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Señor, gracias por esta mañana. Una vez más, gracias por las alabanzas también que nos recuerdan. varias cosas como la anterior alabanza que cantábamos de cómo podemos estar tristes. Y muchas veces sí estamos tristes, si estamos tentados y a veces incluso queriendo entrar en la desesperación. Pero decía ese himno que sólo tú, Señor, nos nos sacas de esa situación, nos levantas. Y hoy te pedimos también por eso, Señor, sea cual sea, el sentimiento que tengamos que tú nos ayudes que tú nos mantengas viviendo en gozo porque tú cuidas de las aves señor y también vas a cuidar de nosotros ayúdanos señor a dejar a un costado a venir delante de ti al poder de tu palabra escuchar con corazones abiertos y estar dispuesto, Señor, a obedecerte. Gracias por este tiempo. Bendice, Señor, la predicación de tu palabra y que realmente traiga fruto en nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén. Amén. Hermanos, cuando yo estaba en mi vida cristiana empezando, yo tengo un amigo con el cual a veces en esto de la compra de Biblias, estaba recordando, y él me daba créditos, ¿no? Y empezaba comprándole Biblias y me daba poco crédito y después me daba un poco más de crédito. Y un día yo decidí tomar un poco más de crédito, ¿no? Y uno de mis pensamientos era, y si no vendo, y si no le puedo pagar, ¿no? Y un día Le transmití estas preocupaciones, aunque él tenía, no sé si era muy confiado, no lo sé, pero siempre esa apertura de darme ese crédito y darme más Biblias. Pero un día yo le transmití esa preocupación y le dije, ¿Y qué pasa si no te puedo pagar? ¿Y qué pasa si no puedo vender? Y ahí fue la primera vez que yo escuché esto, y ya después en la iglesia yo lo escuché varias veces, pero él me dijo, Jaime, no seas Tomás. No seas Tomás. Y yo no entendía, porque todavía no conocía muy bien la Biblia, pero él me decía, no seas Tomás. Entonces, no lo entendí, y después yo fui a mi Biblia, y quise averiguar por qué me dijo, no seas Tomás. Y ya ustedes a estas alturas ya conocen quién es Tomás, este apóstol del Señor Jesucristo. Y yo quiero leerles esos versos que yo leí en esa oportunidad para entender y dije, ah, ya sé por qué me dijo, no seas Tomás. Y es esta parte en Juan capítulo 20, que no es el pasaje que vamos a estudiar, pero solo es para entender si tal vez aquí hay niños y tal vez a un niño le dice no seas Tomás. Entonces ya sé lo que me está diciendo mi papá, ya sé lo que me está diciendo mi amigo. En Juan capítulo 20 Jesucristo ha estado tiempo con sus apóstoles. Han visto tantas cosas del Señor Jesús, han escuchado tantas enseñanzas y en medio de ellos estaba Tomás. Y ya Jesús muere y les había venido diciendo que moriría, que resucitaría y todo esto. Y Jesús resucita como les había dicho, y ya acabando el Evangelio de Juan en el capítulo 20 en el versículo 19 dice, Entonces al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos y les dijo, paz a vosotros. Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron al ver al Señor. Jesús entonces les dijo otra vez, Paz a vosotros, como el Padre me ha enviado, así también yo os envío. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo, Recibid el Espíritu Santo, a quienes perdonéis los pecados. éstos les son perdonados y a quienes retengáis los pecados éstos les son retenidos. Entonces Jesús se apareció y noten que acá están los discípulos y los discípulos no le piden que haga lo que Jesús hizo. Se les aparece, dice que las puertas estaban cerradas pero Jesús aparece en medio de ellos y les dice paz, e inmediatamente Jesús les empieza a mostrar, dice aquí, sus manos, sus costados, su costado, y eso es como la señal de los clavos, su costado traspasado. Pero en esa oportunidad nos dice Juan que Tomás no estaba. Tomás no estaba. Entonces dice el versículo 24, Tomás, uno de los doce, llamado el Didimo, que es gemelo, No estaba con ellos cuando Jesús vino. Entonces los otros discípulos le decían, y ahí está con signos de exclamación para decir, hemos visto al Señor. Pero él les dijo, y noten los requisitos para Tomás para creer, ¿no? Y Tomás les dijo, si no veo sus manos, la señal de los clavos, si no meto el dedo en el lugar de los clavos y pongo la mano en su costado, no creeré. No creeré. Y es interesante que después Jesús se va a volver a manifestar a ellos. Y noten acá, ocho días después, sus discípulos estaban otra vez dentro y Tomás con ellos. Y estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos y dijo, pasa vosotros. Y luego dijo, Tomás, acerca aquí tu dedo y mira mis manos, extiende aquí tu mano y métela en mi costado y no seas incrédulo, sino creyente. Y es interesante que aquí Tomás no le dice, señor tengo que probar si realmente eres tú. Jesús como conocía y tiene, es Dios mismo, pasó la lista de requisitos de Tomás, le dijo, ¿qué quería hacer Tomás? Si ustedes revisan y tiquean, quería decir, dice acá, la señal de los clavos, meto mi dedo en el lugar de los clavos, pongo mi mano en su costado, pero Cristo se manifiesta y como ya sabía, le dice, ok, tu lista la vamos a cumplir. trae tu mano, toca la señal de los clavos, toca el costado y Jesús le dice, no seas incrédulo, sino creyente. Y obviamente yo tengo ahora un amigo que se llama Tomás. Y obviamente, no sé cómo él se sentiría si estuviese aquí mientras yo estoy diciendo esto, pero en el mundo evangélico, en la iglesia esto es muy normal a veces. Y lo he escuchado, no sé si tú lo has escuchado cuando alguien te dice algo y tú no crees o estás dudando y te dice, no seas Tomás. No seas Tomás. y te está diciendo entonces no seas incrédulo no seas incrédulo y es de eso hoy día hermanos que vamos a hablar acerca de Cristo diciéndonos no sean incrédulos sean creyentes sí ahora sí vamos a abrir ahí tienen en sus boletines no sé si lo tienen en Juan capítulo 4 Y yo estoy viniendo así de manera cronológica. Yo tengo mi Biblia, verdad, los cuatro evangelios y entre las parábolas y los milagros que estamos en esta serie, en este caso los milagros del Señor Jesucristo. Y el que me tocaba simplemente cronológicamente es este. Y me llamó la atención. Nunca había visto algo que hoy día vamos a ver. No me había dado cuenta. Y tiene que ver con con otra vez estando en un mismo lugar, ¿sí? Juan capítulo cuatro, vamos a estar estudiando el título de sus de sus ahí que sus boletines del sermón de hoy día es ver para creer, ¿no? Esta es otra frase muy típica que todos deben ver para creer y la Biblia enseña lo contrario, creer para ver, creer para ver, y aquí está ver para creer, ¿sí? ¿Sí? El Evangelio de Juan. Yo soy Mateo. Juan capítulo 4 desde el 46 en adelante. Sí, vamos a leer estos versículos. Dice, entonces vino otra vez a Canán de Galilea, donde había convertido el agua en vino y había allí cierto oficial de rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum. Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a su encuentro y le suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte. Jesús entonces le dijo, Si no veis señales y prodigios, no creeréis. El oficial de Israel le dijo, Señor, baja antes de que mi hijo muera. Jesús le dijo, Vete, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue. Y mientras bajaba, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo vivía. Entonces les preguntó a qué hora había empezado a mejorar. Y les respondieron, ayer a la hora séptima se le quitó la fiebre. El padre entonces se dio cuenta que fue la hora en que Jesús le dijo tu hijo vive y creyó él y toda su casa. Esta fue la segunda señal que Jesús hizo cuando fue de Judea a Galilea. Cuando uno lee por primera vez este relato tiene una lógica total, tiene una lógica total. Y me refiero a esta lógica en este sentido. Jesús está de regreso en Canán de Galilea. Y Juan ni siquiera nos deja como para pensar por qué menciona eso. Lo menciona porque Canán de Galilea era el lugar que recientemente Jesús, dice Juan, había convertido el agua en vino. Y en ese mismo lugar estaba cierto oficial del rey cuyo hijo dice que estaba enfermo al borde de la muerte. Y ahora aquí hay algo interesante. Antes de entrar en los puntos que vamos a ver. Jesús convirtió el agua en vino y su fama había empezado a crecer en Canaán de Galilea. Después de esto, Se nos dice, después de que esta señal que Jesús había hecho, después vamos a ver más versos qué pasó y hacia dónde fue Jesús. Pero lo que aquí nos llama la atención es lo siguiente. Aquí está Jesús de regreso en Canaán de Galilea, donde había hecho este milagro, venía de Jerusalén, de la Pascua, donde también había hecho prodigios y señales. Y muchos de los que estuvieron en Jerusalén también estaban aquí en Canaán de Galilea. Y seguramente este oficial del rey escuchó sobre este milagro que había hecho en Galilea, lo que había hecho en Jerusalén. Entonces, al enterarse que estaba nuevamente en Canán de Galilea y estando en la situación que este hombre estaba, con su hijo, dice, al borde de la muerte, lo más lógico era hacer lo que este hombre había hecho. ¿Y qué era? Correr rápidamente al encuentro de Jesús para buscar ayuda en esta situación. Entonces este hombre oye de que Jesús había venido a Galilea y va rápidamente a su encuentro a suplicarle para que sane a su hijo porque estaba, dice aquí, al borde de la muerte. Ahora, solo para ponernos en un contexto, en realidad si nosotros fuéramos este hombre Y hemos escuchado del milagro que Jesús ha hecho y de las otras cosas que ha hecho. Y casualmente otra vez Jesús está allí, está visitando el pueblo. Todos nosotros con total desesperación, también creo yo, correríamos a su encuentro para pedir ayuda. Pero lo que nos llama la atención, ya para entrar en el corazón de esta historia, es la respuesta que Jesús tiene para este hombre. en medio de esta urgencia que él tenía, su hijo estaba muriendo, va a Jesús y le dice, te suplico que bajes y sanes a mi hijo, porque está al borde de la muerte. Y Jesús le dice, si no ves señales y prodigios, no vas a creer. Si no ves señales y prodigios, no vas a creer. Y parece que el hombre está hablando de un tema urgente, mi hijo está muriendo, pero Jesús parece que está en otro tema. Jesús le está hablando acerca de creer y ver, y él está hablando de sanar a su hijo, porque sabía que él podía hacerlo y había hecho otras cosas en ese mismo lugar. Y notamos algo. Si uno lee de manera lógica, se topa con esta respuesta de Jesús ante esta petición y dice, algo no anda bien aquí. ¿Por qué Jesús no le respondió, no le respondió, no le dijo a vete voy a sanar a tu hijo o voy a descender en un momento voy a venir pero le dije si no ves señales y prodigios no vas a creer no vas a creer y para entender esto es lo que hoy día vamos a estar estudiando porque Jesús dio esta respuesta a este hombre y para eso tenemos que ir un poquito más atrás y poder poner esta historia en su contexto y poder entender esto En Juan capítulo 2, nosotros hemos estudiado conmigo acerca de lo que Jesucristo convirtió el agua en vino. Exactamente como estaba diciendo hace rato, después de convertir el agua en vino, dice los versículos 12, acabo en el 12 este milagro del capítulo 2 de Juan. En el capítulo, en el versículo 13 dice, la pascua de los judíos estaba cerca y Jesús subió a Jerusalén. Entonces la Pascua empieza de los judíos y después de este milagro Jesús sube hacia Jerusalén. ¿Sí? Y en el versículo 23, cuando ya está en Jerusalén, va allá, echa afuera a los mercaderes y a los comerciantes que estaban en el templo, en la historia. Y en el versículo 23 del capítulo 2, miren lo que dice. Cuando estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que él hacía. En Juan que estamos estudiando dice, no creeréis si no veis señales y prodigios. Y aquí, antes de eso, después de convertir el agua en vino, va a Jerusalén y también hace milagros en Jerusalén y prodigios. Y dice Juan capítulo 2, versículo 23, cuando Él hizo estos milagros, estas señales, muchos creyeron en su nombre al ver las señales. Miren el versículo 24. Pero Jesús, por su parte, no se confiaba a ellos. porque conocía a todos y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. Qué interesante el comentario de Jesús. Hizo milagros y dice que muchos creyeron, pero Jesús no se confiaba de ellos. Pero Jesús no se fiaba de estas personas que habían puesto su confianza, que habían creído en Cristo al ver las señales que él había hecho. Y ahora, acerca de esto que también vamos a estar viendo por qué Jesús le dijo así a este hombre, estamos viendo esto en este contexto, ¿sí? Y aquí dice que Jesús no se fiaba de estos que habían creído en él porque habían visto. Y la razón por la que no se fiaba, dice Juan, es porque Jesús conocía el corazón de estas personas. No necesitaba de que nadie les explique quién, quiénes son estas personas que estaban poniendo su confianza en Cristo. Y nosotros tenemos ejemplos de esto solo para un poquito entender de esta expresión que dice que Jesús no se fiaba porque él los conocía, sí, él los conocía. Por ejemplo, nosotros tenemos ahí adelantecito en el capítulo uno, ¿recuerdan ustedes cuando cuando Jesús se acerca a Natanael? Y Natanael le invita a un hermano y le dice ven conoce a Cristo y Natanael tiene el encuentro con Jesucristo en el capítulo 1 en el versículo 47 Jesús lo vio venir a Natanael y dijo de él he aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño. Natanael le dijo ¿cómo es que me conoces? Jesús le respondió entonces le dijo, antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Este es un ejemplo para mostrar un poquito acerca de lo que está diciendo Juan más adelante, que Jesús conocía a las personas antes incluso de presentarles o verlos. Y esto es un fundamento acerca de Natanael. Sí, hay otro ejemplo también a en el capítulo cuatro, en el capítulo cuatro de Juan, el versículo treinta y nueve, en este diálogo con la mujer samaritana, ¿sí? Ustedes saben en este diálogo que Jesús iba para para Galilea, pero antes iba a pasar por Samaria, y en este encuentro que tiene con esta mujer samaritana en el en el versículo treinta y nueve del capítulo cuatro dice, y de aquella ciudad muchos de los samaritanos creyeron en él por la palabra de la mujer que daba testimonio diciendo, Él me dijo todo lo que yo he hecho. Este es otro ejemplo para decir que Jesús los conocía de antemano. Tanto con Natanael como con esta mujer, Jesús dice que las personas que creen en Él y de este grupo especial en Jerusalén, Jesús no se fiaba de ellos. ¿Por qué? Porque los conocía, de antemano los conocía. Entonces, Estamos aquí, y creo que este versículo en el capítulo 2, que hemos leído el versículo 23, donde dice, cuando estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía, pero Jesús, por su parte, no se confiaba en ellos. Este versículo es importante para nuestro pasaje, porque si vienen a nuestro pasaje que estamos estudiando hoy día en Juan capítulo 4, Juan capítulo cuatro el versículo de hecho en la reina Valera las divisiones en la Biblia está de manera diferente que la Biblia de las Américas porque la división empieza en el cuatro cuarenta y tres en la reina Valera y miren lo que dice el cuarenta y tres dice después de dos días salió de allí para Galilea, porque Jesús mismo dio testimonio de que a un profeta no se le honra en su propia tierra. Así que cuando llegó a Galilea, ahora noten acá, ya está llegando en Galilea, así que cuando llegó a Galilea, los galileos les recibieron. Pues habían visto lo que hizo en Jerusalén durante la fiesta, porque ellos también habían ido a la fiesta. Entonces, este grupo de que Juan nos menciona en Jerusalén de muchos los que creyeron y Jesús no se fiaba, aquí hay un grupo, empezando nuestro pasaje en el capítulo 4, que dice que ellos habían ido a Jerusalén y ahora están de regreso en Galilea habían visto los milagros y por eso también lo estaban recibiendo a Jesucristo en Galilea, porque ellos también habían estado en Jerusalén con él y habían visto los milagros que allí había hecho. Y este versículo es el que está introduciendo a nuestro texto. Y era necesario explicar eso, ¿por qué? Porque aunque Jesús parece que está hablando solamente con este oficial del rey, cuyo hijo está enfermo, el auditorio completo que Jesús tiene acá es todas estas personas que estuvieron en Jerusalén con él y vieron lo que hizo y ahora están en Galilea y ahora están rodeándolo a Jesús juntamente con este soldado, con este oficial, con el cual nos parece que va a hablar directamente el Señor Jesucristo. Entonces, En medio de esta respuesta que le da a este hombre, si no veis señales y prodigios, ¿no creeréis? Hay algunas cosas que nosotros en el contexto vamos a poder ver en este pasaje para poder entender por qué Jesús le dijo eso a este hombre. Y lo primero que ustedes tienen ahí en sus bosquejos es ver otra vez lo que Jesús hizo, ver otra vez lo que Jesús hizo. En el versículo 46 dice, entonces vino otra vez a Canán de Galilea donde había convertido el agua en vino. Cuando yo leí este pasaje hermanos y estaba estudiando, yo A priori, cuando yo leí y estudié y vi vueltas, dije el título del sermón para este domingo que viene será Otra Vez en Galilea. Otra Vez en Galilea. Pero me decía que fui estudiando más de 100 cambia, ver para creer. Y la razón de Otra Vez en Galilea, no sé tú, pero cuando tú estás haciendo algo y después quieres pasar a otra etapa, Y tal vez el entrenador en el caso de un ejercicio físico dice, no, otra vez vamos a volver a la misma etapa. Entonces tú rápidamente entiendes que hay cosas que no se han aprendido y que es necesario nuevamente volver a la misma etapa. Y me llamó la atención lo que dice acá, entonces vino otra vez a Canán de Galilea. Y lo podía haber dejado ahí Juan porque ya nosotros fácilmente entenderíamos qué pasó en Canán de Galilea. Pero Juan no lo deja, si no explica. Vino otra vez a Canán de Galilea, dice, donde había convertido el agua en vino, apuntando a este milagro que el Señor Jesús había hecho. Vino otra vez a Canán de Galilea. Obviamente, Juan quiere llevar a sus oyentes, en este caso también a nosotros, a recordar la obra milagrosa que el Señor Jesús había hecho en Canán de Galilea. En otras versiones, tanto en español como en inglés, esta frase que nosotros tenemos, que allí en Galilea había un oficial del rey, en otras versiones dice había ahí un noble. Y esto de noble es por la posición de esta persona de la nobleza. Pero en otras versiones hay varias traducciones que aparece este hombre que está en Canán de Galilea. Obviamente este hombre había escuchado los milagros que Jesús hizo, como dije rato, tanto en Galilea como en Jerusalén. Y estos milagros eran suficientes testimonios para creer que realmente Jesús podía ayudarle en cuanto a su hijo que se estaba muriendo. Pero lo que vamos viendo y la razón por la que Jesús dijo esto es exactamente el argumento que decía en Juan capítulo 2. Jesús, ante esta petición de este hombre que se acercó a pedirle que bajara para que sanara a su hijo, Jesús pudo ver el corazón de este hombre. pudo ver el corazón porque en Juan dice Jesús no se fiaba ¿por qué? porque Jesús conocía lo que había en su corazón y aunque las palabras de este hombre nos parecen a nosotros fe porque ¿qué está haciendo este hombre? está yendo al encuentro y le está diciendo por favor Baja a sanar a mi hijo. Y uno diría, si no tuviese fe, ¿por qué estaría haciendo lo que está haciendo? Pero Jesús, que puede ver más allá de las palabras, vio su corazón y le dijo, si no crees, si no ves señales y prodigios, tú no vas a creer. Y Juan empieza este relato diciendo que este hombre se encontraba en Canán de Galilea, donde él había hecho este milagro de convertir el agua en vino y donde las personas que están alrededor de él que le habían hablado seguramente de los milagros que hizo en Jerusalén, todo eso debería ser, Juan está poniendo esto como argumento y vayan siguiendo el texto, debería ser suficiente para que este hombre crea que realmente Jesús podía ayudarlo. Pero lo que aquí podemos ver es que todo ese testimonio, más que todo, todo ese testimonio oral que le habían dado, que había escuchado, todo eso, para este hombre no era suficiente. No era suficiente. Y lo primero que yo quiero, hermanos, y yo he hecho este ejercicio, es revisando nuevamente lo que estudiamos en Canán de Galilea la anterior vez, revisando otra vez, ¿qué era el punto principal de la anterior enseñanza en Jesús, el Dios que suple necesidades? Y claramente nos acordamos de María, ¿recuerdan ustedes? de diciendo a los sirvientes cuando hace la petición para que para que ayude con el vino era hagan todo lo que les pida háganle caso en todo y la enseñanza que dábamos en ese tiempo era acerca de una confianza en el señor que no duda una confianza en el señor que no duda y hablamos más ahondamos un poco más acerca de lo que es confiar lo que es no dudar Y entonces, cuando Juan nuevamente nos lleva a este punto diciendo, de regreso a Canán de Galilea, es como una exhortación para nosotros para decir, todavía no es suficiente. Vamos otra vez a Canán de Galilea y recordemos la lección que allí hemos aprendido. De regreso a Canán de Galilea. Y una de las cosas, hermanos, yo quiero aclarar, pongo paréntesis aquí. Es verdad que muchas veces cuando le pedimos algunas cosas al Señor, no siempre responde como nosotros le pedimos, en el tiempo que le pedimos y muchas cosas. Pero este no es el caso aquí, hermanos. La exhortación que el Señor Jesús viene haciendo, y el punto que yo quiero mostrar lo que aquí la palabra está diciendo, es que con todas las cosas que tú has oído y están pasando en tu vida, todavía no crees. Todavía no crees, no es suficiente con todo este testimonio y este es el caso de este hombre con todo lo que había escuchado. Una de las cosas que yo no me había dado cuenta en algunos libros que alguna vez yo estaba cuando empezaba la librería, no conocía a algunos autores y entre esos me encontré un libro bolsillo que yo lo estaba vendiendo, ¿sí? Y este libro de bolsillo era de la historia de un niño que había muerto o más o menos había estado en terapia intensiva como muerto por mucho tiempo y después de eso él regresó. Y él en ese libro cuenta que durante ese tiempo que él estaba en terapia intensiva, él estuvo en el cielo y estuvo con Dios y vio a los ángeles y vio todo eso. Entonces, Yo no lo leí todo el libro. Hay hasta la película de ese libro ahora. Pero las personas en ese tiempo en la librería buscaban mucho ese libro. Y la razón porque yo lo quería vender. Pero yo no sabía y después yo me fui dando cuenta que La gente o yo mismo muchas veces no creemos en lo que la Biblia nos dice que Dios es real y nosotros tenemos que esperar a ver un libro o una película de alguien que te dice que ha ido al infierno o al cielo y ha vuelto y es real para realmente decir es real. Es real. ¿Por qué? Porque el testimonio de Jesucristo que es la palabra de Dios no es suficiente. No es suficiente. No es suficiente muchas veces lo que él dice, ni las cosas en las cuales nosotros vemos a Jesucristo obrando en nuestra vida. Ahora, hermanos, tal vez tú no has visto cosas como la que aquí en Juan se muestra, ¿no? Conversión de agua en vino, milagros tan sobrenaturales. Pero ¿saben qué, hermanos? Día a día nosotros vemos la mano de Dios obrando en cosas pequeñas y grandes. Y con todas esas cosas que nosotros vemos, que no hay duda de que no puede ser sino Dios, todavía muchas veces no creemos en Él. Ayer un hermano estaba, creo los que estábamos aquí, escuchábamos un testimonio diciendo, ¿Cuánto fue? ¿Cuánto es lo máximo de dinero que te has encontrado? ¿Cuánto es? Y estaban hablando, porque yo me encontré dinero esta semana, estábamos hablando ayer. Y él dijo, me encontré este monto de dinero y era harto dinero los que estábamos ayer. Y él dijo, y era exactamente el monto de dinero que yo necesitaba para un negocio que estaba haciendo y tenía que pagar. Uno puede decir, ¡qué suerte! ¡Qué buena suerte! ¡Qué casualidad! Pero cosas así, muchas veces Dios está haciendo en nuestra vida en pequeñas, estamos viendo su mano, estamos escuchando prédicas, circunstancias, a veces hasta un versículo que de una manera bien providencial llega a nuestra vida, y aún con todo eso, todavía nuestras razones son duras para creer. Y aquí es el punto de decir, la idea de aquí es más o menos de que Jesús ya empezó a hacer algo y todavía les faltaba la fe. Todavía les faltaba la fe. Entonces, la primera cosa que yo quería compartir acerca de este milagro es, otra vez en Canán de Galilea. Y este otra vez, repito hermanos, es como el Señor Jesús llevándonos nuevamente a esta escuela de Canaán de Galilea para decir, todavía no has entendido, todavía no has aprendido esto, necesitas hacerlo otra vez, recordándonos lo que el Señor ha hecho. Y esto es obviamente un indicador para nosotros para Recordar, volver otra vez a Canán de Galilea para nosotros significa mirar otra vez atrás y ver qué cosas ya Dios ha hecho, qué cosas Dios ya ha dicho que pueden ser un soporte, un fundamento de fe para mirar al futuro y decir, Dios lo va a hacer. lo que él ha empezado a hacer, no lo va a dejar a medias, lo va a terminar. Entonces aquí dice, Entonces vino otra vez a Canán de Galilea, donde había convertido el agua en vino, y había ahí, y este es el segundo punto que tienen en sus bosquejos, solo la intervención de Jesús puede ayudar. Dice la segunda parte de este versículo, Y había ahí cierto oficial del rey, cuyo hijo estaba en Capernaum. Más abajo se nos dice que este hijo que estaba enfermo en Capernaum estaba al borde de la muerte. Pero es interesante lo que aquí está pasando. Se nos dice había ahí en Capernaum un oficial del rey. Jesús y esta por si acaso hermanos no es la misma historia que encontramos en los otros evangelios donde está este hombre que tiene que no es su hijo que es su criado que está enfermo y que le dice a Jesús no descienda sólo di la palabra y mi siervo sanará no es la misma historia pero tiene mucho parecido sí aquí es el padre el hijo el otro es el soldado y su sirviente sí pero ahora aquí Miren cómo Juan lo presenta a este hombre que va a ser nuestro personaje principal. Dice que había un oficial del rey, dice en esta versión. En otras versiones dice un funcionario del gobierno, un funcionario real. Y otros dice alguien que pertenecía a la nobleza. Ni se nos da su nombre ni nada, pero se nos presenta a esta persona con su título. la posición que este hombre ocupaba. Y claramente esta posición nos habla acerca de la autoridad que tenía este hombre. Era un oficial de rey. Este hombre era alguien que tenía influencia, que tenía autoridad. Y algo más que podemos ver acerca de este personaje en esta porción es que era un hombre económicamente bien acomodado. porque se nos dice que cuando Jesús hizo el milagro y él descendió para ver a su hijo, dice que sus siervos le salieron al encuentro, dando la idea de que este hombre tenía siervos y en ese tiempo solo las personas acomodadas tenían servidumbre. Este hombre era un hombre que tenía autoridad, poder, influencias, economía, pero no solo eso nos dice de este hombre, también se nos dice que este hombre tenía un hijo enfermo. Y esto es interesante porque yo estaba pensando en este título, solo tenía que decirnos había un padre que tenía a su hijo enfermo al borde de la muerte y entenderíamos completamente nosotros. Pero a este padre se lo presenta como el oficial del rey, el oficial del rey, el oficial del rey y claramente Juan está repitiendo dos veces este título para apuntar la posición que tenía este hombre. Y nosotros podemos ver versículos más abajo cuando este hombre se encuentra con Jesús Dice la Biblia, les rogaba, les rogaba a Jesús que descienda para sanar a su hijo. Y una pregunta que yo me hacía mientras estudiaba esto, si ahora este hombre con esta posición le está rogando a Jesús que descienda para que ayude a su hijo, ¿qué cosas no habría hecho antes para ayudar a su hijo? Y la respuesta a eso es todo lo posible. Este hombre tenía poder, tenía influencia, tenía todo y seguramente ya lo habría llevado a los médicos. Seguramente habrían dicho estas otras personas también ofrecen sanidades y él hubiera agotado. Él agotó todo. Por eso nosotros vemos esta actitud ante Jesús rogándole Porque este hombre era, por así decir, en posición y en economía mucho más que muchos de los que estaban ahí. Pero dice que se acercó a Jesús y le estaba rogando para que vaya y ayude a su hijo. Pero ¿saben qué? Este hombre seguramente llegó a un punto de pensar de que su posición de autoridad, de poder, de economía, en la situación con su hijo enfermo, en realidad no le aprovechaba para nada porque estaba en la misma condición de un pobre que no tiene ni posición ni dinero y tiene un hijo enfermo. Todos los recursos que tengo no me sirven para nada porque no puedo hacer ya más nada por mi hijo. ¿Qué me diferencia de una persona pobre? Ninguna. Y creo que hay una razón específica por la que Juan nos dice, este era un oficial del rey, pero estaba en la misma condición de una persona pobre que tenía un hijo enfermo. Todo lo que tenía no le podía ayudar. ¿Y qué nos muestra? Por eso ahí en sus bosquejos ustedes tienen solo la intervención de Jesús puede, podía ayudar. Este hombre con toda su riqueza, con toda su autoridad y poder, dependía totalmente de la misericordia de Dios como una persona que fuera pobre y no tenía cómo ayudarse. Y si no habría una intervención divina, este hombre estaba perdido. Y una cosa que yo estaba pensando, en este caso lo que nos está hablando este texto es en el caso de la salud, ¿no? Cuando tu salud está mal, entonces tu mente rápidamente, ¿en qué confía hermanos? Yo tengo seguro y mi seguro es bueno. Yo tengo ahorros y esos ahorros me pueden tal vez sacar del país para que en otros lugares me hagan tratar. En este caso de la salud. O cuando hay cosas que amenazan ciertas cosas en nuestra vida, como la economía, la familia, el matrimonio, no sé qué está pasando. Pero la pregunta de esto que yo me hacía es, ¿este hombre claramente Juan está queriendo dejarlo desprovisto con todas las posibilidades que tenía? Nos está mostrando que estaba en la condición de cualquiera. Sólo dependía del Señor. Y una de las cosas que podemos pensar nosotros es en esto. ¿En qué estás poniendo tu confianza? ¿En qué dependes? ¿En el dinero que tienes? ¿En el seguro que tienes? ¿O estás realmente diciendo, dependo totalmente del Señor? Yo recuerdo una mujer Yo les he contado creo antes ya de esta mujer en la puerta del seminario que vende pastillas. Yo siempre le solía hablar cuando estaba ahí y yo notaba que ya tenía 30, ya tenía 40 y no se casaba y vivía sola. Y un día yo ya me preocupé por ella y le dije, ¿cuándo te vas a casar? y ya se daba cuenta ella porque siempre le rodeaba con esas preguntas y entonces esa vez ya ella también me respondió porque se dio cuenta creo hacia dónde iban mis preguntas y le dije y me dijo ¿por qué quieres tanto que me case? y yo le dije porque me has dicho que no tienes familiares porque me has dicho que estás sola y cuando envejezcas ¿quién te va a cuidar? no tienes hijos no tienes a nadie me has dicho y por eso quisiera que te cases Y ella me dijo, ella me dijo algo que, ¿cómo nos olvidamos del personaje principal muchas veces? Ella dijo, Jaime, cuando no tenga que comer, que vestir, ni quien me cuide, ya estaré lista para subir. Ya estaré lista para subir. Y me dejó callado. Mi esperanza, mi confianza está En el Señor, y eso era lo que hemos cantado hace rato, si Dios cuida de las aves, ¿cómo no va a cuidar de mí? ¿Tú crees que me va a dejar desamparada porque no tengo nadie que me cuide, nadie que de viejita me atienda? ¿Tú crees que el Señor me va a abandonar? Y que eso es lo que dice en Isaías, ¿no ve? Yo hice que nacieras y hasta las canas te voy a llevar. Ese día yo quedé callado y dije, esta mujer depende totalmente del Señor, su confianza está en el Señor. Y esa es una pregunta para nosotros hermanos, es decir, ¿realmente nuestra confianza está con ¿Nuestra esperanza está en la intervención total del Señor o estamos confiando en lo que tenemos? A veces me pasa a mí. Cuando estoy empezando un negocio y digo, ¿qué es lo peor que me puede pasar? Y si me pasa todo, pues lo vendo el auto, lo vendo la otra cosa. Y mi esperanza no está en que el Señor me va a ayudar, sino en las cosas materiales que yo puedo tener y que me pueden sacar de ese aprieto. El tema es, este hombre Juan nos los pone con este título para decir, todas estas cosas no le aprovecharon de nada. Y así muchas veces Dios va a ser con nosotros. Sigue el texto y en el punto 3 dice, Jesús conoce nuestros corazones y este es el centro, la esencia de este pasaje. Jesús después dice, seguimos leyendo una vez más, dice, entonces vino otra vez a Canán de Galilea, donde había convertido el agua en vina. en vino y había ahí cierto oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. Cuando oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a su encuentro y le suplicaba que bajara y sanara a su hijo porque estaba al borde de la muerte. Jesús entonces le dijo, si no veis señales y prodigios, no creeréis. Y este es el corazón de esta historia. Este versículo en sus bosquejos dice, Jesús conoce nuestros corazones. La respuesta de Jesús a la petición claramente que este hombre estaba haciendo era, tú realmente no crees que yo puedo ayudar a tu hijo. Y para nosotros hasta puede sonar, pero claramente si está yendo a pedirle ayuda es porque espera recibir ayuda. Pero Jesús le dice, si no ves, no vas a creer. Y las personas que están alrededor tuyo que vienen de Jerusalén creen porque vieron. Pero no es de creer del que Jesús vino a buscar. Juan dice que el propósito de escribir este libro del evangelio de Juan es para que para que conozcan a Jesús y conociéndolo crean en él y creyendo tengan vida eterna. Pero no es este creer del que estamos hablando. Entonces Jesús le dice si no ves no vas a creer. La respuesta de Jesús a esta petición estaba mostrando que este hombre realmente no creía que Jesús podía ayudarlo. Y este hombre es un cabal representante de las personas que están rodeándole también a Jesús. Y algo que podemos ver, que a veces se pierde en esta historia, es lo siguiente. Miren este versículo nuevamente. Dice Jesús, entonces le dijo, sí, le dijo. Y ahí está diciendo en singular, sí, singular, le dijo. Si no veis señales y prodigios, no creeréis. Pero cuando lo ves estos versículos en el original, ¿sabes qué es interesante? Que son en plural. Es decir, le está hablando a este hombre, pero por medio de este hombre les está hablando a todos. ¿Quiénes son esos todos? Los que habían ido a ver a Jerusalén, los que ya están de regreso con él y están alrededor también de este hombre para ver una señal más que Jesús va a hacer. Y les dice, es como les estaría diciendo, si no ven, no van a creer. Ustedes ya me han visto en Jerusalén y aún así todavía no creen en mí. Ese es el auditorio y es interesante que los versículos están en plural. Y este pasaje es similar a uno que nosotros para entender realmente, y los contextos son exactamente casi iguales, para entender lo que aquí Jesús le dice, si no ves estas señales no van a creer, Es este pasaje en la lectura bíblica que teníamos providencialmente esta semana en el Evangelio de Marcos. Vamos un ratito ahí. Marcos capítulo 9. Estaba pensando en este texto para quererlo entender porque decía cómo no va a creer si está yendo a él. Cómo no va a creer si le hace caso a la palabra y desciende a Capernaum. Este hombre cree. Pero en Marcos capítulo 9 desde el verso 19 en adelante miren lo que dice marcos 9 del 14 en adelante cuando llegó a donde estaban los discípulos vio una gran multitud alrededor de ellos escribas que disputaban con ellos y enseguida toda la gente viéndoles se asombró y corriendo a él le saludaron él les preguntó que disputáis con ellos y respondiendo uno de la multitud dijo maestro traje a ti a mi hijo que tiene un espíritu mudo el cual donde quiera que le toma le sacude y echa espumarrajos y cruje los dientes y se va secando y dije a tus discípulos que lo echasen fuera y no pudieron Y respondiendo, él les dijo, oh, generación incrédula, ¿hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Tráedmelo. y se lo trajeron. Y cuando el Espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba echando espumarajos. Jesús preguntó al padre, ¿cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo, desde niño. Y muchas veces le echan el fuego y el agua para matarle. Y aquí este es el punto. Estas son exactamente las palabras de lo que nosotros también estamos viendo, Juan. Y el padre le dijo, pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. Y la respuesta de Jesús, ¿cuál es? Y Jesús dijo, si puedes creer, al que cree todo es posible. Inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo, Creo, ayuda mi incredulidad. Este hombre realmente no creía que Jesús podía ayudarlo. Y eso es lo que Jesús le está diciendo a este hombre del que estamos viendo ahorita en Marcos. Este hombre se acerca a Jesús y le dice, si puedes hacer algo por nosotros, Como una opción más de las tantas que ya he buscado, ahora me han dicho que tú eres poderoso. Tal vez puedes hacer algo. ¿Puedes hacer algo? Y Jesús le dice, ¿Puedes creer? ¿Puedes creer? Porque el que cree todo le es posible. Este hombre que nosotros estamos estudiando en Juan, evidentemente no creía que Jesús podía ayudar, aunque parece que cree. y la prueba de eso es en Juan cuando nosotros vemos en el versículo 51 cuando Jesús le dice vete tu hijo vive dice el versículo 51 del capítulo 4 de Juan y mientras bajaba sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo vivía Jesús le dice tu hijo vive los siervos le dicen tu hijo vive ¿Y qué va a hacer él? Miren lo que va a hacer él. Entonces les preguntó, ¿a qué hora ha empezado a ponerse bien? Eso da la idea de que un día antes había hablado con Jesús y ahora está en el día siguiente en Capernaum. ¿A qué hora ha empezado a mejorar? Les respondieron, ayer a la hora séptima se le quitó la fiebre. Y dice el 53, el padre entonces se dio cuenta que fue la hora en que Jesús le dijo, tu hijo vive. Y ahí recién dice, y creyó él y toda su casa. cuando los siervos le salieron y le dijeron tu hijo vive yo sé que vive porque Jesús me dijo que él iba a vivir pero él les preguntó y como a qué hora es para ver si realmente fue lo que dijo o capaz fue en otro momento era como lo que dijimos acerca del vino la anterior vez realmente convirtió el agua en vino o ya tenían esas tinajas algo por eso este texto otra vez está diciendo de regreso otra vez en Canán de Galilea, y aquí hay un parecido grande. ¿A qué hora? Realmente no creía que Jesús lo podía hacer. Y por eso Jesús le dice, no crees que pueda, no crees que puedo hacerlo. Una vez leyendo un libro, una pregunta me vino a mi mente y decía, ¿por qué supuestamente, entre comillas, en las iglesias fundamentales, reformadas, conservadoras, no pasan los milagros que pasan en las iglesias pentecostales, carismáticas? Si es que es así, entre comillas, ¿no? Porque cuando te invitan a una iglesia así, te dicen, tienes que venir a mi iglesia. En mi iglesia hay milagros, hay sanidades. Y ciertamente hay a veces, eso es verdad. Y yo estaba pensando, ¿por qué en nuestra iglesia no pasa nada? Eso no aquí en esta iglesia, hermano, sino cuando estaba en otra iglesia. Pero una vez leí un libro y decía esto el autor de ese libro, que es un autor respetado, ¿por qué Dios tendría que hacer milagros en medio de personas que no cree que pueden hacerlo? Voy a repetir eso. ¿Por qué Dios tendría que hacer milagros en medio de personas que no creen que Él puede hacerlo? Y no solo quiero hablar acerca de sensacionalismo, milagros, pero creo que nosotros nos hemos adormecido en un corazón seguro. De hecho, cuando alguien me puede escuchar predicar eso, me dice, Jaime, cuidado, cuidado. Lo mejor siempre es estar en el lugar seguro. el lugar de la desconfianza, en el lugar de que... Y hermanos, no me malinterpreten por esto, pero muchas veces así justificamos nuestra increíble a nosotros. Que sea la voluntad del Señor. Yo conozco ese versículo y creo ese versículo, pero muchas veces simplemente es una excusa para no creerle a Dios. Que Dios haga su voluntad. Y yo sé que hay momentos de... Tiene su contexto este versículo, pero lo que estoy tratando de mostrar ahora en este contexto es que el Señor está diciendo, sabes, has escuchado muchas cosas de mí. Estoy obrando en esto en tu vida y aún con todo eso todavía sigues con ese espíritu de incredulidad. Yo no sé, hermano, en qué estás pasando tú. Yo sí sé lo que yo estoy pasando. Muchos de nosotros, Dios nos ha mostrado algunas cosas, aún en el trabajo, aún en lo personal, en la familia, algunas cosas que Dios ya empezó a hacer y ha hecho cosas tal vez pequeñas y ya nos ha mostrado su presencia, su favor. Y cuando parece que era como la punta del iceberg, porque el iceberg es lo más grande que todavía falta, y uno dice, ¿será que lo va a hacer? ¿Será que va a continuar el Señor? Y Dios dice, te he dado tantas muestras y aún no crees. No crees. Y ese es el texto, al menos en este pasaje, no crees. Y ese es el paralelo que veíamos de este hombre que le dice a Jesús, si puedes ayudarle a mi hijo. Y Jesús le dice, si puedes creer. Pero ¿saben qué? Algo que Un comentarista decía, yo no me había dado cuenta de esto, es lo siguiente hermanos. En este pasaje no estamos hablando de una persona, él habla de tres etapas, no de una fe salvífica, pero tres etapas de una persona que está en estas luchas de la fe. Una etapa es la que estamos tocando nosotros, es estas personas justo de esta generación que dice Jesús de incredulidad, hasta cuando estaré con ustedes, de que se escandalizaban, pero este no es el hijo del carpintero, este no es el Jesús, este es el que puede hacer esos milagros, este es este tipo de fe que sólo lo que estamos viendo en este pasaje de que sólo como estas personas que fueron a Jerusalén vieron y ahora están en Galilea y siguen viendo y aún así no creen. ¿Saben por qué? Porque estas personas son como que necesitan milagro tras milagro, milagro tras milagro. Es como poniendo a prueba a Jesús para decir, uno más y creo en ti. Uno más y creo en ti. Esta es una categoría de estas personas que realmente están viendo a Jesús solamente como un milagrero. No creen realmente en Él. Pero saben que hay otra categoría. Y la otra categoría es de estas personas que tienen Esa lucha genuina con la fe. Tal vez no están en esa fe genuina que no duda, pero están en el medio. Una fe que tiene dudas, que tiene dudas de si realmente debe dar ese paso. Y le dice al Señor, Señor, no es que no cree en ti. Tengo mis luchas, pero quiero creer, pero quiero seguirte. ¿Y saben cuál? Y no es este caso que estamos hablando, porque si no parecía como muy severo el Señor Jesús. Y este caso está entre medio de esta historia. ¿Saben cuál es ese caso? El de Nicodemo. Nicodemo era una persona así, por eso dice que vino a Jesús de noche. Era un rabino, era un fariseo, pero vino a Jesús de noche porque empezó a decir, ¿realmente él será el Mesías prometido? Y vino de noche y le escuchaba a Jesús y con todas sus dudas y Jesús le dice a Nicodemo de su fe débil y muchas cosas. Pero lo interesante de la historia, te animo en casa que estudies todas las veces en Juan que se menciona a Nicodemo. Parece que Nicodemo va con muchas dudas, con una fe bien débil, pero tiene tres intervenciones en el libro de Juan Nicodemo. Esta primera cuando va Jesús a buscar de noche y la segunda cuando están haciendo ya un veredicto los fariseos para dar una sanción a Jesús y Nicodemo se pone de pie y empieza a abogar por Jesucristo. ¿No será que tal vez Él es el Cristo? ¿No será? Y los fariseos, sus colegas, le empiezan a reconvenir. Dicen, tú eres fariseo y no sabes que de Galilea no puede venir nadie, no puede ser Él. Y Nicodemo se queda callado. Y lo más interesante y más precioso de Nicodemo es al final de la vida de Jesús, cuando crucifican a Jesús y todos sus discípulos se parsen y Jesús esté en la tumba. Aparecen dos amigos secretos de Jesús. Y digo amigos secretos porque fueron las dos personas que en secreto lo buscaron a Jesús. Uno era Nicodemo y el otro era Simón. y van y piden el cuerpo de Jesús y lo meten y le dan sepultura. Y ahí se nota que Nicodemo, al final de su vida, llegó a creer en Cristo y sus acciones lo demostraron. Pero no estamos hablando de esta persona. Parece incluso que esta persona que leíamos en Marcos, que está pasando de este nivel al otro, de un nivel de decir, ¿será que puedes hacer algo? Y Jesús, ¿será que puedes creer? Y después va a sanar a su hijo y él va a decir, bueno, antes perdona mi incredulidad. ¿Perdona mi fe débil? Estamos hablando de una persona que realmente no cree. O sea, sólo digo esto para no poner pesos de conciencia en nosotros de decir, tal vez yo sí estoy luchando con mi fe, estoy buscando realmente confiar y dar esos pasos de fe que el Señor quiere. Estamos hablando de otro tipo de personas, de esa persona que está haciendo sarcasmo a veces, incluso decir, ¿será realmente que Él puede hacerlo? A ver, por si las dudas iremos a ver si puede hacerlo. como te dirían, allá hay un sanador de enfermedades y así al mismo nivel. Entonces ese es ese punto. Ya por el tiempo en el punto cuatro dice, no hay imposible para el poder de Jesús. Miren lo que aquí dice, no hay nada imposible para el poder de Dios. Y yo sé que esto, hermano, todas estas cosas, algunos incluso están un poco Como yo voy a decir, cuando escuchamos estas frases que no hay nada imposible para el poder de Dios, entonces rápidamente mi mente me trae al pasado y me dice ¿y qué pasó en esta oportunidad? cuando yo creí que no había límites y esto y esto y empiezo a cuestionar y le empiezo a poner argumentos al Señor y yo sé que estas verdades que yo estoy mencionando, ustedes ya las conocen, ya las saben, ya las han escuchado, incluso algunos han llegado a querer tal vez alejarse un poquito de estas cosas porque cuando en el pasado tal vez hemos puesto toda nuestra confianza nos hemos sentido tal vez decepcionados entre comillas porque parece que incluso tal vez Dios me ha fallado Y prefiero dejar eso pendiente y seguir nomás con mi vida segura, por así decir. Pero mi punto acá es, no hay nada imposible para el Señor. Y es el punto que aquí toca. Miren el versículo 48. Jesús entonces le dijo, si no veis señales y prodigios, no creeréis. El oficial del rey le dijo, Señor, baja antes de que mi hijo muera. Baja antes de que mi hijo muera. Y eso en palabras más sencillas, ¿qué está diciendo? Porque si bajas después de que mi hijo muere, ya no hay nada que se pueda hacer. Tu poder solo es antes de la muerte, porque después de la muerte ya no tienes poder. Baja antes. Antes he escuchado que podrías hacer algo, porque después muere y ahí ya no tienes posibilidad de ayudar. Baja antes. Y yo estaba pensando en esto, hermanos, en la situación que estamos pasando. Señor, haz algo ahora. Haz algo ahora, porque después ya no se va a poder hacer nada. Señor, estamos mirando de todos lados. Señor, si hay un momento que hay que intervenir en esta situación, es ahora, porque después ya no sirve, Señor. Y eso es una forma para decir, tu poder es hasta aquí. De aquí para allá ya no se puede hacer nada. Y eso claramente creo que algunos de ustedes, y a mi mente mientras pensaba en esto, me recordaba un pasaje que ustedes lo conocen tantas veces lo hemos escuchado. ¿sí? Y y por el tiempo solamente lo voy a lo voy a parafrasear es esta historia de Abraham e Isaac cuando Dios le pide que sacrificia sacrifica Isaac ¿sí? Y Abraham parece demente su obediencia parece demencia si una persona no tendría la fe que tenemos nosotros y le contaras la historia de Abraham y no sabría de la fe diría este hombre está loco porque dice que alistó al niño, alistó el cuchillo, alistó la leña y se fue rumbo al monte para sacrificar a su hijo. Y algo que quiero rescatar acá en este punto es el siguiente, cuando Abraham iba dando los pasos para ofrecerlo en sacrificio a Isaac, en ningún momento Abraham estaba mirando en paso que daba y decía Dios no va a permitir que yo llegue a ese punto. Algo va a pasar. Algo va a pasar. Y de pronto ponía la leña y no miraba. Y no pasa nada. Y no pasa nada. Entonces lo pongo al niño y dice y no pasa nada. No leemos eso en la Biblia. Abraham estaba como un hombre demente, empecinado en hacerle caso a Dios. Y dice que lo puso Isaac, puso la leña, agarró el cuchillo. Y yo te animo a que leas, si no lo recuerdas en Génesis 22, ¿verdad? Que el ángel dos veces le tiene que decir, Abraham, Abraham. Como si estuviese viniendo desde tercer, segundo cielo y no llegaba porque Abraham lo iba a matar. y tuvo que venir a toda velocidad y dar esos gritos para decir no lo hagas no lo hagas porque ya sabemos que temes a Jehová pero no es como nos pasa verdad cuando estamos en una situación difícil y decimos señor el dólar no puede subir más ya no se va a poder si llega a 11 escaso perdido hasta 11 nomás tú puedes sobrar señor es esto señor desciende antes de que muera porque de muerto ya no hay más ya no hay más y vuelvo a Abraham porque la razón por la que Abraham iba a hacer eso nos dice por el texto la cita está en hebreos capítulo 11 versículo 17 porque Abraham obró de la manera que obró dice en hebreos 11 17 por la fe Abraham cuando fue probado ofreció a Isaac y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito habiéndose dicho en Isaac te será llamada descendencia pensando y aquí el versículo clave pensando que Dios es poderoso para levantar a un de entre los muertos de donde en sentido figurado también le volvió a recibir ¿Por qué Abraham estaba decidido a matarlo y hacerlo en trocitos? Porque Dios es tan poderoso que de esos trocitos le podía devolver un hijo entero otra vez. Y eso es lo que dice acá. Abraham entendió que Dios es poderoso. ¿Y dónde entendió Abraham que Dios es poderoso? Con los 90 años de Sarah, con los 100 años de Abraham y con la matriz estéril de Sarah. ¿Fue un milagro como lo recibí? ¿Ahora va a ser más difícil que lo resucite? Es lo mismo. Para mí puede ser uno más difícil. Para Dios todo es lo mismo. Es interesante cómo nuestra perspectiva en esta tierra miramos una cosa más difícil que la otra, ¿no? De hecho le llamamos milagros. Pero Dios no le llama milagros porque para Dios eso es normal. Pero para nosotros, no, esto ya es más difícil, esto ya, aquí ya estamos, chao. Y esto está diciendo, por favor, desciende antes, antes, porque después ya no se va a poder. Y yo, hermano, pienso en esto y decir, Señor, ¿Qué fe? Por eso se le llama Abraham el padre de la fe. ¿Qué fe? ¿Qué fe el Señor nos está llamando a confiar y a decir sigue? Aún cuando parece que ya no va a haber vuelta atrás, sigue adelante, sigue. El punto 5 dice la misericordia de Jesús a pesar de la incredulidad. A pesar de la incredulidad. Y este punto yo puse porque ¿saben qué? Algo precioso que nosotros tenemos que ver en este texto es que cuando está acabando, Jesús está en Galilea, convierte el agua en vino, de ahí se va a Jerusalén. ¿Y saben qué dice después de ir a Jerusalén, días atrás? Tengo que ir a Galilea nuevamente. Pero voy a pasar por Samaria. ¿Por qué? Porque en Samaria hay personas a las que tengo que salvar. Esta mujer y eso es en Samaria. Y después de pasar por Samaria voy a ir a Galilea. ¿Por qué tenía que ir a Galilea? ¿Saben por qué? Por este hombre. Por este hombre que no creía en el Señor Jesucristo. Que podía ayudarlo. Y por los otros que iban a ver. Pero específicamente por este soldado, por este oficial del rey, tenía que ir a galilea y saben que solo otra vez providencialmente en la semana el señor me fue ayudando a entender y ayudando a ver la misericordia que tuvo porque en marcos capítulo 6 por el tiempo En Marcos capítulo 6, cuando las personas habían visto los milagros que Jesús había hecho, ¿qué decían? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Jacob, de José, de Judás y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Se escandalizaban de él. Mas Jesús les decía, no hay profeta sin honra sino en su propia tierra y entre sus parientes y en su casa. Y miren este punto. Y no pudo hacer allí ningún milagro más. No pudo. No porque no tenga poder, sino porque la incredulidad de esas personas lo había, como dicen otros pasajes, lo había asombrado al Señor. Y esa incredulidad hizo que Jesús diga, me voy de aquí. Yo ya no voy a hacer ningún milagro aquí. Porque estaba, dice en Marcos 6, asombrado de la incredulidad de ellos. Pero ¿saben qué es lo interesante? Que Jesús sabía ya de este hombre porque conocía su corazón. Y a pesar de eso, fue. Y a pesar de que cuando llegó ahí, a pesar de eso, le pidió y no creía, no se fue. Se quedó ahí y le hizo el milagro. Y lo ayudó. Y eso es simplemente una obra de su misericordia. Que fue más allá de su incredulidad. el punto 6 dice la palabra de Jesús tiene tanto poder como su presencia su presencia y esto hermanos es algo muy importante que nosotros podamos verlo dice en el versículo 50 otra vez en Juan Jesús le dijo vete tu hijo vive y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue Jesús no descendió a hacer los 12 kilómetros que eran desde Galilea hasta Capernaum. Le dijo, está hecho, vete. Su palabra fue lo mismo que su presencia. Este hombre le dijo, ven conmigo, vamos, vamos, porque si tú vas, lo vas a sanar. Y Jesús dijo, mi palabra es suficiente, vete, tu hijo vive. Y yo digo esto en el sentido de que la palabra La Biblia, la Palabra del Señor es tan poderosa como la presencia misma del Señor Jesucristo. Hermanos, independientemente de quién va a predicar, o qué se va a predicar, o en dónde se va a predicar, cada domingo, cada lugar donde se va a enseñar la Biblia, tienes que venir con un corazón y decir Señor, Tu palabra se va a abrir y tu palabra es poderosa. Señor háblame como si estuviera Jesucristo mismo presente acá y nosotros estuviéramos tan atentos a sus palabras. Tu palabra es poderosa. Su palabra tiene tanto poder como su presencia misma. Como su presencia misma. Y para terminar hermanos, dice desde el versículo 52 entonces le preguntó y hizo todas estas preguntas acerca de a qué hora había pasado todo esto y cuando se dio cuenta dice el versículo 53 el padre entonces se dio cuenta que fue a la hora en que Jesús le dijo tu hijo vive y dice ahí y creyó él y toda su casa Esta fue la segunda señal que Jesús hizo cuando fue de Judea a Galilea. Y una cosa que yo no estaba entendiendo, la verdad no estaba entendiendo, es que muchas veces en Juan se menciona esta frase. Entonces hizo esta señal y entonces creyó, creyó. Y yo decía, cuando nosotros vemos el poder de su palabra o una obra milagrosa y decimos, Creemos en Jesús. ¿Qué viene a nuestra mente? ¿Qué es lo que está diciendo aquí Juan? ¿Qué significa realmente creer en Cristo? En este tiempo, en el contexto es creer que él era el Mesías, creer que él era el Rey, el Salvador, el que venía, ¿sí? Y tal vez tú dices, yo creo en eso, yo también creo en eso. Pero ¿saben qué? No nos damos cuenta de las implicaciones que eso tiene. Y quiero mostrarles algunos pasajes para mostrar lo que realmente significaba creer en Cristo. Cristo. Y el primero obviamente está en el pasaje que ya lo vimos hace rato en Natanael, ¿sí? Cuando Jesús le dice en el capítulo uno, versículo cuarenta y siete, Jesús vio venir a Natanael y le dijo, y dijo de él, aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño natanahel le dijo cómo es que me conoces jesús le respondió y le dijo antes de que felipe te llamara cuando estabas debajo de la higuera te vi natanahel le respondió rabí tú eres el hijo de dios tú eres el rey de israel y tal vez tú dices yo también creo como natanahel yo también creo que él es el Hijo de Dios, el Rey de Israel. Pero ¿saben qué, hermanos? Me he dado cuenta que realmente, realmente hay que preguntarnos si realmente creemos. Esta persona se encontró con Cristo, creyó en Cristo, pero ¿saben por qué digo que nosotros tenemos que compararnos aquí a esto? Por las implicaciones que esto tenía. Cuando veas la vida, estudia la vida de Natanael. Esto que él está diciendo es tan genuino y con tanta convicción que le llevó desde aquí hasta el final de su vida a vivir en obediencia y en sumisión y en servicio al Señor. Encuéntralo en Juan, en los últimos momentos de Jesús, en los últimos momentos de su vida, fíjate cómo vivió. le sirvió porque realmente lo que estás diciendo aquí tú eres el rey de Israel. La otra cosa que quiero mostrarles está en lo que había dicho en parafraseando de Nicodemo que ya lo comenté que esa fe aunque pequeña aunque tambaleante le llevó a Nicodemo a hacerle frente a sus propios colegas pariseos maestros, de enfrentarlos y decirles, Él es el Mesías. Y lo otro que estaba viendo en esto era acerca de la mujer samaritana, que después de que Jesús le dijo las cosas que le dijo a esta mujer, dice, esta mujer se acercó a los de Samaria y les dijo, ¡Venid! Vean todo lo que este hombre me ha dicho. ¿No será este el profeta? ¿No será este el Mesías que tenía que venir? Yo estaba diciendo el jueves y no me acordaba de la cita. Esta es la cita que un comentarista dice. Estamos hablando los jueves del evangelio y el evangelismo. y el comentarista era Warren Wisby, el pastor antes ya murió de la iglesia de Moody y Warren Wisby acerca de la conversión de la mujer samaritana dice, estos son los versículos que me hacen sentir tibio porque esta mujer recién se está convirtiendo con todas sus dudas, con todas sus preguntas y lo primero que hace que es, es ir a otros y hablarles del Señor Jesucristo, no será él al punto de que los otros de Samaria vuelven y le dicen, ya no creemos solo por lo que tú nos has dicho, sino porque nosotros mismos lo hemos escuchado. Y él decía en el contexto del evangelio, el evangelismo me hace sentir tibio, porque yo ya tengo tantos años en la fe y cada vez estoy más callado. Esta mujer es nueva, se está introduciendo y lo primero que hace es querida decirle a otros acerca de Jesucristo. Y lo que estoy queriendo mostrar, qué realmente significa creer en Cristo, es una vida que es coherente con esa profesión de fe. Y sabes, Jesús tiene este versículo en su palabra, lo perdí por la cita que dice, bienaventurados los que no vieron y creyeron. Yo estaba pensando, ¿qué milagro tienes que tú ver como la que hemos estudiado hoy día para decir, ahora yo realmente puedo dar testimonio que Él es el Hijo de Dios y le voy a servir y voy a cambiar y voy a hacer esto? Bienaventurados los que no vieron y creyeron. Pero quiero terminar diciendo que el mensaje puntual, hermanos, para esta enseñanza, muchos de nosotros compartimos cosas que el Señor a nosotros mismos nos está enseñando. Y una de mis luchas mientras orábamos esta semana es cómo les puedo enseñar cosas que yo mismo estoy luchando, Señor. Que yo mismo tengo temor. Como Josué, quiero agarrarte en curva para decirte, ¿ves? Yo sabía que así iba a pasar. Te agarré, Señor. Siempre estamos como a la defensiva para decirle al Señor, yo sabía que tú ibas a fallar. Yo sabía que tú no ibas a responder eso. y yo quería tener un buen corazón y aunque tal vez no tenía el espíritu para compartir eso porque a veces la fe misma de uno está luchando y yo creo que la oración para nosotros es como la de ese padre perdona nuestra incredulidad aumenta nuestra fe señor aumenta nuestra fe y conclusión lo que a mí el señor me ha enseñado con esto es que hay cosas que el señor está haciendo o ha empezado a hacer o te ha dicho que va a hacer Y el Señor está diciendo, yo las voy a acabar, yo las voy a hacer. Y yo quiero participar de eso, hermanos, y quiero animarles en eso. Y yo no sé en qué exactamente en tu vida, en tu negocio, en cosas en la familia que ya Dios ha mostrado algunas cosas, pero hoy las cosas se han puesto más difíciles. Y tu duda es, ¿será que eso va a pasar o debo dar marcha atrás de una vez? Vamos a orar pidiéndole al Señor que nos ayude a confiar en él. Padre, gracias por tu palabra. Señor, gracias por esta historia. Señor, tú conoces, dice tu palabra a nuestros corazones. Tú sabes si realmente te creemos o no te creemos. Señor, ayúdanos a no volvernos conforme a las circunstancias, donde hay días donde queremos hacer algo, hay otros días donde lo dejamos, sino conforme a lo que tú dices, conforme a lo que tú ya has dicho. a lo que tú has prometido Señor conforme a tu misericordia Señor ayúdanos a ser creyentes no incrédulos Señor te pedimos por esta enseñanza primeramente aquí en Iglesia Bíblica de León Señor que no sea algo más que hemos escuchado y quedó ahí que dice que cuando escuchamos la palabra y no la acompañamos con fe no nos aprovecha para nada Señor, te pido por mi corazón y el de mis hermanos. Ayúdanos a perseverar, agarrarnos de esto, Señor. Y si nos estás hablando de esto, Señor, es porque quieres que cambiemos, que no seamos tan incrédulos, tan temerosos, Señor, sino que creamos en Ti, que confiemos en Ti. Ayúdanos, Señor, a avanzar y gracias por la exhortación, gracias también por que por medio de este ejemplo, de este hombre, podemos ver que muchas veces, Señor, también estamos así, mirándote a ti solamente como alguien que tal vez puede o no puede hacer las cosas. Ayúdanos a reconocer que tú eres Dios, tú eres poderoso, tú eres el rey del universo y tú estás de nuestro lado, Señor. Gracias por tu palabra. Gracias por esta mañana. En el nombre de Jesús. Amén.
Ver para creer
Series Parábolas y Milagros de Jesús
Verdad principal: Cuando estemos atravesando una situación difícil en a qué nos cuesta mantener nuestra fe firme, debemos volver otra vez atrás y recordar lo que él ya hizo, debemos poner toda nuestra esperanza sólo en él, debemos reconocer que el conoce nuestros corazones, debemos recordar que no hay nada imposible para él, debemos recordar que en nuestra debilidad su misericordia es grande, debemos confiar completamente en su palabra y responder en nuestro servicio y amor conforme a quien él es.
Escrituras tomadas de: La Biblia de las Américas® (LBLA®), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.LBLA.com
Sermon ID | 728242135232844 |
Duration | 1:18:39 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | John 4:46-54 |
Language | Spanish |
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