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Primero de Juan, capítulo 4, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 4 hasta el versículo 6. Primero de Juan, capítulo 4, desde el versículo 4 hasta el versículo 6. Dios te da la victoria. No te dejes engañar. Dios te da la victoria. No te dejes engañar. El apóstol Juan, en el versículo 2 y versículo 3, acaba de explicar el criterio para probar los espíritus. Y nos ha dicho en el versículo 1 que no debemos de creer todo espíritu, sino que hay que examinarlos, hay que probarlos, si realmente vienen de Dios o no. Y por ello el versículo 1 dice, amados, no creáis a todo espíritu. sino probad los espíritus si son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto, conoced el Espíritu de Dios. Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios. Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios. Y este es el Espíritu del Anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene y que ahora ya está en el mundo. Entonces, ahí en esos primeros tres versículos del capítulo 4 de primera de Juan, vemos esa exhortación del apóstol Juan de que no debemos de creer todo lo que escuchamos, sino que debemos de evaluarlo todo conforme a las escrituras, debemos de discernir espiritualmente y probar los espíritus para ver si realmente vienen de Dios o no. Y entonces nos da el criterio para probar los espíritus porque tiene que ver con el contenido de su mensaje, no solamente su carácter, no solamente lo que hacen, cómo viven, ¿Y qué es lo que reflejan? Si reflejan justicia o no, sino ¿qué es lo que confiesan sobre Jesucristo? ¿Qué es lo que creen sobre Jesucristo? ¿Qué es lo que comunican sobre Jesucristo? Y entonces, por ello, resalta que el que afirma la Deidad de Jesucristo, afirma de que Jesucristo es el Hijo de Dios, es el Salvador, Él es Señor, entonces, destaca que es el viene de Dios. Pero el que rechaza a Jesucristo, el que rechaza la verdad sobre Jesucristo, el que rechaza el evangelio de Jesucristo, no viene de Dios. Y entonces por ello nos dice a la mitad del versículo 3, este es el espíritu del anticristo el cual habéis... perdón, el cual vosotros habéis oído que viene y ahora ya está en el mundo. Entonces, ahí ha dado ese criterio para evaluar los espíritus, y lo que hace el apóstol Juan ahora, aquí en el versículo 4 al versículo 6, es continuar y expresa el criterio para establecer el origen moral de los oradores, de los oradores, de los que enseñan, pero además, el apóstol Juan apunta a la respuesta de la audiencia para señalar aún más su naturaleza. Entonces, ¿cómo puedes saber si alguien viene de Dios o no? Pues no solamente evaluando su carácter, su conducta, qué es lo que cree sobre Jesucristo, pero también, ¿quiénes le escuchan? ¿La audiencia qué escucha a esa persona? ¿Qué reflejan ellos? ¿Qué es lo que ellos creen? ¿Qué es lo que ellos valoran? Porque si el mundo, este sistema anti Dios, escucha, es porque el mensajero no viene de Dios. Pero si el, el, aquellos que temen a Dios, que aman a Dios, que tienen una relación íntima y personal con Jesús, y creen en Jesús como Señor y Salvador, ellos escuchan al orador, o al predicador, entonces identifica, o sea, la audiencia misma identifica qué clase de mensaje está proclamando y qué clase de predicador es, o de maestro es. Y entonces, aquí el apóstol Juan quiere dejar claro que el Espíritu del Anticristo es una gran amenaza y este espíritu del anticristo se está propagando a través de los falsos maestros y por ello los creyentes deben de mantenerse alertas. Y por ello aquí vemos una vez más como el apóstol Juan en el siglo IV se dirige a sus destinatarios con cariño, con ternura, cuando dice hijitos Les identifica como aquellos que han puesto su fe en Cristo como Señor y Salvador. Dice, vosotros sois de Dios y los habéis vencido porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. Ellos son del mundo, por eso hablan del mundo y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos oye, el que no es de Dios no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. Eso es 1 Juan 4, del versículo 4 al versículo 6. Y el apóstolo Juan lo que hace es, recuerda a los creyentes que hay dos clases de personas. Los que son de Dios y los que no. Los que son del mundo. Los creyentes genuinos, los que han puesto su fe en Cristo como Señor y Salvador, son de Dios. Y por ello dice Ahí en versículo 4, vosotros sois de Dios. Decir que son de Dios significa que han nacido de Dios. Que son hijos de Dios. Lo cual eso es lo que ha resaltado aquí en 1 Juan 3, del 9 al 10, cuando dice Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado porque la simiente de Dios permanece en él y no puede pecar porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo. Todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano no es de Dios. Entonces ahí menciona esa idea de haber nacido de Dios, de ser hijo de Dios, de pertenecer a Dios, o sea, de ser... cuando dice... Vosotros, aquí en 1 Juan 4, 4, vosotros sois de Dios, porque han puesto su fe en Cristo como Señor y Salvador, y reflejan la justicia, es característica de su vida. El pecado no es característica de su vida, aunque el creyente, claro, puede caer en pecado, y por eso necesitamos ese versículo ahí en 1 Juan 1, 9, dice que si confesamos nuestros pecados, él es feliz y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Entonces, ahí notando la importancia de mantener nuestra relación con Dios y de cuando caemos en pecado arrepentirnos de nuestro pecado. Pero el creyente genuino, su vida no se caracteriza por el pecado, sino por la justicia. Y lo que hace es reflejar a su Señor y Salvador. Y entonces aquí en 1 Juan 4, versículo 4, dice, hijos, vosotros sois de Dios. O sea, han nacido de Dios, son hijos de Dios. Son personas que tienen su origen espiritual en Dios y luchan contra el mal de este mundo malvado. Y es que los creyentes tienen una relación personal con Dios que no tienen los falsos maestros. Los creyentes son miembros de la familia de Dios. O sea, Dios les ha adoptado en su familia. Y por ahí el apóstol Juan les recuerda a los creyentes su identidad espiritual. Aquellos que confiesan a Jesús como Señor y Salvador tienen seguridad de que pertenecen a Dios. Por eso aquí mismo En 1 Juan 4 del 2 al 3 dice, en esto conoce del Espíritu de Dios. Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios. O sea, pertenece a Dios. Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne no es de Dios. Y este es el Espíritu del Anticristo el cual vosotros habéis oído que viene y ahora ya está en el mundo. Entonces, porque los creyentes han confesado que Jesucristo ha venido en carne, que han creído en el nombre de Jesucristo, como nos dice ahí en 1 Juan 3, 23. Y reflejan la justicia, reflejan esa fe al hacer lo que es recto y al amar a sus hermanos en Cristo. Entonces, por ello el apóstol Juan les puede decir, vosotros sois de Dios. Y lo que hace es animar, animarles a los creyentes de que tienen la victoria, ya han vencido, no por sus propios méritos, no por su propia fuerza, sino por los méritos de Jesucristo. Y por ello nos dice aquí en 1 Juan 4, 4, Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido. Porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. Entonces, el origen de la victoria es Dios, es el que está en vosotros. Dios es quien capacita a los creyentes para obtener victoria. Es que la victoria está asegurada porque Dios está con el creyente. Ahora, hay muchos que aceptan a estos falsos profetas, pero los creyentes genuinos no. Se dan cuenta de que hay un espíritu diferente. Y es porque lo evalúan todo, conforme las escrituras. Y es que Dios es quien capacita al creyente para obtener la victoria. Y los creyentes han prevalecido sobre las fuerzas espirituales contrarias. Por eso aquí el apóstol Juan subraya el contraste entre los que son de Dios y los que no. Porque hay algunos que son portavoces del Espíritu del Anticristo. Y por ahí el apóstol Juan dice, los habéis vencido. Eso destaca un tiempo concreto, cuando los creyentes enfrentaron las enseñanzas atractivas, pero erróneas, de los falsos maestros. Y es que los creyentes habían evaluado a los falsos maestros, habían identificado su naturaleza a través de su enseñanza por medio de su enseñanza y les han rechazado y por ello estos falsos maestros no han podido engañar a los creyentes y por eso los creyentes les han vencido porque han rechazado ese error han rechazado la herejía han rechazado el error que comunicaban estos falsos maestros Y por ello, los herejes que se habían introducido en las congregaciones tuvieron que salir. Como nos menciona ahí en 1 de Juan 2, versículo 19, salieron de nosotros. Pero no eran de nosotros. Porque si hubiesen sido de nosotros, habían permanecido con nosotros, pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Y entonces vemos esa victoria que han obtenido, que tienen los creyentes. Y es que la victoria sobre los agentes de Satanás se basa en la victoria de Cristo. La victoria que Cristo obró sobre Satanás. Y por la fe, el creyente participa de la victoria de Cristo. Por eso nos dicen Romanos 8.37, antes En todas estas cosas, somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Y entonces lo que hace es resaltar la victoria de Cristo, es a través de Aquel que nos amó. Él es el que ha obtenido la victoria. Incluso Jesús mismo dijo en Juan 16.33, en el mundo tendréis aflicción, pero confiad. yo he vencido al mundo. Eso es Juan 16, 33. Entonces, por ello el creyente tiene victoria, porque Cristo ya ha obtenido la victoria. Y por ello aquí los creyentes, los destinatarios originales a los cuales escribe el apóstol Juan, les dice, los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. ¿Quién es el que mora dentro del creyente? es el Espíritu Santo de Dios. Es el Espíritu Santo. Nos dice 1 Juan 4, 13. En esto conocemos que permanecemos en Él, o sea, en Dios, y Él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. Entonces, el Espíritu Santo viene a morar dentro del creyente cuando se pone su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Nos dice 1 Juan 3, 24. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros por el Espíritu que nos ha dado. O también en 2 Corintios 1 del 21 al 22. Y el que nos confirma con vosotros en Cristo y el que nos ungió es Dios, el cual también nos ha sellado y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. O sea, esos textos resaltan que el Espíritu Santo mora dentro del creyente. Entonces, lo que dice aquí el apóstol Juan, en primera de Juan 4, versículo 4, nos dice que el que mora dentro de nosotros es mayor que el enemigo, es mayor que aquellos que representan al enemigo, que representan a Satanás, aquellos que comunican el mensaje erróneo. Y entonces, la razón por la que los creyentes han persistido en la verdad, es por aquel que mora dentro de ellos. Los que no permanecen en la verdad demuestran que no son de Dios. Y es que el Espíritu Santo que mora dentro del creyente es mayor que el enemigo. Y la seguridad espiritual del creyente depende de la obra de Dios por medio del Espíritu Santo. Y por ello han vencido, porque aquí mismo nos dice 1 Juan 4, versículo 4, Porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. ¿A quién se refiere? ¿Quién es el que está en el mundo? Se refiere al enemigo. Oye, el que está en el mundo es el príncipe de este mundo. Es Satanás. Nos dice 1 Juan 5, 19. Sabemos que somos de Dios y el mundo entero está bajo el maligno. Eso es 1ª de Juan, 1ª de Juan 5, 19. O también en Juan 12, 31. Le llama el príncipe de este mundo, que será echado fuera. ¿Por qué? Porque Cristo ha obtenido la victoria. O también en Efesios 2, 2, dice, conforma el príncipe de la potestad del aire y del espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Esos Efesios 2, versículo 2, donde vemos como Satanás usa a personas, les empodera para hacer su obra, para enseñar su mensaje anti Dios. Pero Dios nos capacita para la victoria. por medio de Jesucristo, por medio del Espíritu Santo, que mora dentro de nosotros. Y es que el apóstol Juan presenta que el diablo y sus agentes están en el mundo. Por eso nos dice en la última parte del versículo 4, que está, que él está, perdón, que el que está en el mundo, que el que está en el mundo, indica que el mundo organizado es hostil contra Dios y su reino. Este sistema anti-Dios está organizado en contra de Dios y está empoderado por Satanás y sus agentes que están en el mundo. Pero el apóstol Juan enfatiza la superioridad de la autoridad y del poder de Dios. La victoria de los creyentes no es por su propia fuerza, sino por la obra de Dios. Incluso aquí en 1 Juan 3, versículo 8, nos dice que el Hijo de Dios vino para deshacer las obras de Satanás. Nos dice 1 Juan 3, 8, el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Eso es 1 Juan 3, 8. Y eso es lo que Jesús hizo en la cruz. Deshizo las obras del diablo. Y por ello, la única razón por la que hay victoria es porque Dios es mayor que Satanás. Por el momento, el mundo está bajo el dominio de Satanás. Pero Satanás es impotente contra el Espíritu Santo, que mora dentro del creyente. Por ello, el Espíritu Santo da victoria al creyente. porque el diablo ya ha sido vencido por la obra de Cristo en la cruz y por ello el creyente puede disfrutar de victoria. Aún así, el creyente debe de continuamente fortalecerse en el Señor. Como nos dice Efesios 6, del 10 al 11. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo. Eso es Efesios 6, del 10 al 11. O sea, tenemos que fortalecernos en el Señor. Porque tenemos victoria, pero aún no se va a completar todos los aspectos de nuestra salvación y la victoria que tenemos hasta el futuro. Y por ello, tenemos que fortalecernos en el Señor. Y es que cuando el creyente se somete al Espíritu Santo que mora dentro de él, experimenta victoria continua en sus batallas diarias contra las fuerzas del mal. Entonces, por ello aquí vemos esta victoria que tiene el creyente, lo cual debe de animarnos, debe de darnos alivio, proveer seguridad y esperanza de que podemos resistir el error, de que podemos obtener victoria sobre la tentación, sobre el pecado, sobre el mal y aún victoria sobre la tentación de aceptar la falsa doctrina. Y es porque Dios te da la victoria. Por ello no te dejes engañar. Ahora continúa el texto aquí en versículo 5, donde ahora hace la diferencia entre los creyentes y los falsos profetas, que se nota por su origen. ¿De dónde vienen? Por eso nos dice aquí, ellos, esto es primera de Juan 5, perdón, primera de Juan 4, 5, ellos son del mundo. Ellos son del mundo, ahí está presentando el origen de estos falsos profetas que están intentando desviar a los creyentes, han distorsionado el evangelio genuino y están intentando desviar a los creyentes y aquí el apóstol Juan identifica su origen. Son del mundo, no vienen de Dios, no pertenecen a Dios, y entonces eso es lo que hace aquí el apóstol Juan, es contrastar a los que no son de Dios, sino que pertenecen al mundo, y los contrasta con aquellos que sí son de Dios, que sí conocen a Dios, que sí comunican el Evangelio fiel, porque Jesús y sus seguidores no son del mundo, Incluso Jesús mismo dijo en Juan 8.23, yo no soy de este mundo. Y luego en Juan 15.19 dice, hablando a sus seguidores, dice, si fuerais del mundo, el mundo amaría a lo suyo. Pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Eso es Juan 15, versículo 19, donde ahí Jesús mismo deja claro que Él no pertenece al mundo, Él no es del mundo, y sus seguidores tampoco son de este mundo. Pero los que no confiesan a Jesucristo como Señor y Salvador son del mundo. Aquellos que rechazan la verdad no son de Dios. Y por ello, cuando dice aquí en 1 Juan 4, 5, ellos son del mundo, está señalando su origen espiritual. Está señalando su lealtad. Son del mundo. Su lealtad es hacia el mundo. Y es que el apóstol Juan ya ha dejado claro que el Espíritu del Anticristo no viene de Dios. Aquellos que comunican este mensaje anti-Dios no vienen de Dios. Ahí en 1 Juan 4, 3 dice, todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne no es de Dios. Este es el espíritu del anticristo. Eso es 1 Juan 4, 3. Entonces los agentes de los espíritus malignos son del mundo y reflejan su orientación anti-Dios. Pertenecen al sistema del mundo que es hostil hacia Dios. Y es que los engañadores tienen relación con el príncipe de este mundo, con Satanás. Y por eso el apóstol Juan dice que el mensaje, o sea, lo que comunican estos falsos maestros, da evidencia de que son falsos. ¿Por qué? Porque atraen al mundo. O sea, el contenido de su mensaje es el error de este mundo. Tienen su origen en el mundo antidiós y por ello su mensaje es lo que pertenece a este mundo. Y conforman su mensaje al espíritu de este mundo, al espíritu del anticristo. Conforman su mensaje a los intereses de este mundo. Y por ello tienen que distorsionar el mensaje divino. Distorsionar el mensaje de Dios. Y entonces, en sus distorsiones, pueden enseñar cosas que se acercan al Evangelio, pueden enseñar sus ideas sobre Cristo, pero sus enseñanzas no son de acuerdo al Evangelio genuino, porque su origen no es Dios. Y tales personas profesan ser creyentes, Profesan ser espirituales, profesan conocimiento de Dios y cercanía a Dios, pero enseñan el mensaje que el mundo quiere oír. Y su mensaje erróneo demuestra su origen. Toma la sustancia de su mensaje del mundo impío. Y por ello el mundo recibe el mensaje. El mundo recibe el mensaje de los falsos profetas porque es una distorsión de la verdad del evangelio. El mundo no quiere el evangelio verdadero. No quieren escuchar la voz de Dios. No quieren escuchar el mensaje de la palabra de Dios. Y por ello estos falsos maestros son tan populares. Sus palabras atraen al mundo porque piensan como el mundo. escuchan al mundo y comunican el mensaje del mundo. Y el mundo escucha a los falsos maestros porque su mensaje les atrae. El mundo reconoce a su gente y escucha su mensaje. Y es que su mensaje engañoso estimula los intereses del mundo. Impulsa sus actitudes y sus deseos. Y el mundo les atrae ese mensaje. Les atrae el mensaje de los falsos maestros porque tienen los mismos deseos. y lo que aparenta aquí lo que nos dice aquí el apóstol Juan dice ellos son del mundo por eso hablan del mundo y el mundo los oye pues aparenta que los falsos maestros estaban teniendo bastante éxito entre los inconversos pero su éxito se basaba en su mensaje engañoso y antidiós eso es lo que el mundo quiere escuchar Y eso es lo que comunican los falsos maestros y por ello su mensaje es tan popular. Entonces lo que el apóstol Juan está diciendo que puedes saber el origen del maestro o del predicador o del que enseña o del que habla simplemente observando quién les escucha. ¿Quiénes atienden a su voz? Si el mundo les escucha es porque su origen no es Dios, sino el mundo. Y por ello vemos ese contraste, porque el mundo escucha a aquellos que son del mundo. Escucha los mensajes de estos falsos maestros. Pero en versículo 6, estos primer Juan 4, versículo 6, nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos oye. El que no es de Dios no nos oye. Esto conocemos, perdón, en esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. Entonces, los que escuchan y siguen al mensajero demuestran el carácter del mensajero. Es que la acogida persistente de la enseñanza de la palabra de Dios señala que ese mensajero es de Dios. Señala que la audiencia, que la persona es de Dios. O sea, el creyente genuino, ¿qué es lo que quiere escuchar? La Palabra de Dios. Entonces va a escuchar a los predicadores, a los que enseñan la Palabra de Dios. Pero el rechazo persistente de la enseñanza de la Palabra de Dios señala a la persona que no es de Dios. Si una persona no quiere escuchar la Palabra de Dios, Entonces lo que refleja es que no es un creyente genuino. Diga lo que diga. Piense lo que piense. Si no quiere escuchar la palabra de Dios es porque no es de Dios. Y por ello aquí el apóstol Juan dice, nosotros somos de Dios. Y lo que hace es un contraste entre los mensajeros de Dios y los falsos maestros. Porque el versículo 5 ya ha mencionado que ellos son del mundo. Su origen es el mundo. Y el príncipe de este mundo es Satanás. Entonces, su origen y el origen de su mensaje no viene de Dios, sino de Satanás. Y por ello aquí el apóstolo Juan lo que hace es refleja la certeza y la autoridad manifestada de los mensajeros de Cristo. O sea, se puede notar. por el mensaje que proclaman, por la vida que viven, por lo que afirman sobre Jesucristo, se puede notar que vienen de Dios. ¿O no? Lo que hace el apóstol Juan es hacer eco de la enseñanza de Jesús. Porque en Juan 8, 47, Jesús dice, el que es de Dios, las palabras de Dios oye. Por esto, por esto, no las sois vosotros porque no sois de Dios. Eso es ahí Jesús hablando a personas que no son de Dios porque no aceptan la palabra de Dios. Y entonces aquí, volviendo aquí a primera de Juan, capítulo 4, versículo 6, el apóstol Juan dice, nosotros somos de Dios. Ahora posiblemente esté hablando solamente de los apóstoles, cuando dicen nosotros también puede incluir a los apóstoles y a otros maestros cristianos que proclaman la palabra de Dios con fidelidad quizás puede referirse a todos los creyentes nosotros somos de Dios como todos los creyentes aunque Juan probablemente está pensando principalmente en aquellos que enseñan fielmente las escrituras porque está haciendo ese contraste entre los falsos maestros que son de este mundo Y entonces, el paralelo o el contraste serían los que enseñan la Palabra de Dios. O sea, que incluya los apóstoles, que en el tiempo del apóstol Juan, siguen vivos, y otros maestros cristianos. Y es que el que afirma el mensaje del mundo, o sea, el que desea escuchar el mensaje del mundo, el que disfruta del mensaje que el mundo proclama, demuestra que es del mundo. Y también demuestra que el que está proclamando ese mensaje es del mundo. El que afirma el mensaje de Cristo es de Dios. Es que el que conoce a Dios genuinamente demostrará aprobación del mensaje de Dios. O sea, la disposición de escuchar el mensaje de la verdad demuestra una relación con el Dios verdadero. porque el creyente genuino quiere escuchar la palabra de Dios, quiere crecer en su conocimiento de Dios, quiere acercarse a Dios. Aquel que tiene una relación con Dios genuina acepta y se apropia del mensaje de los maestros genuinos. Y el Espíritu Santo que mora dentro del creyente le ayuda a evaluar, le ayuda a discernir, le ayuda a reconocer la palabra de Dios. Además, le ayuda a reconocer al pueblo de Dios, porque escucha la palabra de Dios. O sea, el creyente genuino tiene el Espíritu Santo que mora dentro de él, y cuando escucha un mensaje, o cuando lee algo o ve algo, lo evalúa conforme las escrituras, y entonces el Espíritu Santo le ilumina el entendimiento para poder entender si ese mensaje realmente viene de Dios, si realmente viene de la Palabra de Dios. Y además, le ayuda a reconocer a otros creyentes, porque ellos también aman escuchar la Palabra de Dios. Es que el mundo no recibe aquellos que escuchan el mensaje del Evangelio de Jesucristo. El mundo no recibe a aquellos que proclaman el mensaje de Dios sobre el pecado, sobre el arrepentimiento, sobre el sacrificio expiatorio de Jesucristo. El mundo les rechaza. Porque el mundo no quiere escuchar el mensaje de Dios. Y por eso demuestran que no son de Dios. El que rehúsa aceptar el mensaje divino demuestra que no es un creyente genuino. El que prefiere absorber la enseñanza del mundo deja claro que no es creyente. Y no debe sorprendernos porque el mundo rechaza la palabra de Dios porque rechazan a Dios. Incluso rechazaron al verbo encarnado. O sea, rechazaron a Jesucristo, quien es Dios encarnado. En Juan 1, del 10 al 11, dice, En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho, pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Si no recibieron a Jesucristo, tampoco van a recibir su palabra. Tampoco van a recibir a aquellos que proclaman la palabra de Dios. Y es que sólo el creyente genuino habitualmente presta atención a la Palabra de Dios. Es que la predicación de la Palabra de Dios confirma la naturaleza del orador. Y también sirve para descubrir el estado espiritual del oyente. Y por ello aquí nos dice, en 1 Juan 4, versículo 6, dice, nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos oye. O sea, escucha el mensaje genuino del evangelio, escucha la palabra de Dios. Dice, el que no es de Dios, no nos oye. El que no es un creyente genuino no quiere escuchar la palabra de Dios. Y por ello, aquí nos dice, en esta última frase del versículo 6, en esto, Lo cual está mirando atrás a las pruebas que acaba de mencionar. Ahí, en especial del versículo 1 al versículo 6 de 1 Juan capítulo 4. Porque debemos de probar los espíritus, como os ha dicho el versículo 1. Evaluar, discernir. Discernir si realmente vienen de Dios. Si tienen su origen en Dios. ¿Y cómo lo evaluamos? Bueno, viendo qué es lo que están diciendo. ¿Y quién les está escuchando? O sea, los espíritus se prueban examinando su confesión sobre Cristo. ¿Cuál es el mensaje que proclaman sobre Jesucristo? ¿Realmente creen que Jesús es el Cristo, es el ungido de Dios, que quita el pecado del mundo? ¿Es Señor, es Salvador, es Dios encarnado? ¿Realmente anuncian el Evangelio completo ¿Anuncian toda la Palabra de Dios o solamente lo que les conviene? Entonces, los Espíritus se prueban examinando su confesión sobre Cristo, pero también observando el carácter de su audiencia. ¿Por qué? Si se comunica la Palabra de Dios, los que van a estar escuchando van a ser personas que aman la Palabra de Dios, que buscan la Palabra de Dios, que viven conforme a la Palabra de Dios, que han puesto su fe en Cristo como Señor y Salvador. y por ello dice conocemos aquí nos dice versículo 6 en esto conocemos y ahí está incluyendo a todos los creyentes todos los creyentes conocemos el que el espíritu de verdad y el espíritu del error el espíritu de verdad se refiere al espíritu santo que comunica e interpreta la verdad divina en contraste con el espíritu del error porque el espíritu del error describe este espíritu anti dios que tiene su origen en Satanás y que trabaja por medio de los agentes de Satanás. En los tiempos del apóstol Juan eran estos falsos maestros. Hoy en día también hay falsos maestros. Por eso necesitamos este mensaje, para estar alertas. Porque Satanás es quien fomenta la falsedad e intenta engañar a los creyentes. Y lo que el apóstol Juan deja claro es que es posible discernir entre la verdad y el error. Es posible discernir entre el Espíritu de Dios y el Espíritu del Anticristo. Pero por ello es necesario mantenerse vigilante. Es necesario mantenerse alerta para distinguir entre el Espíritu de Verdad y el Espíritu del Error. Y por ello el apóstol Juan nos exhorta a usar discernimiento espiritual. Porque esta amenaza no solamente ocurría en el tiempo del apóstol Juan, ocurre hoy en día. y tenemos que discernir los espíritus, evaluar todo conforme a las escrituras. Y debemos de recordar que en Cristo ya tenemos la victoria. Es Dios quien nos ha dado la victoria, no tenemos que temer, sino que tenemos que confiar en Él, confiar en la Palabra de Dios, ponerla en práctica, vivir de acuerdo a ella, evaluar todo conforme a la Escritura. Pasar tiempo en la Escritura, memorizar la Escritura, estudiarla para saber lo que Dios quiere de nosotros y para poder evaluar el contenido de los mensajes que escuchamos o que leemos o que vemos, etc. Evaluar todo conforme a las Escrituras. Y es que Dios te da la victoria. No te dejes engañar. Vamos a terminar en oración.
Dios te da la victoria; no te dejes engañar
Series 1 Juan
Sermon ID | 3225183516591 |
Duration | 39:13 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 John 4:4-6 |
Language | Spanish |
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