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Muy bien, vamos a comenzar nuestro tiempo de estudio bíblico. Hoy continuamos con el tema El Banquete del Padre. Esta es la segunda parte y la última de esta serie y de este libro. El domingo pasado nosotros comenzamos a ver que la salvación es algo experimental. Es decir, es algo que experimentamos con los sentidos. no tan solo es algo intelectual, está ligado con el aspecto intelectual, pero no se queda allí solamente. El Salmista, en el Salmo 34, 8, nosotros, entre otros pasajes, nosotros vimos cómo el Salmista nos invita a que nosotros probemos y veamos que el Señor es bueno. necesitamos probar y ver con los sentidos que el Señor es bueno. Entonces la salvación comienza con eso, hay que experimentarlo, hay que vivirlo, no es solamente algo que yo tengo en el intelecto, no es un conocimiento adicional que yo he adquirido, sino es algo que yo también lo estoy experimentando, eso fue lo primero que vimos el domingo pasado. También nosotros vimos el domingo pasado que la salvación es material, ¿Y qué quiere decir con que la salvación es material? Que involucra, lo que esto quiere decir es que involucra la restauración de todas las cosas, de todo el universo, al estado original en el que fue creado. Es decir, nosotros debemos de añorar también y debemos de ser personas que propugnen para que todas estas cosas vuelvan a ese estado original en el cual se encontraba la creación antes de la caída de Adán y de Eva, entonces la salvación es material, involucra todas las cosas. Número tres, también nosotros vimos que la salvación es individual, A pesar de que el Señor nos salva en una comunidad, en un grupo de personas, una comunidad de fe que es la Iglesia, yo debo de manera personal, de manera individual, en esforzarme, en alimentarme constantemente del Evangelio. Debo de hacerlo, debo de hacerlo, debo de esforzarme individualmente. Y por último, el domingo pasado nosotros comenzamos a ver cómo funciona todo esto, todo eso que les acabo de decir. Vamos a continuar viendo algunos ejemplos prácticos de cómo podemos lograr vivir con la mirada puesta en lo que Dios hizo, en lo que Dios está haciendo y en lo que Dios hará por nosotros. Vamos a ver eso. Entonces, quizás acá podamos tomar como referencia el aspecto del matrimonio. quizás alguien desea fortalecer su matrimonio, pues en Efesios 5 nosotros nos encontramos a Pablo hablando a los matrimonios, aunque está hablando especialmente a los maridos, Muchos de los lectores de Pablo trasladaban al matrimonio malas actitudes que provenían de su trasfondo pagano. El matrimonio en la sociedad dominante de aquella época se veía tan sólo como una transacción comercial. tenías que casarte lo mejor posible según tu nivel social y económico, eso se veía en aquel entonces. De hecho, en honraciones eso también se sigue viendo en estos tiempos, pero no con tanta fuerza como se veía en aquellos tiempos. Además, se enseñaba en aquella cultura a los hombres, la cultura no judía sino la cultura pagana, se enseñaba a los hombres a menospreciar a las mujeres y no considerarlas como iguales o amigas. Sin embargo, nosotros nos encontramos con que Pablo quiere animar a los maridos no solamente a ser fieles sexualmente hablando a sus mujeres, sino también a amar, a honrar a sus esposas y ayudarlas a crecer personal y espiritualmente hablando. Y esa era una actitud totalmente nueva respecto al matrimonio que era conocida en la cultura no judía de aquellos tiempos. Pero observemos cómo motiva Pablo a sus lectores a hacer esto. De nuevo, nosotros nos encontramos con que Pablo no les amenaza, no tan sólo les exhorta, no hace alusión a un gran ejemplo al que imitar, nada de eso, nada de eso, estamos en Efesios 5. En lugar de eso, presenta de forma vívida la salvación de Jesús como un amor sacrificial y conyugal. Vámonos a Efesios 5. Efesios capítulo 5, vamos a leer el verso 25. Nos dice así, Efesios 5, 25. Maridos amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio él mismo por ella. Eso es lo primero. Verso 27. ¿Qué nos dice Rachel? Verso 27. Página 1205 en nuestra Nueva Biblia de las Américas. A fin de presentársela a sí mismo, ¿una qué? una iglesia en toda su gloria sin que tenga mancha ni arruga. Jesús no nos ama, mis hermanos, porque seamos preciosos. Nosotros nos volvemos preciosos, oiga bien, a través del amor sacrificial de Jesús. Es por eso, mis hermanos, Es por eso, por eso yo siempre tengo como esa reserva de que alguna persona le diga a otra, tú tienes un alma linda que salvar. ¿Qué alma linda va a tener que salvar si es un adultero, un fornicario, un mentiroso, un blasfemo? ¿Qué alma linda va a tener? Porque de dónde sale el adulterio, de dónde sale el pecado. ¿Es del corazón? ¿Es del alma? No tiene una alma linda que salvar. Esa alma se vuelve linda, ¿ustedes saben por qué? A través del amor sacrificial de Jesús. En el Evangelio, Cristo es el supremo esposo para nosotros. y nosotros somos su esposa para el Señor Jesucristo. Entonces, mis hermanos, la solución a nuestra forma, a nuestra mezquina forma de actuar es que nos reorientemos hacia la generosidad de Cristo en el Evangelio, donde Él dio toda su riqueza por nosotros, por usted y por mí. es reorientarnos hacia Él, que Él se ha dado por completo para nosotros, entonces ya no tenemos que preocuparnos por el dinero, ya que la cruz demuestra que Dios nos cuida y que nos da la seguridad que necesitamos y debemos de descansar en esas promesas, el amor y la salvación de Jesús nos confieren, nos dan un nuevo estatus Uno que el dinero no puede darnos. La solución a un matrimonio roto es reorientarnos hacia el intenso amor conyugal que tiene Cristo en el Evangelio. Es hacia ello, es ver cómo Jesús se ha entregado por nosotros, por su pueblo. Cómo es paciente para con nosotros. cómo ha manifestado su amor para con nosotros. Y cuando nosotros leemos este pasaje que nos dice, este mandamiento, no cometerás adulterio, tiene sentido en el contexto del amor conyugal de Jesús, sobre todo en la cruz donde Él fue fiel a nosotros por completo. Y por lo tanto, sólo cuando nosotros conocemos el amor conyugal de Cristo, tendremos la fuerza suficiente para luchar contra la lujuria. Su amor nos satisface, y eso nos va a mantener alejados de buscar en el sexo lo que únicamente Jesús nos puede dar. pero eso solamente lo hace el Evangelio. Lo que nos hace fiel o generoso no es un esfuerzo doble por seguir las normas morales porque eso nos convertiría en personas religiosas como cualquier católico romano o cualquier testigo de Jehová para darle dos ejemplos. Más bien, mis hermanos, todo cambio se produce por un entendimiento más profundo de la salvación de Cristo y poniendo en práctica los cambios que este entendimiento produce en nuestros corazones. Es viendo lo que Cristo hizo, cómo se entregó por nosotros. La fe en el Evangelio da nueva forma a nuestras motivaciones, nuestro conocimiento de nosotros mismos, nuestra identidad, nuestra perspectiva del mundo, todo eso cambia cuando entendemos el Evangelio. Un comportamiento conforme a las reglas, sin una transformación del corazón, va a ser algo breve y va a ser algo superficial. Si no hay esa transformación del corazón, no pasaremos de ser meras personas religiosas, igual que cualquier otro religioso, igual que cualquier otro filántropo en la sociedad, hasta un ateo, puede ser una persona honorable en la sociedad. Tiene que haber una transformación del corazón para que realmente comencemos a ver una nueva perspectiva de lo que es el Evangelio, de lo que Cristo ha hecho por nosotros, por qué razón lo ha hecho y cómo lo hizo. Cuando nosotros hablamos del Evangelio, no estamos hablando del Evangelio como el ABC de la vida cristiana, no es eso, no es el ABC de la vida cristiana, le voy a decir que el Evangelio es la A y la Z de la vida cristiana, no es el inicio, es todo, es todo, tenemos que vivir el Evangelio. Y nuestros problemas surgen, ¿ustedes saben por qué? Porque nosotros no volvemos continuamente al Evangelio para dejarle trabajar en nosotros y para llevarlo a la práctica. No dejamos trabajar ese concepto de lo que el Señor hizo por nosotros, lo que el Señor está haciendo por nosotros. Cómo el Señor se entregó, no lo hemos asimilado, no lo hemos interiorizado, quizás se ha quedado aquí en la mente. Y si se queda en la mente, fracasamos. Martín Lutero escribió al gran reformador la siguiente frase, que se la dejo ahí para que usted medite en ella. La verdad del Evangelio es el principal artículo de toda doctrina cristiana. La verdad del Evangelio es el principal artículo de toda doctrina cristiana. Por tanto, urge la necesidad de conocer este artículo a fondo, enseñarlo a otros e inculcarlo continuamente. Vuelvo y lo repito. La verdad del Evangelio es el principal artículo de toda doctrina cristiana. Por tanto, urge la necesidad de conocer este artículo a fondo, yo conocerlo, enseñarlo a otros e inculcarlo continuamente. Eso dijo Martín Lutero. Entonces, quizás alguna persona se puede preguntar, porque eso es algo que también hasta en tiempo atrás me surgía esa duda, esa inquietud, esa pregunta, y es esta pregunta ¿Usted me está diciendo que para poder crecer en Cristo te dices a ti mismo cuán graciosamente amado y aceptado eres? ¿Es eso lo que le estoy diciendo? Y quizá usted podría pensar, bueno esa no es la mejor manera de progresar. Y esa es la mejor manera de progresar, es inculcándole miedo a la gente. Si tú haces esto, te vas a ir para el infierno. Si tú no haces esto, te vas a perder. ¿Pero qué produce eso cuando se pierde el miedo a perderse? cuando se ve algo lejano. ¿Qué produce eso una persona? Apatía. ¿Eh? ¿Cómo digo? ¿Eh? No, al contrario. Cuando se pierde el miedo a perderse, produce apatía, produce indiferencia. ¿Por qué? Porque la gente vive subyugada bajo el miedo. Subyugada, asustada por lo que le puede pasar. Y si Cristo viene ahora y te quedas, Y tiene que estar así como asustado. Y se pierde el incentivo de vivir una vida de obediencia, ¿por qué? Eso está tan lejos. Eso tarda demasiado. A fin de cuentas todo el mundo lo hace. Entonces lo que debe de motivarnos a nosotros es tener fe. No es el miedo a la condenación como tal. No es eso, mis hermanos. Lo que debe de movernos a permanecer en lo que hemos recibido en el Evangelio es amor agradecido y reverente. Un amor que agradece. Un amor que agradece. un amor que se da por completo independientemente, independientemente de cualquier otra cosa. Hay una historia que hace el pastor Tim Keller cuando él era pastor, él dice, de la siguiente forma se lo voy a decir tal como está escrito en el libro, Hace unos años conocí a una mujer que comenzó a venir a la iglesia de la que soy pastor. Me contó que en su infancia había ido a una iglesia en la que siempre se había mantenido que Dios solo nos acepta si somos lo suficientemente buenos y éticos. Nunca había oído el mensaje que estaba escuchando ahora de que podemos ser aceptados por Dios por pura gracia a través de la obra de Jesús, sin importar lo que hacemos o hubiésemos hecho. Su respuesta fue, de la señora, esa es una idea que da miedo, es una idea buena, pero al fin y al cabo sí que da miedo. Su comentario, sigue narrando Tim Keller, su comentario me dejó intrigado y le pregunté entonces qué era lo que daba tanto miedo de la gracia gratuita e inmerecida a ella. Contestó algo así, si me salvase por buenas obras entonces tendría que existir un límite a lo que Dios me pide o por lo que me hace pasar. Sería como un contribuyente con derechos. habría hecho mi trabajo y ahora merecería cierto nivel de vida. Pero si realmente es cierto que soy una pecadora salva por pura gracia, asumiendo Dios ese enorme coste, entonces no hay nada que no me pueda pedir el Señor. Fin de la cita. ¿Qué es lo que está diciendo, mis hermanos? Que la salvación por gracia es una espada de doble filo. Por un lado, nos quita a nosotros cualquier miedo que nos esclaviza. Yo no tengo miedo de que me voy a perder, porque la salvación no depende de mí. Si dependiera de mí, sí viviera asustado, porque constantemente le fallo a Dios. Por un lado, me quita ese miedo. Dios nos ama sin reservas, a pesar de nuestras debilidades y fracasos. Sin embargo, si yo tengo esto en claro de que Él hizo todo por mí y lo hizo con un amor sublime, un amor que no ve en mí mis defectos y mis metidas de pata, entonces, si entiendo eso claramente, también debo de entender o debería de entender también de que no existe nada en la vida que el Señor no me pida a mí y que yo no esté dispuesto a dárselo. Es decir, si yo fui comprado a un alto precio no hay nada en esta tierra que el Señor me pida a mí que yo no esté en condiciones de dárselo o de poner excusa. ¿Y qué es lo que estamos diciendo con esto? Sencillamente, mis hermanos, que al Cristo dar su vida por nosotros, yo no tengo derecho de pedirle nada a cambio porque yo no tengo con qué pagar lo que Él ya hizo por mí. Y lo único que yo puedo hacer, humanamente hablando, en agradecimiento al Señor, Eso puede ser todo lo que Él ha mandado en su palabra. Con un deseo genuino de decir, Señor, yo nunca podré pagarte, pero por favor acepta este esfuerzo que yo hago. No quiero nada a cambio, porque sé que es imposible recibir algo a cambio por lo que yo haga, sino ten misericordia de mí, ten piedad de mí. Aquí estoy, Señor. Me entrego por completo a Ti. No hay cosa que Tú me pidas que yo no esté dispuesto a darte, porque Tú lo has dado todo por mi vida. Eso es el Evangelio. Eso es lo que es amor agradecido y amor reverente. Nosotros no somos dueños, si realmente lo hemos aceptado y si realmente en el corazón eso está trabajando, nosotros no somos dueños de nada. Mis planes, mis metas, mis anhelos tengo que ponerlos a los pies del Señor. ¡Ay, yo quiero lograr esto en la vida! ¿Pero con qué fin? para sentirme mejor, para sentirme que he logrado la meta, satisfecho, o por el contrario, anhelo lograr esto porque hay alguna forma que yo entiendo que puedo glorificar a Dios con esto que logro. ¿Qué le parece a ustedes? Muchas veces vivimos la vida como religiosos, religiosos que creen que la salvación es por obras. Y piensan, bueno, si yo voy hoy a la iglesia, yo voy a obtener esto. Y hay otros que ni siquiera lo piensan. ¿Por qué? Porque no ha nacido eso en su corazón. Porque quizás ven la iglesia como un medio para lograr algo, dejando a Dios de lado, solamente utilizando frases de Dios para que encaje en el lenguaje religioso. Pero en práctica Dios está allá, eso no tiene que ver. Eso no es el Evangelio, mis hermanos. Ahora quizás algunas personas han pensado, porque eso siempre se habla, siempre se habla, ah pero si entonces yo creyese que soy salvo por gracia en vez de por mis buenas obras entonces yo podría vivir como me diese la gana y eso sería vivir como si la parábola de Jesús solo consistiese en el acto uno y no incluye el acto dos del cual nosotros hablamos en las semanas pasadas. La gracia de Dios es gratuita, sí, pero también es infinitamente costosa. ¿A quién le costó? ¿A quién le costó la gracia de Dios? A Cristo. Entonces, entender esa idea tiene que transformar y lo hará nuestras vidas. Nosotros no podremos vivir como personas egoístas y cobardes. Nosotros nos alzaremos en defensa de la justicia de nuestros prójimos y no nos importará a nosotros el precio que tengamos que pagar para seguir a Jesús cuando lo comparamos con lo que Él tuvo que pagar para rescatarnos. ¿Entiendes eso? Por eso que le digo que eso es algo del corazón, mis hermanos. Una persona que entienda esto y que haya sido transformada por el poder del Espíritu Santo, siempre tendrá en alta estima lo que el Señor hizo por su vida y anhelará vivir en constante agradecimiento al Señor viviendo una vida en santidad. Eso es, el que lo ha entendido en el corazón. tendrá al Señor en alta estima, va a vivir en agradecimiento al Señor. ¿Y cuál es la forma en que yo agrado al Señor? Guardando sus mandamientos, exacto. Eso fue lo que dijo Jesús. ¿Usted ama a Jesús, Tana? Pues tiene que guardar sus mandamientos, eso dijo Jesús. Si me aman, mis mandamientos guardarán. Esa es la única forma que demostramos que amamos al Señor, no es hablarlo solamente. Por eso es que hay un entendimiento tan, tan, tan errado en el mundo que usted ve estos artistas populares de estos movimientos que abundan ahora, gente que son adúlteras, fornicarias, drogadictas, alcohólicas, malapalabrosa, de todo. Y con todo y eso siempre viven hablando de Dios. No, que Dios es bueno, que Dios es aquello, que Dios es el que me está dirigiendo, me está encaminando por estos caminos. Pero se le olvida que el Señor es claro en cuanto a eso. No han entendido esto en el corazón, solamente se ha quedado quizá en la mente. que si usan mucho a Dios van a usar como un mantra, como una palabra mágica para que todos los planes egoístas y proyectos que trabajen en su vida pues se lleven a cabo y logren sus metas y logren sus objetivos si tienen a Dios en los labios. Pero nosotros no podemos ser así, No podemos ser como eso de voceros, ¿verdad que no, Rachel? No podemos enfocarnos solamente en tanta maldad, tanta suciedad, tanta basura que hay en nuestro tiempo. Dígame usted. Exacto. Exactamente y en la práctica realmente son personas que son prosperadas y económicamente hablando, eso lo sabemos, pero para que usted sepa que no todo dinero que usted reciba pues necesariamente sea una muestra del amor de Dios, de la misericordia de Dios, porque yo le aseguro que ninguno de esos artistas ese tipo de artistas que andan ahora pues ninguno de ellos realmente efectivamente están aportando algo algún bienestar algún bien a la sociedad del mundo para nada todo lo contrario están contribuyendo a la decadencia entonces una persona así puede ser prosperada y no quiere decir que sea señal de que Dios está con ellos pero ellos utilizan la palabra Dios porque se le ha enseñado y ese es el error también que muchas veces hasta nosotros como evangélicos enseñamos a otra persona cuando le decimos por ejemplo ya me voy para me voy a trabajar que la sangre de cristo te cubra pero la sangre de cristo donde dice la biblia nos cubre de la ira de dios nos cubre de nuestros los resultados, las consecuencias de nuestros pecados. Entonces, la sangre de Cristo solamente cubre a aquellos que han venido en arrepentimiento y fe, mis hermanos. Porque hay que leer la Biblia y entenderla en su contexto. La sangre de Cristo no es un mantra, no es como algo, ¿cómo le digo?, como un perfume para quitar los malos olores. La sangre de Cristo no está para eso, la sangre de Cristo es para cubrir toda iniquidad, todo pecado. y nos cubre de la ira de Dios, porque la ira de Dios está sobre el pecador. Entonces yo no puedo decirle a una persona que la sangre de Cristo te cura, no. Le va la calle, ojalá este sea el día que el Señor te conceda el don del arrepentimiento, ojalá este sea el día en que tú te arrepientas. Porque ese es el fin del hombre, mis hermanos. ¿De qué le sirve al hombre prosperar y ganar si de aquí a mañana va a morir? y se va a encontrar con una eternidad en el infierno. O es que no creen en el infierno. O eso está tan lejos como dicen mucha gente y por eso pierden el temor al infierno. Porque también yo no debo de vivir con temor al infierno, pero debo de tener claro de que existe un infierno y que el Señor me ha librado, no por mis obras, sino por Cristo. Amén. Un pasaje bíblico que transmite muy bien esta idea es la parábola del sembrador que Jesús cuenta en Mateo 13. El que predica el mensaje de Dios, el Evangelio, es como el sembrador, es el que está sembrando la semilla. Y hay tres grupos de personas que reciben y aceptan el Evangelio. Tres grupos lo aceptan y lo reciben, pero hay dos de ellos que no dan lugar a vidas transformadas. Un grupo de personas no tiene la resistencia ni la paciencia para enfrentarse al sufrimiento mientras que el otro continúa con una vida materialista llena de ansiedad. Entonces recibieron pero no quedó, no fue, no produjo fruto. el único grupo de personas que produce vida transformadas no son las que han trabajado mucho o han sido más obedientes. ¿Qué nos dice Mateo 13.23? ¿Dónde es que produce fruto esa semilla? Busquen Mateo 13.23. Vamos a ver, ahí nos da la respuesta. Mateo trece veintitrés ¿Quién lo tiene? Sí, léalo. Ahí lo deje, déjelo ahí. No son las personas obedientes donde produce buena semilla, buenos frutos. ¿Quiénes son? ¿El que oye qué cosa? ¿Y qué cosa? Le entiende. Ok, esa es la clave. Entonces algunos teólogos, tomando esto como referencia, insisten en que aquellas personas cuyas vidas no cambian por la gracia de Dios, realmente no entendieron su coste, el costo de la salvación y por lo tanto no han entendido el Evangelio. Tenían una comprensión general del amor de Dios, pero no entendieron realmente la seriedad del pecado ni el significado de la obra de Cristo en nuestro lugar. Y por esa razón no produce fruto esa semilla. Por eso es que podemos hablar de personas que pueden estar hasta dentro de la iglesia, pero esa palabra que está siendo predicada no la oyen a pesar de que están físicamente y no la entienden y por lo tanto no producen cambio, no producen transformación. Quiera Dios, mis hermanos, que es lo que estamos aquí reunidos en esta mañana, si realmente efectivamente esa palabra que se está escuchando cada domingo y cada miércoles, pues usted la oiga y la entienda. Ahora, ¿qué debo yo de hacer para oír y entender esa palabra? Suplicar al Señor, pedirle al Señor, Señor abre mis oídos para oír Tu Palabra y no oídos espirituales sino, perdón, al revés, no oídos físicos sino oídos espirituales. Ten misericordia de mí, que yo oiga tu palabra y la entienda porque sería triste, lamentable, penoso tener personas que toda una vida estuvieron en la iglesia recibiendo la palabra y esa palabra no germinó, no produjo fruto porque nunca la oyeron, nunca la entendieron. Y usted debe de pedirle al Señor con anhelo, ore a Dios en su tiempo personal, devocional. Eso es lo que nosotros pedimos cuando llegamos acá al templo, háblame Señor. ilumina mi entendimiento. ¿Por qué? Porque la única forma que esa palabra puede germinar y crecer en nuestras vidas es cuando esa palabra es oída y entendida, y eso solamente lo puede hacer el Espíritu Santo, mis hermanos. Como dijo Martín Lutero, somos salvos por la fe sola, no por obras, pero la fe que salva no está sola. siempre traigo obras. Nada que hagamos, mis hermanos, puede ganarnos la gracia y el favor de Dios. sólo podemos creer que nos lo ha dado en Jesucristo, la gracia y el favor de Dios y lo hemos recibido por fe. Pero si creemos de verdad y confiamos en Aquel que nos sirvió abnegadamente, Él nos transforma en personas que sirvamos a Dios y que sirvamos al prójimo de manera sacrificial. Va a producir frutos en nosotros lo que hay en el corazón. Si nosotros decimos, yo creo en Jesús, pero eso no afecta a la manera en la que vivimos, la respuesta no es tanto que ahora tenemos que añadir más esfuerzo a nuestra fe, sino que no hemos entendido o creído de verdad en Jesús. No es que tiene que esforzarte más, no, es que no has creído en Jesús. No has creído en Jesús. Número 5. La salvación es comunitaria. ¿Se acuerdan que el domingo pasado les decía que la salvación es individual? ¿Se acuerdan? Y ahora les digo, la salvación es comunitaria. Y estamos hablando de banquete, ¿verdad? Un banquete. El banquete, ¿cómo que dice ahí? El banquete del padre. Un banquete es comunitario por naturaleza. Para usted participar de un banquete usted no lo puede hacer solo. No hay ningún encuentro, no hay ninguna reunión familiar, no hay boda, no hay otro acontecimiento social que se aprecie, que no incluya una comida. ¿Verdad? Si no hay comida, eso no está bueno, Wende. Debe de haber comida, Marta. Pero eso no soy yo que lo digo. Eso lo dice el Señor. Lo pasado que leímos el domingo pasado. Para los que no estuvieron acá, yo lo invito a que vayan allá, vayan al sermón. Cuando nosotros invitamos a alguien a comer con nosotros, es una invitación para relajarnos un poco, para conocernos mejor, En muchas culturas comer juntos es conceder su amistad, es decir, si alguien le invita en una cultura a comer, le está diciendo que quiere mantener y establecer una buena amistad. Nosotros vivimos en una cultura, en la cultura de Occidente, no dominicana, solamente de Occidente, en todos los países de Occidente, Europa y América, Vivimos en una cultura en la que los intereses y los deseos del individuo son más importantes que los intereses de la familia, del grupo o de la comunidad. Y como resultado de eso, un gran porcentaje de personas quieren crecer espiritualmente hablando sin perder su independencia ante una iglesia o cualquier otra institución organizada. Quieren ser cristianos a sus usanzas, yo solo. Y muchas veces este es el significado de afirmaciones que escuchamos en la calle de personas que dicen yo soy espiritual pero no soy religioso. A mí me gusta Jesús pero no el cristianismo. Y muchas personas dedicadas a la búsqueda espiritual lamentablemente tienen malas experiencias con las iglesias así que por esa razón no quieren tener nada que ver con las iglesias. y no estoy diciendo que eso esté bien. Esas personas están interesadas en una relación con Dios pero no quieren tener esa relación con Dios si para ello tienen que formar parte de una organización. Nosotros también hemos visto durante el estudio el año pasado, cuando comenzamos este estudio, de que puede darse el caso de que nos encontremos en iglesias que están llenas de hermanos mayores. Y ese es un peligro al cual podemos caer nosotros todos. ¿Quiénes son los hermanos mayores? Aquel que está con el padre y no está con el padre por agradecimiento al padre, sino porque quiere heredar los beneficios, quiere recibir la herencia del padre. Entonces son personas farisaicas. Eso podría estar ocurriendo con nosotros. y eso también puede provocar a de personas que digan no yo no voy a esa iglesia porque está llena de personas envidiosas, egoístas, personas chismosas y no quiero tener nada que ver con esto. Pero debemos de entender algo mis hermanos que no hay posibilidad no hay posibilidad de que nosotros crezcamos espiritualmente hablando si no somos parte o no estamos involucrados en una comunidad de creyentes, independientemente de los errores, de las fallas que encontremos en la iglesia. No podemos crecer espiritualmente hablando si no estamos involucrados en una comunidad de fe, si no participamos de manera activa de una comunidad de fe. No podemos llevar una vida cristiana sin una familia de creyentes en la que podamos encontrar un lugar donde desarrollar nuestros dones y nuestros talentos. Muchas personas dicen yo quiero tener una relación más cercana con Jesús y permítame decirle algo. Usted nunca podrá tener una relación más cercana con Jesús con sus propias fuerzas o usted haciéndolo de manera individual. Usted necesita estar involucrado al 100% en la iglesia. Usted necesita estar involucrado en una comunidad cristiana con estrechas relaciones de amor y ante quienes también usted pueda rendir cuentas usted necesita de una iglesia. Solamente cuando usted forme parte de una comunidad de creyentes que desee parecerse, servir y amar a Jesús, solamente así usted podrá llegar a conocer y a parecerse y amar a Jesús. La parábola del hijo pródigo cuenta la historia entera de la Biblia y de la raza humana. En esa historia, Jesús nos enseña que las dos maneras más comunes de vivir conducen a callejones espirituales sin salida. Por un lado el hijo menor que se va al mundo, malgasta todo lo que recibió y vive como un impío, pero por el otro lado el hijo mayor que es el religioso, el que está en la iglesia, pero que no ha experimentado la gracia del Evangelio en su corazón. Entonces vive vida de apariencias, vive vida hipócrita, vive vida escondida a los hermanos cuando su corazón real y efectivamente desea vivir como el hermano menor. Entonces nosotros debemos de saber que lo único que nosotros donde podemos encontrar un final feliz es yendo y entendiendo la esencia de lo que es el Evangelio. Jesús dice, yo soy el pan que descendió del cielo. Y Jesús nos señala que tanto el camino del placer del hermano menor, el de la parábola, el que se fue a un lugar lejano y malgastó la fortuna, como el camino, entre comillas, ético del hermano mayor, son callejones sin salida. Pero también nos enseña que hay otro camino, y ese camino es a través de él. y entrar en esa senda y comenzar una vida que se base en su salvación, en la del Señor, nos llevará a la fiesta y el banquete supremos al final de la historia. Nosotros podemos tener un anticipo de esa futura salvación en todas las maneras presentadas en este en este banquete, en este capítulo 7, el banquete del Padre, que comenzamos el domingo pasado. ¿Cómo podemos tener un anticipo de esto? En oración, en servicio a otros, en los cambios en nuestra naturaleza interior que se van manifestando a través del Evangelio, a través de las relaciones sanadas que Cristo nos ha otorgado ahora, a través de la vida de comunión en la iglesia, anhelar estar en la casa del Señor, participar del servicio, de los servicios, de las reuniones. Por eso todo eso es tan solo un anticipo de aquel estado glorioso que nos espera cada uno de nosotros. es un anticipo, es una previa, como dicen en algunos canales de deporte, la previa es como la parte antes de comenzar el partido. Entonces si eso no está ocurriendo en nosotros, si no hay ese anhelo por las cosas de Dios, entonces tenemos que pedirle al Señor, Señor necesito que Tú me des hambre por las cosas Tuyas necesito comenzar a degustar de ese banquete espiritual ahora en la tierra a través de esos medios que Tú me has provisto para que Tú sea excelso por encima de toda cosa y no haya otra cosa que me quite el placer, el disfrute de estar en tu presencia junto con mis hermanos en la fe. Mis hermanos, cuando yo tomo tiempo para acercarme al Señor, para preparar estos estudios, para buscar estos materiales, no lo hago porque alguien me obligue a hacerlo. Nunca lo he hecho. Lo he hecho sencillamente porque en mi corazón ha nacido ese anhelo. Y le digo una cosa, que el Señor, a pesar de que el mayor regalo que yo puedo tener es la satisfacción de estar haciendo las cosas como Dios manda, a pesar de ello, Dios honra eso y Dios premia por diversos otros medios esa dedicación y ese esfuerzo. Se lo doy como un testimonio vivo. para que ustedes también puedan entender que la gracia de lo que el Señor nos ha dado es mayor mucho mayor que cualquier incentivo que el mundo me pueda dar pero eso usted tiene que comenzar a experimentarlo y yo no se lo puedo yo no tengo un bisturí para abrirle el corazón y meterle eso el único que puede hacer eso es el Señor El único que puede darle ese placer por las cosas de Dios es el Señor. Y por eso es tan importante que oremos. Orar por nosotros mismos. Señor, dame este deseo por las cosas tuyas. Que no haya nada en esta vida que me desvíe la atención de las cosas tuyas. Que no haya nada en esta vida que todas mis metas y mis anhelos más profundos lo puede encontrar en ti, Señor. Que tú seas lo bello, lo hermoso, lo bueno, lo saboreable, lo delicioso, el gusto mayor. Pero usted debe de orar así al Señor. Yo le puedo ayudar, orando también, dándole algunas enseñanzas, pero a fin de cuentas, quien debe de anhelar y debe de pedir al Señor por eso, es usted. Claro está que en el proceso en el proceso hay cosas que usted va a tener que hacer sin que en ese momento haya el deseo de hacerlo pero usted dirá esto es más importante, aunque no lo sienta ahora lo entenderé después y lo voy a hacer no porque lo quiera, no lo siento ahora, ahora no lo siento hacer pero lo voy a hacer porque es lo mejor para mi vida y usted verá como el Señor va a producir en usted el querer como el hacer por su buena voluntad ¿Qué le parece? Quiero terminar en esta mañana dejándoles un hermoso pasaje de las escrituras que nos habla acerca de ese día glorioso, un pasaje precioso, se encuentra en Isaías, busquémoslo todo por favor. Isaías capítulo 25 son solamente tres versos, versos 6, 7 y 8. Isaías 25 Versos 6, 7 y 8. 25, 6 al 8. En la Nueva Biblia de las Américas, página 716. ¿Lo tenemos? Léalo conmigo. El señor de los ejércitos preparará en este monte para todos los pueblos un banquete de manjares suculentos, un banquete de vino añejo, pedazos escogidos con tuétano y vino añejo refinado, y destruirá en este monte la cobertura que cubre todos los pueblos. el velo que está extendido sobre todas las naciones. Él destruirá la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque el Señor ha hablado. Vamos a dejarlo hasta acá, mis hermanos, y vamos a tomar un tiempo. para meditar en ello, en esto que hemos recibido, y si hay preguntas también, pues este es el momento de usted hacerla.
El banquete del PADRE (2da. parte)
Series DIOS prodigo
El único grupo de personas que produce vidas transformadas NO son los que han trabajado mucho o han sido más obedientes, sino "es el que oye la palabra y la entiende" (Mateo 13:23). Algunos teólogos insisten en que aquellas personas cuyas vidas no cambian por la gracia de Dios, realmente no entendieron su coste y, por lo tanto, no han entendido el evangelio. Tenían una comprensión general del amor de Dios, pero no entendieron realmente la seriedad del pecado ni el significado de la obra de Cristo en nuestro lugar. Esas personas que nunca han cambiado por la gracia de Dios, NUNCA han nacido de nuevo y por lo tanto no son creyentes.
Sermon ID | 19241247161392 |
Duration | 51:48 |
Date | |
Category | Bible Study |
Language | Spanish |
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