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El libro de Tercero de Juan y vamos a leer los versículos 13 a 15. Tercero de Juan, versículos 13 a 15. Yo tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero escribirtelas con tinta y pluma, porque espero verte en breve y hablaremos cara a cara. La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno en particular. Vamos a orar. Para te pedimos que nos enseñes hoy de esos reciclos de tu Palabra inspirada. Que entendamos que todo en tu Palabra es inspirado y útil. Te pedimos Señor que nos ayudes a ver cuán práctica, cuán útil es tu Palabra en nuestras vidas en esta tarde. Te pedimos en nombre de Cristo. Amén. Hoy terminamos nuestro estudio del libro de Tercera de Juan. Vemos aquí en los versículos trece a quince que Juan termina esta carta con un saludo personal a Gallo, con un saludo de los amigos a Gallo, y una petición que Gallo salude a los amigos de Juan, a cada uno en particular. Termina como cualquier carta, saludando a la persona, a los amigos. Y de hecho vemos aquí que Juan termina su carta así como empieza. con el toque personal a su amado hermano Gallo, enfatizando el amor aún al final de ese libro. Pero lo que vamos a considerar hoy es un tema que se encuentra al final de estas dos cartas de Juan que hemos estado estudiando. Es decir, aquí al final de ese libro vemos que Juan dice lo mismo a Gallo que había dicho a la iglesia que escribió en Segunda de Juan. Vamos a leer, por favor, Enseguro de Juan, el libro anterior. y el reciclo 12, y después vamos a leer otra vez tercero de Juan 13 y 14. Segundo de Juan 12 dice, tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara para que nuestro gozo sea cumplido. Otra vez vamos a leer tercero de Juan 13 y 14. Yo tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero escribirtelas con tinta y pluma, porque espero verte en breve y hablaremos cara a cara. Hermanos, ¿por qué el Espíritu Santo inspiró al apóstol Juan a terminar dos de sus cartas de exactamente la misma manera? ¿Por qué? De su deseo de hablar más, pero no por medio de la comunicación escrita, sino cada a cada. ¿Por qué? Toda la escritura, hermanos, es inspirada y útil. Cada palabra, cada recículo. Útil para las personas que leeron esta carta en el primer siglo y útil para nosotros en el siglo XXI. Vivimos en un día cuando es demasiado fácil evitar la comunicación cara a cara, porque tenemos tantas oportunidades para poder comunicarnos de manera escrita. Y como cualquier cosa, parte de eso es bueno, parte puede ser malo. Es bueno porque podemos mantenernos más en comunicación que en toda la historia del mundo. Es una bendición. Pero por otro lado, el pecado siempre tiende a manchar cualquier cosa buena. Y así es aquí también. Podemos reemplazar la comunicación cara a cara por la comunicación escrita. Y eso siempre causa muchísimos problemas. Este mensaje de hoy va a ser muy práctico. Espero que estén listos. Demasiado práctico. Lo que quiero hacer hoy es mostrarnos bíblicamente el peligro posible de la comunicación escrita. El peligro de usar toda la tecnología que tenemos a nuestra disposición y especialmente en situaciones cuando el asunto es delicado y deberíamos hablar cara a cara. Yo creo que esos dos pasajes nos dan una base bíblica para estudiar este tema. Digamos que Dios nos muestra cómo deberíamos vivir como hijos de Dios en cuanto a este tema tan práctico. Este es para los jóvenes, los niños, los adultos de aquí. Quiero que todos pongan mucha atención, por favor. Hay mucho calor, están cansados todos, pero por favor pongan muchísima atención. Antes que nada, es muy importante relacionar este tema con el contexto de estos dos libros, de segunda y tercero de Juan. ¿Qué es el contexto de esos dos libros que hemos estudiado? El contexto de la verdad y el amor. Es lo que hemos visto una y otra vez. La verdad y el amor, la verdad y el amor, la verdad y el amor, el amor en la verdad y la verdad en el amor. Entonces, no podemos sacar esos versículos fuera de su contexto. Necesitamos entender que toda comunicación Tiene que estar basada en la verdad y en el amor. Toda comunicación. Y es en este contexto de la verdad y el amor que vemos que a veces, por lo menos, la comunicación cara a cara es más apropiada que la comunicación escrita. Vemos en esos dos pasajes que había cosas que Juan no quiso escribir. No sabemos exactamente cuáles eran esas cosas, pero por el contexto de sus cartas nos hace pensar que fueran cosas delicadas. Cosas que necesitaban la comunicación verbal, la comunicación cara a cara. Entonces la aplicación que vamos a ver en todo este mensaje es cómo nosotros podemos demostrar el amor y la verdad en la manera en la cual nos comunicamos cuando enfrentamos situaciones delicadas, situaciones cuando es más sabio hablar cara a cara. Por supuesto, toda comunicación tiene que estar basada en la verdad y en el amor, y más cuando hablamos de las cosas difíciles y delicadas. Yo digo que la razón por la cual Juan dice aquí que no quiere escribir, escribir más sino hablar cara a cara, tiene que ver con asuntos delicados en la Iglesia, porque lo más probable es que es lo que pasó en Tercero de Juan. ¿Ustedes recuerdan lo que vimos hace ocho días? Vimos que había un problema con Diótrefes, este hombre en la iglesia. Y Juan escribió lo suficiente a Gallo para ayudarle, pero no escribió lo suficiente como para resolver el problema completamente. Y Juan aquí no ha escrito a Diótrefes mismo tampoco, solamente dijo en el versículo 10 cómo iba a actuar cuando llegara a la iglesia para confrontar a Diótrefes. Entonces vemos que había un problema en esta iglesia. Había un asunto delicado. Y por eso Juan no escribió en mucho detalle. Juan sabía que tenía que guardarlo para una reunión cara a cara. Tenemos que aprender la misma aplicación, hermanos. La comunicación siempre tiene que estar basada en la verdad y el amor. Eso se aplica mucho. cuando tenemos que tratar con conflictos y problemas y ofensas dentro del cuerpo de Cristo, entre hermanos en Cristo. Necesitamos el discernimiento, como tenía Juan, para tratar con esos asuntos con sabiduría, con una conversación cara a cara en vez de por medio de pluma y tinta, o en los términos de hoy en día, no por medio de Whats. Y eso no es broma. ¿Qué significa pluma y tinta? Comunicación escrita. Pues ya no usamos pluma y tinta, la verdad. ¿Qué usamos? ¿El WhatsApp? No deberíamos hablar de esas cosas por medio de mensajes de texto. Para todos ustedes que pensaban que en la iglesia cristiana hoy en día son asuntos antiguos, ahora pueden ver que no. La palabra de Dios es aplicable para el siglo XXI. Necesitamos aprender la importancia de hablar cara a cara. Porque hermanos, hoy en día, y aún el mundo mismo reconoce eso, esta generación actual ha perdido la capacidad de poder hablar cara a cara. Porque todo es por medio del celular o compu. Los estudios científicos hoy en día dicen que estamos perdiendo la capacidad de interrelacionarnos personalmente. ¿Ustedes no piensan que eso da un efecto en la iglesia? Pues sí. Estamos de servimiento. Y en lo cuán importante es hablar cara a cara, especialmente en cuanto a asuntos delicados en la iglesia de Cristo. Yo tengo que decir, aquí al principio, estoy predicando este mensaje a mí mismo, ante todo. Lo he predicado a mí mismo y lo estoy predicando a mí mismo. Y solamente después estoy predicando eso a ustedes. Eso yo no lo he hecho bien siempre. Y ustedes tampoco. Y oro que nosotros juntos podamos aprender cómo aplicar la palabra de Dios a esas cosas tan prácticas en nuestros videos. Recuerden, es absolutamente esencial aquí, mientras estudiamos este tema, que relacionamos todo eso con el contexto de sus libros. No quiero que ustedes piensen que estoy aquí para predicar un mensaje en contra de Watts, pero no es eso. Estoy predicando en la Palabra de Dios, basado en sus versículos, basado en ese contexto. Estamos relacionando todo ese mensaje con el contexto de esas dos cartas, la verdad y el amor. Entonces, primero, vamos a examinar la comunicación basada en la verdad. La comunicación basada en la verdad. ¿Ustedes recuerdan cuántas veces hemos visto el tema de la verdad en estas dos cartas? Regresen conmigo a Segunda de Juan, versículos 1 a 4. el anciano, a la señora elegida, a sus hijos, a quienes yo amo, en la verdad, y no solo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, a causa de la verdad que permanece en nosotros y estará siempre con nosotros. Sea con nosotros, gracias en este cor de paz, de Dios Padre, Señor de Cristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. Mucho me regocijé porque he hallado algunos de tus hijos andando en la verdad. conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Tercero de Juan, 1 a 4. El anciano a gallo, el amado, a quien amo, en la verdad. Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospere tu alma. Pues mucho me requisiqué cuando venían los hermanos y dientes de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que este, lo voy a que mis hijos andan en la verdad. Que aquí es un tema muy repetido en sus dos cartas. La verdad, la verdad, la verdad y la verdad. Toda comunicación entonces tiene que estar basada en la verdad. Entonces, cuando tenemos que tratar con problemas con la gente, situaciones delicadas con hermanos en Cristo, siempre tenemos que basar toda la interacción en la verdad, en la Biblia, en los mandamientos y principios bíblicos del mismo carácter de Dios. Porque cuando hay un conflicto entre hermanos en Cristo, es siempre porque uno de los dos o los dos han olvidado o están ignorando una parte de la verdad de Dios de su palabra. ¿Están escuchando bien? Cuando hay un conflicto, siempre es porque o uno o los dos han olvidado o están ignorando parte de la verdad de Dios en su Palabra. Cada conflicto, cada ruptura de la relación, tiene su raíz en el pecado, en la desobediencia a una parte de la Palabra de Dios. Entonces, ante todo, en cualquier conflicto, en cualquier problema, necesitamos tratar con el asunto con la verdad y basar en la verdad. Fíjense lo que dije. Es la verdad de Dios y su palabra. Porque no hay otra verdad. No es lo que yo pienso que sea la verdad. La verdad es lo que la Biblia dice que sea la verdad. Recordemos Juan 17, 17, santificanos en tu verdad. Tu palabra es verdad. Entonces, nunca basamos ninguna confrontación en nuestras emociones y sentimientos, sino en la verdad. Eso significa que si tenemos que confrontar a alguien, si tenemos que hablar con alguien en cuanto a una ofensa, a un problema, primero necesitamos detenernos y casi nunca hacerlo en el momento. No funciona. Además, yo sé que hay mucho, mucho calor, pero es muy importante. Por favor, mucha atención. Necesitamos pararnos por un momento primero. Y no responder basado en las emociones. Si tomar el tiempo para meditar en la palabra, y específicamente en la parte de la palabra que tiene que ver con la situación actual. Eso se aplica muy bien a este tema. Si usamos pluma y tinta, si usamos comunicación escrita en el momento de mucha emoción, en el momento de frustración, vamos a causar daño siempre, sin excepción, hermanos. Vamos a causar daño a nosotros, a la persona, a nuestra familia y a nuestra iglesia. Por eso estoy pidiendo que todos pongan atención porque ha sucedido y seguro que va a suceder otra vez. Es un problema actual por la tecnología que tenemos. Nunca he predicado un mensaje más práctico. Nunca he predicado un mensaje más práctico para los jóvenes de esa iglesia. No sé si nunca han ponido atención, ahora es el día para hacerlo. Quiero decir algo, pero mejor no. En primer lugar, nuestra comunicación siempre tiene que estar basada en la verdad. En segundo lugar, la comunicación tiene que estar basada en el amor. Es la segunda parte de arraigar todo esto en el contexto de esos dos libros. Y creo que esa es la parte mayor. Porque muchas veces sí tenemos la verdad. Pasamos lo que decimos en la verdad, o por lo menos lo que pensamos es la verdad. Tenemos que examinarlo bien y estar seguros porque muchas veces tenemos parte de la verdad y eso no es suficiente. Pues digamos entonces que ya tenemos la verdad, ya sabemos lo que pasó. Un pecado sí fue cometido. En verdad una ofensa fue cometida y tú tienes que hablar con alguien. Tienes que hablar con un hermano o hermana en Cristo para platicar del tema y lo que pasó. Tiene que ser hecho el amor. Hemos visto muchas veces, no podemos tener el uno o el otro, no podemos tener el amor sin la verdad, ni la verdad sin el amor. Repetimos Dios 13, es muy claro. Podemos hablar lenguas y tener una fe fuertísima y repartir todos nuestros bienes a los pobres, pero si no tenemos amor, nada nos sirve. ¡Nada! hermanos sin amor no tenemos nada y no somos nada pues la palabra de Dios nos confronta ofende a personas cuando predico así saben que? no me importa Esa es la Palabra de Dios. No son mis palabras. Ahora están ustedes escuchando la Palabra de tu Dios. Por eso tantos ataques, por eso tanto ruido, por eso tanta distracción, por eso tanto cansancio, hermanos. Porque Satanás no quiere que escuchemos la Palabra de Dios. Pues lo que necesitamos, hermanos, la Palabra de Dios es práctica. La Palabra de Dios es aplicable. Necesitamos estar sacados de nuestra comodidad. Estamos demasiado cómodos hermanos. Necesitamos vivir diferentemente. Diferente como el mundo, diferente como antes en nuestras vidas. Entonces, cuando tenemos que hablar con un hermano, un hermano en Cristo, en cuanto a una ofensa, en cuanto a una cosa delicada, tenemos que hacerlo en mucho amor. Tenemos que decir la verdad, sí, pero la verdad en amor. Es el contexto de esos dos libros. No es solamente la verdad, es la verdad en amor. Alguien pregunta, ¿cómo lo hacemos en todo espacio? Eso es muy espiritual, pero ¿cómo lo hacemos? Bueno, el amor se muestra de muchísimas diferentes maneras, ¿verdad? Pero, por ejemplo, pensemos. Un ejemplo. El amor toma en cuenta si la ofensa fue consciente o no. ¿Me entienden? Un amor verdadero toma en cuenta si el pecado fue hecho a propósito o no. ¿Qué dice la Biblia? El amor cree todo. ¿Verdad? El amor todo lo cree. Que no significa que el amor es ingenuo. Significa que el amor supone lo mejor de una persona en vez de lo peor. ¿Eso hacemos? No. Ni yo ni ustedes. Por eso tenemos tantos problemas. Por eso tantos conflictos aquí. Porque suponemos lo peor de la persona en vez de lo mejor. Y en eso mostramos que no entendemos todavía completamente lo que es el amor verdadero. Ah, esa persona me ofendió. Claro. La ofensa fue real. No lo niego. ¿Alguien puede salir para ver si el coche puede pasar más rápido? A veces se quieren frente a la iglesia y no hay razón. A veces hay mucho tráfico y no podemos hacer nada. Bueno, está bien. Bueno, yo espero que tengamos la amablez para enfocarnos, ¿verdad? Una persona es suficiente, gracias. No quiero que todos salgan tampoco. El amor supone lo mejor de una persona. Una persona que en esa iglesia te ofende, la primera cosa que piensas no debería ser, ¿cómo es posible que me ofendió así? ¿Cómo es posible? ¿Por qué peco así en contra de mí? Tal vez me fue a propósito. Tal vez no lo hizo a propósito. Y inmediatamente estás tan ofendido que ya no quieres hablar con la persona. Ya no quieres regresar a la iglesia. Ya, ya no quiero más. Y ni sabes si fue hecho a propósito o no. Jovenes, eso pasa mucho con ustedes. Con nosotros como adultos también. Hermanos, el amor verdadero supone lo mejor. Todo lo que... No pastor, no puedo. Es ridículo. Es la palabra de Dios. Es la palabra de Dios. Entonces, ¿qué estoy diciendo? Cuando hablamos con hermanos en una situación difícil, deberíamos hacerlo cara a cara. Porque si lo hacemos con pluma y tinta en esta manera escrita, es muy difícil mostrar el amor. Creo que somos muy inteligentes aquí, ¿verdad? Es muy difícil mostrar el amor por medio de la comunicación escrita. No digo imposible, pero muy difícil. Sabemos que no es imposible porque tenemos ejemplos de Pablo en sus cartas. Y aquí cuando empezamos a hablar de Pablo, una persona puede decir, no, pero Pastor, estás equivocado, porque Pablo escribió, Pablo usó comunicación escrita para tratar con problemas muy fuertes y confrontar a la gente. Pues sí, pero primero, era un apóstol y bajo inspiración del Espíritu Santo, y tú y yo no lo somos. Segundo, Pablo solamente escribió porque no tenía otra opción. Pablo no escribía sus cartas a personas en su propia iglesia local porque le faltó el valor para hablar cara a cara. Estaba escribiendo como apóstol a iglesias que había fundado que no iba a poder visitar ninguna otra vez en su vida. Es muy diferente. Aun así, podemos aprender principios. ¿Cómo Pablo escribe a ellos? Fíjense, cuando Pablo escribe a los corintios, ¿cómo era la iglesia en Corinto? Uy, con tantos problemas. Este hombre, un pecado tan... un pecado sexual tan fuerte que ni el mundo lo aceptaba. Una iglesia con muchos problemas, pero fíjense, hermanos, en cómo Pablo empieza su carta a los corintios. A los corintios. Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros. ¿De veras Pablo? ¿Das gracias a Dios por ellos? ¿Que están permitiendo tanto pecado en su iglesia? Sí. Doy gracias a Dios por ellos. Dice, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús. Que nos enseñe que, ya sea una conversación escrita o cara a cara, es muy importante estar seguro de que no solamente te enfoques en lo malo, en lo negativo, sino también en lo positivo. Si vas a hablar con alguien de un problema, por favor, nunca, nunca empiezas con el problema. Empiezas con algo que amas en la persona. No, no puedo pensar en nada. Tú no hablas con él hasta que piensas en algo. Por lo menos puedes dar gracias a Dios que Dios ha salvado a la persona. Tenemos que hablar en amor, en cualquier forma. Entonces digo, el escribir es posible. No quiero decir que nunca podemos escribir nada. Por lo que vemos aquí en las cartas de Juan, él nos enseña que hay algo que falta. Algo que no es completo cuando escribes. Especialmente cuando tienes que hacerlo en cuanto a una situación delicada, en cuanto a un conflicto o problema en la iglesia. Es casi siempre mejor hablar cara a cara. ¿Por qué? Por el amor. Puedes expresar el amor de manera más práctica, más obvia cuando estás hablando cara a cara. Cuando escribes, la persona no escucha tu tono de voz, no puede ver tu cara. Hay una razón por la cual la comunicación cara a cara es lo que necesitamos, porque no nos comunicamos solamente por nuestras palabras, sino también por nuestros gestos, por las expresiones de nuestras caras. Un estudio científico dice que 80% de la comunicación es no verbal. Fin de hermano. 80% de la comunicación es completamente aparte de lo que dices con tu boca. ¡80%! Entonces hay algo esencial, algo necesario en la conversación cara a cara. Especialmente cuando tienes que tratar con asuntos delicados. Si mandas un mensaje a la persona, la persona va a interpretarlo como quiera. No significa que la persona tiene motivaciones muy malas, sino que significa que va a interpretarlo como quiere interpretarlo. Si tú hubieras dicho lo mismo a la persona cara a cara, y él o ella hubiera podido ver tu cara, todo sería bien. Lo haces por mensaje de texto y todo explota. O muchas veces escribimos cosas que nunca diríamos a la cara de la persona. Escribimos cosas que nunca diríamos a la cara de la persona. Vivimos en un día cuando puedes insultar a cualquier persona sin estar en su presencia. Es pura cobardía, hermanos. No hay otra palabra, es cobardía. Y lo digo porque yo lo he hecho. Ustedes lo han hecho. Nosotros lo hemos hecho. Tenemos que reconocer que es pecado. Vamos a ser más práctico. ¿Estás bien? Una persona pregunta, OK, Pascual, ¿no podemos hacerlo por mensaje de texto, pero un mensaje de voz? Así es con el WhatsApp. No usamos mucho el mensaje de voz. Es mejor porque puedes escuchar toda la voz de la persona, pero todavía no puedes verle. Tú no puedes mostrar tu amor de manera práctica por tu cara. La persona no puede reaccionar a lo que dice. Tú no puedes reaccionar a lo que la persona dice. Una conversación, por definición, no es unilateral. Es decir, no es solamente una persona diciendo todo lo que quiere decir. Eso no es una conversación. Ves el problema con la tecnología hoy en día. Puedes dejar un mensaje escrito o una mente de voz de 10 o 15 minutos. Hermanos, eso no es una conversación, y generalmente no es de ayuda. Por otra vez, en el contexto de tratar con asuntos delicados. Si quieres dar un mensaje de voz de amor a tu esposo o esposa, perfecto, no hay problema. 15 minutos, media hora. Pero cuando tienes que tratar con un problema, el mensaje de voz no es apropiado tampoco, porque no es una conversación. Tú estás hablando, pero nadie está respondiendo. Es una conversación unilateral. Es decir, no es una conversación. Es muy importante porque, por ejemplo, cuando yo predico, ustedes no me responden verbalmente, ¿verdad? No tenemos ese tipo de conversación. Pero sí leo sus caras. Ustedes saben eso, ¿verdad? Yo puedo estar predicando, digo una cosa, y yo veo confusión en varias caras. Entonces, normalmente, intento explicar de otra manera para que sea más claro. O yo veo que varias personas están durmiendo, entonces yo tengo que cambiar mi velocidad o tono de voz o algo para captar otra vez la atención de mi congregación. Tengo que hacerlo. Estoy respondiendo a ustedes. Es un tipo de conversación no verbal. Es lo que nos falta cuando intentamos a resolver conflictos de primer mensaje, texto, mensaje de voz. Perdemos completamente la interacción que es esencial a una conversación en una cosa tan delicada. Tú dices, OK, pastor, ¿una llamada por teléfono? OK, ya, mucho mejor. Mejor porque es una conversación, escuchar toda voz. Pero todavía, ¿qué falta? Ver a la persona, ver los gestos, ver su cara. Entonces, si es la única cosa que puedes hacer, es mejor que cualquier otra cosa. Es decir, si es urgente, tienes que hablar con la persona. Es imposible hablar cara a cara. Pues marca a la persona, por favor. Es mucho mejor que mandar mensaje de texto o mensaje de voz. Marca a la persona. Por lo menos es una conversación. Pero a veces lo que necesitamos es sacrificar tiempo, recursos, trabajo, para que tengamos la oportunidad de hablar cara a cara con la persona. Porque hermanos, hay muy poco en la vida más importante que tu relación con tus hermanos en Cristo. Muy poco que es más importante. Entonces, regresamos al texto. Lo que vemos es que Juan expresa aquí que hay cosas que él preferiría hablar en persona, no por comunicación escrita. Y yo como mencioné, como al posto inspirado, él pudiera haberlo hecho, así como Pablo hizo. Juan pudiera haber escrito una reprensión a diótrefes. Tenía la autoridad. Pero si te das cuenta, en esas dos cartas de II y III de Juan, en realidad casi no hay reprensión escrita aquí. Solamente la vemos un poquito en contra de Diótefes, pero aún así fue Juan avisando a Gallo en contra de Diótefes. No hay reprensión directa en sus cartas. Y eso para mí es muy importante. Juan pudiera haber escrito de esa manera, reprendiendo a Diótefes o hablando directamente con Gallo de expulsar a Diótefes de la iglesia, pero no lo hizo. ¿Por qué? ¿Por qué? Pues Juan está expresando que en su discernimiento y sabiduría espiritual, reconoce que en esta situación, no era lo mejor tocar el tema pomera y pluma y tinta. Si puedo resumir en palabras más actuales, Juan está diciendo aquí, yo tengo más cosas que decir, pero eso no es el medio. Voy a esperar hasta que estemos cada cada. Nosotros también tenemos que aprender a hacer lo mismo. A hacer esas distinciones en la vida espiritual en cuanto a nuestras relaciones con nuestros hermanos en Cristo. A veces eso significa que no vas a hablar con la persona inmediatamente. ¿Quién sabe cuándo Juan pudiera haber visitado esa iglesia? No sabemos. Meses probablemente. No tenían transporte tan rápido como nosotros hoy en día. tal vez pasado meses. Nosotros tenemos este problema a veces. Muchas veces la razón por la cual queremos escribir un mensaje es porque queremos inmediatamente resolver el problema. ¿Verdad? Es lo que me causa a mí más problemas. Voy a ser completamente honesto con ustedes. Es la razón por la cual a veces pacaminosamente tiendo a escribir en el calor del momento. ¿Saben por qué? Porque odio tener este peso, la carga de los conflictos colgados sobre mí. No me gusta. Y creo que no estoy solo en eso. No nos gusta este peso, no nos gusta esta carga. Entonces, ¿qué hacemos? Escribimos algo. Mandamos un mensaje en el calor del momento, con todo nuestro frustración y emoción. ¿Y qué pasa? Lastimamos a la persona. Entonces, hay situaciones que son muy urgentes. Tienes que tratar con el asunto inmediatamente, pero marca a la persona. No le mandes mensaje. Pero muchas veces la situación no va a explotar si no dices nada en la próxima hora. Porque lo que pasa es que no nos gusta vivir con el peso, como dije. Tal vez es en tu conciencia porque tú sabes que has hecho algo incorrecto. O tal vez nada más no te gusta la carga del conflicto potencial y por eso por no querer vivir con el peso, escribes algo rápido. Pero yo creo que este peso es bueno, a veces. No me gusta, lo admito. Yo creo que la carga es buena, yo creo que el esperar es bueno. Porque en primer lugar nos da tiempo para examinarnos a nosotros mismos a la luz de la Palabra de Dios y reconocer nuestra parte en el problema. Porque en un conflicto casi siempre, sí digo casi, pero casi siempre, hay pecado de los dos lados. Casi siempre. Entonces necesitamos tiempo para meditar, examinarnos, orar y prepararnos para tratar correctamente con el asunto. Este peso no es una cosa mala, porque lo que hace es nos impulsa hacia la cruz. nos impulsa hacia Cristo, nos impulsa hacia la oración. Cuando te sientes como que tienes que responder inmediatamente, tengo que hacerlo. Espérate. Detente. Porque muchas veces cuando sentimos eso, no lo hacemos bien. Pero si tienes que vivir con la carga por un rato, eso te ayuda. porque te impulsaste a Cristo, porque tú no puedes en ti mismo. Leemos en 1 Pedro que deberíamos echar todas nuestras ansiedades sobre Dios porque Él cuida de nosotros. La mejor cosa que tú puedes hacer es echar esta carga sobre Cristo antes de que hables con tu hermano o hermana en Cristo. ¿Por qué? Porque si estás esperando que la conversación con él o ella vaya a resolver el problema, vas a estar decepcionado. Sólo Medio Cristo puede resolver el problema y sólo Medio Cristo puede quitar tu carga. La conversación no puede hacer eso. La mejor cosa que puedes hacer es hablar con Dios antes. Echar este peso, echar esa carga sobre Cristo antes, antes de la conversación. Para mí esa es la parte más importante. Pero hemos visto cosas muy prácticas, pero esa es la parte más importante. Tenemos que reconocer que es aquí donde entra el Evangelio. Que no es algo solamente para la salvación, es para la vida cristiana. Es especialmente para el conflicto. Cristo toma nuestras cargas. Cristo nos da el poder para actuar conforme al Espíritu y no conforme a la carne. Cristo murió por el pecado que fue cometido en contra de ti. Cristo te llena para que puedas hablar muchísimo amor aún en el conflicto más hiriente. Cristo lo hace. Tenemos que ir a Él primero. ¡Corre a Él, hermano! ¡Corre a Él, hermana! Antes de que tú intentes resolver el problema en tus propias fuerzas, porque no puedes. Hacemos un desastre de todo cuando intentamos. Solamente a Cristo. Aquí es el Evangelio. Primero a Cristo. Eche tu carga sobre Él. Pídele su ayuda en el pecado, en el conflicto. Porque solamente Él te puede ayudar. Y solamente después de que has pasado tiempo con Cristo, Solamente después de que has sido fortalecido con la palabra y la oración, es cuando puedes hablar cara a cara con tu hermano. Y hacer todo lo posible para guardar la unidad del cuerpo en el vínculo del amor. Hermanos, que aprendamos, por favor. Que aprendamos, me incluyo a mí. Que aprendamos cómo hablar con nuestros hermanos en Cristo. siempre en verdad, siempre en amor. Significa muy prácticamente que es casi siempre cara a cara, no por medio de la comunicación escrita. Terminemos con una aplicación muy práctica. Si tú has escrito algo a una persona en un momento de frustración y alta emoción, pide perdón hoy. si no lo has hecho antes. Tienes que pedir perdón hoy, antes de salir de aquí. Si se trata de alguien aquí en esta iglesia, o tan pronto como sea posible, si se trata de alguien que no está aquí en esta iglesia. Y hazlo cara a cara, no con pluma y tinta, no con un mensaje. Cara a cara, hermanos, con valor, pidiendo perdón y perdonando. Hazlo hoy porque las ofensas persisten. Y si lo dejamos por demasiado tiempo, puede causar daño casi irreparable. Necesitamos estar seguros que toda confrontación, toda interacción está basada en la verdad y que está basada en el amor. Pide perdón hoy. Y si ahora, en este momento, cuando digo eso, tú estás pensando en alguien que te ha ofendido a ti, y no te pide perdón hoy, perdónale. Tal vez ni se acuerde lo que pasó. Perdónale. No cuáleme en coro, hermanos, porque nos mata. Es una ilustración muy común que muchos pastores han usado. La amargura es como tomar el veneno y esperar que la otra persona muera. El problema aquí es que algunos de ustedes están pensando ahorita en una persona que te ofendió y estás esperando, terminando este mensaje, que esa persona hable contigo. Por favor, no hagas eso. No hagas eso. Porque si la persona no lo hace, este rencor te va a matar. Y no vas a querer estar en esta iglesia y no vas a querer servir a Dios nada más. Con cuidado. Tú pides perdón. No esperes nada. La tecnología es buena, pero puede ser usada para mal. El WhatsApp, los mensajes de texto, el Messenger, esos no son medios apropiados para tratar con asuntos delicados. Un autor dijo, el intentar a resolver un conflicto usando un mensaje de texto es como intentar a llamar una ambulancia usando el servicio postal. El medio sí importa. El intentar a resolver un conflicto usando un mensaje de texto es como intentar a llamar una ambulancia usando el servicio postal. El medio sí importa. Que aprendamos cuán práctica es la palabra de Dios en nuestras vidas en el siglo XXI. Necesitamos tener cuidado para que siempre nos comuniquemos en amor y en la verdad. Vamos ahora ahí. Vale, damos muchas gracias por tu palabra inspirada, por la confianza que tenemos que cada palabra en esta Biblia es inspirada y útil para nosotros. Señor, hoy nos has permitido estudiar versículos que naturalmente hubiéramos pasado sin pensar en lo que dicen. Nos has permitido hoy enfocarnos para ver si realmente creemos que cada palabra en tu Biblia es inspirada y útil. Hemos visto algo hoy, Señor, que no puede ser más práctico. Y por eso te pedimos que tú ahora hagas tu obra. La obra del pastor es explicar y predicar y aplicar. Ahora tu obra es convencer. Señor, eso no puedo hacer. Pero ahora, en este tiempo de silencio, terminando este culto, te rogamos, Señor, que tú hagas tu obra de convencer a nuestros corazones. que tú apliques tu palabra en sus vidas de manera viva. Ayúdnos a cambiar nuestros hábitos, empezando hoy. Darnos el valor para hablar cara a cara con las personas con quienes tenemos problemas. Únenos como iglesia, te pedimos, Señor. No permitas que el enemigo siembre la discordia aquí. Señor, rescátanos de eso, te pedimos. Ayúdanos a pedir perdón y perdonar, así como Tú nos has perdonado. Haz Tu obra, Señor, te pedimos. En el nombre de Cristo. Amén.
No con tinta y pluma
Series Estudio de II y III Juan
Necesitamos tener cuidado para que siempre nos comuniquemos en el amor y en la verdad.
Sermon ID | 61018191223 |
Duration | 42:16 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 3 John 13-15 |
Language | Spanish |
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