00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Ecclesiastes, el capítulo 5 y el versículo 8. Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vienes en la provincia, no te marevilles de ellos, porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. Vamos ahora. Vale, muchas gracias por este reciclo tan breve, pero tan importante, tan, tan aplicable a nuestras vidas, tan aplicable este día en nuestro país. Te pedimos, Señor, que abras nuestros corazones y oídos para escuchar Tu Palabra, para entender Tu Palabra, y después para aplicar Tu Palabra. Damos gracias por escucharnos en nombre de Cristo. Amén. Hoy es el día cuando aquí en México tenemos elecciones para determinar quién será el siguiente presidente de este país. Por supuesto, y yo quiero enfatizar esto más que cualquier otra cosa, la cosa más importante que sucede hoy no es la elección. ¿Verdad? Es el hecho de que hoy es el Día del Señor. El día cuando nos reunimos como iglesia para adorar a Dios y aprender de Él es lo más importante que está sucediendo hoy. El hecho de que aún muchos cristianos hoy en día van a enfocarse más en la elección que en su iglesia local es una pena y una vergüenza. El hecho de que hay cristianos hoy que ni van a asistir a su iglesia porque van a estar ayudando a las casillas, Es la razón por la cual la Iglesia de Cristo en este país es tan débil. El hecho de que hay cristianos hoy que van a faltar todo o parte de su servicio en su iglesia para ir y votar es una vergüenza en nombre de Cristo. Hoy es el día del Señor, hermanos. El hecho es que nuestro país ha decidido usar un domingo cada seis años, para que sea el día de la votación. Es una demostración de cuán lejos está el país de Dios. Es una prueba de por qué Dios tiene todo el derecho de juzgar a esta nación. El domingo, hermanos, no es un día para enfocarnos en los líderes humanos. El domingo no es un día para pelear con otros que no están de acuerdo en cuanto a nuestras perspectivas políticas. El domingo no es un día para estar en ansiedad, esperando quién va a ser el nuevo presidente. Es blasfemia en contra de Dios, de parte de este país, tomar un día que es para Dios y solamente para Dios, y usarlo para un asunto tan terrenal, tan temporal, y quitar el enfoque de aún los cristianos de lo que es más importante hoy, lo que es el mandamiento de Dios, lo que debería ser un día de descanso. Es esencial, hermanos, que entendamos eso. Bíblicamente, está mal. Históricamente, nuestros antepasados reformados también hubieran estado completamente en contra de usar el día del Señor para algo tan mundano. Entendemos. Al mismo tiempo, en realidad, No podemos ignorar completamente lo que está pasando hoy. Hay elecciones hoy. No podemos fingir como que no van a suceder. Y lo que necesitamos es aprender como cristianos, como iglesia, cómo responder a un día así. Cómo responder a un día que puede ser de mucha ansiedad o muchas personas. Cómo responder como cristianos en un día en el cual el mundo está enfocado en otras cosas. ¿Cómo podemos ser diferentes, hermanos? ¿Cómo podemos mostrar al mundo el día de hoy, este día, que somos diferentes? Por eso vamos a estudiar ese versículo. Por eso no estamos ignorando completamente lo que está pasando hoy. Vamos a estudiar ese discípulo para recordarnos, hermanos, de quién reina. Es lo que hemos estado cantando también. Recordarnos quién es soberano sobre todo y sobre todos, para recordarnos que, al final de cuentas, no importa quién gane hoy. Y no importa quién empiece a gobernar sobre este país hoy, porque Dios está en los cielos. Eso no va a cambiar, no importa quién gane hoy. Él vigila sobre todos nuestros líderes y dice en el versículo, Él es más alto que ellos. En esta verdad, hermanos, deberíamos enfocarnos hoy. En esta verdad bíblica deberíamos meditar en este día para no caer en la ansiedad y para no ser como el mundo en este día. Necesitamos dejar de enfocarnos hoy en el PRI, en Morena, en la coalición. Ya no, hermanos. Eso no es el enfoque de hoy. Esas cosas son temporales. El poder político es algo que pasa aún al abrir y cerrar los ojos. La política sí tiene una parte en nuestro mundo, y como dije, no podemos ignorarlo completamente y fingir como que no exista, pues tampoco. Pero en vez de leer y compartir tantos artículos, En vez de preocuparnos tanto por la persona que va a gobernar bajo la soberana voluntad de Dios, deberíamos usar esta oportunidad de las elecciones para fijar nuestros ojos más en Dios, en su soberanía, en su omnipotencia para descansar en su amor y bondad para con su pueblo. Es decir, deberíamos confiar en el hecho de que Dios es más alto que los líderes humanos y que Él reina sobre todos y controla todo. Es la verdad en la cual deberíamos meditar hoy, no en ninguna otra cosa. La primera cosa entonces que vamos a ver en este versículo, en Ecclesiastes 5.8, vemos tres cosas que Salomón nos enseña aquí. La primera cosa es un problema en el país. La primera cosa que vemos en el versículo 8, un problema en el país. El versículo empieza diciendo, Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vienes en la provincia, no te maravilles de ello. Salomón aquí describe lo que era el problema en la provincia, en la ciudad, en el país. ¿Qué dice? Opresión y perversión. Otras palabras, corrupción e injusticia. ¿Vemos eso en nuestro mundo de hoy? ¿Vemos eso en nuestro país? Por supuesto. Y como se repite muchas veces en el libro de Ecclesiastes, hermanos, no hay nada nuevo debajo del sol. En el día de Salomón había opresión de pobres y perversión del derecho a la justicia, y nada ha cambiado hoy en día. Miles de años después es lo mismo. Y Solomon sigue hablando de este problema en los siguientes versículos. Habla del peligro de las riquezas en el versículo 10. El que ama el dinero no se saciará de dinero. Y el que ama el mucho tener no sacará fruto. También esto es vanidad. Esa es parte de la razón por la cual hay tanta opresión en los pobres y perversión en el derecho a la justicia en el país. El problema son las personas que aman el dinero. Personas que aman tener mucho y por eso abusan de los demás. El amor del dinero es el problema. Es la raíz del problema. No es el dinero mismo. El dinero en sí mismo no es el problema. Es el amor al dinero, que es la raíz de todos los problemas. Es un enfoque equivocado en tener dinero, en tener mucho. Y el problema es que los que aman el dinero, los que aman tener mucho, dice el versículo, nunca están satisfechos. Lo que dice aquí, ¿verdad? El que ama el dinero, no sé saciar el dinero. Y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. No funciona. La codicia nunca está satisfecha. ¿Por qué piensan que siguen con tantos iPhones? ¿Por qué están saliendo un nuevo iPhone cada año? ¿Por qué? Es pura codicia. Porque alguien quiere tener mucho, siempre quiere tener más, y más, y más, y más. Y el más nuevo, el más nuevo, el más nuevo. Y nunca estamos satisfechos cuando nos enfocamos en las cosas temporales. Es lo que pasa aquí, en un país, los que aman el dinero, nunca están satisfechos. Por eso siguen en la opresión a los pobres. Es lo que pasa. Escritos 14 y 15 también hablan de eso. Las cuales, hablan de las riquezas, las riquezas se pierden en malas ocupaciones, y los hijos que engendraron, nada les queda en la mano. Como salió del vientre su madre desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino, y nadie tiene su trabajo para llevar en su mano. Y cuando mueras, no puedes llevar nada contigo. Eso hemos escuchado muchas veces. Y entonces es vanidad, como dice Salomón, estar tan enfocado en cosas materiales cuando tú no puedes llevarlos contigo después de tu muerte. Pues la explicación, ¿por qué tanta opresión de pobres? ¿Por qué tanta perversión de derecho y de justicia? Primero Salomón dice, porque personas aman el dinero, aman tener mucho y por eso abusan los demás. También en el siglo XIII habla de eso también. Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol. Las riquezas guardadas por sus dueños para su mal, es decir, los que sí tienen, no quieren compartir. Ese es el problema, ¿verdad? Hay muchas personas con suficiente dinero para ayudar a los pobres, pero no quieren. ¿Por qué? Porque no están satisfechos con lo que tienen. guardan, guardan, guardan, guardan, guardan, no ayudan, no reparten y por eso vemos opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia en el país. Explico todo esto para que entendamos bien, nada ha cambiado en toda la historia del mundo desde la caída. No estamos viviendo en una cultura rara y extraña. Este mundo siempre ha visto opresión de pobres, perversión de derechos de justicia, porque personas aman el dinero y aman tener mucho, y harán cualquier cosa para recibir y para guardar lo que quieren. Ese ciclo nunca termina, porque el tener dinero y el tener mucho nunca satisface. Entonces, Salomón vio el problema en su país. Salomón vio el problema en la política en sus días. Y digo, nada ha cambiado hoy en día. No podemos negar que en todos los países del mundo hay problemas así, porque existe el pecado y nadie naturalmente busca a Dios. No es solamente un problema en México. Y yo creo que a veces tengamos un mal concepto. Que México es lo peor del mundo. Y que en todos los otros países los líderes reparten todo sin problemas. Pues no. En ningún país, hermanos. Ese país está mal, pero también todos los demás. Entonces muchas veces nos comparecemos a nosotros mismos muchísimo. Ah, pobrecitos de nosotros, mexicanos. Nuestro país es el peor de todos. ¿No lo ves? ¿No lo ves? Deberíamos quitar nuestros ojos tanto de esas circunstancias y ver que es un problema universal. Un problema a través de la historia del mundo. Pero bueno, sí, aquí también hay problemas. En nuestra provincia, para usar la terminología aquí, en nuestro país, en nuestra ciudad, vemos estos problemas. Y a veces vemos cosas muy fuertes. A veces vemos opresión fuerte en los pueblos. A veces vemos perversión fuerte de derecho y de justicia, corrupción obvia. Y por eso, por lo que vemos, por lo que vivimos, a veces nos desanimamos muchísimo por los líderes que tenemos. Y empezamos a confiar mucho y depender de quién gane en la próxima elección, de qué partido va a tener más influencia en el siguiente sexenio. Pero como dije, no importa quién gane hoy, el pecado va a continuar. Lo que Salomón observó aquí, en este pasaje, va a seguir siendo un problema. Opresión de pobres, perversión del derecho de justicia, no va a cambiar. La política no puede cambiar estas cosas. Y por eso no podemos defender a los políticos para que no haya opresión de los pobres o perversión del derecho de justicia. Así es el mundo, controlado por el diablo y por el pecado. No importa quién gane hoy, el problema va a continuar. Entonces vemos aquí el problema en el país. Y así como cuando estudiamos los Salmos, vemos aquí que la Biblia es real. La Biblia es aplicable. Es escrito para nosotros. El 1 de julio de 2018. El Salmo escribió eso hace miles de años, pero se aplica a nosotros hoy. La Biblia, hermanos, es real. La Biblia no finge que todo está bien y no existe opresión y problemas. La Biblia dice, así es. Así es el mundo en el cual vivimos. Puedes leer tu Biblia y encontrar siempre que sus verdades y sus principios son tan aplicables para ti como lo eran para el pueblo de Israel hace miles de años. Ese es el milagro de la Palabra de Dios. Pero después de ver el problema en el país, también vemos aquí en este recicló una reacción incrédula. Una reacción incrédula. Dice, si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vienes en la provincia, no te malvíes de ello. Parece siempre sorprendernos. Cuando otro partido gana, Y nada cambia. Dicemos, ¿qué pasó? Es otro partido. Todo debe cambiar, ¿no? No entiendo. Yo voté por esta persona y él prometió tantas cosas y no lo cumplió. ¿Cómo es posible? ¿Qué dice la Palabra de Dios? No te maravilles. Es increíble, ¿no? Nos sorprende. Cuando el candidato por quien votamos no hace nada. no cumple con lo que dijo. Y por eso, en seis años, ya estamos en contra de ese partido y votando por otro, otra vez con las expectativas tan altas. Y nunca aprendemos. Qué pérdida de tiempo, hermanos. Depender de los hombres. Y pensar que personas sin Cristo van a arreglar todo el país. No es posible. Solamente Cristo puede. Los políticos no pueden. Pero la Iglesia de Dios sí puede. Es otro mensaje, no quieres decirme mucho. Pero entiendan. Hay esperanza para los países. Nada más que no se encuentran los políticos. Se encuentran en la Iglesia de Cristo. Por eso la Iglesia local. La Iglesia universal es otra cosa. La Iglesia local en un país, en una ciudad, en una colonia, es importantísima. Porque es de aquí. de iglesias como éstas, y mejores que éstas, espero, que Dios va a obrar y cambie el país. Pero no por medio de los políticos, no dependen de ellos, porque no pueden cambiar nada. Entonces, es una reacción incrédula esperar cambios de personas que no pueden cambiar nada. La palabra de Dios dice aquí, no te marevilles. El problema es que tenemos expectativas demasiado grandes para los políticos. Tenemos expectativas demasiado grandes para personas sin Cristo. Nuestra esperanza no está en ellos, no puede estar en ellos. No debería sorprendernos cuando los mismos problemas continúan. Nos duele, puede ser, pero no nos sorprende. Esta frase, no te marevilles de ello, es algo que vemos a través de toda la Biblia, en varios lugares, en cuanto a cosas de las cuales no debemos estar sorprendidos. Por ejemplo, Cristo dijo a Nicodemo en Juan 3, no te marevilles de que te dije, os es necesario nacer de nuevo. Otra frase similar, Pedro dice, amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese. Juan también dice en 1 Juan 3.13, hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. Es el mismo tema, una y otra y otra y otra vez en la Palabra de Dios. Cosas que no deberían sorprendernos como cristianos. ¿Por qué? Porque nuestra perspectiva como cristianos ya es diferente. La manera en la cual vemos las cosas del mundo ya es diferente. Antes nos hubiera sorprendido muchísimo pensar en nacer de nuevo. ¿Qué es eso? No tiene sentido. Tal vez al principio de la vida cristiana, como bebés en Cristo, nos sorprendió la persecución y la prueba de fuego. Pero ahora no. ¿Por qué? ¿Por qué ya no nos maravillamos esas cosas? Porque hemos aprendido. Nuestra perspectiva ya es evidente porque nuestra perspectiva ya ha sido transformada por la palabra de Dios. Y tenemos que hacer lo mismo aquí en cuanto a nuestras expectativas de los líderes en nuestro país. No maravillarnos. No sorprendernos cuando vemos la opresión y la perversión y la corrupción. No debemos pensar que todo va a estar bien si tal persona no gana. Y si tal persona gana, vamos a perder todo. No nos maravillamos de que el pecado sigue en cada persona. Y más fuertemente, cada persona sin Cristo. Porque, ¿qué va a pasar? Vamos a pensar muy prácticamente. Una persona hoy va a ganar, ¿verdad? ¿Cuándo se dan cuenta de quién gana, hoy en la noche o mañana? Buenas noches, ¿no? Buenas noches. Muchos van a tener la esperanza que las cosas van a cambiar. Tal persona ganó. Ya todo va a cambiar. Y a través de este sexenio, la gente, esta misma gente, se va a desanimar porque no ve los cambios que quiere. Todavía hay problemas. En seis años va a votar por otra persona en otro partido con la misma esperanza y las mismas expectativas. Esta es la definición de necesidad. Es la definición de necesidad. Entonces, nosotros que somos cristianos, debemos ser diferentes. No estar sorprendidos cuando vemos esos problemas, sino fijar los ojos en el soberano de todo. Es la tercera cosa que vemos aquí en este versículo. Y la cosa más importante, de hecho, la cosa en la cual quiero que meditemos más que cualquier otra cosa. Una confianza firme. Si vemos el problema en el país, Una reacción incrédula, pero ahora una confianza firme. Dice el versículo, si opresión de pobres y perversión de derechos de justicia vienes a la provincia, no te maravilles de ellos, porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. Pero confianza está en el hecho de que Dios tampoco está sorprendido. Dios ve todo, Dios reina sobre todo. Dice que Dios está en su trono. Él es más alto que todos. Eso es nuestra confianza, no los políticos, no el partido político, no ningún ser humano, solamente en Dios, solamente en Dios. Dice el versículo, sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. ¿Qué significa? Pues por un lado, puede referirse a que siempre hay más corrupción, hasta arriba, hasta el rey, hasta la autoridad más alta. Muchos interpretan este versículo así. Y puede ser, puede ser, ¿por qué sobre el alto vigila el otro más alto? Uno más alto está sobre ellos. Si lo entendemos así, entonces Salomón está diciendo otra vez cuál es el problema. Que aún cuando lleguemos a la persona con más autoridad, de todos modos, Hay corrupción, hay perversión. No podemos confiar 100% en ningún ser humano. Es otra vez, es la verdad en muchos países. Es la verdad aquí también. Aún cuando llegamos a la persona con más autoridad en cualquier situación, la persona que debería estar vigilando sobre todos para que todo esté bien, ¿qué vemos? Nada más está haciendo lo que está haciendo para ganar, para aprovechar, para enriquecerse. No existe ningún hombre. que no es pecador. No dice ningún hombre que no ha sido afectado por el pecado. Y a veces, aunque clamamos a la persona más alta, de todos modos no recibimos justicia. Así es el mundo. Eso entendemos perfectamente, ¿verdad? Porque lo vemos en el gobierno, lo vemos a veces en el trabajo. Parece que los jefes solamente están cubriendo la maldad de otros para que ellos ganen más, para su propio provecho. Entonces, la aplicación de eso tendría que ser, otra vez, que nuestros esperanzas están en Dios, que ni podemos esperar nada del presidente o la persona más alta, porque aunque ellos están encargados con la autoridad, con la seguridad de todos, muchas veces usan su posición nada más por su propio beneficio. Así es el mundo en el cual vivimos. Entonces, hay aplicación muy importante para la elección. Otra vez, no importa quién sea elegido, no va a poder arreglar todo. es imposible, no va a poder quitar toda la corrupción. Es vano, hermanos, confiar en el hombre y pensar que el hombre puede cambiar las cosas que solamente Dios puede cambiar. Pero esta frase también puede ser leída e interpretada de manera más positiva, para darnos ánimo. Es como quiero que pensemos. Hay muchos problemas en el país. No deben sorprendernos. Pero lo que nos da ánimo y confianza es que hay uno más alto sobre ellos. Hay uno que está sobre todos, que reina, que tiene el control, que es soberano, que es nuestro Dios gran, Dios todopoderoso. Él es el uno más alto que todos los demás. Aquí es en donde deberíamos enfocarnos y recibir ánimo hoy en este día. En el gobierno mundano siempre hay una jerarquía. Hay muchos líderes, todos con sus propios jefes, hasta la persona más alta. Todos los jefes vigilan a su gente, el Presidente y el Congreso están supuestamente privilegiando sobre todos. ¿Pero quién está supervisando al Presidente? ¿Quién está supervisando a esos representados? Humanamente hablando parece que nadie, ¿verdad? Pero espiritualmente hablando, ¿quién? Dios. Dios supervisa, vigila, tiene poder. sobre cualquier presidente, cualquier líder de cualquier país. Eso debería darnos ánimo, hermanos. Decimos, no, pero tal persona está en autoridad, entonces estamos prohibidos completamente porque no responde a nadie, no da cuentas a nadie. Da cuentas a Dios. No siempre lo vemos en el momento como queremos ver. Cada ser humano, cada líder, da cuentas a Dios. Dios es el uno más alto sobre ellos. Porque la Biblia habla de Dios como rey de reyes. Señores, señores, un líder sobre todos líderes. Uno más alto sobre los altos. Nosotros regresamos a la necesidad de tener una perspectiva diferente que la del mundo. La manera en la cual ya vemos el mundo y las cosas del mundo ha cambiado. Ya no pensamos solamente en términos de lo que podemos ver con nuestros ojos. Actuamos, tomamos decisiones en fe de lo que no podemos ver. Con los ojos terrenales muchas veces parece que no hay control. No hay ningún control. No hay supervisión, no hay autoridad sobre esos políticos. Pero sí hay. Dios reina. Custodiamos en el Salmo 11, dice que Dios está en su trono. Él ve sus párpados, examinan a las obras de los hombres. Es decir, Dios cuidadosamente examina todo lo que está pasando. Nada le sorprende. La persona que hoy va a ganar, no sorpresa para Dios. De hecho, va a ser la voluntad de Dios. Mi pregunta es si estás preparado para decir eso. Ahora sí, ¿verdad? Pero vamos a ver en la noche. Dios es más alto sobre cualquier persona que hoy se elige como presidente. Por eso, no deberíamos tener, no deberíamos tener ansiedad porque nuestro Dios reina. Y nuestro Dios va a juzgar. no siempre tan rápidamente como queremos ver, pero la Biblia dice que es un juez perfecto. En ese mismo libro de Ecclesiastes, en el capítulo 3 y versículo 17, leemos, y dije yo, mi corazón a justo y a limpio, juzgará a Dios, porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace. Hay un día de juicio que nos espera a todos. Como hijos de Dios, el día de juicio no nos da miedo, pues Cristo ya ha sufrido y pagado con sus pecados. Pero hay un día de juicio también para el injusto, para el pecador no arrepentido. A veces no vemos este juicio en nuestras vidas. Vivimos todas nuestras vidas en el país y nunca vemos justicia y mudamos y Pero porque un día para Dios es como mil años y mil años como un día, y nosotros no somos así. Dios sí va a juzgar. Necesitamos la fe. Un día, Él va a juzgar a todos y la justicia sí va a reinar para siempre. Pero aquí deberíamos pararnos por un momento, para pensar más personalmente. Es muy fácil, hasta a veces grato, pensar que Dios va a juzgar a los políticos. Nos gusta pensar en eso. Nos gusta pensar que Dios va a juzgar a esos políticos injustos y corruptos. En la Biblia dice que Dios va a juzgar a todo impío, a todo pecado, que te incluye a ti si no has sido salvo. Joven, adulto, visita. Si no te has arrepentido de tus pecados, no has confiado solamente en Cristo para la salvación, tú serás juzgado. No, pastor, no soy tan malo como los políticos. Yo no robo, no mato, no soy corrupto, no estoy involucrado con los narcos. Qué bueno. De todos modos, la Biblia dice, todos han pecado. No hay nadie bueno, nadie que busque a Dios. Dios va a juzgar todo pecado, no solamente el pecado que parece más terrible y más grande. Te pregunto, ¿estás preparado para salir de prisión? Porque nadie sabe si tiene un segundo más. Muy difícil, todavía me considero más o menos joven. No pienso mucho en mi muerte. pero puede suceder en un momento. Y ustedes también jóvenes han escuchado la palabra una y otra vez, han estado en ingleses por todas sus vidas, tal vez, ha sido salvo, te has arrepentido tus pecados, pues todo pecado será juzgado. No solamente a los pecadores que parecen más terribles que todos. Estás preparado para el día del juicio. Cuando todo parece mal, cuando tu candidato no gana, cuando tienes miedo de lo que sucederá en los siguientes seis años, puedes consolarte. Porque aunque los opresores ahora tienen poder, Dios es más alto sobre ellos y un día va a juzgar. Es la confianza. Vamos a pensar muy brevemente en dos otros pasajes bíblicos que enseñan lo mismo. Proverbios 21.1. Si quieren buscar en sus Biblias o nada más escuchar. Proverbios 21.1. Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del Rey en la mano de Jehová. A todo lo que quiere, lo inclina. No hay nada que un político puede hacer que sorprende a Dios. De hecho, Dios puede inclinar el corazón del presidente para hacer cualquier cosa, todo lo que él quiere. Lo que dice el versículo. El presidente no es omnipotente. Está bajo el control de Dios. No siempre entendemos por qué Dios permite que un líder haga cosas así y tome decisiones malas. No entendemos. Pero siempre para cumplir su voluntad. Y siempre para cumplir sus decretos aquí entre nosotros, como los repartimientos de las aguas. Así está el corazón del rey, del presidente, en la mano de Jehová. A todo lo que quiere, lo inclina. Y el otro versículo es Romanos 13 y el versículo 1. Romanos 13 y el versículo 1. Proverbios 21.1 nos gusta mucho, Romanos 13.1 no tanto. ¿Por qué? ¿Qué dice? Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay por Dios han sido establecidas. Este reciclo sí está en nuestras Biblias. Sé quien sea la persona que hoy sea elegido como Presidente de México. Tenemos una responsabilidad como hijos de Dios. ¿Y saben lo que es? Someternos a Él. Someternos a este Presidente. Porque aquí dice, sométase toda persona menos los mexicanos. No dice eso. Sométase toda Por eso, obviamente, si el presidente nos manda dejar de reunirnos o dejar de evangelizar, no vamos a obedecer, porque tenemos que obedecer a Dios más que a los hombres. Pero si el presidente sube los impuestos, si hay otro gasolinazo, si toma decisiones que no nos gustan, si el jefe de la ciudad aquí pone más cámaras en el periférico, ¿qué vamos a hacer? Someternos. No quejarnos. Someternos. Para concluir, vamos a pensar en algunas aplicaciones muy prácticas para nosotros el día de hoy. Dos, ante todo. En primer lugar, primera aplicación, tus opiniones políticas no deben causar división en el Cuerpo de Cristo. Primera aplicación, tus opiniones políticas no deben causar división en el Cuerpo de Cristo. ¿OK? Tus opiniones políticas no son nada importantes en comparación con la unión del cuerpo de Cristo. ¿Estamos de acuerdo? ¿No tanto? Sí, tus opiniones políticas no son nada importantes en comparación con la unión en el cuerpo de Cristo. Digo esto sin saber para quiénes ustedes van a votar. Yo no sé. Intento no meterme en eso, la verdad. Pero si hoy, o en los siguientes días, te enteras de que una persona de nuestra iglesia votó por un candidato que odias, que piensas es lo peor. No puedes imaginar cómo alguien con cerebro puede votar por esta persona. Si te enteras de eso, te ruego hacer una cosa. Callarte. Y eso significa no escribir nada tampoco, ¿no? No decir nada. Hermanos, no debemos permitir que una diferencia de opinión en cuanto a la política estorbe nuestra relación con hermanos en Cristo. No vale la pena. No es suficientemente importante. No debemos dividir el cuerpo de Cristo por la política. Está mal. Está muy mal. No ofendan por sus palabras. verbales o escritas. Tengan mucho cuidado en las palabras que usen cuando los políticos. Porque uno va a ser tu presidente, primero. Y con cuidado también porque no sabes si un hermano o una hermana votó por esta persona y ve lo que tú escribes en Facebook y se ofende. Y no hay razón, hermanos. No hay razón. Está mal. ¿Tengo libertad para escribir en Facebook? Sí, pues claro que sí. No tengo control sobre ustedes de esas cosas. Estoy diciendo con discernimiento, con sabiduría espiritual. Es mucho más importante guardar la paz y la unión en el cuerpo de Cristo que compartir tus ideas políticas. ¿Sí? Entonces, primero, con cuidado, porque no sabes quién va a ser presidente si le has ofendido con tus palabras. Y segundo, porque no quieres ofender a un hermano en Cristo. Y por otro lado, no sean tan fácilmente ofendidos por las opiniones de otros. Si una persona sí escribe algo en Facebook, entonces no respondas. ¿Para qué? ¿Para empezar una pelea en línea? Qué necio. Y va a afectar a la Iglesia. Eso no podemos permitir. Entonces, tengan cuidado con sus palabras y tampoco sean tan fácilmente ofendidos. Cada persona tiene una opinión diferente. Tenemos que respetarla. Cuando tiene que ver con cosas no tan importantes. Entonces, voten si quieren. Voten, no hay problema. Pero nadie tiene ningún derecho de permitir que sus opiniones políticas causen que piensen mal de un hermano en Cristo. ¿Por qué? Porque somos ciudadanos del cielo antes que ciudadanos de México. ¿verdad? Dice Filipenses 3.20, apúntenlo, Filipenses 3.20, nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos a salvador al Señor Jesucristo. Escúchame bien, hermanos, tu prioridad es el reino celestial, no la patria mexicana. Tu prioridad es el reino celestial, no la patria mexicana. Y digo eso con mucho cuidado y con mucho respeto. Sería la verdad para cualquier persona en cualquier país. Si yo estuviera africano y estuviera en los Estados Unidos, diría lo mismo. Que no se encuentre en México. Necesitamos ser más como Abraham, de quien leemos en Hebreos. Tenía sus ojos fijados en el cielo. Dice, esperaba la ciudad que tiene fundamentos. cuyo arquitecto y constructor es Dios. El reino celestial es tu prioridad ante la patria mexicana. Y para terminar, vamos a leer, por favor, todos juntos en el Salmo 115 y el reciclo 3. Vamos a terminar con eso. Salmo 115 y el reciclo 3. Salmos 115 y el reciclo 3. Un reciclo que deberíamos memorizar de mucho ánimo. Dios está en los cielos. Todo lo que quiso, ha hecho. Todo lo que quiso, ha hecho. Fíjense que hablan que hemos pasado. Todo lo que quiso, ha hecho. Es también la verdad que Dios hace lo que quiere y Dios hará lo que quiere. Pero piensen, por favor, en el hecho de que Dios ha hecho lo que quiso. Piensen así en cuanto a los resultados de hoy. Hoy en la noche, como ya sabemos quién ganó, en ese momento hay tarea para todos. ¿Listos? En la noche, cuando ya saben quién ganó, la tarea es buscar sus Biblias, Salmos 115, 3, y leer en voz alta, Dios, ha hecho lo que quiso. Es muy fácil leer ese reciclo ahorita cuando ya no sabemos todavía, todavía tenemos esperanza. Yo quiero que leen ese reciclo hoy en la noche cuando los resultados ya están. Y quiero que todos nosotros digamos, en verdad y en honestidad, pues Dios no está en los cielos. Todo lo que quiso, ha hecho. Ese presidente ya es presidente por la voluntad de Dios. Entonces, no tenemos derecho de quejarnos. No tenemos derecho de pensar mal de otros que votan diferentemente. No tenemos derecho de desanimarnos y caer en depresión cuando tal candidato no gana o tal candidato sí gana. Esa perspectiva ya es diferente. Vemos el problema en el país, pero no nos sorprende, porque nuestra confianza está en Dios. Él reina. Él es soberano sobre todo. Recuerden eso, hermanos, hoy, esta semana, en los siguientes seis años. Dios está en los cielos. Todo lo que quiso, ha hecho. Amén. Vamos a orar. Para que demos muchas gracias por esos pasajes tan claros en Tu Palabra, esos pasajes tan aplicables. Es una maravilla, Señor, que vemos Tu Palabra que se aplica a nosotros hoy en día. Demos gracias que Tu Palabra es real, que podemos leerla y ver que sí hay problemas en el país. Para ayudarnos, Señor, no permitir que esas cosas nos sorprendan. Si te pedimos que nos ayudes a confiar más en ti, meditar en quien eres, meditar en tu grandeza, meditar en el hecho de que tú eres soberano, Él soberano sobre todos, sobre todos, ayudarnos a creer en verdad que tú estás en los cielos, todo lo que quieres hacer, todo lo que quisiste hacer, has hecho. Damos gracias por nuestro país, porque todavía tenemos muchas libertades, Todavía tenemos la libertad para reunirnos, para hablar de ti. Te pedimos que nos preserves, que nos guardes, que nos protejas. Y si es tu voluntad meternos en la persecución muy pronto, también te damos gracias. Porque es lo que necesitamos. Ayúdnos, Señor, te pedimos. Ayúdnos a ser diferentes. Ayúdnos a pensar y a hablar diferentemente que el mundo. A unas cosas tan prácticas como la elección. Gracias, Señor. Ayúdnos, damos poder, te pedimos en nombre de Cristo. Amén.
Uno más alto que el presidente
Deberíamos confiar en el hecho de que Dios es más alto que los líderes humanos, y que Él reina sobre todos y controla todo.
Sermon ID | 71182226262 |
Duration | 41:49 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Ecclesiastes 5:8 |
Language | Spanish |
© Copyright
2025 SermonAudio.