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hoy vamos a empezar una una pequeña serie vamos a orar entregándole este tiempo al señor y pidiéndole que él nos ayude que nos dé gracia señor te damos gracias gracias por la iglesia gracias por tu palabra gracias por la obra de tu espíritu obrando en creyentes para santificación Señor muchos estamos con la mente, con muchos asuntos ocupando la mente, algunos con agotamiento físico, Señor ruego que Tú estés ayudándonos a prestar atención a lo que Tú nos enseñas, a lo que Tú nos estás mostrando Señor, ruego que realmente Tu gracia nos sostenga, Tú nos ayudes a comprender Tu Palabra, a tener ese enfoque bíblico, señor, a ir creciendo en el enfoque bíblico. Te ruego para que me des la gracia también para la exposición. Y en mis hermanos, señor, ruego también la gracia para poder prestar atención a tu palabra, señor. Que tú seas obrando con tu palabra de principio a fin, en el nombre de Jesús. Amén. En sus boletines tienen el título de nuestro sermón, Más allá de uno mismo, el impacto en la Iglesia del individualismo excesivo. Y esto formará parte de una serie donde estaremos abordando la contracultura, la Iglesia en el mundo o el mundo en la Iglesia. ¿Por qué? Porque en un sentido, perdón, en varios sentidos, Cuando nosotros nos volvemos al Señor nos damos cuenta que hay cosas que creíamos mal, sí, que pensábamos mal, y Dios nos ayuda en su gracia a comprender, por ejemplo, que la salvación no es por obras que nosotros podamos hacer, que nosotros en un sentido no nos podemos ganar el cielo, ¿no? Y tendemos a corregir a las personas, a decirles eso, a transmitir eso. Y así, a lo largo de nuestra vida cristiana, el Señor nos va mostrando áreas donde nosotros debemos ir trabajando, como por ejemplo en la familia, en los matrimonios, en nuestro rol de padres, de hijos, de esposos. Pero lo cierto es que hay una batalla cultural muy fuerte, donde constantemente somos bombardeados por ideas y pensamientos que lo que quieren es, sí, adoctrinarnos. Y eso se ve en los colegios, se ve en las universidades, en cualquier otro entorno se logra ver esto. Hay cuestiones de las cuales nosotros nos damos cuenta, nos percatamos o nos informamos, pero hay áreas también que probablemente no nos percatamos. Por eso que sentí la carga de compartir esto, porque entiendo también que es algo que primero debo de trabajar en mí, obviamente, pero que también es pertinente que como iglesia podamos considerar. El primer punto de nuestro Boletín, señor, ¿se titula La Iglesia en el Mundo o El Mundo en la Iglesia? La importancia de reflexionar en esta pregunta. Los cristianos debemos de considerar seriamente las implicaciones de las palabras de Jesús cuando Él oraba diciendo, no somos de este mundo. ¿Recuerdan cuando Jesús estaba, si me acompañan con sus Biblias, Juan 17, el Evangelio de Juan, capítulo 17? Jesús está orando por lo que se le viene, sí, lo que se le viene no solamente a él, sino también a sus discípulos, y les dice, y está orando, y en medio de la oración dice, yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado. Juan 17, verso 14. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo como tampoco yo soy del mundo. No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo como tampoco yo soy del mundo. Vean, esta idea es repetida dos veces. Santifícalos en la verdad, tu palabra es verdad. Los cristianos debemos considerar seriamente las implicaciones de las palabras de Jesús cuando dice que no somos de este mundo. La pregunta es si eso afecta a la forma en que nosotros estamos viviendo y cómo nos relacionamos con el mundo y cómo nos relacionamos con la iglesia. creo que no hemos reflexionado lo suficiente en la importancia de tener cada vez una cosmovisión cristocéntrica. Y esto hasta se vuelve un eslogan. Escuchas mucho, un tiempo escuchabas en las iglesias o en entornos cristianos hablar de sana doctrina, y resultaba que incluso a personas que se denominan así mismo apóstoles, están diciendo que promueven la sana doctrina. Y así también muchos se llenan la boca diciendo que somos cristocéntricos. La pregunta es si realmente somos cristocéntricos en lo que abordamos nuestra vida, en nuestra fe que profesamos y en la forma en que vivimos. Y esto obviamente es afectado por la cosmovisión que tenemos. Obviamente hay muchas cosas que no van a cambiar de la noche a la mañana. No debemos ser ilusos, pero sí que deberíamos ir creciendo en esto. conforme a cómo vamos madurando en la fe. Nos podemos llenar la boca de decir que ahora somos cristianos, que no nos inclinamos ante estatuas de yeso, que adoramos al único Dios vivo y verdadero, que la salvación no es por obras que nosotros hagamos, sino que es por gracia, por poner nuestra fe en Jesús y por la obra que Él ya echó en favor de sus escogidos. Pero también es cierto que la iglesia cristiana, especialmente contemporánea, y especialmente la iglesia occidental, en el ánimo de querer alcanzar al mundo, más bien ha ido cediendo terreno en áreas que no debería haber cedido terreno. Porque como dice Jesús, Él no le pide a Dios Padre que nos quite del mundo, sino que nos guarde del maligno. La oración de Jesús va en el sentido de que seamos santificados en la verdad de su palabra. y que como iglesia podamos resplandecer en un mundo de tinieblas, donde los valores, los principios son en muchas ocasiones contrarios a los de la palabra. Son frecuentes los recordatorios de que como creyentes, al ser parte de la familia de Dios, hemos sido santificados, hemos sido apartados para Dios. Ya no somos de este mundo, sino que somos extranjeros, que somos peregrinos, que nuestra ciudadanía está en los cielos. Si me acompañan con sus biblias, por favor. Filipenses 3.12. Filipenses 3.12. No que ya lo haya alcanzado, que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fue alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago, olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que todos los que somos perfectos tengamos esta misma actitud. Y si en algo tenéis una actitud distinta, eso también os lo revelará Dios. Sin embargo, continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado. Verso 17. Hermanos, sed imitadores míos y observad a los que andan según el ejemplo que tenéis en nosotros. Verso 19. Cuyo fin es, perdón, verso 18. Porque muchos andan, como os he dicho muchas veces, y ahora os lo digo aún llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo. Verso 19. Cuyo fin es perdición. cuyo Dios es su apetito y cuya gloria está en su vergüenza, los cuales piensan sólo en las cosas terrenales. Verso 20, porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, al Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria. por el ejercicio de poder que tiene aún para sujetar todas las cosas a sí mismo. Nuestra ciudadanía está en los cielos. Acompáñenme con sus Biblias a Primera de Pedro, capítulo 2. Primera de Pedro, capítulo 2, verso 11. Primero de Pedro, capítulo 2, verso 11. Amados, os ruego como a extranjeros y peregrinos que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma. Mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnean como malhechores, ellos por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación. Verso 15. Porque esta es la voluntad de Dios, que haciendo bien, hagáis enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos. Andad como libres, pero no uséis la libertad como pretexto para la maldad, sino empleadla como siervos de Dios. Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al Rey. Repito el último verso que hemos leído, honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios. Otra vez, ya no somos de este mundo que si no somos extranjeros en este mundo, somos peregrinos. Y a veces escuchaba el consuelo para algunos, decían, sí, ya no somos de este mundo, pero es que todavía vivimos en este mundo. Como si eso implicaría que nosotros nos nacionalicemos otra vez de este mundo. Peregrino es aquel que anda por tierras extrañas. Es decir, ya no está en su nación, sino que más bien está en tierra extranjera. Por tanto, debe andar con cuidado. Más aún, sabiendo que somos llamados embajadores y que estamos representando a nuestra nación. En nuestro caso, la ciudadanía celestial. Estamos representando al rey. Somos embajadores del reino de Dios, pero muchas veces parece que por los afanes de este mundo, los afanes nos seducen. Los afanes nos distraen. Y en vez de que nosotros vayamos al mundo para hacer luz y sal, hemos hecho que el mundo entre en las iglesias. Y ojo, yo sé que varios en este punto pueden pensar y decir, ah, sí, conozco iglesias que se han vuelto tipo discotecas y cosas así, o donde se dice, enseña este u este otro. En este caso, no solamente estoy hablando de falsos pastores, de sectas, de falsas iglesias, sino de iglesias que en algunos casos, poco a poco, como en algunas de las iglesias relatadas en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, han cedido ante el mundo, queriendo hacerse como iglesias locales más amigables para el mundo, pero sacrificando la esencia misma del Evangelio o la columna principal de la palabra de Dios. En otras palabras, queriendo conciliar lo que es irreconciliable, queriendo hacer compatible lo que es incompatible, han terminado cediendo ante el mundo. Y esto no solamente es una responsabilidad de aquellos que enseñan, de aquellos pastores que enseñan, sino del cuerpo de la iglesia, de la membresía. En vez de que las iglesias iluminen el mundo con la luz de Cristo, el mundo ha entrado en las iglesias, socavando la autoridad infalible de la palabra, diluyendo los mandamientos bíblicos, diluyendo los principios bíblicos, hasta llevarlos a simples valores éticos. Pero en ese punto, los mensajes, porque estás diluyendo, estás sacando lo esencial, lo que distingue, lo que diferencia a las iglesias. Por tanto, ¿qué queda? Si solamente son valores éticos, probablemente los mensajes van a ser semejantes a los de cualquier elocuente orador impío, porque está sacando la sustancia. Dios, en su misericordia, va abriendo los ojos de creyentes, haciéndolos volver al Evangelio verdadero, volviendo a las bases fundamentales de la fe, como son la autoridad inspirada, infalible, inerrante, lo que decimos generalmente en la declaración antes de empezar con el sermón. Autoridad infalible, inspirada, inerrante, viva, pertinente, eficaz de la palabra de Dios, cuyas verdades son innegociables, son absolutas, son eternas, son aplicables a toda situación práctica de la vida, no sólo en el contexto en la época de Jesús hace dos mil años, sino ahora casi a fines del 2023. Y parte de este mover, de este obrar de Dios es lo que tiene que ver con la fe reformada que Dios ha obrado en Latinoamérica en estos tiempos recientes de la cual probablemente nosotros somos parte. Gracias a esta misericordia de Dios, muchos hemos caído en cuenta de las implicaciones del Evangelio en nuestras propias vidas, de cómo obra la soberanía de Dios sobre todo, de nuestra responsabilidad, de su eficacia en su obra, y podríamos ir pensando cada uno en áreas que Dios nos ha ido abriendo los ojos. Sin embargo, todavía hay áreas que debemos trabajar y cambiar en el Señor, áreas en las que hemos permitido que la cultura de este mundo, que la cultura que este mundo promueve, penetre en la Iglesia. Resultado, trayendo vicios de nuestra vida anterior sin Cristo a la Iglesia de Cristo, pero que son muy propias de este mundo caído. y que además son ampliamente fomentadas por la cultura actual. Podríamos pensar en cosas tan sencillas de identificar como el chisme, la murmuración, el feminismo, la manera de afrontar o no afrontar los conflictos interpersonales, o lo que lleva el tema de hoy, el excesivo individualismo, aunque seguramente podríamos hablar de otros puntos más. ¿Pero qué dice la Palabra? ¿Será que la Iglesia debe acomodarse los tiempos sacrificando lo esencial? Romanos 12, 1. Este pasaje que probablemente muchas veces lo hemos leído. Romanos 12, 1 en adelante. Por consiguiente, hermanos, Os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Verso 2. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente. para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, aceptable y perfecto. Verso 2, otra vez repito. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente. Hoy, precisamente vamos a considerar ese mal que aqueja, carcome, debilita y hasta divide la iglesia del Señor. El individualismo excesivo. Siguiente punto. cuestión de colectivismo o de individualismo. Gran parte de este punto lo consideré a partir de un artículo bastante atinado del sitio web GotQuestions, que es algo así como ¿tienes preguntas? y a que éste aborda este punto. Según este sitio web, se puede definir el individualismo como colocar los intereses del individuo por encima del grupo. En cambio, la idea de colectivismo es que las necesidades del grupo prevalecen sobre las de cada persona. Hay culturas enteras que tienen una inclinación hacia una de estas dos filosofías. Por ejemplo, los Estados Unidos históricamente han promovido el individualismo, mientras que la cultura de Corea del Sur se inclina más hacia el colectivismo. La pregunta es, ¿uno es mejor o peor que el otro desde un punto de vista bíblico? ¿Qué es lo que nos interesa? Y la respuesta no es un simple, así ha dicho el Señor. La verdad es que la Biblia nos va a dar ejemplos de uno y de otro, de individualismo y de colectivismo. El individualismo se centra en hacer lo que sea mejor para mí, independientemente del efecto que pueda tener sobre el grupo. El colectivismo se enfoca en hacer lo que sea mejor para el grupo, sin tener en cuenta los efectos que pueda tener sobre las personas dentro de cada grupo. Desde una perspectiva bíblica, ninguna de estas dos ideologías, cuando se lleva a cabo en toda su extensión, va a ser lo que Dios quiere. Vamos a ver algunos ejemplos. que están en la Biblia, ¿no? Juan once cuarenta y nueve, los voy a leer rápido, así que tal vez solamente anotas el pasaje. Juan once cuarenta y nueve cincuenta. Pero uno de ellos, Caifás, que era un sumo sacerdote ese año, les dijo, vosotros no sabéis nada, ni tenéis en cuenta que os es más conveniente que un hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca. Este pasaje que acabamos de leer muestra un ejemplo de pensamiento colectivista, ¿no? Es mejor que esta persona sea sacrificada y no que todo el pueblo sea sacrificado. Otro pasaje, y especialmente vamos a encontrar mucho de esto en el libro de Hechos con la Iglesia Primitiva, Hechos 2, 44-45. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común. Vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos según la necesidad de cada uno. Y aquí, ¿de quién está hablando? De la iglesia del Señor. Hechos 4.32 en adelante. La congregación de los que creyeron eran de un corazón y un alma, y ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y abundante gracia hacia sobre todos ellos. No había pues ningún necesitado entre ellos porque todos los que poseían tierras o casas las vendían, traían el precio de lo vendido y lo depositaban a los pies de los apóstoles y se distribuía a cada uno según su necesidad. Como acabamos de leer en la Iglesia Primitiva en Jerusalén, los hermanos reunían sus recursos y daban a los necesitados, a los hermanos necesitados de la iglesia para que a nadie le faltara nada. O, por ejemplo, en 2 Corintios 8, 12 al 14, que igual lo pueden anotar, no lo voy a leer, Pablo le anima, no obliga, anima a la iglesia de Corinto a dar financieramente a la iglesia de Jerusalén. Por si acaso este era un asunto de elección, no de obligación. Entonces vemos en estos pasajes un enfoque, una idea colectivista. Pero también vamos a ver el valor del individuo en la Biblia. Por ejemplo, en las parábolas, no en Lucas 15, Jesús va a narrar la parábola de un pastor que va a dejar al rebaño en busca de qué? De la oveja perdida. Después de eso, vamos a encontrar otra palabra donde se habla de una persona que pone su casa de cabeza para encontrar una moneda perdida. Ahí ya también cuál es la idea, el pensamiento, el valor del individuo. Y en esos dos, por lo menos en esas dos parábolas, se encuentra el valor de Dios, que Dios coloca a la persona por encima incluso de un grupo. Entonces, como podemos ver, no es tan fácil como decir yo abrazo el colectivismo y siempre el grupo por encima del individuo, o al contrario, siempre el individuo por encima del grupo. Es más, algunos tomando estas ideas de individualismo y de colectivismo han propuesto incluso sistemas sociales. Probablemente es la primera vez que has escuchado de ideas como el colectivismo como tal, pero con toda seguridad has escuchado de estas propuestas sociales que tienen que ver con la parte ideológica, con la parte política, como son el capitalismo y el socialismo. Cada una de esas va abrazando más lo que es al individuo y los intereses del individuo, o por el contrario, el área grupal. Pero ambas la abrazan y se van a los extremos. Porque, por ejemplo, en el socialismo ya no es voluntario, sino es coerción, es obligación. Ya no es que te naces, es que tienes que hacerlo. te guste o no te guste, estés de acuerdo o no estés de acuerdo. Y es tan interesante como por desconocimiento y a veces por las pasiones de nuestro corazón, hay creyentes que abrazan más estas ideologías y que se enamoran tanto de estas ideologías políticas o sociales y que las abrazan más aún de lo que la Biblia enseña. Y son más capitalistas que cristianos o son más socialistas que cristianos. ¿Por qué otra vez estos dos son extremos? La pregunta entonces es ¿Cuál es la respuesta bíblica? Mateo 6.33 Tal vez para algunos cuando he dicho Mateo 6.33 inmediatamente ha venido a la mente incluso tal vez repetir el versículo de memoria. Pero buscad primero su reino y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas. Esta es una verdad importante. Lo que Dios quiere es lo que es mejor para Dios y su reino, considerando que Dios ha creado todo para su propia gloria. Isaías 43, 7. a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho. La Biblia es clara cuando se refiere a la importancia de velar por la comunidad de creyentes. No se trata de abrazar el colectivismo o el individualismo como forma de vida. sino de hacer que el reino de Dios se extienda en nuestras vidas y en nuestra comunidad de fe. La importancia es crecer en el reino de Dios. Por tanto, buscaremos primero que Él gobierne nuestras vidas, que el reino de Dios se expanda, se extienda, y que su voluntad prevalezca incluso por encima de nuestra voluntad. Cuando Dios es glorificado, todos se benefician, las personas y el grupo. Otra vez cito el artículo del sitio web gotquestions.org. Dios valora tanto al individuo como al colectivo. En realidad, la Biblia no aboga ni por el individualismo o el colectivismo como la ideología correcta. Por el contrario, ofrece algo totalmente distinto. como se ilustra en la descripción del cuerpo de Cristo que está en primera de Corintios 12. Vamos a pasar a ese pasaje, ese pasaje es muy importante para lo que estamos viendo. Primera de Corintios 12. Primera de Corintios 12, porque así como el cuerpo, desde el verso 12 voy a leer. Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo. Así también es Cristo. Pues por un mismo espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, y a judíos o griegos, y a esclavos o libres. Y a todos se nos dio a beber del mismo espíritu. Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si el pie dijera, porque no soy mano, no soy parte del cuerpo, no por eso dejará de ser parte del cuerpo. Y si el oído dijera, porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato? Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó. Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Y el ojo no puede decir a la mano, no te necesito. Ni tampoco la cabeza, los pies, no os necesito. Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios. Y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a estas las vestimos con más honra. De manera que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más honroso. ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella, a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros. Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él. Y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno individualmente un miembro de él. Como se ilustra en la descripción del cuerpo de Cristo en primera de Corintios 12, el pasajo que acabo de leer, Pablo nos dice que los creyentes sean como las partes de un cuerpo donde cada uno desempeña un papel muy importante y que es vital para el éxito del cuerpo de Cristo. Las distintas partes de un cuerpo funcionan sólo cuando son una parte de todo el cuerpo. Es decir, no hay un pulmón funcionando solito fuera del cuerpo. Un pulgar puede hacer cosas que ninguna otra parte del cuerpo puede hacer, pero sólo cuando está conectada a la mano. Asimismo, el cuerpo en general es un organismo impresionante, pero sólo cuando todas las partes son atendidas de forma individual. Otra vez, por tanto, no es tan fácil como decir yo abrazo el individualismo o yo abrazo el colectivismo en toda su extensión, porque ninguno de esos extremos es bíblico. Como ya dijimos antes, lo bíblico es lo que Dios quiere, lo que es mejor para Dios y su reino. Considerando que todo ha sido creado para la gloria de Dios, no nuestra gloria. Entonces ya sabemos que es algo de cuidado, no es una respuesta superficial, sin pensar, sin reflexionar. Pero además debemos ponernos a pensar qué es lo que la cultura promueve en la actualidad. Y es interesante cómo élites socialistas en la actualidad, incluso gobiernos de turno, promueven en la cultura, no el socialismo, sino el individualismo. Y esto con un propósito, de dividir a las personas y que no haya una unidad de propósito de grupo. Por eso es que en esos lugares muchas veces incluso las iglesias cristianas son prohibidas, porque hay un propósito de grupo. Porque en el individualismo cada uno va a estar velando por sí mismo. Por tanto, las personas van a ser más manejables. No sé si a ti te han enseñado, cuando te han mostrado el tema del trabajo en grupo, te han hecho la dinámica de los palitos de fósforo, ¿no? Donde te dan un palito y te dicen quebralo, y tú agarras y lo quiebras con facilidad. Pero después te dan un grupo, todo unido, amarrado, y te dicen quebralo, partilo, y tú intentas partirlo y te va a costar. No, no lo vas a poder hacer. Porque hay una estrategia famosa que se ha usado en guerras, se ha usado en todo, que es divide y vencerás. y esta estrategia incluso mencionada en la Biblia. La cultura actual intencionalmente va a promover, y no sólo a nivel de valores, sino más bien a un nivel mucho más profundo. Hablamos de cosmovisión bíblica, pero a ese mismo nivel va a ser promovido como filosofía de vida, como algo de supraimportancia, el amor propio. Yo me animaría a decir que el 80% de los famosos coaches que hoy en día están dando talleres, capacitando a niños, a jóvenes y adultos, en todos los círculos, en círculos académicos, en círculos empresariales, están hablando de esa importancia de amarte a ti mismo, a nivel de filosofía de vida. Niños, jóvenes que están acá, probablemente están siendo bombardeados por esto. Un amor propio donde te dicen que lo más importante es que te ames a ti mismo. Por encima del amor que le puedas tener a tu pareja, a tus hijos, es el amor propio. Por encima del amor que le puedas tener a Dios mismo. Añadamos un ingrediente más. Debemos de considerar que el ser humano, a partir del pecado original de Adán y Eva, y que el pecado se ha introducido en él, es decir, tiene naturaleza pecaminosa, va a tender a ser egoísta, va a tender a pensar en sí mismo. Quita ese ingrediente y nos habríamos ahorrado muchas guerras entre países, entre naciones. Quita ese ingrediente y nos habríamos ahorrado muchos asesinatos, muchos robos, muchos divorcios. Entonces veamos el escenario completo. Por naturaleza el ser humano es egoísta. Tiene un alto amor propio, por más que lo disfracemos de muchas cosas. Lo cierto es que el ser humano se ama más a sí mismo que a Dios y a su prójimo. Y para colmo ahora, la cultura actual promueve a nivel de filosofía de vida ese individualismo. Por tanto, es demasiado pertinente preguntarnos qué es lo que Jesús ha enseñado como prioridad. ¿Y cuál debe ser nuestra meta? Ya hemos hablado, ¿no? Es el reino de Dios. Pero acá otra vez podemos caer en una pseudo espiritualización de esto y creer que solamente se trata de mí y Dios. Cuando le preguntan a Jesús cuál es el más grande de los mandamientos, ¿qué es lo que Jesús ha respondido? ¿Lo ha resumido en un solo mandamiento? ¿Por qué? ¿Por qué Jesús no podía resumirlo en un solo mandamiento? ¿Por qué no solamente podía decir que ames a Dios por encima de todo? Mateo 22, 36, 39. Si estás tomando apuntes, anótate este pasaje. Mateo 22, 36 al 39. Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? Y Él le dijo, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento, y el segundo es semejante a este, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Este versículo da por sentado el amor propio, el amor a uno mismo. Porque con la entrada del pecado, y esto ya hemos hablado, el hombre se va, a partir de que se ha apartado de Dios, se va a buscar apartar de la voluntad de Dios y va a buscar hacer su propia voluntad. El ser humano ha intentado por todos los medios hacer su propia voluntad, buscar sus propios intereses con fines egoístas. En otras palabras, aunque suene duro, es ser su propio Dios. Como dijimos antes, muchos conflictos se habrían evitado en matrimonios o incluso guesos entre naciones si no habría este ingrediente, esta sobreabundancia de amor propio. Jesús nos dice que tanto como nos amamos a nosotros mismos, debemos amar a nuestro prójimo. Por tanto, considerando la importancia individual de las personas, nuestra mayor lucha en la actualidad es, sin dudas, el abrazar el excesivo individualismo. Niños, jóvenes, adultos, adultos mayores han sido afectados por abrazar a diferentes niveles el individualismo. Y la verdad es que debemos partir considerando esa realidad. Cuando haces por ejemplo análisis empresarial o cualquier tipo de análisis organizacional, siempre partes de un diagnóstico. Igual cuando vas al médico, primero que hace el profesional, diagnostica cuál es tu situación actual. Pues bueno, ¿por qué hemos hablado de todo eso? Porque queríamos mostrar desde dónde estamos partiendo. Cuál es nuestra situación actual. Pero a la vez también debemos ver cuál es nuestra situación actual y a la vez cuál es nuestra meta. para que podamos avanzar contra la cultura. Y no más bien que nosotros hagamos lo que es más fácil, lo que es más natural para nosotros, arrastrar la cultura a la iglesia. Tercer punto. Más allá del yo, las repercusiones del excesivo individualismo en la vida cristiana. La pregunta que ahora hacemos es, ¿cómo afecta este individualismo excesivo en el creyente y cómo afecta en la iglesia? Otra vez tomando las dos dimensiones, la parte individual y la parte colectiva. Vamos a pasar por varios pasajes, especialmente del libro de Gálatas. Primero por Gálatas 6, y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, cegaremos. Así que entonces hagamos bien a y especialmente a los de la familia de la fe. Otra vez leo el verso 10. Hagamos bien a todos según tengamos oportunidad y especialmente a los de la familia de la fe. Hermanos, tal vez no tan conscientemente, pero como dijimos en los anteriores puntos, hemos permitido que la filosofía humanista entre en las iglesias. La gran mayoría de nosotros hemos llegado a la iglesia con la expectativa de lo que la iglesia nos puede dar. Y precisamente incluso la razón para escoger una iglesia muchas veces es lo que la iglesia me puede dar. No es que en esa iglesia no me siento bien, es que en esa iglesia esto, es que en esa iglesia este otro. Lo que estoy recibiendo de la iglesia, como si esto fuera un mero asunto transaccional. No es que como tanto estamos todo el tiempo en comerciar cosas, en transacciones, entonces creemos que esta es una transacción más. El creyente da su presencia, o en algunos casos su ofrenda, y la iglesia le hace sentir bien, le hace sentirse amado, le hace conocer más la Biblia, y hasta cierto punto esto es comprensible. Es comprensible que en un principio eso esté en nuestra mente. Lo que no debemos permitirnos es quedarnos con eso en la mente a medida que vamos creciendo en la fe. No es un tema transaccional. Cuando por medio de Cristo hemos nacido de nuevo, se entiende que nuestro enfoque ha cambiado. Nos hemos vuelto de nosotros mismos a Dios. Eso tiene que ver con las raíces del Evangelio. Volvernos de nosotros mismos a Dios, eso lo escuchamos muchas veces en nuestra iglesia. Ahora debemos esforzarnos por someter nuestra voluntad a la voluntad de Dios. Y más que de nosotros, se trata de Cristo y su cuerpo, de la cual nosotros somos miembros. Ahora sí, vamos a recorrer varios pasajes de Gálatas. Acompáñenme, por favor. Gálatas 2, verso 20. Gálatas 2, verso 20. Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino Cristo vive en mí. Y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la ley, entonces Cristo murió en vano. Otra vez, verso 20. Y ya no soy yo el que vive, sino Cristo vive en mí. Gálatas 3, 27. Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido. No hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Gálatas 4.8. Pero en aquel tiempo, cuando no conocíais a Dios, erais siervos de aquellos que por naturaleza no son dioses. Pero ahora que conocéis a Dios, o más bien que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis otra vez a las cosas débiles, inútiles y elementales a las cuales deseáis volver a estar esclavizados de nuevo? Gálatas 5.3. Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados. Sólo que no uséis la libertad como pretexto para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os devoráis unos a otros, tened cuidado, no sea que os consumáis unos a otros. Este pasaje que acabamos de leer es muy fuerte, sin duda lo vamos a volver a considerar. Gálatas 6.2. Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Cito a José Lomercado. Ya no somos solo seres individuales y sin dirección en esta vida, sino que ahora somos parte de un pueblo que vive bajo el Señorío de Cristo y nuestras vidas están sometidas a él. Gran parte de este sometimiento y la afirmación de nuestro estado como redimidos se refleja en nuestro compromiso hacia la comunidad de creyentes. Así vamos en contra del espíritu de individualismo que permea en nuestra sociedad. Eso es una vida centrada en el Evangelio y al servicio de Dios. Obviamente para esto incluso debemos llegar al punto de partida que es el Evangelio. Tengo comprensión del Evangelio, entiendo esa dimensión, entiendo que el Evangelio implica e involucra a la Iglesia, porque al nacer de nuevo luego me hace parte de la iglesia. Tengo comprensión del Señorío de Cristo sobre su cuerpo, sobre la iglesia y sobre sus miembros, es decir, sobre nosotros. Si bien va a llegar un día donde cada uno de nosotros de manera individual va a tener que rendir cuentas al Dios Santo, Otra vez voy a citar a José Lomercado. No podemos olvidar que nuestra salvación individual es vivida y afirmada en comunidades de creyentes. No vamos a la iglesia para no sentirnos solos o para encontrar personas que nos puedan ayudar en aspectos prácticos de la vida. Aunque sin duda vamos a encontrar a personas que nos van a poder ayudar en asuntos prácticos de la vida. Vamos a la iglesia en primer lugar para afirmar lo que somos. no simples individuos, sino miembros del Cuerpo de Cristo. El Evangelio define la realidad de lo que somos, y lo que somos es parte de una comunidad. Esto hace imperativo que nuestras vidas estén centradas en una expresión local de la comunidad universal de creyentes, es decir, nuestra iglesia local. Hermanos, lo que voy a decir lo voy a decir con todo el amor y empezando a decírmelo a mí. Debemos crecer en este punto porque no estamos en este punto. Debemos crecer en dejar el individualismo excesivo que sólo va a debilitar a la Iglesia del Señor. Cuando vivimos el individualismo excesivo, Cada uno está batallando como puede, con sus armas, con sus recursos. ¿No te has sentido alguna vez solo? ¿No has querido el acompañamiento de alguien y no has sentido ese respaldo? Y tal vez eso te ha motivado a tú ser parte de ese individualismo excesivo. Pero no hemos sido llamados a eso. Y no creamos que Dios está contento con eso, o que eso es parte de la voluntad de Dios. Debemos ir en contracultura. Debemos asumir cada uno nuestra responsabilidad como miembros. Porque si bien en esto como debemos ser ejemplo los pastores, y sin duda tenemos que crecer en eso, no es solo responsabilidad de los pastores. Es responsabilidad de cada miembro del cuerpo de Cristo. Y hay muchas aplicaciones que podríamos pensar al respecto. Por ejemplo, pienso en varios niños que tenemos que están haciendo educación en casa. Entendemos las motivaciones que nos han llevado a eso, pero ellos también necesitan comunidad. Como padres haremos el esfuerzo para brindarles esos espacios que ellos puedan tener como comunidad, sabiendo el esfuerzo que eso implica. Pensemos en el matrimonio y el exceso de individualismo que muchas veces nos ha llevado a pleitos, riñas, enojos. Pensemos en cómo se debilita la iglesia. Cada uno cargando con sus cosas como puede. Santiago 1.25 en adelante. Pero el que mira atentamente la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo, sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace. Si alguno se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña su propio corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y Padre es esta, visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones y guardarse sin mancha del mundo. ¿Qué hacer para abandonar el individualismo excesivo? Sin duda, como decía al principio, es entender la situación desde donde estamos partiendo. Y la situación desde donde estamos partiendo no es neutral. ¿Somos bombardeados? para que nos amemos a nosotros mismos y para que lo más importante siempre seamos nosotros mismos. Además, esa es nuestra inclinación natural. Pero sabemos que esa no es la meta a la que Dios nos ha llamado. Voy a lanzar algunas ideas o pensamientos en las cuales deberíamos considerar. Y la primera tiene que ver con superar ese individualismo, reconocer y resistir la tendencia que tenemos al individualismo excesivo, recordando que la vida cristiana se vive en relación con Dios y con los demás creyentes. Otra vez, muchas veces me van a escuchar decir eso, pero no hay cristianos llaneros solitarios. fomentar intencionalmente la comunión, buscando activamente la participación y la conexión con las comunidades de creyentes, con la Iglesia, reconociendo que el crecimiento espiritual se va a nutrir en el contexto de relaciones genuinas. Si bien hay una intencionalidad de la Iglesia, por ejemplo, al promover espacios de compañerismo, almuerzo de compañerismo, tiempo de compañerismo, sabemos que esos espacios no son suficientes. Pero si aún no participas de esos espacios, sé ahí el ánimo para que puedas participar. Servicio mutuo. Practicar el amor de manera práctica a través del servicio y la ayuda mutua dentro de la comunidad de creyentes. Respondiendo a las necesidades de los demás de manera desinteresada. Qué bueno que nazca en nuestros corazones el poder ayudar a otros. Porque el Señor nos ha llamado a eso. Pero sí no es concebible que tengamos un corazón para ayudar a otros y no para servir a nuestros hermanos en la fe, a nuestra iglesia. Que podamos ir creciendo en eso. Y sé que a veces no va a ser tan fácil porque una cosa es ayudar cuando no sabes a quién estás ayudando, cuando solamente es un desconocido. Que no es lo mismo que tengas que ayudar a alguien que por ejemplo haya tenido una falta contra ti. Tu esposo, tu esposa, tu hermano en la fe, tu hermana en la fe. Desarrollar una espiritualidad integral. En realidad eso es una verdadera espiritualidad. Integrar la fe, otra vez como decíamos en Santiago, a cada área de nuestra vida. No cambiar una religión falsa por otra religión falsa, sino realmente vivir la fe que profesamos. El amor a Dios, el amor a nuestro prójimo, en especial a nuestros hermanos en la fe. Eso creo que es practicar la sana doctrina. Practicar la humildad y la consideración. Entendiendo que no todos estamos creciendo a la misma rapidez, a la misma velocidad, que no todos tienen la misma madurez y no tener esa expectativa falsa de que así va a ser. Entonces, si tú crees que tú eres la persona más madura, tú tendrás que hacer mayor esfuerzo, no al revés. Y esto es duro, hermanos, porque tendemos a decepcionarnos muchas veces cuando tenemos una expectativa de cómo debían reaccionar otros o hacer otros, y no reaccionan y no hacen como nosotros esperamos tener consideración. Oración colectiva. Participar regularmente en tiempos de oración colectiva. Hermanos, esto es unánimo. Realmente creo, de parte del Señor, cómo el Señor en su misericordia nos va hablando y lo que hemos escuchado en el sermón de la semana anterior. Oración perseverante. Y obviamente, somos llamados a orar en lo secreto, pero ¿cuán importante es la oración colectiva? Y que esos tiempos cada vez crezcan en genuinidad. A veces es sorprendente porque cuando decimos motivos de oración, cuán difícil es que me anime a decir los motivos de oración que tengo. Y voy a empezar a pensar en fulanito o en menganita, o en lo que he visto en la calle, y no hablar de lo que realmente está cargando mi corazón. Y hay medios, hay formas, he visto que algunos en sus sobres de ofrendas ponen sus motivos de oración. Bueno, si ese es un motivo para compartir, para que la iglesia esté orando por esos motivos. Que nos alegremos con nuestros hermanos, pero que también nos acongojemos con nuestros hermanos, que oremos colectivamente. Y en esto que nos esforcemos genuinamente. que haya transparencia, que podamos esforzarnos por ser más auténticos. A veces somos proclives, no solamente los miembros, también los pastores, a querer mostrar una fachada de piedad, que podamos compartir juntos nuestras luchas, nuestros logros, que podamos pedir auxilio, que podamos pedir ayuda. que podamos practicar la paciencia. Este recorrido no es fácil. Vas a avanzar y van a ver cosas que te van a desanimar. Que te van a desanimar de mí, que te van a desanimar de tus hermanos en la fe. Pero es la iglesia del Señor. Y así como el Señor es paciente contigo, que tú seas paciente con otros. Leo la verdad principal. Resulta contradictorio abordar la vida cristiana, la fe cristiana y la comunidad de creyentes desde una perspectiva individualista y transaccional. El mandamiento divino es claro, crecer en el amor hacia Dios y hacia nuestros semejantes, especialmente de manera práctica dentro de la comunidad de creyentes donde Él nos ha puesto. Ya casi para terminar, ¿vivo entendiendo que ya no vivo para mí mismo, sino para Cristo? ¿O es que eso ha funcionado bonito para el momento de mi conversión y después estoy volviendo a mis motivaciones egoístas? Y esto no solamente hablando de la comunidad de creyentes, sino en nuestros hogares, en nuestros matrimonios. ¿Qué importancia real le doy a la comunión con mis hermanos? ¿O es que seguimos viendo solamente como que es asistir al culto y luego irme del culto? ¿Me preocupo con diligencia por el bienestar integral de mis hermanos en la fe? ¿Sabemos por lo que nuestros hermanos, hermanas están pasando? ¿Qué estoy haciendo al respecto? A veces nos vamos a llenar la boca a decir, estoy orando. Pero cuánto me has reconfortado que hermanos después de tiempo me pregunten, hermano, ¿qué ha sido de esta situación que me has pedido oración? Porque sigo orando. Mi servicio y mis ofrendas son una expresión de mi amor por el cuerpo de Cristo. Ojo, no podemos decir que amamos a Cristo, pero que aborrecemos su cuerpo. Galatas, voy a leer Galatas 6.1 en adelante para terminar. Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre. Mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Porque si alguno se cree que es algo no siendo nada, se engaña a sí mismo. Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá motivo para gloriarse solamente con respecto a sí mismo y no con respecto a otro. Porque cada uno llevará su propia carga, y al que se le enseña la palabra que comparta toda cosa buena, con el que le enseñe. No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne cegará corrupción. Pero el que siembra para el espíritu, del espíritu cegará vida eterna. Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, cegaremos. Verso 10. Así que entonces hagamos bien a todos según tengamos oportunidad. y especialmente a los de la familia de la fe. Oramos. Señor, gracias por tu palabra. Gracias por la obra que tu Espíritu Santo hace en nosotros, trabajando en nosotros, en nuestras mentes, en nuestros corazones. Señor, muchas veces lo que tú sacas a relucir con las situaciones de vida que pasamos nos muestra todavía las cosas que albergamos en nuestro corazón. Nuestro egoísmo, nuestro excesivo amor propio, tendiendo a vivir para nosotros mismos y no para amarte, servirte y servir a nuestro prójimo. Esa es la realidad, Señor. podemos disfrazarlo de muchas maneras pero esa es la realidad. Tú sabes que esa es nuestra lucha, tú sabes que esa es nuestra inclinación, pero sabemos también por tu palabra que no es eso para lo que tú nos has llamado. Te pedimos que tu Espíritu Santo nos dé la gracia, transforme nuestros corazones y nos ayuda a tomar conciencia de dónde estamos partiendo y hacia dónde debemos de ir. Señor reconocemos que no se trata solamente de nosotros. Señor hay matrimonios, hay familias Señor que se debilitan por el exceso de amor propio que tenemos a nosotros mismos. Señor, ruego que Tú nos saques de ese excesivo individualismo en el que estamos, no solamente, Señor, adultos, también jóvenes, niños, Señor, abrazando lo que este mundo está promoviendo y enseñando, creyendo que todo se trata de uno mismo, de la satisfacción a uno mismo, creyendo aún que ser parte de la Iglesia es algo transaccional, que nosotros damos nuestra presencia Y Señor, vamos a recibir una bendición tuya. Incluso cayendo en idolatría, Señor. Creyendo que podemos comprar tu favor. Creyendo que es trayendo nuestras ofrendas, Señor, que compramos tu favor. O sirviéndote que compramos tu favor, Señor. Perdón por eso, Padre. Ruego que nos ayude Señor a salir de nosotros mismos, a reconocer, a volver al Evangelio, a reconocer Señor que nos estamos volviendo de nosotros mismos a ti para algo diferente, para entregarnos y ser parte de una comunidad de creyentes y entender también que en medio de eso Señor tú nos vas a usar, que tú has puesto dones, que has puesto talentos, Que nos das la vida, aun si no tenemos claridad con los dones que nos has dado, Señor. Que podamos servirte, Señor, en este propósito. Que nuestra vida no nos sea apuntando al excesivo individualismo, Señor. Sino que podamos amar al cuerpo, así como tú lo amas. Así como Cristo, Señor, ha amado el cuerpo y ha entregado su vida por ella, Señor, que nosotros podamos amar también a eso. Todas sus representaciones, incluida también la familia, el matrimonio, Señor. Ruego que Tú nos ayudes en eso. También, Señor, si Tú nos hablas de esto, Tú nos vas a dar la gracia, el favor para crecer y avanzar en el rumbo correcto. Señor, este no es un camino que debemos recorrer solos, sino es un camino que debemos recorrer de Tu mano, buscando Tu dirección, buscando Tu voluntad, acompañados de nuestros hermanos, animando a nuestros hermanos. Señor, que tú también des una gracia especial en este rumbo, Señor, a esta iglesia local. Te lo rogamos, Padre. También te ruego, Señor, porque como liderazgo, como pastores, Señor, podamos ser ejemplo en esto y podamos crecer en esto, Señor. Pero te ruego por toda la membresía, Señor, que podamos crecer en este rumbo. Por cada creyente, Señor, que está escuchando esta predicación, Señor, te pido también por ellos. porque podamos volvernos de manera práctica de nosotros mismos a ti, Señor. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.
El impacto en la iglesia del individualismo excesivo
Series Contracultura
Escrituras tomadas de: La Biblia de las Américas® (LBLA®), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.LBLA.com
Sermon ID | 1217231930192565 |
Duration | 1:07:12 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | 1 Corinthians 12:12-27; Matthew 22:36-39 |
Language | Spanish |
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