La Presencia de Dios Entre su Pueblo

La presencia de Dios entre su pueblo no es esa sensación cosquillosa que muchos buscan en la iglesia con música y clamores; no es algo que se logra, que se atrae o que se siente, ni depende de lo que nosotros hagamos. La presencia de Dios es una realidad divina que alcanza toda la creación, aun el infierno mismo donde Dios manifiesta en su totalidad lo terrible de su ira. Sin embargo, su presencia entre su pueblo es algo único y especial, es una prerrogativa que Dios hace posible por su fidelidad al pacto de gracia que Él hizo con sus elegidos, que confirma con su palabra, selló con la sangre de su Hijo amado y hace una realidad por el Espíritu Santo en el corazón de los suyos. Dios está con su pueblo para bendecir tanto como para juzgar; para favorecer como para disciplinar. Su presencia es inevitable, solemne y conmovedora. Su pueblo la reconoce, la honra, la desea y la tiene, lo sienta o no lo sienta. Emmanuel es la garantía de la presencia de Dios entre su pueblo.