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Lucas 10, vamos a estar viendo el pasaje del versículo 25 hasta el versículo 37. Lo que vamos a ver, si Dios lo permite, es que no basta saber la Palabra de Dios. No basta conocer la Palabra de Dios. Debes de ponerla en práctica. En realidad, para este mensaje solamente tengo ese punto. No basta con saber la Palabra de Dios. Debes de ponerla en práctica. Porque hay un gran problema. Cuando el creyente, aunque tiene mucho conocimiento de la Palabra de Dios, aunque puede recitar versículos sin problema, aunque puede aconsejar a gente bíblicamente, aunque puede hablar de la Palabra de Dios durante horas, el problema es cuando no lo pone en práctica. El problema viene cuando no vive la Palabra de Dios. Y es que, aquí en este pasaje, vemos a un intérprete de la ley. Aquí en Lucas 10, versículo 25, un intérprete de la ley nos dice ahí que empieza a cuestionar a Jesús. Y vemos que sus preguntas no son muy sinceras. Quiere intentar atrapar a Jesús en alguna pregunta, pero vemos como Jesús le da la vuelta a las preguntas. y le ayuda a entender al intérprete, el intérprete que piensa que es justo, que se puede justificar a sí mismo, le muestra de una forma bastante gráfica, porque le da una parábola y le enseña que él no está practicando la escritura. Tiene un montón de conocimiento Tiene un montón de conocimiento de la Palabra de Dios, pero no la está haciendo. Y el verbo hacer realmente es muy clave en este pasaje, porque debes demostrar tu amor hacia Dios. O sea, no basta con saber la Palabra de Dios. Debes de ponerla en práctica. Pues vamos a empezar leyendo aquí en versículo 25, Lucas 10, versículo 25. Dice, y aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Y él le dijo, que está escrito en la ley. ¿Cómo lees? Aquí, él respondiendo, dijo, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo. Y él le dijo, bien has respondido, haz esto, ¿Y vivirás? Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús, ¿y quién es mi prójimo? Versículo 30 dice, respondiendo Jesús dijo, un hombre descendía de Jerusalén a Jerico, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron, e hiriéndole se fueron dejándole en medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo, un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia. Y acercándose, vendió, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino, y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día, al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo, Cuídamele. Y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres, te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo, el que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo, Ve, y haz tú lo mismo. Y básicamente lo que Cristo está diciendo, mira, debes de poner en práctica la escritura. Debes de poner en práctica toda la escritura. Ahora, hay pasajes paralelos a este, y si vamos a... rápidamente vamos a Mateo 22, Mateo 22, del 34 al 40, vemos otra perspectiva de este acontecimiento, o quizás este acontecimiento ocurrió varias veces, porque vemos que aquí Mateo lo cuenta un poquito diferente, y en realidad una pregunta así sería bastante común, entonces es posible que haya ocurrido varias veces, pero aquí en Mateo 22, versículo 35, dice... Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo, maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Y Jesús le dice, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer, primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante, amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Ahora, si notáis la estructura de este pasaje, podéis ver que Jesús es el que está respondiendo. O sea, Jesús es el que le está dando... los pasajes de Deuteronomio, y también Levítico, y luego lo resume en versículo 40, donde dice, de estos dos mandamientos, ¿cuáles son los dos mandamientos? Ama a Dios, sobre todas las cosas, con todo tu ser, con todo lo que eres, y ama a tu prójimo. Y entonces lo resume en versículo 40, diciendo, de estos dos mandamientos, depende toda la ley y los profetas. Ahora, a lo mejor es el mismo acontecimiento que vemos aquí en Lucas, simplemente es, diferentes partes de la conversación, ¿no? Y diferentes... A lo mejor Jesús está enfatizando lo que había dicho, las preguntas que hacía al intérprete. O puede ser otra circunstancia. Pero vemos que es muy similar. Y aquí en Mateo no nos da la parábola del buen samaritano. O como nosotros lo conocemos, como el buen samaritano. Vamos a Marcos 12, versículo 28. Marcos 12, versículo 28, al 34, dice, acercándose uno de los escribas que él los había oído disputar y sabía que le había respondido bien, le preguntó, ¿cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió, el primer mandamiento de todos es, oye Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante, amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos. Entonces el escriba, le dijo, bien maestro, verdad has dicho que uno es Dios y no hay otro fuera de él. Y al amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con todo el alma y con todas las fuerzas, llamar al prójimo como a uno mismo es más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo, no estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle. Entonces vemos diferentes aspectos de esta conversación sean que sea la misma situación o que sean diferentes, pero viendo cómo Jesús hace un énfasis en estos dos mandamientos, porque realmente se resume, toda la ley, incluso los diez mandamientos, se pueden resumir con amar a Dios y amar al prójimo. Y entonces, en el pasaje que tenemos aquí en Lucas, vemos esta parábola tan importante donde Jesús ilustra qué es lo que significa Primogenito, perdón, ¿qué es lo que significa prójimo? ¿Qué es lo que significa prójimo? Y entonces, lo cual es bastante importante, porque Dios quiere el corazón. Y es que no basta con saber la palabra de Dios, debes de ponerla en práctica. Ahora, Dios conoce tu corazón, y nada se escapa de la observación de Dios, Por eso todo creyente debe de amar a Dios sobre todas las cosas. El creyente debe de amar a su prójimo. Dios pone énfasis en amar a Dios y al prójimo. Incluso servir es más importante que ser servido. Dar es más importante que recibir. Ahora, aquí en Lucas, justamente en el capítulo anterior, Cristo ha estado haciendo un énfasis bastante grande en el discipulado. Seguir a Cristo. Obedecer a Dios. Vivir para Él. O sea, realmente poner en práctica su palabra. Y por eso en Lucas 9, versículo 23, dice, si alguno quiere venir en pos de mí, ¡Niégese a sí mismo! ¡Tome su cruz cada día y sígame! Dice, porque todo el que quiera salvar su vida la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste, la salvará. Incluso, hablando de esta idea de distipulado, muestra la importancia de la humildad, y por eso al final del siglo 48, Lucas 9.48 dice, porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es el más grande. Incluso en versículo 56 vemos la misión de Cristo, donde dice, el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. ¿Y qué es lo que había ocurrido justo antes? Nos dice versículo 51, Cuando se cumplió el tiempo en que él había sido de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. Más, no le recibieron. ¿Quiénes son los que no reciben a Jesús? Aquí nos dicen los samaritanos. ¿Por qué? Porque es un judío y dice del siglo 53, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. Y como los samaritanos y los judíos no tienen buen trato entre ellos, pues no le quieren recibir. Ahora eso va a ser bastante clave para el pasaje que tenemos hoy, esa relación que tienen los samaritanos y los judíos. Pero viendo más sobre el discipulado, al final del capítulo 9 de Lucas, Hay varios que le quieren seguir. Y entonces en versículo 58, Jesús dice a uno, las torras tienen guaridas y las aves de los cielos nidos, mas el hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza. Incluso... Versículo 62 dice, Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás es apto para el reino de Dios. El punto es que debes de amar a Dios sobre todas las cosas. Y si vas a amar a Dios sobre todas las cosas, realmente debes de amar a sus criaturas y debes de amar a tu prójimo como a ti mismo. Y entonces, por eso llegamos aquí a este pasaje, aquí en Lucas, donde Es interesante que en el versículo 21 de Lucas, Lucas 10, versículo 21, Jesús se regocija y está dando gracias a Dios, y está alabando a Dios, porque Dios ha revelado estas cosas a los niños, nos dice ahí. Dice versículo 21, Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las ha revelado a los niños. Sí, padre, porque así te agradó. Y de todas las cosas me fueron entregadas por mi padre, y nadie conoce quién es el hijo sino el padre, ni quién es el padre sino el hijo, y aquel a quien el hijo lo quiera revelar. Y entonces, ahora llegamos ahí al versículo 25, donde hay alguien que piensa que es muy sabio. Hay alguien que piensa que es muy justo. Y vemos, como dice ahí en versículo 21, que Dios lo reveló a los niños, no a los sabios, no a los entendidos, no a aquellos que se intentan justificar por sí mismos. Y aquí en versículo 25 vemos a un intérprete de la ley. Y dice, y aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle. ¿Qué es lo que está intentando hacer? Está intentando juzgar al Juez Supremo. Está intentando probar, que es la idea de examinar para encontrar una falta. Entonces, cuando le está haciendo esta pregunta, realmente no lo está haciendo con sinceridad, sino que está intentando poner a juicio a Jesús. Y al poner juicio a Jesús, se está intentando justificarse a sí mismo. Está intentando ser más piadoso que el maestro. Está intentando decir, mira, yo soy mejor que tú. Yo soy mejor que cualquiera aquí. Yo he cumplido toda la ley. Y puedes enumerar la ley, y yo la he cumplido por completo. Se intenta justificar a sí mismo. Pero Jesús le hace tambalear un poquito. Porque Jesús le demuestra que no es así para nada. No estás poniendo en práctica la palabra de Dios. Vale, puedes tener un montón de entendimiento. Puedes responder bien a todas las preguntas. Pero no estás viviendo la Palabra de Dios. Y entonces, aquí la pregunta que le hace el intérprete de la ley, dice, Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Entonces, es una pregunta que aparenta ser bastante simple para nosotros, ¿no?, especialmente teniendo el conocimiento del Evangelio. ¿Qué es lo que debe de hacer? Creer en Jesucristo y serás salvo. Porque todo aquel que cree en el nombre de Jesús, ¿Será salvo? ¡Tiene vida eterna! Y entonces, simplemente le está preguntando cómo puede tener vida eterna. ¿Cómo puede entrar en el reino de los cielos? Pero realmente hay mucha hipocresía. Se está intentando justificarse a sí mismo. Incluso es como en Lucas 16, versículo 15. Lucas 16, versículo 15, donde dice... Jesús está hablando y dice... a los fariseos, dice, vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos, delante de los hombres. Mas Dios conoce vuestros corazones. Porque lo que los hombres tienen por sublime delante de Dios es abominación. realmente está reflejando muy bien a este personaje, ¿no? A esta persona que se intenta justificar a sí mismo, aparentar que es piadoso delante de las personas, pero realmente no lo es delante de Dios. Dios lo sabe. Incluso, como aquí dice, Lucas 16, 15, que Dios conoce vuestros corazones, porque lo que a los hombres tienen por sublime, delante de Dios, es abominación, es detestable. ¿Qué es lo que están haciendo? Justificarse a sí mismo. Lo cual es lo opuesto a aquellos que se dan cuenta de su pecado, aquellos que quieren justificar a Dios de que Él tiene la razón. En Lucas 7, versículo 29, Lucas 7, 29, dice, Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, Justificaron a Dios. ¿Qué es lo que están haciendo? Están declarando que Dios es inocente. Dios tiene la razón. Nosotros somos los culpables. Nosotros somos los pecadores. Nosotros somos los que no tenemos ninguna clase de mérito. y justifican a Dios. Y entonces, bautizándose con el bautismo de Juan. ¿Qué clase de bautismo es ese? Un bautismo de arrepentimiento. Se dan cuenta de su necesidad de Dios y se arrepienten. ¿Pero qué es lo que hacen los fariseos y los intérpretes de la ley? Del siglo XXX, más los fariseos y los intérpretes de la ley, desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan. ¿Por qué? porque, a su parecer, no necesitan arrepentimiento. A su parecer, son justos. Y practican la justicia. Incluso, esta misma pregunta que hace aquí este intérprete de la ley, aquí en Lucas 10.25, lo hizo también el joven rico, en Lucas 18, versículo 18, Lucas 18, versículo 18, donde dice, un hombre principal le preguntó diciendo, maestro, bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Y entonces aquí, Jesús le lleva la ley, ¿no?, debe de practicar la ley. Porque al practicar la ley, realmente muestra fe. Pero no solamente es practicar. Debe de haber esa fe genuina. Esa fe que salva. Porque la salvación se obtiene de la misma manera en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Por fe. Vemos a Abraham ejercitando su fe. Y entonces, su fe le es contada por justicia. De la misma forma en el Nuevo Testamento. Tu fe. El justo por la fe vivirá. Y entonces, aquí en estos Lucas 18, en versículo 18, este joven rico le pregunta ¿qué haré para heredar la vida eterna? Entonces, en versículo 20, Jesús le dice en los mandamientos, sabes, no adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre. Y entonces él justificando, no, se está justificando a sí mismo, y él dice, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Esto es algo parecido a lo que vamos a ver aquí en este pasaje en Lucas 10, se justifica a sí mismo y entonces Jesús le conoce y en el versículo 22 aún te falta una cosa vende todo lo que tienes y dale a los pobres y tendrás tesoro en el cielo y ven y sígueme entonces vemos que ese joven rico no quiso porque era muy rico y era un obstáculo demasiado grande para él no quería rechazar sus riquezas no quería dejar a un lado sus riquezas y repartir al arrepentirse de su pecado y poner fe en Dios. Y por eso Jesús dice en el versículo 24, ¿cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas? Pero el versículo 27 dice, lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. ¿Por qué? Porque es por fe, no por méritos. Entonces, volviendo aquí a Lucas 10, versículo 25, vemos este intérprete de la ley que se levantó y dijo, para probarle, Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Y entonces Jesús, aunque está siendo interrogado, Él interroga a aquel que le está interrogando. Y entonces es interesante cómo Jesús cambia los papeles. Porque Jesús le dice que está escrito en la ley. O sea, ¿qué es lo que dice la Palabra de Dios? Incluso, como él se considera un intérprete de la ley, un experto en la ley, que sabe todos los detalles, aún los detalles más mínimos de la ley, de la Palabra de Dios, vale, si conoces tanto, ¿qué es lo que dice la ley? Y entonces, por eso le dice, ¿cómo lees? O sea, ¿cómo le interpretas tú? ¿Cómo interpretas la ley? ¿Cuál sería la respuesta de acuerdo a la Escritura? A la pregunta que me has hecho. ¿Cuál era la pregunta? ¿Cómo heredaré la vida eterna? Entonces le dice que está escrito en la ley. Y entonces le responde. Y le responde correctamente. Porque en versículo 27, vemos que usa Deuteronomio 6, versículo 5, Donde le dice, en versículo 27, aquel respondió, respondiendo dijo, esto es Lucas 10, 27, Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente y a tu prójimo, como a ti mismo. Entonces vemos que usa dos pasajes. Si vamos rápidamente a Deuteronomio 6, versículo 5, vemos la primera parte de ese primer mandamiento. Porque en Deuteronomio 6, incluso versículo 4, Moisés, inspirado por Dios, acaba de decir, mira, oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Básicamente, solamente hay un Dios, y es Yahweh nuestro Dios. Y versículo 5 dice, y amarás a Jehová tu Dios, de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. ¿Para qué pasa? Que cuando tú amas a Dios con todo tu ser, con todo lo que eres, realmente te muestras fe en Él, te muestras confianza en Él, y al amarle sobre todas las cosas, al ponerle como tu prioridad, al no descansar en nada más, realmente te acercas a Dios y dependes de Él, obtienes la salvación. porque hay esa confianza, hay esa fe. Entonces, si realmente tienes esa fe, vas a vivir de acuerdo a tu fe y vas a andar de acuerdo a la justicia, de acuerdo a lo que es agradable delante de Dios, de acuerdo a la palabra de Dios, porque amas a Dios. Y entonces, por eso, básicamente lo que la ley dice es el justo por la fe vivida. Entonces, tienes fe en Dios, le amas sobre todas las cosas, entonces vas a entrar en el reino de Dios, ¿no? Y por eso vemos aquí, incluso desde Deuteronomio, desde la ley de Dios, la palabra de Dios, en el Antiguo Testamento, apuntando a la necesidad de la fe, de amar a Dios sobre todas las cosas. Y por eso va a este pasaje, porque es esencial para entrar en el reino de Dios, para heredar la vida eterna, Y entonces, usa también el pasaje ahí en Levítico 19, versículo 18. Levítico 19, versículo 18. Donde dice, no te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová. Es que si amas a Dios de todo corazón, si realmente tienes tu fe en Él, vas a vivir de acuerdo a tu fe. Y entonces, al vivir de acuerdo a tu fe, vas a vivir de acuerdo a tu amor a Dios, y al vivir de acuerdo al amor hacia Dios, vas a amar a las personas de tu alrededor. Vas a amar a tu prójimo. Incluso aquí dice, a tu prójimo como a ti mismo. Ahora, no clasifica quién es tu prójimo, sino que debes de amar, debes de servir a todos. Y por eso vemos la importancia de esta repetición de estos dos mandamientos. Incluso, como nos dijo ahí Mateo, ese pasaje ahí en Mateo 22, ese pasaje paralelo donde Jesús dice, de estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Porque si recordamos los diez mandamientos, ahí en Éxodo 20, Vemos que los podemos realmente resumir en esos dos mandamientos, amar a Dios y amar al prójimo. Porque los primeros cuatro mandamientos de ahí de Éxodo XX dicen, no tendrás dioses ajenos, luego no te harás imagen, luego versículo 7, no tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, y acuérdate del día de reposo para santificarlo. Entonces ahí se dirigen hacia Dios. ¿Amas a Dios? Vas a poner en práctica tu amor hacia Dios. Vas a poner en práctica los mandamientos hacia Dios. No realmente para Dios. ¿Por qué le amas? Y luego, empezando ahí en versículo 12, vemos los siguientes 6 mandamientos que tienen que ver con tu amor hacia los demás, hacia tu prójimo. Versículo 12 dice, honra a tu padre y tu madre. Versículo 13, no matarás. ¿No cometerás adulterio? ¿No hurtarás? ¿No hablarás contra tu prójimo? ¿Falso testimonio? ¡No codiciarás! Entonces, realmente, puedes resumir los mandamientos de Dios en amar a Dios sobre todas las cosas, y amar a tu prójimo como a ti mismo. Ahora, tú puedes tener un conocimiento de ello, pero ¿realmente lo estás poniendo en práctica? Esa es la gran pregunta. Y aunque aquí él ha respondido bien, y entonces que quiere justificarse a sí mismo como que yo lo sé, de verdad que tengo un entendimiento de toda la ley, puedo responder cualquier pregunta, incluso versículo 28 nos dice Jesús, le dice Jesús, bien has respondido. Realmente has respondido correctamente. Pero dice, haz esto y vivirás. O sea, pon en práctica estos mandamientos, amar a Dios. ¿Por qué? Porque al poner tu fe en Él, pues entonces vas a obtener la vida eterna. Y por eso, haz esto y vivirás. Y al amar a Dios y poner tu fe en Él, y al vivir de acuerdo a tu fe, vas a amar a tu prójimo como a ti mismo. Entonces, por eso, resume esos dos mandamientos, ama a Dios, Resume todos los mandamientos de Dios, en esos dos, ama a Dios sobre todas las cosas, y ama a tu prójimo. Y entonces, por eso, hace esa mención de, haz esto, y vivirás. Entonces, lo que Jesús realmente le está diciendo, vale, lo conoces, lo enseñas, eres un intérprete de la ley, prácticalo. ¡Practícalo! ¡Practica la palabra de Dios! No solamente tener un conocimiento intelectual de todos los detalles de la ley, sino ¡Practícalo! En Levítico 18, Levítico 18, versículo 5, dice, por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre vivirá en ellos. Y luego en la serie de aprobación, donde dice, yo Jehová, ¿Qué es lo que Dios está diciendo? Mira, pon en práctica los mandamientos de Dios. Eso dice, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas. Ahora, no está diciendo que la salvación es por obras. Simplemente lo que está diciendo es que cuando tú tienes fe en Dios y amas a Dios sobre todas las cosas, realmente vas a poner en práctica los mandamientos de Dios. Y al tener esa fe, y al demostrarlo con tus obras, realmente, Ahí es donde... esa es la fe genuina. Por eso dice, las cuales haciendo el hombre vivirá en ellos. En Gálatas 3, versículo 11. Gálatas 3, versículo 11. Dice... y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente. ¿Qué está diciendo? Que no puede ser declarado inocente delante de Dios por medio de simplemente hacer obras. 2 Canatas 3, 11 dice, porque el justo por la fe vivirá. Y la ley no es de fe, sino que dice, el que hiciera estas cosas, vivirá por ellas. Entonces, es como en Santiago, nos dice, mira, la fe sin obras está muerta. Tú puedes hablar mucho de que tienes fe, pero si no lo demuestras con tus obras, si no hay fruto de tu fe, es que realmente no tienes fe, fe genuina. Y entonces vemos esa importancia de poner en práctica la Palabra de Dios, porque no basta con saber la Palabra de Dios, hay que ponerla en práctica. Y entonces, por eso, la pregunta no es tanto lo que uno debe de hacer, es si acaso estás poniendo la Palabra de Dios por obra. Eso es lo que realmente Jesús le está mencionando aquí en Lucas 10, versículo 28, cuando ahí dice, bien has respondido. Haz esto y vivirás. Realmente le está preguntando, ¿realmente estás viviendo la palabra de Dios? Tienes mucho conocimiento, ¿pero la estás viviendo? Porque las respuestas correctas no significa que conoces a Dios. Tu fe, eso es lo importante. Entonces, en versículo 29 dice, pero Él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús, y ¿quién es mi prójimo? Entonces, aquí vemos cómo se está intentando justificar, que es la idea de demostrar que es justo, o demostrar que cumple la ley. Y lo que demuestra es que no sólo quiere justificarse delante de Dios por hacer obras para conseguir la vida eterna, o por intentar ganarse la vida eterna, sino que quiere que los de su alrededor le consideren como justo. Porque básicamente lo que implica es que, vale, sí, yo amo a Dios con todo mi corazón. Incluso yo pongo ese mandato por obra y también pongo por obra el mandato de mi prójimo. Y le hace la pregunta a Jesús, seguramente porque quiere una lista. Quiere una lista simple. Quiere saber lo que Dios requiere de él. Quiere saber a quién debe amar exactamente, con exactitud. Y quiere una lista. Porque si Jesús hubiese dicho, bueno, tus familiares, tus amigos, los que ponen por obra los mandamientos de Dios, pues sería muy fácil amarlos. ¿No? Una lista así sería muy fácil. Pero Jesús no le responde de la forma que él quiere. Porque... Jesús le da una parábola. Y entonces aquí le hace esta pregunta, porque se quiere justificar a sí mismo. Básicamente lo que quiere decir, que cuando Jesús le dé una lista, que pueda decir, ah, yo lo he cumplido. Yo soy justo. Y quiero que todo el mundo lo sepa. Y es que se está intentando justificar a sí mismo. y quiere recibir alabanza de Jesús, quiere recibir alabanza del pueblo por cumplir los mandamientos de Dios, piensa que sus buenas obras le aseguran entrada en el reino de Dios. ¡Quiere la gloria del hombre! Y lo que quiere saber, con exactitud, ¿quién no es mi prójimo? O sea, ¿a quién puedo odiar? ¿A quién puedo despreciar? ¿A quién puedo rechazar? Porque lo común para un judío, pues, tu prójimo es... otro judío. Los gentiles... No, no, los gentiles no. Judíos. Esos son tus prójimos. O quizás... aquellos que tienen fe en Yahweh. ¿No? Los que practican la fe. Los que practican la fe judía. O quizás solamente los israelitas que practican la fe judía. Algunos, quizás, incluían los gentiles. ¿Pero todos? No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no Y amo a mi prójimo como a mí mismo. Y entonces por eso se le hace la pregunta, ¿y quién es mi prójimo? Ahora, la historia que Jesús le da no es sobre una israelita, sino realmente le va a sorprender. Porque en Levítico 19, versículo 17, Parte de la ley ya dice, ahí en Levítico 19, versículo 17 al 18, dice, no aborrecerás a tu hermano en tu corazón. Razonarás con tu prójimo para que no participes de su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo yo Jehová." ¿Vale? Entonces, aquellos que son del mismo pueblo, ¿no? De la misma fe. O incluso familiares, a tu hermano, ¿no? En versículo 33, dice, cuando el extranjero Moraré con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. Vale, entonces ahí no califica quién es el extranjero, de dónde viene. Simplemente dice un extranjero que mora con vosotros. Versículo 34. Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo. Porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo, Jehová, vuestro Dios. Entonces, ahí vemos que la ley no califica en el sentido que solamente debes de amar a algunos y no a otros, sino que debes de amar a TODOS. Y eso es lo que va a demostrar aquí Jesús con esta parábola, porque en el versículo 30, Jesús le responde, y no está hablando sobre un buen hombre, sino realmente la persona importante de esta historia, es un samaritano. Alguien que los judíos despreciaban, porque la mayoría de ellos eran partes judíos, pero también hacían prácticas idolatras. En este caso, obviamente, es alguien que es samaritano, pero tiene fe en Dios. Y en versículo 30 dice, respondiendo Jesús dijo, un hombre, descendía de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron hiriéndole. Se fueron dejándole medio muerto. Ahora, eso sería algo natural, ¿no? Algo que ocurriría. Cuando la gente fuese a adorar a Jerusalén, pues, si venían de Jericó, pues tenían que subir a Jerusalén y luego volver. Pues eso era un viaje bastante peligroso. Un viaje de más o menos de 27 kilómetros de distancia. donde... durante cientos de años... Es que era una zona muy peligrosa, porque era una zona donde había peñascos, donde había montañas, donde había valles, donde había muchas piedras, donde los ladrones se podían esconder y podían atacar en cualquier momento. Especialmente alguien que iba solo. Y entonces, eso es exactamente lo que ocurre aquí. Porque dice que descendía de Jerusalén. Entonces, viene de Jerusalén. Quizás, viene de adorar. Viene de adorar a Dios en el templo. Y dice... Entonces, realmente se está refiriendo a un... Esto es un israelita. ¿No? Un israelita que viene. Que desciende de Jerusalén ángelico. Y cayó en manos de ladrones. Los cuales le despojaron. Y ese término, ladrones, realmente tiene la idea de alguien que roba con violencia. Y entonces, le despojaron. Ese término tiene la idea de quitarle todo. Incluso es la idea de dejarle desnudo. Se le quitaron absolutamente todo. Y dice, e hiriéndole... esa idea de iriéndole, tiene la idea de darle golpes. Y lo hicieron hasta el punto que nos dice que se fueron dejándole medio muerto. ¿Vale? Entonces, no está muerto aún, ahí está en el camino, está solo, no tiene ayuda, tiene una gran necesidad, y está medio muerto. Y entonces, ese es el contexto de la historia que está contando Jesús, ¿no? Y entonces, versículo 31 dice, Aconteció que ese término en el original tiene la idea de por casualidad, o sin querer, o de repente. Entonces, aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino. Ahora, eso da esperanza, ¿no? Aquí un sacerdote, que realmente tiene una posición muy importante con los judíos, incluso se consideraba casi como nobleza, tenía un estatus elevado en la sociedad. Eso de verdad que sería un buen representante de piedad judía. Realmente alguien que pone en práctica la ley. Alguien que es responsable de poner en práctica la ley y de ser santo, de ser piadoso para poder sacrificar, para poder traer las ofrendas delante de Dios para el pueblo. Es un ejemplo de piedad, ¿no? ¿Cómo va a responder? ¿Realmente él pone en práctica la Escritura? ¿Realmente pone en práctica estos mandamientos de amar a Dios sobre todas las cosas, y amar al prójimo como a sí mismo? Ahora, ¿qué es lo que ocurre? Aquí está este sacerdote que da mucha expectativa, ¿no? Pasa por aquel camino, y le ve. Viéndole... Y pasó de largo. que literalmente es la idea de pasar de largo al otro lado del camino. Entonces, le ve a un lado y entonces levita por completo. O sea, va exactamente al lado opuesto del camino y camina como si no lo hubiese visto. Ahora, podríamos intentar justificarlo, ¿no? A lo mejor está pensando, bueno, es que a lo mejor ya está muerto. ¿Es que merece salvarlo? A lo mejor es un castigo de Dios para él. ¿Voy a intervenir yo en el castigo de Dios? No, no. Que Dios le salve. Incluso sabemos, en Nº 19, que no podían tocar cadáver, ¿no?, de cualquier persona. O si no, serían inmundos. Y si es un sacerdote, pues, no quiere ser inmundo, ¿no? Porque si no, no va a poder sacrificar durante siete días. No va a poder hacer varios ritos. Hay en Nº19, versículo 11... Nº19, versículo 11, donde dice... El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días. Al tercer día se purificará con aquella agua y el séptimo día será limpio. Y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día. Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona y no se purificare, el Tabernáculo de Jehová contaminó. Y aquella persona será cortada de Israel. O sea, es algo importante, ¿no? Por cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo será, y su inmundicia será sobre él. Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda, cualquiera que entra en la tienda y todo lo que esté en ella será inmundo 7 días. Y toda vasija abierta cuya tapa no esté ajustada será inmunda. y cualquiera que tocara algún muerto a espada sobre la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo. Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la expiación y echarán sobre ella agua corriente en un recipiente. Y un hombre limpio tomará hisopo y lo mojarán en el agua y rociará sobre la tienda, sobre todos los muebles, sobre las personas que allá estuvieran, que allí estuvieran, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro. Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día, y cuando lo hayan purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y asimismo se lavará con agua, y será limpio a la noche. Entonces, a lo mejor, el saterote dice, ¡buah, vaya problema! Mejor ni le toque. No, lo podemos intentar justificar de esa manera, ¿no? quizás no se quiera contaminar con muertos. Hay en Levítico 21, Levítico 21, versículo 1, dice, Jehová dijo a Moisés, habla a los sacerdotes, hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por un muerto en sus pueblos, mas por su pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por su hermano, o por su hermana virgen o el el cercana, perdón, a él cercana, la cual no haya tenido marido, por ella se contaminará. Entonces, básicamente, por familia, vale, por familia puede ir a un entierro o algo así. Pero... o sea, no os podéis contaminar con muertos. ¿Vale? Entonces, podemos intentar justificar aquí al sacerdote, aquí en esta historia, aquí en Lucas 10, Versículo 31, ¿no? Aunque es un ejemplo de piedad, realmente no ha puesto en práctica el amor al prójimo. El amor hacia Dios y el amor al prójimo. Versículo 32. Y vemos la misma estructura, porque dice, así mismo un levita, que es la idea de... realmente aconteció que descendió, ¿no? Así mismo un levita, llegando cerca de aquel lugar. y viéndole, pasó de largo. Y entonces, empiezas a pensar en un levita. Ahora, los levitas también eran gente que tenía que ser pura, santa para Dios, porque servían en el templo. Servían como porteros, como músicos, servían para ayudar en la mudanza del tabernáculo. En esos tiempos también la limpiaban, entonces tenían varios servicios en el templo. Tenían que estar puros, tenían que ser gente que fuesen personas justas delante de Dios. Pero... pasó de largo. Ahora, imagínate, este israelita que está herido, que está medio muerto, acaba de venir de Jerusalén, quizás ha ido a adorar, y los dos, el sacerdote y el levita, vivían de lo que sacrificaban, de lo que traían, de las ofrendas. Realmente cubrían por sus necesidades, y aquí demuestran que les da igual, ¿no? Pasó de largo. Ahora, entonces, en la mentalidad judía, viendo la estructura, ha mencionado un sacerdote, ha mencionado un levita, el siguiente va a ser... ¿el qué? Un judío. Pero Jesús... Ya han mencionado que hay un israelita. El israelita es el que está herido. El israelita es el que está en necesidad. Y lo está aplicando, diciendo, mira, y puedes ser tú. ¿Y qué pasa si viene un samaritano? ¿Qué hace el samaritano? Porque el versículo 33 dice, pero un samaritano que iba de camino, vino cerca de él y viéndole, fue movido a misericordia. Entonces, aquí vemos al samaritano que llega de la misma manera que hace el sacerdote, que hace el levita, que en teoría son personas piadosas, personas que practican la ley de Dios, pero lo que ellos deberían de hacer y no hicieron, el samaritano, que es despreciado. Que es, para los judíos, casi lo peor de lo peor. O sea, siempre lo consideraban como un... Consideraban a un samaritano como un extraño. Por eso, incluso Jesús en Lucas 17-18 dice, no hubo quien volviese y diese gloria a Dios, sino ese extranjero. Es cuando Sana... sana a los leprosos, a esos 10 leprosos, y solamente a lo que consideran el extranjero. ¿Quién es? ¿Quién es el samaritano? Él es el que vuelve y da gloria a Dios. Y es que los judíos, para los judíos, los samaritanos eran impuros. Eran una mezcla entre paganismo que llegaba desde el... o sea, empezó desde el cautiverio. Pero los samaritanos van mucho más atrás. Ellos piensan que los judíos son los que se han apartado de Dios desde el sacerdote Elí. Y entonces, aunque tienen algunas prácticas similares, tienen otras prácticas diferentes. Tienen diferentes templos... ¿Y qué pasaba? Que se despreciaban unos a otros. Ahora, definitivamente, hay samaritanos que tienen fe en Dios. ¿No? Y eso es lo que refleja aquí este samaritano, que realmente teme a Dios, y ama a su prójimo como a sí mismo. Ama a Dios y ama al prójimo. porque dice que fue movido a misericordia, fue movido a compasión y entonces vemos el desprecio que tienen entre los judíos y entre los samaritanos es un desprecio muy grande porque en Lucas 9 versículo 52 Lucas 9 versículo 52 aquí Lo leímos antes, cuando dice, envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron a una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos, mas no le recibieron. Y entonces, ¿qué es lo que quieren hacer los discípulos? ¿Aniquilarlos? Oye, ¿mandamos fuego desde el cielo y destruimos a esta ciudad de los samaritanos? No, o sea, no nos conviene. Pero Jesús le dice, mira, no. Versículo 55, dice, vosotros no sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Pues simplemente se fueron a otra aldea. Incluso a los fariseos insultan a Jesús, y para ellos usan el peor insulto. ¿Cuál es el peor insulto que le hacen a Jesús? Le llaman samaritano. en Juan 8, 48, donde respondieron entonces los judíos y dijeron, ¿no decimos bien nosotros que tú eres samaritano y que tienes demonio? ¡Wow! Están usando el término samaritano como un insulto. Realmente nos hace entender el choque que hubiese sido para un judío escuchar esta historia. Porque los judíos piadosos no ponen en práctica la ley de Dios, pero el samaritano sí. ¿Y entonces qué es lo que hace el samaritano del siglo 34? Dice, y acercándose vendó sus heridas, echándoles aceite y vino, y poniéndole en su cabalgadura lo llevó al mesón y cuidó de él. Entonces realmente le está mostrando su amor y está poniendo en práctica la ley de Dios. Dice que que le cura, o sea, le venda las heridas, le echa aceite para suavizar las heridas, le echa vino para desinfectar las heridas, y entonces, en vez de él montarse en el caballo, o montarse en su cabalgadura, nos dice ahí, dice que le puso a él, ¿no? Le pone prioridad a él, y lo llevó al mesón, ¡y cuidó de él! Y vemos el cuidado especial que tiene, porque incluso en versículo 35 dice, al... Otro día al partir, no se dice cuánto tiempo, pero dice, otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero. Y le dijo, cuídamele, y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. Ahora, un denario es el equivalente a un día de trabajo para un trabajador normal, en esos tiempos. O sea, un día completo de trabajo duro. Y lo que se estima, lo que se considera, es que al darle dos denarios, realmente eso podría ser hasta, algunos comentaristas dicen, hasta tres semanas de comida. Realmente está proveyendo para sus necesidades. Pero si eso no fuese suficiente, le dice, mira, todo lo que gastes de más, ponlo a mi cuenta. Porque está demostrando amor hacia el prójimo. Y por eso dice, yo te lo pagaré cuando regrese. Entonces, después de esa historia, ahora en el versículo 36, Jesús le hace la pregunta, le interroga ahora al intérprete de la ley. El intérprete de la ley le ha preguntado, ¿Quién es mi prójimo? Jesús le está dando la respuesta por medio de esta parábola, y como es un intérprete de la ley, pues, ¿cómo lo distiernes? ¿No? ¿Qué es lo que dice esta parábola? Y entonces, versículo 36, dice, ¿Quién, pues, de estos tres, te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Entonces, si lo notáis, realmente Jesús cambia la pregunta. No es ¿Quién es mi prójimo? sino ¿Quién se hizo el prójimo del herido? Porque no es... ves a alguien que está herido, y entonces él es tu prójimo y tú le ayudas, sino... él es tu prójimo, sino quién es el que se hizo a sí mismo prójimo para ayudar al que está en necesidad. Y entonces, aunque el intérprete de la ley quería limitar, ¿no? Quería limitar su necesidad de ayudar, Jesús realmente está abriendo esas puertas. Está abriendo esa necesidad de decir, mira, no hay límites a quien debes de ayudar. No hay límites a quien debes de servir. Entonces, no debes de preguntarte, ¿hasta dónde tengo que ayudar? ¿Hasta cuánto tengo que ayudar? Porque el intérprete se considera superior. Pero lo que Jesús realmente le está diciendo, ahora, si tú fueses el israelita, al cual le robaron, le golpeando, estás a punto de morir, estás medio muerto, estás sangrando con mucho dolor, con mucha necesidad. ¿A quién estarías dispuesto a recibir para que te ayuden? O sea, ¿a quién aceptarías para que te ayude? Porque cuando tú eres el que estás en necesidad, pues el que venga El que venga. Cuando tú necesitas ayuda, la recibes de quien sea. Da igual la nacionalidad, da igual qué estatus tenga, cuánto dinero tenga, cuántas habilidades tenga, da igual. Tú quieres que demuestre amor hacia ti, porque estás en gran necesidad. Y todo lo que Jesús está diciendo, no hay límites. Cuando tú necesitas ayuda, pues no hay límites cuando tú das ayuda. Tú debes de hacer, tú debes de poner en práctica el amor a Dios, el amor al prójimo, y no intentar limitarte. Y entonces, esa es la pregunta que le hace al intérprete de la ley. ¿Y cómo le responde? Dice, él dijo, el que usó de misericordia con él. No, él se da cuenta. Pero no se atreve a usar el término samaritano. Porque él se piensa mejor. Y es que, ¿quién es el prójimo? El prójimo es aquel que muestra compasión y misericordia para ayudar a quien sea, en cualquier necesidad. Y entonces, por eso vemos la importancia de ese verbo hacer, ¿no? ¿Tienes fe? Y entonces haces la escritura. Porque esa es la pregunta que le hizo ahí en versículo 25. Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna. Y en versículo 28, Jesús le dijo, bien has respondido, haz esto y vivirás, tienes que hacer. Primero fe, luego va a venir el fruto, vas a poner en práctica los mandamientos de Dios. Y luego en versículo 37, cuando por fin el intérprete de la ley le dice, el que usó de misericordia con él, entonces Jesús le dijo, ve, y haz tú lo mismo. O sea, pone en práctica la Palabra de Dios. Ama a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo. Porque no basta con saber la Palabra de Dios. Debes de ponerla en práctica. Entonces, en vez de servirte a ti mismo, sirve a otros. En vez de buscar que hagan todo por ti, o para ti, busca ayudar a otros. Cuando sea fácil ser servido, pon de tu parte para servir. En vez de amar otras cosas, ama a Dios sobre todo. En vez de hacer prioridad tu familia, o tu trabajo, o tu salud, o sea lo que sea, pon a Dios como tu prioridad exclusiva. Cuando sea fácil amar las cosas del mundo, déjalas por amor a Dios. Es que si no estás dispuesto a servir a otros, te estás exaltando a ti mismo. Si no te humillas delante de Dios, te castigará. Si no practicas la palabra de Dios, estás desobedeciendo a Dios. Por eso tenemos este pasaje, porque nos muestra la importancia del amor, nos muestra la importancia de servir, nos muestra la importancia de considerar a otros, de cumplir la palabra de Dios. Dios lo conoce todo. Nada se escapa de la observación de Dios. Pero muchas veces, cuando alguien necesita ayuda, huimos. Huimos de tener que ayudar a otro. No queremos humillarnos, no queremos servir a otros. Es que reaccionamos mal. Queremos que nos sirvan a nosotros. No buscamos el bien de los demás. Dejamos a un lado los versículos que nos enseñan a servir a otros. ¿No ponemos a Dios como nuestra prioridad? ¿Buscamos satisfacción en otras cosas? ¿No servimos a otros, sino que nos servimos a nosotros mismos? ¿Buscamos nuestro propio bien? ¿Nos olvidamos de la palabra de Dios en nuestro día a día? Tenemos un gran conocimiento de la palabra de Dios, pero no la practicamos. Y desobedecemos a Dios. Y lo que Dios quiere de nosotros es que le amemos sobre todas las cosas. Que le amemos sobre toda persona. Que sirvamos exclusivamente a Dios. Que Dios sea nuestra prioridad. Dios quiere que te sometas a Él. Una sumisión total. Que vivas de acuerdo a Su Palabra. Que le obedezcas. Que vivas Su Palabra. Porque no basta con saber la Palabra de Dios. Debes de ponerla en práctica. Vamos a terminar en oración.
No Basta con Saber la Palabra de Dios, Ponla en Practica
Series Lucas
Sermon ID | 131161611191 |
Duration | 1:00:15 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 10:25-37 |
Language | Spanish |
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