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El título del sermón es Rechazo, Elección y Redención. La Escritura Romanos 11 del 1 al 10, la serie La Gracia Salvadora de Dios. Digo entonces, ¿acaso ha desechado Dios a su pueblo? De ningún modo, porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no ha desechado a su pueblo al cual conoció con anterioridad. ¿O no saben lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Elías? Como suplica a Dios contra Israel, Señor, han dado muerte a tus profetas, han derribado tus altares y solo yo he quedado y atentan contra mi vida. ¿Pero qué le dice la respuesta divina? Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla a Baal. Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la lección de la gracia de Dios. Pero si es por gracia, ya no es a base de obras. De otra manera, la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia. De otra manera, la obra ya no es obra. Entonces, ¿qué? Aquello que Israel busca no lo ha alcanzado, pero los que fueron escogidos lo alcanzaron y los demás fueron endurecidos. Tal como está escrito, Dios les dio un espíritu embotado, ojos que no ven y oídos que no oyen hasta el día de hoy. Y David dice, su banquete se convierta en lazo y en trampa, y en piedra de tropiezo y en retribución para ellos. Buscará sus ojos para que no puedan ver y dobla sus respaldas para siempre. El Señor bendiga su palabra. Termina con un poco, una nota casi se siente dura, ¿no? Oscura, temblorosa, pero es un gran pasaje para nosotros considerar este día. Padre, te damos gracias por tu palabra. Pedimos que la uses de una manera increíble en nuestras vidas para traer gloria a tu nombre. Enséñanos lo que no has enseñado previamente, que la salvación es un don tuyo, que la salvación por obras es una herejia, padre, es una mentira de Satanás, y que siempre en todos los lados y en todos los tiempos ha habido este grupo fiel, y son fiel porque tú los amaste primero, porque tú visitas a ellos con tu salvación, el grupo, el remanente, los elegidos de Dios. El pasado de hoy es una de las enseñanzas más claras de Pablo sobre el futuro de Israel. En Romanos 10.21, el capítulo que acabamos de terminar, Pablo describe a Israel como a un pueblo desobediente y un pueblo rebelde. Todo el día he estrechado mi mano a un pueblo desobediente, a un pueblo rebelde. Dice Dios de Israel, de Israel. En esta descripción de Israel, entonces introduce la pregunta con que vamos a liderar hoy. ¿Ha rechazado Dios a su pueblo? Pablo contestará esa pregunta en uno de los versículos que vamos a cubrir. Así que nuestro enfoque hoy está en dos temas. la elección de una minoría fiel o el remanente o los elegidos de Israel y el enderrocimiento de la mayoría de Israel, el rechazo de la nación como nación. Pablo también revela una relación fascinante entre los judíos y los gentiles. La desobediencia de los judíos había abierto la puerta para la salvación a los gentiles. Pero ahora que el Señor ha salvado a los gentiles, eso provoca hacerlo a quien? A Israel, que vengan y acepten a Cristo. Así que el rechazo de uno bendice al otro y la bendición del otro bendice al que estaba rechazando. Es algo increíble ver. Nada de esto, podemos poder decir esto, ocurre por accidente. Era Dios y fue Dios y siempre será Dios quien soberanamente ordena los resultados divinos de la salvación. Pablo afirma esto en Romanos 11, 32, donde él dice, porque Dios ha encerrado a todos, gentiles y judíos, en desobediencia para mostrar misericordia a todos. Y aquí, cuidado con este versículo, que no diga, ah, el Señor ha enseñado misericordia a todos, todos serán salvos, no es lo que está diciendo el versículo. Cuando él dice, para enseñar misericordia a todos, está hablando de gentiles y que judíos. Entre todas las naciones, Dios salvará un remanente, un pueblo escogido. Qué glorioso saber que en El Salvador y en Honduras, Guatemala, México, Panamá, Puerto Rico, en los diferentes lugares que estamos, Guatemala, en los diferentes lugares, en África, en Argentina, en diferentes lugares, siempre habrá un grupo, sea chico, un remanente salvado por la elección de Dios. Nuestros hermanos y nuestras hermanas en todos los tiempos. Glóriese a Dios por esta verdad. Así que todo esto dicho, miremos entonces al versículo 1, solo la primera parte. Le he dado por título. ¿Ha abandonado Dios a su pueblo? ¿Ha abandonado Dios a su pueblo? Es lo que dice Pablo. Digo entonces, ¿acaso ha desechado Dios a su pueblo? Y esta pregunta surge porque el capítulo 10, había terminado él, este pueblo es un pueblo desobediente, es un pueblo rebelde, el Señor lo ha descartado, lo ha echado al lado, parece decir. Entonces viene la pregunta, ¿Es que Dios se le olvidó de sus promesas? Dios hizo promesas específicas a Israel, que iban a ser su pueblo por todas las que eternidad y ahora que estás diciendo Pablo estás diciendo que Dios se le olvidó sus promesas o que Israel pecó contra Dios en tan grave manera que Dios dice ¿Sabes qué? Te voy a quitar las promesas y ya no son tuyas para siempre ¿Podemos perder la salvación? ¿Podemos perder el amor de Dios? ¿No eran los judíos el tesoro de Dios? Su propio pueblo le dice la manzana de su ojo en un lugar de la palabra de Dios Éxodo 19.6 dice lo siguiente. Y sabemos que todo el Antiguo Testamento está trabajando con una nación. ¿Y es la nación de qué? De Israel. En esas profecías y esas bendiciones habían las promesas que un día los gentiles iban a venir. Gloria a Dios por ello. Y en esas promesas y en esos reinos miramos gentiles que fueron convertidos y empezaron a adorar a Dios. entre el pueblo de los judíos, pero específicamente las promesas, la palabra de Dios, los profetas, los mandamientos, todo se le fue a dar a quien? A Israel. Era un pueblo grandemente privilegiado. Y el Antiguo Testamento es una historia de Israel y la promesa de un rey que vendrá entre ellos que bendicera a todo el mundo. En ti todas las naciones serán qué? Bendecidas. Pero en ti, en Abraham, en su familia, en Israel, todas las naciones serán bendecidas. Así que sabemos que el Antiguo Testamento era escrito, Dios trabajando entre qué? La nación judía. Éxodo 19, 6 dice lo siguiente. Ustedes, Israel, serán para mí un reino de sacerdotes, una nación santa. Estas son las palabras que dirás a los israelitas. Incluso miramos en Deuteronomio 14, Dos, donde la palabra de Dios dice lo siguiente, porque eres pueblo santo para el Señor tu Dios, el Señor te ha escogido para que le seas un pueblo de exclusiva posesión entre los pueblos que están sobre la superficie de la tierra, de la tierra, un pueblo específico, un pueblo mío, un pueblo escogido. Entonces, dice Pablo, sabiendo que la gente iba a ojetar a lo que dice, es que Dios Ya estuvo con Israel, los ha desechado. Sin embargo, a pesar de esta relación especial, Pablo describió a Israel en Romanos 10, 21, otra vez, como un pueblo desobediente y rebelde. Así que tenemos las promesas a Israel. Pero en Romanos 10 dice, pero un pueblo desobediente y rebelde que no quiere venir. Entonces, diría la persona, entonces, ¿cuál es? ¿Es el pueblo de Dios o no lo es? ¿Son escogidos Dios o no? ¿Pueden perder lo que Dios les había dado? Las declaraciones anteriores de Pablo en Romanos 2 y Romanos 9 al 10 muestran que los judíos como nación, escuchen lo que estoy diciendo, como nación habían rechazado la justicia de Dios buscando en cambio establecer una justicia propia. Agarraron lo que Dios le dio, la ley de Dios que le probaba a ellos que necesitaban al Mesías y de vez de mirar la ley como algo que le enseñaba su pecado, la miraron como una lista para mantener. Y si hago estas cosas Dios me deba a mí la salvación. En otras palabras, rechazaron el Evangelio de la Gracia para establecer una salvación basada en las obras humanas. Ustedes pueden preguntar, ¿pero cuál es realmente la gran diferencia? El Evangelio de la Gracia es la gloriosa verdad de que la salvación es completamente una obra de la gracia soberana de Dios, realizada a través de la persona y la obra de Jesucristo Cristo satisfoz plenamente la justicia de Dios y aseguró la redención de su pueblo por perfecta obediencia y muerte sustitutiva en la cruz. Esta salvación se da libremente, no basada en el mérito o esfuerzo humano, sino por la gracia de Dios, Efesios 2, 8 y 9. Escuchen otra vez, no basada en el mérito o el esfuerzo humano. se recibe a través de la fe, es un don de Dios y transforma al creyente por el poder regenerador del Espíritu Santo. Amén. Esa es la obra de gracia que Cristo hizo, la obra que Él vino, se hizo uno de nosotros, murió en nuestro lugar, cumplió con la ley, el que cree en Él, sus pecados están en Él y la justicia de Cristo se le imputa a su cuenta y el Señor los mira a ellos como santos. No solamente nos liberta del infierno, nos hace capaces de ser adoptados para recibir ¿qué? el cielo. Por el otro lado, la salvación basada en las obras es la falsa creencia de que el esfuerzo humano o el mérito o las buenas obras pueden ganar o contribuir a la justicia de uno ante Dios. Este es el gran peligro que tenemos en nuestra sociedad. Esta herejia niega la verdad bíblica de que la salvación es sólo por gracia, sólo por fe, sólo en Cristo. Socava la suficiencia de la obra expiatoria de Cristo en la cruz y exalta la capacidad humana, contrariamente a la enseñanza de la Escritura de que todos han pecado y son incapaces de salvarse a sí mismos, como dice Romanos 3, 23, Isaías 64, versículos 6. Esta salvación por obras tiene dos cabezas y ambas son herejias. La primera es, yo soy una buena persona, he hecho todo lo posible Dios me debe a mí que la salvación, pues mira que soy un gran tesoro a Dios y Dios me tiene que dar lo que yo he trabajado para mantener. Esa es la primera cabeza, es terrible y es hereje, es blasfemia. Pero la segunda es tan peligrosa como la primera, pero es sutil. La segunda es esta. Yo no soy una buena persona. Necesito a Cristo, pero también tengo que poner de mi parte. O como decimos, y ciertamente está escrito en la Biblia, ¿verdad que sí? Dios ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos. Ayúdate que yo te que ayudar. Eso se encuentra en la Biblia, ¿verdad que sí? Obviamente que no. Pero todo el mundo jura que se encuentra en una parte de la Biblia. God helps those who helps themselves, en inglés, Ayúdate que yo te ayudaré en español, y creo que cada idioma tiene una versión del mismo versículo que no existe en ninguna parte de la Biblia. Y es más sutil y creo que es más peligrosa. Porque esa dice, sí, yo necesito a Dios, pero también tengo que poner de mi qué, de mi parte. Es Dios más mi propia obra. La otra es, mira mi obra, soy yo un santo o algo increíble, algo, mira, Dios sería grandemente bendecido si me tiene a mí en el cielo. tan bueno y tan lindo que soy. Obviamente, nosotros podemos descartar esa al principio, pero a la segunda es más sutil. Dice, ¿sabes qué? No soy bueno, pero sí puedo añadir un poco de mis buenas obras. Dios ayuda a aquel que se ayuda a sí mismo. Yo tengo que hacer de mi parte. Y ambas son una herejia que conducen al infierno. Y lo que Pablo está diciendo es que Israel tenía ambas de estas enseñanzas, por la ley o por la gracia de Dios y un poquito de mi ayuda. Como sea, es la obra humana. Estoy aquí para decirle, hermano, que si usted puede contribuir, aunque sea un porcentaje a su salvación, usted tiene algo para que jactarse delante de la presencia de Dios. Usted puede mirar, si pudiera mirar desde el cielo al infierno y mirar a todos los que están en el infierno y decirle a ellos, ¿saben No contribuí casi nada, solo un porcentaje, pero sí contribuí algo. Y ustedes tontos no contribuyeron que nada. Ustedes merecen el infierno y yo me merezco que el cielo, porque sí hice algo. No fue mucho, pero hice algo. Pueden ver que eso es una herejia tremenda. Si pudiéramos ver del cielo hacia el infierno diríamos claramente, si no fuera porque Dios me salvó a mí. yo estaría en el mismo lugar que ustedes. No hay ninguna diferencia entre ustedes y mí, excepto que Dios me eligió y me salvó. Amén. Y eso es la enseñanza bíblica. En general, la desobediencia de Israel, entonces, a negarse a someterse al evangelio de la gracia y la terquedad de aferrarse a la salvación basada en las obras, los dejó merecedores de la condenación de Dios como una nación. Entonces surge la pregunta otra vez. ¿Había desechado a Dios a Israel? Lo merecen. Ellos merecen que Dios los deseche. Ellos obstinadamente se habían dado la espalda a todos los profetas, mataron a todos los profetas y mataron al Hijo de Dios. Si alguien merece que Dios los abandone, sería el pueblo tan privilegiado que dio la espalda a tanto privilegio. So Pablo hace la pregunta. Dios los ha abandonado y el versículo 1, la segunda parte al 2, la primera parte, contesta nuestra pregunta. Nos enseña que la fidelidad de Dios a su pueblo conocido de antemano siempre estará ahí. Mira lo que dice Pablo, ¿se ha acechado Dios a Israel? De ningún modo. Casi gritando. Dice, porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no ha desechado a su pueblo, el cual conoció con anterioridad o antemano, hablando del conocimiento de Dios soberano. Pablo responde con un fuerte y apasionado, de ningún modo, Dios lo impida, que nunca jamás sea como lo quiera traducir. Esta no es una respuesta suave, No es una respuesta sin emociones, sino una declaración firme de que Dios no ha abandonado a su pueblo. Dios no ha abandonado al verdadero Israel. Cuidado con lo que acabo de decir. ¿Al qué? Verdadero. No dije a Israel. Dije ¿a qué? Al verdadero Israel. Dios había prometido nunca abandonar a Israel y miramos eso en 1 Samuel 1 12 al 22 dice Porque el Señor, a causa de su gran nombre, no desamparará a su pueblo, pues el Señor se ha complacido en hacer los pueblos suyos. Que dice el Señor, Él nunca lo va a desechar, desamparar. Entonces, ¿cómo podemos decir? Como dice, termina nuestro pasaje, Dios le dio un espíritu embotado para que no puedan ver, ojos que no puedan ver, Dios se ha desechado de ellos, en un aslado de nuestra boca, ¿cómo podemos decir algo así? Pero también dice, Dios no ha abandonado a Israel. ¿Cómo pueden ser estas dos cosas que parecen ser opuestas la verdad? En otras palabras, Dios es incapaz de rechazar a un pueblo que ha conocido de antemano desde la fundación del mundo. Dios no puede ignorar a sus elegidos. Pablo argumenta que él era también descendiente directo, no solamente de Abraham, sino de Abraham, Isaac y Jacob. De hecho, él dice, yo soy un Benjamita. ¿De la tribu de qué? Benjamín. El apóstol era, por lo tanto, como él dice en otro lugar, un hebreo de hebreos, un israelita de israelitas. Y lo que él está diciendo, si Dios se ha desechado de Israel, yo no fuera qué, salvo porque yo soy un qué. Israelita. Él dice, si Dios se ha desechado de todo Israel, ninguno de los póstoles serían ¿qué? Salvos, pues todos son ¿qué? Israelita. Si Dios se ha desechado de Israel, la mayoría de la iglesia en su tiempo no existiera, porque la mayoría de la iglesia al principio era ¿qué? Israelita. No, Dios no ha desechado a Israel. Él no ha desechado a Israel, lo que está diciendo él. El amor sabrano divino de Dios Descansó sobre Pablo. Y esto no solo durante su vida, sino desde toda la eternidad. Es Pablo lo que dice esto de sí mismo. En Gálatas 1.15. Pero cuando Dios que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia. Aquí tenemos al apóstol Israelita que dice que no solamente soy salvo, yo fui salvo desde que Toda la eternidad Dios me había llamado, ser que es suyo Si me comporté como un pecador, si maté a los cristianos ¿Qué dice Efesios 2? Igual que todos nosotros éramos hijos de desobediencia, hijos de ira como los demás Pero Dios con su gran amor con quien nos amó A su tiempo me abrió los ojos y me trajo a él Pero de que Dios tenía un plan para mí desde antes del vientre de mi madre, que yo iba a ser el apóstol Pablo un día, eso era cierto. La elección de Dios eligió a este judío. Dios me amó de antemano. Dios no se olvida de los que llamó de antemano. ¿Pueden ver lo que está diciendo Pablo? Es algo impresionante. Y recordamos lo que ocurrió en el camino de Damasco cuando Pablo estaba, cuando era Saúl y estaba Saulo y estaba, iba camino a matar a los cristianos, arrestarlos, cuando el ángel Se le presentó a Ananias después de que Dios le había cegado a Saúl. Le dijo ve, está un cierto tipo en cierto lugar, ve llora por él para que reciba su vista, su nombre es ¿Quién? Saúl. ¿Se recuerda lo que dice Ananias? Dice no. No, no, no, no, eso no es justo, esto no es bueno. Es un mentiroso, es un asesino. Él vino, él la ha matado. Míralo el desastre que ha hecho en la iglesia. ¿Cuántos de los santos él es responsable de su muerte? Y ahora tú dices que yo vaya y que ore por él para que reciba su vista. Absolutamente no. A ese no. ¿Y recuerda la respuesta de Dios? Ve, porque instrumento que he escogido es mío. No solamente instrumento, por un instrumento que he escogido. ¿Desde cuándo? Desde la eternidad. Este era el plan de Dios. Yo iba a ser un cristiano al tiempo que Dios determinó que me iba a abrir los ojos. Antes de eso era el resto de la humanidad un pecador terrible, pero yo el momento en que Dios me abrió los ojos. ¿Por qué? Porque yo he sido de Dios de antemano. Ve, porque el instrumento que he escogido es de mí. Y yo le enseñaré a él cuánto él va a sufrir para mi nombre. Dios habla del sufrimiento. El que causó el sufrimiento ahora va a tener que sufrir por la misma causa que él odiaba. Va a aprender el dolor del cristiano. Entonces Pablo aquí en Gálatas y en su conversión y lo que dice en nuestro pasaje dice Dios ama a Israel, pero él ama al verdadero Israel. Otra vez, no todo Israel, pero ¿a quién? Al verdadero Israel. Y es algo importante que nosotros sepamos. Dios no rechazó a su pueblo. incluyendo a Pablo, a quien había conocido de antemano y amado desde la eternidad pasada, antes de la fundación del mundo. Dios había puesto su amor sobre ellos, los judíos, haciéndolos el objeto de su especial cuidado y deleite. Y este amor había comenzado en la eternidad, continuado a través de su creación y nacimiento, y nunca jamás terminaría. Los elegidos, los escogidos de Dios, siempre están seguros. antes de nacer, cuando nazcan y vivan, y cuando mueran y estén en la presencia del Señor. El Señor los amará a ellos por toda la eternidad. Los amado de toda la eternidad, lo amará por toda la eternidad por venir. Glorias a Dios por esta verdad. Así que mire el versículo 2, la segunda parte al 4. Entonces, usted pastor sigue diciendo al verdadero Israel. ¿Quién es el verdadero Israel? El remanente fiel de Dios. Mire, El ejemplo que nos da Pablo aquí cuando dice Dios no ha desechado a su pueblo el cual conoció con anterioridad o no saben lo que dice la escritura en el pasaje sobre Elías como suplica a Dios contra Israel Señor han dado muerte a tus profetas han derribado tus altares y sólo yo he quedado y atentan contra mi vida pero que le dice la respuesta divina me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla a Baal otra prueba de que que Dios todavía amaba al verdadero Israel y no lo había rechazado por completo. Se ve en Primeros Reyes 19, del 1 al 18. Según esta narración, cuando Elías entró a la cueva del monte Horeb, el Señor habló con él. ¿Usted recuerda la historia? En la montaña de Carmelo, el profeta se encontró con los falsos profetas de Baal. Ellos se cortaron y sacrificaron y pidieron que fuego sea mandado del cielo para consumir su sacrificio. Elías se burló de ellos, clamen más, griten más, a lo mejor está en el baño, a lo mejor se fue a un largo viaje, burlándose de ellos. Y cuando después llegó el tiempo del sacrificio de la noche, cuando ellos clamaron todo el día, estaban agotados de tanta sangre que dieron en cortarse y tantos gritos. y gritadera, él se levantó delante del sacrificio del Señor y dijo, Señor, enséñale a tu pueblo que Tú eres Dios y que Tú me mandaste. Y ¿qué ocurrió? El fuego divino cayó del cielo, consumió el sacrificio, el agua que él había derribado sobre el sacrificio para hacerlo más difícil, hasta las piedras se derretieron. Y el pueblo empezó a gritar de una voz, ese pueblo que había abandonado a Dios, el Señor es Dios, el Señor es Dios, el Señor es Dios. Y por un momento decidieron seguir al Señor, mataron a los profetas falsos, pero rápidamente se volvieron para atrás a la que, idolatría, a Baal y la reina Jezabel, creo que se dice en español, Le mandó una nota, ciertamente que Dios me mata a mí si no te mato antes de la mañana. Y él creyendo que era el único empezó a huir. De este momento tan grande cuando vino la gloria del Señor caer al cielo para el pueblo regresar para atrás a la idolatría tan pronto, él dice, ¿para qué? Nada sirve. Y llegó un momento de depresión terrible sobre el profeta. Es como único lo podemos describir, una depresión espiritual tremenda. Y se encontró en una cueva y el Señor le habla a él y le dice lo siguiente. Ilias, ¿qué haces aquí? ¿Por qué estás corriendo? Y miremos la respuesta de un hombre que ha llegado a su fin, a su límite. Él dice, he tenido mucho celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a los profetas. Mira, he quedado yo solo y busca mi vida para quitarmela. Esto no es justo. Soy el único. No hay nadie más. Todo el mundo ama la maldad. Todo el mundo ama lo malo. La iglesia está tan corrupta que realmente no sé por qué estamos, ni sé por qué hago lo que estoy haciendo. ¿Se ha sentido usted alguna vez a veces así? Soy el único, ¿para qué seguir? Parece que a nadie más le importa a Dios. ¿Para qué? Es una depresión, porque la hemos quitado de Dios y le ha puesto a la situación. Y aquí está este profeta. Es más, en otro lugar de la Biblia le dice, no solamente soy el único que quedo, y como soy el único que quedo, por favor, ya mátame. Líbrame de este dolor. Mátame ya. Si soy el único, ¿qué importa? Después de esta gran victoria, si ellos pueden regresar para atrás a la idolatría, ya entonces no hay esperanza para nadie. Mátame y terminado. Yo soy el último que ama a Dios. Cuando yo muera, no habrá ningún hombre de Dios en toda la tierra. Ganó la oscuridad. Dios pierde. Mátame y llévame a casa, por favor. Una depresión espiritual. porque el profeta puso sus ojos en lo que estaba ocurriendo y no en el Dios soberano. La respuesta del Señor fue la siguiente. Le dijo, ¿por qué estás aquí llorándome? El Señor le dijo, pero dejaré siete mil en Israel, todas las rodillas que no se han doblado ante Baal y toda boca que no la ha besado. Tú dices que tú eres el único. Yo he reservado 7,000. Mis elegidos siempre están. Este grupo siempre lo ha amado. Siempre continúan hacia adelante. Tú no eres el único. Hay 7,000 más hombres que aman al Señor. Qué increíble. Él no sabía de los 7,000. Él no sabía que existían. Él creía que era el único. Tú crees que yo me dejaré sin testigo? ¿Tú crees que yo no le entregaré una novia al novio? ¿Tú crees que el cielo va a estar vacío porque Satanás gana y yo pierdo? Estás loco Elías. Yo he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla ni han besado con sacrificio a la estatua de Baal. Siempre hay un grupo redimido. Es posible que sea un grupo chico, pero siempre hay un grupo que Redimido. Qué bueno escuchar, ¿verdad? Cuando nos sentamos, que somos lo único a decir, no, no soy. Es posible que no los vea, pero sabemos que están porque Dios es fiel a su palabra. Y Dios es fiel a su Hijo. Su Hijo no puede morir en vano. Él tiene que heredar una novia. Se le tendrá que dar la novia al Hijo. Amén. Y los elegidos de Dios transcienden el tiempo. La referencia entonces de Pablo a esta historia del Antiguo Testamento sobre Elías tenía perfecto sentido porque en muchos sentidos la situación en el tiempo de Elías había regresado en el tiempo de Pablo. En los días de Elías la incredulidad era común y los profetas de Dios habían sido asesinados por Israel. Él lo dice, han matado a todos y ahora me quieren matar a mí. De manera similar en los tiempos de Pablo, el pueblo había rechazado la verdad de Dios, los profetas de Dios, los apóstoles de Dios, se habían comportado aún peor que sus padres cuando mataron a los profetas en el tiempo de Elías. ¿Cómo? Mataron al Hijo de Dios. ¿Pueden ver qué es peor en el tiempo de Pablo? En el tiempo de Elías mataron a los profetas, en el tiempo de Pablo mataron a los apóstoles, pero también mataron ¿a quién? Al propio Mesías que estaban esperando. ¡Qué duros de corazón! ¡Qué gran rechazo como nación! Mataron al Hijo de Dios, la promesa de ellos. Pablo, esa es la misma cosa. Nada ha cambiado. Israel ha sido duro ayer, fue duro hoy, será duro mañana como nación. Las cosas permanecían igual. La verdad de Dios, llegando tan lejos como para crucificar a Jesús, Israel había probado que era peor hoy en el tiempo de Pablo que ayer en el tiempo del Antiguo Testamento. Pero igual que en los tiempos de Elías, no todo había sido oscuro. Todavía había quienes creían verdaderamente en Dios. Y Pablo señaló que incluso en medio del rechazo de la nación de Israel en el tiempo de Elías, Dios siempre había reservado un remanente fiel en ese grupo. Y Pablo está diciendo, lo mismo está ocurriendo hoy. ¿Ha rechazado Dios a Israel? ¿A Israel como nación? Sí. Por los israelitas específicos que él entendió salvar los escogidos nunca jamás. Dios es fiel a las promesas de Abraham y le dijo que Israel sería salvo. Pero ¿qué dice él en Romanos 9 que dice Pablo? No todo Israel es que es Israel. Otra vez, no todo que Israel es que Israel. Ese es el punto que hace en Romanos 9. y Pablo lo está haciendo otra vez, nada más porque son descendientes de Israel, porque tengan sangre judías, no son verdadero Israel. ¿Quién es el verdadero Israel? El remanente que va a creer, el remanente reservado por Dios desde la eternidad. Dios nunca desechará al verdadero Israel, pero a la nación claramente sí. Y hay un gran debate en la iglesia y no sé si ustedes están atentos al debate, Y el debate es esta, es la teología de reemplazar a Israel. Hay algunos que dicen que la iglesia reemplaza a Israel y hay otros que dicen absolutamente no. Dios no se puede olvidar. Es más, Romano 11 dice al final que todo Israel será salvo. Yo diría a ustedes que leamos esto cuidadosamente, todo Israel que todo el Israel elegido, todo el verdadero Israel. No toda la nación, sino que todo el verdadero Israel, eso que está diciendo Pablo. Entonces usted me preguntará a mí, usted pastor, ¿usted cree que la iglesia ha reemplazado a Israel? Creo que es una pregunta falsa, porque lo que diría yo es que la iglesia no es gentil. Para la iglesia reemplacer a Israel, la iglesia tuviera que ser completamente ¿qué? Gentil, reemplazando al pueblo de Dios. Pero la iglesia es que? Compuesta de gentil y de que? Israel. La iglesia es el pueblo de Dios. En la iglesia no hay judio y no hay que? Gentil, no hay hombre, no hay mujer, dice la palabra de Dios, no hay esclavo, no hay señor. En la iglesia solo hay el pueblo de Dios. Entonces yo diría a la persona que me haga esa pregunta, es que Israel fue reemplazado por la iglesia La iglesia es Israel, la iglesia es los gentiles, la iglesia es todas las naciones bajo una sombrilla el pueblo de Dios. Hereder a las bendiciones de Israel porque es el elegido de Israel. Igual como dice Pablo, no todo Israel es Israel, también en otro lugar dice la circuncisión del corazón gentil vale más que la circuncisión hecha a manos afuera Un hombre, nada más que tenga el símbolo, pero no ama a Dios. Esa es la verdadera circuncisión, dice él, a la ofensa de Israel como nación. ¿Pueden ver lo que estamos hablando entonces? ¿Será Israel salvo? Sí. ¿Cuál Israel? Los elegidos entre esas naciones, igual que los gentiles. ¿Serán los gentiles salvos? Sí. ¿Cuáles gentiles? Los elegidos de Dios. ¿Qué compone eso? El verdadero Israel de Dios. Amén. Miremos hacia adelante. Elías había dicho, he quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela. En esta queja del profeta Elías fue pronunciado durante el peor momento de apostasía en la historia de Israel. En medio de la infernal regresión de Israel al paganismo y la idolatría, el alma de Elías fue probada al máximo, experimentó persecución a diario y se convirtió en un fugitivo del poder del trono. Estaba agotado de vivir y se consideraba el único seguidor de Dios que quedaba. Y en este punto el Señor le habla y le había asegurado que quedaban al menos siete mil hombres fieles. Estos siete mil eran solo un remanente de la población de Israel. Y usted diría, pero siete mil son muchos, entre millones de personas que son siete mil. Unos poquitos, ni un porcentaje. ¿Qué sería un porcentaje de 2 millones de personas? Por lo menos 20 mil. Y de 2 millones, 3 millones, 4 millones de personas, ¿qué son 7 mil? Ni un porcentaje. Y Elías ni sabía que existían, pero ahí estaban, viviendo sus vidas, predicando el Evangelio, llamando a Israel a qué? A arrepentirse. Era el grupo. La nación de Israel era nación, pero este era el que, el verdadero Israel. ¿Pueden verlos? Esta es la nación de Israel verdadera, el grupo de Dios. Lo que Dios dice, son míos. Yo los reserve. Gloriese a Dios. Pablo está planteando el mismo punto aquí. Romanos 9.6 nos dice otra vez, pero no es que la palabra de Dios haya fallado, porque no todos los descendientes de Israel son Israel. Aquí Pablo habla del concepto de lección aplicado al pueblo judío. Pablo argumentó que los circuncidados no eran automáticamente salvos, sino sólo aquellos circuncidados de corazón. No todos los de la descendencia de Abraham fueron elegidos desde la fundación del mundo. Es más, ¿cuántos hijos tuvo Abraham? Cuidado, no digan dos. Queremos decir que tuvo dos, pero realmente tuvo muchos más que dos. También tomó concubinas, dice la Palabra de Dios, al final de su vida tuvo más hijos. Pero ¿cuántos de ellos eran remanente? ¿Cuántos de ellos eran elegidos por Dios? ¿Sólo qué? Uno. Es más, Dios le dice, toma tu hijo, tu único hijo. Y uno diría, bueno, bueno, bueno, ¿Ismael? Ismael vivía. Cuando el Señor le dijo, toma tu hijo, ¿tú qué? Único hijo. El Señor no hizo un error. El Señor le dice, no lo cuento a él porque no es mío. Toma tu único hijo elegido, Isaac mío, y ves sacrificulo. Pueden verlo amados. Dios solo reconoce a su que? A su pueblo. De todos los hijos de Abraham, solo uno era de él. Todos los hijos de Isaac, solo uno era de él. Amén. Puede Dios elegir a quien quiera? Gloria a Dios. Este es el verdadero Israel. No solo los de descendencia física, cultural, sino los que aman a Dios. Los siete mil eran todo el número entre Israel que eran elegidos de la eternidad para heredar la vida eterna. El remanente elegido Israel que era el verdadero Israel. Amado, esto nos muestra que la salvación es enteramente una obra de la elección soberana de Dios. Miren la promesa otra vez. ¿Qué dice Dios? ¿Hay siete mil? Dice Él. pero apartaré siete mil. ¿Cuál dice Dios? Apartaré, escogeré, dejaré siete mil. Él no dice hay siete mil, él dice que yo me aseguro que hayan siete mil, porque la salvación le pertenece a quien? A Dios. ¿Por qué habían siete mil? Porque Dios lo debía de haber terminado así. Si Dios no lo hubiera determinado, ¿cuántos hubieran? Ninguno. Somos pocos en este grupo, ¿verdad que sí? Gloria a Dios. ¿Aman a Dios? ¿Son salvos? ¿Caminan con Cristo? Gloria a Dios, el remanente fiel. Sigamos hacia adelante amando a este Dios. Pero dejaré a siete mil en Israel. Esto no fue, ellos no fueron salvos porque fueron mejores a los demás Israel. o porque eran más fuertes, ellos eran salvos por la misericordia de Dios y el plan divino de perseverar un remanente fiel, dar al novio una novia. Ellos sabían, ellos no se habían guardado a sí mismos para Dios, sino que Dios los había guardados a ellos. Yo los reservo, son míos. Y tampoco son salvos por el ministerio de Isaías, perdón, Elías, perdón. Elías ni sabía que existían. Él creía que era el único. Soy el único, mátame Dios. Ni sabía que existían los siete mil. ¿Por qué? Porque esos siete mil no eran de Elías, eran de quién? De Dios. Versículo 5. Un remanente escogido por gracia, y de la misma manera también ha quedado en el tiempo presente, dice Pablo, un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios. Otra vez nos dice que la salvación le pertenece a Dios. Como fue en el pasado, dice Pablo, así fue también en mi propio tiempo. Dios no rechazó a Israel entonces y no rechazará a Israel ahora. Por su gracia soberana, Dios había asegurado que incluso en el tiempo presente de Pablo, el verdadero Israel, un remanente Israel, los elegidos de Dios, habían sido salvos, un remanente escogido, que dice él, por gracia. Amados, vemos este patrón a lo largo de las Escrituras. En el tiempo de Noé, ¿cuántas personas fueron salvas entre toda la nación o las naciones? Ocho almas, ¿verdad? Siete, ocho, no recuerdo cuál es el número. En el tiempo de Lot, ¿cuántas personas fueron salvas? Él y sus dos hijas. Ni su esposa, casi media salva, ¿verdad? Cuando regresó para hacia atrás y miró hacia atrás y se convirtió en sal. Y en el tiempo de Elías, ¿cuántas personas? Entre millones de israelitas, ¿cuántos eran realmente de Israel? Siete mil y uno con Elías, siete mil y uno. Y es posible que su familia se está hablando de los hombres, pero siete mil hombres con Elías, siete mil y uno entre toda la nación. Isaías 1, 9 nos dice lo siguiente, hermano. Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes, seríamos como Sadomas y semejantes. a Gomorrah. No sé si este versículo tiene un gran impacto en su vida, pero lo debe tener. Escuche lo que está diciendo el versículo. Si no fuera sido por Dios, ¿el cielo estuviera qué? Vacío. Amén. Si no fuera que Dios dejó un remanente, ¿cuántos quedarían? Nadie, como Sodoma y Gomorrah, todo aplastado y destruido. Este es un versículo impresionante. Porque si nosotros sabemos que la salvación es por gracia y gracias solamente. Amén. Pero también queremos llegar a ese punto que estamos aquí porque somos un poquito mejor que los demás. Y viene la palabra de Dios y te dice a ti, si Dios no hubiera hecho el trabajo, nadie sería salvo. Esta iglesia estuviera vacía, el cielo estuviera vacío. Amén. Increíble considerar. Increíble considerar. A lo largo del Antiguo Testamento, Dios habló de perseverar un remanente, y este remanente había sido elegido por Dios, determinado para la redención ante la fundación del mundo. Y así como Dios preservó a un remanente fiel en Israel, Él continúa preservando a un pueblo hoy. La Iglesia, la novia de Cristo, ha sido dada al Hijo por el Padre. Antes de ir a la cruz, Jesús oró lo siguiente. Escuchen, es impresionante. Padre yo ruego por ellos, no ruego por el mundo. Paren ahí. Pueden ver que impresionante lo que está diciendo, todo el mundo diciendo que Cristo murió por todos los pecadores y Cristo dice no es cierto. Léanlo otra vez. Padre yo ruego por quien, por el grupo. Yo no ruego por el mundo, no son míos. Es más, Sino por lo que tú me has dado, los que son tuyos. Y todo lo mío es tuyo y lo tuyo mío. Y he sido glorificado en ellos. Ya no estoy en el mundo, pero ellos, este grupo, sí están en el mundo. Y yo voy a ti. Padre Santo, guarda este grupo en tu nombre. En el nombre que me has dado. Para que sean uno, así como nosotros somos unos. Cuando yo estaba con ellos, este grupo los guardaba en tu nombre. El nombre que me diste. y los guardé y ninguno se perdió excepto el hijo de perdición para que la Escritura se cumpliera. Cristo no ora por el mundo, Él ora por el remanente fiel. Él está orando por usted y por mí, como sabemos porque dice habrán otros que no es de este rebaño que vendrán, hablando de usted y de mí. La doctrina de la acción es innegable. Dios elija a su pueblo y lo preserva por su voluntad y poder y por su gracia. Es un remanente de acuerdo a la gracia. Y en el versículo C, Pablo habla de la tentación en creer en una salvación por esfuerzo humano cuando dice lo siguiente. Pero si es por gracia, ya no es a base de obras. De otra manera, la gracia no es gracia. Si es por obras, ya no es gracia. De otra manera, la obra ya no es obra. Pablo. Siente la necesidad de añadir que una salvación basada en obras es imposible. Lo hace así porque la salvación por obras y méritos humanos era la piedra angular de la religión judía. No debiera ser. Ellos habían creído en gracia, pero cambiaron la gracia por la ley. Y esta necesidad de autojustificación se hace la piedra angular en nuestras sociedades y nuestras iglesias hoy. Mira hermanos, no solo los cristianos de entonces o de ayer, pero los cristianos de ahora tenían y tienen que defenderse constantemente a sí mismo y a sus creencias contra esta falsa doctrina, sino que usted también se tiene que defender porque está en peligro de volver a caer en la herejia que se suponía que hemos dejado hacia atrás. Tenemos la tentación, la tendencia de decir, ¿sabes qué? Soy un poquito mejor que los demás. Miren lo que Pablo habla con la iglesia en Gálatas. Me maravillo de que de tan pronto ustedes hayan abandonado a aquel que los llamó por gracia a Cristo para seguir un evangelio diferente. Que en realidad no es otro evangelio sino que Hay algunos que los perturban a ustedes a quienes pervertir el Evangelio de Cristo. Pero si a uno de nosotros, un ángel del cielo, le anunciara otro Evangelio contrario al que le hemos anunciado, el Evangelio de la gracia, sea que anatema. Como hemos dicho antes, también repetido ahora, si alguien les anuncia un Evangelio contrario al que recibieron, sea anatema. ¡Maravillo! Empezaron en gracia y se han vuelto para atrás a la ley. Tenemos la tendencia si no guardamos nuestros corazones. Amados, la herencia de una salvación basada en obras es la posición predeterminada del corazón. Usted y yo, como cristianos, debemos acudir diariamente al Evangelio y admitir nuestra necesidad por Cristo Señor. Hoy yo admito que solo soy salvo por tu gracia y si no hubiera sido por ti, no estuviera aquí. Cada día tiene que ser nuestra manera de pensar, para no robarle al Señor la gloria que le pertenece a él. Corramos a terminar en el ciclo 7 al 10. Miremos las consecuencias de rechazar la justicia de Dios. Entonces, que aquellos que Israel busca, aquello que Israel busca no lo ha alcanzado, pero los que fueron escogidos lo alcanzaron. Perdón, pero los que fueron escogidos lo alcanzaron y los demás fueron endurecidos. Los escogidos, aquí no está hablando de los gentiles, está hablando de los escogidos entre que? Israel. Israel no lo recibió como nación, pero un remanente, los siete mil, lo ha recibido. Tal como está escrito, Dios les dio a Israel como nación un espíritu embotado, ojos que no ven y oídos que no oyen hasta el día de hoy. Y David dice, su banquete se convierte en lazo y en trampa. y en piedra de tropiezo y en retribución para ellos. Buscará escasez en sus ojos para que no puedan ver y dobla sus espaldas para siempre. Al comparar nuestro pasaje actual con Romanos 9, 30 al 31, queda claro históricamente lo que Israel buscaba constantemente pero no obtenía era la justicia y la posición correcta ante Dios porque la buscaban por sus propias obras. Pablo afirma que los elegidos, es decir, los elegidos entre los judíos, personas como él, lo habían recibido. Después de decir, los demás fueron endurecidos, Pablo inmediatamente describe este endurecimiento como un acto de Dios. Cita dos pasajes del Antiguo Testamento. En el primero Moisés es el que habla y en el segundo David. La primera cita se encuentra en Deuteronomio 29.4 y dice lo siguiente, Moisés hablando, pero hasta el día de hoy el Señor no les ha dado un corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. Este pasaje puede compararse con el pasaje en Isaías 6, 9. Y Él dijo, ve y dile a este pueblo, escuchen bien, pero no entiendan, miren bien, pero no comprendan. Así que el espíritu embotado de que se menciona aquí, es un embotamiento, es una apatía mental y moral. La entrega de este espíritu describe el proceso divino de endurecimiento. El estupor se asemeja a un sueño profundo en el que una persona es insensible a las impresiones de los que llegan desde el exterior, por lo tanto, no ven y no oyen. Es una persona dormida que tropieza contra la pared y sigue tropeciendo la pared, no puede despertarse, no puede ver. Y él dice, Dios ha hecho esto con la nación de Israel. Wow. ¿Es Israel la nación, el pueblo escogido de Dios? No. ¿Es el verdadero Israel, judíos que vienen a Cristo, el verdadero pueblo de Dios? Sí. ¿Los demás qué? Un espíritu embotado. Para que no puedan ver, y hasta hoy no pueden ver. Hasta hoy rechazan a quien? A Jesucristo. Isaías 29.10 dice lo siguiente. Porque el Señor ha derramado sobre ustedes espíritu de sueño profundo. Él ha cerrado sus ojos los profetas y ha cubierto sus cabezas los videntes. Hablando de los profetas y videntes falsos. Entonces usted me dirá, entonces pastor pero tengo un problema aquí. ¿Por qué es que Dios, dice, le ha durecido su corazón, le ha dado un espíritu embotado, ojos para que no puedan ver cómo van a venir? Y recuérdense que el hombre es el que se orgulla en hablar del libre que albedrío. El libre albedrío humano. Entonces, dice Dios, el libre albedrío humano no existe porque la voluntad del hombre siempre es hacerlo malo contra Dios. Y Dios lo prueba, Dios le trae el mensaje, arrepiéntense, le da la verdad, le da todos los beneficios. Arrepiéntete Israel, ¿qué hacen? Dan la espalda, matan a los profetas y matan al Hijo de Dios. Entonces, ellos escogen en su libre albedrío seguir su naturaleza pecaminosa y hacerlo mal. Y Dios entonces ahora lo puede juzgar. Pero usted llega al cielo y se puede quejar contra Dios. ¿Se ve que usted se puede quejar contra Dios en el cielo? Señor yo no quería estar aquí, yo era tu enemigo, no quería nada que ver contigo, tú me hiciste venir, tú me diste ojos, me diste un corazón nuevo, me diste una mente nueva, me enseñaste lo que era bueno, me enseñaste mi necesidad por Cristo, yo quería nada que ver contigo, pero tú me hiciste venir, esto no es justo ¿Lo dirá usted en el cielo? Absolutamente no Usted dirá Señor yo no quería venir, pero tú me hiciste venir, gloria a Dios El único que se puede quejar realmente es el cristiano, porque su decisión fue violada, si queremos usar esa palabra, por el Espíritu de Dios. Te hizo hacer algo que usted nunca haría de su propio gusto, de su propia voluntad. Usted hubiera rechazado contentamente a Cristo el resto de su vida. Dios lo hizo hacer a usted algo que usted nunca haría por su propia manera. Pero glorie a Dios que lo hizo. Amén. No creo que nadie se queje ¿verdad que no? Glorie a Dios le damos para toda la eternidad. Pero el que está en el infierno no se puede quejar. Él dice yo no quería nada que ver. Tú me presentaste en el Evangelio. Me dice escoge no te voy a hacer venir. No te voy a dar un nuevo corazón. Pero te presento a Cristo. Ven a Cristo. Mira tu necesidad. Y yo dije no quiero nada que ver con ese Cristo. Quiero establecer mi propia justicia. Y di mi espalda. Y ahora yo merezco lo que estoy recibiendo, un espíritu que han votado y un infierno para la eternidad. Pueden verlo, amados, por favor. Miren que los que están en el infierno están ahí porque han escogido estar ahí. Porque Dios le dio la ventaja de la predicación, pero no le dio el nuevo corazón. Escoge. ¿Y qué escogió? Lo que escoge el corazón siempre. ¿Apaltarse de quién? De Dios. Pero el que está en el cielo no tiene nada por qué apaltarse. ¿Por qué él dice estoy aquí? Porque Dios hizo que yo viniera. Si no hubiera sido por él, el cielo estaría aquí, vacío. El segundo pasaje que se encuentra aquí es el Salmo 69, versículo 22 al 23. Que la mesa delante de ellos se convierta en lazo. Cuando estén en paz, se vuelvan trampa. Núblesen los ojos para que no puedan ver y haz que sus lomos tiemblen continuamente. David está invocando una maldición sobre los enemigos pidiendo que su estilo de vidas imprudente se convierta en su perdición. Ora para que sus acciones conduzcan a las consecuencias que merecen, llenándolos de ceguera espiritual y causándoles dolor constante y eterno. La idea clave aquí es la de la retribución. Están recibiendo lo que merecen porque rechazaron a Dios. En Romanos 11, 7 al 10 vemos estas verdades. Los elegidos, aquellos escogidos por Dios, han recibido lo que no buscaban, la salvación. Dios endurece los corazones de los que rechazan a Él. Quienes rechazan a Dios en última instancia enfrentarán las consecuencias de sus acciones. Un espíritu embotado y finalmente el infierno. Se nos recuerda que la justicia de Dios siempre es justa y que nuestras decisiones en rechazar a Cristo siempre tienen consecuencias terribles. Amén. Y el que está en Cristo le da gracias a Dios. Tal como dio un espíritu embotado a los que rechazan, a usted le dio ojos para ver lo que no podían ver. Gloria a Dios. Amén. Padre, te damos gracias por tu palabra. Y pido que sea de gran bendición incluso No me siento bien Dios, pero te doy gracias que pude terminar el sermón. Ojalá que sea de gran bendición a tu pueblo. Padre, que nos regocijemos en ser parte del remanente, el verdadero Israel, el verdadero pueblo de Dios. Te damos gracias que hemos sido tuyos por toda la eternidad y que en el tiempo, Padre, nos has llamado a ti. Pedimos que prediquemos este evangelio al mundo El que rechace, que rechace. El que venga, vendrá por tu gloria y tu ayuda. Damos gracias por estas verdades en el nombre de Jesús. Amén.
Rechazo, elección y redención
Series La Gracia Salvador de Dios
En este sermón, Rechazo, Elección y Redención, el Dr. Ismael Miranda explora cómo el rechazo divino y la elección trabajan juntos en el plan soberano de Dios. Descubra cómo Dios preserva un remanente fiel y cómo la misericordia extendida a los gentiles trae bendición a todos. Este mensaje, parte de la serie La gracia salvadora de Dios, nos desafía a confiar en la justicia de Dios y aferrarnos al evangelio de la gracia.
Sermon ID | 1215242148254165 |
Duration | 57:22 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Romans 11:1-10 |
Language | Spanish |
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