00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Y solo vamos a leer versículo 13, capítulo 4, 13, 17. Ruth, chapter 4, 13 to 17. Y ya, yo creo que todos ya por fin conocen bien la historia por haber aplicado unas cuantas semanas. Yo creo que más o menos ya conocen, son más familiar con la historia. Y este mensaje nada más quiero que sea de ánimo a todos, amén. Ruth, capítulo 4, versículo 13. A 17 dice así. Vos, pues, tomó a Rum. Ella fue su esposa. ¿Y cuándo debe el hombre tomar a su mujer? Cuando ya es su esposa. Ya es tiempo para disfrutarla. Luego que entró a ella, el Señor le dio que concibiese y pariese que un hijo. Y las mujeres decían a Noemi, loado sea el Señor, que hizo que no te faltase wey pariente, cuyo nombre será nombrado en Israel, el cual será restaurador de tu alma, el que sustentará tu vejez. Pues que tu nuera, la cual te ama, te vale más que siete hijos le ha parido. Tomando a Noemí el hijo, pusolo en su regazo y fue de su alma. Las vecinas diciendo a Noemí ha nacido un hijo, le pusieron nombre y llamaronle Obed. Este es padre de Isaí, padre de David. Oramos otra vez, hermanos. Padre Santo, abra a cada corazón Dios. Habla cada persona. Hemos venido Dios y estamos contentos Dios que nuestras hermanas han hecho una comida y que podemos congregar y compartir de lo que nos ha dado. Pero Dios más que todo queremos que tu santo y tu precioso espíritu obra aquí. Habla a tu siervo, habla a los niños allí atrás, Dios, que nuestros hogares serán bendecidos, que el mundo verán tu bendición, tu amor hacia tus hijos y somos tus hijos, Dios. Compensamos esto en el nombre de Cristo Jesús, tu Padre, Hijo. Amén. Vemos aquí, hermanos, que las mujeres decían amén. Las mujeres decían, ¿cuántos han oído a las mujeres decir algo amén? A veces ellos explicando. Y si hay un comentario, normalmente es de una mujer sí o no. Amén. Las mujeres disfrutan la plática y los hombres nada más callados, ¿no? Nadie quiere reír. No, estoy jugando hermanas. Es una broma nada más. Amén. Pero aquí dice en el primer versículo de Ru. Versículo 14. Y las mujeres decían a Noemí. Amén y qué es lo que decían loado sea el Señor que hizo que no te faltase wey pariente cuyo nombre será nombrado en Israel hermano cuántas veces en la vida alguien está hablando de nosotros hay comentarios siempre familiares que están haciendo comentario Uno cae y tiene cualquier problema en la vida, alguien tiene comentario. Uno entra aquí vestido de uniforme, todo saliendo, hacen comentarios, ¿sí o no? Hay siempre personas con comentarios y normalmente los comentarios son más críticas, ¿sí o no? Pásenme mano adelante. Son más críticas la mayoría de las veces los comentarios. Esta vez, cuando ella, por fin, es una señora. ¿Cuántos viejitos tenemos aquí? Si tú eres un viejito, levanta tu mano. ¿Cuatro? ¿Todavía no? OK. ¿Sabe qué, hermanos? Ella, Rue, aquí, hermano, la quiere guardar esto en Juana, a ver si alguien más entra. Pero vemos esto, hermanos, que hay comentarios. Todos están hablando, en toda la ciudad hablando. Y son pocas las veces cuando están hablando de buenas noticias. Y quiero decir, hermanos, no fue hace tanto, hace meses, tal vez hace siete meses, tres, cuatro meses, hace poco, y ya las mujeres estaban hablando también. Vamos a leer. En capítulo 1, se me hace versículo 20, 19, de Ruth 1, 19. ¿Hubo otro tiempo cuando las mujeres hablan? No. Dice, anduvieron pues ellas dos hasta que llegaron a Belén, Naomi y Ruth. Aconteció que entrando en Belén, toda la ciudad se conmovió por razón de ellas y decían, ¿no es este Noemi? Hace poco en su vida, hermanos. Hace poco. Ya vemos alegría, todos están hablando con buenas noticias. Pero hace poco en su vida. Hubo pláticas y la persona dice, ¿no es este Noemi? ¿Cuántos pensaron que cuando hablaron la primera vez de Noemi, esta fue una buena noticia? Llegaron todos a casa y estaban diciendo, mira, ella fue con su esposo a vivirle. Ella tuviera dos hijos tan preciosos. Mira cómo ya está viejita. Ya se puso canosa. Ya tiene las rugas aquí en la cara. Ella ya habla mal, está amargada. Esta mujer antes tan bella, tan bonita la familia, ya no tiene familia. Y también ha traído una mujer de Moab. Evidencias contra ella. sus hijos se casaron mal verdad toda la ciudad se vinieron a ver y cuando hablaron hace unos meses desde ella hablaron del desastre que había pasado ahí en su vida y hermanos quiero decir esto vamos a que Dios tiene la capacidad de cambiar la crítica si hay ahorita están pasando por crítica por el tiempo difícil de su vida si vienen ustedes muchos de nosotros por los años que hemos servido a Satanás por los años que hemos perdido a un cristianos que se han apartado de Dios de la casa de Dios han pasado cosas en nuestras vidas y ya cuando uno vuelva a Dios, busca a Dios, ahí las personas están diciendo, mire quién ha venido aquí. Esta persona, mire por qué han venido, por qué volvieron. Ya no tienen nada, ni un parte con nosotros aquí. Todos volando. Yo creo que las mujeres, cuando entró esta mujer sola, ellos llegaron con su hombre. Ellos dicen, vamos, vamos, vamos. Mira, antes ustedes eran personas de importancia, pero ya vienes solo. Yo todavía tengo mi hombre, yo tengo mis hijos, yo tengo terreno, yo tengo casa. ¿Y tú qué tienes? Yo creo que todos, hasta el pueblo de Dios, con él vino. Lo siento, hermano. Si sientes enfrente, ya sabes lo que va a pasar. ¿Sí, hermanos? Por eso se sentaron hacia atrás. ¿Sabe qué, hermanos? En la vida, cuando cosas suceden, cuando pasamos por dificultad, especialmente cuando hemos pecado. Pasa suficiente tiempo aquí, va a ser un tiempo, una etapa en su vida, cuando tomen decisiones malas, sí o no. El mero hijo de Dios, a veces, por falta de fe, Abraham lo hizo unas veces. Y cuando lo hizo, todos hablan de él. Pero Dios tiene la forma, la manera para transformar y la crítica ya para que nadie cierra la boca de los leones, cierra la boca de esas mujeres chismosas que están en contra de ti y nada más pueden ser maravillados por la evidencia que hay en tu vida, que uno ya tiene a favor de Dios. Vamos a ver, Hermo, primeramente, él volvió sin pariente. Sin pariente. Ya sin esposo, sin hijos. Vamos a leer el capítulo 1 a 5 dice así. 1 a 5 dice, Aconteció en los días que gobernaban los jueces que hubo hambre en la tierra y un varón de Belén de Judá fue a peregrinar en los campos de Moab él, su esposa y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelech, el de su esposa Noemí. Los nombres de sus dos hijas eran Majalón, Kilión, Efrateo de Belén, de Judá. Llegaron pues a los campos de Moab y asentaron allí. Murió Elimelech, marido de Noemí. Quedó ella con sus dos hijos. los cuales tomaron para sí esposa de Moab, en nombre de la una Orfa, en nombre de la otra Ru, habitaron allí unos diez años y se murieron. Hermanos, quiero decir este. Él volvió sin pariente. Hermanos, muchos de nosotros cuando apartamos, cuando uno se aparta de Dios, cuando uno no conoce a Dios, Lo que Satanás hace con nuestras familias especialmente, él gana el corazón de tus hijos y luego destruye sus vidas. Y cuando uno vuelve a buscar a Dios o viene a los pies de Dios, cuando uno viene, ¿cuándo ustedes cuando vinieron a los pies de Dios, sus hijos vinieron contigo? Creo que aquí son muchas personas, ya tenemos la lista aquí, ¿no? ¿Eramos atrás? Denle los nombres. Yo espero que ustedes tomen tiempo diariamente o háganlo diariamente ahora por unas cuantas familias. Son nombres casi todos de niños que se han apartado. Ya no conocen a Dios. Y ustedes aquí están porque quieren la bendición de Dios. Pero volvieron aquí sin sus hijos. Espiritualmente son muertos. Y todos hablando, todos tienen una crítica, todos saben por qué. Pero vemos, hermanos, que ya en capítulo 4 de Ru, esta pasó. El siglo XIV dice, y las mujeres decían a Noemí, loado sea el Señor, que hizo que no te faltase hoy pariente cuyo nombre será nombrado en Israel mira lo que pasó hermano Dios le dio a esta mujer un hombre familiar una persona que ella tal vez ni tuviera ninguna relación personal que tomó su vida y le puso lo negó a sí mismo para traer fruto hacia ella para poner el nombre de ella de su esposo a sus hijos y luego una nuera que realmente de otro país. Dios le dio a ella fruta. Amén. Un heredero, un pariente nombrado, no solo un pariente, pero conocido, famoso, entre todas las familias. Esta mujer vino sin nada, sin nada espiritualmente. Y al rato, ella es la mera perinola de toda la ciudad. Todos conocen a esta mujer. No porque es buena. Esta mujer vino amargada, mala, de mala actitud, a culpa de Dios. Y Dios dice, ni modo. De todos modos, te voy a bendecir. Amén. El hijo con el nombre nombrado entre todos los de Israel. Todos, todo Israel oyó las noticias de este bebé Obed. Amén. El abuelo del rey David. Hermanos, quiero leer 1 Corintios 4, 14. Lo que Dios quiere dar a todos nosotros aquí. Amén. Y hermanos, qué bendición tenerle a ustedes. Amén. Estoy yo bien contento. Amén. Pero quiero ver lo que dijo Pablo, y ese va a ser el mensaje principal, 1 Corintios capítulo 4, 14 a 17. Y dice, no escribo esto para renunciarlos, más amonesto a mis hijos amados. Porque aunque tengo diez mil años en Cristo, sin embargo, no tendré muchos padres, porque en Cristo Jesús, 1 Corintios 4, 15. Sin embargo, no tendré muchos padres, porque en Cristo Jesús yo os engendré por el Evangelio. Amén. Por tanto, ruego que si hay seguidores de mí, por lo cual os envía a Timoteo, que es mi hijo amado. y fiel en el Señor el cual os recordará de mis caminos los cuales son en Cristo como yo enseñó a todas partes en todas las iglesias hermano quiero decir esto Pablo dijo sabe que cuando Pablo vino a los pies de Cristo vino amargado él había hecho tanta maldad en su vida había matado a cristianos también estuvo casado tal vez tenía hijos no sé qué pasó No sé si su esposa lo dejó, si murió, no sé. Pero cuando él llegó a los pies de Cristo, ella no vino a Cristo con él. Sus hijos ya no están en la casa de Dios. Él está solo, sin familia. rato hermanos a pesar que él tal vez había hecho tanto daño a la obra de Dios al rato él dice hijos míos yo personalmente te envité yo personalmente te hablé yo personalmente te expliqué yo personalmente ya son mis hijos mamados amen yo te tendré en el evangelio hermano quiero decirles tal vez sus hijos no vendrán aquí muy pronto Tal vez tardan años en venir, pero por antes, por por mientras, hermanos, sabe lo que Dios nos puede dar hijos en la fe. Y mientras que oramos por tus hijos y lo voy a hacer yo, yo te prometo, hermanos, yo me levanto cada mañana a las cuatro cuarenta y cinco orando, pensando en sus hijos principalmente, porque yo también quiero que ellos sean salvos. Si hay personas que yo quiero que sean miembros aquí, primero quiero que sean sus hijos, amen. Sus esposos, sus esposas. Pero sabe qué, hermano, por mientras, en vez de solo enfocarte en ellos, enfócate en tus compañeros, en los que Dios te ha puesto contigo, personas descariados, personas desanimados, tristes, abiertos al evangelio. Uno va a empezar a decir, hermano venga venga conmigo yo te voy a hablar de Cristo yo te voy a llevar a la iglesia hay las hermanas nos han hecho de comer amen hay personas afuera hermano cuánto piensan que no hay nadie en toda esta ciudad ningún mexicano que si hubiera sido invitado hoy para comer con nosotros esta comida que iba a decir no yo no quiero yo estoy seguro que si invitamos a todos los paisanos de Corpus a comer con nosotros hubieran venido unos. No todos, pero unos sí. Son los que faltamos de invitar nada más. hermano le quiero decir Pablo dijo es mi hijo en la fe Timoteo sabe que Timoteo tampoco tuvo padre espiritualmente su padre nunca conoció él tenía padre pero sólo habló de su madre de su abuela su padre se me hace que no siguió a Cristo y Pablo lo tomó a estos jovencitos y lo animó y lo consoló y lo guió en la fe y hermanos hay muchos jovencitos amen que sólo están buscando a alguien que que toma el tiempo para ser padre espiritual de Dios. Búsquelos. Luego él volvió con su alma amargado. Ya tienen a quien restaurar a su alma. Ella cuando vino, vino con su alma amargado. Hay hermanos, entre nosotros hay veces que hay el olor de amargura, ¿sí o no? En nuestras pláticas sale la amargura que existe en nuestro corazón por lo que nos ha sucedido. Y ella dando la culpa a Dios. Hay veces en nuestra vida como hijos de Dios que todavía echamos la culpa a Dios por lo que ha pasado, lo que ha sucedido en nuestras vidas. No entendemos por qué Dios permitió que pasara esa cosa. Dios porque tuviera que quitar a mis dos hijos. Porque tuviera que quitar a mis amigos, mis compañeros, hasta personas en la fe. A veces que Dios pone un apleto entre dos hermanos que no puede ser, como se dice, reconciliado. Y hermano, hay veces que Dios permite, Dios ponga esos obstáculos, amén. Y hubo Pablo y Bernabé. Bernabé fue por Pablo cuando nadie más quisiera. Pablo, nadie tuviera confianza en Pablo. Bernabé fue por él. Y lo animó, lo consoló, lo enseñó la palabra. Y al rato Pablo dijo, yo no te necesito, Bernabé. Y yo no quiero tu consejo y yo no quiero trabajar con este jovencito. Y Bernabé dice, eh, ten calma. Este jovencito necesita otro chance. Dale otro chance. Y Pablo dijo, no. Te voy a trabajar conmigo, no te voy a dar ese chance. Y Bernabé dijo, hasta luego Pablo, yo voy a ayudar a este jovencito. Y al rato Pablo está diciendo, mándame a este jovencito porque ya tengo necesidad de él. Por fin, tuviera que dar cuenta Pablo que Bernabé tenía razón. Hermanos, solo le quiero decir que él volvió con su alma amargado y ya tienen a quien restaurar a su alma. ¿Sabe lo que Dios hace que es la que quieres, hermano? ¿Pagar el aire? ¿La puedes pagar ahí, hermano? ¿Me puedes jalar este? Jálelo este como dos veces. No tantos, o luego se va a poner mucho. No. Pero, ¿sabe qué? Dios pone personas, aunque uno viera a Dios amargado, a veces su vida es gastada, pena, dolor. Dios puede restaurar a su alma. Trajo este nieto. Y hermanos, vamos a leer este Filipenses cuadro uno. Filipenses cuadro uno. ¿Quién sabe? Más rápido. Ya cuando está rápido, una vez más y ya. Filipenses cuadro uno a cuadro dice así. Uno al cuadro dice así, por lo cual, hermanos míos, mire cómo Pablo habla con los hermanos en la fe. Por lo cual, hermanos míos, amados y deseados, mi gozo, mi corona está así firmes en el Señor, amados míos. Y luego dice así, Ayudé su ruego y ruego a síntique que sean de la misma mente en el Señor. Te ruego también a ti, fiel compañero de Yugo, ayuda a aquellas mujeres que trabajaron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también, los demás mis colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida. Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo que os regocijáis. ¿Puedes apagar el abanico, hermano? A ver si se puede. Para que no se enfríe. Por lo demás, hermanos, amados, muy deseados, mi gozo, mi corona, estar así firmes. ¿Saben qué, hermanos? Cuando Pablo vino a conocer a Cristo, había tanta pena por lo que él había hecho, casi toda la iglesia lo rechazó. Todos recordaban el dolor que él había causado a ellos, los familiares que él había matado. Hay hubo cristianos que nunca perdonó a él, nunca. Él mismo decía varias veces que yo soy el mejor de todos por mi pasado. Hay una cosa hermanos tu pasado es el pasado amén hay no hay nada que uno pueda hacer para reconciliar o para cambiar tu pasado pero sabe que lo bueno es que Dios ya olvidó de todo amén y Satanás siempre está dispuesto a recordarle de tu pasado hay personas en tu vida que van a hablar siempre te van a hacer recordar y hermanos sabe que Dios tiene la capacidad entre cosas buenas en su vida amén personas familiares que hermanos de la fe que nos va a acompañar, nos van a consolar. Hermano, ni puedo expresarlo tanto. Lo tanto que aprecio yo a mis hermanos en la fe. Ni puedo expresarlo. He pasado, ustedes ya saben de mi vida, los años duros que he pasado, ustedes también. ¿Saben lo que me ayudó cuando pasó por todo eso, hermanos? Hermanos en la fe. hermanos que pusieron su propia vida en riesgo por ayudarme a mí. No importa lo que piensan otros de nosotros. Nosotros somos, ¿saben qué hermanos? Por situaciones tan difíciles. Hubo hermanos que nunca, nunca, nunca me dejó que estuvieran a mi lado cuando vinieron a peleas, a personas que me quisieran matar. Ellos se pusieron conmigo. Dice, si nos matamos, también a nosotros. Pero a nosotros estamos unidos. Somos una familia en Cristo. Sin pena, todo el mundo viéndonos, diciéndonos, ay, estas son las reglas, aquí no se puede hacer estas cosas. Esos hermanos dijeron, no, él es nuestro pastor, él es nuestro amigo, hermano de la fe, y vamos a estar con él siempre. Todavía me aman, me hablan. Hay dos que viven en Houston, me hablan siempre, vienen a visitarme, me animan. Tantos que me hablan diariamente. que estuvieran conmigo y siguen de estar conmigo espiritualmente. ¿Sabe qué? Estas personas son mi familia. ¿Amén? Mi lealad está con ellos. Dios sabe cómo traer cosas en tu vida, cambiar la amargura para que uno realmente empiece a ser dulce. ¿Amén? Luego ella volvió viejita. Pero ya tiene a quien le sustentará en su vejez. ¿Sabe qué, hermanos? ¿Cuántos no son viejitos aquí? ¿Cuántos son jóvenes ya? ¿No hay? Y uno dice, pero, ¿cuántos quieren una iglesia de jóvenes? Yo realmente quiero jóvenes entre nosotros. Yo quiero una gran, y va a ser, te prometo. Pero una iglesia no empieza con jóvenes. Una iglesia empieza con personas sólidos, personas maduros que dicen, ¿sabe qué? Los niños vendrán. Los demás vendrán. Esta mujer vino ya viejita, ya la vida casi a los últimos años. No tuviera nada para ofrecer a Dios. ¿Cuántos han venido a Dios con mucho para ofrecerle a Él? No, Dios, mira, da el valor. Antes yo tenía este, yo era aplicador con pelo, delgado, con músculos. Ya no. Todos los días se acaban. Todos, ¿saben qué? Hermanos, antes no supe yo humillarme como ya. Dios, por favor, ayúdame. ¿Amén? Hay veces cuando me arrodillo, hermanos, yo antes, me arrodillaba de noche y yo dormí toda la noche arrodillado y me levanté de mañana sin dolor ya si me arrodillo es difícil levantarme pero sabe que hermanos volvió viejita Pero ya tiene a quien le sustentará en su vejez. ¿Sabe qué? Dios, hay muchas veces, si leen la Biblia, hay mucho Job, él tenía todavía servido a Dios. Y luego Dios entró a su vida, tomó todo, destruyó, quitó todo, todo, todo. Sus hijos, cada uno murieron, todos. Su dinero, todo, Dios la tomó todo. Satanás lo afligía físicamente muriendo. Su esposa dice maldice a Dios sin muerte. Él listo para cometer suicidio. Ya no quiere, casi ya no quiere vivir. Y sabe que hermanos, por fin, tú ves que Dios la bendició con bebés. Ya cuántas hermanas aquí quieren bebés. Hermana Emilia, ¿tú quieres bebés? María, ¿tú quieres bebés? Pero, ¿saben lo que Dios hace? Él ponga bebés espirituales en tu vida para decir, hey, necesito una abuela. Amén. Necesito un madre. ¿Y qué mejor que ustedes que han sufrido? Tener tanta paciencia por lo que han sufrido. Dicen, ¿saben qué? Ven. Ven aquí. Sabe lo que Pablo, por los años que él había malgastado, por no tener familia propia, él tiene mucho amor, mucha compasión para los demás. Y aquí mismo en Filipenses 4, versículo 10 a 17. Dice así, Más en gran manera me regocijo, Señor, de que al fin ha reflorecido vuestro cuidado de mí, de lo cual aún estabais solícito, mas os faltaba la oportunidad. No es que hablo en cuanto a necesidad, porque yo he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé también estar humillado. Cómo sé tener abundancia. Donde quiere en todas las cosas. Soy instruido así para estar saciado como para sufrir hambre. Lo mismo para tener en abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortaleza. Hermanos, ¿saben qué? Todo lo podemos en Cristo. Amén. Que nos fortaleza. Pero sigue. Todavía hiciste bien en que comunicaste con mi aflicción. Y sabes también vosotros, oh filipenses, que al principal del evangelio, cuando me partí de Macedonia, ninguna iglesia comunicó conmigo en caso de dar y recibir, sino vosotros solos. porque aún en Tesolonaica me enviaste lo necesario una y otra vez no que busque dádivas más busco fruto que abunde para vuestro cuenta hermano Pablo no estaba solo a veces él pasaba por fuegos hermano pero a pesar que lo azotaron a A pesar por lo tanto que él sufrió. ¿Sabe qué, hermano? Dios le dio hermanos y compañeros en la fe, cristianos que nunca lo dejó. Y a veces, Pablo, ya no tenía ni otro centavo. Llegó un hermano de Filipensas que dice, hey, ellos están pensando, orando, rogando por ti, Pablo. Y ellos se juntaron este dinero para ayudarle en tus caminos, en tus viajes. Hermanos, ¿saben lo qué? Tal vez el mundo se olvide de ustedes. Pero Cristo no se olvida de sus hijos y Él nos da compañeros en la fe. Amén. Yo tengo, soy de familia, somos siete. Siete. Siete, ¿verdad? Somos siete. De los siete, casi todos, si hermanos de Dios, son pastores y misioneros. Pero de los siete, ¿saben cuántos me hablan? Dos. ¿Sabe cuántos de ellos son dispuestos a ayudarme económicamente, físicamente? Cuando yo tengo ganas de hablar con alguien, yo quiero hablar con ellos a veces, sí. Pero yo sé que no van a contestar mis llamadas. Yo digo, yo voy a llamar a Omar. Voy a hablar con Fernando. ¿Me van a contestar? Voy a hablar con Arturo. Emilia. Es la misma con Roberto. Contesta, Silvia. ¿Sabe qué? Hay veces cuando yo sí quiero hablar con mis padres. ¿Pero sabe qué? Son ustedes que están conmigo. Volvió sin hijos. Pero tiene a quien amarla y cuidarla mejor que siete hijos. ¿Sabe lo que Dios había dado? Quitó de ella dos hijos. Quitó su esposo, alguien que le debían cuidar de ella. ¿Cuándo ustedes quieren que alguien se cuide de ti? Amén. Angélica, aquí estás sola. No tienen un hombre para cuidar de ella. Pero Omar dice, yo, yo vengo, yo lo pinto su casa. Amen. Fernando dice, yo pongo el baño. Juan dice, yo voy a mandar a mi hijo a ayudarle a Fernando. No, ¿sabe qué? Entre los hermanos, ¿cuánto le da consuelo que tiene hermanos aquí, que al momento de necesidad, que dicen, ¿sabe qué? La que yo tengo es la tuya. Yo el otro día, mi camioneta está fallando. Y le dije, pues, espero que llegamos a usted con bien, porque yo no soy mecánico. No soy nada. Odio la mecánica. Y unos hermanos me dijeron, puede llevar mi carro, pastor. Llévala mía. Hermano, sabe cuando ustedes me han acompañado en tiempos de dificultad muchos. Amén. Debemos nosotros ser una familia. Vemos una necesidad. Nadie me tiene que mandar. Nadie me tiene que llamar. Yo solo veo la necesidad. Y Dios me enseñó, Josué, haz algo. Tú se puede. Y si no puedes tú, Josué, yo sabe cuántas veces he llamado a usted. Fernando, hay una fuga aquí en la casa de una vieja. Y Juan. Y de repente los dos están. De noche, están. Amén. Son miembros de otras iglesias, pero nos están llamando nosotros a ver. ¿Sabe por qué? Porque tienen confianza en ustedes. Hermanos, qué bendición tener hermanos de la fe, quien aunque a veces nos sentimos muy solos, hay hermanos aquí que si uno toma el valor de hacer una llamada, están dispuestos a ayudarle. ¿Sí o no? Yo aprecio mucho que me llaman de la hora que sea para decir, Pastor, tengo necesidad. Claro que sí. ¿Qué pasó? Amén. Ya los teléfonos ya no permiten llamadas de noche. No sé qué está pasando. Ya no hacen como son en silencio. No sé. Solo se le hacen. Pero el punto, hermano, me da contentamiento que ustedes tienen la confianza para decir, hey, me ayudas, Pastor. Amén. Y luego volvió sin la habilidad de amar. Ya es la amada de su nieta, de su nieto. La puso en su regazo. Quiero decirles, hermanos, ella cuando volvió ya estaba hablando mal de todos. Ella le dijo a sus nueras, vuélvate, vuélvate. No los amaban. Imagínate. Los muchachos que adoran, aprecian a ella, ella perdió por su tristeza. Perdió la esperanza y la habilidad de compartir el amor. Hay veces, hermano, cuando personas nos hacen daño, hay cosas que suceden, uno pierde la habilidad de sentir o de compartir el amor, sí o no. Él volvió y luego volvió y ellos hablaron, dice, ya llámame por, ¿cómo se dice? No me llamas por, porque soy amargada. Es capítulo uno. Y dicen, yo volví vacía. Pero tiene una nuera que dice, donde mueras tú, moriré. Yo voy a ser tu sierva personal. Y ella dice, llegué vacía. Imagínate, hermanos, si yo dije, ah, nadie llegó a la iglesia hoy. Porque no llegó Víctor y Gali, y estoy negando. Ella negó a su propia nuera, una sierva humilde. Y le dije, ni la conozco. No vales nada, eres nadie. Al final, ella, esta mujer, está cuidando a ella de día, de noche. Y no solo esta, pero ya le dio un bebé. Este bebé, ella va a ser, ella que la va a cuidar de día, de noche, amén. Y la puso en su regazo. ¿Sabe qué, hermanos? Hay algo que debemos aprender aquí. no negar a los hermanos. Cuando Dios cambia las cosas en su vida, cambia, le da muchas oportunidades a nosotros. Dios está transformando. Él toma lo negativo, todo lo que hemos perdido. Uno no puede pensar, es que ya perdí tanto, es que yo estoy pasando y es que antes tenía. ¿Qué tenía antes, hermanos? ¿Qué es lo que tenía? antes de estar aquí en los años pasados. ¿Qué es lo que tenía? Y estamos llorando, pero es que yo tenía muchas cosas. ¿Qué? ¿Qué valían? Mide lo que Dios ha puesto en su vida, una iglesia. Uno debe apreciar a un buena iglesia. Debe poner en tu regazo los hermanos que Dios te ha puesto, una hermana, amen, apreciar. ¿Sabe qué? Entre ustedes hay personas, cada uno es de gran valor. Yo amo a Omar. Lo amo. Él me contesta siempre. Me habla bien. Y por lo tanto que yo lo aprecio, yo sé que Omar así es, tiene ese valor. Me contesta porque él tiene a Marta, ¿sí o no? Y para apreciar bien a Omar, tiene que apreciar también a Marta, ¿sí o no? Hermanos, cada uno aquí. trae una significancia, un valor tremendo. Y hay veces que no apreciamos a uno, dicen, ah, pero es que no me cae, no me quiere, es muy diferente. Pero hermanos, si uno se pudiera ver a las personas como Dios ve a la persona, dice, Dios, Josué muchas veces a mí me dice, yo puse a este hermano en tu vida porque hay gran valor, es un tesoro. ¿Amén? Y cuando uno ve diamantes, hermanos, ¿cuántos han visto cómo salen los diamantes? No salen hermosos, no salen como para el anillo. Tienen gran valor después de haber cortado tantas cosas y quitado. ¿Cuántos han visto oro que brilla? No, hermanos, no brilla el oro hasta que la limpian. Y Dios ha puesto aquí hermanos diamantes entre nosotros también. Personas en la época, en el tiempo de tu gran necesidad, no se puede imaginar lo que harían por ti. No se imaginarían lo que harían esos hermanos por ustedes. Cuando llega la etapa de necesidad, uno va a reconocer que nunca tuviera confianza en él y mira cómo ellos han estado por mí. El amor que tiene hermano, Dios sabe. En conclusión, quiero leer esto. en el último versículo del capítulo cuatro. Dice, Pastor, adelante, ya queremos comer. Es que esta escritura me emociona, hermano, leerla, man. El capítulo cuatro dice así. Y las vecinas, versículo 17, cuadro 17. Y las vecinas diciendo, a Noemí ha nacido un hijo. Hermano, mira lo que dicen las vecinas. ¿Por qué no dice vecinos, hermanos? Porque no son chismosos los hombres. Amén. Aleluya. Aleluya, hermano. No, son las vecinas que cuentan las noticias. Un poco, sí, claro. ¿Pero qué dijeron las vecinas? ¿A quién ha nacido un hijo? ¿A quién? ¿Hermanas? Hay veces cuando tus noticias no son 100% honestas, ¿sí o no? ¿A quién ha nacido el bebé? A Ruth. A Ruth. Pero era hijo de la nieta, era nieto de Noemí. Pero ellos decían hijo de Noemí. Hijo de Noemí. Poco extorsionado, ha cambiado la verdad. Sí, hermanos, a veces cuando la mujer dice algo, tal vez un poco diferente que la verdad. Poco cambiado. No, ¿sabe qué? todos se dieron cuenta de la mano de Dios en su vida, que ésta ha venido de Dios, no tanto para Ruth, pero ésta ha sido la bendición de Dios para Noemi específicamente. ¿Saben qué, hermanos? Hay veces, hay veces en la vida que uno va a pasar por dificultades grandísimas y tal vez nadie puede entender lo que uno sufre. Nadie puede apreciar el dolor de tu corazón, nadie. ni tu esposo, ni tu esposa, ni tus hijos. ¿Cuántos de sus hijos aprecian lo que ustedes sufren por ellos? Amén. Yo nunca aprecié a mi papá hasta que murió. Ya lo aprecio. Pero sabe que a pesar de todo eso, Dios dijo, Noemi, yo voy a ser bueno contigo siempre. ¿Y sabe lo que Dios hace por nosotros, hermano? Él nos da la familia de Dios. Él nos da nuevos hijos. Y hermano, les animo. Hay veces cuando hay dolor en nuestra vida, ¿sí o no? Pero este mundo viven en dolor. Ellos necesitan a alguien que le pueda acompañar y decir, ¿sabe qué? Voy a tomar tiempo para ir, consolarlos, animárselos para que tal vez ellos serán mis hijos espiritualmente y al rato ellos me van a acompañar a mí en mi dolor. Hermanos, debemos guardar la bendición que Dios ha puesto en guardarla. Amén, apreciarla.
Y Las Mujeres Decían...
Otros siempre tendrán comentarios y opiniones de uno pero qué el lo que van a decir de tí?
Sermon ID | 625242029323001 |
Duration | 43:09 |
Date | |
Category | Midweek Service |
Bible Text | Ruth 4:13-17 |
Language | Spanish |
© Copyright
2025 SermonAudio.