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Muy buenos días, hermanos. Espero que estén pasando un buen tiempo de Navidad y fin de año en estos días. Algunos que nos visitan y nos da mucho gusto. Es un tiempo diferente, verdad? Los de la iglesia salen y otros de otras iglesias vienen y nos visitan. Es un privilegio. Vamos a buscar nuestras Biblias, el libro de Lucas. Puestos de pie, leer del capítulo 2. Lucas capítulo 2. Vamos a leer comenzando el versículo 1 y terminando en el versículo 20. Lucas capítulo 2, versículo 1 hasta el 20. Sigan con sus vistas la lectura de este pasaje. Lucas 2. a condición aquellos días que se promulgó un edicto de parte de Augusto César que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo sirenio gobernador de Siria, e iban todos para ser empadronados cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea de la ciudad de Nazaret a Judea a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David. para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales, lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y aquí se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo, No temáis, porque aquí os doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo. que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto os servirá de señal. Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Irrepentidamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían, Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres. Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores dijeron unos a otros, pasemos pues hasta Belén y veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron pues apresuradamente y hallaron a María y a José y al niño acostado en el percebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas esas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho. Es aquí en la lectura de la escritura. Oremos para que el Señor nos ayude a entenderla. Bendito Señor, nuestro gran Dios, te damos gracias que podemos estar en tu casa. Gracias que podemos entonar estos himnos. Gracias que tenemos hermanos y hermanas en Cristo. Podemos tener compañerismo. Gracias por los hijos que nos has dado, los niños en la escuela dominical. Te pedimos por cada uno de ellos que ellos sigan adelante en el Evangelio. Te pedimos, Señor, para nosotros ahora que tu palabra se extienda. Te pedimos, Señor, por el Espíritu Santo que convenza de pecado, que nos consuele, nos dirija, nos nos lleve a Cristo. Y si hablo, que hable conforme a la palabra de Dios. Y si ministro, que ministre conforme al poder que Dios da para que en todo sea nuestro Señor Jesucristo exaltado. En su bendito y santo nombre te lo pedimos. Amén. Amén. Sentémonos, hermanos. Este es el último sermón de nuestra serie navideña. En este pasaje de Lucas que leímos, Lucas capítulo 2, se nos relata, comenzando en el versículo 8, sobre cómo los ángeles anunciaron el nacimiento del Señor a unos pastores. Y de este párrafo, generalmente los predicadores enfatizan a los pastores, que son pastores de ovejas, pastores de corderos, pastores pobres, pastores trabajadores, pastores obedientes, que a ellos se les anunció el nacimiento del Señor. Hay otros que enfatizan a los ángeles, que son poderosos, se aparecieron, son ministradores, como dice en Hebreos, a los que serán heredos de la salvación. Los ángeles enfatizan a los predicadores, que son seres que alaban al Señor con cánticos. Y estas enseñanzas, por supuesto, están bien, son bíblicas, pero no son la razón principal por la cual tenemos este pasaje. El corazón del pasaje lo tenemos en las palabras del ángel a los pastores en el versículo 10. El versículo 10 dice, Pero el ángel les dijo, No temáis, porque aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo, que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esta mañana nos profundizaremos en la primera frase, cuando el ángel dice, He aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo. Y especialmente meditaremos en las palabras, nuevas de gran gozo. Nuevas de gran gozo. Hemos de aclarar las palabras, la frase, para todo el pueblo. Estas nuevas de gran gozo, dice, será para todo el pueblo. ¿Quién es el pueblo? Pues no ha de ser el pueblo de Belén, porque el Evangelio, las buenas noticias, es para todo el mundo. No es para Belén nada más esto, no es para la ciudad de David, como se le llama aquí. Y es obvio que no todas las personas que vivían en Israel, el pueblo de Israel, la nación de Israel, se pusieron muy contentas con las noticias de que Cristo había nacido. Cuando Herodes escuchó de los reyes magos, bueno, llamados reyes magos, los sabios del oriente, ¿verdad? Cuando Herodes escuchó de los reyes magos que el rey de los judíos había nacido, él se sorprendió. Y nos dice la Biblia que toda Jerusalén con él. Y Herodes no se puso muy contento. Por supuesto que no. A lo último se enfureció tanto que mandó matar a todos los niños menores de dos años de la región de Belén de Judea. Ustedes conocen la historia. Herodes, Jerusalén, se sorprendieron. No se pusieron muy alegres por esto. Los religiosos de este tiempo, los escribas, los doctores de la ley, no se alegraron con las noticias tampoco. De hecho, cuando conocieron a Cristo, también lo quisieron matar. Y a lo último, lo crucificaron. No lo recibieron. Entonces, ¿a quién se refiere el ángel cuando dice, les doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo? ¿Quién es el pueblo que se alegra con estas noticias? Bueno, Mateo 1.21 nos da la respuesta. En Mateo 1.21, un gran texto de Navidad, estudiamos el domingo pasado, Mateo 1.21, otro ángel se le aparece a José y le dice que la Virgen María dará a Luz un hijo y Le llamarás Jesús porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. ¿Quién es su pueblo? El pueblo en griego es una palabra que también se puede traducir a multitud, se puede traducir también gente como en Lucas 6, 17. Entonces el pueblo aquí, el pueblo de Cristo, se trata de la gente de Cristo, se trata del pueblo de los que Él redimió. O como dice nuestro Señor Jesucristo, le gusta mucho decir las personas que el Padre le dio, sus ovejas. Su iglesia, ¿verdad? Los que creen en Él. Gente de todo el mundo, no solamente judíos, pero también no judíos, los gentiles, una multitud innumerable, nos dice en Apocalipsis 7. De eso se trata. Esos son los que se pusieron muy alegres por el evangelio que Cristo había nacido. Pero también aquí, cuando hablamos de pueblo, recordemos precisamente en Mateo 1, 21, nos dice que Él salvará a su pueblo de qué? de sus pecados. ¿Quiere decir que era un pueblo pecador? Sabemos la historia, nos conocemos a nosotros mismos, somos rebeldes, necios, desobedientes. Ese es el pueblo que Cristo vino a salvar y por nosotros, por pura misericordia, vino a este mundo, por amor y compasión divino, vino para nosotros para nacer en Belén y morir en Jerusalén. Muy bien, con esto en mente, ya sabemos quién es el pueblo aquí. Ahora metemos en la frase, he aquí os doy nuevas de gran gozo. que le dijo el ángel a los pastores. He aquí os doy nuevas de gran gozo. En el español de nuestros días, aquí como hablamos en Sonora, nosotros diríamos, miren, fíjense, les doy buenas noticias de mucha alegría. En este versículo, el ángel anuncia el evangelio a los pastores. Literalmente el versículo lee, fíjense, los evangelizo. Esa es la palabra en griego, los evangelizo. Les doy buenas noticias que causarán gran alegría. Y nunca en la historia, nunca en ningún periódico, en ninguna radio se habían escuchado tan buenas noticias o las mejores noticias del universo. Son noticias que causan gran alegría en el alma, lo profundo de nuestro ser. No tan solamente en la cara, pero en el corazón. Yo no voy a la mega. Prefiero el mandadito aquí o otras tiendas. Está bien si ustedes van a la mega, Soriana, ¿verdad? ¿Saben qué significa mega? mega es una palabra griega de hecho es una palabra que se usa en este texto cuando dice gran gozo es la palabra megalos gran es mega mega gozo como dice el himno oh santísimo felicísimo que causa mucha felicidad mucha alegría son noticias que causan muchísima alegría mega alegría Entonces la frase que vamos a meditar nos lleva a preguntarnos, ¿por qué las noticias de Cristo causarían mega alegría a todo el pueblo? Es lo que vamos a ver en esta mañana. ¿Por qué las noticias del nacimiento de Jesús en Belén causarían tanta alegría, mega alegría a todo el pueblo? Bueno, pudiéramos pensar en tres razones. La primera, en primer lugar, causarían mega alegría porque las habían esperado por mucho tiempo. Esas noticias las habían esperado por muchísimo tiempo. No sé si a ustedes les ha tocado comprar cosas en línea o también como lo hacíamos antes, ¿verdad? Por correo, por catálogos o íbamos a Jesse Penney a Tucson, íbamos a encargar algo y no lo tenían. Y nos decía, no sé cómo se dice en español, back order. Es como cuando lo van a tener después y nos van a avisar, ya llegó, ¿verdad? Pero ahí va a estar guardado. No está todavía ahí. Teníamos que esperar a veces hasta meses, porque de aquí que íbamos a Tucson otra vez, ¿verdad? A recoger el paquete. Estaba back order, decían en inglés. Por mucho tiempo estuvimos esperando, pero cuando llegó, ¡yeah! La corbata que yo quería. Esa es la que me fascina en esas paisleys. Una paisley es como una de estas, ¿verdad? Bueno, por fin llegó la corbata y estaba contento después de mucho tiempo. Hace muchísimos años, muchísimo tiempo, miles de años, que Dios había prometido a su pueblo un salvador. Miles de años esperando esta buena noticia. ¡Ya nació! La primera mujer, fue una mujer que recibió estas noticias. Fue una mujer que se le dijo, van a hacer un salvador. La mujer se llamaba Eva. Y se le dijo a Eva, de tu simiente vendrá el salvador que vencerá al dragón, la simiente de la serpiente. Y a través de la historia, escuchamos que Dios le dijo a Abraham, de tus simientes serán benditas todas las naciones. Y nuestro Señor Jesucristo nos dice que Abraham supo de su día. En Juan nos dice, en Juan 8, que Cristo dijo, Abraham, nuestro padre, se gozó de ver mi día y lo vio y se gozó. Escribió de su Redentor, de su Salvador. Sabía que Cristo venía en los Salmos. David, una otra vez, menciona a Cristo, por supuesto. Miles de años antes, todos los profetas. Quiero que subrayen esto en Esos 3.18. A mí, yo lo leí y pensé, ¿cómo es posible? Bueno, es muy posible porque tenemos sus escritos y muchos de ellos dijeron. Pero hubo muchos profetas que no tenemos lo que ellos predicaron. Pero vean lo que dice Eshosh capítulo 3 y versículo 18. Y quiero que subrayen una palabra nada más. Eshosh capítulo 3 y el versículo 18. El apóstol Pedro está predicando que mataron al autor de la vida y nos dice el versículo 17. Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas. Todos sus profetas, subrayen todos. Todos los profetas de Dios predicaron, anunciaron, Cristo viene, va a nacer, va a padecer en la cruz. Todos los profetas, todos. por miles de años. Viene, ahí viene Cristo. Como le dijo Abraham a su hijo, ¿verdad? El Señor se proveerá para el sacrificio. Juan el Bautista dijo, he aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y estas noticias, esas noticias Causaron mega alegría, por supuesto, a todo el pueblo. Estaban esperando que Cristo viniera, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Por eso causaron mega alegría. Por mucho tiempo esperando esto. En segundo lugar, en segundo lugar, pudiéramos pensar que causaron mega alegría porque había mucha necesidad de estas noticias. Había mucha necesidad de estas noticias. Vamos a suponer que estás muy enfermo, estás muy grave, y el doctor te dice, necesitamos esta medicina. Ahorita no hay esta medicina. Hay unos estudios en Houston, Texas, sobre esta medicina que tal vez nos dé esperanza en cuanto a su caso. Y ahí estás, por semanas estás orando, le pides a tus amigos oren, que esta medicina se apruebe. Estás sufriendo. Y llega un amigo y te dice, te compré un Rolex. Te compré un Rolex. Tú le dices, no me sirve un Rolex ahorita. Me estoy muriendo. Yo necesito la medicina. Hasta que el doctor te dice, la medicina ha sido aprobada. Ya viene en camino. Y es lo que más necesitabas. Teturgia. Y así aquí. lo que le urgía al pueblo, y lo que más necesitamos hoy. Como leímos en Mateo 1.21, es un salvador, el salvador de nuestros pecados. Son los pecados los que no nos dejan vivir, es lo que nos está matando, es lo que carga nuestras conciencias, es lo que nos lleva al infierno eterno. Necesitamos un salvador. No podemos salvarnos a nosotros mismos. Nacimos con pecados. Muchos pecados cometemos todos los días y Dios es tan santo, tan estricto, tan puro. Es un necio el que confía en la moralidad, en civismo, en dar limosnas, que de alguna manera Dios lo va a aprobar hacia el final porque es más buena, más bueno que el vecino. No, no, no, no, no. Y hay mucha necesidad entonces, mucha necesidad de estas noticias que ha nacido un salvador, que es lo que más necesitamos, es lo que más nos urge. Y en nuestros días es lo que se necesita, el evangelio de salvación. Hoy en nuestros días, lo profetizó el apóstol Pablo, vivimos en días peligrosos porque hay hombres amadores de sí mismos, avariciosos, vanabloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres. ingratos, traidores, amadores de los deleites, más que de Dios. Y luego Santiago, como leímos precisamente en esta mañana, nos dice, si cometemos un pecado somos culpables de todos. Ante Dios somos culpables ante su ley. Nos condena a la muerte a todos. Una mentira nos condena. Una mala palabra nos condena. Un mal pensamiento nos condena. Una envidia, un enojo nos condena ante Dios. Entonces, qué buenas noticias. Excelentes noticias. La medicina está lista. Os ha nacido un salvador. Con razón, causan mega alegría. Claro. Tenemos mucha necesidad de estas noticias. Que nos ha nacido un salvador para nosotros. Os ha nacido. Es para ustedes, para nuestro beneficio, para nuestra salvación. Y algo que hay de notarse aquí, no sé si ustedes saben esto, nos dice aquí, vean el pasaje de Lucas, veanlo en su Biblia. En Lucas nos dice que os ha nacido hoy en la ciudad de David un salvador que es Cristo el Señor, que es Cristo el Señor. El ángel, cuando menciona esta palabra Señor, y no tan solamente aquí, pero en todo el Nuevo Testamento, cuando se usa esta palabra Señor, se usa una palabra griega que traduce el hebreo Adonai, que traduce el hebreo Jehová, el Dios del Antiguo Testamento. Sigan la lógica, sigan la lógica. El ángel usa una palabra en griego que traduce el hebreo Jehová, Adonai. Por ejemplo, vean el versículo 9. Y aquí se les presentó un ángel del Señor. Y la gloria del Señor lo rodeó de resplandor y tuvieron gran temor. Es esto de Dios, Jehová. Y luego aquí nos dice en nuestro texto, os ha nacido hoy en la ciudad de David un salvador, que es Cristo el Señor. Cristo es Dios, el Señor del Antiguo Testamento. Y la lección entonces es que Cristo como salvador tiene todo el poder de Dios. Es un poderoso salvador, como dijo el padre de Juan el Bautista. Es un omnipotente salvador. Ninguno de nosotros, ninguna de las personas que están aquí o que me están escuchando puede decir, yo soy muy pecador. Mi pecado es horrible, si supieran. No puedes decir eso. Cristo es un poderoso salvador porque él es el Señor. No puedes decir, mi vecino es imposible. No puedes decir, mi hijo es imposible. No puedes decir, mi amigo es imposible. No, no, no, no, no. Cristo es un poderoso salvador. Cristo el Señor. Donde las buenas noticias del nacimiento de Cristo causarían mega alegría a todo el pueblo porque las habían esperado durante mucho tiempo. Número dos, porque había mucha necesidad de esas noticias. Y en último lugar, pudiéramos pensar, porque las buenas noticias incluyen muchas bendiciones. Las buenas noticias incluyen muchas bendiciones. No sé si usted ha tenido muy buenas noticias, perdón, muy buenas calificaciones, excelente en primaria, desde kinder, ¿verdad? Excelente en kinder, excelente en primaria, excelente en secundaria, excelente en la preparatoria. Y luego usted solicita una beca. Usted quiere ayuda para pagar la colegiatura. Es muy cara, muy cara en la UTEC de Monterrey, carísima. Quieren una beca. Y la solicitan a la asociación Rodríguez. Creo que hay una asociación Rodríguez aquí en Hermosillo, ¿verdad? En zona que pueden dar becas. Y por fin recibe noticias la respuesta a su petición sobre esta beca. Y usted lee. Se le ha otorgado la beca que incluye libros, colegiatura, el dormitorio, todos los gastos, más un estipendo para sus necesidades personales. Todo incluido. Eso sí que son buenas noticias. Usted esperaba la colegiatura nada más, pero le pagan todo. Y además le dan extra. Y así es aquí. Y aquí os doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo, que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Cristo como Salvador, su salvación incluye mucho, mucho más que nada más perdonarnos, mucho más que eso. Dios ha nacido un Salvador que es Cristo, incluye su obra precisamente como Cristo. Cristo es una palabra griega, en hebreo ustedes la conocen. Mesías, que significa ungido. En el Antiguo Testamento, Dios mandó que se ungiera a todas las personas que Él había escogido para que fueran sacerdotes o profetas o reyes. Esos eran los ungidos de Dios, los Mesías, los Cristos de Dios. Ahora, cuando hablamos de Cristo con respecto a nuestro Señor Jesucristo, hay algunas personas que creen que Cristo es como su segundo nombre. que algunas personas le decían Jesús, otras personas decían Cristo, otras personas decían Jesucristo. Cristo era como su segundo nombre. Pero no, no, no es así. Vean conmigo, Hechos 2, 36. Hechos 2, 36. Una vez más, Pedro predicando ahora en el Sermón del Pentecostés. Hechos 2, 36. Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Dios le ha hecho Cristo. Cristo es una profesión. Cristo es una función, un oficio. Eran ungidos para ser sacerdotes, profetas y reyes. Jesús de Belén fue ungido, es el Cristo, lo ha hecho Cristo, para que cumpliera con esas tres funciones. De profeta, para enseñarnos de Dios. Todo lo que necesitamos, la realidad, la verdad existencial. ¿De dónde venimos? ¿Para qué estamos aquí? ¿Cómo estamos bien con Dios? ¿A dónde vamos? ¿En qué va a terminar todo esto? Cristo nos enseña, como sacerdote. Él tiene la función de representarnos ante Dios. El profeta representaba a Dios ante los hombres, el sacerdote representaba a los hombres ante Dios. Nos explica en hebreos y en romanos también, como sacerdote Cristo intercede por nosotros, como sacerdote sacrifica, se sacrificó a sí mismo, a sí mismo, a sí mismo, por nosotros una sola vez para siempre. Y como Rey, Él nos atrae, nos gobierna, nos sostiene, nos dirige. Él provee líderes en su reino, leyes para que sepamos cómo acercarnos a Él, cómo agradarle a Él. Eso tenemos por nuestra salvación, porque Él es nuestro Salvador. El mundo no tiene esto. El pueblo de Dios, sí. Pero hay más. Porque os ha nacido un Salvador, incluye todas las bendiciones de nuestra salvación. O como dice en cierto lugar, Él nos bendijo en toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Y aquí podemos hacer una lista comenzando con nuestra vida nueva. que se nos concede el arrepentimiento, se nos da el don de la fe. Somos declarados justos, transformados por su gracia. Pero además, esta salvación incluye que somos adoptados por Dios. Nosotros solamente se nos perdonó. Pero el Señor nos hizo hijos suyos. ¡Increíble! Fuera un buen juez que después de pagar la multa le dice al criminal, estás libre. ¡A tu casa! Pero que juez es éste que nos perdona, él paga la multa y nos dice ¡Ven a mi casa! ¡Quiero que seas mi hijo! ¡Quiero que seas mi heredero! ¡Co-heredero! ¡Co-heredero con Cristo! Esa es la salvación. Incluye todo. Nuestras oraciones son escuchadas. Todo lo malo que nos pudiera pasar, usado para nuestro bien. Y nos provee todo lo necesario para que lleguemos al final. Con razón, las buenas noticias del nacimiento de Cristo causarían mega alegría a todo el pueblo. Muy bien, antes de las conclusiones prácticas. Leamos dos versículos nada más que confirman esta verdad. El evangelio causa mucha alegría, gran gozo. La cristiandad, a lo último, es una religión de alegría, de gozo. No sé si ustedes han notado antes, ahí en el semáforo, a la izquierda en el Quintero Arce, hay unos letreros muy grandes. Hay uno de birria. Está muy buena ahí la birria, por cierto. Pero hay otro de una iglesia. No sé si se han fijado de los cultos, de los servicios que dan. Bueno, uno de esos cultos dice, culto de alegría. Uno de los cultos. No, no, no. Todos los cultos de todos los cristianos son de alegría, son de gozo. No está solamente uno. Vamos a los versículos. Hechos capítulo ocho. Hay muchos, por supuesto, sobre todo en los Salmos, pero nada más vamos a leer dos. Hechos capítulo ocho y versículo cinco. Felipe. Bueno, voy a comenzar con el versículo cuatro. Tiene que ver con el contexto. Hechos capítulo ocho y versículo cuatro. Pero los que fueron esparcidos. iban por todas partes anunciando, ¿qué? El Evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Ese es el Evangelio. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían esos dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos eran sanados. Así que había gran gozo en aquella ciudad. Gran gozo. Mega gozo. Otro ejemplo. Segunda de Corintios 8. Segunda de Corintios, capítulo 8. Nos dice el versículo 1. Así mismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia. que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad, abundancia de gozo. Por qué? Como nos dice el versículo 9, conocían la gracia de nuestro señor Jesucristo, que por amor a nosotros se hizo pobre, siendo rico para que nosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. Otro antrexto de Navidad, por cierto, Y conocieron el evangelio, abundante gozo en sus vidas. Muy bien, comprobado esto, vamos a terminar con dos conclusiones prácticas. Y aquí os doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo, que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. La primera conclusión es que la Navidad se trata del nacimiento del Salvador, que es Cristo el Señor. El versículo lo dice claramente. La Navidad Se trata del nacimiento del Salvador, que es Cristo el Señor. El Señor, Dios, cumplió su promesa y nos ha dado el Salvador que tanto esperábamos, que tanto necesitábamos, y nos ha dado tantas bendiciones en Cristo. Nos ha dado todo. Como dice el apóstol en Corintios, todo es vuestro. En Cristo tenemos todo. Entonces, debemos celebrar este tiempo con mucha gratitud. mucha alegría, mucho agradecimiento por el gran regalo que Dios nos ha dado. En las palabras del apóstol Pablo, gracias a Dios por su don y nefa. Segunda conclusión. La felicidad real, el gozo en el alma, se encuentra en tener como salvador a Cristo el Señor. La felicidad real, la alegría del alma, lo más profundo en su ser, se encuentra en tener como salvador a Cristo el Señor. Solo, solo si resuelves el problema que Dios tiene contra ti, por tus desobediencias, puedes tener gozo, o como acabamos de cantar, puedes tener paz en el alma. Entonces, tienes que arrepentirte. Tienes que creer el Evangelio. Hay mucha gente feliz, alegre en este tiempo por los aguinaldos, los regalos, compras, borrachera, etc. Pero esta felicidad es muy pasajera, muy superficial. No tienen un salvador. No tienen a Cristo el Señor. Entonces, asegúrate que eres parte del pueblo de Dios, del pueblo de Cristo. Asegúrate que estás alegre en estos días, no tanto por lo material, los amigos o tu familia, pero porque Dios se ha reconciliado contigo. Y tienes paz, gozo, porque estás seguro que Dios te ha perdonado todo. Estás seguro que tienes un gran Salvador que te llevará la gloria eterna. Pero como te aseguras de que eres parte del pueblo de Dios, Bueno, no tienes que escarbar si soy escogido o no, me siento o no, pero sabes que eres parte del pueblo de Dios porque crees en la primera Navidad. ¿Crees que sucedió en la historia que Dios Hijo se hizo humano, en carne, con un cuerpo como el de nosotros, vivió entre nosotros cumpliendo la ley de Dios en nuestro lugar como nuestro representante, se sacrificó a sí mismo por nuestros pecados? ¿Lo crees de corazón? ¿Lo crees? Eso es lo que te hace parte de esa gente que tanto se goza en el Evangelio. Y eso es lo que quiero enfatizar. Entre más entendamos y apliquemos el Evangelio a nuestras vidas, más felicidad vamos a tener. Como cristianos, a mí me falta esto. Yo creo que a todos nos falta esto. Y al último, Creo que cuando estemos en gloria en el cielo, entonces vamos a entenderlo al 100%, ¿verdad? ¿Qué tan pobre se hizo Cristo siendo tan rico y vino a este mundo dejando su trono de gloria? Vino a sacar la escoria. Entretanto, entendamos más y apliquemos el Evangelio. Es salvación. Entonces sí, alabemos y adoremos al Señor con más voz, más corazón en nuestras vidas. No sé si notaron el último versículo del pasaje que leímos en Lucas, y con eso termino. Lucas capítulo 2 nos dice qué pasó con los pastores. ¿Qué hicieron a lo último? Nos dice el versículo 20. ¿Volvieron los pastores? glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho. Os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Oremos. Gracias Señor por tu bondad, tu gran amor, tu compasión para con nosotros. Y que siendo aún pecadores, Cristo vino, nació y murió por nosotros. Bendecimos tu nombre. Oh Señor, te pedimos que en este día nos des descanso, paz, nos des la alegría de tu salvación y saber que tenemos todo en Cristo. La salvación desde el principio hasta el final. Tú que has comenzado esa obra de salvación, la terminarás hasta el final. Nos perfeccionarás a la imagen de Cristo. Qué glorioso será ese día. Ayúdanos, Señor, a vivir con esta fe, esa esperanza. a vivir vidas con alegría, sí, y también con mucho agradecimiento y con esa gratitud que te sirvamos en todo lo que hacemos. En Cristo Jesús. Amén. Amén. Vamos a despedirnos el himno Tengo Paz es
La mega alegría de la Navidad
Series Navidad
Qué noticias te dan mega alegría? Examinamos porque las noticias de Cristo el Salvador son motivo de mega alegria para Su pueblo.
Sermon ID | 1229242127373130 |
Duration | 37:03 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Luke 2:10 |
Language | Spanish |
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