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Juan 11, y vamos a empezar en el versículo 1. Pero lo que vamos a ver, si Dios lo permite, es que no hay que dudar. No hay que dudar, porque Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. No hay que dudar, porque Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Y especialmente en este pasaje, donde vemos la resurrección de Lázaro. Ahora, Lázaro no lo hace por su propia fuerza, sino que Cristo, como tiene el poder, al ser Dios, 100% Dios, 100% hombre, incluso en esta historia de la resurrección de Lázaro vemos eso, porque vemos a Jesús, 100% hombre, mostrando sus emociones al amar a Lázaro, al tener esa relación personal con Lázaro, pero también como Dios, al tener el poder para resucitar, al tener la habilidad para poder resucitar a Lázaro, aun cuando ya había muerto, y llevaba días estando muerto. Pues por eso no hay que dudar, porque Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Ahora, en los Evangelios hay varios pasajes que nos dicen que realmente Cristo tenía el poder para resucitar, como Mateo 11, versículo 5. Mateo 11, 5. Dice, los ciegos ven, los ojos... perdón, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados. Eso es Mateo 11 versículo 5, pues vemos ahí... que dice que los muertos son resucitados. Sabemos que en los evangelios no están todas las historias y todos los milagros que Cristo hizo, que Cristo obró, pero aquí vemos que Cristo tiene el poder para resucitar. También en Mateo 9, Mateo 9, versículo 18, Mateo 9, versículo 18, Vemos cómo la historia de Cristo resucitando, la hija de Jairo, que nos dice en el siglo XVIII, mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo, mi hija acaba de morir. Más bien, y pon tu mano sobre ella, y vivirá. Entonces, ¿qué es lo que hace? La historia nos dice que... que Cristo la resucita. Y entonces, al final, en versículo 25, dice, pero cuando la gente había sido echada afuera, entró y tomó de la mano a la niña y ella se levantó. Entonces, ¿qué es lo que ocurre? Se difunde la fama de esto por toda aquella tierra. ¿Por qué? Porque Jesús resucita a la hija de Jairo. También en Lucas, Lucas, capítulo 7, versículo 11, Lucas, capítulo 7, versículo 11, vemos que Jesús está yendo, dice, versículo 11, Aconteció después que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí, que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda." Entonces aquí hay un hijo que ha muerto, y entonces nos indica ahí que es hijo único, y de una mujer viuda. Y entonces en el versículo 13 le dicen, no llores. Y en el versículo 14 dice que Jesús acercándose tocó el féretro, Y los que lo llevaban se detuvieron, y dijo, ¡Joven! ¡A ti te digo! ¡Levántate! Ahí vemos un caso de un muerto que escucha la voz de Jesús, y responde. Y eso es lo que vemos aquí, volviendo a Juan, capítulo 11, Juan capítulo 11, Vemos que no hay que dudar, porque Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Especialmente como creyentes, aquellos que hemos puesto nuestra fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador, sabemos que esta vida no es todo lo que hay, sino que hay algo después de esta vida. Porque la Escritura nos lo dice, y nosotros creemos por fe lo que nos dice la Palabra de Dios. Creemos que es Palabra de Dios, y entonces nos dice que hay algo más después de esta vida. Y todo depende si has puesto tu fe y confianza en Jesús o no. Porque los que creen en Jesús como Señor y Salvador, tienen vida eterna. Los que no, tienen condenación eterna. Y entonces, aquí, en Juan, capítulo 11, versículo 1, dice... Nos dice, básicamente, el contexto en el que está la historia. Y dice, estaba entonces enfermo uno, llamado Lázaro, de Betania, ¿vale? Entonces, aquí vemos que indica a una persona en un lugar específico, en esos tiempos, se podría encontrar la persona, ¿no? Entonces, es una persona real, una vida real, dice... de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana. Y entonces, versículo 2, dice María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y la enjugó los pies, y la enjugó los pies con sus cabellos. En versículo 3, enviaron pues las hermanas para decir a Jesús, Señor, he aquí el que amas, está enfermo. Oyéndolo Jesús dijo, esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. y amaba a Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Luego, después de esto, dijo a los discípulos, vamos a Judea otra vez. Le dijeron los discípulos, Rabí, ahora procuran, procuraban los judíos a pedrearte y otra vez vas allá. Respondió Jesús, ¿no tiene el día doce horas? El que anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. Pero el que anda de noche tropieza, porque no hay luz en él. Dicho esto, les dijo después, nuestro amigo Lázaro duerme, mas voy para despertarle. Dijeron entonces sus discípulos, Señor, si duerme, sanará. Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro. Y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. Entonces Jesús les dijo claramente, Lázaro ha muerto. Y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis más, vamos a él. Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos, vamos también nosotros para que muramos con él. Entonces, lo primero que vamos a ver es que debes de confiar en el poder de Dios, aun cuando aparenta que no escucha. Porque en esta primera parte de esta historia, vemos a tres hermanos, ¿no? A Lázaro, a María y a Marta, y es la primera vez que nos indica que son hermanos, incluso identifica quién es María, Aunque es interesante que en el Evangelio de Juan aún no se ha contado la historia de que María fue y unge los pies con perfume. Eso lo vemos en el capítulo 12. Juan, capítulo 12, versículo 3, donde dice, entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús. y los enjugó con sus cabellos, y la casa se llenó del olor del perfume. Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, hijo de Simón, el que la había de entregar, ¿por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios y dado a los pobres? Pero dijo esto no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón. Y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. Entonces Jesús dijo, déjala. para el día de mi sepultura. Ha guardado esto. Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, más a mí no siempre me tendréis." Y entonces básicamente vemos aquí la historia de María que unge los pies de Jesús con un perfume extremadamente costoso. Y entonces Aquí la indica, esta es la María, ¿no? Incluso el hermano está enfermo. Entonces, volviendo aquí a Juan 11, versículo 3, dice que las hermanas envían a llamar a Jesús, o envían a... a decirle que Lázaro está enfermo, porque en realidad no le dicen que vengan. Dice en el siglo III, enviaron pues las hermanas para decir a Jesús, Señor, he aquí el que amas está enfermo. Pues aquí vemos Jesús, el hijo de Dios, Dios hizo carne, habitó entre nosotros, nos dice al principio de Juan, eso es en Juan 1.14, que el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. y vimos su gloria del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Entonces, Dios haciéndose carne, y entonces siendo 100% hombre, incluso teniendo relaciones personales con las personas, que tenía una relación especial con la familia de Lázaro, y por eso las hermanas le dicen, le mandan a decir a Jesús, que a quien ama, a Lázaro, está enfermo. Y entonces, esta enfermedad aparenta que va a llevar a la muerte. Entonces, las hermanas llaman a Jesús. Y entonces, en el siglo IV, Jesús dice, esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios. Para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Entonces, vemos algo interesante, porque Jesús ve esta enfermedad, y aunque Él sabe, siendo Dios, Él sabe que Lázaro va a morir, Él sabe el propósito mayor. Jesús sabe lo que va a acontecer. Él sabe que va a ir allá y resucitar a Lázaro. Pero primero, Lázaro tiene que morir, y tiene que pasar cierto tiempo para que la gente se reúna y se dé cuenta de verdad que Jesús le ha resucitado. No es que simplemente le haya revivido, sino que le ha resucitado a los muertos. Estaba muerto y ha resucitado. Y entonces, por eso, vemos el propósito que Jesús tiene de recibir gloria, de dar gloria a Dios, porque nos dice en el siglo IV, sino para la gloria de Dios. Entonces, el propósito de la enfermedad no es para muerte, no es para que muera, simplemente, sino para que Dios sea glorificado, para revelar la gloria de Dios, que Dios es el que tiene el poder sobre la muerte. La muerte no es la última palabra. Dios tiene el poder sobre la muerte. Incluso vemos ahí como dice, sino para que la gloria... sino para la gloria de Dios. Incluso dice para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Es interesante porque Cristo quiere dar gloria a Dios, y Dios también quiere dar gloria a Cristo, al Hijo de Dios, Dios hecho carne. En Juan 5, versículo 23, Juan 5, 23, dice, Para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. Entonces, básicamente, lo que vemos es que Dios honra y glorifica al Hijo, a Jesucristo, y también Jesucristo honra y glorifica a Dios Padre. Incluso en Juan 17, Juan 17, versículo 4, vemos a Jesús, incluso versículo 3, Juan 17, 3, dice, y esta es la vida eterna. que te conozcan a ti, al único Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra He acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, gloríficame tú para contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese." Entonces ahí Jesucristo se está identificando como Hijo de Dios, como Dios, como Dios encarnado ha venido a la tierra para hacer la voluntad del Padre. no para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos, nos dice Marcos. Entonces, vemos la gloria es para Dios. Y vemos como las circunstancias, aunque sean difíciles, Dios las usa para recibir la gloria. Incluso a Dios le interesa su gloria, No tanto tu comodidad, porque podemos pensar en la vida de María y Marta, y ellas saben, lo vamos a ver un poquito después, que ellas saben con certeza de que Jesús puede sanar a Lázaro, y de que le va a resucitar en el futuro. Entonces, ellas tienen fe, y si solamente Jesús estuviese aquí, podría sanar a nuestro hermano, y entonces podría seguir viviendo. Pero si Cristo se demora o se retrasa, Lázaro va a morir. Entonces, podéis ver la situación, la tensión, ¿no? ¿Qué es lo que va a ocurrir? ¿Va a venir Jesús para salvar o no? Especialmente porque ya los pariseos, los judíos, se están buscando para destruirle, para matarle. Entonces, ¿qué es lo que va a ocurrir? Y entonces vemos... vemos... ¿Cómo que a Dios le interesa acrecentar tu fe? Porque volviendo aquí a Juan 11, versículo 4, vemos que el propósito es para dar gloria a Dios, para que la gente se dé cuenta de que Dios ha enviado al Hijo, de que Jesucristo es Dios hecho carne, y que le alaben que Él se ha glorificado, y para acrecentar la fe de todos. y especialmente la de los discípulos, pero también para que otros sean salvos, porque al final del capítulo, en Juan 11, 45, nos dice que muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en Él. Entonces, era para que creyesen en Él, para que sean salvos, para que crean que Él tiene el poder sobre la muerte, y que Él realmente es la resurrección y la vida. Pero vemos esta conexión que tiene la familia de Lázaro con Jesús. Dicen, mira, aquel que amas está enfermo. Pero vemos que Jesús tiene algo más importante que hacer. ¿El qué es? ¡Es dar gloria a Dios! No es que alguien le intente manipular, o aunque sea un familiar, un amigo. No. Él ha venido para hacer la voluntad de Dios. Porque ha habido ocasiones, por ejemplo, en Juan 2, 4, cuando María Él le dice a... Están en una boda y María, estos Juan 2, versículo 4, bueno, incluso en versículo 3, dice, faltando el vino, esto es el vino de la boda, la madre de Jesús le dijo, no tienen vino. Y entonces Jesús le responde, ¿qué tienes conmigo, mujer? Como que ella le está diciendo qué hacer. Y entonces, Jesús le responde, yo he venido a hacer la voluntad de Dios, de Dios Padre. Y por eso dice, aún no ha venido mi hora. Pero aún así, Él cumple la voluntad de María. Pero vemos como... Sería fácil intentar manipular, ¿no? Sería fácil intentar decir, mira, tenemos conexión contigo, así que tienes que venir. pero Jesús ha venido para hacer la voluntad del Padre, no para hacer la voluntad de las personas, y a Él le interesa la gloria del Padre, a Él le interesa la gloria de Dios. Y entonces vemos la tensión, la tensión que incrementa, porque en versículo 5 dice, llamaba Jesús a Marta, y a su hermana, y a Lázaro. Versículo 6, cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó donde estaba. Y dices, ¡Oh! ¿Ahora qué? ¿Lázaro está enfermo? ¿Se va a morir? ¡Se va a morir! Y entonces, ¿Por qué no escuchas? Y a veces eso es lo que nos pasa. Oramos y pedimos, ¿Por qué no escuchas? Pero tenemos que recordar que Dios tiene un propósito mejor. Él quiere su gloria. Él quiere glorificarse. Él quiere que... Acrescentar nuestra fe. Que nosotros crezcamos en nuestra fe hacia Él, en nuestra confianza en Él. ¡Que paremos de dudar! Y confiemos en Él. Porque no hay que dudar, Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Y por eso hay que confiar en el poder de Dios, aun cuando aparenta que no escucha. Porque aquí en versículo 6, Juan 11, 6, dice, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. ¿No? Y entonces, especialmente cuando estás pidiendo y pidiendo, Y es algo importante para ti. Dices, ¡Te necesito ahora! Pero aparenta que no te oye. No es que no te haya oído. Es que hay un propósito mejor. Como dice Romanos 8, 28. ¡Todo obra para bien! ¿No? Aquellos que conocen a Jesús como Señor y Salvador. Dios quiere acrecentar nuestra fe. Dios quiere que seamos más y más conformados a la imagen de Jesucristo. Y entonces, en versículo 7 dice luego, Después de esto, dijo a los discípulos, ¿vale? Entonces, las hermanas de Lázaro informan a Jesús de que Lázaro está enfermo. Seguramente, básicamente diciendo, a punto de morir. Incluso, en el camino, es posible que ya había muerto. Cuando llegó la noticia a Jesús, es posible que Lázaro ya había muerto. Pero, después de dos días, dice, vamos a Judea. Ahora, mira cómo responden los discípulos. Versículo 8. Le dijeron a los discípulos, Raví, que significa maestro. ¿Ahora procuraban los judíos apedrearte? O sea, los judíos te querían matar. ¿Y vamos allá otra vez? ¿Ahora por qué dicen eso? Porque en el capítulo 10, justo en el capítulo anterior, en Juan 10, versículo 31, dice, entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Y entonces, básicamente, quieren apedrear a Jesús porque Jesús se ha identificado como Dios. ¡Y ellos no quieren creer! ¡No quieren creer que Dios se ha hecho carne! Y como no quieren creer, le quieren apedrear por identificarse como Dios. Incluso al final del capítulo 10, versículo 39, Juan 10, 39, dice, procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos. Ahora, ¿cómo puede escaparse Jesús de sus manos? Porque él es Dios. Y porque no es el tiempo de Dios que él padezca aún, que él sea crucificado aún. No es el tiempo de Dios y... Cuando no es el tiempo de Dios, nadie puede cambiar los planes de Dios. Dios obra de acuerdo a su plan. ¡Nadie puede frustrar el plan de Dios! Entonces vemos vez tras vez que Jesús escapa de sus manos. Le quieren prender, le quieren matar. Pero Jesús se va y se escapa. ¿Por qué? Porque no es el tiempo de Dios. Y entonces, básicamente esto es lo que le va a enseñar Jesús a los discípulos ahora. Porque él le dice en versículo 7, Juan 11,7, vamos a Judea, los discípulos dicen, ¿pero qué dices? ¿Cómo vas a ir a Judea si te quieren matar? Te quieren apedrear. Versículo 9, respondió Jesús, ¿no tiene el día doce horas? El que anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. Pero el que anda de noche tropieza, porque no hay luz en él. Y, básicamente, lo que Cristo está diciendo es que Él tiene el poder. El tiempo que Dios le ha dado en el mundo, sobre la Tierra, aún no se ha cumplido. Entonces, como no es el tiempo de Dios, nadie le puede tocar. Él está seguro en las manos de Dios. Ahora, si Cristo está seguro en las manos de Dios, nosotros también. Tenemos que recordar eso. Nadie puede hacer nada que se escape de las manos de Dios. Dios es el que lo controla todo, controla el tiempo, y nadie nos puede tocar, al menos que Dios lo permita. Y Jesús lo sabe, entonces dice, mira, mi tiempo no ha llegado aún. Y por eso da esta ilustración de un trabajador de día, ¿no? Y... o básicamente usar el día. Durante el día es cuando trabajas, ¿no? Entonces usa tu día, cuando llega la noche, descansas. Y lo que Jesús está diciendo, mi hora no ha llegado. Aún tengo luz. Obviamente Él es la luz del mundo, pero lo que está indicando es el tiempo terrestre, el tiempo que está en la Tierra, aún no se ha acabado. Entonces, Él está seguro, está seguro en las manos de Dios, porque nadie puede frustrar el plan de Dios. Y como Cristo ha venido a hacer las obras de Dios, esto es parte de ello, Cristo está a salvo. Y va a ir a glorificar a Dios. Ese es el propósito. Ya nos lo dijo en versículo 4. Dice, sino para la gloria de Dios. Entonces, va a ir a dar gloria a Dios. Por medio de lo que va a ocurrir, Y entonces, versículo 11, dice, dicho esto les dijo después, nuestro amigo Lázaro duerme, mas voy a despertarle. Entonces Jesús le indica por qué van a volver a Judea. Y entonces, los discípulos no lo entienden, porque en el versículo 12 dice, dijeron entonces sus discípulos, señor, si duerme, ¡Sanará! O sea, si está dormido, aunque esté enfermo, si está dormido, va a despertar, va a sanar, no pasa nada. Pero es porque no entendían que Jesús, lo explica en el versículo 13, que Jesús decía esto de la muerte de Lázaro. Y ellos pensaron que hablaba del reposar, del sueño. Ahora... Sería común, ¿no? Si alguien dice, está dormido, pues es común que pensases que realmente está dormido, ¿no? Que no es que haya muerto. Pero también en el Antiguo Testamento se usaba, cuando, por ejemplo, en la muerte de David, en 1º de Reyes 2.10, dice, Y durmió David con sus padres. Ahora, no está literalmente diciendo que está durmiendo con sus padres, sino que ha muerto y fue sepultado con sus padres. No que murió. Eso es Primera de Reyes 2.10. Como un ejemplo de usar dormir para la muerte. Pero, lo que tenemos que recordar es que, para Cristo, la muerte no es el fin. Es simplemente dormir. Porque Él tiene el poder. Porque Él ha vencido la muerte. Incluso en 1 Corintios, 1 Corintios 15, versículo 54, 1 Corintios 15, 54, aquí vemos que Cristo ha vencido sobre la muerte. En 1 Corintios 15, 54 dice, y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita, sórbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde os sepulcro tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley, Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Ahora, esto aún es futuro, ¿no?, a la historia de la resurrección de Lázaro. Porque Cristo aún no ha muerto. y aún no ha obtenido la victoria total sobre el pecado, sobre la muerte, pero eso es lo que va a ocurrir. Y Cristo ya lo tiene en mente, Él sabe que la muerte no es lo último, no es la última palabra. Y entonces, para Cristo, tienes que recordar que cuando Él dice, cuando indica que la muerte es como dormir, a eso se está refiriendo. Hay más, hay algo más que la muerte. Y por eso, Al final, volviendo aquí a Juan 11, Jesús les tiene que decir, en versículo 14, claramente, Lázaro ha muerto. Y entonces hay algo interesante, porque aquí muestra otra vez el propósito, en versículo 15, el propósito de esperar, de demorarse, de retrasar a ir a sanar a Lázaro, Porque incluso aquí en el siglo XV vemos que Jesús se regocija de que haya muerto. Se alegra de que haya muerto. Dice, y me alegro por vosotros de no haber estado allí para que creáis. Él tiene el propósito de acrecentar la fe de los discípulos, de que ellos crean. más vamos a él. Ahora, para los discípulos, obviamente, no es creer para la salvación, no es poner su fe en Cristo como Señor y Salvador, porque ellos ya son... ya lo creen. pero es más que nada es acrecentar su fe, su confianza en Dios, de que realmente Jesús es el Cristo, que Él tiene el poder, y especialmente cuando Él ascienda al Padre, que ellos estén firmes y confiados en que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, que Él tiene el poder. Entonces, es para acrecentar la fe de los discípulos. Porque ellos necesitan aprender a creer más en Cristo. Que tengan la seguridad de que Jesús es el Hijo de Dios. Y tienen que aprender a confiar en Dios. Y obviamente, no solamente ellos, sino también muchos más, como nos dice el versículo 45. Muchos de los judíos también creerán en Jesús para salvación. Entonces, Vemos que no hay que dudar, porque Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Por eso debes de confiar en el poder de Dios, aun cuando aparenta que no escucha. Porque las hermanas informan a Jesús, pero Jesús se queda, y no va. Ahora, nos dice la historia que va a ir a verle. Por eso dice al final del siglo XV, más, vamos a él. Y entonces, vemos a Tomás. En el siglo XVI dijo Tomás, llamado Didimo, a sus condiscípulos, vamos también nosotros para que muramos con él. Es interesante que él salta de esa forma, ¿no? Porque luego en la historia vemos a Tomás dudando. Pero aquí vemos que Tomás muestra mucha valentía. Está dispuesto incluso a morir por Cristo. Y en Juan 20, versículo 25, Juan 20, 25, Juan 20, 25, vemos que Tomás es el que duda y dice, no voy a creer hasta que lo vea. Hasta que vea que haya resucitado, aunque le están diciendo que Jesús se ha resucitado. Pero no crea hasta que lo ve. Eso es Juan 20, versículo 25. Lo dijeron los otros discípulos, al Señor lo hemos visto. Él les dijo, si no viene en mis manos la señal de los clavos, y me tire mi dedo en el lugar de los clavos, y me tire mi mano en su costado, no creeré. Y luego en versículo 28, cuando se encuentra con Jesús, dice, Tomás respondió, Y le dijo, Señor mío y Dios mío. Porque se da cuenta que realmente Jesús es el Cristo. Realmente ha resucitado y tiene el poder sobre la muerte. Bueno, entonces es la idea de estar dispuestos a morir por Cristo. Y vemos aquí a Tomás mostrando esa valentía, como luego vemos la enseñanza en Juan 12, versículo 24, Juan 12, 24, donde dice, de cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo. Pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá. Y el que aborrece su vida, en este mundo, para vida eterna, la guardará. Si alguno me sirve, sígame. Y donde yo estuviera, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviera, mi padre le honrará. Y entonces ahí, el símbolo clave es el versículo 25, donde dice, el que ama su vida, la perderá. El que aborrece su vida, en este mundo, para vida eterna, la guardará. Entonces, hay que... Hay que estar dispuestos a vivir por Cristo. Incluso vemos aquí a Tomás con ese deseo de incluso sufrir, incluso morir por Cristo, mostrando esa valentía. Entonces hay que confiar en el poder de Dios, aun cuando aparenta que no escucha tu petición. Pero también hay que confiar en Dios ante el dolor. Porque no solamente aparenta que Cristo no ha escuchado, sino ahora, en tiempo de dolor. O sea, es difícil. Es difícil cuando hay dolor. Es difícil cuando las circunstancias no son fáciles. Pero aún así, hay que confiar en el poder de Dios. Porque ese era el propósito de Cristo. Era glorificar a Dios. En versículo 17 dice, vino pues Jesús y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén, como a 15 estadios, y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María para consolarlas por su hermano. Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle, pero María se quedó en casa. Y Marta dijo a Jesús, Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Mas también, sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo, Tu hermano resucitará. Marta le dijo, yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero. Le dijo Jesús, yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo, sí señor, yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. Habiendo dicho esto, fue y llamó a María, su hermana, diciéndole en secreto, el maestro está aquí y te llama. Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él. Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. Entonces los judíos, que estaban en casa con ella, y la consolaban cuando vieron que María se había levantado de prisa, y había salido, la siguieron diciendo, va al sepulcro, al sepulcro, a llorar allí. María, cuando llevó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies diciéndole, Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. Jesús, entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió. Y dijo, ¿dónde le pusisteis? Le dijeron, Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los discípulos, mirad cómo le amaba. Y algunos de ellos dijeron, ¿no podría éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera? Entonces vemos la fe de las personas, la fe de las dos hermanas, que ellas le dicen a Jesús, si hubieses estado aquí, Lázaro no hubiera muerto. Incluso, aquí en el versículo 37 vemos Algunos de los judíos que dicen, no podría éste haber hecho que Lázaro no muriera. Pero vemos el tiempo de dolor, ¿no? Lázaro ha muerto y ha pasado ya cuatro días. Eso nos lo dice en versículo 17. Juan 11, 17. Hace cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. Ahora, no sabemos exactamente por qué Jesús esperó tanto tiempo, ¿no? ¿No podría haber llegado un día después? ¿Por qué cuatro días? Hay una tradición que se dice que los judíos pensaban Y en esos tiempos se pensaba que un alma se mantenía cerca del cuerpo durante tres días. Ahora, lo pensaban, decían, por si acaso el cuerpo revivía, o por si acaso alguien le podía ayudar para que vuelva a vivir, pero ya cuando empezaba a descomponerse, entonces ya el alma se iba. Ahora, eso era una idea que alguna gente pensaba, por lo menos, en el año 200 o 220, por ahí, después de Cristo. Quizás viene de antes esa tradición o ese pensamiento. No nos lo dice el texto. El punto es que Cristo llega cuatro días tarde, ¿no?, podríamos decir. Ahora, ya toda esperanza ya se ha acabado. Ya no hay más esperanza. Es imposible que... que se pueda hacer algo por él. Ya ha muerto. Ya lleva 4 días e incluso nos va a decir después que ya se está descomponiendo, ya yede... Y entonces, ha muerto y todo el mundo lo sabe, pero... Quizás es para que... como están tan cerca de Jerusalén, incluso nos lo dice ahí, en versículo 18, dice, Betania estaba cerca de Jerusalén, como a 15 estadios, que básicamente son como 3 kilómetros de distancia. Entonces, nos dice que muchos judíos vinieron, Versículos 19, habían venido a Marta y a María para consolarlas por su hermano. Entonces, aquí vemos que Jesús llega al tiempo perfecto, ¿no?, para demostrar su poder, para demostrar que es Dios, para dar gloria a Dios. Entonces, ya las noticias de la muerte de Lázaro, ya ha ido por toda la ciudad, por todo Jerusalén, por todo el área, muchos han venido a consolarlas, muchos han venido para ayudar en cualquier cosa, y entonces vemos que hay muchos judíos que están presentes, y... Y entonces, ¿ahora qué? Ahora llega Jesús, pero ha llegado tarde, ¿no? Eso pensaríamos, en una situación normal. Tanto temor, tanta ansiedad, ¿qué es lo que va a ocurrir con nuestro hermano? Y ahora ha muerto, y ahora llega Jesús. Pero, vemos que Cristo lo tiene todo controlado. No hay que dudar, porque Cristo tiene el poder sobre la muerte. Y entonces aquí, sale Marta porque dice en versículo 20, Entonces Marta, cuando yo que Jesús venía, salió a encontrarle, pero María se quedó en casa. Ahora... Nos dice también, bueno, nos dice en Lucas 39 a 40, cuando Jesús visita la casa, vemos que Marta es la que se preocupa con los quehaceres, se preocupa con servir a Jesús y a los que están con él, y María es la que está escuchando, ¿no? Entonces vemos a Marta, es como que ella es la activa, vemos el carácter y su personalidad, Y entonces, ella es la que sale a encontrarle, y en versículo 21 dice, dice Marta a Jesús Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano, no habría muerto. Lo vemos la confianza que ella tiene en Jesús, de que Él tiene el poder para sanar. Pero ella ya piensa que, bueno, Lázaro ha muerto, ya no hay más que hacer, aquí está Cristo, Y entonces, versículo 22 dice, más también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Ahora, lo que no está diciendo es que ella piensa que Jesús le va a resucitar en ese momento. Ella sabe que le va a resucitar en el futuro. Pero ella no está pensando que le va a resucitar. Ahora, ella sabe que Dios... que Dios responde... Dios Padre responde a las oraciones de Cristo. Pero... Ella no está diciendo que vaya a resucitar a Lázaro en ese momento. Lo sabemos. Porque en el siglo 39, cuando Jesús le dice, quitad la piedra, Marta dice, no, no lo quites, que llegue ya. Va a oler mal. Y vemos... que ella no entiende por qué Jesús quiere quitar la piedra. Entonces, en el versículo 23, Jesús le dijo, tu hermano resucitará. Y ella dice, claro, claro que va a resucitar, pero eso es el día postrero. Pero entonces Jesús, en el versículo 25, le dice que Él es el que tiene el poder sobre la muerte. Él es el que puede resucitar. Él es el que da la vida. Él es la vida. Pero no solamente Jesús resucitará a los muertos, en el futuro, sino que también él tiene el poder para resucitar, él tiene el poder para dar vida, él es la resurrección, él es la vida. En Juan 5, Juan 5, versículo 21, Juan 5, 21, dice, porque como el padre Dios Padre levanta a los muertos y les da vida. Así también, el Hijo a los que quiere, da vida. Entonces, Cristo tiene el poder para dar vida. A los que quiere, Él da vida. En el siglo XXV, dice, de cierto, de cierto, os digo. Esto es aquí en Juan 5.25. De cierto, de cierto, os digo. Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oyeren vivirán. Juan 5.26, porque como el padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al hijo el tener vida en sí mismo. Y también le dio autoridad de hacer juicio por cuanto él es el hijo del hombre. Versículo 28, no os maravilléis de esto, porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz. Y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Pues ahí mismo, eso era Juan 5, del 25 al 29, viendo que Jesús tiene el poder para resucitar a los muertos, Algunos, nos dice aquí ese pasaje de Juan 5, 25-29, algunos para condenación, los va a resucitar para condenación, los que no han puesto su fe y confianza en Jesús como Señor y Salvador. Pero a otros, los que sí han puesto su fe en Cristo, sí creen, los va a resucitar para vida eterna. Entonces, Jesús le está diciendo, no solamente tengo el poder para resucitar a los muertos, tengo poder para dar vida, vida eterna. Y entonces, aquí en Juan, volviendo a Juan 11, versículo 25, dice Jesús, yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. A su voz resucitará. Vivirá. Versículo 26 dice, y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente. ¿Crees esto? Y entonces vemos la confianza personal que ella tiene en Jesús, que Marta tiene en Jesús. Dice, sí señor, yo he creído que tú eres el Cristo, no hablando del Mesías, el ungido de Dios, el Hijo de Dios, o sea, es Dios encarnado, que has venido al mundo. Y entonces vemos la confianza que ella tiene, de que realmente Cristo es la resurrección y la vida. Ah, pero ella aún sigue pensando en el futuro, ¿no? Incluso en I Tesalonicenses 4.13, I Tesalonicenses 4.13, Donde nos habla del arrebatamiento de la iglesia, y como que los muertos resuditarán en Cristo. Esto es primera de Thessalonicenses 4.13. Dice, tampoco queremos hermanos que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis con los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. no a los que murieron en él. Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor, que nosotros, que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no, no precederemos a los que durmieron, porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos, en las nubes, para recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Hablando del arrebatamiento de la iglesia, cuando... Cristo vendrá a por su iglesia, los que están vivos irán a estar con Jesús para siempre, vida eterna, y también los muertos en Cristo resucitarán. Ahí vemos la resurrección para vida eterna. Y luego, en el futuro, resucitará también a los que van a obtener la muerte eterna, la condenación eterna. Pero entonces, cuando Jesús le dice, volviendo aquí a Juan 11, cuando Jesús le dice en versículo 26, ¿Crees esto? Ella dice, sí, yo creo que eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. Y entonces ella va, en versículo 28, ella va y llama a María. Y le dice, el Maestro está aquí y te llama. Entonces, María se levanta tan rápido, que aunque el propósito es para hablar personalmente con María la gente le sigue porque nos dice que Jesús aún en el siglo 30 Jesús todavía no había entrado en la aldea sino que estaba en lugar donde Marta le había encontrado en el siglo 31 entonces los judíos que estaban en la casa con ella y la consolaban cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido la siguieron diciendo va al sepulcro a llorar allí María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró en sus pies, diciendo, Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. Lo vemos ahí, que básicamente repite lo que había dicho su hermana. Si solamente hubieses estado aquí, Lázaro no hubiera muerto. Porque tú tienes el poder para sanar. Y creemos en ti. Como el Hijo de Dios. Y entonces en el siglo XXXIII, vemos la humanidad de Jesús. Jesús es 100% hombre. 100% Dios. Dios hecho carne. Y lo sabemos porque aquí vemos sus emociones, ¿no? Está habiendo la multitud que viene detrás de María, que está con María, la está consolando, pero están llorando. ¿Por qué? Porque conocen a Lázaro, están llorando por la familia, están lamentando, incluso Marta y María seguramente aún siguen llorando. Y entonces vemos que Jesús se conmovió. Al final del versículo 33 dice que se estremeció en espíritu y se conmovió. Entonces, en el interior realmente le afectó. Es la idea de conmover profundamente, ¿no? Fue realmente movido, muy entristecido. Entonces dice, ¿dónde le pusisteis? Y entonces ellos le enseñan, y vemos que Jesús llora. Y es la idea de que llora en silencio, mostrando mucha emoción. Lo que demuestra es que es hombre. ¿No? ¡Cien por cien hombre! Y entonces, los judíos se dan cuenta. Dicen, wow, sí que le amaba, ¿no? Mirad cómo le amaba. Incluso vemos su creencia en Jesús, porque ellos habían visto varios milagros. Habían escuchado de varios milagros. Incluso aquí nos indica que ellos habían escuchado de cuando Jesús le abrió los ojos al ciego. Porque en el siglo 37 dice, ¿no podía éste, que abrió los ojos al cielo, perdón, al ciego, haber hecho tan bien que Lázaro no muriera? Y sí, tienen razón. Jesús le podría haber sanado. Pero no era el tiempo de Dios. No era el propósito de Dios, simplemente sanar. Como muchas veces, no es el propósito de Dios sanar nuestras enfermedades. O sacarnos de nuestra prueba. ¡Dios tiene un tiempo! ¡Dios tiene un propósito! Y el tiempo de Dios siempre es perfecto. Y Dios quiere que crean, ¿no? Que se den cuenta que Jesús realmente es Hijo de Dios. Como los discípulos, cuando Jesús les pregunta, ¿Quién creéis que soy yo? Como en Mateo 16, versículo 15. Mateo 16, versículo 15 al 16. Porque en versículo 13 les pregunta, ¿Quién dice a los hombres que es el hijo del hombre? Y ellos le dicen, bueno, algunos Juan el Bautista, otros Elías, y otros Jeremías, o algunos de los profetas del siglo XV. Y les dijo, ¿y vosotros quién decís que soy? ¿Qué soy yo? Respondiendo, Simón Pedro dijo, ¡Tú eres el Cristo! ¡El hijo del Dios viviente! ¿No? Eso es muy similar. Incluso casi idéntico a lo que dice, lo que responde Marta, en versículo, volviendo aquí a Juan 11, 27, cuando dice, Sí señor, yo he creído, tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. ¿No? Porque Jesús acaba de identificar como Dios, el Dios del Antiguo Testamento, ahí en versículo 25, Él se identifica como el Yo Soy, el que es. Entonces, Jesús no es una criatura, sino que Él es el Creador. Él es Dios. Y entonces lo va a demostrar ahora. No solamente es hombre, sino que Él es Dios. Y por eso no hay que dudar, porque Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Hay que confiar en el poder de Dios, aun cuando aparenta que no es Cusa. Hay que confiar en el poder de Dios ante el dolor, ante las circunstancias. Pero por último, hay que confiar en el poder de Dios ante la eternidad. Hay que confiar en el poder de Dios ante la eternidad. Hay que confiar en que Dios realmente tiene el poder para resucitar y para dar vida eterna. Porque en versículo 38 dice, Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro, y era una cueva, y tenía una piedra puesta encima, dijo Jesús, quitad la piedra, Marta, la hermana del que había muerto, le dijo, Señor, lleve ya, porque es de cuatro días. Y Jesús le dijo, ¿no te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? Y entonces vemos aquí la situación. Llevan a Jesús al sepulcro, y Jesús le dice, ¡Quitad la piedra! En esos tiempos, muchas veces, en una cueva, o hacían una cueva cavada, o sea, que ellos hacían y luego ponían una piedra encima, a veces era una cueva natural... El punto es que había una piedra grande, para que nadie entrase en la tumba, en el sepulcro, y entonces Jesús dice, ¡Quitad la piedra! Y la hermana automáticamente salta, diciendo, espérate, ¡pero si lleva 4 días allí! ¡Lleva 4 días! ¿Ahora qué vas a hacer? Ella cree que Cristo le puede resucitar para la eternidad, pero ella no se da cuenta de que Cristo quiere glorificar a Dios ahora, ¿no? Es la voluntad de Dios glorificarle en ese tiempo, para mostrar a todos, porque tenemos que recordar está Marta y María, y había muchos judíos que las estaban consolando, y cuando van a Jesús, ellas van... o sea, todos los judíos la siguen, básicamente, es la idea. Tenemos que recordar también que esto también demuestra un... La situación en la que se encuentra Jesús, en que los judíos que están en Jerusalén quieren destruir a Jesús, un montón de judíos de Jesús, de Jerusalén han salido, entonces puede que haya problemas para Jesús, pero eso no es ningún problema para Jesús, porque Él tiene el poder. Y entonces vemos a Cristo, que tiene total dependencia en Dios Padre porque vemos en versículo 41 entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto y Jesús alzando los ojos a lo alto dijo Padre gracias te doy por haberme oído ahora está orando a Dios Padre, dice, yo sabía que siempre me oyes, pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Entonces, vemos el propósito de Cristo, de glorificar a Dios. Incluso ya lo dijo... se lo dijo a Marta otra vez, en el siglo 40, le dice, no te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios. Esto va a resultar en gloria para Dios. Y entonces dice, Está orando, y ora en alto, y él sabe que Dios escucha, pero lo dice para que la gente crea que realmente él viene de Dios. Al final del versículo 42 dice, para que crean que tú me has enviado. Y entonces, en el versículo 43, dice, Habiendo dicho esto, clamó a gran voz. ¡Lázaro! ¡Ven fuera! No, y vemos la dependencia de Cristo en Dios, de que Él no está haciendo su propia voluntad, sino que realmente está haciendo lo que Dios Padre le ha mandado a que haga, es salvar a la humanidad de la muerte, de los pecados, ¡dar vida! ¡Vida eterna! ¡Dar esperanza! y mostrar su poder, dar gloria a Dios. Porque en la salvación, por medio de Jesús, da gloria a Dios. Y sabemos... Este es el... Uno de los últimos milagros de Jesús, ¡Muy importantes! Aunque los otros evangelios no lo mencionan, pero vemos el poder que Jesús demuestra, que realmente Él es Dios. Y entonces, llama a Lázaro y dice, ven fuera. Entonces, en el siglo 44, dice, y el que había... el que había muerto... Y eso indica que... o sea, llevaba tiempo muerto, y eso era definitivo. Había muerto físicamente. Pero dice, salió. Salió atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús le dijo, desatadle, y dejadle ir. Ahora, hay algunos que piensan que de la forma que los envolvían y tal, era muy apretado. Entonces, algunos ven dos milagros aquí. Primero, resucita, y lo segundo, es que está como que a la puerta, visible. ¿No? Algunos piensan eso, porque dicen, si tenía atados las manos y los pies, ¿cómo puede salir? Pero en realidad, el texto no necesariamente indica eso. Lo que sí indica es que él estaba vestido y envuelto, y entonces, de alguna forma, sale. Aunque esté saltando... El punto es que resucitó. Ese es el punto. ¡Hay que dar gloria a Dios! ¡Mira lo que Dios ha hecho! ¿Quién puede resucitar a un muerto? que llevaba cuatro días, incluso quizás huele mal, porque lleva cuatro días descomponiéndose. Es una muerte real. ¿Cómo sabemos que es muerte real? La hermana dice, no abras el sepulcro, que va a oler mal. Y entonces también vemos la reacción de las personas, porque... Versículo 45 dice, entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, hicieron lo que Jesús, lo que hizo Jesús, creyeron en Él. ¿Por qué? Se dieron cuenta de que Jesús es Dios. Jesús es el Cristo, es el Mesías, enviado de Dios. Pero también vemos la incredulidad de algunos, porque aunque lo vieron, Versículo 46 dice, pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho. Y entonces, debemos de confiar en el poder de Dios ante la eternidad. Porque Jesús tiene el poder, y tiene la autoridad sobre la muerte. ¡No hay que dudar! Incluso hay algunos comentaristas que dicen, la razón por la que Jesús llama a Lázaro por nombre, en versículo 43, dice, ¡Lázaro, ven fuera! Es porque en el poder de Dios, la voz y la palabra de Cristo tiene tanto poder, que si Él no hubiese indicado a quién resucitar, ¡todos hubieran resucitado! Todos los muertos hubieran resucitado, porque Cristo tiene el poder sobre la muerte. Y entonces, por eso tuvo que decir, Lázaro resucita. ¡Ven fuera! El punto es que hay que confiar en Dios. Hay que confiar en la autoridad que Dios tiene. Incluso sobre la muerte. No hay necesidad de desesperarse. Porque Dios está interesado en ti y en tus necesidades. Vemos como Dios se involucra en las vidas de las personas como María, Marta y Lázaro. Dios tiene el poder y Dios quiere glorificarse. Dios quiere mostrar quién Él es. Cristo es suficiente y su poder es inigualable. Dios conforta al dolido. Él ayuda al necesitado. Por eso no hay que dudar. No hay que dudar del poder de Dios. Porque normalmente, cuando viene una circunstancia que no podemos controlar, nos desesperamos, tenemos ansiedad, tememos el futuro, perdemos el enfoque, intentamos depender en nosotros mismos qué es lo que yo puedo hacer, cuando lo que debemos hacer es confiar en la autoridad de Dios, en el control de Dios sobre todas las cosas. Y también recordar que este mundo no es todo lo que hay. Y no debemos temer la muerte. Porque Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Y aquellos que hemos puesto nuestra fe y confianza en Jesús, como único y suficiente Señor y Salvador, tenemos vida eterna. Y Él nos va a resuditar. De la misma forma que resuditó a Lázaro, ahora, para Él, era de la muerte física. ¿No? Y luego Lázaro volvió a morir. Pero Cristo resuditó Un cuerpo glorificado, ahí vemos la diferencia, un cuerpo glorificado, porque cuando Lázaro resucita, él sale con el sudario, él sale con todo el envoltorio en el que estaba, pero cuando Jesús resucita, todo eso queda en la tumba. Porque él tiene un cuerpo glorificado. Entonces, debemos de confiar en el poder de Dios. Debemos de ir a Él cuando estamos en necesidad. Debemos de buscar nuestra satisfacción en Cristo. Esperar en el cuidado de Dios. Esperar en el tiempo de Dios. Debemos de dejar todo en las manos de Dios. Porque Él tiene el poder. Porque Él nos ama. Y quiere lo mejor para nosotros. Por eso, no hay que dudar. Porque Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Y debemos de vivir de acuerdo al Evangelio, de acuerdo a la salvación. Debe cambiar nuestra forma de ser. Por eso debemos de confiar en el poder de Dios, aun cuando aparenta que Dios no escucha. Aun cuando viene el dolor. Y confiar en Dios para la eternidad. Porque no hay que dudar Cristo tiene la autoridad sobre la muerte. Vamos a terminar en oración.
No hay que Dudar, Cristo tiene la Autoridad sobre la Muerte
Series Juan
Sermon ID | 3115153607 |
Duration | 1:03:37 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | John 11:1-46 |
Language | Spanish |
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