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Saludos en el nombre del Señor Jesús y damos gracias por esta oportunidad gloriosa de leer la Palabra de Dios. Estamos en el Evangelio de Juan, capítulo 13, y su Palabra dice en el versículo 13, Vosotros me llamáis Maestro y Señor y decís bien porque lo soy. Pues si yo el Señor y el Maestro he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo que el siervo no es mayor que su Señor. ni el enviado es mayor que el que le envió. Y lo hermoso de esta porción aquí que vemos es que el Señor Jesús, después de dar por medio del simbolismo las muestras de su obra redentora, él lavó sus pies y dijo que si no los lavara, que no iba a tener parte con él. Y al lavar sus pies, dio un símbolo de su obra redentora del perdón de pecados. Y al perdonar sus pecados, el Señor Jesús está dando el ejemplo de servicio. Del servicio que emana de una vida y de un corazón que ha sido redimido. En otras palabras, si has recibido el perdón de pecados, hay una reacción de ese perdón. Un árbol, un buen árbol, no puede dar mal fruto. Y así, toda persona que ha sido salva, que está conectado a la raíz que es Cristo, ahora siendo una persona salva, redemida, cambiada, Ahora va a empezar a demostrar una vida cambiada y esa vida cambiada se debe manifestar por medio del servicio. Y el Señor Jesús, el Señor. Él es el siervo de Jehová en el Antiguo Testamento, en especial en el libro de Isaías. Él es llamado el siervo. Él es el siervo sufriente. Y Él nos ha dado, como dice aquí, el ejemplo de cómo servir de la misma manera que Él sirvió. Dice aquí, vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien porque lo soy. Pues si yo, el Señor, el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos a los otros. lavar los pies de la iglesia. Este es el simbolismo tan grande y tan alto de servir a ellos. El lavamiento de los pies pues dentro del pueblo de Israel como ellos caminaban en caminos donde eran polvosos. Al entrar a una casa, pues era el costumbre en aquellos días de recibir a una persona con cariño, darle aceite para su cabeza, lavar sus pies. Y era una manera de recibir a las visitas. También Cristo demostró que así como se reciben las visitas, así también se debe servir a los hermanos. No solamente a los hermanos ya maduros, sino a los recién nacidos, a los débiles. El Señor Jesús está demostrando a sus discípulos el gran significado en su sermón en el Aposento Alto. Y Él inicia Primeramente por hablar de la salvación, pero luego habla del servicio. Aquí al lavar sus pies dice hay que lavar los pies los unos a los otros. Debemos recordar esas palabras en primera Timoteo capítulo 5. Esas palabras donde las viudas que deben ser recibidas por la iglesia las viudas dice la palabra que los que han lavado los pies de los santos que deben ser recibidas que han demostrado por años su fidelidad al servir y a dedicarse por la iglesia como una Ana Ana que sirvió a la iglesia por medio de sus oraciones y de sus ayunos al ayudar a la iglesia. Hay muchas maneras de servir a la iglesia y Ana lo hizo por medio de la oración. También vemos a Febe que a ella servía. La palabra diagoniza es la palabra sierva. Ella se dedicaba a servir a la iglesia. Y vemos estos ejemplos de mujeres que se dedicaban al servicio de la iglesia. Y gracias a Dios por ellas. Pero aquí está también hablando a todo creyente, a todo discípulo que debe dedicarse. ¿Quiénes son los diáconos de la iglesia? Son formalmente reconocidos delante de la iglesia como los que dan servicio a la iglesia, sirven a los santos. Pero ese debe ser el deseo de cada uno. Al tener el perdón de pecados, nuestro deseo debe ser lavar los pies de los santos. No debemos ir a la iglesia para recibir algo. Ciertamente cada uno de nosotros vamos porque quisiéramos conocer más, aprender más, pero hay muchos que se desaniman y dicen yo no quiero ir porque no recibo. Nuestro motivo principal debe ir a la iglesia local para dar Si es bueno recibir y qué bendición cada vez que hay edificación y consolación. Pero Dios está diciendo, como en el libro de Hebreos, que debemos estimular los unos a los otros al amor y a las buenas obras. Debo ir para dar. No nada más para recibir. Y eso es lo que está enseñando al Señor Jesús. los siervos, los que lavan los pies de los santos. Porque ejemplos he dado para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto, os digo, el siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que él que le envió. Entonces el Señor Jesús está describiendo que el siervo no es mayor, ni el enviado es mayor que el que envió. Pero si sabes estas cosas, bienenturado seréis si las hicieres. Debemos ir como enviados, en obediencia, Nuestro deseo principal debe ser, sobre todo, querer obedecer al Señor y ser su siervo. Me encanta cómo el apóstol Pablo, con su corazón, en ciertas epístolas, ciertamente, él menciona, él menciona que quiere, que él es el apóstol de Jesucristo. ¿Pero cuántas epístolas inicia? con este este principio tan hermoso donde él dice Pablo y después dice así siervos, por ejemplo, en filipense filipenses, Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo. Su deseo, lo primero que menciona, lo primero que le destaca. Él no siempre hablaba de su autoridad como apóstol, sino sobresalía que su deseo más grande era ser un siervo. También ser siervo de Jesucristo implica que debamos servir a los santos, a los creyentes, a los que también han recibido el Señor Jesús y lo están siguiendo como discípulo. Dice aquí en su palabra, que es tan hermosa. Dice Bienaventurado seréis si las hicieres. Hay una bienaventuranza al servir. Hay algo hermoso en hacerlo. Muchas veces nos quedamos nada más con estudiar por escuchar y somos oidores, pero Dios nos ha llamado a ser hacedores de la palabra porque hay una bienaventuranza dice aquí si lo hacen a los hacedores no hablo de todos vosotros Cristo no está hablando de todos los discípulos. Yo sé a quienes he elegido. Más para que se cumpla la Escritura. El que come pan conmigo levantó contra mí su calcañal. Eso viene de Salmo 41 9. Y es una profecía. Hecho muchos años anteriormente. Casi mil años anteriormente. y hecho en ese tiempo se profetizó que el Mesías, el Cristo iba a ser traicionado y aquí el que lo hizo era Judas y dice que levantó contra Cristo su calcañar y hacer esto desde ahora los digo antes que suceda para que cuando suceda creáis que yo soy Cristo les advirtió antemano Cristo les dijo que él iba a ser traicionado y que iba a ser entregado en manos de pecadores y ellos no lo entendían porque esperaban a un rey que iba a conquistar a Roma desde luego ellos nunca esperaban que el Mesías iba a sufrir primero y Cristo les dijo yo les digo esto antemano para que creáis cuando suceda de cierto os digo el que recibe dice la palabra el que recibe al que yo enviaré me recibe a mí y el que me recibe a mí recibe al que me envió la bendición la bienaventuranza que cuando uno recibe al enviado verdadero de Cristo Dice en el versículo 21 para hablar más acerca de Judas. Habiendo dicho esto. Jesús se conmovió en espíritu y declaró y dijo de cierto de cierto os digo que uno de vosotros me va a entregar. Lo primero que debemos. Anotar aquí es que Cristo se conmovió en espíritu. Si es soberano, si es Dios y conoció el principio y el fin. Él mismo está diciendo a los discípulos que había alguien que le iba a traicionar. Sabía todo. Pero hay personas que al pensar que Cristo es omnisciente, que al pensar que Cristo es soberano, piensan que a Dios no le duele. Y eso no es bíblico. Aunque Dios tiene sus elegidos, aunque Él sabe quiénes son los que lo van a traicionar, no deja de doler al corazón de Dios. Se conmovió Cristo. Se conmovió al pensar. que Judas le iba a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros dudando de quién hablaban. Se quedaban viendo tal vez para acusarse el uno al otro. Pero ¿sabes qué es lo más triste? Lo más triste es que el corazón es lo más engañoso. Lo más triste es cuando Pedro y Juan incluso empiezan a preguntar ¿Seré yo Señor? Y la razón por qué preguntan eso es que aunque hay una sincera fe hacia el Señor Jesucristo el corazón es tan engañoso tan engañoso y aunque no hay deseos de querer ser infiel al Señor debemos reconocer nuestra debilidad y Pedro no hizo eso como se menciona ahí al final que Pedro le iba a negar y no lo creía pero lo que podemos ver aquí es esto muy interesante dice y uno de sus discípulos al cual Jesús amaba este es el apóstol Juan el que escribió este libro este evangelio él es el discípulo amado al cual Jesús amaba estaba recostados al lado de Jesús a este pues hizo seña Simón Pedro para preguntarse quién era de quién hablaba. Pregúntale. Él te va a decir. Él recostaba sobre su seno. Era el discípulo amado porque era el discípulo cercano. ¿Quieres escuchar el latido del corazón de Dios? ¿Quieres conocer la voluntad Hay que estar cerca del Señor. Así era Juan. Jesús lo amaba. Porque era cerca de él. Debemos acercarnos a Cristo. Para que Él puede compartirnos su sabiduría divina. No hay manera de conocer la voluntad de Dios, su palabra, sin estar cerca de Cristo. Y así como Cristo sopló a Juan, también en nos ilumina su palabra. Y dice en el versículo 25. Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo Señor, ¿quién es? Respondió Jesús, a quien yo diera el pan mojado, ¿a qué él es? Y mojando el pan lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. Judas Iscariote. Iscariote no es su apellido. Is tiene que ver, es como la palabra de. Y quiere decir que Judas que era de Curió. Y en este lugar es donde nació Judas. Judas, no debemos confundirlo con Judas Taddeo. No debemos confundirlo. Judas, que escribió el epístola de Judas, su medio hermano, dice, Judas escribióte, hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo, lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Hazlo pronto. Hay varios detalles muy interesantes. Número uno, Judas fue poseído por el diablo mismo. Satanás entró en él. Fue poseído porque nunca fue poseído por el Señor. No en el mismo sentido. Lo que voy es es que Judas nunca fue salvo desde el principio. Él salió, predicó, escuchó al Señor. Ahí estaba todo el tiempo, pero nunca fue regenerado. Nunca fue salvo. Por eso Cristo le dijo anteriormente, no escogía a los doce y uno de vosotros es el diablo. Desde el principio Cristo lo llamó el diablo. Era un falso. No era genuino. Y lo que podemos ver aquí es, es que cuando están por celebrar, número dos, cuando están por celebrar la cena del Señor, algunos lo llaman la Última Cena pero déjenme decirles que esta no es la Última Cena esta es la Última Pascua la Última Pascua porque el Señor Jesús va a instituir la Última la Primera Cena del Señor la Última Pascua porque ya no se va a ocupar el Cordero Pascual ahí el Cordero Pascual iba a ser ofrecido sobre Gólgota, el altar de Dios. Y ahí Dios Padre ofreció a su hijo el Cordero y va a ser la última Pascua y la primera cena del Señor. Aquí va a ser instituido. Pero lo interesante es que Cristo lo envía afuera. Lo envía afuera porque no quería que este falso. participara de la cena y él salió antes de para que nada más estén presente los creyentes genuinos. Por eso hay una advertencia que no se debe tomar de la cena indignamente y ciertamente una persona no convertida, una persona que no es salvo y que participa de la cena del Señor. es tomarlo indignamente. Hay otras maneras de tomarlo indignamente, por ejemplo, un creyente. Pero también la cena no es para incrédulos, es para creyentes y por eso envían a Judas. Entonces vemos aquí, pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo eso, pensaban Algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa que Jesús le decía, compra lo que necesitamos para la fiesta o que diese algo a los pobres. Entonces no era claro de que era Judas. Yo creo que Juan, posiblemente Pedro, al ver la señal que le dio a Judas, pero los demás no entendían bien que por qué había salido. Pero dice en el versículo treinta cuando él pues hubo tomado el bocado, luego salió y era ya de noche. Este bocado no es la cena del Señor, que no es hasta después, pero ya comiendo de la fiesta que estaban preparando, dice esto en el versículo treinta y uno. Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús, Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y enseguida le glorificará. La hora que ha llegado para el Señor Jesús sí es la hora de gloria, pero primeramente iba a sufrir. Dijo el Señor Jesús, la hora ha llegado para morir y para que sea glorificado en su resurrección y en su ascensión. Pero antes de irse, le da manamientos a los siervos. ¿Y cuál es el manamiento? El manamiento es, como dijo antes, lava los pies los unos a los otros. Y aquí lo da en otras palabras. Dice, hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis, pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir. Él iba a ir al cielo. Él iba a estar en la presencia del Padre. Iba a ser resucitado y ascender a la diestra de Dios Padre. Y los discípulos iban a permanecer en la tierra. Y Cristo les dijo, un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros, como yo os he amado, que también os améis unos a otros. Es interesante la forma que aquí dice que es un mandamiento nuevo. ¿Por qué? Porque en el Antiguo Testamento de por sí Dios mandó a los creyentes que amar a Dios sobre todas las cosas. Y también en el Antiguo Testamento dice que deberían amar los unos a los otros. Entonces, en un sentido no es nuevo, como también dice Primero de Juan. No os doy un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo. Pero después, en Primero de Juan dice un mandamiento nuevo os doy. ¿Y por qué es nuevo? Aquí mismo lo dice. Dice que os améis unos a otros como yo os he amado. Es un manamiento nuevo porque Cristo ya lo vivió. Él lo ejemplificó. Él lo demostró con sus obras, con su vida. Y Él demostró en varias ocasiones, en vivo y en todo color, la forma que deben amar. Entonces, hermanos, debemos recordar, debemos recordar que el gran mandamiento sí es amar al Señor, pero también es amarlos unos a los otros y tratarlos como Cristo los trata. y amarlos como Cristo los ama. Muchas veces no tenemos paciencia para los nuevos creyentes en su madurez. ¿Cómo podemos ser tan duros y impacientes para con ellos cuando Cristo por tanto tiempo ha tenido paciencia con nosotros? Cuando Cristo por tanto tiempo nos enseñó el camino que debemos seguir, Así como Cristo nos perdonó y estuvo paciente, paciente con nosotros, amorosa. Así debemos tratar a los demás. Así como Cristo nos perdona. Así también debemos perdonarlos unos a los otros. Dice la palabra ser misericordiosos unos a otros. Así como Dios tuvo misericordia de nosotros. La razón por qué personas no son amorosos es porque se han olvidado de la gracia, misericordia y bondad de Dios en nuestras vidas. Dice un mandamiento nuevo os doy que os améis unos a otros como yo os he amado y que también os améis unos a otros. Que debemos amar como él nos amó. En esto conocerán todos que sois mis discípulos si tuvieras amor los unos a los otros. Ese es el testimonio que van a saber y reconocer que somos del Señor, no tanto por nuestra doctrina, no tanto por nuestros esfuerzos evangelísticos, La forma que van a saber que somos seguidores del Señor es por la forma que nos tratamos. Nuestro trato, nuestro amor fraternal en el cuerpo de Cristo. Se ha dicho que el ejército cristiano es el único ejército que lastima a sus propios soldados. Así no debe ser. Debemos amar los unos a los otros. Pedro le dice, Señor, ¿A dónde vas? Que no te podemos seguir. ¿A dónde yo voy? No me puedes seguir ahora, más me seguirás después. Le dijo, Pedro, Señor, ¿Por qué no te puedes seguir ahora? Mi vida pondré por ti. Y en su celo, en su de nuevo, Dijo Señor, yo iré hasta la muerte por ti, mi vida pondré por ti. Y Jesús le respondió, tu vida pondrás por mí. De cierto, de cierto te digo, no cantará el gallo sin que me hayas negado tres veces. El corazón es engañoso. Nosotros podemos pensar que somos fuertes, espirituales, pero dice la palabra de Dios que el que piense que está firme debe tener mucho cuidado, mucho cuidado. Mire que no se engañan. No debemos engañarnos a nosotros mismos. No debemos pensar que estamos firmes sobre nuestros propios esfuerzos. Si estamos de pies por la gracia de Dios, no por nuestra fuerza estamos fuertes. Porque si Dios se retirase su gracia de nosotros, estaremos tan débiles. Si no fuera por la gracia de Dios que estamos de pie, vamos a caer en cualquier momento. Es el Señor que nos guarda firmes. Es el Señor que por su su gracia que nos tiene en pie. Bendito sea Dios y podemos ver la vida de Pedro. Él estaba tan seguro, pensando por sí mismo, yo pondré mi vida y veremos dentro de pocas semanas. Que nada más, una niña, unas personas preguntandole si era seguidor del Señor y Él negaba aún conocerlo. que no será así en nuestras vidas. Hay una gran diferencia entre Pedro y Judas. Judas, Judas rechazó el Salvador y al rechazarlo fue condenado. Pedro creyó de todo corazón. Él confesó con sus labios, tú eres el Cristo. el hijo del Dios viviente. Pero en un momento de debilidad, de miedo de lo demás, del miedo que qué dirán. Pedro en su debilidad lo negó tres veces. Pero Judas siguió en esa negación. Judas siguió en su pecado. Pedro no. Pedro con un corazón contrito, humillado. Pedro con un corazón arrepentido. Él se puso en pie en el día de Pentecostés y Él confesó a todos que Jesús es el Señor, el Cristo y el Señor. Pedro predicó el evangelio de todos demostrando que Jesucristo murió por nuestros pecados. Y Él es el único Señor y Salvador. ¿Qué demuestra más su vida? ¿Usted es un Judas que aparenta creer, pero realmente no cree usted? ¿O su vida es más como Pedro, donde él quiso en su corazón y su voluntad glorificar a Dios, pero su carne lo traicionó? Y aunque Pedro se cayó, como dice la palabra de Dios, aunque cae el santo siete veces, el justo, el Señor lo levanta. Y así fue, el Señor levantó a Pedro y fue un fiel seguidor del Señor todo el resto de su vida. Y al final sí pudo cumplir su promesa. ¿Cuál promesa? Mi vida pondré por ti. Y así fue. En sus últimos alientos, el apóstol Pedro dio su vida porque no negó al Señor Jesucristo. La historia comenta que fue crucificado al revés, de cabeza, porque no quiso morir de la misma forma que el Señor Jesús. No se sentía digno. La vida de Pedro demostró no una vida perfecta, pero una vida de arrepentimiento y de fe hacia el Señor Jesucristo. Yo espero que su vida también, que no sea como la de Judas, sino como Pedro, que el Señor les bendiga.
Servicio Por Amor
Series El Evangelio de Juan
Cristo enseña que sus siervos deben servir como El dio el ejemplo. Hace la comparación entre el fruto de Judas y Pedro.
Sermon ID | 12417125490 |
Duration | 33:51 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | John 13:13-38 |
Language | Spanish |
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