
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
1 Tessinolicenses, capítulo 4, versículo 1 al 3, nos dice la palabra, luego de leer la palabra vamos a pedirle al Señor sabiduría para que esa palabra penetre profundamente en nuestra alma y corazón. Por lo demás, hermanos, os rogamos, pues, y os exhortamos en el Señor Jesús, que como habéis recibido de nosotros instrucciones acerca de la manera en que debéis andar y agradar a Dios, como de hecho ya andáis, así abundéis en ello más y más. Pues sabéis que preceptos os dimos por autoridad del Señor Jesús, porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación. Es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual, que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y en honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios. Amén. Oh Dios y Padre, gracias te damos por tu palabra. Ayúdanos ahora a entender y a recibir en nuestro corazón. Santifícanos por medio de tu palabra. Vivíficanos, danos más vida, más gozo y deleite en ti. Por Jesús te lo pedimos. Amén. Observen, hermanos, cómo en este pasaje se nos habla sobre la naturaleza misma de la santidad y ese ha sido nuestro tema vamos a continuar con el tema de la semana pasada la naturaleza las características de la santidad en el Hijo de Dios Dios nos llama a ser santos Dios te llama a ti, al cristiano, a ser santo. ¿Es eso posible en un mundo caído, dañado por el pecado? La palabra de Dios nos dice que sí. Y veíamos en el mensaje anterior que la santidad se hizo posible cuando Cristo vino al mundo y murió por nuestros pecados. la santidad es posible cuando un hombre recibe el perdón de sus pecados al creer en Jesús porque también Cristo añade perdón Cristo añade santidad como él toma su propia justicia su propia justicia y la coloca en mi cuenta Yo he recibido perdón, por un lado, el perdón que viene de él. Pero he recibido, en segundo lugar, su justicia en mi cuenta. Si yo voy al banco, para ponerlo de una manera, si es posible, más clara, voy al banco y me dicen, Dante, tú tienes una cuenta pendiente y tú tienes que pagarla. Y la cuenta es de 1,000 millones de dólares. yo no puedo pagar eso me quedaría con la boca abierta yo no puedo pagar eso así es la condición del pecador una cuenta tan grande e inmensa como el dios tan grande e inmenso contra el cual el apegado y la pecado así la cuenta por eso cristo viene el banco y con su sangre paga la cuenta Yo pago su cuenta. Y viene Jesús y extiende el cheque. Hace su cheque ahí con su nombre. Y toma su dedo ensangrentado y coloca su huella, además de su firma, en ese cheque. Dante tiene la deuda de 10,000 millones. Paga. Pero aún pasa algo extraño, algo sobrenatural. es que él en el banco me deja a mí conectado con él, me deja a mí en su cuenta, me deja a mí con su nombre, me deja a mí con su firma. Es decir que allí nunca voy a volver yo a endeudarme porque él coloque en mi cuenta su justicia. Perfecta. Entonces ya Dante es un pecador, pero ya se le pagó la cuenta. Soy perdonado, un pecador perdonado, pero también soy un pecador que tiene en su cuenta la firma de Cristo. Cuando yo peco, yo puedo ir al Padre y el Padre me perdona porque todo pecado presente, pasado y futuro, ha sido saldado totalmente por la sangre de Cristo. A eso es lo que se le llama la redención. Él nos redimió. Él nos compró. Ahora yo le pertenezco porque él me pagó la deuda con su propia sangre. Él me compró. Yo iba a ser vendido como esclavo. Iba a vender mi casa, me iba a vender a mí, iba a vender mi familia, mi esposa y mis hijos. Y todavía tenía la deuda igual, pagando intereses, pero Cristo vino y pagó todo, intereses y todo y me dejó con su nombre en mi cuenta. decir que yo no tengo yo soy un hombre no solamente perdonado por un lado en segundo lugar yo soy un hombre santificado ahora yo poseo la santidad la justicia de mi señor y eso es lo que estamos viendo esa justicia ahora esa santidad a mi favor ese perdón que él me ha dado esa santidad que ha colocado en mi cuenta amados hermanos ahora yo puedo realizar puedo trabajar puedo edificar sobre eso que cristo hizo y eso es lo que es la santidad en la santidad yo tengo que ser en primer lugar cristiano para poder ser un hombre una mujer santa yo tengo que para poder vivir en santidad necesito la justicia de cristo para poder andar en santidad necesito que el espíritu santo more en mí Y todo eso viene con Cristo. Necesito tener el querer y el hacer por su buena voluntad. Todo eso Dios lo añade a través de Cristo. Entonces eso fue lo que vimos en el mensaje anterior. Ya estamos listos. Y por eso usted encuentra aquí un mandato tan revolucionario como el que leímos en primera de Tessalonicenses capítulo 4 versículo 3. Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación. Es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual. Que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso. Está hablando de su persona. Que cada uno sepa cómo mantener su persona en santidad, en pureza. Ahora me está diciendo el pasaje que yo he sido perdonado por Cristo, ha colocado su justicia en mi cuenta, pero ahora yo puedo y debo, es mi deber, ocuparme de vivir en santidad. Ahora yo sí puedo. Ahora yo tengo en mi cuenta de banco dinero. Antes yo no tenía. Lo que tenía era una deuda. Una deuda completa. Ahora yo puedo, déjame comprar esta silla. Ahora puedo comprar una casa, porque yo tengo un aval en el banco. Yo tengo alguien que dice, Dante, ¿tú vas a comprar una casa? Sí. ¿Y quién va a ser tu? Tu garante. Ah, pero usted no está viendo el papel. Lea el nombre ahí. Jesucristo. Rey de reyes y Señor de señores. Ese es mi garante. el que va a pagar la cuenta es decir que ahora yo como cristiano vivo mi vida cristiana sabe cómo completamente en dependencia de quién de mi garante de jesucristo recuerdan como en gálatas capítulo 3 hablamos de que hemos sido unidos a cristo estamos tan unidos a cristo hermano que lo que él recibe lo recibo yo Él recibe gloria. La iglesia recibe gloria. Él recibe vituperio y desprecio. La iglesia recibe eso también, vituperio y desprecio. Él recibe la resurrección. También la iglesia va a resucitar. Estamos unidos a Cristo, hermano. Cristo es santo y ha hecho a su iglesia santa. Cristo es santo y ha hecho a su iglesia santa. Y estamos en ese punto. eso tiene que verse eso tiene que verse si cristo es santo yo debo de ser santo y eso tiene que verse en mi vida tiene que verse mi manera de hablar tiene que verse mi manera de hacer negocios tiene que verse mi trato con mi esposa y con mis hijos tiene que verse mi trato con las personas del mundo con las personas que yo me relaciono con todo el mundo es decir que esa santidad esa obra de cristo a mi favor se ve es notable es claramente observable y nos quedamos en ese punto cómo se ve Yo quiero que nosotros añadamos a lo que vimos en el mensaje anterior, Filipenses 2.12. Vamos a ir allí, por favor. Un poquito antes de Tesalonicenses, un libro antes de Tesalonicenses, Filipenses capítulo 2, versículo 12. 2.12. así que amados míos tal como siempre habéis obedecido no sólo en mi presencia sino ahora mucho más en mi ausencia ocupados en vuestra salvación con temor y temblor la santidad amado hermano tiene que verse la santidad es algo en el que el creyente es responsable ponga ese punto ahí Ya fue una obra de Cristo a nuestro favor. Dijimos eso. Ahora que yo tengo todo eso a mi favor, amado hermano, Dios me dice a mí, tú debes ser santo como yo. Yo te he dado todo lo que tú necesitas. Yo te he preparado, yo te he salvado, yo te di mi santo espíritu. Ahora, vamos, tú puedes ser como yo, santo. Señor, pero voy a poder hacerlo. Filipenses 2.12, amados, amados, yo sé que ustedes son obedientes, no solamente cuando estoy presente yo, también en mi ausencia. Ocupaos, dice Pablo, ocúpate en vuestra salvación con temor y temblor. Esa es tu responsabilidad. Es el, ya Dios colocó la base. Ocúpate, esfuérzate. La palabra ocupados es trabajar. Trabajar en vuestra salvación. Esto nos dice que cada uno es responsable de trabajar para vivir en santidad. Mira, Dios me salvó, yo estoy esperando que Dios me cambie. No, no, no, espérate, espérate, no es así. ya Dios te salvó ya le hizo la obra ahora él te ha dado su palabra y te ha dicho le y te ha dicho cree y te ha dicho obedece obedece la palabra y yo voy a estar trabajando estudiando la palabra sorpresa aquí me dice que yo debo de amar honrar a mis padres quién va a hacer eso tu papá por ti Dios por ti. No, es el hijo, soy yo, que tengo yo que llamar a mi mamá. Mamá, ¿cómo está usted? ¿Cómo se siente? Mamá, le mandé un jugo. Le mandó una tortilla. Mamá, ¿ya tiene usted para su medicina ahí? Le voy a mandar para su medicina. Soy yo que tengo que estar ocupado en eso. Soy yo que tengo que estar detrás de eso. Porque es un mandamiento. Sorpresa Dios me dice que debo amar a mi prójimo es decir Dios me da órdenes que ahora como creyente yo sí puedo obedecer porque ahora tengo el Espíritu Santo Cristo me perdonó ahora tengo la capacidad para obedecer hermanos Dios nunca pide algo que previamente no haya dado todo lo que Dios te exige es porque Él ya te preparó para eso y esa es la bendición de la gracia de Dios y eso es lo que decía en cierta manera un siervo de Dios de la antigüedad llamado San Agustín, San Agustín decía dame todo lo que me pides y pídeme todo lo que quieras y era un razonamiento correcto dame la gracia dame la sabiduría y entonces pídeme que sea un hombre sabio y lo seré y actuaré y obedeceré dios amado hermano nunca le da la salvación perdón dios nunca le pide algo a un impío que no puede hacer Dios le da el Espíritu Santo para que creas, Dios le da su palabra, le da la obra de Cristo, le da a Cristo mismo, hermanos, Dios le ha dado todo para que tú seas salvo. Igualmente el inconverso, Dios le ha dado todo el inconverso para que seas salvo. Si se pierde, ¿por qué quiere? Porque ha determinado negarse a ese Dios de amor y de misericordia es una decisión dice Pablo Romano 1 18 el impío ha decidido ha tomado una decisión consciente por eso amados hermanos ahora luego de creer en Cristo nosotros sí podemos obedecer por eso no se nos manda ocúpate ocúpate trabaja segunda de pedro 3 18 antes bien crecer en la gracia crecer en el conocimiento de nuestro señor crecer dios te ha dado todas las herramientas para que tú crezcas pero quién va a crecer dios o yo soy yo que tengo que crecer Soy yo que tengo que pedirle al Señor, Señor, yo te pido que tú me ayudes, ayúdame a crecer. Dame sabiduría para entender tu palabra. Señor, fortaléceme. Yo tengo que pedirle y clamar al Señor. Él me ha dado herramientas para luchar. Él nunca nos manda una guerra con un cepillo de diente. Piénselo. Usted en una guerra. aquellos enemigos con tanque, pitola, ametralladora y usted con un cepillo de dientes. Esto fue lo que Dios me dio. No, Dios nunca hace eso. Vestíos con toda la armadura de Dios. Ahí está la armadura, póntela. Él nos da la armadura, pero luego nos da la orden. Haz lo que tienes que hacer. Moisés estaba con Egipto, los soldados egipcios detrás de él, el mar en el medio. Señor, ¿qué hago? Y el Señor le responde, ¿y para qué tú clamas a mí? Abre el mar. Hermano, Yadío le había dado la vara y le había dado su palabra, pero Moisés dudó, hermano. con todo en la mano, dudaba, usa lo que te he dado. Y, hermano, Moisés clamó y luego hizo lo que tenía que usar. Bueno, a veces nosotros, igual como Moisés, dudamos, dudamos con todas las herramientas ahí. Tenemos la Biblia cogiendo polvo y no la abrimos, no la leemos. ¿Cómo vas a ser consolado, hermano? Estamos en un mundo que es un mundo terrible, difícil, de aflicción, de lucha, hasta para levantarse da el hucha. Si usted no busca en la palabra de Dios el alimento cada día, hermano, tú no vas a ser fortalecido, no le vas a conocer. La Biblia no se va a leer sola. no se va a leer sola como esos hombres conocieron a dios tomaron el libro lee el libro y leyeron el libro no se va no se va a leer sola hermano usted ve esos hombres de dios que tenían callos mujeres de dios que tenían callos literalmente callos en las piernas duro las rodillas dura y porque porque eran hombres y mujeres, ¿de qué? De oración. Hacían avanzar la obra de Dios. Mire, abrazo. Pero, hermano, era abrazo y rodilla. Es decir, que la santidad de la que estamos hablando, hermano, es nuestra responsabilidad. la santidad de nuestra responsabilidad ya nos ha dado todo lo que necesitamos ahora él nos manda crecer ah yo quiero ser una una niña obediente pero qué dice tu mamá que tú tienes que hacer no yo no sé pregúntale cuál es tu responsabilidad amado hermano en segundo lugar dios nos llama a que seamos santificados la santificación es un proceso que admite crecimiento y grados quiero que mire ese detalle en segundo lugar la santificación crece nos hace crecer avanzamos en grado filipenses capítulo 1 versículo 4 al 6 mire como pablo está orando por la iglesia pablo dice orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros por vuestra participación en el evangelio desde el principio o desde el primer día hasta ahora estando convencido precisamente de esto que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo miren hermanos que hermoso esto Pablo está orando Pablo está pidiendo a Dios Señor continúa la obra en mis hermanos de Filipe Señor haz avanzar a la iglesia de Filipe Señor hazlo crecer más y más a la iglesia de Filipe esa oración yo oro por vosotros versículo 4 versículo 5 por vuestra participación en el evangelio desde el primer día Estando convencido, yo oro convencido de esto. El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará. El que empezó contigo de pequeñito, te llevará hasta que tú seas un experto, un maestro. ¿Ustedes han visto a jovencitos que empiezan a jugar fútbol y llegan sin saber cómo golpear la bola? Y lo coge una persona y le dice, no, patea así. Mira, haz esto. Hazte este ejercicio. Vamos a brincar ahora. Vamos a correr. Vamos a fortalecernos. Y pasa el tiempo, pasa el tiempo. Y ese niño o esa niña que llegó sin saber nada, ya sabe patear, sabe bloquear. ¿Sabe pasar la bola rápidamente? ¿Sabe correr sin tropezarse con la bola y sin caerse? Sabe, ha aprendido. Es decir, que fue de un proceso de niño hasta cierta madurez. Pero no se queda allí. Pregúntale a don José, que no me deja mentir. En ese proceso pueden llegar hasta ser profesionales en el deporte. Ya un profesional no es como un niño que juega fútbol. Tú le das la bola a ese profesional y puede hacer casi lo que sea con esa bola. Sorprendente la manera como hombres, como lo que usted ha visto por la noticia, Cristiano Ronaldo. Y muchos otros, aquí mismo, que manejan el balón. Y yo le digo a mis hijos, pero parece que el balón lo tiene pegado en el pie. Es cemento que le puso al balón. O tiene una soga que él hace así y el balón corre para donde él va. Hermano, qué sorpresa, qué sorprendente. Y yo pienso, mira el control que él tiene. Cómo él controla tan bien ese balón. que se mueve y va y llega a donde él lo quiere. Yo no lo quiero ahí. Yo lo quiero, mire, en esta esquinita aquí, a mano izquierda. Y lo patean, el balón va ahí, hermano, a esa esquinita. Y eso usted lo ve en la mayoría de los deportes, fútbol, básquet, béisbol. El profesional llega a un momento, hermano, que coloca la bola donde literalmente pone el ojo. Donde yo pongo el ojo, pongo la bola. Literalmente. Hermano, eso es la madurez. Cuando el creyente madura, es decir, dejó la etapa de niñez, va a un avance continuo y la santidad va a un avance, permite un avance. El hombre puede subir de un escalón de santidad a otro, como también puede disminuir. Y hay cosas en las que yo mismo lo he vivido y posiblemente usted lo ha vivido, en que la vida de santidad se ha debilitado y usted en vez de avanzar ha retrocedido. Porque aquellos pecados sobre los cuales usted había vencido, esos pecados de la lengua, esos pecados de la codicia, esos pecados que ya estaban, mire, que usted ni lo escuchaba ya, de un momento a otro están otra vez arrastrándonos, arrastrándonos. Hay momentos en que la santidad de nuestra vida se debilita. se debilita por eso amados hermanos es importante lo que se nos dice aquí la palabra pablo y pedro hablaron sobre esto lo voy a ver rápidamente en segunda de pedro 3 18 antes bien crecerte en la gracia y en el conocimiento de nuestro señor y salvador jesucristo pablo llamó primera de tecno licencias 4 1 abundar más y más abundar Hermano, el que no crece, comúnmente retrocede. El que no está avanzando, comúnmente retrocede. Y lo he visto en mi propia vida. Hay cosas que yo había vencido. Y por el descuido o el mucho afán, he volvido a caer en esas cosas que anteriormente ya estaban, mire, ni respiraban. Yo pensaba que estaba muerto. pero el pecado hermano siempre tal acecho la santificación en el creyente es evidente cuando crece por el uso de los medios como yo crezco en santificación usa los medios que Dios ha dado, lee la palabra de Dios diariamente, estudia la palabra de Dios, ora, congregate, ayuna, persevera en cada medio que Dios ha dado. Para poner un ejemplo, si usted es un vendedor y para la venta durante 10 o 15 años, ¿Va a ser igual de fácil como al principio, cuando usted estaba fogoso con toda la información presente? ¿Va a ser más difícil volver otra vez a la venta? Si usted es una persona que enseña en la escuela, usted es maestro y para de enseñar por una cantidad de largos años, retomar la enseñanza no va a ser tan fácil para esa persona. Obviamente, es obvio que cuando Dios da un don, aunque se le haga un chisme difícil, pero puedes retomar. Y me llama la atención. Yo vi en estos días, y voy a poner otro ejemplo del fútbol, porque yo sé que algunos amigos aquí que yo tengo, les gusta mucho el fútbol. Yo vi en estos días jugando un juego de veteranos. Entre ellos estaba Ronaldinho, creo que uno de ellos. Y tú le veías las canas, las canas y la barriguita. Y yo me reía porque yo recordaba a esos jugadores planitos. Y tú lo veías fortachones así. Ahora tú lo veías con las canas, la cabeza llena de canas y la barriguita jugando. Hermano, pero no habían perdido el don. Tú lo veías que corrían, se sofocaban porque no la misma edad, mi hermano, 48, 50 años, no lo mismo que 30, 25 años, se sofocaban rápido, tú lo veías con la lengua afuera, pero se veía el don aún, aún le quedaba don. Hermano, hay un don que Dios da, pero muchas veces por el desuso se pierde mucho, se pierde mucho. Mire, hay algunas personas que entran una etapa de adultez y con la adultez el metabolismo del cuerpo cambia, se hace más lento. Por eso usted ve que uno coge grasa más rápido y uno se pone más llenito más rápido, ¿verdad? Cuando tú eras jovencito, usted se comía 10 platos, corría dos horas y ya los platos se desaparecían. Ahora a los 48, como yo estoy, Y algunos que me llevan un chisma de año, cómase dos platos y salga a correr para que usted vea que no le va a hacer nada. Esa barriguita va a estar, mire, igualita. Porque hay un proceso que ya se empezó. Eso pasa en la vida cristiana, hermanos. En la vida cristiana usted tiene que estar, mire, continuamente perseverando. Continuamente. Porque si usted se descuida y deja de leer la Biblia, de memorizar la Biblia, deja de orar. Hermanos, como Demas, usted puede terminar en el mundo. Y Demas fue un hombre que predicaba al lado de Pablo. No era cualquier loquito. Y no es el único. Pablo mismo sabía que él podía llegar a ser desechado. si se entregaba a su pecado. Por eso usted lo va a encontrar en Romanos capítulo 7 diciendo, miserable de mí, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Y eso nos lleva, hermanos, a un tercer punto. La santidad no va a quitar los conflictos en nuestra propia alma. ser santo tener paga mi deuda delante de dios el que yo tenga la justicia de cristo a mi favor no va a quitar que tienes que luchar contra ti mismo porque hay un pecado remanente en tu corazón que no quiere no quiere agradar a dios Pablo decía eso en Romano capítulo 7 versículos 24 y 25 él decía miserable de mí quién me librará de este cuerpo de muerte hermano él se miraba a sí mismo y se sentía miserable porque él veía que su cuerpo Su carne no quería vivir en santidad, no quería leer la Biblia. Hermano, mire, hay un momentito que usted se levanta a cierta hora de la mañana, luego de haber trabajado hasta la madrugada, y usted no quiere leer la Biblia, usted no quiere ni orar. Usted no quiere congregarse. Usted no quiere tener comunión con la gente. Usted quiere estar apartado como un ermitaño, ahí en una cueva, lejos del pecado. ¿Y quién va a alejar el pecado que mora en tu propio corazón de ti mismo? Esa batalla la tenía Pablo, Romanos capítulo 7, versículos 24 y 25. Hay una ley en nuestros miembros que nos dificulta correr. Y siempre recuerdo ese ejemplo, que sé que lo he dado varias veces, perdónenme por darle otra vez, pero a veces yo quiero ayudar a un hermano y voy ahí a ayudar a un hermano, a visitar a un hermano enfermo que tiene un problema, hermano, y es de mi propio corazón que sale no ir donde ese hermano. Es de mi propio corazón que sale la tacañería, hermano. Usted puede tener en su refrigerador, en su nevera, usted puede tener cuatro cajas de leche y usted no la comparte, sabiendo que hay gente cercana, no muy lejos, muy cercana, que no tiene ni una de las cuatro que tú tienes. Pero usted no la comparte. Hermano esa es la lucha esa es la realidad del pecador aún el creyente tiene esa lucha y tú tienes que tenerlo bien claro para que no cedas no cedas el creyente que crece en santificación verá con más claridad su lucha verás con verá con más vergüenza su pecado verá con mayor amargura su maldad verá con mayor cuidado su corazón. Cuando tú escuchas tu corazón gritando, dame eso, el creyente va a decir, yo te conozco, tú eres engañoso, ¿por qué tú quieres eso? Aquí le va a estar hablando a su propio corazón, yo te conozco, ¿por qué tú quieres eso? ¿Qué tú quieres realmente? Amado hermano el creyente que conoce a lo el mandato de Cristo y que conoce la inclinación de su corazón estará siempre velando y orando pidiéndole a Dios ayúdame para yo hacer tu voluntad ayúdame a ser un hombre una mujer santa este conflicto que hay en mí ayúdame a vencerlo por amor de tu nombre lléname da renueva mis fuerzas que tu fortaleza que tu gozo sea mi fortaleza hay domingo yo tengo que pedir al señor que su gozo sea mi fortaleza porque vengo igual que todos de trabajar cansado agobiado y con deuda vengo a la iglesia con todo ese problema. Pero una cosa que he aprendido, amado hermano, que hay que venir con todo ese problema. Usted no se puede quedar. Si se queda, el problema no se va a quedar, no se va a ir. Se va a quedar con usted ahí mortificándolo. Si usted no lucha por estar en la presencia del Señor, Su necesidad no se va a ir, lo va a mortificar más. Entonces, hermano, venga y tráigalo. Tal vez Dios en su misericordia quiere cortar y responder a todo ese problema mientras usted está llevando su carga delante de él, consolándose en él, fortaleciéndose en él. No se crea que usted está solo en esta lucha. Ledin tiene su problema. José tiene su problema. Yo tengo mi problema. Don Moncho tiene su problema. ¿Cada uno tiene su problema? Carlos tiene su problema. Marta tiene su problema. Y sigo mencionando, es una iglesia llena de problemas, porque cada uno tiene su problema. ¿Pero qué hacemos con esos problemas? Tomamos nuestra cruz. y la traemos a cristo tan aguita señor aquí está mi problema ayúdame ayúdame socórreme guíame yo quiero andar contigo queridos hermanos la guerra contra el pecado la guerra contra nosotros mismos y ese pecado remanente no se puede dejar atrás tenemos que darle muerte Pero tenemos que perseverar la fe. Santidad no significa que no vas a tener problemas. Lo digo también porque hay muchos creyentes que piensan que si tú eres cristiano todos los problemas desaparecieron. Algunos predican eso. Ven a Cristo y no habrá problema para ti. Todos los problemas se van. Hasta los problemas económicos se van. A tu vez. Voy a hacer esa inversión. Me voy a ir a Cristo y voy a convertirme para ver si en tres meses resuelvo toda mi deuda. Y vienen a Cristo pensando esa mentira. Yo no predico eso. Ahora, yo sí le predico, ven a Cristo y Cristo va a dar respuesta a tus necesidades. y no necesariamente es pagándote la deuda es diciéndote deja de jugar deja de perder tiempo y ponte a trabajar es decir que él va a ordenar tu vida para que tú deje la pereza para que tú deje el pecado del juego y tú Entienda que la teología del trabajo es lo que tiene que estar en tu mente y en tu corazón. Para que tú entiendas que la codicia tienes que dejarla y estar contento con lo que Dios te ha dado. ¿Qué es lo que Dios te ha dado? Ay, Dios me dio tortillas y me dio leche. Ay, pues dale gracias a Dios porque mucha gente solamente tiene tortillas vacías. ¿Tú tienes tal leche? ay no no no porque yo antes yo comía carne y le diste gracia a Dios cuando comía carne si pues dale gracia a Dios que no la tiene estar contentos decía Pablo cualquiera que sea vuestra situación Pablo decía he aprendido a estar contento ya sea con mucho o con poco hermano esa es la vida de santidad aprender el creyente siempre está aprendiendo pero dios nos enseña hermanos muchas veces a través de la tribulación porque está la biblia y hermano y no no no queremos que no entre no nos interesa que no entre y dios dice ok muy bien y nos trae la tribulación él nos ha dado su espíritu santo pero a veces le decimos el espíritu santo no yo no creo Y Dios nos aflige. Dios nos aflige. Dios tiene diferentes medios. Él lo usa a todos, hermanos. Dios lo usa a todos para tratar con nuestro corazón. Pero el mensaje, y con esto lo concluyo, amado hermano, la santidad es una bondad que Dios nos ha dado a través de Jesucristo. las recibiste de Jesucristo ahora tienes una responsabilidad ocúpate esfuérzate sé valiente sé valiente para ser una mujer santa sé valiente para negarte a ti mismo y decirle a tu corazón confía en el señor sé valiente hermano y hermana porque es necesario este tipo de coraje para poder vivir en este mundo de pecado, en santidad, es necesario. Necesitamos ser valientes, como el Señor le dijo a Josué, esfuérzate y sé valiente. Y le dio una orden, tú vas a entrar a la tierra, la vas a conquistar y le vas a entregar la tierra a mi pueblo, como yo lo prometí. dios iba a cumplir su voluntad y aquí va a usar a josué hermano dios va a cumplir su voluntad en tu vida y dios va a cumplir su voluntad en tu familia y en tus hijos aquí él va a usar a mí a ti te va a usar dios va a cambiar esta sociedad pero que a quien va a usar a un ángel no a nosotros Los que estamos en autoridad, los que estamos sirviendo a la sociedad, es a nosotros. ¿Usted quiere ver una justicalpa limpia? Usted no tira la basura al piso y usted enseña a sus hijos y a su vecino no tira la basura. Y usted verá que todo el mundo va a comenzar a imitar. Ese es un ejemplo. Pero, ¿y si tú eres el alcalde? Ah, ahora yo tengo más que puedo hacer. Ay, pero si tú fueras presidente, puedo hacer más todavía. Yo recuerdo haber leído de un presidente, bueno, no de un presidente, de un rey. Un rey en Inglaterra que estableció normas morales para restringir el mal, mano. Para restringir el mal. Y funcionó. Ayudó a la gente. A mí me gustaría que usted leyera la historia de William Wilberforce. Ese hombre era creyente y parlamentario. Estaba en el parlamento. Era como decir en el día de hoy, era un diputado. Lo que hacían las leyes o proponían las leyes. Y entonces, ese hombre, amado hermano, por su trabajo y esfuerzo, un hombre cristiano, ¿sabe lo que logró impulsar? en toda Inglaterra y en todos los países donde Inglaterra en ese momento era, era donde eran sus colonias, colonias inglesas. Hermano, promovió la abolición de la esclavitud. no fue que lo logró simplemente él pero hermano fue un eje importante para que esa trata injusta donde se tomaba un hombre que era de imagen de dios se le privada se le privada de su libertad se le quitaba a su familia y luego se le mataba trabajando se le mataba porque eso era la esclavitud un asesinato se le mataba trabajando a él y a sus hijos. Hermano, este hombre creyente, William Wilberforce, logró que en todo un imperio, porque en esos tiempos era el imperio británico, eso comenzara a cambiar. No era una cosa del otro mundo, tuvo que pelear por 25 años, hermano, 25 años. para que eso comenzara a caminar, 25 años peleando y valió la pena. Por eso, amado hermano, la obra de Dios no se va a hacer con ángeles, es con nosotros, con hombres y mujeres santos, con hombres y mujeres que tienen, entienden su compromiso y responsabilidad. Esto no solamente va a cambiar mi vida, va a cambiar la colonia donde yo vivo, la aldea donde yo vivo, el barrio donde yo vivo, la ciudad donde yo vivo, el mundo donde yo vivo. Eso es lo que hace la santidad en el Hijo de Dios. Así que, amado hermano, miren la belleza y la envergadura de todo esto. La santidad tiene que verse, vivirse, practicarse. Y lo que tú crees más lejos, hermano, lo que tú crees más lejos, que Dios te puede usar a ti, Óyeme, Dios usa a hombres y mujeres frágiles y débiles para hacer grandes cambios. ¿Tú crees que eso está lejos? ¿Yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo? Me imagino que eso fue lo que pensó la mamá de Abraham Lincoln, ¿verdad? Me imagino que eso fue lo que pensó. ¿Quién soy yo? la mamá de muchos hombres y mujeres que cambiaron el mundo. Eso pensaron mucha gente sencilla y humilde. Pero que Dios transforme nuestras vidas, hermano. Vidas transformadas son vidas que transforman el entorno y el mundo. Que Dios transforme nuestras almas y nuestras vidas y nos ayude a avanzar, joven, joven, amigo para tú poder ser un hombre santo una mujer santa que necesitas necesitas creer en jesucristo por fe en jesús el salvador se hace salvo el pecador tú no mereces ese don pero dios a todo aquel que confía en Jesucristo se lo da gratuitamente. Por eso te animamos. Te animamos a que tú busques, entregues tu vida al Señor. Cree en el Señor. Santifica tu alma por medio de Cristo. Hazte un hombre o mujer santa, no por tus buenas obras, sino por Jesucristo. Porque Él es la vida eterna. Él es el Salvador. Él es el único medio para tú llegar al Padre. Él es la vida eterna. Así que te animamos para que tú comiences a buscar al Señor. Y puedes comenzar pidiéndoselo en oración. Puedes comenzar orando a Dios Señor. Yo te quiero conocer. Yo quiero ser una mujer, un hombre santo. Yo quiero caminar contigo. Así que empieza de manera sencilla, no empieza con grandes pasos, son con pasos pequeños, pasos pequeños de confianza y fe en Jesucristo. Así que te animamos a caminar, a caminar con Cristo, a creer en Cristo, a entregar tu vida al Señor. Yo te quiero conocer, Señor, yo quiero amarte. Dame todo lo que necesito para amarte. Dios oye la oración humilde. Oh, Dios y Padre, bendice tu palabra. Oh, Dios y Padre, santifícanos por medio de tu palabra y que ella produzca en nosotros hombres y mujeres santos para la alabanza y gloria tuya, que luchan con el pecado remanente, que luchan con las propias debilidades de su carne, pero que saben que esa victoria es segura, porque en Cristo somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Cristo nos amó y en Él tenemos victoria. Oh Padre, bendice a aquellos que aún no te conocen, que Tú los libertes, que Tú pagues su deuda, que tú añadas la justicia de cristo a su cuenta y nunca más sean hombres y mujeres apartado de ti tráelos a ti señor tráelos a ti señor con cuerdas de amor tráelos a ti para tu gloria por cristo te lo pedimos
La naturaleza de la santidad
Series Santidad
La naturaleza de la santidad
Sermon ID | 1228231636247032 |
Duration | 49:48 |
Date | |
Category | Sunday - AM |
Bible Text | 1 Thessalonians 4:1-3 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.