
promesas claves. La primera promesa refiere al
pueblo de Dios. El capítulo describa a Judá y
Israel tan numerosos como la arena que está en abundancia
en los ríos del mar, en el versículo 20. Esto no es una cuenta precisa
del número de gente, sino una referencia a la promesa hecha
a Abraham. ¿Usted recuerda esa promesa en
Génesis 22, 17? De cierto te bendicere grandemente
y multiplicare en gran manera tu descendencia como las estrellas
del cielo, lean conmigo, y como que la arena en la orilla del
mar. Y tu descendencia poseerá la
puerta de sus enemigos. Es la promesa, el pacto con Abraham
que Dios hizo. Y aquí se cumple temporalmente
en el reino de quien? De Salomón. Temporalmente porque
sabemos que el cumplimiento eterno se ve en el reino de quien? Jesucristo. Pero por un tiempo, un breve
tiempo, el pueblo de Israel era tan numeroso como que la arena
en el mar, llenando todas las partes del reino. Dios había
sido fiel. a su promesa a Abraham. 1 Reyes 4 nos dice que Dios había
sido fiel al pacto abrahámico, el pueblo de Dios se había multiplicado
y el reino les pertenecía a ellos. Y amados, aprendemos que así
como Dios cumplió su promesa en los tiempos de Salomón, un
cumplimiento mayor es inevitable en el reino mesiánico. Leemos
de ello en el libro del Apocalipsis. En ese día estaremos entre una
gran multitud de toda lengua nación, tribu y pueblo, una multitud
tan grande que se promete que no va a poder ser contada. Un
día usted y yo miraremos alrededor y miraremos como la arena del
mal, el pueblo del Señor delante del trono alabando de toda lengua,
de toda nación, algo increíble considerado. Así que Dios seguramente
cumplirá su promesa como la cumplió en el Tiemplo de Salomón. ¿Qué
debe producir en nosotros esto? El gozo. Si el pueblo de Salamón
se gozó viendo que Dios había cumplido la promesa a Abraham,
nosotros tenemos que gozarnos en el cumplimiento que viene.
Debe ser la fuente de nuestro gozo. La segunda promesa que
miramos en nuestra pasada se refiere a la tierra, en el versículo
21 y 24. Estos versículos sobre el territorio
de Salamón se relacionan con la promesa de la tierra hecha
a Abraham. Génesis 15, 18, le dice Dios
a Abraham lo siguiente. En aquel día el Señor hizo un
pacto con Abraham diciendo a tu descendencia he dado esta tierra
desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Ufrates. ¿Qué miramos en el tiempo de
Salomón? Ellos están viviendo desde ¿qué? Egipto al río ¿qué? Ufrates. Eso nunca había ocurrido.
El reino de Saúl no había estado tan estrecho. El reino de David
se amplificó, pero no llegó a estos límites. Pero en el tiempo de
Salomón, la promesa Abraham fue cumplida desde que Egito, Alufreta,
todo ese lugar estaba lleno de ¿quién? De Israel. Dios le había
dado la tierra prometida. Esta promesa Abraham fue reconfirmada
en el pacto del Sinaí, donde Moisés recibió los diez mandamientos
en Éxodos 23, 31, donde Dios dijo, fijaré tus límites desde
el mar Rojo hasta el mal de los Filisteos y desde el desierto
hasta el río Ufrates, porque en tus manos entregaré a los
habitantes de esta tierra y tú los echarás de delante de ti. Dios lo había hecho. Leyeron
en el pasaje donde dice, y ellos llegaron hasta que a Egipto,
a Lufrates, y esta es diciéndonos Dios cumple sus promesas. Amados, Dios fue fiel a los pactos
de Abraham y el pacto del Sinaí. Y el pueblo de Dios vivía en
la tierra prometida, a los límites que Dios había prometido. Bar
Salomón había extendido y llenado los límites de las promesas del
pacto. Y nuevamente, así como Dios cumplió sus promesas en
los tiempos de Salomón, es seguro un cumplimiento mayor en el reino
mesiánico. Allí reinaremos con Jesús sobre
todas las naciones y el universo será posición de Dios y su pueblo.
El pueblo de Dios llenará toda la creación. No solamente del
río de Egipcio al río Eufrates, sino el pueblo de Dios estará
por toda la creación. ¿Qué podemos decir? Gloria a
Dios. ¿Y qué debe llenarnos? de gozo. El pueblo estaba gozoso, Dios
le había dado la tierra prometida, que nosotros nos gocemos en las
promesas de la creación llena del pueblo del Señor. Dios cumple
sus promesas, que el pueblo de Dios se regocije en esta verdad. Y la tercera promesa fue la promesa
de paz en el versículo 24 y 25. Esta promesa se refiere a la
estabilidad y seguridad que Dios le había prometido a Israel bajo
el pacto davídico. Usted recuerda ese pacto, lo
hemos estudiado en 2 Samuel 7, 10 al 11, donde Dios le dice
a David, asignaré también un lugar para mi pueblo Israel y
los plantaré allí a fin de que habiten su propio lugar y no
sea perturbado de nuevo, ni los malvados los afligirán más como
antes, desde el día en que ordené que hubiera jueces sobre mi pueblo
Israel, A ti te daré reposo de todos tus enemigos. El Señor
también te hace saber que el Señor te edificará una casa. Dios lo había cumplido. Salomón
es la casa ¿de quién? De David. ¿Y qué aprendimos durante
su reino? Había una paz perpetua. Salomón
nunca tuvo que pelear una guerra. ¿Sabían eso? El rey Salomón nunca
tuvo que pelear una guerra. Nunca hubo alguien que invadiera
Israel. Nunca había enemigo que trató
supar el reinado de Israel después de los hermanos. Había un completamente, imagínese
hermano, vivir en un país donde usted, todo el mundo tiene su
propia higuera donde sentarse. Donde el oro fluye. Amén. Donde el pueblo de Dios es como
la arena que llena todo. donde los bordes son tan amplios
como Dios prometió y donde haya perfecta paz, donde no haya miedo.
¿Cuántos de ustedes les gustaría vivir en una nación así? Amén. Y así vivían por todos los años
que Salomón fue rey. Señor, dame sabiduría. Señor,
dice, te la doy. Y mire donde llegó la sabiduría,
una seguridad, una paz. una bendición increíble para
el pueblo. Yo quiero sabiduría para lidiar
con tu pueblo. El Señor le dio esa sabiduría
y aquí está el pueblo bendecido. Gloria a Dios. ¿Pueden ver que
el capítulo 3 y el 4 son iguales? Es una continuación de lo que
empezamos a ver en el capítulo 3. Aprendemos que las promesas
se cumplió en tiempos de Salomón. La gente vivía en perfecta paz
por un tiempo, temporalmente. Tenían paz y armonía. Todo el
miedo había desaparecido. ¡Qué gran bendición! Pero el
pacto davídico también apunta al futuro reino mesiánico y su
paz eterna para el pueblo de Dios bajo el mayor hijo de David,
Jesucristo. Sí, el pueblo vivió en completa
paz por las décadas que Salomón era rey. Pero eso solo fue temporadamente. Llegó otra vez, ¿qué? El desorden.
Llegó otra vez los enemigos, la invasión, la pobreza, la hambre,
el desacuerdo. Usted en la historia de Israel
sabe que estas cosas son ciertas. Era una bendición temporal, era
una vista a lo que podemos ver en el reino mesiánico, pero no
era el reino mesiánico. ¿Pueden verlo? El pacto de David apunta al mejor
pacto. Hablando de este reino futuro,
las promesas se reafirman en Mequías 4.4. Para que podamos
ver que esto fue solo una vista, que no fue el cumplimiento final,
Mequías habla de ese reino por venir después del reino de Salomón
y dice lo siguiente. Cada uno se sentará bajo su qué?
Para. Y bajo su qué? Higuera. ¿Qué
acabamos de leer? Mequías te dice, lo que leíste
es en Salomón, En Primera de Reyes fue un vistazo a lo que
es por venir, pero no fue el cumplimiento final. Porque dice,
llegará el día donde esto ocurrirá otra vez y mejor. Y no habrá
quien los atemorice, porque la boca del Señor de los ejércitos
ha hablado. Entonces, apúntame Kías, viene
el Salvador. Amados en el reino mesiánico,
el pueblo de Dios vivirá bajo vivirá para siempre sin miedo
porque no se permitirá ningún daño, maldad o pecado. Aprendemos
entonces que Dios cumple sus promesas en el tiempo de Salomón,
cumplió sus promesas y las cumplió en Israel, pero más importante
las cumplirá finalmente a su pueblo, a la iglesia. Dios siempre
ha sido fiel y siempre será fiel a su pueblo del pacto. Por lo
tanto, debemos ser las personas más gozosas de todas las personas
en este mundo, porque en Cristo se nos promete paz, seguridad
y bendiciones hoy y para qué siempre. Estas bendiciones no
serán temporales como en los tiempos de Salomón, sino eternas.
Leemos nuestro llamamiento a la adoración. Y el Dios de la esperanza
Esa esperanza que él tenemos que él va a cumplir sus que?
Promesas Los llene de todo que? Gozo La esperanza que tenemos
en que Dios va a cumplir sus promesas nos llena de que amados?
Gozo Y paz en el creer para que abunden en esperanzas por el
Espíritu por el poder del Espíritu Santo Mira lo que dice que Dios
de la esperanza los llene de todo gozo y paz en su creer en
creer que Dios que cumple sus promesas, cumplirá sus promesas
en el futuro. Amén. Gloriese a Dios. El tercer punto es, si el primer
punto fue la sabiduría, la fundación de qué, la vida cristiana. El
segundo punto fue la sabiduría es el gozo del cristiano. El tercer punto es el siguiente,
la sabiduría de Dios es una gracia de la vida cristiana. Una gracia
prometida a todo cristiano si solo pedimos. En esta sección
el escritor elogia la sabiduría de Salamón usando la palabra
sabiduría seis veces en el versículo 29, 30 y 34. Él usa el verbo
relacionado más sabio dos veces en el versículo 31 y otros términos
similares en el versículo 29. Y sin embargo, nuestra Escritura
es clara, la sabiduría de Salomón es excelente solo por su fuente. ¿Qué dice la Palabra de Dios?
Escuche. Dios dio a Salomón sabiduría. ¿Pueden verlo? ¿Quién la da,
amados? Dios. Dios dio a Salomón sabiduría,
gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que
está en la orilla del mar. Dios fue quien la dio. Y eso
lo podemos comprobar en el capítulo 3. ¿Qué quieres? Dame ¿qué? Sabiduría. Y Dios la dio. Podemos comprobar
lo que nuestro hermano Ramiro leyó con nosotros. La escritura
para nuestra consideración hoy de la sabiduría. ¿Qué dice? Dice
Dios, yo tengo sabiduría lista para dársela. ¿Quién la pida?
A los santos tengo esta sabiduría para dárselo a ellos. Dios está
dispuesto a darnos la sabiduría necesaria. Así que este entendimiento
evita, el entendimiento que es Dios el que la da, evita que
la sabiduría se convierta en orgullo. Estaba leyendo en el
libro de Ezequiel y Dios le habla al rey de Tiro
y le dice te di tanta sabiduría y con esa sabiduría creaste un
ejército enorme. Con esa sabiduría hiciste negocios
beneficiosos para tu pueblo. Con esa sabiduría que yo te di,
le dice Dios a él, tú pudiste hacer negocios financieros que
trajo una abundancia a tu pueblo. Con esa sabiduría pudiste construir
una nación que realmente no se había visto. Con esa sabiduría
fuiste grandemente bendecido. Pero con esa sabiduría que yo
te di, con todo lo que pudiste hacer, con la sabiduría que yo
te di, tú dijiste, entonces yo soy Dios. ¿Pueden ver el problema? La sabiduría dada, produjo tanta
bendición, que el rey tomó crédito por la sabiduría que Dios le
había dado. Yo soy Dios. Y Dios dice, porque tú dices,
yo soy Dios, cuando yo fui el que te di la sabiduría, dice
Ezequiel, tú morirás como un hombre muere. para comprobarte
en los ojos a ti y a todos que eres nada más un que, un hombre. Y después Dios continúa y lo
compara a Satanás. Yo le di sabiduría a Satanás,
como mi ángel creado le di hermosura, sabiduría y usaste esa sabiduría
y dices mira, mira que sabio soy, mira que lindo soy, yo debo
ser Dios y fracasaste y te lancé del cielo, te tiraste al infierno
y rey de tiro tú eres igual, te di sabiduría y debes de dame
la gracia y la bendición y estar agradecido a mí, tú dijiste que
tú eras Dios. Es fácil de hacerlo con la sabiduría
que Dios da. Empezamos a mirar todo lo que
podemos alcanzar con esa sabiduría y decir mira que grande soy yo,
igual que Nabucodonosor, mira esta es Babelonia, tan grande
que yo construí por mi propia fuerza, voy a construir un ídolo
con mi cara que la gente la adore, porque yo obviamente con esta
sabiduría, este poder que tengo, yo soy un Dios. Dios lo humilló
para comer a Zacate por siete años. Vas a comer a Zacate hasta
el punto que tú te arrepientas. Le tardó siete años a este hombre
para sacar ese orgullo de su corazón. Entonces, la sabiduría tenemos
que reconocerla como dada por Dios, viene de Dios, es la fuente
de la sabiduría, es quien, amados, es Dios. Y esa sabiduría conducirá
a nuestra vida para traerle gloria aquí en Dios. La sabiduría que
Dios da no debe nunca convertirse en una razón por orgullo vano. Entonces, el secreto de la sabiduría
no es un secreto. La sabiduría proviene de Dios.
Su gracia es la fuente de la sabiduría. Y eso es lo que aprendemos
aquí. La sabiduría de Salomón fue sobresaliente,
dice el versículo 30 al 31. Él superó la sabiduría de los
pueblos del oriente y de Egipto. Y eso cuando usted lo oye, usted
solo lee y va hacia adelante y no piensa en ello. Pero esto
era para el pueblo desde el tiempo que lo leyó, cuando él dice la
sabiduría de Salomón era más grande que el grupo que está
aquí en el oriente de Egipto. La gente se abrumó, pero wow,
Egipto es un lugar que muy sabio, para decir que Salomón es más
sabio que todos ellos, era un gran elogio. Y dice que la sabiduría de Salomón
fue mayor que las que que la de todas las figuras sabias conocidas
en su época. Dios da el nombre de varias personas
y dice Salomón fue más sabio que ellos y todo el mundo se
abrumó también. Pero este hombre es una estrella en la sabiduría
y Salomón es más sabio que todos ellos. Dios está diciendo algo
increíble sobre este rey. También miramos que la sabiduría
de Salomón sobresalió en el alcance. En el versículo 32 al 33. La
vasta sabiduría y la amplia gama de intereses
de Salomón fueron incluso más impresionantes que la cantidad
de proverbios y canciones que escribió, y escribió muchos.
Sus escritos cubrieron todo, desde temas morales y materiales
hasta detalles cotidianos, apreciando grandes cosas como los cedros
de Lébanos y pequeñas cosas como el hisopo en una pared. Habló
de las hormigas y de lo que podríamos aprender de ellas. Habló de la
grandeza de Dios en la creación. Dios dotó grandemente a este
hombre. Aprendió de los reptiles y de
los pájaros y de los animales y de los peces. Trajo un zoológico
de animales importados de las otras naciones a, ¿a qué? A Israel
para que pudieran aprender de ellos. Plantó jardines por donde
quiera, grandes y hermosos. Construyó una arquitectura increíble
de palacios y casas y el Templo del Señor. Hablaba proverbios,
cantaba canciones. Tenía una curiosidad inmensa
para aprender porque él miraba en el aprender. ¿A quién? Al Creador. La naturaleza lo
fascinaba porque en la naturaleza admiraba a Dios. Cuando el sol
se pone y se levanta, admiraba el poder de Dios, declaraba el
poder de Dios, admiraba en las estrellas a Dios. Su tiempo fue invertido en aprender,
a curiosidad, a darle gloria a Dios, a organizar su vida para
traerle más gloria a Dios, a hacer sus decisiones normales para
traerle gloria a Dios, a superar los problemas grandes para traerle
gloria a Dios. Todo estaba para traerle gloria
a Dios. Amados, esta es la sabiduría divina. Que usted pueda mirar
como el famoso reformador William Wilberforce. que peleó por casi
20, 30 años para liberar a los esclavos de Inglaterra. Cuando
le pidieron a él, ¿qué quieres hacer con tu vida? Dice, estoy
contento sentarme aquí en el zacate mojado, mirando esta araña,
tejer su tela araña, mirar la gloria de Dios en ella. Estoy
contento para el resto de mi vida solo estudiar esta araña
y mirar esta araña como hace sus cosas, mirar La increíble
sabiduría, omnipotencia, poder de Dios en crear un animalito
que pueda hacer lo que hace. Pueden verlo, amados. La sabiduría
nos guía a mirar a Dios en todos los aspectos de nuestras vidas.
¿Cómo voy a tratar a mi esposo y mi esposa, mis hijos, mis hijas?
¿Cómo voy a liderar con ese hijo que es difícil o esa hija que
es difícil? Yo sé que nadie tiene ese problema aquí. Pero es posible,
¿verdad? Tener ese hijo o esa hija que
no se comporta y uno dice ¿Cómo voy a lidiar con ese que es un
poquito más terco, un poquito más duro que los otros? La sabiduría
de Dios se necesita en cómo ser padre. No frustrar a nuestros
hijos. La sabiduría de Dios se necesita
en ser un patrón. ¿Cómo voy a lidiar con mis empleados
para que ellos puedan ver a Cristo en todo lo que yo hago? ¿En cómo
voy a pagar mis impuestos? La sabiduría de Dios se requiere
en todas las partes. Salomón era un hombre que su alcance
de sabiduría. Si usted pudiera hablar con Salomón,
usted saliera abrumado diciendo, este hombre sabe todo de todo.
En todo él mira a Cristo, yo quisiera mirar a Cristo como
él mira a Cristo. Era algo increíble. Amados, el
don de la sabiduría de Dios debería inspirarnos a aprender más acerca
de Él Salomón nos muestra que la sabiduría divina es curiosa,
explora y describe las obras de Dios en todo su reino. Organiza tu vida para que tengas
mucho tiempo, no para el entrenamiento, sino ¿para qué? Para aprender
y gozarte de Dios. Muchos de nuestros himnos antiguos
tienen esto por este pensamiento. Y tengo que ser completamente
honesto, yo nunca había visto la sabiduría en su amplitud de
esta manera, no sé si usted la había visto. Siempre ha habido
el señor necesito sabiduría comparada con este gran problema que está
afligiendo a la iglesia. Para las grandes cosas sí, pero las
cosas comunes como una araña y mirar en ella una lección que
me apunta Dios, nunca pensé yo que la sabiduría era tan amplia
para abarcar todos esos temas. Para los grandes problemas sí,
pero para las decisiones que tengo a hacer como liderer con
mi hijo, con mi esposa, con el trabajo y esto, no pensaba yo
que la sabiduría era tan amplia. Estábamos, mi esposa y yo de
vacaciones, miramos, fuimos a un restaurante enorme Era como cuatro
restaurantes en unos y tenían todo, todo listo, todo. Esta
parte para acá, esta parte para acá. Tenían tortillerías por
cuatro diferentes tortillerías para asegurarse que todos los
lugares sus tortillas frescas. Tenían meseros en esta parte
y esta parte. Y es la comida corriendo y saliendo
rápido en este restaurante tan vasto. Y yo estudiando este pasaje
diciendo, la sabiduría de Dios. Todo funcionando para hacerle
el dinero humano, ¿verdad? ¿Qué tal si nosotros fuéramos
así para la gloria de Dios? Algo increíble considerar, ¿verdad
que sí? Nuestros himnos de antes también se enfocaba en la naturaleza. Mira la grandeza de Dios, la
sabiduría que se puede ver en los himnos de antes cuando nos
maravillamos en quien es Dios. ¿Cuán grande es Él? En 1885 fue
escrito Señor mi Dios, al contemplar los cielos. ¿Pueden
verlo? Ahí te miro. El firmamento y
las estrellas mil. Al oír tu voz en los potentes
truenos, no solo mirar el Toro y decir mira que bonito está
truenando, pero oír la voz en él, no que estamos oyendo a Dios
Pero mirar que este es el poder de Dios, que Dios hizo las leyes
de la ciencia para que ese trueno pueda funcionar como funciona.
Y mirar ese trueno tan grande y decir ese es un poquito, un
porcentaje chiquito del poder grande que tiene Dios. Orí tu
voz en los potentes truenos y ve al brillar el sol en su ceñir. mirar el sol y contemplar que
lejos estamos del sol tan cercas y tan lejos la suficiente distancia
para tener temporadas para calentarnos y tener frío pero no morirnos
del calor y no qué morir de qué del frío para que todo crezca
para que tenga, tenga su temporada todo tiene su temporada dice
Salomón en una de sus escrituras todo tiene su tiempo mi corazón
entona esta canción cuando miro toda tu naturaleza, cuán grande
es Él, cuán grande es Él. Amén. Esa canción nos enseña
lo de lo que estamos hablando, la sabiduría de ver a Dios en
el trueno, en las estrellas mil, en el sol y decir después mirar
a Dios en estas cosas y cómo funcionan esas cosas y sin Dios
tú eres qué, grande y mirar a Dios en todos los aspectos de nuestras
vidas, esa es sabiduría amados. Dado que la sabiduría de Dios
es evidente en todas partes de la creación, los cristianos deben
sentir gran curiosidad por las obras de Dios, tanto grandes
como pequeñas. Queremos aprender de libros,
de la naturaleza, de invertir tiempo en las cosas que realmente
importan. El objetivo de la sabiduría es
explorar y escribir con alegría y gozo todas las obras de Dios
y amar a nuestro Dios cada vez más a medida que lo vemos en
su creación. Por eso se nos manda a buscar
la sabiduría. Solo a través de la sabiduría
divina podemos ver a Dios más claramente en todo lo que hacemos.
Proverbios 9.10. El principio de la sabiduría
es el temor del Señor, es salvación. Cuando vengamos al Señor, el
Señor nos salva, nos da la sabiduría por medio de la escritura para
ser salvos y el conocimiento del santo es inteligencia. Cuando
llegamos a Dios, entonces podemos disfrutar de la sabiduría de
Dios. Amén. Y es por eso que Santiago,
como dijo nuestro hermano claramente, nos dice lo siguiente. No lo
tengo ahí. No es el siguiente. Santiago
1, 5. y si a alguno de ustedes le falta sabiduría. Tengo que confesarle algo. Cuando
llegué a este pasaje me faltaba sabiduría. Lo leí, dijo, ¿qué
tiene que ver esto con alguien que vive en el 2024? ¿Qué me
importa el sopo en la pared, la cebada para los caballos? ¿Qué me importa los nombres de
todas esas personas que ni puedo pronunciar? ¿Verdad? ¿Qué me importa que Salomón era
tan rico que cada persona tenía un mes para proveer. No miré
la organización, no miré la grandeza. Y cuando leía, estaba leyendo
lo que estaba pasando, le decía, a lo mejor lo voy a brincar y
voy directamente al 5. No señor, no puedo hacer eso,
eso no es enseñar expositivamente. Así que fui al delante del señor
en mis rodillas y le digo, señor, ¿sabe lo que pedí amados? Dame
sabiduría para entender este capítulo. El capítulo se trata de sabiduría
y yo no miraba la sabiduría que se trataba del capítulo. Tuve
que pedir sabiduría para poder entender que capítulo detalla
que la sabiduría de nuestras vidas ordinarias. Y cuando empecé
a mirar la sabiduría de Dios, como le dije, empecé a mirar
los restaurantes y las flores y estábamos en vacación, mire
esto y mire eso, el sol se puso y esto es grande, ahí hay Dios
y empezamos a mirar que la sabiduría abarca todo, es amplia. es amplia. Es algo increíble. Y si a alguno
de ustedes le falta sabiduría, a mí me faltaba, porque yo miraba
la sabiduría como estrecha, no amplia, solo para los problemas
grandes de mi vida, cuando yo necesito sabiduría de Dios. No,
amado, para escoger lo que voy a comer, cuándo me voy a acostar,
cuándo me voy a levantar para traer la gloria Necesito sabiduría
de Dios. Organizar mi vida, mis gabinetes,
todo. Necesito ¿qué? Sabiduría de Dios. Si alguien va a decir, uno de
ustedes le falta sabiduría. Que la pida ¿de quién? De Dios. ¿Qué dice Proverbios 2 que le
dio nuestro hermano? Yo tengo la sabiduría lista para dárselo
a los santos. Pídasela ¿a quién? A Dios. Quien da a todos abundantemente
sin reproche. Que lindo que Dios no te dice,
ya pidiste sabiduría ayer. No te puedo seguir dando sabiduría.
Tengo una porción limitada. Mira como tú eres hombre, la
quieres todo para ti. Dice la Padre cuando te falte
sabiduría pídele a quien? A Dios. Él da que en abundancia
y sin reproche. Y dice y le será dada a la persona
que pide. Dios nos promete darnos sabiduría.
Entonces que debemos estar orando? Igual que el Padre Nuestro darnos
hoy el pan de cada día. Ese pan de cada día tiene que
incluir ¿qué? La sabiduría para poder vivir. Eso es la bendición.
Lo que necesitamos para vivir una vida que le traiga gloria
a Dios es el pan. Necesitamos de Cristo. Necesitamos
el pan, las bendiciones de Dios, la vida, la fuerza de Dios. Necesitamos
¿qué? Sabiduría divina. Si a alguno
de ustedes le falta sabiduría. ¿Cuántos de ustedes le falta
sabiduría? Ojalá que pueda decir a todos, nos falta más sabiduría.
Nunca había pensado yo en sabiduría en estos términos, pastor, exactamente.
Yo tampoco. Señalamos nuestra falta de qué?
De la sabiduría. No venlo así. Amados, que la
sabiduría guíe nuestras vidas diarias, tanto en las pequeñas
cosas como en los grandes asuntos, que nos inspira a confiar en
Dios, reconocer su presencia en todo y cultivar un temor reverente
de su grandeza. Busquemos y oremos por la sabiduría
divina que nos lleva a Cristo. Porque solo en esa sabiduría
hay el temor de Dios. ¿Y el temor de Dios conduce a
quién? A Dios mismo. Ojalá que hayan sido grandemente
bendecidos. Oremos. Padre, te damos gracia
por tu palabra y pedimos que esta misma sabiduría que aquí
se presenta a los santos, sean nuestras, para verte en todo,
para organizar nuestras vidas, para controlar nuestras emociones,
para controlar nuestros miedos y nuestra impotencia, Padre,
para mirar a Jesucristo, para traerte gloria, para invertir
nuestro tiempo en las cosas que realmente importan, para ser
buenos esposos, esposas, hijos, hijas, trabajadores, evangelistas,
Padre, admitimos que nos falta sabiduría. Pedimos a la fuente
de la sabiduría y pedimos, Padre, danos sabiduría. Y la recibimos
de Ti porque Tú la prometes dar, en el nombre de Jesús y para
Tu gloria. Amén.
Sabiduría Divina
Series El Reino Eterno
Nuestro sermón nos enseña que la sabiduría es importante en cada faceta de la vida del creyente, desde las grandes pruebas hasta la organización de nuestras vidas. Por lo tanto, como cristianos, debemos buscar la sabiduría de Dios más que los metales preciosos de esta tierra. Su sabiduría nos guarda y prepara para el estado eterno.
| Sermon ID | 8524529166043 |
| Duration | 58:59 |
| Date | |
| Category | Sunday Service |
| Bible Text | 1 Kings 4 |
| Language | Spanish |
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