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Cuando vayamos a Efesios capítulo 6 y tengamos nuestra acostumbrada meditación. Efesios capítulo 6 verso 18. dice orando en todo tiempo en toda oración y súplica en el espíritu y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos y por mí a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con de nuevo el misterio del que con denuedo hable de él como debo hablar. Oremos. Señor y Dios, nosotros en esta noche te agradecemos el privilegio que nos da de reunirnos en tu casa de oración para traerte nuestras plegarias, súplicas, ruegos, oraciones de conformidad con lo que tú nos has demandado que hagamos. Te imploramos, oh Dios, que tu oído esté atento a nuestras oraciones y que tu poder se manifieste respondiendo a cada una de ellas. Sé con nosotros y das un corazón creyente, pues sin fe es imposible orar de tal manera. que podamos mover las montañas de incredulidad que normalmente hay en nuestros corazones. Ven bendice, nos lo rogamos en el nombre de Jesús. Amén. Bueno, mis amados hermanos, como podemos ver aquí en este texto, el apóstol Pablo, después de hablar de la armadura del creyente con la que debemos de vestirnos, Él habla aquí de una de las grandes responsabilidades de lo creyente. Habla de la oración. Y Pablo no solamente pide oración, súplica por todos los santos, sino que también pedía oración por sí mismo. ¿Qué quería Pablo? Que le pidieran a Dios. Ahí, básicamente aquí, un gran deber que él había asumido, que era el deber de evangelizar, de predicar el evangelio, como bien él dice, soy embajador en cadena, de ese evangelio él era un embajador, del cielo él era un embajador, y como embajador debía de presentar ese evangelio, como él deseaba hacerlo, dice él con de nuevo para eso era que él pedía oración para que al abrir su boca primero que nada recibiera palabra de Dios pero también él pedía no solamente que Dios le diera palabra para predicarla sino que también pedía de nuevo De nuevo tiene que ver con esa fogosidad que debe de haber en nuestros corazones para presentar de manera ardorosa, de manera clara, de manera convincente el mensaje del evangelio. O sea, como decimos comúnmente, con convicción el deseaba que Dios le diera esa convicción profunda de lo que el evangelio es en ara de alcanzar la salvación de los perdidos y amados hermanos ese mismo clamor continuamente lo debemos de levantar por todos los santos porque a todos los santos se nos ha gran responsabilidad de ser embajadores del reino de los cielos y debemos como embajadores hacer una buena representación de nuestra patria celestial y como embajadores estamos llamados a abrir nuestra boca continuamente para traer ese mensaje de Cristo a los hombres. Oremos continuamente por la obra de evangelismo que cada uno de los miembros de esta iglesia debe de llevar a cabo a nivel personal. Tenemos una responsabilidad como discípulos de Cristo y a nivel congregacional tenemos una responsabilidad como el cuerpo de Cristo que somos. El apóstol aquí habla de orar en todo tiempo, con toda oración, con toda súplica, velando en ello con toda perseverancia, No debemos de desmayar en ese espíritu de oración. Donde quiera que estemos, y sea lo que sea que estemos haciendo, la oración nos debe de acompañar. Podemos orar cuando estamos manejando en medio de un tapón. Usted puede orar cuando está haciendo los quehaceres de la casa. usted puede orar cuando está oyendo música. En fin, cuando está caminando por la calle, usted puede estar allí en un espíritu de oración. Note las palabras de este pasaje. Orando en todo tiempo. En todo tiempo. O sea, sea cual sea la actividad en la que tú estés inmerso, involucrado, tú debes de encontrarte orando. Por eso dice, en todo tiempo, con toda oración y súplica. Y eso de con toda oración, se refiere básicamente a orar por todas las cosas que conocemos, ameritan nuestras oraciones. debemos de orar por las necesidades temporales que cada día se multiplican. Yo no sé en su vida, pero en mi vida particular, las necesidades, cada día que me despierto, amanece multiplicada por tres y por cuatro. Y eso, obviamente, que demanda de nosotros oración por cada circunstancia, por cada necesidad, por cada adversidad que debemos de afrontar, demanda oración y también habla aquí de súplica. La súplica tiene que ver con clamar, con un espíritu de absoluta dependencia de Dios, pedir con un espíritu de quebrantamiento, de humildad, reconociendo que no merecemos no merecemos absolutamente nada de lo que Dios nos ha prometido, pero la súplica también describe la necesidad que tenemos. Cuando usted está mal, muy mal, y no tiene cómo remediar la situación, pero sabe de alguien que le puede resolver ese problema, Y usted ve que esa persona como que no está haciéndole caso al deseo suyo, a la petición que usted le hace. ¿Cómo usted responde? ¿Qué usted hace? Suplica. Mira, por favor, ten misericordia de mí. Tú puedes ayudarme en esta situación. ¿Cómo es posible que usted sea tan insensible? Que tú no me dé lo que te estoy pidiendo, porque tú puedes hacerlo. ¿Qué te cuesta? Eso es suplicar. cuando usted está allí metido en un hoyo del que no puede salir, pero alguien está afuera con una sola, y usted sabe que tiene una buena soga que puede tirársela para allá abajo para que usted pueda agarrarla y salir de allá abajo. Esa es la idea. Con toda oración y súplica en el espíritu y velando en ello con toda perseverancia. ¿Hasta cuándo debemos llorar? hasta que nos den lo que estamos pidiendo. Hasta que nos den lo que estamos pidiendo, debemos de clamar y debemos de gemir. Ese es el espíritu, hermano, que debemos de traer a nuestros cultos de oración. Es el espíritu que debemos de traer a nuestros devocionales personales. Es el espíritu que debemos de traer a nuestras devocionales familiares. Ese es el espíritu que debemos de tener siempre. con toda oración y súplica en el espíritu, debemos de velar en oración y debemos de perseverar en esa actitud de velar en oración. Dice aquí, por todos los santos, por todos los santos, todos los miembros de esta iglesia deben de estar constantemente en estas oraciones, en la presencia de Dios. Yo no sé si ya la lista la imprimieron, pero creo que, hermano, por favor, los diáconos y la secretaria impriman esa lista y repartan a los hermanos para que cada quien tenga su lista allí, para que no haya excusa para orar. Porque uno de los propósitos de esa lista es que usted tenga allí el nombre. Porque si fuéramos cinco nada más es fácil recordarse. Pero cuando usted tiene más de 100 personas, a algunos se les escapa. Pero si usted tiene en su mano la lista, si usted no se recuerda de fulano, usted le conoce la cara, pero el nombre no se recuerda. Entonces usted va a su lista y usted busca el nombre allí. Y puede orar de esa manera. Ese es uno de los propósitos de la lista que tenemos de miembro. Para que usted la use en su tiempo de oración. Yo lo hago eso. Lo hago. Hay muchos que ya yo de memoria me sé su nombre, pero hay otros que todavía se me acapan los nombres. Entonces, en ese contexto, la lista nos ayuda en ese ambiente de orar y de perseverar. Dice aquí, por todos los santos de esta iglesia no debe haber nadie que se escape de sus oraciones. Nadie. Todo miembro de esta iglesia debe de estar por lo menos dos o tres veces a la semana en sus oraciones delante del Señor. y debe ser una meta que nos propongamos, una meta que nos propongamos. Somos 200 en la lista. Bueno, escoja un grupo de esos 200, y no puedo hablar por los 200 juntos, y cada semana lleve un grupo. Déjame coger 20. Divídalo, son siete días a la semana, divida 200 entre siete y usted verá cuánto le da. Coge ese grupo y llévalo el lunes, otro grupo el martes, otro grupo el miércoles y así sucesivamente. Pero todos los santos que informamos esta iglesia deben de estar presente en nuestras oraciones. ¿Hay alguien aquí por quien usted no ha orado? Y si oró cuantos meses hace o cuantos años hace que usted oró por fulano. ¿Qué tiempo hace que usted oró por la mujer de Chiqui, como dicen la gente? O sea, por Ingrid. Mírala allá atrás. ¿Qué tiempo hace que usted oró por la mujer de Amaury? Y así sucesivamente, mis hermanos, debemos de tomar esa lista en nuestras manos y diariamente tomar un grupo de esos hermanos para llevarlo allí al trono de la gracia en oración. Quizá usted no conozca los particulares de cada hermano, pero Dios lo conoce. Llévele el nombre, que él sabe de toda la precariedad que hay allí, en la vida familiar, en la vida personal. Él sabe todos los detalles, hermanos. Llévele el nombre de esa persona. Mira, mira a mi hermano Lizardo. Tú conoces las pruebas que tiene, señor. Tú sabes la situación, las necesidades, bla, bla, bla, bla. O sea, él conoce nuestras necesidades. y por todos los santos, todos los santos. En ese contexto, hermano, vamos a poner en práctica, en lo que llegue a la lista nueva, coja la vieja, la que usted tiene, desempólvela y úsela para aclamar al Señor. Por cada uno de esos hermanos y hermanas que son la familia del Señor. Si no encuentra por qué orar por ello, Ore por la vida de piedad. Señor, dale una vida de piedad a mi hermana, a mi hermano. Aumentale su fe, aumentale su comunión contigo. Dale gozo, dale alegría, dale fe, aumentale. Mira su situación financiera, económica. Ayúdale, Señor. Su vida laboral como estudiante, etcétera. Hay tantas cosas que pedir que nos faltaría mucho tiempo para llegar a la agenda. Aprovechemos ese tiempo clamando por nuestros hermanos. No creo que haya un mejor lugar para cultivar la comunión con ellos que hay en el contexto de nuestras oraciones.
Efesios 6. 18 Orando en todo tiempo
Series Meditaciones breves
Orando en todo
Sermon ID | 2923455526084 |
Duration | 15:57 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Ephesians 6:18 |
Language | Spanish |
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