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Santiago, el capítulo 3, vamos a leer los versículos 1 a 12. Santiago 3, 1 a 12. Hermanos míos, no hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación, porque todos ofendemos muchas veces. Si algunos no ofenden palabras, este es balón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Y aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves, aunque tan grandes y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. Y aquí cuán grande bosque enciende un pequeño fuego. y la lengua es un fuego un mundo de maldad la lengua está puesta entre nuestros miembros y contamina todo el cuerpo e inflama la red de la creación y ella misma es inflamada por el infierno porque toda naturaleza de bestias, de aves, de serpientes, de seres del mar se doma y ha sido domada por la naturaleza humana pero ningún hombre puede domar la lengua Es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre. Con ella maldecimos a los hombres que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente hecha por una misma abertura, agua dulce y amarga? hermanos míos puede acaso la higuera producir aceitunas o la vid y goz? si también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce vamos a ver padre nosotros todos nosotros aquí necesitamos este mensaje y por eso nuestra carne nos va a atacar muchos pensamientos van a entrar al cerebro Vamos a pensar en lo que vamos a hacer en la tarde y entre semana. Vamos a escuchar muchos ruidos de fuera y de dentro. Si no necesitamos tu poder para vencer toda distracción, para abrir nuestros corazones, para que podamos entender lo que tú quieres enseñarnos. Porque no estamos aquí para escuchar la palabra del hombre, sino la palabra de Dios. Enseñenos, te pedimos, Señor. En el nombre de Cristo. Amén. Hemos visto en nuestro estudio de este libro de Santiago que es un libro sumamente práctico. Hay muchas verdades que aprender en ese libro. Santiago también nos da muchas ilustraciones y nos enseña de muchas aplicaciones para la vida también. Y por eso, hermanos, nos convendría mucho poner mucha atención a lo que él dice aquí, porque lo que Santiago escribe es la Palabra de Dios mismo. Y por eso es algo necesario y práctico para la vida cristiana. Recordemos, por favor, lo que es el tema de este libro. Que necesitamos ser hacedores de la Palabra. no solamente oyedores, porque la fe sin obras es muerta. Por supuesto, solamente podemos hacer eso con la gracia de Dios, que es mayor que nuestros pecados. Pero tenemos la responsabilidad de ser hacedores de la palabra, no solamente oyedores, porque la fe sin obras es muerta. Y si no estabas aquí la semana pasada, necesitas escuchar el mensaje de la semana pasada, porque tiene mucho que ver con todo el tema de ese libro. Una persona no puede reclamarse cristiano, y actuar con el mundo. Una persona no puede reclamar tener fe si no tiene obras. Eso fue la semana pasada. Aquí en el capítulo 3 de Santiago encontramos otra manera por la cual podemos ser hacedores de la Palabra y aplicar esas verdades en nuestras vidas, porque Santiago nos va a hablar en el capítulo 3, en este pasaje que hemos leído, de la lengua. Por supuesto, no es la primera vez que Santiago ha hablado de la boca o la lengua. Por ejemplo, en Santiago 1, en el siglo XIX, nos dice, necesitamos ser prontos para oír y tardos para hablar. En el siglo XXVI, capítulo 1, dice que la persona que no refrena su lengua tiene una religión vana. Hermanos, esa es la palabra de Dios. Y aquí también Santiago quiere extenderse un poquito más, quiere hablar un poquito más de este tema, de la lengua y la necesidad de controlarla. Y en este capítulo Santiago no solamente se enfoca en lo que decimos o no decimos, sino en este capítulo Santiago nos revela un secreto. ¿Quieren saber cuál es el secreto? La lengua es la llave maestra para la vida cristiana. La lengua es la llave maestra para la vida cristiana. Es decir, cuando aprendemos a refrenar la lengua, demostramos que tenemos dominio propio sobre todo el cuerpo, que es una prueba de la madurez. Un comentarista dijo que la lengua es clave en cuanto a la vida controlada y la vida consistente. La lengua. La lengua es clave para la vida controlada y la vida consistente. ¿Tu vida es descontrolada? ¿Tu vida es inconsistente? ¿Sabes lo que necesitas? Trabajar en tu lengua. Tal vez eso te parece ser una exageración. Tú dices, no, Pastor, ¿qué tiene que ver mi lengua con mis pensamientos? ¿Qué tiene que ver mi lengua con mis actitudes? ¿Qué tiene que ver mi lengua con los muchos pecados que no tienen que ver con la boca? Estás exagerando, Pastor, no es eso. Bueno, fíjense en el versículo 2 de Santiago 3. porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabras, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Si tú puedes refrenar tu lengua, significa que has trabajado mucho en el dominio propio. y con el poder de Dios en el Espíritu Santo, y por eso has aprendido también controlar y refrenar todo el cuerpo, tus pensamientos, tus actitudes, tus deseos. Una persona dijo, tan difícil es controlar la boca, tan dada es a decir lo que es falso, tan propensa es quedarse abierta cuando estaría más provechosa cerrada, que la persona que la tiene bajo control, sin duda tiene la capacidad de vencer otros menos rebeldes miembros del cuerpo. Es impactante para mí cuando dice que la boca muchas veces se queda abierta, cuando sería mucho más correcto, mucho más provechosa, cerrada. La lengua es la llave maestra para toda la vida cristiana. Si con el poder de Dios trabajamos en domar la lengua, si usando los medios de la gracia crecemos en nuestro control de nuestras lenguas, esto abre la puerta para el control de todo el cuerpo, para el dominio propio que tanto necesitamos. Y lo hemos visto aquí recientemente mucho, y también con los jóvenes ayer lo platicamos. Necesitamos dominio propio porque no lo tenemos, hermanos. Se ve aquí en el servicio, se ve en la iglesia, obviamente, cuando no tenemos dominio propio. Y es lo mismo y peor en las vidas individuales y en las vidas personales. Nos cuesta mucho trabajo dominar o domar el cuerpo. Todo eso empieza con la lengua. porque la lengua es la llave maestra para toda la vida cristiana. Si no me crees, inténtalo. Intenta con tu lengua y verás los cambios en toda tu vida. Entonces vamos a estudiar hoy lo que Dios quiere decirnos aquí en cuanto a la lengua, la llave maestra para la vida cristiana. Cuando aprendemos a refrenar la lengua, vamos a poder refrenar todo el cuerpo. En primer lugar, podemos ver en este pasaje la importancia de la lengua. El tema de Santiago aquí es que nosotros debemos domar la lengua, pero no tenemos la capacidad de nosotros mismos. En el versículo uno vemos que los maestros son una buena prueba de esto, porque los maestros hablan mucho. Nuestra responsabilidad, nuestro trabajo es hablar mucho en público. Nosotros que estamos en la posición de enseñar Tenemos la responsabilidad de hablar mucho y por eso tenemos una muy alta responsabilidad a guardar nuestras lenguas y demostrar dominio propio en lo que decimos. Y hermanos, no es fácil. Ustedes saben que no es fácil porque ustedes saben que yo no siempre lo hago correctamente. Es una responsabilidad enorme y difícil. Pues Santiago dice en el versículo 1, hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Santiago dice en otras palabras lo que Cristo dijo en Lucas 12, 48, a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará. Eso no es para desanimar a todos, porque sí necesitamos maestros y profesores y ancianos y pastores que enseñen la iglesia. Los necesitamos para el crecimiento de la iglesia, pero necesitamos cuidarnos y cuidar las lenguas y cuidar nuestros testimonios. Pero el problema no es solamente con los maestros. El versículo 2 dice, todos ofendemos muchas veces. Todos nosotros podemos admitir, creo, sin problema, que ofendemos muchas veces. Pero tenemos que pensar en el contexto. Santiago no está hablando de cualquier área de la vida. Está hablando en la lengua. Está diciendo, ofendemos en muchas maneras y muchas veces, y ante todo, ofendemos todos nosotros mucho con la lengua. Lo que este pasaje quiere enseñarnos es que no hay nadie que exenta. Tal vez algunos de ustedes cuiden sus lenguas más que otros, pues qué bueno. Pero hermano y hermana, incluyéndome en mí, no hay nadie aquí que está exento del problema de la lengua. Es tan difícil refrenar lo que decimos. Es tan difícil cerrar la boca. Pues la palabra dice, todos ofendemos muchas veces. específicamente en cuanto a la lengua. Y así llegamos otra vez a la segunda parte del versículo 2. Si alguno no ofende en palabras, es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Es decir, la persona que nunca ofende por su lengua, es una persona madura, lo que quiere decir perfecto aquí, es una persona madura, una persona que ha crecido mucho en su santificación. Entonces, ¿tú quieres arreglar tu actitud mala, tu falta de paciencia, tu falta de amor, tu desobediencia a tus papás, tus prioridades equivocadas? ¡Empieza con tu lengua! Tal vez para ti no tiene nada que ver con el problema actual. Pero si creemos lo que la palabra de Dios dice, es el primer paso. Porque cuando has madurado para poder controlar la lengua, Puedes controlar todo lo demás también. Empieza con tu lengua. Cuando controlamos la lengua, controlamos todo. Todos nosotros ofendemos muchas veces y en muchas maneras. Y la manera en la cual ofendemos más es con la lengua. Por eso es esencial que el cristiano controle su lengua. Es importante. Es la llave maestra para toda la vida cristiana. En segundo lugar, podemos ver la influencia de la lengua en los versículos 3 a 8. Vamos a leer otra vez versículos 3 a 5, la primera parte del versículo 5. Y aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves, aunque tan grandes y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también, la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. Vemos, en primer lugar, que la lengua puede tener una influencia para bien. La lengua es la llave maestra para la vida cristiana. Podemos usarla como el freno en la boca de los caballos, como un pequeño timón en refrenar nuestras bocas. Aunque la lengua es un miembro pequeño, dice, se jacta de grandes cosas, puede tener una gran influencia positiva en nuestras vidas si la controlamos, si la usamos para controlar todo el cuerpo. Creo que tenemos las ilustraciones que Santiago nos da aquí, ¿verdad? La primera es la ilustración del freno que ponemos en la boca de un caballo. Este, sin duda, era una ilustración clara para las personas que originalmente leyeron esta Carta de Santiago. Aunque nosotros hoy en día vivimos en una ciudad, una de las más grandes del mundo, de todos modos sabemos un poquito los caballos, ¿verdad? Podemos ir a los dinamos y montar un caballo. ¿Y cómo es que se controle el caballo? Tú vas a los dinamos un sábado y montas el caballo y dices, este, caballo, por favor, quiero ir al segundo dinamo, vamos. Dices, no. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Cómo controlamos este animal grande, fuerte, con las riendas? Las riendas se conectan al freno, que está en la boca, a esas piezas de metal que están en la boca del caballo. Y con esas pequeñas piezas de metal, tú puedes controlar y dirigir todo el cuerpo de este animal tan grande y fuerte. Por algo pequeño, por algo que está en la boca, controlas todo el cuerpo. El pequeño, el freno es pequeño, ¿verdad? No es el tamaño del caballo, pero es la manera por la cual podemos dirigir todo su cuerpo. Por esta pieza de metal podemos dirigir al caballo a cualquier lugar. Esta ilustración escribe cómo es la lengua para nosotros, cómo es la llave maestra. Aunque la lengua es una parte pequeña, si podemos refrenarla, todo el cuerpo va a obedecer y estar dispuesto a ser dirigido. Cuando podemos reforzar la lengua, cuando ejercemos control sobre ella y lo que dice, hemos tomado el primer paso para el control de todo el cuerpo y toda la vida. Después Santiago usa la otra ilustración en el versículo 4 de los timones de las naves. Eso tal vez es más difícil de visualizar porque no sé si todos han visto cómo funcionan esas naves grandes, cómo es el timón. Pero entendemos que las naves de hoy en día son muy grandes, ¿verdad? Es en los cruceros a Cancún, los cruceros de guerra, las, ¿cómo se llaman? Los portaaviones. Hemos visto imágenes, por lo menos, son grandísimas esas naves ahora. ¿Cómo se controlan? Un pequeño timón. Puede ser cosa que es más o menos como un palo que va en el agua para dirigir a donde va esta nave tan grande. No es la parte más grande de la nave. No es una parte que normalmente se ve. La mayoría de esta parte está debajo del agua. Pero sin el timón, tu crucero va a terminar muy mal. Porque en vez de Cancún vas a llegar a África o no sé, ¿no? Porque no hay control sin esta parte chiquita. Otra vez vemos lo mismo, ¿verdad? Una parte chiquita que controla algo mucho más grande. Así es la lengua. Es como un freno. Es como un timón. Cuando la controlamos, cuando la... Sí, cuando la controlamos, cuando la refrenamos, nosotros podemos controlar todo el cuerpo. Y por eso otra vez es la llave maestra. Tú dices, no, mi problema es con mi esposo o mi esposa. Vamos a ser honestos, ¿OK? En el matrimonio, el problema es la lengua. Es lo que decimos o no decimos a nuestras esposas o esposas. A veces decimos cosas tan, tan, tan, tan lastimantes. Decimos cosas que cortan. Y hermanos, a propósito lo decimos. No nos engañemos, ¿verdad? A veces usamos la lengua como espada. a propósito para lastimar a nuestro esposo o esposa. ¿Y qué pasa? Tienes éxito. Le lastimas. ¿Y tu esposo o esposa puede olvidar todo eso el día después? Tiene consecuencias para años y años y años. Lo mismo con tus hijos. O jóvenes, lo mismo con tus papás, que también son seres humanos y también pueden ser lastimados por sus palabras. Una cosa tan chiquita. Y tiene tanta influencia. Puede ser positiva. Si usas tu lengua para el bien, puedes controlar el caballo. Puedes controlar la nave. Puedes controlar el cuerpo. Puedes usar tu lengua para el bien, positivamente, para edificar a tu esposo o esposa en vez de rival. Para edificar a un hermano en Cristo, para animar a tu papá, para animar a tu hijo. Puedes usar tu lengua para controlar el cuerpo y en cuanto a tus pensamientos sensuales. En cuanto a tu pereza, en cuanto a cualquier otro pecado, empiezo con la lengua. Es la llave maestra de todo. Así vemos la primera parte del versículo 5. Así también la lengua es un miedo pequeño, pero se jate de grandes cosas. Lo que ya hemos visto. Tiene mucha influencia. Es el fundamento de grandes cosas ya sean buenas o malas. Así como un pequeño freno controla y dirige el caballo, así como un pequeño timón dirige la gran nave, la lengua puede ser mucho, puede afectar la vida positivamente. Podemos controlar otras tentaciones en el cuerpo si tenemos control de la boca. Y ese no es el único lugar en la Biblia donde dice eso. Por ejemplo, ustedes pueden escuchar y apuntar si quieren. Proverbios 10, 11. Manantial de vida es la boca del justo. Influencia positiva. Proverbios 15.1. La blanda respuesta quinta la ira. Influencia positiva. Proverbios 16.24. Panal de miel son los dichos suaves. Suavidad al alma y medicina para los huesos. Influencia positiva. La lengua puede tener una influencia muy positiva en nuestras vidas si la controlamos, si la usamos para bien. Porque aunque su miembro es pequeño, tiene una gran influencia sobre todo el resto del cuerpo. Pero desafortunadamente, así como la lengua puede tener una influencia positiva, también puede tener una influencia negativa. Y esto vemos en los versículos 6 a 8. Empecemos con la segunda parte del versículo 5. Y aquí, cuan grande bosque enciende un pequeño fuego, y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros y contamina todo el cuerpo. Inflama la red de la creación. Ella misma es inflamada por el infierno. porque toda naturaleza de bestias y de aves y de serpientes y de seres del mar se doma y ha sido domado por la naturaleza humana pero ningún hombre puede domar la lengua que es un mal que no puede ser reforzado y llena de veneno mortal. La lengua es un miembro pequeño pero así como una chispa puede encender un incendio forestal Si también la lengua es un fuego. Es un mundo de maldad. Dice, contamina todo el cuerpo. Inflama la red de la creación. Ella misma es inflamada por el infierno. Es que fuerte, ¿no? ¿Tú crees que la lengua es algo que tú puedes ignorar y todo va a estar bien? ¿Tú crees que puedes descuidar tu lengua y no va a hacer daño? ¡Claro que no! La lengua es una de las cosas más poderosas y peligrosas en todo el universo. La bomba atómica no es nada a comparación con tu lengua. Si descuidamos la lengua, puede destruir todo. Porque puede tener una influencia muy negativa en nuestro Cuando aquí habla de que la lengua es un mundo de maldad, no significa que la lengua es necesariamente más mala que otras partes del cuerpo, sino que está involucrada en casi cada tipo de maldad. La lengua es el punto focal de toda la injusticia con la cual todavía luchamos. La lengua representa el mundo de la maldad que potencialmente reside todavía en nuestros cuerpos. Contamina todo cuerpo. Afecta cada parte. Por eso es la llave maestra para toda la vida cristiana, porque si controlamos y refrenamos la lengua, no va a contaminar otras partes del cuerpo. Si no la controlamos, podemos ver la influencia muy negativa que puede tener. También aquí dice que inflama la red de la creación. que habla de cada parte de la vida, la Rey de la Creación es cada parte de la vida, los altibajos de la vida. Una lengua desenfrenada afecta toda la existencia humana, cada parte de tu vida, sin excepción. Y dice también que es inflamada por el infierno. La lengua puede convertirse en ser un instrumento de Satanás mismo. Aunque es fuerte, es la verdad. Y tenemos un ejemplo bíblico. Ven conmigo en Mateo 16. Por eso no es algo que digo solamente para el choque, ¿no? Para decir que tu lengua puede convertirse en instrumento de Satanás. Fíjense en Mateo 16. Y vamos a ver, empezando en versículo 21, pero el contexto aquí En el versículo 13, Cristo pregunta a sus discípulos, ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Y ellos responden, recuerden que fue Pedro quien respondió. Cuando Cristo dijo, ¿Y vosotros quién decís que soy yo? Y Pedro dijo, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. En este momento, Pedro está usando su lengua para bien. Una influencia positiva, declara la Deidad de Cristo. Muy bien Pedro, muy bien. ¿Pero qué hace Pedro después? Reciclo 21. Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho los ancianos, los principales sacerdotes, los escribas, y ser muerto y resucitar el tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo, Señor, ten compasión en Ti, en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, Cristo, volviéndose, dijo a Pedro, quítate delante de mí, Satanás, me eres tropiezo, porque no pones la mía en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. ¿Qué pasó aquí? En este momento, ¿Pedro se convirtió a ser el diablo? No. Pero Satanás usó la lengua de Pedro. y Cristo lo sabía, y por esto le reprendió así. Aquí, la lengua desenfrenada de Pedro, en ese momento estaba inflamada por el infierno, pues Pedro dijo, no, Cristo, no, tú no vas a morir, y sin la muerte de Cristo, no hay salvación. En ese momento, la lengua de Pedro estaba inflamada por el infierno. Entonces, nosotros necesitamos cuidar mucho nuestras lenguas, porque pueden convertirse en instrumentos de Satanás. Pueden ser una influencia muy, muy negativa. Pueden destruir matrimonios, iglesias, fácilmente. Entonces, ¿qué destruye la mayoría de los matrimonios? ¿El pecado sexual? No. Es un gran problema, por supuesto. lo que destruye el matrimonio muchas veces es la lengua desenfrenada es lo que tu dices a tu esposo lo que tu dices a tu esposo y a veces causa heridas que son muy difíciles a sanar de hecho sin ayuda imposible con ayuda nada es imposible para Dios gracias a Dios pero la lengua puede tener una influencia muy, muy negativa. Es lo que pasa, ¿no? Ustedes están conmigo, están con la masa de calor. Es la verdad que a veces argumentamos con nuestros esposos, esposas, hijos o padres. Decimos cosas y después pensamos, ¿de dónde vino eso? ¿Quién dijo eso? ¿No fui yo? ¿Cómo es posible que yo dijera eso? ¿Sí o no? ¿Verdad? ¿Qué está pasando? No hemos trabajado en la lengua. Es descontrolada. Es desenfrenada. Es inflamada por el infierno. ¿Y qué quiere el enemigo? ¿Quiere destruir tu matrimonio? Hermanos, cuando hay problemas en los matrimonios en una iglesia, es por un ataque. de la carne, del mundo y de Satanás. Satanás sabe que no puede quitarte tu salvación, no tiene el poder, pero puede arruinar tu matrimonio, tu relación con tus hijos, con tus papás. Y Satanás sabe que su instrumento más fuerte es la lengua. Porque sabemos, no debemos cometer luterio, Pero no pensamos en nuestras palabras como tan serias, porque no entendemos la influencia negativa que nuestra lengua puede tener. Es a propósito que Santiago habla aquí de la lengua como inflamada por el infierno, porque si ustedes leen sus Biblias, en ningún lugar en la Biblia dice que la mano es inflamada por el infierno. En ningún lugar dice el ojo es inflamado por el infierno, o el pie. la lengua si y puede destruir todo en tu vida en los versículos 7 y 8 vemos que la lengua es tan fuerte la influencia negativa de la lengua es tan fuerte que el ser humano en si mismo no la puede domar si regresamos a Santiago 3 versículo 7 y 8 nos dice que todo tipo de animal ha sido domado No cada animal, todo tipo. Pero la lengua dice, no. Ni en los miles de años de la historia. No ha sido posible. Fíjense, eso no quiere decir que la lengua no puede ser domada. Pero tú y yo, en nuestro propio poder, no podemos. Que tú sales de aquí diciendo, hoy, a partir de hoy, voy a empezar a refinar mi lengua. No vas a poder. solamente con el poder de Dios, solamente con el dominio propio que recibimos estudiando la palabra de Dios, llorando y pidiendo ayuda de la iglesia. Voy a enfatizar eso porque muchos de ustedes no quieren pedir ayuda de nadie. Vivimos en la escuela dominical también, verdad? Pero si tú, en ti mismo, no puedes tomar tu lengua, obviamente vas primero a Dios, en la Palabra, en oración, pero tú necesitas la ayuda de nosotros, y yo necesito la ayuda de ustedes. Ese es el punto de la Iglesia, es la razón por la cual Dios nos ha dado la Iglesia, es la razón por la cual Dios no nos salva y nos deja solos. Es la razón por la cual formamos parte de un cuerpo, porque sin la Iglesia no puedes obedecer a Dios. Punto. No te gusta eso, perdón, pero es la verdad. Necesitamos ayuda. Tú, y yo, y todos nosotros. Y nosotros mismos no podemos. Pero eso no significa que estemos de ceder y dar todo por vencido. Bueno, aquí dice el Pastor, Dios dice que no es posible, entonces ¿por qué intentar más? No, es lo que dice. En ti mismo no puedes. Pero con el poder de Dios nada es imposible. Y también esta misma verdad se encuentra en otros proverbios y salmos. También pueden escuchar y apuntar, si quieren, la influencia positiva de la lengua. En Proverbios 15.1 dice... perdón, la influencia negativa. Aquí vemos otras partes. Proverbios 15.1 dice, la palabra áspera hace subir el furor. Entonces, ¿qué pasa aquí? Tu esposo te grita. Está mal. Es pecado. Tu esposo no te habla bien. tu esposa te falta respeto y como mexicanos machistas como... pecado mas grande de todo el mundo verdad? mi esposa no me respeta esto sucede es pecado de la persona que lo hizo lo que haces tu? respondes ásperamente con tu lengua y conforme a la palabra de Dios que has hecho? has hecho subir el furor el problema el pecado tu has agregado leña al fuego. Entonces, el pecado es de los dos lados. Ustedes saben que eso es lo que yo creo. Cuando hay conflictos matrimoniales, ¿quién tiene la culpa? Los dos. Siempre. Siempre. Por lo menos yo nunca he visto una excepción. Por eso que los dos son pecadores, los dioses tienen pecados, y es culpa de los dos. entonces cuando tu esposo o tu esposa habla mal contigo o hace algo mal contra ti como debes responder? como freno en tu boca como un timón pues ya esta el timón y tu decides hacer mal o hacer bien hacer mal o hacer bien es tu decisión si el peco primero o ella peco primero ok que vas a hacer tu? proverbios 11 y 9 El hipócrita con la boca daña a su prójimo. Proveedos 16, 27. El hombre perverso cabe en busca del mal, y en sus labios hay como llama de fuego. Y en el Sábado 143, leemos lo que Santiago nos dice en el versículo 8. Abusaron su lengua como la serpiente, veneno de aspi, que es un tipo de serpiente, hay debajo de sus labios. La lengua desenfrenada está llena de veneno mortal. Puede tener una influencia muy negativa, puede matar. Tu lengua puede matar. Bueno, entonces hemos visto la importancia de la lengua, la influencia de la lengua, ahora vamos a ver terminando la inconsistencia de la lengua. nueve a doce porque la inconsistencia es un pecado con lo cual nosotros luchamos cada día no somos consistentes tenemos buenos motivos salieron de ese lugar los domingos tenemos buenos motivos y vamos a cambiar y tal vez lo hacemos el lunes y el martes pero llega el miércoles y ya otra vez la misma lucha, el mismo problema ¿por qué? bueno, en primer lugar porque eso es normal esa es una lucha normal Pero en segundo lugar, necesitamos reconocer nuestro pecado de la inconsistencia. Pues sí, es pecado. Se ve de muchas maneras, no solamente con la boca. Se ve en siempre llegar tarde a la iglesia. Ese es el pecado de la inconsistencia. Pero hermanos, no solamente cultura mexicana, es pecado. Porque ya estabas en México, Estados Unidos, en la Azteca hace ocho días, ¿no? Y los mexicanos salieron un poquito temprano, pero llegaron a tiempo. Les voy a decir, lo que pasa es, nosotros llegamos a México y nos dicen, usted tiene que cambiar y entender la cultura mexicana. Ellos no siguen sus relojes. Ustedes que son maestros y maestras en la escuela, ¿Ustedes permiten que sus alumnos vienen cuando quieran? ¿O se enojan? ¿Ustedes que van a una oficina para trabajar y tú ya le dices a las nueve, llegas cada día a las nueve y media? No, pues si vas a perder tu trabajo. Es un partido de fútbol. Estás temprano. El problema no es la cultura. El problema es el pecado. Por supuesto, yo también he viajado en pesebra, en taxi. Y de vez en cuando, como hoy, cierro el periférico. No hay manera para cruzar la ciudad. Es muy difícil. Hay excepciones como hoy. Hay emergencias como hoy. Pero no cada semana. No cada domingo. No. Es el pecado. Y tenemos que reconocerlo. Es decir, la inconsistencia es un problema en todos los áreas de la vida. Pero aquí vamos a enfocarnos en la lengua otra vez. Versículos 9 a 12. No vamos a leer otra vez, pero dice que con esta misma lengua, bendecimos a Dios y maldecimos al hombre. De la misma boca dice, proceden bendición y maldición, y Santiago así incluye su declaración. Y hermanos míos, no debe ser así. Entonces, no solamente soy yo aquí diciéndoles a ustedes de que la inconsistencia es un pecado. Santiago, escriben las palabras de Dios, dice lo mismo. Con la misma lengua bendecimos a Dios. Es decir, por ejemplo, estamos en la casa. Dios, gracias por darme tantas cosas, gracias por el día, gracias por... Y tu esposo entra al cuarto, y ¡pum! Ya dejas de bendecir a Dios y empiezas a maldecir a la mujer. O al revés. O al revés. Tu esposo regrese al trabajo. Y la primera cosa que dice no es, hola amor, te amo. ¿Por qué hiciste esto? Y mira esto, y eso, y eso, y eso. Pobre hombre, qué está pasando aquí. Entonces, la curva está en los dos lados. Los hombres están mal. Las mujeres están mal. Yo estoy mal. Ustedes están mal. Estamos mal. ¿Por qué? Porque somos inconsistentes. Empiezo con la boca. Inténtalo. Cuando tu esposo y tu esposa salen y después regresan, intenta conscientemente que la primera cosa que dice a él o ella cuando regresa es, te amo. Con el brazo y beso. Inténtalo. Inténtalo. No importa cómo sientes. Me siento enojado con él o con ella. ¿Y qué? ¿Tus emociones te controlan? Sí. Inténtalo. Parece muy práctico, ¿no? Pero en vez de empezar con todo lo que estaba mal en tu día, empieza con cuánto amas a tu cónyuge que Dios te ha dado como regalo. A veces no parece regalo, pero sí lo es. Y fíjense hermanos, empiezo con la boca. Empiezas, la primera cosa que dices es de amor. Y las cosas van a cambiar. No van a tener tantos conflictos. No van a tener tantos argumentos. No van a tener tantos problemas entre los dos. Si usan sus lenguas para el bien, porque la lengua es la llave maestra a tu matrimonio. No solo es para toda la vida. Es la llave maestra para tu matrimonio. Si tu matrimonio está mal, empieza con tu lengua. y ver lo que Dios hace. No podemos continuar y continuar y continuar, por supuesto, pero consideren sus palabras, hermanos. Consideren sus lenguas. ¿Cómo hablas en la casa? Si yo hablara con tu esposo, o con tu esposa, o con tus hijos, o con tus papás, ¿qué dirían ellos de cómo tú usas tu lengua? ¿Tus hermanos aquí en la iglesia estarían sorprendidos a escucharte cuando estás en el trabajo? ¿Qué dices cuando estás aquí en la iglesia, cuando estás hablando de hermanos en Cristo? Porque recuerden, el chisme destruye una iglesia. Proverbios 26, 20. Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, césara con tienda. Si tienes los buenos deseos y los buenos motivos para hablar solamente de lo que glorifica a Dios, de todos modos, estás siempre cayendo en este mismo pecado. Tengo una sugerencia para ti. Recuerda y memoriza Proverbios 10, 19. Apúntenlo. Proverbios 10, 19. Un versículo que hemos visto antes, vale la pena repetirlo. En las muchas palabras no falta pecado, pero el que refrena sus labios es prudente. Porque hay personas aquí que sí quieren refrenar sus lenguas y están trabajando para hacerlo, pero no pueden. La razón es porque hablas demasiado todavía. En las muchas palabras no falta pecado. Todos nosotros deberíamos recordar y memorizar este versículo. Necesitamos refrenar nuestros labios y demostrar la prudencia. No hay necesidad de siempre estar hablando. A veces la cosa más sabia es callarte y escuchar. O por lo menos decir menos y poco. Al final de este mensaje estoy pensando, obviamente hay varias posibilidades de cómo tú vas a salir de este lugar después de escuchar este mensaje. Tú puedes salir pensando que no tienes ese problema, que ese mensaje no te aplica porque tu lengua está bien. Si piensas así, estás engañado. Pero el Siglo II dice, TODOS ofendemos muchas veces. No te engañes, por favor. No sales de aquí pensando que no te afecta. No importa si has sido salvo por tres meses o por treinta años. Todavía luchas con tu lengua. En tu matrimonio, o en tu trabajo, o aquí en la iglesia. Todavía es una lucha. Entonces no puedes salir de aquí pensando que no te aplica. Puedes salir de aquí pensando, o puedes salir de aquí desanimado, tal vez. Porque tú dices, oh, yo sé muy bien que mi lengua en mi casa es un problema. Yo reconozco, por lo que hemos visto hoy, que mi lengua puede destruir mi matrimonio, y esto me da mucho miedo. Bueno, es correcto para ti reconocer cuán peligrosa es tu lengua. Es correcto ser convencido hoy de tu pecado. Pero este mensaje no es para causarte desánimo, sino para que puedas darte cuenta del pecado y después recordar que lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. Él puede darte el poder para domar tu lengua si realmente quieres hacerlo, si batallas para hacerlo, y si le buscas a Él y lo intentas hacer en su poder. Otra vez, no puedes regresar a tu casa y decir, Dios, ayúdame con mi lengua. Y no pasar tiempo en la palabra, o en oración, o no estar aquí en la iglesia tanto como posible. No funciona así, porque Dios dice, ¿tú quieres mi ayuda? Pues aquí está. ¿Tú quieres la ayuda de otras personas? Tienes una iglesia llena de gente que te puede ayudar. Entonces no puedes regresar a la casa y decir, Dios, ayúdame por favor. Y cuando no hay un relámpago del cielo, dices, no, Dios no me ha ayudado, entonces no es mi culpa. No. Tienes que aprovechar los medios de gracia, la palabra, la oración y la iglesia. Y si tú haces tu parte, si eres responsable para buscar a Dios de esta manera, Él te va a ayudar a tomar tu lengua. Él tiene el poder para hacerlo. Entonces, batalla con tu pecado, pero no en tus fuerzas, sino en el poder de Dios. Entonces, sí, yo quiero que todos salgan de aquí reconociendo tus pecados. nuestra tendencia a usar nuestra lengua para mal, su potencial para destruir todo. Ten mucho cuidado con tu lengua, porque así como un fuego, una chispa puede hacer mucho daño y encender un incendio muy grande. Pero en vez de salir de aquí dando todo por vencido, en vez de salir de aquí pensando que eres tan malo que nunca vas a poder cambiar tu lengua, Salve aquí confiando que Dios lo puede hacer. Si sigues sus mandamientos, si aprovechas de sus medios, Él te puede ayudar a domar esa lengua. Por supuesto, eso significa para ustedes aquí que no son salvos, que necesitan a Dios para salvación primero. Vamos a terminar, pero escuchen, por favor. Hay personas aquí que tienen problemas con su lengua. Pero no es tu problema más grande. Tu problema más grande es que no conoces a Dios. Que confías en tus obras para la salvación. Que no entiendes lo que Cristo ha hecho en tu lugar para salvarte del infierno. Mi consejo para ti es, por el momento, olvídate de tu lengua. porque no es tu problema más grande. Primero, busca a Dios en salvación. Después de que Él te salva y te transforma y te da una nueva vida, por supuesto, trabaja en tu lengua. Pero primero, examina tu corazón para ver si estás bien con Dios. Si estás confiando en tus obras para salvarte, o si te has dado cuenta de cuán malo eres y sólo en el Cristo te puedes salvar. Esto primero, amigo, amiga. El estado de tu corazón primero. Por supuesto, para nosotros que sí somos cristianos necesitamos entender este secreto. La lengua es la llave maestra para toda la vida cristiana. Trata con tu lengua. Aprende el dominio propio de tu lengua. y va a cambiar todo. Vamos a orar. Nuestro Padre, damos gracias por un pasaje tan claro y sencillo y práctico. Y te pedimos ayuda. Bueno, primero te pedimos perdón, Señor, porque no usamos nuestra lengua correctamente siempre, somos muy inconsistentes. A veces permitimos que nuestra lengua tenga su influencia negativa en vez de positiva, y no la refrenamos, y por eso te pedimos perdón. Le pedimos, Señor, que cada persona aquí, sin excepción, pueda darse cuenta del área en su vida en lo cual necesita trabajar en cuanto a su lengua. Ayudanos a ver cómo usamos la lengua en el matrimonio, con nuestros padres e hijos, y en el trabajo, y aquí en la iglesia. Te pedimos por el poder divino para domarla. Que tú nos muestres nuestra responsabilidad. Que también nos muestres que es en tu poder y solamente en tu poder. Ayuda a no dar nada por vencido. Ayuda a la persona aquí que en este momento está siendo tentada a salir de aquí desanimada y dar todo por vencido. Ayuda a esta persona, Señor, porque no es la intención de tu palabra. Eso es un engaño de la carne del enemigo. Ayúdanos a salir de aquí y regresar a la casa, y no ceder al desánimo, sino trabajar confiando en tu poder. Perdónanos como iglesia, por como nosotros, o aquí en su lugar, o fuera de su lugar, cómo nosotros hablamos de otros aquí. Perdónanos, Señor. ayudarnos como iglesia a usar nuestras lenguas para bien, para edificar a otros y no destruirlos. Señor, necesitamos tu poder, porque sin tu poder, sin tu ayuda, vamos a salir de aquí y las cosas van a estar iguales. Y eso no queremos, Señor. Y eso no queremos. Reconocemos que en esta tarde, en esta noche, mañana, vamos a ser tentados a usar nuestras lenguas para mal. Ayúdanos a resistir con el poder del Espíritu Santo. Te pedimos en el nombre de Cristo. Amén.
La lengua- la llave maestra para la vida cristiana
Series Estudio de Santiago
La lengua es la llave maestra para la vida cristiana. Cuando aprendemos a refrenar la lengua, demostramos que tenemos el dominio propio sobre todo el cuerpo, que es una prueba de la madurez.
Sermon ID | 618172135380 |
Duration | 50:36 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | James 3:1-12 |
Language | Spanish |
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