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Primera de Tesalonicenses capítulo 4 a partir del versículo 13. Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él. Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor, que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Vamos juntos a nuestro Dios en oración. Padre Celestial, gracias por nuestra esperanza de que en Tu Hijo, todo el que está en Tu Hijo, tenemos esperanza que es certera. Nuestro futuro está asegurado. Por la obra terminada de Cristo, por Tu obra salvadora llena de gracia, estamos seguros, Tú nos has tomado y no nos soltarás. Tú has revelado en Tu Palabra exactamente lo que podemos esperar más allá de esta vida. Señor, Tú nos has amado, has sido bueno con nosotros en Cristo. Esta noche, al estudiar estos versículos, ayúdanos a comprender esto. El amor, la gracia, la misericordia, la bondad, la fidelidad que se despliega en Tu revelación a Tu pueblo acerca de nuestro futuro. Y de esta manera, que nuestros corazones sean alentados. Y se nos dice que nos alentemos unos a otros con estas palabras, que nuestro corazón sea alentado. Te lo pedimos. Pedimos también por alguna persona que no conoce a Cristo, que ellos puedan ver su necesidad y puedas tener tu misericordia de ellos y salvarlos. Pero que Nuestro pueblo, tu iglesia, sea alentada al considerar lo que nos has dicho acerca del futuro. Y lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén. Vivimos en el mismo mundo que todas las demás personas. Es decir, el pueblo de Dios vive en el mismo mundo que las personas perdidas. El mundo que quedó después de la caída, el mundo que ha quedado después del diluvio. Un mundo lleno de hostilidad. La destrucción que el pecado ha producido. Un mundo en el que tenemos un gran enemigo, la muerte, operando en este mundo. El gran asesino, Satanás, ya ha sido conquistado. El último enemigo, la muerte, ha sido conquistado por Cristo. Pero esperamos el día cuando lo que el Señor ha logrado sea revelado completamente y hasta ese día no se nos libra de lo duro de un mundo bajo maldición. Sufrimos, como cualquier otra persona, sufrimos pérdida, como el resto de la humanidad también sufre pérdida. Enfermedad, muerte, dolor, tristeza, Estas son cosas con las que lidiamos mientras esperamos el regreso de nuestro Salvador. Y sin embargo, podemos decir al mismo tiempo que nuestra vida es totalmente diferente. Comparado con las personas que no conocen a Jesús, vivimos en el mismo mundo, pero no vivimos de la misma manera. Vivimos en el mismo mundo, pero no estamos en la misma posición. Sufrimos, pero no sufrimos solos nunca. En nuestro sufrimiento tenemos a nuestro Dios, en nuestro sufrimiento nos tenemos unos a otros, tenemos al pueblo de Dios. En nuestro dolor, en nuestras decepciones, tenemos gracia y quizás lo más preciado, aparte de nuestro Salvador mismo, es que tenemos la verdad. No estamos en lo oscuro, no estamos tratando de indagar acerca de qué quiere decir todo esto. Dios nos ha dado su verdad. Tenemos esperanza, es decir, tenemos las promesas de Dios. Pablo describe un tiempo de sufrimiento en su vida en 2 Timoteo 4, uno de los pasajes más tristes que el apóstol Pablo escribió, pero desde otro punto de vista, quizás uno de los más grandes alientos que el apóstol Pablo escribió. Segundo Timoteo 4, 16, en mi primera defensa, ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon. No le sea tomado en cuenta. Ahí vemos la gracia de Dios. Alguien que ha sido abandonado puede desear de que no le sea tomado en cuenta los que lo desampararon. Eso es amor. ¿Cómo dices esto? Versículo 17, Segundo Timoteo 4, pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas. para que por mí fuese cumplida la predicación. Me encanta esto. No solo encuentra consuelo en el conocimiento de que el Señor está con él, sino que en lo que está enfocado es su propósito en la vida. Que la verdad de Dios fuera conocida a través de su vida, a través de su predicación, enseñanza y escritura. El Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que por mí fuese cumplida la predicación y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca de león. Ese es el tipo de diferencia que pertenece al pueblo de Dios. El pasaje al que hemos llegado está lleno de detalles. El propósito de esta noche no es ver todos los detalles aún. Eso lo haremos el próximo domingo. Lo que quería hacer esta noche es enfocarme en un aspecto de este pasaje. El título para el sermón es el pesar y el aliento que son únicos para el cristiano. El pesar y el aliento que son únicos en el cristiano. Vivimos en el mismo mundo que todos los demás, pero nuestro pesar no es el mismo de todos. porque tenemos un aliento que nadie más tiene de los que no son del Señor. Así que queremos ver cómo Dios nos ha amado de una manera única y nos ha puesto en una posición, nos ha colocado en una posición totalmente diferente a la humanidad perdida. Así que celebramos esta noche el amor de Dios para con nosotros al pensar de que vivimos en el mismo mundo, pero no tenemos la misma vida, comparado con los inconversos. Dos puntos principales. El primero, el cristiano conoce un pesar único. No queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, hablando de los que han muerto, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. ¿Acaso pueden haber dos palabras más tristes que esto? Sin esperanza. Los que no tienen esperanza. No tienen esperanza en el sentido de que no tienen el poder compartir el futuro del pueblo de Dios. Nosotros tenemos un futuro que los inconversos no compartirán. Es decir, no tienen esperanza. No tienen parte en ello. No hay una expectativa genuina de ello. No hay posibilidad futura de experimentarlo. Si la humanidad perdida queda perdida, no hay esperanza de que puedan experimentar el futuro que le pertenece al pueblo de Dios. No hay posibilidad alguna. Se nos debe recordar frecuentemente que aquí, en esta situación, hemos estado todos. Esa era nuestra vida antes de que el Señor tuviera misericordia de nosotros y que Él nos salvara. Efesios 2, 11. Por tanto, acordaos. Estas son cosas que debemos recordar como pueblo de Dios. Por tanto, acordaos. de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, eras llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. Recuerda, en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. ¿Puedes recordar los días en que no tenías esperanza en tu vida? ¿Recuerdas tu vida antes de conocer a Jesús? En esa condición, es el peor tipo de pesar. Pensemos en el pesar de que le pertenece a aquellos que no tienen esperanza. ¿Qué tipo de pesar tiene? Versículo 13 de 1 Tessalonices 4, para que no se entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. ¿Cómo se entristecen los que no tienen esperanza? Tienen un tipo de pesar. que experimentan los que no tienen esperanza, es un dolor, especialmente en este contexto, pierdes a alguien amado que muere, es un dolor sin una verdadera esperanza de reunión. Las personas hablan de reunirse de nuevo con sus seres queridos, un día estaremos de nuevo con ellos, pero si no conoces a Jesús, eso no es cierto. No hay indicación en la Escritura de que el infierno será un lugar de reunión. Es un lugar de soledad. y no hay esperanza de escapar ese lugar ajeno a Dios. Es un tipo de pesar que no tiene esperanza de comunión futura. No solo reuniéndonos con alguien, sino tener comunión con ellos. No tienen esperanza de eso, los inconversos. Y como seguramente ustedes han pensado ya, lo que hace este pesar sin esperanza aún más triste es que las personas en esta posición tienen una esperanza falsa. Esas esperanzas falsas difieren de persona a persona, pero lo que tienen en común es que son mentiras. Son imaginaciones, no son veraces. Es bueno recordar que la verdad no se determina por nuestro sentimiento. A una creyente me gusta decir esto a veces, que están tan desesperados de esperar que uno de sus seres queridos conocía a Jesús, cuando toda la evidencia dice lo contrario. Tú puedes querer eso con todo tu corazón y no lo hará verdad. ¿Entiendes tú esto? Quiero decirles por qué es esto tan importante, porque interactuamos con esos seres queridos, oramos por esos seres queridos, tenemos oportunidad de hablar verdad a esos seres queridos. Y si tenemos un dolor como los no creyentes, estaremos guiados por nuestros sentimientos y no seremos de ayuda a nadie. ¿Yo puedo querer que uno de mis seres queridos estén en el cielo conmigo? y el que yo lo quiera no hará que eso sea así. La verdad no se determina por cómo me siento o por mis preferencias. La verdad no se determina por lo que hablamos. Si yo digo que ellos son salvos, entonces serán salvos. Las personas se han enojado cuando cuestionas la salvación de un ser querido. ¿Qué creyeron? ¿Entendían el Evangelio? ¿Fueron a la iglesia regularmente? ¿Les amaban la predicación y la enseñanza de la palabra de Dios? ¿Estaban involucrados en el servicio? Haces preguntas sencillas, queriendo ayudarle a alguien, navegar esa pregunta, si ese querido era creyente o no. Las personas se molestan. Yo sé que ellos son salvos, piensan las personas muchas veces. Tú puedes decirlo o sentirlo y eso no lo hará, ¿verdad? Esto es lo que caracteriza a la humanidad perdida. Son muy expresivos acerca de sus creencias, pero claramente equivocados con respecto a la escritura, comparado con la escritura. Algunos esperan que no haya vida después de esta vida en el mundo. Vivimos nuestra vida en este mundo y luego vamos a dejar de vivir. Nuestros cuerpos serán enterrados después de morir y ahí se termina todo. Esto es lo que algunas personas quieren creer o creen o quieren creer, pero no es cierto. Todo ser humano tendrá una existencia después de esta vida, ya sea en el cielo o en el infierno. Eso es lo que la Biblia declara. Algunos esperan que despertarás un día y abrirán sus ojos a una sorpresa gloriosa. Yo no sé si estar en el cielo o no, no sé cuál es el punto de vista del Señor de mi vida o si hay un Dios, así que voy a vivir como yo quiera y espero que un día estaré en un lugar glorioso, un lugar mejor que este. Así no es como ocurrirá, eso es una mentira. Pero hay personas que se aferran a ese tipo de punto de vista acerca de la eternidad. Muchas personas esperan por un cielo que esté acorde a su punto de vista incorrecto y falso de Dios. Me imagino que mi ser querido está jugando golf en el cielo. Y les puedo asegurar que al ser querido no le importará el golf en el cielo. Si el Señor tiene algo para nosotros allá, no será el centro de nuestra existencia. Ese tipo de pensamiento, te imaginas todas las cosas que tú crees que debe existir en el cielo, porque eso es lo que tú quieres que Dios sea y haga, y quieres que sea por toda la eternidad. Y en todos los casos donde no está de acuerdo la Escritura, estamos hablando de un cielo que está de acuerdo con promesas satánicas, promesas mentirosas. Así que cuando las personas pierden seres queridos y no son creyentes, tienen tristeza en el presente por su pérdida, pero especialmente amargo y perturbador porque no tienen nada para anclar su alma con respecto al futuro. Todo lo que les queda es una esperanza falsa, imaginaciones, cosas que se dicen a sí mismos o alguien se los dijo, personas que se imaginan, porque la cultura se los ha dicho, no hay nada verdadero en lo que piensan, nada que puedan ellos conocer con certeza. Y adicionalmente lo que la escritura indica es que hay un conocimiento instintivo de que voy a ser juzgado. Hebreos 10.26 dice, porque si pecaremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. Los hombres saben esto instintivamente. Por eso es que se imaginan ciertas cosas acerca de Dios, donde no hay un verdadero pecado, no hay juicio, no hay necesidad de un salvador, porque ellos instintivamente saben que lo que ellos aborrecen es con lo que ellos se enfrentarán. se enfrentarán con el Dios de la Biblia, el Dios de santidad absoluta, el Dios delante de quien nadie podría estar parado frente a Él sin la obra determinada de Cristo. Y si no quieres el Hijo de Dios, si no quieres el perdón de tus pecados en términos de Dios, entonces tienes que imaginarte una eternidad que no incluirá el Dios de la Biblia. Y eso es lo que la persona inconversa hace. Pero ese no es nuestro duelo, no es nuestro pesar. No nos entristecemos como los otros que no tienen esperanza. No queremos que ignoréis acerca de los que duermen, hermanos, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Como los otros que no tienen esperanza. No dice que no nos entristecemos. Dice que no os entristezcáis como los que no tienen esperanza. Hay un dolor que aún los que tienen esperanza conocen. Hay cosas en este mundo, incluyendo la muerte, que verdaderamente nos duelen. Podemos decir que el pueblo de Dios conoce el mismo dolor que todas las otras personas. Puedes hablar con alguien que no es cristiano acerca de cómo tú te sientes cuando alguien que amabas murió y ellos se podrían identificar con muchos de los elementos que tú describirías. Mucho de esto es común a la humanidad en general. El pesar es doloroso, es como un dolor profundo interno en el alma. Pero lo que es absolutamente único para el cristiano, el amor y la misericordia en Cristo Jesús, lo que es absolutamente único en nuestro pesar, es que no es pesar sin esperanza. Vemos esto cuando describe la muerte de los creyentes en términos de dormir. Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen. Compara la muerte de los creyentes amados al dormir. ¿Cómo funciona esta comparación? Pensemos en la comparación, los que duermen están descansando. Las personas que duermen están aún vivas. A veces no parece que están vivos. Recuerda que a veces uno ve a los niños pequeños a ver si están respirando, pero están vivos. Las personas dormidas no están perdidas a nosotros para siempre. No nos responden cuando están dormidos, pero a la mañana siguiente ahí están, vivos. Las personas que duermen se despiertan. Y todo esto es cierto para el creyente. Muertes en el Señor Jesucristo, estás descansando en la presencia del Señor. Puedes decir que están en un mejor lugar, y eso es cierto. Están vivos, muy vivos, en la presencia de Cristo, ahora sin pecado. no están perdidos a nosotros para siempre. Si ellos son creyentes y nosotros somos creyentes, habrá una reunión. No están perdidos o alejados de nosotros para siempre. Y un día, habrá una gran resurrección, un día de resurrección, y todos los que durmieron saldrán de sus tumbas, tendrán un nuevo cuerpo. Y en ese sentido, todos nos despertaremos. Según el Corintios 5.4 dice, porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia. Estamos anhelando algo. ¿Qué es lo que estamos anhelando? Porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos. Nuestro futuro, estamos viendo, anhelando las promesas que Dios nos ha dado. No estamos esperando un estado sin cuerpo. Vamos a tener eso por un momento si morimos antes que el Señor Jesús regrese. Estar ausente en el cuerpo es estar presente ante el Señor. Pero ese no es nuestro fin último. Dice, sino revestidos para que lo mortal sea absorbido por la vida. más el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor, porque por fe andamos, no por viste, pero confiamos y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor. Ese es un estado preferido. Tenemos esta esperanza, esta expectativa certera, ancla para nuestra alma, de que la muerte del creyente no es el fin de esa persona. Están vivos en este momento. Al ser amado que ha percibido el Señor, están vivos en la presencia del Señor. Ellos están esperando junto con nosotros un aspecto futuro del programa salvador de Dios, es decir, la resurrección. Un día todos experimentaremos eso juntos. Así que conocemos pesar, pero es un pesar único. No nos entristecemos como los otros que no tienen esperanza. lo que me lleva al segundo punto de esta noche. Los cristianos conocen un aliento único. Hay un pesar único para el cristiano. Es doloroso, es pesar, pero no es pesar sin esperanza, porque nosotros tenemos este aliento único. Pablo dice, no queremos, hermanos, que ignoréis para que no os entristezcáis, como los otros que no tienen esperanza. La manera en que podemos tener pesar de una manera cristiana, de una manera única cristiana, es por la verdad. Lo que hace que la esperanza cristiana sea cristiana es que es una esperanza basada en la revelación. Nuestra esperanza está en la palabra de Dios. Dios nos ha dado su palabra acerca de nuestro futuro y anclamos nuestras almas a esa palabra. Dice en el versículo 18, por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Debemos tomar lo que Dios ha revelado a través del apóstol Pablo y usarlo para alentarnos unos a otros cuando nos enfrentamos con situaciones llenas de dolor. Es un aliento único que podemos conocer y compartir como cristianos. Cómo nos alentamos unos a otros es único para los creyentes. Así que, ¿qué vemos en nuestros versículos acerca de cómo nos alentamos frente al pesar? ¿Cómo es que nuestro pesar no es como los que no tienen esperanza? Lo primero que vemos es que nos alentamos con información. No quiero, hermanos, que ignoréis. Quiero darte información, conocimiento, acerca de la muerte de sus seres queridos, esto que les duele. Quiero que sepan la verdad acerca de estas cosas. Es interesante que Dios les está dando esta información a través de un siervo. Dios está comunicando verdades vitales para Su pueblo a través de una persona. Pudo haberlo hecho a través de un ángel o directamente, pero Él les está dando esta palabra a través de Pablo. Y el método de Dios no ha cambiado. Por supuesto, lo que Pablo dijo acá, escribió acá, es inspirado por Dios, está en la Escritura. Pero ahora debemos alentarnos unos a otros con la verdad que ya está en la Escritura. Nos alentamos unos a otros con estas palabras. Toma lo que les estoy dando por el Señor y usa esto para alentarse unos a otros. Esta es la manera en que Dios ha diseñado que Su pueblo sea alentado. La verdad a través de la personalidad. La verdad a través de personas, otros creyentes. Dios tiene un plan para nuestro consuelo que es cíclico. Por eso es que nosotros no debemos aislarnos unos de otros cuando estamos de duelo. Dios ha diseñado para nosotros que seamos consolados por Él, pero a través de un depósito en una persona que invertirá en otra persona. Según De Corintios 1.1, Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que esté en Corinto, con todos los santos que están en toda acalla, gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias, y Dios de toda consolación. el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. El plan de Dios para nuestra vida incluye sufrimiento, pero incluye consolación abundante. De tal manera que tenemos acceso no solo al consuelo de parte de Dios, sino que nosotros somos un conducto para el consuelo de Dios a otros. Continúa diciendo, pero si somos atribulados es para vuestra consolación y salvación, o si somos consolados es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Hemos pasado por estos sufrimientos y Dios nos ha consolado, y yo veo el plan de Dios para esto. Veo la mano de Dios en esto, porque ahora yo tengo el privilegio de ser un instrumento de la consolación de Dios a vosotros, mientras ustedes sufren lo mismo que nosotros hemos sufrido. Dice, nuestra esperanza respecto a vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también los sois en la consolación. ¿Cómo nos alentamos? Con la verdad, con información. Y Dios ha planeado esto de tal manera para Su pueblo que Él da su consuelo, Él da el conocimiento de cosas que nos consuelan a través de Sus siervos. Es un proceso cíclico por el cual Dios nos da lo que necesitamos. ¿Eres tú parte de este proceso? ¿Tomas tú las cosas que has vivido y que Dios te ha consolado y lo inviertes en otras personas que están doliéndose? ¿Eres tú parte de este proceso permitiendo que otros te consuelen a través de otras personas? Cuando estás pasando dificultades, ¿te aíslas o tú te aferras a la iglesia, a las relaciones y la comunión que existe en la iglesia? Esto no quiere decir que todo nuestro consuelo para otras personas es inmediatamente a través de palabras. A veces el mejor instrumento de consuelo que puedes ver es estar ahí callado. Alentar a las personas con el conocimiento que los amas. Pero conociendo la verdad hace que eso sea poderoso porque cuando las personas conocen la verdad, Hay un sentido de estabilidad explicado por Dios y una paz que acompaña la presencia del creyente. Su conocimiento de la verdad imparte un sentido de paz y descanso y confianza que ellos entonces pueden desplegar a otros cuando ellos son usados para consolar a otros. Te encuentras con la presencia de Dios a través de las personas. No quiero que ignoréis, hermanos. Alentaos con información unos a otros. Alentaos con información inspirada. Yo sé que ya lo dije, porque esto es del Señor. Está en la Escritura, pero quiero enfatizarlo. Tampoco queremos ser hermanos que ignores acerca de los que duermen para que no sean tristes y escasos como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá a Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor. Voy a darles algo que es la palabra de Dios. Esto no es la opinión de Pablo. Estas no son palabras que están buscando levantar el espíritu de alguien, ya sea que sean verdad o no. Esto no es cualquier tipo de información. Esto es información inspirada. Esto viene del trono de Dios mismo. Esto es la palabra del Señor como que si Jesús hubiera estado ahí, cara a cara, frente a frente. Inspirada, información inspirada. ¿Por qué quiero enfatizar esto? Porque a veces tenemos personas con buenas intenciones que tratan de consolar a otros con palabras que no tienen autoridad alguna. Lo dije hace un momento, los sentimientos no determinan la verdad. Tú puedes identificarte con los sentimientos de alguien, pero si no le estás dando la palabra de Dios, todo lo que tienen son tus sentimientos o tus opiniones. Eso no es verdadera ayuda a nadie. A veces las personas tratan de consolar a otras personas con palabras que no son verdad. Cosas no en un funeral únicamente o en un duelo de alguien que muere. alguien que pasa un momento difícil en su matrimonio y hay personas que tienen buenas intenciones y tienen misericordia de las personas que están pasando por dificultades, pero les estamos dando la palabra de Dios. A veces vienen y estas personas y confirman a las personas en el error cuando están tomando una decisión incorrecta porque quiere ser su amigo o su amiga. Y les dices que lo que están haciendo está bien cuando no está bien. No, lo que las personas necesitan, las personas que están pasando por dolor, por pesar, necesitan palabra del Señor, como dice en el versículo 15. Las personas que se duelen, que están pasando por pesar, necesitan la Palabra de Dios, información inspirada, comunicada a través de personas que les aman. En la familia de Dios están acá para nosotros, para nosotros. Están ahí para darnos el mensaje de Dios, no el mensaje o su opinión de ellos mismos. Así que están hablando la Palabra de Dios. En tercer lugar, nos alentamos con información. Es un aliento único para el cristiano. Nos alentamos con información, con información inspirada y con información centrada en Cristo. El aliento de Pablo para estas personas no es algo genérico acerca de Dios. Aún algunos que se dicen ser cristianos hablan de todas las cosas de la vida de una manera genérica acerca de Dios. Tú necesitas a Dios, dicen. Dios está a tu lado, les dicen. Tu futuro estará con Dios. Muy genérico acerca de Dios, de lenguaje acerca de Dios. Dios es uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero es interesante que en esta sección, cuando habla del futuro del creyente, Juan centrado en Cristo es esta sección y eso es diseñado por Dios así. 14. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual, los decimos esto en palabra del Señor que nosotros que vivimos, que habíamos quedado hasta la venida del Señor, la venida del Señor Jesús. No precederemos a los que durmieron, porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. ¿Con quién te encontrarás en el aire? Con el Señor Jesús. ¿Con quién estarán para siempre? Con el Señor Jesús. Por tanto, alentadlos unos a los otros con estas palabras. El aliento único del cristiano está centrado en la persona que solo los cristianos conocen y aman, está centrado en el Señor Jesús. Si no conoces al Hijo, no conoces al Padre. Si no conoces al Hijo, no conoces a Dios. Por todos que consideran su futuro y piensan en el conocimiento de Dios, quiero preguntarte si conoces a Cristo. ¿Es Él tu Salvador, tu Señor? Él es el único en el cual puedes conocer a Dios. Afuera de Cristo no puedes conocer a Dios. ¿Has visto a Jesús, su muerte, su resurrección, su justicia para estar bien con Dios? ¿Has visto tú no sólo la muerte de Cristo sino su resurrección para ver cuál es tu futuro? Si no conoces a Jesús, si no amas a Jesús, Entonces, no puedes decir que tu esperanza está anclada en Jesús. Si no conoces al Señor Jesucristo, mucho de lo que Pablo dice acá es vacío, sin significado para ti. Nuestra esperanza está anclada en la muerte y resurrección de Jesús. Nuestra esperanza está anclada en el regreso del Señor por su pueblo. Nuestra esperanza está anclada en un regreso que será personal. El énfasis en el versículo 16, porque el Señor mismo, el Señor Jesús mismo, de quien hemos hablado, estudiado, leído, predicado y has escuchado en el Evangelio, ese Jesús es el que regresará del cielo, descenderá del cielo con voz de mando. Es ese Jesús el que encontraremos en el aire. Es ese Jesús en cuya presencia experimentaremos una gran reunión, porque los muertos en Cristo resucitarán al mismo tiempo que nosotros nos encontramos con el Señor en el aire. Dice, por la palabra del Señor, nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la vida del Señor, no precederemos a los que durmieron. ¿Qué pasó con nuestros seres queridos? ¿Van a perder algo que nosotros sí experimentaremos? ¿O al revés? ¿O viceversa? No, no. Juntos habrá una gran reunión en la presencia del Señor. De tal manera que nuestra esperanza está anclada en la existencia eterna frente o en la presencia de Cristo. Y así estaremos siempre con el Señor, versículo 17. Jesucristo está en el corazón, en el centro de nuestra esperanza. Este es un aliento único del cristiano. Nos alentamos con información, con información inspirada, nos alentamos con información centrada en Cristo. Y nos alentamos con información que tiene que ver con nuestros seres queridos. Y esto me encanta y es extremadamente alentador para mí. Que Dios no aplasta nuestra tristeza con respecto a nuestros seres queridos. A veces las personas hacen esto, pero Dios no lo hace. Recuerdo en el funeral de mi padre, mi papá conocía al Señor, yo sé dónde está Él. Le estaba dando gracias a Dios, a Dios por la noche que mi padre murió, por la vida de mi padre. Yo no soy ignorante de estas cosas, pero estaba triste. Y en el funeral, personas que estaban queriendo alentarme, no querían ofenderme, pero venían con una, con una casi que ligereza de palabras. Él está con el Señor, gózate. Y yo pensaba, yo me gozo, pero también lloro. Está ausente en mi vida mi mejor amigo. Dios no calla el llanto de Su pueblo, no nos reprende por nuestro sentido de pérdida, no niega la manera en que nos diseñó lo que es nuestra humanidad, la ausencia de esta persona que amamos. La muerte es un gran intruso. Aparte del pecado, la muerte no habría entrado en este mundo. Dios no nos diseñó para que fuéramos separados de nuestros seres queridos por la muerte. Por supuesto, todo esto según el plan de Dios, decretos de toda la eternidad, pero el diseño de la humanidad será restaurado y florecerá en Cristo. No para que seamos arrancados unos de otros por la muerte, sino en el diseño de Dios. El Espíritu de Dios a través de Pablo viene a estas personas que se están doliendo por la muerte de sus seres queridos y los alienta acerca de sus seres queridos. Las respuestas que provee incluyen la certeza de la reunión con tus seres queridos. ¿Estás tú anhelando esa reunión con tus seres queridos? Es una esperanza centrada en Cristo. Pero, ¿de acaso ya no me importa si veo a mi papá de nuevo? Eso no es bíblico. A mí me importa y un día lo veré de nuevo. Yo espero ese día. Y Pablo no aplasta este pensamiento. Nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos. ¿Con quiénes? Los que nos precedieron en la muerte. La expectativa de una comunión eterna. Y así estaremos siempre con el Señor. En plural, estaremos siempre con el Señor. La expectativa de gozo juntos en la presencia del Señor. Si tienes a alguien que te ha precedido en la muerte y que conocían a Jesús, y tú conoces a Jesús, y tú anhelas ese día que estarás junto a ellos, di amén. Será un día maravilloso. Nos alentamos unos a otros con información acerca de nuestros seres queridos. Y nos alentamos con información acerca de un futuro glorioso físico. Por años y años yo conocí al Señor y a medida que yo iba aprendiendo la Biblia, mis pensamientos de la eternidad No eran muy físicos en el sentido de naturaleza física. No sabía qué era, pero siempre era algo etéreo, el pensamiento de la eternidad. Y no pensaba realmente acerca de un nuevo cielo, una nueva tierra. ¿Entiendes, amados, que andaremos en la tierra con una vida renovada? Será una nueva tierra, pero será una existencia física. Un nuevo cuerpo, con un nuevo cuerpo glorioso para la eternidad. Allá no habrá enfermedad, no habrá muerte. Un cuerpo resucitado. Lo leímos hace un momento en 2 Corintios 5.4, porque así mismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia porque no quisiéramos ser desnudados sino revestidos para que lo mortal sea absorbido por la vida. Vivimos en un cuerpo actualmente que muere. para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios quien nos ha dado las arras del espíritu. Tenemos ahora una nueva cualidad de vida aún en este cuerpo mortal. Conocemos vida en el Espíritu de Dios que no conocías antes. Imaginémonos entonces cuando tengas un nuevo cuerpo glorificado en el cual la carne ya no está presente, la carne pecadora. Filipenses 3.21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. Se nos dará un nuevo cuerpo explicado por el poder de Dios. Cuando pienses en la eternidad, no pienses en flotar en una nube. No pienses en una existencia aburrida, que vamos a estar con arpas cantando todo el tiempo. Esa no es la imagen. Un nuevo cuerpo, una nueva tierra con toda la variedad gloriosa que ves aún en una creación que está bajo maldición. Los placeres múltiples que Dios provee para su pueblo. A mí me parece increíble el entendimiento que Job tenía, tanto que faltaba en la escritura, que él no tenía acceso en esos momentos. Pero algo que él sabía, él sabía la verdad de la resurrección. Job 19.25, yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo, y después de deshecha está mi piel, En mi carne he de ver a Dios, al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí. John MacArthur escribió, "...Hobb no tenía esperanza ya en esta vida, pero estaba confiado de que, después de que estuviera muerto, su Redentor le traería vindicación en la gloria de una resurrección física, es decir, en mi carne, en que él disfrutaría comunión perfecta con el Redentor." Segunda de Pedro 3.13. Pero nosotros esperamos según sus promesas cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia. Y Juan describe esta escena en Apocalipsis 21, 1. Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo de Dios, dispuesta como una esposa ataviado para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía, He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres. Y Él morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará a Dios toda lágrima de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte. Ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo, He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo, Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo, Hecho está. Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin. Al que tuviera sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciera heredara todas las cosas y yo seré su Dios y él será mi hijo. Vivimos en el mismo mundo que todas las demás personas. Pero no estamos en la misma posición que todas las demás personas. El Señor por Su gracia y misericordia y poder salvador nos ha colocado en una posición completamente diferente. Tenemos pesar, nos dolemos, pero no nos entristecemos como que si no tuviéramos esperanza. Tenemos dolor con esperanza, con la expectativa certera de que todas las promesas de Dios se cumplirán, y debemos alentarnos unos a otros con lo que Dios ha revelado. Nos alentemos unos a otros con información, información inspirada, información que se centra en nuestro Salvador. información que incluye a nuestros seres queridos que nos han precedido en la muerte y que han confiado en Jesucristo, y aún los que no han confiado en Jesucristo. Estamos agradecidos de que no estamos en la oscuridad acerca de eso. Se nos da la verdad acerca de la salvación y el juicio. Y aunque tiene que ver con personas que sabemos que no murieron con Cristo, o de todo lo que podemos saber, no parece que murieron en Cristo. Aún ahí, tenemos todo en la Palabra de Dios que nos asegura de que en nuestras propias fuerzas no podemos conocer un cielo que es el cielo con el conocimiento de su juicio. Dios, aún ahí, probará ser suficiente para nuestros corazones. De tal manera que el cielo es cielo aún con el conocimiento de juicio. Nos alentamos unos a otros con la verdad de que tenemos un glorioso futuro físico, un cuerpo resucitado sin pecado en un mundo de justicia. Este es nuestro futuro. Así que quiero preguntarte, ¿es este tu futuro? ¿Es este verdaderamente tu futuro? Si tú mueres esta noche, ¿conoces tú que conoces a Cristo? ¿Sabes tú que conoces a Cristo? ¿Puedes tú apuntar a una transformación que ha ocurrido en tu alma cuando tú pasaste de muerte a vida, de la ceguera a la vista, de la esclavitud a la libertad, del egoísmo al amor, como hablamos esta mañana? De una vida contenta con tus propias opiniones y sentimientos a una vida donde nada satisfará tu corazón sino la verdad. ¿Te ha salvado el Señor? Porque si Él no te ha salvado, no es tu esperanza. Tampoco queremos hermanos que ignoréis acerca de los que duermen. ¿Eres tú un hermano? ¿Una hermana? ¿Conoces tú un pesar único? Puedes tener dolor y estar agradecido y tener gozo al mismo tiempo. Puedes tener mucha tristeza en tu alma porque has perdido a tu mejor amigo, pero tu corazón está lleno de agradecimiento a Dios por su gracia y misericordia a tu amigo que lo hizo, hijo de Dios, hija de Dios. ¿Sabes cómo quiere alentarte Dios? Alguien que me escucha, que estás pasando por un tiempo duro y lo que has hecho es aislarte, en lugar de entender el patrón cíclico, plan cíclico de Dios para el consuelo de su pueblo. le permitirás a Dios consolarte a través de otros, y lo tomarás como un depósito e invertirlo en el consuelo de alguien más después. Esa es nuestra herencia única, es un regalo de Dios. Y eso es lo que debemos dar, le gracias a Dios, dar a otros y vivir. Haremos juntos, Padre Celestial, gracias. que tú nos has amado, y como cantamos esta noche, tú nos has amado primero. Cuando no te amábamos, cuando no te conocíamos, cuando no estábamos buscándote, nos trajiste el Evangelio y por el poder de tu Espíritu nos hiciste vivir en tu Hijo y por tu Hijo. Nos despertaste. Abriste nuestros corazones, nuestros ojos espirituales y nuestros oídos y escuchamos. Nos diste arrepentimiento y fe y ahora somos tuyos y el futuro del que acabamos de pensar es verdaderamente nuestro. Así que aún en nuestro pesar, hay un gran sentido de bendición. Gracias por esto y fortalécenos como iglesia para reflejar esto. Un gozo verdadero, permanente, no algo superficial. No palabras falsas, Ayúdanos a tomar lo que tú has revelado con información inspirada y tener una esperanza que informe nuestro pesar. Y que nos uses como un testimonio para un mundo perdido tan desesperadamente necesitado de tu Hijo, incluyendo seres queridos que necesitan desesperadamente conocer la verdad acerca de su condición espiritual. Y nosotros tenemos la respuesta. Fortalécenos, Señor, a ser evangelistas fieles en el nombre de Jesús. Amén.
El pesar y el aliento del Cristiano
Series Spanish Translation
Sermon ID | 731241951125914 |
Duration | 56:09 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | 1 Thessalonians 4:13-18 |
Language | Spanish |
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