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Que el Señor les bendiga hermanos, vamos a abrir nuestras Biblias en el libro de Josué Nuestras Biblias en el libro de Josué en su capítulo 7 Pues hoy es el capítulo 7, vamos a meditar en esta mañana sobre el pecado de Acán. El título de esta predicación es El pecado de uno profana la casa de Dios. Voy a leer y ustedes me siguen con su vista. Dice así la palabra de Dios. Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema, porque Acán, hijo de Carmi, hijo de Sabdi, hijo de Sera, de la tribu de Judá, tomó del anatema y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel. Después Josué envió hombres desde Jericó a Ahí, que estaba junto a Betaben, hacia el oriente de Betel. Y les habló diciendo, Subid y reconoced la tierra. Y ellos subieron y reconocieron Ahí. Y volviendo a Josué le dijeron, no suba todo el pueblo sino suban como dos mil o tres mil hombres y tomarán a Ahí. No fatigues a todo el pueblo yendo allí porque son pocos. Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres los cuales huyeron de delante de los de Ahí. Y los de ahí mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sevarim, y los derrotaron en la bajada, por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua. Entonces Josué rompió sus vestidos y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel, y echaron polvo sobre sus cabezas. Y Josué dijo, ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo, el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán! ¡Ay, Señor! ¿Qué diré, ya que Israel ha vuelto la espada delante de sus enemigos? Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra. Y entonces, ¿qué harás tú a tu grande nombre? Y Jehová dijo a Josué, Levántate, ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aún ha quebrantado mi pacto que yo les mandé, y también ha tomado del anatema, y hasta han hurtado, y han mentido, y aún lo han guardado entre sus enseres. Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema. Ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros. Levántate, santifica al pueblo, y di, santificaos para mañana, porque Jehová el Dios de Israel dice así, anatema hay en medio de ti, Israel, no podrás hacer frente a tus enemigos hasta que hayáis quitado el anatema en medio de vosotros. Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus, y la tribu que Jehová tomare se acercará por sus familias, y la familia que Jehová tomare se acercará por sus casas, y la casa que Jehová tomare se acercará por los varones. Y el que fuera sorprendido en el anatema será quemado, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto de Jehová y ha cometido maldad en Israel. Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus tribus, y fue tomada la tribu de Judá. Y haciendo acercar a la tribu de Judá, fue tomada la familia de los de Sera. Y haciendo luego acercar a la familia de los de Sera, por los varones, fue tomado Sabdi. Hizo acercar su casa por los varones y fue tomado Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabvi, hijo de Sera, de la tribu de Judá. Entonces Josué dijo a Acán, hijo mío, da gloria a Jehová, el Dios de Israel, y dale alabanza, y declarame ahora lo que has hecho, no me lo encubras. Y Acán respondió a Josué diciendo, verdaderamente yo he pecado contra Jehová, el Dios de Israel, y así, y así he hecho. Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno y doscientos ciclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta ciclos, lo cual codicié y tomé. Y he aquí, que está escondido bajo tierra, en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello. Josué entonces envió mensajeros los cuales fueron corriendo a la tienda y aquí estaba escondido en su tienda y el dinero debajo de ello. Y tomándolo de en medio de la tienda lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel y lo pusieron delante de Jehová. Entonces Jehová y todo Israel con él tomaron a Can, hijo de Sera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus sasnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía y lo llevaron todo al valle de Acor. Y le dijo Josué, ¿Por qué nos has turbado? ¡Túrbete Jehová en este día! Y todos los israelitas los apedrearon y los quemaron después de apedrearlos. Y levantaron sobre él un gran montón de piedras que permanece hasta hoy. Y Jehová se volvió del ardor de su ira y por esto aquel lugar se llama el Valle de Acor hasta hoy. Oremos al Señor hermanos. Padre nuestro que estás en el cielo, en la tierra y en todo lugar, te damos gracias Padre por la bendición que nos das de estar aquí para alabar y glorificar tu precioso nombre bendito Señor. Te doy gracias Padre porque vivimos en un país donde tenemos todavía la oportunidad de reunirnos, de alabar tu nombre públicamente sin temor a que nos pase algo. Bendito Dios, en este momento pongo a mis hermanos Padre y pongo a mí Padre para que quites toda palabra humana que hay en mí, que predique yo solamente lo que tú quieres decirle a tus hijos y a mis hermanos. Abre su entendimiento, Señor, quita todo prejuicio y que seamos humildes ante tu palabra, bendito Señor. Y que salgamos de este lugar contentos, alegres, de haberte dado la honra y la gloria que tú te mereces. Te doy gracias por todo en el nombre de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Amén. Uno de los temas, hermanos, principales en este capítulo claramente es la ira de Dios. Lo vemos desde el verso 1 hasta el último verso, ¿no? A la iglesia de hoy no le gusta mucho predicar sobre este tema. Siempre se hace la diferencia del Dios del Antiguo Testamento con el Dios del Nuevo Testamento. Y se concluye que el Dios del Antiguo Testamento era un Dios airado, era un Dios vengativo, era un Dios inmisericorde. pero que esto terminó en el Nuevo Testamento y ahora tenemos un Dios lleno de amor, que no se enoja y que prácticamente su trabajo es perdonarnos. La palabra nos enseña en Hebreos 13.8 que Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. El Señor no cambia, todos sus atributos son una armonía perfecta. Su ira va implícita en su amor. Dios ama la santidad, por eso aborrece el pecado. Dios ama la justicia, por eso aborrece la iniquidad. En este mensaje, hermanos, veremos que Dios no puede ser burlado y que el pecado de uno no solo afecta al que lo practica, sino también a los que lo rodean. La familia, y si eres cristiano, afecta también a la iglesia. El pecado de uno siempre profana la casa de Dios. Desobedece a Dios. En libros anteriores vemos cómo Dios escucha a su pueblo cuando éste estaba en esclavitud en Egipto. Dios envía a Moisés para liberar a Israel, muestra grandes milagros y Egipto es castigado. Dios renueva las promesas con su pueblo que le había dado a sus antepasados, Abraham, Isaac y a Jacob, de que heredarían una tierra, la tierra prometida. Moisés muere y ya con Josué al mando, Dios sigue preparando a su pueblo. En el capítulo 5 del libro de Josué vemos que fueron santificados por medio de la circuncisión después de cruzar el río Jordán, después dice que celebraron la Pascua, y en el capítulo 6 tienen que enfrentar a Jericón, una ciudad grande, una ciudad amurallada, era la primera de las ciudades con las que tendrían batalla. Dios los hace marchar tras el Arca de la Alianza alrededor de la ciudad por siete días, una vuelta por día y el séptimo darían vueltas siete veces y al final gritarían a gran voz y Dios destruyó las murallas de esa ciudad. Esa ciudad desentregada en sus manos sin que ellos tuvieran que lanzar una sola flecha. La victoria es completamente de Dios, no es del pueblo. La única que se salva en Jericó es Raab, que había escondido a los mensajeros que Josué había enviado para inspeccionar esa ciudad. Y de ahí toda la ciudad es destruida e incendiada. Dios había sido fiel con su pueblo. Ahora el pueblo debería seguir su camino en la conquista de estas ciudades. Cada vez estaba más cerca el cumplimiento de la promesa, después de 40 años de vagar en el desierto, después de 400 años de esclavitud en Egipto, y después de muchos siglos de que Dios le había dado la promesa a Abraham de que de él iba a surgir una gran nación. Por fin iban a recibir la tierra prometida. Pero el pueblo, el pueblo de Israel nos dice en este capítulo que fue infiel. El verso 1 es prácticamente un resumen de todo lo que sucede en el capítulo. Comienza diciendo, pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema, desobedecieron. Vemos el capítulo anterior, el verso 18 del capítulo 6, nos dice lo que deberían hacer después de que Dios entregara en sus manos Jericó. Y nos dice el verso 18, pero vosotros guardaos del anatema, ni toquéis ni toméis cosa alguna del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel y lo turbéis. Mas toda la plata y el oro y los utensilios de bronce y de hierro sean consagrados a Jehová y entren en el tesoro de Jehová. El término anatema, cuando se refiere a cosas, connota siempre separación o apartado o apartado. Y cuando se refiere a personas, se refiere a muerte. Esto es muy común en el Nuevo Testamento, cuando Pablo decía que si alguien predica un evangelio diferente al que les he enseñado, que sea anatema. Acán desobedece y toma de ese anatema. Ahora hermanos, ¿por qué Josué, Josué capítulo 7, no comienza diciendo Acán prevaricó en cuanto al anatema? No comienza diciendo eso. Comienza diciendo que el pueblo de Israel, todo el pueblo, a pesar de que había sido uno nada más el que había Pecado, ¿no? No había sido todo el pueblo, sólo había sido un hombre. Y es que es la forma en que Dios se dirige a la humanidad, se dirige de una manera colectiva. A nuestra forma de ver, egoísta, esto se nos hace injusto, ¿no? ¿Cómo puede ser que todo el pueblo pague por lo que hizo un solo hombre? Pero tenemos muchos casos también de esto en nuestra vida diaria. Vemos que cuando un padre es trabajador, progresa, su familia también progresa junto con él. Y por el contrario, cuando un padre falla, cuando un padre se equivoca, la familia también sufre y paga las consecuencias del pecado de ese padre. En la Biblia tenemos también el caso de Adán. Romanos 5.19 nos dice, porque así como por la desobediencia de un hombre, los muchos fueron constituidos pecadores. También Romanos 3.23 nos dice, por cuando todos pecaron, están destituidos en la gloria de Dios. En Adán, hermanos, en el huerto de la arena estábamos representados todos. ¿Qué nos está diciendo la Biblia? Que si nosotros hubiéramos estado en el lugar de Adán, hubiéramos hecho prácticamente lo mismo, hubiéramos pecado de igual forma. Y si esto todavía se nos hace injusto o se te hace injusto que inocentes paguen por sólo uno que prevaricó, por sólo uno que pecó o falló, también se te debe hacer injusto, que por el sacrificio de uno, que verdaderamente era justo, nuestro Señor Jesucristo, muchos hayan sido salvados o considerados salvos. Este pecado, hermanos, que cometió Acán, encendió la ira, la ira de Dios sobre su pueblo. Hermanos, con Dios no se juega, a Dios no se le puede mentir, Dios no puede ser burlado, amigos, enseña la palabra. No era un pueblo cualquiera, era su pueblo, Él los había escogido. Y aún así la ira de Él estaba sobre su pueblo. Ahora imaginemos por un momento cómo será la ira de Dios para quienes no son su pueblo. Salmo 7, en el verso 11 al verso 16 dice, Dios es juez justo y Dios está airado contra el impío todos los días. Si no se arrepiente, Él afilará su espada. Armado tiene ya su arco y lo ha preparado. Asimismo, ha preparado armas de muerte y ha labrado saetas ardientes. Dios está airado, hermanos, contra un pecador. Y todavía, al tener esto en la Biblia, al leerlo, muchos siguen predicando, Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida. No va muy conforme a lo que nos enseña la Palabra de Dios. Después del saqueo de Jericó, el próximo paso era penetrar en las colinas más arriba. Josué manda espías para que reconocieran ahí, esa próxima ciudad con la que se tenían que enfrentar. Ellos traen las nuevas a Josué, fueron, espiaron y trajeron información a Josué de que era una ciudad no tan grande, era una ciudad pequeña, para lo cual ellos aconsejan a Josué diciéndole que no es necesario que vaya todo el ejército, con que fueran dos mil o tres mil hombres bastaría. podemos pensar hermanos que la ciudad de ahí contaba con un ejército pues de no más de 2.000 soldados por lo cual el consejo de estos hombres que con 3.000 podrían hacer frente a este pueblo. El capítulo 8 verso 25 nos dice que la población de ahí era aproximadamente de 12.000 habitantes. ¿Josué ve conveniente esto? Ve conveniente lo que le aconsejan estos espías, y pensaron que sería una batalla relativamente sencilla. El inicio del capítulo dice, hermanos, que el pueblo de Israel, Pecó, todo el pueblo, y es cierto, puedo ver también a un Josué junto con el pueblo, confiando en sus propias fuerzas. Venían de un triunfo sobre una ciudad grande que era Jericó, y se olvidaron por un momento de quién era esa victoria. ¿Quién había destruido las murallas? Dios. Dios era el que había entregado ese pueblo en sus manos y por un momento ellos se olvidaron, creyeron que eran ellos los que habían triunfado y sería fácil ir a pelear contra la otra ciudad. No vemos a los líderes venir delante del Señor o pedir consejo o buscar simplemente la guía del Señor ante esta ciudad que tenían enfrente. En el capítulo anterior vemos a Dios teniendo una comunión con Josué, diciéndole exactamente lo que pasaría y lo que tenían que hacer Él junto con el pueblo. Jericó sería entregado en sus manos y lo que tendrían que hacer sólo era gritar a gran voz que Él derribaría esas murallas. La batalla la ganó completamente nuestro Dios. Ahora en lugar, hermanos, de buscar el consejo de Dios, se recurre al consejo de los hombres porque son hombres los que están diciendo ahora que ahí prácticamente estaba en sus manos en el capítulo anterior Dios le está diciendo que iba a entregar a Jericó en sus manos y ahora los hombres son los que están diciendo que era un pueblo pequeño y que sería fácil que era un pueblo que estaba en sus manos y también están diciendo en lugar de buscar el consejo de Dios acerca de lo que tenían que hacer están buscando el consejo de los hombres el consejo es no llevar a todo el ejército solamente lleven a 3.000 a 3.000 hombres Dios había dicho en capítulos anteriores que todo el ejército tenía que ir a pelear lo vemos en Josué 1.14 y en Deuteronomio 3.18 Dios le está diciendo todo el pueblo debe ir a la batalla, en ningún momento dijo que sólo la mitad o la tercera parte, Él está diciendo que todo el pueblo tenía que ir a pelear para conquistar las tierras. Claro que alguien había principiado todo esto, Acán nos dice el verso 1 alto que fue por él que tomó del anatema pero también el pueblo hermanos había menospreciado al señor todo el pueblo había rechazado el consejo del señor cuál es el desenlace de todo esto verso 4 del capítulo 7 de Josué dice y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron de delante de los de ahí, y los de ahí mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Cebarín, y los derrotaron en la bajada, por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua. Otra versión dice todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo. Es una enseñanza, hermanos, muy fuerte la que vemos aquí y muy valiosa también. El pueblo dejó el consejo de Dios y buscó el consejo de los hombres. Dejó de confiar en Dios y confió en sus propias fuerzas. Y esto les trajo consecuencias y consecuencias graves. Murieron 36 hombres, los cuales probablemente tenían familia, una esposa que dejaron viuda o hijos que dejaron huérfanos. Hermanos, nuestras acciones siempre, siempre tendrán consecuencias. Gálatas, capítulo 6, verso 7, nos dice, no os engañéis, Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Y ahora vemos a un pueblo confundido, un pueblo turbado, juntamente con sus líderes. Y en el verso 6 vemos la humillación de Josué. El verso 6 dice, Entonces Josué rompió sus vestidos y se postró en tierra sobre su rostro, delante del arca de Jehová, hasta caer la tarde él y los ancianos de Israel, y echaron polvo sobre sus cabezas. Y Josué dijo, ¡Ah, Señor Jehová, ¿por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan, ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán. Ay Señor, ¿qué diré? Ya que Israel ha vuelto la espada delante de sus enemigos, porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra, y entonces, ¿qué harás tú a tu grande nombre? Aquí vemos dos cosas importantes, hermanos. Primero que el verso 6 nos habla de una humillación total por parte de los líderes y la segunda nos hace preguntarnos ¿por qué no hicieron esto antes? Si se hubieran humillado antes al Señor, si hubieran buscado el consejo de Dios otra historia se hubiera contado. Y así es nuestro andar como cristianos, nos olvidamos siempre de Dios, nos olvidamos de su palabra, nos olvidamos de orar, de tener comunión con Él, de buscar el consejo de Él a través de su palabra y de la oración, y cuando vienen los problemas ahora si pedimos ayuda al Señor ahora si pedimos oración ahora si vamos a las reuniones de oración participamos en la iglesia cuando debería ser al revés deberíamos estar preocupados y ocupados en los asuntos del Señor y esto hermanos al estar en comunión con Dios déjame decirte que no evitará los problemas los problemas vendrán pero cuando estás Perdón, pero cuando estos problemas vengan, estarás tomado del Señor. Estarás en comunión con tu Dios y podrás enfrentar estos problemas de una manera diferente. Pero también José, hermano, nos da un ejemplo perfecto de lo que se debe de hacer después de haber fallado, después de haber pecado contra el Señor, es venir a Él, humillarte a Él y esperar en Él. En la oración que se ve del verso 7 al verso 9 vemos algo de confusión en esta oración. Hasta aquí Josué no sabe que Acán ha tomado delanatema y lo ha escondido, por lo cual en una parte de la oración él se siente libre de culpa y se ve un poco que le reclama a Dios. Pero también hermanos, Josué era un hombre que confiaba en Dios, Josué había estado en los momentos difíciles con Moisés, también había aflicción en él, había dolor porque esta era la primera derrota en su campaña, en su conquista. Y vemos que esta oración se asemeja un poco a la intervención que hace Moisés por el pueblo cuando Dios los quería exterminar en el monte Sinaí. Vamos a Éxodo, capítulo 32 y vamos a leer del verso 10 al verso 12 recordemos que Moisés se había tardado en descender bueno así lo veía el pueblo y se habían dado al pecado y el verso 10 dice ahora pues Dios diciéndole a Moisés ahora pues Déjame que se encienda mi ira en ellos y los consuma, y de ti yo haré una nación grande. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová, su Dios, y dijo, ¡Oh Jehová! ¿Por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios diciendo, para amarlos sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Josué concluye su oración con algo parecido también. ¿Qué harás tú a tu grande nombre? El verso 12 de Exodo 32 dice, ¿Por qué han de hablar los egipcios diciendo, para malos sacó, para matarlos en los montes? Otra versión de la oración de Josué dice, ¿Qué será de tu gran prestigio? En la mente de Josué como en la mente de Moisés estaba el prestigio del Señor, que se hablara bien del Señor, que el Señor fuera glorificado y eso también debe ser nuestro pensamiento en todo, que aun cuando fallemos lo primero que esté en nuestras mentes sea la gloria del Señor, que se hable bien del Señor. En el verso 10 hermanos vemos la respuesta del Señor, Josué capítulo 7. Y Jehová dijo a Josué, levántate, ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Aquí el Señor está diciendo a Josué que no es tiempo de orar, sino tiempo de actuar. Es necesaria la oración en nuestras vidas, pero si estas oraciones no van acompañadas de obras, difícilmente podremos ver resultados. Queremos que nuestros vecinos, queremos que nuestros familiares sean salvos, pero si no les hablamos de la Palabra de Dios, difícilmente van a venir a la iglesia, aunque pasemos horas orando por ellos. Si no les llevamos el Evangelio, difícilmente van a venir. Oras porque tus compañeros de trabajo sean salvos, pero si no das buen testimonio, difícilmente van a acceder a la invitación de asistir a la iglesia. No queramos, hermanos, ser muy espirituales y resolver todo con oración. Y que no se malinterprete, Dios quiera que oremos más cada día, que cada día pasemos más tiempo en oración, pero que también nos conceda actuar, ponerle pies a esas oraciones. Verso 11 dice, Israel ha pecado, y aún han quebrantado mi pacto que yo les mandé, y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aún lo han guardado entre sus enseres. Por esto, los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a hacer anatema. Ni estaré más con vosotros si no destruyeres el anatema, de en medio de vosotros. Levántate, santifica al pueblo, y di, santificados para mañana, porque Jehová, el Dios de Israel, dice así, anatema hay en medio de ti, Israel, no podrás hacer frente a tus enemigos hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros. Y en esta divina respuesta, hermanos, vemos a Dios exhortando a su pueblo, mostrándoles dónde estaba su mal, y también les estaba diciendo que no van a ganar otra batalla, por la sencilla razón de que Él no estaría con ellos. Esto nos enseña que sin Dios no podemos hacer prácticamente nada. Dios no puede tener comunión con el pecado. Dios no puede ver el pecado. Y ahora te pregunto, ¿no puedes tener comunión con Dios? ¿Te cuesta tener comunión con Dios? Aquí está la respuesta, deshazte del anatema que muy probablemente has estado guardando entre tus enseres. Y Dios, como el Padre amoroso que es, porque por encima de esta reprensión sólo podemos ver el amor de Dios para con su pueblo, el Señor te dice, levántate, saca el anatema que hay en medio de ti, porque no podrás hacer frente a tus enemigos. seguirás perdiendo cada vez más terreno contra el pecado, serás humillado hasta que quites el pecado en medio de ti. Verso 15 dice, y el que fuera sorprendido en el anatema será quemado, él y todo lo que tiene por cuanto ha quebrantado el pacto de Jehová y ha cometido maldad en Israel. Un comentarista dijo, Los tiempos de peligro y tribulación deben ser tiempos de reforma. Debemos examinar nuestro hogar, nuestros corazones, nuestras casas y hacer una búsqueda diligente para allá si no hay un anatema que Dios ve y aborrece. Una lujuria secreta, ganancia ilícita, algún secreto indebido con Dios o con otra persona. No podemos prosperar hasta que el anatema sea destruido y arrancado de nuestro corazón y quitado de nuestras habitaciones y de nuestra familia y eliminado de nuestra vida. Ahora vamos a ver, hermanos, el juicio de Dios. Alguien tiene que morir. Dios, recuerden, no puede ser burlado. Viendo un poco el carácter de Josué vemos que dice la palabra que se levanta de mañana nos da la idea de alguien que quiere resolver las cosas pronto, alguien que quiere resolver los problemas que hay con su Dios de manera pronta. Probablemente el método por el cual Dios mostraría al culpable sería echar suertes, una práctica que se acostumbraba en ese tiempo. Al final la suerte cayó sobre Acán, hijo de Carmi, hijo de Sabdi, hijo de Sera, de la tribu de Judá. Verso 19 Entonces Josué dijo a Acán, Hijo mío, da gloria a Jehová, el Dios de Israel, y dale alabanza, y declarame ahora lo que has hecho, no me lo encubras. da gloria a Dios. Era una forma de conjurar, como se hace en las cortes ante la confesión de alguien. Pero también Acán, hermanos, con su confesión estaba dándole la gloria a Dios, porque estaba reconociendo la omnisciencia de Dios, la soberanía, verdad, celo y santidad de Dios. No pudo esconderse de Dios. y Acán respondió a Josué diciendo verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel y así y así he hecho pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno y 200 ciclos de plata y un lingote de oro de peso de 50 ciclos los cuales codicie y tomé y aquí que están escondidos bajo tierra en medio de mi tienda y el dinero debajo de ello Carlos Spurgeon define a Khan como un penitente dudoso. Tanto él como John Hill y otros teólogos se refieren a Khan como un verdadero converso, un hombre que se arrepintió apelando al testimonio que él mismo da. Da la sensación de que había dolor en su corazón y que estaba exponiendo su mal. Y aseguran que en la gloria veremos a Khan. Pero también otros teólogos, hermanos, como el comentarista Matthew Henry, creen que Acán fue destruido juntamente con su alma. Si nos preguntaran sobre el destino de Acán, probablemente no sabríamos qué elegir. No sabríamos dónde está ahorita. Pero sí podemos aprender mucho de este testimonio que él da. Dice, vi entre los despojos un manto babilónico. Es interesante, hermanos, que todo lo relacionado con el pecado en el libro de Apocalipsis lo definan con el nombre de Babilonia. Dice, vi un manto babilónico y 200 ciclos de plata y un lingote de oro de 50 ciclos. Esto es aproximadamente medio kilo. Pregunta, ¿dónde comienza el pecado de Acán? Dice, vi, vio que era bueno. Esto nos recuerda hermanos al Génesis, Eva en el huerto del Edén. Génesis 3 capítulo 3 verso 6 dice la mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió, luego le dio a su esposo y también él comió. Debemos tener cuidado hermanos de nuestros ojos. que vemos. Como Job, es necesario hacer pacto con nuestros ojos. Mateo 6.22 dice, la lámpara del cuerpo es el ojo, así que si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz. A cambio, no vio las cosas con ojos de fe, De lo contrario hubiera rechazado todo eso, hubiera hecho caso al Consejo de Dios que no tomaran nada del anatema y hubiera rechazado todo lo que sus ojos habían visto. Después de ver dice codicie y después de codiciar tomó y después lo escondió. Y ese es el proceso, esa es la fórmula del pecado hermanos. Primero vemos, luego codiciamos, luego tomamos y lo podemos disfrutar. no lo tenemos que esconder. Eso es lo que el pecado hace en nuestras vidas, no lo puedes disfrutar, no vemos a Khan saliendo mostrando a todos el oro, la plata, el manto babilónico que había hurtado. ¿Qué hizo hermanos? Lo escondió. De la misma forma que escondemos el pecado en nuestras vidas. Y tan escondido estaba que si alguien hubiera entrado a su casa nunca hubiera sospechado lo que tenía debajo de la tierra, oro, plata, parte del botín de Jericó. De forma tal guardamos el pecado que podemos ir a la iglesia, trabajar, participar en la misma y ni quien se dé cuenta del pecado que está escondido en tu tienda. pero Dios que examina todo y que nada puede ser oculto ante sus ojos es el que siempre termina revelando todo. Josué entonces envió mensajeros los cuales fueron corriendo a la tienda y aquí estaba escondido en su tienda y el dinero debajo de ello. Y tomándolo de en medio de la tienda lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel y lo pusieron delante de Jehová. Entonces Josué y todo Israel con él tomaron a Can, hijo de Sera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnes, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía y lo llevaron todo al valle de Acor. Una pregunta, ¿a Can necesitaba dinero? verdaderamente necesitaba el manto, verdaderamente necesitaba el oro, la plata. Vemos en el verso 24 dice que tenía una familia, tenía bueyes, tenía asnos, tenía ovejas, un hogar y lo más importante tenía Jehová como su Dios. Pero al parecer esto no era suficiente para él, quería algo más. no fue sabio hermanos como en el caso de Saúl que despreció todas las bendiciones que conllevaba su primogenitura y la cambió por un plato de lentejas no hay ningún pecado sabio todos los pecados que llegamos a cometer son irracionales no tienen razón es poco lo que te ofrece el pecado a cambio de todo lo que te puede quitar o todo lo que puedes perder Y le dijo a José, ¿Por qué nos has turbado? ¡Túrbete Jehová en este día! Y todos los israelitas los apedrearon y los quemaron después de apedrearlos. En otras palabras, José exclamó, ¿Por qué has traído esta desgracia sobre nosotros? Que el Señor haga caer sobre ti esa misma desgracia. Y no nada más acá, hermanos. No nada más Acán fue apedreado, sino toda su familia, sus animales, su tienda, todo fue quemado. Y como decíamos al principio, así es la forma que trabaja el Señor de una manera colectiva. Las decisiones de uno siempre afectan a los suyos, a los que los rodean. Las malas decisiones de un gobernante afectan a toda la ciudad, a todo el estado, inclusive a todo el país. Las malas decisiones de un padre afectan a su esposa, afectan a sus hijos. Las malas obras de un cristiano afectan no nada más a él, sino a su familia y también a la iglesia. En el capítulo 6 vemos a una ciudad destruida, jericó, destruida y quemada, y una familia salva por la obra de una mujer, Ra'af, que escondió a los espías. Y en este capítulo, en el capítulo 7, vemos a una familia muerta, apedreada, quemada por la injusticia de un hombre, Akan. Y levantaron sobre él un gran montón de piedras que permanece hasta hoy, y Jehová se volvió velador de su ira, y por esto aquel lugar se llama el Valle de Acor hasta hoy. Acor significa turbación, porque todo el pueblo fue turbado en ese lugar por haber desobedecido al Señor. Levantaron un gran montón de piedras que dice que están hasta hoy. Y esto es verdad, hermanos, esto continúa hasta hoy, probablemente no literalmente, pero sí por el testimonio de la Biblia. La Biblia nos está diciendo, nos está mencionando ese montón de piedras y hasta hoy sabemos que existió ese montón de piedras sobre las personas que desobedecieron a Dios. Vimos hermanos que el pueblo no buscó el consejo de Dios y el día de hoy el pueblo de Dios tampoco está buscando a Dios. Ahora tenemos el consejo de Dios a través de su palabra. Hace 500 años la gente quería leer, pero no les era permitido. Ahora tenemos libertad de venir a las escrituras, pero ahora nadie quiere leer. y así un día la palabra de Dios dará ese testimonio como ese montón de piedras de que se nos advirtió se nos insistió a que sacáramos ese anatema que probablemente sigue enterrado dentro de nuestros corazones queda la duda sobre si Acán fue salvo pero que no pase eso con nosotros hermanos no dejes a tu familia con duda no dejes a tu iglesia con esa duda nada como como despedirse de este mundo con un testimonio detrás de ti que demuestre que Dios tuvo misericordia de ti y te salvó. Que al final de nuestros días podamos decir como dijo el apóstol Pablo, he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe, por lo demás me está guardando la corona de justicia, la cual me dará el Señor Juez justo. Dios nos bendiga hermanos con un arrepentimiento genuino, un arrepentimiento de corazón, no porque te descubrieron en pecado y por eso eres forzado a arrepentirte, sino porque en verdad sientas un amor al Señor, un amor por tus hermanos. Es muy común ver eso hoy, vemos arrepentimientos porque los descubrieron y por eso son obligados prácticamente a arrepentirse, pero ¿por qué no se arrepintieron cuando estaban en medio de ese pecado? Por eso también vemos tanta debilidad en nuestras vidas. Hemos abierto las puertas al pecado y también es la razón por la cual vemos iglesias débiles. Porque han tomado del anatema del mundo lo cual el Señor dijo que no tomáramos. Que el que quiera ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. Han tomado o hemos tomado del anatema del mundo y no lo hemos querido soltar. A pesar de que eso solo trae vergüenza, trae aflicción a nuestras vidas y aparte no lo podemos disfrutar, pero nos aferramos a tenerlo escondido dentro de nuestra vida. Y la paga de esto hermanos, es la muerte. Romanos 6.23 nos dice porque la paga del pecado es muerte. El verso 26 claramente nos dice que la ira de Dios está sobre el que no quiere dejar el pecado. y para que la justicia de Dios sea satisfecha alguien tiene que morir. La segunda parte de Romanos 6, 23 nos dice, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. No hay mucha diferencia hermanos entre acá y nosotros. También fuimos encontrados con mucho pecado oculto en nuestros corazones y también íbamos a morir, éramos reos de muerte. Y en ese momento donde tú y yo seríamos apedreados justamente por nuestros pecados, porque déjeme decirle que había justicia en la muerte de Acán, él había desobedecido una orden directa del Señor. Entonces nosotros íbamos a morir justamente por nuestros pecados, en ese preciso momento Cristo aparece y toma nuestro lugar. toma mi lugar, y él muere en lugar de nosotros. Muere como un pecador, lleva nuestra maldición, la ira de Dios cae sobre él, y el capítulo 7 termina, y Jehová se volvió del ardor de su ira. Después de hacer justicia, después que el malo Acán fue castigado justamente, el Señor aplacó su ira. Después de que Cristo fue crucificado por nosotros en la Cruz del Calvario, la ira de Dios se aplacó. Por eso Cristo pronunció esto, consumado es. La deuda que teníamos delante del Señor fue pagada. Ya no hay que hacer nada. Dios ha hecho justicia. Su ira se ha calmado. Esto es el Evangelio. La buena noticia de que alguien murió en mi lugar. Yo debería morir igual que Acán? pero mi lugar lo tomó el Señor Jesucristo. Vengamos a Dios y pongámonos a cuentas con Él y di como el salmista, ¡líbrame de pecados ocultos! Verdaderamente, hermanos, creemos que Dios es un Dios amoroso, pero no de la forma que lo cree la Iglesia moderna, cuando vemos el justo juicio que venía sobre nosotros y la forma en que Dios nos libró de él, podemos ver mejor su amor, su bondad y su misericordia. Y como decía John Newton, sublime gracia del Señor que a un infeliz salvó. A Dios sea la gloria, hermanos. Oremos. Padre nuestro, que estás en el cielo, Señor. Nuevamente, Padre, estamos delante de Ti. Dándote gracias, bendito Dios, porque nos permites meditar en tu palabra. Gracias, Señor, porque hemos sido exhortados, Padre, a sacar el pecado de nosotros, a ser libres de ese pecado que hemos ocultado, bendito Dios. Te pido que nos perdones, que nos des arrepentimiento y que nos permitas creer que Jesucristo, tu único Hijo, llevó esos pecados en la cruz del Calvario. Y gracias a ese sacrificio tenemos entrada a una eternidad contigo, bendito Dios. Te pido que mis hermanos se lleven estas palabras, Señor, que las atesoren, Señor, en su mente, y que nos alegremos, Padre, en Ti, de que hay salvación en Ti. Gracias te doy, Señor, en el nombre de Jesucristo, nuestro único y suficiente Salvador. Amén.
El pecado de uno profana la casa de Dios
Sermon ID | 520171721447 |
Duration | 45:07 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Joshua 7 |
Language | Spanish |
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