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Proverbios 4, si Dios lo permite, veremos desde el versículo 20 hasta el versículo 27. Y si Dios lo permite, veremos que la batalla espiritual es real. La batalla espiritual es real. Pon prioridad en guardar tu corazón. La batalla espiritual es real. Pon prioridad en guardar tu corazón. Ahora, el mantenimiento en aviones es muy importante. Yo creo que todos estaríamos de acuerdo con eso. Pero yo recuerdo una situación cuando vivíamos en Estados Unidos, una compañía de trabajo vino un poquito frustrada y casi enojada con un compañero de su marido. porque el marido de esta compañera mía, él es mecánico de aviones. Y entonces decidieron hacer un vuelo con un avión, porque estaban asegurándose que todo estaba funcionando bien, y que no había ningún problema, que ya habían arreglado lo que les habían dicho. Y en ese vuelo, de repente, empiezan a descender rápidamente, y lo que... Aquí hay dos mecánicos en el avión, Y el avión funcionaba bien, solamente se les había olvidado de revisar el medidor de gasolina. O el nivel de gasolina. Así que todo bien hasta ese punto. Y entonces el compañero del esposo de mi compañera casi muere. Porque tuvieron un accidente de avión. porque aunque lo estaban manteniendo, no se habían percibido de todos los riesgos, no habían considerado todas las circunstancias. Ahora, yo creo que estamos de acuerdo en ese sentido de que hay que constantemente mantener un avión, hay que constantemente asegurarse de que todos los detalles están bien, incluso Hoy en día, cuando estos viajes comerciales o viajes donde si tú quieres viajar a otro lado del mundo, pues ese avión se aseguran en todo detalle. Tienen su lista que tienen que asegurarse y van punto a punto para asegurarse de que ese avión está en correctas condiciones para poder volar, porque quieren asegurarse a proteger lo que está dentro. Lo que es importante es las vidas de esas personas. Y lo quieren proteger, pero para poder protegerlo, lo tienen que mantener. Tienen que mantener ese avión en condiciones correctas. Ahora, aquí en Proverbios 4, vemos Una situación similar, en el sentido de que debemos de mantener nuestro corazón. Debemos de mantener nuestro corazón a salvo, y lo debemos de guardar. Incluso ahí, en el versículo 23, nos dice, ¡Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón! Ahora, empiezan los primeros tres versículos, del versículo 20 al 22, de una forma general, está indicando que debemos de inclinar nuestro oído, o nuestra atención a las Escrituras, o la sabiduría de Dios, y prestar atención a ellas, y guardarlas dentro de nosotros. Y luego empieza a enfatizar, en el versículo 23, de guardar nuestro corazón, Versículo 24, guardar nuestra boca. Versículo 25, guardar nuestros ojos. Y luego, del versículo 26 al 27, guardar nuestro... ¡Nuestro caminar! ¡Nuestro día a día! ¿A dónde vamos? Debemos de guardarlo. Entonces, se está enfatizando la idea de guardar... la totalidad de quién eres, ¿no? Debes de guardarlo. Pero para poder guardarlo, realmente debes de constantemente ir manteniendo... tu relación con Dios, para poder guardar tu corazón a salvo del mal. Entonces, por ello, la batalla espiritual es real. Pon prioridad en guardar tu corazón. El problema es cuando el creyente no guarda su corazón con diligencia. y entonces no lo va manteniendo, no va manteniendo su relación con Dios, no lo está guardando con diligencia, y entonces se va ensuciando, se va... esa relación se va dañando. Y entonces vemos la importancia de proteger nuestro corazón. Vamos a leer aquí el pasaje en Proverbios 4, versículo 20. Dice, Hijo mío, Está atento a mis palabras. Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos. Guárdalas en medio de tu corazón, porque son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto. y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda. Aparta tu pie del mal. Entonces, lo que este texto nos dice es que es esencial atender a la Palabra de Dios. Es esencial siempre tener presente la Escritura en nuestra vida. Porque la Palabra de Dios cambia vidas. La Palabra de Dios nos impacta positivamente. Y es esencial guardar nuestro corazón. Dios quiere que seamos santos. Dios quiere que te mantengas puro, que andes en rectitud, que no te desvíes de su Palabra. sino que te desvíes de la maldad, que te apartes de la maldad. Y lo que Dios quiere es que hagas lo bueno, que le agrades. Pero muchas veces hacemos lo contrario de mantener nuestro corazón, de guardar nuestro corazón y no protegemos lo que entra en nuestro corazón. No cuidamos de lo que nos e influye. No estamos alertas. No velamos y oramos para no entrar en tentación. No tenemos las prioridades correctas. A veces no pensamos lo correcto. No tenemos un estándar de lo que vemos. No edificamos con nuestras palabras. No cuidamos dónde vamos. No nos importa apartar nuestra mirada de Dios. No nos importa torcer nuestro camino para conseguir lo que queremos. A veces estamos dispuestos a pecar para conseguir lo que deseamos. Y no buscamos ser irreprensibles. Y por eso tenemos este texto aquí, porque nos exhorta a proteger nuestra relación con Dios, a guardar nuestro corazón, a atesorar la Escritura dentro de nosotros, y dejar que nos impacte toda nuestra vida. Porque aquí realmente está enfatizando esa idea de guardar toda la persona. El habla, la mirada, el caminar, el corazón. Y especialmente, como dice ahí, sobre toda cosa guardada, guarda el corazón. Porque el corazón dirige a la persona. Y este enfatiza el mantener el cuerpo lejos del pecado. y tener un compromiso de hacer lo que es recto, de obedecer a Dios, a caminar en rectitud, exhortación que cubre todo el cuerpo para guardar el camino de la sabiduría, el camino de Dios. Ahora, en Proverbios es claro que nos... que nos exhorta a atender a la Palabra de Dios, a escuchar la Palabra de Dios, a aceptarla en nuestro corazón, a amarla sobre todas las cosas, incluso sobre las riquezas, a atesorarla más que a dinero, y a no soltar la sabiduría de Dios, y a internalizarlo, ¿no?, que sea nuestro. En Proverbios 2, versículo 1, dice, Hijo mío, si recibieres mis palabras y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría. Si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia y a la prudencia dieres tu voz. Si como la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová y hallarás el conocimiento de Dios. Entonces ahí está enfatizando esa idea de atesorar la escritura, de internalizarla, de escucharla, de aceptarla, porque tú quieres acercarte a Dios. Tú quieres ser agradable delante de Dios. Ahora, la batalla espiritual es real. Pon prioridad en guardar tu corazón. Primero, lo que vamos a ver del versículo 20, aquí en Proverbios 4, del versículo 20 al versículo 22, es que debes de guardar tu corazón cuidando de lo que permites que entre. Guarda tu corazón cuidando de lo que permites que entre. Ahora, en Estados Unidos, la mayoría de las casas las hacen de madera. Ahora, porque hay mucha madera, y entonces se construyen rápidos, es aísla del frío, ¿no? Entonces, ¿qué pasa? Que es una cosa que no va bien con la madera. ¡La termita! Y entonces, se preocupan y hacen todo lo posible para evitar que una termita se acerque a una casa de madera. Y entonces, siempre están velando, siempre están preparados. Hay gente preparada, 24 horas al día, si tú le llamas, ellos llegan a tu puerta, porque esa termita va a dañar. aquello que es preciado, ¿no? Y esa casa, si no velas por ella, si no la proteges, si no la guardas, algún día te puede caer encima. Entonces, para protegerte a ti mismo, debes de proteger tu casa, debes de guardar. Si realmente atesoras lo que está dentro, debes de guardar, debes de velar por ella, debes de proteger de que nada malo entre. Y entonces, ese es el énfasis que nos está haciendo este pasaje, y por ello es tan esencial estar constantemente velando, estar constantemente manteniendo nuestra relación con Dios. Y aquí empieza mostrando esta importancia de guardar lo que permite es que entre. Porque aquí en Proverbios 4, versículo 20 dice, ¡hijo mío! Está atento a mis palabras, inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón, porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. Ahora, aquí ahí empieza con esa frase bastante conocida en proverbios, enfatizando esa idea de una relación de hijo a padre, o incluso puede ser de un maestro a un discípulo, donde por eso dice, hijo mío, atiende, presta atención. Esa idea de estar atento, literalmente tiene esa idea de escuchar. Presta atención. Esto es importante. Lo que te estoy diciendo es importante. Escucha. Escucha a qué? A mis palabras. Incluso dice, inclina tu oído a mis razones. Ahí enfatizando esa exhortación y la importancia de escuchar a las palabras, las palabras de sabiduría, la palabra divina. El profesor dice, inclina tu oído. Ahora es interesante, porque literalmente en el lenguaje original está diciendo, estira tu oreja a tu oído. Extiende tu oreja para escuchar. Agáchate para escuchar. Y cuando prestas atención, cuando te inclinas con propósito de escuchar, es que demuestra que estás dispuesto a escuchar. Estás dispuesto a tomar nota. Tienes el deseo de obedecer. Demuestras que tienes respeto hacia la persona que habla. No quieres perderte nada. No quieres olvidarte de nada. No quieres... descuidar ninguna información, sino quieres captar toda la información, quieres adaptarte a lo que se te está diciendo, tienes el deseo de ser fiel, muestras interés, muestras dedicación, no quieres perderte nada, sino que quieres obedecer, quieres escuchar, te interesa y lo quieres aceptar. Y vemos la importancia de aceptar. de recibir, de estar atento a la voz de Dios. Estar dispuesto a obedecer a Dios. Porque mientras más escuchas, más preparado vas a estar para obedecer. Y eso es un énfasis en proverbios, porque mientras más se repite la exhortación, mientras más se repite la enseñanza, más vas a estar preparado para escuchar. Más vas a obedecer. Y por ello en versículo 21 dice, no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón. Está enfatizando otra vez esa idea de tenerlo presente en tu vida, porque esa idea de aparten tiene la idea de perder de vista. ¿El qué es lo que no quieres perder de vista? Los mandamientos de Dios, la palabra de Dios, su palabra, sus razones. Y por ello, las guardas dentro de ti. Siempre las quieres tener presente delante de ti. Porque cuando atesoras algo, lo guardas con diligencia. En Deuteronomio 6, del 6 al 9, Vemos la importancia de enseñar y de tener presente la Palabra de Dios constante, constantemente en tu vida y en la vida de tus familiares. Y por eso aquí en esta exhortación de Deuteronomio 6, versículo 5 nos dice, Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y entonces enfatiza la importancia de tener la Palabra de Dios constantemente delante de ti. Y por ello, del versículo 6 al versículo 9, estoy aquí en Deuteronomio 6, versículo 6 dice, estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino y al acostarte y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos, y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas. Y aquí la exhortación es tener la escritura siempre presente en tu vida. Y por ello para los judíos, pues tener esta... esta idea de tenerlo presente y por ello, pues, ¿qué hacían? Pues, literalmente, las ponían sobre las puertas. Tenían objetos que cosían en su ropa para que constantemente las podían ver. Las ponían sobre frontales en su cabeza para que realmente ese objeto lo podían ver y podían recordar constantemente la palabra de Dios. Es el énfasis para poder repetirlo, para poder siempre recordar la escritura, para guardarlo en su corazón. Y volviendo aquí a Proverbios 4, versículo 21, vemos ese énfasis. No se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón. Ahora, ¿cómo puedes guardarlas en medio de tu corazón? Pues leer la Palabra de Dios a diario. Usarlo. O sea, buscar su aplicación a tu vida diaria. Meditar en la Palabra de Dios. Memorizar la Palabra de Dios. Siempre mantener la Palabra de Dios presente en tu vida. Porque esa sabiduría de Dios requiere mantenimiento. Requiere repetición. Incluso en el Nuevo Testamento, en primero de... 1 Timoteo 4.8 dice, el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera. Simplemente haciendo ese énfasis de tener presente la escritura y vivir diligentemente atendiendo a la escritura. y caminando en piedad. Y por ello esta exhortación en Proverbios 4.21, no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón, porque vemos resultados de lo que la Palabra de Dios hace en tu vida. Dice, porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. Pues la sabiduría realmente beneficia todo aspecto de la vida, física, mental, espiritual, porque la sabiduría celestial afecta positivamente toda dimensión humana. Pero la salud espiritual requiere diligencia, requiere dedicación total. Incluso aquí en Proverbios 4 vemos un énfasis en que la palabra de Dios da vida. Porque en Proverbios 4, versículo 4, dice... Y Él me enseñaba y me decía, retenga tu corazón mis razones, guarda mis mandamientos y vivirás. Versículo 10. Oye hijo mío y recibe mis razones y se te multiplicarán años de vida. Versículo 13. Retén el consejo, no lo dejes, guárdalo porque eso es tu vida. Y luego en versículo 23 dice sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida. Entonces vemos ese énfasis en que proveen vida, ¿no? Y por ello es tan esencial escuchar y atender y guardar la palabra de Dios, porque son vida. Por eso hay, versículo 22, porque son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo. Ahora, ¿qué es lo que ocurre cuando no mantienes tu relación con Dios? ¿Cuando no la proteges, cuando no guardas la palabra de Dios en tu vida? ¿Cuando dejas que el pecado te controle? ¿Cuando no estás constantemente velando y orando para no entrar en tentación? Pues en Salmo 32 nos da un ejemplo, porque en Salmo 32, en siglo 3 al 4, vemos al salmista que ha pecado, y dice, mientras callé, se envejecieron mis huesos. Entonces, en vez de tener vigor, en vez de tener fuerza, en vez de tener esa vida, realmente es como que se está muriendo. Está sufriendo. Dice, mientras callé. Tiene esa idea de que no se ha arrepentido, sino que lo mantiene callado, lo mantiene escondido, y por eso se envejece en sus huesos, dice, en mi gemir todo el día, porque de día y de noche se agravó sobre mi tu mano, se volvió mi verdor en sequedades de verano. Entonces, toda esa vitalidad que tenía, toda esa fuerza, se va secando porque no se ha arrepentido, porque no se ha mantenido firme delante de Dios. Y por ello debemos de guardar nuestro corazón cuidando de lo que permitimos que entre. Pero no solamente debes de guardar tu corazón cuidando de lo que permites que entre, sino también debes de guardar tu corazón cuidándolo con diligencia. Guarda tu corazón cuidándolo con diligencia. Eso lo vemos en el versículo 23. Porque hace ese énfasis en que sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón. Y nos da el por qué. Dice, porque de él mana la vida. Ahora ese término, eh... guarda, tiene la idea de preservar. De cuidar con atención. De proteger. Y entonces proteges del mal para que el mal no entre, ¿no? Y si algo entra, lo sacas, lo quitas, lo proteges con prioridad. Ahora, a mí me encanta trabajar con niños. Pero cuando un niño se trae un juguete a clase, es bastante interesante observar cómo lo cuida, cómo lo protege y se asegura que nadie ¡Si no quiere, nadie lo va a tocar! Y especialmente los niños que tienen una reputación de romper, tienen una reputación de dañar, tienen una reputación de codiciar, intentar robar el juguete, pues ni te acerques. Porque este juguete es mi prioridad en este momento, ¿no? Es mi tesoro. Y entonces lo guardan y lo protegen, y se aseguran de que nadie lo toque. Este es mi juguete, es mío, y lo defienden. y están dispuestos a pelear para defender su juguete. Pues, en realidad, nosotros, como creyentes, deberíamos estar dispuestos a pelear, a mantenernos firmes, a guardar hasta lo máximo nuestro corazón. Porque nuestro corazón, incluso en la mentalidad hebrea, el concepto hebreo, literalmente es la idea de... todo lo que es nuestra mente, nuestra capacidad de razonar, nuestro corazón, son nuestras emociones, nuestros sentimientos, es la totalidad, la totalidad de la persona, pues el corazón es el verdadero yo, el yo interior, y es tu posesión más valiosa, y por eso la exhortación, de guardar el corazón como la posesión más importante. Ahora, ¿guardar el corazón? ¿Guardar el corazón de qué? Bueno, hay que guardar nuestro corazón de todo lo que daña tu relación con Dios. Hay que guardar nuestro corazón de todo lo que lo contamina, de todo pecado, de toda rebeldía, de todo orgullo, de toda codicia. de todo deseo malo, de todo lo que desvía tu mirada de Dios, de todo lo que no te permite amar a Dios sobre todas las cosas. Debes de guardar tu corazón de todo lo que limita tu servicio a Dios. Debes de guardar tu corazón del temor del hombre, de confianza en ti mismo. Debes de guardar tu corazón de todo lo que estorba tus prioridades, de que Dios debe ser tu prioridad. Porque la escritura es clara, de que tu corazón realmente descubre qué clase de persona eres. En Mateo 12, 34 al 35, Jesús le dice, generación de víboras. ¿Cómo podéis hablar lo bueno siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas. Y el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas. También en Marcos 7, del 21 al 23, Marcos 7, del 21 al 23, dice, porque de dentro Del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lastimia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez... Todas estas maldades de dentro salen y contaminan al hombre. Y por ello debes de guardar tu corazón. Por eso, enfatiza aquí, sobre toda cosa guardada. Guarda tu corazón, porque de él mana la vida. Entonces, si notas algún pecado en tu corazón, ¡arrepiéntete! Y protege tu corazón para mantenerte firme delante de Dios. Porque quieres guardar tu corazón. Porque tu corazón representa quién eres tú. Pues la batalla espiritual es real. Pon prioridad en guardar tu corazón. Primero, guarda tu corazón cuidando de lo que permites que entre. Segundo, guarda tu corazón cuidándolo con diligencia. Y por último, guarda tu corazón cuidando de lo que haces. Porque si guardas tu corazón, eso se va a demostrar en tu día a día. Si no guardas tu corazón, se va a demostrar en tu día a día. Se va a demostrar en lo que estás dispuesto a dejar que entre. Se va a demostrar en lo que dices. Si no guardas tu corazón, se va a escuchar. Si no guardas tu corazón, se va a ver en lo que tú ves. Y estás dispuesto a ver. Y se va a ver en donde estás dispuesto a ir. Porque si guardas tu corazón, vas a querer ser irreprensible delante de Dios, vas a querer agradar a Dios, y vas a apartarte del mal. Y el versículo 24 dice, aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios. Y aquí, en este versículo, está enfatizando esa idea de proteger tu boca, de cuidar tu boca. Por eso dice ¡Aparta! Ese término, aparta, literalmente tiene la idea de abandonar, de dejar, de desviarte. ¿De qué? Aquí dice, aparta de ti la perversidad de la boca. Ese término perversidad, en el original, tiene la idea de lo que es torcido, de lo que es falso. Y entonces, por eso dice, aparta de ti la perversidad de la boca, y luego lo enfatiza otra vez, porque dice, y aleja de ti. Se termina a alejar, tiene la idea de estar distante, mantenerse lejos. ¿De qué? De la iniquidad. Y ese término iniquidad es similar al de perversidad en este contexto, porque tiene la idea de perversidad, de desviación, de aquello que es torcido. Y entonces se enfatiza otra vez la boca, diciendo, de los labios, porque debes de apartar de ti la boca malvada. Ahora, la boca torcida tiene que ver con toda clase de pecados de la boca. Murmuraciones. Engaños. Falso testimonio. Mentiras. Palabras cortantes. Palabras blasfemas. Palabras malas. Palabras destructoras. Mentiras blancas. Distorsión de la verdad. Toda clase de palabras torcidas y perversas. Porque el contenido y la calidad de tu corazón se ve en el contenido de lo que dices. La boca perversa realmente muestra un corazón desprotegido, que no lo estás guardando. En Lucas 6, versículo 45, dice, "...el hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca lo bueno, y el hombre malo del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca." Entonces, tu corazón se demuestra en lo que dices. Y por ello es tan importante acercarte y atesorar la sabiduría de Dios. Porque te impacta positivamente, porque la sabiduría produce honestidad. En Proverbios 8, versículo 13. Proverbios 8, versículo 13 dice, el temor de Jehová es aborrecer el mal. Y por ello dice, la soberbia y la arrogancia, el mal camino y la boca perversa aborrezco. Porque cuando temes a Dios obtienes la sabiduría de Dios y cuando tienes la sabiduría de Dios aborreces el mal y aborreces todo lo que tenga que ver. con el mal, y no lo quieres practicar, y por ello, hablas lo que es justo, y aborreces el mal. En Proverbios 10, versículo 32, dice, los labios del justo saben hablar lo que agrada, más la boca de los impíos habla perversidades. Entonces, ahí vemos ese contraste, ¿no?, entre el justo y el impío. entre el que teme a Dios, y el que no teme a Dios. Porque el que teme a Dios, habla lo que agrada. El que no teme a Dios, habla lo que es torcido, lo que no edifica, lo que daña. Por ello, luego en el Nuevo Testamento, en Efesios 4.29, Nos dice, ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 2 Efesios 4,29. Debemos este énfasis aquí en Proverbios 4, 24, el énfasis de guardar tu boca, pero también el versículo 25, nos dice de guardar tus ojos, porque dice, tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Ahora, ahí, esas dos palabras, lo recto, traducen lo que literalmente dice, directamente lo que está enfrente tuyo. Lo que está hacia adelante. Incluso, por eso lo repito otra vez cuando dice, diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. O sea, lo que está directamente en tu presencia. Y por ello es lo que es recto. Lo que está a ese nivel de rectitud. Porque tus ojos deben de mantenerse enfocados en las cosas correctas. Tienes que tener las metas correctas. Es importante proteger los ojos de lo que es malo. Ahora, en Proverbios, enfatiza de que aquel que es impío, aquel que es necio, no cuida su boca, perdón, no cuida sus ojos, incluso está distraído. En Proverbios 17, versículo 24, dice, en el rostro del entendido aparece la sabiduría, mas los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra. Están distraídos, no tienen el enfoque en lo correcto. Y luego, en Proverbios 27, versículo 20, nos dice que el seón y el abadón nunca se sacian, así los ojos del hombre nunca están satisfechos. Porque si no mantienes tus ojos enfocados en lo correcto, pues tus ojos ven lo malo. Codician, desprecian, odian. Tus ojos buscan lo malo. Buscan dañar. Buscan engañar. Buscan dañar. Pero por eso ese énfasis en la Escritura, incluso en el Nuevo Testamento, nos dice de mantener nuestros ojos en Jesús. Hebreos 12, versículo 2, dice, puestos los ojos en Jesús. el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando lo propio, y se sentó a la diestra del trono de Dios." Colosenses 3, versículo 1, enfatizando esa idea de poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Jesús, Colosenses 3, 1. Dice, si pues habéis resucitado con Cristo, Buscar las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Versículo 2, poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Ese pensamiento, esa meta en las cosas celestiales. Y luego vemos en Filipenses 3.14 donde dice, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Tienes ese énfasis de tener un enfoque de acuerdo a la voluntad de Dios. Y no apartarte de la voluntad de Dios. Sino enfocarte en esa meta de agradar a Dios. Y por eso aquí Proverbios 4, versículo 25 dice, tus ojos miren lo recto y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Y entonces ya ha enfatizado la boca, ahora ha enfatizado los ojos, y los últimos dos versículos, del versículo 26 al 27, enfatiza tu conducta, o dónde vas. Tus pies. Porque dice, versículo 26, examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda. Aparta tu pie del mal. Entonces ahí mismo está enfatizando esa idea de evaluar tú caminar. Es interesante porque ese término senda, en el lenguaje original literalmente tiene la idea de el surco que hacen las ruedas de un carro. Entonces tienes un carro y entonces ese surco que deja cuando pasa por el barro, por ejemplo, entonces se seca ese surco, pues ese es el camino. Ese es el camino en el cual no te debes de desviar. Incluso debes de examinar por dónde vas. Y por eso dice, y todos tus caminos sean rectos. Ese término rectos, en el original tiene la idea de firmes o seguros. De algo que está establecido. Lo que muestra la importancia de evaluar. Evaluar tu conducta con la escritura. Y a rechazar el camino malo. En Proverbios 4, versículo 12, dice, Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos. Y si corrieres, no tropezarás. Detén el consejo, no lo dejes, guárdalo, porque eso es tu vida. ¿Qué está enfatizando? Atesorar la sabiduría, o escuchar la sabiduría, porque en el siglo XI dice, por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar. Entonces, cuando recibes la sabiduría, pues entonces vas a andar en rectitud, porque vas a querer ser agradable delante de Dios. Y por ello, otra vez aquí en versículo 26, dice, examina la senda de tus pies, o sea, evalúa tu conducta, evalúa dónde vas. Dice, todos tus caminos sean rectos, sean establecidos. Y lo enfatiza otra vez en versículo 27 donde dice, no te desvíes a la derecha ni a la izquierda. Ahora, ¿por qué hace ese énfasis? Porque si no te desvías ni a la izquierda ni a la derecha, siempre vas a estar en el camino correcto. Siempre vas a andar en rectitud, haciendo lo que es agradable delante de Dios. Y para enfatizarlo aún más, dice, aparta tu pie del mal. Ahora, eso es una exhortación que vemos vez tras vez, la idea de no te desvíes, ni a la izquierda ni a la derecha. En Josué 23, versículo 6, les dice al pueblo de Dios, esforzaos pues mucho en guardar, y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés. Sin apartaros de ello. Ni a diestra, ni a siniestra. Ahora, ¿por qué no deben de apartarse de ello? Porque quieren ser agradables delante de Dios. Es que la batalla espiritual es real. Pon prioridad en guardar tu corazón. Por ello, guarda tu corazón cuidando de lo que permites que entre. Guarda tu corazón cuidándolo con diligencia, y cuidando de lo que haces. Porque realmente estás protegiendo tu corazón, o sea, evalúa tu vida. ¿Estás cuidando tu vida espiritual? ¿Estás buscando la gloria de Dios en vez de la tuya? ¿Estás viviendo para Dios? ¿Estás buscando cumplir tus deseos mundanos? ¿Estás buscando satisfacción en otras cosas? ¿Estás amando a Dios, de verdad, de todo corazón? Porque en Deuteronomio 6.5, esa es la exhortación. Amarás a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. ¿O estás viviendo para que otros te miren? ¿O estás viviendo para impresionar a otros? Quizás vas a lugares donde un creyente no debe de estar. Estás haciendo cosas que no deberías de estar haciendo. Quizás estás dañando tu cuerpo. Quizás estás simplemente deseando lo último. Quizás quieres ser visto de los demás. Quizás estás temiendo al hombre. Quizás tienes una obsesión con la moda, obsesión con tu cuerpo. Quizás tienes alguna obsesión por algo, por encontrar, por felicidad. Quizás es trabajo, estudios, casa, coche, relaciones, habilidades, riquezas. Siempre debes de guardar tu corazón y buscar satisfacción exclusivamente en Dios. Pues considera esa pregunta. ¿Estás protegiendo tu corazón? Porque la batalla espiritual es real. Pon prioridad en guardar tu corazón. Vamos a terminar en oración.
La Batalla Espiritual es Real, pon Prioridad en Guardar Tu Corazón
Series Proverbios
Sermon ID | 731161744145 |
Duration | 40:26 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Proverbs 4:20-27 |
Language | Spanish |
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