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Muy bien hermanos, lo voy a invitar que abra conmigo su Biblia en Lucas 6. Lucas 6. Hoy vamos a mirar el otro lado de la moneda que nos da Lucas acerca de las bienaventuranzas. Lucas nos da el otro lado de la moneda que Jesús dio esa vez que predicó este mensaje. Entonces, Le voy a invitar que cuando lo encuentre... que se ponga sobre sus pies para dar lectura a la palabra del Señor en reverencia a la palabra del Señor. Y vamos a mirar lo que Jesús nos dice en Lucas 6. Vamos a empezar en el versículo 20 hasta el versículo 26. Si la palabra del Señor Dios lea así volviendo su vista hacia sus discípulos, decía Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestros es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo por causa del hijo del hombre. Alegraos en ese día y saltar de gozo, porque aquí vuestra recompensa es grande en el cielo, pues sus padres trataban de la misma manera a los profetas. Pero hay de vosotros los ricos, porque ya estáis recibiendo todo vuestro consuelo. Hay de vosotros los que ahora estáis saciados porque tendréis hambre. Hay de vosotros los que ahora reís, porque os lamentaréis y lloraréis. Hay de vosotros cuando todos los hombres hablen bien de vosotros, porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos profetas. Esa es la lectura de la palabra del Señor. Puede tomar su lugar en esta tarde. Les tengo una pregunta antes de empezar. ¿A cuánto les gustaría ser ricos? ¿Siempre estar saciados? ¿Nunca tener hambre? ¿Siempre reír? ¿Nunca llorar? Y que la gente hable bien de ustedes. Ese es el deseo natural de cada persona, ser rico, siempre estar saciados, siempre reír y que siempre se hable bien de nosotros. Son cosas que nosotros queremos, son cosas que nosotros deseamos y siempre deseamos tenerlas ya. Y tristemente el Evangelio americano de Latinoamérica Según no las garantiza. Pero eso no es cierto, porque aquí lo que Jesús nos va a decir es hay de vosotros que dependen de las riquezas. Hay de vosotros que dependen en lo que comen. Hay de vosotros que dependen de que todo les vaya bien en la vida. Y hay de vosotros cuando todo mundo habla cositas buenas de ti. Hay de ustedes y Jesús se los está dirigiendo a sus a sus discípulos. Ninguna de estas cosas en esta vida que desea el hombre natural, riquezas, risa, estar saciados, que se hable bien de nosotros, eso no es garantizado en esta vida. sino hasta la consumación del reino. Ahí sí todo esto va a ser garantizado. ¿Por qué? Pues porque Jesús aquí, en la manera en como Él da las bienaventuranzas aquí en Lucas, dos palabras dominan como Jesús las explica. Bienaventurados y hay de vosotros. Si ve como Lucas usa los dos bienaventurados estos, pero también cuidado, porque hay de estos y en cada una de ellas son cuatro declaraciones. Hay cuatro bendiciones y también hay cuatro ayes paralelos. Bienaventurados los pobres, los hambrientos, los tristes, los rechazados, pero también de la misma manera. Cuidado, al revés lo pone Jesús. podríamos ponerle malaventurados. Hay de vosotros los ricos, los satisfechos, los que son felices y nunca lloran, los populares. La palabra que es traducida aquí, bienaventurado, simplemente significa favorecido. Favorecido es lo que significa. Y la palabra traducida aquí, hay, es una expresión que significa desfavorecido, o sea, cuidado porque te va a ir mal. Ahora, El hombre solamente vive en estos dos lugares o eres bendito por Dios o eres malfavorecido por Dios. No hay lugar en medio. Eres uno o eres el otro. Pero lo que necesitamos preguntarnos bien para entender por qué Jesús habla de esta manera es ¿Está hablando Jesús de la perspectiva del hombre? ¿O está hablando Jesús de la perspectiva de Dios? Porque si Jesús está hablando estas bienaventuranzas, este párrafo que hemos leído, si Jesús lo está hablando desde la perspectiva del hombre, Jesús está loco. ¿Por qué? Porque lo que se nos enseña de la perspectiva del hombre es que todo mundo quiere ser rico. ¿Quién quiere ser pobre? Nadie. ¿Quién quiere sufrir hambre? Nadie. Todo mundo quiere estar saciado. ¿Quién quiere sufrimiento? Nadie. ¿Quién quiere rechazo? Nadie. Estamos hablando de bendición de parte de quién? O sea, de la perspectiva de quién? De la perspectiva del hombre, todo hombre. Quién no quiere ser rico? Quién no quiere estar saciado? Quién no quiere nunca jamás llorar? Quién no quiere de que todo el mundo hable bien? Todo el mundo quiere eso. Pero aquí Jesús lo está invirtiendo también de la misma manera. Y él está diciendo, cuidado los que tienen todo esto ahorita y dependen de todas estas cuatro cosas ahorita, porque algún día se les van a voltear al revés y ya están recibiendo toda la gracia que Dios tiene ahorita. Estas cosas Jesús las pone que si tú solamente piensas en esto y de esto dependes de tú, de riquezas, estar saciado, de nunca llorar y de que todo mundo hable bien de ti, eso resulta en maldición. Ahora, eso no es popular de decir hoy en día, pero eso es lo que Jesús está enseñando. Si tú dependes de todo esto ahorita, estás bajo maldición. Y maldición no es tanto, oh, te va a ir mal en la vida, o sea, te va a ir mal. O maldición quiere decir, no, pues no estás tan favorecido por Dios. No, eso no es lo que significa eso. Tenemos que mirarlo de la perspectiva de Dios. ¿Qué significa bendición? ¿Qué significa estar maldito por Dios? Estar en un desfavorecimiento de parte de Dios. Ahora vaya conmigo en el Antiguo Testamento, en el Antiguo Pacto, al libro va a encontrar el libro de de de Números es el cuarto libro de de de de de la ley de Moisés en Números va a encontrar en el versículo en el capítulo seis y en el versículo veintitrés ahí va a encontrar en la manera en como Dios le pedía a Moisés y al sumo sacerdote como bendecir al pueblo y mire aquí es como Dios mira la bendición en Número seis veintitrés habla a los hijos, habla a Arón y a sus hijos, o sea, aquí está diciendo Dios que le hable a Arón, le está diciendo a Moisés y le dice, habla a los hijos, a Arón y a sus hijos, y diles, de esta manera, así bendeciréis a los hijos de Israel y les diréis, el Señor te bendiga y te guarde, o sea, Bendición tiene que ver con que Dios te guarde, que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. Eso es bendición, de que el rostro de Dios resplandezca con un favor de misericordia delante de ti. Y mire lo que dice el 26. El Señor alce sobre ti su rostro y te de paz. O sea que sobre ti, si tú estás en un en una posición de bendición de parte de Dios, es porque Dios hace levantar su rostro sobre ti y hay paz en medio de ti y en medio de Dios. Ese es el lugar de bendición. Nosotros definimos bendición por medio de riquezas. Definimos nosotros humanamente bendición por cuánto comida tenemos. Definimos bendición por lo que podemos tener aquí en esta vida y nunca sufrir. Nosotros humanamente definimos bendición de que todo mundo hable bien de nosotros. Así lo definimos nosotros humanamente. Pero como Dios define la bendición es de que la que la gloria de Dios resplandezca en una en una posición, en una relación favorable entre tú y entre Dios. Así es como Dios lo define. Ahora, podemos invertirlo y como Dios define maldiciones, completamente lo opuesto, de que la ira de Dios está en medio de ti, de que Dios se levanta su rostro con ira y no con Y no como hijo. Eso es maldición. Nosotros lo definimos completamente distinto. Nosotros definimos a buena posición y mala posición según lo que nosotros miramos aquí en esta tierra. Y Dios no mira eso. Dios mira en la posición que tú estás delante de él es una favorable o una desfavorable. Una de las dos. Y aquí Jesús está diciendo benditos ustedes los pobres, benditos ustedes los que los que los que sufren hambre por mi causa, benditos ustedes los que lloran y sufren por mi causa, bendito cuando la gente los odia y se aparte de ustedes por mi causa. Pero el otro lado de la moneda es desagradable. Malditos los ricos, porque ya están recibiendo su consuelo. Eso es fuerte. Nosotros miramos bendición y maldición. Ay no, pues es algo de que te va a ir bien. Es buena fortuna, es buena suerte o mala suerte. Así no lo define Dios. Dios no lo define por suerte o cómo te va. Es la posición que tienes delante de él. ¿Qué relación tienes delante de él? Es una buena relación delante de él. Y si tienes esa buena relación delante de tú y Dios, puede ser que pierdas todas estas cosas. Puedes perder dinero, puedes perder bienes, puedes sufrir y sufrir hambre y sufrir y te va a ir mal en la vida y sufrir mucho dolor por causa de tener una buena posición delante de Dios y una buena relación. Pero si tu relación, tú la reemplazas y tienes buena relación con las riquezas. Tienes buena relación con la satisfacción humana. Tienes felicidad mundana. Tienes aceptación mundana. Y encuentras en esas cosas el valor. Estás al reversado. Ahí no lo mira Dios como algo favorable. Ahí lo mira Dios como una maldición. O sea, tenemos que realmente pensar las cosas al otro lado de cómo Jesús nos las enseña. O sea, te pierdes de todo lo que puede tener valor humanamente para obtener a Cristo o ganas todo el valor aquí en esta tierra y te pierdes de Cristo. Jesús se las pone de esta manera. Eliges una y sufres esto o recibes esta y al final vas a sufrir eternamente. Es una de las dos. Como por ejemplo, podemos mirar esto en una historia que vamos a mirar más adelante aquí en este evangelio de Lázaro y el rico. El rico tenía todo ya. Y él se apoyaba de todo lo que él tenía. Tenía banquetes, tenía salud, tenía todo. Y él en eso se gloriaba de que tenía todo. Y aparece un hombre llamado Lázaro que no tenía nada, que tenía, estaba sufriendo. Y podemos decir de que este hombre era creyente y venían los perros y le lambían sus cicatrices, le lambían su dolor. Y el hombre rico. Sufría de nada y confiaba en todo lo que temía. En cambio, Lázaro sufría de todo y confiaba en una gloria eterna. Pues viene la muerte por estos dos hombres. ¿Y qué pasa? Se invierten las cosas. Lázaro llega al seno de Abraham. Y ese hombre rico llega a un lugar de tormento, y tanto era lugar de tormento que el mayor lujo de ese lugar, ¿sabes qué era? El agua. Ahorita pensamos de que el dólar vale mucho. Ahorita pensamos de que, ay no, pues que tengo muchos dólares en el banco. Pues cuando el dólar no vale nada, ¿sabes qué es lo que va a empezar a valer? Lo que no tenía valor. Y aquí Jesús les está diciendo, si tú tienes tu confianza en lo que tienes y no estás dispuesto a deshacerte de eso por venir a seguir a mí. Y sí, si vienes delante de mí y me sigues a mí, vas a sufrir mucho. No se te va a garantizar una vida bonita. Vas a sufrir. Pero si sufres y permaneces fiel, perseverando hasta el fin, vas a recibir recompensa. Pero si tú confías en la recompensa hoy en día, ya estás recibiendo tu consuelo. Tu galardón es aquí. Nosotros como creyentes verdaderos, no como el no como el cristianismo de hoy en día, el cristianismo de hoy en día, póngalo y tíralo a la basura porque le garantiza todo lo bueno ahorita. Jesús no garantiza nada. Jesús garantiza. Más bien, Pablo dice todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús serán que alabados. No, Pablo les dice todos que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús van a ser que perseguidos. Eso sí se te garantiza. Pero hoy tenemos un evangelio modernizado que porque vivimos en una nación que fue fundada con valores cristianos y valores justos y donde Dios en cierta manera por 200 años bendijo esos valores en esta nación, en esta nación vienen todas las invenciones. de esta nación, de esta nación viene la gente más preparada y de esta nación. Ahora, todo eso está empezando a cambiar porque nos hemos olvidado de Dios y ¿sabes qué? La gente está agarrándose de solamente lo terrenal. ¿Por qué? Porque hemos reemplazado lo terrenal por lo que realmente tiene valor eterno y esta nación va a sufrir las consecuencias de ello. Ahora, Como les digo, Lucas lo acomoda en paralelo con bendiciones. Hay bendiciones, pero también como excelente predicador te da las buenas noticias, pero también te da las malas, los hayes. Si mira, si mira conmigo aquí el versículo 20 dice Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestros es el reino de Dios. Y el 24 dice, pero hay de vosotros los ricos, porque ya estáis recibiendo vuestro consuelo. Ahí están paralelos, simétricos. Y el siguiente, en el 21, bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Y el 25, hay de vosotros los que ahora estáis saciados, porque tendréis hambre. Simétricos, paralelos. El 21, ven aventúralos que ahora lloréis porque reiréis. Pero de la misma manera hay de vosotros los que ahora reís porque os lamentaréis y lloraréis. Bienaventurados, el 22 dice, cuando los hombres os aborrezcan, cuando os aparten de sí, los colman con insultos y desechen vuestro nombre como malo por causa del hijo del hombre. Ahora, como un excelente predicador, Jesús da también el otro lado de la moneda, da las malas noticias, dando las buenas, da las malas, porque en el 26 dice, hay de vosotros cuando todos los hombres hablen bien de vosotros, porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos. A los falsos trataban así los padres. Y cuando está hablando de los falsos, son los falsos profetas que engañaban al pueblo. Ahora mire, vamos a mirar ahí el 24. Pero hay de vosotros los ricos, porque ya estáis recibiendo todo vuestro consuelo. ¿Qué dijo antes? Bienaventurados los pobres. Porque vuestros es el reino de Dios. Ahora, una pregunta. ¿Estará Jesús solamente hablando de pobres financieramente? Porque Mateo lo que él hace, él es de que lo pone espiritualmente en bienaventura a los pobres de espíritu. Ahora, yo diría que tienen que ser las dos. Aquí Jesús realmente les está diciendo, si ustedes me siguen, van a perder financieramente. Si ustedes me siguen, van a perderse. Van a seguirme a mí, van a aportar por el reino de Dios y se van a perder. Las oportunidades de hacer una fortuna aquí en la tierra las van a perder. Van a sufrir financieramente. Ustedes que son pobres de espíritu, que miran en mí la suficiencia para la salvación. Si ustedes me siguen a mí, van a perder financieramente. es una declaración financiera también como lo pone Lucas y es una declaración espiritual también como lo pone el apóstol Mateo en sus bienaventuranzas son los dos vienes delante de Jesús en él encuentras un gran tesoro pero también si lo sigues a él como él te pide que lo sigas puede ser de que sufras financieramente ahora nosotros vivimos en América tenga eso en claro ok En otras naciones, si tú eres cristiano, se te cierran los trabajos. En otras naciones, si tú te conviertes en cristiano, se te cierran las familias. En otras naciones, si tú te haces cristiano, pierdes de todo. Aquí en América, gracias a Dios y a lo que los puritanos sembraron en esta nación hace ya casi 300 años, sembraron, culturaron principios bíblicos y los principios bíblicos siempre hacen bien a la sociedad, nunca hacen mal. Nosotros disfrutamos de eso. En otras naciones, tú recibes a Cristo y tus familiares te abandonan. Si tú eres un niño y tú crees en Cristo, te mandan a la calle. Si tú crees en Cristo, pierdes. América es la excepción. ¿Ok? Vives tú en América. Aquí, si tú te haces cristiano, más bien, si tú te haces cristiano, tú, tú, tú, tú, la gente que es tu empleador, le gusta, porque sabe que tú tienes Moralidad cristiana, que tú tienes principios cristianos, que no vas a robar como roban los demás, que no vas a hacer deshonesto como son los demás. Aquí es diferente, pero América es la excepción a la regla. Aunque América está cambiando y está cambiando de volada. ¿Cuánto no ha cambiado en los últimos cuatro años? En cuatro años. Se está derrumbando todo lo que hemos progresado por 260 años. En cuatro años está desapareciendo todo. Imagínese. Las leyes están cambiando. Imagínese. Nosotros hablamos de repúblicas bananeras. Ay, esas repúblicas bananeras, mira nomás. Oh, pero aquí, ¿qué estamos haciendo nosotros? ¿Estamos usando la ley para ir en contra de expresidentes? Eso hacen en repúblicas bananeras. Y aquí en Estados Unidos se está perdiendo todo el decoro. Ahora, por ser cristiano, puede ser que aquí en América pueda sufrir. ¿Por qué? Porque se están cambiando los tiempos. Ahora, Como lo pone Mateo y como lo pone Lucas, como les digo, Mateo lo pone espiritualmente. Pero mire, vaya conmigo a Santiago 2.5 y el apóstol Jacobo, mire cómo lo pone. Sí, puedes no tener mucho aquí, pero sí, eres rico en fe. Santiago 2.5, hermanos míos, escuchar, ¿no se escogió Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe? Entonces sí, puedes perder riquezas mundanas, pero eres rico en fe. Y en cierta manera, los dos están hablando lo mismo. Sí, pierdes aquí, pero eres rico en fe. Eres eres pobre en espíritu y eres pobre materialmente, pero eres rico en fe. O sea, tienes el favor de Dios. OK, está esos dos elementos ahí. Ahora Jesús sí habla en contra de las riquezas. Por qué? Porque las riquezas pueden cambiar mucho a las personas. Las pueden cambiar. Las iglesias aquí de Estados Unidos están vacías a menos de que hablen de puro amor y tengan una banda y todo el mundo baile y haga manifestación de milagros y lenguas y todo ese rollo. ¿Por qué? Porque la riqueza nos ha cambiado. Estoy seguro que si yo voy a Bolivia. Si yo voy a Perú y predico allá, no me darían ganas de regresar aquí. ¿Sabe por qué? Porque ya la gente realmente tiene hambre y sufre y realmente escucha la palabra de Dios con agradecimiento, con amor y con valentía. Aquí no podemos viajar 20 millas porque, ay no, es que la iglesia es distinto. Aquí nos ha arruinado tanta bendición. Nos ha arruinado. La iglesia cristiana es una iglesia inútil, débil, anémica. ¿Por qué? Porque hemos dependido nuestras riquezas y Jesús da aviso en contra de riquezas. Él dice Jesús una vez en Mateo 19. En verdad, os digo que es difícil que un rico entre en el reino de los cielos. Otra vez os digo que es más fácil que un camillo pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino de Dios. ¿Por qué? Porque los ricos confían en qué? En las riquezas. Así estamos nosotros aquí en América. Todo eso va a cambiar. Ahorita nosotros estamos, si usted estudiara cómo cayó Roma, de ser una república a ser un imperio, y luego pues cómo el imperio se fue a la maldad, estamos en el puro, llegándole antes, se está repitiendo al pie de la letra. Pero las riquezas toman mucho. de cómo nosotros miramos la vida y aquí Jesús está diciendo hay de ustedes los ricos porque si dependes en eso ahora no estoy diciendo si tú tienes dinero es malo y tienes que ir a regalarlo no pero si tú dependes en el dinero y el dinero te da la felicidad y en el dinero encuentras satisfacción donde el dinero tiene poder de ti y no tú tener el dinero para poder usarlo para bien. Si el dinero te tiene a ti, ahí es donde Jesús dice Cuidado vosotros los ricos hay de ustedes. Malditos están ustedes en una condición de maldición. Si las riquezas tienen poder sobre tu vida, por qué? Porque o son las riquezas o soy yo. No puedes servir a dos señores a la misma vez. Jesús dice en Mateo No puedes seguir al dinero y puedes seguirme a mí a la misma vez. No puedes tener dos amos o o sirves a uno y abandonas el otro ahora Jesús dice bienaventurados ustedes los pobres para ustedes va a ser más fácil mirar lo que hay arriba porque no dependen de lo que hay abajo y esa es la realidad esa es la realidad entre más tenemos más fácil nos apartamos de Dios Entonces, en cierta manera, el ser rico es algo malo si las riquezas toman poder de nosotros. Pero si las riquezas Dios te bendice, Abraham era rico, pero Abraham no dependía de las riquezas, Abraham dependía de la palabra que escuchaba de Dios cuando él venía y le hablaba. David era rico, Salomón era rico y él dejó que las riquezas lo arruinaran. Y aquí Jesús está diciendo, hay de vosotros los ricos porque ya tenéis consuelo. Ese es el consuelo. ¿Tú quieres tener ese consuelo? Algún día todo se va a comer. Como dice el pastor John MacArthur, yo nunca he mirado que cuando hay un desfile de muerto que vayan todas sus propiedades y todos sus lujos detrás de la taúd. Las riquezas se quedan aquí y el muerto se va al sepulcro. No te llevas nada. Entras sin nada y te llevas nada. Pero nosotros aquí llegamos a correr el riesgo si dejamos que las riquezas nos nos ganen, nos nos tengan, nos poseen las riquezas a nosotros, en lugar de nosotros poseer bienes, los bienes nos poseen a nosotros, y Jesús como un buen predicador, da las buenas noticias, pero también da aviso en contra de lo malo, pronuncia bendición, pero también si no tenemos Ayes. Ahora nosotros cuando pensamos de ayes decimos ay no. Los ayes que miramos en la escritura es cuando Jesús está en su última semana, así como esta semana santa en la que acabamos de empezar y Jesús está en el templo y les dice ay vosotros pariseos hipócritas y nosotros decimos ay sí, ahí sigue. avientales Jesús. Ahí sí, ahí sí dale los ayes porque esas personas eran malas, eran fariseos en su religiosidad, ellos dependían, ellos eran ricos, ellos eran gente que tenía mucho dinero, ellos dependían de sus propias obras, ellos se creían adorados y apreciados en su religiosidad y todo mundo hablaba bien con ellos y de esos ayes sí nos acordamos, de esos, de los fariseos, de los religiosos. Pero no nos digas a nosotros, hay de vosotros los ricos a nosotros. No, pues Jesús dando el los dos lados de la misma moneda da bienaventurados cuando si eres pobre en espíritu y físicamente, porque ahí te va a ser más fácil de mirar el reino de Dios y desear ese reino. Y si va a haber garantía en aquel entonces, si la hay, va a haber galardón. Pero cuidado si el galardón lo está recibiendo ahorita. Ahora, como dijo primero, bienaventurados vosotros los pobres, aquí voltea y dice vosotros los ricos. Y lo que dice después es de que porque ya estáis recibiendo todo vuestro consuelo. Ahora, este término usado aquí comunica la idea de una factura. Cuando tú haces una factura y alguien te la paga completa, ¿qué le pones a esa factura? Le pones paid. Ok. Y Jesús aquí está usando la idea de que si tú eres rico y disfrutas de las riquezas y en tu riqueza está tu confianza, ya recibiste el pago aquí. Ya recibiste toda la gracia aquí. No hay más. Dios no te debe más. Lo único que Dios te debe es justicia. Y sabes dónde van a ir todos los ricos que confiaron en sus riquezas? al castigo eterno, así como la historia de Rico y de Lázaro. ¿Por qué? Porque su confianza estaba en las riquezas. Y aquí esta idea es la que está siendo comunicada. Ay de vosotros los ricos, porque la factura ya les está siendo pagada aquí. No puedes esperar más gracia adicional. Ya lo recibiste todo aquí. Y al día que te mueras, no espera de que habrá gracia, no la va a ver. Recibiste toda la benevolencia de Dios aquí. Aquí recibiste una gran porción de la gracia común que Dios da sobre justos e injustos. Y tú recibiste un monto más grande y tu consuelo lo estás recibiendo aquí en esta tierra. No esperes consuelo después de esta tierra. Si tú amas tus riquezas más, Aprovéchalas, se te está pagando la gracia común de Dios aquí. Sosténlas, aprovéchalas, ámalas, confía en ellas. Pero si tú estás dispuesto a soltar esas riquezas y si las pierdes, que las pierdas. Pero estás dispuesto a venir a seguirme a mí y no preocuparte por lo que por lo que tienes o lo que vas a alcanzar a acumular en esta tierra, sino que vienes a creerme a mí y seguirme. Ahí eres bienaventurado. Puedes ser bendecido materialmente. La Biblia no habla en contra de ser bendecido. Habla en contra del amor al dinero y cómo el dinero puede controlar nuestra vida y nuestra expectativa al futuro. Pero si puedes liberarte y Dios sea la gracia y liberarte eso y si pierdes todo por causa de Cristo, ni modo, voy a ganar una herencia eterna. Ese es el pensamiento que Jesús le está tratando de comunicar. Y Jesús tiene que dar aviso en contra de las riquezas, porque las riquezas pueden acarrear peligro. Pueden. Puedes apartarte de Dios tan fácil si eres rico. Si eres pobre también puede pasar lo mismo, pero es más difícil. Es más difícil. Cuando eres rico, ¿sabes qué es lo que piensas? Con el dinero todo compro, hasta la felicidad. Y si me falta algo, con dinero lo soluciono. Pero si no tienes dinero, reconoces, yo no puedo comprar la felicidad. Yo no puedo encontrar la justificación. Yo no puedo comprar una buena posición delante de Dios. Esa tiene que venir gratis y yo tengo que soltar todo y confiar en Cristo. Eso es lo que al final del día pasa. Ahora, lo que se me hace interesante es de que si lo pusiéramos a los que realmente escucharon esto por primera vez, ¿sabe qué les pasó? En cortos 40 años, todos los israelitas, ¿sabe qué les pasó? Perdieron todo. Los romanos les quemaron todo. Y aquí Jesús les está diciendo, hay de vosotros los ricos, porque ya recibieron su consuelo. ¿Y sabe qué? Ellos pensaban, no, la gente rica es la gente que vive en Jerusalén, la élite religiosa. Mira nomás toda la riqueza que tienen. Ellos son los que están asociados con Roma y Roma siempre los va a proteger a ellos. Y Dios los está bendiciendo a ellos. Pues, ¿sabe qué pasó con todos estos líderes políticos del judaísmo? Perdieron todo, del día a la noche perdieron todo y empezaron a mendigar por las calles. ¿De qué les sirvió toda la riqueza y todo lo que ellos habían acumulado? Empezando como en el año 66. Jesús está hablando más o menos como el año 28, 29. Para el año 66 todas las riquezas de Israel empezaron a quemarse con las guerras judías y las guerras civiles judías y las guerras romanas con los romanos. Ahí llegó y todo de un día a otro se desvaneció, se quemó y no quedó nada. Ahora Jesús también les da a otro. Hay de vosotros que ahora estáis saciados porque tendráis hambre. Encontraste a bienaventurados los que tienen hambre porque serán saciados. Obviamente aquí está hablando, sí, de hambre espiritual y la encuentras en Cristo Jesús. Pero si tú sigues a Jesús, corres el peligro de también sufrir por hambre física real. Corres el peligro. Ahora estás en América, eres la excepción. Ok, siempre les voy a decir eso, porque si tú te vas a otra nación, si tú te vas a una nación musulmana, tú vas a sufrir hambre por ser cristiano. Si tú te vas a África y saben que eres cristiano, tú vas a sufrir hambre. Si tú vas a cualquier otra nación que no es fundada con valores cristianos, vas a sufrir, vas a sufrir. Ahora Jesús aquí está diciendo. Exteriormente también, no solamente espiritualmente, sino exteriormente aquí en Lucas. Hay de vosotros los que ahora estáis saciados porque tendréis hambre. Jesús les está diciendo cuidado si tu felicidad depende de tu panza. Si tu felicidad depende del alimento que puedes tener en el refrigerador, ahora en aquel entonces no tenían refrigeradores, en aquel entonces cada quien compraba su comida cada día. Los refrigeradores es algo que hace que unos 200 años, pues ni 200, unos 150 años que se inventaron. Nosotros vivimos en un lugar en un estado de tiempo que viene siendo la excepción. Ellos no sabían nada de electricidad. Ellos no sabían nada de petróleo. Ellos no sabían nada de gas natural, donde calientas tu casita bien rico. Ellos no sabían nada de condicionador, donde enfrías tu casa bien rico. Ellos no sabían nada de eso. Ellos sabrían solamente que era una vida de sufrimiento. Tú y yo somos la excepción. Entonces no puedes interpretarlo en la manera en que tú miras. Pero aquí Jesús les está diciendo, ten cuidado, si tú encuentras la felicidad en tu panza, en el alimento, si tú encuentras ahí la bendición, la estás encontrando mal. ¡Ay de ti! ¡Ay de ti! Los que están saciados, porque algún día van a sufrir hambre. Miren lo que dice Pablo en Filipenses 4, déjenme se lo leo. No hablé porque tenía escasez. Pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en proversa, sé vivir en prosperidad, en todo y por todo he aprendido en secreto el secreto tanto de estar saciado como el de tener hambre y tener abundancia como el sufrir de necesidad. Y este es el versículo que todo mundo saca fuera de contexto. Todo lo puedo en Cristo. que me fortalece. ¿De qué está hablando Pablo? ¿De qué le está contento si tiene mucho? Él está contento si no tiene nada. Él está contento si tiene prosperidad y si no tiene prosperidad. Él está contento si sufre hambre o si tiene mucho de comer. ¿Por qué? Porque la confianza de Pablo estaba en Cristo. Y aquí Jesús les está diciendo, hay de ustedes, si su satisfacción la encuentran, depende de cómo está lleno su estómago. Cuidado, porque puede llegar el día. en que puedes sufrir, puedes morir físicamente de hambre y sin Cristo. Si tú dependes del hambre, si el hambre te motiva, si el estar saciado te motiva por vivir en esta tierra, cuidado. Ahora, poniéndolo históricamente en cómo los primeros oidores hubieran oído esto, Es interesante, históricamente, supuestamente el historiador Josefo, que él fue testigo de las guerras de los judíos con Roma. En Jerusalén, alrededor de los 60 años, al año 60, o sea, como 30 años después de que Jesús dice estas palabras. Según él testifica de que Jerusalén tenía tantos graneros y tanta abundancia de que la ciudad podía haber durado años. sin sufrir hambre. Si venía una emboscada, unos invasores y hacían una muralla alrededor de la ciudad, según Josefos dice que Jerusalén podía haber durado años sin sufrir hambre. ¿No sabe qué pasó? Cuando Roma acercó a Jerusalén, los celotes radicales, con el fin de hacer a todo mundo un patriota e ir en contra de los romanos, ¿sabe qué hicieron los celotes? Quemaron toda la comida. y de un día al otro toda Jerusalén se hicieron mendigos y sufrieron hambre. Todos aquellos que estaban esperanzados De que Dios iba a revivir el judaísmo. Estaban celebrando la fiesta de Pascua y vino un fervor del judaísmo. Dios hizo que eso mismo hiciera, empezara la catástrofe. Porque se quedaron mendigando. ¿Y sabe hasta qué punto llegaron? Josefo no lo dice. Empezaron a comerse los unos a los otros. ¿De qué? de hambre. ¿Por qué? Porque ellos tenían su confianza en lo que Dios les daba y en lo que ellos se llenaban. Rechazaron al Mesías, rechazaron su evangelio y Dios se los volvió. Dios se los devolvió. Jesús se los avisó Y Dios se los devolvió. Todos sufrieron de hambre de un día al otro. Hubo una hambruna instantánea y la gente dentro de Jerusalén, acostumbrada de lujos, acostumbrada de alegría, acostumbrada de tener toda la comida que ellos quisieran desear, terminaron mendigando por las calles hasta que se hicieron caníbales, comiéndose a sus propios hijos y a sus bebés. Literalmente, en 40 años se cumplieron todo esto para ellos, para los primeros que escucharon esas palabras y rechazaron a Cristo, porque para los cristianos no hubo nada de esto. Después de eso, sí sufrieron a manos de otros, pero en cuanto vino esa intensidad de la ira de Dios en contra de aquellos que desecharon a Cristo, los cristianos no sufrieron así como sufrieron los judíos. Ahora Jesús también da otra. Hay de vosotros los que ahora reís porque lamentaréis y lloraréis. En contraste a bienaventurados los que ahora lloréis porque reiréis. Y es difícil decirle a creyentes que cuando encontramos tiempos difíciles y se vienen circunstancias difíciles a nuestras vidas, es difícil mirar a una esperanza eterna y que debemos de esperar con perseverancia. Nosotros queremos que las cosas se hagan ya. Pues, si las cosas no se llegan a hacer ya, vas a sufrir mucho, vas a llorar mucho, vas a lamentar mucho por seguir a Cristo. Y Jesús dice aquí, el hecho de que ahora lloráis por causa de la justicia, por seguirme a mí, por mi causa, algún día van a reír y Jesús les garantiza de algún día, algún día, Pero de la misma manera les dice, cuidado ustedes que ahora ríen, porque van a llorar. Si tú ahora vives en un círculo donde todo es risa, donde puedes hacer cualquier cosa y todo es risa y puedes deleitarte en lo malo y todo es risa y no te viene ninguna consecuencia de Dios y todo es risa y disfrutas de hacer lo malo y disfrutas de ser persona mala y siempre hay risa. Jesús te garantiza. Hay de ti. Algún día vas a llorar. Ya mire el hombre rico. En el lugar de tormento, donde él no más deseaba una gota de agua, una. El valor que él miraba en agua era. Grandísimo, él ni siquiera pensaba, le venía a la mente, sabes que? Pues dame otra oportunidad. No, él solamente deseaba un dedo remojado en agua. Algún día vas a llorar. ¿Algún día vas a llorar? Yo sé que esto nos, ¿Cómo le digo? Esto no es popular, menos aquí en Estados Unidos, no lo es. Jesús dice, algún día reirás. Pero si ríes aquí en la maldad, algún día vas a llorar, se te va a voltear. Pero si ríes por causa de justicia, y sufres y lamentas y sabes de que por causa de la justicia algún día vas a reír porque Dios te lo va a garantizar de que algún día Él va a enjugar toda, toda lágrima de tus ojos y va a ver esa satisfacción eterna. Si tú tienes eso, pero ahorita lloras y ahorita lamentas y ahorita sufres, ten en cuenta de que Dios puede voltear las cosas. Déjenme leer lo que Primera de Pedro dice. Primera de Pedro 4, mire cómo lo pone el apóstol Pedro. Empezando en el 12, dice, amados, no os sorprendéis del fuego de la prueba que en medio de vosotros ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña estuviera aconteciendo. Antes bien, en la medida que compartéis de los padecimientos de Cristo, ahí está, los padecimientos de Cristo, regocijaos para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría. Ahí está Pedro diciendo lo mismo que Jesús. Si sois vitipurados por el nombre de Cristo, odiciosos sois. Ahí está, bienaventurados sois. pues el espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros. Ahí tienes una buena posición con Dios. Ciertamente por ellos él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado que de ninguna manera sufra ninguno de vosotros como homicida o como ladrón o como malhechor o por entrometido. Pero si alguno sufre como cristiano, si sufres como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios. Dios algún día no sólo nos quitará el llanto y el lloro, sino que Dios lo va a reemplazar con alegría. Si ve, Dios no solamente nos va a quitar y nos va a quitar, sino que Dios algún día nos va a reemplazar lo que en esta vida sufrimos. Pero no es garantizado aquí en esta vida. Ahora, si nosotros somos la excepción a la regla, pues somos la excepción a la regla, pero no es garantizado. Yo sé que el evangelio americano te lo garantiza, pero Jesús no te lo garantiza. No predicamos un evangelio de regiones. predicamos el evangelio de cristo y sin esa región todo te puede ir bien y dios te quiere gordo y dios te quiere saludable y dios te quiere bien puesto y bien guapo y con mucho dinero y con muchas casas y con muchos carros eso es un evangelio de región de la región de aquí eeuu pero no es el evangelio eterno no es el evangelio católico que se predica por todo el mundo el evangelio universal el evangelio universal viene siendo este ¿Hay de vosotros los que ahora ríen? ¿Cómo se reían los fariseos? ¿Cómo se reían los del Sanadrín? ¿Cómo se burlaban y pensaban de que ellos tenían todo? Algún día vino Roma y se les acabó absolutamente todo de un día a otro, de un año a otro. Duró, sí, 36 meses, pero ¿sabe qué? De un día a otro cayó el judaísmo, cayó y fue destruido completamente. No quedó ninguna evidencia de él, ninguna. Pero los que sufrieron por seguir a Cristo recibieron el reino, recibieron lo que Jesús les había prometido. Pero el tipo de personas que piensan que en su maldad tienen todo y nunca les pasa nada malo, algún día amargamente llorarán. Ahora el último, hay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros, o sea, malditos cuando todo mundo hable bien de ti, porque de la misma manera sus padres hicieron a los falsos profetas. Esto está en contraste a lo que dice Jesús en el versículo 22 y 23. Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, cuando os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo por causa del hijo del hombre. Alegraos en ese día y saltar de gozo, porque he aquí vuestra recompensa es grande en los cielos. Pues sus padres trataban de la misma manera a los profetas. Si ve el contraste que Jesús hace. Bienaventurados si la gente se aparta de ti y te tienen como malo porque eres cristiano y porque me sigues a mí. Eso hicían con los profetas verdaderos. Pero maldito tú, ay de ti, ay. Cuando todo mundo hable bien de ti. Y dices que eres cristiano. Nosotros debemos ser las personas más agradables en la tierra. Un cristiano debe ser eso. Pero cuando tú metes a Cristo en tu vida y tratas de vivir honrándolo a Él, a mucha gente no le va a gustar. Y por causa de Cristo te van a odiar. No es porque te odien a ti, sino porque sigues a Jesús te odian. Y no te quieren. Pero si todo el mundo te quiere, esa viene siendo la paradoja aquí, porque aquí lo que el hombre más quiere es ser aceptado. Y Jesús dice, si tú me vas a seguir a mí, no todo el mundo te va a aceptar y no todo el mundo le vas a caer bien. Y no vas a ser monedita de oro para andarle cayendo bien a todo el mundo, sino porque me sigues a mí. Muchos te van a odiar y se van a apartar de ti. Y el mundo, así como me dio odio a mí, te va a odiar a ti. Jesús lo garantiza. Porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos profetas. Cuando a todo mundo le gusta tu mensaje, cuando a todo mundo le gusta tu predicación, estás en serios problemas. Porque tú no debes de predicarte tú. Tú debes de predicar a Cristo. Y no a todo mundo le va a gustar. Pero si sufres por eso, bienaventurado. Pero si no sufres de nada por eso, hay de ti cuando todo mundo hable bien de ti. Y eso no solamente está hablando de mí, está hablando también de ti. Cuando todo mundo habla bien de ti. Ahora, como les digo, eso no quiere decir de que tú eres una persona no agradable. Y tienes un modo feo en tu persona y la gente, eso no es ok. Hay gente que tiene su modo distinto y a mucha gente no les gusta su modo, pero sabes qué? Es cuando no les gusta que tú sigas a Cristo, cuando no les gusta que tú camines en pos de Cristo, cuando no les gusta de que tú haces lo que Cristo te pide. Eso es el problema y a mucha gente no le va a gustar. Pero cuando tú inventas una religión que todo mundo le gusta, con el fin de agradar al hombre, entonces ahí cuidado, porque ¿sabes quién hizo lo mismo? Los falsos profetas. ¿Y sabes qué le pasó a todos los falsos profetas? Animaron al pueblo. ¿Cómo estamos bien? Tenemos el templo del Señor, el templo del Señor, la casa del Señor, tenemos la bendición de Dios. ¿Cómo que van a venir aquí los babilonios? ¿Cómo que van a venir aquí los esirios? No, no, no, más bien, ustedes sigan, más bien, Dios los ama, Dios hizo un pacto con ustedes, pueden ignorar el pacto y ser idólatras, pero Dios los ama, y saben que todo les va a ir bien, y van a multiplicarse, y porque son el pueblo elegido de Dios, todo les va a ir bien, y Dios los va a proteger eternamente. Es hora de decir, era lo que decían los falsos profetas. Lea Ezequiel, lea Jeremías, lea Isaías, lea Obdías, lea Jonás. A Jonás no lo querían, porque hablaba la verdad. Y la única historia que tenemos de Jonás es cuando fue a predicar a un lugar que no eran judíos, pero eran un profeta, al Reino del Norte. Siéntate en mala compañía cuando a todo el mundo le caigas bien y por culpa de Cristo no sufras nada. Pablo dice en 2 Timoteo, ya dando lo último en 2 Timoteo, sufriendo Pablo porque muchos lo habían abandonado, sufriendo por el Evangelio. Mírenlo cómo termina Pablo en 2 Timoteo. Pero el Señor estuvo conmigo y me fortaleció a fin de que por mí se cumpliera cabalmente la proclamación del mensaje y todos los gentiles oyeran. Ahora no todos los gentiles creyeron, ni muchos de los que estaban con Pablo. Muchos lo abandonaron, así como abandonaron a Jesús. Pero mira lo que dice, fui librado de la boca de león y el Señor me librará de toda mala obra y me traerá a salvo a su reino celestial. No todos hablaban bien de Pablo. Muchos lo abandonaron y se fueron a sus propios deleites. Pero Pablo siempre tenía, va a haber ese galardón. me traerá a salvo a su reino celestial. Ahora creo que la pregunta es obvia. ¿Quieres ser rico? ¿Quieres estar saciado? ¿Quieres nunca llorar? ¿Quieres de que todo el mundo hable bien de ti? Después de lo que escuchamos, ¿eso es lo que quieres? No, ¿por qué? Porque Jesús da. Cuidado si todo esto pasa. Cuidado si de todo esto dependes. Cuidado cuando todo esto pasa, porque ahí puedes encontrar el refugio en estar saciado, en tener riquezas, en nunca sufrir y el que todo mundo hable bien de ti. Ahí puedes encontrar un lugar seguro y morirte sin mí. Pero puedes encontrar al otro lado de la moneda un lugar seguro en mí y perder todo lo demás. Algún día para ti va a haber recompensa, pero no lo esperes ahorita. Espéralo en una recompensa que no se va a extinguir, que no le van a salir, que no se va a deteriorar, que no se va a esvanecer, que no se va a quemar. Entonces, ¿qué prefieres? ¿Ser pobre? ¿Luchar? ¿Sufrir? ¿Y que la gente te odie? y que la gente se separe de ti por amar a Jesús, o prefieres ser rico, tener la panza llena, nunca sufrir, y que siempre hablen bien de ti. ¿Cuál es lo que prefieres tú? Porque Jesús aquí te está diciendo, elige una. Son dos, elige una. No hay nada en medio. ¿Cuál eliges tú? Ambas llevan su precio. Ambas llevan precio. Si tú eres rico hoy y las riquezas te dominan, ese es tu precio. Si tú eres lleno hoy y en eso solamente encuentras confianza de que tienes que comer y eso te domina, eso lleva un precio y lo estás recibiendo ahorita. Si tú piensas que su dinero soluciona todo y nunca vas a llorar y nunca vas a sufrir y nunca vas a ver el lamento porque lo tienes todo, eso lleva su precio. Si todo mundo habla bien de ti, eso lleva su precio. Pero si estás dispuesto a dejar eso a un lado y seguir a Jesús y sufrir todas estas cosas, también lleva su precio, pero Hay un galardón y el galardón no es tanto, no pues se me va a pagar con eso, no. Vas a ser bendito por Dios. El semblante de Dios va a ser uno favorable para ti. La sonrisa de Dios va a ser algo favorable para ti. La posición delante de Dios va a ser una favorable para ti. El aprecio, el favor, el amor de Dios va a ser algo favorable. Para ti ya no va a haber ira. Para ti ya no va a haber nada de lo que toda esta gente que lo recibe ahora va a recibir algún día. Para ti va a haber completo amor, completa gracia, sin ninguna ira, con pura misericordia de ser heredador con Cristo. Oremos, Padre, te damos gracias en esta tarde. Por tu palabra, Señor, En veces necesitamos escuchar el otro lado de la moneda. En veces necesitamos que tú nos sacudas nuestro pensamiento con no solamente las buenas noticias, sino también las malas noticias. Y al final, Señor, cuando estemos en gloria, vamos a mirar todo lo que perdimos aquí como algo pasajero. Ya cuando realmente importe todo que va a ser allá en gloria, vamos a mirar las cosas de este mundo y decir, y yo por eso perdí esto. Yo por sostenerme de eso, mira lo que me perdí. Yo por confiar en eso, en aquello. Mira, no tuvo nada de precio, todo se quemó y no me quedó nada. Pero todo lo que tenemos en Cristo va a venir, no solamente un gran aprecio, sino a gran recompensa. de lo que tenemos en él. Padre, ayúdanos y mueven nuestros corazones, Señor, a mirar lo que es para nosotros en el siglo venidero y las recompensas de ello. Pero somos benditos porque tenemos hoy una posición de bendición delante de Dios. Una posición de agrado, de favor delante de tu presencia. El día que moramos es garantizado esa posición en Cristo Jesús, una posición de misericordia, de gracia, de favor, de agrado, de benevolencia. Señor, te pedimos, Señor, que tú cambies nuestros corazones y nuestra manera de pensar, y que tu Hijo sea glorificado. En el nombre de Jesús lo pedimos. Amén.
(55) Los Ayes
Series El Evangelio según Lucas
Sermon ID | 3252415616775 |
Duration | 1:00:24 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 6:24-26 |
Language | Spanish |
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