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Vamos a continuar, hermano. Yo creo que hemos aprendido algo interesante de Santiago y vamos a concluir, si Dios permite, en esta mañana. Agradecemos al Señor por cada uno de ustedes que están aquí en esta en este día. Vamos a leer hermano la carta de Santiago, ya vamos a resumir también en una forma breve lo que hemos estado aprendiendo en esta carta. Pues la verdad, hay mucha enseñanza práctica. Por eso dicen que es el libro de proverbios, prácticamente. El proverbio del Nuevo Testamento es Santiago. Santiago, porque corrige la conducta cristiana. Y por ello sí vale la pena tomar el tiempo para analizarla. y leer todos los puntos que viene enseñando. Nos quedamos en el versículo 19, 20, hermanos, que nos falta hoy verla. Santiago está tratando de la paciencia desde la avenida del Señor. Dice que debemos tener paciencia para la avenida del Señor, paciencia en el sufrimiento, en las pruebas, como lo fue Job también, pone ejemplo ahí el patriarca, porque en la paciencia dice Santiago que el fin del Señor, el fin del Señor es, el fin de la paciencia es alcanzaremos misericordia y compasión de nuestro Señor. Y también Santiago habla acerca de la Santiago habla acerca también de la oración, de cómo echar mano en la oración en caso de enfermedad, buscar, dice, la ayuda espiritual. y pone como ejemplo a Elías como un hombre de oración, también un hombre ferviente en la oración. Dice el versículo 19, Santiago 5, 19, hermanos, ahora fíjense cuántas veces menciona hermanos aquí, en el versículo 7 dice hermanos, en el versículo 8 también, 9 hermanos, dice otra vez, el 10, hermanos míos, En el versículo 19 dice, hermanos, hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguno lo hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados. Parece que esto también es lo que menciona Pedro, ahí en su carta del Apóstol Pedro, capítulo 2, versículo 3, 8 yo creo, y proverbios 10. Vamos a consultar lo que dice el Apóstol Pedro en su carta. Habla también con respecto a este capítulo tres versículo este a ver es tres ocho dice este capítulo cuatro perdón primero Pedro tres este cuatro este ocho dice y ante todo tener entre vosotros ferviente amor porque el amor cubrirá multitud de pecados. Bien, hermanos, vamos a resumir y vamos a ver los últimos dos versículos. Santiago ha estado presentando la necesidad de vivir una vida práctica, una vida cristiana práctica. Y viene corrigiendo, como lo podemos ver, Santiago se propuso corregir todo lo deficiente, todos los errores con respecto a la vida, la vida errada, o los errores más bien de la vida cristiana. Y aquí llegamos al final con esta carta, esta carta práctica de Santiago, por cierto breve, cada punto los trata brevemente, pero creo que conciso. Ahora, como vimos desde un principio en ella, en esta carta, encontramos la evidencia, Santiago evidencia la fe, la verdadera fe. La fe prueba, la fe probada por la vida, la vida en la tentación y en la prueba misma. Dice Santiago que ahí es donde la fe es pulida, la fe se prueba con fuego como Como dice Pedro también, Santiago está enseñando que la verdadera fe genuina en Dios es aquella que es probada. Es probada. Y en las pruebas, dice Santiago, que sale victorioso. O sea, no es consumida el creyente, sino que es fortalecida en paciencia. El hombre que dice tener fe, Santiago dice que el hombre que dice tener fe ha de ser desafiado, es decir, tiene que exhibir, tiene que exhibir esa fe como evitando ser una persona parcial, dice Santiago. Es decir, en el capítulo 2 aprendimos que la vida de fe es una vida con ser una persona imparcial, porque la parcialidad, hermano, es muestra de egoísmo, de egocentrismo, y esto muestra, hermano, que la fe es falsa, es falsa. Entonces, la prueba, hermano, también prueba la fe, la verdadera fe también exhibida mediante la imparcialidad, Y la fe también de una persona se puede ver, dice Santiago, en la pureza del habla. En otras palabras, la fe se ve en la plática. ¿Cómo se puede decir? El creyente aprende, el creyente verdadero aprende a rendir su lengua al señorío. de Cristo. Capítulo 3 muestra hermano que el creyente si puede dominar su lengua porque el que no domina su lengua dice Santiago que va a causar muchos males como el fuego que puede prender hasta un bosque. La fe, hermano, también se puede ver en el dominar la lengua. La verdadera fe no solo se ve en el dominio de la lengua, sino también, dice Santiago, en vivir en la verdadera sabiduría, mostrando una vida sabia. No en la envidia, no en los celos, no en la contención, sino que dice mostrando una verdadera piedad, una piedad práctica, dice el capítulo 3. La fe también, la fe verdadera evita las tendencias, las luchas, los celos que surgen de la codicia, como lo muestra el capítulo 4. La ambición mundana, como dice 4.4. Todo eso hermano, la fe vence, como dice 1 Juan 5, dice que la fe es la que vence al mundo. Y la fe, hermano, tiene que luchar contra la corriente de este mundo, contra las tendencias mundiales, porque dice Santiago que el que ama al mundo se hace enemigo de Dios. La fe también evita tener un espíritu criticón, un espíritu duro. un espíritu siempre a estar viendo los errores de otros. Es lo que nos conlleva la fe. La fe verdadera también evita la autoconfianza, el ser una persona confiado en sí mismo. Por eso San Diego dice, vamos ustedes que dicen vamos a trabajar, ganar y hacer planes y esto. Es decir, la verdadera fe, dice, está siempre confiando en Dios y no en nosotros mismos, en una autoconfianza vana. La fe siempre está puesta en Dios, obviamente. Entonces, Santiago también dice que la fe soporta las pruebas. los problemas que suscitan, a veces las presiones de los patrones, a veces la injusticia, todo ello prevalece la fe. La fe, como lo muestra con los ricos que oprimen, abusan de su autoridad, condenan hasta matan. Entonces, todo eso, la fe del creyente resiste toda esa prueba. A pesar de la opresión manifestada, la fe se fortalece y tiene paciencia. Siempre la fe dice pone su vista hacia la venida del Señor Jesucristo. Su modo de hablar es uniforme, honrada, precisa, sin juramento ni testimonio que va en contra de los principios de la palabra. La fe también, Santiago dice que acude, la fe siempre acude a Dios en todas las circunstancias cambiantes de la vida. Por ejemplo, en caso de la enfermedad, el creyente siempre busca a Dios en oración, busca el auxilio, busca la ayuda espiritual, sobre todo en los líderes de la iglesia. Esa es una forma también de mostrar, dice, fe. Entonces, hermano, es interesante, la confesión a Dios, Por los pecados, aquellos que han pecado, confiar en la oración de fe, porque la oración de fe dice Santiago que puede mucho, la oración del justo puede mucho. Y así, hermano, Santiago termina diciendo que la fe sale en amor, o sea, la fe se muestra en un verdadero amor y compasión hacia aquellos que han sido extraviados de la sincera fidelidad a Cristo, como dice Pablo ahí en Corintio. Entonces, decimos que la fe del creyente, la verdad de la fe, está siendo probada cada día en la vida práctica. Y la pregunta que nos hacemos es cuál es el resultado o el veredicto del juez injusto, del juez justo y fiel en cuanto a nuestra vida cristiana de fe. Entonces, hermano, Creo que Santiago sí está enseñando con toda firmeza, mostrando que la verdadera fe es aquella que prevalece cuando hay diversas pruebas. las diversas pruebas que hay en la vida del creyente, solamente le hace, dice, ser más fuerte, el creyente, más fuerte, más, por eso, este, el gozo que habla el Pastor Santiago. La fe, la fe siempre, siempre soporta, dice, por fe soportamos la tentación, soportamos, hermanos, las pruebas diversas de la vida. Este, por fe también, por fe también, dice, este, el pastor Santiago, que nosotros Creemos, nosotros por fe creemos que la palabra, la palabra que obra, que nos hace crecer la fe o acrecentar la fe, por eso dice Santiago que nosotros debemos poner en práctica la vía de fe en una forma religiosa, o sea, en una forma piadosa. como visitar a, por ejemplo, la viuda, los huérfanos, y aún dice también guardarse sin mancha en el mundo, que son la verdadera evidencia de la fe, la verdadera fe cristiana. Entonces, también, como ya mencionamos, el capítulo 2 habla mucho de la parcialidad. Una persona de fe, dice, es una persona que es imparcial, no tiene preferencia no tiene tendencia de agradar a uno y despreciar a otro. La fe del Evangelio es una fe imparcial. No podemos vivir, dice Santiago, vivir de una manera siendo parcial, porque entonces, dice, estaremos negando la fe del Evangelio, la fe del Evangelio. Y así, la verdadera fe también dice, acompañada de una conducta sobria, una conducta noble, una conducta prudente, sin envidia, sin celos, sin crítica. Así es como lo muestra Santiago. La verdadera fe dice, lucha contra la corriente del mundo, pelea, dice, pelea. Obviamente que la La guerra que tenemos, como dice Santiago, la guerra y el pleito es contra nosotros mismos, contra nuestra propia pasión, y debemos por fe luchar, dice, resistiendo todas esas malas obras en el hombre. La fe, también como lo muestra el capítulo 3, es donde se ve la madurez, la fe madura del creyente se ve, dice, en el uso de la lengua, es decir, en el dominio de la lengua y también en la sumisión completa a Dios, rindiendo todo, en este caso, todo su ser, todo su habla. Debe el creyente dominarla, consagrarla, dice para la cosa santa y no para las cosas, en este caso, crítica, chisme y todo eso. Santiago, hermano, termina mostrando que la verdadera fe, la vida de fe, la vida práctica del creyente es una vida que es pulida en paciencia, es decir, Todo lo que viene sucediendo en la vida del creyente, los sufrimientos, las pruebas, todo hermano nos lleva a un punto, es llevarnos a la paciencia, a la paciencia de la venida del Señor. Claro, San Diego está mostrando que la paciencia de la venida del Señor es necesario y por eso Santiago dice que las opresiones de los ricos, las opresiones de los patrones y todo eso solamente nos vienen preparando para que nosotros seamos hombres de paciencia y aunque estemos sufriendo, esperemos con paciencia el galardón, esperemos con paciencia la liberación porque el Señor está a la puerta. También dice la queja, como el acabamos de recitar el texto, la queja, no debemos quejarnos unos contra otros porque dice que el juez está a la puerta. En otras palabras, habla de que pronto estaremos dando cuenta a Dios y entonces no hay razón, no hay, no es sabio estar criticándonos porque al ratito ya, dice, estamos dando cuenta de todo lo que hicimos en esta, en esta vida. Por eso, este, Santiago termina exhortando que el creyente debe armarse con el ejemplo de los profetas y el ejemplo también de nuestro propio Señor Jesucristo. Habéis oído la paciencia de Job, es uno de los que fue pulido mediante los sufrimientos en la vida práctica. ¿Qué es lo que nos puede afligir? Nos puede afligir, por ejemplo, dice, el trabajo duro, no tanto eso, sino el trabajo mal pagado, o sea, el... el... la opresión, en otras palabras, el abuso, nos puede abligir el abuso, nos puede abligir, dice, las quejas de otros, nos puede abligir, dice, enfermedades, también, este... nos puede abligir el pecado en nuestra vida, porque eso es una carga, también dice Santiago, por eso el hombre de fe, dice, buscará ayuda espiritual buscándolos al hombre de fe, en este caso a los siervos de Dios, pedirá que vengan a orar por él y si hubiera pecado, si hubiera cometido pecado, le será perdonado. Este, confesado unos a otro y orad unos por otros para que sea sanado. La oración del justo puede mucho. Elías es ejemplo de fe y es ejemplo de oración también. Este, y por último, Santiago muestra que es, este, menester, tener un ministerio un ministerio de reconciliación. Ahí es donde hermano, Santiago termina mostrando que ese ministerio de reconciliación debe estar basado en la ley del amor. Es decir, hermano, un verdadero creyente que está viviendo la vida plena La vida práctica es un creyente que va a mostrar, dice, amor hacia los desviados, hacia los que se, como dice, hacia los extraviados. Hermanos, si alguno entre vosotros se ha extraviado de la verdad, en ese caso de la verdad práctica de la vida cristiana, y alguno lo haga volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará de muerte a un alma y cubrirá multitud de pecados. En eso el versículo de Emanuel 19.20 a hemos hemos este vemos aquí este vemos aquí hermano quizás los ancianos sean los ancianos de la congregación este podemos pensar en ello que son usados para la restauración de un creyente que ha pecado o que ha errado en la vida práctica y también por eso es puesto como ejemplo Elías, Elías como como el siervo de Dios que fue usado grandemente por Dios mismo para restaurar, para restaurar la comunión de una nación entera, o sea, en otras palabras, Toda la nación se había desviado de los vales, todos se habían ido atrás a Dios de acera, todos se habían vuelto idólatras y Dios usó a un hombre para volver a encaminar a esta multitud que se habían desviado. Entonces, hermano, ahí vemos un ministerio de reconciliación, un ministerio, como dice Santiago, aquí de atraer a los extraviados, de encaminar al errado, de mostrarle el camino, la senda verdadera, que debe seguirse hermano para ellos nosotros entonces el creyente debe ser no solo un hombre de fe pero también un hombre de oración para que tenga la capacidad de poder encaminar aquellos que se han extraviado de la sincera fidelidad a cristo este varón de dios elías que es puesto como ejemplo no solo ejemplo de oración pero también Obviamente que es un hombre de fe, un hombre de fe que oraba fervientemente. Dicen hubo lluvia durante tres años y medio. Ahora oró otra vez y hubo lluvia. Pero hermano, esto lo hizo para que el corazón del pueblo volviera a Dios en sincera fidelidad. Que el pueblo volviera, hermano, el poder, el poder de Dios Mediante, hermano, mediante la oración de Elías. Esta historia lo encontramos en Primera de Reyes, capítulo, capítulo, este, dieciocho. Vamos a leerlo brevemente, nada más el día treinta y seis, cuarenta. Vea como ese es un ministerio que estaba haciendo el día, pero un ministerio de corrección, o como se llama, de atraer a los extraviados, de atraer a los desviados de los caminos del Señor. Ahí en Primero de Reyes, capítulo 18, versículo este versículo treinta y seis vea como dice ya sabemos que ese pueblo estaban todos este adoradores de maal se habían ido en po de maal y en po de acera ahora vemos como elías reto al pueblo al mismo rey este y al mas bien a los sacerdotes del dios falso dice primero de reyes dieciocho treinta y seis Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo, Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios de Israel y que yo soy tu siervo y que por mandato tuyo he hecho Todo estas cosas. Respóndeme Jehová. Respóndeme para que conozca este pueblo. Oh Jehová eres el Dios y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo y aún lamió el agua que estaba en la zanja. Y viéndolo todo el pueblo se postraron y dijeron Jehová es Dios. Jehová es Dios. Hermano, cómo Elías pudo conseguir la atención de ese pueblo o más bien la devoción de ese pueblo a Dios otra vez. Cómo es que hermano, Elías lo hizo, hermano, es mediante la vida, la vida de él, de una vida de oración y una vida de consagración Pero más que nada, Elías estaba corrigiendo lo que estaba errado en su pueblo. Entonces, por eso Santiago dice que si alguno de entre nosotros, si alguno de entre vosotros se ha extraviado, así como Israel se extravió en poder de Dios es ajeno, de Dios es falso, abandonaron al Dios de sus padres, se extraviaron en la idolatría, y alguno le hace volver. Hermano, hay personas que tienen la tendencia de desviarse. Por eso Santiago escribió la carta de epístola para corregir todo aquello. Todo aquello que estaba mal. Corrigió el uso de la lengua. Corrigió, hermano, la imparcialidad. Corrigió, como lo vemos, también la autobana confianza, la autosuficiencia. Corrigió también, como lo vemos, la vida, la verdadera vida de la religión. Como dice, el que está viviendo, practicando las palabras, es aquel que se guarda sin mancha del mundo. Y ser una persona... piadosas sobre los necesitados, en este caso la viuda y los huérfanos. Entonces, Santiago estaba corrigiendo todo aquello deficiente que había en la congregación. Y ahora está diciendo que nosotros debemos tener ese ministerio de rescatar a los extraviados, de atraer, así como Elías pudo atraer a sus compatriotas que estaban errados, Y entonces ellos vieron de si Obama es Dios, si Obama es Dios, dijeron este cuando vieron el gran poder de Dios mediante el manifestado en el ministerio de Elías. Somos exhortados a darnos ese ministerio tan grande, tan grande. Judas también habla Acerca de esto brevemente Judas capítulo este uno claro sólo tiene un versículo de un capítulo perdón versículo versículo este vea cómo juda dice versículo veintiuno judas uno veintiuno conservados en el amor esperando la misericordia de nuestro señor Jesucristo para vida eterna a algunos A algunos que dudan, convencedlo. Es un misterio, hermano. Dice, a otros, salvadlo. ¿Cómo? Arrebatándolo del fuego. Y de otros, tener misericordia y con temor, aborreciendo aún la ropa contaminada de su carne. Entonces, a otros, dice, arrebatadlo del fuego. Esto habla, hermano, de sacarlo del error en que están. Hay muchas personas que están que están errados, ya sea doctrinalmente, aún en la práctica. Nosotros, hermano, tenemos que tener un ministerio de restauración a los a los extraviados. A los extraviados, la restauración se describe aquí entonces, dice que si un hermano se ha extraviado de la verdad, puede ser en doctrina o puede ser en la vida práctica. Parece que Santiago se está refiriendo a la práctica de la religión. Otro hermano hace de esta cuestión de oración ferviente. Claro, tiene que usarse también la oración, porque la oración del justo puede mucho. Podemos nosotros interceder por aquello errado. De esta manera le haremos volver en comunión con Dios y con sus hermanos en Cristo. Cristo dijo a Pedro, fíjese hermano, es interesante si vemos Lucas 22, 31. Cristo le dijo a Pedro, yo he rogado por ti que tu fe No falte. Parece hermano, parece que el Señor ya estaba reconciliando a Pedro. Pedro le estaba diciendo yo he rogado por ti para que tú, tu fe no falte, no mingue, no te quedes ahí. Entonces, Pedro fue probado. Ahí en Lucas 22, vamos a verlo. El Señor le estaba rogando la restauración. La restauración de Pedro porque dice que Satanás había pedido para zarandear a ellos. Y el Señor rogó para que la fe de Pedro no quedara ahí, ¿verdad? Sino que el Señor rogó por él. Lucas 22. Lucas capítulo veintidós, versículo treinta y uno. Digo también el Señor, Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para salampearos como a trigo. O sea que él vino para matar, robar y destruir, como dice Juan. Pero yo he rogado por ti. Ese es el ministerio, hermano, de la reconciliación. Pero yo he rogado por ti que tu fe no falte. Y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. El Señor sabía que Pedro se iba a tropezar, iba a cometer un error. Él ya en su omnisciencia estaba viendo cómo Pedro iba a negar al Señor. Y iba a hacer un tropiezo también en la vida de los otros. Pero dice el Señor que había rogado por él para que su fe no faltara. Y una vez vuelto, una vez reconciliado, una vez reencaminado, Dice el Señor, confirma a tus hermanos, confirma a tus hermanos. Entonces necesitamos nosotros, hermano, tener el Espíritu de Cristo de aquellos que cometen errores. Tenemos que rogar por ellos. Ahora sí, como dice Santiago, hacerlo volver de su error, hacerlo volver de su error. Obviamente que el Señor ya, de antemano a Pedro, le dijo, mira Pedro, tú vas a hacer así, así, así. Dice, no Señor. Él decía que no. Pero el Señor ya sabía. Cuán grande, entonces, cuán grande la significación de ese ministerio. Primero, dice San Diego, salvará a su errante hermano de morir prematuramente bajo la disciplina de Dios. Cuando Pablo habló en Corintios, capítulo 11, versículo 31 y 32, muchos hermanos ya han sido disciplinados, corregidos, castigados por el Señor. Esa causa porque se habían desviado, en este caso doctrinalmente. Estaban pervirtiendo una doctrina que es de la cena del Señor. Entonces, fueron castigados. por el Señor, dice Pablo, ahí en Primero de Jorindio, porque ellos no tomaron los sacros, le estaban, le estaban, este, este, prostituyendo, o sea, hasta dice que lo agarraron de fiesta. En segundo lugar, dice Santiago que cubrirá una multitud de pecados. Este se refiere, hermano, el perdón, la justificación, el pecado que son perdonado y olvidado por Dios, como también lo vemos en Miqueas, dice que Dios perdona a su pueblo y olvida el pecado del remanente. A quien Dios perdona, el pueblo perdona y también con el tiempo, el paso del tiempo, el pueblo olvida. Hay necesidad de ese ministerio de restauración o reconciliación. Gálatas, Pablo también habló con este, este, respecto a este asunto, Gálatas capítulo seis, este, habla de, de, de, este, si alguien está desviado, o sea, o caído, no sé cómo es. ¿Cuál es la palabra más exacta? Galatas capítulo seis, versículo uno. Hermanos, dice el apóstol, si alguno fuera sorprendido en alguna falta, o sea, parece que a eso se refiere también Santiago cuando dice extraviado. Si alguno fuera sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurarle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevan los unos las cargas de los otros, y cumplir así la ley de Cristo. ¿Cuál es la ley de Cristo, hermano? ¿Cuál es la ley de Cristo? Es la ley del amor, es la ley del amor. Entonces, Pablo dice que si un hermano es sorprendido en alguna falta, nosotros los que somos maduros espiritualmente, debemos nosotros, dice el apóstol Pablo, con espíritu de mansedumbre, con espíritu de humildad, primero analizándonos a nosotros mismos. No vaya a ser que nosotros también caigamos en ese mismo error y dice que con espíritu de humildad debemos llevar, sobrellevar los uno las carga de lo otro y así cumplir ese amor de Cristo, esa ley de Cristo que es la ley del amor, lejos de condenarlo, de juzgarlo, de decirlo tú eres no, sino que ir dice restaurar. La palabra aquí este a sorprender alguna falta, los teólogos dicen que es como si se dislocara de un, de cuando alguien se descoyuntara un un miembro. Entonces, es como si se saliera de un tobillo, ¿verdad? En lugar de, es meterlo en su lugar otra vez. Es decir, es restaurar. La palabra restaurar es meterlo en su lugar. Es volverlo a poner bien. A eso se está refiriendo Santiago y parece también el pensamiento que conlleva aquí del apóstol Pablo. Judas también dice que debemos salvarlo del fuego. Ese del fuego no se refiere tanto al infierno, sino al juicio que ha de sufrir, como lo sufrieron los corintios. Entonces, hermano, sí necesitamos nosotros tener ese espíritu de mansedumbre, de ternura, sobre todo la ley, la ley del amor, así como Cristo tuvo amor por Pedro y ya estaba rogando por ese error. Todavía Pedro no había caído en el error, pero el Señor ya estaba, ya había rogado por él para que no, dice, se quedara en ese atolladero en el cual iba caer. Es necesario hermano que el creyente este tenga ese ese ministerio de de de reconciliación o de más bien de restauración a los que han han errado este o este en en nuestro celo a veces por ejemplo nosotros a veces nuestro celo es es tan tan nos volvemos este duro rígido este ah cuando alguien cae en alguna algún pecado, alguna trampa, en lugar de irlo a restaurar, a buscar su restablecimiento, más bien lo condenamos y lo juzgamos y lo desechamos. ¿Verdad? Entonces, ¿qué hubiera... imagínense si Cristo hubiera hecho eso a Pedro? Mira, tú ya me negaste, me maldijiste, caíste, olvídalo. Ya no tienes parte de suerte conmigo. Hubiera sido un espíritu no misericordioso, ¿verdad? Pero hermano, el Señor ya sabía que Pedro iba a caer en un grave error, en la tentación, y el Señor ya estaba intercediendo por él. Claro, nosotros no sabemos quién está a punto de caer, pero sí podemos, hermano, podemos nosotros orar por esos hermanos que amamos, a quienes debemos rogar que el Señor los guarde. Es un peligro, estamos en un peligro constante. Necesitamos este ministerio de compasión, en otras palabras. A veces nosotros Por eso Santiago dice que no debemos criticarnos a unos a otros porque el juez está a la puerta. En otras palabras, el que va a juzgar la causa es el juez, no somos nosotros. A veces nosotros somos muy prontos para juzgar, para condenar los errores de un y otro, pero en sí, hermano, dice que a nosotros no nos toca juzgar, es Dios el que juzga. Por eso Santiago trató muy como muy llano este asunto, ahí lo muestra el capítulo 4, versículo 11, hermano, no murmuréis, dicen los unos a los otros, el que murmura del hermano, juzga a su hermano, murmura de la ley, juzga la ley, pero si tú juzgas la ley, no eres hacedor de la ley, sino pues, uno solo es el dador de la ley que puede salvar y perder. Pero tú quién eres para que juzgues a otro. Pero hermano, la Biblia prohíbe el juzgar sin razón alguna, claro. Pero hermano, nosotros somos muy dados para juzgar. El hombre de por sí, no sólo juzga, sino condena. Y por eso Santiago está diciendo, terminando, diciendo que si alguno se ha extraviado, si alguno se ha desviado de la verdad, de la palabra, entonces que le hagan volver del mal camino. El celo nuestro, a veces nuestro celo nos hace muy rígidos, muy duros. A veces el hombre es muy celoso. Pero caemos en el otro extremo. Tenemos que ser celosos, pero tenemos que ser misericordiosos. Hay líderes que son una vez escuché el testimonio de un hermano que cuando era muy joven, espiritualmente, era muy rígido, duro, que no... su espada era... y no, no, no, todos los que no cumplían el ministerio lo echaban para afuera, es decir, ya lo descalificaban totalmente. ¿Qué tal si Marcos no hubiera sido, Pedro, paciente con él, jamás hubiera sido útil otra vez. Marcos llegó a cometer un error de ser infiel en el ministerio, y vemos cómo Pedro con paciencia al fin dice, Marcos volvió a ser útil. Después Pablo dice que habla de ahí a Marcos como un hombre útil. Entonces, hermano, tenemos que tener esa visión, esa visión de restaurar a los extraviados, a los que se desvían. Porque, hermano, si Pedro se llegó a desviar del camino en el que estaba, hermano, ¿quiénes somos nosotros para no decir que nos desviamos? Hermano, tenemos que tener mucho cuidado. Por eso dice Pablo que los espirituales deben tener esa visión de restaurarlo. Cristo habló en Lucas capítulo 15 cuando Cristo habla de la oveja descarriada. Entendemos que la oveja perdida para Dios, los perdidos que ya son ovejas para Dios, aunque están perdidos. Es decir, los elegidos, en otras palabras, que todavía no están en el redil, pero para Dios ya están en su presencia. Solo falta que vaya el buen pastor y los traiga al redil y se goce con los que ya están en el redil. Pero también este, este Lucas, hablando de la oveja perdida, nos muestra hermano como dice el pastor va y toma y busca la descarriada o sea la la la oveja perdida lucas 15 como como cuál es la expresión que usa exactamente lucas lucas capítulo 15 versículo Versículo 1, dice el versículo 3, entonces le repitió esta parábola diciendo, ¿qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja la noventa y nueve en el desierto y va tras la que se perdió hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso, y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos diciendo, gozado conmigo, porque he encontrado la oveja que se había perdido. Entonces, así el Señor mostró esta parábola de Manó, que hay unos que están descarriados y necesitamos ir a buscarlos, cargarlos a los hombres, traerlos a donde están los otros. Es el Ministerio de la Reconciliación. de la restauración. Entonces, ¿cuántos? Son pocos hermanos los que son muy compasivos, o que tienen ese espíritu de, ¿cómo se llama este hermano? El compañero de Pablo, Bernabé. dice la palabra que Bernabé era un hombre, era un hombre este muy parece un hombre muy paciente porque tuvo paciencia con el apóstol, con el Pablo cuando era, era nuevo este se tomó el tiempo para estudiarlo vivir, convivir con él este ayudarlo en ese ministerio aún introducirlo en la iglesia de Jerusalén fue el que lo hizo porque nadie quería nadie creía en el apóstol Pablo antes de que sea este conocido no, no lo querían la compañía de ese hombre, porque era un hombre fiero en tiempos pasados. Entonces, ¿quién es el que tomó el ministerio de reconciliación o encaminarlo, introducirlo en la iglesia del Señor? Fue Bernabé, ese hijo de consolación, por cierto. Entonces, y fue el mismo Bernabé que tomó a Juan Marcos para pulirlo, encaminarlo, enderezarlo, no sé si hasta regañarlo, no sé, pero lo logró. Entonces, hermano, necesitamos tener ese ministerio, ese ministerio de Bernabé. Pablo parece ser más rígido, en su ministerio. Pero este hombre, Bernabé, era hijo de consolación. Era el que se encargaba de consolar a aquellos no solo los necesitados. Por eso dice que vendía sus cosas, sus bienes. Era un hombre compasivo, en otras palabras. Yo creo que ahí entra todo. Un hombre paciente, compasivo, tierno, interesado por los necesitados. Por eso le tuvo envidia a Aranía y Zafira. Le tuvieron envidia porque dice que ese hermano era grandemente alabado por su vida piadosa, por su vida consagrada, por su abnegación. Lo alababan los hermanos de Jerusalén. Y también quisieron ser alabados esos que vendieron su hacienda porque veían cómo Bernabé era alabado, también querían alabanza, pero le fue mal. Entonces, no lo hicieron de corazón, verán lo que ellos ofrecieron a la niña Safira. Ahora, hermano, Cristo parece nos enseña también en el ministerio de traer la oveja descargándolo. Es decir, hay que ir por ella y traerlo al redil. El resultado de la corrección o de la encaminación, la frase salvar al hermano, claro, entonces salvar al hermano puede referirse aquí a la muerte física. Es decir, salvado del fuyo, porque Dios sí condena a los creyentes que se desvían, que hierran. Ya que el hermano creyente genuino, el hermano genuino, el hermano salvo, ya no puede perder. perecer o perder su salvación o no puede morir espiritualmente. ¿Por qué? Porque, como dice el apóstol Pablo, nos dio vida. Él nos dio vida a vosotros cuando estabais muertos. La frase, entonces, salvar al hermano puede ser salvar del error, pero también salvarnos del juicio, del juicio de Dios. No del juicio eterno, pero del juicio del gran trono blanco. de la tribunal de Cristo, perdón, y no del gran trono blanco. Cubrirá multitud de pecados. Eso se refiere más bien al perdón, la justicia, la justificación que alcanza el hombre. Como dice Salmo David, ahí en Salmo 32, viene dentro de aquel cuyos transgresiones han sido perdonadas. Entonces, hermano, es necesario que nosotros tengamos un ministerio de misericordia basado en el verdadero amor. Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado, porque lo hay muchas veces, de la verdad, extraviado de la verdad, de la verdad práctica o de la verdad doctrinal, y alguno le hace volver, o sea, lo hace razonar, le convence, le enseña, Sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte a un alma y cubrirá multitud de pecados. Proverbios 10, 12, vamos a ver un texto aquí. que también habla el sabio Salomón. Proverbios capítulo 10, versículo 12, dice que la manantial divide la boca del justo. Versículo 12, el odio despierta rencillas, pero el amor cubrirá todas las faltas. Entonces, por amor, hermano, por muy grande que sea la falta de alguien, de un hermano genuino, un hermano verdadero, nosotros debemos buscarlo, restaurarlo. Vosotros que sois espirituales, dice el apóstol Pablo, restauradle. También Judas dice que a otros, salvadlo arrebatándolo del fuego. Entonces hay necesidad, hay necesidad de que el creyente tenga un ministerio de amor, un ministerio de misericordia, de compasión. de reconciliación, de hacerlo, dice, volver de su mal camino. Sí, hay hermano, a veces los... No, gracias a Dios, hasta ahora no hemos tenido nosotros, pero lo hay. A veces hay problemas, hay choques de diferencia de opiniones, Me acuerdo cuando una iglesia, dos iglesias se dividieron. ¿Saben por qué se dividieron? Porque estaban peleando que si el infierno estaba en el corazón de la tierra o no. Y por esa insignificancia de que una iglesia decía que el corazón de la tierra estaba en el infierno, porque así le enseñan la palabra, y otros dicen que era... Y pelearon por eso. Se pelearon tanto que esas dos iglesias se separaron. Se dividieron completamente. Claro, los que se pelearon ahí eran los pastores, no era la congregación. Pero el pastor empezó a decir, es mal, tan mal, dice, no creo. Y empezó a causar divisiones y se dividieron. Así se dividieron las dos iglesias por una. No hubo ese espíritu. Nadie fue a tratar de hacerle razonar. No, a veces el orgullo es muy duro. El orgullo a veces nos hace perder mucha oportunidad en nuestro ministerio. Hermanos, tenemos que oír lo que Santiago está enseñando. Obviamente que había necesidad en el ministerio que estaba administrado en Santiago, había necesidad, había personas que se estaban desviando, por eso Santiago exhorta que vayamos, que fueran a esos hermanos extraviados y los hicieran volver. del mal, del mal camino, del mal error. Quizás algunos ya tenían espíritu mundano, por eso dicen, alma adulta, no sabéis que la mitad del mundo, es como si tuvieran, ustedes mundanos desde allá. Están acusando a los que usaban mal su lengua. Todos esos errores lo había, por eso es Santiago. los corrigió el suministerio en esta epístola breve que escribe. Es interesante, entonces, ser un ministerio como el de Elías, un ministerio que impacte, pero sobre todo que tengamos la capacidad de hacer volver a lo errado, sobre todo a los caminos del Señor. Que Dios nos dé gracia y que Dios nos dé esa facultad para hacerlo en nuestra vida y en nuestro ministerio. Son pocos, hermanos, los que verdaderamente tienen compasión de los extraviados. A veces los ministros son demasiado duros, demasiado rígidos, demasiado celosos que no perdonan algún error. Pero, hermano, es un error, no, no, no. Si Cristo los perdona, ¿por qué no los voy a perdonar yo? Esa es la gran pregunta. Si Cristo perdonó a Pedro, el gran error que cometió de la negación de Cristo, porque parece cosa insignificante, pero negar a Cristo, hermano, Pedro negó, hasta dice Mateo que insultó, es decir, habló. En contra, si lee Mateo puede ver dice que Pedro dijo cosas duras con tal de que vean que realmente no era de ellos para zafarse del peligro inminente en que estaba. Señor por eso le encontró, le dijo a Pedro, dice me amas, me amas. Hermano, es el Ministerio de la Reconciliación. Cristo y Pedro se encontraron cara a cara. ¿Por qué cree que Pedro cuando dijo es el Señor y pum se tiró en el agua? Porque su conciencia no lo dejaba. Estaba cargado de su conciencia de culpabilidad. Por eso se tiró al agua, porque se avergonzaba del Señor de haberlo negado. Pero luego el Señor lo agarró y le dijo, Pedro, ¿me amas? Señor, sí, sí, te amo. Pedro, era verdad, era un verdadero converso. Sí, Señor, sí, te amo. Más que todo esto, y le dijo, apaciente mis corderos. Y ahora, la restauración que Dios hizo con Pedro, no solo, bueno, está bien, vamos a verlo, te voy a poner a prueba. No, claro, Dios sabía que verdaderamente Pedro era sincero. Por eso le preguntó tres veces y Pedro incisivamente dijo tres veces, apaciente mis ovejas, dijo el Señor. Le estaba dando una responsabilidad. Y además, Pedro estaba no solo recibiendo la responsabilidad, pero estaba viendo, Pedro, que el Señor lo había perdonado, cubierto multitud de pecados en la vida de Pedro. Hermano, y Pedro aprendió, por eso Pedro llegó a ser el gran pionero en la evangelización. Dice que fervientemente en la resurrección, enseñamos la resurrección, todo lo concerniente del evangelio en el libro de Hechos. Hermanos, gracias por el tiempo que hemos tenido. Si Dios permite, no sé cuándo, hay mucho más seguramente lo que no aprendimos, no tocamos, pasamos por alto, y que Dios nos haga crecer en su gracia y en su conocimiento en estas enseñanzas del apóstol, del epístola de Santiago. Que Dios nos ayude a crecer y a practicar las pormenores, es decir, la exhortación que tenemos en cada fase, en cada capítulo. Vamos a despedirnos en oración y quedamos despedidos en esta mañana. Eterno Padre, gracias te damos por el privilegio de tener tu palabra a nuestro alcance. De ser, Señor, exhortados, encaminados. Señor, de tener una enseñanza como la que dio Santiago, práctica. Nos exhorta, Señor, que no debemos desmoralizarnos en las pruebas. Que no debemos desmoronarnos, Señor, en las tentaciones. sino que resistirlo con fe. Debemos Señor, dice, buscar siempre, buscarte por medio de la oración y venir con fe, porque tu palabra dice que no recibiremos nada si nosotros vamos dudando. Padre, ayúdenos a ser un verdadero cristiano genuino como lo enseña el mismo Pastor Santiago, que la vida religiosa es aquella que es misericordiosa, aquella compasiva, aquella que se preocupa por los huérfanos, las viudas, los maltratados, aquellos que siempre están peleando contra el mundo, resistiendo, Señor, las corrientes de este mundo. guardando nuestra lengua de hablar mal contra nuestro prójimo, contra tu ley santa. Hablar mal, Señor, juzgando a los demás. Padre, también tu palabra dice que debemos tener paciencia bajo el sufrimiento, okrobio, Señor, que tengamos la plena confianza en ti, en toda nuestra vida, en todas las áreas de nuestra vida, que no tengamos una autosuficiencia en nosotros mismos, pensando que nosotros podemos hacer y deshacer. Cuando Tu Palabra dice, vamos ahora los que decís hoy y mañana, iremos a tal ciudad, traficaremos y ganaremos. Padre, sabemos que Tu Palabra dice que toda actancia, toda vanagloria, toda soberbia, toda altivez, Señor, Tú los condenas. Tú resistes al soberbio, das gracias, Tú das gracias a los vildes. Padre, también ayúdenos a ser hombres de oración, hombres pacientes, como lo fueron los antiguos, tus siervos, los profetas, como el mismo Job, que sufrió y a base de su sufrimiento llegó a tener mucha paciencia. Padre, así nosotros también que nos armemos de ese pensamiento. Padre, que tengamos también un espíritu humilde, un espíritu, Señor, de compasión, por amor a los que están mal, a los que han pecado, a los que han caído. Señor, que vayamos a recorrerlo, a animarlo, a enderezarlo, a corregir lo deficiente. Padre, Porque así dice Tu Palabra que cubriremos multitud de pecados. Es decir, Señor, Tú eres el que perdonas y es el que libras. Y también oyes y sanas a los enfermos. Cualquiera que ha pecado, Tu Palabra dice que le será perdonado. Señor bendice a mis hermanos y ayúdenos a ser eficientes, obedientes, sumisos, humildes. Padre en buscar siempre poner Señor tu palabra en primer lugar. Gracias Señor te damos, llévanos con bien en cada hogar y bendicenos antes de salir. Que la honra y la gloria sea para Cristo, hoy y por todos los siglos. Muchas gracias te damos Señor, muchas gracias por todo. Amén.
Paciencia Para Corregir A Los Extraviados
Series Estudio Expositivo De Santiago
Sermon ID | 313161747276 |
Duration | 58:31 |
Date | |
Category | Teaching |
Language | Spanish |
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