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Mateo capítulo 5, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 13 hasta el versículo 16. Mateo capítulo 5 desde el versículo 13 hasta el versículo 16. Glorifica a Dios en tu vida. Glorifica a Dios en tu vida. Aquí en versículo 13, Dice el texto diciendo, vosotros sois la sal de la tierra. Pero, si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Eso es Mateo 5, desde el versículo 13 hasta el versículo 16, donde resalta... que el creyente debe de influir, debe de impactar a los que le rodean. ¿Y cómo debe de hacerlo? Viviendo por Cristo, dándole gloria, reflejando la luz, reflejando quién es, no escondiéndose, no apartándose, sino entregándose a la voluntad de Dios, haciendo lo que Él desea. Entonces, por ello aquí vemos la importancia de glorificar a Dios en nuestra vida. Aquí vemos cómo Jesús lo que hace es usar metáforas. Usa metáforas de la sal, de la luz, para mostrar cómo los creyentes deben de ser, cómo el creyente debe de influir, cómo el creyente debe impactar a los de su alrededor siendo diferente. Y es que hay pocas cosas más útiles que la sal, que la luz. O sea, pregunta un chef, ¿de cuánto valor es la sal? El otro día, mi esposa y yo estábamos viendo un programa de televisión de una chef, y estaba explicando el valor de la sal, ¡y estaba echando un montón de sal a la comida! Porque decía, es imprescindible sacar ese sabor que tiene la comida, ¿no? Y estaba echando sal, y el valor de la sal. Y, o pregunta a un fotógrafo, O alguien que hace documentales, ¿no?, de vídeo. ¿Cuán importante es la luz? Y es que la sal y la luz es de extrema importancia porque influye, porque impacta a todo lo que le rodea, todo lo que toca. Es que los seguidores de Jesús deben ser diferentes. Y deben de reflejar su diferencia a tal punto que los demás también saben que son diferentes. Deben de impactar de su alrededor positivamente. Es que los creyentes deben de hacer la diferencia en este mundo. La gente se debe de dar cuenta. Oye, ellos son seguidores de Jesús. Son... diferentes y benefician a los de su alrededor. Por eso, debemos de dar gloria a Dios en nuestra vida. Primero, aquí lo vemos en el versículo 13, debemos de influir a otros siendo diferentes. Porque aquí dice, vosotros, esto es Mateo 5, versículo 13, vosotros sois la sal de la tierra, pero si la sal se desvaneciere, ¿Con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada afuera y hollada por los hombres. Eso es Mateo capítulo 5, versículo 13. Ahora, aquí resalta la sal. Ahora, la sal es valiosa. A tal punto, especialmente en la antigüedad, donde la sal, en ocasiones, a los soldados romanos les pagaban con sal. Entonces, a tal punto era el valor de la sal para esa sociedad, incluso hoy en día, ¿no? La sal es extremadamente valiosa. Pero tenemos que recordar que en los tiempos de Roma, que es el contexto en el cual nos encontramos ahí en el ministerio de Jesús, se encuentra ahí en el contexto de Roma, cuando él está enseñando, La sal era incluso de más importancia porque no había manera de refrigerar. No había manera de conservar la comida o la carne si no fuera por la sal. No tenían frigorífico, no tenían congelador. Era mucho más difícil. Solamente quizás los áreas muy norteñas quizás tenían acceso a hielo, pero por lo general la manera de preservar La comida era con la sal. Mucha cantidad de sal. Pero también la sal es muy valiosa porque da sabor a la comida. Y aún en ocasiones se usaba la sal para proveer nutrientes necesarios para los campos o incluso para los animales. Entonces la sal era de extremada importancia. Entonces viendo aquí la importancia de la sal. Porque la sal, ¿qué es lo que hace la sal? Impacta a lo de su alrededor. Cuando echas sal a la comida, impacta el sabor de la comida. Cuando echas sal en grandes cantidades sobre la carne, pues preserva la carne. Impacta positivamente. Entonces lo que Jesús está diciendo, eso es lo que debe de hacer el creyente. Impactar positivamente el mundo que le rodea. O sea, deben de impactar al mundo para el reino de Dios. Y es que la sal tiene un distintivo. O sea, cuando... Si estás haciendo repostería, quizás has hecho una tarta muy buena, pero te has equivocado. En vez de echarle azúcar, le has echado sal, te vas a dar cuenta muy rápido. Con solamente probarlo te das cuenta, o no. Me he equivocado. Le he echado sal en vez de azúcar. Porque la sal impacta. Tiene un distintivo. Nadie te tiene que decir, oye, esto está demasiado salado. Tú sabes, está demasiado salado. Porque tiene un distintivo. Tú sabes, con el sabor, inmediatamente, demasiado salado. Y es porque tiene ese distintivo. Entonces, lo que Jesús está diciendo es el creyente debe tener ese distintivo. Que la gente se dé cuenta de que es diferente, de que está apuntando a las personas a buscar a Dios. Está impactando al mundo para el reino de Dios. Ahora, aquí si notáis, dice, vosotros sois la sal de la tierra. Está hablando a los creyentes específicamente. Está diciendo que son la sal de la tierra. Pero dice, pero si la sal se desvaneciere, ¿Con qué será salada? Ahora, para nosotros esto es un poquito quizás chocante, porque la sal refinada de hoy en día no pierde su sabor, no pierde su... no pierde sus componentes. Pero hay que recordar que en ese tiempo, en la antigüedad, En el mundo antiguo, gran cantidad de la sal provenía de pantanos salados y no de la evaporación de agua salada. Por ello, mucha de esa sal estaba contaminada con impurezas. Había sales y otra clase de impurezas, otra clase de minerales y quizás tierras. En ocasiones, pues esas tierras eran blancas también, entonces se podía mezclar un poquito con la sal y entonces, de repente, ya no es sal pura y es insípida, no tiene esa fuerza, no tiene ese sabor. Por eso dice, si la sal se desvaneciere, o sea, aunque la sal es un compuesto estable que en teoría no pierde su sabor si está contaminada con otros materiales, con otros minerales pues eso es lo que le hace perder valor y una vez que pierde ese valor ya no tiene ninguna clase de valor, no se puede usar para lo cual lo querías usar no tiene esas capacidades de preservación, no tiene esas capacidades de dar ese sabor o esos nutrientes necesarios porque se ha desvanecido. Ese término, desvanecerse, que vemos aquí en el texto, en el lenguaje original tiene la idea de sin sabor o se vuelve insípida. ¿Por qué? Porque se ha contaminado. Ha perdido esa pureza. Y es que la sal la sal real en la antigüedad se filtraba y quedaba un residuo de poco valor y si la sal se diluye ya no sirve. Y por eso se dice que la sal es insípida, ¿no? Y incluso hay textos que mencionan que la sal insípida, esa sal que había perdido su valor, se usaba sobre los tejados planos de Israel. Muchas de las casas pues tenían tejados planos y para evitar las filtraciones, pues echaban esa sal insípida sobre los tejados planos ahí en Israel para compactar el suelo y eso ayudaba a prevenir esas filtraciones, no esas goteras. Y esos tejados planos pues se usaban como patios, se usaban como lugares de reunión. Entonces, por eso aquí menciona, aquí en Mateo 5, 13, no sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Esa es la que tenía tanto valor cuando es pura. Si está mezclada, si está contaminada, ya no sirve. Sirve solamente para tirarla al suelo y pisotearla. También se menciona en algunos textos que la sal insípida también se echaba sobre los caminos, ¿no?, para endurecer el camino. El punto es que la sal ya no sirve para lo que se creó, para lo que estaba intencionada. Y aquí quizás simplemente está diciendo, mira, ya no tiene valor cuando se ha corrompido. O sea, ¿qué pasa si la sal pierde su eficacia? Pues pierde su valor. Pierde su valor para preservar, pierde su valor para dar sabor. Y entonces, por ello, está diciendo, mira, el creyente, ¿qué es lo que debe de hacer? Debe de influir a otros. No debe de contaminarse con el mundo que le rodea. Debe influir a los de su alrededor. Un seguidor de Jesús no debe de hacerse inútil por el pecado. No debe de contaminarse. no debe de dejar que el mundo le influya a él, sino él debe de influir a los demás. Es que el creyente no debe dejar que el mundo diluya su eficacia. Es que los discípulos de Cristo deben de actuar como conservante en este mundo, al reflejar el estándar del reino de Dios, para que las personas se den cuenta de su maldad al ver nuestra rectitud y digan, oye, eh... eh... el camino por el cual voy es incorrecto, debo de seguir el camino de Cristo. Mira a estos, a estas personas ejemplares, a estos seguidores de Cristo, que reflejan el reino de Dios, reflejan el estándar del reino de Dios. Entonces, ¿qué es lo que van a hacer? Dar gloria a Dios, porque seguimos el estándar de Dios. Es que un creyente que hace paces con el mundo para evitar la persecución, se ha vuelto inútil. Por ello, un creyente puro de corazón siempre será útil para el reino de los cielos. Que un seguidor de Jesús no debe dejarse diluir por el mundo. El mundo debe saborear la bondad de Dios en la vida de los creyentes. El creyente debe ser esa sal que impacta, que influye a otros siendo diferente. Entonces, glorifica a Dios en tu vida influyendo a otros siendo diferente. Pero también, del versículo 14 al versículo 15, glorifica a Dios en tu vida impactando a todos los que te rodean. Aquí en versículo 14 empieza con otra metáfora. En el versículo 13 ha mencionado la sal, pero ahora menciona la luz. Yo creo que nosotros entendemos el impacto que tiene la luz. Incluso en una noche extremadamente oscura, si sale la luna, o sea, si está la luna, aún así se puede ver. Pero tú quita la luz de la luna y de repente no ves nada. Nosotros entendemos el impacto de la luz. Entramos en una habitación que está totalmente a oscuras y prendemos la luz y de repente podemos ver. La luz impacta positivamente. Impacta todo lo que le rodea. La sal trabaja en secreto. Trabaja desde dentro. Pero la luz es obvia. Y trabaja abiertamente. Y aquí, dice vosotros sois la luz del mundo lo que implica es que el mundo está en tinieblas y la escritura lo pone muy claro el mundo está en tinieblas por su pecado y sirve al reino de las tinieblas y entonces aquí menciona a los creyentes como la luz del mundo ahora la luz en el antiguo y en el nuevo testamento frecuentemente simboliza pureza verdad revelación divina y la presencia de Dios, porque incluso en 1 Juan 1.5 nos dice que Dios es luz. Eso es 1 Juan 1.5. Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él. Y ahora en Juan 8, versículo 12, Jesús mismo dijo, Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tiñeblas, sino que tendrá la luz de la vida. Eso es Juan 8, versículo 12. Entonces, por ello, Jesús ser la luz del mundo, o sea, sus seguidores se apropian de esa luz, la luz del Evangelio, y entonces nosotros también reflejamos esa luz, reflejamos a Cristo en nuestra vida. Y es que el mundo debe de ver el carácter de Dios en los creyentes. La luz de Dios se proyecta en la vida de los creyentes. Y por ello los creyentes también son la luz del mundo porque reflejamos esa transformación que ha ocurrido en nosotros. Reflejamos la luz de Cristo. Hemos puesto nuestra fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador y por ello reflejamos esa luz, la luz de Dios. y la luz del Evangelio. Y es que por ello los seguidores son, los seguidores de Jesús son luz en el mundo. Incluso nos dice Efesios, Efesios 5, del 7 al 12, dice en versículo 7, no seáis pues partícipes con ellos, porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor. Andad como hijos de luz. porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad, comprobando lo que es agradable al Señor, y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino, más bien, reprendedlas, porque vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto". Eso es Efesios 5, del 7 al 12. Dios del creyente, al ser hijo de luz, al haber recibido la luz del Evangelio, al tener el Espíritu Santo morando dentro de él, debe reflejar esa luz, y andar como hijos de luz, porque somos luz en el Señor. No andando en las tinieblas, no poniendo en práctica las obras de este mundo, las obras pecaminosas, sino andando como hijos de luz. Esos Efesios 5, del 7 al 12. En Filipenses 2, del 14 al 15. y hace todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios, sin mancha, en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo. Eso es Filippenses 2, del 14 al 15, donde también menciona a los creyentes resplandeciendo. Una característica de la luz es que resplandece. Y por ello, al ser luz, debemos de resplandecer. Por eso dice, en medio de la cual resplandeceis como luminares en el mundo. Sos filipenses 2, del 14 al 15. En primera de Juan, en versículo 5 al 7, dice, Esto es 1 Juan 1, del 5 al 7. Este es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos, Dios es luz y no hay ninguna tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros. Y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Eso es 1 Juan 1, del 5 al 7. Ahí lo pone muy claro. Si decimos que tenemos luz pero no reflejamos la luz, es que no tenemos comunión con él. Porque Dios es luz, y si realmente somos creyentes genuinos, vamos a reflejar esa luz. Si no reflejamos la luz, Si no reflejamos la luz del Evangelio, si no reflejamos a Cristo en nuestra vida, es porque no somos creyentes. Es la misma idea con la sal. Si no reflejamos la sal, o sea, si no impactamos de la misma manera que impacta la sal a lo de su alrededor, es porque realmente no somos sal, no somos creyentes. Porque Las cosas que están cerca de la sal, pues tienen sabor a sal, pero no son sal. Esa es la diferencia, ¿no? Entonces, por ello, si realmente somos sal, si realmente somos luz, pues debemos de impactar, debemos de influir en otros. Es que Jesús deja claro que la tarea de los discípulos, de sus discípulos, es llevar la luz a todo el mundo. Por ello el creyente debe reflejar la luz de Cristo. Por eso aquí en el siglo XIV, eso es Mateo 5, XIV, dice, vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. O sea, una luz en la oscuridad se nota, se puede ver. Incluso hoy mismo, estaba conduciendo, viniendo hacia acá, y de repente vi una luz a la distancia, una luz parpadeando roja. Inmediatamente vi la luz. Y entonces me di cuenta. Ah, es un ciclista, un ciclista que va en la carretera. Pero vi la luz. O sea, no se puede esconder. Especialmente en la antigüedad, pues puedes pensar en la oscuridad, ¿no?, que había hasta que se prendía la lámpara, ¿no? No había electricidad como hoy en día, entonces, pues, prendían la lámpara y se podía ver a distancia. Especialmente en una ciudad, en un monte, que está puesto en lo alto y también comúnmente las casas se construían con calcita blanca. Entonces, una piedra blanca que brillaba en el sol. Y por ello, pues se podía ver a distancia. Y aún también si se pintaban con cal, pues también se veía a distancia. El punto es que, viendo que no se puede esconder, al igual que una ciudad, no se puede, una ciudad en lo alto no se puede esconder especialmente cuando las ciudades las iluminaban pues entendían las lámparas pues entonces de noche pues no se podían esconder de esa manera debe influir el creyente se debe de notar, debe de impactar a todo lo que le rodea o sea de noche cuando los habitantes iluminaban la ciudad, pues ahí se veía desde muy lejos. Y es la misma manera, el discípulo de Cristo debe atraer a otros con su vida. Un creyente que se esconde, realmente está negando su llamado. Un creyente genuino debe ser identificable. su fe y la manera en que vive debe de hacer imposible su ocultación. Y resalta la insensatez de intentar esconder la luz, porque en Versículos 15 dice, ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa. Aquí esta luz que mencionan del siglo XV, probablemente está hablando de una lámpara pequeña, ¿no? En la antigüedad, normalmente en las casas pues tenían sus lámparas pequeñas de aceite y eran lámparas esas que se llevaban en la mano. Comúnmente era alguna especie de plato de cerámica que estaba pellizcado en uno de los lados que tenía una mecha de tela, y entonces pues se prendía y daba una luz, era poca luz, pero cuando tú entrabas en un cuarto, en una habitación, pues tú ponías esa luz lo más alto posible para que iluminara lo más alto posible. Y por ello, aquí menciona que se pone sobre el candelero, ¿no? Se pone sobre un lugar alto para que pueda ver toda la habitación. Lo insensato sería es cubrirlo, es cubrir esa luz. La luz no se esconde. Ahí menciona el almud, y el almud era una... una... una cesta, básicamente, una cesta de medida, que medía diferentes... diferentes granos, se usaba para... para medir los granos, y entonces... la medida era alrededor de unos 9 litros. Entonces, un almud estaría en casi todos los hogares, estaría disponible en los hogares porque así es como hacían sus medidas y entonces es insensato traer esta pequeña luz y poner esta cesta encima de la luz porque obviamente quitaría el impacto de la luz, no podrías ver Si tienes la luz, ponlo en lo más alto para que se pueda ver. No lo cubras. O sea, las luces no se esconden. Sería absurdo esconder una lámpara y luego cubrirla. Porque el propósito es que sea visible. Las luces se usan para iluminar, ¿no? Las lámparas se usan para iluminar. Es insensato encender una luz y luego esconderla. Una luz sigue iluminando. Pero si está escondido, si esa luz está escondida, es inútil. Una lámpara se pone en un soporte, ¿no?, para iluminar todo lo posible. Y por ello, aquí está resaltando la insensatez de esconder una luz. Por ello, el creyente no debe de esconderse. Él es la luz del mundo, debe de reflejar la luz. El seguidor de Cristo es testigo del Evangelio al mundo. La luz, por naturaleza, resplandece. Si eres un creyente genuino, vas a resplandecer. Entonces, resplandece. Y es que la persona que ha recibido la luz del Evangelio ilumina esa luz en el mundo oscuro. Incluso, de la manera que Cristo lo pone aquí, enfatiza la responsabilidad que tiene el creyente de dar luz. Porque el discípulo de Cristo siempre debe estar activo. Si deja de trabajar para Cristo, se hace inútil. Por eso no debe de esconderse, sino debe de dar gloria a Dios reflejando la luz del Evangelio. Y eso es lo que vemos en el versículo 16. Porque dice, así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Entonces, glorifica a Dios en tu vida, influyendo a otros siendo diferente, impactando a todos los que te rodean, pero también reflejando la luz por tu forma de vivir. Porque aquí, ahora, interpreta la luz que los discípulos derraman como sus buenas obras. O sea, la manera en que vive un creyente genuino refleja a Cristo. vive como Cristo vivió. Refleja a Cristo en toda área de su vida. Es que las buenas obras de los creyentes deben de resplandecer para que el mundo las vea. Para que den gloria a Dios. Por eso aquí vemos, dice, así alumbre vuestra luz delante de los hombres. O sea, los discípulos de Cristo deben de mostrar sus buenas obras. Todo lo que hacen debe de reflejar la voluntad de Dios. El discípulo de Cristo debe vivir de tal manera que las personas reconozcan su origen, reconozcan a quién representan por su estilo de vida. Por eso dice, así enumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. O sea, aquí no está hablando de estas buenas obras que hacían los pariseos para recibir aplauso de los hombres. No está hablando que con tu vida das gloria a Dios. Reflejas la luz de Cristo y apuntas a todos a Cristo. No es para que te glorifiquen a ti, no es para que te den aplausos, no es para ser visto de los hombres, sino para apuntar a otros a Cristo. para que se den cuenta de que están en oscuridad y que necesitan ellos mismos la luz y que busquen la luz. Y por eso dice aquí Mateo 5,16, Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Y es que el seguidor de Jesús debe de vivir haciendo buenas obras, demostrando el amor de Dios. Por ello, los creyentes no deben de aislarse. No es que debemos de apartarnos de la sociedad, en una comunidad y vivir para Dios en un lugar específico sin impactarnos los de nuestro alrededor. O sea, los creyentes no deben de aislarse y separarse en algún lugar del mundo para que el mundo no les haga caso, no, sino que deben de reflejar el amor de Cristo, deben de reflejar el Evangelio, deben de brillar donde Dios les ha puesto para que las personas se den cuenta de que están en oscuridad y que busquen el Evangelio y que sean salvos. Es que el creyente debe impactar al mundo que le rodea. Y en ocasiones, pues al reflejar el Evangelio, pues vendrá la persecución. Es que el creyente debe de reflejar la luz, aun si vivir para Dios causa persecución. Como nos dice 2 Timoteo 3, 12. También todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución. Eso es 2 Timoteo 3, 12. O en Mateo 5, del 10 al 12. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois, cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros." Eso es Mateo 5, del 10 al 12. La Escritura es clara. Los malvados van a odiar a los justos. O sea, el reino de las tinieblas quiere destruir el reino de la luz. Y por ello, el vivir la luz en este mundo oscuro no va a ser popular. Va a haber personas que lo van a rechazar, va a venir persecución, pero eso no debe de frenar a los creyentes de mostrar la luz del Evangelio, de ser diferentes, de reflejar a Cristo en toda área de su vida, de reflejar el carácter de Dios, porque debemos de ser luz e impactar a los de nuestro alrededor, aunque nos odien. Incluso nos dice en Mateo 5, del 43 al 48. Dice, oísteis que fue dicho, amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo, amad a vuestros enemigos. Bendecid a los que os maldicen. Haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos. Que hace salir su sol sobre malos y buenos. Que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, que recompensa tendréis. ¿No hacen también lo mismo los publicanos? ¿Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? ¡Sed pues vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto! Eso es Mateo 5, del 43 al 48. O sea, debemos de reflejar a nuestro Padre Celestial en todo lo que hacemos. Aunque le odien a Él, Él es bueno para con todos. Entonces nosotros, aunque nos odien por causa de Cristo, por causa de la luz que reflejamos, por causa de que reprochamos su pecado y su maldad y les pedimos que se arrepientan de sus pecados y que busquen a Cristo para la salvación de sus almas, aunque ellos nos rechacen por el Evangelio, nosotros debemos de reflejar la luz de Cristo. Debemos de ser santos en toda nuestra manera de vivir. Eso es lo que nos dice 1 Pedro 1, del 14 al 16. Dice, como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir. Porque escrito está, sed santos porque yo soy santo. Entonces, debemos de ser santos. debemos de reflejar a Dios en nuestras vidas, reflejar la luz del Evangelio, aun cuando eso no es popular. Por ello, no debemos hacer concesiones para que el mundo se agrade de nosotros y nos considere como sus amigos, sino que debemos de reflejar a Cristo y hacer todo para la gloria de Dios. Por eso aquí nos dice Mateo 5, versículo 16. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Muchas veces las buenas obras que hacemos pues no son populares. Cuando trabajas en un lugar donde hacen toda clase de maldad. y tú eres el único que hace lo bueno. ¿No? Te... Te... Tienen la mirada sobre ti, te critican, te intentan dañar porque tú estás revelando su maldad. Tú estás haciendo lo que es recto. Y entonces, te odian a ti porque haces lo que es recto. O, quizás en la escuela, ¿no? Un estudiante que estudia y no hace trampas en los exámenes. y cuando otros se gozan de que se han salido con la suya haciendo trampas en sus exámenes o en sus tareas, cuando tú, al ser ejemplar, al ser santo y no poner en práctica lo que ellos hacen, al realmente estudiar y hacer lo que es correcto, pues te van a rechazar, te van a odiar. Incluso te... quizás te ven como un bicho raro, ¿no? Como alguien completamente diferente. Quizás venga la persecución, pero aún así, Hay que glorificar a Dios en nuestra vida. Hay que hacer todo para la gloria de Dios, aunque no sea popular con el mundo que nos rodea, porque vivimos para darle gloria. Como nos dice 1 Corintios 10, 31. Si pues coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. Eso es 1 Corintios 10, 31. Y ahí da ejemplos muy, muy simples, ¿no? O sea, para poder sobrevivir tenemos que comer, tenemos que beber. Son de las cosas más simples que hay. Pero aquí incluye o hacéis cualquier otra cosa. O sea, por muy simple que sea la actividad en la que estés involucrado, pues debes de hacerlo todo para la gloria de Dios. porque debes de hacer todo para que Dios sea exaltado. Cuidar de hacer buenas obras para darle gloria a Dios. Nos dice 1 Pedro 2, del 11 al 12. ¡Amados! Yo os ruego, como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos cárnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación al considerar vuestras buenas obras". Sus primeras de Pedro 2, del 11 al 12. viendo ese impacto que podemos tener sobre la sociedad que nos rodea con nuestras buenas obras porque reflejamos la luz de Cristo. Eso es la primera de Pedro 2, del 11 al 12, el versículo 15, primera de Pedro 2, 15, dice, porque esta es la voluntad de Dios, que haciendo bien hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos. Eso es primera de Pedro 2, 15, donde vemos otra vez esa misma idea de hacer bien de reflejar el Evangelio, reflejar que realmente hemos sido transformados por la luz y dar a Dios la gloria en nuestra vida, influyendo a otros, siendo diferente, impactando a todos los que nos rodean, reflejando la luz por nuestra forma de vivir. Es que todo lo que hacemos debe causar a otros dar gloria a Dios. Todo seguidor de Jesús debe mantenerse activo sirviendo a su Señor. O sea, la gloria de Dios debe ser la meta en nuestras vidas. Es que Dios quiere que la Iglesia sea diferente al mundo. Entonces, da gloria a Dios en tu vida. Refleja el Evangelio. Refleja tu conocimiento de Dios. Refleja que realmente eres una nueva criatura. Por ello, ¿No mientas? ¿No hables necedades? ¿No participes en los chismes? ¿No murmures? ¿No robes? ¿No odies? ¿No insultes? ¿No uses el nombre de Dios en vano? ¿No participes de maldad? ¿No participes de sexo ilícito? ¿No codices? ¿No seas materialista? ¿No te dengues? ¿No tomes sustancias que te controlan? no formes pleitos ni contiendas, no te entregues a la idolatría, no busques a hechiceros, no sigas tus pasiones pecaminosas, sino vive para dar gloria a Dios, o sea, trabaja con ganas, refleja humildad, apártate de toda apariencia de maldad, cumple tus responsabilidades, ama a otros, teme sólo a Dios, vive para Él, habla la verdad, ayuda a otros, comparte el evangelio en palabra y en hecho, sirve a otros, anda como hijo de luz, obedece a Dios, practica la palabra de Dios, fortalécete en el Señor, batalla contra el mal, sigue el ejemplo de Jesucristo. en toda área, en vida, en mente, en corazón, en deseos, en enfoque, o sea, sigue el ejemplo de Jesús en santidad, en su confianza en Dios Padre, en su actitud, en conducta, en sus palabras, en obediencia a la voluntad de Dios, en servicio, en humildad, en fidelidad, o sea, glorifica a Dios en tu vida, influyendo a otros, siendo diferente, impactando a todos los que te rodean, y reflejando la luz por tu forma de vivir. Vive para dar gloria a Dios. Vamos a terminar en oración.
Glorifica a Dios en tu vida
Series Mateo
Sermon ID | 526241612205612 |
Duration | 41:11 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Matthew 5:13-16 |
Language | Spanish |
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