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de El que quiero hacer énfasis es en la soberanía de Dios en todo este asunto, era parte del plan de Dios que esto sucediera y Judas es responsable por todas sus acciones que él hizo Él voluntariamente escogió seguir a Jesús aunque fue escogido y llamado soberanamente por Jesús. Mire Lucas 22, 22 donde afirma estas dos verdades, Lucas 22, 22. Interesante que pensar de un traidor nos pueda llevar a comentar acerca de la soberanía de Dios, acerca de la predestinación, acerca de Dios como omnisciente, como dueño de todo el universo y todo lo que pasa en el universo. y al mismo tiempo la responsabilidad del hombre. Lucas 22, 22. A la verdad el hijo del hombre va según lo que está determinado, está hablando del plan predeterminado de Dios desde la eternidad, pero hay de aquel hombre por quien es entregado, está dando las dos áreas, la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre, que no es quitada aunque Dios sigue siendo soberano. Son una paradoja, no una contradicción, una paradoja, dos verdades que chocan, pero las dos son verdades. La perfecta voluntad de Dios y los deseos malignos de Judas llevan a cabo la muerte del Señor Jesucristo. La perfecta voluntad de Dios y los deseos malignos de Judas llevan a cabo la muerte del Señor Jesucristo. El deseo de Judas era malo. La intención de su corazón era perversa, era aborrecedor lo que él estaba haciendo. Pero el propósito de Dios, al permitir esto, al planear que así fuera, era bueno. El deseo de Judas era malo. La intención de su corazón era perversa, era aborrecedor lo que él estaba haciendo. Pero el propósito de Dios, al permitir esto, al planear que así fuera, era bueno. Un ejemplo de eso lo encontramos en Génesis 50, 20, no voy a ir allí, pero José, después de que es el segundo, después de Faraón en Egipto, Sus hermanos lo habían vendido cuando tenía 17 años, lo quisieron matar, pero decidieron venderlo como esclavo. Y él le dice a ellos, ya cuando estaban viejos, ustedes intentaron todo esto para mal, pero Dios lo usó para bien, para salvar a mucho pueblo. Porque a través de la maldad de estos hombres, José tomó una posición de gobierno con la cual todo Israel fue rescatado. Fueron rescatados de la muerte porque había hambruna en ese tiempo. Dios es soberano sobre todo lo que sucede. ¿Cómo aplica esto para nosotros? Mirar estas verdades. ¿Qué tiene que ver con nosotros? Tiene que ver mucho. Porque hay gente que puede hacer daño contra nosotros. Hay cosas que se pueden levantar mal contra nosotros. Pero Dios sigue siendo soberano. Dios tiene un plan, Dios siempre tiene un plan. Y el plan de Dios va mucho más allá de lo que usted o yo podemos ver enfrente de nosotros. El plan de Dios es mucho más grande. Y lo que nos enseña esto, mirando la vida de Judas y la soberanía de Dios, es la necesidad de confiar en Dios. La necesidad de confiar en Dios y no embotellarnos en un problema quedarnos dentro de la botella o del vaso allí cuando hay un universo que está corriendo bajo la mano de Dios. Dios promete que todas las cosas oran para bien, para aquellos que lo aman han sido llamados conforme a su propósito. En el Señor Jesucristo la maldad de Judas oró para bien. Diríamos, ¿cómo puede orar para bien si lo traicionó, si por él lo crucificaron? La muerte del Señor Jesucristo, sufrimiento, humillación. La bondad de Dios no se tiene que manifestar con que nos vaya bien en todo según nuestro concepto, se puede manifestar en cosas malas que nosotros llamamos malas, pero que traen un propósito superior porque traen honor y gloria para Dios. Esa es la razón de ser de todo lo que sucede, que el nombre de Dios sea glorificado. Judas volviendo aquí fue llamado igual que los otros discípulos. común y corriente como los demás. Cada uno de ellos, de todos los discípulos, recibió la misma oportunidad que Judas. No podemos decir como que el Señor ya sabía que Judas lo iba a traicionar, seguramente que siempre lo dejó por allá en un rincón, seguramente que a él no le enseñó y pobre Judas pues terminó odiando al Señor. No, Jesucristo los trató igual a todos, a todos los instruyó de la misma manera. No había manera que Judas estuviera confundido con lo que el Señor estaba enseñando. Fue decisión de él voltear su corazón contra el Señor y permanecer allí. Las mismas enseñanzas fueron testigos de los mismos milagros, las mismas sanidades, las mismas liberaciones de demonios, las mismas resurrecciones, perdón de pecados. Judas, como los demás, vieron la autoridad de Jesús al enseñar en el sermón del monte, al confrontar la falsa religión de los fariseos, al reprender a los demonios, su poder sobre las aguas, los vientos, su amor, su compasión por los necesitados. Judas fue testigo de todo esto. Judas caminó con el Señor. Todos los discípulos vieron lo mismo y todos los discípulos entre más estaban con el Señor Jesucristo, todos los discípulos cuando se acercaron a Jesús como el Mesías, pensaban que era un rey, un gobernante político, que iba a traer un ejército para derrocar a los romanos. Era un pensamiento meramente terrenal y materialista, los doce parejos. con Judas. Pero entre más veían y andaban con el Señor Jesucristo y más conocían al Señor Jesucristo, más su corazón era transformado, el de los once. Y más aprendieron a amar al Señor y más aprendieron a seguir al Señor antes que su propia agenda. Pero entre más tiempo pasaba, Judas era lo opuesto, más endurecía su corazón. ¿Me vas a acordar de la historia en el libro de Éxodo cuando el Señor usa a Moisés para liberar al pueblo de Israel? Y el Señor hace milagros, maravillas delante del Faraón. Y cada milagro, cada maravilla, Faraón endurece más su corazón. Y otro milagro y más su corazón, que son las plagas. Las plagas son milagros que Dios hizo en Egipto. La respuesta de Faraón fue endurecer su corazón contra Dios. Al principio pregunta ¿Quién es este Dios para que yo los deje ir? Y el Señor a través de Moisés le enseña a quién es Él. Y la respuesta del faraón es endurecer su corazón. Judas al principio cree que el Mesías es alguien más, tiene un concepto erróneo, tiene la oportunidad de conocer la verdad, de ver la verdad, pero su respuesta simplemente es endurecer su corazón. Parecido como los fariseos. Vieron los milagros. Vieron que el Señor levantaba a muertos, sanaba a enfermos, liberaba a endemoniados. Tenían la evidencia enfrente de ellos, podían ver lo que Jesús estaba haciendo, cómo amaba a la gente y su respuesta cuál es. es por Beelzebú que echar fuera a los demonios, no importa lo que se presentara delante de ellos, su decisión había sido mantener su corazón duro, así fue Judas. No abandonó su propia meta materialista, su avaricia gobernaba su corazón y nunca amó a Jesús, nunca se acercó a él por la persona de Jesús, pero por el beneficio monetario de poder sacar algún beneficio de él, lo que le podía ofrecer su corazón con el tiempo se endurecía más y más. Cada milagro, cada acto de amor, cada compasión que el Señor mostraba le causó mayor endurecimiento. Se mantuvo frío, estuvo firme en su propio propósito y jamás hizo espacio para el propósito de Dios. Escuchó la palabra, vio la palabra. Jesucristo es el verbo. pero jamás quiso obedecer. Tuvo todas las oportunidades para arrepentirse. Constantemente tenía oportunidades, al igual que los otros discípulos. Escuchó como Jesús les advertía que no hiciera lo que había propuesto en su corazón. Bueno, le decía a Judas a través de sus enseñanzas, a través de las parábolas. Le enseñó la palabra del siervo infiel. ¿Era suficiente? Le enseñó el mensaje de la invitación a las bodas y el traje adecuado para la boda. Era suficiente para ver su pecado. Mateo 6, cuando predica contra el amor al dinero, está hablando al corazón de Judas, pero no quiere escuchar. Está mostrando su avaricia, pero no quiere escuchar. Lucas 13, cuando habla en contra del orgullo, no quiere escuchar. Mateo 23 también habla, pero Judas nunca quiso aplicar ninguna de las enseñanzas de Jesús a él mismo, ignoró todas las advertencias y prosiguió con su propio plan. Me hace pensar cuando alguien viene aquí a escuchar mensaje y dice, ay si hubiera venido fulana de tal, si tan solo fulanito hubiera escuchado este mensaje, qué bien le hubiera quedado a él. Hay algo de Judas en nosotros también, tenemos que tener cuidado. Judas escuchaba la palabra, pero él tenía su propia opinión de lo que Jesús decía. Es característico la actitud de Judas. De las personas cuando hablan, se escucha mucho de ellos. hago esto, yo pienso esto, yo quiero hacer esto, yo voy acá, yo digo acá, yo hago, yo, el yo-yo, mi manera de ser, mi manera de pensar, mi, tengo, soy, hago, quiero, el centro es el mismo o ella misma. Judas jamás dejó de ser él mismo el centro. Es importante escucharse uno cuando habla, que es lo que prevalece en sus palabras. Y lo más que avanza el ministerio de Jesús, lo más que Judas se desilusiona de que Jesús establezca un reino material, se da cuenta que eso no va a suceder. Las ambiciones materiales de los otros discípulos se disipan Entre más lo conocen y su amor por el Señor aumenta, pero no para Judas. Cada vez estaba más distante de Jesús. Físicamente estaba presente, pero su corazón estaba lejos. Es la ilustración de la cena del Señor. Por eso tenemos cuidado cómo viene usted cuando toma la cena del Señor. Usted puede venir aquí con una cara de triste. Usted puede venir aquí como quiera. Pero Dios está viendo el corazón y no queremos ser juzgados por el Señor de invitar a alguien a hacer algo indigno delante del Señor que salga de aquí juzgado con enfermedad o muerte. A Judas no le importaba. Él no revisaba su corazón. Él sabía lo que quería. Era un hombre definido, sólido, tenía sus metas bien marcadas y nadie lo movía de allí. Su corazón estaba duro. Y cada vez en ese distanciamiento del Señor Jesucristo lo demuestra en Juan 12, 2 al 6, vamos a esa escritura, allí sucede algo que muestra claramente, delante de todos, cómo está el corazón de Judas. Bueno, leámonos desde el verso 1, es un verso más. Seis días antes de la Pascua vino Jesús a Betanía, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. Y le hicieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. Entonces María tomó una, perdón, una libra de perfume de nardo puro de mucho precio y ungió los pies de Jesús y los enjugó, los limpió con sus cabellos y la casa se llenó del olor del perfume, un perfume costosísimo. Y dijo uno de sus discípulos Judas Iscariote, hijo de Simón. Mira que inmediatamente pone esa frase junto con él, el que le había de entregar. ¿Por qué no fue este perfume vendido por 300 denarios y dado a los pobres? Parece que él calcula el precio de ese perfume. Era algo muy fino y equivalía al sueldo de un año, de la labor de una persona de todo un año, los ahorros de todo un año. O sea, no era cualquier perfume. Cuando María viene con el Señor Jesucristo y derrama ese perfume sobre él, Ella está mostrando algo, una muestra de amor sobreabundante o exagerada, es decir, ella no se detiene de nada, a lo mejor eran todos sus ahorros. Y María quiebra ese alabastro y lo pone en los pies del Señor Jesucristo para ungirlo y con su cabello largo se suelta el cabello y empieza a lavarle los pies al Señor ahí. Es un acto de amor al máximo que podemos ver allí. pero qué contraste tan marcado, qué evento tan hermoso el que está sucediendo aquí y la mancha negra que podemos ver aquí del pecado de Judas cuando inmediatamente lo que dice es por qué no se vendió esto por 300 denarios para dárselo a los pobres pero mira lo que dice Pero dijo esto, verso 6, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón y teniendo la bolsa sustraída lo que se echaba en ella. No soportaba, Judas, a este punto que se le rindiera semejante homenaje al Señor Jesucristo. El odio en el corazón de él había crecido hacia ese punto. le fastidiaba ver lo que estaba sucediendo, le fastidiaba ver esa muestra de amor y de reconocimiento que María hizo, exaltando a Jesucristo como el Hijo de Dios, y Él negando completamente eso, ese amor, y endureciéndose en su corazón, y manteniendo su agenda bien clara, lo material. lo que pudiera lograr materialmente aquí y ahora. Su avaricia es notable y su odio al Señor Jesucristo se manifiesta en su intolerancia al tributo que hizo María al Señor Jesucristo. Ya está completamente desilusionado Judas con el Señor Jesús. Seguía aumentando su avaricia al punto tal de que ahora Judas quiere vender al Señor Jesucristo y lo vende por 30 monedas de plata. Y con ese acto manifiesta su menosprecio y su desdén al Hijo de Dios, al Mesías, al Rey de Israel. Es bien interesante, esta porción la vamos a mirar ahora en Mateo, que Mateo nos da un detalle que aquí no está, Mateo 26. Mantengamos la mente en la misma historia. María unge al Señor Jesús con ese perfume. y con su cabello le limpia los pies al señor, el perfume llena toda la habitación, es un perfume posiblemente que costaba el sueldo de un año. Y Mateo 26, 14 al 16, continuando ese evento, dice Mateo, entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes y les dijo, ¿qué me queréis dar? Y yo os lo entregaré. Y le asignaron treinta piezas de plata y desde entonces buscaba la oportunidad para entregarle. Está haciendo el negocio. Está vendiendo al Señor Jesucristo. Pero qué interesante. Judas piensa que está vendiendo al Señor Jesucristo, pero en realidad él está vendiendo su alma al hacer esto. toda persona que traiciona al Señor Jesucristo, toda persona que se niega a querer escuchar al Señor Jesucristo, todo el que se niega a venir con un corazón contrito y humillado, como leímos en el Salmo cincuenta y uno, reconociendo su propia falta, tomando su propia responsabilidad, y mirando a Jesucristo como el hijo de Dios, el único que le puede rescatar, el que no hace eso, prácticamente vende su alma, piensa que está vendiendo al Señor. porque tiene otras cosas más importantes que atender en su vida, pero en realidad está vendiendo su alma. Es lo que le pasó a Judas aquí. Prefiere seguir personas así, sus propios deseos, antes que seguir al Señor. El Señor ocupa un lugar secundario, muy secundario, porque Échodo 21 verso 31, vamos a ir allí, Dice que el precio de un esclavo era 30 monedas de plata. Ese fue el precio que los fariseos le dieron a Judas, un hombre que hizo todo mal, un hombre que tuvo las mejores oportunidades y la despreció. ¿Qué contraste? María une a Jesús con un perfume costoso, un derramamiento de amor y aprecio en forma sobreabundante, reconociendo quién es Jesús. Judas en el otro lado, con cualquier dinerito que pueda hacer, hace la mayor demostración de odio y menosprecio al Hijo de Dios en la historia de la humanidad. La hipocresía de Judas sigue en aumento. Judas no se detiene allí. Y continúa en la narración que encontramos en Juan 13, cuando el Señor Jesucristo está tomando la última cena con sus discípulos. Vamos a leer de los versos 1 al 30. A nivel nuestro, aquí ahora, la hipocresía está a la puerta en el corazón de cada uno de nosotros. Pero si le damos espacio a la hipocresía, si no reconocemos nuestra falta, nuestro pecado de hipocresía cuando somos hipócritas, si no tratamos con eso y lo llamamos como Dios lo llama, Si no lo miramos con el mismo odio con que Dios mira ese pecado, si no nos vamos en contra de eso con todo lo que podamos, simplemente abrimos una puertita que se queda abierta como Judas hizo. Deja una puerta abierta y avanza el tiempo y el Señor Jesucristo nos habla más y endurecemos más el corazón por no tratar con ese problema. Y avanza el tiempo y vemos evidencia del poder y la fidelidad y del amor y la bondad, la misericordia del Señor. Y sigue aumentando esa dureza de corazón. Hay que tener cuidado con esto. Porque se viene a ser un hábito. Y venimos a ser instrumentos de Satanás en lugar de ser instrumentos en las manos de Dios. Es posible. Creo que mirar la vida de Judas nos enseña mucho y tenemos que tener cautela y el que piense que está bien tenga cuidado, no sea que caiga, dice la palabra, tenemos que tener cuidado, mucho cuidado. Miren Juan 13, aumenta la hipocresía, aumenta el odio aquí. Antes de la fiesta, verso 1 de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el final. ¿A quiénes? A los doce. Los doce están con Él aquí. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, Eso es lo que pasa si se da espacio al pecado y no se trata con él. Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos y que había salido de Dios y a Dios iba, se levantó de la cena, se quitó su manto y tomando una toalla se la ceñó. Luego puso agua en un lebrillo, comenzó a lavar los pies de los discípulos, incluyendo a Judas, eso lo agrego yo, y a enjugarlos o secarlos con la toalla con que estaba ceñido. Miren lo que pasa aquí en este evento, Simón Pedro. Entonces vino Simón Pedro y Pedro le dijo, Señor, tú me lavas los pies. Miren la preocupación de Pedro, para que usted vea la comparación de lo que dice el verso 2. Como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote que lo entregase. Judas está lleno de traición, de hipocresía y de odio. Pedro, por el contrario, tiene otra preocupación. Tú me lavas los pies, Señor. ¿Cómo no? Tú eres el Señor, ¿cómo tú me vas a lavar los pies? La preocupación de los discípulos es completamente diferente, es otro mundo, otro mundo. Cuando una persona genuinamente se acerca al Señor Jesucristo, su corazón está allí, expresa lo que siente como es, genuino. Pero Judas no está participando de nada de esto, nomás está allí. Tú me lavas los pies, fíjate, respondiendo a Jesús le dijo, lo que yo hago tú no lo comprendes ahora, más lo entenderás después. Pero le dijo, no me lavará los pies jamás. Jesús le respondió, si no te lavaré, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro, Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo, el que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio y vosotros limpios estáis, aunque no todos. Jesucristo sabe lo que está pasando en el corazón de Judas. No todos están limpios. Porque sabía quién le iba a entregar, por eso dijo, no estáis limpios todos. Jesucristo le está dando la oportunidad a Judas. Judas está oyendo estas palabras. Judas sabe que Jesús está hablando de él. ¿De quién más? Y no se arrepiente todavía. Así que después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa y les dijo, ¿sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis maestro y señor. Y decía, bien, ¿por qué lo sois? Pues si yo, el señor y maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. ¿Qué mayor ejemplo de amor puede haber aquí en la relación de Jesús con ellos? Él sabe que a Él lo van a matar el día siguiente. Él sabe que está a punto de morir. Él no está llorando, me van a matar, miren lo que viene. Él está allí sirviéndoles, le lava los pies, está tomando la posición más baja de servicio. Eso es amor. Y lo está amando a todos ellos, incluyendo a Judas. ¿No podemos decir que la muerte de Judas, como sucedió, fue algo injusto? o que lo que la Biblia dice acerca de Judas es algo injusto, porque este hombre tuvo todas las oportunidades y vio todo el amor del Señor. Dieciséis, de cierto, de cierto os digo, el siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hicieres. No hablo de todos vosotros, yo sé a quienes he elegido, mas para que se cumpla la escritura, el que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar o su talón. Hablando de Judas. Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. De cierto, de cierto os digo, el que recibe al que yo enviare me recibe a mí el que me recibe a mí recibe al que me envió habiendo dicho Jesús esto se conmovió en espíritu y declaró y dijo de cierto de cierto os digo que uno de vosotros me va a entregar no es como que el Señor Jesucristo sabía el plan ¿Por qué dice que Jesucristo se conmovió de espíritu cuando dice que uno de ustedes me va a entregar? Usted ha estado escuchando al Ministerio Radial de Iglesia del Valle Central con el Pastor y Maestro Enrique Sariano, Pastor de Iglesia del Valle Central, Ceres, California. Las enseñanzas del Pastor Enrique están disponibles en nuestra página de Internet, iglesiadelvalle.com. Para más información o para recursos gratis visite nuestro sitio web iglesiadelvalle.com o llame al teléfono 209-872-9792 de martes a viernes de 9 a.m. a 1 p.m. La versión completa de este mensaje fue predicado en Iglesia del Valle Central en Ceres y lo puede encontrar en nuestra página de internet en iglesiadelvalle.com generación
Judas el Traidor parte 2
Series Mateo
Judas se sintió atraído a seguir a Jesús, le gustaba lo que veía en Jesús y al igual que los demás discípulos fue motivado por la esperanza de que el reino le seria establecido a Israel, y todos sus enemigos serian destruidos por el Mesías. Era un concepto meramente terrenal y materialista y no tenía en cuenta el significado espiritual de la venida del Mesías.
Sermon ID | 2618134347 |
Duration | 25:06 |
Date | |
Category | Radio Broadcast |
Bible Text | Matthew 10; Matthew 10:4 |
Language | Spanish |
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