Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org Ricas bendiciones de Dios nuestro Padre del Señor Jesucristo. En este día nosotros continuamos con lo que es la lectura, meditación devocional de estos tiempos navideños, estos tiempos de fin de año, estos tiempos como también se ha conocido en una parte de la comunidad cristiana de todos los tiempos, estos tiempos de Adviento. Y yo quiero iniciar leyendo a Daniel, capítulo 6, verso 10. También se lo proyecto acá para que usted lo pueda leer conmigo. Nos dice así. Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa. En su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén. Y como solía hacerlo antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios. Daniel, capítulo 6, verso 10. ¿Cómo viven los cristianos con esperanza en medio de la oposición, ya sea seria u ocasional? ¿Cómo les pueden hacer esa esperanza cuando están recibiendo todo tipo de oposición? De hecho, si usted no lo sabía, en varios países del mundo, de hoy en día, los cristianos viven como minorías perseguidas, son exiliados fuera del lugar donde nacieron, Para algunos la opresión socioeconómica puede ser incluso el mejor de los casos. Y aunque no todos los creyentes van a enfrentar persecución, Jesús nos asegura a nosotros, los creyentes, que real y efectivamente recibiremos oposición. recibiremos persecución. Mira lo que nos dice en Juan capítulo 15, verso 18 al 21. Dice Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si ustedes fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo. Pero como no son del mundo, sino que yo los escogí de entre el mundo, por eso el mundo los odia. Acuérdense de la palabra que yo les dije. Un siervo no es mayor que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes. Si guardaron mi palabra, también guardarán la de ustedes. Pero todo eso les harán por causa de mi nombre, porque no conocen a aquel que me envió. Juan, capítulo 15, versos 18 al 21. Visto esto, nos remontamos una vez más a Daniel, capítulo 6, verso 10, y allí en Daniel 6, 10, se nos da una instantánea de cómo la esperanza en la ciudad de Dios moldea a Daniel, un exiliado que vive en medio de la hostilidad. Los celosos oponentes políticos de Daniel en el gobierno de Babilonia incitan al rey persa Darío a institucionalizar la adoración de sí mismo del rey Darío durante 30 días. Y Daniel, finalmente, lo que hace es lo que tenía por costumbre, seguir orando, como lo hacía hasta ahora. Eso es lo que nos dice Daniel 6.10, que cuando él supo que había sido firmado ese decreto, ese documento, él entró en su casa. Y como solía hacerlo antes, porque esa es la clave, Él continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios. Ahí estaba la clave. No fue que Daniel decidió, como un acto de rebeldía, oponerse a ese documento y hacer lo que estaba prohibido, sino que esa era la costumbre de Daniel, orar tres veces al día. Lo siguió haciendo de manera normal. Ahora, la pregunta que surge acá es ¿qué impulsó la fidelidad de Daniel? La mención de Jerusalén muestra, en este verso 10 de Daniel 6, muestra hacia dónde dirigía Daniel su mirada cada día con esperanza. Tal vez Daniel recordaba la oración de dedicación del templo de Salomón que nosotros tenemos registrada en Primera de Reyes 8 donde Salomón oró para que cuando llegara el día Dios respondiera al arrepentimiento de su pueblo exiliado con liberación de regreso a Jerusalén. Tal vez Daniel tenía en mente promesas como Jeremías 31 donde Dios estaba trayendo a su pueblo de regreso para volver a florecer en su ciudad. Más tarde, también en Daniel capítulo 9, Daniel oraría exactamente esa oración de arrepentimiento en nombre de su pueblo en el exilio. Lo más importante en la mente de Daniel eran dos cosas. Número uno, su reconocimiento de que el pecado del pueblo era la causa del exilio y la pérdida de comunión con Dios. y que las promesas de Dios de regreso del exilio a Jerusalén eran confiables porque eran promesas de Dios. La reversión definitiva del exilio, la reconciliación duradera con Dios, sólo ocurre años después cuando un hombre solitario es exiliado de Jerusalén para la crucifixión. ¿Ustedes saben a quién me estoy haciendo referencia? ¿Ese hombre exiliado hacia la cruz? Los espectadores solamente vieron a un hombre abandonado por Dios. Pero la Biblia nos dice que donde Jesús recibió el abandono del exilio, nosotros recibimos la reconciliación y comunión con Dios. Pregunto, ¿qué impulsa nuestra fidelidad hoy? En todo el mundo, cada día, los creyentes priorizan el arrepentimiento, lamentando nuestro pecado y expresando nuestro anhelo de ser completamente reconciliados con Dios. Miramos a la cruz con fe y gozo, Con corazones esperanzados, nosotros dirigimos nuestra mirada hacia la nueva y perfecta Jerusalén por venir. En medio de la persecución, los creyentes viven fielmente porque reconocen que la oposición mundana no es su mayor preocupación, sino el pecado. Y sin embargo, nosotros hemos recibido plena seguridad de reconciliación con Dios. Él nos liberará y finalmente nos llevará a casa. Por lo tanto, reconocemos que no hay nada que pueda hacernos arrebatado en el presente que se compare con lo que está por venir en el más allá. Como nos dice II Corintios, 4, 16 al 18. Visto esto, es bueno que usted se examine, que analice su vida, si hay algo en usted que le está atormentando más allá de lo que podría o debería ser tormento en su vida, y que usted ayude al Señor. a pesar de la persecución. Y que usted ore en este momento, que usted le pida en este momento de la siguiente forma al Señor. Padre, te alabamos por tu bondad y misericordia hacia nosotros en Jesucristo. Mientras vivimos en este mundo entre poderes hostiles y oposición, ayuda a que nuestra mirada se dirija claramente hacia tu futuro venidero con esperanza, confiando en tu gracia. ¿Qué te parece si haces esa oración con fe? Que Dios te bendiga de una manera especial. i