00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
años no y es una parte de por qué estos textos son tan importantes el versículo 5 y aquí yo os envío a Elías que nosotros entendemos en los cuatro evangelios por la boca de nuestro señor Jesús la explicación se refiere a Juan el Bautista yo les os envío a Elías el profeta Antes de que venga el día de Jehová grande y terrible, los judíos no entendían que Cristo vendría primero como el Mesías crucificado, sacrificado, y que regresaría como el Señor soberano del universo. Esto no lo comprendían y combinaban en su falta de entendimiento lo que nosotros entendemos como la primera y la segunda venidas de nuestro Señor Jesús. Lo combinaban todo en uno. Y hay interminables debates acerca de este anuncio sobre Elías y sobre su verdadera identidad en la persona de Juan el Bautista. Y luego en el versículo 6 dice, y él aquí se refiere a Dios, no es simplemente una referencia a Juan el Bautista. Dice, él convirtierá el corazón de los padres a los hijos. Esa es nuestra versión antigua. Convirtierá el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los hijos a los padres. Y luego vuelve al tema que se menciona anteriormente al fin del mundo y el día de juicio. A no ser, no sea que yo venga con destrucción. Hierro a la tierra, ¿no? Para acabar con la tierra. Pero ven con mucha atención este versículo, el último del Antiguo Testamento. Se traduce mejor. Él hará que el corazón de los padres se vuelva a los hijos. ¿Qué es esto? Y luego la contraparte, el Mesías logrará que el corazón de los padres se vuelvan a los hijos y que el corazón de los hijos se vuelva a los padres. Se vuelven los corazones, mejor dicho, a los padres, no de los hijos. Es en forma inversa. El comentario, ¿qué quiere decir esto? O sea, anticipando nuestro tema, ¿no? Que habrá una transformación de la relación entre los padres y los hijos. Como consecuencia, como fruto de la venida del Mesías. Que la relación familiar, la relación de padres e hijos, hijos y padres, será transformado. Desde el corazón, transformado. En una forma extraordinaria. Habrá un cambio. Ahora vamos rápido a Mateo, a su capítulo 18. Mateo 18. Y una de las ilustraciones que Cristo usaba constantemente en su ministerio público se encuentra aquí. Y es un tema también de tremendo debate. Es el mismo asunto en una forma, como veremos no más adelante, espiritual. Dice en 18 de Mateo versículo 4, así que cualquiera que se humillare como este niño, ¿Qué es esto? Lo que el versículo, los versículos 2 y 3 señalan, llamando a Jesús a un niño, le puso en medio de ellos, dijo de ciertos, digo que si nos convirtieres, la conversión a Cristo, y si no fuera, fuera eso, si no se volvieron como niños, si no regresaran a su niñez, ¿no entrares en el reino de los cielos? No. Así que cualquiera que se humillara como este niño, este es el mayor en el rey de los cielos. Y viene haciendo otros comentarios que son de tremendas controversias, que no vamos a discutir el día de hoy. Ahora, ¿qué es esto? Para entrar al reino de Dios, ¿qué es el reino de salvación? Sin discutir todo ese concepto. Es el reino que Cristo vino a establecer, el reino de Dios, la soberanía de Dios, la salvación en el corazón. No entraremos a ese reino a menos que haya algo que nos obligue a regresar a nuestra infancia. Por lo menos, sin discutir la palabra infancia, niñez, no podemos ser salvos. Es lo que repetidas veces se encuentra en el ministerio público de nuestro señor Jesús. Ahora vamos a Galatas, a la pistola de Pablo, a estas iglesias en Galacia. Galatas, en su capítulo cuatro, encontramos el mismo tema en una forma más profunda aún. Porque Pablo interpreta la obra evangelística, su obra misionera entre los pueblos sentiles, evangelizando al mundo greco-romano en aquel entonces. Pablo interpreta todo este asunto de anunciar y predicar el evangelio, la llegada del Mesías, usando este modismo, esta ilustración espantosa para algunas personas en Gálatas, ya lo tienen. Y dice en el versículo cuatro, versículo diecinueve, hijitos míos, y se refiere a los creyentes en ese sentido, usando el modismo de hijos, de hijas de Dios, que vuelvo, eso es nuestra versión antigua, otra vez a sufrir, a sentir, y bien lo que dice, dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros. Interpretando su obra misionera evangélica la predicación del evangelio en términos de engendrar hijos. La palabra sembrar en el corazón, la palabra sembrador. Y Dios hace que esta palabra sea eficaz y la persona nace de nuevo. Es el engendrar, regenerar, vivificar espiritualmente a una persona que está muerta por medio de esta obra milagrosa del espíritu. Y Pablo dice, yo soy la persona involucrado en sembrar esta palabra, el evangelio en sus corazones. Y en el caso mío dice, esto a mí me ha provocado a Pablo, a mí, Dolores, y son los más intensos posibles dolores. Lo que los médicos dicen que por tanto tiempo había índices altísimos de mortandad en relación con el dar a luz, en relación con el momento de nacer un pequeño. Estos dolores de parto que es muy complicado médicamente hablando, incluso hasta el día de hoy. Y la mujer sufre dolores de parto los más intensos que el cuerpo humano es capaz de sufrir y aguantar y resistir. Esa es la palabra. Dolores de parto que en muchísimos casos terminaban en la muerte de la mamá. Y Pablo dice, yo vuelvo a sufrir dolores de parto En relación con los creyentes siendo atacadas por las doctrinas falsas de los judaizantes, que combinaban aspectos de la ley mosaica con el evangelio, fusionando la gracia y las obras como un medio de salvación, predicando otro evangelio. Todo un gran argumento está en el contexto aquí. Y dice, hasta que Cristo sea, estos dolores de parto son para que Cristo sea formado en nosotros. Como vamos a ver, cosa que todos los padres cristianos sufren en una forma extraordinaria con sus propios hijos. Hasta ahí, hay más textos aquí, pero lo dejamos, ¿no? Todo esto está vinculado, son, como vamos a ver antes de terminar, el anuncio de que vendrá algo para que haya una transformación entre la relación de padres e hijos en Malekías, ¿no? Y luego, nadie puede entrar al reino de Dios sin un cambio en su mismo corazón que implica regresar a la niñez y comenzar de nuevo, sí. Y aquí, una vez en teoría convertidos, dice Pablo, no, pero yo sigo sufriendo dolores de parto hasta que ustedes los creyentes en esas iglesias sean transformados y hechos semejantes a Cristo. ¿Dolores de parto? Sí. Acabamos de leerlo. Entonces, comencemos con una, espero que no sean más que tres sermones, una parte para concluir esta miniserie sobre el matrimonio, los conflictos y ahora los hijos. Y comienzo con algo que tengo que decir, que no vamos a discutir el día de hoy, que veremos antes de concluir. Y el tema es lo siguiente. Hay un sinnúmero de controversias sobre este tema de la crianza de hijos en un contexto cristiano. Hay una tremenda serie de mitos, ¿no? Que tan solo los menciono en la primera introducción. Mitos están por todos lados en relación con este asunto. Y el primer mito es que los hijos les harán felices a sus padres, proporcionándoles propósito, razón de ser, autorealización, todo un gran paquete. Que tus hijos te harán felices, ¿no? Como padre o como madre. Esto pudiera o no ser. pudiera ser lo contrario, ¿no? En vez de hacerte feliz, podría ser la peor cosa, lo que sucede con tus hijos y esta relación. Segundo mito, la crianza de hijos, no sé si esa es la palabra, crear a nuestros hijos, es algo instintivo y natural en los padres, eso es un gran Cuento, mito, engaño, no hay nada natural en esto, como vamos a ver, aunque no negamos los instintos que las madres tienen en relación con todo el proceso de cuidar al pequeño, así lo voy a decir, como algo instintivo en la madre. No hay nada natural o instintivo en este asunto. Tercer mito, el hecho de crear hijos, Es, según cantidad de personas en el contexto cristiano, en el mundo moderno, supuestamente el llamamiento más elevado, más importante, la tarea número uno que tienes en tu vida. Eso es puro cuento. Es un mito. No es así. No, es tu relación con Dios. Es lo que importa más que tu pareja y más que tus hijos. Y los que dudan de lo que estoy diciendo, ¿cómo van a chocar entonces? ¿Cómo van a explicar los textos en donde dice Cristo? Yo he venido a lograr que los hijos se pongan en contra de los padres y los padres en contra de sus hijos. ¿No? Y como en algunos casos, en algunos de los textos, los que entregan a los padres al verdugo para ser quemados en la hoguera, serán sus propios hijos. hijos. Así lo dijo Cristo. No, esto no es así. De que esto es la mayor tarea que Dios te ha asignado en tu vida. No, esto es otro, es un ídolo. No, es una, es un engaño total. No es así el asunto. Ahora, el próximo mito o cuento en todo esto. A condición de que seamos buenos padres, entonces nuestros hijos serán felices. Tampoco. No hay ninguna garantía como vamos a ver en este asunto. En lo absoluto. Ninguna garantía de que los padres, los mejores posibles, puedan garantizar que sus hijos terminan bien. Eso es lo que quiere decir la palabra felices. No hay garantía alguna. Les desafío antes de llegar a los textos mal citados, mal interpretados, que vienen a la mente de algunos de ustedes. Estos textos no enseñan lo que tantas personas nos quieren decir. Y ya van cinco, no cuatro mitos. El próximo. Si tenemos problemas en este papel con nuestros hijos, la relación de padres y hijos de alguno de los dos lados, es porque no estamos siguiendo el plan. No estamos siguiendo el plan correcto, ¿no? Y con tal que cumplamos o sigamos el plan en donde hay un papel que hemos de desempeñar Todo terminará bien, pero si está terminando todo mal, es porque no hemos seguido el plan, es lo que nos dicen. Tampoco, esto tampoco es así. Y el próximo es, escuchen, esto lo vamos a discutir, no el día de hoy a fondo, ninguno de estos puntos, es la primera introducción. Que los padres representan, muchos dicen adiós ante sus hijos. Otros afirman, y hay cantidad de libros sobre este asunto, de cómo los padres representan a Jesús ante sus hijos. ¡Tampoco! ¡Eso es absurdo! Es ridículo decir eso. Hay un papel en donde los papás cumplan con la función de juez y ley, y en un sentido, Dios en la vida de sus hijos, en un sentido que vamos a discutir con la disciplina y la enseñanza, pero no son No es que mis hijos me miren a mi y en la medida que vean que yo soy semejante a Cristo, estoy cumpliendo con mi deber. No, esto no es así, como veremos. Y luego, lo mismo en el séptimo mito aquí, los padres exitosos producen hijos piadosos. Es más de lo mismo. Otro cuento, otro mito, ¿no? Y el último que voy a señalar sin discutirlo, No hay, escuchen lo que voy a decir, aunque hay algunos libros buenísimos sobre todo este asunto de cómo crear a nuestros hijos en conformidad con principios bíblicos. Y sin embargo, no hay ninguna fórmula única, correcta para tener una familia exitosa. No hay ninguna fórmula, y lo que quiero decir con la palabra fórmula es mágica. No hay ninguna fórmula mágica aquí. Pablo hablaba de dolores de parto. En la caída Dios aumentó los dolores de parto para las mujeres. Sí. Y los padres, todos los padres presentes aquí sabemos sin escuchar ni una palabra más algo de la realidad de estos dolores de parto en la relación que tenemos con nuestros hijos. Sabemos qué tipo de dolores están metidos de por medio en esto. No lo sabemos, sin saber, sin escuchar más. Ahora rápido, la segunda introducción es esta. Que todos los seres humanos tenemos una historia. Esto es una parte de esta larga serie. Estamos siendo todos los actores que forman nuestra identidad. En esta historia la parte que nos interesa aquí es la relación de padres e hijos. Todos nosotros tenemos una historia individual, personal, que es nuestra historia. Desde un principio nacimos dentro de una familia. Esto es una parte de nuestra historia. Es la mayor parte de nuestra historia a lo largo de muchísimos años. Y esta historia, es más allá de que tú naciste en tal lugar, tal nación, tal pueblo, tal raza, tal familia, ni siquiera. Es la familia compuesta de tu mamá y tu papá, si tienes presente a ambos. Esto es la historia que te tocó vivir, que nos tocó vivir. Y nosotros no escribimos esta historia. Esto lo vimos hace tiempo. Esta historia fue escrita antes de que naciéramos. ¿No? Nuestra biografía, Dios la escribió antes de que naciéramos. Es un argumento bíblico. Llegamos a entrar a esta historia, a formar una parte de esta historia, desde el momento de nacer, o sea, a lo largo de un proceso que abarca nuestra niñez, nuestra juventud, y comenzamos a escribir esta parte de nuestra historia, en la medida en que vamos... Apagan, por favor, los celulares. Por favor, no hagan esto, sí. Si quieren saber quién ganó, no les vamos a decir. Apagan sus celulares, ¿no? Pero vean, En la medida en que vamos llegando a ser actores independientes y responsables, cuando digo independientes no nos estamos desvinculando de la familia, estoy hablando de un proceso de madurez. En la medida en que esto sucede a nivel individual y personal, formamos una parte de esta historia en donde nosotros somos responsables por muchas cosas que van a suceder. Pero en todos los casos, esta historia en la cual comenzamos a participar no fue por nuestra elección. ¿No? ¿Y esto qué quiere decir? Que en todas estas familias, en todas estas historias, en el trasfondo, hay cosas buenas y malas, positivas y negativas en la historia de cada familia, cada hijo, cada hija, ¿no? Y las cosas malas en esta historia no las hubiéramos escogido. La mayoría de los que vienen de así llamados países del tercer mundo habrían escogido haber nacido en países del primer mundo. No tuvieron voz ni voto. Por eso hay una invasión. Cinco o seis millones de personas que han cruzado la frontera norte. Y si ustedes no se han dado cuenta, las cifras dicen el 40% de estas personas son mexicanos. Que hasta esta hora de la historia están todavía tratando de salir huyendo. de nuestro querido México? Esto es así. Están mostrando lo que ellos hubieran escogido entonces. Las cosas malas, negativas, las que sean, ¿no? No las hubiéramos escogido comenzando con el lugar en donde nacimos. Ahora, escuchen bien. Esto es algo trágico, lo que estoy comentando. Las ilustraciones podrían tardar media hora. Los hijos de narcos. Oh, por favor. ¿Cómo es posible que vayan descubriendo que su papá es un narco? ¿Qué tipo de historia? ¿Habrían escogido nacer así? Es peor. Los hijos de los nazis que siguieron a Hitler. Es una psicosis. Es toda una generación. La gente que ignora la historia. No estamos hablando de la edad media. Estamos hablando de una generación para atrás en Alemania. Hay una psicosis nacional en Alemania. En donde fue hasta uno de los mundiales. de los tiempos, los noventas, por ahí, dos mil, cuando por primera vez comenzaron a cantar el himno nacional en Alemania. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial no habían cantado el himno nacional en Alemania. En un evento así, público, televisado a nivel mundial. No, por la vergüenza. por el complejo de culpabilidad. Es increíble. Los niños, padres, sus padres asesinos, sus padres ladrones, sus padres corruptos, sus padres mujeriegos, infieles. Es increíble la catástrofe que sucede. Y por otra parte, las cosas buenas. Tampoco, no fue de nuestra elección, nada de esto. Nada, bueno o malo, nada. No tuvimos voz ni voto. La historia fue escrita antes de que naciéramos. Y nosotros fuimos, yo uso la palabra insertados, inyectados en una historia preexistente. Y la historia puede ser maravillosa, padres cristianos, siervos de Dios, entregados al Señor, o puede ser lo peor. Puede ser de gran honor o de vergüenza total esta historia. Y normalmente es una mezcolanza. Es una mezcolanza, ¿no? Mi mamá se divorció cuando yo no tenía ni dos años de edad, y de todo lo que sabía y iba escuchando, yo no quería conocer a mi papá. Esa es una parte de mi historia, mi papá biológica, natural. Ahora, mi papá adoptivo, sí, pero es mi historia. ¿Cuál es el punto? Cada persona está insertada en una historia preexistente y rápido, hay que decir esto. Nuestra interpretación de esta historia es subjetiva, selectiva, incompleta, distorsionada y falible en todos los casos. Es la famosísima familia disfuncional. No tienes que mirar más allá de los líos con la familia real en Inglaterra para saber, ¿no? Que la interpretación de algunos miembros de esta familia, de todo lo que significa haber nacido como una parte de la realeza en Inglaterra, según ellos es la peor cosa que les pudiera haber sucedido. Están inocados, llenos de rabia. Y la familia disfuncional, ya con la muerte de la reina Elizabeth, vamos a ver que es lo que está allá, el pleito ya empezó. Pero el punto, escuchen, todo esto es nuestra identidad, en parte. Y si en la familia, en la historia, hay tragedias, pérdidas, divorcios, pérdidas de salud, enfermedad, todo, vivimos, ¿no?, obligados. a cargar la mochila, las maletas. Y lo que estoy diciendo es que las maletas y la mochila es una forma ilustrativa para hablar de los pecados que hay en todo esto. Los pecados, ¿no? Y hasta que nosotros seamos actores responsables en esta historia, protagonistas reales, estamos así. a bordo de la nave de nuestra familia para bien o mal. Ahora, la transformación de esta historia en todos los casos es la obra de Dios. Y su gracia común nos puede proteger de muchas cosas, pero hasta que por su gracia hay una segunda etapa de dolores de parto en esta familia para que nazcamos de nuevo, las cosas no van a estar al 100% bien nunca. La transformación de tu historia. Y hay que decirlo. Muchos dicen, pero yo no soy padre. Todos somos hijos. Vamos a ver. En un momento. Todos somos hijos. Y no hay excepciones aquí. Y la única cosa que puede transformar tu historia, mi historia, nuestra historia, es la gracia salvadora de Dios. Así se puede reescribir la historia. Así se puede rescatar la historia. Así se puede transformar tu historia. Convertirla en una historia maravillosa, extraordinaria, gloriosa, por la gracia de Dios, nada más. Nada más. Es por la unión espiritual con Cristo, por el nacimiento nuevo, y como vamos a ver, el espíritu de adopción. En donde, ah, por fin, Él es mi Padre Celestial, y yo soy su Hijo, yo soy su Hijo. Y le puedo decir, Padre, tan solo así, habrá una nueva historia. Y si esto no es así, todas estas historias terminan mal. Todas terminan en una catástrofe. Todas terminan mal. No, esto no es Hollywood. No, esto es la vida real. Esto es la realidad. El argumento aquí es que sin la intervención directa y personal de Dios en tu historia para rescatar tu vida, para volver tu corazón hacia tus padres y el corazón de tus padres hacia ti, Habrá una catástrofe parecida al fin del mundo, según Malekías. La perdición, un desastre total, una pérdida total, un desperdicio completo. De tal modo que te habría sido mejor nunca haber nacido. Esto es el asunto. Te habría sido mejor no haber nacido. Ahora termina la introducción y ahora comenzamos a meternos en el tema, hay que apurarnos. Y comencemos diciéndolo otra vez, lo mismo. Todos somos hijos, ¿no? De alguien. Hijos, ¿no? Hijas de nuestros padres. Esto es nuestra vocación de por vida. Y en un sentido que vamos a ver más a fondo, no dejamos, en un sentido, no dejamos hacer hijos. En otro sentido, sí. Pero si somos padres de hijos, no dejamos de ser padres. Esto nunca termina. Jamás. O sea, a lo largo de tu vida, tú eres padre o madre de estos hijos. Es tu vocación. Es tu llamamiento de por vida. Lo sorprendente en todo esto es lo siguiente. Hay una tremenda lista de lo que llamamos paralelismos. ¿Qué es esto? Cosas que las podemos ver en dos formas, en donde hay una semejanza, paralelo, algo que se parece. Y en este asunto, escuchen con mucha atención. Comenzamos nuestra peregrinación por el desierto de este mundo como niños. Terminaremos nuestra peregrinación por este mundo, como vamos a ver en un momento, en una forma que no quisiéramos, como niños. ¿Qué es esto? Que hay toda una serie de circunstancias que experimentamos al entrar al mundo como niños, ¿no? En donde hay una dependencia total en el niño, en la niña. Hay necesidades que no pueden suplir. Hay todo un tipo de síndrome de debilidades en los niños. Enfermedades incluso, en la niñez. Un sin número de peligros para los pequeños. Y la idea se resume con que entramos al mundo en circunstancias contrarias a nuestra voluntad. Y saldremos del mundo así. Volveremos a la etapa de, si vivimos lo suficiente, suficiente tiempo, casi llegaremos, depende de la enfermedad, depende de la salud, llegaremos a una dependencia total. A necesidades que nosotros ya no podemos suplir. Debilidades en donde ni podemos alimentarnos, quizás. Y circunstancias y peligros, todo un paquete contrario a tu voluntad. Esto es la tercera edad, el envejecimiento. que Eclesiastés describe en la forma más espantosa posible? Comenzamos así, saldremos así de este mundo. Y por lo tanto, ahora viene este comentario. Quisiéramos todos, en algún sentido, vivir todo esto en forma inversa, al revés. ¿Qué es esto? Son las películas de Hollywood. El cuate tiene 60, 70 años de edad, sucede algo, lo trasladan del cuerpo de su tercera edad, del envejecimiento, y luego se despierta en el cuerpo de un chamaquito de 20, o 15, o máximo 30 años de edad. Pero tiene todo lo que se había aprendido a lo largo de 60, 70 años, todo esto ya lo tiene. Y en la película de Hollywood comienza a vivir de nuevo. No, como de 15 años de edad o 20 años de edad. Pero ya con todo lo que el aprendizaje, las experiencias, la transformación que experimentó a lo largo de los 60, 70 años para aplicárselo ahora en un cuerpo de un chamaquito. ¿Qué es esto? ¿Quién no quisiera hacer eso? Porque cuando vamos entendiendo tantas cosas y el aprendizaje ya está llegando a ser tan real y de tanta ayuda para nosotros, el cuerpo comienza a regresar a su niñez en cuanto a dependencia, debilidad, falla de facultades, etcétera, etcétera, etcétera. ¿Por qué? Escuchen. Ah, pero en sentido espiritual esto es lo que sucede. Cada creyente es un recién nacido. Pudiera haber sido ya a los 40 años de edad, recién nacido, dice la Biblia. Pudiera ser uno de esos convertidos a la última hora, 70, 80 años de edad, recién nacido, dice Dios. Y desde recién nacido a niño, niña, adolescente, jóvenes, adultos, las etapas espirituales para que lleguen a ser adultos maduros y luego ancianitos espiritualmente con el nacimiento nuevo como consecuencia de estos dolores de parto evangelísticos comenzamos es nacer de nuevo. Es nacer por segunda vez. Cuando lo escuchaba en Nicodemus decía, esto quiere decir que tengo que volver al vientre de mi mamá y volver a salir otra vez. Nacer dos veces. Nacer por segunda vez. Nicodemus, si te han confundido. Físicamente no. Espiritualmente sí. Espiritualmente sí. Es comenzar a vivir por primera vez al nacer de nuevo. Es adiós al viejo hombre, a la vida vieja, a sus costumbres, hábitos, tendencias, personalidad, adiós. Y todo un proceso para deshacernos de lo que habíamos desarrollado a lo largo de 30, 40, depende de cuando haya sido convertido la persona. Sí. Hay algo más profundo en todo esto de lo que parece ser. Sí. Claro que sí. Y rápido, hay muchas cosas aquí que no podemos detenernos, que quiero resumir. Para los niños que apenas van entrando al mundo, todo es nuevo. No tienen un pasado, tan solo un futuro. Todas sus experiencias son nuevas. No pueden medir, no pueden objetivamente comparar nada, no tienen nada con que comparar, ¿no? Si es su primera época navideña, todo es nuevo. Y esto lo van a sentir así por 5, 10, ¿cuántos años? Nosotros ya, algunos de nosotros, otra vez Navidad. Otra vez, la presión otra vez, la propaganda otra vez, el lavado del cerebro otra vez, el espíritu navideño tratando de apoderarse de nosotros otra vez. Ya, ya basta en cuanto a ese aspecto. Pero para los niños todo es nuevo. Y para los niños más grandes, más maduros, se nos está acabando el futuro en este mundo. No hay experiencias nuevas. Llegas a cierto punto, en términos humanos, las experiencias nuevas en un sentido ya no existen. Todo es pasado. Es espantoso el paralelismo aquí. Y luego, rápido, la lista aquí de puntos que tenemos en común son muchos. Los niños pequeños hacen berrinches. Lloran, incontrolablemente lloran. Por cualquier motivo lloran. A lo largo de muchos años lloran. Por cualquier cosa contraria a su voluntad lloran. En forma insoportable, incontrolable, se ponen a llorar. Estamos hablando desde recién nacidos. Y no hacen caso de nadie ni nada. No tienen respeto ni por las costumbres, ni la ética, ni la presencia de... ¡Nada les importa! No respetan las reglas, las costumbres, las circunstancias, cero. Estos niños pequeños son capaces de llorar día tras día, noche tras noche, con cualquier cosa contraria a su voluntad. Van corriendo los papás, Juanito está llorando. Debe haber algún motivo, es lo que piensan los papás. Debe haber algún motivo. Algo le pasó. A lo mejor un alacrán le picó, quién sabe. ¿Por qué está llorando incontrolablemente Juanito? Los papás dan por sentado que debe haber algo gravísimo de por medio. No, resulta que no es nada. Es su estado de ánimo. Está desgustado. Si le fueran a preguntar por qué, Juanito ni sabe por qué. Está llorando así. Y el punto, dan riendas sueltas a sus emociones, a sus estados de ánimo, y lo hacen de manera constante. Pero nosotros, los niños más grandes, más grandecitos, el paralelismo aquí es exacto, nosotros lloramos también. Y no necesariamente derramando lágrimas. Puede ser que sí o que no, que salgan las lágrimas. Y sin embargo, lloramos por muchísimas cosas. Haz tu lista. Ansiedades, preocupaciones, presiones de la vida. Puede ser la condición física del cuerpo. Puede ser alguna enfermedad crónica. Puede ser la frustración. Puede ser, la lista es interminable, la depresión. Y ahí estamos llorando por dentro. Como si fuéramos pequeños niños. Puede ser por cualquier cosa contraria a tu voluntad. Te pones a llorar. Algunas mujeres lo hacen, no voy a decir más. Ya casadas lo hacen. Algunos hombres lo hacen. Mayores de edad, hombres adultos. Están llorando. Ahora rápido, los pequeños hacen berrinches. Lo mismo, por cualquier cosa que no sale a su gusto, un berrinche. ¿Qué es esto? La palabra berrinche quiere decir muchas cosas, se puede usar en distintas formas, pero la idea aquí es que algo no les gustó y se enojan. Es coraje. Es el enojo lo que da rienda suelta al berrinche que van a hacer. Y estos niños hacen berrinches. Nosotros entendemos, por muchas cosas, hacen berrinches. Puede ser que se sientan vulnerables. Puede ser que están asustados. Puede ser que se sientan débiles. Al isto es interminable. Como vamos a ver en la gran mayoría de los casos, es porque no tienen el control. Y por no tener el control para manipular algo o controlar algo, se enojan tanto para Juanito se tira parece que está endemoniado parece que un demonio tomó posesión y así está ahí está y los papás se asustan y yo llevo años cuando recién nacido un angelito un demonio todavía falta ver porque la verdad es que las dos cosas están ahí como vamos a ver y sabemos pero ahí está haciendo su berrinche y cuantos Niños no tan pequeños. Hacemos lo mismo, como si fuéramos niños, como si fuéramos pequeños hijos, pequeñas hijas y por cualquier cosa. Vamos a hacer un gran berrinche. Hay muchas familias en que esto es algo inculcado desde la niñez. La familia disfuncional con gritos y llevan toda la vida los pequeños. No, mi mamá se volvió histérica por algo que pasó. Un gran berrinche. Y mi papá comenzó a gritarle a ella. Y los niños están con, al principio están con ¿qué? Pero luego están siendo preprogramados para que hagan lo mismo. Para que todo esto salga. Están siendo preprogramados. Y luego, rápido, no podemos obtenernos. Esta lista es interminable. Los niños pequeños y grandes luchan constantemente con la desobediencia. La niñez es un estado de desobediencia, rebeldía. Yo tengo aquí apuntada la palabra obstinada. Rebeldía obstinada. Lo que vemos. Y acabamos de verlo. Una niña. Dicen que nos visitó, no voy a decir cuándo fue esto, hace poquito. Y cuando sus papás le decían no, ella respondía no. Y ella pensaba, no, cuán chistoso es esto, es lo que pensaba la niña. Y luego cuando su abuelo le dijo no, y desde que se bajaron del avión yo decía, yo soy el jefe. Yo tengo el control. Yo doy las órdenes aquí. No estoy de visita en la casa de tus papás. Están de visita en mi casa. Yo soy el jefe. ¿Quién es el jefe? Y me decía, mi papá. Qué bueno. ¿Y quién es también el jefe de tu papá? Ah, mi abuelo es el jefe. Pero escuchen, repetidas veces el fenómeno, cuando le decíamos no, nos decía no. Que no le podríamos decir no. Es lo que nos estaba diciendo. En una rebeldía tan abierta, tan desafiante, tan obstinada, no. Y así, los niños van formando pautas de conducta, pautas pecaminosas, en donde es un gran tema, misteriosamente se repiten los mismos pecados. Nos dijo no una vez y yo me di cuenta, si están aquí una semana, cada día vendrá alguna circunstancia, nos va a volver a decir no esta niña. Y así sucedió. Y a veces en lugares públicos, a cuanto más en un lugar público nos va a decir no. Porque sabe que nos tiene contra las paredes. Hay personas aquí viendo. ¿Qué vamos a hacer con ellos? A comenzar a gritar, a llorar, a hacer un berrinche. Cuando me dijo no, entonces, en un lugar público, yo dije, aquí estoy a tus órdenes. Esto no pasó. Pero cada vez que se repiten los mismos pecados, se van formando estas pautas de conducta. Es un gran tema. En donde un pecado conduce a otro, se van formando hábitos, dando rienda suelta a su desobediencia obstinada. Y increíblemente, sin discutir todos los detalles en esto, lo veremos en otro estudio, esto es exactamente lo que pasa con los niños adultos, estos mayores de edad. ¿No? Entonces se comportan como estos niños, con sus hábitos pecaminosos de rebeldía, de obstinación, de desobediencia a Dios. Estoy hablando de eso. Y luego la niñez es un estado o etapa de ceguera total, de egoísmo ciego, en donde los niños no se dan cuenta. ¿No? Están ciegos. ven todo a través de un filtro en donde ellos son el centro del universo. En donde el yoquerismo y el yo deseo y yo merezco y yo exijo y yo demando. Son niños. Es con cada capricho, con cada anhelo o deseo que lo tienen que cumplir mis papás. Con un egoísmo totalmente alocado. en donde no son capaces de ver al mundo salvo a través del filtro en donde ellos son el eje central del mundo entero. Esto es así. ¿Y cuántos niños adultos hacen lo mismo, demuestran lo mismo, no? Pretenden hacer exactamente lo mismo. Sin decir más, ustedes que pensaban que veían eso en el presidente Donald Trump, Yo lo veo en otros que no voy a mencionar públicamente, en donde hacen berrinches cada otro día, como si fueran pequeños niños y quieran que la prensa y todos los demás se conforman a lo que ellos ven desde su perspectiva, como si ellos fueran el centro del mundo. Eso no es nada nuevo. Tan solo la ilustración, el comentario sobre políticos, ¿no? Basta, para que entendamos. Si se convierte algún político en un, no hay nuevos Hitlers, es otra historia, ¿no? Pero semejantes, muchos, mini Hitlers, ¿no? Vivimos eso, no voy a decir más, con algunas mujeres en Gringolandia, gobernadoras de estados en los Estados Unidos, que a lo largo de dos años de pandemia, a una de estas le dimos el sobrenombre. Ah, otra vez la mini Hitler. Está frente a las cámaras, está dando órdenes a todo el mundo. ¿Quién puede salir de su casa y quién no? ¿Quién puede hablar en redes sociales y quién no? Sean médicos, sean expertos en el tema, sean personas que inventaron la vacuna incluso, que está fallando, que ya lo confesaron, que nunca comprobaron las pruebas que podría evitar el contagio. Y ahora están diciendo abiertamente que no, cuando llevaron dos años y pico diciéndonos que sí. Y las demandas super millonarias esperan, se van a ver en el 2023 lo que va a pasar con esto. Ya empezaron en el extranjero. Pero mi punto, mini Hitler usaban la medicina, la pandemia, el contexto de la gente asustada para controlar completamente los ciudadanos en su estado. endebidamente. ¿Qué es esto? Para que uno se convierta en una persona así tan solo se necesita la oportunidad, la oportunidad y los medios necesarios para lograrlo. Y por eso mi comentario, no estoy desviando el tema aquí, es de que en el ego humano esto es potencialmente así con quien sea. Muchos pequeños son mini Hitlers. Muchos pequeños son. mini dictadores, es lo que quiero decir. En donde su meta es, como vamos a ver, no tanto el día de hoy, se nos va a acabar el tiempo, de controlar a sus padres. Y de controlar su entorno. Y de controlar la familia, si fuera posible, la familia extendida. Hasta este viejito abuelo que dice que es el boss. Este que dice, yo soy el jefe. Se me quedó mirando una de esas niñas que nos vino a visitar. ¿Qué? ¿Este, este pretende ser mi jefe? No, esto no, esto no va a pasar. Yo sé cómo manipular todo esto. Yo voy a tener el control aquí. Al final de esta visita, yo tendré el poder. Y esto es lo que sucede con el ego humano. Lo vemos en los pequeños. Su ego es incompleto, sin la capacidad de hacerles felices, contentos, y buscan incansablemente algo para sentirse bien, para sentirse a gusto, para sentirse tranquilos, felices, satisfechos. Y su ego es tan perverso, tan pecaminoso, tan egocéntrico, que cada vez que dicen a sus papás no, la triste realidad en el trasfondo, sin que lo comprendan, no es consciente, quizás no, hasta cierta edad no, le están diciendo a otro padre, al padre celestial le están diciendo que no. En los libros de teología, algunos comentaristas comienzan con esto de que el Dios, nuestro creador, que nos hizo en su imagen moral, sabía que el primer hombre, Adán, levantaría sus brazos en contra de su Creador, diciéndole que no. Y nuestro Dios sabía toda la tragedia, todo el dolor, todo el sufrimiento, toda la agonía que esto traería al mundo. Y sabía lo que a Él le iba a costar ¿Qué tipo de dolores de parto hay en nuestro Señor Jesús para enfrentarse con esta rebeldía? ¿Para crear de nuevo a este hombre? ¿Sufriría Cristo en la cruz del Calvario más que dolores de parto? ¿Para traer nueva vida? No es borrón y cuenta nueva, es nueva vida al hombre rebelde. Pero ahí están los pequeños, tan sensibles, tan hipersensibles, dolorosos por cualquier cosa, contraria a su voluntad, con un ego tan frágil, tan fácil de sacar de equilibrio, en donde se van creando dentro del núcleo familiar todo esto de la familia disfuncional, en donde Juanito ve después que nació una niña ahora que se llama Juanita. Y en alguna medida Juanito está totalmente decidido ya a no permitir que Juanita tenga el control. Eso no puede pasar. Hasta el grado en que si hay un Juanito y ayudenme con algún nombre, aquí no quiero ofender a nadie. Si hay un Juanito y un Andrés. Por favor, no estoy hablando de lo que ustedes piensan. Estoy tentado de decir más nombres. Por favor, no, Tomás. Ahí están Juanito y Andrés peleando físicamente a golpes. Por esto, por lo que estoy diciendo. Ahora, el tiempo se nos está yendo y ahora llegamos a este asunto de los espejos que hemos estado viendo como una ilustración a lo largo de mucho tiempo. Los espejos, y busquen ustedes en el Salmo 139 porque vamos a mirar este espejo. Y el tema de los espejos es tremendo, es de mucha ayuda. Cada persona tiene su imagen propia al verse en el espejo. Yo no estoy hablando físicamente de un espejo. Y cada persona se ve como la lista es interminable. Muchos, no, ahí estoy guapísimo o feo, o poderosísimo o débil, la lista, ¿no? O talentoso o totalmente incapaz, o gordo o delgadito, ¿no? Y la lista, cada persona se ve en un espejo como veraz o menteroso, soberbio o humilde. de confianza o de desconfianza, sabio o necio, la lista es interminable, amoroso o egoísta. Cada quien se ve a su manera en su propio espejo. Incluso los clientes y los encuérdulos lo hacemos. En este sentido, no contrastando clientes o encuérdulos. Y hay un espejo en donde los demás nos están viendo. Ahora bien lo que estamos diciendo aquí. Estos pequeños niños ¿Qué es lo que ven en su espejo? No ven la realidad, no ven nada de lo que yo acabo de bosquejar aquí. Sobre su verdadera condición, nada. Y piensan como niños que los demás tienen la misma imagen, lo que los adultos creemos. Los demás creen lo que yo creo acerca de mí mismo. Lo bueno que hay en mí, los demás lo pueden ver tan fácilmente. Pero la verdad es que la imagen que creemos que los demás tienen de nosotros nunca es la misma que nosotros tenemos, de nosotros mismos. Es como el pequeño, que se ve a sí mismo con objetividad, cero. Ah, pero si se puede ver en el espejo de sus papás y ahí están con que te amo, mamá. Y la mamá le responde, te amo, niña. Y así comienzan, ¿no? Esto también lo vivimos. Llegan y dicen, te amo, tío. Esperando, ¿no? Que el tío, te amo. Es ese juego. En donde ese amor propio en el espejo se aman a sí mismos y piensan que tienen que recibir exactamente lo mismo de los demás. Pero hay una verdadera imagen que los demás tienen de nosotros. Y qué bueno que no sabemos lo que piensan. lo que ellos ven al mirarnos a través de su espejo. ¿Qué es lo que piensan los demás? Ese es el mundo en que vivimos, ¿no? Espejos, espejismos, todo un gran paquete. Pero el punto crucial es obviamente lo que Dios ve al mirarnos. Pablo miraba a los creyentes en las iglesias en Galacia hacia menor y decía, Estoy esperando que sean semejantes en alguna medida a Cristo. Y estoy sufriendo dolores de parto hasta que esto suceda. ¿Y qué es esto? Ah, en su espejo Dios nos compara con Cristo, a todos. Nos compara tan solo con su Hijo, nadie más. Es por eso que llevamos años con que no hay supersantos. Esas personas que llegan cada domingo disfrazados como supersantos. Aquí estamos yo y Omar. Me trajo para recordarme. Esto me lo trae cada año. Y aquí tiene escrito tu recado navideño para el que no es un supersanto. Y me hace el gran favor cada año. De cariño lo hacen. Ustedes que no saben de nuestra historia y cuántos años llevamos, ¿no? De ser amigos. Y este regalo me está diciendo, ¿no? Te amo a pesar de que mereces tan solo una piedra negra. Te amo de todas maneras, ¿no? Y en este sentido nos comparamos con los demás, pero Dios nos compara tan solo con su hijo. ¿Y cuántos padres miran a sus hijos, tienen planes y propósitos, sueños, fantasías en muchos casos, acerca de lo que ha de ser el futuro de sus hijos, pero no es lo que estamos viendo aquí? de que sus hijos sean semejantes a Cristo? No. No, esto no es lo que, no es el espejo que están usando los padres cuando miran a sus hijos y les digo esto, no, anticipando, ya saben hacia donde va ese punto. Ah, porque si no, esto no sucede. Les hubiera sido mejor para estos hijos nunca haber nacido. Eso es porque yo temblaba con el nacimiento de Mark. Hay testigos que escucharon mi comentario. No les voy a decir. Comenzaba a orar a Dios acerca de Mark, temblando por este asunto. Y una parte de mi oración fue, mejor que no hubiera nacido este pequeño, si no llega a conocerte. ¿No? Mejor que no. Ahora, el próximo punto es este. Y ahora están en el Salmo 139, ¿no? Y veo que no vamos a llegar a un buen fin aquí el día de hoy, pero no importa. Vamos a ver. El Salmo 139. Vimos en los primeros sermones sobre este asunto, creo que fue el primer sermón, cómo el matrimonio nos pone frente a un espejo. Y en este espejo hay un reflejo de nuestros pecados. El matrimonio nos obliga a vivir así en la relación matrimonial de pareja. Vamos viendo los defectos en el carácter, el egoísmo, pautas pecaminosas de conducta, actitudes pecaminosas, falta de amor. En una forma extraordinaria estamos encerrados en la celda, la prisión, bajo vigilancia 24 horas al día. Es como si estuviéramos bajo la lupa de nuestra pareja. Nos está observando, nos está en algún sentido analizando, en algún sentido criticando y juzgando. Y la realidad del matrimonio nos obliga a vernos, a nosotros mismos, por lo menos en alguna medida como nuestra pareja nos ve. a través del espejo de nuestra pareja, ¿no? Y todos esos que nos dicen, no, yo soy súper santo. ¿Puedo hablar con tu esposa? Quiero entrevistar a tus hijos. Quiero grabar sus comentarios para saber que ven, para convencerme de que eres, adivina, eres un súper santo. Y la reacción ante esto, tratamos de salir huyendo. Eso es el gran tema, ¿no? Y a nadie le gusta que sus pecados sean expuestos. Esto nos incomoda, nos molesta, nos inquieta. Y uno de los propósitos del matrimonio es para mostrarnos esto. Que seamos expuestos por lo menos frente a tu pareja. Y todo lo que sabemos del noviazgo de nada sirve. Para lograr esto no. Porque el noviazgo es la etapa en donde todas las dos partes ocultan fallas, debilidades, defectos, pecados, todo está oculto. Y presentan ante su futura pareja lo mejor, la mejor imagen posible. Es lo que presentan, es disfrazándose. Y luego cuando llevan un tiempo casados, se quitan las máscaras. La cruda realidad es lo que se ve. Y al ver esta cruda realidad, que esta es toda la realidad acerca de la pecaminosidad de las dos partes, esto crea resentimientos. emociones venenosas, nos sentimos como víctimas de un engaño, y muchos terminan divorciándose por eso. No, no, no, esto no es la persona con quien me casé. Ah, porque no conociste a la persona, nada más. Es por tu culpa, en parte. Y luego cuando llegan a conocer de pecados y fallas y debilidades, no, esto no lo puedo tolerar, esto no lo aguanto. En mi pareja, terminen divorciados, si no en sentido legal real ante un juez, por lo menos emocionalmente en sus corazones ya están divorciados por esto, por lo que estoy diciendo. Ah, porque esto de conocer, de saber de los pecados de otra persona es algo peligrosísimo, peligrosísimo. y produce profunda insatisfacción, descontento. Lo vuelvo a decir, nos sentimos a veces, no me casé con, resulta ser un monstruo, él o ella, no estoy distinguiendo aquí, y soy víctima de un fraude, me engañaron, me engañó. No nos gusta la foto, el selfie se ve mal. Y muchos terminan odiando a su pareja. ¿Qué es esto? Escuchen lo que estamos diciendo. ¿Ven que su pareja quiere el control? ¿Siempre piensa tener la razón? ¿Siempre exige el primer lugar? ¿Siempre quiere lucir bien? ¿Quiere ser el bueno de la película? ¿Quiere que todo se haga conforme a su voluntad? Y piensan, eso es como un mini Hitler. ¿Con quién me casé? ¿Con quién estoy casado? ¿Con una persona así? Y obviamente, porque se nos va a acabar el tiempo, ya lo hemos estado diciendo. Algo parecido a esto pasa con nuestros hijos. No es igual. Hay un paralelismo aquí. en donde los papás que van entendiendo la pecaminosidad de Juanito. Yo me sentía cuando esta niña decía no a su papá y luego me volteó a mí y me dijo exactamente lo mismo, no, con una mirada desafiante, no. Y yo, como todo esto llevo años viviéndolo y predicándolo y creciendo mi entendimiento de todo esto. Yo dije, no, Dios me está obligando a predicar sobre esto. Y esta niña que algunos mirándola se ponen a reír con ella. Yo estaba enfurecido. Con el pecado manifestándose. A por fuera, cariñosa, bella, inocente y por dentro, abriendo su boca y abiertamente pecando en contra de sus papás y en contra de su abuelo. Y yo decía a Nick y Carolina, hay una fórmula mágica para solucionar esto. Pero la fórmula mágica no te la puedo simplemente dar. Yo les decía, Lisa Estesiga, lo que hemos aprendido de estas visitas, cuánto tenemos que orar por ustedes. Nos platicaban, el tiempo nos está yendo, platicaban del hijo de unos hermanos muy queridos, tienen la misma edad de sus pequeños, y las cosas que narraban de este niño. Mark salió diciéndonos, ah, cuando yo estuve de visita con ellos, este niño se me acercó, Y me dijo que no me iba a dar algo, que yo no lo podía ver, no me acuerdo ni que era, algún juguete o algo así. Pero luego se me acercó al oído y me dijo, te lo voy a prestar, pero primero te voy a pegar. Yo estaba, ¿con qué? ¿Con qué? Te lo voy a prestar, pero primero tienes que dejar. Y así le pegó a Mark. Yo estaba ¿Cómo? ¿De qué? ¿No? No puedo decir más. Ahora rápido, en el Salmo 139. Les pido perdón, aquí tenemos que encaminarnos a concluir. Yo dije dos o tres sermones, ¿no? Vamos a ver qué pasa. Preparándome para terminar aquí. Ahora veamos esto rápido. Ahora, en el Salmo 139 tenemos una clave que es de tanta ayuda para todos los que tomamos en serio este capítulo del Libro de los Salmos. Y lo que este Salmo narra es de algo maravilloso, asombroso, incluso que nos puede dar un dudado terror. Es el tema de la omnisciencia, la omnipresencia de Dios. El capítulo termina con el texto con el cual Omar habló sobre examiname o Dios si conoce mi corazón. Pero el capítulo comienza con tú me has examinado o Jehová, 139.1. Tú me has conocido. Y los detalles del tiempo se nos fue. Son tremendos. Sentarte y levantarte. En el libro de Job, este texto que llevamos años citándolo, Job en una parte del debate dice no cuenta, él no tiene el conteo, no tiene el número exacto de cada paso. De cada movimiento de mis pies no tiene el registro Dios. Lo Cristo le explicó con cada cabello. Y luego el sentarme y levantarme es la vida cotidiana en toda su plenitud. Y luego, no simplemente a qué horas te duermas o te levantas. Y luego desde lejos los pensamientos. En el versículo 4, ni está la palabra en mi lengua y tú sabes lo que voy a decir, tú la sabes toda. Y detrás y delante, ¿no? Estás, en el versículo 13, impuesto en todos mis caminos, la versión antigua, me rodeaste, me estoy acercado, estoy en la celda bajo su observación 24-7. Y este conocimiento es la base de toda una serie de aplicaciones, llegando hasta el versículo 13, dice que poseíste mis riñones, esa es la palabra en la versión antigua, entrañas que los hebreos usaban para hablar del corazón y la personalidad. Todo esto, tu personalidad fue conocida por Dios antes de que nacieras. Me cubriste en el vientre de mi madre. Y luego viene todo este asunto, uno de los pasajes normalmente citados en cuanto al aborto, en el versículo 15, fui formado, compaginado de los elementos en la biología, en la química, de esos mismos elementos está compuesto la tierra y del polvo saliste en el génesis y al polvo regresarás, ¿no? mi embrión, vieron tus ojos, en tus libros, todo lo que se hizo en cuanto a la formación del niño fue en conformidad con un plan predestinado, predeterminado. Todo el gran paquete está aquí. Así. Ahora el punto es lo siguiente. La gran mayoría de las personas, aun cuando no creen nada de lo que está escrito aquí, están en conformidad con esto. ¿Por qué? Porque hay cosas acerca de nosotros mismos que no nos gustan. Comenzando con el cuerpo, comenzando con la apariencia física, y comenzando con limitaciones, impedimentos, debilidades, incapacidades, lo que llamamos en cuanto a la semblanza física, llevamos años con esta fórmula, tenemos defectos cosméticos. ¿no? Defectos en nuestra apariencia que quisiéramos cubrir usando cosméticos, ¿no? Maquiándonos es lo que quiero decir. La apariencia física. Lo mismo en cuanto a desventajas, debilidades, necesidades. Es todo un gran tema. Fallas, faltas, ¿no? Sin discutir nada de pecados. en nosotros, ¿no? Pero el punto es lo siguiente, el Salmo 139 dice, no, pero Dios te hizo, Dios te formó personalmente, ¿no? En el libro de los Salmos en el Hay una lista de estos textos, no los puedo citar todos, pero todos dicen lo mismo. Mejor doy la cita de Job. Tus manos me formaron, me compusieron, me diste forma, me has moldeado como a barro, ¿no? Como moldeando así de barro una estatua, ¿no? Algo físicamente formado por las manos de Dios. ¿Y todo esto qué quiere decir? Escuchen bien. Que el alfarero divino nos hizo con todo lo que hay en nosotros, desde excelencias, potenciales, hasta defectos y deficiencias y debilidades de todo tipo. Esto es el asunto. No hay nada caprichoso. Esto no le hace a Dios el autor de tus pecados o el culpable por tus inclinaciones pecaminosas. No, esto no lo estamos diciendo. Pero lo que estamos afirmando es que no hay nada caprichoso, arbitrario, accidental en ningún punto. Y lo que sucede es que las personas, el tema aquí es profundo, la mayoría de las personas pasan la mayor parte de su vida tratando de cambiar algo fundamental acerca de su identidad. Puede ser el color de su piel. Puede ser su raza. Puede ser su género. Puede ser algún aspecto de su sexualidad. Puede ser su nivel socioeconómico. Puede ser su país de origen. Puede ser, hasta quisieran borrar la familia en la cual nacieron. No, y hay cantidad de personas que llegan a cierto nivel. Eso está en el mundo artístico, deportivo, de ricos y famosos en todo el mundo. Dicen, no, la familia es desfuncional. Ah, porque resulta que Angela, what is her name here, Jolie, she hasn't talked to her dad for 25 years. No ha platicado con su papá, que es un actor conservador que dice ser cristiano. Buenísimo. Llevan 25 años en donde no han cruzado ni una palabra. como si ella quisiera deshacerse de él. No voy a decir más. Hay cantidad de estos ejemplos en donde están tratando de cambiar algo. Y todos sus años, cuántos años mal gastados, tratando de cambiar algo que no les gusta, que no les parece, que no aceptan. Y el argumento es lo siguiente. Están perdiendo su tiempo. No quieren aceptar la voluntad de su Creador. Están en rebeldía en contra de su Hacedor. Y están tratando de cambiar aspectos que no pueden ser cambiados. De su vida, de su historia, de su trasondo. Lo que Dios dice es, tú tienes que dedicarte a cambiar tu carácter. En el trasfondo, hasta que aspectos del carácter de Cristo sean formados en ustedes, en nosotros estamos sufriendo dolores de parto, dice Pablo. Ah, esto sí, tú puedes cambiar tu carácter por la gracia de Dios. Tú puedes cambiar todo un paquete de tendencias, inclinaciones, pecaminosas. Tú puedes ser, la palabra griega es metamorfosis, transformado. La idea sería como si fueras una criatura diferente de lo que fuiste al nacer, la metamorfosis. Tú puedes ser transformado. Y en este asunto con nuestros hijos, de eso se trata. Esto lo entienden en el mundo de los incrédulos. Aquí está Juanito, sus papás. Juanito será un doctor, ¿no? En ciencias, en medicina, en lo que sea. Y se dedican desde kinder a lo largo de cuantos años de estudios con el sueño de que este Juanito se convierta en el doctor. No voy a decir Simi. que se convierta en el doctor, en la doctora Blanca, así, eso sí. O el doctor Adán, sí, hay varios doctores aquí. Pero, pero, eso, ¿qué van a hacer los padres para transformar a Juanito? Se van a dedicar hasta estudios de posgrado. No, tienen que ir a Harvard a estudiar el doctorado. Y aunque tengamos que vender la casa, hipotecar todo, lo vamos a costear, lo vamos a aguantar. No sé si me explico. Y aquí estamos atrapados, no vamos a llegar a concluir, pero rápido. Si esto, hasta el mundo en converso lo comprende, entonces ¿cómo no lo podemos entender en un sentido cristiano? No, yo no quiero que mi hijo sea el doctor fulano, quiero que sea un creyente. Nada más, ya con eso ya, ya. Y a esto vamos a llegar antes de concluir aquí en unos momentos. Pero hay que aplicar algo de este Salmo 139 a todo nuestro tema. Esto lo volvería a decir quizás de hoy en ocho en el sermón entre comillas navideño. El Salmo 139 afirma que Dios nos conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos. Todo el bien y todo el mal. Cada cualidad, cada característica, ¿no? Lo que ha sido transformado, si somos creyentes, moldeado por su gracia, para que digamos, por la gracia de Dios soy cambiado, por la gracia de Dios soy lo que soy con Pablo, ¿no? Si es algún nivel de fidelidad, es por la gracia de Dios. Si es algún nivel de mantelumbre, es por la gracia de Dios. Si es alguna medida de dominio propio, es por la gracia de Dios. Si esa alguna medida de verdadero amor para con Dios y para con el prójimo es por la gracia de Dios. Todo lo sabe. Dios lo sabe, nosotros lo sabemos, todo el mundo en el contexto cristiano sabe de esto. De igual manera las fallas, los pecados, los temores, las incongruencias, las debilidades, las dudas, las desconfianzas, la falta de fe, la poca fe, la desobediencia. Los pecados de omisión, el que sabe hacer el bien y no lo hace, para esta persona le es pecado, comete pecado al no hacer el bien, estamos pecando todo el paquete. Dios lo sabe. Y nosotros nos preocupamos tanto por esto. No por lo que Dios sabe, sino por lo que los demás pueden pensar en los espejos. ¿Cómo nos pueden juzgar? A veces severamente, a veces más que severamente. Y casi siempre nosotros pensamos, equivocadamente me están juzgando los demás. Puede ser los demás creyentes, puede ser en la iglesia me están mal juzgando. Me tienen tachado de débil, de incongruente, de inconstante, de inestable o peor en la iglesia. Y cuando nos preguntamos, ¿qué tipo de siervos de Dios somos? ¿Qué tipo de testigos? ¿Qué tipo de soldado? ¿Qué tipo de atleta? ¿Qué tipo de mayordomo? ¿Qué tipo de padre? ¿Qué tipo de madre? ¿Qué tipo de esposo? ¿Qué tipo de esposa? Lo que nos interesa es lo que Dios sabe. No que, ah, no, no, no, no es esto de que no seamos falsamente juzgados o acusados o tachados por los demás. No, esto no importa para nada. Es lo que Dios sabe. Es lo que Dios dice. Escuchen el argumento aquí. Dios entiende y sabe todo. No se equivoca nunca. Hasta los motivos del corazón. Hasta los anhelos y deseos de nuestro corazón. Todo lo sabe. Y esto es lo que nosotros vamos sabiendo acerca de nuestros hijos. Pero ahora bien, todo lo que Dios sabe, lo más íntimo de tu ser, no afecta, no disminuye en lo más mínimo, en ningún sentido disminuye su amor para contigo. Esto es increíble. Sabe lo peor. ¿No? De cada creyente. Y esto no afecta, no disminuye en lo más mínimo su amor para con nosotros. El paralelismo aquí es muy importante. Si tú vas llegando a saber de defectos, debilidades o pecados en tu mejor amigo, se va a disminuir tu amor para con esta persona. Hablando de tu pareja. Cuanto más con tus hijos, Pero Dios lo sabe todo, lo peor, su conocimiento de tu egoísmo, de tu soberbia, de tus envidias, de tus celos, de tu hipocresía, de tus incongruencias, de tu desobediencia, de tus sueños pecaminosos, perversos, repugnantes ante sus ojos, todo lo sabe Dios. Y en su amor, lo que 1 Corintios 13 dice, No se rita. No lleva cuentas del mal. No piensa el peor. En su amor, todo lo sufre. En su amor, con todo lo que sabe acerca de cada creyente, todo lo soporta. No deja de ser bondadoso. Nunca hace cosas injuriosas para hacerle daño a ese creyente. No. Todo lo cree, todo lo espera. Todo lo cree. ¿Qué es esto? No lo vamos a discutir. Cree lo mejor porque espera lo mejor. No se da por vencido. No se cansa de aguantar. No se cansa de soportar. No se cansa de perdonar miles y miles de ofensas. Esto es el Padre Celestial con todo lo que Él sabe. Nos ama con un afecto asombroso, inquebrantable, incondicional, que sobrepasa lo que se pudiera imaginar. Es increíble lo de Pedro. Los ejércitos bíblicos aquí todos dicen lo que estoy afirmando. Tres veces me negaste y ahora te pregunto si me amas, Pedro. Y si Cristo no le hubiera buscado a Pedro, les aseguro de que nunca habríamos escuchado ni una palabra más sobre Pedro. Si Cristo lo hubiera cortado, si Cristo, ya basta con esto frente a la niña, me estabas negando, jurando con groserías, diciendo que ni me conoces Pedro. Si Cristo lo hubiera dejado, si no hubiera soportado, si no hubiera aguantado, si no hubiera perdonado a Pedro, Y lo mismo contigo. Lo mismo conmigo. Y lo que estamos diciendo. Vean los paralelismos aquí. Todo lo que se describe aquí. No se irrita. No lleva cuentas. Los padres van aprendiendo. No podemos irritarnos tanto con Juanito. No podemos llevar cuentas miles de veces. Ha hecho lo mismo Juanito. Todo lo tenemos que sufrir. Somos sus padres. Todo lo vamos a soportar. La descripción del amor. Nunca dejaremos. No, se acabó Juanito. Nunca más bondadosos contigo. No, de aquí en adelante nos lo vas a pagar. No, esto no sucede. Y si resulta que Juanito se metió con los narcos, por lo menos su mamá sigue creyendo. Hay esperanza para Juanito. Todo lo sigue esperando lo mejor por amor. Se convirtió Juanito en el hijo pródigo. Y su padre, lleno de dolores de parto, está sentado ahí orando. Le llegan noticias de que este hijo pródigo ya desperdició la clarencia y su padre se pone a orar más. Y cuando alguien llega y dice, ¿creen que viene alguien? Parece ser que es el hijo prádigo. El padre sale corriendo. Es una vergüenza total ante los demás. Sale corriendo. Con sus brazos abiertos. Así. Se nos fue el tiempo. Ahora hay que concluir con esto. Hemos dado aquí el día de hoy simplemente algunos de estos paralelismos en donde hay algo paralelo, algo semejante, algo parecido en nuestra relación con Dios y la relación como padres que tenemos con nuestros hijos. Padre Reyes está encerrado en Almoloya, Juanito, ahora y llegan los medios de prensa. ¿Qué piensas de tu hijo? Ahí está llorando la pobrecita diciendo, yo creo que se va a arrepentir. amando a su hijo. El paralelismo, ¿no? Como Dios ama a sus hijos. Ah, el problema aquí es que no todos son sus hijos, no todos son sus hijas, no todos tienen el espíritu de adopción, no todos se acercan a él como su padre celestial, son sus enemigos declarados, ¿no? Esto lo sabemos. Pero para concluir, les pido perdón, esto ya se ha arreglado. Hay que terminar con esto. Esto lo comenté en uno de los primeros estudios en esta miniserie. Terminamos, habiendo ilustrado el tema ya con estos paralelismos, con lo siguiente. Como padres no sabemos cómo amar a nuestros hijos. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y el aspecto más misterioso de todo esto es como padres no sabemos cómo amar a nuestros hijos. Y las pruebas de esto son muchísimas. ¿Cuántos ejemplos tenemos de padres que no aman a sus hijos? Lo comenté, creo, en este sermón. Son literalmente cientos de miles de menores de edad. Y yo estoy hablando de 15 para abajo. La mayor parte son de primaria para abajo, que han cruzado la frontera norte. Ah, pero primero cruzaron la frontera sur de México. entregados a los brazos no tan solo de traficantes, no tan solo de narcos, sino de redes que se dedican a abusar de menores de edad, cientos de miles. Una de las demandas en el Congreso nuevo es en contra de Biden. La demanda dice el presidente de los Estados Unidos es socio y cómplice. con estas personas y si nunca lo han escuchado, hay acusaciones de abuso de menores en contra de Biden a lo largo de su vida, incluso de su hija adulta. Para los que piensan, no, esto es invento de los conservadores. Pero mi pregunta con la administración es, ¿pueden amar estos padres a sus hijos? Si los entregan a abuso físico, sexual o emocional, si dejan que sean explotados o vendidos en la esclavitud sexual, de eso estamos hablando. Y estos millones de abortados, millones de abandonados, De igual manera con todos los que no son disciplinados. El texto que habíamos citado, el que detiene el castigo, la disciplina de su hijo, porque lo aborrece, dice Proverbios 13. No corregir al niño es aborrecerlo, es no quererlo. Porque el Señor al que ama, disciplina y azota. Hebreos 12, 6, ¿no? Entonces, el punto, no sabemos cómo amar a nuestros hijos. Y aún cuando comencemos a tratar de hacerlo, lo que vamos descubriendo es, hay cosas en nuestros hijos que no nos gustan. Esto es el Salmo 139. Hay cosas, puede ser en su apariencia física. Puede ser, no, los dones de este Juanito son, parece que son poquititos, sus talentos, sus capacidades. Puede ser que no queríamos a un niño, queríamos a una niña. Pues a lo mejor hoy en día Juanito puede convertirse en Juanita, no voy a decir más. Pero el punto, cosas que no nos gusten en nuestros hijos, porque no nos deja escoger. No, se nos entrega Dios estos hijos como prestados para que aprendamos a amarlos por vida. Esta es la tarea. Llevo años haciéndolo. Esta es la más difícil tarea que hay en el mundo. Créeme, esto es el asunto aquí. Tú no escogiste ninguno de estos pequeños humanamente hablando, nada. Dios te los entregó. Dios te los prestó. Y el amor para nuestros hijos siempre hasta cierto punto. será un amor desigual. Es tan solo si estos niños, ahora grandes de edad, lleguen a cuidarnos a nosotros en la tercera edad, prestándonos a nosotros la atención, la ayuda, dándonos de comer, ayudándonos a ir al baño, ayudándonos a meternos en la regadera, y ayudándonos a caminar, y llevándonos por todas partes, como ya niños grandes tan solo así nos pueden devolver una parte de este amor desigual. Desigual quiere decir que en su inmadurez emocional, intelectual o física nuestros niños no van a devolvernos. Es una mínima parte. de este amor que les hemos mostrado. Tendremos que sufrir y aguantar con unanimidad y con paciencia, esperando llegar el día cuando se nos acercan y nos abrazan para darnos algo de acciones de gracias, diciéndonos que nos aman a de veras ahora, que nos quieren tanto. Pero por cuantos años, cuantos años, muchos años, Vamos a estar esperando para que aprendan a devolvernos algo de este amor. Después de que tuvimos que enfrentarnos con su egoísmo, enfrentarnos con sus pecados, enfrentarnos con su narcisismo, enfrentarnos con todo lo que no nos gusta en su personalidad, llegaremos quizás algún día En la medida que vemos por los dolores de parto que Dios comienza a cambiar a nuestros hijos. Con razón la descripción de este amor. Todo lo cree, todo lo espera, todo lo sufre. Y lo que hemos dicho aquí es dolores de parto dos veces. dos veces. Es lo que vamos a sufrir si somos padres cristianos dos veces dolores de parto. Primero con su nacimiento físico, segundo para que sean convertidos. Ahora termino con lo siguiente. Los aspectos de este amor los estoy Resumiendo, con las referencias a 1 Corintios 13. Pero van por este camino, son cuatro puntos. Primero, amamos a nuestros hijos con un amor incondicional, es lo que hemos estado diciendo. Tal como Dios nos ama incondicionalmente como creyentes en Cristo. Y luego vamos con el paso del tiempo amándolos con un amor de complacencia. ¿Qué es esto? Estos son los dos aspectos, el amor de Dios. Un aspecto es incondicional, el otro es de complacencia. Amaban a Juanito cuando hacía sus berrinches. Ahora ya no hace berrinches. Ahora Juanito ya se convirtió en el médico que estaban esperando que llegara a ser. Y ahora Juanito regresa a casa Para tan solo, a cada oportunidad, darles las gracias a sus padres. Y hay un amor de complacencia, de satisfacción en los padres de Juanito. Es un gran tema. Y tercero, un amor correctivo disciplinario. Como vamos a ver, por lo menos uno o dos estudios, vamos a meternos en esto. La disciplina formativa y correctiva. Un amor. de disciplina. ¿Y todo con el fin de qué? De que conozcan el amor de Dios, de que sean hijos de Dios, de que tengan el espíritu de adopción que no vamos a ver el día de hoy en relación con el Padre Celestial. Y si esto sucede, voy a decirlo, les aseguro de que si tus hijos son convertidos, si tus hijas son convertidas, en alguna medida se van a convertir en tus mejores amigos en este mundo. Así va a terminar este asunto. Ya no van a ser simplemente hijos, hijas. Ya no va a ser simplemente padre, la relación paternal. Va a ser lo que sucede en todo este asunto, ¿no? Amigos. Mejores amigos. Hemos dado una vuelta aquí para plantear el tema. Luego vamos a ver detalles. ¿Qué sabes tú de esto? Tu relación con tus hijos. Yo llevo años, yo soy enemigo, créanme. No es porque soy gringo. No es porque la diferencia de culturas que hay en estos países. Yo soy enemigo de esos padres que llevan toda su vida consentiendo a sus hijos en todos sus pecados creyendo que eso es el amor, creyendo que eso es lo que significa amar a sus hijos. Eso es aborrecer a sus hijos. Porque si el resultado de esto es que no son ahora ni nunca llegan a ser convertidos. Dios tendrá la última palabra. No tienes que creerme a mí. Puedes pensar, no, este gringo ya nos está juzgando con nuestra cultura mexicana. No, esta cultura está en todo el mundo, de consentir, de apapachar, de no disciplinar. Pero peor, no procurar que nazcan dos veces nuestros hijos. Esto es tu tarea de por vida, papá, mamá. Esto es la única tarea que importa en esta relación con tus hijos. que tú seas el instrumento de haberlos traído al mundo físicamente y luego el instrumento para que conozcan a Dios y nazcan por segunda vez y vivirán para siempre contigo en la casa del Padre Celestial. Padre te damos las gracias por tu palabra pidiéndote que no te vuelva vacía. Le rogamos por cada padre, cada madre, y aún por los que no tienen hijos presentes aquí, para que en estos paralelismos entiendan que Dios nos está enseñando a todos la misma cosa. Te pedimos por la madre que lucha como ama de casa, con un caos, si tiene dos o tres ciertas etapas de la vida, vive en un caos, vive acobiada, vive cansada, vive a veces sentiéndose desesperada por lo que ve, por lo que hay en sus hijos, en sus hijas. Te pedimos por cada padre que se dedica a trabajar, a luchar, a regresar a casa para pagar lo necesario, lo indispensable, proveyendo para los suyos en amor, acabando con su salud, trabajando hasta la vejez. Por cada padre, cada madre, todos los que están aquí, con esperanza de que pronto nazcará su primer bebé o los que ya tienen uno, dos o más. Te pedimos que nos ayudes a sacar gran provecho de esto. Y hacer tus instrumentos para procurar la salvación de los nuestros. Te lo rogamos en el nombre de Cristo Jesús. Amén.
Tu ID Matrimonio e Hijos 11
Series Tu Identidad
La obra que Dios realiza en nuestras vidas a través de la relación entre padres e hijos...
Sermon ID | 1228222353202304 |
Duration | 1:32:05 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Malachi 4:5-6 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.