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Un comentarista dijo, amar a todos de manera general puede ser una excusa para no amar a nadie de manera concreta. El apóstol Juan en 1 Juan capítulo 3 versículo 17 dice, pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, cómo mora el amor de Dios en él? Eso es 1 de Juan, capítulo 3, versículo 17. Ahora, en el versículo 16, ha definido el amor con el ejemplo de Jesucristo, donde nos dice, en esto hemos conocido el amor, en que Él puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Ahora, entregar la vida por los hermanos en Cristo quizás nunca sea necesario. Pero ese amor se demuestra al ayudar a los necesitados de la comunidad de la fe. Es que todo creyente puede y debe mostrar amor. Es que el amor está dispuesto a entregar lo que tiene valor para uno mismo, para enriquecer las vidas de otros. Es que el apóstol Juan ahora presenta la obligación de amar de una manera muy práctica. Aunque la situación que presenta es hipotética, es una situación muy probable. O sea, presenta a alguien que tiene recursos y a otra persona que tiene necesidades. Lo que hay que entender es que la voz del Juan no indica que esta situación sólo aplica a los ricos. La ilustración aplica a cualquiera que posee los recursos para cubrir las necesidades del necesitado. Y por ello vemos que dice B. Eso sugiere una contemplación reflexiva de su hermano en Cristo. Se da cuenta de que ese hermano en Cristo tiene una necesidad y él tiene los recursos necesarios para cubrir esa necesidad. Y es que el apóstolo Juan no explica la naturaleza de la necesidad. La cuestión es que un hermano en Cristo tiene los medios para ayudar al necesitado. Y la ley de Dios requiere compasión para los necesitados. Nos dice en Deuteronomio 15, versículo 7, no endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente y en efecto le prestarás lo que necesite. Y saltando al versículo 10, dice, sin falta le darás y no serás de mecino corazón cuando le des. Eso es Deuteronomio 15, versículos 7 y 8 y también el versículo 10. Ahora, aquí en el texto que estamos considerando aquí en primera de Juan, capítulo 3, versículo 17. Dice, pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón. Esa idea de que cierra su corazón representa una respuesta negativa a lo que ha visto. Ha visto la necesidad y es consciente de que debe de actuar para aliviar la necesidad, pero en cambio refrena su compasión. Su egoísmo le guía a no prestar atención a las necesidades de su hermano en Cristo. Lo cual es una respuesta opuesta a lo que hace el buen samaritano. Si recuerdas, en Lucas 10, del 30 al 35, Jesús dice que había un hombre que descendía de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron. Heriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino y viéndole, pasó de largo. Asimismo, un levita llegando cerca de aquel lugar y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano. que iba de camino, vino cerca de él y viéndole, fue movido a misericordia. Y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino, y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él. Otro día, al partir, sacó dos denarios y los dio al mesonero y le dijo, Cuídamele, y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. Eso es Lucas 10, desde el versículo 30 hasta el versículo 35, donde Jesús está enseñando lo que es un prójimo. Pero aquí vemos esa respuesta del buen samaritano, que él ve la necesidad, tiene los recursos para cubrir esa necesidad y las cubre. Pero aquí en 1 de Juan, capítulo 3, versículo 17. Este. Esta persona que profesa fe en Cristo ve a un hermano en Cristo tener necesidad, tiene los recursos para cubrir esa necesidad, pero cierra contra él su corazón. Y cierra su corazón intencionalmente, aunque su hermano tiene necesidad. Y por ello el apóstol Juan presenta esa pregunta retórica. ¿Cómo mora el amor de Dios en él? ¿Cómo mora el amor de Dios en él? Lo que hace esa pregunta retórica es enfatizar que esa afirmación de ese individuo, de ser un creyente genuino, es una afirmación falsa. El amor de Dios no puede permanecer en él porque no refleja el amor de Dios. Ahora, esa frase, el amor de Dios, ¿puede significar el amor que viene de Dios? ¿O quizás el amor hacia Dios? ¿O aún también el amor característico de Dios? Aunque es más probable que sea una combinación de esas opciones donde el amor de Dios que has recibido está en tu corazón, por ello amas a Dios y reflejas esa característica de amor y por eso amas a tu prójimo. Incluso Jesús mismo insistió que no se puede separar el amor hacia Dios del amor hacia el prójimo. Cuando nos dice en Mateo 22, 35 al 40, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22, desde el versículo 37 hasta el versículo 40. Aún también el apóstol Juan, en primera de Juan 4, del 20 al 21, dice, si alguno dice, yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él, el que ama a Dios, ame también a su hermano. Eso es primera de Juan, capítulo 4, versículo 20 hasta versículo 21. donde básicamente dice, si no amas a tu hermano en Cristo, a quien puedes ver, porque tiene forma física, ¿cómo vas a amar a Dios, quien es espíritu, a quien no puedes ver? Es que rehusar expresar el amor de manera práctica a un hermano en necesidad desacredita la afirmación de amar a Dios. ¿Amas a tus hermanos en Cristo de manera concreta?
¿Amas a tus hermanos en Cristo de manera concreta?
Series Estudia, Practica, Enseña
Sermon ID | 21525103339232 |
Duration | 07:59 |
Date | |
Category | Teaching |
Bible Text | 1 John 3:17 |
Language | Spanish |
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