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Les voy a invitar hermanos que abran conmigo su Biblia y que se pongan sobre sus pies para leerla juntos. Háblala conmigo en el Evangelio que hemos estado mirando ya por buen tiempo, el Evangelio de San Lucas. El Evangelio de San Lucas. Entonces lo abre ese Evangelio a Lucas 8 y ahí es donde vamos a estar dando lectura a la Palabra del Señor en esta tarde. Lucas 8 vamos a leer desde el versículo 16 hasta el versículo 21 esa va a ser nuestra nuestra porción en esta tarde y bastante inspirada palabra del Señor lea así tomando lo de Lucas 8 empezando en el 16 y Jesús dice Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija o la pone debajo de una cama, sino que la pone sobre un candelabro para que los que entren vean la luz, pues no hay nada oculto que haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya ser conocido, y salga la luz. Por tanto, tened cuidado como oís. Porque al que tiene, más se le será dado. Y al que no tiene, aún lo que cree que tiene, se le será quitado. Entonces, su madre y sus hermanos llegaron a donde él estaba, pero no podían acercarse a él debido al gentío. Y le avisaron, tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte. Pero respondió Él y les dijo, mi madre y mis hermanos son estos que oyen la palabra de Dios y la hacen. Esa es la lectura de la palabra del Señor, puede tomar su lugar hermanos. La última vez que nosotros estuvimos juntos miramos La parábola que Jesús dio de las cuatro tierras, aunque comúnmente se le conoce como la parábola del sembrador, miramos de que se trata de cuatro distintas clases de tierra. El sembrador puede ser cualquier sembrador, la semilla viene siendo siempre el evangelio de la verdad y lo que distingue cómo terminan las cosas y la reacción que se toma a esa semilla y a ese sembrador viene siendo la clase de tierra. Ahora, también miramos de que las parábolas tienen una cierta función. En sí, tienen dos sentidos lo que las parábolas hacen. Son dos funciones las que tienen. Las parábolas vienen siendo una historia dentro de la vida común que comunican o obstruyen una verdad espiritual, una verdad bíblica. Miramos de que las parábolas son diseñadas de tal manera por nuestro Señor Jesucristo y Él las da de tal manera que para los que tienen oídos para oír, que oigan el mensaje y también de la misma manera a la misma vez que los que no tienen oídos para oír, que no oigan. Las parábolas en sí tienen dos funciones y al final de la parábola que miramos la vez pasada, Jesús dijo algo muy interesante. Él dijo el que tiene oídos para oír que oiga la parábola que miramos ahí. Jesús dijo al final el que tenga esos oídos para oír que oiga. Y la parábola se trató en sí de cómo el Evangelio es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es es aquellos a lo largo del camino son los que han oído entonces se trata de oír todo mundo recibe el evangelio por medio de escucharlo el evangelio no se le no se le da una dinámica no se le pone una película el evangelio se predica el evangelio se da a través de palabras así es como se comparte y Jesús dice en el 12 aquellos a lo largo del camino son los que han oído pero después es viene el diablo y arrebata la palabra de sus corazones para que no crean y se salven y miro lo que dice también en el 13 aquellos sobre las rocas son los que cuando oyen o sea oyen todo mundo oye el evangelio pero no todo el mundo recibe el evangelio no todo el mundo es afectado por el evangelio y no todo el mundo responde de la misma manera del evangelio en el versículo 14 otra vez la semilla que cayó entre espinos estos son los que han oído o sea todo el mundo oye Y la parábola en sí se trata de la manera en cómo oyes. Y al continuar su camino, son ahogados por las preocupaciones, la riqueza, los placeres de la vida y su fruto no madura. Ahora, la última clase de semilla también oye la misma palabra, el mismo evangelio. Pero mire cómo la último tipo de tierra la recibe ahí en el 15. Pero la semilla en la tierra buena, esos son los que han oído la palabra. con un corazón recto y bueno y la retienen y dan a fruto con perseverancia. O sea, todo empieza con escuchar. Ahí todo empieza. Y lo que Jesús va a dar más adelante va a decir, tengan cuidado como oyen, porque si oyes y realmente recibes esa verdadera semilla y ese evangelio realmente Toma raíz dentro de tu corazón. Debe de reaccionar tu vida de cierta manera. Si oyes y si entiendes, tu vida tiene que mostrarla. Todo empieza con escuchar. Después cae la semilla y cada tierra responde diferentemente, pero todos escuchan, todos en cierta manera reciben esa semilla, pero no todos la reciben como el último tipo de tierra. Algunos escuchan superficialmente. El diablo viene y arrebata todo lo que escucharon. Esos son los que caen en el camino. Algunos se escuchan de una manera emocional. Que bien, son los que están por las piedras, que sí, la escuchan al principio, se emocionan, pero ya después, ¿qué pasa? se desaniman y se pierde todo. Y hay algunos que la reciben temporalmente, se emocionan también, parece que van en buen camino, pero empiezan las preocupaciones de la vida, vienen ciertos otros intereses. ¿Y qué pasa con esas personas que su tierra está entre espinos? También se muere esa semilla. Nunca tiene el fruto que la semilla es diseñada para tener. Ahora, hay algunos, espero que sean ustedes, que tienen buen corazón y dan semilla al 100 por 1. O sea, oyen y dan fruto de salvación. Ahora, a continuación de esta misma enseñanza, Jesús viene y da esta declaración. Ten cuidado como oyes, ahí en el 18. Por tanto, tened cuidado como oís, porque al que tiene más se le será dado, y al que no tiene aún lo que cree tener, se le quitará. Ahora, eso es interesante lo que Jesús dice ahí. Ten cuidado. Y en sí viene siendo una de las primeras advertencias de este Evangelio. Y esta advertencia no viene de un apóstol. Esta advertencia viene de Jesús mismo. Ten cuidado. ¿Cómo oyes? ¡Ten cuidado! Y en sí, si nosotros miráramos toda la Escritura, Dios siempre que habla, siempre nos da En el Antiguo Testamento podemos mirar de que Dios siempre le habla al pueblo de Israel y siempre les dice escucha, escucha la palabra de Jehová, escucha como por ejemplo, mire Deuteronomio cuando cuando Moisés está dando otra vez la ley a la nueva generación que va a entrar a la tierra prometida. Moisés ya al final de su vida le dice esto a esa generación joven. Escucha, oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y estas palabras que yo te he mandado hoy estarán sobre tu corazón. Desde el Antiguo Testamento Dios le dice a la gente, escucha, si nosotros miráramos a los profetas del Antiguo Testamento, ¿Sabe cómo empezaban los profetas del Antiguo Testamento cuando iban a hablar palabra de Yahweh? Siempre empezaban, casi siempre, con la misma oración. Escucha la palabra del Señor. Dios quiere siempre que su pueblo escuche. Dios quiere que su creación le escuche. Y Dios siempre nos está recordando. Escucha, escucha la palabra que yo te voy a dar. Dios nos pide que le escuchemos, porque solamente así es como Dios comunica su mensaje. En el Antiguo Testamento, muchos de Israel oyeron lo que Dios decía a través de los profetas, pero nunca escucharon, porque el escuchar en sí lleva consigo de que escucha, oyes. Y si realmente escuchas, entiendes y haces lo que se te pide. Por ejemplo, todos ustedes han tenido hijos y todos sus hijos le han oído cada vez que usted le pide algo, lo oyen. Pero no todos los hijos escuchan. Un niño escucha, ¿sabe cuándo? Cuando hace lo que se le pide. Y Dios, en cierta manera, nos está hablando a nosotros como niños y nos está diciendo, tengan cuidado de cómo oyen, porque si realmente oyen, realmente van a responder en fe y en obediencia. Si realmente oyen, hay gente que escucha el Evangelio toda su vida. pero nunca hubo una respuesta de obediencia. Siempre escucharon la palabra de Dios explicada, predicada, pero nunca realmente escucharon a Dios. Entonces, con eso en mente, Jesús aquí sigue su explicación de la parábola con esto. Mire cómo interesante lo pone Lucas en el versículo 16. Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija o la pone debajo de una cama, sino que la pone sobre un candelabro para los que entren, vean la luz. Y la cosa es de que Jesús usa esa misma parábola, esa misma frase, ese mismo, podemos decirle enseñanza, en muchos lugares por ejemplo si usted va al sermón del monte de Mateo ahí va a enseñar también vosotros sois la luz del mundo y lo dice lo mismo nadie enciende una luz para ponerla debajo de una cama sino que la enciende para que y lo pone en el alto de la casa para alumbrar a todos los que están en la casa y es cuando Jesús les dice vosotros soy la luz del mundo una ciudad arriba en un monte Ahora si va conmigo a Lucas ahí en el versículo 11 le invito a ir ahí porque ahí otra vez Jesús va a usar la misma enseñanza Lucas 11 empezando ahí en el 33 mire lo que Jesús vuelve a repetir. Nadie cuando enciende una lámpara la pone en un sótano ni debajo de un almud, sino que sobre el candelabro. Para los que entren, vean la luz. La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está lleno de luz. Pero cuando está malo, también tu cuerpo está lleno de oscuridad. Mirad pues, que la luz que hay en ti no sea oscurecida. Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, sin tener parte alguna en tinieblas, estará totalmente iluminado, como cuando la lámpara te alumbra con sus rayos. Entonces Jesús usa esto, esa enseñanza de la luz, muchas veces. Y es algo lógico, es una enseñanza lógica. Si tú prendes una luz donde haya oscuridad, tu reacción no es luego luego tratar de ocultarla para que sea solamente tu luz. Lo que haces es de que prendes un fuego, prendes una luz y lo primero que haces es de que la elevas para todos los que están ahí puedan mirar, puedan ver. Es algo lógico, es algo que se hace. No la vas a poner debajo de una cama. Una cama lo que hace es de que extingue esa luz. No piensas primero prenderla para volverla a apagar, para no compartirla. Tampoco la vas a esconder. La luz no se esconde. La luz se muestra a todo mundo. Es algo que se muestra a todos. La luz que tú tienes. ¿Y sabes qué? Si Dios ha puesto una luz en ti, lo que tú no vas a hacer es tratar de ocultarla. Si tú ahora eres Hijo de Luz, lógicamente lo que tú vas a tratar de hacer es mostrar que eres Hijo de Luz. Si tú tienes una luz y Dios se la dio, lo único que tú vas a querer hacer es mostrar esa luz a todos los que están en tiniebla. Vas a querer iluminar a todos los que te rodean. ¿Y sabes qué viene siendo esa luz? El Evangelio de Jesús viene siendo esa luz. viene siendo esa misma semilla y si tú realmente eres esa tierra que realmente recibiste esa semilla y estás dando fruto aquí Jesús como que le está alargando y conectando otro pensamiento a esta misma parábola que él acaba de dar y él dice una luz no se prende para que tú la escondas Tú no recibiste la semilla del evangelio para que des fruto escondido, no, es para que tú muestres tu fruto, para que tú muestres lo que Dios ha hecho en tu vida. Hoy en día hay muchos cristianos que nunca te darías cuenta que son cristianos a menos de que alguien más se lo dice. Yo he conocido a muchos cristianos así. Yo me acuerdo cuando éramos jóvenes, mi esposa le gustaba escuchar música media rara y una vez me puso una canción cuando éramos novios que se llama, de un hermano allá del Caribe, que se llama Cristianos de la Secreta. De que era un cristiano, de que nadie sabía que era cristiano, pero era cristiano. Pues aquí Jesús está diciendo, ¿sabes qué? Si realmente tiene un impacto contigo el Evangelio y estás dando fruto y eres esa tierra, es como si a ti se te fue dada una luz. Y si a ti se te fue dada una luz, lo que vas a hacer es mostrarla, es enseñarla, es iluminar a todos los que te rodean. Lo último que vas a hacer es querer ocultarla. Pero ¿sabes qué? Si tú eres un falso seguidor de Cristo, lo que vas a querer hacer es siempre ocultar de que tú eres cristiano, de que tú sigues a Jesús. Es lo que vas a querer hacer. Cuando alguien te pregunte, luego vas a salir con otras cosas. En cierta manera te vas a avergonzar de vivirla, de comunicar. Esa luz, ese evangelio que supuestamente crees, si es que eres falso, pero si eres genuino, así como esta tierra de las otras tres que realmente fue genuina y realmente tuvo el efecto correcto hacia esa semilla, lo que tú vas a querer hacer es mostrar la luz, mostrar el fruto. y dar al ciento por uno. Si tú eres verdadero cristiano, vas a aprovechar cada oportunidad de vivir la vida cristiana y de predicar el evangelio que te salvó a ti. Ahora que quizás tú digas no, pues. Cómo le predico a alguien más? Pues. Si tú fuiste salvo, si tú eres salvo, tú tuviste que conocer algo acerca del Evangelio para ser salvo. Comunica lo que conociste. Si tú dices que eres cristiano y que fuiste salvo en Cristo, comunica lo que tú entendiste cuando fuiste salvo. Pero si no eres salvo, tú no vas a poder comunicar nada. Lo que vas a querer hacer es ocultar lo que piensas que tienes. Y eso no es solamente un tema que Jesús enseñó. Todos los apóstoles levantan ese mismo tema. Por ejemplo, déjenme leo, ahí lo tengo escrito en sus notas también. Primera de Pedro, mire cómo Pedro lo pone. Primera de Pedro 2, 9 al 10. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, apín. ¿Cuál es el fin de que fuimos adquirido? Y ahora somos real sacerdocio y linaje escogido y nación santa a fin de que anuncies las virtudes de los que os llamó de tinieblas a su luz admirable. Entonces te fue dada una luz. Ahora tú estás en luz y ahora tu trabajo y el mío es anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de la oscuridad. Ahora tener esa luz. Vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios. No habéis, habías recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia. Entonces tú fuiste transferido del reino de las sinieblas y tú fuiste puesto ahora en el reino de Jesús para ser parte de esa luz, para proyectar esa luz y no esconder esa luz, para dar fruto en su reino. Porque tú vienes siendo esa verdadera tierra, esa tierra fértil. Epesios, Epesios 5, del 3 al 10, mire cómo lo pone Pablo a los Efesios. Primero les da una enseñanza de qué es lo que no deben de hacer y luego después les dice lo que ahora son. Mire lo que dice ahí empezando en el 3. Pero que la inmoralidad y toda impureza o avaricia ni siquiera se mencione entre vosotros. ¿Cómo corresponde a los santos? Ok, tú eres santo y corresponden ciertas cosas hacia ti. Y mire lo que dice el 4, no en obscenidades, ni en necedades, ni groserías que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias. Porque con certeza sabíais, con certeza sabéis esto, que ningún inmoral, impuro o ábaro que es idólatra tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. que nadie nos engañe con palabras vanas pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia pero mire cómo les dice por tanto no seáis partícipe con ellos porque antes erais tinieblas antes eras no tenías esa luz pero ahora sois luz En el Señor andas como que como hijos de luz y Jesús aquí en cierta manera está diciendo nadie enciende una luz si tú realmente has recibido la semilla del evangelio es como también si se te hubiera dado una luz que ahora tienes y ahora eres. Y ahora Pablo nos dice, ahora sois luz en el Señor, andar como hijos de luz, porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. Si ve como Pablo une esos dos conceptos, el fruto y la luz, así como Jesús lo acaba de hacer en su parábola, la buena semilla y ahora esta luz que ahora no debes de andar escondiendo. Primera etesa de la unicense cinco seis. 5 del 5 al 6, porque vosotros sois hijos de luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas, por tanto no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios. Filipenses, otra vez Pablo, mire cómo les dice, cómo debemos de resplandecer. En el Filipenses 2, del 14 al 16, hace todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones, para que seis irreprensibles y sencillos hijos de Dios se intacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de lo cual resplandeceis como iluminares del mundo, sosteniendo firmemente la palabra, que es lo que el sembrador aventaba. La semilla que viene siendo qué? La palabra, a fin de que tenga motivo para gloriarme en el día de Cristo, ya que no habré recorrido en vano ni habré trabajado en vano. Entonces los apóstoles también toman este mismo concepto de que ahora pertenecemos a la luz y la luz nos esconde. Nadie, nadie enciende una luz para esconderla. Nadie nace eso. Entonces tenemos que realmente proyectar al mundo lo que realmente somos. No podemos ser cristianos de la secreta. No podemos ser cristianos que ocultamos lo que realmente Dios ha hecho en nosotros. Mira lo que dice ahí en Lucas 8, 17. Regresemos a nuestro a nuestro texto. Dice. Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que haya de ser conocido y salga a la luz. Y lo que Jesús está haciendo aquí es simple de entender. Si la luz del Evangelio, que es la Palabra de Dios, que en cierta manera arraiga nuestra alma, nuestro corazón y realmente toma efecto ahí, esa verdad no es algo que se puede ocultar, sino que va a ser manifiesta. Si realmente esa palabra tuvo efecto en ti, va a ser manifiesta. Si no tuvo efecto en ti, no va a ser manifiesta. La vas a poder ocultar muy fácil, pero si realmente tuvo efecto en ti la palabra del evangelio, no la vas a poder ocultar ante la gente allá afuera. No vas a poder decir no, pues es que los domingos soy cristiano y los otros días de la semana no lo soy. No vas a poder hacer eso. ¿Por qué? Porque no es natural, es ilógico. Y lo que Jesús aquí está diciendo, no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto. Tú recibes la palabra de Dios, eso entra a tu corazón y en cierta manera nosotros no podemos leer tu corazón, no podemos en cierta manera entender tu corazón. Pero si realmente pasó algo ahí, no lo vas a poder mantener oculto. Vas a tener que manifestarlo de una manera u otra. No lo vas a poder mantener en secreto. no lo vas a poder mantener oculto. Y entre más entendemos la palabra de Dios, más hecha raíz dentro de nuestro corazón y no lo podemos tener debajo de una almohada. Esa verdad, esa luz, no podemos esconderla, no podemos en cierta manera mantenerla secreta. ¿Por qué? Porque si realmente tuvo efecto en ti la palabra de la verdad, se va a ver, se va a ver. ¿Cómo se va a ver? La gente va a reconocer. que Dios hizo algo en ti. Ahora, ¿te va a ver como un santo? Quizás no te mire como santo, quizás te van a mirar más hipócrita, pero ¿sabes qué? Realmente al final de tu vida se va a ver ese cambio. ¿Por qué? Porque no hay nada oculto, que no haya de ser manifiesto, ni nada secreto, que haya de ser que no salga la luz. La verdadera luz no se puede fingir. La luz no se finge. Si tú estás en la oscuridad, La luz no se finge. Yo recuerdo que hemos ido nosotros a lugares donde, oscuros, cuando vamos así a acampar o me ha tocado estar a mí en lugares muy oscuros. Me ha tocado a mí también estar en lugares donde hay mucho silencio. Y cuando alguien habla, aún la voz no se puede fingir. Sabes cuando alguien habla. Sabes cuando alguien enciende una luz porque no se puede fingir la luz. La luz hace que la oscuridad, en cierta manera, tome pausa y hay una luz. Y lo primero que haces es voltear a mirar esa luz. No se puede fingir una luz. No puedes ser hipócrita con luz. La luz se mira. La luz se ve y entre más tinieblas hay, más se ve. Entonces, ¿de qué está hablando aquí Jesús? Jesús aquí está hablando de que si realmente tuvo en ti efecto el Evangelio, no lo puedes fingir, no puedes vivir hipócritamente, no puedes fingir algo verdadero que realmente ha pasado dentro de ti. Aunque quieras fingirlo, no vas a poder porque es algo genuino. Entonces, en cierta manera, Jesús nos está recordando. Ten cuidado, porque ahorita viene, ahorita después va a venir la advertencia. Pero Jesús está realmente mirándonos, haciendo considerar de qué clase de tipo de tierra somos, porque la luz no se puede fingir. El verdadero aspecto de la verdadera tierra tampoco. ¿Por qué? Porque hay una verdadera tierra y si hay fruto, ningún fruto sale a lo escondido. Los árboles que dan fruto, lo primero que miras es el fruto. Se distingue el fruto de las hojas. Miras las cherries, miras los plátanos, miras las manzanas. ¿Por qué? Porque se distingue. No es algo que puedes ocultar. No puede ser algo que puedes fingir. La verdadera luz no se puede extinguir. Si tú la extingues es porque estás siendo hipócrita con esa luz y realmente no tienes esa luz que supuestamente estás proyectando tener. No puedes ser hipócrita con la verdad que realmente está cambiando tu corazón. Jesús usa esta misma frase, vaya conmigo y más alantito aquí en Lucas, Lucas 12, usa esta misma frase, están los fariseos Ya sabemos cómo son los fariseos con su hipocresía y Jesús habla acerca en contra de la hipocresía de los fariseos y mírelo lo pinta en las mismas palabras Lucas 12 del 1 al 3, mire lo que Jesús dice Empieza Lucas y dice, en estas circunstancias, cuando la multitud de miles y miles se había reunido tanto que se atropellaban unos a otros, Jesús comenzó a decir primeramente a sus discípulos, guardaos de la levadura de los fariseos, que es hipocresía. Y mira lo que dice, no hay nada encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse, por lo cual todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá en la luz, y lo que habéis susurrado en las habitaciones interiores será proclamado desde la azotea. Si realmente eres genuino, No puedes andarlo fingiendo. Si tú realmente eres cristiano, si tú realmente eres cristiano. Ahora yo entiendo de que hay mucha gente que finge ser cristiano. Es fácil fingir en América ser cristiano. Todo el mundo es cristiano. Todo el mundo puede decir que es cristiano. Pero un verdadero cristiano se mira. ¿Cómo? Porque la verdad de la palabra de Dios toma efecto dentro de su vida. Ahorita están las elecciones, todos los políticos están corriendo sus carreras y todos dicen que son cristianos. Unos dicen que son católicos, unos dicen que son cristianos, unos dicen que son nacidos de nuevo. ¿Y de qué sirve que todos digan lo mismo cuando miramos sus obras y todos aman guerra, aman dinero y usan la excusa de religión para obtener votos? Esa es la realidad. Y mucha gente dice no es que es cristiano, es católico. Toma la misa. Toma, toma la hostia. Qué importa que digan que son cristianos con sus frutos. Se les conoce si son cristianos. Si realmente son cristianos, no se les va a poder ocultar lo que realmente Dios ha hecho en sus vidas. Si es que ha hecho algo en sus vidas. Entonces yo te pregunto a ti. Estás escuchando. lo que Jesús aquí está enseñando. ¿Entiendes lo que Jesús aquí está comunicando? Miras tu corazón. Puedes mirar todo tu corazón y decir, es real lo que Dios hace en mí. O no es real, o estoy fingiendo. O si tú estás fingiendo, es que realmente quizás no eres esa tierra de donde cae la semilla en esa buena tierra. Quizás puede ser la que está entre espinos, que cuando vengan las dificultades a tu vida, lo primero que vas a hacer es abandonar esa fe que según profesas. Puede ser. Y Jesús aquí mira lo que dice en el 18. Por tanto, Jesús da una advertencia. Ten cuidado como hoy oís. Porque al que tiene más se le ha dado, y al que no tiene aún lo que cree que tiene, se le quitará, éste viene siendo una de las primeras advertencias de Jesús y como le digo las advertencias no son malas las advertencias son buenas Una gente, mucha gente piensa, ay no, es que la palabra de Dios no puede tener advertencias porque eso quiere decir que pierde la salvación. No, más bien, si no hay advertencias, cómo vas a saber cómo mantenerte en el camino correcto? Cómo vas a saber cuando andas descarrilado por otro lado si no hay advertencias? Las advertencias? Mire, yo he ido y estoy seguro que usted ha ido y ha estado en caminos peligrosos. Aquí en Colorado hay muchos caminos peligrosos. donde hay muchos accidentes, porque es peligroso. Usted va de aquí, de Uray, para arriba, y ese es uno de los caminos más peligrosos en Estados Unidos, porque usted está al punto del barranco. ¿Y sabe qué? ¿Sabe qué es la gran consolación de manejar ese camino sin ninguna preocupación? De que hay un montón de advertencias que le dicen, hey, no vas a poder mirar al otro lado. Hay advertencias para los motociclistas, hey, ten cuidado. Motociclistas, tengan cuidado, porque cambia la elevación, del pavimento. Hay lugares del pavimento que se está desmoronando. Tengan cuidado. Y ¿sabes qué? Pasas Red Mountain Pass sin ningún problema. ¿Por qué? Porque las advertencias te mantienen a ti seguro. Las advertencias no son malas. Y aquí cuando Jesús está diciendo, ten cuidado como oyes, te está diciendo realmente, considera lo que se te está diciendo. Considera qué clase de tierra eres. Considera si realmente tienes esa luz o estás fingiendo tener algo. Estás fingiendo ser algo que no eres. Jesús está diciendo, ten cuidado como oís. Y de ahí empieza todo de cómo oyes, porque si realmente oyes, se va a mirar en tu vida. Y Jesús, no es malo escuchar una advertencia. Más bien, si no hay advertencias, ten cuidado. Si tú vas por otro camino que no haya advertencias, no te sientas seguro, porque tú no sabes qué va a pasar, que te puedes caer, puede algo pasar, porque no hay advertencias. Hay unas advertencias que se nos hacen insignificantes, como por ejemplo, una advertencia que tiene un venadito pintado. Todo el mundo la mira y dice, Pero ¿sabes qué te está diciendo? Por aquí cruzan venados. Ten cuidado. Y mucha gente las ignora. ¿Y sabe qué? Hay mucha gente que atropellan venados aquí. ¿Por qué? ¿Porque no los miran? No, porque no van atentos de que, hey, me puede brincar un venado en cualquier instante. Pero como ya tengo la advertencia, ando buscando venados. Porque si no se te da la advertencia, tú vas directo o vas ahí en el camino bien a gusto, pero si se te da la advertencia, es, ah, caray, aquí hay osos. O hay advertencias. Una vez fuimos a un parque nacional aquí en South Dakota, mi familia y yo, y había advertencia de que había víboras de cascabel. Una advertencia grandísima que decía, beware of rattlesnakes. ¿Y sabe qué? Mi esposa estaba toda asustada, pero dije, si advertencia te está diciendo, si escuchas la cola, ¿cómo se le dice? La maraca, el cascabel de la serpiente, si tú lo escuchas, ¡Ten cuidado! ¡Aléjate de la serpiente! Ella te está dando un aviso que si tú te acercas, te va a morder. Pero la advertencia no fue mala, la advertencia fue buena. ¿Y sabe qué? Al final del día ni escuchamos nosotros nada, pero había una gran advertencia. No entres a este lugar porque hay cascabeles. Las referencias no son malas. Si aquí Jesús nos da una y en cierta manera hay dos maneras de cómo oír. Porque Jesús dice tengan cuidado cómo oyen. Y hay dos maneras cómo oír. La primera es de que tú puedes escuchar la palabra de Dios cada domingo y la puedes escuchar superficialmente. Sin fruto, sin obediencia, sin perseverancia. La puedes escuchar todos los domingos de tu vida en una manera superficial. Entra por un oído sale por el otro oíste pero no oíste ¿Escuchaste palabras? Pero como nunca pusiste nada por obra, nunca realmente oíste. Ahora, esas son las gente que es esa clase de tierra que cae la semilla en el camino, que cae entre las piedras y que cae entre los espinos. Como miramos ahí en la parábola que Jesús está dando aquí en el versículo 8 del versículo, sí, en el capítulo 8 desde el versículo 12 hasta el versículo 14. Esa es una manera de cómo puedes oír. La otra manera de cómo se oye es con el corazón. Te entra por el oído, pero donde realmente cae esa semilla es en el corazón y ese corazón empieza a dar fruto y de ese corazón surge obediencia y de ese corazón también hay una gracia de Dios que te da perseverancia. Ahora. Muchos tienen la idea de Jesús, una imagen de Jesús que él siempre Tiene una imagen completa y total de inclusividad, de que Jesús quería llamar a todos, de que Jesús venía a salvar a todos, de que Jesús iba a tener un efecto en todo el mundo. Pero la realidad no es esa, porque mire lo que dice. Al que tiene, más se le dará dado. Y al que no tiene, aún lo que cree que tiene, se le será quitado. Si tú tienes la verdad de Dios, y realmente es tu posesión, más se te va a ser dado. Es una promesa. Pero el que no tiene, el que no tiene esa verdad, no ha causado ningún cambio dentro de su vida, que nomás la tiene superficialmente, y aquí dice, que cree tener, se le será quitada. Al final del día, algún día, se va a saber todo. Tú puedes fingir ser cristiano toda tu vida, muchos son buenos, muchos son muy buenos para fingirlo, pero al final del día, en el último día, se va a saber todas las cosas. Los que tienen son aquellos que realmente toman esa semilla, la atesoran en su corazón, son esa buena tierra, empiezan a dar ese buen fruto, tienen vida eterna, genuinamente dan un fruto que es evidencia de su salvación y son esa buena tierra que tienen salvación y algún día tendrán completa salvación. ¿Quién es el que no tiene? que se le va a quitar lo que cree que tiene. Pues esos son los cristianos que se creen que son cristianos porque oraron una oración. Muchos cristianos piensan que porque al principio de su Biblia, algunas Biblias dice presentada por quién y cuándo hiciste la oración y la fecha en que aceptaste a Jesús en tu corazón y porque la firmaste y algún día hiciste una confesión de fe. Pero hasta ahí piensan que son cristianos. Pues no lo son. ¿Por qué? Porque una cosa es oír la palabra de Dios y otra cosa es realmente oír y que tome raíz dentro de tu corazón. Porque en cuanto toma raíz dentro de tu corazón, sabes qué va a pasar con tu vida? Va a cambiar. Va a transformarse porque esa semilla va a tener un poder transformador. Entonces también Pablo en primera de Corintios dice Por tanto, da otra advertencia igual. El que cree que está firme, tenga cuidado. No sea que caiga. O sea, considera lo que Dios ha hecho en tu vida. Ten cuidado. Mira la manera en cómo oye. Las advertencias no son malas, son buenas. Y si realmente oyes, se va a ver. Si realmente eres, se va a ver. Si realmente eres un fruto bueno, si realmente eres un árbol bueno, si realmente vas por el camino correcto, si realmente eres un hijo de Dios, si realmente has nacido de nuevo, se va a ver. No tanto escuchar toda la vida. No se trata tanto de escuchar, se trata de oír, y ese oír lleva a algo más, a obedecer. ¿De qué sirve que tus hijos te escuchen todo el día lo que les gritas y lo que les pides, y haz esto y haz lo otro? ¿De qué sirve que escuchen y que escuchen y que escuchen, si nunca hacen nada de lo que escuchan? Ahora, se me hace interesante el relato que Lucas inyecta aquí. Porque mire, Lucas hace algo bien interesante. Porque después de que Jesús dice esto, Lucas, en cierta manera, toma un relato que quizás no pasó aquí, o quizás Lucas pensó, ah, pasó tanto tiempo, pero este relato lo voy a mover aquí porque quiero comunicar algo. Y pienso yo que Lucas lo hizo intencionalmente porque mire lo que dice entonces en el 19 entonces su madre y sus hermanos llegaron donde él estaba pero no podían acercarse a él debido al gentío y le avisaron madre y tus hermanos están afuera quieren verte ahora se me hace interesante porque en cierta manera no tiene nada que ver con lo que Jesús acaba de decir. Pero Lucas. lo pone ahí. Entonces siempre que miramos la escritura, si Lucas fue llevado, inspirado por el Espíritu Santo para escribir y guiado por el apóstol Pablo para, en cierta manera, guiarlo de cómo componer el Evangelio y el Libro de Hechos. Es interesante lo que Lucas hace aquí, porque ¿qué tiene que ver la mamá y los hermanos con lo que Jesús acaba de hablar acerca de tener cuidado como oís? A mí se me hace raro que Lucas aquí lo ponga y déjame le digo por qué. Déjenme lo explico por qué. Pues, ¿sabe qué? De todas las familias de la tierra, ¿quién hubiera visto más luz? De aquellos que crecieron con Jesús y compartieron la casa con Él por 30 años, hasta que Él empezó su ministerio. De todas las familias de la tierra, ¿quién recibió más luz de todas ellas? Por la familia de Jesús, los hermanos de Jesús. ¿Quién hubiera visto una vida perfecta y santa como ninguna otra dentro de su familia? Pues la familia de Jesús, ¿ok? Nosotros tenemos familiares y todos somos imperfectos, pero ¿sabe qué? Hubo una sola familia que tuvo al hombre perfecto, al Mesías, al Cristo, al Dios hecho hombre, y ellos hubieran experimentado eso por 30 años. ¿Quién hubiera visto a una vida perfecta? Nadie. A ellos les tocó. A esa familia de María y de sus hermanos y de José les hubiera tocado mirar a alguien perfecto, sin pecados, sin tacha, sin nada malo de él. Y él hubiera sido una luz en medio de esa familia. Ellos hubieran escuchado la verdad de Dios por 30 años. Jesús hubiera durado con ellos 30 años. Ahora, dicho eso, vaya conmigo a Marcos, porque Marcos nos da más información de cuando María y sus hermanos se le acercaron. Y Marcos nos da las intenciones de María y de los hermanos de Jesús hacia Jesús, de sus hermanos hacia Él. Y Marcos nos dice por qué se le acercaron a Jesús. Lucas no nos dice. Lucas ignora todo, algún tramo, pero en cierta manera mueve esa historia y la coloca después de esta parábola. Y se me hace interesante porque Marcos sí nos da más historia. Marcos 3, mire lo que dice. En Marcos 3 empieza el evangelio de Marcos de volada. Marcos es un evangelio que, pum, Jesús estaba aquí, aquí, aquí, y en Marcos 3 de volada ya Jesús ya está mostrando y identificando quiénes son los discípulos. Lucas dura mucho más. Lucas no lo hace hasta Lucas 6, pero Marcos luego lo empieza y elige Jesús a sus discípulos en Marcos 3 del 13 al 19. Y mire lo que dice Marcos 3 20. Jesús llegó a una casa y la multitud se juntó de nuevo a tal punto que ellos ni siquiera podían comer. Ok, hay una multitud grandísima siguiendo a Jesús. Y mira lo que dice el 21. Cuando sus parentes oyeron esto, fueron para hacerse cargo de él. Porque decían, está fuera de sí. ¿Si ven lo que Marcos está diciendo? Y de que después de todo esto, ellos están considerando, María y sus hermanos, están considerando con todo lo que Jesús está haciendo, de que Jesús se está volviendo qué? De que Jesús se está volviendo loco, porque aquí dice, Vamos a ir a hacernos cargo de Él, ¿OK? En cierta manera, todo lo que Jesús está haciendo aquí, Él está reuniendo un ejército espiritual y está causando hostilidad entre Él y los fariseos, y se están poniendo las cosas duras, se están poniendo las cosas terribles, y se está poniendo a Él en contra de los poderes religiosos, y se los está echando encima, se están poniendo furiosos con sus enseñanzas y con lo que les dice, y aquí viene la familia de Jesús al rescate, ¿OK? Eso es lo que está pasando. Ellos están considerando de que Jesús al oír y saber de todo lo que está pasando, ellos vienen con la intención de hacerse cargo de Jesús porque piensan que está demente. Y miren, Jesús todavía le agrega a lo que ellos piensan en el 23. Y llamándolos junto a sí, les hablaba en parábolas. Ahí está lo que Lucas nos está diciendo en el Evangelio de Lucas. ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Y si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede perdurar. Y si una casa está dividida en contra de sí misma, esa casa no puede permanecer. Y si Satanás está levantado contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar a la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes. Si primero no lo ata, entonces podría sacar su casa. Y en verdad os digo que todos los pecados serán perdonados. de los hijos de los hombres y las blasfemias con las que blasfemen porque pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón sino que es culpable del pecado eterno porque decían tiene un espíritu inmundo entonces imagínense la familia de Jesús este ya de qué está hablando vamos al rescate y viene María y vienen los hermanos de Jesús para decirle hey ¿Quién sabe qué cosas estás diciendo? ¿Pero sabe qué? ¡Lucas lo incluye! En su evangelio no nos da este resumen que nos da Marcos, de que ellos vienen a tomar a Jesús y decirle, ahí sabes que ya párele a tu rollo, ya te estás yendo de más, ya de quién sabe qué estás hablando, de Belzebú, de demonios, de atar al hombre fuerte y tomar sus bienes y blasfemias contra el Espíritu Santo. Y la familia de Jesús ya piensa que Jesús anda, ya anda, como dicen los gringos, allá en Left Field, allá quién sabe por dónde. Su madre y sus hermanos vienen para rescatarlo, pensando que vienen a ayudarlo de sus locuras, porque ya piensan que está fuera de sí, de lo que Jesús está enseñando. Pero ¿sabe qué? Ellos hubieran tenido la luz por 30 años viviendo con ellos y ellos nunca la miraron. Ellos hubieran tenido la verdad de Dios hecho carne y nunca la consideraron. Por eso Jesús dice, ten cuidado como hoy es. ten cuidado como ves y aquí Lucas toma esa toma esa verdad y mira dice mira cómo eran los familiares de Jesús porque vienen por él vienen a ayudarlo ahí en Marcos entonces ahí en Marcos 3.31 entonces llegaron su madre y sus hermanos y quedándose afuera mandaron llamarle y había una multitud sentada alrededor de él y le dijeron he aquí tu madre y tus hermanos están ahí afuera y te buscan por eso vino María Por eso vino los hermanos de Jesús y las hermanas, porque Jesús ya está explicando el Evangelio, está hablando en parábolas y sus familiares están pensando que ya perdió cordura, que ya anda loco con lo que anda hablando. Miren como lo pone aquí Lucas en nuestra porción. Lucas 8, del 19 al 20. Entonces su madre y sus hermanos llegaron donde él estaba, pero no podían acercarse debido al gentío y le avisaron, tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte. Ahora yo sé, la iglesia católica, ve a María. En una luz que las Escrituras no la pintan así, ya la Iglesia Católica ya se ha ido a tal punto en que María, si ella mirara lo que la Iglesia Católica ahora dice de ella, se quedaría atónita. ya que ella era una mujer normal. ¿Qué tenemos a María aquí haciendo, viniendo a salvar a Jesús de lo que está diciendo? Porque piensa también de que ya está perdiendo la cordura, ya está perdiendo la razón. María hubiera sido cualquier mujer que, hey, pues ya mi hijo ya está hablando cosas que nadie jamás ha hablado, ya está diciendo, hablando en parábolas, ya está perdiendo la cabeza. Voy por mi hijo para ya no pasar tantas vergüenzas. Con esa intención iba María y con esa intención iban los hermanos. Pero la iglesia católica ya ha hecho de María que ahora la elevan a que es perpetuamente virgen, siempre santa, inmaculada, pero el problema es de que las escrituras pintan a María como una simple mujer que ella quería ayudar a su hijo porque su hijo ya estaba hablando cosas raras. Nunca se dio cuenta de que sí, cuando se le fue dicho por medio del ángel, dio una gran compasión de fe, pero después siguió una vida normal como una persona normal y realmente no sabía lo que estaba pasando. Aquí Jesús está enseñando las verdades del reino y ya sus familiares ya piensan que ya está demente. Ahora, la iglesia católica no es infalible, es la palabra de Dios la que es infalible. Y aquí, ¿sabe qué es interesante? De que Lucas usa la palabra hermanos. Jesús hubiera tenido hermanos, aunque la iglesia católica hoy en día dice que eso es enseña. porque oficialmente nunca lo ha declarado, pero enseña de que son hermanos de Jesús a través de un matrimonio previo de José. Hay una manera de cómo decir un hermano de sangre y un medio hermano. Y Lucas no usa, él siendo médico, usa los hermanos de Jesús, los hermanos de sangre de Jesús. Pues ¿de dónde hubiera venido esa sangre? ¿Hubiera venido por José? No, porque Jesús no fue nacido, no fue encendrado por José. ¿Hubiera venido esa sangre por quién? por María. Los hijos que vienen aquí son hijos de María, no son hijos adoptados, son hermanos de sangre de Jesús a través de quién? De María. Y ellos hubieran visto a Jesús por 30 años y hubieran visto su luz, hubieran visto una vida perfecta, un ejemplo perfecto, y ellos no habían entendido, no habían oído, no habían mirado lo que tenían dentro de su casa por casi 30 años. Mire, en Marcos 6, 3, preguntan, ahí otra vez en Marcos, no es este el carpintero, el hijo de María, el hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón, no son sus hermanas aquí, no están sus hermanas aquí con nosotros. y se escandalizan a causa de él, Jesús hubiera tenido hermanas, Jesús hubiera tenido hermanos. ¿Y sabe qué? La última vez que miramos a María, ¿sabe dónde la miramos? La primera vez que la miramos, la miramos dando una gran confesión de fe en ese Magnificat que da, que su corazón se regocija en Dios su Salvador. Esa es la primera expresión que miramos de María. Ella no se mira como una corredentora, ella no se mira como una virgen perpetua, ella no se mira, ella se mira como una verdadera sierva de Dios. Y sabe, la última vez donde miramos a María, No la miramos de la iglesia primitiva, venerándola de ninguna manera o poniéndola en un lugar especial. ¿Sabes dónde es la última vez que miramos a María? En Hechos 1, 14. ¿Y sabe qué es lo que dice Lucas en Hechos 1? Empieza la iglesia de Jesús después de que Él es ascendido en gloria y alzado a lo más alto, enaltecido, ascendido al cielo. Dice Lucas todos estos unánimes entregados continuo en la oración junto con las mujeres que miramos algunos domingos entregados a la oración con las mujeres y con María la madre de Jesús y con los hermanos de él. Todos ellos hubieran venido a creer como cualquier creyente. Ellos hubieran mirado la luz de Jesús por mucho tiempo, pero realmente nunca oyeron, realmente nunca vieron. Fue hasta después de que Jesús asciende en gloria que realmente vieron y realmente se dieron cuenta y sabe que María junto con los hermanos de Jesús Creen simplemente como tú y como yo creemos y se unen a la iglesia y no hay ninguna veneración, no hay ninguna elevado un lugar especial dentro de la iglesia primitiva. María no sabe de nada de eso. Las escrituras no saben de nada de eso. Lo que ella sabe es de que sí. Hubo esa luz por dentro de mi casa por 30 años y yo no la mide, no la mide clara, no tenía esos oídos para oír lo que mi hijo Jesús me decía, lo que le enseñaba, la vida perfecta que él miró. Pero ahora sí los tengo y realmente se mira el fruto que ellos dieron después de que Jesús ascendió en gloria. Se miran, los hermanos de Jesús se unieron a la iglesia en cuanto empezó la iglesia primitiva. Ellos fueron unos de los primeros que se unieron junto con los apóstoles y las mujeres y esos que estuvieron ahí en el aposento alto ahí en Jerusalén. Se mira. Que después continúa, todos ellos se unieron a esos verdaderos creyentes de esa tierra, tierra fértil de donde explota el Evangelio y llega hasta las naciones hasta el día de hoy. Y Jesús responde, mire cómo responde Jesús cuando le dicen, pues ahí está tu mamá y tus hermanos, esperándote, vienen por ti. Vienen a jalarte la oreja, agarrarte la oreja y sacarte aquí, a eso vienen, ¿por qué? Y Jesús les responde, les dice ahí en Lucas 8, 21. Mi madre y mis hermanos son estos que oyen la palabra de Dios y la hacen. Esa es mi madre y esos son mis hermanos. Los que escuchan, pero no solamente escuchan, los que escuchan y luego después hay una reacción que es la hacen, la cumplen, la obedecen. La relación cercana a Jesús no es si tú eres hermano de sangre de Jesús o si tú eres linaje judío, eso no importa ya. O si tu apellido termina en eres o en Ramírez o todos esos, no importa eso. Lo que te acerca a la familia de Dios es los que oyen la palabra de Dios y la hacen. Entonces yo te pregunto en esta tarde. Tú eres parte de la familia de Jesús, porque Jesús aquí claramente dice quién pertenece a su familia. No todos son hijos de Dios. Todos somos creación de Dios. Pero no todos somos hijos de Dios. Los que son hijos de Dios son los que oyen la palabra de Dios y la hacen, la escuchan, pero son obedientes en hacerla. ¿Cuánto hubiera escuchado los familiares de Jesús y visto su luz? Cuesta que no realmente escucharon y la hicieron, que realmente fueron considerados familiares de Jesús. Jesús dice no, no, no, no son los vínculos de sangre los que me unen, son los vínculos de fe los que se unen a mí y son todos mis familiares, mi madre y mis hermanos no son los que son de carne, son los que escuchan la palabra la hacen. Hubo una ocasión también en Lucas, lo vamos a mirar más adelante, donde una mujer en medio de la multitud dice, dichosa la matriz que te concibió y los senos que te criaron, hablando de María. ¿Y sabe que es lo que dice Jesús en Lucas 11, 28? También le para el rollo a la señora y le dice, al contrario, dichosos son los que oyen la palabra de Dios y la guardan. ¿Cuánto tiempo has escuchado tú la Palabra de Dios? ¿Domingo tras domingo? De nada te ganas de que la escuches y que la escuches, sino la haces. ¿De qué sirve oír? Si ese oír no viene con una obediencia. ¿De qué sirve gastar el tiempo? Si ese efecto nunca toma efecto en tu vida. Santiago dice, sed hacedores de la palabra, no solamente oidores, que se engañan a sí mismo. Entonces, ¿cómo escuchas? ¿Qué clase de oyente eres? Porque aquí Jesús dice, ten cuidado, ¿cómo escuchas? ¿Tienes la luz? ¿O crees tener la luz y la escondes? ¿Crees ser genuino Y tratas de limitar que todo el mundo lo mire. O eres verdadero. Y cumples la palabra de Dios y dejas que todo el mundo mire lo que Dios hace en tu vida. ¿Cómo eres tú allá afuera? Es fácil reunirse todo el mundo aquí. Todo el mundo aquí tiene el mismo pensar. Y aquí es fácil ser cristiano. Aquí adentro de estas cuatro paredes. Pero... Lo que eres aquí debe ser allá. Porque la luz no se esconde. Aquí no se prende y allá se esconde. Esa luz no se expaga. Lo que Dios hace en tu vida nunca se quita. Es permanente. Si realmente eres nacido de nuevo y realmente Dios te da un nuevo corazón, ese corazón es un corazón de vida. Él te resucita de vida, de muerte a vida para no morir jamás. Esa vida es una vida eterna. Es una vida que se ve. Si realmente eres un árbol verdadero vas a dar fruto verdadero. Jesús habla en términos que todos podemos entender. El problema es que a veces no queremos escuchar. Entonces yo te pregunto, como Jesús aquí da la advertencia, cómo oyes, en cuidado, cómo escuchas la palabra de Dios. Amén, vamos a orar. Padre te damos gracias por tu palabra. Señora, ayúdanos a considerar, Señor, cómo ¿Cómo escuchamos? ¿Cómo te seguimos? ¿Cómo proyectamos, Señor, la verdad que ha cambiado nuestra vida? ¿Cómo lo hacemos ver delante de los demás? Señor, ten misericordia de nosotros porque somos tardos para oír, somos tardos para actuar. Y en veces, Señor, nos gana la vergüenza y después sentimos un dolor porque No hablamos lo que deberíamos de hablar, no actuamos como deberíamos de actuar, y nos perdimos de muchas grandes oportunidades. Ahora, tú no nos pides, Señor, perfección, pero sí nos pides, Señor, que seamos lo que somos, que tengamos cuidado de que si realmente somos, que no lo andemos escondiendo. Señor, te pedimos que en tu misericordia tu palabra, Señor, tome efecto, Señor, en nuestra vida. le damos gracias Señor y ten, ten compasión de nosotros Señor, en nuestra vida normal, en nuestra vida afuera de aquí el Señor de la iglesia, en nombre de Jesús tu Hijo lo pedimos Señor, Amén
(68) Los que Oyen y Hacen
Series El Evangelio según Lucas
Sermon ID | 72824233421 |
Duration | 1:01:11 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 8:16-21 |
Language | Spanish |
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