
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Buenas noches, hermanos, es un gozo para mí estar aquí entre ustedes y nosotros allí en la Iglesia Bíblica Emanuel en New Jersey, oramos por ustedes y nos gozamos al ver que aunque es una pequeña manada, realmente el Señor Jesucristo dice dónde están dos o tres reunidos en su nombre, le está allí en medio de ellos. Así que el Señor no mira tanto los números. El Señor, lo que le importa es su presencia en medio nuestro, y eso es lo que debe importarnos a nosotros. Y nada, me anima al ver cómo ustedes estudian la palabra y siguen estudiando y se animan, a pesar de que están todavía esperando la voluntad del señor en cuanto a formarse como iglesia. Él es el que ha dicho que él edificará su iglesia. Sigan mirándolo a él. Él es el que ha dicho que clamemos a él, el señor de la mies, que él dará obreros a su mies. Él es el que ha prometido dar pastores conforme a su corazón en Jeremías 3.15. Y eso es lo que deben pedir. Danos un pastor, señor. conforme a tu corazón y como es el corazón de Cristo, manso y humilde. Y eso es lo que debemos buscar hombres que conozcan la palabra, vivan la palabra, sean impactados por esa palabra, que cuando la comuniquen en verdad estén hablando de aquello que ellos mismos conocen y la palabra también le está afectando en sus vidas. Pues seguiremos orando por ustedes ahora con mucho más conocimiento a la vez, por lo menos empezarlos a conocer. Y vamos a. Le voy a pedir que abra sus Biblias en Filipenses capítulo uno, por favor. Filipenses, capítulo uno. Y vamos a pedir al señor que que prospere la enseñanza de su palabra, que la use para nuestro bien, le voy a dar un tiempo que encuentre en el pasaje y luego vamos a orar. Filipenses, capítulo uno. y mantengan sus Biblias abiertas en ese capítulo y ya en su momento les avisaré cuál será el versículo que estaremos estudiando solamente será un versículo. Vamos a pedir al Señor su bendición, hermanos. Padre, a ti nos postramos. Es tu palabra que hemos de estudiar, no la palabra de hombres. Por lo tanto, queremos rogarte, Señor, que nos capacite por tu espíritu para poder manejar y exponer esta palabra con fidelidad, no yendo más allá de lo que el texto enseña, sino explicando lo que tú nos has dicho en este versículo. Y te rogamos que por tu espíritu no permitas que esta palabra vuelva a ti vacía, que vuelva a ti, Señor, con corazones que son impactados, transformados por esa palabra, santificados aquellos que te conocen y rescatados de eterna condenación aquellos que aún no están en Cristo. Usa tu palabra poderosa como martillo que quebranta la piedra. Úsala como lo que es espada más cortante que toda espada de doble filo. Te rogamos que tu nombre sea exaltado en todo lo que hoy se haga. En Cristo Jesús, Señor nuestro, lo pedimos. Amén. Dos de las preguntas más importantes que todo ser humano puede hacerse en su vida son las siguientes. La primera es cuál es el propósito principal de mi vida en este mundo? Y la segunda es qué será de mí cuando muera? No hay dos preguntas más importantes en la vida de todo ser humano que esas dos. Preguntas que. Son importantes de por sí, pero en realidad Mucho más importante, igual de importante es la respuesta que nosotros demos a esas preguntas. Son importantes las preguntas, pero las respuestas que demos a las mismas. Son también importantes. Porque si yo siento aquí a una persona que cree en la teoría de la evolución. Y le pregunto cuál es el propósito de tu existencia y le pregunto qué será de ti cuando muera, le aseguro que la respuesta va a ser muy diferente a la de la Biblia. pero serán las mismas preguntas. La respuesta que le demos a esas preguntas son sumamente importantes. Si tomáramos a alguien como ese que acabo de mencionar, que niega la existencia de Dios y que piensa que nosotros somos el producto de un proceso de millones y millones de años que a la ciega ha producido todo el orden que vemos en el universo, que a la ciega y al azar ha producido seres tan complejos como nosotros, con una masa gelatinosa que llamamos cerebro, que puede acumular tantos datos, recuerdos. Tantas reacciones, emociones, tantos pensamientos, tantas ideas. Si ellos piensan que eso es lo que somos. Si le preguntamos cuál es el propósito de tu existencia, tendrán que reconocer. Para vergüenza de ellos, que para ellos vivir es inhalar oxígeno y exhalar dióxido de carbono hasta que algún día mueran. Es esa la vida. Inhalar y exhalar. hasta que finalmente nos respiremos más. Para eso vivimos en un mundo como ese tan complicado. Mientras que algunos otros, como el apóstol Pablo, a quien Dios salvó por gracia, tenía una perspectiva totalmente distinta a la que tuviera cualquier persona que creyera en la teoría de la evolución. Él estaba bien claro en cuanto a cuál era su propósito en este mundo y qué sería de él cuando muriera. Y hoy vamos a estudiar un versículo que se encuentra en el versículo 21 del capítulo 1 de Filipenses, que les pedí que buscaran. Donde Pablo nos comunica en realidad cuál él pensaba que era su propósito en esta vida y realmente qué pensaba él que pasaría con él cuando muriera. Y es en ese versículo que él dice Pues para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia. Vamos a ver este versículo en dos partes, viendo en primer lugar Cristo nuestro todo en la vida y en segundo lugar Cristo nuestro todo en la muerte. Porque como pueden ver el versículo, si lo ven de nuevo, es de esos que habla Pablo. Para mí, el vivir la vida de él es Cristo y el morir su muerte ganancia. Ahora, ya que nuestro texto empieza con un pues, obviamente no se está conectando con lo que viene diciendo antes. Qué es eso que viene diciendo el apóstol para poderlo entender mejor? Qué es lo que él viene diciendo que ahora dice? Pues para mí, si tú entras a una habitación y hay dos personas hablando y una dice Pues para mí lo más importante es eso. Tú te darás cuenta al empezar con un pues que le viene hablando de algo, pero tú no estabas ahí cuando él empezó a hablar. Y tú vas a preguntar qué es eso a lo que te refieres? Bueno, si le preguntamos a Pablo Pablo, a qué te refieres tú con ese? Pues con qué te estás conectando que ya has dicho? Y él nos diría a nosotros que él se regocija, se regocijaba, porque a pesar de su encarcelamiento en Roma, el evangelio no había sido estorbado. El evangelio continuaba siendo predicado libremente. Y aunque era triste para él el saber o enterarse de que había cristianos predicando el evangelio con motivaciones carnales y pecaminosas con el fin de causarle más tristeza en sus cadenas, dice Pablo, yo como quiera me gozo porque Cristo está siendo predicado y eso es lo que a mí me importa. Entonces, si uno se pone a ver lo que Pablo decía aquí, que él se gozaba a pesar de esas cosas en vida o en muerte, porque Cristo sería exaltado o en vida o en muerte, realmente es chocante lo que le está diciendo. Bien chocante, porque cómo puede una persona estar gozosa en una cárcel? Qué mentalidad es esa verdad? Yo me imagino a los filipenses la primera vez que se les lee esta epístola, porque era así que sucedía. Las espístolas eran enviadas por los apóstoles. Los líderes, uno de los líderes, tomaba ese rollo y empezaba a leerle a la iglesia la epístola que el apóstol envió. Lo más seguro ellos la primera vez que oyen lo que para nosotros es Filipenses 1 21. Habrán dicho guau, pero ¿cómo puede Pablo estar gozoso encontrándose en una cárcel allí en Roma y las condiciones no? Ellos no tenían televisión, ellos no tenían gimnasio como tienen las cárceles de hoy. Era algo bien difícil. Bueno, en nuestro texto, Pablo les explica a ellos por qué él se podía sentir gozoso a pesar de sus circunstancias precarias. Versículo 21 Pues para mí el vivir es Cristo y el morir ganancia. Por eso que yo me puedo gozar. Porque yo veo la vida diferente y veo mi muerte diferente. Pablo no dijo estas palabras de este versículo para darle a los cristianos un eslogan que usar, ni para darle a los cristianos una razón para poner alguna carcomanía en algún carro, en el bumper del carro o un cuadro en su casa. Porque ese es un versículo favorito de muchos cristianos. No hermanos, con estas palabras Pablo comunica cuál era la razón de su existencia y lo que le motivaba a vivir como vivía y lo que le iba a motivar a morir como iba a morir. Pues veamos en primer lugar lo que ya dije, que es nuestro primer punto Cristo, nuestro todo en vida. Para mí, la primera parte de la primera mitad del versículo, para mí el vivir es Cristo. Y no diría ven acá, pero eso sería una descripción de la vida cristiana. Sí, debería decirse de todo cristiano que para el creyente vivir debe ser Cristo. Pero en realidad, si vamos a ser fiel a este texto y explicarlo tal y como está, esto no es una descripción. Este es un testimonio personal. Pablo nos está diciendo cómo él ve la vida, qué es lo que la vida para él. Él dice para mí. Él no dice para todo cristiano la vida es. No, no, no. Para mí es un testimonio personal que le está dando. Por eso él dice que era para él así. Cristo, lo que nos está diciendo es que Cristo para él lo era todo. ¿Y en qué se veía en el apóstol Pablo que Cristo era todo? La mejor, la mejor explicación, el mejor comentario de ese versículo es ver en las escrituras la vida de Pablo. Y cualquiera que ve la vida de Pablo en el libro de los hechos o en las epístolas se dará cuenta que es verdad. que para Pablo el vivir era Cristo. Al él decir pues para mí el vivir es Cristo, Pablo estaba diciendo varias cosas entre las cuales están las siguientes. Número uno, que su mayor pasión era su amor por Cristo. Su mayor pasión era su amor por Cristo. Dios nos convierte a nosotros cuando nos salva de amantes de nosotros mismos nos lleva a amar a Cristo por encima de todas las cosas, porque por naturaleza nacemos egoístas, por naturaleza nacemos amadores de nosotros mismos. La palabra egoísta es una palabra que compuesta de dos palabras y una es ego, que significa yo en griego. El egoísta es un yoísta, piensa en yo lo mío, lo mío, lo primero, lo mío, lo más importante. Pensamos en nosotros. Así pensábamos, así pensaba Pablo cuando era Saulo de Tarso, pero Cristo abrió en él y luego cambió su nombre a Pablo. Algo asombroso ocurrió con él cuando el Señor lo salvó. Él pudo desde ese entonces apropiarse de las palabras de primera de Pedro uno ocho a quien sin haberlo visto lo amáis. Cómo no puede amar a alguien sin haberle visto jamás? Así pasa cuando Cristo nos salva. Nosotros venimos a amar a alguien que nunca hemos visto verdad, pero es un amor real. Dios obra en ese pecador una fe que produce amor, dicen Galatas 5 6 la fe que obra por amor. Y es curioso que Pablo nunca en ninguna parte de sus escritos dice yo, yo, yo amo a Cristo. Él no lo dice. Pero lo demuestra. Lo demuestra. ¿Cuántas personas no hay que dicen aman a Cristo? Pero no lo demuestran. Muestran todo lo contrario. Pero él lo mostraba en su vida. En 2 Corintios 5 9, él dice, por eso ya sea presentes o ausentes, ambicionamos serle agradables. Nosotros mostramos nuestro amor a Cristo, no es sintiendo cosas por él, es obedeciéndole. A veces no sentimos cosas. A veces uno no siente el deseo de leer la Biblia, pero el creyente que ama a Cristo dice, no, pero yo tengo que oír a mi Señor. Aunque yo no quiera, yo lo voy a oír, porque yo necesito escucharlo a él. Yo necesito su palabra para ser fortalecido. Yo no voy a llevarme de mis emociones. Cristo no se llevó de sus emociones cuando fue a la Cruz del Calvario a morir por mí. Él ni había dormido la noche anterior, se la pasaron enjuiciándolo injustamente. Y dice la escritura en hebreo 12 por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz. Él fue con gozo. ¿Por qué? Porque él sabía que iba a morir por su pueblo. Eso le dio gozo a él. Dice Pablo, nosotros ambicionamos serle agradables. Ahí se veía su amor por él. Y en el versículo 14 dice Pues el amor de Cristo nos apremia o nos presiona. Eso es lo que nos conduce a nosotros, nos lleva a venir a reunirnos, adorar al Señor, lo que nos lleva a buscar su palabra, lo que nos lleva a orar al Señor, lo que nos lleva a serle obediente, aunque nadie nos esté viendo. El amor a Cristo nos lleva a verlo a él como lo más valioso para nosotros. Como Pablo pudo decir en Filipenses 3 8 y aún más. Yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi señor. Por el que lo he perdido todo y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo. Los versículos que estoy citando, yo los voy a citar y los voy a leer inmediatamente. Si quieren, mejor apúntenlos, porque si se ponen a buscar, cuando yo llegue al otro van a estar todavía atrasados y no quiero que se distraigan. Y perdonen que no se lo diga así, porque en mi iglesia generalmente lo que hacemos es que los proyectamos. Pero escúchenlos y lo pueden apuntar. Entonces. Pablo es su amor al señor, pero el que él vivía para el señor se veía en que en primer lugar, su mayor pasión era su amor por Cristo. En segundo lugar, él podía decir que vivir para él era Cristo, porque su mayor deleite era tener comunión con Cristo. Su mayor deleite era tener comunión con Cristo. El amor por Cristo produce sed de Cristo. El amor por Cristo produce sed de Cristo. Imagínate un esposo que dice a su esposa todos los días que él la ama desde que se levanta. Yo te amo, yo te amo, pero nunca la llama cuando está en el trabajo, nunca le manda un mensaje y cuando llega a la casa no quiere estar con ella. No quiere hablar con ella. Prefiere dormir en el sofá. No quiere estar con ella, pero le dice con toda convicción que sí, que la ama. Va a ser muy difícil para esa mujer creer que él la ama. Porque él no la anhela, él no anhela su compañía, no anhela su cercanía. El verdadero amor a Cristo nos lleva, produce en nosotros una sed y un hambre de estar cerca de él. Pablo nunca se conformó con su conocimiento de Cristo. Su mayor deseo era conocer a Cristo más y más. Su mayor deleite estaba en tener íntima comunión con el Señor Jesucristo, lo cual él comunica también en Filipenses 3, versículos tres y catorce que leo donde dice hermanos, yo mismo, a pesar de que soy un apóstol, pero no considero haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago, olvidando lo que queda atrás y extendiendo a lo que está adelante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Él no se conformaba con lo que había alcanzado. Él seguía adelante, quería seguir creciendo, quería seguir conociendo a su señor. Porque para Pablo el vivir era andar en comunión con Cristo. Hay cristianos que piensan que uno anda con Cristo en su tiempo devocional durante el día. Y hay cristianos que lamentablemente su único tiempo con Cristo son 15 minutos al día. Pero horas y horas en las redes, horas y horas hablando con gente, horas y horas en otras cosas, horas y horas viendo televisión. Pero los 15 minutos de Jesús, yo se lo doy. Es eso, podríamos llamar eso amor. Podríamos llamar a eso un deseo de tener verdadera e íntima comunión con Cristo. Porque andar con Cristo equivale a vivir en continua comunión con él y continua comunión con él no es en una esquina del trabajo a ver si el jefe viene y me pongo a orar. No, no, no, no. Sigue haciendo tu trabajo porque tú glorificas a Cristo haciendo tu trabajo con todas tus fuerzas. Pero aún cuando estás a punto de hacer algo, el jefe te encomienda algo que es un desafío para ti. Tú elevas una oración, señor, dame sabiduría, señor, fortalece, señor, dame sabiduría al hablar con el compañero que tiene es malgenioso y quiero poderle hablar y hablarle con mansedumbre. Y como tú dices en tu palabra, en Proverbios 15 1, que la respuesta es blanda, calma la ira, señor, que mi respuesta blanda le apacigüe la ira al compañero de trabajo. Y si aún no se calma y me habla ásperamente, ayúdame a hablar con mansedumbre y ser de testimonio a mi compañero de trabajo. está en comunión con Cristo en camino mientras va en camino que el jefe te dijo que lo ve en la oficina. Señor, puede ser que me vayan a despedir. No sé. Ruego que me dé sabiduría en esa conversación. Dirige la mente de este hombre, señor. Guarda mi trabajo, que lo necesito en comunión con el señor. Durante el día, reflexionando sobre la gloria de Dios, reflexionando lo que leíste en la mañana, porque si no se nos olvida. Qué tú leíste esta mañana? No me digan. ¿Qué tú leíste esta mañana en la Biblia? Si la respuesta empieza con, ¡eh! A veces se nos olvida. Se nos puede olvidar. Pero a veces se nos olvida porque no pasamos el día trayendo a la memoria lo que leímos. Deberíamos hacerlo. Y hablar con el Señor con más frecuencia. Como vemos a Nehemiah, pidiendo sabiduría del Señor instantáneamente. Hay una ocasión bien extraña donde cuando Moisés se encuentra frente al Mar Rojo y detrás a los egipcios que vienen de camino, dice el texto, el Señor le dijo a Moisés, ¿por qué clamas a mí? Adelante y algo así. Estoy parafraseando y el texto no menciona que le pidió Moisés al Señor. Se ve que fue una oración rápida. Así debemos estar en constante comunión con el Señor. Para Pablo, el vivir era Cristo también, porque en tercer lugar, su mayor pasión era servir a Cristo. Su mayor pasión era servir a Cristo. En hecho, capítulo 22, Pablo relata entre las varias ocasiones que lo hace su conversión. Y él nos dice de que cuando el Señor lo lo tumbó a tierra, lo tumbó de su cabalgadura. Y se le reveló como Jesús, aquel a quien él perseguía. Pablo le hizo esta pregunta al señor, que es la pregunta que todo verdadero creyente hace una vez Cristo lo salva. Qué debo hacer, señor? Qué debo hacer, señor? Reconociendo su señorío y reconociendo que debemos obedecerle y para que él nos diga qué hacer, le vamos a preguntar. Claro, eso no lo revela él en su palabra. Pero qué debo hacer, señor? Dicen. Desde ese día en adelante, Pablo empezó a hacer la obra del Señor, no únicamente los domingos como algunos cristianos que son cristianos domingueros, sino sirviéndole a él en toda su vida. Te pregunto, mi hermano, tú sirves a Cristo. Quizá tu respuesta es no, pero yo no tengo ninguna función en la iglesia, yo estoy dispuesto a servir al Señor. Pero ese tenemos que sacarnos ese concepto de la mente de que para de que servir al señor equivale a tener un oficio particular en la iglesia. No. Nosotros servimos al señor en toda en toda situación en que nos encontremos como esposo, como esposa, como como como abuelo, como madre, como padre, como estudiante, como hermano, como como compañero de trabajo, como súbdito en el trabajo, como jefe en el trabajo. Como como como conductor en la calle. A los cristianos no deben salir de la mano con un dedo señalando a nadie cuando casi lo matan en la carretera. No, los cristianos sacan dedo, no? Oh, oh, eso no debe verse. Aún en ese contexto, manifestamos que somos diferentes por la gracia de Dios. Bueno, sirves a Cristo es la pregunta, porque de que servimos a Cristo, cuando él nos salve, lo estamos, lo empezamos a servir. La pregunta no es si lo servimos, la pregunta es si lo servimos bien. Porque de que lo servimos, lo estamos sirviendo. Pero hay algunos que tristemente lo estamos sirviendo mediocremente y conforme con eso y otros sirviéndole como debemos servirle, conscientes de que somos siervos inútiles. Y déjenme decirles algo, hermanos, todos somos candidatos a ser siervos inútiles algún día. Eso es lo que le tendremos que decir al señor al día de juicio. Si es bonito y soy señor, tú me quieres recompensar. Eso es pura gracia, porque aún lo que yo hice fuiste tú que me capacitaste. Fuiste tú que en tu providencia me diste las oportunidades para hacerlo. Fuiste tú que me diste los dones. Fuiste tú que me compraste a precio de sangre. Yo no soy mío, yo soy ajeno. Soy tuyo, señor. Entonces todo lo que yo he hecho es para tu gloria y tú eres quien merece toda esa gloria. Esa recompensa porque tú eres bueno y mire, es misericordioso, pero no lo merezco. Yo ya la vuelvo a traer delante de tus pies, señor. Tú eres el único digno de toda la banza. Esa debe ser la actitud con la que sirvamos al señor, verdad? Dice Pablo, cuando se reunió en lo que podríamos llamar una la única conferencia de pastores que aparece en la Biblia, es cuando en el capítulo 20 del libro de los hechos, él manda a buscar a los pastores de Éfeso para reunirse con ellos, darles instrucciones sumamente importantes. Allí les dice él a ellos en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo. a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del señor para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios. Pablo tomaba en serio su servicio al señor porque para él el vivir era Cristo. En cuarto lugar, Pablo podía decir que para él el vivir era Cristo porque su deseo principal era glorificar a Cristo. Cuántas personas no vemos que decimos yo vivo para la gloria de Cristo, pero qué es eso? Realmente entendemos lo que es vivir para la gloria de Cristo. Pablo dice en Filipencias 1 20, conforme a mi anhelo, está abriendo Pablo, está abriendo su corazón, conforme mi anhelo y esperanza de que en nada será avergonzado, sino que con toda confianza, aún ahora, como siempre estando estando preso, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea en vida o en muerte. Eso es lo que le interesaba a Pablo. Lo que a mí me interesa es, sea preso, fuera de la cárcel, donde quiera que él me ponga, que Cristo sea glorificado. ¿Saben lo que Pablo dice al final de la epístola de los filipenses? Los de la casa del César le mandan saludo. ¿Saben lo que significa eso? Que a los soldados que lo amarraban junto a él, a custodiarlo, él le predicaba el evangelio y ellos se habían convertido en unos cuantos soldados. A los de la casa del César le mandan saludo. Hermanos, ya hay cristianos aquí en la cárcel porque yo les he predicado a los soldados. Es algo glorioso. El evangelio llegó a Roma. A la capital del imperio más poderoso de la época. Por medio de un hombre que lo tenían ahí tirado como si fuera una basura. Pero el evangelio seguía comunicándose a través de él, porque él vivía para la gloria de Cristo. ¿Por qué? Porque para él el vivir era Cristo. Pablo no vivía para la gente como algunos de nosotros. De ahí las redes sociales son buenas. pero también pueden convertirse en un combustible para el orgullo de la gente. Hay personas que van a las redes sociales y hay cristianos que comparten versículos y hacen muchas cosas. Se puede usar para muchas cosas buenas, cosas familiares, cosas edificantes. Para personas, a veces yo me pregunto, cuando yo veo especialmente un hombre que pone un selfie en Facebook y me sale, yo digo, ¿qué quiere que le diga entonces? Que está bonito. ¿Qué hago? No, piensa en un momento. Y si es un hermano, hermano, ¿qué es lo que tú quieres que yo te diga? Explíqueme. Una vez encontré una hermana que puso a su esposo de rodillo orando, aquí está mi esposo orando. OK. ¿Qué quiere que te diga entonces? Hermanos, a veces buscamos gloria para nosotros. Y a veces somos tan sutiles para extraer gloria de la gente que nos humillamos para que el otro nos suba. Mira qué disparate de dibujo hice yo. Qué mal me quedó la comida. Para que te digan de lo bien que le quedó. Seamos humildes. Seamos humildes. Pablo era un hombre que se destacó por su humildad. Por un lado, humildad. Por otro lado, buscaba glorificar a Cristo, que toda la alabanza, que toda la fama fuera para Cristo. Él fue un una encarnación ambulante de las palabras de Juan el Bautista. Cuando dijo Hablando de Jesús, es necesario que él crezca y que yo mengüe. Es necesario que Cristo. Suba, verdad? Que la gente lo vea a él. Y que él me opaque a mí. Y que yo mengue, que yo rebaje, que yo reduzca. Hay personas que hoy día son enemigos a muerte de otras personas porque esa persona vino quizás a la compañía donde trabaja o vino a formar parte de la familia y esa persona ahora recibe más atención que la que el otro quería. ¿Hay alguien a quien tú conozcas en la iglesia o fuera de la iglesia que ha empezado a eclipsarte porque tiene más dones que tú? ¿Cómo reacciona tu corazón? Eso te dice si tú eres humilde o no. Eso te dice mucho de tu corazón. Bueno, nosotros no deberíamos molestarnos y lo que más deberíamos querer buscar es que la gente diga gloria a Cristo por eso. Gloria a Cristo por eso. Pues así vivía Pablo, hermanos. porque para él el vivir para él el vivir era Cristo. En primer lugar, hemos visto la primera parte del versículo nuestro todo Cristo, nuestro todo en la vida. Pues para mí el vivir es Cristo. Ahora veamos en segundo lugar Cristo, nuestro todo en la muerte. Pues para mí el vivir es Cristo y ahora dice y el morir es ganancia. Cómo pudo Pablo hablar de su muerte en una manera tan alentadora cuando la muerte es algo que nos aterra tanto? La gente dice no, la muerte eso es natural. En una funeraria la gente empieza a decir cosas para sacarse de la mente que algún día les tocará a ellos estar ahí en ese ataúd y que algún día recibiremos la noticia fulano murió y este día lo llevarán a la funeraria. Como temen a eso, en la funeraria la gente tienden a hacer muchos chistes, comienzan con el cafecito y la galletica, comienzan a hablar de diferentes cosas. Pero yo lo viví en los otros días y un sinnúmero de cosas para sacar de su mente la realidad. de que ese mismo día está más cerca de la muerte que ayer. Ok, entonces ese es un tema que a la gente no le gusta. Porque la muerte no es natural, como la gente dice, lo natural es nacer. Dios nos hizo seres vivientes, no murientes. La muerte entró por causa del pecado, como nuestro hermano mencionaba. Es antinatural, nuestro ser completo se resiste a la realidad de la muerte. cuántos miles de millones se gastan en Estados Unidos para la gente hacerse hacer trucos de cámaras con su cuerpo para que no luzca la edad que tienen porque quieren huir de la realidad aunque sea vanamente quieren escapar de la realidad que hoy está más cerca de la muerte de ayer. Entonces aquí tenemos un hombre hablando de la muerte como una ganancia o está loco o realmente este hombre estaba convencido de lo que estaba hablando y creemos que él estaba convencido de lo que estaba hablando y tenía razón para hablar de la muerte como una ganancia y no como una pérdida. Ok, no le tenía miedo a la muerte, a la experiencia de la muerte. Aún los cristianos le tienen miedo, claro. Pero no a la muerte en sí, mucho menos a las consecuencias de ella. Cristo por medio de la muerte le había quitado el poder condenador de esta en el caso de Pablo y todo verdadero creyente. Primero los Corintios 15 55 dice citando a Isaías, devorada ha sido la muerte en victoria. ¿Dónde está o muerte tu victoria? ¿Dónde o sepulcro tu aguijón? Como si el profeta se parara delante de la tumba y le dijera, tumba, ¿dónde está el aguijón que tú me vas a pullar? Ya tú eres como una abeja sin aguijón. Cristo te quitó el aguijón. Tú no me puedes envenenar, tú no me puedes pullar, tú no me puedes hacer daño. Lo más que la muerte puede hacerle un creyente es llevarlo inmediatamente a la presencia de Cristo. Y eso es ganancia, eso no es pérdida. Para Pablo, la muerte era tan inofensiva como una vejita sin aguijón. Muy distinto. Así él estuviera en su pecado, sin morir en sus pecados. Génesis 3 nos enseña que heredamos la muerte cuando heredamos el pecado de Adán. Dios le dijo a Adán que si comía de ese árbol, ciertamente moriría. Él no hizo caso a Dios. Y hasta hoy sufrimos las consecuencias. Por eso la muerte, quien no consulta quiénes somos, quien no consulta nuestro estatus social, quien no consulta cuán educados somos, quien no consulta cuánto dinero tenemos, nos arranca de medio nuestro de manera inesperada y sorpresiva muchas veces a seres queridos nuestros. Y es algo que nos atemoriza. Por causa del pecado nacemos pecadores, por causa del pecado nacemos bajo condenación de muerte eterna, y es sólo por medio de la fe en Cristo y su obra que podemos ser librados de las eternas consecuencias de nuestro pecado. Jesucristo dijo en Juan 11, 25, Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Ahora veamos concretamente por qué Pablo pudo decir que para él la muerte era ganancia. Miren por qué. En primer lugar, porque él al morir, él sabía que sería librado de todo vestigio de pecado. Sería librado de todo vestigio de pecado. Pablo, al igual que el creyente verdadero, odiaba su pecado. Él odiaba su pecado con todo su ser. No había nada que quebrantara más su corazón que el ofender a su señor. En Romano capítulo siete, con muchos lujos de detalles, él abre su corazón como en ningún otro pasaje. Y nos habla de la lucha que él libraba allí dentro. Dice él en el versículo 15, porque lo que hago no lo entiendo, porque no practico lo que quiero hacer, sino lo que aborrezco el pecado. Eso hago. Dice él, a mí me duele la lucha que llevo con el pecado remanente. Y luego de seguir abundando sobre ese tema, él exclama en el versículo 24 miserable de mí. Quién me librará de este cuerpo de muerte? Así se veía Pablo. Como un miserable en ese sentido, con un deseo profundo de ser librado del pecado. Pero no termina con ese clamor. de derrota, como como si así fuera. Él añade inmediatamente Gracias a Dios por Jesucristo Señor nuestro, porque ya la muerte para él. No era lo mismo que antes, él iba a ser librado de todo pecado cuando muriera. Él sabía que por lo que Cristo había hecho por él, el pecado suyo no tendría la última palabra, por más fuerte que fuera su lucha con él. Le consolaba saber que él sería algún día librado de todo pecado. Le consolaba saber que algún día que algún día llegaría él delante del señor y más. Nunca Pablo iba a tener que decirle Señor, perdóname por violar tu ley de nuevo. Nunca le iba a tener que decir Señor, perdóname por mi orgullo secreto. Señor, perdóname porque hice aquello y cuando me reconocieron por ello, me alabé por dentro y me deleité en los aplausos que recibí de esas personas. Perdóname, señor. por el rencor que le estuve guardando a mi hermano, por aquello que me hizo. Perdóname, Señor, por dejar que mis ojos se fueran y mantuve mis ojos donde no debía haberlos mantenido y fui tentado a pecar y pequé, Señor. Lávame de mi codicia, lávame de mis mentiras. Él sabía que nunca iba a llegar el día donde jamás tendría que decir eso. ¿Saben qué, hermanos? Pablo lleva casi 2.000 años sin tener que confesar pecados. Ya está en gloria. Él ha sido librado de todo pecado. Con razón, él pudo decir, y el morir es ganancia. Pero Pablo también pudo decir eso, en segundo lugar, porque el morir, él sabía que al morir sería librado de las aflicciones de este mundo. Ni al apóstol se le libró de aflicciones. No voy a leerlo, pero en Segunda de los Corintios 11 23 al 27 el de una lista larguísima de todas las cosas que ese hombre pasó. Naufragios, apedreamiento, latigazo que le dieron, el desprecio de sus compatriotas, peligros de ríos, salteadores, peligro de los gentiles, peligro en la ciudad, en el desierto, etcétera. Falsos hermanos. Fue traicionado un sinnúmero de cosas. Frío, desnudez. Todo eso lo sufrió por su fidelidad al Señor. Y en Segundo a los Corintios 12 nos habla de lo que él llama un aguijón en su carne. No sabemos con precisión lo que era, pero era algo por lo cual él le pidió al Señor encarecidamente que se lo quitara. Y el Señor, lo único que le dijo fue la gracia a mí es suficiente para sostenerte. Sigue adelante, Pablo, pero yo no te lo voy a quitar. Pero en toda esa situación, Pablo podía mirar con esperanza, sabiendo que aunque todavía para ese entonces no se había escrito Apocalipsis, pero las palabras de Apocalipsis 21, él sabía, estaba confiado de que llegaría el día donde no habría más llanto, ni clamor, ni dolor. Porque todas las cosas habrán pasado. Y eso lo animaba tanto que en Romanos 8, 18, él pudo decir esto. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente, no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. Yo estoy sufriendo mucho, pero eso no se puede comparar con la gloria que a mí me espera. Porque él sabía que cuando muriera por la misericordia del Señor, todo sufrimiento quedaría no solamente en el olvido. No, no solamente en el pasado, sino completo olvido. Y por eso él podía decir y para mí el morir es. ganancia, pero también lo podía decir en tercer lugar, porque al morir él iría a estar con Cristo para siempre. Si tú eres creyente, yo te pregunto qué es lo que más tú anhelas del cielo. Hay gente que lo que más anhela es ser librado de problemas, de aflicciones. O piensan que van a estar saltando de nube en nube. Yo no he encontrado ningún versículo que me diga eso. Yo no sé por qué la gente le da esa idea, que van a tener un arpa, un arpa asignada y saltando de nube en nube. No, eso no aparece en la Biblia, pero si vamos a estar con Cristo, que eso es lo que más debe importarte a ti y a mí. No las recompensas, no que no vamos a sufrir más. Sino que como era para Pablo, Pablo sabía que iba a estar con Cristo porque Cristo era su vida y Cristo era su cielo. ¿Quién es que realmente hace el cielo ser cielo, sino Cristo? El cielo es glorioso por Cristo. Filipenses 1, 23, oigan lo que Pablo dice ahí. Teniendo el deseo de partir y estar con Cristo. Pues es mucho mejor. Morir era ganancia para Pablo. Porque él entendía que cerrar los ojos aquí, morir aquí equivalía a inmediatamente contemplar la hermosura de su precioso Salvador Jesucristo, a quien había amado sin haberle visto. Con razón, él pudo decir y morir ganancia. Porque para él el cielo. Y estar con Cristo eran sinónimos. Y deberían serlo para ti, para mí, mi hermano. Pues bien, hermanos y amigos, hemos visto algo del significado de este texto que tanto nos encanta a los creyentes, palabras con la que el apóstol Pablo nos nos dice Cristo es todo en mi vida. Cristo es todo para mí en la muerte. La pregunta es ahora qué nos dice ese texto a nosotros los creyentes y a nosotros lo que no somos creyentes. Voy a dirigir una palabra primero de aplicación a aquellos que conocen a Cristo por gracia. Mi hermano, cuando leas o escuchas Filipenses 1 21, pues para mí el vivir es Cristo. Te pregunto, puedes decir tú que esas palabras describen también tu manera de vivir? No si esas palabras aparecen en un cuadro en tu casa o se aparecen en el bumper de tu carro, sino que si esas palabras. Describen tu manera de vivir. Aunque no perfectamente, obviamente. Pero vives para Cristo. Es Cristo tu vida. El que te conoce a ti bien. El que vive contigo. Puede decir que Cristo lo es todo para ti. no a nivel de algunas personas que dan una mala recomendación del evangelio, porque. Actúan como unos fanáticos al punto de de ser un mal testimonio en sus propios hogares. Imagínate un papá que llega del trabajo todos los días. Ve a los niños jugando, ni lo saluda y lo están buscando. Dónde está papi? Ah, no le está orando y leyendo la Biblia. Sí, pero. Tú no vas a pasar tiempo con tus hijos. Ah, no, que es muy espiritual, está hablando. Ajá, y la esposa que ha pasado todo el día con los niños, tú no la vas a ayudar. Eh, espérate. No estoy hablando de esos niveles ya. Faltos de cordura. No, no, no. El creyente tiene cordura. El creyente tiene los pies bien puestos en la tierra. Ok. El creyente que vive para Cristo sabe que Cristo lo ha hecho padre y él es un padre cristiano y ese padre se va a dedicar a sus hijos y ese esposo cristiano se va a dedicar a su esposa. Amarla como Cristo. Amó a la iglesia. No va a descuidar sus responsabilidades ni sus relaciones sociales, sino que va a vivir para Cristo por medio de todas ellas. Ok, pues en ese sentido te pregunto, mi hermano, vives para Cristo. Voy a leer varias preguntas que yo estoy seguro que si no se le hiciera a muchos cristianos, la respuesta sería que sí. Asiste a una iglesia con frecuencia. Oh, sí, sí. Le los salmos cuando te ves en problemas o te sientes medio deprimido. Claro. Y dónde voy? Voy a ir a los salmos que yo voy. Escucha canciones cristianas no para adorar a Dios únicamente, sino a veces como como terapia espiritual, porque te calman. como si la adoración a Dios fue diseñada para ser una terapia. No lo es, pero alguna gente lo usa así. Horas cuando te ves en apuros, claro. Cuando alguien está hablando de planes futuros y se le olvida decir si Dios quiere, tú le dices si Dios quiere. Sí, claro. Y cómo yo lo voy a dejar a esa persona planificar como si tuviera todo en su control. Saludas a tus hermanos en Cristo con un Dios te bendiga. Sí, Hay personas en la iglesia que te llaman hermano, te llaman hermana, pero claro. Responden que sí, todo el mundo responde que sí a eso, verdad? Uno puede responder sí a todas esas preguntas y hacer todas esas cosas sin conocer a Cristo y vivir para él. Porque hay un paquetón de gente sinceramente engañada creyéndose que son cristianos y no son nada. Y eso se ve en su manera de vivir. Lo que Pablo dice aquí en este texto revela la orientación de sus pensamientos, de sus deseos, de su voluntad, de su tiempo, de su devoción. Cristo, Cristo, Cristo lo era todo para él. A veces los creyentes nos manejamos, nos quejamos, perdón, de que vivimos en una sociedad en la que somos bombardeados constantemente con distracciones. Desde que nos levantamos por la mañana, tomamos el teléfono es y si uno no ejerce dominio propio. Puede estar horas sin darse cuenta en las redes. Y luego viene a dar unos minutitos a Cristo. Ok. Y no dice guau, pero es que vivimos un tiempo difícil, son bien, pero le voy a decir algo raro que va a sonar raro. Qué bueno que vivimos en una sociedad así. ¿Saben por qué? Porque en ese contexto es que se ve más claramente si una persona vive para Cristo, ¿no? Mientras más oscura es una noche, más claras se van a ver las estrellas, ¿verdad? Mientras más difícil la sociedad, más claramente se va a ver nuestro compromiso con Cristo. Cuando las tantas cosas que compiten contra Cristo tratan de distraernos, pero a pesar de ello, no descuidamos nuestro tiempo diario con el Señor. Ahí se ve si realmente vivimos para Cristo. Cuando a pesar de lo mucho que trabajamos y lo cansado que vivimos, seguimos reuniéndonos con nuestros hijos para enseñarles la palabra de Dios. Ahí se ve si no es para nosotros el vivir es Cristo. cuando a pesar del antagonismo que la gente muestra hacia el evangelio, seguimos predicándoles a Cristo. Eso muestra que en verdad para nosotros el vivir es Cristo. Cuando se cuando te ves atacado por tentaciones a la fornicación en las redes, en YouTube, en el trabajo, en la calle y el susurro de Satanás, pero hazlo que eso te alivie el estrés. Y Dios sabe porque él sabe tu situación. Pero tú te ves inmediatamente huyendo de esas cosas y sacándote el ojo derecho y echándolo de ti. Se ve realmente que para ti el vivir es Cristo. Cuando descuida, cuando discute con tu esposa o tu esposo y se hieren mutuamente en palabras. Y tú ves esa disposición de parte tuya a ir a pedir perdón, a humillarte y reconocer que has pecado contra el Señor y contra tu amada. y decirle que te perdone porque tú actuaste mal, tú la humillaste con tus palabras. Ahí se ve que realmente para ti el vivir es Cristo. Ustedes ven, hermano, que la vida cristiana no es un asunto de asistir de vez en cuando a la iglesia o si yo oigo música cristiana en la casa. Maya. Eso es fácil de hacer. Eso es fácil de hacer. Se trata de conocer a Cristo como Señor y Salvador. Se trata de tomar en serio el vivir para él. Se trata de ser intencional en las cosas que hacemos para él. Se trata de buscar el avance de su reino. Se trata de buscar su gloria. Se trata de hacer las cosas con la intención real y sincera de que realmente la gente lo mire a él y no a mí. Cuando Cristo salva un pecador de su pecado y lo transforma, él viene a ser el señor y amo de esa persona. Porque hermanos, oíganme bien, si Cristo no lo es todo para nosotros, Cristo no es nada entonces. Porque no acepta término medio. El que quiere venir en pos de mí, dice, él niegues a sí mismo. Tome su cruz. Quieres decirle algo, pero no decepcionar a nadie. Pero la cruz no es para ni para llevarla colgada, ni la cruz se refiere a sus sufrimientos o la gente habla de las cruces como un sufrimiento. No, no, no. La cruz, el que hablaba de una cruz en el primer siglo bajo el imperio romano, la veía como un método de ejecución. Lo que Cristo está diciendo, sígueme, pero ven con tu cruz, porque tú te vas a crucificar a ti mismo ahí. Tú no vas a vivir ya para ti. Tú vas a vivir para mí. Muy diferente. Nosotros no nos imponemos sufrimientos. Él no llama a nadie a tirarse el sufrimiento encima. Eso es una mala interpretación de ese texto. Y cuando una persona era crucificada, la peculiaridad era que iba muriendo lentamente. Tú debes y yo debemos morir a nuestro yo lentamente. Por eso se nos llama crucificar la carne. Con sus apetitos y deseos. Y no hacer provisión para los deseos de la carne. No lo alimentes, no le concedas a la carne lo que quiere. y se va a ir debilitando y las gracias del espíritu de Galatas cinco se irán fortaleciendo. Por medio de este texto, hermano, Cristo nos llama, tía mía, esforzarnos mucho más. Porque él sea siempre nuestro todo en todo. Y para eso debes pedirle a él. Debemos pedirle que nos ayude y debemos asegurarnos de que no estamos descuidando nuestro andar con él. Ahora, mi hermano, si al escuchar esta exposición y esta aplicación de este texto, el Señor te ha señalado y te ha llevado a ver y a entender en tu conciencia que realmente no has estado sirviendo al Señor como como debieras, entonces qué vas a hacer? Quedarte desplomado y deprimido? No, no, el Señor no quiere que te quedes ahí. El Señor quiere que vayas a él a pedirle perdón. Como él trata con la iglesia de Éfeso, ha dejado tu primer amor que le dice él. Recuerda de dónde has caído, arrepiéntete y haz tus primeras obras. El Señor dice, ve, pide perdón, pídeme perdón, yo te perdonaré y vuelve a hacer lo que tú hacías antes. Vuelve a servirme fielmente. Acércate a su trono. ¿Cómo se le llama ese trono en Hebreos 4, 16? Trono de gracia. Trono del que recibimos favor, misericordia, compasión. Sigue siendo un trono. Él es el rey. Pero es un trono donde el que está sentado en ese trono es manso y humilde, cuyo yugo y su carga es ligera. ¿Por qué? Porque él es un señor manso y humilde. porque él es un señor bondadoso. Él no es un déspota. Él es compasivo. Él se acuerda de que somos polvo. Él es un sumo sacerdote que se compadece de nosotros. Bueno, vayamos a él, pidámosle señor, perdóname. Y restáurame, no solamente perdóname, restáurame. Él lo hizo con Pedro. Señor le dijo a Pedro, Pedro, tú me vas a negar. Y Pedro insistió que no, que él no lo iba a negar. Lo negó tres veces. Y el señor en ese momento estaba siendo enjuiciado. Dice el texto que Jesús dio la vuelta y se encontraron los dos ojos entre los de él con Pedro. Cristo no tuvo que hablarle. Desde allá, el señor le estaba diciendo Pedro, yo estoy aquí falsamente siendo acusado e injuiciado. Pero yo no me he desentendido de ti. Yo he escuchado cada una de las tres negaciones, como yo te dije que iba a pasar. Pedro, tú me has negado a mí. Yo estoy a punto de morir por ti, Pedro. Pero yo soy grande en misericordia. Y Pedro entendió esa mirada, porque fue y lloró amargamente. ¿Qué pasó en aquella playa después de su resurrección? El Señor lo restauró. No apacienta a mis ovejas. Hizo la pregunta tres veces, humildemente reconoció, Señor, tú sabes que yo te amo, tú sabes que yo te amo. El Señor restaura. Si el Señor te ha mostrado a ti hoy, tú debilitate para restaurarte. Porque el Señor dice la escritura en una profecía, hablando de Jesús, del Mesías, Él no quebrará la caña. Él no quebrará la caña quebrada ni apagará la mecha cumea. Si tú estás tan débil espiritualmente que eres como una mecha que está por apagarse, el Señor va a soplarla. Si tú eres como una caña o como un palo que está quebrado, el Señor no va a terminar de quebrarlo como si tú no valieras nada para él. Él te va a vendar y te va a sanar. Pero tú tienes que humillarte delante de él. Tú tienes que pedirle al Señor. Yo estoy vuelto un disparate espiritualmente. Yo estoy vuelto un disparate espiritualmente. Yo he pecado contra ti. Yo estoy mal. Restáurame. Tú eres grande en misericordia. Por cierto, si no lo han leído, les recomiendo un libro que se llama Manso y Humilde, que les habla en detalle del corazón compasivo del Señor para con su pueblo. Manso y Humilde. está en Amazon. Recuerden que él te compró con su preciosa sangre para tenerte cerca, no para darte un certificado de una póliza de seguro en contra del infierno. No, él te él derramó su sangre para tenerte cerca. Para que tú tengas comunión con él. Si tu amor por él ha menguado. El suyo por ti no ha menguado. Él sigue siendo el Cristo misericordioso, compasivo, que quiere darte paz a tu alma y quiere que tú lleves el yugo suyo. Y él te puede llevar a decir, porque para mí el vivir es Cristo. Pues ahora, mi hermano, a él que obre en ti de esa manera. Mi amigo que no conoces a Cristo en esta noche. En realidad, la mayoría de ustedes no sé quién es quién. Tú sabes bien quién eres. Y si tú reconoces que no eres cristiano todavía, estás aquí como quiera. Me alegra verlo. Me alegra saberlo. Jesús dijo a una persona en cierta ocasión. Tú no estás. Tú no estás lejos del reino de los cielos. Pero una gran diferencia entre estar no estás lejos del reino de los cielos y está en el reino de los cielos. Hubo un hombre que le dijo a Pablo, casi me persuades a hacerme cristiano. Casi. no es lo mismo que serlo. Si tú te encuentras en una situación donde estás interesado en las cosas del Señor, lo que te quiero decir desde ahora es no te quedes ahí. No te quedes, no te quedes ahí. Pero te voy a decir algo a la luz de lo que hemos estudiado. Tú sabes muy bien que no te puedes identificar con las palabras del texto que hemos estudiado, porque para ti vivir no es Cristo. Para ti vivir no es Cristo. Y no te lo digo para ofenderte, que tú mismo lo sabes. Pero la realidad es que si no vives para Cristo, vive para otra cosa. Vive para el deporte, vive para tu novia, vive para el dinero, vive para tu fama, vive para tus planes. Vive para el deseo secreto que hay en tu corazón de ser multimillonario algún día. De hacer que salgas de un vehículo algún día donde la gente diga wow y quiera saber quién está ahí porque eres tú. Eso es lo que tú buscas. Quizá para ti el vivir es recibir paquetes nuevos cada día de Amazon. Cada vez que llegan te da una emoción. Qué será? Llegó lo que yo quería y vives de ese de emoción en emoción por cosa física y material tras cosa física y material. Pero tú sabiendo que ninguna de esas cosas satisfacen las profundidades de tu alma, tú tienes un vacío existencial que en ninguna de esas cosas plásticas o metálicas o olorosas pueden satisfacer. Tú lo sabes y nosotros lo sabemos por experiencia. Cuando vivíamos así como tú. Nosotros hemos estado de ese lado de la verja ya tengan eso entendido. Nosotros no le hablamos ustedes como unos superiores a ustedes, porque todavía no conocen a Cristo. No, no. Véanos como mendigos que han recibido el pan y le estamos diciendo a otro mendigo dónde encontrarlo. Todos estamos iguales. Todos somos pecadores. Mi amigo, si tú no vives para Cristo, tienes un gravísimo problema. Eso sí te lo tengo que decir. Y te lo digo por amor. Porque según nuestro texto, si para ti el vivir no es Cristo, para ti el morir no puede ser ganancia. Eso es tremendo problema. Si morir sin Cristo no representará para ti una ganancia como para el creyente, quiere decir que tu muerte representará pérdida, no ganancia, pérdida eterna. de lo que la Biblia habla como la perdición eterna. Y mi amigo, muy probablemente nunca lo has pensado, pero piensa en lo siguiente. Hay acaso alguna pérdida mayor que no poder estar con Cristo en el cielo? Sabías que lo más horrendo del infierno es estar separado de Cristo por siempre? Por eso, cuando él en el juicio, según se nos dice en Mateo, al final de Mateo, él les dirá algunas personas, apártense de mí al fuego eterno. El infierno es eso, principalmente apartados del Cristo, que en su misericordia te ha rodeado de tantas cosas buenas. Del Cristo que te ha dado cuando que creó este mundo y este universo y lo sostiene. el Cristo que te ha guardado con salud, el Cristo que te ha guardado tu mente con entendimiento para oír y entender su palabra, el Cristo que en su misericordia te ha puesto en un lugar donde tú recibas el evangelio, el Cristo que en su misericordia te ha dado hasta ahora oportunidad para venir a él. Tú no conoces lo que estar apartado de él. Total y permanentemente. Esa es la cosa más horrenda que hay. La bondad, misericordia y la compasión de Cristo que has experimentado hasta aquí. Jamás la conocerás y mueres en él. El Cristo del que no quieres saber hoy es el Cristo del que jamás oirás cuando mueras. No hay mayor pérdida que esa. Detestar escuchar sermones en la iglesia. Si lo detestas cuando muera, no escuchará más sermones. Pero te aseguro algo. ¿Vas a querer que se te conceda aunque sea un solo minuto para sentarte a oír el Evangelio glorioso de Cristo? Y tal petición te será denegada. Por siempre. ¿Pedirás que se te conceda? No se te dará respuesta. ¿Querrás oír de nuevo que Jesús es el camino, la verdad y la vida? pero jamás se te considera esa petición. Clamarás por misericordia y lo único que recibirás será ira y justicia. Desearás la muerte, pero la muerte huirá de ti porque ya habrás muerto. Ni aún la muerte será una solución. No sé si ustedes han escuchado. Levante la mano el que conoce la divina comedia de Dante. Dante fue un escritor de la Edad Media. Él nació en el siglo 13. Escribió un libro muy conocido que se llama La Divina Comedia. No es que yo estoy recomendándolo en el sentido de que tiene muchas cosas erradas, esteológicamente hablando, pero lo escribió ese ese ese libro muy conocido. En ese libro. Él se presenta con Virgilio, su compañero poeta también de camino y se encuentran con la puerta del infierno. Lo que quiero llamar a lo siguiente que él dice que en la puerta del infierno había un letrero arriba que decía abandonen toda esperanza a los que entran. Por lo menos está diciendo la verdad. Es decir. Él era consciente del destino irrevocable, eternamente irrevocable para todo aquel que entraba por el infierno. Ya no hay más esperanza. No hay más esperanza. Si mueres sin Cristo, tendrás que abandonar toda esperanza por toda la eternidad. Nosotros los seres humanos, por ejemplo, podemos pasar muchos días sin comer, verdad? Muchos días sin beber agua. Un ser humano puede pasar todo eso sin esas cosas. Pero no podemos vivir ni un solo segundo sin esperanza. Aunque no sea Cristo y la esperanza en Cristo lo que te levanta por la mañana para seguir trabajando. Por lo menos la esperanza de que te van a pagar al final del mes de la semana o en dos semanas o la esperanza de que algún día las cosas cambiarán o la esperanza de que habrá un mejor mañana o la esperanza de que te sacará la lotería. La gente siempre tiene una esperanza que lo hace seguir adelante. De hecho, tú le quitas la esperanza a alguien y se deprime. Pero muchas de nuestras esperanzas no son sólidas. son efímeras, son como como dice Ecclesiastes, como correr tras el viento. El que pone su fe en Cristo tiene una esperanza segura. Porque esa esperanza está fundada en el mismo Dios y está fundada en uno que se fue resucitado de entre los muertos, cuya cumbre estaba así, tumba está vacía. Confirmación de que él no era un farsante. Y hubo testigos oculares de ello, Pues mi amigo, todavía hay esperanza porque todavía estás vivo. Pero la única esperanza que te puedo asegurar es para hoy. ¿Por qué? Porque la Biblia dice que hoy es el día de la salvación. Ya ayer pasó. No puedes volver. Mañana no ha llegado. Tú no puedes contar con lo que ni tienes y no sabes si va a llegar. Entonces, con razón dice la Escritura, hoy es el día de la salvación. Y con razón el Señor dice en Isaías 55, busca al Señor, oiga ahora el elemento de urgencia, mientras puede ser hallado. En otras palabras, llegar al momento donde ya no podrá ser hallado. O porque mueres, o porque tu corazón se endurezca. En la Biblia solamente encontramos un individuo siendo, viniendo a Cristo al borde de la muerte. Un solo. Y un siervo de Dios llamado J.C. Ryle con mucha razón dice un solo. Un solo para que no seamos presumidos y esperemos hasta el final. Pero también un solo para que no perdamos la esperanza. Un solo caso. Porque comúnmente cuando una persona está al borde de la muerte ya está tan endurecida que empieza a maldecir a Dios. El temor al infierno no salva a nadie. Según la parábola de Enrico y Lázaro, aunque salga alguien del infierno y se para aquí, predica un sermón de los tormentos del infierno, nadie puede. No vendrían a Cristo, porque nosotros estamos muertos en delitos y pecados. Cristo, el Espíritu Santo, tiene que darnos vida para venir a Cristo. Así de duros somos por naturaleza. Pero el Señor se deleita en salvar pecadores. Él ha dicho el que a mí viene, yo no le echo fuera. Aunque tú lo hayas blasfemado, mi amigo, aunque tú lo hayas rechazado tanto, te hayas burlado de él, hayas inventado de que la Biblia no es confiable porque está llena de errores y no pueden ni señalar uno. Pero está bien, tú has señalado, has dicho que la Biblia no es confiable. Dice Cristo el que a mí viene, yo no le echo fuera. Yo te exhorto a venir a él hoy. Hoy. Y qué es venir a él? Ve, habla con él hoy. Dile señor, perdóname. Yo soy criatura tuya, tú no me consultaste para hacerme en el vientre de mi madre. Tú me hiciste nacer, me has dado vida y yo he estado viviendo para mí, para mí, de espaldas a ti. Yo soy una pecadora, yo soy un pecador, perdóname, sálvame de mis pecados, señor. Cambia mi corazón, transformame y ayúdame para que para mí sea una realidad las palabras que se estudiaron hoy. Para mí el vivir es Cristo y el morir ganancia. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por el honor, grandísimo honor de estudiar tu palabra. Gracias por todas las riquezas y tesoros que hay en este único versículo. Te rogamos que tú hagas que estas palabras cobren vida en nuestros corazones. Llevando a nosotros los creyentes a tomar más en serio estas palabras. Hazlo así por tu espíritu poderoso, Señor. Y también ven a obrar en aquellos que aún no te conocen para que Cristo venga a hacer su vida y morir para ellos venga a ser una verdadera ganancia. Sólo tú puedes hacer la obra, señor. Sólo tú puedes tomar tu palabra y traerla con eficacia al corazón. Por eso a ti la encomendamos para que tu nombre sea exaltado como el salvador de pecadores. En Cristo lo pedimos. Amén. Gracias, hermano, por su atención y amigos.
Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
Series Hispanic Ministry
El Pastor Harvey Martínez es el pastor de la Iglesia Bíblica Emmanuel, situada en el estado de New Jersey. Nos complace expresar nuestra gratitud, en el Señor, por la humildad de este hermano en aceptar nuestra invitación para presentar la palabra de Dios. Él nos predicó acerca de la importancia del testimonio de Pablo en Filipenses 1:21 y cómo podemos aplicar esto en nuestra vida.
Sermon ID | 226251657117279 |
Duration | 1:04:22 |
Date | |
Category | Bible Study |
Bible Text | Philippians 1:21 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.