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Vamos a 1 Corintios capítulo 6 versículo 19 y 20 dice la palabra o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo el cual está en vosotros el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros porque habéis sido comprados por precio glorificar a Dios porque habéis sido comprados por precio glorificar pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu los cuales son de Dios amén el título del mensaje queremos traer es con la muerte de Cristo le pertenecemos a Dios con la muerte de Cristo Hay una pregunta que yo quiero hacerte ¿Quién eres tú? ¿Eres un hijo de Dios? ¿O estás apartado de Dios? ¿Eres salvo o estás condenado? Lo que determina eso es ¿A quién le perteneces? Y la Biblia nos habla de que tú eres o hijo de Dios o hijo del diablo ¿A quién le perteneces? El texto nos dice a quién le pertenecemos. Versículo 20 Habéis sido comprado por precio, glorificar pues a Dios en vuestro cuerpo y vuestro espíritu, los cuales son de Dios. Nuestro cuerpo, nuestro espíritu, es decir, todos nosotros le pertenece a Dios Dios es nuestro dueño en su totalidad todo tú le perteneces a Dios todo nuestro ser el cuerpo cuando Dios creó el hombre lo tomó del polvo de la tierra y luego sopló en su nariz aliento de vida nuestro cuerpo nuestro aliento de vida, nuestra alma, todo le pertenece a Dios. Todo lo que nosotros poseemos, nuestra familia, nuestra casa, nuestros bienes, aún esas cosas le pertenecen a Dios. Todo lo que hacemos. Pensemos, entonces, Lo que nos dice este pasaje Este pasaje dice Que por causa de que Cristo murió Ahora Yo le pertenezco a Dios Por causa de que yo he recibido a Cristo En mi corazón Ahora Yo le pertenezco a Dios El alma y toda la capacidad Voluntad Todo el ser de mi alma le pertenece a Dios Dios nos formó Dios formó nuestro cuerpo y formó nuestra alma Pero cuando nosotros pecamos Nosotros nos alejamos, nos separamos de Dios Y comenzamos a servir al mundo, al pecado Nos hicimos esclavos, esclavos de toda maldad, de toda impiedad, de todo vano deseo. ¿Sabe lo que Dios hizo? Envió a su Hijo para comprarnos, para comprarnos. Usted sabe que ahí en Juticalpa hay un mercado En el mercado venden frutas, venden vegetales. Y cuando usted quiere una fruta, un vegetal, usted le paga al dueño, le paga al vendedor por esos vegetales. Imagínese que en el mercado, Dios fuera al mercado y pagara por ti. Y pagara el precio de tu maldad. Estás allí en el mercado Juticalpa siendo vendido. Vendo a Regino, este señor mayor. Lo vendo por este precio del mercado. Un esclavo vendido. Ahí están vendiendo a María Isabel. Vendo a María Isabel. También la vendo por buen precio. Y cada uno tiene su precio. Dios va a ese mercado y en vez de fijarse en los plátanos, en el arroz, en los frijoles, se fija en Regino y lo mira de arriba abajo. Yo lo voy a comprar. ¿Cuál es su precio? ¿Cuál es su valor? Bueno, como él ya está medio gataíto ahí, le voy a pedir nada más 10.000 lempiras. 10.000 lempiras. un hombre de trabajo, experiencia, mire el peinado de ese siervo y Dios para salvar, rescatar a Regino de su esclavitud tiene que pagar todo el precio por el cual él es vendido. Esas palabras que resumen todo ese acto de compra y de libertad a alguien esclavizado se llama redención, esa palabra. La Biblia dice que Dios nos redime, Dios nos compra. Estamos entregados al pecado, a la muerte. Y teníamos una deuda con la justicia de Dios. Porque no es que Dios le paga al diablo, el diablo es una criatura y él mismo está condenado, no es al diablo. nosotros somos esclavos del pecado esclavos de traspasiones y estamos condenados estamos siendo vendidos cada uno de nosotros en el mercado y la única manera es pagar todo el precio por esa vida para Dios para que nosotros le pertenezcamos a Dios. Él tiene que comprarnos con la sangre de su dios, porque aquí. Al él pagar por el alma humana. Por el por todo el cuerpo humano, por todo el ser del hombre, hay que pagarlo con sangre. No con dinero, es con sangre. Vida por vida. Persona por persona a quien tú me vas a dar por Regino a quien tú me vas a dar por Marisabel y Dios hace un intercambio. Toma Regino el pecador a Marisabel la pecadora. Que no pueden pagar su propio su propia salvación. Y los compra con la sangre misma de su propio hijo. Miren el precio. Eso es lo que el texto dice. Porque habéis sido comprados por precio. Con precio. ¿Cuál fue el precio? La sangre de Cristo. Ese fue el precio. Hermanos, por eso venimos a meditar antes de tomar la santa cena. En ese sacrificio. Para tú ser salvo. Jesucristo tuvo que pagar tu vida con su propia vida tu salvación con su muerte tu libertad con su humillación y sacrificio por eso le perteneces a Dios porque cuando Cristo murió por ti y tú le recibes Ya tú no te perteneces, ni le perteneces al pecado, ni le perteneces a la ley que te está condenando. Ahora le perteneces a Dios. Tu cuerpo y tu alma, todo tú le perteneces a Dios. Pero veamos en segundo lugar, ¿por qué le pertenecemos? Porque habéis sido comprados por precio. glorificar pues a Dios en vuestro cuerpo en vuestro espíritu los cuales son de Dios hay un precio que se derramó hay un precio que se dio por ti y como decíamos la sangre de Cristo Romano 6.23 la paga del pecado es muerte ahí está tu condenación tú eres pecadora, tú estás muerta ¿Quién te librará del juicio de Dios? ¿Quién te librará de la condenación de Dios? Nadie. Estás muerta, pecaste, eres un pecador, estás muerto. Romanos capítulo 6, 23. Pero miren el regalo de Dios. Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. No es porque tú eres bueno que tú tengas un mercado siendo vendido. No es porque tú eres bueno que tú te vas a liberar de la condenación. Pecaste, morirás, naciste siendo un pecador, estás muerto, estás condenado. Esa es la condenación. Por eso hemos sido, por eso somos vendidos en el mercado como esclavos del pecado, vendidos y tenemos que pagarle con nuestra propia sangre, nuestra propia vida a la justicia de Dios. Cada vez que una persona muere y lo llevamos al cementerio, ahí vemos el cumplimiento fiel de este juicio. La paga del pecado es muerte, muerte. Cada vez que un niño, un joven, un adulto muere, puede ser en su cama, puede ser corriendo, puede ser haciendo algo mal hecho o algo bien hecho. La muerte llega y es ahí la evidencia, el testimonio de que todo hombre debe pagar por su pecado. Pero amados hermanos. El castigo de nuestra paz. El castigo de nuestra salvación. Lo recibió Jesucristo. Quiero que este hermoso texto enseñe El castigo de nuestra paz Jesucristo lo cargó Él fue y pagó el precio de nuestra salvación Siendo esclavo nos rescató ¿Y qué dio Él por ti? Su vida, su sangre, su muerte ¿Qué dio Él por ti? Lo dio todo la ley exige santidad como puede un pecador ser santo no es imposible porque está dañado corrompido por su pecado no puede ser santo ni que usted lo bañe con agua bendita como hacen algunos lo pueda sanar y salvar porque es un pecador y su problema es con la justicia de Dios es con Dios mismo y cuando vaya delante de Dios quién nos salvará de Dios si es un enemigo de Dios cuando usted muere después de que cuando usted muere y usted parte después de que usted parte usted va a la presencia de Dios a dar cuenta por sus actos y lo primero que te van a preguntar es ¿eres tú santo? santidad a Jehová ¿eres tú un hombre santo? ¿una mujer santa? Pues mire que no, no soy santo. Apartado de mí. Apartado de mí. Jesucristo vivió perfectamente para que todo aquel que cree en él sea un hombre, una mujer santa. Mire esto. Jesucristo vivió en santidad, nunca pecó. para que todo aquel que le reciba como salvador en cambio reciba su santidad y justicia perfecta cuando un creyente va muere y va a la presencia de Dios le pide lo mismo santidad a Jehová eres un hombre santo una mujer santa y él puede decir he sido hecho santo por la sangre del Cordero que quita el pecado del mundo Cristo me hizo santo, yo no soy santo Cristo me hizo santo al derramar su sangre por mí me ha santificado, purificado, limpiado de toda maldad es decir que se acercan a Dios los pecadores y no hay diferencia entre ambos la única diferencia es la obra de cristo a tu favor la obra de cristo en tu cuenta porque le pertenecemos a dios porque cristo murió por el pecador cristo vivió santamente por el pecador pero oye bien si tú eres un pecador sin arrepentimiento, sin recibir a Cristo tú todavía llevas la carga de tu pecado, tú sigues en venta sigue siendo vendido en el mercado y la condenación sigue siendo para ti la misma, la paga del pecado es muerte Si tú estás sin Cristo ¿Quién puede interceder por ti? porque cristo murió por pecadores pero esos pecadores deben de recibirle como señor y salvador arrepentíos y creer en el evangelio cristo es el evangelio quiero que observen que hemos visto a quien le pertenecemos a dios porque porque hemos sido comprado por presos Y yo te pregunto tú has sido comparado por preso Cristo pagó tu deuda delante de Dios has creído en Él como tu Salvador y Señor has entregado tu vida a Cristo te has reconciliado con Dios a través de Jesucristo porque ese es el único sacrificio que Dios hace El sacrificio de Jesucristo es el único sacrificio que Dios acepta como bueno y válido para comprarnos, para liberarnos, salvarnos de toda maldad. Entonces, esto es importante para nosotros que somos pecadores. Las vacas no son pecadoras, eso no es importante para la vaca. Los caballos, no, los caballos no tienen problema. Nosotros sí. Fuimos nosotros que pecamos contra Dios y nos apartamos de Dios. Somos nosotros que mentimos, robamos, fornicamos, adulteramos. Somos nosotros que hacemos el mal. Cristo vino a buscar a nosotros. Él vino a morir por nosotros. Se hizo como uno de nosotros. Fue un hombre 100% para morir. e interceder por los hombres Por eso, vuelvo a preguntarte ¿Quién eres? ¿Has sido comprado por precios? ¿Te han salvado de tu esclavitud hacia el pecado? ¿O sigues siendo un esclavo del pecado? Una esclava de tus pasiones y deseos ¿Sigue estando esclavizada? que Dios hoy te ayude a despertar porque o eres comprado por la sangre de Cristo o eres dejado como esclavo hasta tu muerte y condenación solamente dos caminos salvación al creer en Jesucristo o condenación al nosotros seguir con nuestro pecado porque yo también soy pecador porque los que estamos aquí todos sentados y todos los que me están escuchando son pecadores no hay diferencia la única diferencia es que tú sigue en tu orgullo pensando que tú eres buena y que tú vas a llegar a la salvación por tu propio camino esa es la única diferencia Dios te ofrece un camino que es Jesucristo y tú quieres otro no señor no Jesucristo por aquí el camino de que yo soy bueno hay un mentiroso porque Dios dice que solamente le doy ¿Quién es el mentiroso tú o Dios? aquí le perteneces le perteneces a cristo porque el es tu salvador y señor o le perteneces al pecado y serás condenado junto con el diablo y sus sangres esta una meditación en la que nosotros tenemos que evaluarnos amado hermano dice la biblia bienaventurado el hombre cuyo pecado ha sido perdonado mi querido hermano la palabra de dios dice que es dichoso en el salmo 51 el hombre la mujer cuyo pecado ha sido borrado por la sangre de cristo que feliz eres que dichoso eres porque tú eres un hijo de Dios y ahora le perteneces a Dios ya Satanás, el diablo, el mundo, el pecado no tiene parte contigo ya tú no le perteneces, has sido salvado de la condenación Por eso te animo, mi hermano, a gozarte y alegrarte que a través del pan y el vino recordamos que el sacrificio de Jesucristo fue para reconciliarte con Dios, el Padre, para reconciliarte por la obra del Espíritu Santo en tu vida, para sanarte. Dios hizo esta obra para hacerte un hombre, una mujer santa, para que al momento en que tú partes de aquí no vayas a condenación sino que vayas a la casa de tu padre donde muchas moradas hay llegará un momento hermano en que ustedes me van a despedir o yo los voy a despedir pero no estaremos tristes estaremos contentos porque gloria a Dios Dante partió a la morada eterna, a la casa de su padre y de su amado Salvador quien lo compró con su sangre. Hermano, por eso nosotros al tomar el pan y el vino recordamos a través de este pan yo recuerdo que su cuerpo fue partido del madero y a través de este vino yo hago memoria de que él derramó su sangre para salvarme, para limpiarme, para reconciliarme. Hermanos, tomemos esto en nuestros corazones y demos gloria a Dios, porque ahora, por la muerte de Cristo, le pertenecemos a él. Si el diablo y sus demonios se levantaran contra un solo creyente no le podrían llevar porque es porque el dueño de esa alma es Dios y para poder llevarse esa alma tienen que pelear con el omnipotente y Dios siempre gana ganó en la cruz y ya le pertenecemos a él
Con la muerte de Cristo le pertenecemos a Dios
Con la muerte de Cristo le pertenecemos a Dios
Sermon ID | 5624216311334 |
Duration | 23:42 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | 1 Corinthians 6:19-20 |
Language | Spanish |
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