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Vamos a leer la palabra hermanos. Marcos capítulo 2 versículo número 13 al 17 dice la escritura de la siguiente manera. Después volvió a salir al mar y toda la gente venía a él y les enseñaba. Y al pasar le vi hijo de Alfeo sentado al banco de los tributos públicos y le dijo sígueme y levantándose le siguió. Aconteció que estaba Jesús a la mesa en casa de él. Muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos, ¿qué es esto? que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto, Jesús les dijo, Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Hemos llegado hermanos a este capítulo número 2 y al versículo número 13 al 17 y hasta este punto el escritor de este evangelio, Marcos, se ha preocupado de demostrar la condición mesiánica del Señor Jesucristo y su autoridad que incluía el predicar el reino de Dios capítulo 1 versículo 14 al 15, llamar a discípulos capítulo 1 16 al 24 donde llama a los primeros cuatro discípulos Tener autoridad sobre las fuerzas demoníacas, sobre los espíritus inmundos. Capítulo 1, versículo 23 al 28 y el versículo 34. Y tener autoridad en la enseñanza. Capítulo 1, versículos 21 al 22. Y sobre todo tener poder sobre las enfermedades. Y hay varios pasajes en este contexto en el que lo podemos ver. Y también el poder, el tener la autoridad y el poder de perdonar los pecados como vimos la semana pasada en el capítulo 2 versículo 1 al versículo número 12. En esta primera parte del capítulo 2, 1 al 12, el Señor Jesucristo ha sanado a un hombre paralítico. Y Marcos comienza a narrar aquí una serie donde se encuentran cinco controversias entre el Señor Jesucristo y los líderes religiosos. Las controversias que resultan en pronunciamientos que el Señor Jesucristo hace contra ellos. Ya vimos en el capítulo 2 en esta primera porción donde el Señor Jesucristo en el versículo número 9 dice que es más fácil decirle al paralítico tus pecados te son perdonados o decirle levántate toma tu lecho y anda Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados, dijo el paralítico, a ti te digo, levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. El Señor pronuncia que Él tiene poder para perdonar los pecados. Ahora, en esta porción de la escritura que vamos a estar estudiando, en el versículo número 17, el Señor pronuncia y les dice a ellos que ellos se sentían hombres justos y equivala la justicia al estar sano y el pecado a ser una persona enferma. Y esta porción de la escritura en el versículo número 13 al 17 ahora el Señor va a llamar a su quinto discípulo que es Levi o más bien conocido como Mateo. Y aquí lo que hace Marcos es presentar el ministerio del Señor Jesucristo como una invitación gozosa a todos aquellos que han sido marginados, a todos los que reconocen que son pecadores, que tienen necesidad de sanidad espiritual. Y el mensaje del Señor Jesucristo es un llamado no a los religiosos santurrones, sino a aquellas personas que afirman ganarse el cielo por su propia justicia, sino aquellos que se sienten indignos de venir al reino de Dios. Y en este estudio nosotros vamos a aprender que el deseo de Dios es el de perdonar a los pecadores, el de llamar a las personas a la salvación y mayormente a aquellos que reconocen su pecado y que responden con fe en el Señor Jesucristo para que nosotros reconozcamos en esta mañana que no estamos aquí por una justicia propia sino que estamos aquí porque Dios abrió nuestros ojos y nos hizo ver los miserables pecadores enfermos por causa del pecado. Esta porción de la escritura se puede dividir en dos partes. La primera es del versículo número 13 al versículo 14 donde Jesús llama a Aleví a seguirlo. Y si quisiéramos hacer una aplicación para nosotros, ahí vemos nosotros la teología del llamado de Dios a todos los hombres. Dios hace una invitación a venir a él. La segunda parte está en los versículos número 15 al versículo número 17, donde el Señor Jesucristo tiene comunión, comulga con los que le siguen. Estos versículos, observamos que Cristo se sentó a comer con Levi, con un cobrador de impuestos, con muchos cobradores de impuestos, y también Levi le dice con pecadores. Y esta palabra pecador, como la vamos a estudiar un poquito más adelante, se refiere no a personas que no seguían toda la ley mosaica, sino que se refería a personas que realmente eran rufianes, que eran malvados. Yo no sé si alguno de ustedes ha visto películas mexicanas de los años 50's, donde se acostumbraba a usar mucho una palabra que decían, esos pertenecen al AMPA. No sé si alguna vez escucharon, ¿no? Y anoche le dije a mi esposa, ¿has escuchado alguna vez la palabra AMPA? Y dice, no. Le dije, googlea, a ver qué dice. Yo sabía lo que se escuchaba. Ya me dice ella, oh, es una referencia a un grupo de criminales que tienen un código entre ellos en el que no hablan del crimen con nadie que no esté asociado con ellos. Se refiere al bajo mundo, lo que hoy diríamos los grupos de secuestradores, los grupos de extorsionistas, los maras de la... ¿Cómo se llama la pandilla? ¿Está la 13 o cuál? La 18 y todas esas pandillas. Estos son los criminales, los malos, los perversos. Cristo está a la mesa sentado con ellos y está comiendo en este pasaje. Pero vamos al comienzo, en primer lugar al llamado de Mateo. Y vean ahí en primer lugar que en este versículo número 13 se presenta un escenario donde el Señor Jesucristo está enseñando. El versículo 13 dice, después volvió a salir al mar. Y esta es una referencia a que después de que él había sanado al paralítico, no sabemos qué eventos ocurrieron entre un evento y otro, pero después de esto salió al mar y toda la gente venía a él y le enseñaba. Recuerden que fue en el mar donde el Señor Jesucristo llama a sus primeros cuatro discípulos y la gente se reunía a la orilla del mar de Galilea. Era una área donde había mucho pescador, había mucho movimiento y ahí está el Señor Jesucristo enseñándole. Entonces después de que ha perdonado los pecados de este paralítico, ahora el Señor Jesucristo vuelve al mar. Y recordemos que ahí en este mar fue, como ya lo mencioné, donde él llama a sus discípulos. Y noten que Jesús en este versículo número 13 dice, después volvió a salir al mar. Y la primera cosa que observamos es que Cristo no pierde tiempo. Él tiene tres años, por lo que entendemos en la escritura, para hacer la obra que el padre le mandó a hacer. Y en tres años hizo lo que ningún hombre en toda la historia ha podido hacer, ni en la vida más larga de 100, 120 años. Él tuvo un ministerio muy fructífero. Jesús, hermanos, noten que su fama ya se había crecido tanto, según el contexto, que la gente venía a Él, dice Marcos. Dice, y toda la gente venía a Él. Aquí no vemos nosotros, hermanos, que el Señor Jesucristo necesitó de hacer ninguna campaña. Por ejemplo, Él no envió a sus discípulos a que repartieran unas pequeñas boletillas o flyers diciéndoles, mira, Jesús va a estar en el mar de Galilea, los invitamos a que vayan. Como muchos malos predicadores de nuestro tiempo, tenemos que hacernos y va a haber una campaña. Ahí andamos repartiendo flyers para que la gente venga, la gente no viene, la gente venía sola al Señor Jesucristo. No hizo ninguna propaganda y esto nos muestra que la iglesia no es como un negocio. La iglesia está para predicar la palabra de Dios y para que todo aquel que viene a escuchar la palabra de Dios pueda creer en el Señor Jesucristo y pueda tener vida eterna. Entonces, nosotros como iglesia no debemos de preocuparnos por andar anunciando tanto la congregación en las redes sociales. Más bien, debemos de preocuparnos por hacer la voluntad de nuestro Dios. Ayer estaba yo viendo aquí enfrente en el letrero, si ustedes lo han visto el que tenemos aquí, cuando lo pusieron por primera vez, no lo pusieron alineado al fence. Quedó un poco como 12 pulgadas en ángulo. Y usted venía manejando y el letrero se veía así, y venía para acá y se leía casi de venir de pasar. Y bueno, un día lo enderezaron, gracias a Dios, pero ahora hay unos magueyes en frente del letrero que cubren todo. Y la primera cosa que estaba pensando ayer es, creo que vamos a tener que quitar esos magueyes, al menos los dos que están enfrente de ahí. Pero luego viendo este versículo digo, no, creo que lo que necesitamos es orar por los perdidos y predicarles el evangelio antes que preocuparnos en un letrero que comunique quienes somos. Bueno, las dos cosas son importantes. Pero ahora vemos aquí al Señor Jesucristo enseñando, porque dice el versículo, les enseñaba algo que continuamente el Señor Jesucristo hacía. Y recuerden que en el contexto vemos que esta es la mayor necesidad de la gente. recibir la enseñanza de la palabra de Dios. No es que se les dé de comer, no es que se les ayude en todas sus necesidades económicas o necesidades físicas. La mayor necesidad de la gente es que se le enseñe la palabra de Dios. Esto es lo que Jesús hizo. Esta es la acción de enseñar, de impartir conocimiento con el propósito de que la vida fuera transformada. Y esto es lo que hace la palabra de Dios. Transforma la vida de una persona y la conecta a una relación con Dios y con su prójimo. De hecho, la palabra de Dios hace que las personas vivan piadosamente, es decir, con una buena relación con Dios y vivan justamente con una relación para con los hombres. Esta es la transformación de la palabra de Dios. En el Nuevo Testamento Encontramos aproximadamente 95 casos donde en los evangelios, en el libro de los hechos se habla del significado de esta palabra, de enseñar. La palabra enseñar se utiliza una y otra y otra vez y especialmente en el libro de los hechos. Aquí la enseñanza de Jesús según los evangelistas, los cuatro evangelios enseñan que es una de las actividades principales de Jesús. Vamos a ver algunos versículos. Por ejemplo, en el evangelio de Mateo. Vayan conmigo por favor a Mateo 4 en el versículo número 23. Mateo 4, 23. Y recorrió Jesús toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. En el capítulo número 9, en el versículo número 35, ahí mismo en Mateo, Mateo 9.35 Dice aquí la escritura en este versículo, hermanos. Recorrían Jesús todas las ciudades y aldeas enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Entonces, como podemos observar, no sólo Mateo, sino Marcos, Juan y todos esos pasaje evangelios hablan de este ministerio de Cristo en la enseñanza. Entonces, versículo número 13, en Marcos 2.13, nos habla del escenario. Él sale al mar, está en el mar, la gente viene y su actividad principal es la actividad de la enseñanza. Y esto nos muestra, hermanos, que la actividad principal de la iglesia, cuando nos reunimos, debe de ser esto, pasar buen tiempo o la mayoría de nuestro tiempo en el estudio de la palabra de Dios. Por eso tenemos una escuela dominical donde enseñamos la palabra de Dios. Tenemos el servicio donde la mayoría del tiempo, casi dos tercios del servicio, se dedican a la enseñanza de la palabra de Dios. ¿Por qué razón? Porque la iglesia debe de participar de la enseñanza que es impartida por las escrituras con el propósito de ser cambiada, de ser transformada. Entonces aquí vemos esto. En segundo lugar, en este versículo número 14 Vemos que Jesús llama a Mateo a que lo siguiera. Noten la primera parte. Este versículo 14, si lo dividimos en tres partes, sería, Y al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo, y le dijo, sígueme. Hasta ahí nada más. La última parte la vamos a ver separada. El Señor Jesucristo, noten primero que Marcos dice aquí, Jesús iba caminando. Y al caminar ve a un hombre sentado en el banco de los tributos. El nombre de este hombre, aquí es llamado Levi, y se dice que es hijo de un hombre llamado Alfeo. Noten hermanos que en el evangelio de Marcos se le llama Levi y en Mateo capítulo 9 versículo número 9 Mateo mismo se llama a sí mismo Mateo. Y esto lo identifica Como uno de los discípulos del Señor Jesucristo y cuando en Mateo capítulo número 10. Vayan por favor allá hermanos. En Mateo capítulo número 10 se menciona la lista de los apóstoles. Mateo número 10 en el versículo número 3. Tenemos ahí hermanos la elección de los doce. Y en el versículo número 2, vamos a comenzar del versículo 2. Los nombres de los doce apóstoles son estos. Primero Simón llamado Pedro, y Andrés su hermano Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, Felipe, Bartolomé, Tomás, y ahí dice Mateo el publicano. Haciendo claramente de que Mateo se refiere. Jacobo, hijo de Alfeo, Leveo, por sobrenombre Tadeo, Simón el Cananita y Judas Iscariote, el que también le entregó. Entonces claramente sabemos que este Levi que estaba sentado en el banco de los tributos era un hombre que conocemos en el día de hoy como Mateo. Hay algunas controversias en que si este era otro, pero no en realidad creemos que realmente este era el que conocemos, Mateo. Ahí vemos a Levi, Mateo, sentado en el banco de los impuestos públicos. Y aparentemente este Mateo era un empleado oficial del imperio romano que le cobraba los impuestos a los judíos, a todos los viajeros que cruzaban por ese camino. Se dice hermano, según los historiadores, que el camino de Galilea, había un dicho que decía, el camino de Galilea lleva a todas partes, el camino de Judea a ninguna. Es decir, que era un camino muy transitado. Entonces era un puesto estratégico donde los romanos toman a Leví, lo sientan y todo el que pasa por ese lugar tiene que pagar impuestos. Es decir, que era como el día de hoy como una aduana. Y todos los publicanos eran odiados porque los publicanos eran judíos que trabajaban para los romanos. Los judíos los odiaban porque les llamaban vendedores de patria o traicioneros. corruptos, que en realidad eran muy corruptos porque la forma de cobrar impuestos en ese tiempo era que Le daban a una persona un puesto y el jefe de ese puesto o la persona a cargo de esa área decía, tú me tienes que entregar, por decirlo así, me entregas mil monedas. Y lo que hacía el cobrador de impuestos era cobrar, no mil, mil doscientas monedas, doscientas se quedaba a él y mis se las llevaban al impiador. Entonces, podemos decir que esto era una fórmula perfecta para el fraude. Y esto es lo que hacían, y por esta razón no los querían, por esta razón los despreciaban. Un comentarista bíblico dice esto, que esa zona era un lugar donde forzosamente tenían que cruzar todos los viajeros, por eso era estratégico para estar en ese lugar. Dice un comentarista bíblico respecto a esto, Galilea fue uno de los grandes centros de carreteras del mundo antiguo. Se ha dicho que Judea estaba en camino a ninguna parte, Galilea está en camino a todas partes. Palestina es el puente terrestre entre Europa y África. Todo el tráfico terrestre debe pasar por ella. El gran camino del mar conducía desde Damasco a través de Galilea, a través de Capernaún, pasando por Carmelo, a lo largo de la llanura del Charón, y a través de Gaza y luego Egipto. Era uno de los grandes caminos del mundo. Otro camino conducía desde Acre en la costa a través del Jordán hasta Arabia y las fronteras del imperio en un camino que fue pisado por los regimientos de las caravanas. Entonces, hermanos, piensen por un momento. No era un rinconcito perdido. Era un hombre muy conocido en un lugar de impuestos muy importante. Imagínense que yo creo que tendría que haber sido una persona muy rica. La mayoría de los publicanos seguramente eran hombres pudientes. Tenemos el caso de saqueo. Cuando saqueo se arrepiente, ¿qué dice la escritura? No solo les va a regresar lo que robó, sino habla de dar múltiples porciones. Esto quiere decir que tenía demasiado dinero. Entonces tenemos a un hombre que vive en la opulencia, un hombre que tiene, como decimos en México cuando alguien toma un cargo así político, tiene un hueso que no quiere dejar de roer. ¿No es así, hermanos? Entonces, hermanos, tenemos esa situación. En México decían, mira, si tú entras a trabajar al gobierno y agarras un cargo al gobierno, ya la hiciste, te vas a retirar 20 años, 25 años después, y vas a tener un buen retiro. Bueno, Mateo no quería dejar de tener este buen retiro. Así que, lo que entendemos es que era cobrador de impuestos, trabajaba para Roma, le cobraba a su propio agente, Y lo hacía una de las personas despreciadas, una de las personas marginadas por sus compatriotas. Y se le consideraba como un traidor que odiaba la patria. Otro comentarista bílico escribe con respecto a los cobradores de impuestos. Dicen, los recaudadores de impuestos eran despreciados debido a su reputación de deshonestidad, sus recargos exorbitantes y su duplicidad con gobernantes opresivos, tanto los romanos como sus reyes élites como herodes antipas. Dado que se ganaban la vida con el dinero que podían recaudar más allá de los impuestos adeudados, la extorsión y la corrupción eran desenfrenadas. El mishá prohíbe incluso recibir limosnas de un recatador de impuestos en su oficina, ya que se presumía que el dinero que se había ganado era ilegal. Si un recatador de impuestos entraba en una casa, todo lo que en ella había se convertía en inmundo. Los rabinos llegaban a decir que era permisible mentirle a un recatador de impuestos para proteger la propiedad de cada uno. O sea, que ese era un problema grande, hermanos. Era un hombre con una terrible reputación. No lo querían por traidor, no lo querían por ladrón, no lo querían hasta le mentían. Era un hombre despreciado. Este es el contexto de Levi. Ahora el Señor Jesucristo va caminando y lo ve sentado. Este hombre despreciado por la sociedad judía Este hombre que era una ofensa, este hombre que era un contrabandista legal, se podría decir, este hombre Jesús le pone los ojos. Y a este hombre despreciado por la sociedad, Jesús lo llama a que lo siga. Hermanos, esto era escandaloso, súper escandaloso. No se podía pensar esto, que esto pudiera llegar. No obstante, el Señor Jesucristo lo llama y vea cómo dice el versículo, sígueme. Sígueme. Hermanos, esto no es una simple invitación para ir a una fiesta. Esta invitación es un verbo que implica seguir permanentemente y significa seguir siguiendo. Es decir, que sígueme para siempre. Sígueme todo el tiempo, no dejes de seguirme. Lo que le estoy diciendo es, abandona todo lo que estás haciendo, olvídate de ese cargo, olvídate del dinero, deja tu hermosa casa atrás, toda tu seguridad económica y sígueme. Eso es lo que le está diciendo el Señor Jesucristo a este hombre. Este sígueme es un imperativo presente que indica una acción continua. Es lo que se llama un verbo lineal. Es decir, sigue, sigue, sigue y sigue. Como el conejo de Ever Ready, ¿verdad? Y sigue. Y este verbo significa que siempre tiene que estar en progresión. O sea, el llamado que se le hace aquí Es a dejar todo lo que está haciendo y a seguir al Señor Jesucristo. Y este es el punto principal de la historia, hermanos. Un llamado a un hombre pecador. Un llamado a un profesional del robo. Y esta era una invitación sumamente escandalosa que el Señor Jesucristo hizo. Ahora, ¿cómo responde? Versículo 14. Y levantándose, le siguió. ¡Wow! La pregunta que nos hacemos es ¿Por qué él siguió? Aquí el relato de Marcos es muy sorprendente porque vemos a Jesús llamando a este hombre adulto. Es un hombre adulto, es un hombre que él no conoce. Es un hombre que tiene una mala reputación. Es un hombre que es codicioso, que ama el dinero. Es un hombre que era despreciado por todos. Y este hombre es cautivado por el llamado irresistible del Señor Jesucristo en su vida. Este hombre ignora todo, deja todo atrás y le sigue. Y esto es lo que en la escritura se le llama el llamado irresistible a venir a Cristo. O sea que cuando el Señor Jesucristo llama a una persona a seguirle, esa persona no se puede negar ¿Por qué? Porque es el poder del Espíritu Santo que quita, que desmenuza, que polvoriza toda resistencia para venir a Cristo. O sea, todos los obstáculos los quita. Es como decir, es como un bulldozer, una caterpillar de las grandes, de las gigantes, que donde quiera que va empujando quita todo a su alrededor y el camino queda limpio y despejado. y se puede correr por ese camino. Esta es la obra del Espíritu Santo. Esto es lo que Él hace, es el llamado resistible de Jesús que rompe el poder de la codicia, rompe el poder de la seguridad económica y le llama a Leví a dejar atrás, a tener una nueva esperanza, a tener un nuevo gozo que es inefable, una gran esperanza de la vida eterna. O sea que aquí ocurre algo de que el Espíritu abre los ojos de Leví, de Mateo. Y todo lo que él tiene lo considera como nada por recibir lo que Cristo le está ofreciendo que es el llamado a seguirle. Esto es increíble. MacArthur en su mensaje predicado en mayo 24 del año 2009 sobre este pasaje dice lo siguiente En ese momento todo lo que le controlaba su vida no tenía sentido para él. El dinero no tenía sentido, el poder, el mundo perdió el control. Las viejas costumbres perdieron su encanto. Bajo convicción todo lo que quería era el perdón y la gracia que Jesús le podía ofrecer. Tenía un nuevo corazón, una nueva mente, nuevos anhelos, nuevos deseos y nunca miró hacia atrás. Así que Levi, Mateo, el traidor, Levi el extorsionador, el ladrón, el marginado, el pecador codicioso, abusivo, se convirtió en discípulo, apóstol, escritor de la historia de Jesús. Perdió una carrera, ganó la gloria eterna. Perdió posesiones materiales, ganó el cielo. Perdió la seguridad terrenal, ganó la herencia celestial. Él sabía lo que los líderes judíos no sabían. Él sabía que era para hombres y para mujeres como el que Jesús había venido a traer la salvación. Esto está ahí, le da en el clavo hermanos. Esto es lo que le está ocurriendo, esta frase que dice, levantándose le siguió. Todos observamos aquí, hermanos, esta primera parte, ¿no? Jesús sale al mar, Jesús enseña, la gente se acerca, caminando se encuentra con este hombre, lo llama y este hombre le sigue. En los versículos 15 al 17 vemos al Señor Jesucristo comiendo con este pecador, comiendo con pecadores, teniendo comunión con él. Aquí vemos en el versículo número 15 que Jesús asiste a una fiesta con Leví y todos sus asociados. Y seguramente que los asociados no era nada bueno. Versículo 15. Aconteció que estando Jesús en la mesa, en casa de él muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos porque había muchos que le habían seguido. Noten que ahora hay mucha gente que le está siguiendo. Aquí Marcos nos dice ahora que Jesús está en la casa con Leví comiendo con los publicanos y pecadores junto con sus discípulos. Otro de los relatos, el relato de Mateo dice que está sentado recargado a la mesa. Una traducción que hice de la Biblia de la ESV dice en este versículo. Y mientras se reclinaba en la mesa de su casa, la casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores estaban recostados con Jesús y sus discípulos porque había muchos que le seguían. O sea hermanos, vean este cuadro. ¿Ha escuchado el dicho que dice, dime con quien andas y te diré quien eres? ¿No? Entonces ven a Jesús allá sentado con esta bola de rufianes malvados. No eran como el chompira y el botija, que eso no hacía nada hermanos. Estamos hablando de verdaderos criminales. Jesús estaba en una fiesta formal. Es muy posible que el invitado especial a la fiesta era el mismo. Porque Mateo en agradecimiento lo llama. Y él está sentado reclinado en la mesa. Ahora, las mesas no eran como las mesas nuestras. Las mesas de ese tiempo eran unas mesas pequeñas, bajas. Y la gente se sentaba alrededor de las mesas con cojines donde se recargaba su espalda. Y esta mesa tuvo que haber sido una mesa muy grande, por cuanto le vi era muy rico. La mesa está llena de comida. Jesús está sentado con ellos. Seguramente que están disfrutando, están teniendo comunión. Y esto para los ojos de algunos que no sabían lo que estaba ocurriendo era un escándalo. Está reclinado a la mesa. El anfitrión de la mesa era Leví. Jesucristo es el invitado especial y está sentado en el centro. Los invitados en aquel tiempo eran honrados en el centro. Se reclinaban a ambos lados del anfitrión los de la casa. Las cabezas de los invitados se sentaban junto con ellos. Entonces solo piense por un momento este cuadro. Y luego dice ahí el versículo, noten ahí versículo número 15. Muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos. No eran algunos hermanos, eran muchos. Este término pecadores se puede interpretar en dos formas. La primera es que los pecadores podría referirse a judíos que no observaban la ley de Moisés tan rigurosamente, o sea, judíos no comprometidos. Pero no se refiere a este tipo de pecadores. Aquí la palabra que se utiliza para pecadores es una palabra que tiene que ver con malvados. Es una palabra que se refiere a gente de comportamiento moral muy cuestionable. Estos eran los rufianes sin escrúpulos, los sinvergüenzas de la vida judía del primer siglo. Así que lo que tenía Jesús a su alrededor era este tipo de gente. Eran gente que eran el rechazo de la sociedad, eran despreciados de Galilea. Podríamos decir claramente que lo peor de Galilea, o como mencionamos la palabra en el principio, el AMPA, la mafia de Galilea estaba sentada con Jesús. Este es el cuadro hermanos que está ahí. Hay que entender esto. Hermanos, aquí está lo peor de lo peor. Los recaudadores de impuestos, los ladrones, los matones, los ejecutores, los borrachos, las prostitutas, la gente más baja, la gente del bajo mundo, la gente que según los escribas y los fariseos, nunca llegarían al reino de los cielos. Nunca podrían estar en el cielo y a través de Jesús lo hicieron. Y los que jamás llegaron al cielo fueron los escribas y los fariseos. porque Jesús les dice al final en el versículo 17 que los sanos no tienen necesidad de médico sino los enfermos y estos que están aquí con él son los enfermos y como respuesta a estos fariseos con estas acusaciones lo ven y toman una opinión de Cristo versículo 16 aquí en este versículo 16 hermanos vemos escuche esto a los expertos de la ley acusando a Jesús. O sea, estamos hablando de la gente que sabe, ¿no? En México decimos, el que sabe, sabe, y el que no sabe se calla, ¿no? Si queríamos hablar de cuestiones religiosas eran los escribas y los fariseos, sobre todo los escribas. Si usted quería saber cómo llegar al cielo, les tendría que preguntar a ellos. Bueno, ellos hacen un asesoramiento de lo que están viendo y dice, este es el que enseña mejor que nosotros, porque recuerden que en el contexto dice enseña como quien tiene autoridad y no como los escribas. Este es el que dice que es hijo de Dios y perdona pecados. Versículo 16 dice, y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y los pecadores, dijeron a los discípulos. Note que no se lo dicen a Jesús, se lo dicen a sus discípulos. ¿Qué es esto? ¿Que él come y bebe con los publicanos y los pecadores? O sea, hacen un reproche contra Jesús. Los fariseos y los escribas aquí, se están escandalizando hermanos. Están tratando de persuadir a los discípulos a que no sigan más a Jesús. Dicen, este hombre si tuviera buena reputación no se juntaría con ellos. De acuerdo con la interpretación que ellos están dando, Jesús está dejando de ser limpio, se ha contaminado, ahora es un hombre impuro. Hermanos, ¿no es eso lo que nosotros pensamos en el día de hoy? Si usted ve a una persona, un miembro de la iglesia, en compañía de un rufián que es conocido por su maldad, que es lo peor de lo peor, usualmente nuestra primera impresión es, ¡qué escándalo! ¿Por qué se junta con ese? ¿No? ¡Nos admiramos! Pero lo que está ocurriendo, hermanos, es que debemos de entender esto. Jesús está ahí pero el contexto de los pecadores no están practicando su pecado sino que están admirados de la enseñanza de Cristo. de la gracia que Dios está mostrando a través de Cristo, del llamado al arrepentimiento de decirle, los escribas dicen que ustedes no tienen esperanza, si tienen esperanza, si se arrepienten y creen. Y muchos, déjenle seguirle porque se arrepienten y verdaderamente creen, hermanos. Ahora este versículo, tengamos cuidado, no debe de ser usado como algunos cristianos proponentes del homosexualismo y toda la moralidad contemporánea dicen la iglesia no debe de rechazar a estos grupos no debemos de marginarlos tenemos que darle la bienvenida Jesús se sentó a comer con publicanos y con pecadores la iglesia los tiene que recibir tenemos que tener comunión con ellos Por supuesto que tenemos que hacerlo, pero en un contexto de arrepentimiento y fe en el Señor Jesucristo. Y la escritura es muy clara, hermanos. No os engañéis, no sean burlados, ni los fornicarios, ni los homosexuales, ni los sodomitas heredarán el reino de los cielos. O sea que estamos hablando de pecadores, de malvados, de perversos, en un contexto de un hombre que está siendo un ejemplo de arrepentimiento. Al igual que la historia de saqueo, Mateo está viniendo, no lo está siguiendo porque Mateo está fascinado, voy a decir, bueno, quiero tener un personaje en mi casa, no importa qué es lo que él haga o diga, yo quiero tener a una luminaria. Es como en el día, hoy en día, nosotros como que tenemos esa inclinación a la gente que es famosa. Vemos a un famoso, mira, mira, ¿quién va ahí? ¿Quién va ahí? ¿Te fijas? ¿Si lo conoces en la televisión? El otro día mi esposa y yo fuimos a recoger una medicina Walmart y le digo a mi esposa, le digo, mira, esa mujer que va saliendo ahí, ella y su esposo trabajaban en un programa de televisión en México y ahora trabajan aquí en Estados Unidos, salen en la televisión, son famosos. Yo estoy caminando un día aquí en el Mall de Montevideo y me encuentro a un locutor famoso de los años 80. Luego estoy sentado comiendo en un restaurante de comida china. No me acuerdo si fue con el hermano Rafael. Y entra por las puertas Pepe Barreto. ¿Quién es Pepe Barreto? Nadie sabe, ¿verdad? Nadie sabe quién es Pepe Barreto, hermanos, por favor. ¿Sí? El locutor del asiento 7.5. Era un locutor famoso que estábamos dando 80s, 90s. Sí, en los ochentas y finales de los noventas. Y luego veo a Pepe Barreto, pues ya no quedaba casi nada de Pepe Barreto, ¿no? Pepe Barreto tenía una voz muy, muy profesional. ¡Ay, le pegué muy fuerte! No, no así, ¿no? Una voz muy profesional, de locutor muy bueno, pero su personalidad no era tan buena. Y ya Pepe Barreto no quedó nada de Pepe Barreto, ¿no? Pero tenemos como una fascinación por las celebridades. Mateo no tiene a Jesucristo porque es una celebridad. Mateo tiene a Jesucristo en su casa porque ha encontrado la salvación, la vida eterna. Él ha visto la esperanza. Él está dispuesto Abandonarlo todo y a seguirlo permanentemente a él. Y de acuerdo a la historia, eso fue lo que hizo hermanos. Lo dejó todo, lo siguió, predicó el evangelio, escribió uno de los evangelios y murió como un mártir por causa de Cristo. Esto es fascinante hermanos. Esto es maravilloso. Versículo número 16, cuando los escribas dicen ¿Qué es esto? ¿Qué él come y bebe con los publicanos y pecadores? Lo que ellos tenían en mente es, dejó de ser limpio como decía que era. Ahora él es impuro, ya no debe de enseñar, no debe de entrar a la sinagoga, no tiene nada que hacer entre nosotros. Ha perdido la pureza. Ha perdido la misericordia, ha perdido la comunión con Dios. Pero cuando los escribas y feriseos están diciendo esto, lo que yo estaba mostrando es no tener misericordia ni compasión para con los pecadores, que es lo que tenían que haber tenido. Versículo 17, Jesús responde a sus enemigos. Y esta es una pronunciación contra ellos que después es la base de las parábolas. Les habla, no solo a ellos, sino a todos los que lo niegan, para que oyendo no oigan, y viendo no entienda, viendo no puedan ver, y no puedan entender, y no se puedan arrepentir. No porque el Señor no quisiera, sino porque ellos estaban duros de corazón. Al oír esto Jesús, ¿qué escuchó? La pregunta que ellos hacen a los discípulos. Jesús los escucha, Y dice, les responde con un proverbio, hermanos, y el proverbio es, los sanos no tienen necesidad de médico. Eso es cierto, ¿verdad hermanos? ¿A qué vas al doctor? ¿Qué tienes? Nada. Entonces, ¿para qué vas al doctor? ¿No? Cuando alguien va al doctor es porque está enfermo, ¿no es así hermanos? Y una persona sana, ¿para qué va al doctor? No tiene necesidad de médico. Dice el versículo aquí, sino los enfermos. O sea, lo que Jesucristo está equiparando aquí es decir, los sanos son los que se sienten justos en su propia justicia. Es decir, ¿se recuerdan de el fariseo y el publicano que entraron al templo a adorar, hermanos? Dice uno puesto de pie, Señor, miró al cielo, te doy gracias porque no soy como éste. Doy limosnas, hay uno, no soy como éste. Dice la escritura que el otro se agachaba, no podía montar al cielo y a la distancia se golpeaba el pecho diciendo, ten misericordia de mí, oh pecador. Uno se consideraba sano, el otro se consideraba enfermo. El sano decía soy justo, merezco el reino de Dios. El enfermo decía ten misericordia de mí porque soy pecador. Y eso es lo que Jesucristo está diciendo aquí. Dice no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores. Pero el punto aquí es que ellos al tener una actitud de no amar al prójimo estaban siendo injustos al igual que los pecadores. Y ese era el problema. Jesús no está diciendo aquí que ellos no ocupaban Salvador. Jesús está diciendo ustedes se sienten justos en su propia justicia pero su justicia los condenará porque la justicia personal no salva. Aquí los expertos de la ley se sentían justos y sin necesidad de la misericordia de Dios. Y Jesús con este proverbio lo hace para que ellos examinen y ellos pudieran considerarse a sí mismos, pero no tiene ningún efecto. Estos hombres a causa de su falta de misericordia realmente eran enfermos, eran pecadores. Mira lo que dice la escritura en el libro de Mateo, Marcos perdón, aquí mismo en el capítulo 2, versículo 23 al 27. Pongamos atención a esta porción hermanos. Dice, Aconteció que al pasar él por los sembrados, un día de reposo, sus discípulos andando comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos les dijeron, ¡Mira! ¿Por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? Pero él les dijo, ¿nunca leíste lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre? ¿Él y los que con él estaban? ¿Cómo entró en la casa de Dios, siendo aviatar sumo jacerdote, y comió los panes de la propización, los cuales no es lícito comer, sino a los jacerdotes, y aún dio a los que con él estaban? También les dijo, el día de reposo fue hecho por causa del hombre y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el hijo del hombre es señor aún del día de reposo. Noten la misma actitud. Siempre juzgando, siempre examinando a los demás. Ellos mismos no tenían compasión absolutamente de nadie. En el capítulo número 3 del versículo 1 al 15 aquí mismo. Otra vez entró Jesús en la sinagoga y había ahí un hombre que tenía seca una mano y le echaban y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría a fin de poder acusarle. Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca levántate y ponte en medio y le dijo ¿es lícito? En los días de reposo hacer bien o hacer mal, salvar la vida o quitarla. Pero ellos callaban. Entonces mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre, extiende tu mano. Y él la extendió y la mano le fue restaurada sana. Vemos aquí teniendo misericordia. Estos no tenían misericordia absolutamente de nadie hermanos. Entonces vemos dos puntos en esta historia. En primer lugar, vemos al Señor Jesucristo perseverando en este ministerio de la enseñanza y del llamado a los hombres a seguirlo. En segundo lugar, vemos que aquellos a quienes el Señor Jesucristo llama vienen a seguirlo para tener una plena comunión con Dios, con Cristo. Sin Cristo no se puede tener comunión con Dios. Sin el llamado a seguir a Cristo no hay comunión con Dios. Este es el tema central de este pasaje. Es el corazón de Dios por las personas. Es la oferta de salvación para todos los que responden con fe. Jesús aquí no hace excepción de personas sino que trata a todos los pecadores y a todos entre comillas los santos por igual. Él trata a todo mundo por igual. Aquí está anunciando el reino de los cielos y este reino de los cielos significa que todos deben de arrepentirse y entrar con humildad y sumisión a este reino. Irónicamente hermanos los reyes religiosos no entendieron el mensaje. Estos grupos de gente que se consideraba santa en sí misma, por decir así, justa en sí misma, no veían ninguna razón para arrepentirse y por lo tanto rechazaban la salvación. Y esto es exactamente lo mismo que pasa con toda persona hermanos, incluso en este lugar. Si usted está aquí, Y no es seguidor de Cristo. Y dice, bueno, yo no ocupo a Cristo. Yo tengo, no soy tan malo como el resto de esta gente que si ocupa a Cristo. Que bueno por ellos. Usted tiene que entender que todos necesitamos al Señor Jesucristo. La oferta del evangelio es para los pecadores y los que reconocen que son pecadores son los únicos que entrarán en el reino de los cielos. Los que se creen justos en su propia justicia por querer ganar su vida la perderán y la pasarán en la eternidad en el infierno siendo castigados, arrepintiéndose de todo aquello que rechazaron, especialmente de la oferta de salvación, del llamado general de la salvación. Aquí el Señor Jesucristo los recibió a estos hombres. Les dio la oferta de salvación. Les dio un cambio de vida. Ellos comenzaron a seguirlos, habían recibido una conversión auténtica, una transformación que es el resultado de la reconciliación con Dios por la fe en Jesucristo solamente, hermanos. La Biblia dice que Dios no quiere que ningún hombre se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. Porque hay un solo Dios y un solo mediador Jesucristo hombre que se dio en rescate por muchos. Cristo murió para rescatar a todos aquellos que reconocen su pecado, que reconocen su necesidad de salvación. Pero si entre nosotros hay alguno que se cree justo y que no necesita a Cristo, será condenado por la eternidad sufriendo en su propia justicia que no es justicia. Es el estar desprovisto. Es el estar desnudo delante de Dios. Para entrar a los cielos se necesitan ropas blancas que solamente Dios ofrece a través de Jesucristo por su perfecta justicia. En el cielo no se entra por ser buenas personas, hermanos. El cielo está lleno de pecadores y el infierno está lleno de pecadores. Estará. La única diferencia es que los que están en el cielo creyeron en Jesucristo. Sus vidas comenzaron a ser transformadas y ahora están en un estado de perfecta transformación. Y los que están en el infierno van a estar ahí porque creyeron que ellos tenían una justicia personal, que no ocupaban a Cristo. Rechazaron la oferta de salvación. El regalo de la vida eterna que únicamente es dado a través de Cristo Jesús. Pablo resume esta gran misericordia de Dios en 2 Corintios 5.21 donde dice al que no conoció pecado por nosotros lo hizo pecado para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él. O sea que Cristo murió una muerte sustitutoria, no murió por pecador, murió tomando el lugar de los pecadores. Si en esta mañana el Señor ha abierto tus ojos para que puedas ver tu condición miserable, tu condición de pecador, que tu justicia no te alcanza ni siquiera para voltear al cielo, y que entiendes que necesitas una justicia perfecta que es ofrecida solamente por el Señor Jesucristo por el arrepentimiento y la fe en Cristo, ven a Él. Hoy es el día para que vengas a Cristo. No te detengas. Si ves a Cristo, si ves tu miseria y la necesidad de venir a Cristo, la puerta está abierta. Si entras por esa puerta, tendrás vida eterna. Si no entras por la única puerta que es el Señor Jesucristo, no hay entrada al cielo. Hay una sola entrada y es Jesucristo. Hay un solo camino y es el Señor Jesucristo. Y solamente por Él se entra al cielo. Mateo, Leví, consideró más grande y de mayor valor la oferta del Señor Jesucristo, el llamado de Cristo a seguirlo. Hermanos, yo creo que si alguien tenía dinero era él. Nosotros aquí somos unos pobres. Ni el más rico entre nosotros tenía lo que él tiene. Pero él abandonó todo por seguir a Cristo. Si quieres entrar al reino de los cielos tienes que abandonar todo, absolutamente todo, y venir a Cristo para que te cubra de su perfecta justicia. Vamos a orar. Señor y Padre, hemos leído y estudiado una magnífica historia de misericordia, Señor. De gran compasión, tu gran compasión que tú tienes, tu gran amor que tú tienes por los perdidos, por todos aquellos que hemos reconocido ser hombres y mujeres miserables, pecadores. Señor, sucios, inmundos, mentirosos, desleales, fornicarios, perdidos en todos los sentidos de la palabra. Y de ahí, Señor, tú nos sacaste. Nos perdonaste nuestros pecados. Nos hiciste nuevas criaturas. Nos has dado el regalo precioso de tu Santo Espíritu, que ahora poco a poco ha ido obrando nuestra vida, transformándonos, porque viene un día en el que seremos semejantes a nuestro Señor Jesucristo, es decir, libres de pecado, con una justicia perfecta que nos da acceso al trono de tu gracia hoy, pero que nos permitirá estar por la eternidad en tu presencia. Señor, quiero rogarte para que tú abras los ojos de aquellos que evitan de ver a Cristo. Abre sus ojos para que vean su condición malvada y deplorable. Que ellos puedan darse cuenta que no son tan buenos como creen o como creían. y que puedan ver a Cristo y lo vean deseable. Lo vean como su única esperanza. Escuchen el llamado de venir y seguirlo. Que misericordia Señor y trae salvación. En el nombre de Cristo Jesús rogamos estas cosas, Padre. Amén.
Marcos 2:13-17. Mensaje #9
Series Marcos
Sermon ID | 613227301819 |
Duration | 55:40 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Mark 2:13-17 |
Language | Spanish |
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