
00:00
00:00
00:01
Transcript
1/0
Bienvenidos sean todos a la casa del Señor, especialmente si nos visitan esta mañana. Dios les bendiga. Vamos a ponernos de pie y leer del Evangelio según Mateo. Puestos de pie. Mateo capítulo uno. Mateo capítulo uno. Y sigan con sus vistas la lectura del versículo 18 al 25 y vamos a permanecer de pie para una oración. Mateo capítulo 1 versículo 18 al versículo 25. Mi Biblia titula este pasaje Nacimiento de Jesucristo. Mateo 1 18. El nacimiento de Jesucristo fue así. Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se oyó que había concebido del Espíritu Santo. José, su marido, como era justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo, José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque lo que en ella es engendrado del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo y llamará su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta cuando dijo, He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel, que traducido es Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, Hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer, pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús. Oremos al Señor, cerrando sus ojos, por favor, inclinando sus rostros, pidiendo al Señor su ayuda para que entendamos el mensaje que tiene para con nosotros en esta mañana. Padre Santísimo, nuestro Dios, damos gracias por la vida que nos das hoy. Damos gracias que podemos estar en tu casa. Te alabamos, Señor, porque sabemos que todas las cosas que tenemos son de tu mano, aunque no las merecemos. Te pedimos ahora, Señor, porque estamos estudiando tu palabra, que tú nos enseñes. que sea de verdad lumbrera a nuestro camino, que nos guíe. Te pedimos, Señor, por nuestras iglesias hermanas que predican de tu palabra también, que las bendigas ricamente. Especialmente recordamos a nuestros hermanos en Ucrania. Sé con las iglesias, los pastores allá, fortalécelos en estos días. Te rogamos por nuestros hermanos en Cuba, en Haití, con muchos problemas políticos y de mucha necesidad, pero te pedimos, Señor, especialmente que el Evangelio sea proclamado, que les des la paz que tanto necesitan en Cristo. Te pedimos así mismo por los misioneros, nuestros hermanos en España, nuestros hermanos Phillips, Bendícelos ricamente, guíalos en estos días. Te pedimos por nuestros hermanos en la Ciudad de México, nuestros hermanos Jason Boyle, su familia, la iglesia allá. Bendícela ricamente, Señor, que el evangelio sea predicado con de nuevo hoy y que tu palabra corra de verdad. Ahora, Señor, te pedimos para nosotros, al estudiar tu Palabra y especialmente de las glorias de Cristo, que tú tengas a bien enviar tu Santo Espíritu, que convenza de pecado, que consuele, que nos ilumine, que nos guíe. Y si hablo, que hable conforme a la Palabra de Dios. Y si ministro, que ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea nuestro Señor Jesucristo glorificado. En su bendito nombre te lo pedimos. Amén. Amén. Sentémonos, hermanos. La semana pasada comenzamos una miniserie sobre la Navidad. Es esencial que como cristianos sepamos lo que estamos celebrando en estos días. Y esta mañana meditaremos en Mateo capítulo 1 y versículo 23 especialmente enfocándonos en el nombre Emanuel. Mateo capítulo 1 y versículo 23. En los versículos anteriores, Mateo nos explica que todo lo que se le anunció a José sucedió para que se cumpliera la profecía del Señor registrada en Isaías capítulo 7, que dice, He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel, que traducido es Dios con nosotros. Esta profecía predice que el Señor nacería de una virgen, la Virgen María, y también predice que su nombre sería Emmanuel, que en hebreo significa Dios con nosotros. Bien, ese es el nombre que vamos a estudiar en esta mañana, pero antes dos aclaraciones. La primera aclaración es que el versículo no enseña, no enseña que el nombre completo de nuestro Señor fue Jesús Emanuel. En ninguna parte del Nuevo Testamento, en la Biblia, se encontrarán que al Señor se le llamó Jesús Emanuel. En el lenguaje bíblico, el nombre representa, se refiere al carácter de la persona. ¿Quién es la persona? Famoso ejemplo de Naval. Ustedes saben qué significa Naval, ¿verdad? Naval significa necio. Y su carácter era de ser un necio. Su ser, su persona era necio. Entonces, cuando se profetizó que Cristo sería llamado Jehová Justicia Nuestra, significa que Él es nuestra justicia. Y aquí, cuando se profetizó que Cristo sería llamado Emanuel, no es que las personas, sus amigos, sus compañeros le iban a llamar Emanuel, pero que en su ser, su carácter, su naturaleza, Él es Dios con nosotros. Oye, la segunda aclaración es que el versículo no enseña que el Señor tan solo fue llamado Emanuel. Nuestro Señor Jesucristo, en este pasaje, de hecho, vemos que también fue llamado Jesús, Salvador. Otro versículo de Navidad muy famoso de Isaías dice, Un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará su nombre admirable consejero. Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Ustedes pueden buscar en el internet los nombres de nuestro Señor Jesucristo. Y encontré ayer uno que decía que nuestro Señor Jesucristo tiene 100 nombres registrados en la Biblia. Yo creo que hay más, comenzando con el nombre Adán. Adán en 1 Corintios 15 se refiere a Cristo cuando el apóstol dice que Él es el postrer Adán. Hace muchos años, cuando estaba en el seminario, fui a una iglesia y el predicador predicó sobre los nombres del Señor en la Biblia. Muchos, por supuesto. y estaba predicando en una congregación a los cuales los hermanos les gusta mucho decir amén. No sé si ustedes han estado en esas congregaciones muy emocionantes, ¿verdad? A todo dicen amén, hermano, amén, hermano, a todo. Pues resulta que el predicador se dio cuenta que cada vez que decía un nombre de Cristo en la congregación, amén, retumbaba toda la iglesia, ¿verdad? Pues todos se emocionaron. Nunca he estado, nunca he escuchado a un predicador en una congregación tan carismática y emocionante. retumbaba a la iglesia cada vez que se decía un nombre de Cristo. Así que imagínense de las decenas de nombres que usó este predicador. Una experiencia verdaderamente carismática. Bueno, el punto es, el Señor es llamado de muchas maneras, no tan solamente Emanuel. Muy bien, con esto en mente, comencemos nuestra meditación sobre el nombre Emanuel. En primer lugar, noten que Emanuel es un hombre profetizado. Emanuel es un hombre profetizado. Nos dice el versículo 22, todo esto aconteció, Mateo 1, 22, todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta cuando dijo, aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel. 800 años antes de que naciera nuestro Señor Jesucristo, Isaías profetizó. En los 800 años más o menos entonces, él profetizó que sería llamado Emanuel. El nacimiento de nuestro Señor no fue una sorpresa. Fue planeado desde la eternidad. No fue algo que Dios decidió de repente. No es que Israel, el pueblo de Israel, no pudo obedecer los mandamientos, no pudo cumplir con la ley de Dios. Entonces Dios sorprendido decidió otra dispensación y tuvo que mandar a su hijo para salvar a su pueblo. No, no, no, no, no. El nacimiento de Emanuel fue decretado, planeado desde antes de la fundación del mundo. Su nacimiento fue profetizado miles de años antes de que naciera la primera profecía. Génesis capítulo 3 y versículo 15. Hace muchos años un joven, un joven ateo estaba en un hospital. Y su compañero le habló del evangelio. dos personas, dos hombres en un hospital. Realmente no sé exactamente por qué estaban ahí, pero el compañero de este joven comenzó a hablarle de la Biblia, de Dios, de la cristiandad. Y el joven ateo, por supuesto, estaba argumentando contra la cristiandad, contra la Biblia, hasta que su compañero comenzó a hablarle de profecías, y las profecías se cumplían. ¿Y cómo es que se cumplió la profecía que Cristo nacería en Belén? Y habló de esto, específicamente de esto, y el joven se convirtió. Se convirtió este ateo y llegó a ser usado de Dios mucho. De hecho, llegó a ser maestro en una universidad cristiana. Si quieren saber el nombre del joven, le preguntan a Julia cómo se llamaba su papá. Una profecía, las profecías, las palabras de Dios que se cumplen, que son fieles. Y es el punto aquí que Emanuel es una de esas profecías que se cumplieron en Cristo. Hermanos, amigos, podemos confiar que Dios es fiel, que él es verdadero, que cumple todo lo que él profetiza. Se cumplió la profecía que el Señor nacería en Belén. Nadie lo puede negar, aún los historiadores seculares, no cristianos, lo estamos celebrando hoy en el 2024. Se cumplirá la profecía de la segunda venida de Cristo. También muchos se sorprendieron en la primera venida, no estaban listos. De hecho, muchos se sorprendieron, no lo podían creer. Muchos malinterpretaron las profecías. Muchos están malinterpretando la segunda venida de Cristo, que iba a venir en el año 2000. ¿Se acuerdan cuando iba a venir, supuestamente, en el año 2000? Él va a venir otra vez. Se va a cumplir la profecía. ¿Estás lista? ¿Estás listo? Dios es fiel. Se cumplen sus promesas, sus profecías. Manuel es un hombre profetizado. No tenemos en segundo lugar que Manuel es un hombre milagroso. Emanuel es un hombre milagroso. En sí, Cristo, por supuesto, es milagroso. Pero lo que quiero decir aquí es que Emanuel, Dios con nosotros, es un gran milagro. Emanuel, Dios con nosotros, es un gran milagro. El apóstol Pablo, muchos creen que está citando un antiguo himno que cantaban las iglesias, dice en Timoteo, e indiscutiblemente grande es el misterio de la piedad. ¡Dios fue manifestado en carne! ¡Qué misterio! ¡Qué milagro! Justificado en el Espíritu, visto de ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. ¡Qué gran misterio! ¡Dios fue manifestado en carne! Y el Señor no podía nacer de un varón. Tenía que cumplirse la profecía de Génesis 3, 15. Tenía que ser del nacimiento de la mujer. El Espíritu Santo, entonces, tuvo que santificar el cuerpo de la Virgen María y hacer ese gran milagro, precisamente porque Cristo es Emmanuel, Dios con nosotros. No podía nacer de un hombre. Eso en sí fue un milagro, por supuesto. Pero el milagro extraordinario, el hiper milagro por así decirlo, es que Dios, un ser infinito, ilimitado, se hizo finito, se limitó a nacer en un bebé, la segunda persona de la Trinidad, dirían los teólogos, el Logos. El Espíritu tomó forma de humano, forma de siervo, como nos dice en Filipenses 2. Entonces, la lección aquí es que debemos admirar la humildad de nuestro Señor, pero sobre todo su amor por nosotros, porque es por eso que Él se hizo un hombre. Ese gran milagro de la encarnación lo hizo por nosotros. Emmanuel es un nombre milagroso. En tercer lugar, Emmanuel es un nombre incomparable. Emmanuel es un nombre incomparable. En Mateo capítulo 1, yo cuando era joven, recién convertido, se me ocurrió, voy a memorizar los nombres de Mateo capítulo 1. No llegué, ¿verdad? Me atoré. Son muchísimo los nombres de Mateo capítulo 1. Son 42 generaciones de nombres aquí. Y mujeres también se mencionan, por supuesto, y con nombres muy raros y extraños para nuestro lenguaje, ¿verdad? Así que no logré memorizar estos nombres. Tal vez algún día llegue y cumple con ese propósito. Bueno, pero el punto es aquí, todos estos nombres, Pero aquí no hay ningún hombre, nombre que se compare con el nombre Emanuel. Porque Emanuel significa Dios con nosotros. Vean Hebreos capítulo 1. Este nombre es incomparable o como dicen Hebreos ahí, es un nombre excelente. Veanlo. Hebreos capítulo 1 y versículo 1. Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras a los profetas, perdón, a los padres por los profetas. En esos posteriores días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo, el cual siendo el resplandor de su gloria. No olviden esas palabras. Cristo, el Hijo, el resplandor de la gloria de Dios, la imagen misma de la sustancia de Dios sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad de las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. Gabriel, un gran nombre, por supuesto, Gabriel. Miguel, el arcángel, es un gran nombre, por supuesto. Ningún nombre de ningún ángel se compara con el nombre Emmanuel, pues es Dios con nosotros. Claro, incomparable. Y es por eso, a lo mejor algunos de ustedes se preguntaron, ¿por qué no estudiamos primero el nombre Jesús? Está primero en versículo 21, ¿por qué estudiamos hasta el versículo 23? No, Dios mediante, vamos a estudiar el nombre Jesús. Es glorioso, por supuesto, este nombre. Pero a lo último, Jesús es glorioso porque Jesús es Dios. Eso es lo principal aquí. Es Dios con nosotros porque, en otras palabras, Jesús es la segunda persona de la eternidad en cuerpo humano y es Dios como Dios Padre. Y la sustancia de Dios, Él es eterno, todopoderoso, omnisciente, incomprensible, misericordioso, justo, perfecto, en todo, así como Dios. Eso es lo que hace a Jesús tan poderoso salvador. Entonces, hermanos y hermanas, apreciemos mucho este nombre, Emanuel. Si Jesús no fuera Emanuel, estaríamos perdidos. No tenemos ninguna esperanza de ser perdonados, de ser salvos de nuestros pecados. Si Jesús no es Emanuel, si Jesús no fuera Emanuel, si Cristo no fuera Emanuel, no pudiéramos acercarnos a Dios, no pudiéramos orar a Dios. Pero es porque Él es Dios. Jesús es Dios Cristo, es Dios que podemos confiar cien por ciento en el sacrificio de la cruz, el sacrificio de su sangre, la cruz es todo poderoso para limpiarnos, lavarnos de cualquier pecado, cualquier inquilinidad, cualquier maldad, cualquier asesinato, cualquier robo, mentira, adulterio, cualquier cosa, ¿por qué? Porque es la sangre de Emanuel, Dios con nosotros, por eso, si se hubiera sacrificado un ángel, Si se hubiera sacrificado un arcángel, no pudiera salvarnos porque el pecado es infinito, es contra Dios, contra la santidad de Dios. Y los ángeles, los hombres, por supuesto, no pudieran de ninguna manera ser sacrificados porque delante de Dios somos corruptos, no valemos nada. Pero Emmanuel es Dios con nosotros. ¿Se acuerdan de Pilato, que se enojaron los escribas y fariseos cuando vieron el letreo que puso en la cruz? ¿Se acuerdan? Jesús Nazareno es el rey. ¿Se acuerdan? Vamos a suponer, en nuestra imaginación cristiana, vamos a suponer que Pilato recibe el mensaje, los fariseos, los escribas, los sumo sacerdotes, no les gustó para nada el letrero. Que tienes que cambiarlo. Y usted es un amigo de Pilato, vamos a suponer. Es un teólogo de ese tiempo, amigo de Pilato. Y Pilato le llama por su celular, ya sabían, yo sé, no había celulares en ese tiempo. Pero vamos a suponer, le llama por celular a usted, le dice, ¿sabes qué? ¿Quieren que cambie el letrero? Que no les gusta que diga Jesús Nazareno, rey de los judíos. Yo le puse así para burlarme de ellos. ¿Qué opinas? ¿Qué? Y usted es el teólogo, ¿verdad? Déjame pensar, te marco en un minuto. La marca otra vez. Y usted le dice a Pilato, ¿sabes qué? ¿Por qué no le pones Emanuel? Ponle Emanuel a ese letrero. A ver qué dicen. ¿Cuál fuera la reacción? ¿Cuál fuera la reacción de los escribas, los sumo sacerdotes, al ver en el letrero Emanuel crucificado. Ellos sabían de Isaías 7,14. Ellos sabían exactamente lo que quería decir. Hermanos, que nos impacte, que nos conmueva que Emanuel murió en la cruz por nosotros. como cristiano, como cristiano. Piensa, Emanuel murió por mis pecados, por mi culpa. es cuando te das cuenta de eso, que te trae paz a tu conciencia, porque sabes y entiendes, ese es el evangelio, el evangelio, las buenas noticias. El sacrificio de la cruz fue tremendo, tremendo, valiosísimo, porque Dios, o como dicen ellos, 2028, la sangre de Dios me compró. Y amigo, amiga, ha llegado el punto de decirle a Cristo, como le dijo Tomás, Señor mío, Dios mío. Eso es lo que nos hace cristianos. Para que Dios te reciba, tienes que creer ese mensaje acerca de su hijo, que él es Dios con nosotros. Emanuel. Emanuel es un nombre incomparable. En cuarto lugar, Emanuel es un nombre misericordioso, misericordioso. Emanuel es Dios con nosotros. ¿Quiénes son estos nosotros? Nosotros aquí no son los influyentes, los sabios de este mundo, los más morales y generosos, los más religiosos de este mundo. No, no, no, no, no. Si leemos la Biblia, nos vamos a dar cuenta que nosotros aquí se refiere a hombres, mujeres, jóvenes, niños como nosotros, desobedientes, rebeldes, incrédulos, malos. Un apóstol y el apóstol se incluye cuando dice esto, escuchen. Nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de apetitos y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad. ¡SALVA A ESTE NOSOTROS! Y el punto es, entonces, que es por pura misericordia que Dios está con nosotros. Porque nosotros somos hombres débiles, inmorales, mentirosos, idólatras, codiciosos, pecadores rebeldes que pecan contra Dios. ¡Valga la redundancia! Entonces, hermanos, apreciemos la misericordia del Señor. Como cristianos en esta Navidad, como cristianos Es bueno pensar, Dios no vino a salvarnos por nuestras buenas obras. Somos salvos por pura gracia. Excelente. Es bíblico. Efesios 2, por supuesto. Pero también pensemos, hermanos, Él no está con nosotros por nuestras buenas obras cristianas. Hay muchos cristianos que viven así. Dios no me va a ayudar porque no he leído la Biblia. Dios no me va a ayudar porque no he frendado. Dios no me ha ayudado porque no me va a ayudar porque no he oído tanto la iglesia como debería de ir. Dios no me va a ayudar. No, no, no, no, no. Dios está con nosotros por pura misericordia. Porque ninguno de nosotros se arrepiente como se debería de arrepentir. Ninguno de nosotros tiene fe como debería de tener fe. Ninguno de nosotros hace las buenas obras que deberíamos de hacer. Ninguno. Es por pura misericordia que Dios está con nosotros. Y amigo, tienes mucha esperanza de ser recibido por Dios. Aunque le hayas fallado mucho, aunque hayas pecado mucho contra Él, aunque eres un esclavo de vicios, aunque eres esclavo del dinero, ruégale que tenga misericordia y Él la tiene. Como leímos el domingo pasado, Él no echa fuera a nadie. Acércate a Él y Él no te echa fuera. Él tiene mucha misericordia para perdonarte. Y ojalá que llegues al punto en tu vida entonces que puedas cantar con el salmista, yo sé que Dios está por mí. Emmanuel es un nombre misericordioso. En quinto lugar, es un nombre confirmado. Confirmado. Cristo de verdad es Dios con nosotros. La Biblia, la historia, confirma que Cristo es Dios, describiéndolo con nombres que solo se usan de Dios. Leímos en Isaías que Él es el Dios fuerte, el Padre eterno. Eso solo se le dice a Dios y se le dice a Cristo. La Biblia también confirma que Cristo es Dios, mencionando cosas que solo Dios puede hacer en Cristo. Por ejemplo, Cristo creó de la nada. Lo vimos la semana pasada en la alimentación de los 15,000, ¿se acuerdan? De la nada multiplicó los peces y los panes de cebada para alimentar a más de 15,000 hombres y mujeres y niños. 5,000 hombres dice el evangelio, pero como vimos, sin contar las mujeres y los niños, no dice otro evangelio. Han de haber sido muchos más. Y de la nada creó esto. Cristo perdonó pecados, eso solo lo hace Dios. Y de hecho hay una historia en la Biblia que unos amigos llevaron a un paralítico y el señor, lo primero que le dijo al paralítico es, hijito, tus pecados se son perdonados. Y los escriba a los abogados, ahí se comenzaron a murmurar, pero solo Dios puede perdonar pecados. ¿Quién es este? Y así vemos en la Biblia cosas que sólo Dios puede hacer, los dos de Cristo. Pero también la Biblia confirma que Cristo es Dios mencionando cosas que sólo se deben de hacer a Dios. Por ejemplo, sólo debemos orar a Dios. Y se ora a Cristo, al Señor. Solo debemos adorar a Dios. Hay una historia en el último capítulo de la Biblia, si no me equivoco, es el último capítulo de la Biblia. El apóstol Juan quiere adorar a un ángel. El ángel dice, no, no, no, no, no. Solo se adora a Dios. Y fue lo primero. Los famosos reyes magos llegaron a Jerusalén. ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos venido a adorar. Cristo es Dios. Y en las historias vemos cómo Él fácilmente pudo sanar a los ciegos. ¿Por qué? Porque Él es Dios. Fácilmente rescató a los endemoniados. Resucitó a los muertos. ¿Por qué? Porque Él es Dios. Él es Dios. más. Cristo mismo dijo que él era Dios. Vean conmigo Juan 5, si son tan amables. Juan 5, 18. Juan capítulo 5 y versículo 18. Voy a comenzar el versículo 16. Juan 5 y el versículo 16. Y por esta causa, los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarle porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió, mi padre hasta ahora trabaja y yo trabajo. Por esto, los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. ¿No lo negó? Claro. Entonces, o Cristo estaba bien loco O Cristo era un mentiroso patológico, así se dice, patológico, de los que se la llevan diciendo mentiras, ¿verdad? Y no, ni se dan cuenta muchas veces y la dicen por decir mentiroso, patológico. O Cristo era un mentiroso, patológico, un engañador, o dijo la verdad. Y Él es Dios. Y Él es Dios. Hermanos, amigos, creamos en Él, que Él es Dios en carne, y es lo que lo hace un poderoso Salvador. Creamos en Él. Cristo de verdad es Dios con nosotros. Emanuel es un nombre confirmado. En penúltimo lugar, Emanuel es un nombre muy apropiado. Emanuel es un nombre muy apropiado. Cuando estaba en la universidad, trabajé yo en la oficina postal de la universidad. En esos días, jóvenes, niños, no había correo electrónico. Nos comunicábamos por cartas. No había WhatsApp, por supuesto. Nos comunicábamos por cartas, todo por cartas, por los mensajes en la universidad. Y yo trabajaba ahí, llegaban los bultos de las cartas, los paquetes, y veíamos el nombre, los llevábamos a un apartado. Se me hace que los niños tampoco y los jóvenes no van a saber, ¿verdad? Que es un apartado postal. Es como unas cajitas, ¿verdad? Un montón de cajitas empiladas. Y cuando llegué a una casa, se ponía ahí. O se llevaba un papelito. Llegó un paquete. Los estudiantes, por supuesto, fascinados cuando llegaban paquetes para ellos de galletitas y cosas así que mandaban los padres. Bueno, en casos que yo trabajaba ahí. Al poco tiempo veíamos los nombres y sabíamos más o menos el número del apartado. Automáticamente llegaban muchas cartas y nos memorizábamos los números de los apartados, etc. El caso es que llegaron unas cartas a una persona llamada Linda. Linda. Linda. En español, Linda. Y lo que me causó mucha curiosidad, que se llamaba Linda. Yo estudié en Estados Unidos y esta persona se llamaba Linda. Y pasaron los días, pasaron las cartas, pasó el tiempo hasta que yo estaba poniendo una carta en el apartado y del otro lado estaba Linda. Y no estaba Linda. Ni era mexicana, latinoamericana. Y no estaba Linda. No le pusieron un hombre muy apropiado. Pero al Señor sí le pusieron un hombre muy, pero muy apropiado, Emmanuel, Dios con nosotros. Un apóstol lo vio, el apóstol Juan lo vio y escribió, fue hecho carne, habitó entre nosotros, vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Otro apóstol, el apóstol Pedro, escribe, Porque no les hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Emmanuel es un nombre muy apropiado, pues en Cristo es que nosotros podemos ver a Dios. Es en Cristo que vemos la belleza de Dios, que vemos todas sus virtudes. De hecho, solo en Cristo podemos conocer y ver a Dios. Sólo en Cristo podemos conocer y ver a Dios. Como dicen hebreos, Él es el resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de su sustancia. Hay algunos eruditos aquí, así que les voy a aventar algo, una pregunta. Los demás no se preocupen por pensar mucho en esto, pero de vez en cuando tengo que decir algo para los teólogos, ¿verdad? Hermanos, hermanas eruditas que conocen mucho de la teología. Cuando lleguemos al cielo, vamos a poder ver a Dios. Pero no contesten. Vamos a poder ver a Dios. Que es invisible. Que es espíritu. Que habita en luz inaccesible. Piénsenlo. Cuando salgan, comentan sobre esto. Cuando lleguemos al cielo, vamos a poder ver a Dios. Cuando lleguemos al cielo, de seguro vamos a poder ver a Dios en Cristo. Porque Él es el resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de su sustancia. Y entonces, hermanos, especialmente en este tiempo, cuidado, cuidado, mucho cuidado. No usen imágenes, dibujos del Señor. No, eso va contra el mandamiento, el tercer mandamiento. Esas imágenes y dibujos, por más bonitas que estén, menosprecian el verdadero ser de Emanuel. Él es Dios con nosotros. No podemos dibujar a Dios. Él tiene toda la majestad, la gloria, la honra, la luz inaccesible de Dios. Es por eso que a mí en particular, personalmente, no me gustan los nacimientos de Navidad. Los animalitos están bien. Están bien. Pero esas figuritas de yeso que representan a Cristo como un bebé en yeso quebradizo tan frágil es un gran problema. Y uno de los graves problemas aquí es que para unos niños que ven eso y los padres, los abuelitos, las personas dicen, este es Cristo. Lo que pasa en su cerebro, en su mente, en su memoria, queda. El bebé, esta imagen es Cristo. Pero no es Cristo. Por supuesto que no es Cristo. De ninguna manera. Hemos humanizado demasiado a Cristo. Y el punto es, admiremos y adoremos la divinidad majestuosa de Cristo. Él es Emanuel, Dios con nosotros. En último lugar, Emanuel es un nombre apropiado. En último lugar, es un nombre muy motivante. Emanuel es un nombre muy motivante. Para los creyentes, esta es la motivación de motivaciones, la motivación más grande que podemos tener. Dice en Romanos capítulo 8, que pues diremos a esto, si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Si Dios está con nosotros, tenemos todo. Tenemos todo. Lo más terrible, por supuesto, lo más terrible que te puede pasar en la vida es que Dios no sea Emanuel, que no esté contigo. Porque si Dios no está contigo, está contra ti. Si Dios no está con nosotros, está contra nosotros. Y ese es el gran problema de no creer en Él. Dios no está contigo, está contra ti. Aún lo bueno que pudieras hacer en la vida, lo bueno que te pudiera pasar en la vida, a lo último va a ser para tu mal eterno. Pero si Cristo es Emanuel para ti, si Cristo es Dios con nosotros, entonces tenemos aseguradas todas las cosas de la vida y la piedad, como nos dice en 2 Pedro. Dios está con nosotros. Si Dios es con nosotros, de seguro que nos protege de todo mal. Si Dios con nosotros podemos confrontar el futuro desconocido, podemos confrontar el 2025. Dios con nosotros. Y Él hará que todo lo malo que pudiera pasar, malo entre comillas, que nos pudiera pasar, se convierta en algo bueno para nuestra alma. ¿Por qué? Porque Dios con nosotros. Si Dios con nosotros, tenemos una esperanza firme que seremos salvos de la ira venidera, el juicio venidero. Dios con nosotros. ¿Quién contra nosotros? ¿Quién nos condenará? Y al final, por supuesto, si Dios con nosotros, estaremos con él en gloria para así disfrutar, adorarlo por toda la eternidad. De eso significa, es el verdadero significado de la Navidad y de eso se trata nuestro texto. Aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamará a su nombre Emanuel, que traducido es Dios con nosotros. Oremos al Señor. Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. Juré y ratifiqué que guardaré tus justos juicios. Afligido estoy en gran manera. Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra. Te ruego, Jehová, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca y me enseñes tus juicios. Por edad he tomado tus testimonios para siempre porque son el gozo de mi corazón. Mi corazón inclinea a cumplir tus estatutos de continuo hasta el fin. Señor, nuestro gran Dios, te alabamos, te adoramos, te agradecemos por enviar a tu Hijo para que fuera Emanuel, Dios con nosotros. Señor, que en este día, que en estos días de Navidad, captemos, nos emocionemos con esta gran verdad, que Cristo es tu Hijo y Él es Dios con nosotros. con nosotros que no lo merecemos, con nosotros que hemos pecado tanto contra ti, con nosotros que no teníamos nada que ofrecerte. El Señor en Cristo, por su misericordia, por su amor, por su bondad, podemos acercarnos y tú no nos echas fuera, nos perdonas, nos lavas, nos limpias, quitas nuestros pecados por su sacrificio. Danos el arrepentimiento y la fe que necesitamos. Le pedimos esto para nuestros hijos, los niños en la escuela omnical. Ayúdalo, Señor, a entender el Evangelio. Espírenos en tu paz y en tu amor.
Dios contigo?
Series Navidad
Estudiamos el nombre "Emanuel" y porque es un nombre excelente y motivante.
Sermon ID | 1215242024476188 |
Duration | 40:07 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Matthew 1:23 |
Language | Spanish |
Documents
Add a Comment
Comments
No Comments
© Copyright
2025 SermonAudio.