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Hermano, vayamos al Salmo 39, versículo 4. Tengamos aquí una breve meditación. Salmo 39, verso 4. Dice la palabra, hazme saber, Jehová, mi fin, y cuanta sea la medida de mis días, Sepa yo cuán frágil soy. Oremos. Señor y Dios, Padre, agradecemos ahora tu misericordia que nos concede en esta mañana adorarte a través de nuestro tiempo devocional y ahora en este culto de la mañana nos concede adorarte en este culto congregacional. Te rogamos, Señor, que tu Espíritu Santo en este día nos conceda la gracia de orar como conviene, de clamar y de pedir conforme a lo que tú nos ha prometido en tu palabra. Los rogamos para tu gloria en el nombre de Jesús. Amén. Bueno, hermanos, después de uno pasar por el túnel del COVID, realmente es bueno meditar en este tipo de versículos y de manera particular orar para que Esto que pedía el salmista aquí en el contexto de su vida personal, también lo podamos orar nosotros, porque la verdad es que uno nace y vive en este mundo por lo general como si nunca se fuera a marchar de él. Usted se levanta y la muerte no le pasa por la mente ni en pensamiento. Eso es así. Es raro una gente que piensa en la muerte. Por lo general, eso es el último, el último de los últimos temas que abordamos en nuestro pensamiento, en nuestros corazones. Este pasaje, en estos días, yo he estado meditando en él y orando al Señor. Hazme saber, Jehová, mi fin. Nuestra vida tiene un fin aquí. Llegamos y finaliza con la muerte. Nuestro tiempo aquí también está contado. ¿Cuántos días vamos a vivir? Desde que nacemos arranca esa cuenta regresiva. Esa cuenta regresiva. ¿Cuánto sea la medida de mis días? ¿Cuánto me tocan? Este era uno de los deseos que tenía David en su corazón. Él quería saber cuántos días le tocaban. Porque obviamente, si él sabía en el contexto de esta oración cuántos días eran sus días de vida en esta tierra, a esa hora ya él sabía cuántos le quedaban. del total general de días que le habían concedido de vida aquí en la tierra. Si él tenía 40 y le faltaban 40 años, bueno, planificaría para esos 40 años, ¿verdad? La intención de él era poder vivir a la luz de la realidad de su partida de este mundo. Por eso, Él oraba de esta manera. Hazme saber, Jehová, mi fin y cuánta sea la medida de mis días, cuánto me toca vivir. La palabra frágil que él usa aquí significa transitorio, fugaz, Hazme saber cuán transitorio yo soy. Hazme saber cuán fugaz es mi vida aquí en esta tierra. Y amados hermanos, si nosotros vivimos a la luz de lo fugaz de nuestros días aquí en la tierra, obviamente que eso nos motivará para prepararnos más y mejor más para partir que para quedarnos, más para partir que para quedarnos. Lamentablemente la mayoría de la gente se prepara para quedarse aquí por una larga temporada, cuando la verdad es que debemos de aprovechar bien el tiempo para prepararnos lo mejor posible para irnos. Porque la verdad es que no sabemos cuánta sea la medida de nuestros días aquí en la tierra. ¿Cuántos días serán? Hazme saber, Jehová, mi fin y cuánta sea la medida de mis días. Sepa yo cuán frágil soy. En el versículo cinco, el Espíritu Santo le dio la respuesta a esta oración que elevaba delante del Señor. He aquí diste a mis días término corto y mi edad es como nada delante de ti. Él llegó a la conclusión. A la conclusión. De que ya no le quedaba mucho. De que había vivido más de lo que le faltaban por vivir. Y a la luz de eso, entonces. Él. Llega a la conclusión de que su vida es completa vanidad. De que la vida de todo hombre es completa vanidad. Es como una sombra, dice él aquí también. Por eso en vano se afana, en vano se afana a montonas riquezas en vano, porque al fin y al cabo no sabe quién la va a recoger, quién se va a quedar con la casa suya, quién se va a quedar con su carro, quién se va a quedar con su trabajo, quién se va a sentar en la mesa donde usted se sienta. ¿Quién va a comer en el plato que usted come, con la cuchara que usted come, con el vaso que usted bebe? Usted no sabe quién va a ocupar el lugar suyo. Entonces, a la luz de eso, es que Él está aquí orando, ayúdame a saber cuántos días me quedan para poder aprovechar bien el tiempo. Finalmente, Él En el versículo siete cierra esta oración y ahora, señor, qué esperaré? Mi esperanza está en ti. Amados hermanos, todo lo que en esta vida acontece en nosotros debe de llevarnos a la cámara de la oración. Y debemos concluir como él, mi esperanza está en ti. Mi esperanza está en ti. Por eso nos reunimos aquí cada miércoles, porque nuestra esperanza está en el Señor. Es en Él. Cada cosa que necesitamos para vivir y no la tenemos, la buscamos en Él. La buscamos por medio de Él. La buscamos para su gloria. Y en ese sentido, que Dios nos ayude a perseverar continuamente en nuestra vida de oración, mis amados hermanos. Porque creo que es allí donde más conscientemente estamos de cuán frágiles somos y de cuán breves son nuestros días aquí en la tierra.
Hazme saber mi fin
Series Meditaciones breves
Hazme saber mi fin... la muerte es un tema en el que no pensamos pero que puede ser un medio de meditación para nuestra madurez en la fe.
Sermon ID | 13122201451497 |
Duration | 08:36 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Psalm 39:4 |
Language | English |
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