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Siempre damos gracias al Señor por eso, por esas misericordias que Él nos concede. Y como oraba vuestro hermano Oliver, es un privilegio tener una iglesia y pastor para que pastoreen nuestras almas y congregarnos, porque otros no lo tienen. Y de este lado de las facilidades, nosotros nos encontramos Y hay mucho menosprecio. Hay muchas vasillas vacías. No solamente en Camino Nuevo, sino en Cotuí también. Y mengua mucho el culto vespertino. Pero gracias al Señor por los fieles que no negocian este tiempo con las cosas banales de la vida. aunque hayan algunos compromisos sociales, familiares. No obstante, tenemos a bien observar con mucha pureza y santidad el día del Señor. Vamos a tener un momento de oración para seguir con nuestro tema de la seguridad, de la gracia y de la salvación. Oremos. Buen Señor y Dios eterno, Le damos gracias a ti, porque por tu gracia nos ha facilitado el volver a este lugar de reunión, para así alabarte como lo iniciamos, como empezamos a hacerlo, cantando las preciosas verdades del Evangelio. Esa verdad es que oramos, que cantamos, que predicamos, que respiramos. Señor, muchas gracias. por esta elección de estos himnos que hemos cantado, porque te dejamos a ti en tu trono y a Cristo exaltado. Para nosotros es un gozo alabar y bendecir al que vive y reina por siempre. Por cada vida aquí presente, muchas gracias te damos. Por aquellos que no han podido volver, la causa tú las conoces. que hasta ellos lleguen también tus ricas bendiciones. Acuérdate de tu siervo, el pastor García, allí en Managua. Mira la condición por la cual está allí, para hacer y extender la diestra de compañerismo a aquella naciente iglesia y a su líder, nuestro hermano Daniel. Sé con ellos, Señor, en esta situación aflictiva, Y miras y escucha las oraciones que ese pueblo, con todos muchos pueblos, están haciendo a favor de nuestro hermano Daniel, para que mañana, oh Señor, la ciencia médica, las manos de los cirujanos y todos los paramédicos y enfermeras, todo el personal, estén a tu servicio. y con precisión, con sabiduría que le ha otorgado al hombre, ellos puedan llegar al mal que tiene nuestro hermano. En tus manos encomendamos esta cirugía y permitan a nosotros oír buena noticia para alabarte y glorificarte. Señor, necesitamos también que en este tiempo ahora nos permita disfrutar de tu palabra. que a nuestro paladar sea así como ella misma dice, como la miel que destila del panal. Ven a nosotros ahora y danos discernimiento, danos conocimiento para entender, comprender y en mi caso hablar tu grandeza, tu palabra. Te lo pedimos en nombre de Cristo. Amén. Hoy día, mis hermanos, desde esta mañana estamos hablando acerca del estado de gracia y el estado de salvación en que se encuentran los escogidos de Dios, los redimidos de Dios, los transformados por Dios en Cristo. Y cuántos nombres ellos tienen en las Escrituras, los amados de Dios, aquellos que desde antes de la eternidad Dios los escogió en Cristo para que fuesen para Él su especial tesoro. Mis hermanos y hermanas, lo que somos hoy fue lo que fuimos concebidos antes de que el mundo fuese. Esa es la verdad que nos acompaña, nos vio, nos amó, Nos glorificó, todo lo hizo nuestro Dios antes de la fundación del mundo y hecho una verdad, todo esto en Cristo, que aún no estamos glorificados y bla, bla, bla, que estamos glorificados, dando así como hecho esa verdad. Cuando se habla de seguridad en cualquier ámbito o área de la vida, eso tiene siempre un gran sabor. Eso trae un gran bienestar. Hablar de seguridad en cualquier ámbito de nuestra vida. Vivir seguro, las personas lo anhelan y lo procuran a cualquier precio. Estar seguro. Miren, aseguran hasta la vida, porque hay personas que compran seguro de vida. No sé si eso es verdad, pero Con el deseo de asegurarlo todo, pues muchas aseguradoras venden ese seguro de vida. La persona gasta mucho dinero y asegura la vida porque al parecer se puede ir de un momento a otro y las otras familias quedan a la intemperie o quedan sin nada. Entonces, las personas se organizan e invierten mucho dinero en su seguridad. También creo que hay muchos seguros de vida, muy interesante, donde los clientes se benefician, o sea, si se les rompe un brazo, se lo cotizan de acuerdo al seguro y se lo pagan, o un pie. O sea, la persona busca la manera de que su vida esté bien asegurada. De hecho, me parece interesante, y con esto no estoy diciendo que estoy en contra de esas cosas, o sea, como los seguros de vida y asegurar todas las propiedades. Estoy de acuerdo con eso. Lo que afirmo es lo que dije, que vivir seguro las personas lo anhelan y lo procuran a cualquier precio. Y hay muchos tipos de seguridad. donde todos están expuestos a fallar. Todos están expuestos a fallar. El vigilante se puede dormir. Alguien contrató un vigilante para que lo cuiden mientras están durmiendo. Le compra un arma y está armado, pero puede fallar porque entonces viene el delincuente y le quita hasta el arma. Las alarmas también pueden fallar. Las cámaras de vigilancias. También pueden fallar las verjas de hierro, las cerraduras, los candados, el perro bravo. Y muchos tipos de seguridad pueden ser violados, como suele ser. Fallan esa seguridad y los malignos hacen de la suya. Ahora, escúcheme con firmeza lo que alguien dijo con relación a vivir seguro. Escúcheme bien. Alguien dijo, el que habita el abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Onipotente. Diré yo a Jehová, esperanza mía, y castillo mío, mi Dios, en quien confiaré. Y surge la pregunta, ¿cómo se encuentran todos aquellos que están abrigados, protegidos por el Altísimo en esa morada? ¿Cómo se encuentran ellos? bien seguro, ¿verdad que sí? ¿Falla esa seguridad? Esa no falla, esa no falla. Todo el que está en Cristo está cubierto, está protegido y esa seguridad es impenetrable. Alguien más dijo lo siguiente, escúchame, Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. ¿Falla esa seguridad? ¿Verdad que no? Eso no falla. Aquí todo puede fallar, pero Pablo dijo aquí en Romanos 8.38 por lo cual estoy seguro y esa seguridad es infalible. Todos los verdaderos creyentes en Dios tienen que procurar la seguridad de la gracia y de la salvación. Todo verdadero creyente debe estar seguro que está en el estado de gracia. Ha sido trasladado de aquel estado terrible, de tinieblas, de perdición y ha sido llevado al estado de gracia y en ese estado de gracia es el único estado donde hay salvación eterna. Mire, si usted oye a alguna persona que dice, como lo saludan allá en Dominicana, lo usan mucho, ¿cómo está usted? Bien por la gracia, pero está en el estado de gracia, no está en el estado de gracia. Es un decir solamente. Bueno, él puede decir está bien por la misericordia de Dios porque la misericordia de Dios es para toda la gente y todos los seres vivos. Dice el Salmita su misericordia llena la tierra. Pero cuando hablamos de su gracia hay algo muy específico en esto porque es Su gracia es acorde con la obra de Cristo, con la salvación en Cristo, con un estado seguro donde los escogidos, los elegidos, los verdaderos creyentes, genuinos convertidos se encuentran. Todos los verdaderos creyentes en Dios tienen que procurar saber que precisamente está en ese estado de gracia. Cuando tal seguridad está posicionada en la vida de los creyentes, no hay por qué temer, no hay razón para dudar que nuestra morada final está en los cielos. La morada final no es el cementerio para nosotros. Nuestra morada final está en los cielos. Con esa seguridad viven los creyentes y esa seguridad, como hablaba de esta mañana, debe ser sostenida, mantenida y que ella no disminuya, no mengue, porque si eso pasa, entonces habrá mucha dificultad en tales creyentes. Tuvimos esta mañana enfocado en la enseñanza de esta doctrina y espero en el Señor que todos los creyentes hayan entendido muy bien esta verdad. Pues hablábamos sobre esa posibilidad que existe en los verdaderos creyentes en permitir que la seguridad de la gracia y de la salvación sea zarandeada, disminuida y también interrumpida. Y para eso, como dice la confesión de fe, hay muchas maneras para que esa seguridad mengüe. El texto de la confesión nos presenta el por qué tal cosa es posible en los verdaderos creyentes. Y para ayudar a vuestra memoria, voy a repetir a todos los que estaban esta mañana en síntesis lo que explicaba. En primer lugar, es posible. que el verdadero creyente en cuanto a la seguridad de la gracia y de la salvación sea zarandeada, disminuida, interrumpida por negligencia en conservarla. Por caer, en segundo lugar, en pecados especiales, que hiera la conciencia y contrista al espíritu. En tercer lugar, por alguna tentación repentina o fuerte. En cuarto lugar, por retirarle a Dios la luz de su rostro, permitiendo aún a los que temen caminar en tinieblas, ausentándose así la luz del rostro del Señor. Se levanta entonces la pregunta. Todo esto que puede pasar es porque Dios falla en preservarle la seguridad infalible a sus hijos o porque nosotros fallamos en dejarnos usar por el Señor para tal fin. ¿Quién que falla en esto? Pues mire, hablábamos esta mañana que quien falla o quienes fallan somos nosotros. Y ahí mismo aplique lo que hablábamos esta mañana, aplique su responsabilidad y sus deberes a las verdades que el Señor nos ha dado, como Pedro dijo, todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas. Busquemos todas estas cosas, iniciando con la fe, la virtud, el conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad. Busque para que viva una vida piadosa, con su seguridad bien en alto, para dar testimonio en quien usted ha creído. Y concluíamos esta mañana diciéndoles que íbamos a ver alguna nota de esperanza para los verdaderos creyentes, donde la providencia de Dios permite que alguno de sus elegidos sufran ese zarandeo en cuanto a la seguridad de la gracia y de la salvación. No sabemos por qué. Que Dios retire hasta sus rostros sus ojos, del rostro, de la vida, de los creyentes, permitiéndole que anden en tinieblas. No lo sabemos, pero sí creemos en la providencia de Dios que Él permite tal cosa. Y como hemos estado usando el texto de la confesión de fe de Londres del 1689, es correcto que leamos lo que allí se nos dice al final de la doctrina. Primera nota de esperanza. Sin embargo, nunca quedan destituidos de la simiente de Dios y de la vida de fe. Aún así, Dios habla de sus escogidos de esa manera. Aunque no entendamos, como en el caso de Job, nunca entendió el por qué de ese asunto. Pero él se quedó muy cerca de Dios, pero él no lo entendió. Hermano, no se trata de entender los asuntos que providencialmente pueden llegar. El afán de nosotros entender, Señor, pero ¿por qué? Es mejor guardar silencio, como Moisés le dijo a Aarón, cuando sus dos hijos fueron muertos en un instante. Guardar silencio, porque quien maneja lo providencial es nuestro Dios. Primera nota de esperanza, sin embargo nunca quedan destituidos de la simiente de Dios y de la vida de fe. Segunda nota de esperanza, nunca quedan destituidos de aquel amor de Cristo y de los hermanos. Alguien se ausenta de la iglesia, los hermanos siguen queriéndolo. El amor de Cristo no se va a ir. Y esa nota de esperanza y de aliento también para la iglesia, para que siempre oremos por aquellos que están siendo zarandeados, que están pasando por grandes pruebas y dificultades. que muchas veces no sabemos, pero ¿será evangélico o no? ¿Será cristiano o no? ¿Será salvo o no? Cosa que no nos toca a nosotros saber la verdad absoluta. Pero debemos, con sinceridad, llevarlo siempre en oración. Tercera nota de esperanza. Nunca quedan destituidos de aquella sinceridad de corazón y conciencia del deber, aunque estén donde estén, Ellos tienen una conciencia, ellos tienen una conciencia y aquella sinceridad de corazón les va a acompañar. Ellos son hijos de Dios. Dios ha quitado su mirada por su vida de pecado y de descuido. Pero esta nota de esperanza es muy importante que la iglesia también lo crea. La cuarta nota de esperanza por los cuales, mediante la operación del Espíritu, esta seguridad puede ser revivida con el tiempo, por los cuales, mientras tanto, los verdaderos creyentes son preservados de caer en total desesperanza. Dios habla de esa manera. ¿Por qué? Porque si Él ha puesto la simiente en uno de sus escogidos, A una ocasión yo dije, Él va a llevar a ese cristiano al cielo en pedazos. Lo va a llevar hasta por pedazos. El Señor lo va a hacer que obedezca. Un día lo va a traer y como dice aquí, mediante la operación del Espíritu, esta seguridad puede ser revivida con el tiempo que así en una cama. Porque es que la simiente el Señor la puso en él y él se descuidó. y no vivió a la altura de su llamado. Pero Dios no puede, Él no lo hace. Sus dones son irrevocables, Él los salvó. La providencia de Dios se mostró en ese creyente, en esa persona. Pero antes de morir, algunos meses, algunos años, no sé, el Señor lo va a traer. Esa seguridad puede ser revivida con el tiempo, dice el texto de la confesión de fe, y por los cuales, mientras tanto, los verdaderos creyentes son preservados de caer en total desesperanza. Hermanos, no juzguemos a nadie. No juzgue a nadie. No, pero tuvo un tiempo con nosotros aquí, adoraba, se gozaba, pero viene hasta un año que no viene. No lo juzguemos. Hay que seguir orando por él. Las salvaciones de Dios, dijo el profeta Jonás. En estas cosas hay que ser bien instruido para que no perdamos la esperanza de volver a ver a aquellos que se alejaron y que Dios, con brazos de amor que no le ha retirado, va a regresarlo. Para este fin vamos a leer algunos textos, y no es que vamos a hacer muchos comentarios de los textos, sino lo vamos a leer para repaldar las notas de esperanza a la que me he referido. Y el primer texto de ello lo encontramos en la primera carta de Juan, capítulo 3, verso 9. Primera Juan 3, 9 dice, todo aquel que ha nacido de Dios no practique el pecado. porque la simiente de Dios permanece en él y no puede pecar porque es nacido de Dios. Este texto confirma no que el verdadero cristiano nunca va a pecar, sino que nunca quedará totalmente en su estado de pecado, pues la simiente de Dios permanece en él. Este texto se ha aplicado muchas veces a todos los creyentes, hasta fieles creyentes, pero pensemos también en aquellos que no han mostrado mucha fidelidad. Pensemos si Dios lo ha escogido a ellos, porque regularmente pensamos que si Dios escoge una persona va a ser fiel, fiel, fiel, fiel, fiel, fiel, fiel, hasta la muerte, sería bueno. Pero ya hemos aclarado esta mañana que están las posibilidades de ser tentados. Existe la posibilidad de caer en grandes tentaciones y hasta en pecados especiales. Porque Dios no escondió los pecados de sus santos, decíamos esta mañana, y todas las tentaciones que ellos sufrieron. Este texto también puede aplicársele a aquellos que aún están descarriados o desanimados, él es un nacido de Dios y aunque está practicando el pecado ese no es su estado para siempre Dios tendrá de él misericordia porque la simiente de Dios permanece en él aunque lo desconozca Pero tenemos que verlo así desde el punto de vista de lo que es la salvación de Dios a pecadores como nosotros. Y aún siendo amados por Dios, no amamos a Dios como Él nos ama. Él permanece siendo fiel aunque nosotros infieles. ¿Y para qué? Para castigar nuestra infidelidad. Para eso Él permanece fiel. Otro texto más en Lucas 22, 32, que comprueba lo que hemos estado hablando. Dice el Señor allí a Pedro, pero yo he rogado por ti que tu fe no falte, y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Este texto siempre se usa para que creamos la posibilidad de caer, de negar al Señor, de vender al Señor. Ese zarandeo vino directamente del enemigo, de nuestro bien espiritual, pues el diablo lo hizo con todos los discípulos. Muchas veces solamente se oye que Pedro fue zarandeado, no todos fueron zarandeados. En el caso aquí es que el Señor lo resalta y dice yo he rogado por ti porque él era el más vulnerable. después de Judas que vendió al Señor, el que le seguiera a Pedro, el más vulnerable. Yo he rogado por ti que tu fe no te falte y tú vuelto, ¿vuelto de dónde? del zarandeo del diablo porque todos huyeron, todos se fueron huyendo amedrentados, miedosos, discípulos y este le seguía de lejos y se introdujo en el patio donde estaba la fogata y negó al Señor. Y lo negó hasta con maldición, hasta con rabia. He dicho que no conozco a ese hombre. Pedro negó al Señor. Y este es un ejemplo para todos los creyentes que vivimos la vida de fe. hermano que la fe no nos falte para regresar que la fe no nos falte para regresar no para no pecar que lo vamos vamos a seguir pecando es para regresar después que niegue a Cristo después que usted niega lo que cree en el Señor que tenga fe para regresar mirar a Cristo Como hizo Pedro cuando miró a Cristo, se acordó de las palabras. Otro texto que nos confirma esta verdad en el Salmo 42. Salmo 42, verso 11. Hay una pregunta aquí, dice ¿por qué te abates, oh alma mía? ¿Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarte, salvación mía y Dios mío. Una vida en rebelión, en desobediencia, el alma sufre mucho, el alma sufre. No hacia el cuerpo, el cuerpo está bien, anda en los placeres, anda en su gusto. Eso es lo que él quiso. Él deseó aquello, lo vio, lo codició y se fue tras eso. Pero allá donde está, allá hay un alma. Cuando he visitado, por la gracia del Señor, se me surge la pregunta, ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Y debe buscar la dirección del Señor para no estar en ese estado de turbación. Al estudiar esta doctrina y ver la posibilidad que tienen los verdaderos creyentes en cuanto a ser zarandeados y ver esa seguridad disminuirse, interrumpirse, como también la seguridad que han que aun viéndose en esa situación nunca son completamente destituidos de la simiente de Dios ni de la vida de fe, nunca son destituidos del amor de Cristo y de los hermanos y de aquella sinceridad de corazón y conciencia de deber. Mano, mire, nadie no debe esto moverlo a pensar que eso es interesante. Mire, que aún yo me desvíe del evangelio, haga cosas pecaminosas, todavía los hermanos me quieren, todavía ellos piensan en mí. Ah, la simiente de Dios reposa sobre mí. Y de aquella sinceridad de corazón y de conciencia de deber, Él me va a despertar un día. Cuidado con eso. porque él llega a la conclusión, eso es interesante porque como quiera, como quiera, si soy el salvo, el Señor me va a traer con su gracia, como quiera disfruto de su misericordia, eso no es bíblico pensarlo. La palabra como quiera no está en la Biblia, en el contexto de la salvación. Como quiera voy a ser salvado. Eso no está en la Biblia. La palabra de Dios dice, por gracias soy salvo. No es que como quiera. Como quiera que me comporte, ya yo soy salvo. No, mis hermanos. Por gracias soy salvo por medio de la fe. Dice la escritura. Y para consumo de los salvados hay que perseverar en la gracia de Dios y crecer en cuanto al conocimiento de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Crecer, crecer de tamaño en cuanto a la vida espiritual. El perseverar es una de esas características que le asisten a los verdaderos creyentes, ellos perseveran, ellos perseveran. ¿Qué dice? del que no es verdadero cristiano. La confesión de fe habla de eso y le cito, aunque los creyentes que lo son por un tiempo y otras personas no regeneradas vanamente se engañan a sí mismo con esperanzas falsas y presunciones carnales de que cuenta con el favor de Dios y que está en el estado de salvación, pero la esperanza de ellos perecerá. porque se engañan a sí mismos creyendo que son cristianos. Y como la salvación no se pierde, entonces al final el Señor tendrá misericordia. Déjame gozar la vida, déjame ir tras estos deseos, déjame hacer cosas que no la puedo hacer estando en la iglesia, dicen algunos, y al final el Señor tendrá misericordia de mí. Pues mire que no. Judas vendió al Señor Jesucristo y no alcanzó el arrepentimiento. Pedro hizo algo parecido, pero el Señor oró por él para que la fe no le falte. Cuidado, mis hermanos, con alejarnos de la verdad, porque mira lo que confirma la confesión de fe al respecto. Sin embargo, los que creen verdaderamente en el Señor Jesús y le aman con sinceridad, esforzándose, palabra clave entonces en la vida cristiana, esforzándose para andar con toda sinceridad delante de Él. Pueden en esta vida estar ellos, esos que se esfuerzan y andan con toda sinceridad pueden en esta vida estar absolutamente seguros de hallarse en el estado de gracia y pueden regocijarse en la esperanza de la gloria de Dios y de tal esperanza nunca serán avergonzados. Ellos se esfuerzan. No, no, no. El apóstol Pablo dijo, después de ellos ser un heraldo, un predicador, un evangelista, un misionero, un pastor, que ahora por un pecado venga yo a ser eliminado. Dice, no, yo golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre. O sea, los deseos carnales eran mortificados por el apóstol Pablo. No era que se acotaba en un piso, como algunos creen, que maltrataba el cuerpo físico. No, eran los deseos. Yo golpeo mi cuerpo. Y esa palabra golpeo es del bolseo, que le da un knock-out al contrario, y ahí le cuentan qué sé yo cuánto y no se para más. Pablo dijo, yo golpeo mi cuerpo. Hermanos, usemos también esa expresión. Nuestros deseos tienen que estar al pie de la cruz, al pie de la cruz. Sin lugar a equivocarme, creo que todos los verdaderos creyentes anhelan el disfrute de la seguridad y el gozo de la salvación en Cristo. Todos los verdaderos creyentes anhelan ese disfrute de siempre estar seguros en quien han creído. Alguien que fue zarandeado y vio disminuirse la seguridad y el gozo de la salvación tuvo que exclamar Esto lo veamos esta mañana. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Oiga, qué grito. Hazme oír gozo y alegría. Eso se había ausentado de sus oídos. ¿Por qué? Porque él veía sus pecados. Y Él dijo, crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti y no quite de mí tu santo espíritu. Vuelveme el gozo de tu salvación y espíritu noble me sustente. La seguridad de la que hemos estado hablando en el día de hoy, mis hermanos, no es una mera persuasión ni presuntuosa. palabra o algo probablemente seguro probablemente si tú puedes ser salvo probablemente no los creyentes gozan de la seguridad de vivir en el estado de gracia y en la salvación perder el tiempo es una relación que no logran los objetivos propuestos perder el tiempo, tú estás perdiendo el tiempo, le dice alguien a otra persona, puede hacer un trabajo que no tiene muchas reivindicaciones, tú estás perdiendo el tiempo. Eso quiere decir que no logran los objetivos. No es sólo que el tiempo se ha perdido, sino que se ha perdido muchos recursos, muchos esfuerzos y no se ha podido lograr el objetivo deseado. En la vida cristiana no se puede perder el tiempo. Hay que aprovechar el tiempo. Eso mismo pasa en la mayoría de las religiones y creencias. Las personas que sostienen tal creencia están perdiendo el tiempo, pues vía a esas creencias no serán salvas, no tendrán seguridad de vida eterna. Ellos tienen que hacer cosas. hacer obras y cuántas cosas los líderes tienen que hacer para mantenerse a flote esas creencias no le trae seguridad los verdaderos creyentes en Cristo están seguros en su credo pues el credo no es un producto de ellos sino es un producto de Dios fuimos llamados para creer Nadie ha sido llamado porque creía. No, éramos incrédulos y ajenos a estas verdades. Fuimos llamados para que nuestro credo esté fiel y firme en la persona del Señor Jesucristo. Digo verdaderos creyentes por la razón tan común de que millones y millones de personas creen en Dios. pero su credo se lo han inventado ellos. Y de eso nos cuidamos, mis hermanos. Que nuestro credo sea fiel. Por eso hacemos bien en acudir a credos pasados, como la Confesión de Fe de Londres de 1689, para mostrar nosotros hoy también lo que creemos basado en las Escrituras. ¿Saben qué, mis hermanos? Satanás y todos los demonios creen en Dios. Y su credo está hasta con dramatismo, porque dice Santiago en su carta, los demonios también creen y tiemblan, tiemblan a su palabra. Lo que no hacen los creyentes en la iglesia escuchando la palabra del Señor, no tiemblan, no les causa un temblor, Pero demonios sí. Es tanto así que no hay un demonio que sea ateo. Todos creen. Todos creen. Todos son creyentes. Lo que pasa con Satanás y todos los demonios es que su credo no es de fe para salvación. Ese es el único problema. El credo de ellos no es de fe para salvación. Es un credo de conocimiento. Ellos conocen quién es su Creador y tiemblan. Y ese conocimiento no puede llevarlos jamás a la salvación. Todos ellos saben quién es Jesucristo, pero todo lo que saben acerca del Salvador del mundo no les es suficiente para ellos alcanzar la salvación. ¿Saben por qué? Ah, porque la salvación es por gracia. Y tantos satanás y los demonios están del otro lado, no están en el estado de gracia donde hay consolación para los pecadores. ¿Qué pasa entonces con los hombres que aún siendo incrédulos dicen que creen en Dios? Todos ellos están en la esfera de la gracia. Pues todavía el Evangelio de la gracia se sigue predicando Y a diferencia de los demonios, para los hombres y mujeres incrédulos hay esperanza. Esa es la única ventaja de los incrédulos hombres y mujeres mundanos con Satanás y sus demonios. Ellos conocen a su Creador, ellos conocen a Cristo. He leído en los Evangelios, los endemoniados dijeron, ha venido a atormentarnos antes de tiempo. conocían la misión del Salvador a este mundo. A diferencia de todos los demonios, de todos los hombres sin credo, están todos aquellos que han sido elegidos por Dios para heredar la salvación eterna. Le decía esta mañana a mis hermanos que no es suficiente, aunque es importante, saber lo que Dios en su palabra nos dice. Pero a lo que se le da valor, es creer a lo que Dios nos ha dicho, creer con el corazón, creer con el corazón. Digo el Señor, con el corazón se cree, con la boca se habla y se confiesa, pero quiere el Señor que nosotros confesemos, hablemos lo que creemos, que no solamente el intelecto sea afectado con las verdades del Evangelio, sino que nuestro corazón sea corazones convertidos a la verdad. Todos ellos si viven seguros en el estado de gracia y de la salvación que por Cristo es realizado, ellos, los escogidos, los elegidos, vivirán seguros. Todos ellos no perderán totalmente su seguridad de que en verdad viven en el estado de gracia, aun esa seguridad sea zarandeada disminuida y interrumpida. Ellos siguen siendo amados de Dios, pero se les advierte a todos los miembros de la iglesia local a que no piensen como hacen algunos, que por ser enseñado en la doctrina de la gracia y de la salvación, una vez han creído y han sido salvados por la gracia de Dios y al encontrarse seguros, todas se descuidan. y no, veamos esta mañana, no al descuido, no a la pereza, hay que mantenernos en la lucha. Como dijo Pablo en los Efesios, con todas las armaduras puestas para resistir en aquel día malo, resistir a nuestros enemigos. La gracia de Dios no es una excusa para pecar, más bien es la gracia de Dios que nos salva, es la gracia de Dios que nos entrena y nos permite vivir vidas justas. En verdad, el Evangelio de la gracia de Dios se le predica a toda criatura en el cual se le asegura la salvación al creer por la fe en el Señor Jesucristo. Además, la gracia nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Por esto es que la información de Dios para todos los hombres, pero para los creyentes, no es solamente una información de Dios, es que la hemos hecho un credo para nosotros. En el estado de gracia podemos vivir en este mundo una vida justa, piadosa y con dominio propio. Esa gracia hay que pedírsela al Señor, hay que buscarla, dominio propio para rechazar aquellas tentaciones, aquellas ofertas indecentes, rechazarlas y vivir una vida piadosa, mientras guardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro amado y Señor Jesucristo. Otros piensan que después de ser salvos por gracia, para vivir seguro tienen que mantenerse haciendo buenas obras con el fin de que la salvación no se pierda. es todo lo contrario. La gracia de Dios es la que nos mantiene y no nosotros por nuestra propia cuenta vamos a mantener la gracia salvadora con las obras. No, las obras son producto de una vida nueva, producto de la fe en el Señor Jesucristo y de la obra redentora aplicada en nuestra vida. Mis hermanos, las buenas obras son el resultado de lo que ya hemos recibido como la salvación. Ellas son los frutos del obrar de Dios en nosotros. Todavía fallándole como creyente a nuestro Señor, Dios es fiel a sus pactos y siempre nos perdonará. Busquemos siempre en él el perdón. Podemos confiar en que somos justificados por su gracia y eternamente seguros en ella. Podemos decir, como lo dijo John Newton, su gracia me enseñó a temer. Viviendo en el estado de gracia, ella es nuestro pedagogo, nuestro tutor, nuestro profesor. Cada día nos enseña. de la manera como tenemos que vivir. Y la porción que leyera vuestro hermano Oliver en Tito 2, 11, porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que renunciando a la impiedad. Quiero al final que meditemos en esa palabra, renunciando a la impiedad. De la única manera que podemos ponerle la renuncia a cosas dañinas para nuestra vida cristiana es permitiéndole a la gracia enseñarnos y que podamos ver que los deseos mundanos no pueden acompañarnos en el estado en el cual nos encontramos. Por eso dice el apóstol Pablo a Tito, enseñando que renunciando a la impiedad y al deseo mundano, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Alguien puede decir, ¿se puede pastor vivir de esa manera? Y la respuesta es que sí. La respuesta es que sí. Se puede vivir en este siglo malo. En este presente tiempo de calamidades y de grandes dificultades, se puede vivir sobria, justa y piadosamente. Cuando el mundo está embriagado de mundo, embriagado de placer, embriagado de lujuria, los creyentes pueden vivir sobrio, justo y piadosamente. La gracia nos enseña a eso. Aguardando la esperanza bien adenturada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Mis hermanos, si la gracia se retirara, dejándonos solo sin sus fieles y exactas enseñanzas, mire, seguiríamos pecando y huyendo de Dios. ¿Quién nos detiene a no irnos de Dios? La gracia. en el estado de gracia en el que vivimos. Ella es nuestro tutor, quien nos enseña a vivir correctamente en este mundo. El Señor siempre, siempre a los que están en el estado de gracia, hay gracia sobre gracia para ellos. Bendito sea su nombre, para que perseveremos en su gracia. acciones, muchas acciones de gracias sean dadas a nuestro Dios por su gracia inefable hacia nosotros. Amén. Demos gracias al Señor. Te bendecimos, Señor, y te alabamos. Te prestamos gratitud porque cambiaste nuestro estado. nos cambiaste de reino, nos cambiaste de Señor, nos cambiaste de Rey y nos ha puesto en un lugar seguro como es el estado de gracia en el cual nos encontramos. Te bendecimos, Señor. Te prezamos gratitud. Permítenos, Señor, en la cotidianidad, meditar en estas cosas, pensar siempre en aquellas posibilidades que existen de ser zarandeado en cuanto a la seguridad, de la gracia y de la salvación. Señor, usa siempre Tu Palabra para traernos a buena memoria para volver en sí cuando nos alejamos en pensamientos, en ideas. Usa Señor siempre Tu Palabra para atraer a ese corazón que muchas veces simpatiza con aquellas cosas pecaminosas. Señor siempre usa tu palabra para traernos gozo, para traernos alegría, para traernos contentamiento, para traernos todo aquello que humanamente no producimos por nuestras grandes debilidades. Bendice esta iglesia con sus líderes, sigue formándola al carácter santo, de Cristo. Te lo pedimos en su nombre. Amén.
La seguridad de la gracia y la salvación #2
La seguridad de la gracia y la salvación #2
Sermon ID | 52724172194866 |
Duration | 52:17 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Language | Spanish |
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