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Entonces, esta es la palabra del Señor y lee así en Romanos 5, 14. Voy a estar dando lectura de la Reina Valera y dice así. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aún en los que no pecaron en la transgresión. la manera de la transgresión de Adán, el cual era una figura del que había de venir, pero el don no fue como la transgresión, porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre. Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó, porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación padre pedimos en esta tarde señor que tu espíritu nos abra este texto solamente señor en el poder de tu espíritu santo podemos entender lo que tu palabra dice y pedimos señor que tu espíritu nos haga nos ilumine señor la escritura que vamos a estar viendo señor y que tu espíritu me dé a mí para explicar, Señor, lo que Tu Palabra dice, Señor, y aplicarlo a Tu gente, Señor, y necesito la ayuda de Tu Espíritu para hacerlo. Señor, te pido que Tú bendigas este tiempo y que Tú bendigas, Señor, la lectura de Tu Palabra y la exposición de ella. En el nombre de Jesús, Tu Hijo, lo pedimos. Amén. Como siempre hay dos lados de una moneda, así también hay siempre dos lados de una historia. Pablo aquí, en el capítulo 5, nos llevó hasta el génesis de la historia de la humanidad. Y nos da la razón de por qué las cosas están como están. Porque Dios como él creó las cosas. Miramos a nuestro alrededor y decimos, algo pasó. Las cosas no se quedaron como Dios las creó. Hubo algo que entró dentro de la creación y trastornó y disfiguró y distorsionó toda la creación de Dios. Lo hemos mirado últimamente, pero también algo que miramos es de que el evangelio, las buenas nuevas, porque lo que miramos en Adán, Son puras malas noticias, malas nuevas. No hay nada bueno que podemos sacar de Adán. Todo cuando hablamos de Adán y cuando miramos esa historia, Como es relatado en el libro de Génesis, no podemos concluir algo bueno que salió de ahí. Salió pura cosa mala. Pero en el evangelio, en las buenas nuevas de la justicia de Dios que Pablo nos ha estado exponiendo, nos da los dos lados de la historia en un sentido. El evangelio nos da el diagnóstico de nuestra condición, pero también nos da la solución para ese problema que tenemos, que nacemos pecadores. En Adán, con la culpa de Adán, y Pablo nos ha estado mostrando el origen de nuestra desgracia. Pablo nos ha estado mostrando el origen de nuestra culpa, el origen de nuestro pecado, el origen de nuestra muerte, el origen de nuestra caída. El origen de la imagen a la semejanza de Dios gravemente distorsionada. El origen de nuestra incapacidad de buscar a Dios y el poder dentro de nosotros de hacerlo bueno. Por causa de esa caída, ya no tenemos la misma capacidad que tenía Adán. El origen también nos ha mostrado el origen de nuestra enemistad hacia aquel quien nos creó y el origen de nuestra ruina. Esa es la parte... fea, la parte oscura, la parte que no podemos mirar nada bueno en ello. Pero las buenas nuevas del evangelio nos proclaman que por medio de Cristo Jesús, todas las cosas que nos tenían cautivo, todas son remediadas por medio de la obra y la justicia de Cristo Jesús. Entonces Pablo ha puesto a Adán en una mano y ha puesto a Jesús, el último Adán, y lo que él está haciendo es de que él está comparando a estos dos hombres, mirándolo. en el aspecto de que a través de un hombre vino la desgracia a la humanidad, vino la caída, entró el pecado, entró la muerte, entró el juicio, entró la condenación en un solo pecado. Mire cómo Pablo usa la palabra uno, usa la palabra uno muchas veces y se refleja y se enfoca a un pecado, un hombre, el otro hombre, un don de gracia, un acto de justicia. Entonces el evangelio es mucho más que el popular cliché cristiano que escuchamos de que Dios te ama y tiene un gran plan para tu vida. El evangelio es mucho más que eso. Más bien, Pablo aquí nos ha mostrado y se ha ido a grandes medidas para mostrar la oscura y triste condición en la que cada uno de nosotros nos encontramos. Así Y sólo así, frente a un fondo negro, frente a un fondo de condenación y sin esperanza, es como el Evangelio puede brillar y la justicia de Cristo en toda su excelencia tomar lugar detrás de un fondo desgracia. Solamente así el evangelio de Cristo Jesús son buenas, nuevas, porque si no miramos lo que queda atrás, el fondo, el panorama atrás, que es todo oscuro, todo arruinado, todo desgraciado, por un solo pecado, de un solo hombre, solamente así, mirándolo en esa condición, Toda su excelencia. Es mucho más de decir Dios te ama, aunque eso es cierto. Pero realmente Pablo está yendo al origen, está yendo al corazón del problema. Y el problema es de que por medio de Adán. Estamos como estamos. Esa es la triste realidad. Pablo ha hecho esto en Romanos. y lo está haciendo otra vez aquí. Sí, si se acuerda de cuando miramos Romanos uno al tres, Pablo, habló feo de de de nuestra condición, de nuestra incapacidad, de que el juicio ha venido y que nosotros somos pecadores, y López el último da una lista de cómo somos pecadores, y lo dice esto, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, y miren cómo brilla el triste y oscuro, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de fe en su sangre para manifestar su justicia. A causa de haber pasado por alto, Los pecados pasados con la mira de manifestar en este tiempo su justicia. ¿La justicia de quién? La justicia de Dios a través de Cristo Jesús a fin de que Él sea el justo y aquel que justifica al que es de la fe de Dios. Jesús. Pablo ya lo ha hecho una vez. Y Pablo lo está haciendo otra vez aquí, contrastando el acto y el resultado del primer Adán con el acto y el resultado del último Adán. Entonces, vamos a ser sinceros. Nuestra unión con Adán son malas noticias. Nuestra unión con Adán, nuestro padre Adán, son malas noticias. Y el acto de la transgresión de Adán es el origen de nuestra condición y el fondo oscuro y miserable que la humanidad tiene. Pero la gracia de Dios a través de Cristo Jesús en su Evangelio, Él nos ofrece esperanza. Nos ofrece salvación, nos ofrece méritos de obediencia, es lo que vamos a mirar hoy. Nos ofrece justificación. Y nos transfiere de la unión de Adán y nos, por medio de la fe, somos unidos a todo lo que Cristo es y todo lo que Cristo representa. Entonces como miramos la semana pasada, Pablo dice que Adán fue nuestro, el primer hombre. y que él era un tipo del que viene, del que había de venir, que es Jesucristo. La semana pasada miramos eso y si voltea para abajo y mira el verso 14, Pablo dice, no obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aún en los que no pecaron de la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Entonces Adán es un tipo, es una figura. que se cumple en una manera mucho mejor y más grandiosa a través del antitipo que es Cristo. El tipo era Adán, el primer hombre. El antitipo es Cristo. Y no solamente es un contraste normal, es un contraste de que el antitipo es mucho más grande, más fuerte en su función, mucho más mejor. Es el último Adán. Pablo, en primera de Corintios 15, 45, Pablo le dice a Jesucristo, el escatas Adán, el último hombre. Es de donde sale la palabra escatología, las últimas cosas, el estudio de las últimas cosas. Pablo le dice a Cristo, el último hombre. ¿Por qué? Porque como miramos la semana pasada, Adán prefigura a Cristo en el sentido de que estos dos se paran como cabezas representativas sobre su pueblo. Y básicamente esa es la única similitud entre estos dos hombres, de que estos dos hombres representaron a su descendencia. Esa es la única similitud que hay entre estos dos. Cada uno tuvo un significado determinante a través de sus hechos sobre los que él representó. Adán, ¿cómo nos representó? Horrible. Horrible es una palabra que se queda corta. Adán y cuenta se dio qué tan lejos iba a caer su pecado. Y cómo Dios iba a tomar un pecado y culparlo a toda la descendencia de Adán. Entonces, la similitud entre estos dos hombres es solamente esa, lo miramos la semana pasada. La diferencia, lo que vamos a ver, es de que es drásticamente diferente Adán y su transgresión. Miren lo que vino, muerte, juicio y condenación. Esos son los frutos. del un pecado del primer hombre. Y esos frutos se expandieron a toda su descendencia. Toda. No hay nadie que nace excepto de estas tres cosas. Pero en la otra mano, Cristo y su acto de justicia. Miren lo que el acto de justicia de Cristo trae. Gracia, justicia y justificación. completamente contrastes. Entonces, miramos, Pablo, que al final de este capítulo inició un paralelismo en diciendo que Adán era un tipo entre nuestro, un tipo del que había de venir con nuestro Señor Jesucristo, y lo que hace es de que rápidamente reemplaza el paralelo de cómo es igual por un contraste entre las distintas obras de estos dos hombres. Y en el versículo 15 miramos los resultados de sus obras. Mire conmigo ahí el versículo 15, pero el don no fue como la transgresión. En el original literalmente dice esto, pero no como la transgresión, así el don. Entonces, Pablo, ¿qué estás haciendo? En cierta manera son iguales, porque los dos trajeron resultados, pero son vastamente, luego, luego, diferentes. Uno trajo resultados negativos en todo su aspecto. El otro trajo resultados positivos en todo su aspecto. Entonces, miramos que Pablo va a empezar a comparar estas dos cosas. La obra de Adán, lo que hizo Adán, y la obra de Cristo, lo que hizo Cristo. Y son dos actos de los dos Adanes, pero completamente en diferente luz. Uno negativo y el otro positivo. Aunque Adán prefigura a Cristo, tenemos que estar conscientes de que hay muchas diferencias. Hay más diferencias que similitudes. Y Pablo dice, pero el don. Ahora, ¿qué significa esta palabra don? Esta palabra, ¿sabe cómo está escrita en el griego? Está escrita, pero el carisma. Entonces, ¿Nunca ha escuchado acerca de un sabor cristiano llamado los carismáticos? ¿Lo ha escuchado? Pues de ahí viene ese sabor de cristianismo, de carismáticos, de ciertamente diciendo de que hay un don, un regalo, y hay regalos para aventar para arriba, cada quien tiene un cierto regalo y tiene que ejercerlo, y ya hay cosas que Que ya están hasta media raras. ¿Alguien no miró el video de esta semana que hizo historia en todo el mundo? Resucitaron a un muerto y el muerto estaba respirando cuando estaba en el ataúd. Estaba el muertito vivo y ahora andan demandando a la agencia de... al mortuario. El mortuario anda demandando a este falso profeta porque inventó todo esto y pues tristemente ya los celulares ya no le está ayudando a este sabor de cristianismo porque ya los celulares, ya todo el mundo tiene celular y ya todo el mundo puede vivificar todo. Pero pues ya me salí, ya me fui por otro lado. Pero aquí, mirándolo con esta palabra, que es la palabra carisma, no solamente quiere decir que es un regalo. Esta palabra es mucho más profunda que eso. Esta palabra tiene mucho más peso de un simple regalo porque, mejor dicho, es un don, un regalo de gracia, porque la palabra caris es la palabra gracia, y carisma es el regalo de gracia. Entonces, este don no solamente es un regalo, es un regalo de gracia, o sea, un regalo otorgado por gracia. Y eso es lo que Pablo está tratando de mostrarnos. Entonces, este don no solamente es un don Un regalo normal. Es un regalo dado en gracia. Y Pablo dice, ese regalo dado en gracia no fue como la transgresión. Ahora, ¿de quién es ese don de gracia? Porque Pablo está haciendo una comparación. ¿De quién es ese don de gracia? Que de ninguna manera es como la transgresión. con quien se está contrastando. Este regalo de gracia pertenece exclusivamente al último Adán. a la otra cabeza federal nuestro Señor Jesucristo. Este regalo de gracia viene por medio de Cristo Jesús. Y es importante notar de que está en el singular. Pablo usa el singular aquí muchas veces y aquí lo usa como un regalo. Así como hubo una transgresión, un pecado, también hubo un regalo y ese regalo viene por medio de Cristo Jesús. Ahora, como dice, Pero ese don, ese regalo, no fue como la transgresión. Entonces concluimos, ese don viene por medio de Cristo. Ahorita vamos a ver cómo es que ese regalo, ese regalo de gracia, otorgado por gracia, cómo viene a ser. en la persona de Cristo Jesús, pero Pablo I dice, pero ese don no fue como la transgresión. O sea, no se puede comparar este regalo de gracia como la transgresión de Adán. No se puede comparar. En esencia, la transgresión trajo ¡Resultados horrendos! Este don de gracia trae resultados que realmente, delante de la santidad de Dios, no solamente nos hace justos, sino que nos da la justicia que tanto necesitamos. Ahora, lo que se me hace interesante es que Pablo no usa la palabra pecado aquí. Pablo usa la palabra transgresión y la compara con este don de gracia y dice, el don no fue como la transgresión. Entonces, ¿qué quiere decir transgresión? Porque Pablo aquí está usando términos muy diferentes a los que estamos acostumbrados. El regalo otorgado por gracia y la transgresión. ¿Qué significa transgresión? Pablo está usando la palabra transgresión aquí. Pienso yo que es por esta razón. Porque la palabra transgresión tiene que ver con algo más que simplemente hacer el mal. Tiene que ver con algo mucho más. La palabra transgresión tiene que ver con la violación de una ley. Ahí es donde viene la palabra transgredir. Si nosotros pasamos a un lugar que no se nos permite pasar y lo cruzamos, estamos transgresando. Estamos violando la ley estipulada. Y la cosa es de que Dios le dio a Adán una ley. ¿Y cuál era esa ley? No comer. Esa era la ley. ¿Y Adán qué hizo? Violó la ley. Entonces, esta palabra trasgresión tiene que ver con ley. Entonces, tenemos que encontrar, tenemos que tomar en cuenta el contraste de la trasgresión de Adán con el regalo de justicia de Cristo. Y Adán, lo que él hizo es de que él violó la ley. Entonces, si hay esta comparación entre Cristo y Adán, ¿qué fue lo que Jesucristo hizo al respecto de la ley? Jesucristo obedeció. Jesucristo cumplió cada aspecto de la ley. Ya la ley moral, la ley ceremonial, la ley civil, toda la ley que representa el ser de Dios, la santidad de Dios. Jesucristo como hombre vino y vivió la ley, cumplió la ley. Entonces, si este es el contraste entre ese don de gracia de Cristo y la transgresión de Adán, sabemos de que la transgresión de Adán fue desobedecer la ley. Entonces, está en un contraste opuesto, completamente opuesto. Tiene que ser que Jesucristo no violó la ley, sino que cumplió la ley. Adán deliberadamente desobedeció la ley, ignoró la ley de Dios, no honró la ley de Dios y transgresió la ley de Dios. Entonces, ¿qué pues es el regalo de gracia de Cristo Jesús? Porque si la transgresión tiene que ver con violar una ley, ¿qué tiene que ver el regalo otorgado por gracia de Cristo Jesús? Si Pablo quiere que veamos el hecho de que el acto de Adán violó una ley, Y se para en contraste con lo que Cristo hizo. ¿Qué fue el don de gracia de Cristo? Esta pregunta es sumamente importante y usted necesita saber y entender esto. Déjenme le digo por qué necesita saber esto. Porque de ese don, ese regalo de gracia, depende toda tu salvación y mi salvación. Este regalo de gracia tiene en sí el poder para justificarnos. Este regalo de gracia. De ahí depende todo. Nuestra justificación, nuestra salvación, nuestra posición delante de la santidad divina. En este don de gracia, entonces necesitamos ver qué es, qué encierra, qué encapsula todo este don de gracia. Porque cuando Adán fue creado, Adán fue creado bueno, él no tenía mancha. Adán fue creado en una posición que en inglés se le dice, fue creado upright, fue creado recto, Adán. Él era recto, estaba sin pecado, estaba absente de pecado, pero eso no fue suficiente para salvar a Adán. ¿Cómo sabemos eso? Porque Dios le dio una qué, Adán? Una ley. Probó la justicia de su primer hombre. Dios probó. Él estaba libre de pecado, pero también a la misma vez, como estaba libre de pecado, estaba libre de justicia, estaba libre de obediencia, no tenía obediencia en su posesión. Justicia era algo que estaba a su alcance, pero si él violara la ley de Dios, si él transgrediera la ley de Dios, Eso bueno que él tenía en lo cual fue creado. Cayó Adán con ello. Dios le pidió obediencia y podemos inferir de que Adán quizás nunca comió del árbol de la vida. Quizás el árbol de la vida, quizás podría ser la recompensa de su obediencia. Pero como Adán desobedeció, Dios probó su obediencia. Si entienden de que simplemente puesto, si Dios perdonara todos tus pecados y te borrara de toda maldad, aún así no es suficiente. ¿Para entrar al cielo? Adán fue creado así, sin pecado, pero Dios le pidió y le requirió obediencia, justicia, quería probar que este hombre realmente era justo. ¿Sabes qué? Si Dios te perdona todos tus pecados, ¿Aún así no es suficiente? Tú necesitas justicia. Tú necesitas rectitud. Y la única manera que recibes rectitud es por medio de obedecer. Pues tú ya naciste ponchado. Tú ya naciste con tres strikes. Tú ya naciste relegado. Tú ya no tienes en tu poder habilidad de demostrarle a Dios que tú puedes tener obediencia. Tú necesitas que alguien obedezca por ti. Y este don de la gracia es lo que realmente encapsula, es lo que realmente Es. Entonces vamos a suponer que Dios solamente te perdona tus pecados. Eso no es suficiente. Tú necesitas rectitud. Tú y yo no la tenemos para ser aceptables ante Dios. Nosotros no la tenemos porque la aceptación de Dios no solamente requiere la ausencia de pecados, sino la presente posesión de justicia y el evangelio. Eso es lo que es la justicia de Dios. La justicia de Dios dada a tu cuenta. Eso es lo que el evangelio es. Así es como empezó Pablo la epístola. Porque no me avergüenzo el evangelio, porque es poder de Dios. Para salvación, para todo aquel que cree, porque en el evangelio la justicia de Dios es revelada por fe y para fe. Tú necesitas esa justicia. Entonces, ¿qué es el don de la gracia? Esto es lo que es el don de la gracia, este don otorgado por gracia. Toda la vida, toda la muerte, la obediencia de Cristo Jesús, toda la encarnación entera, su perfecta vida, su muerte expiatoria, es lo que nos alcanza los méritos que nosotros desesperadamente necesitamos. Tú necesitas méritos para entrar al cielo y tú naciste en lo negativo. Por la culpa de Adán, todos nosotros nacemos en lo negativo. Dios requiere justicia, no la tenemos. Nadie la tiene y nadie ni siquiera puede salirse de la miseria en la que se encuentra. Por eso la salvación no es por horas, porque no podemos hacer obras. Necesitamos a alguien más que vino y vivió y se sometió debajo de la ley, vivió la ley internamente, externamente, todos los aspectos que la ley requería del hombre. Jesucristo vino y a través de ello hasta la cruz del Calvario. Jesucristo se sometió a ellos. Jesucristo aún en Romanos 5, él dice, no penséis que yo he venido a abrogar la ley de los profetas, no he venido a abrogar, vine a cumplir. Porque de cierto digo que hasta que no pase el cielo y la tierra, ninguna gota ni el latín le pasará hasta que todo se haya cumplido. Y en Cristo Jesús todo. Todo. Se cumplió. ¿Cómo sabemos eso? El sexto hombre, Juan 1, 14, aprendió obediencia a Hebreos 5, 8, fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Filipenses 2, 8, se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio a Dios en olor a fragante. Efesios 5, 2, Y cuando Jesucristo estaba en la cruz, sus últimas palabras, ¿qué fueron? Consumado. ¿Qué fue consumado? Su obra completa, consumada. Toda la ley, honrada, todos los méritos de obediencia ante la ley de Dios acumulados. Todo en la cruz del Calvario Jesucristo muriendo por nuestros pecados en nuestro lugar. Él dice y además se acuerdan esa vez cuando estábamos mirando Romanos 3 de que Jesucristo aún en la cruz estaba honrando el quinto mandamiento porque miró a Juan y miró a su madre ahí y él hasta honró a su mamá. en la cruz, Jesucristo no pudiendo ni siquiera respirar de la asfixión que estaba sufriendo y de la sangre que estaba saliendo de su cuerpo, y él empieza a tomar aire y le encomienda a su madre, aún en la cruz del Calvario Jesucristo, obedeciendo todas las estipulaciones de la ley. Que tú y yo en Adán quebramos, y no solamente en Adán, también la quebramos cada día. Este es el completo regalo de gracia, el completo acto, la base de tu justificación. Es la fuente del don de la gracia. Y aquí Pablo está comparando este don de gracia, este solo don que encierra toda la vida de Cristo, toda la encarnación completa. Y Pablo le llama a este don de gracia y lo está comparando con la transgresión de Adán. Un acto de un hombre, otro acto de otro hombre. Y dice, pero el don no fue como la transición, porque si fue la transgresión de uno. Por la transgresión de uno. Esa es la razón por qué el don de gracia es totalmente diferente a la transgresión de aquel uno, Adán. Esa sola trasgresión, nosotros caímos todos. Nosotros pecamos todos. Nosotros sufrimos todos. Nosotros morimos todos. Él firmó la sentencia de nuestra muerte. Adán firmó la sentencia de nuestra muerte porque dice, porque si por la trasgresión de uno murieron los muchos, entonces por la culpa de Adán. Todos nacemos en la condición que Adán se quedó, nacemos espiritualmente muertos. Todos fuimos representados en él, por lo cual todos moremos. Y este mucho encierra a toda la humanidad que viene bajo la representación, bajo la descendencia de nuestro primer papá, Adán. ¡Es terrible! Por medio de la transgresión de uno, murieron los muchos. Todos aquellos que Adán representó murieron y es una terrible realidad. ¡Es terrible! Pero miren cómo Pablo lo pone. Aquí empieza Pablo a poner Las verdades del evangelio del regalo de gracia, el regalo otorgado por gracia de otro, de otro uno, abundaron mucho más. Entonces aquí va a empezar a describir este regalo de gracia y lo hace con un fuerte acento que es mucho mejor porque usa la palabra abundó y lo dice mucho más. Mucho más de lo que el pecado de Adán pudo causar en todos nosotros, el regalo de Cristo abundó mucho más. Esta expresión sugiere que la obra de Cristo no se limitó solamente en cancelar los efectos de la trasgresión de Adán, la cual nosotros heredamos todos, sino que en Cristo, en el mucho más, Miramos de que este acto de justicia alcanza no solamente a ponernos neutrales, sino que nos da lo necesario para estar bien con nuestro Dios. No solamente nos regresa al cero, nos da todo lo necesario en el cual nosotros podemos pararnos detrás de la representación de nuestro último Adán, nuestro representante, y nos da los méritos que tanto necesitamos. Ante la santidad de Dios. Juan Calvino lo pone de esta manera. Podemos inferir de la manera apropiada que si la caída de Adán tuvo efecto de producir la ruina de muchos, la gracia de Dios es mucho más eficaz para dar beneficio a muchos, dado que Cristo es mucho más poderoso para salvar que lo que Adán fue para destruir. Cristo alcanzó mucho más. Y fue más su alcance que el alcance que Adán hizo para destruirnos a todos nosotros. Y Pablo dice, abundaron mucho más para los muchos. Hubo una abundancia de este don de gracia. Hubo una abundancia donde realmente no lo podemos abarcar nosotros. Es un regalo de Dios que lo dio y lo dice para los muchos. ¿Quiénes son estos muchos? los que están bajo la representación de Cristo Jesús, los que reciben por fe este regalo de gracia. Ahora, siempre recuerden, un regalo de gracia a un regalo siempre es libre. Yo no estoy obligado en darle ningún regalo a ninguno de ustedes. El regalo, porque un regalo es libre. Está la libertad de aquel que lo está dando para darlo o no darlo. Y si ese regalo es de gracia, pues mucho más. No podemos reclamarlo como merecido. Ningún descendiente de Adán merece gracia. Todo descendiente de Adán, ¿sabe qué merece? Justicia. Todo descendiente de Adán, ¿merece? Justicia. Pero para la próxima semana vamos a mirar más profundo quiénes son estos muchos. Porque Pablo en el versículo 18 dice, ¿quiénes son? a quien llegó a todos los hombres. Lo vamos a mirar la próxima semana. Abundaron mucho más para los muchos. La gracia y el don de Dios. Los muchos. que siguen a Adán teniendo un futuro sin esperanza, mientras que los muchos unidos a Cristo se paran por fe en él, experimentan gracia. Los muchos en Adán y los muchos en Cristo, uno tuvo uno resultado, el otro tuvo otros resultados. Y Pablo dice, y gracia, la gracia y el don de Dios. La gracia y el don de gracia de Dios. Es un favor especial, un favor que no es basado en lo que tú puedes poseer. Y nada en lo que tú puedes hacer o que yo puedo hacer. ¿Por qué? La realidad es de que en Adán tú naciste condenado y lo vamos a ver. Vino la condenación. Naciste condenado. Ni siquiera tu fe te salva. Porque si tu fe te salvara a ti, tu fe se convierte en una obra y la fe no salva a nadie. Sabe quién salva y el único que tiene y que tiene los méritos para salvar. Es Cristo. Usted solamente se une a Cristo. Tu salvación depende. de Cristo. Tú eres salvo por Cristo. Tu fe solamente es una unión a Cristo. Así como la unión que tuvimos en Adán por medio de nacer en la línea de Adán, así la fe. Somos nacidos de nuevo por Cristo Jesús por medio del poder del Espíritu Santo de Dios. Esta palabra gracia por definición simplemente es total libre y siempre se queda libre. Porque si deja de ser libre, deja de ser gracia, se convierte. Si tú piensas que mereces ¿Gracia? Tú no estás pensando en gracia, estás pensando en justicia. Si tú piensas que tú mereces gracia, tú estás completamente saliendo de la categoría de gracia y metiéndote en la categoría de justicia sin darte cuenta porque gracia siempre es gracia. Y justicia siempre es justicia. La justicia siempre viene al que se merece. La gracia viene al que no la merece. Y como sabemos que no la merecemos. Porque tú no hiciste nada para alcanzarla. Así como tú no hiciste nada, Nadam, para alcanzar eso, tú no hiciste nada para alcanzar la gracia, este don de gracia que viene por medio de Cristo Jesús. ¿Y cómo sabemos eso? Vaya conmigo a Romanos 9, 21 y mire cómo lo pone Pablo. Mira cómo lo pone, y está hablando del alfarero, y está hablando de la masa, y dice, o tiene potestad el alfarero sobre el barro para ser de la misma masa. ¿Cuál es la misma masa? ¿El hombre en quién? En Adán. Todos venemos de la misma masa. Todos venemos del mismo padre, nuestro representante Adán. Todos venemos de ahí. Pablo dice, pues el alfarero tiene la libertad de hacer de la misma masa, de la misma bola de pecadores. artículos o vasos de honra y en la misma masa hacer vasos o artículos de deshonra de la misma masa de nuestro padre Adán viene todo esto que él nos heredó y de ahí de esa misma masa es como Dios regala y por su gracia y este don de gracia por la gracia de un hombre sigue diciendo El contraste aquí miramos otra vez más, la gracia de un hombre. Hay una obra, un pecado, una transgresión, un Adán, el primer Adán. Hay un don de gracia, una obra, una obediencia, una justicia del segundo Adán por la gracia de uno, la gracia de un hombre. Y es por eso que la gracia de su obra por nosotros, Si nosotros pudiéramos pensar que en Adán las consecuencias de él se regalaron a nuestra cuenta, se imputaron libremente a nuestra cuenta por medio de un hombre Nosotros no tuvimos nada que hacer en Adán, ni siquiera estábamos ahí, aunque representativamente ahí estábamos, y él nos representó, pero nosotros no tuvimos la... Nosotros no pecamos como Adán. Él fue el que pecó, pero a través de su pecado fue imputado a cada uno de nosotros, y Pablo dice, por la gracia, por este regalo del otro hombre. Este regalo del otro hombre vino y nos dio mucho más. que lo que Adán pudo impartir a cada uno de nosotros. Miramos el contraste entre dos hombres. Y Jesucristo no te necesitaba hacer esto. Es algo que tenemos que pensar y realizar. Jesucristo no necesitaba hacer esto. Jesucristo no tenía que venir. Jesucristo no tenía. Él podía haberse quedado en su gloria y dejar que toda la raza de Adán se fuera corriendo la destrucción, y él hubiera seguido siendo justo, él hubiera seguido siendo bueno, él hubiera seguido siendo recto y santo, pero por gracia. por gracia y todo el evangelio es por gracia porque por gracia soy salvos por medio de la gracia de cristo juan nos dice aquel verbo se fue hecho carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria como la unigénito del padre y lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él y clamó diciendo este a quien yo decía el que viene después de mí es antes de mí porque él era primero que yo porque por su plenitud tomamos todos y gracia sobre gracia Cristo vino y se hizo carne y fue por Y ese regalo, ¿sabe de cómo viene? Por gracia. Todo es por gracia. Pues por medio de Moisés, la ley fue dada por medio de Moisés, pero gracia y verdad vinieron por medio de Jesucristo. Entonces, por la gracia de un hombre, Jesucristo, por medio de la obra de este un hombre, por medio del sacrificio y la vida de obediencia por este un hombre, vino. Esa gracia, Él es el que nos gana la aceptación de Dios. Él es el que nos gana los méritos de obediencia que nosotros desesperadamente necesitamos ante la ley de Dios. Él vino y se los ganó. Él es. Tu justicia. Él es tu rectitud. Él es tu obediencia. Por eso no puedes tener a Cristo y alguien más. Tener a Cristo y el viejo testamento. Tener a Cristo y a Moisés. Es Cristo solamente un hombre. Así como tuviste un nombre en Adán y te dio tu ruina, aquel que te da la gracia y la justificación y la vida eterna es uno. Entonces, esos son los resultados de estos dos hombres. Ahora vamos a mirar los alcances. Entonces, hemos mirado los resultados. Ahora vamos a mirar el alcance en el versículo 16. Y con el don no sucede como en el caso de aquel que pecó. Entonces, aquí miramos otra gran distinción, porque ciertamente el juicio... Este es el alcance del pecado de Adán. Juicio. Con esta declaración Pablo nos muestra que Dios ya ha dado la sentencia. Vino juicio. Dios juzgó a Adán y todos nosotros que estábamos a Adán fue declarada esta descendencia. Porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado, ¿para qué? Para condenación. Este pecado, los resultados de este pecado y el alcance que produjo en el hombre y en toda la creación fue condenación. Entonces, mire, póngase a pensar, Dios detestó tanto la transgresión, la primer transgresión del primer hombre, que fue suficiente para para condenar a todos los hombres un acto de transgresión fue suficiente para que Dios juzgara y viniera la condenación hacia toda la humanidad vino a nosotros la condenación ¿Qué tal toma Dios el pecado? ¿Qué tan en serio Dios toma el pecado? Que nosotros no pensamos mucho en esto. ¿Qué tan en serio Dios toma el pecado? bien en serio, por la causa de una transgresión vino el juicio y consecuentemente al juicio vino la condenación a todos los hombres. Un pecado, un hombre, un acto de transgresión, condenación a todos. Dios toma el pecado en serio. La cosa es esta. ¿Cuántas veces pecamos? Si Dios solamente imputara nomás el único pecado adán con el cual hace, pero aún imagínense si agregara todos los pecados que nosotros hacemos. ¿Qué tan en serio Dios toma el pecado? Bien en serio. Por eso Pablo dice, pero el don vino a causa de muchas transgresiones. ¿De dónde surgieron tantas transgresiones? de nuestros pecados también. Nosotros en el tiempo y en el espacio, pecamos todos los días. A veces sin darnos cuenta, pecamos. ¿Por qué? Porque nuestra naturaleza viene ya propensa a pecar. Nosotros no somos pecadores porque pecamos. Pecamos, porque somos pecadores. Entonces, el don de la gracia no solamente fue diseñado para rectificar la transgresión de Adán, que nos condenó, sino también las transgresiones que todos nosotros hemos cometido en el transcurso de nuestra vida. Pero el don vino a causa de muchas transgresiones. Y pónganse a pensar, ¿cuándo nacimos nosotros? Dos mil años después. El don de la gracia de Cristo alcanzó pecados que todavía no se habían cometido en la actualidad, en el tiempo, porque todavía estábamos 200 años separados del acto de justicia. Dos mil años. Y dice que este don vino a causa de muchas transgresiones. ¿Y cuál fue el alcance? Para justificación. Pablo no se ha olvidado de la justificación por medio de la fe en Cristo. Es lo que Pablo ha estado pensando desde que empezó a escribir Romanos. La justificación por medio de la fe de en un hombre. Nuestro Señor Jesucristo y su don, lo que alcanza para nuestro bien es nuestra justificación. El fin del don de la gracia siempre ha sido la justificación para los que están representados en Cristo. Esa era la meta, ese era el alcance. Eso es lo que ahora nosotros recibimos y ponemos nuestra confianza en Cristo Jesús. Y algo que tenemos que notar es que justificación es el directo antécesis de condenación. Entonces, si nosotros estamos justificados en Cristo, ¿qué hay para nosotros? ¡Ya no hay condenación! Porque justificación es el directo antécesis de condenación. Si ya no estás bajo condenación, quiere decir que eres justificado en Cristo. Pero si no eres justificado en Cristo, estás en un estado de condenación porque todavía tu papi Adán te representa. Romanos 8.1. Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. Ninguna. ¿Por qué? Porque el don de la gracia de este un hombre, el último Adán, vino Y corrigió eso. Y no solamente lo corrigió en el sentido de que ya estamos libres de pecado y libres de condenación, sino que ahora tenemos en nuestra cuenta los méritos positivos para pararnos delante de la santidad, de la majestad, detrás de nuestro representante, nuestro Cordero, que fue inmolado. Este don de gracia, esto alcanzó nuestra justificación. Entonces, para terminar, la obra de Cristo, el regalo de gracia de Cristo, ¿sabe qué es? Mejor. Mejor porque alcanzó mucho más de lo que la transgresión alcanzó a derrotar. El regalo de la obra de Cristo, este regalo de gracia es mucho mejor si lo comparamos a la transgresión de Adán. La transgresión de Adán solamente nos arruinó y nos dejó en un estado de ruina. Pero el don de gracia, el regalo de gracia de este otro hombre, nuestro último Adán, no solamente solucionó el problema, sino que nos da lo necesario para nosotros. Pararnos delante de la justicia de Dios y entrar ante su presencia en paz. ¿Porque qué miramos en Romanos 5? Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios. Es mucho mejor de lo que Adán pudo arruinar. La obra de Cristo es suficiente. Suficiente. no le puedes agregar, no le puedes añadir, no le puedes quitar la obra de Cristo. Este don de gracia es suficiente para ti. Y si tú recibes este don de gracia, lo recibes completo, como suficiente. Nada más puedo yo agregar a la perfecta obra de nuestro Señor Jesucristo. Esta obra es suficiente, es mejor, pero suficiente. La obra de Cristo es gloriosa. Nadie más podía hacer esto. Nadie más, solamente Dios podía hacer esto. solamente Dios podía reversar todos los efectos de la caída, de la trasgresión de Adán, solamente Dios podía pagar la paga de pecado ante la santidad de Dios eterno, solamente la persona eterna en la eterna persona de el Hijo crucificado en la cruz, un perfecta vida, un perfecto sacrificio tuvo todo lo suficiente para hacer esta obra gloriosa, para cumplir muchas transgresiones. La obra de Cristo no solamente es mejor, es suficiente y es gloriosa y tú necesitas creerla. Porque creyéndola es como te unes tú. a Cristo. Es como te unes tú a la otra cabeza representante. Es la única manera como tú puedes dejar la unión de Adán y unirte a Cristo. Tú necesitas creerla. Y esto es las buenas nuevas del Evangelio. El Evangelio no nomás es de que Dios te ama y simplemente ahí. El Evangelio es de que Dios no se quedó sentado en su trono. Él vino y acumuló los méritos que tú necesitas, que yo necesito. Para estar en paz con mi Dios. para estar en la familia de Dios, para estar en una comunión con Dios. Esos méritos son solamente en Cristo. Porque si tú no crees esto, Juan, en Juan 3, 17 al 20, después del gran Versículo de tal manera, amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda y tenga vida eterna, porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree no es condenado, pero el que no ha creído en el nombre del Unigénito Hijo de Dios ya está Perdón. Y esta es la condenación que la luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas, porque todo aquel que hace lo malo aborrece la luz y no viene a la luz para que sus obras no sean reprendidas. Aquel que rechaza a Cristo. Ya ha sido condenado. Pero la gloriosa cosa es de que aún tienes vida, y aún tienes respiro, y aún puedes venir a Él en arrepentimiento y en fe, y ese don de gracia puede ser tuyo. por medio de fe en Cristo Jesús, el nuevo representante que se para con el don de gracia delante de la santidad del tribunal de Dios y que ese don, los resultados de ese don caen detrás de todos los que están parados representados por medio de Cristo Jesús y en Cristo Jesús solamente. Padre, es grande lo que tú alcanzaste por nosotros. Es tan grande que ni siquiera nosotros podemos caberlo todo en nuestra cabeza. Pero no es necesario que quepa todo en nuestra cabeza Señor. Lo único necesario es de que todo lo que Cristo representa por fe es mío. Y su representación es una representación que lo vale todo delante de tu santidad. Y es lo que nosotros queremos, señor. Ayúdanos a vivir a través de estas verdades. Ayúdanos a a nosotros, señor. Compartir esas verdades a la gente que conocemos. Abre, señor, las puertas para que nosotros podamos abrir sin, sin, sin que cambien, señor, la, la plática o cambien, señor, la, la, la, de lo que el enfoque. Señor, ayúdanos a poder y danos la gracia para compartir las buenas nuevas de tu evangelio. Pido que tú bendigas tu palabra. En el nombre de Jesús, tu Hijo, lo pedimos. Amén.
El Regalo de Gracia según Romanos
Series El Evangelio según Romanos
Pablo contrasta el don de gracia del último Adán, con la primer transgresión del Primer Adan. Uno produjo juicio, condenación y muerte. El otro acto produjo para los suyos, gracia justicia y justificación.
Sermon ID | 3319218367567 |
Duration | 59:27 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Romans 5:15-17 |
Language | Spanish |
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