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Usted está escuchando una traducción de una prédica de Richard Cadwell, pastor y maestro de Founders Baptist Church en Spring, Texas. Esta traducción fue realizada en vivo y sin edición. Nuestro mayor interés es avanzar la verdad de Dios para la gloria de Dios. Usted puede colaborar con nosotros compartiendo esta prédica con sus amigos a través de las redes sociales como Facebook, Twitter, Google Plus y Pinterest. Buenas noches. Si usted puede, por favor, ir al Evangelio de Lucas, capítulo nueve. Empezamos leyendo con el verso 23 al verso 24. Perdón, 23 al 27. Verso 23. Lucas 9, 23. Y Cristo decía a todos, si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiere salvar su vida la perderá, pero el que pierde su vida por causa de mí, ese la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a un hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde? Porque el que se avergüenza de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles. Pero de verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios. Vamos juntos a nuestro Dios en oración. Señor, es un gozo el estar juntos esta noche con mis hermanos y hermanas. Es un gozo cantar adoraciones a tu nombre. Es un gozo de ser capaces de dar y de reconocer tu valor a través de la adoración. Y es un gozo el abrir tu palabra juntos y decir, Señor, lo que necesitamos esta noche es tu bendición. Con mucho gozo reconozco y confieso con todo mi corazón que si no fuera por tu obra poderosa en esta hora que viene, todas mis palabras serían en vano, vacías y sin efecto. Señor, mi confianza esta noche no está en lo que yo diga o lo que pueda decir, sino que mi confianza está en tu palabra, que está viva y activa y poderosa en tu mano. Así que yo pido que le des poder al tiempo de declarar tu palabra. Yo oro de que le des poder a la manera en que escuchamos al mismo tiempo, y que nos des fortaleza de escuchar, y oír, y ser bendecidos por lo que escuchamos. Toda gracia es que en un momento, en un instante, tú puedes levantar a los que están muertos espiritualmente. Así que yo oro por cualquier persona en este cuarto que aún no está vivo con Jesús, que aún esta sea la noche, esa noche en que ellos lleguen a conocer la vida y sean liberados, cuando por primera vez ellos amen al Hijo de Dios y confían en Él. Te daremos gracias por lo que lograrás en el nombre de Jesús. Amén. Paremos ahí. Pero quiero recordarle brevemente cómo es que llegamos al verso 26. Cristo le ha pedido a sus hombres, a sus discípulos, Les ha preguntado, ¿Quién dicen las multitudes que él es? Y ellos le han identificado correctamente. ¿Cuál es la opinión popular acerca de Jesús? Verso 19 dice que algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías, otros que eres uno de los profetas de los antiguos que ha resucitado. Y se acuerda que Cristo le preguntó a ellos, ¿Pero a quién dicen ustedes que soy yo? ¿Quién dice ustedes que soy yo? Pedro, el vocero por el grupo, dice, tú eres el Cristo de Dios. Así que ellos identificaron correctamente quién Jesús es. Él es el Mesías. Pero en este punto ellos necesitan instrucción acerca de cuál es la misión del Mesías. A lo mejor, de hecho, yo creo que es claro ver, y fácil decir, que ellos no entendían completamente su misión, así que en el verso 21 y 22, él les dice que él va en camino a la cruz. Verso 21, pero él les advirtió severamente, les mandó que no dijeran esto a nadie, diciendo, el Hijo del Hombre debe padecer mucho y ser retozado por los ancianos, y los principales sacerdotes, y los escribas y ser muerto y resucitar. al tercer día. Sabemos que esto los impactó porque de una de las historias paralelas se acuerda que Pedro en este momento regaña a Jesús y Cristo regaña a Pedro. Así que esto tiene que entrar en su pensamiento y ellos tienen que ser capaces de entender esto y no van a poder hacerlo hasta después de la crucifixión y la resurrección. Y luego todo se volverá algo claro para ellos. Pero él empieza a prepararles para el lugar hacia donde él va a una hora. Estas seis meses de llegar a la cruz y él los está preparando para esto. Y ahora en el verso 22, 23 al 27, lo que está haciendo es que él está identificando a sus seguidores, a sus verdaderos seguidores. Cristo ha llamado a las multitudes a Él. Esto es más que solo los once o los doce en este momento, más que. Hay un pequeño grupo de discípulos, Él ha llamado a las multitudes a Él. Verso 23 les dice a todos, y Él empieza a dar definición a lo que significa el ser un verdadero seguidor de Cristo. En el verso 23, Él declara los términos. Si alguno quiere venir en pos de mí, negue hacia sí mismo, tome su cruz cada día y síganme. En verso 24 él declara las consecuencias. Porque el que quiere, se enfrenta a esta decisión, ¿qué hará? Dice, porque el que quiera salvar su vida, la perderá. Pero el que pierda su vida por causa de mí, ese la salvará. Verso 24. Lo que está en juego es su vida eterna. Y luego en el verso 25, como vimos esta mañana, y Cristo declara esto en términos de una calculación de valor. Y le pregunta a usted, si usted rechaza a Cristo y se ganara todo el mundo, ¿qué es lo que usted realmente hubiera ganado? Y la respuesta es nada. Pues, ¿qué le sirve a un hombre haber ganado el mundo entero si él mismo se destruyó o se pierde? Verso 25. Para ganar todo el mundo y no tener a Cristo, usted ha perdido su alma. Lo que sea que usted haya ganado, usted va a descubrir que era algo temporal, que es pasajero y no satisface y no puede salvarle. Así que ahora venimos al verso 26, y si usted pregunta, ¿cuál es este paso adicional? ¿Qué se puede decir más? La respuesta es que todo esto llega a un clímax, mientras que Cristo hace ver claramente a nosotros que esto no es nada menos que un tema personal. Eso es lo que usted hace, lo que usted va a hacer con Cristo. Va a determinar su destino eterno. ¿Cuál es su relación a Él? Verso 26, Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras, de ese se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles. ¿Va usted a ser identificado con Cristo o va usted a avergonzarse de Cristo? ¿Va usted a identificarse a sí mismo con Él y Sus palabras o se va a avergonzar usted de Cristo y Sus palabras? Algún día usted descubrirá que como usted se ha relacionado con Cristo, es como Él se va a relacionar hacia usted. Así que quiero que pensemos acerca de lo que vemos en el verso 26 en tres títulos. Los títulos son sencillos, pero el tema es un tema profundo. Nada más importante que en lo que vamos a pensar juntos esta noche. Déjeme darle estos títulos uno a la vez. El primero es este. El que pierde su vida es el que no se va a identificar a sí mismo con Cristo. Pudimos haber declarado eso positivamente. Yo podría haber dicho, el que va a ser salvo es el que se va a identificar a sí mismo con Cristo. Pero no es como Cristo lo está exponiendo aquí. Él no lo expone en la forma del negativo. No lo expone en la forma de una advertencia. Yo puedo decirle a usted esta noche que si usted no se va a identificar con Cristo, usted está desperdiciando su vida. El que pierde su vida no se va a identificar a sí mismo con Cristo. El que se avergüenza de mí y de mis palabras, de él el Hijo del Hombre se avergonzará. ¿Qué significa, entonces, el no avergonzarse de Jesús? La advertencia es al que se avergüenza de él. Así que si nosotros no nos avergonzábamos de él, si nosotros somos aquellos quienes nos identificamos claramente con Cristo, ¿cómo se vería eso? Bueno, significa que usted se va a asociar con él claramente. Que usted se va a identificar a usted mismo como uno de sus seguidores. Usted va a definir su vida por Cristo. Lo que sea cierto de Cristo en términos de la opinión del mundo acerca de Él y la aceptación del mundo hacia Él o el rechazo del mundo hacia Él, eso será también suyo. Usted se va a identificar a sí mismo con Jesús. Significa que usted fielmente va a creer y obedecer y enseñar y comunicar el mensaje que ha venido de Él. Les cuento en el verso 26, usted no puede dividir a Jesús de sus palabras, ¿cierto? Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras, dice el verso 26. Hay personas que tratan de hacer esto, se identifican a sí mismos con Jesús, pero ellos se apartan de lo que su evangelio es, se apartan de lo que sus mandamientos son, se apartan de lo que sus enseñanzas son. Sólo un ejemplo cultural, hay personas que dicen que son cristianos, pero ahorita están apoyando el matrimonio de un sexo igual, el homosexualismo. Así que llevan el nombre cristiano, llevan el nombre de Jesús, pero se apartan de lo que la Biblia enseña acerca de ese tema. Usted no puede dividir a Jesús de sus palabras. Y del otro lado del espectro, es posible que alguien identifique a sí mismo con principios que Jesús enseñó o lecciones que Jesús enseñó. Tratan de vivir por la regla dorada y se identifican a sí mismos con un tipo de enseñanza cristiana, pero ellos no se van a identificar claramente con lo que la Biblia enseña acerca de la persona de Cristo. Y la obra de Cristo. ¿Quién Él es? El significado de su venida, el significado de su vida, el significado de su muerte, la verdad de su resurrección. Así que tiene que ser lo mismo. Usted cree a Jesús y a sus palabras. Usted le obedece a Jesús y a sus palabras. Usted enseña y comunica la verdad acerca de Él en eso que Él le ha dado a usted que debe de enseñar y predicar. El identificarse a sí mismo con Cristo significa que usted lo hace con amor y lealtad, y sin temer a los hombres. Usted se identifica con Él porque usted le ama a Él. Usted se identifica con Él de una manera que es completa y leal, y usted se identifica con él, a pesar del hecho de que hay un riesgo involucrado al hacer esto. Entendemos esa cadena de identificación en el ámbito humano, ¿cierto? Probablemente todos aquí ha habido un momento en su vida en que usted ha recibido algún tipo de bendición basado en la reputación de alguien más. Usted se identifica con ellos y por lo tanto usted recibe bendición porque ellos fueron vistos positivamente. Usted se identifica con alguien que no tenía una buena opinión, que las personas no tenían una buena opinión y usted sufrió porque usted fue identificado con esa persona. No sé si usted ha tenido la experiencia y empieza la conversación y alguien está cálido hacia usted y amigable hacia usted, hasta que se dan cuenta de que usted es amigo con fulano de tal. Y de repente la conversación cambia y hay una fría, algo frío ahí. Usted no ha cambiado. ¿Qué ha sucedido? Bueno, usted acaba de ser identificado con esa persona que tiene una reputación negativa. Y tarde o temprano, si usted vive por suficiente tiempo, usted va a ser esta persona o usted va a ver esto en alguien más. Existe la persona que se va a distanciar de otra persona porque ellos no quieren compartir la reputación de la otra persona. Yo no quiero ser identificado con esta persona, así que me voy a distanciar para no ser identificado con esta persona. Bueno, el no avergonzarse de Cristo significa que usted con todo su corazón y completamente se identifica con Él. Así como el mundo lo ve a Él, usted está dispuesto a ser visto así. Como el mundo le trata a Él, usted está dispuesto a ser tratado como a Él porque usted cree en Él y usted ha recibido sus palabras. Ahora quiero ser claro acerca de algo. Identificación externa. Yo creo que lo he dicho antes, pero quiero asegurarme de haberlo dicho. La identificación externa no significa salvación. Hay personas que están identificadas externamente con Jesús que no conocen a Jesús. Hay iglesias y organizaciones enteras que llevan el título cristianas que no son cristianas. Así que, identificación externa no es igual a la salvación. Pero, sin embargo, hay una... donde hay una salvación verdadera, va a haber identificación. Y usted no se va a avergonzar de Cristo. Y no estamos hablando acerca de tiempos momentáneos de debilidad. Estamos hablando acerca del patrón de su vida. Como un patrón, usted va a ser identificado con Cristo, gozosamente, con todo su corazón y sin vergüenza. Y usted dice, ¿cómo sucede esto? Bueno, empieza con el bautismo, ¿acaso no? La primera manera en que usted se identifica con Cristo después de creer en él, es que usted le siga a él y cree en su bautismo. El Nuevo Testamento es claro acerca de esto. Y más allá del bautismo, luego usted se identifica a sí mismo con él, al identificarse a usted mismo con su pueblo. Usted toma su lugar en medio de su pueblo y se identifica con la Iglesia de Cristo. Usted busca su Nuevo Testamento en vano para ver personas que realmente estaban salvas, que no tenían un deseo o un corazón hacia la Iglesia. Ese cristiano no existe. Y luego usted se identifica a usted mismo con él en términos de sus relaciones familiares. Su familia va a saber que usted ama a Cristo. Su familia va a venir a conocer de que usted sirve a Cristo. Y usted se identificará a usted mismo con él en medio de sus amigos. Personas jóvenes, déjenme preguntarle, si yo voy a su escuela secundaria o la universidad donde usted va, las personas que le conocen bien, si yo les pregunto a esas personas que le conocen a usted bien, les pregunto, ¿es esta persona un cristiano? ¿Van a ellos a saber eso acerca de usted? Especialmente si nosotros investigamos un poquito. No estamos hablando acerca de un cristianismo cultural, no? Si usted va a la iglesia o no. Si yo les pregunto a ellos qué es lo que usted cree, ellos van a tener algún sentido de eso. Van a ser capaces de decirme qué es lo que usted cree. Identificarse a usted mismo con Cristo va más allá de la iglesia. Es la familia, es los amigos y luego es su lugar en la sociedad. Donde sea que usted vaya, es donde sea que usted vive su vida. Usted no se avergüenza de Cristo. Usted hace esto aún enfrentando grandes pérdidas, el potencial de grandes pérdidas. Yo quiero que vaya conmigo y mantenga su Biblia aquí. Vaya al Evangelio de Mateo, capítulo 10. Mateo 10, verso 16. Escuche lo que Cristo dice a su pueblo. Mateo 10, verso 16. Mirad, yo es envío como ovejas en medio de los lobos. Por tanto, sed asuntos como las serpientes e inocentes como las palomas. Pero cuidado de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas. Y hasta seréis llevados delante de gobernadores y reyes por mi causa, como un testimonio a ellos y a los gentiles. Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis, porque de a esa hora se os dará lo que habréis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. Y el hermano entregará la muerte al hermano, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. pero el que persevere hasta el fin será salvo. Pero cuando os persiguen en una ciudad, huid a la otra, porque en verdad os digo que no terminaréis de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre. Un discípulo no está por encima del Maestro, ni un siervo por encima de su Señor. He basta el discípulo llegar a ser como su Maestro, y el siervo como su Señor. Si el dueño de la casa lo han llamado del Zebu, ¿cuánto más a los de su casa? Así que no les temáis, porque nada ha encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. Lo que os digo en la oscuridad, habladlo en la luz, y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno. No se venden dos pajarillos por un cuarto, y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo a vuestro padre, y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Así que no temáis, vosotros valéis más que muchos pajarillos. Por tanto, todo el que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo. ¿Por qué esta es una pregunta, este reconocer de Cristo o negar a Cristo porque usted está viviendo en un mundo que va a ser hostil hacia Él? hostil hacia el verdadero evangelio, hostil hacia el verdadero Dios. Y la pregunta es, ¿va usted en ese ámbito hostil cuando el tiempo venga y usted se esté enfrentando a la posibilidad de una pérdida verdadera o una pérdida de su vida? ¿Va usted a identificarse claramente con Cristo? Y dése cuenta que él también habla acerca de dar un mensaje con sus palabras. ¿Ve usted a temer a los hombres o usted va a temer a Dios? ¿Hacia dónde se va a extender esta prueba? ¿Solo ahí afuera en la opinión pública de las personas que usted no conoce? ¿O esta prueba de fidelidad y identificación se va a extender a las relaciones más preciosas de su vida? ¿Apreciadas de su vida? No penséis que vine a traer paz a la tierra. No vine a traer paz, sino espada. Verso 35. Porque vine a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, a la nuera contra su suegra. Y los enemigos del hombre serán los de su misma casa. Así que esta es la prueba. El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí. Y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que no haya su vida, el que haya su vida la perderá, y el que ha perdido su vida por mi causa la hallará. ¿Para qué tenemos que estar nosotros preparados? Verso 40. El que os recibe a vosotros a mí, me recibe. Y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta como profeta, recibirá recompensa de profeta. Y el que recibe a un justo como justo, recibirá recompensa de justo. Y cualquiera que como discípulo debe beber, aunque solo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, en verdad os digo que no perderá su recompensa. Los que aman al Señor le amarán a usted, y los que odian al Señor le odiarán a usted. ¿Está usted listo para eso? ¿Está usted apuntado para eso? ¿Usted claramente y sin vergüenza se va a identificar a usted mismo con Cristo y con sus palabras? Y el opuesto, por supuesto, es avergonzarse de él, vaya de regreso al cópter o no. El opuesto de eso sería estar avergonzado de Cristo. Usted no se identifica a usted mismo con Él. Aquí está la segunda cosa en la que yo quiero que usted piense. Primero, el que pierde su vida es aquel que no se va a identificar a sí mismo con Cristo. Y este es el segundo pensamiento. El que pierde su vida es el que no va a ser identificado por Cristo. ¿Y qué hay de este que se avergüenza de Jesús? ¿Y qué hay de este que está avergonzado de sus palabras? Dese cuenta lo que dice. De él, el Hijo del Hombre se avergonzará cuando venga la gloria y la gloria del Padre y de los Santos Ángeles. Usted no se identifica usted mismo con Cristo y algún día Él no va a ser identificado con usted. Usted sabe esto, pero quiero decírselo a usted. Esto no es la pérdida de la salvación. Esto solamente es la manifestación, el resultado del hecho de que un nuevo nacimiento nunca sucedió realmente. La persona que se avergüenza de Cristo, como un patrón, esta es su vida, es una persona que no ha nacido de nueva y no conoce a Jesús. Y como dije antes, eso no significa que ellos no a veces y en algunos lugares se identificaban con Cristo externamente. Usted conoce a Mateo 7 muy bien. Muchos dirán a mí en ese día que, Señor, Señor. Y Él le dirá a ellos apartados de mí, yo nunca los conocí. Yo nunca los conocí a ustedes. Dicen conocerme a mí, pero yo nunca los conocí a ustedes. el nuevo nacimiento nunca sucedió. A lo mejor usted se identificó a usted mismo con Jesús en la multitud a salvo ahí en la iglesia. A lo mejor se identificó a usted mismo con Jesús cuando era admirable hacerlo, era aceptable por la sociedad hacerlo. A lo mejor usted se identificó a usted mismo con Jesús por propósitos egoístas. para darle calma a su conciencia. A lo mejor usted se identificó a usted mismo con Jesús. cuando no le iba a estorbar, para vivir la vida de la manera en que usted quiere vivirla, y caminar en su propio camino. Mientras que Jesús, mientras que servir a Jesús, no se entrometa entre lo que usted quiera hacer, está bien, pero tan pronto que su identificación con Cristo significa tomar un camino diferente que su naturaleza egoísta y pecaminosa escogería, entonces usted abandona a Jesús para caminar en su propio camino. Aceptémoslo, identificarse con Cristo algunas veces se mete en el camino, se entromete en el camino de lograr cosas en el mundo. Esto no es lo que la fe salvadora hace. La fe salvadora dice, Jesús es mi vida. No perfectamente. ¿Puedes pensar acerca de alguien que está verdaderamente convertido, que en un momento se avergonzó de Jesús? ¿Cuál es su nombre? Pedro. ¿Pero fue ese el patrón de su vida? Entonces se va más allá de la resurrección y entra a la edad de la iglesia, el día de Pentecostés y más allá de allá. Aún entonces, Pedro no estaba sin pecado, pero sí se identificaba a sí mismo por Cristo y sufrió por Cristo. Él murió por Cristo. Así que no estamos hablando de nuevo en debilidades momentarias. Estamos hablando acerca del patrón de su vida, que es que conocen a Jesús e identifican a sí mismos con Cristo. Vamos a verlo de nuevo en Lucas capítulo 12, verso 8. Cristo dice, yo le digo a ustedes que el que quiera que me reconozca a mí delante de los hombres, el hijo del hombre también lo reconocerá delante de los ángeles de Dios. Pero el que me nega delante de los hombres va a ser negado delante de los ángeles de Dios. Es así de claro. Así que el que pierde su vida es el que no se identifica a sí mismo con Jesús. Y por lo tanto, el que pierde su vida es el que no va a ser identificado algún día con Jesús. Jesús no va a ser dueño de usted porque Él nunca le conoció a usted, si ese es su caso. Hay que ser vergüenza de Él. Tercero, el que pierde su vida es el que intercambia la gloria eterna por una ganancia temporal. Usted intercambia la gloria eterna por una ganancia temporal. Se da cuenta que todo este énfasis es en el verso 26 en gloria. Porque quien se avergüenza de mí y de mis palabras de éste, se avergonzará el Hijo del hombre. ¿Cuándo? ¿Cuándo va a ser avergonzado? Cuando venga en su gloria. y la del Padre y la de los Santos Ángeles. El retorno de Cristo, el tiempo de justicia final, cuando todas estas realidades espirituales van a ser mostradas y va a ser visto claramente donde usted y yo realmente estábamos con Cristo. En enfatizar la gloria, primero él habla acerca de su gloria, cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y luego habla acerca de la gloria del Padre. Esta es una gloria divina. Esta es la gloria que le pertenece a Dios. Juan 17 5, Jesús dijo, Ahora, Padre, gloríficame, y ahora gloríficame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera. Jesús se apartó de la expresión visual de su gloria y vino a la tierra para salvarnos y redimirnos, y estaba orando mientras que él estaba aquí en la tierra, para el día en que él iba a ser enviado al cielo, y la gloria a la que él estaba acostumbrado a ser Dice, gloríficame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera, y esa gloria algún día va a ser manifestada a los ojos de todo el mundo cuando Cristo regrese a esta tierra. Pero dése cuenta que él no solamente habla acerca de su gloria, sino de la gloria de su Padre. También habla de la gloria de los ángeles, de los santos ángeles. En otras palabras, lo que Cristo está viendo es esto, es que va a venir un día. en que la gloria que nosotros hemos conocido en este mundo va a pasar, y vamos a venir cara a cara con el nacimiento de una edad que tiene un diferente tipo de gloria. Dos glorias, la gloria que le pertenece a este mundo la cual está pasando y no tiene significado, o la gloria que le pertenece a Dios y a la edad que está por venir. Y la fe salvadora está presente cuando alguien tiene los ojos para ver más allá de la gloria temporal. Tienen los ojos para ver la gloria de Cristo. Tienen los ojos para ver el día de la gloria eterna. Ellos tienen los ojos para ser capaces de pesar la adoración de los hombres en comparación a la adoración de Dios. La gloria que viene de los hombres en contraste con la gloria y el reconocimiento que viene de Dios. Y el que se identifica a sí mismo o a sí misma con Cristo es la persona que posee esa fe salvadora. Así que ellos dicen, yo voy a intercambiar cualquier gloria que me pertenezca a mí en esta tierra, si eso es lo que es necesario para poder poseer la gloria que se encuentra en Cristo y le va a pertenecer a la época que viene. Voy a perder mi vida para salvarla. Me identifico a mí mismo con Cristo porque yo me doy cuenta que esta gloria es pasajera y su gloria es para siempre. En Juan 12, ¿por qué no va ahí para que usted pueda ver con sus propios ojos? Juan 12, verso 37. Dice esto, pero aunque había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él. para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías que dijo, «Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio y a quién se ha revelado el brazo del Señor?» Por eso, no podían creer, porque Isaías dijo también, «Él ha cegado sus ojos y endurecido sus corazones, para que no vean con los ojos y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane». Esto dijo Isaías porque vio su gloria. y habló de él. Sin embargo, muchos aún de los gobernantes creyeron en él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Entienda esto. Porque amaban más el reconocimiento de los hombres que el reconocimiento, doxa es la palabra gloria, el reconocimiento que viene de Dios. Ellos creían en Jesús a cualquier grado que sea su creencia. No creo que haya sido fe, pero creían en él, pero no lo confesaban. Tenían vergüenza de él, porque ellos valoraban más la aceptación, el reconocimiento y la gloria que viene de los hombres en esta época, en vez de el reconocimiento, la gloria y el honor que viene de Dios en la época que está por venir. Verso 44, Jesús exclamó y dijo, «El que cree en mí, no cree en mí, sino en Aquel que me ha enviado. Y el que me ve, ve al que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí, no permanezca en tinieblas. Si alguien oye mis palabras y no las guarda, Yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras... Dese cuenta otra vez esa conexión entre Cristo y sus palabras. El que me rechaza y no recibe mis palabras tiene quien lo juzgue. La palabra que he hablado esa, lo juzgará en el día final. Porque yo no he hablado por mi propia cuenta, sino que el Padre mismo que me ha enviado, me ha dado mandamientos sobre lo que he de decir y lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Por eso, lo que hablo, lo hablo tal como el Padre me lo ha dicho. Cristo habla. ¿Cree usted en él? ¿Cree usted en él? ¿Cree usted en sus palabras? Bueno, ¿va usted a confesarlo? ¿Va usted a identificar si es el mismo con él? ¿Le importa a usted más la gloria que le pertenece a esta época, o usted ve la gloria de Cristo? ¿Cree usted en él? Juan 5.44 dice, ¿Cómo podéis creer cuando recibís gloria de los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? Usted está más preocupado acerca de lo que las personas piensen acerca de usted, que lo que es eterno y verdadero. Usted solo puede creer cuando a usted le importa más la gloria eterna que las ganancias temporales. Y este es el que pierde su vida, el que le da más importancia a ganancias temporales que gloria eterna. Él intercambia gloria eterna por ganancias temporales. Usted no se identifica a usted mismo con Cristo, por lo tanto, usted no va a ser identificado por él. Usted no se identifica a usted mismo con Cristo porque a usted le importan más las ganancias temporales que la gloria eterna. Hay otra cosa que quiero resaltar, del verso 26, y ese es que el que pierde su vida, del verso 27, pero el que pierde su vida nunca entendió la realidad de lo que había rechazado. Él simplemente nunca lo vio, nunca lo entendió realmente, o lo comprendió. Verso 27, sin duda, es un puente a lo que sigue. Verso 27, Jesús dice, pero la verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no aprobarán la muerte hasta que vean el reino de Dios. ¿Y qué sucede, amigos, ocho días después? Saben ustedes, vean el verso abajo, ocho días después, la transfiguración. Ocho días después de estos dichos, se llevó a Jesús con Pedro y Juan en Jehová y subió al monte a orar. Mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra y su ropa se hizo blanca y resplandeciente. Y aquí, los hombres hablaban con Él, los cuales eran Moisés y Elías, quienes aparecieron en gloria, hablando de la partida de Jesús que Él estaba a punto de cumplir en Jerusalén. ¿Por qué verso 27? Escuche, ¿qué tan real es esa gloria futura? ¿Qué tan certera es esa gloria futura? Esta es la decisión que está delante de mí. ¿Voy a aceptar la aceptación del mundo o me voy a identificar a mí mismo con Cristo? Yo voy a escoger ganancias temporales o gloria eterna. Voy a salvar mi vida y perderla o voy a perder mi vida para tener a Jesús y salvar mi vida. Pero esta es la pregunta, esta gloria, esta gloria que está prometida en Cristo, ¿qué tan real es? ¿Qué tan certera es? ¿Para qué estoy perdiendo mi vida? ¿Es verdadero? ¿Es tangible? ¿Es un sueño? ¿Es solo un sueño? ¿Es serio? ¿O va a ser algo concreto? Es tan real, es tan seguro, es tan cercano, que en tan solo ocho días, tres de estos hombres, iban a ver un pequeño adelanto de esta gloria, iban a recibir un pequeño adelanto de ese reino futuro y glorioso en el rostro del Hijo de Dios. Cuando usted pierde su vida para seguir a Cristo, usted no ha intercambiado la realidad por un sueño. Usted ha intercambiado un sueño por una realidad. Quiero cerrar esta noche a preguntarle y pedirle que vaya al libro de Hebreos, capítulo 11. Hebreos 11, versos 13-16. Yo deseo que usted pudiera circular esos versos, 13 al 16, porque usted tiene una descripción de personas a quien, de quienes Jesús, Dios no se avergonzará. Si no se avergonzamos de Cristo, Él se va a avergonzar de nosotros. No perderemos nuestra salvación. Es una revelación de que de hecho usted nunca lo tuvo. Por eso es que usted nunca se identificó con Jesús. Pero, ¿qué de estas personas que se identifican con Cristo? Él no se va a avergonzar de ellas. Él va a ser dueño de ellas. Y en Hebreos 11, 13 al 16 sostiene una descripción de aquellos de quienes el Señor no se avergonzará. Veanlo, todos estos murieron en fe, sin haber recibido la promesa, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que dicen tales cosas claramente dan a entender que buscan una patria propia. Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieran, habrían tenido oportunidad de volver, pero en realidad anhelaban una patria mejor, es decir, celestial. Siguiente declaración. Por lo cual, Dios no se avergonzará de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad. Yo quiero que usted se dé cuenta de cuatro cosas acerca de las personas de las cuales Dios no se avergonzará. 1. Usted los va a conocer por lo que ellos ven. Verso 13, todos estos, habiendo visto estas cosas prometidas, se dan cuenta, habiendo visto estas cosas prometidas, al haber aceptado con gusto desde lejos, no lo ven con sus ojos físicos como lo ven, lo ven con fe, creen en las palabras de Dios. Aquellos de quienes Dios no se avergonzará son aquellos que van a creer sus promesas, quienes ven estas cosas desde lejos. Son conocidos no solamente por lo que ven, son conocidos por lo que ellos saborean. Porque dice en el verso 13 que no han visto las cosas, sino que las han aceptado con gusto desde lejos. Se regocijan en estas cosas. Toman placer en estas cosas. Ellos saborean estas cosas. Esperan con ansia ver estas cosas. y luego van a ser conocidos porque no puedes ver estas cosas y saborear estas cosas y no hablar acerca de estas cosas. Usted ve estas cosas, usted saborea estas cosas y usted va a decir estas cosas. Dese cuenta, todos estos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Verso 14, porque los que dicen tales cosas Se dan cuenta? Los que hablan de esta manera, los que dicen estas cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. Que hablan como qué? Dicen, este no es mi casa, dicen ellos. Este no es mi hogar. Aquí no es donde la gloria mora. No es la razón por la cual yo estoy viviendo o tratando de aferrarme a estas cosas. Ellos hablan acerca de estas cosas. La manera en que hablan revela el tesoro y su tesoro no está aquí. Este mundo es para ellos un peregrinaje. Es un viaje además. Y son extraños y son exiliados y van hacia su hogar y usted los puede escuchar. Usted lo puede escuchar cuando ellos hablan, que ellos hablan de esta manera. Así que las personas de las cuales Jesús no se avergüenza, son conocidos por lo que ellos ven, se conocen por lo que ellos adorean y la manera en que ellos hablan y lo que dicen. Y dese cuenta que todo esto está alrededor de todo esto. Son conocidos por lo que ellos buscan. Porque personas que hablan de esta manera claramente dan a entender que buscan una patria propia. Están persiguiendo una patria propia. Están corriendo atrás del cielo. ¿Y sabe qué? Tienen oportunidades de negar eso. Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. Pero en realidad anhelan una patria mejor. Amigos, ¿desea usted una mejor patria que esta? ¿Desea usted un mejor lugar en el cual estamos ahora? ¿Es este su hogar? ¿O está usted en camino a casa? Ellos deseaban una patria mejor. ¿Qué tipo? Verso 16. ¿Qué tipo de patria deseaban? Celestial. Una patria celestial. Una patria mejor y celestial. Por lo cual Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos. Y usted lee Hebreos 11, y esto no es solamente Un santo extraordinario, sino que es la historia del pueblo de Dios. Esto es lo que sucede cuando hay fe. Y la fe es el resultado de la salvación. La fe es un regalo de Dios. La fe es el resultado de la obra de Dios en un corazón. Y donde hay fe, hay una visión. Y donde hay fe, hay un deseo y un gozo y un saborear. Y donde hay fe, está esta manera de hablar. Porque donde hay fe, está este buscar. No avergonzados de Jesús, porque nosotros vemos el día de gloria eterna en el horizonte. Por fe entendemos que la aceptación de los hombres significa nada. La aceptación de Dios significa todo, y solo hay una manera de ser reconciliado a Dios y ser encontrada aceptable delante de Él, y eso es, a través de la muerte, la resurrección y la vida, la justicia de su Hijo. Y si Él me ha dado vida, y lo ha hecho, alabado sea Dios en Su gloria, yo no me avergüenzo de Él, o de Sus palabras, como Pablo lo dijo en Romanos 1.16, porque yo no me avergüenzo del Evangelio. ¿Es esa su historia? De hecho, déjeme preguntarle, antes de que ore. ¿Usted cumple la descripción de Hebreos 11? ¿Usted cumple esa descripción? ¿Usted ve la mejor patria? ¿Saborea usted esa mejor patria? ¿Usted habla acerca de esa patria? ¿Está usted buscando esa mejor patria? Inclinemos nuestros rostros para orar. Señor, gracias porque Tú nos amas. Nos amas suficientemente para decirnos lo que la fe genuina es y cómo se ve y cómo suena. de que podamos examinarnos a nosotros mismos, no apartados de ti, pero en tu presencia, bajo la luz de tu Palabra, por la mano de tu Espíritu, y preguntar si es que Cristo verdaderamente mora en nosotros. Señor, esta noche yo sé esto. de todos los que pueden decir que ven, y saborean, y hablan, y buscan estas cosas. Señor, esta noche ha sido una afirmación para ellos. Ha sido un ánimo, ha sido aseguranza, porque sabemos que nosotros no hicimos esto por nosotros mismos. Esto es lo que tú has hecho en nuestras almas. Nosotros amamos a tu hijo, y nosotros no le amamos a él desde el nacimiento. Le amamos solamente, Señor, cuando tú derramaste tu amor en nuestro corazón. Tú nos amaste primero, y esta es la historia de nuestra salvación. Pero para cualquier persona en este cuarto que no puede decir eso, Señor, otórgales arrepentimiento. Otórgales la honestidad, que ellos puedan ver su condición perdida y estén en luto por su condición y busquen a tu Hijo para recibir vida esta noche. Ayúdales a reconocer que el duelo ha sido removido y se han quitado la ceguera, no para que ellos puedan ser condenados, pero para que ellos puedan ser salvos. Y déjales aún hoy, en una fe simple, buscar a tu hijo y vivir. Y déjanos, Señora, nosotros que te conocemos, no nos permitas avergonzarnos de ti. Otórganos la fortaleza y la valentía para identificarnos claramente con nuestro Salvador y nuestro Señor en todas las maneras y en todas las situaciones en que nos encontremos, por a tu gloria y porque nosotros le amamos a Él. Oramos esto en el nombre de Jesús. Amén. Pongámonos de pie juntos.
(Spanish) Dos Tipos De Gloria
Los discípulos de Cristo, a través de Pedro, han confesado una comprensión de su verdadera identidad. Han llegado a creer que Él es él Mesías. Su conocimiento de Él está en contraste con las opiniones comúnmente aceptadas acerca de Jesús.
Cristo se está preparando para lo que viene. Cristo está en camino a la cruz y el seguir a Cristo va a significar dificultad para los discípulos también (9:21-22).
Lo que Jesus les dice representa a lo que la fe verdadera y salvadora se aferra y percibe. (9:23-25 ).
- Las condiciones para el discipulado - La negación, la muerte, la devoción (vs.23).
- Las consecuencias representadas en el llamado al discipulado - Salvar la vida de uno o perderla (v. 24).
- El cálculo del valor representado en la decisión para seguir el discipulado - verdadera ganancia o pérdida eterna (vs.25).
Pero ahora que hemos llegado al final de las declaraciones de Cristo sobre este tema no damos cuenta que Cristo deja ver claramente que esta decisión es una decisión personal.
El Pastor Richard Caldewel expone este tema en el sermón titulado 'Dos tipos de gloria', basado en Lucas 9:26-27
Sermon ID | 210131843134 |
Duration | 48:40 |
Date | |
Category | Sunday - PM |
Bible Text | Luke 9:26-27 |
Language | Spanish |
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