00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Muy buenas tardes, hermanos. Es muy bueno que podamos tener este tiempo juntos para ver lo que Dios dice respecto a cómo resolver los conflictos. Mi esposa y yo hemos tenido muchos años aquí en Bolivia desde el 2006. Estuvimos, bueno, venimos aquí en ese año con nuestras hijas y tenemos cuatro hijos y en sí tenemos tres nietos ahora. Y Dios ha sido muy bueno para con nosotros. Y hay mucho que de lo que se va aprendiendo es otra cultura aquí, muy diferente, distinta de la nuestra. Y cada cultura tiene sus cosas buenas y sus cosas que no son buenas. Y cuando vemos el mundo entero aún en este tiempo, o el país también, hay muchos conflictos por todos lados. Conflictos políticos, conflictos en las iglesias, conflictos en las familias. Y hay mucho conflicto en todo lado. Y realmente eso fue, fui animado por los ancianos de la iglesia aquí para escribir el libro. Y realmente espero que sea de bendición para nosotros. Voy a empezar leyendo un pasaje en Efesios capítulo cuatro. Efesios capítulo cuatro. Los primeros versículos Dice así, yo pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos por preservar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Y así en estos versículos tenemos varios conceptos que vamos a estar viendo esta tarde, la humildad, el amor y varias otras manifestaciones de esas características cristianas. Estuve en una reunión recientemente en la cual un creyente me indicó que no había una resolución al conflicto en el cual estuvimos. Nos reunimos respecto a un asunto y él me dijo no, no creo que haya resolución. Y la pregunta es si él tiene la razón o no. Y la verdad es que no tiene la razón. pero muchas veces vivimos como si no hubiera resolución a nuestros conflictos, y esa es la manera en la cual vivimos muchas veces. En la introducción del libro, en la página uno, ahí, dice en el tercer párrafo ahí, La verdad es que Dios nos ha creado para vivir en paz con Él y con nuestro prójimo. En la práctica experimentamos esta paz cuando lo amamos y servimos primero a Él, es decir, a Dios, y luego a otros conforme a su diseño para nosotros. Y lo triste es que a causa de nuestra rebelión y pecado, escogemos el egoísmo y el conflicto. Eso es lo que hacemos en nuestro pecado. Escogemos el conflicto, escogemos el camino del egoísmo en eso. Efesios 2, 14 a 16 dicen, Porque él mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas para crear en sí mismos. de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad. Y el Evangelio de Cristo es la base que vamos a ir también poniendo en unos minutos. Dios mandó a Cristo, el Hijo de Dios, para vivir la vida perfecta aquí y para reestablecer la paz, para que nosotros pudiéramos volver a vivir en un estado de paz primero con Dios y luego uno con otro. Yo voy a estar exponiendo los primeros dos capítulos y luego en la sesión final, la tercera sesión, los últimos dos capítulos, el Pastor Ángel, gracias por también participar, él va a estar exponiendo los capítulos más difíciles o más largos, así que le corresponde lo más difícil. En el primer capítulo, el título es ¿Por qué un libro sobre cómo resolver conflictos? Y empecé con dos cosas para pensar. ¿Qué es nuestra perspectiva? ¿Y cómo piensas de tu perspectiva? Cada uno de nosotros tenemos una perspectiva. Y el número uno dice, tu perspectiva siempre es la correcta y la de la otra persona es la que necesita ajustarse. ¿Cómo manejo mi vida? Mi perspectiva siempre es correcta. La de mi cónyuge, la del otro pastor, la del miembro, la de la otra persona es la que necesita ajustarse. Yo tengo la razón. Esa es la manera, es como nosotros vivimos. Pero muchas veces ni siquiera reflexionamos en eso. Y la segunda es, tú no eres el problema, yo no soy el problema. Y la única razón por agarrar este libro, ¿no? Es para ayudar a la otra persona a entender que necesita no entender estos principios para poder resolver los conflictos. Entonces es para tener el libro y dárselo a la otra persona. Y muchas veces pasamos los cultos escuchando los mensajes del domingo, leemos la Biblia pensando, ah, ya este es para tal persona, para mi vecino, para mi esposa, para mi hijo, Y muchas veces no pensamos, esto es primero para mí. Primero para mí. Proverbios, pasando la página ahí. Proverbios 17, 14. El comienzo de la contienda es como el soltar de las aguas. Deja pues la riña antes de que empiece. Y a 19, el que ama la transgresión ama la contienda. El que ama la transgresión ama la contienda. Y eso es lo que la Biblia dice respecto a las personas que son contendiosos. Y así la pregunta para cada uno de nosotros en esta tarde es, Yo soy una persona conflictiva, una persona que va causando conflictos. Y si yo vivo, por ejemplo, una vida de continuos conflictos, hay muy buena probabilidad de que yo soy una parte, la mayor parte del problema. Cuando pensamos En resolver los conflictos, ¿cuáles son los beneficios que vamos a disfrutar si vamos resolviendo conflictos en nuestra vida? Vamos a tener paz con Dios. Eso es lo más importante. Vamos a estar viviendo en paz con Dios. Vamos a estar tratando el egoísmo en nuestras vidas. ¿Y quién de nosotros dice, yo soy una persona egoísta? Pero muchas veces vivimos exactamente así. Vivimos, ¿quién es el centro? Yo soy el centro. Yo soy el centro y todo tiene que girar en torno a mí. Eso es cómo vivimos. Pero vamos a estar tratando esto si queremos realmente poner en práctica los principios bíblicos aquí. Llegamos a formar parte de la solución en lugar de parte del problema. ¿Quién aquí otra vez quiere escuchar? Esa persona es muy conflictiva hablando de ti. Y en sí, si somos personas pacificadoras, ¿qué va a pasar en nuestra propia vida? Voy a estar viviendo en mucho más paz. Va a haber mucho más paz en mi alrededor, con mi esposa, con mis hijos, con las personas de la iglesia, etc. Realmente mi esperanza es que podemos estar pensando en eso y entendiendo que en primer lugar Dios es el centro. Así que queremos poner en práctica lo que dice aquí porque Dios merece eso de nosotros. Pero en segundo lugar, Él ha dicho que hay beneficios que nosotros vamos a experimentar si le obedecemos el amor y humildad La verdad práctica, que al final, bueno, en la mitad de la página cinco. En todo lo posible, Dios nos llama a vivir en armonía con nuestros hermanos. Y esto incluye el resolver conflictos entre nosotros con amor y humildad. Y dependiendo del conflicto, la Biblia nos da las pautas para dejar atrás el conflicto y vivir reconciliados con nuestro prójimo. Entonces Dios nos da lo que necesitamos para ir resolviendo los conflictos en nuestra vida. ¿Cuáles son algunas maneras que resolvemos por decir los conflictos en nuestra naturaleza pecaminosa, en nuestro egoísmo? Aquí hay varios, ¿no? Discutir y quedar en un empate, cada uno pensando que tiene la razón. Y eso pasa día tras día, vez tras vez en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestras iglesias. Discutimos, y si vivimos, por ejemplo, en la casa, como matrimonio, o los hijos también, si vivimos discutiendo, Hay que pensar, ¿qué es el problema? ¿Quién es el problema? Número dos ahí, gritar, para imponer mi opinión. Esa es otra forma muy común. Voy a gritar y que la otra escuche lo que yo estoy diciendo. Número tres, en vez de conversar, cada uno hace lo que le parece, es decir, ya no vamos a conversar, yo voy a hacer lo que me gusta, la otra persona lo que le gusta, y cada uno a su manera. Y muchos matrimonios viven así, muchas amistades terminan así. No me parece. No me parece. Eso es lo que se escucha muchas veces. Una y otra vez. Número cuatro. Entrar en el silencio de la rabia para castigar a la otra persona. Entrar en silencio. Y eso a veces es por horas. Un día, tres días, una semana, un mes. Deja de hablar. Que la otra persona entienda que está mal. Otra vez es una forma muy común para, por decir, resolver los conflictos. Y al final, en la tercera sesión, vamos a estar entendiendo también que muchas veces, después de un conflicto, ¿qué es la forma de resolución? Es comenzar a hablar poco a poco después, sin tocar el asunto, sin mencionar lo que había pasado, aunque es un pecado real que sí se debe tratar. Y así se va acumulando. Las cosas en contra de la otra persona. Número 5, manipular a la otra parte para lograr sus propios objetivos. La manipulación es muy común, muy normal. Hay muchas formas de manipular y vamos a estar hablando de eso. Luego pelear, no puñetazos, y eso también ocurre hasta en iglesias. Personas que supuestamente aman a Dios ya van pegando a su hermano para que entienda y terminar la amistad. Y hay muchas otras. Ustedes tal vez pueden agarrar un lápiz y seguir haciendo la lista. Otras formas de supuestamente resolver conflictos. Hay muchas maneras muy pecaminosas para hacer eso. Vamos a leer ahí solo un ejemplo. El ejemplo dos vamos a leer. en la página 7. El matrimonio de Geraldo y Susan andaba bien hasta que tuvieron hijos. A medida que crecían los hijos, llegaron a tener más conflictos en torno a cómo instruir y disciplinarlos. Geraldo pensaba que Susan era muy severa y que les gritaba mucho. Susan pensaba que Geraldo era muy pasivo y permisivo. no disciplinando ni controlando a sus niños. Con el paso del tiempo, las discusiones iban empeorando hasta el punto de que no se escuchaban conversaciones respetuosas en casa, sino sólo se escuchaban insultos y críticas del uno al otro. Lo triste es que, mientras todo iba empeorando, había palabras que nunca se escuchaban. Y estas palabras eran las siguientes. Estuve mal en lo que dije. ¿Y cómo te insulté? Te pido que me perdones. Es más, era más rara aún la ocasión que tal vez uno se disculpara de alguna forma. Fue aún más, ¿cómo dice? Perdón, cuando escuchar, te perdono. Como con todo, cada uno iba meditando su lista de observaciones de la otra persona, con el resultado de hundirse en la amargura. Y todo iba de mal en peor hasta que aún sus niños pequeños intervenían, rogando a sus padres a que se solucionaran sus problemas. Eso no es tan incomún. Es común también. Esas clases de discusiones en la casa. Y vamos a hacer la pregunta también más adelante. ¿Cuándo es la última vez que has pedido perdón a otra persona? ¿Cuándo es la última vez que has dicho te perdono? Cuando alguien te ha acercado pidiéndote perdón. Esas palabras deben ser comunes entre los creyentes, los cristianos. ¿Y por qué deben ser común, normal, cotidiana? Es por el fundamento del Evangelio. El fundamento principal de todo este libro es lo que Dios hace en el Evangelio. ¿Qué es el Evangelio? Es de Jesucristo. quien ha venido a este mundo, ha tomado nuestra naturaleza, ha vivido la vida perfecta que nosotros deberíamos haber vivido. Luego fue crucificado, tomando el castigo que nosotros merecemos. y se fue resucitado de los muertos, venciendo la muerte, venciendo también el pecado. Y ya está intercediendo a favor de todos los cristianos. ¿Y qué es la respuesta cuando uno escucha el Evangelio? ¿Qué es la respuesta? ¿Cómo es que uno se convierte en cristiano? ¿Cree? en Jesucristo y se arrepiente de sus pecados. Arrepentimiento. Muchas veces decimos, bueno, yo puedo arrepentirme delante de Dios, pero no delante de la otra gente. Es incoherente, incoherente. Y por eso este libro fue escrito para cristianos. Al terminar el libro también hay la pregunta fundamental. Si tú no eres cristiano, lo más importante es rendirte delante de Dios. Las preguntas para meditar en la página 10. Sólo número dos ahí. En tu experiencia, ¿Cuáles son tus maneras para resolver los conflictos? ¿Cómo resuelves conflictos tú? Hay una lista ahí y puedes añadir otras cosas ahí. ¿Cuáles son tus maneras para resolver los conflictos? Pasamos al capítulo 2. La humildad y el amor. La humildad y el amor. Se requiere la humildad verdadera y el amor bíblico para tratar todo conflicto. Sin estas cualidades, los intentos de resolver los conflictos resultarán en más conflictos y mucha destrucción. Si queremos seguir los métodos del mundo para resolver conflictos, ¿Cuáles van a ser los resultados? Destrucción. Es destrucción y es mucho más conflicto. ¿Por qué no resuelven? ¿Cómo se definen la humildad y el amor? El mundo tiene su manera para definir y aún la humildad se desprecia mucho en la cultura. La humildad no es una característica que la gente está buscando tener. La humildad es reconocer quién soy yo delante del Dios Todopoderoso. Es tener una autoevaluación correcta de mí mismo. Y esa autoevaluación rechaza la soberbia. El amor bíblico También la humildad toma intencionalmente el lugar de menor importancia. Da lugar a la otra persona. El amor bíblico es desear agradar y complacer a Dios sobre todo, teniendo a Él como mi primer objeto de efecto. ¿Quién está en el centro de mi vida? La persona natural, sin Cristo, tiene a sí misma en el centro de su vida. Es su mundo, su mundo es sí mismo. Pero el amor bíblico comienza con Dios mismo en el centro. Luego, buscar el bien real del otro conforme a cómo Dios define bien. Dar, y la tercera parte, dar a preferencia al otro sus necesidades y deseos. Pasando la página allá, la humildad, ¿qué es? Vamos a definir y luego vamos a ver algunas de las características de la humildad y el amor. Dicen Isaías 8, 13, al Señor de los ejércitos es a quien debéis tener por santo. Sea él vuestro temor y sea él vuestro terror. Al Señor de los ejércitos es a quien debéis tener por santo. Él es el único que merece estar en el centro de tu vida. Isaías 66. Así dice el Señor, el cielo es mi trono y la tierra el estrabo de mis pies. Todo esto lo hizo mi mano y así todas estas cosas llegaron a ser. Declara el Señor, pero este miraré. Al que es humilde, contrito de espíritu y que tiembla Ante mi palabra. ¿Tú tiemblas ante la palabra de Dios? Reconociendo quien Él es, muchas veces temblamos delante de otras personas. Tenemos miedo, tenemos temor de otras personas. Pero no tenemos un temor real a Dios. La humildad es tener esta autoavaluación correcta de mí mismo y comienza con el fundamento de quién soy yo. ¿Cuál es la verdad fundamental de tu vida? Más fundamental. ¿Sabes cuál es? Es que tú eres, yo soy, somos criaturas de Yahweh Dios. Él es nuestro creador. Él es nuestro dueño. Y si tú no reconoces que Dios, el Dios de la Biblia, es tu creador, estás viviendo en el engaño. Cada persona cristiana está viviendo en el autoengaño. Y por eso, la humildad comienza con reconocer quién soy yo delante de Yahweh Dios, que Él es mi creador. y a él le debo todo, toda mi vida y todo lo que soy. Solo a la luz de esta verdad de quién soy yo delante de Dios es que voy a poder reconocer cómo Dios me ha creado, mis debilidades también, quién soy yo como pecador, mis fracasos y también las fortalezas que Dios me ha dado. Porque todo lo que tenemos viene de Dios. Y la humildad, obviamente, es lo opuesto a la soberbia. Cuando pensamos en la soberbia, ¿qué es? La soberbia en sí es intentar tomar el lugar de Dios. El egoísmo es decir, yo soy el centro. La humildad reconoce, Dios es el centro. Y muchas veces vivimos como si cada uno yo fuera el centro de todo. La humildad también, en la página 13 ahí, dice, en mi vida personal es tener una autoevaluación correcta de mí mismo, primero delante de Dios y luego en el mundo. Significa entender que soy un ser humano normal con mi propia perspectiva. Cada uno de nosotros tiene una perspectiva y es increíble que aún dentro de la misma cultura hay tantos conflictos. ¿Cómo puede ver y si cuando uno va saliendo de tu propia cultura, entrando a otra cultura, normalmente hay aún más conflictos? ¿Por qué? Porque cada uno lleva su propia forma de pensar al asunto. Pero esa auto-evaluación también que necesito tener es delante de otras personas. Voy evaluando mi participación en los problemas en los cuales estoy, en los conflictos en los cuales me encuentro. La humildad verdadera va siendo esa autoavaluación para que yo pueda ir trabajando mi vida. Y finalmente, casi al final de la página ahí, la humildad toma intencionalmente el lugar de menor importancia, toma el lugar de menor importancia. En Filipenses 2, 3 y 4, pasando la página, dice, nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde, cada uno de vosotros considere el otro como más importante que sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Y el contexto de este pasaje es de Jesús. Y él es el ejemplo de no par excelencia de humildad. Él, por su propia iniciativa, tomó nuestra naturaleza. Tomó el lugar de menor importancia, aún sirviendo a sus propias criaturas. y hasta tomar el lugar de pecador en la cruz. Este pasaje, y vamos a estar viéndolo en un rato un poco más, realmente nos ayuda a entender que la humildad es considerar las necesidades y deseos de otros como más importantes que cuidar de cumplir mis propios deseos. En resumidas cuentas, la humildad es someterme a vivir bajo la autoridad del Dios Todopoderoso, buscando dar preferencia a las necesidades y deseos de otros. ¿Qué es el amor? La Biblia nos enseña que nuestra actitud hacia Dios, otra vez, tal como con la humildad, el amor comienza con Dios. Mateo 22, 37, y le dijo, amarás a tu Señor, tu Dios, con toda tu alma, con todo tu corazón, con todo tu alma, con todo tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. La pregunta es, ¿cuál es tu deseo por el cual mueves tu vida? Amar a Dios significa que uno desea agradar y complacer a Dios, sobre todo. ¿Quién es el primer objetivo de tu afecto, de tu amor? ¿Quién es el centro de tu vida? Solo teniendo a Dios en el centro, vas a poder amar a otra persona. Y hay tantas definiciones terribles del amor que el mundo da. Cuando pensamos en Dios, pasando la página ahí, cuando yo estoy en conflicto, por decir, con Dios, ¿Quién es la parte equivocada? Soy yo. Dios me está amando a mí, pero no estoy correspondiéndole el amor que Él merece. Entre las relaciones humanas, muchas veces las dos partes participan en el conflicto. Pero cuando pensamos en Dios y una persona, siempre la persona es la parte equivocada. Dios nunca está, por decir, en pecado. Siempre nos ama perfectamente. El pasaje continúa diciendo, Y el segundo es semejante, este, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El problema, el mundo nos dice, bueno, primero tienes que amarte a ti mismo. Esa es la filosofía del mundo. La Biblia nunca dice eso. Presupone que tú te amas demasiado. Yo me amo, por decir, demasiado. Mi problema es que no amo primero a Dios, ni amo a mi prójimo como debo. Eso es mi problema. Y luego, el amor verdadero para con otros es buscar el bien real del otro conforme a cómo Dios define bien. ¿Cómo Dios define bien? Es interesante, cuando vamos escudriñando, y vamos a en un momento también volver a ver el Filipenses, pero la definición del bien, ¿no?, de cómo debo tratar a otra persona, es conforme a la ley de Dios. Dicen Romanos 13, no debáis a nadie en Romanos 13, 8 a 10, no debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley, porque esto no cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás, no codiciarás y cualquier otro mandamiento en estas palabras se resume. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo. Por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley. El amor, en la palabra de Dios, se vincula el amor verdadero con cumplir la ley de Dios para con tu prójimo. Y por ejemplo, Cuando hablamos de la inmoralidad, dice ahí, no cometerás adulterio. Cuando hablamos de la inmoralidad, ¿qué es lo que muchos dicen? Los que están en fornicación, los que están en adulterio, dicen, bueno, nos amamos, no más. Por eso, relaciones homosexuales, cualquier relación que está fuera de lo que Dios dice, ellos dicen, bueno, nos amamos. Pero no es un amor real, verídico. En esas relaciones ilícitas, pecaminosas, realmente es usar de la otra persona por sus propios deseos egoístas. Solo dentro del pacto matrimonial es la relación sexual. Porque Dios ha definido eso. Eso es el amor verdadero. Cuando pensamos en no matar, ¿matar a otra persona es conforme al amor? Obviamente que no. Pero Jesús también habla de odiar, ¿no? Habla de varias otras cosas incluidas en ese mandamiento. Y obviamente uno puede ir viendo los otros mandamientos horizontales que Dios ha dado. Y cada mandamiento tiene su parte en cómo amar a nuestro prójimo. Si quieres saber cómo amar a tu prójimo, estudiar la ley de Dios. Y estudiar sus aplicaciones para nosotros. Pasando la página de 18. Colosenses 3, 12 a 14. Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestidos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro, como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestidos de amor, que es el vínculo de la unidad. Y aquí obviamente hay el pasaje de primera de Corintios 13, que no he incluido. Pero habla de varias características que vamos a estar meditando en unos momentos. Pero el amor es compasión, bondad, humildad, mansiudumbre, paciencia, soportando unos a otros. Y finalmente, ¿no?, el amor da preferencia al otro en sus necesidades y deseos. Da preferencia al otro en sus necesidades y deseos. Y cuando hablamos de dar preferencia, no es siempre conforme a su gusto, lo que quiere. Pensamos en Jesucristo. ¿Cuál fue la manera en el cual él amó a sus discípulos, a otras personas? Fue siempre para su bien. Fue siempre para su bien. Es decir, si fuera para confrontarles, sí. Y a veces cedemos a otro porque no queremos un conflicto en el cual sí debemos tener. Es decir, una confrontación bíblica. Muchas veces cedemos por evitar confrontar una situación real que se debe confrontar. Jesucristo nunca hizo eso. Él siempre buscaba el bien de la otra persona. Y muchas veces sí fue de dar conforme a sus gustos, conforme a su deseo. Si no fuera un deseo pecaminoso. ¿Cuál color de sillas debemos tener? No importa mucho. Hay muchas cosas que podemos pelear, discutir, que no tienen ningún sentido. Podemos ceder nomás. ¿A cuál restaurante debo ir? ¿No? ¿O debemos ir? El amor real busca y da preferencia al otro, ¿no? Conforme a sus gustos, muchas veces, si no es pecaminoso, pero también conforme a la ley de Dios. Y la pregunta es, ¿cuántas peleas, cuántos conflictos evitaríamos si tan solo buscáramos hacer las cosas para complacer el gusto del otro? Si mi esposa dice, ¿qué tal si vamos a este lugar? Yo le digo, sí, está bien. No estamos en conflicto. No hay conflicto. Si yo le digo, vamos aquí para hacer esta compra o hacer esto, y ella dice, ah, ya, está bien, no hay problema. O si hay algo, ella me dice, tal vez podemos considerar esto. Pero muchas veces es. Hacer un conflicto de la nada. Muchos conflictos se amplifican de algo pequeño e insignificante para terminar siendo un gran lío solo por no haber humildad y amor. Por solo eso. Pensamos un poco en el fruto de la soberbia y el egoísmo. Conforme a nuestro deseo pecaminoso, ¿qué es lo que tenemos a cada uno de nosotros, a mi persona en el centro? Yo siempre manejo mi vida conforme a mi perspectiva, mi verdad, mi manera de pensar. Y cuando la otra persona no se alinea a lo que yo creo, lo que yo pienso, ¿qué es? Un conflicto. La solución siempre es hacer entender a la otra persona. Eso es conforme a la soberbia, el egoísmo. De los niños chiquitos, si hay este ejemplo ahí, ¿Qué es lo que los niños chiquitos, cuando uno está en una guardería, cada niño está buscando ese juguete favorito que el otro tiene? Y va peleando para tenerlo. Y muchas veces, en esos contextos, el que está ahí cuidándolo, ¿qué tiene que hacer? deteniendo, haciendo paz cada momento. Pero muchas veces nosotros como adultos estamos en lo mismo. Es una triste realidad. Una pregunta muy sencilla. Una persona egoísta, y eso en la página 21, en la mitad. Una persona egoísta y soberbia fomenta los conflictos o los apacigua. Una persona egoísta, una persona soberbia fomenta los conflictos o los apacigua. Es sencilla la respuesta, sencilla. No tenemos que meditar mucho en eso. Pero, ¿cuántas veces estamos en exactamente eso? Y el problema, nuestro problema, en nuestras vidas es que no reflexionamos. No reflexionamos en cómo soy yo. Yo he tenido realmente mucha experiencia pasando la página ahí conforme a lo que dice en Proverbios 12 y 15. El camino del necio, allá arriba, el camino del necio es recto a sus propios ojos, mas el que escucha consejos es sabio. El camino del necio Él tiene la razón. El necio siempre tiene la razón. Entonces, si tú siempre tienes la razón, según la Biblia, tú eres necio. Eso es el juicio de Dios. Y en mi vida, Dios ha trabajado mucho esto. Antes yo era una persona muy conflictiva. Siempre tenía que tener la razón. Yo discutía con todos. Y Dios me ha tenido que humillar. Y si no te humillas, Dios te va a humillar. Otro fruto de la soberbia, dice, es La autojustificación. Nunca tengo la culpa. Siempre hay una razón por la cual no es mi culpa. Es otro. Y ahí también, en la página 23, es la manipulación de otros para conseguir nuestros propios deseos. y allá en la mitad del párrafo. Muchas veces somos muy hábiles y sutiles en la manipulación, empleando palabras lisonjeras. Cumplidos el entrar en silencio y hasta el llorar para obtener algo. Hay muchas formas de manipular a otras personas. Y yo creo que por decir por naturaleza, por nuestra naturaleza pecaminosa, somos manipuladores. Y así la pregunta para cada uno de nosotros es, ¿tú eres una persona egoísta? ¿tú eres una persona soberbia? Hay muchas personas que dicen no, pero la realidad de su vida muestra otra cosa. pasando la página, el fruto de la humildad y el amor. Un cristiano que vive con la humildad y el amor va a estar manifestando el fruto del espíritu. Gálatas 5, 22, 23, más el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio. Contra tales cosas no hay ley. Y ahí podemos hacer la misma pregunta. Un cristiano que está manifestando la humildad y el amor ¿Va a vivir fomentando los conflictos? No. Un cristiano que vive conforme en el amor y la humildad no va a ir fomentando conflictos. ¿Qué es el fruto del espíritu? El espíritu es amor, gozo, paz. Bienaventurados los pacificadores. Pensemos un poco en varios de estas características. ¿Qué es ser paciente? Muchos dicen, bueno, yo era una persona muy paciente hasta que me casé, hasta que tuve hijos, hasta que comencé a trabajar con esa persona. Ya. Las circunstancias en las cuales estás solo están manifestando la realidad de tu vida. No eres una persona paciente antes. Dios te está dando la oportunidad para manifestar realmente quién eres. La paciencia no es por decir aguantar cuando las cosas están bien. La paciencia es tener, es continuar cuando las cosas son en tu contra. que no son conforme a tus gustos, a tus deseos. Eso es la paciencia. Eso es también conforme a la perseverancia, el soportar a otra persona, como dicen codocenses y también efecios, lo que hemos leído. Cuando eres provocado, ¿cuál es tu reacción? reacciones, reacciones inmediatamente a paciencias conforme a eso, ni tampoco el dominio propio, el dominio propio es reservar una mala reacción y muchos dicen bueno, soy una persona transparente, no voy a esconder quién soy, necesitaba escuchar esa respuesta de la otra persona, no es medir. La palabra de Dios dice que debemos medir nuestras respuestas. El amor verdadero no va creciendo en la medida que vayamos cultivando estas características. El amor en la página 26 El último párrafo también es bondedoso. La bondad es tratarles bien a otras personas, aun cuando no recibes el mismo trato a cambio. Eso es la bondad. ¿Qué es lo que Jesucristo dijo? No, si es bondedoso como tu padre en el cielo es así, porque él es también bondedoso para con los ingratos y los malvados. La bondad no es sólo cuando al otro nos corresponde el mismo trato. Cuando pensamos, pasando la página 28, y ustedes pueden ir viéndolos la otra parte ahí, el último párrafo antes de Gálatas 6. ¿Cómo es que buscamos los intereses del otro? Dicen Gálatas 6, hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurarlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. un espíritu de mansedumbre y un espíritu que va buscando lo que va buscando, el bien, la restauración de la otra persona. La restauración de la otra persona. ¿Cuál es tu reacción cuando un hermano cae en pecado? Es decir, ah, ya, yo sabía, él es así. Y vas chismeando. o quieres darle la mano con paciencia, con bondad y hasta soportar al hermano para ayudarle. ¿Realmente quieres su restauración o quieres sentirte superior? Porque muchas veces no queremos su restauración, queremos sentir superior. Yo no soy así. ¿Has escuchado de tal hermano lo que ha pasado? El amor verdadero, la humildad va buscando restaurar. El último fruto que está ahí en la página 30, la humildad acepta la corrección y de otras personas. Él, la humildad, acepta la corrección. Y nosotros, ahí está hablando de la manipulación, también ahí podemos hacer esa evaluación en cualquier otra área. Eso es fruto de la humildad y el amor. Pasando al siguiente inciso ahí, dice, ser una persona, la página 31, ser una persona de humildad y amor significa que nunca estarás en conflicto? Y la respuesta es obvio, no. Si yo soy quien era la persona con más amor y la persona con más humildad que jamás ha vivido, Jesucristo. ¿Y por qué estaba en envuelto en muchos conflictos, porque él manifestaba ese amor y también manifestaba con su amor, con su humildad, la soberbia, el egoísmo de las otras personas. Obviamente no somos Jesucristo, pero sí el amor, tener el amor y la humildad no significa que nunca vamos a estar en conflicto. Cuando estamos en conflicto debemos estar bien seguros de que haya una razón correcta para eso. ¿Cómo trabajar la humildad y el amor? Hay varias maneras ahí en la página 33. Hay que reconocer que mayormente las dos partes en un conflicto contribuyen al conflicto. Es meterte en la palabra de Dios. Y muchas veces una persona dice, ya pastor, ¿qué debo hacer para eso? Y le pregunta, ¿ya has estado meditando la palabra? Bueno, no, pero dime lo que debo hacer. Y si le digo, bueno, puedes estar meditando este pasaje. y luego le pregunto, ¿has estado meditando ese pasaje? Bueno, no. Y sigue el conflicto sin trabajar su vida. Es depender del Espíritu Santo y hay varias otras maneras ahí para ir trabajando el amor y la humildad en mi vida. en la página 36 al final ahí, el número 4 ahí, usando las siguientes preguntas como guía, medita en tu propia vida y cómo tienes o no tienes la humildad y el amor, y la pregunta, la primera ahí, estoy manifestando la humildad en reconocer que no soy mejor o tengo o es que tengo una actitud de soberbia, El amor bíblico se está manifestando en mi vida con acciones de paciencia, dominio propio, bondad o con irritación, falta de paciencia. Busco la sabiduría de otros y acepto la corrección Y número cinco ahí, hazte la pregunta si realmente deseas trabajar tu vida en el poder de Dios o en si quieres irte con la corriente y continuar en eso, en los conflictos. Porque yo sí he tenido la experiencia de muchas personas que me han dicho, sí, quiero trabajar. Quiero tener un matrimonio mejor. Quiero tener una relación mejor con otra persona. Pero luego, cuando vamos estudiando la palabra y poniendo en la práctica, no hay cambios. Y mi oración hoy, en nuestra iglesia, en las otras iglesias, de todos los hermanos que están participando, es que sí puede haber cambios en nuestra vida. que puede ver reflexión de lo que vamos a continuar estudiando. Vamos a orar y a terminar esta sesión. Gracias, Señor, por esta tarde. Tu palabra, Señor, que es la guía para lo que necesitamos para resolver los conflictos, Señor. Sabemos que por nuestra naturaleza pecaminosa tenemos a nosotros mismos en el centro y solo por tu evangelio podemos cambiar eso. Te pido, Señor, que tú nos ayudes a realmente ir trabajando nuestras vidas, Señor, conforme al amor verdadero, conforme a la humildad y Señor que reflexionemos en lo que tú dices al respecto. Muchas gracias por esta reflexión y también te pido por lo que vamos a continuar estudiando en los próximos momentos. En tu nombre. Amén.
Resolución de conflictos, Sesión 1
Series Conf. Resolviendo Conflictos
Verdad principal: En todo lo posible, Dios nos llama a vivir en armonía con nuestros hermanos. Esto incluye el resolver conflictos entre nosotros en amor y humildad.
Dependiendo del conflicto, puede ser pasado por alto, o tratado conforme al proceso Bíblico de reconciliación.
Capítulos 1 y 2 del libro "Yo tengo la razón... pero, ¿Qué dice Dios?
Sermon ID | 31225028501914 |
Duration | 1:02:09 |
Date | |
Category | Conference |
Bible Text | Ephesians 4:1-2; Hebrews 12:14-15 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.