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Para más sermones, estudios de la Biblia y consejería familiar y matrimonial, visite nuestra página en internet laspalabrasdevida.org. Gracias por escuchar Las Palabras que Aumentarán Su Fe. Mateo capítulo 5, versículo 9. Estaremos predicando sobre este versículo. Este será el segundo sermón de este mismo tema del sermón del monte. Mateo 5, versículo 9. Dice así, bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Alguien dijo una vez que los ríos no beben su propia agua, los árboles no comen sus propios frutos, el sol no brilla para sí mismo, las flores no esparcen su fragancia para sí mismas. También enseña la Biblia que ninguno que se llame cristiano vivirá para agradarse a sí mismo. también vivirá para servir y agradar a los demás. Dice Pablo en segundo de Corintios capítulo 5 versículo 15 que Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí, ya no vivan buscando sus propios intereses sino que vivan ahora para aquel que murió y resucitó por ellos. ¿Quién resucitó por todos? Cristo, nuestro amado Salvador. Él murió por nosotros, Él nos sirvió, Él entregó Su vida, ahora nosotros debemos hacer lo mismo, entregarnos por Él. servirle a él con sencillez de corazón y con alegría de corazón. Este vivir para Cristo significa vivir para los demás, porque siguiente la vida aislada que quieren vivir algunos creyentes hoy en día a nivel internacional no quieren pertenecer a ninguna denominación cristiana, esa idea de mantenernos aislados sin interactuar con otros creyentes, no es coherente con la enseñanza bíblica. La Biblia no habla de conventos sino habla de la Iglesia como una entidad compuesta por pecadores salvados por la sangre de Cristo que luchan cada día por lavarse cada vez más en la palabra de Dios dejar la vieja levadura, la vieja costumbre de pecado, la fantasía que vive el mundo, y conformarse al carácter, a la imagen de nuestro Señor Jesucristo. En esa tarea ardua estamos todos los creyentes. Queremos parecernos más a nuestro amado Salvador. Y cuando encontramos alguna reminiscencia, algún rasgo de algo que no se parece a Cristo, que no debe estar en nosotros, nosotros hacemos un esfuerzo sincero de desligarnos de esa costumbre, de ese hábito, que no se conforma a Cristo. Basta tan solo leer la Biblia para ver el uso de la frase unos a otros, para notar la conexión que existe entre un creyente y otro creyente que comulgan juntos en un solo cuerpo que es la Iglesia. Veamos Romanos 12, versículo 5, dice, Así muchos somos un cuerpo en Cristo, mas todos miembros los unos de los otros. Un solo miembro no es un cuerpo. Un cuerpo está compuesto por muchos miembros, y nosotros pertenecemos a ese cuerpo del cual habla Pablo, que es la Iglesia. también en Romanos 12, versículo 10, encontramos las frases unos a otros, amando los unos a los otros con caridad fraternal, previniendo con honra los unos a los otros, o sea honrándonos los unos a los otros, cuidándonos los unos a los otros en el amor. Romanos 14, 19, encontramos también la misma frase, unos a otros, así que sigamos lo que hace a la paz y a la edificación de los unos a los otros. quince, catorce, en pero siete estoy yo de vosotros, hermanos míos, y aún vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podáis amonestaros los unos a vosotros. Gracias. Es un deber de cada creyente amonestar a otro creyente que está languideciendo en la fe, que está enfraqueciendo en la fe, animarle para que siga el camino cristiano, consolarle, levantarle y exhortarle. En 1 Corintios 11.33 encontramos también la misma frase unos a otros. 1 Corintios 11.33 Así que hermanos míos, cuando os juntáis a comer, esperados unos a otros. cuando estamos como iglesia debemos comer todos juntos y debemos esperarnos no todavía falta fulano vamos a esperarlo para que se siente a la mesa y comer como hermanos filipenses 2 3 dice nada hagáis por contienda o por vanagloria antes bien en humildad estimando los inferiores los unos a los otros o sea que nadie entre nosotros se crea mejor que los otros ya sea que provenga de un país o de otro país, o ya sea que sea más educado o menos educado. Las clases no existen en el cuerpo de Cristo, todos somos siervos de Dios. Y nos servimos los unos a los otros en amor, no hay diferencia. El día en que uno de nosotros se crea más importante que el otro, empezará Satanás a usar ese creyente para dividir el cuerpo de Cristo. Nada hagáis por contienda, nada hagáis por contienda, ni para que se te dé gloria, porque este espíritu no es el espíritu del cristiano. Colosenses 3, 13 dice, sufriendo los unos a los otros y perdonando los unos a los otros. Si alguno tuviera quejas del otro de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Galatas 6, 2, sobrellevar los unos las cargas de los otros y cumplir así la ley de Cristo. ¿Cuál es la ley de Cristo? Ama a tu prójimo como a ti mismo. Amalo como tú mismo te amas. Lo que tú deseas para ti, desealo también para tu prójimo. Y el prójimo, ¿quién es? Aquella persona que más cercana está a nosotros. Aquella persona. Puede ser el esposo, puede ser la esposa, pueden ser los hijos. Cualquier persona que esté cercana a ti, con la que tú tengas relación, debes amarlo como tú mismo te amas a ti mismo. Cada uno de estos textos revela claramente la necesidad que tienen todos los miembros del Cuerpo de Cristo de interactuar entre sí, unos con otros. La Biblia no considera al creyente que se aísla y dice, no, ahí está fulano, ahí está vengano, yo no voy a participar porque no me siento cómodo con él. No, la Biblia nos alienta a perdonar si tenemos que perdonar, a dispensar si tenemos que dispensar y a sufrir cualquier afrenta si tenemos que sufrir por amor a ese hermano o a esa hermana. Cada uno de nosotros debemos considerar esto, que nos necesitamos los unos a los otros. No somos tan suficientes que podemos calentarnos nosotros solos. ¿Qué será del solo? Dice Salomón. El que se acuesta solo y hace frío, ¿puede calentarse a sí mismo? No. Necesita a otra persona que lo caliente. Si una persona cae, ¿quién lo va a levantar? Necesita de un segundo para que lo levante. hermanos para eso es la iglesia, la iglesia es para unificarnos los unos a los otros, los creyentes todos sin excepción deben manifestar entonces un mismo carácter, el carácter de quien? a ver, de Cristo, yo no quiero parecerme a mi Porque yo soy muy feo, ¿verdad? Muy feo. Mi corazón no es el corazón de Dios. Mis intenciones no son las intenciones de Dios. Yo quiero parecerme cada vez más a Cristo y debo invitarle a Él en todas las áreas de mi vida. Por esa razón, los que tienen el carácter de Cristo, que hemos estado estudiando, son pobres de espíritu, es decir, reconocen su necesidad de Dios en todo tiempo. Ellos saben que están en bancarrota delante de Dios, que no tienen nada bueno que aportar, que necesitan de la gracia de Dios, del amor de Dios, para entonces poder dar a otro. Esos son los pobres de espíritu. Por esa razón también ellos lloran cuando ofenden a Dios con su conducta. Estos creyentes lloran, se duelen mucho y van a Dios en arrepentimiento y fe. Por eso dice Cristo, bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Es un dolor que nos lleva al arrepentimiento, es una tristeza que nos lleva al arrepentimiento cuando ofendemos a Dios. También los ciudadanos del reino tienen hambre y sed de justicia, de la justicia de Dios. ¿Quién es la justicia de Dios? Cristo Jesús. Él es nuestra justicia. No solamente nuestra justicia en la base de justificarnos ante Dios, sino también sobre la base de guiarnos a los sentimientos puros de justicia que Cristo enseña en su palabra. Pero estos hombres también son misericordiosos. que tienen este carácter de Cristo. Son compasivos. También Cristo se compadecía de las personas. Nosotros también debemos compadecernos de las personas. Son puros de corazón procurando tener y conservar un corazón puro para guardarnos de que de todo aquello que nos exponga a la impureza, estamos rodeados de impurezas y de contaminación en un mundo donde se venera el pecado y eso puede afectar nuestros pensamientos nuestras emociones, nuestra voluntad, nuestras intenciones, todo lo que vemos por nuestros ojos, todo lo que oímos por nuestros oídos, todo lo que sea impuro, puede modelar nuestra vida y puede llevarnos a la impureza. Se sobreentiende que un cristiano empiece a tomar medidas para no exponerse a las impurezas, guardando su corazón de esas impurezas para conservar un corazón puro. Como dijera alguien, no podemos evitar que las aves vuelen sobre nuestra cabeza, pero sí podemos evitar que ellas hagan nidos en nuestra cabeza. Nosotros como seres humanos sabemos que tenemos un corazón perverso, un corazón que ama el pecado, que está inclinado voluntariamente al pecado. y los primeros pensamientos que vienen a nuestra mente pueden ser pensamientos pecaminosos. No podemos evitar que esos pensamientos en algún momento lleguen. pero si podemos evitar que esos pensamientos sean acariciados, sean recibidos y sean bienvenidos en nuestra vida. Por tal razón tenemos necesidad de conservar un corazón puro, puro de los malos pensamientos, de las malas intenciones, emociones, prejuicios y deseos los que en Santiago 4.1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestra concupiscencia las cuales combaten en vuestros miembros? ¿Acaso no es de un corazón no purificado de donde vienen las guerras y los pleitos? Eso es lo que Santiago nos está enseñando, por lo tanto, para ser pacificadores debemos tener un corazón puro, un corazón limpio de malos pensamientos, pensamientos de prejuicios ante otros, cuando vemos que otras personas están actuando de una manera y nosotros ya estamos elucubrando en nuestra mente, bueno está actuando así por esto y por esto, sin ver el corazón de esa persona, nosotros somos dados muchas veces al prejuicio. Y precisamente para ser puros de corazón tenemos que ser limpios de prejuicios, de pensamientos de orgullo, de soberbia, vanidad, pensamientos de codicia, que empezamos a codiciar lo que no es agradable delante de Dios. Debemos tener un corazón limpio de egoísmo, que todo sea para nosotros. Debemos rechazar también los pensamientos de ira, de enojo, de enemistad, de pleitos, de contiendas, de chismes. valen aquí las palabras de Pablo a Timoteo en primera de Timoteo 5.22 que dice primera de Timoteo 5.22 dice primera de Timoteo 5.22 no participes en pecados ajenos conservate puro no llegues allí y confraternice con aquella persona que está ofendiendo a Dios Porque si no, tu corazón se contamina. Conservate puro, es el mandato. No se puede ser un pacificador entonces sin tener un corazón puro. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Porque hay guerras en el mundo, a parte de nuestra propia naturaleza, porque nos estamos exponiendo a diario a la violencia, a verlo en las películas, en las novelas. ¿Por qué hay adulterio? Porque muchas personas están viendo cosas que lo incitan a la infidelidad. ¿Por qué hay muchos robos entre nosotros? Porque hay mucha codicia en la televisión. Nos encenden a codiciar y a codiciar y a desear, pensando que en eso está la felicidad. No está la felicidad en eso. La felicidad no depende de un estado externo, de adquirir más cosas y más cosas, sino de una condición del corazón. ¿Cómo está tu corazón? Si está lleno de Dios, vivirás feliz. Si está lleno del pecado de este mundo, de maldad, estará lleno de impaciencia y de turbación. En el sermón pasado estuvimos tratando el tema de los pacificadores y lo dividimos en tres secciones principales a manera de preguntas. La primera pregunta fue ¿qué significa ser un pacificador? A lo que contestamos es ponerse a cuenta con Dios, reconciliarse en primer lugar con Dios y luego adoptar una actitud de compromiso de mantener la paz y establecerla donde no existe la paz. Ese es el compromiso. Yo me reconcilio con Dios, automáticamente al reconciliarme con Dios Dios me convierte en un hijo de paz. Entonces yo mantengo esa paz en relación con los demás y también la establezco donde hay discordia y donde hay enemistad. Yo veo a dos personas que están discutiendo. Yo llego allí, no hay paz. Entonces trato la manera de usar mis palabras, mis acciones para que esa persona se pongan en amistad. Eso es lo que significa ser un pacificador. La segunda pregunta fue ¿Cómo se reconoce a los pacificadores? O sea, ¿cuál es el perfil de los pacificadores? Estuvimos estudiando cinco características que hoy vamos a ampliarlas y vamos a añadir dos más. Y vamos a concluir también con la tercera pregunta, la cual contestamos en el sermón pasado. ¿Cuál es el beneficio de los pacificadores? el beneficio o el privilegio y la honra de los pacificadores es que serán llamados hijos de Dios. Entonces, estuvimos considerando este perfil, el perfil de los pacificadores, cómo se les identifica y quisiera seguir ampliando estas características o estas características y añadir dos más. ¿Cómo se reconoce a los pacificadores? Dijimos, el pacificador, en primer lugar, no responde a los insultos y provocaciones del maligno en virtud de la paz. Él prefiere quedarse callado antes de dar una mala respuesta que sería como echarle más leña a un fuego. Si usted ve algún familiar que está gritando y que está fuera de control porque las cosas que puso puso en la casa no están en el lugar correcto y empieza a pelear y empieza a discutir o la esposa, el esposo o el hijo o cualquier persona que esté a su alrededor. Usted debe mantenerse callado. Ese no es el momento de responderle a esa persona. Esa persona está fuera de control. Y usted no debe contestarle en mala forma, si le contesta debe usar las palabras adecuadas para no echarle más leña al fuego, para no fomentar más conflicto del que está, del que hay. ¿Imitando a quién? A Cristo, que siendo angustiado y afligido, que dice Isaías 53, 7, siendo angustiado y afligido, no abrió su boca. Como cordero fue llevado al matadero y como de oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca. En segundo lugar, dijimos que el pacificador se ocupa diligentemente de orar y bendecir en lugar de maldecir a otros. Si algo Cristo nos ha enseñado como cristianos, es no hablar mal de otras personas, en lugar de hablar mal de otras personas debemos bendecir, hablar bien. Dice Romanos 12, 14. Bendecir a los que os persiguen. Oiganme, te están persiguiendo. Hay un motivo para hablar mal de ellos. Claro, humanamente te están persiguiendo, te están acosillando, pero dice el Señor, bendecir a los que os persiguen, bendecir y no maldigares incluso aquella persona que te está haciendo daño. Ese es el carácter cristiano. Los pacificadores llevan todos los asuntos a la presencia de Dios en oración, en ayuno, descansan en el hecho de que Dios cuidará de ellos y que si es la voluntad de Dios de que ellos sean afligidos por alguna injusticia de algún hombre o por la voluntad de Dios a la postre, Dios será indicador de la causa de ellos. Dice la palabra, siete veces caer junto y siete veces será levantado. Cualquier situación, Dios es fiel para rescatarnos de cualquier situación. Los pacificadores no solo se ocupan de orar, ellos se cuidan de lo que escuchan y de lo que hablan. Ellos saben la relación que existe entre los pleitos y la lengua y se cuidan tanto de escuchar como de divulgar innecesariamente las faltas de los demás. El pacificador está consciente que eso es chismear y que chismear genera los malos ambientes en el hogar, en la iglesia, en el mundo, en el trabajo, en cualquier lugar. Nunca te preste a escuchar chismes ni a propagarlos porque eso te puede costar el trabajo. en un centro de trabajo y también te puede costar tu reputación, que es un chisme, chisme es todo comentario negativo con relación a otra persona dicho innecesariamente a la persona incorrecta. Esa persona no va a resolver el asunto, por más que tú le digas a una persona que no tiene nada que ver con el asunto. va a estar ayudando a la solución de un conflicto. Debemos saber que cuando nos ponemos a escuchar y a propagar voluntariamente comentarios de otras personas sin necesidad estamos cayendo nosotros también en chisme. Por consiguiente, en tercer lugar, Dijimos que el pacificador hace comentarios negativos solo en el contexto que se le es permitido hacerlo y con las personas adecuadas. La Biblia no está prohibiendo hacer un comentario negativo. De lo contrario, no se resolvieran tantos problemas que pudiesen existir en la I.U.S.E. o en el mundo. Hay un contexto en el cual nosotros podemos hablar de forma negativa en un aspecto. ¿Quiénes son las personas adecuadas? Aquellas que están dispuestas y capacitadas para contribuir con la solución de un problema. Si tú no me vas a resolver el problema que yo tengo, ¿para qué te voy a hacer un comentario negativo de otra persona? Si no vas a cooperar para la solución de este problema, de este conflicto, yo no te puedo involucrar a ti. Yo voy a ir a la persona adecuada que puede resolver el problema. Entonces ya eso no sería un chisme. En este contexto, el comentario negativo no sería un chisme porque no está dirigido a dañar a la persona que cometió la falta Se tiene el propósito de restaurarla y llevarla al arrepentimiento, a la reconciliación con Dios y con los hombres, y es en el contexto de la Iglesia. cuando hay alguien que por alguna eventualidad se debilita espiritualmente y empieza a fornicar o adulterar o empieza a robar o empieza a hacer algo que la Biblia condena, es nuestro deber como cristianos nosotros hacer comentarios negativos de esa persona con la persona adecuada para que eso no sea un chisme. Esto es lo contrario del chisme, el chisme está dirigido a dañar la imagen de una persona y ponerla en descrédito y en enemistad con otros de modo que se le hace difícil luego a esa misma persona restaurarse. Debemos tener el concepto de que Dios le da al creyente varias oportunidades. ¿Cuántas oportunidades Dios nos ha dado? Muchísimas, ¿verdad? Entonces tenemos que tener presente que la persona que comete una falta debe dársele la oportunidad de restaurarse. Si nosotros usamos el chisme, le estamos privando a esa persona que se restaure. Por eso dice Cristo que el chisme está prohibido. Cristo está prohibiendo básicamente el chisme en Mateo 18 del 15 al 17. Y esto es bueno que la iglesia lo sepa. Nosotros no estamos pasando o atravesando por una circunstancia que merezca que nosotros estemos predicando esto, pero estamos predicando porque la iglesia necesita estar cuando lleguen estos momentos. Cristo está prohibiendo básicamente el chisme de Mateo 18 del 15 al 17. Vamos a oír la palabra de Dios, porque esto es muy importante. para ayudar a edificar la iglesia. Mateo 18 del 15 al 17 dice así. Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve y redargúyele entre ti y el sol. Si te oyeres, has ganado a tu hermano. Si hay reconciliación, ya no se habla más del asunto. O sea, yo no voy a tomar el teléfono y voy a decir, oye, fulano, yo tuve un problema con este hermano, con esta hermana, no? Porque eso es pecar delante de Dios. Ya usted le habló con la persona que pecó contra usted, que le ofendió, y usted se puso en reconciliación con esa persona, el problema queda ahí ya sellado. Usted no tiene que comentarlo ni con papá, ni con mamá, ni con nadie para guardar la integridad de esa persona. Dice Cristo, continúa Cristo diciendo, más si no te oyeron, si no te oyeron esa persona. toma aún contigo uno o dos, ¿ves? Ahora sí puede decirlo a uno o dos personas, porque la primera persona que cometió la falta no te escuchó, no quiso reconciliarse. Para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra, ahora sí podemos involucrar a una o dos personas maduras en la fe que ayuden a restablecer la paz. Ahora bien, si el problema se arregla, Los dos que participan en esa conversación, porque yo le digo, mira fulano, yo tuve un problema con fulanista o meganista o meganismo y no pude resolver el problema. Ayúdame, tú que eres una persona espiritual, madura en la fe, ayúdame para ponerme en reconciliación con esta persona. Ellos me ayudan. Si el asunto ya quedó cerrado, se reconciliaron los hermanos y ya todo quedó bien, esas dos personas que participan en la conversación no pueden hablar con otro de lo que pasó. Cristo está prohibiendo el chisme, no pueden hacerlo, porque Dios se lo prohíbe. Y si no llegué a ellos, ahora sí, si no escucharé a esos testigos, que vienen a ayudar. Entonces dilo a la iglesia. Ahora es que la iglesia entra a participar en esta situación, en esta situación afectiva. Y entonces la iglesia puede ayudar. Oye, Fulano, tú con costura, tu actitud está afectando la armonía de la iglesia, está afectando a nosotros como familia en la fe. Cambia tu actitud. Mira, la palabra de Dios dice esto y esto y esto y esto. Y podemos nosotros contribuir para que esa persona reconozca su falta. Si esa persona reconoce su falta, entonces ahora la Iglesia en pleno, en esa localidad, ya puede glorificar y exaltar al nombre de Dios porque resolvió esa situación. Y entonces la Iglesia entera, la Iglesia entera, hace pacto delante de Dios. No hacer más comentario negativo de lo que pasó. Que es sabiduría, ¿verdad? Que es sabiduría la de Cristo para resolver un problema, un conflicto. También en cuantos lugares estudiamos que el pacificador cultiva la paz limitándose a decir lo que debe decir en el tono y los gestos adecuados. Esto nos ayuda aún en el matrimonio. Ustedes saben qué. cuando dos personas se casan son de diferentes caracteres, diferentes gustos, diferentes preferencias, diferente cultura, diferente nivel educacional y tienen que empezar a tratarse y a aprender el uno del otro y a veces Tú puedes estar diciendo una cosa que es verdad, pero no la estás diciendo en el tono y en los gestos adecuados. Quiere decir otra cosa, una cosa diferente. En todas las áreas de nuestra vida, nosotros necesitamos acompañar lo que decimos con los gestos apropiados. Si estamos manoqueando, ya sucede como que tú estás tratando de controlar a la otra persona. Si frías un huevo, como decimos nosotros los cubanos, ¿Y haces así? ¿Ves? ¿Qué significa eso? ¿Verdad? Bueno, si lo haces sin cambiar de rostro, si lo haces sin cambiar de rostro, no hay problema. Pero si cambias de rostro... ¿Qué tal? Es una expresión despectiva, ¿verdad? ¿O si lo haces así con la mano? Oigan, eso es malo. Eso es malo. Entonces nosotros, como seres humanos, debemos ser educados. Pero como cristianos, mucho más. ¿Qué creen ustedes? Como cristianos, mucho más. Ultimando la paz y limitándonos a decir en el tono las cosas y en los gestos las cosas que son agradables delante de Dios. Si nos ocupamos de hablar bien en situaciones normales, cuando estemos en público, no se nos va a salir algo inadecuado. Pero si hablamos mal en la casa, Aquí el público se nos va a ir alguna palabrita o algo que no se ajusta a lo que debemos escuchar con nuestros oídos. Entonces, cuidemos el contenido, pero también cuidemos la forma en que decimos las cosas. Las manos, los ojos, los gestos, todo eso es el lenguaje corporal que dice muchas cosas. Dice Colosenses 4, 6. Sea vuestra palabra siempre con gracia. sazonada con sal para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. Ven aquí, encontramos aquí tanto el contenido. La palabra sazonada con sal. ¿Qué les dice eso a ustedes? Palabra sazonada con sal, ¿qué significa? Que le da el toque final al cristiano. Sazonada, que tiene sabor, que tiene importancia, que edifica. Que una palabra que no tiene sal, es una palabra que no edifica. Aquí está el contenido, que lo que salga por nuestra boca, sea un contenido que edifique. ¿Verdad? Sazonado, que edifique. Pero también nos dice la palabra, para que sepáis cómo responder a cada uno con gracia. Aquí está la forma. para que sepamos nosotros cómo responder. Pablo usa la palabra sal porque la sal preserva de la corrupción y nosotros debemos preservar nuestras palabras de la corrupción. Dice la palabra de Dios, ninguna palabra corrompida, sucia, salga de vuestra boca. sino la palabra que sea buena para la necesaria edificación de los oyentes. Por consiguiente, debemos cuidar lo que decimos con el lenguaje no verbal, el movimiento del cuerpo, las manos, los ojos, los pies, la cabeza, que pueden contradecir lo que nosotros estamos diciendo, aun cuando esto sea verdad. La gracia de Dios debe manifestarse en lo que hablamos. Dice Proverbios 15.1 La blanda respuesta ¿Qué hace? Quita la hina. Más la palabra áspera hace subir el fulor. A los maridos la Biblia les dice que tratemos a la esposa con qué? A ver. Con gracia, no con qué. ¿No recuerdan esa parte? ¿Eh? No con aspereza. ¿verdad? sino con palabras suaves porque esa es la actitud que debemos asumir la blanda respuesta quita la ira más la palabra áspera hace subir el furor cierto rey reveló un sueño a un grupo de adivinos y consejeros al llamar a dos de ellos le dice al primero he tenido un sueño manifiestame cuál es la interpretación el primero de ellos dijo esta palabra Usted es el más desgraciado de todos los mortales, porque usted va a morir y todos sus familiares van a quedar vivos. El rey indignado por su palabra áspera lo mandó a matar. El segundo, alivio el consejero, se acerca y le dice lo mismo, pero con otras palabras, estas palabras suaves. Usted es el más afortunado de todos los mortales porque usted va a sobrevivir a todos sus antepasados. Le digo lo mismo, ya sus antepasados estaban muertos y él iba a sobrevivir a ellos. La forma en que nosotros decimos las cosas puede ayudar o empeorar una situación. entonces como iglesia debemos aprender eso porque dice Proverbios 12, 18 hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada porque hablan hiriendo los sentimientos mas la lengua de los sabios es medicina es medicina nosotros en nuestro hablar podemos sanar, podemos curar, podemos edificar debemos orar entonces De la manera que oraba el salmista, en Salmo 141, 3. O Señor, pon guarda a mi boca, o Jehová, guarda la puerta de mis labios. ¿Para qué? Para que no salga, Señor, lo que no debo decir. Para que cuando vaya a salir la palabra, tenga que ser examinada por esos guardas de tu palabra. Debemos preguntarnos, ¿es bueno lo que voy a decir? edifica los orientes, trae bendición o fomenta un mal ambiente, une o desune lo que voy a decir, trae solución a un conflicto o lo va a complicar mucho más. Tenemos que examinar lo que sube a nuestra cabeza, debemos tener como un purificador, esto nos sirve, esto sí sirve. El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de él y le dice, oye maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia. Espera, lo interrumpe el filósofo. ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a decir? ¿Las tres rejas? Sí, la primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? No. lo voy a comentar a unos vecinos al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja que es la bondad dijo el filósofo esto que deseas decirme ¿es bueno para alguien? dijo la persona no en realidad no al contrario ah vaya dijo el filósofo la última reja es la necesidad es necesario Hacerle saber eso que tanto te inquieta, a decir verdad, no. Entonces dijo el sabio sonriendo, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido. Hermanos, eso es una gran realidad. Tenemos que purificar todos nuestros pensamientos, todos los pensamientos que suben a nuestra cabeza, confrontarlos con la palabra de Dios y decir, es bueno o es malo. Y en dependencia de cómo sea, es necesario o no es necesario. Entonces, ¿para qué lo voy a decir? Proverbios 13.3 dice, el que guarda su boca, guarda su alma, más el que mucho abre sus labios, tendrá calamidad. Entonces, guardémonos de decir cosas que no ven nuestros ojos y cosas que pudiésemos imaginarnos en algún momento y elucubrar cosas que pasaron y que en realidad no pasaron. Santiago 1.26 dice, si alguno piensa ser religioso entre vosotros y no refrena su lengua sino engañando su corazón, la religión es vana. O sea que si somos cristianos, si decimos que somos cristianos, tenemos que refrenar nuestra lengua, tenemos que usarla para bendecir y no para maldecir. Una cualidad del pacificador es también que no comenta la enemistad sino la amistad. El pacificador Número 5. Con la suavidad de sus palabras ponen amistad a dos personas que se odian. Su hablar es agradable y sus bichos sabios son. Lo contrario a lo que hace el hombre que es iracundo y suelto de lengua. Dice Proverbios 6 del 16 en adelante. Seis cosas aborrece a Jehová. En las enumeras son cosas que Dios aborrece. y aún 7 abomina su alma y la 7 es con referencia al que enciende rencillas entre hermanos y provenios 20 y 19 dice el que anda en chisme descubre el secreto no te entre metas pues con el suelto de ley primero nos da el consejo Si andas en chisme, vas a descubrir el secreto. Y lo segundo es, nos advierte, no te entremetas, no intimes con aquel que es suelto de lengua porque va a contaminar tu alma, va a contaminar tu corazón y te va a llevar por un mundo de negatividad y no vas a tener paz interior. Se nos dice eso claramente para que como cristianos incorporemos esa actitud. Ampliando más la respuesta, ¿cómo se reconoce a los pacificadores? Queremos concluir con dos características más. El pacificador no sólo se cuida de hablar lo indebido, sino también se cuidará de no tener una conciencia que lo acuse de mala intención. Se ocupará de cuidar los pensamientos privados, los sentimientos y las emociones. Tenemos que cuidar nuestra conciencia. Dios ha puesto en nosotros ese dispositivo divino que es la conciencia. La conciencia nos felicita cuando hacemos algo bueno. Y la conciencia también nos censura cuando hacemos algo malo. La conciencia viene de parte de Dios. Cuando la conciencia acusa al creyente por algún pecado que el creyente ha cometido, lo que hace el creyente es ir a Dios en arrepentimiento y fe. Señor, he pecado contra ti. te ha ofendido y arregla su situación con Dios y el creyente es perdonado. No así el que desoye la voz de la conciencia, la misma conciencia le está diciendo que ha faltado y sigue actuando de la manera que está actuando. Esa persona cae en un mundo de irritabilidad y empieza esa persona a mostrar su inconformidad trayendo pleitos, disensiones, divisiones, guerras y demás. Si los pensamientos privados no son detenidos, las emociones y los malos sentimientos se harán manifiestos y no podremos nosotros frenar esos sentimientos porque nuestro corazón ha desoído la voz de la conciencia. Nosotros tenemos la conciencia dentro de nosotros que nos dice ¿estás actuando bien o estás actuando mal? Hablando de estos hombres, dice Pablo, los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia se entregaron a la desvergüenza para cometer con avidez toda suerte de impureza. Los problemas y los conflictos de afuera son los síntomas de conflictos internos no resueltos. Cuando una persona anda en enemistad, anda en pleito, en discordia, en disensión, no resueltos. Y es que esa persona ha desoído la voz de la conciencia, Dios le dice lo que debe hacer, no lo quiere hacer, sigue por el camino del mal, y entonces esa persona automáticamente tiene problemas con el esposo, con la esposa, con el compañero de trabajo, con todo el mundo tiene problemas. ¿Por qué? Porque es una cuestión del corazón. La paz viene de una conciencia tranquila en relación con nosotros mismos, con Dios y con nuestros semejantes dice Pablo en Segunda de Timoteo 1.3. Gracias a Dios al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia. Pablo tenía una limpia conciencia, es decir, Pablo decía no tengo una conciencia que me acuse de ser maldiciente, de ser homicida, de ser malhechor, que me acuse de intrometerme en lo aqueno, Como decía Benito Juárez, el respeto al derecho ajeno, ¿qué cosa es? Es la paz. No tengo una conciencia que me puse por haberme metido en una conversación que no debía haberme metido. O metido en un conflicto que no debía haberme metido. Entonces es muy importante recordar que nosotros como cristianos tenemos el deber de respetar en primer lugar nuestro propio cuerpo. para no prostituirlo en el pecado ¿por qué? porque fuimos comprados con alto precio no voy a comprometer los miembros de mi cuerpo, mis oídos no los voy a exponer a escuchar cosas que no debo escuchar mis ojos no los voy a exponer a ver cosas que no debo escuchar porque después voy a reproducir en actitudes lo que veo y lo que escucho Y ahora Pablo dice este consejo a nosotros como iglesia en Romanos 6, 19. Humana cosa digo por la fraqueza de vuestra carne, que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros a servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santidad presentéis vuestros miembros a servir a la justicia. Ahora tus miembros y mis miembros, están para servir a Dios. En segundo lugar, no debemos detener la verdad de Dios con injusticia, porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. A ver, yo voy, voy a apropiar de una injusticia para cubrir una verdad. No como creyentes debemos desechar todo lo que sea mentira, todo lo que sea falso, todo lo que sea hipocresía de nuestros corazones. En tercer lugar, debemos cuidarnos de cometer agravio hacia el propio. Qué cosa es un agravio? A ver qué es un agravio? Debemos evitar, como cristianos, cometer un agravio contra el prójimo. ¿Qué cosa es un agravio? Hacerle un daño. ¿Hacerle un daño? A ver, ¿qué más? Levantar un falso testimonio. ¿Levantar un falso testimonio? ¿Qué más? Hablar mal de la persona. ¿Hablar mal de la persona? Eso es un agravio. Dice, sacaría 7-10. Y quiero que apunten esta escritura, porque esto define nuestro carácter cristiano. Hay muchas personas que dicen, no yo soy cristiano, pero hace todo lo contrario de lo que la palabra de Dios le recomienda. Zacarías 7.10 dice, no agravíes a la viuda. Hay un deber grande hacia las personas que pierden un esposo o una esposa. No agravíes a la viuda. ni al huérfano, ni al extranjero, ni al pobre, ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano. Yo muchas veces me he encontrado la adyuntiva de que el enemigo ha puesto un pensamiento mal contra un hermano, en mi mente, contra un hermano, porque dijo esto o hizo algo, y enseguida lo reprendo en el nombre del Señor. Lo reprendo en el nombre del Señor, porque un pensamiento de prejuicio hacia otro, sin tú ver lo que hay en el corazón, la intención que hay en el corazón, es pecar contra Dios. Eso es pecar contra Dios. Entonces no pienses mal en tu corazón contra tu hermano. Si nos respetamos a nosotros mismos, a Dios y al prójimo, tendremos paz en nuestros corazones, la paz viene de una conciencia que no nos acusa, cuidémonos entonces de los pensamientos malos, de las malas emociones y de las malas intenciones. En séptimo y último lugar, los pacificadores saben perdonar y pedir perdón por cualquier falta cometida en prejuicio de otro. Los pacificadores saben perdonar y pedir perdón por cualquier falta cometida en prejuicio de otro. Cuando sabes que has ofendido y que la persona que fue objeto de tu agravio tiene algo contra ti, básicamente hay una evidencia, tú hablaste mal de él o cometiste alguna falta contra él o agraviaste, no esquives el momento de ir a esa persona y decirle perdóname. Por lo que dije, perdóname por lo que hice. Perdóname por esto o aquello. Asume la responsabilidad de decir perdóname. Me comprometo a no volver a cometer esta falta contra ti y estarás contribuyendo a la paz. y entonces esa persona te volverá a abrazar y te podrá amar como antes porque Dios obra de esta forma y de manera misteriosa Dios obra lo que es imposible para los hombres posible es para Dios Satanás tratará de meterte pensamientos para que tú no perdones no lo perdones porque te hizo esto y te hizo eso, no lo perdones porque hasta que no perdonemos no vamos a sentir la paz interior para que satanás nos gane ventaja sobre nosotros debemos procurar perdonar esto es lo que hace un pacificador dice Mateo 5 del 23 al 25 por tanto si trajeras tu presente al altar tu oración al altar y allí te acordaras de que tu hermano tiene algo contra ti Miren lo que dice Cristo, deja allí tu presente delante de la alta y vete y vuelve primero en amistad con tu hermano y entonces ven y ofrece tu presente. Primero resuelve esa situación, reconcíliate con tu hermano y después ven y presenta tu presente delante de Dios el Señor Jesús está enseñando que Dios no oye la oración si no estamos reconciliados con los que hemos ofendido porque hemos tenido choques y diferencias cuando te acerques al altar para presentar tu petición a Dios entonces debes recordar que debes reconciliarte primero con tu hermano y añade Cristo concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino, porque no acontezca que el adversario te entrega al juez y el juez te entrega al abuacil y seas echado en prisión. En otras palabras, no permitas que el juez de toda la tierra se vuelva contra ti por no haber pedido perdón a la persona que has agraviado. Entonces, lo que Santiago nos dice es algo muy verídico. Santiago 3 2 Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto que también puede con freno gobernar todo el cuerpo. Hermanos, todos ofendemos. De alguna manera, podemos ofender. El que no ofende es perfecto. El que no ofende, ¿nos sentimos cómodos? Sí, nos sentimos cómodos en ese sentido de que todos ofendemos. y entonces necesitamos reconocer que necesitamos de Dios para pacificar y para enmendar nuestra falta. Si todos ofendemos en muchas cosas, debemos entonces hacer el ejercicio práctico de pedir perdón. Ahora, ¿qué debe hacer la persona a la cual se le dice perdóname? Pero ella debe saber que debe perdonar y hacer un esfuerzo de perdonar la ofensa. El perdón es de Dios, si lo sabemos. Podemos pedirle al Señor, Señor ayúdame a perdonar. Ayúdame a perdonar. Esto yo no lo siento de mí mismo, pero tú me puedes ayudar a perdonar. No es fácil perdonar, pero debemos perdonar. Es nuestra responsabilidad perdonar. Revisemos que cuando Dios nos perdonó a nosotros, teníamos una deuda unilateral. Dios nos perdonó a nosotros. Ahora nosotros debemos perdonar a los que nos ofenden, ¿si o no? Debemos perdonar y hacerlo con alegría de corazón. ¿Qué dice Cristo si no perdonamos? Mateo 6, 14. Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras ofensas. Unos textos más adelante, el Señor nos dice la oración perfecta. Perdona nuestros pecados o perdona nuestras ofensas. como nosotros así perdonamos a los que nos ofenden. Recordemos que el pacificador debe perdonar y pedir perdón. Así que todas estas verdades bíblicas son importantes para nosotros reconocer que necesitamos adoptar el carácter de Cristo. y contribuir a la paz. ¿Qué habilidad señor me falta para yo ser un buen pacificador? ¿Qué esfuerzo honesto yo puedo hacer para pacificar con otra persona? ¿Qué voy a hacer con este sermón luego que se predica y yo esté en mi casa, en mi hogar, en mi trabajo? ¿Qué yo voy a hacer con estas palabras que he recibido de parte del Señor? ¿La voy a aceptar o la voy a rechazar? ¿Hasta qué punto, hermanos, estamos comprometidos en mantener la paz y en establecerla donde ella no exista? Que el Dios nos ayude y el Señor nos llene de un espíritu humilde y manso para reconocer que esta palabra que hoy hemos recibido es una palabra que moldea nuestro carácter cristiano. Quiero despedir con esta palabra, Hebreos 12, 14. Vamos a recitarlo todos. Seguid la paz con todos y la santidad sin la cual nadie verá al Señor. Herreros 12 y 14. Dios los bendiga.
El Sermón Del Monte - Cuarta Parte
Series Las Bienaventuranzas
Sermon ID | 7218224304 |
Duration | 52:13 |
Date | |
Category | Current Events |
Bible Text | Matthew 5:9 |
Language | Spanish |
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