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Lucas 7 empezando en el versículo 11 se pone sobre sus pies en reverencia a la palabra del Señor Dios y vamos a leerla todos juntos empezando en el versículo 11 de Lucas 7 y la santa inspirada palabra del Señor Le de esta manera aconteció poco después que Jesús fue a una ciudad llamada Naín y sus discípulos iban con él acompañados por una gran multitud. Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, aquí sacaban fuera a un muerto hijo único de su madre. Y ella era viuda y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella. Y al verla, el señor tuvo compasión de ella y le dijo No llores. Y acercándose, tocó el pétero, y los que lo llevaban se detuvieron, y Jesús dijo, Joven, a ti te digo, levántate. El que había muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Y temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios diciendo, un gran profeta ha surgido entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo. Y este dicho se decía de él y se divulgó por toda Judea y por toda la región circunvecina. Puede tomar su lugar. Mi pregunta hoy en esta tarde es por qué está esta historia aquí? Como le he dicho varias veces, los apóstoles aquí, Lucas, siendo guiado por el apóstol Pablo, cuando los apóstoles escribieron, ellos escribieron con un mensaje que querían comunicar. Ellos no tenían mucho papel como tenemos hoy en día, entonces ellos realmente ponían todo el mensaje que ellos querían comunicar. Y en este evangelio, cada historia que aparece una después de la otra consecutivamente, tiene una intención que nos quiere comunicar, tiene una intención espiritual que que que nos quiere dar a luz a través de cada historia, nos quiere comunicar algo. Entonces, mi pregunta es, ¿Por qué el Espíritu Santo inspiró a Lucas a escribir en este evangelio esta historia? Después de que nos acaba de dar la historia del centurión, ahora nos da la historia de esta pobre viuda y de su hijo que había muerto y Jesús se involucra en realmente hacer algo por ella. Ella no pide nada. Ella no tiene nada de fe. Ella no ruega por nada. Nadie ruega a Jesús que venga a Nain para sanar, para levantar a este hijo que acaba de morir. Aquí es solamente, plenamente Jesús yendo ahí, encontrándose a este muerto en esta procesión, en este funeral, y Jesús haciendo algo sin que nadie le pida hacer algo. Es la primera vez en este evangelio que Jesús hace algo solamente porque Él quiere hacerlo. Es la primera vez donde Él hace un milagro y lo hace de su propio compasión, de su propio corazón. Y yo me pregunto, ¿por qué está esta historia aquí? La semana pasada miramos de que la razón de por qué está el centurión después del relato del sermón del monte es porque el centurión es un excelente ejemplo del obrar de Dios en un corazón y todo lo que Dios estaba diciendo y enseñando en el sermón del monte se mira en este centurión en quien Dios estaba obrando, se mira la vida de lo que Jesús estaba tratando de enseñarnos en el sermón, se mira en este centurión y cómo Dios estaba obrando en un hombre gentil, pero que tenía mucha fe y que obraba a través de esa fe. Ahora, esta historia también debe de tener una conexión con lo que Jesús también ha pasado antes y con lo que Jesús predicó en el sermón que acaba de predicar en el versículo seis en el sermón del llano o como le quiera decir el sermón del monte entonces Tiene que haber una relación y eso es lo que vamos a tener que buscar hoy en este día. ¿Qué relación tiene esta historia donde Jesús hace todo y todo mundo solamente recibe algo de Jesús y Jesús es el personaje número uno? No se le pide nada, no le pide nada. Jesús simplemente quiere obrar y mucha gente mira lo que Jesús está haciendo. Entonces, vamos a mirar en este contexto ¿Por qué cae esta historia? ¿Por qué Lucas no las pone aquí? Tiene que ver un significado espiritual, aunque cuando lo exponemos, exponemos tal y como está escrito, pero siempre tratamos de aplicarlo en cierta manera porque Jesús no hacía las cosas nomás por hacerlas. Jesús siempre hacía milagros porque quería mostrar algo. Lucas también no escribe nomás por escribir. Pablo, Pedro, todos los apóstoles, Juan, ellos no escribían solamente por escribir, no había método de cómo hacer eso. Cuando el Espíritu Santo acarreaba a estos hombres a escribir palabra de Dios, había un significado. Entonces eso es lo que vamos a tratar de mirar. Y miramos de que Jesús, después del sermón, trae con él un grupo mixto. Trae gente que realmente son sus verdaderos discípulos comprometidos. Trae gente que solamente lo está escuchando, siguiendo, y trae gente que simplemente nomás está ahí para ver qué Jesús hace. Y ese es el grupo con el que Jesús entra a Capernaum después de predicar el sermón y ahora se va de Capernaum a otra ciudad, una pequeña ciudad que realmente no supiéramos nada de ella a menos de que Lucas nos la contara. Pero para este tiempo Jesús tiene mucha popularidad en la región de Galilea. Acuérdese, Lucas nos pone a Jesús en la región de Galilea, y Lucas empieza en Galilea, en Capernaum, en todas esas ciudades, y Lucas va hacia Jerusalén a ser sacrificado, a ser crucificado. Lucas no nos da más historias que Jesús había ido antes? a Jerusalén y había regresado a Nazaret y los pues otra vez a Jerusalén y en esa región de Judea, Lucas solamente nos da lo que pasó y empieza Lucas en Galilea y Jesús pone su mirada hacia Jerusalén y en Jerusalén es donde es sacrificado nuestro Señor por nuestros pecados. Pero en la región de Galilea él tiene mucha popularidad. Podemos mirar de que ahí él está predicando el evangelio y Jesús empieza a dirigirse hacia Jerusalén para ahí ser crucificado. Y el número de los discípulos es grande en Galilea. Pero en cuanto Jesús empieza a acercarse a Jerusalén para morir en la cruz, el número de sus discípulos empieza a reducirse más y más y más. Para cuando ya nos encontramos a Jesús en el aposento alto, ya no más están los apóstoles, los puros discípulos quedan 11. Hay un montón de gente que lo sigue en Galilea, pero entre él más se acerca a Jerusalén, disminuía. el el el la cantidad de gente que lo sigue que dan once Jesús está colgando en la cruz y solamente sabemos de un discípulo que está ahí que viene siendo el discípulo que él tanto amaba el apóstol el apóstol Juan pero también para este tiempo muchas personas le siguen. Entonces, miren lo que lo que dice, empezando ahí en el once, aconteció poco después. Ahora algunos manuscritos dicen al día siguiente, al día siguiente de cuando pasó lo del centurión. Otros manuscritos dicen, aconteció poco tiempo después. Jesús fue a una ciudad llamada Naín. y sus discípulos iban con él, acompañados por una gran multitud. Entonces, imagínese a Jesús terminando el sermón del monte, entra a Capernaún y pasa lo que pasó con el soldado del centurión, y luego después Jesús voltea sus miradas a una ciudad, una pequeña aldea que realmente no sabemos nada de ella, Nain, que estaba al sur de Capernaún, unas unas seis millas al noroeste de donde Jesús creció, Nazaret, y hubiera sido una caminata de un día completo para llegar a esta pequeña aldea llamada Nahí. Entonces mire lo que Lucas nos dice. cuando él llega a esa a esa a esa pequeña aldea él se estaba acercando ya en aquel entonces las ciudades estaban forradas por por un muro que realmente las protegía y mantenía contenida la ciudad y se acercaba a la puerta de la ciudad Jesús imagínese con todos sus discípulos y con una gran multitud Jesús entrando a esta ciudad y lo que empieza a pasar y por esa puerta de la ciudad vienen saliendo a un funeral, vienen saliendo, no como los funerales de hoy en día, donde son un montón de carros detrás de esa camioneta que usan para los muertos. En aquel entonces, lo que pasaba era de que colgaban, pues no lo colgaban, sostenían al hombre que acababa de morir en una camilla y esa camilla la cubrían con un, así como está puesta aquí la escena del señor, así como un una cobija blanca, y así es como salían, salían enfrente a los que iban sufriendo, y luego después atrás iba el que estaba muerto, y luego después iba siguiéndole diferente gente. Pues Jesús llega a esta ciudad, y esto es lo que se encuentran, se encuentran un procedimiento de un funeral, y dice, sacaban ahí fuera un muerto hijo único de su madre y ella era viuda y un gran numeroso, un grupo numeroso de la ciudad estaba ahí con ella. Entonces aquí Lucas nos da siempre algo sensible, de circunstancias sensibles. Lucas siempre nos va a dar ese toque humano, nos va a poner en ese lugar y nos va a dar todos los datos para que nosotros también nos empiece a doler, así como le empezó a doler a Jesús. Nos dice de que llegan a la puerta de la ciudad y está el funeral y luego nos dice del hijo, nos da la información que es el hijo único. y nos dice de que la mujer es una madre, pero también es una viuda que acaba de perder completamente todo. Perdió primero a su esposo y ahora acaba de perder a su hijo único y un numeroso de gente con ella llorando y están a punto de ir a enterrar a su hijo junto con su con su esposo. Así se enterraba en aquel entonces y hasta el día de hoy. Se muere alguien de la familia, se entierra en el mismo lugar, ya después se muere alguien más y le toca poquito más arribita y así se van acumulando las familias. Pues imagínate, imagínese esta pobre viuda. Primero enterró a su esposo y ahora está enterrando a su hijo. Es una circunstancia tráfica. Aunque parece ser de que es una mujer que realmente tiene a toda la aldea detrás de ella, es una mujer bien considerada porque hay mucha gente saliendo de Nahín junto con ella y Jesús aquí está mirando todo esto. Una circunstancia difícil, un dolor emocional que no se puede comparar con lo que esta viuda está sintiendo. se le acaba de terminar su futuro. Si su futuro era parte, su esposo y luego después su hijo, muriendo su esposo y ella convirtiéndose en viuda. Y ahora aquí, muriendo su único hijo, a ella se le está, se le acaba de desmoronar el mundo entero. Y Jesús está entrando y está mirando esto en el mundo, en el mundo antiguo. Era algo devastador para una mujer hacerse viuda, pero era aún más devastador terminar viuda sin ningún hijo. Una cosa es perder a tu cónyuge, que debe de proveer para ti. Pero si se muere él, tienes a tus hijos, que en cierta manera los hijos tomaban a las madres y tenían ese deber, no solamente civil, tenían ese deber de lo que Dios pedía, de cuidar y honrar a sus padres en su vejez. Pues esta mujer lo está perdiendo completamente todo. Un hijo en aquel entonces hubiera sido lo que tenemos hoy aquí en Estados Unidos, que quién sabe cuánto dure. que viene siendo el seguro social. Ahorita, gente que se hace vieja, en cierta manera, el seguro social es algo que les ayuda a vivir sus últimos días aquí, en esta nación, y es una ayuda. Pues en aquel entonces, el seguro social hubiera sido tus hijos. Por eso tenían tantos hijos, porque uno... Considera, yo ahorita invierto en mis hijos y algún día en el futuro esos hijos van a honrar a sus padres y en cierta manera van a cuidar de sus padres. Pues esta mujer ha perdido exactamente todo eso. Nadie que pudiera ayudarla. Nadie que pudiera tomarla en su casa. Tendría que vivir sola. Esta situación aquí que nos está diciendo Lucas hubiera sido una de las peores situaciones. El hacerse viuda en aquel entonces. Ya ve que en la Biblia, en el Nuevo Testamento, hay lo que se llama viudas y huérfanos. Pues una viuda que se quedaba con sus hijos era considerada viuda, pero no era considerada viuda y huérfana. Como en Nuevo Testamento, ya ve Pablo, le pide a las iglesias que si hay una viuda, que si tiene hijos, las responsabilidades de sus hijos. Pero si no tiene hijos, era considerada en aquel entonces como una abuérfana. Así como un huérfano que se le mueren los papás, se le mueren los familiares y está solo en el mundo, una mujer que perdía a su hijo, sus hijos y perdía a su esposo, era considerada en eso, perdía a su familia inmediata. perdía a todos los familiares. Y el Nuevo Testamento cuando habla de viudas y huérfanos, de esa clase de viudas, está hablando de viudas que se quedaron sin hijos, se quedaron sin nada, se quedaron solas y están ahora ya de edad avanzada. Era casi como quedarte huérfana. Entonces hay una distinción en el Nuevo Testamento cuando hay una viuda o cuando hablan de viudas y huérfanos. Esas son las viudas que perdieron completamente todo, así como como esta mujer perdiendo su hijo y antes había perdido a su esposa, perdiendo todo su futuro, perdiendo toda su familia, perdiendo toda esperanza. Ya no iba a continuar su familia porque ya se había perdido. Estas eran las peores circunstancias. tener que vivir completamente independiente de pura caridad, porque no quedaban hijos, no quedaban familiares, no quedaba esposo que cuidara a esta viuda, puras personas lejanas, personas de la aldea, personas que vivías de pura caridad de la gente, porque no tenías familiares inmediatos. Vivías en aquel entonces como un mendigo si te pasaba esto. No un mendigo en de que andas por las calles, pero o sea, perdías todo y tenías que vivir de la pura caridad y sustento de gente que se les movía el corazón para ayudarte. Jesús está mirando esto. Jesús mira esto y a Jesús le duele. Perdió a su único hijo. Es una viuda y Jesús está mirando esto. El pastor John MacArthur hace esta observación. Él dice, mirando a través de los profetas, cada vez que los profetas hablan de algo súper triste, lo más triste de que le puede pasar a las personas, sobre todas las cosas. Cuando los profetas quieren realmente describir esa condición tan triste, Ellos usan una metáfora para situaciones así realmente tristes. ¿Y sabe cuál metáfora usaban? Usaban la muerte de un hijo único. Esa era la tragedia más grande que podría ocurrirle a una familia porque significaba el fin de la familia, significaba el fin del futuro. Por ejemplo, ahí lo tengo escrito en sus notas. Cuando Dios quiere mostrarle a Israel cuánto les va a doler, usa esa metáfora. Jeremías 6, 26. Hija de mi pueblo, cíñate de silicio y revuélcate en ciniza. Haz duelo como por un hijo único. Lamento de gran amargura. Eso es lo que iba a pasar con Jerusalén la primera vez. Y Dios le está diciendo, ¿quieres que te diga cuánto te va a doler? Es como si realmente te estuvieras revolcándote en ceniza. y ciñéndote de silicio como cuando lloran por un hijo único. Y aquí está esta mujer llorando por un hijo único que se le acaba de morir. En Amós 8.10, mire cómo Dios usa esa idea para comunicar amargura, para comunicar tristeza. Y mire lo que dice, entonces cambiaré vuestras fiestas en llanto y todos vuestros cantos en lamento. Pondré silicio sobre todo lomo y calvicie. sobre toda cabeza. Haré que sea como un duelo por un único hijo y su fin como un día de amargura. Cuando tú querías comunicar algo súper triste era cuando se te moría tu único hijo. Y esta mujer no se le no solamente se le murió su único hijo, sino que está en condición de de de viuda abuérfana. O sea, no tiene ahora ya nada. Sacarías Otro profeta, Zacarías 12, 10, mire cómo Dios usa esta metáfora para mostrarles cómo iban a llorar por Jesús. Zacarías 12, 10, y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén el espíritu de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado, y se lamentarán por él como quien se lamentará por un hijo único. O sea, el hijo único, perder el hijo único es el peor de las tristezas que te puede pasar. Y esta mujer es lo que está sufriendo. Y dice, y llorarán por él como se llora por un primogénito. Esa es una profecía que se mira en Jesús. La peor pérdida humana es un hijo único, un hijo primogénito, porque se te termina todo. Se te termina la familia, se te termina el futuro. Y eso es lo que Juan cita al principio del libro de revelación. de que mirarán a mí que han traspasado y llorarán como lloran por un primogénito. Ahora, esta historia, ¿por qué está aquí? Sigo preguntando. Aquí Lucas está mostrándonos esta historia aquí, porque debe tener un sentido espiritual que Lucas quiere comunicarnos. Y en cierta manera, Lucas nos está pintando el cuadro de nuestra condición espiritual. Antes de que Dios obra en tu vida, en mi vida, esta es nuestra condición espiritual. Perdemos toda esperanza en nuestro pecado. Estamos moralmente destituidos, estamos en bancarrota de justicia, sin ninguna esperanza futura por nosotros mismos. Cuando antes de que nosotros vengamos a Cristo, así está nuestra esperanza futura espiritualmente hablando. No tenemos nada, se nos acabó todo y no tenemos ninguna esperanza. Delante de Dios, Dios así nos mira como esta viuda. Jesús aquí está mirando, entrando a este pueblito, a esta pequeña aldea, y Él está mirando todo esto en lo físico. Pero aquí Jesús también está mirando que si Él no interviene por los pecadores, todos estamos en la condición de esta viuda. Se nos ha acabado todo nuestro futuro. No tenemos esperanza alguna fuera de lo que Dios nos puede dar. ¿Por qué? Porque todos nos hemos desvanecido. Aún nos hemos hecho inútiles. No hay nadie que haga lo bueno. No hay ni siquiera mente. Uno, ni siquiera uno hay. Romanos 3.23 que dice, Por cuanto todos pecaron y están destituidos, no tenemos nada, no alcanzamos la gloria de Dios. Esta viuda se quedó sin nada y no alcanzaba nada. Lo único que procedía para ella era el continuo recuerdo de la muerte de su futuro. No tenía futuro. Espiritualmente nosotros así nacemos, nacemos apartados de Dios, nacemos separados de Dios, nacemos muertos en nuestros delitos y pecados para Dios. Vivimos una vida como fugitivos, escondiéndonos de Dios, yendo por el camino equivocado. Nuestro pecado, por decirlo así, Nos hemos puesto nosotros en este estado de viuda, de huérfanos, delante de Dios. Entonces Dios tiene que hacer algo. La compasión debe de salir de Dios. Si nosotros ya no tenemos futuro, ya no tenemos nada, así como esta viuda, la compasión de dónde debe de salir, debe de nacer primero en Dios. Y esta historia nos muestra esto. Esta historia nos muestra que la compasión nació de Jesús. A nadie, nadie le pidió a Jesús. Oh, qué bueno que llegaste, Jesús. Acaba de morir este, este, este hijo, este hombre, este chavo acaba de morir. ¿Y sabes qué? Es una viuda y no podrías hacerle un milagro. ¿Sabes qué? Esta viuda tiene mucha fe en ti. Escuchó a hablar de ti. No hay nada de eso. La viuda está completamente destituida. Está completamente, completamente se le cerró el mundo y se le cerró la esperanza. Se le cerró todo delante de su futuro. No hay nada para ella. Solamente vivir una vida de angustia y de dolor. Entonces Dios es el que debe de hacer algo. Y miren lo que dice en el versículo 13 al verla. O sea, Jesús la miró. Miró todo lo que estaba pasando y la miró a ella en su dolor. La miró a ella en en en su tristeza, en cómo todo el mundo se le había acabado y no tenía ella nada. la miró. Y luego Lucas dice el Señor. Ahora se me hace interesante de que Jesús llama, de que Lucas llama a Jesús Señor. En los otros evangelios siempre hablan de Jesús, pero nunca se refieren a Él como Señor. Y aquí Lucas se refiere a Jesús como Señor. Y yo pienso que Lucas ya está calculando de que nos está mostrando, ey, el señor tuvo compasión de ella, la miró y el señor tuvo compasión porque el señor, el señor Dios está a punto hacer algo que solamente Dios puede hacer. Nadie más puede levantar a los muertos. Nadie más lo ha hecho. ¿Cómo Jesús? Nadie ha levantado a muertos. Y dice aquí, el señor Jesús, el que lo había perdido todo. En aquel entonces, en el mundo antiguo, la compasión no era una virtud que se miraba todo el tiempo. La compasión realmente ni existía en aquel entonces. Los romanos, ellos, ¿en qué miraban virtud? Los romanos miraban virtud en fuerza, en brutalidad, en en ponerle y sembrarle miedo a la gente. Esa era la virtud romana. Esa era la virtud griega. El ser superior, el tener más conocimiento, en operarte de una manera digna que haces de que la gente te mire, de que tú eres en cierta manera arrudo, de que tú traes en sí honor por tu fuerza, por tu brutalidad. Eso era lo que era ser romano griego. Eso era lo que aparentaba la gente. Compasión no era algo que se miraba en aquel entonces. Ahora, no solamente los romanos, los judíos. ¿Cómo miraban los judíos? ¿Qué virtud tenían los judíos en aquel entonces? Pues la virtud de los judíos no era compasión. ¿Sabe qué era lo que movía a cada judío? ¿Qué era lo que hacía un judío admirable? ¿Sabe qué era? El orgullo de la pureza ceremonial. de que tú eras apartado de lo impuro. Y si tú tenías compasión de alguien que necesitaba compasión, tú no te le acercabas. ¿Por qué? Porque corrías el riesgo de que tu pureza se pusiera en riesgo y tendrías que pasar por ciertos ciertos lavados o ciertos ritos de purificación. Entonces, en aquel entonces, la compasión no era algo que realmente se sentía por la gente. Si había compasión, había compasión a lejos o no había ningún tacto, no había ninguna interacción, así como la que está teniendo aquí Jesús. Entonces esto es algo donde Dios no solamente está mostrando a compasión, sino que él está viviendo la compasión y la está viviendo en un mundo que realmente no sabía que era compasión, porque los romanos miraban virtud en lo rudo y los judíos miraban la virtud y la admiración en mantenerte puro. en una pureza de orgullosa ceremonial. Pues a Dios, ¿sabes qué es lo que mueve a Dios? La compasión. Dios es un Dios de compasión. Y no importa la circunstancia, a Él le mueve la compasión por aquellos que están destituidos, que no tienen nada. Y aquí está esta viuda en esta situación. Y es aquí Jesús el que el que toma la iniciativa en todo este milagro. Ella solamente es una es una receptora pasiva porque Jesús es el que toma la iniciativa en todo hasta que le entrega a su hijo. Este es acto de Dios. Interrumpiendo un procedimiento que no se debería haber interrumpido. Los judíos, cuando alguien moría, era una ceremonia solemne. Era una ceremonia solemne en que tenían que ir a hacerlo, hacerlo rápido. ¿Por qué? Por la contaminación. Se contaminaban si duraban mucho tiempo con un muerto. Y aquí está Jesús violando todas esas leyes ceremoniales y acercándose con compasión, interrumpiendo este procedimiento desde su propio corazón de pura misericordia pura. Sin cooperación de nadie, Jesús está tomando la iniciativa. Es Dios el que se entromete sin invitación ninguna. Por decirlo así, Jesús aquí está entrometiéndose en la corrupción humana, con gracia, con misericordia divina. ¿A poco no? Jesús no necesitaba acercarse, mucho menos tocar un cadáver. ¿Sabes qué es lo que pasaba si tú tocabas un cadáver? Tenías que pasar por ciertos ritos de purificación. Los cadáveres no se tocaban. ¿Por qué? Porque te hacían impuro, te hacían, tenías una impureza delante de la ley de Dios, de la ley de Moisés. Dios te pedía pureza y un cadáver te tumbaba de tu pureza. Tenías que hacer ritos purificantes. Y eso lo podemos relacionar espiritualmente. Nosotros como protestantes reformados creemos esto bíblicamente. De que Dios, por decirlo así, se entromete sin invitación. Cuando Dios te llamó, ¿sabes en qué condición te encontró Dios? Cuando Dios te dio vida, ¿sabes en qué condición te encontró Dios? vaya conmigo a Efesios 2, del 1 al 5, porque esta es la condición de cada hombre, de cada persona en quien Dios tiene compasión, estamos como este muerto, estamos como esta viuda, y Jesús es el que tiene que realmente obrar antes de que nosotros podamos responderle. Y es lo que miramos en Efesios 2, del 1 al 5, y Él os dio vida a vosotros. Así como este muerto, que estabas muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduviste en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el Espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás, pero Dios Aquí está Jesús obrando, aquí está Dios obrando, que es rico en misericordia, que dice el versículo que acabamos de ver en Lucas, que miró la viuda Jesús y tuvo que, tuvo compasión de ella. Cuando Dios te llama a ti, cuando Dios te llamó a ti, tuvo compasión de ti. porque te miro igual que este muerto. Pero Dios que es rico en misericordia por el gran amor con que nos amó aún cuando estábamos muertos en nuestros delitos nos da que nos dio vida juntamente con Cristo por gracia habéis sido salvos. Estábamos muertos, estábamos indefensos, estábamos sin esperanza como este hijo único que acaba de morir. Estábamos en una situación de pecado y sin esperanza, sin ayuda propia, así como esta viuda, sin vida, como estaba su hijo, y sin incapacidad, como estaba su madre. Así estabas tú, así estaba yo, cuando Dios tuvo misericordia de ti y te llamó. Esa es la doctrina de la lección. ¿Muchos cristianos tienen miedo de esta doctrina? ¿Pero sabe qué es lo que Pablo hace cuando él explica esta doctrina en Romanos 9? Él establece la doctrina de la elección usando esta misma idea. Vaya conmigo a Romanos 9. Romanos 9, 14. Pablo toma esto mismo, esta misma idea de tener compasión, de tener misericordia, así como Jesús la está teniendo con esta viuda y como lo miramos en Efesios 2, Romanos 9, 14, mire lo que dice Pablo. ¿Qué diremos entonces? ¿Que hay injusticia en Dios? De ningún modo, porque Él dice a Moisés, tendré que... Tendré misericordia del que yo tenga misericordia y tendré que compasión del que yo tenga compasión. Jesús no tenía que resucitar a este muerto en esta ocasión aquí en Lucas 7, pero la tuvo, tuvo misericordia y tuvo compasión. ¿De dónde salió esa misericordia? ¿De dónde salió esa compasión? ¿Fue porque alguien le dijo a Jesús, Jesús, podrías hacer un milagro a esta viuda? Señor, esta viuda tiene mucha fe en ti, ¿le podrías ayudar? Mira, acaba de perder todo. No, no hubo nada de eso. Jesús solamente miró la situación humana, la corrupción humana, y Jesús tuvo la iniciativa de traer vida donde había muerte. De traer esperanza donde había nada de esperanza. Y sigue diciendo Pablo en Romanos 9, 16. Así que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. La misericordia no la tienes tú. Tú tienes la condición. Tú tienes la condición de incapacidad. Tú tienes la condición de muerte. El que tiene la misericordia y la tiene a su disposición es el Dios. Y aquí Jesús la tiene a su disposición y Jesús actúa. Y mire cómo actúa. Ahí en Lucas 7 en el 14. Dice. Y acercándose. Tocó el. Petro. Y los que estaban. ¿Se detuvieron? Primero Jesús le dice a la mujer en el 13, no llores. Imagínense esta mujer, no llores. ¿Me estás diciendo que no llore? No sé nada más que hacer sino llorar. Es lo único que me sale. Es lo único que tengo. Esta mujer se quedó sin nada. Lo único que tenía eran las lágrimas que le estaban saliendo de los ojos y Jesús le dice no llores. Y acercándose a esto, hubieran sido cuatro hombres que tendrían, hubiera sido una camilla elevada donde estaba el cuerpo de este muerto. Y Jesús se acerca a este, este, este, Fetero, Fet, Ferret, Fetro. Es algo que, es una palabra que no se usa porque era, hoy usamos ataúd, pero las ataúdes están, están cubiertas. En aquel entonces no usaban ataúd. cubrían el cuerpo con una sábana y lo metían a una tumba. Hubiera sido una camilla elevada. Y Jesús va y lo toca. Algo que no era permitido por nadie, solamente estos cuatro hombres que lo hubieran cargado. ¿Por qué? Por la impureza ceremonial. Y Jesús aquí viene y Echa a un lado todas las prohibiciones del antiguo pacto de no poder tocar un cadáver sin contaminarte y pasar esa contaminación de muerte a ti en el cual tenías que ir a limpiarte y pasar ciertos días de purificación por tocar cosas inmundas, por tocar muerte, por tocar un cadáver. Aquí Jesús olvida todo eso y va y toca. Y se detienen estos hombres. Imagínense todas las, imagínense toda la multitud mirando a Jesús, tomando esta iniciativa, quizás dejándolos atrás y la multitud quedándose. Híjole, ¿qué está haciendo? Si sabrá Jesús lo que está haciendo, que eso no se debe de hacer. Y mira lo que Jesús dice. Y Jesús dijo, joven, A ti te digo, levántate. Le da una orden. ¿Jesús no ora? ¿Jesús no ruega por él? ¿Jesús no dice, ay Dios, por favor, haz el milagro en este joven? No, Jesús con toda la autoridad divina que él tiene, le dice, joven, a ti te digo, levántate o sea Jesús le dio vida a este joven para que escuchara la orden que viene del creador y le dice sabes que te digo levántate y qué es lo que pasa dice Lucas en el 15 el que había muerto o sea el muertito se incorporó o sea se sentó de la camilla imagínese estos hombres Se detuvieron. Jesús le dice a la viuda no llores y le da una orden al muerto y el muerto obedece porque tiene la vida que Jesús le imparte y se sienta. Y todo el mundo mirando este milagro. Y luego comienza a hablar. Y Jesús se lo entrega a su madre. Ahora yo me pregunto si Lucas dice que empezó a hablar este muerto. Así se sentó en la camilla y empezó a hablar. Yo me pregunto qué fue lo que dijo. Lucas no nos dice qué dijo. Es más, en todas las veces que encontramos en la Biblia, nunca encontramos de gente. Hay varias ocasiones donde muertos son resucitados otra vez a vida y luego después vuelven a morir. Pero nunca se nos dice qué es lo que ellos miraron o qué es lo que ellos experimentaron en esa otra dimensión de después de esta naturaleza. La Biblia no nos dice. Lázaro hubiera sido uno. Lázaro no nos dice. Pedro resucitó a una jovencita. Ella no dice. Más adelante, en el versículo, en el capítulo 8, aquí de Lucas, se va a resucitar a una hija de un gobernante de la Sigagoga y no se nos dice nada. Pablo fue al cielo. ¿Y sabes qué dice Pablo? Que él escuchó palabras inefables que a ningún hombre se le permite escuchar. Pablo vino de la muerte. Quizás fue esa vez donde lo encontraron fuera de la ciudad todo apedreado y pensaban que Pablo estaba muerto y quizás Pablo sí murió y fue al cielo y él escuchó cosas que legalmente Dios le dijo que no podía decir ninguna. Hay muchos cristianos que dicen, ay, yo fui al infierno, yo fui al cielo, yo fui allá, yo fui acá. No hay ninguna ocasión en la Biblia como va a haber una ocasión en el día de hoy. Son puras mentiras. Que fue el infierno, que 60 minutos en el infierno, que 60 minutos en el cielo, que 60 minutos acá, que un día acá, que un día allá. Nadie dice y Jesús dice si vienen los muertos y les predican, no les van a escuchar. Tienen a Moisés y los profetas y a Moisés no le escuchan. Usted creen que va un muerto va a venir a predicarles y la gente va a escuchar. Pero imagínense la montaña rusa emocional de esta mujer. Sufrió con su esposo irse, ahora se muere su único hijo, se muere, está a punto de ir a meterlo en el hoyo y Jesús aquí le dice cállate, cállate, le dice no llores. Y luego mira a su hijo que había estado muerto, quizás llevaba un día de muerto, porque en aquel entonces no duraban los muertos como duran hoy. Hoy ahora un muerto puede durar 30 días hasta que llega a México y lo entierran. En aquel entonces no, se descomponía el cuerpo de un día a otro y era rápido como los metían en la tumba. Y aquí esta mujer mirando todo esto. Y dice el 16 y el temor se apoderó de todos. Este es un temor santo. Cuando realmente hay milagros como este, aunque mucha gente dice no, pues que en África resucitaron tres de entre los muertos. Allá en India tres resucitaron de entre los muertos. No, cuando hay verdaderos milagros como los que hacía Jesús y hacían los apóstoles, cuando hay verdaderos milagros, no hay emoción o hay gritos de julio. No sabes que hay un temor. Por qué? porque realmente está pasando algo fuera de la naturaleza y el que lo está haciendo realmente realmente es alguien a que debes de de de de mirar lo que realmente su mensaje que que ese milagro está apuntando al mensaje de de este hombre lo tuvo Jesús lo tuvieron los apóstoles después de ellos nosotros oramos y pedimos que Dios obre pero no en la manera como Jesús lo hacía así con un poder y una autoridad divina en que ordena a muertos que tengan vida. No ora por ellos, les ordena. Un temor se apodera sobre todos y glorifican a Dios diciendo un gran profeta ha surgido entre nosotros y Dios ha visitado a su pueblo. Ahora, recuerde, no había habido profeta por cuatrocientos años, no había ninguna aparición angelical por cuatrocientos años, no había habido ninguna intervención divina de ninguno de los milagros ya por cuatrocientos años. Y esta gente en Nahín lo están mirando por primera vez y ellos están glorificando a Dios y están diciendo un gran profeta. Ahora, lo triste de esto es de que aunque ellos sabían de que Dios había quedado en silencio por cuatro siglos, llegan a una conclusión errada. La conclusión errada es un profeta ha surgido entre nosotros. Quizás ellos están poniendo a Jesús en la categoría de de Isaías y de Eliseo. Ellos también levantaron a muertos. Reconocen algo, pero se equivocan en lo que en lo que reconocen tristemente. Tristemente no llegan a la realidad de que solamente Dios levanta muertos así. Elías y Eliseo oraban por muertos y pedían a Dios por el milagro y Dios se los concedía. Jesús no pide por nada. Jesús va y da la orden y le da la orden que se levante. ¿Por qué? Porque ya Jesús le había dado la vida para que él pudiera hacer la orden que Jesús le estaba dando. Solamente Jesús habla así. Solamente Jesús ordena vida donde hay muerte. Solamente Jesús tiene poder sobre la muerte. Lamentablemente lo subestimaron. Sí dicen, sí dicen, Dios ha visitado a su pueblo, pero lo ha visitado pues como con un profeta que ha surgido dentro de nosotros Jesús es mucho más que un profeta Jesús es mucho más que un sumo sacerdote Jesús es el profeta de profetas el sumo sacerdote el gran sumo sacerdote no es cualquier rey es rey de reyes tristemente ellos subestimaron Sabían de que Dios iba a visitarlos, pero porque lo miraban en el Antiguo Testamento, hay varias citas en los profetas donde ellos dan de que Dios iba a venir a visitar a su pueblo y que tenían que estar listos para ese día de visitación. Y tenían que saber que iba a ser Yahvé, que no iba a ser un solo profeta. Iba a ser Dios mismo que iba a venir a visitarlos, que iba a venir a inspeccionarlos. Justamente lo comparan a un simple profeta. No entendieron que Jesús era el Yahvé que les fue prometido. Y se perdieron del tiempo de su visita. Más adelante, vaya conmigo a Lucas 19. Jesús llora, llora en esta misma, en este mismo evangelio. ¿Por qué? Porque llega hasta Jerusalén y Jerusalén no reconoce el día de qué? De su visitación. Y eso trae también a Jesús a una emoción. Lucas 19, 41 dice, cuando se acercó a Jerusalén, al ver la ciudad, lloró sobre ella diciendo, si tú también. O sea, no solamente Nahín, no solamente Capernaum, no solamente la región de Galilea, no solamente Samaria, sino también Jerusalén. Si tú también hubieras sabido este, en este día, lo que te conduce a la paz. O sea, Jesús mismo, pero ahora está oculto a tus ojos porque sobre ti vendrán días cuando tus enemigos se echarán, te reemplan, te raplen delante de ti, te sitiarán, te acosarán por todas partes, te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti. y no dejarán en ti piedra sobre piedra. ¿Por qué? Porque no conociste el día de tu visitación. Naín llegó a la conclusión, pero realmente no miraron a Jesús como ese Yahvé que iba a venir, como ese siervo que iba a venir a visitar. Y lo único que pasó, dice ahí en el diecisiete, este dicho se decía de él, de que él era un profeta y que Dios se había visitado y se divulgó por toda Judea y por toda la región circunvecina. Un dicho se dijo de Jesús después de mirar el milagro de levantar a un hombre de entre los muertos, algo que solamente Dios puede hacer. Que podemos aprender de esto que la grandeza de Cristo no se queda entre nosotros como un simple dicho. Hay mucha gente que tiene a Jesús y lo que él alcanzó y la grandeza de su poder como un simple dicho. Ah, es Rey de Reyes. Ah, es el Salvador. Ah, sí, es Señor de señores, un simple dicho. Para nosotros sea un hecho. Que vivamos de tal manera que no sea un simple dicho, sino que sea una realidad para nuestras vidas. Entonces, ¿qué conexión podemos dibujar de esta historia? De lo que Jesús acaba de enseñar. En el sermón del monte, Jesús nos muestra muchas cosas que para nuestra naturaleza son imposibles de llevar a cabo. ¿Qué es lo que tiene que pasar? Dios tiene que obrar. ¿Qué dijo Jesús? Que del árbol bueno, del árbol bueno no pueden salir frutos malos y del árbol malo, buen fruto. Y que el fruto realmente se reconoce por sus, el árbol se reconoce por sus frutos. Pues nosotros nacemos como frutos, como árboles ¿qué? Malos. ¿Qué es lo que tiene que pasar para nosotros converternos en árboles buenos? ¿Podemos así nosotros de la nada cambiarnos de tipo de árboles? No. Dios tiene que obrar. Dios tiene que obrar y Él obra. Tiene que haber una intervención divina para nosotros cambiarnos de buen árbol, de mal árbol a buen árbol. El sermón del monte es algo imposible para una gente normal, para una gente natural. Dios tiene que levantar a un muerto. de muerte y darnos vida nueva, vida espiritual para que todo esto podamos hacer nosotros en vida, en vida nueva. Con eso Jesús nos está enseñando de que Él tiene poder de intervenir para nosotros, por nosotros y llevarnos de muerte a vida nueva, a vida eterna. Él es el que tiene la habilidad. Nosotros después de eso somos los que respondemos en fe y respondemos en obediencia, pero Él es el que tiene esas, ese poder, esas llaves. Ese poderío de cambiar el hombre, de realmente darnos una misión imposible, pero no solamente nos da una misión imposible, sino que él puede obrar así como obró en este cinturón, así como él puede cambiar de árboles malos a árboles buenos, así como él puede cambiar el corazón de un cinturón gentil como era y se empiezan a mirar frutos de fe y frutos agradables hacia él, así él interviene de la misma manera. y nos mira como una viuda completamente destituida de toda esperanza y nos mira como ese único hijo que que había muerto y nos nos da vida eterna y nos da un futuro nuevo en el cual podemos seguirle en fe y en esperanza padre te damos gracias en esta tarde por tu palabra señor y te pedimos señor que nos ayudes a mirar que solamente en ti señor es como Pueden empezar las cosas. Y solamente en ti, Señor, podemos nosotros responder en fe y en obediencia. Y solamente en ti podemos mantenernos en esa fe y en esa obediencia. Señor, te pedimos, Señor, que tú bendigas tu palabra, Señor, y que no la apliques a nuestras vidas. En el nombre de Jesús, tu Hijo, lo pedimos. Amén.
(62) Autoridad sobre la Muerte
Series El Evangelio según Lucas
Sermon ID | 6324144261237 |
Duration | 51:11 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 7:11-17 |
Language | Spanish |
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