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Primera de Juan, capítulo 3, si Dios lo permite, vamos a considerar desde el versículo 16 hasta el versículo 18. Primera de Juan, capítulo 3, desde el versículo 16 hasta el versículo 18. Demuestra tu fe genuina con amor sacrificial. Demuestra tu fe genuina con amor sacrificial. Aquí el texto nos dice, aquí en 1 Juan capítulo 3, desde el versículo 16 hasta el versículo 18. En esto hemos conocido el amor. En que Él puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, como mora el amor de Dios en él. Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Eso es 1 Juan, capítulo 3, desde el versículo 16 hasta el versículo 18. Ahora, anteriormente el apóstol Juan ha demostrado que el amor da evidencia de la vida, de que hay una vida espiritual, de que una persona es creyente, es un creyente genuino porque ama, ama como Dios ama. Pero ahora el apóstol Juan explica que la esencia del amor es sacrificio personal. Entonces, por ello usa el ejemplo de Jesucristo, quien realmente define lo que es el amor genuino. Y es que la esencia del amor es sacrificio personal. O sea, el apóstol Juan ha dejado claro que el amor es un distintivo del cristiano. Es un distintivo del creyente genuino. Como nos dice 1ª de Juan 3, 14. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano permanece en muerte. Sosprime de Juan 3, versículo 14. Entonces, el que no ama a su hermano en Cristo lo que demuestra es que no es un creyente genuino. Y entonces ahora lo que hace el apóstol Juan es explicar la naturaleza del amor y hace hincapié que el creyente debe de practicarlo. Y por ello aquí vemos en la primera parte del versículo 16, como el apóstol Juan, enfatiza que el autosacrificio de Cristo es la manifestación suprema del amor. Y luego, en la segunda parte del versículo 16, y el versículo 17, indica que los creyentes tienen la obligación de practicar el amor. Y luego, en el versículo 18, hace un llamado a practicar el amor genuino. Y entonces, vemos aquí al apóstol Juan, que inspirado por Dios, él decía que los creyentes amen a otros de la manera que Dios define el amor. No como el mundo define el amor, sino de la manera que Dios define el amor. Y aquí este texto define el amor al mostrar el ejemplo de Jesucristo. Es un amor sacrificial. Incluso en Juan 15, versículo 13, Juan 15, versículo 13, dice, nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. Eso es Juan 15, versículo 13. Y Y eso es exactamente lo que hace el Jesucristo. Él entrega su vida. Él muere en nuestro lugar. Él da su vida y demuestra su amor. Como nos dice Romanos 5, 8, más Dios muestra su amor para con nosotros. En que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. un hombre llamado Jay Denny dijo si yo estuviera sentado en el extremo del muelle en un día de verano disfrutando del sol y del aire y alguien viniera, saltara al agua y se ahogara para probar su amor por mí lo encontraría bastante inteligible o sea, no lo entendería yo podría estar muy necesitado de amor pero un acto sin relación relacional con ninguna de mis necesidades no podría probarlo. Pero si yo me hubiera caído del muelle al agua y me estuviera ahogando y alguien saltara al agua a costa de hacer mi peligro o lo de no ser por él sería mi destino, el suyo propio, y me salvara de la muerte, entonces diría nadie tiene mayor amor que éste. Lo diría inteligiblemente porque habría una relación inteligente entre el sacrificio que el amor hizo y la necesidad del que la redimió. He estado citando a J. Denny, y básicamente lo que está diciendo, si alguien se sacrifica por mí de una manera que no es entendible, pues no tiene sentido. Pero si alguien entrega su vida para salvarme a mí, eso demuestra amor. Y es que Juan señala el criterio verdadero del amor. Es que el creyente entiende lo que el amor verdadero, lo que es el amor verdadero, porque conoce que Cristo murió en su lugar. Y por eso aquí el texto, aquí en primera de Juan 3, versículo 16, dice, en esto, o sea, apunta al autosacrificio de Cristo. Él se entregó a sí mismo y dice, en esto conocemos el amor. Esta idea de que hemos conocido, o sea, en esto hemos conocido el amor. Hemos conocido indica un conocimiento adquirido al considerar la obra de Cristo en la cruz. Es que los creyentes han conocido el amor de Cristo por el Evangelio. Ese autosacrificio de Cristo es la manifestación suprema del amor. Y lo que Juan está hablando está hablando del amor en su esencia. Y es que el amor de Cristo se conoce por su obra en la cruz. Él reveló su amor al entregar su vida voluntariamente. Nos dice en Juan 10, 17 al 18, Jesús dice, por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este mandato recibí de mi Padre. Eso es Juan 10, del 17 al 18, donde vemos que el sacrificio de Cristo fue intencional. Él dio su vida voluntariamente. Él la entregó. Y entonces, El apóstolo Juan, aquí en 1 Juan 3, 16, está diciendo, el sacrificio de Cristo demuestra su amor. Esa realmente es la definición del amor genuino. El amor no es sólo palabras y emociones, sino hechos. Y Jesucristo demostró su amor al entregar su vida por nosotros. Él puso esas palabras el puso que encontramos aquí en primera juan 3 16 el puso indica el acto voluntario expresa un amor que se entrega es un amor que se sacrifica por otros él entregó su vida por nosotros nos dice romanos 5 8 más dios muestra su amor para con nosotros en que siendo un pecador es cristo murió por nosotros el se entregó por nosotros. Y es que aún así, Juan está recalcando que el sacrificio de Cristo, o sea, el sacrificio que Él mostró, es la expresión suprema del amor. Y tal amor es lo opuesto al odio. Porque el amor busca el bienestar de otros, pero el odio busca el mal de otros. Y por ello, los versículos anteriores de aquí, en primera de Juan, ha estado hablando sobre el odio, que el odio demuestra que una persona es homicida, es una persona que realmente es hijo del diablo, Incluso da el ejemplo negativo de Caín, donde nos dicen del siglo XII, no como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas y las de su hermano justas. Entonces, ese odio refleja que no es un creyente genuino, que no tiene fe en Dios, sino que Es hijo del diablo, como nos dice el versículo 10, que en esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo. Todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios. Entonces ahí el apóstol Juan lo deja muy claro. Si una persona no practica lo que es recto y no ama a su hermano en Cristo, es porque no es un creyente genuino. Y entonces ahí le identifican en versículo 10 como un hijo del diablo. Y entonces por ello el mundo nos aborrece porque aborreció a Cristo. Y aquí en versículo 16 vemos el contraste porque aquí ahora está definiendo lo que es el amor. ¿Y cómo lo define? Con el ejemplo de Cristo. ¿Qué es lo que hizo Él? se autosacrificó. O sea, Él entregó su vida. Él dio su vida. Y vemos que Él es el ejemplo a seguir. Porque su amor sacrificial, no sólo se debe de admirar, sino que se debe de copiar. Debemos de seguir su ejemplo. Por eso, aquí en 1 Juan 3, 16, dice, en esto hemos conocido el amor, en que Él puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Entonces vemos que el creyente debe de reflejar este amor sacrificial. El apóstol Juan ahora aplica el ejemplo de Cristo a las vidas de los creyentes. Nuestro conocimiento del amor de Cristo nos obliga a practicar el amor. Es que el creyente debe de reflejar a su Señor. Nos dice 1 Juan 2,6. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. Eso es 1 Juan 2,6. O sea, el creyente debe de andar como Cristo, debe de vivir como Cristo, debe de seguir su ejemplo. Porque él es el ejemplo a seguir. Ahora ese tiempo presente de debemos señala una obligación continua, es algo que debemos de hacer. Por eso dice aquí 1 Juan 3, 16. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Esa idea de poner implica que el creyente debe estar dispuesto a autosacrificarse por sus hermanos en Cristo si fuera necesario. O sea, da a entender que el creyente debe estar dispuesto a entregar su vida por otros creyentes. Es que el creyente debe mostrar amor aunque eso lleve a perder su vida física. Nos dice Juan 15, del 12 al 13. Este es el mandamiento. que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. Eso es Juan 15, del 12 al 13. Entonces, ese es el amor que debemos de reflejar, el amor de Cristo. Y Él entregó su vida por nosotros, nosotros debemos estar dispuestos a entregar nuestras vidas por nuestros hermanos en Cristo. Ahora, Hay que tener claro que el apóstolo Juan no está exigiendo martirio, sino que está enfatizando el alcance del amor cristiano. Debemos de amar a tal punto. Es necesario también recordar el contexto de persecución en lo cual se encontraba la iglesia primitiva, donde había personas que estaban sufriendo gravemente por su fe. Estaban siendo perseguidos, incluso llegó al punto de... Algunos murieron por la fe. Entonces, aquí el apóstol Juan está diciendo que debemos de amar como Cristo amó. Él entregó su vida por nosotros. Nosotros debemos de amar a ese punto también, de si es necesario incluso entregar nuestra vida por nuestros hermanos en Cristo. y es que el creyente debe estar dispuesto a sacrificarse por sus hermanos en Cristo. Ahora, podemos pensar, bueno, entregar la vida por los hermanos en Cristo quizás nunca sea necesario, pero ese amor se demuestra a diario, o sea, se demuestra cuando cuidamos a nuestros hermanos en Cristo, cuando cubrimos sus necesidades físicas cuando ayudamos a los necesitados de la comunidad de la fe y por ello el apóstol Juan ahora lo que hace es aplica ese principio de amor de una manera muy práctica porque en el siglo XVII dice pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón ¿Cómo mora el amor de Dios en él? Aquí el apóstol Juan está dejando muy claro que todo creyente puede y debe demostrar amor. El amor está dispuesto a entregar lo que tiene valor para uno mismo para enriquecer las vidas de otros, para ayudar a otros en sus necesidades. El problema es, como dijo un comentarista, Amar a todos de manera general puede ser una excusa para no amar a nadie de manera concreta. Sí, amo a todos, pero cuando hay alguien cerca, hay una persona que realmente tiene necesidad y eso ya es más difícil, ¿no? Entonces, que no usemos esa excusa de decir, sí, amamos a todos, pero luego no amamos a las personas cercanas a nosotros, a nuestros compañeros de la fe. Y es que Juan ahora presenta la obligación de amar de manera sacrificial y de una manera práctica. Es que la situación realmente que presenta aquí es hipotética, ¿no? O sea, aquí presenta a un hermano, a un hombre, a un creyente, una persona de fe que tiene recursos, y presenta a otro que tiene necesidades. Ahora, el apóstol Juan aquí no indica que esta situación sólo aplica a ricos. sino está diciendo si tú tienes si tú tienes la capacidad de cubrir la necesidad de otro pues entonces debes demostrar amor y entonces por ello aquí dice pero el que tiene bienes en este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón como mora el amor de dios en él Aquí realmente, sí, la situación es hipotética, pero es una situación muy probable. Especialmente, como mencioné antes, en ese contexto de persecución donde hay personas que por su fe no consiguen trabajo. Hay personas que quizás físicamente no pueden trabajar. etcétera, o sea, pero no solamente aplica a los días de los apóstolos, esos de la iglesia primitiva, sino hoy día también. ¿Ves una necesidad? Cubre esa necesidad. Y entonces vemos cómo esta ilustración aplica a cualquiera que posee los recursos para cubrir las necesidades del necesitado. El término ve, si notáis aquí dice, pero el que tiene bien es de este mundo. De este mundo. Y ve, ¿no? Eso sugiere una contemplación reflexiva de su hermano. Y su hermano, o sea, señala a un miembro de la comunidad de fe. Aquí, si notáis, el apóstolo Juan no explica la naturaleza de la necesidad. La cuestión es que un hermano en Cristo tiene los medios para ayudar al necesitado. y entonces debe de suplir esa necesidad. Es que la imagen que presenta es un contraste, ¿no? Hay un creyente que tiene una necesidad y otro que tiene los medios para cubrir la necesidad. Y el que tiene los medios para cubrir la necesidad debe de ayudar a otro. ¿Vale? Y estamos hablando de necesidades básicas. O sea, estamos hablando de, bueno, quizás techo, quizás comida, o... ropa, etcétera. ¿No? Necesidades para poder vivir. Y entonces, viendo la importancia que Dios le pone a mostrar compasión, mostrar amor de esta manera. Incluso en el Antiguo Testamento, en Deuteronomio 15, del 7 al 8, dice, cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos, en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente. Y en efecto, le prestarás lo que necesite. Eso es Deuteronomio 15, del 7 al 8. Y saltando al versículo 10, dice, sin falta le darás y no serás de mezquino corazón cuando le des, porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos y en todo lo que emprendas. Eso es Deuteronomio 15, versículo 10. Entonces, ahí vemos cómo la ley de Dios requiere que mostremos compasión, mostremos amor, los unos para con los otros. Pero aquí vemos esta situación, volviendo aquí a 1 Juan 3, versículo 17. Aquí nos presenta esta imagen, ¿no? Dice, pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Ese término cierra representa una respuesta negativa a lo que ha visto. Es la idea como que le cierra la puerta. Ve su necesidad y le cierra la puerta. No le va a ayudar, aunque tiene la capacidad de ayudar. Ha visto la necesidad. Y es consciente de que debe de actuar para aliviar la necesidad. Pero en cambio, refrena su compasión. Y es que su egoísmo, solamente pensar en sí mismo, le guía a no prestar atención a las necesidades de su hermano en Cristo. Realmente su respuesta es exactamente lo opuesto, es una respuesta opuesta a la del buen samaritano. Si recordáis, en Lucas 10, del versículo 30 al versículo 35, Jesús dijo, un hombre descendía de Jerusalén a Jerico y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron e hiriéndole se fueron dejándole en medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino y viéndole pasó de largo. Asimismo un levita llegando cerca de aquel lugar y viéndole pasó de largo. Pero un samaritano que iba de camino vino cerca de él y viéndole fue movido a misericordia. y acercándose vendó sus heridas y echándoles aceite y vino, echándoles aceite y vino y poniéndole en su cabalgadura lo llevó al mesón y cuidó de él. Otro día al partir sacó dos denarios y los dio al mesonero y le dijo, cuídamele y todo lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando regrese. Eso es Lucas 10 del 30, del 35. Entonces, ahí Jesús está definiendo lo que es un prójimo, ¿verdad? pero viendo el samaritano mostrando compasión a un necesitado. Hay una persona que tiene necesidad física en ese momento y tiene necesidad, necesita ayuda. Y aunque pasaron varios, nos mencionan que pasó un saterdote, pasó un levita y no hicieron caso. Cerraron su corazón. y no quisieron ayudar, pero ese samaritano ayudó. Esa es la compasión, el amor que debemos demostrar. Lo cual es lo opuesto a lo que vemos aquí en primera de Juan 3, versículo 17, porque nos presenta a alguien que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón. Ahora, no debemos de pensar que tenemos que tener muchos bienes. para cubrir las necesidades de otro. ¿Ves que un miembro de la comunidad de la fe necesita comida? ¿Tú tienes comida? Pues comparte tu comida. ¿Ves una persona que necesita ropa? Pues tú tienes ropa, pues comparte. ¿Necesita algo de dinero para cubrir sus necesidades? ¿Algunos gastos? Bueno. ¿Tú tienes esa capacidad? Pues entonces comparte. ¡Muestra amor! ¡Muestra el amor de Cristo! Porque Cristo nos vio en nuestra necesidad. ¿Cuál era nuestra necesidad? Muertos espiritualmente. Mereciendo la ira de Dios. Mereciendo el castigo eterno en el lago de fuego. ¿Qué hizo Cristo? Él entregó su vida por nosotros. Él murió en nuestro lugar para que nosotros pudiéramos tener vida. Para rescatarnos de las garras de la muerte y del pecado. Y nos dio vida. nos dio vida. Él entregó su vida. Entonces, debemos de reflejar su ejemplo, reflejar su amor. Es que el que cierra su corazón intencionalmente contra su hermano, que está en necesidad, aquí el apóstol Juan dice, ¿cómo mora el amor de Dios en él? O sea, si no refleja el amor de Dios, es que no tiene el amor de Dios dentro de él. Es que no es un creyente genuino. Es que la pregunta que Juan reta a los lectores, a sus destinatarios, es a evaluar. Evaluar tu corazón. Evaluar la respuesta insensible de esta persona. Tiene bienes. O sea, puede cubrir la necesidad del necesitado. Ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él. Y por ello el apóstol Juan presenta esta pregunta retórica, ¿no? O sea, porque dice cómo mora el amor de Dios en él. O sea, esa actitud, esa conducta de esta persona dice ser un hermano en Cristo, dice ser alguien que permanece en Dios, alguien que ha experimentado el amor de Dios, pero si no muestra amor hacia otros, sus acciones invalidan su afirmación. Y es que aquí nos dice cómo mora el amor de Dios en él. Ahí el amor de Dios puede significar que ese amor, donde Dios es la fuente de ese amor, o sea, el amor que viene de Dios, o puede ser Dios como el objeto del amor, el amor hacia Dios, o sea, básicamente, ¿cómo puede haber recibido el amor de Dios? ¿O cómo puede esa persona amar a Dios? O también podría significar el amor característico de Dios. O sea, ¿cómo puede tener este amor característico de Dios si no muestra amor y compasión hacia esta persona necesitada? Lo más probable es que sea una combinación de esas opciones, ¿no? Viendo que el amor aquí, cuando dice cuando, eh, cómo mora el amor de Dios en él. O sea, cómo puede esa persona tener amor hacia Dios y tener el amor de Dios dentro de él y, y, y reflejar esa característica del amor de Dios si, si no ayuda al necesitado, si cierra su corazón contra aquel que tiene necesidad cuando él tiene los medios para suplir esa necesidad. Y es que aún Jesús mismo insistió que no se puede separar el amor a Dios del amor hacia el prójimo. El amor a Dios te lleva a amar al prójimo. Nos dice Mateo 22, del 35 al 40. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle diciendo, maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? Jesús le dijo, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Eso es Mateo 22, del 35 al 40. O sea, Jesús mismo dice, el amor hacia Dios y el amor hacia el prójimo van juntos. O sea, eh... Incluso nos dice ese texto ahí en Mateo 22, 40, de estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Juan, el apóstol Juan también destaca ese mismo punto, aquí en Primera de Juan 4, del 20 al 21. Primera de Juan, capítulo 4, versículo 20. Si alguno dice, yo amo a Dios, ¿Y aborrece a su hermano? Es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, ¿a quién ha visto? ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él. El que ama a Dios, ame también a su hermano. Hechos 1 de Juan 4, del 20 al 21. El apóstolo Juan lo pone muy claro. Si no puedes amar a la persona a quien puedes ver físicamente, ¿cómo vas a amar a Dios ¿Quién es Espíritu? Y no le puedes ver. Y entonces, por ello vemos esa conexión entre amor a Dios y amor hacia el prójimo. Y por ello aquí el apóstol Juan, aquí en 1 Juan 3, versículo 17, presentando esta situación, una persona tiene bienes, o sea, tiene la capacidad de suplir la necesidad de su hermano en Cristo, que tiene necesidad, ve su necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Lo que demuestra es que no tiene el amor de Dios morando en él. Es que rehusar expresar el amor de manera práctica a un hermano en necesidad desacredita la afirmación de amar a Dios. Y por ello vemos aquí la exhortación en versículo 18. Esto es 1 Juan 3, 18. Hijitos míos. Ahí le vemos cómo se dirige a los destinatarios como su padre espiritual. Dice, hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Aquí vemos cómo el apóstol Juan les exhorta a expresar el amor de Dios que han recibido en sus corazones. Expresarlo de manera práctica. Y es que el creyente debe demostrar el amor de Dios. Y por ello, el apóstol Juan insiste que el amor no se debe de limitar a las palabras. Deben de ir, esas palabras deben de ir acompañadas de obras. O sea, reflejalo. Por eso dice, sino de hecho y en verdad. Sí, el creyente debe de hablar con amabilidad. Debe de hablar con suavidad. Pero Obras prácticas deben de acompañar las palabras. Y es que si el amor se limita a la expresión verbal, no tiene provecho. Ahí en Santiago 2, del 14 al 16, presenta una situación similar. Santiago 2, versículo 14. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? y ahí está indicando que podrá esa fe que dice tener salvarle si su fe no se demuestra por medio de las obras podrá esa fe salvarle y continúa el versículo 15 dice y si un hermano o una hermana están desnudos o sea no tienen ropa para cubrir su desnudez y tienen necesidad de mantenimiento de cada día Y alguno de vosotros les dice, id en paz y calentaos, y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Eso es Santiago 2, del 14 al 16, donde ahí Santiago, inspirado por Dios, está presentando la misma idea. O sea, debes de demostrar tu fe, debes de demostrar el amor de Dios que has recibido. Demuéstralo. No solamente el amor... No se limita a la expresión verbal. Se tiene que demostrar. y se demuestra por medio de los hechos, por medio de las acciones. Y aquí, ahí Santiago presenta a una persona de fe, una persona que pertenece a la comunidad cristiana que tienen necesidad. No tienen ropa para vestirse adecuadamente, no tienen la comida que necesitan a diario, o sea, tienen necesidades básicas. Y Santiago dice, pero si tú solamente le dices, ah, eh, Y de en paz, ahí mismo en versículo 16 dice, y de en paz, calentaos y saciaos, o sea, como que les bendicen. Y les dicen, sí, calentaos y saciaos, pero no les dan lo que necesitan. Santiago dice de que aprovecha. Aquí en 1 Juan 3, 17, dice cómo mora el amor de Dios en él. Si no demuestra el amor en hecho y verdad, Es que no es un creyente genuino. Y por ello aquí en primera de Juan 3.18 dice, hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Y es que el apóstol Juan insiste que el amor se debe de expresar de hecho y en verdad. O sea, se debe expresar en obra. Y es que la naturaleza y la motivación de las obras importa. O sea, el desempeño y la obra tiene que ir acompañado de la verdad. Ahora, aquí verdad se puede referir a algo que es real o auténtico. O sea, que sea amor real, que sea un hecho verdadero, auténtico, que no sea hipócrita. Pero lo más probable es que tenga que ver con la idea de acuerdo a la verdad en Cristo, de acuerdo al Evangelio. O sea, la verdad de Dios, que ha engendrado al creyente, gobierna y dirige la expresión del amor. Entonces, en hecho, o sea, en obra, hacer lo necesario para cubrir las necesidades de otro. Pero también de acuerdo al Evangelio, de acuerdo a la verdad en Cristo. Porque el Evangelio guía al creyente, o sea, le gobierna la manera en que vive. Por ello aquí vemos este mensaje tan esencial, que demostremos nuestra fe con amor sacrificial, que tomemos el ejemplo de Cristo, que sigamos su ejemplo, porque eso es realmente lo que demuestra que somos creyentes genuinos, cuando demostramos el amor. Y por eso aquí nos dice 1 Juan 3 16 al 18 dice en esto hemos conocido el amor en que él puso su vida por nosotros vemos la la definición del amor la la manifestación del amor de cristo ese amor sacrificial dice también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo muera el amor de Dios en él? Hablamos ese deber de practicar el amor. Y luego vemos la exhortación de practicar este amor. Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Demuestra tu fe genuina con amor sacrificial. Vamos a terminar en oración.
Demuestra tu fe genuina con amor sacrificial
Series 1 Juan
Sermon ID | 21025104496242 |
Duration | 37:06 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 John 3:16-18 |
Language | Spanish |
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