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Marcos 5, del versículo 21 hasta el versículo 43, es el pasaje que vamos a ver hoy, si Dios lo permite. Del 21 al 43. Y lo que vemos anteriormente a este pasaje, en el capítulo... al final del capítulo 4 de Marcos, vemos como que Jesús calma la tempestad. Ahora, ¿quién puede calmar la tempestad? ¿Quién puede? El dueño de la tempestad. Solamente Dios puede hacerlo. Entonces, Jesús realmente se declara... se demuestra y se declara que realmente Él es Dios. Entonces, Él calma la tempestad, en los primeros versículos del capítulo 5, vemos como Jesús sana a un hombre endemoniado, le saca a los demonios, que dice que se llaman legión, porque hay muchos demonios dentro, y entonces vemos como que ellos se someten a la palabra de Cristo. ¿Por qué? Porque Él es Dios. Ellos tienen que obedecer, ellos se tienen que arrodillar delante de Él, porque Él tiene la autoridad, Él tiene todo el poder. Y entonces, aquí al final del capítulo 5, aquí en Marcos, empezando el versículo 21 hasta el final, vemos cómo Dios obra, bueno, sanidad en una mujer, y resucita a una niña. Ahora, ¿quién puede sanar? ¿Quién puede resucitar? Dios mismo. Él es el que lo puede hacer. Y lo que vemos es el poder que Dios tiene. Y vemos la fe, también. Cómo que Dios usa la fe, y Dios quiere que nosotros pongamos nuestra fe en Él, y que confiemos en Él, y que dependamos completamente en Él. Porque Él es el que realmente puede salvar. Incluso, se dice que un científico canadiense, G. B. Hardy, dijo... hizo dos preguntas. Dice... ¿Alguien ha podido vencer la muerte? ¿Y si ha podido vencer la muerte, me puede proveer un camino a mí, para que yo también pueda vencer la muerte? Entonces se puso a buscar. Y fue a la tumba de Buda, de Confucio, de Mahoma... ¿Y sabéis lo que encontró? Los cuerpos de ellos. Pero cuando llegó a la tumba de Cristo, no estaba ahí. Y entonces él dijo, aquí hay un hombre que venció la muerte. Entonces, la segunda pregunta, ¿me puede dar vida a mí? ¿Me puede hacer a mí vencer la muerte? Y entonces se puso a buscar en la escritura, y encontró Juan 14, 19, donde dice, Porque yo vivo, vosotros también viviréis. Eso es Juan 14, 19, al final del versículo. Dice, porque yo vivo, vosotros también viviréis. Y porque Dios es poderoso. Porque Dios es poderoso para de temer y continúa creyendo. Porque Dios es poderoso para de temer y continúa creyendo. El problema es que muchas veces el creyente teme sus circunstancias, en vez de creer en que Dios puede ayudar. En vez de creer que Dios puede sanar. En vez de creer que Dios puede fortalecerle en su dificultad. Y teme, cuando debe de parar de temer y continuar creyendo, porque Dios es poderoso. Y entonces, este pasaje, Realmente vemos que se escribe para darnos a entender que las apariencias con Dios no importan. Agradar a los hombres es insensatez, pero vivir para Dios sí merece la pena. Cualquier necesidad no es demasiado grande para Dios, porque Él te puede ayudar en tu problema. Él es más grande que tus problemas. Él conoce los corazones. Nada ni nadie se puede escapar de Dios. Él realmente tiene el poder para sanar, incluso para resucitar. Él tiene todo el poder, y su poder no tiene límite. Y por eso confiar en Dios es esencial. Dios realmente tiene tiempo para ayudarte, y quiere ayudarte, quiere fortalecerte, porque él es el mejor médico. Y siempre puedes venir a Dios con tu petición, con tu necesidad. Porque no hay necesidad de temer cuando Dios está contigo. Porque Dios es el que te cuida, es el que se interesa por tus necesidades, el que se interesa por sus hijos. Y siempre está disponible para ayudar. Entonces, cuando vemos este pasaje, que en realidad, va a sanar, o va a resucitar a una hija, y es interrumpido para poder sanar a otra mujer con otra necesidad. Y la realidad es que vemos a personajes con mucha necesidad. Porque vemos aquí en versículo 21, Marcos 5, 21. Dice, pasando otra vez Jesús en una barca a la orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud. Y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo, y luego que le dio, se postró a sus pies. Y le rogaba mucho diciendo, ¡Mi hija está agonizando! ¡Ven y pon las manos sobre ella para que sea salva y vivirá! Fue pues con él, y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Y esos versículos, lo que vemos del versículo 21 al versículo 24, es que no debes de temer. No temas, sino depende totalmente de Cristo. Depende totalmente de Cristo. Porque Dios es poderoso, para de temer, y continúa creyendo. Porque la realidad, vemos aquí a Jairo, que en el siglo XXII nos dice, es un principal de la sinagoga. Entonces, es una persona con autoridad, incluso uno de los hombres más importantes de la sinagoga. Ahora, quizás era fariseo, que seguía la ley estrictamente, Y entonces vemos que él está dispuesto a acercarse a Jesús, cuando incluso desde el principio del ministerio de Jesús, los fariseos, los escribas, los sauduceos, todos estos grupos, realmente rechazaban a Cristo, rechazaban su mensaje, entonces para un principal de la sinagoga. ¡Acercarse a Jesús y pedir ayuda! Pero no le piden una forma a escondidas, ¿no? No viene a Él de noche, como vemos a Nicodemos, que viene a Él de noche, sino ¡hay una gran multitud! Incluso lo vemos ahí en versículo 21, donde dice que cuando Jesús llega a la orilla en una barca, dice, se reunió alrededor de Él una gran multitud. y él estaba junto al mar. Entonces, aparenta que realmente ha estado enseñando bastante, porque incluso en Mateo, si vamos al pasaje a Mateo 8, vemos que Jesús calma la tempestad, y luego echa fuera los demonios al final del capítulo 8, luego vemos que sana a un paralítico, vemos el llamamiento de Mateo, vemos que Jesús responde a los fariseos, luego varias parábolas, y entonces es cuando llega lo de Jairo, el principal de la sinagoga. Entonces, en ese periodo, cuando dice, y él estaba junto al mar, seguramente está enseñando, está hablando, y está ocurriendo un montón de cosas, que para Marcos, en este caso, no es necesario mencionar, especialmente como los otros evangelios lo mencionan, pero entonces, dice versículo 22, y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo, y luego que le dio, se postró a sus pies. Entonces, realmente está dispuesto a recibir crítica, está dispuesto a recibir presión de sus compañeros, incluso de los religiosos de aquel día que rechazaban a Jesús. Realmente tiene presión de grupo. Pero aún así, le da igual. Quiere... quiere acercarse a Jesús, porque sabe que Jesús es el único que puede ayudar. Y tiene una necesidad muy grande, pero vemos ahí que se postra a sus pies. Es interesante, porque en el lenguaje original, esa palabra postrarse, literalmente tiene que ver con colapsar delante de sus pies. con caer. Y entonces, podéis imaginar, ahí está Jesús, hay una multitud alrededor de él, viene el principal de la sinagoga, incluso a lo mejor las personas se están apartando, porque, bueno, una persona de influencia, y de repente se acerca Jesús, y cae colapsado delante de sus pies. Y entonces, ¿le dice por qué? El siglo XXIII dice, y le rogaba, le rogaba mucho, diciendo, mi hija, está agonizando. Ven y pon las manos sobre ella para que sea salva y vivirá. Entonces, vemos su necesidad. Su necesidad es demasiado grande. Y para él, las apariencias no importan. Porque, por su necesidad, su hija va a morir. Entonces, ¿no le importó lo que pensaría la gente? Nadie ni nada le pararía en buscar ayuda de Cristo. Porque... por su necesidad. Porque... porque agradar a los hombres es insensatez. Vivir para Dios realmente merece la pena. ¡El rechazo de los hombres no importa! Incluso sabemos que luego en Juan 9.22 nos dice que había llegado al punto que los judíos habían acordado, eso es Juan 9.22, habían acordado que si alguien dijese que Jesús era el Mesías, los echaban de la sinagoga. Pues imaginaos, aquí hay un principal de la sinagoga, es posible que le echen de la sinagoga. Aunque tiene mucha autoridad. En Juan 9.22. Dice, y dijeron... Bueno, esto es la historia del ciego de nacimiento, que Jesús le sana, y entonces los judíos no quieren aceptar que Jesús le hayan sanado. En el siglo XXII, dice, y esto dijeron sus padres porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. Entonces, tenemos que tener eso en mente, cuando pensamos aquí en Marcos, volviendo a Marcos 5, 22, cuando viene un principal de la sinagoga, ¡y en frente de todos se postra a los pies de Cristo! Y entonces dice que le ruega, dice que le rogaba mucho, diciendo, mi hija está agonizando. Y entonces, lo que nos dice en Lucas 8, 42, Lucas 8, 42, es que él tenía una hija única. No, solamente tenía una hija. Lucas 8, 42, dice porque tenía una hija única, como de 12 años, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la multitud le oprimía. Entonces, realmente tiene una necesidad, y quiere que... que Jesús le ayude porque nadie más puede resucitar, nadie más puede sanar. Los médicos ya es tarde, se está muriendo, está agonizando. Y entonces vemos la gran necesidad en la que se encuentra porque su hija se va a morir y necesita algo ahora, inmediatamente. Por favor, ¡ven conmigo ahora! Aunque la multitud, aunque haya una multitud alrededor de él y seguramente estaba sanando a otros, quizás estaba ayudando, fortaleciendo, enseñando, pero Jesús está dispuesto a escuchar a un individuo para suplir una necesidad, para fortalecer. En realidad, vemos ahí la conexión. Vemos que que a Cristo le interesa el individuo, que Cristo tiene el poder, pero aún es sensible a las necesidades de las personas. Cristo tiene la autoridad, pero aún así es amable. Cristo es soberano, pero aún así está lleno de amor leal, y está dispuesto siempre para ayudar, y quiere ayudar. Y entonces, esa idea de agonizando, básicamente, está hablando de que está en lo último de su vida. Está a punto de morir. Y lo que... Vemos la fe de Jairo, porque él les dice, en Versículo 23, Ahora, ¿eso es fe? porque Él no lo ve. Pero Él confía de que Jesús tiene la autoridad, de que Jesús tiene el poder. Al ser Dios, tiene el poder para sanar, tiene el poder incluso para resucitar. Y vemos la fe que Él tiene, incluso la humildad y la insistencia, porque dice que le rogaba mucho. Dice, será salva y vivirá. Y entonces, viene a Jesús con esta gran necesidad, porque sabe que Él puede ayudar. En el versículo 24 nos dice lo accesible que era Jesús, porque nos dice que fue con él. Dice, fue pues con él, y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Entonces, aquí vemos a Jesús que se dirige hacia la casa de Jairo, pero había mucha gente que él se está siguiendo, una multitud, que llega al punto que está incómodo. Seguramente alguna vez habéis estado en un sitio donde hay una multitud de personas, y entonces llega el punto que es que casi ni siquiera te puedes mover. ¿No? Y entonces es incómodo, a lo mejor te aprietan, y... ¡Hay tanta gente! ¿No? Entonces, ha llegado a ese punto. ¡Hay tanta gente! Y entonces, vemos que eso, para Jairo, tenéis que recordar, su hija se está muriendo. y la gente está oprimiendo, la gente como que está en el medio. Entonces, eso en realidad, para Jairo, para el principal de la sinagoga, eso podía ser una causa de frustración, de decir, ¡pero quitaos del medio! ¿Dónde está la ambulancia? ¿Dónde está el burro con las luces? ¿No? Para que vaya allá y que realmente se quite la gente del medio, por favor. ¡Quitaos del medio! ¡Es una necesidad! Y entonces, vemos que dice, fue pues con él, y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Pero la realidad es que Dios es poderoso. ¡Dios es poderoso! ¡Para de temer! ¡Para de temer! Y continúa creyendo. Y lo primero que hemos visto es que no temas, sino depende totalmente de Cristo. Pero por segundo, vemos aquí desde el versículo 25 al versículo 34. No temas, porque Cristo tiene todo el poder. No temas, porque Cristo tiene todo el poder. Ahora, ¿qué es lo que ocurre? No solamente hay una multitud, sino que de repente, en la multitud, hay una mujer que también tiene una necesidad muy grande. Y entonces ella se acerca a Jesús. Y en versículo 25 dice, Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre. Esto es Marcos 5.25. Y entonces... Dice, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado. Antes, le iba peor. Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás, entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía, si tocaré tan solamente su manto, seré salva. Y enseguida la fuente de su sangre se secó, y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo, ¿Quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron, ¿Ves que la multitud te aprieta y dices quién me ha tocado? Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces, la mujer temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo, hija, tu fe te ha hecho salva. Ve en paz. Y queda sana de tu azote. Entonces aquí vemos algo inesperado, especialmente para Jairo. Aquí Jairo, vale, por fin, tengo a Jesús que va hacia la casa, va a sanar a mi hija, todo va a ser bien. Pero de repente, la multitud se para. Porque Jesús dice, ¿Quién me ha tocado? Y entonces, os tenéis que poner en los zapatos de Jairo. Tenéis que estar diciendo... ¡Mi hija! ¡Hay tanta gente! ¿Qué más da? Pero hay algo importante. Porque vemos la gran necesidad de la mujer, que nos dice en versículo 25... Había una mujer que de hace 12 años... Es interesante porque la niña... había vivido 12 años y ahora estaba a punto de morir, esta mujer había tenido flujo de sangre durante 12 años. Había padecido y había sufrido, incluso de médicos y había gastado todo lo que tenía. Pero esa idea de flujo de sangre es la idea de que tenía una hemorragia. Ahora, no nos dice exactamente cómo y de qué forma, pero básicamente es la idea de movimiento de líquido, ¿no? Flujo de sangre, y quizás era por una enfermedad del útero, un temor, no se sabe exactamente. Pero, ¿qué es lo que pasaba con ese flujo de sangre? pues, la hacía impura, de acuerdo a la ley, nos dice el Levítico 15, era muy doloroso, era muy largo, ya llevaba 12 años, y al tener este flujo de sangre, de acuerdo a la ley, era inmunda, entonces su estado social era muy limitado. Ella tenía que vivir en otra parte, ella tenía que... o sea, no podía entrar al templo, no podía venir al templo a adorar, entonces... Estaba apartada, estaba separada. Entonces, vemos mucha fe. Mucha fe, porque ella dice, si tan solamente tocase su manto. Y tenemos que recordar que en esos días, vestían esos mantos, que básicamente es la túnica de afuera. Y entonces, ella quiere quedar a escondidas. Ella dice, lo único que tengo que hacer, cuando hay un montón de gente golpeando, o sea, que están ahí, y se están apretando, pues entonces ¡pum! Le toco el manto, ¡quedo sana! ¡Ya está! ¡Fácil! Pero, ¿qué pasa? Que... Cristo tiene otros planes. Cristo quiere animarla y consolarla, incluso que la gente vea el poder de Dios en acción, Porque dice, en versículo 26, nos dice, había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado antes de iba peor. Entonces, esa idea de que había gastado, es que había pagado sus gastos, y había gastado todo lo que tenía, todo su dinero, e incluso no lo había aprovechado nada, no era de ningún beneficio, no lo había ayudado, e incluso le iba peor, o sea, le iba para mal. Entonces, vemos los resultados de esta enfermedad, hay mucho sufrimiento y pobreza. y ahora ya se ha quedado sin recursos, se ha quedado sin posibilidad de sanarse hasta que escucha de Jesús en el siglo XXVII. Dice, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud y tocó su manto. Y entonces, incluso en Lucas 8.44 nos dice que tocó el borde simplemente el borde de su manto, Lucas 8.44, y se le acercó por detrás, y tocó el borde de su manto, y al instante se detuvo el flujo de su sangre. También aquí en Lucas, ya que estamos aquí, Lucas 8.43, es interesante cómo lo pone Lucas, porque lo que él dice es que, básicamente, para los médicos, era imposible sanar a la mujer. Ahí lo dice en Lucas 8, 43. Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hace 12 años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y por ninguno había podido ser curada. Y básicamente es la idea de que era imposible para alguien humano poder curar. ¡Ella necesitaba a Jesús! Y ella se da cuenta, cuando escucha de él, ella se da cuenta, y por eso va con fe. Tenemos que recordar la cantidad de fe, porque seguramente, al perder tanta sangre, está débil, pero aún así, se tiene que meter en medio de ese grupo, y echar a unos a un lado, intentar conseguir tocar a Jesús. porque eso va a cambiar su vida. Ese encuentro con Jesús, ese roce con Jesús, realmente va a cambiar su vida. Y ella tiene fe de ello, y entonces dice que lo hace. ¿Y cuál es su razón? Versículo 28. Porque decía, Si tocaré tan solamente su manto, seré salva. Entonces, tenía una gran necesidad, pero también tenía una grande fe. Tenía mucha fe Y vemos que la fe, realmente, incita a ir más lejos de lo que puedes ver, y de lo que puedes entender. Porque ella, quizás, no entendía todo lo que podría ocurrir, no entendía todo sobre Cristo, pero lo que ella sabía, es que si a ella le tocaba, ella iba a ser sana. Y entonces, vemos como que ella creyó y actuó sobre su fe, Porque la realidad es que si ella no hubiese tenido fe, no se hubiese acercado a él, no le hubiese ido a buscar, no se hubiese acercado a Jesús y no hubiese sido salva de su azote. Incluso cuando dice... Esta idea de ser salvo, luego dice en versículo 34, Hija, tu fe te ha hecho salva. Seguramente se está refiriendo también a la salvación espiritual. Haber tenido tanta fe de ir a Jesús en su necesidad. Tiene un aspecto de redención también. No solamente le sanó físicamente, sino espiritualmente también. Porque ella se dio cuenta de su necesidad de Cristo. Pero volviendo aquí a versículo 28, Marcos 5, 28, dice, Si tocaré tan solamente su manto se le salva. Versículo 29 dice, Enseguida, o sea, inmediatamente la fuente de su sangre se secó. Y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Entonces, todo el trabajo de los hombres, todos los médicos, todo el dinero, no servía de nada. Pero solamente al buscar a Jesús, al tocar su manto, eso era suficiente. Para sanarla. Incluso ahí dice que se secó, que su sangre se secó. Y esa palabra secó, realmente es marchitarse. O sea, secarse como una planta. Como que se marchita, se seca. Y entonces dice... Y sintió en su cuerpo que estaba sana de aquel azote, de aquella, literalmente, aflicción. ¿Por qué? Cristo la sana por su fe. Inmediatamente curada de su enfermedad, y vemos como que, al haber tocado a Jesús, eso cambia su vida. Entonces, para ella, perfecto. Prueba superada. ¿No? Ha hecho lo que ha querido hacer. Tocar a Jesús. Ahora es sana. Gloria a Dios. ¿Pero qué pasa? Versículo 30. Luego Jesús, conociendo... Ahora, tenemos que recordar que Jesús es Dios, y si Él es Dios, Él conoce todo. Al conocer todo, Él sabía que esto iba a ocurrir, y Él sabía que alguien le había tocado, y que poder había salido de Él para sanar. Entonces dice, en el siglo XXX, Marcos 5.30, Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder, que había salido de Él, volviéndose a la multitud, dijo, ¿Quién ha tocado mis vestidos? Entonces, ¿qué pasa? La mujer no se queda oculta, porque Dios conoce todas las cosas. Nada se puede esconder de Dios. No te puedes esconder de Dios. No puedes esconder incluso lo que piensas de Dios, porque Dios lo conoce todo. Y entonces, en versículo 31, nos dice que sus discípulos le dijeron, ¿Ves que la multitud te aprieta? Y dices, ¿Quién me ha tocado? Entonces, esa pregunta, seguramente, para la mujer, era como que, guau, me alegro, porque así no tengo que decir que me ha tocado, que yo fui el que le toqué. Incluso, en Lucas 8, 45, nos dice que la gente lo negaba. En Lucas 8, 45, dice, entonces Jesús dijo, ¿Quién es el que me ha tocado? Dice, y negándolo todos. Ahí es cuando los discípulos, y aquí menciona a Pedro, dice, y Pedro, y los que estaban con él. Maestro, la multitud te aprieta y te oprime. Dices, ¿quién me ha tocado? Entonces, es después que, cuando Jesús pregunta, todo el mundo lo niega. No, no, no, no. No, es la presión del grupo. Nadie quiere salir adelante. Y entonces, dice... que lo niegan todos. ¡Pero Cristo sabe! Y por eso, versículo 32, volviendo a Marcos 5, Marcos 5, 32, dice, Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. ¿Por qué? Porque a Cristo le interesa la sanidad de la mujer. Porque a Cristo quiere salvarla espiritualmente. Y Cristo también quiere que la gente escuche del testimonio de la mujer. Incluso aquí dice que está mirando, pero también en Lucas 8.46 nos dice que Jesús le responde a los discípulos diciendo, alguien me ha tocado, porque yo he conocido que ha salido poder de mí. Y entonces, en versículo 47, Lucas 8.47, nos habla que ahora se da cuenta la mujer que no está no se puede esconder no se puede esconder de dios y en el siglo 47 dice entonces cuando la mujer vio que no había quedado oculta vino temblando y postrándose a sus pies le declaró delante de todo el pueblo, por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. Entonces, aquí está la mujer, en su necesidad, ha intentado hacerlo a escondidas, que nadie se dé cuenta, solamente tocar el manto de Jesús, ser sana, y me voy a mi casa. Ya está. Pero no es así. Cristo se da cuenta, porque Cristo lo sabe todo, y entonces... Ella no se puede esconder. Y por eso viene temblando, porque ahora no sabe qué va a ocurrir. Cristo ha parado toda la multitud. Él va a ir a sanar a una niña, pero para la multitud. Y empieza a preguntar, ¿Quién me ha tocado? ¿Quién me ha tocado? Alguien me ha tocado. Yo sé que podrá estar miedo de mí. Pero también tenéis que recordar a Jairo. Que Jairo está... ¡Vamos! ¡Que mi hija se está muriendo! Pero aún así, ¡no hay que temer! No hay que temer, sino hay que continuar creyendo. Porque vemos... Esta mujer, vemos su situación desesperada, su necesidad de Cristo, incluso aquí en Marcos 5.33, dice, entonces la mujer temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad, dando testimonio. de los 12 años de sufrimiento, de haber perdido todo, para poder sanarse, y no le había aventajado para nada. Incluso le iba peor. Estaba mal, mal. Y no podía hacer nada. Hasta que escuchó de Jesús, tocó su manto, y fue sana al instante. Viendo el poder de Dios. Entonces, en versículo 34, Marcos 5, 34, dice que Jesús le dice, Hija, tu fe te ha hecho salva. Ve en paz y queda sana de tu azote. Entonces, esa idea de salva es rescatar, ¿no?, librar. Queda sana es estar saludable, otra vez, saludable, estar completo. Ahora, la fe es la que la hizo salva. Y tiene una connotación redentora en el sentido de que no solamente la sanó físicamente, sino que ella, haber demostrado tanta fe, y haber visto cómo Dios obra en su cuerpo, en su vida, ella le confiesa como Señor, le confiesa como el Mesías, le confiesa como su Salvador. Por la fe. Y entonces, viendo cómo que Dios se interesa. A Dios le interesas. Dios tiene tiempo para ti. Aunque parece que no hay tiempo para nada. Tiene que ir a sanar la hija de Jairo. ¡No hay tiempo! ¡Corre, corre, corre! Espérate. Dios tiene tiempo. Dios tiene tiempo para ayudarte, para tus necesidades. ¡Dios quiere tú bien! Dios actúa sobre tu fe. Él quiere que tú tengas fe en Él, que tú confíes. Y porque Dios es poderoso, para de temer y continúa creyendo. Entonces, no temas, si no depende totalmente de Cristo. No temas, porque Cristo tiene todo el poder. Y por último, aquí en Marcos 5, del 35 al 43, no temas, porque Cristo controla la vida. No temas, porque Cristo controla la vida. Porque nos dice ahí el versículo 35, que mientras Él, hablando de Cristo, mientras Él aún hablaba, vinieron de la casa del principal de la sinagoga, diciendo, tu hija ha muerto. Y ahí es básicamente donde empieza el pasaje ahí en Mateo, donde que la hija está muerta, y entonces lo cuenta de una forma diferente, pero el punto es que ¡ha muerto! ¿Ahora qué? No temas. Porque Cristo controla la vida. Y entonces le dice en Bs. 35, Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas más al Maestro? Pero, Bs. 36 dice Jesús, Luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga, No temas. Cree. Solamente. ¡No temas! ¡Cree! Solamente. Debes de seguir creyendo. Pues para de temer, y continúa creyendo. Porque Dios tiene poder. Y entonces... Ahí vemos que Jesús le exhorta, aunque Jairo está en una situación difícil, debe de seguir creyendo a Cristo. No rechazarle, no decir, bueno, ya, ya está, se acabó, ya murió. No, porque Cristo tiene poder sobre la muerte. Entonces, si ir a buscar a Jesús requería fe, antes de que la hija había muerto. Imaginaos seguir creyendo para que pueda hacer aún más de lo que pensabas que era posible, al llegar al punto de poder resucitar a la hija. Pero entonces vemos que para Cristo, realmente, como Él tiene todo el poder, es el dueño de la vida, Él controla la vida, la niña para Él no está muerta, es como que está dormida, igual que Lázaro. Cuando muere Lázaro, Jesús dice duerme. Y entonces, dicen los discípulos, ¿para qué entonces vamos a ir a despertarles? Si duerme, va a despertar, va a sanar. Pero luego Jesús les dice, no, es que ha muerto. Pero para Jesús, como Él tiene todo el poder, Él puede resucitar. Vemos que, para Él, como Él controla la vida, la muerte es temporal, en cuanto a... porque él tiene el poder de la resurrección. Es interesante que vi un comentario de alguien que dijo que Jesús... que estaban... había un predicador que quería predicar en una... en un entierro, y quería predicar el mensaje que Jesús había predicado en un entierro. Entonces, se puso a buscar, se puso a buscar la Escritura, y ¿sabéis lo que encontró? Que Jesús nunca predica un funeral. Porque cuando Jesús llega a un funeral, los levanta. Porque Él tiene el poder sobre la vida. Y entonces, vemos aquí en versículo 36, Marcos 5, 36, dice, pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga, no temas, cree solamente. Y entonces, versículo 37, vemos que Jesús se lleva consigo mismo a su círculo interno, básicamente de los discípulos, porque dice, versículo 37, y no permitió que le siguiese nadie, sino Pedro, Jacobo y Juan, hermano de Jacobo. Ahora tenéis que recordar, justamente aquí en Marcos, si vamos a Marcos 9.2, cuando Jesús se transfigura, ahí en el monte de la transfiguración, ¿quién está con Él? En el siglo II, Marcos 9.2, dice, seis días después Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó a parte solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. Y entonces vemos la transfiguración de Cristo, ¿no? Realmente mostrándoles su cuerpo de gloria. Vemos este círculo interno. A estos son los que se lleva consigo Y entonces, realmente para que haya testigos, pero también que enseñen, que puedan ver el poder de Dios en acción. Y entonces, en el siglo 38, Marcos 5, 38, dice, Y vino a casa del principal, de la sinagoga, o sea, de Jairo, y vio el alboroto, y a los que lloraban y lamentaban mucho. Ahora, en esta sociedad, era común de pagar a gente para expresar lamento por ti. Entonces, muchas veces eran gente con instrumentos, o eran gente que simplemente gritaban y lloraban, y eran casi como... gente que lamentaba de una forma... de profesionales, básicamente es la idea. Ellos iban a tu entierro, y entonces... o a tu casa, y entonces, para expresar dolor, me dían gritos, lloros, y todo lo demás. Entonces, cuando Jesús se presenta, obviamente, la hija ya ha muerto. Ya ha empezado el alboroto. Ya ha empezado el... Realmente, están adoloridos. Y vienen aquí, dice... Versículo 38. Y vino a la casa del principal de la sinagoa, y vio el alboroto. Que tiene que ver con... Que están agitados. Y a los que lloraban, y lamentaban mucho. Dice, y entrando, les dijo, ¿Por qué alborotáis y lloráis? ¿Por qué? Porque no hay necesidad de temer, cree solamente. No temas, cree solamente. ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta si no duerme. Y desde el siglo 40, dice que se burlaban de él. Es la idea de ridiculizar. ¡Reírse de él! Y esta burla realmente demuestra que la niña sí estaba muerta. Era real, incluso. Lucas, al ser médico, Lucas 8-53, nos dice que la muchacha estaba muerta. Lucas 8-53. Dice, y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. ¿Vale? Entonces, se están burlando, porque él dice, está dormida. Y dicen, no... Básicamente, le están diciendo, mira, éste está loco. Éste no entiende. Está muerta. ¿Cómo va a estar dormida? Está muerta. Y se están burlando de él. Entonces, versículo, volviendo aquí a Marcos 5.40, dice, se burlaban de él, más él. ¡Echando fuera a todos! Tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Entonces, ¿quiénes están con Jesús? Están los padres, y están, como dice el versículo 37, Pedro, Jacobo y Juan. Y entonces, entran a donde está la niña, versículo 41, y tomando la mano de la niña, le dijo Talit Acumni, que traducido es, niña, A ti te digo, levántate. Entonces, en versículo 42, ¿qué es lo que va a ocurrir? Porque ahora por fin ha llegado Cristo a la casa, por fin ha tocado y ha puesto su mano sobre la niña. ¿Qué es lo que va a ocurrir? ¿Dónde está la fe? ¿Realmente va a resucitar? ¿O simplemente... Bueno, es otro problema, ¿no? Es... ya... Cristo no era digno de fe, se podría decir, ¿no? Si no ocurre nada, pues Cristo no puede resucitar. ¿Pero qué es lo que ocurre? Del siglo 42. Dice, y luego la niña se levantó y andaba. Pues tenía 12 años. ¡Y se espantaron grandemente! ¿Por qué se espantaron? Porque estaba muerta. Y cuando alguien muere físicamente en este mundo, al menos que Cristo le resucite, no revive. Y entonces, ¡se espantaron grandemente! Incluso dice, pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se les diese de comer. Incluso hay otro de los evangelios, nos dice que los padres se quedaron atónitos. En Lucas, Lucas 8.56 dice, y sus padres estaban atónitos. O sea... básicamente se espantaron tanto que, más allá de la comprensión, llegó al punto de maravillarse tanto que no lo podían ni siquiera asimilar. era tanto el espanto, tanto... les había afectado tanto que se asombran al punto de terror, de confusión, porque estaba muerta. Y Cristo al tocarla la llama y la resucita, porque Cristo tiene el poder sobre la vida. Debemos de confiar en Dios. Debemos de... Continuar creyendo, porque Él tiene el poder. Dios tiene el tiempo para ayudarte. Él es el mejor médico. Siempre puedes venir a Dios con tu petición, porque a Dios le interesas. Incluso a Dios le interesa tu corazón. A Cristo no le interesan las apariencias. Él está dispuesto a ayudar ¿Seas principal de la sinagoga o seas una mujer pobre que no tiene nada que dar? Porque no hay diferencia para Dios. Dios trata a todos iguales. Las apariencias no importan. Por eso agradar a los hombres es insensatez. Pero vivir para Dios sí merece la pena. Debes de confiar en Dios. Debes de... de buscarle, porque Él es el que te puede ayudar a escapar de tu dificultad, de tu situación, de tu necesidad, porque Dios es poderoso. ¡Para de temer y continúa creyendo! No temas, si no depende totalmente de Cristo. No temas, porque Cristo tiene todo el poder. Y no temas, porque Cristo controla la vida. Es porque Dios tiene el poder, y es poderoso. Para de temer. Y continúa creyendo. Vamos a terminar en oración.
No Temas, Cree Solamente
Series Marcos
Sermon ID | 2171554393 |
Duration | 46:07 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Mark 5:21-43 |
Language | Spanish |
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