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Primer de Pedro y el capítulo 1, leyendo versículos 1 a 5. Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capodocia, Asia y Britannia, elegidos según la presencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo, gracia y paz os sea multiplicados. Bendito el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que según Su grande Misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo y de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada y inmarcecible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el Poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo posterior. Vamos a hablar. Valencianos, habla de tu palabra. Señor, no estamos leyendo palabras de hombre, palabras de cualquier otra persona, sino las palabras de Dios. Te pedimos, Señor, que tu palabra convenza a cada corazón aquí, que tu palabra nos anime, que tu palabra haga la obra que necesitamos. En el nombre de Cristo. Amén. Para el cristiano, la muerte de Cristo es algo absolutamente esencial. Y por eso, por supuesto, pensamos mucho en el tema. Pensamos en cómo la muerte de Cristo nos salva de nuestros pecados. Pensamos en cómo Él murió para pagar el precio por nuestros pecados, para que tengamos la vida eterna. Pensamos mucho en la muerte de Cristo, y deberíamos, por supuesto. Pues no siempre nos enfocamos tanto en su resurrección. Ya sabemos que es importante. Pues no siempre reconocemos que la resurrección de Cristo es la clave para la salvación y para todas las bendiciones en la vida cristiana. No siempre reconocemos que es por medio de la resurrección de Cristo que somos salvos y recibimos las bendiciones de Dios en la vida cristiana. La Resurrección de Cristo es la clave. Y por eso es tan bueno para nosotros no solamente pensar en la Resurrección cada día, cada domingo, pero hasta ningún día como hoy, cuando nos enfocamos especialmente, más que normal, en ese tema tan importante, tan esencial de la Resurrección de Cristo. Para nosotros es un día muy importante. Muchos hoy en día están celebrando este día. Pero no en la iglesia necesariamente. Están haciendo muchas otras cosas. Están disfrutando de vacaciones. Semana Santa para la mayoría aquí en México es qué? Vacaciones, nada más. Salir a la ciudad por fin. Y respirar el aire fresco y todo eso. Pero hay algo mucho más importante. Y es pensar y meditar y entender y aceptar la verdad de la muerte y la resurrección de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por eso estamos aquí. Y mi oración para este mensaje aquí de 1 Pedro 1 es que pueda animar a los cristianos de aquí a regocijarse más en la resurrección de Cristo. Y que pueda convencer a aquellos de aquí que no son cristianos a entender que necesitan a Cristo. Necesitan al Cristo vivo. Necesitan al Cristo resucitado para la salvación de sus pecados. La Resurrección de Cristo, como vamos a ver hoy, es la clave para la salvación y para todas las bendiciones en la vida cristiana. Vamos a ver varias cosas aquí de la Palabra de Dios en este pasaje en 1 Pedro 1, 3 a 5. En primer lugar, vemos la razón por la cual la Resurrección de Cristo es la clave para la salvación en la vida cristiana. Es porque, primero, por medio de la Resurrección de Cristo tenemos la nueva vida. Por medio de la resurrección de Cristo, tenemos la nueva vida. Y el reciclo 3 dice, bendito sea el Dios y Padre de Dios, el Señor Jesucristo, que según su grande misericordia, nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo y los muertos. Entonces, por medio de la resurrección de Cristo, primero tenemos la nueva vida. Como dice aquí, Dios nos hizo renacer. Bueno, cuando pensamos en esta verdad, Dios nos hizo renacer. La primera pregunta es, pues, ¿por qué necesitamos renacer? ¿Por qué necesitamos la nueva vida? ¿No es suficiente nacer una vez? Yo he nacido, pues, estoy aquí. ¿Para qué renacer? Pues, la Biblia responde muy claramente a esta pregunta, en primer lugar, en Efesios 2.1. 2.1 dice que naturalmente estamos muertos en delitos y pecados, incapaces de poder merecer cualquier cosa de Dios, mucho menos la salvación. Ni la queremos naturalmente, porque dicen Romanos 3, no hay nadie bueno, nadie busca a Dios, nadie tiene un deseo natural para hacer el bien, nadie. Estamos muertos. espiritualmente. Eso realmente es difícil de escuchar. Naturalmente no nos gusta pensar que no somos buenos, que estamos espiritualmente muertos, que no podemos hacer absolutamente nada para merecer la salvación. No nos gusta pensar así. Lastima mucho nuestro orgullo. de que no podemos hacer nada para merecer la salvación. De hecho, es precisamente por esta razón que no nos gusta un mensaje así, una verdad así. Es por esta razón que tantas religiones en este mundo y todas las demás religiones sin excepción enseñan que tú puedes y necesitas hacer algo para recibir la salvación, la vida eterna, lo que sea. Solamente la Biblia Solamente el verdadero Evangelio nos enseña que somos incapaces, muertos espiritualmente, sin deseo de buscar a Dios, sin la capacidad de mejorarnos y así ganar la vida eterna. Y por eso este tema es tan importante, por eso tenemos que empezar así hoy. No hay salvación, no hay vida eterna, sin primero reconocer nuestro verdadero estado natural. Estamos muertos naturalmente, incapaces. En nosotros mismos no hay salvación. Necesitamos recibir la vida. Y la resurrección de Cristo nos recuerda esta verdad. Porque la única razón por la cual alguien necesita ser resucitado es si antes había muerto. ¿Verdad? Tiene sentido. Pues decimos que la resurrección de Cristo es la clave para la salvación, porque nos recuerda de nuestro verdadero estado ante Dios, muertos, en necesidad de una resurrección espiritual, en necesidad de la vida nueva. Vamos a pensar un momento en realmente qué significa eso. ¿Qué significa nacer de nuevo, renacer? Vamos a leer, por favor, en el libro de Juan. el Evangelio de Juan, el cuarto libro en el Nuevo Testamento, y el capítulo 3, un pasaje muy conocido, pero muy importante en cuanto a este tema de qué significa tener la nueva vida, qué significa renacer. Juan, el Evangelio de Juan, 3, y vamos a ver reciclos 1 a 7 y después 14 a 18. El Evangelio de Juan, el capítulo 3, En primer lugar, leemos versículos 1 a 7. Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemus, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche y le dijo, Raví, sabemos que has venido de Dios como maestro, pero nadie puede hacer esas señales que tú haces si no está Dios con él. Respondió Jesús, le dijo, de cierto te digo, que el que no naciera de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Y Jeremo le dijo, ¿cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el viento de su madre y nacer? Responde Jesús, de cierto, de cierto te digo, que el que no naciera de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es. Y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te marevilles de que te dije, oh, si es necesario nacer de nuevo. Después de los siglos XIV y XVIII. Y como Jesús levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió a Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que en Él cree no es condenado. El que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del Unigénito Hijo de Dios. Las palabras de Cristo aquí son muy claras. Dijo primero Nicodemo, el que no nacere de nuevo no puede ver el reino de Dios. Y Nicodemo, uno de los hombres, digamos, más inteligentes en todo Israel, un principal entre los judíos, un fariseo, un intelectual, dijo, a ver Jesús, ¿tengo que regresar al bien de mi madre y nacer otra vez? Porque no era ignorancia, por supuesto. Estaba demostrando a Jesús su incredulidad de que, ¿qué estás diciendo? Es imposible. Pero por eso leímos versículos 14 y 18, para que entendamos lo que significa nacer de nuevo. Significa reconocer lo que Cristo ha hecho. Vino para morir, para vivir, morir, resucitar, para que todo aquel que en él cree, tenga la vida eterna. ¿Por qué ese reciclo es tan importante? Porque todos necesitan la vida eterna, porque inactivamente estamos muertos. Necesitamos renacer. Físicamente, no. Por supuesto que no. Necesitamos nacer espiritualmente. De la carne, no. Del espíritu. Necesitamos la nueva vida que solamente viene de Dios. Necesitamos reconocer que inactivamente estamos muertos en nuestros pecados. No merecemos nada de Dios. La única manera de pasar salvo, recibir la vida eterna, es humillarnos ante Dios, reconocer nuestro pecado y creer en Cristo. Es lo que la resurrección de Cristo nos enseña. Nos recuerda de que naturalmente nosotros también estamos muertos. Y necesitamos que Dios nos resucite ante los muertos espírituamente. Hay varias personas aquí hoy. Algunos de aquí están vivos y otros están muertos. Y no me refiero a personas que están durmiendo, porque no están durmiendo. Algunos de aquí están muertos espiritualmente. No tienen vida. Por eso ni quieren ni pueden servir a Dios. Necesitan renacer, nacer de nuevo en el espíritu con el poder de Dios. Tenemos que reconocer primero, antes de cualquier otra cosa, somos pecadores por naturaleza. Rebeldes en contra de Dios. Necesitamos que Él nos salve. No hay salvación fuera de Cristo. Y no hay salvación fuera de esta nueva vida. Y la resurrección de Cristo, obviamente, es parte de lo que Dios usa para darnos la nueva vida. Porque Cristo murió, sí. Pero si Cristo solamente hubiera muerto, si Cristo hubiera quedado en la tumba, nosotros no tendríamos ninguna salvación. Nuestra salvación depende de un Salvador vivo. La resurrección de Cristo no es una verdad que podemos aceptar o rechazar como queramos. Si una persona no cree que Cristo físicamente resucitó de los muertos, no puede ser salvo, porque no hay salvación en un Salvador muerto. ¿Cómo puedes poner toda tu esperanza, toda tu confianza de tu alma en una persona muerta? Es que necio, ¿verdad? No podemos hacer eso. Necesitamos un Salvador vivo. Y por eso la Resurrección es la clave para la salvación. Es solamente por medio de la Resurrección de Cristo que tenemos nosotros confianza en nuestra salvación, porque creemos en un Salvador vivo. Pero puesto que tenemos ahora la nueva vida por medio de la resurrección, puesto que ya hemos nacido de nuevo, tiene mucho sentido lo que ya vemos en la siguiente parte del versículo. Regresando por favor a 1 Pedro, el capítulo 1, Entendiendo la importancia de la nueva vida, como cristianos reconociendo que hemos nacido de nuevo, tiene mucho sentido lo que sigue. 1 Pedro 1, versículo 3. Bendito el Dios y Padre Nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para Una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo y los muertos. Dios nos hizo renacer para una esperanza viva. ¿Qué es? Bueno, ante todo, es siempre importante recordar, antes de ver en más detalle, la palabra esperanza en la Biblia no significa lo mismo que cuando solo usamos la palabra en nuestro idioma normal. Porque nosotros decimos a veces, espero que no llueva mañana. ¿Pero qué es? Es un deseo, solamente. No tengo ninguna idea si va a suceder o no. Es solamente especulación del futuro. Es sin seguridad de certeza. Pero cuando la Biblia usa la palabra esperanza, es completamente diferente. La palabra esperanza, en el contexto bíblico, habla de una promesa de Dios que es completamente segura. Entonces, cuando vemos aquí que es una esperanza viva, estamos hablando de una promesa segura de Dios, algo que no puede cambiar, algo que es completamente cierto. ¿Y qué es esta esperanza? Es el resultado de nacer de nuevo. ¿Qué recibimos cuando nacemos de nuevo? Cuando ya no estamos muertos, sino vivos. ¿Qué recibimos? ¡Recibimos la vida! ¡Recibimos la vida eterna! La promesa de que vamos a estar con Dios para siempre, no aquí para siempre. Un día vamos a estar con Dios en cuerpos glorificados, sin luchar por el pecado, disfrutando su presencia para siempre. ¡Esa es nuestra esperanza! Es una esperanza que no tenemos en este mundo. Es una esperanza que los encruelos no tienen. Su esperanza es ganar más y vivir en una casa más grande, tener un buen trabajo y eso es todo. Nosotros tenemos esperanza de un hogar celestial. De un día no estar en sus cuerpos, luchando con todo, estar con Dios para siempre. Eso es esperanza, pero no es una especulación. Espero que esté con Dios para siempre. Es cierto. Cuando Dios te salva y has nacido de nuevo, tu esperanza, tu promesa segura es que vas a estar con Él para siempre. Entonces, esta esperanza, en parte, es algo futuro. Es la esperanza de la vida eterna, la vida después de la muerte. Pero, por supuesto, una esperanza así, una esperanza tan segura, tan cierta, no es solamente para el futuro, ¿verdad? Nos afecta también en el presente. Porque, fíjense, si esta vida es todo, deberías disfrutarla tanto como posible. Es lo que deberías hacer. Si este vida es todo. Pero si este vida no es todo. Necesitamos vivir por el futuro. Necesitamos guardar tesoros en el cielo, no aquí. Necesitamos cambiar las prioridades. Porque no vamos a estar aquí para siempre, sino en el cielo con Dios. Si lo mejor es por venir, cristiano, no te enfoques tanto en ahora, sino en el futuro. enfocados en Dios, enfocados en la resurrección que nos da la esperanza de que nosotros también vamos a estar con Dios, con la vida eterna, para siempre. También dice aquí, esta esperanza es viva. Versículo 3, una esperanza viva, que tiene sentido, por supuesto. Esta esperanza es viva porque nuestro Salvador es vivo. Él vive, por eso sabemos que nosotros también vamos a vivir para siempre. Es decir, tenemos nosotros la esperanza de la vida eterna porque Cristo resucitó. Y si Él resucitó, también nosotros vamos a resucitar. Por eso el cristiano no teme la muerte. No tememos la tumba porque Cristo ya la venció. Por eso tampoco la tumba, la muerte en poder sobre nosotros. Nuestra esperanza es viva porque es esperanza en un Salvador vivo, es una esperanza en una vida nueva en el cielo para siempre. Pero fíjense, esta esperanza no es para todos. No podemos enfocarnos solamente en este punto y olvidar el contexto. ¿Qué es lo que vimos antes? Por medio de la resurrección de Cristo, hemos nacido de nuevo. Dios nos hizo renacer. Nos dio la vida espiritual. Entonces, esta esperanza viva, esta promesa de la vida eterna, es solamente para aquellos que han nacido de nuevo. y solamente para aquellos que han reconocido sus pecados, su necesidad de un Salvador, y han creído en Él, y solamente en Él para la salvación. Pues si estás aquí y no has reconocido tus pecados, si no has reconocido tu necesidad de la salvación, no tienes esperanza. Si confías en la vida eterna, Solamente porque tú haces buenas cosas. Si confías que vas a estar con Dios para siempre, porque soy buen papá, soy buen esposo, soy buena mamá, soy buen hijo. Si esa es tu confianza, no tienes esperanza. Porque esta esperanza viva, la promesa de Dios en la vida eterna, es solamente para aquellos que han nacido de nuevo. Examínate. Examínate. Para estar seguro que no estás confiando en una esperanza falsa, puesto que no has nacido de nuevo. La siguiente cosa que vemos aquí en este pasaje, es que por medio de la resurrección de Cristo tenemos una herencia reservada. Reciclo 4. para, es decir, volvemos otra vez al versículo 3, bendito es Dios y Padre Nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo y de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para vosotros. Aquí Pedro sigue explicando un poquito más de cómo es esta esperanza viva. Es la vida eterna, sí, pero aquí está descrito también como una herencia incorruptible, incontaminada, inaccesible, reservada en los cielos para nosotros. Y esas descripciones son muy importantes. Pero a veces nosotros pensamos o decimos, tenemos la vida eterna, pero no pensamos en lo que eso significa. Necesitamos entrar en detalle, cuando Dios nos da detalle, para poder ser más específicos cuando alabamos a Dios por este gran regalo, por lo que Él ha hecho para salvarnos por medio de la resurrección de Cristo. Vemos aquí, en primer lugar, que esta esperanza viva, esta vida eterna, es, dicen, una herencia que Dios ha dado a sus hijos por medio de la resurrección de Cristo. ¿Qué significa que recibimos una herencia de Dios? Pues una herencia es algo que normalmente se da solamente a los hijos. Pues naturalmente no somos hijos de Dios. La Biblia es muy clara en cuanto a eso. Pero por medio de la salvación, Dios no solamente nos ha salvado, sino también nos ha adoptado. para que ya seamos hijos, en vez de enemigos, y rebeldes en contra de Él. Eso estudiamos hace unas semanas, ¿verdad? Pero en Romanos 8.15 dice, pues no habéis recibido el Espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba Padre... Y como hijos adoptados, tenemos todos derechos de ser un hijo de Dios. Continúa Romanos 8, 16, 17. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos. Herederos de Dios y coherederos con Cristo. Si es que parecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados. Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo mismo. Esa es la herencia que hemos recibido. Todo lo que Cristo recibe como Hijo, nosotros también. Es decir, no solamente que hemos sido salvos. Y un día vamos a morar en las nubes para siempre, tocando nuestras arpas. ¿Cómo es la arpa? Bueno, así. ¿No? Vamos a estar en el cielo para toda la eternidad, disfrutando la herencia de ser parte de la familia de Dios. Es lo que vamos a estar haciendo. Personas dicen, ¿qué voy a estar haciendo en el cielo? Va a ser muy aburrido, ¿verdad? Pues no. Vas a estar con tu familia para siempre, tu familia sin pecado, sin luchas y conflictos, disfrutando tu herencia perfecta de Dios para toda la eternidad. Bueno, ¿cómo es esa herencia? Piero dice, primero es incorruptible. Es para ver la distinción entre una herencia temporal y mundana, y esta herencia espiritual y eterna. Una herencia es el mundo. Si tú dejas a tu hijo, no sé, un reloj muy antiguo, ¿qué va a pasar con ese reloj eventualmente? Un niño va a venir y se cae, y adiós. Entonces, nada en este mundo dura para siempre. cosas que están propensas a la corrupción, a la descomposición. Pero la herencia que tenemos nosotros por la misericordia de Dios es incorruptible. Esa misma palabra se usa en 1 Corintios 9, 25, cuando Pablo habla de estos atletas que hicieron tanto esfuerzo para ganar una corona corruptible. ¿Qué era? Hace siglos, ¿cómo eran los premios en los Juegos Olímpicos? Una guirnada, ¿verdad? Una corona de hojas. ¿Por qué es más corruptible que una corona de hojas? ¿Dura un día o menos? O sea, hoy en día ganan cosas un poquito, que duran un poquito más, pero de todos modos es algo temporal. Pues nosotros tenemos una herencia que es mucho mejor que cualquier premio temporal. Tenemos la confianza en la herencia eterna, en la herencia incorruptible. También dice incontaminada, que significa que es puro, es santo, es libre de pecado. A diferencia de las herencias mundanas, la vida eterna no se obtiene por una manera incorrecta. no tentará a la persona a fraudulencia o avaricia para ganar más. Ustedes saben, ¿verdad?, cómo son las herencias aquí en este mundo. Si no está escrito exactamente en el Testamento, entonces todos pelean para generaciones. Y aún si está escrito correctamente también, ¿verdad? Esas herencias tientan a las personas a más avaricia, a pecado. La herencia eterna, no. Nuestra vida eterna no nos tienta a pecar. Es algo incontaminada. El pecado no ha afectado ni puede afectar nuestra herencia de ninguna manera. Eso no es la verdad de ninguna otra cosa. El pecado ha afectado a todo aquí en este mundo. Pero no puede afectar nuestra herencia. No puede afectar la vida eterna. Es incontaminada. También es inmarcesible. algo que no se puede marchitar. Muy similar a las otras descripciones, pero aquí enfatiza la perpetuidad en el sentido de que mantendrá su belleza y su brillo original. Y finalmente leemos aquí esta herencia que dice, es reservada en los cielos para nosotros. Tu herencia está allá. Nadie puede quitártela. Tu herencia no va a cambiar. Tu herencia no va a aumentar o disminuir dependiendo de cómo actúas aquí. ¿Verdad? Dios no va a quitar nuestra herencia cuando pecamos. ¿Por qué? ¿Qué dice aquí? Es reservada en los cielos para nosotros. Es una reservación segura porque tú puedes hacer, por ejemplo, una reservación en un hotel meses antes de tus vacaciones. Y llegas al hotel y dices, ya aquí está mi reservación. Están buscando la computadora y dicen, no, no, no tenemos registro de tu reservación. Mi hotel está lleno, perdón. Pero en el cielo no. No vas a morir y llegar al cielo y un ángel te diga, perdón, parece que perdimos tu herencia, perdón. ¡Es imposible! Esa herencia, esta vida, te la tienes reservada en los cielos para nosotros. Y eso debe darnos mucho ánimo. Mucha fuerza. Nuestra herencia es intocable, hermanos, intocable. Ya está, esperándote. Y un día vamos a recibirla en su totalidad. Pablo también habla de eso en Romanos 8, 29 a 30, cuando dice, a los que antes conoció también los predecinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito ante muchos hermanos. Y a los que predecinó a esos también, llamó. A los que llamó a esos también, justificó. A los que justificó a esos también, glorificó. Fíjense, cómo Pablo habla de nuestra glorificación como si ya se hubiera cumplido. Así de segura es nuestra glorificación. Así de segura es nuestra herencia eterna. Que aún podemos hablar de lo que vamos a experimentar en términos pasados. Está tan concreto, tan cierta la promesa. Y podemos terminar con eso. La herencia y la glorificación. En el versículo 5 de nuestro texto. por medio de la resurrección de Cristo, somos guardados hasta la glorificación. Versículo cinco, que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. Aquí podemos ver en más detalle el tema de la glorificación. Pero dice, pero pastor, yo no veo la palabra glorificación en este versículo. ¿verdad? ¿Por qué estamos hablando de glorificación cuando no mencionan la palabra? Bueno, ¿cómo sabemos que este versículo habla de la glorificación? Aquí dice, habla de alcanzar la salvación, que está preparada para ser manifestada en el tiempo posterior. Eso se refiere a la glorificación. Bueno, ¿cómo sabemos? Bueno, alcanzar la salvación, esto puede confundirnos. ¿Ahora somos salvos o no? ¿Qué es para alcanzar? Si ya tenemos la salvación, ¿qué vamos a alcanzar en el futuro? Pues necesitamos entender. La salvación, pensando en la justificación, la redención, la reconciliación, la adopción, todo eso Dios hizo cuando nos salvó en el pasado, ya es hecho una vez para siempre, somos salvos. Actualmente estamos siendo santificados, que también es parte de la salvación, es la parte presente. Y la última etapa de la salvación, para decirlo así, es cuando vamos a recibir la vida eterna en el cielo. Para siempre es la glorificación. No es algo incierto. Solamente porque es algo futuro no significa que es incierto, pero sí es futuro. Entonces estamos esperando el cumplimiento final de la salvación, que es la glorificación. Cuando un día vamos a experimentar en realidad lo que hemos estado esperando con fe. Es lo que quiere decir alcanzar la salvación. Y es la Resurrección de Cristo, revisando el tema, que nos da la esperanza segura de nuestra glorificación. Porque la Resurrección de Cristo es la clave. Si Cristo resucitó, nosotros, Sus hijos, también vamos a resucitar. Si Cristo está en el cielo ahora, Nosotros también, después, vamos a estar en el cielo con Él. La resurrección es la clave para entender y recibir la confianza en nuestra glorificación. Muy rápido, aquí dice tres cosas específicas en cuanto a este tema. Primero dice, somos guardados por el poder de Dios. Y hermanos, es por eso que tenemos tanta esperanza. Porque nuestra salvación, nuestra vida entera, nuestra glorificación, no depende de cuán fuertemente nosotros la agarramos. Esta glorificación, esta salvación, no depende de cuán fuertes somos nosotros. Depende del poder de Dios. Depende del poder soberano del Dios omnipotente. Por eso, es una esperanza segura, cierta, Porque somos guardados por el poder de Dios. Pues dicen, somos guardados por el poder de Dios mediante la... bueno, primero, la Biblia habla en muchos otros lugares de este poder de Dios de guardarnos. No vamos a leer cada pasaje, pero en Romanos 8, 38, 39, es un pasaje muy común, muy conocido, ¿verdad? ¿Qué puede separarnos del amor de Dios? Desnudez, persecución, Cosas presentes, cosas futuras, ¿qué puede? ¡Sin nada! ¿Y qué significa nada en este contexto? No significa nada. Nada, sin excepción, puede separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús. Cristo dijo también en Juan 10, Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Como creentes estamos en la mano del Dios omnipotente, y no hay nada ni nadie que está suficientemente poderoso como para quitarnos de la mano de Dios. imposible. Somos guardados por el poder de Dios hasta nuestra glorificación. Pero también Dios usa la fe. Aquí dice, somos guardados por el poder de Dios mediante la fe. Aquí también la resurrección de Cristo nos ayuda. Si tenemos fe en la resurrección de Cristo, aunque fuera un evento sin explicación natural ni humana, Si tenemos la fe de que Cristo ahora está vivo, que no se quedó en la tumba, entonces deberíamos poder tener la fe, también, que Dios nos guarda hasta la glorificación. Si Dios tiene poder como para resucitar a los muertos, ¿tú crees que va a costar trabajo guardarte hasta el día de tu glorificación? Pues no. Si tienes la fe en la resurrección de Cristo, Puedes tener la fe también que eres guardado hasta tu glorificación. A veces nuestra fe es débil. A veces tenemos miedo porque pensamos que mi fe no es suficientemente fuerte como para guardarme. No es tu fe que te guarda. Es el poder de Dios que te guarda usando la fe. Pues la fe también es don de Dios. Dios nos da la fe como don, como regalo para salvarnos. Y después la fe crece. No te preocupes de que, ah, tal vez no tengo suficiente fe como para ser guardado. Eso no depende de ti, depende de Dios. El poder de Dios te guarda mediante la fe que te sigue dando a través de tu vida cristiana. Y finalmente aquí vemos el propósito de este poder, esta fe. Dice, para guardarnos hasta la glorificación. Al final dice, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo posterior. Yo resumo diciendo, hasta la glorificación. Somos guardados hasta la última parte de nuestra salvación. Cuando salgamos a este mundo para estar con Dios para siempre. Este es el último y el mejor premio para los creentes, el cielo. y la presencia de Dios para siempre. Entonces, por medio de la resurrección de Cristo, recibimos la salvación y después todas las bendiciones de la vida eterna, de la vida cristiana. La resurrección de Cristo es la clave, es la clave para la salvación y para la vida cristiana. ¿Tú crees en Cristo? ¿Tú crees en su resurrección? Ah, porque hay muchos aquí en este país que dicen, si yo creo en Cristo, ¿tú crees que resucitó literalmente entre los muertos? Ah, no, no soy necio. Tengo mente científica. No funciona. Si el cuerpo muere, muere. Ah, pues eso es fe. ¿Crees en el Cristo resucitado? ¿Crees en Él como el único salvador de tus pecados? ¿O confías más en lo que tú puedes hacer para merecer tu salvación? Cristianos, aquí necesitamos salir de aquí hoy meditando. Esa verdad tan, tan, tan bonita, y más que bonita, es infinita. De que Cristo no solamente vivió, no solamente murió, también resucitó. para darnos la vida eterna, para darnos la esperanza de vida, para guardarnos hasta el día de nuestra glorificación. Vamos ahora. Bueno, muchas gracias por un pasaje así tan claro en cuanto a cuán importante es la resurrección de Tu Hijo. Es la clave para todo. Y pedimos, Señor, que todos aquí puedan reconocer esta verdad. Algunos, por primera vez, reconociendo que no son buenos, que necesitan a este Salvador que venció la muerte y por eso también tiene el poder para perdonarle sus pecados. Señor, algunos aquí necesitan dejar de confiar en sí mismos, en sus obras, en las cosas que hacen, y confiar solamente en este Cristo vivo. Te pedimos Señor, te rogamos que hoy puede ser el día de la salvación de alguien o algunos aquí. Te pedimos Señor porque no hay nada más importante. Para nosotros de aquí que hemos recibido este regalo por pura gracia, te damos gracias primero porque no lo merecemos. Pero también te pedimos que nos ayudes hoy, esta semana, todos los días. meditar tanto en Cristo, en su resurrección, para ser animados, para enfocarnos más en el futuro que en el presente, para tener en verdad una esperanza viva, para confiar en el hecho de que tú nos has dado una herencia que está reservada en los cielos por nosotros, que somos guardados por tu poder mediante la fe hasta la glorificación. En serio nos te pedimos, Señor, anímanos, llénanos con esas verdades. Te pedimos en nombre de Cristo. Amén.
La resurrección es la clave
La resurrección de Cristo es la clave para la salvación y todas las bendiciones de la vida cristiana
Sermon ID | 4118190410 |
Duration | 38:37 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Peter 1:3-5 |
Language | Spanish |
© Copyright
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